Herbario

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Herbario
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Ejemplar de herbario de Vitellaria paradoxa adecuadamente montado en una hoja de


papel, con su etiqueta de identificación.
En botánica, un herbario (del latín herbarium) es una colección de plantas o partes
de plantas, secadas, conservadas, identificadas, y acompañadas de información
crítica como la identidad del recolector, el lugar y fecha de la recolección, y el
hábitat donde se encontraba la planta. Aunque primariamente se llama herbario a la
colección de plantas secas, también se conoce como herbario al espacio donde se
encuentra esta colección y a la institución que la gestiona.

Las grandes colecciones suelen residir en instituciones de investigación, como


jardines botánicos y departamentos universitarios, y se basan en el trabajo
recolector de sus investigadores, a lo que se suma el fruto de frecuentes
intercambios con instituciones parecidas. La confección de un herbario personal es
además una herramienta didáctica en la educación botánica, útil no solo por ofrecer
una base material para el estudio de la diversidad de las plantas, sino por la
experiencia que aporta recoger las muestras en su ambiente. Los mayores herbarios
contienen pliegos procedentes de todo el mundo, pero existen también herbarios
regionales, especializados en la flora de una parte del mundo.1

Sobre el material vegetal depositado en los herbarios se fundamenta una parte


importante de la investigación botánica, sobre todo aquella referida a la
taxonomía, aunque también es útil para estudios florísticos, biogeográficos e,
incluso, moleculares. El material del herbario es el testimonio de las citas de
plantas, de las descripciones de las mismas y de los materiales utilizados para
proponer nuevos taxones. El tipo nomenclatural de cada especie de planta (el
material sobre el que da origen a un nombre nuevo) es, en la mayoría de los casos,
una planta seca, depositada y conservada en un herbario.2

Este concepto de herbario es relativamente moderno. De hecho, en los siglos XV y


XVI, la palabra "herbario" tenía una doble acepción diferente a las actuales. En
primer lugar se utilizaba para designar un libro en el cual se enumeraban,
describían e ilustraban principalmente plantas medicinales y sus usos. En segundo
lugar, también se utilizaba el término "herbario" para referirse a un conjunto de
plantas vivas cuyo propósito era el estudio o la enseñanza de la botánica.34

Índice
1 El concepto de herbario durante la Edad Media
2 China, India, México
2.1 Shen Nung Pen Ts`ao ching de China
2.2 Sushruta Samhita de la India
2.3 Hernández – Rerum Medicarum y los aztecas
3 Egipto, Mesopotamia, Grecia y Roma
3.1 Papiro Ebers
3.2 Dioscorides – De Materia Medica
3.3 Plinio – Historia Natural
4 La Edad Media y el Mundo Árabe
4.1 Alberto Magno – De Vegetabilibus
5 Europa Occidental
5.1 Herbarios anglosajones
5.2 Herbarios Anglo-Normandos
5.3 Incunables del siglo XV
5.4 Manuscritos del siglo XV
5.5 España y Portugal – de Orta, Monardes, Hernández
5.6 Alemania – Bock, Brunfels y Fuchs
5.7 Países Bajos – Dodoens, Lobel, Clusius
5.8 Italia – Mattioli, Calzolari, Alpino
5.9 Inglaterra – Turner, Gerard, Parkinson, Culpeper
6 Origen del herbario actual
7 Importancia y objetivos
8 Tipos de herbarios y de colecciones
9 Descripción
9.1 Colección de ejemplares
9.2 Documentación
9.3 El proceso de herborización
10 Los herbarios más grandes del mundo
11 Análisis moleculares del ADN sobre ejemplares de herbario
12 Herbario virtual
13 Véase también
14 Notas
15 Referencias
16 Enlaces externos
El concepto de herbario durante la Edad Media
Artículos principales: Herbario medieval e Historia de la botánica.

Copia arábica del siglo XIII de De materia medica, de Dioscórides.

Ilustración de Helleborus niger en el libro Herbarium vivae Eicones. de Otto


Brunfels.
Durante la Edad Media la palabra «herbario» se refería a un libro de botánica,
específicamente relacionado con las plantas medicinales, en el que se enumeraban
los productos naturales producidos por las plantas, raramente de los animales y
minerales, con valor terapéutico. Era un libro de medicamentos simples, integrados
por un solo componente, procedentes de la naturaleza, especialmente de las plantas.

Durante el período manuscrito, antes de la invención de la imprenta, los escritos


se ilustraban para hacerlos más inteligibles; y con este fin se acompañaban los
textos con ilustraciones coloreadas. No obstante, los sucesivos copistas iban
añadiendo distorsiones de forma progresiva (esto ocurrió a lo largo de mil años),
por lo que las ilustraciones, en vez de resultar una ayuda, se acabaron
convirtiendo en un obstáculo para la claridad y precisión de las descripciones. Por
otro lado, aquellos autores que renunciaron a incorporar en sus textos
ilustraciones, comprobaron que las descripciones eran insuficientes para permitir
el reconocimiento e identificación de las especies aludidas, especialmente teniendo
en cuenta que las mismas plantas recibían nombres diferentes en los distintos
lugares y el lenguaje botánico no estaba desarrollado. De ahí que muchos autores
renunciaran también a describir sus plantas y se conformaran con enumerar todos los
nombres que conocían de cada planta (sus sinónimos), así como las dolencias humanas
para las que resultaban beneficiosas. Durante ese proceso de copiado los textos
originales fueron variando paulatinamente a causa de traducciones, interpolaciones
de nuevos textos, influencias del mundo árabe, judío o bizantino, hasta el punto de
que, partiendo de unos pocos textos originales, la variedad de los textos
resultantes a finales de la Edad Media, en la época del nacimiento de la imprenta,
era muy grande. La información de un herbario se ordenaba de una forma muy parecida
en todos ellos, con mayor o menor extensión: el nombre de la planta, una lista de
sus sinónimos, la descripción de sus características, su distribución geográfica y
su hábitat, la enumeración de los primeros autores que han citado la planta, sus
propiedades curativas, el modo de colectarla y prepararla, una lista de los
medicamentos que se pueden preparar con ella, las enfermedades que cura y, por
último, las principales contraindicaciones. En el caso de los herbarios ilustrados,
la imagen de la planta solía preceder a la información escrita.

El estudio empírico de las plantas de cada país y de las exóticas, traídas por los
exploradores europeos y cultivadas en los jardines, comenzó de nuevo, y empezaron a
publicarse tratados y catálogos que ya no se limitaban a reproducir o simplemente
comentar la obra de los antiguos, sino que, comprobada la insuficiencia de los
catálogos antiguos, buscaban obtener y presentar un conocimiento lo más exhaustivo
posible de la diversidad de las plantas. El esquema clasificatorio siguió siendo en
este periodo deudor del de Teofrasto. A comienzos del siglo XVI, un grupo de
botánicos centroeuropeos se interesaron particularmente por las cualidades
curativas de las plantas y se esforzaron en dibujar y describir con fidelidad las
plantas que crecían en su tierra natal, que publicaron en libros «sobre hierbas» o
«herbarios», por lo que se les conoce como «herboristas».5 Estos herbarios, que
contenían un listado y descripción de numerosas hierbas, sus propiedades y
virtudes, particularmente referidas a su utilización como plantas medicinales,
tuvieron la virtud de suplementar y, más tarde, reemplazar el conocimiento
transmitido oralmente. Los primeros herbarios de este tipo proveían solamente
información sobre las propiedades medicinales, reales o imaginarias, de un grupo de
plantas.6

En la historia del herbario medieval, entonces, se pueden apreciar dos períodos


bien diferenciados, y que a grandes rasgos coinciden con la Alta y la Baja Edad
Media. En el primer período, los herbarios tenían una fuente predominante, el
tratado médico de Dioscórides, De Materia Médica, redactado en griego en el siglo I
d. C., el cual se diseminó en multitud de variantes por toda Europa, hasta la
llegada de la imprenta. A partir de los siglos XII y XIII se compilan nuevos
herbarios, esta vez bajo la poderosa influencia de la Escuela Médica Salernitana,
establecida en la ciudad italiana de Salerno que también aprovechaba la proximidad
del monasterio de Montecassino. Las influencias de Bizancio y del mundo árabe en la
Italia meridional, hicieron que esa ciudad se convirtiera en un centro
internacional de actividad médica, con influencia en todo el occidente medieval
cristiano.7 Con el correr del tiempo, tales herbarios fueron incluyendo un mayor
número de especies, muchas de ellas carentes de valor medicinal pero con
descripción de ciertas características inusuales u ornamentales. El número de
copias de estos herbarios manuscritos debe haber sido bastante limitado. La
invención de la imprenta no solo permitió multiplicar la cantidad de estas obras,
sino también la reproducción de dibujos con una mayor calidad que la de sus
predecesores.6

China, India, México


Shen Nung Pen Ts`ao ching de China
China es famosa por sus medicinas herbarias tradicionales que datan de miles de
años. La leyenda dice que el mítico emperador Shennong, el fundador de la medicina
china a base de hierbas, compuso el Shennong Bencao Jing o Gran Herbario en
alrededor del 2700 a.C. como precursor de todos los herbarios chinos posteriores.
Sobrevive como una copia hecha al rededor del 500 d. C. y describe cerca de 365
hierbas. Se produjeron herbarios y monografías de alta calidad sobre determinadas
plantas en el período hasta 1250 d. C., entre ellas: el Zhenlei bencao escrito por
Tang Shenwei en 1108, que pasó por doce ediciones hasta 1600; una monografía sobre
el lichi por Cai Xiang en 1059 y una sobre las naranjas de Wenzhhou por Han Yanzhi
en 1178. En 1406 el príncipe de la dinastía Ming, Zhu Xiao (朱橚), publicó el
Jiuhuang Bencao, un herbario ilustrado para alimentos para las hambrunas. Contenía
xilografías de alta calidad y descripciones de 414 especies de plantas, de las
cuales 276 se describieron por primera vez, el libro antes de la fecha del primer
libro impreso europeo por 69 años. Fue reimpreso muchas veces. Otros herbarios
incluyen Bencao Fahui en 1450 por Xu Yong y Bencao Gangmu de Li Shizhen en 1590.

Sushruta Samhita de la India


La medicina herbolaria tradicional de la India, conocida como Ayurveda, se remonta
posiblemente al segundo milenio a.C., y sus orígenes se remontan a los sagrados
Vedas hindúes y, en particular, a los Atharvaveda. Una compilación auténtica de las
enseñanzas es la del cirujano Sushruta, disponible en un tratado llamado Sushruta
Samhita. Contiene 184 capítulos y la descripción de 1120 enfermedades, 700 plantas
medicinales, 64 preparaciones de fuentes minerales y 57 preparaciones basadas en
fuentes animales. Otras primeras obras de Ayurveda incluyen la Charaka Samhita,
atribuida a Charaka. Sin embargo, esta tradición es principalmente oral. El
material escrito más antiguo que sobrevive y que contiene las obras de Sushruta es
el manuscrito Bower, datado en el siglo IV d. C.

Hernández – Rerum Medicarum y los aztecas


Un herbario ilustrado publicado en México en 1552, Libellus de Medicinalibus
Indorum Herbis ("Libro de hierbas medicinales de las Indias"), está escrito en el
idioma azteca Nauhuatl por un médico nativo, Martín Cruz. Este es probablemente un
relato extremadamente temprano de la medicina de los aztecas, aunque las
ilustraciones formales, similares a las europeas, sugieren que los artistas seguían
las tradiciones de sus maestros españoles en lugar de un estilo de dibujo indígena.
En 1570 Francisco Hernández (aprox.1514–1580) fue enviado desde España para
estudiar los recursos naturales de Nueva España (ahora México). Aquí se basó en
fuentes indígenas, incluyendo los extensos jardines botánicos que habían sido
establecidos por los aztecas, para registrar alrededor de 1200 plantas en su Rerum
Medicarum de 1615. Dos libros, de Nicolás Monardes (1569), contiene la primera
ilustración publicada del tabaco.

Egipto, Mesopotamia, Grecia y Roma


Alrededor del año 2000 a. C., los papiros médicos del antiguo Egipto incluían
recetas médicas basadas en materia vegetal y hacían referencia a la combinación
herbolaria de medicamentos y magia para la curación.

Papiro Ebers
El antiguo papiro egipcio Ebers es uno de los herbarios más antiguos conocidos;
data de 1550 a. C. y se basa en fuentes, ahora perdidas, que datan de otros 500 a
2000 años. El primer herbario sumerio data de aproximadamente el 2500 a. C. como
manuscrito copiado del siglo VII a. C. Las tablillas asirias inscritas, con fecha
entre 668-626 a. C., enumeran alrededor de 250 medicamentos vegetales: las
tablillas incluyen nombres herbales que todavía están en uso hoy en día, como el
azafrán, comino, cúrcuma y sésamo. Los antiguos griegos obtuvieron gran parte de su
conocimientos medicinales de Egipto y Mesopotamia. Hipócrates (460-377 a. C.), el
"padre de la medicina" (conocido por el juramento epónimo hipocrático), utilizó
alrededor de 400 medicamentos, la mayoría de ellos de origen vegetal. Sin embargo,
la primera hierba griega de cualquier nota fue escrita por Diocles de Carystus en
el siglo IV a. C., aunque nada queda de esto excepto su mención en el registro
escrito. Fue el discípulo de Aristóteles Teofrasto (371-287 a. C.) en su Historia
Plantarum, más conocida como La investigación sobre las plantas, y De Causis
Plantarum, Sobre las causas de las plantas, quién estableció el método científico
de observación cuidadosa y crítica asociado con la ciencia botánica moderna. Basado
en gran medida en las notas de Aristóteles, el Noveno libro de su investigación
trata específicamente de las hierbas medicinales y sus usos, incluyendo las
recomendaciones de herbolarios y farmacéuticos de la época, y sus descripciones de
las plantas a menudo incluían su hábitat natural y su distribución geográfica. Con
la formación de la Escuela de Alejandría alrededor del 330 a. C., la medicina
floreció y los herbales escritos de este período incluyeron los de los médicos
Herófilo, Mantias, Andreas de Karystos, Appolonius Mys y Nicandro. El trabajo de
rhizomatist (los rhizomati eran los médicos de la época, reprendidos por Teofrasto
por su superstición) Krateuas (s.f. 110 a. C.) es de especial importancia porque
inició la tradición del herbolario ilustrado en el siglo I a. C.

Dioscorides – De Materia Medica


De materia médica (aprox. 40-90 d. C.; griego, Περί ύλης ιατρικής "Peri hules
iatrikes", "Sobre materiales médicos") de Pedanios Dioscorides, médico del ejército
romano, fue producido alrededor del año 65 d. C. Fue la mayor autoridad clásica en
la materia y el herbario más influyente jamás escrito, sirviendo como modelo para
herbarios y farmacopeas, tanto orientales como occidentales, durante los siguientes
1000 años hasta el Renacimiento. Reunió gran parte del conocimiento herbal
acumulado de la época, incluyendo unas 500 plantas medicinales. El original se ha
perdido, pero una lujosa copia bizantina ilustrada conocida como Dioscórides de
Viena, que data de alrededor de 512 d. C., permanece.

Plinio – Historia Natural


La enciclopedia Historia natural (aprox. 77-79 d. C.) de Plinio el Viejo (23-79 d.
C.) es una síntesis de la información contenida en unos 2000 pergaminos e incluye
mitos y folklore; hay alrededor de unas 200 copias existentes. Comprende 37 libros,
de los cuales dieciséis (libros 12-27) están dedicados a los árboles, plantas y
medicamentos y, de éstos, siete describen plantas medicinales. En los herbales
medievales, junto con De materia médica, es la obra de Plinio en la que más se
menciona de los textos clásicos, aunque De Simplicibus, de Galen (131-201 d. C.),
es más detallado. Otra traducción latina de obras griegas que se copió ampliamente
en la Edad Media, probablemente ilustrada en el original, fue la atribuida a
Apuleyo: también contenía los nombres alternativos de determinadas plantas dados en
varios idiomas. Data de aproximadamente el 400 d. C. y una copia sobreviviente data
de aproximadamente el 600 d. C.

La Edad Media y el Mundo Árabe


Durante los 600 años de la Edad Media europea, del 600 al 1200, la tradición del
herbal recayó en los monasterios. Muchos de los monjes eran hábiles en la
producción de libros y manuscritos y en atender tanto a los jardines medicinales
como a los enfermos, pero las obras escritas de este período simplemente emularon
las de la época clásica. Mientras tanto, en el mundo árabe, por el año 900, los
grandes herbarios griegos se habían traducido y depositado copias en centros de
enseñanza del imperio bizantino del Mediterráneo oriental, incluyendo Bizancio,
Damasco, El Cairo y Bagdad, donde se combinaron con la tradición botánica y
farmacológica de Oriente. En el mundo islámico medieval, los botánicos y los
médicos musulmanes hicieron una importante contribución al conocimiento de los
medicamentos herbales. Entre los asociados a este período se incluyen Mesue Maior
(Masawaiyh, 777-857) quien, en su Opera Medicinalia, sintetizó el conocimiento de
los griegos, persas, árabes, indios y babilonios, y este trabajo se complementó con
la enciclopedia médica de Avicena (Ibn Sina, 980-1037). El Canon de medicina de
Avicena se utilizó durante siglos tanto en Oriente como en Occidente. Durante este
período la ciencia islámica protegió el conocimiento botánico clásico que había
sido ignorado en Occidente y la farmacia musulmana prosperó.

Alberto Magno – De Vegetabilibus


En el siglo XIII, la investigación científica estaba regresando y esto se manifestó
a través de la producción de enciclopedias; las que destacaron por su contenido de
plantas incluyeron un tratado de siete volúmenes por Alberto Magno (aprox. 1193-
1280), un suabo educado en la Universidad de Padua y tutor de Santo Tomás de
Aquino. Se llamaba De Vegetabilibus (aprox. 1256 d. C.) y aunque se basaba en
observaciones originales y descripciones de plantas, tenía un parecido cercano a
los herbarios griegos, romanos y árabes anteriores. Otros relatos del período
incluyen De Proprietatibus Rerum (aprox. 1230-1240) del fraile franciscano inglés
Bartolomeo Ánglico y un grupo de herbarios llamados Tractatus de Herbis escritos y
diseñados entre 1280 y 1300 por Matthaeus Platearius en el centro cultural este-
oeste de Salerno España, las ilustraciones muestran el fino detalle de la verdadera
ilustración botánica.

Europa Occidental
Tal vez los herbarios más conocidos se produjeron en Europa entre 1470 y 1670. La
invención en Alemania de la impresión del tipo móvil en una imprenta
aproximadamente en el 1440 fue un gran estímulo para la herboristería. Los nuevos
herbarios fueron más detallados con mayor atractivo general y a menudo con
escritura gótica y la adición de ilustraciones xilográficas que se asemejaban más
estrechamente a las plantas descritas.

Tres herbarios importantes, todos apareciendo antes de 1500, fueron impresos en


Mainz, Alemania. Dos de ellos eran de Peter Schoeffer, su Herbarius Latino en 1484,
seguido de una versión alemana actualizada y ampliada en 1485, a los que siguió en
1491 el Hortus Sanitatis impreso por Jacob Meyderbach. Otros herbarios impresos
tempranos incluyen el Kreuterbuch de Hieronymus Tragus de Alemania en 1539 y, en
Inglaterra, el New Herball de William Turner en 1551, que fueron dispuestos, como
los herbarios clásicos, ya sea alfabéticamente, según sus propiedades medicinales,
o como "hierbas, arbustos, árboles". La disposición de plantas en los herbarios
posteriores como Cruydboeck de Dodoens y el Herbal de John Gerard de 1597 se
relacionaron más con sus similitudes físicas y esto anunció los inicios de la
clasificación científica. Para 1640 se había impreso un herbario que incluía unas
3800 plantas, casi todas las plantas del día que se conocían. En la Edad Moderna y
el Renacimiento, los herbarios europeos diversificaron e innovaron, y llegaron a
confiar más en la observación directa que en las meras adaptaciones de los modelos
tradicionales. Ejemplos típicos de la época son los completamente ilustrados De
Historia Stirpium Commentarii Insignes de Leonhart Fuchs (1542, con más de 400
plantas), el Complete Herbal de Nicholas Culpeper (1653) con una temática
astrológica, y el Curious Herbal de Elizabeth Blackwell (1737).

Herbarios anglosajones
El conocimiento anglosajón de las plantas y las habilidades de jardinería (el
jardín se llamaba wyrtzerd, literalmente, patio de hierbas) parece haber superado
al del continente. Nuestro limitado conocimiento de la planta anglosajona vernácula
proviene principalmente de manuscritos que incluyen el libro the Leechbok of Bald y
the Lacnunga. The Leechbook Bald (Bald era probablemente un amigo del rey Alfred de
Inglaterra) fue cuidadosamente producido por el escriba Cild aproximadamente en
900-950 d. C. Fue escrito en lengua vernácula (nativa) y no derivado de textos
griegos. El herbario ilustrado más antiguo de la época sajona es una traducción del
latín de Herbarius Apulei Platonici, una de las obras médicas más populares de la
época medieval, el original data del siglo V; esta traducción sajona se produjo
alrededor de 1000-1050 d. C. y se encuentra en la Biblioteca Británica. Otro
herbario vernáculo fue el Buch der Natur o "Libro de la naturaleza" de Konrad von
Megenberg (1309–1374) que contiene los dos primeros xilografías botánicas jamás
realizadas; es también la primera obra de este tipo en la lengua vernácula.

Herbarios Anglo-Normandos
En los siglos XII y principios del XIII, bajo la influencia de la conquista
normanda, los herbarios producidos en Gran Bretaña cayeron menos bajo la influencia
de Francia y Alemania y más de Sicilia y Oriente Próximo. Esto se mostró a través
de las ilustraciones enmarcadas en el románico de influencia bizantina. Los
herbarios anglosajones en la lengua vernácula fueron reemplazados por herbarios en
latín, entre ellos Macers Hierbas, De Viribus Herbarum (en gran medida derivados de
Plinio), cuya traducción al inglés se completó alrededor de 1373.

Incunables del siglo XV


Los primeros libros impresos y diarios se conocen como incunables. El primer
herbario impreso apareció en 1469, una versión de Historia Naturalis de Plinio, y
se publicó nueve años antes de que se escribiera Dioscorides De Materia. Entre los
incunables importantes se incluyen el enciclopédico De Proprietatibus Rerum del
fraile franciscano Bartolomeo Ánglico (aprox. 1203-1272) que, como manuscrito,
había aparecido por primera vez entre 1248 y 1260 en al menos seis idiomas y
después de ser impreso por primera vez en 1470 llegó a tener 25 ediciones. El
médico asirio Mesue (926-1016) escribió el popular De Simplicibus, Grabadin y Liber
Medicinarum Particularum, siendo la primera de sus ediciones en 1471. Le siguieron,
en Italia, el Herbario de Apuleius Platonicus y tres obras alemanas publicadas en
Maguncia, el Herbario latino (1484), el primer herbario publicado en Alemania,
Herbario alemán (1485), este último evolucionando hacia el Ortus Sanitatis (1491).
A ellos se puede añadir el De Virtutibus Herbarum de Emilio Macro, basado en la
obra de Pliny; la edición de 1477 es uno de los primeros herbarios impresos e
ilustrados.

Manuscritos del siglo XV


En la época medieval, los herbarios medicinales se referían generalmente a los
boticarios (médicos o doctores) como "simples" o "oficinales". Antes de 1542, las
obras utilizadas principalmente por los boticarios fueron los tratados sobre
medicina de Avicenna y Liber De Simplici Medicina de Serapion. El De Synonymis y
otras publicaciones de Simon Januensis, el Servitoris Liber de Bulchasim Ben
Aberazerim, que describió las preparaciones hechas a partir de plantas, animales y
minerales, proporcionó un modelo para el tratamiento químico de las farmacopeas
modernas. También estaba el Antidotarium Nicolai de Nicolaus de Salerno, que
contenía medicamentos galénicos dispuestos en orden alfabético.

España y Portugal – de Orta, Monardes, Hernández


Los españoles y portugueses fueron exploradores, los portugueses a la India (Vasco
da Gama) y Goa, donde el médico García de Orta (1490-1570) basó su obra Coloquios
dos Simples (1563). El primer conocimiento botánico del Nuevo Mundo vino del
español Nicolas Monardes (1493–1588) que publicó Dos libros entre 1569 y 1571. El
trabajo de Hernández sobre la medicina a base de hierbas de los aztecas ya ha sido
discutido.

Alemania – Bock, Brunfels y Fuchs


Otto Brunfels (aprox. 1489-1534), Leonhart Fuchs (1501-1566) y Hieronymus Bock
(1498-1554) fueron conocidos como los "padres alemanes de la botánica", aunque este
título desmiente el hecho de que siguieron los pasos de la célebre científica
Hildegard de Bingen, cuyos escritos sobre la herboristería eran Physica y Causae et
Curae (conocidos juntos como Liber subtilatum) de 1150. El manuscrito original ya
no existe, pero se imprimió una copia en 1533. Otro herborista importante fue
Valerius Cordus (1515–1544). El Herbarum Vivae Eicones (1530) de Brunfels contenía
las admiradas ilustraciones botánicamente precisas en color de xilografías
originales de Hans Weiditz junto con descripciones de 47 especies nuevas para la
ciencia. Bock, al proponerse describir las plantas de su Alemania natal, produjo el
New Kreuterbuch de 1539 que describía las plantas que había encontrado en los
bosques y campos pero sin ilustraciones; esto se complementó con una segunda
edición en 1546 que contenía 365 xilografías. Bock fue posiblemente el primero en
adoptar una clasificación botánica en su herbario que también cubría detalles de
ecología y comunidades vegetales. En él, estaba poniendo énfasis en las
características botánicas más que en las medicinales, a diferencia de los otros
herbarios alemanes y prefigurando la flora moderna. De Historia Stirpium (1542 con
una versión alemana en 1843) de Fuchs fue una publicación posterior con 509
xilografías de alta calidad que volvieron a prestar mucha atención al detalle
botánico: incluía muchas plantas introducidas en Alemania en el siglo XVI que eran
nuevas en la ciencia. La obra de Fuchs es considerada como una de las más logradas
del período renacentista.

Países Bajos – Dodoens, Lobel, Clusius


El impresor flamenco Christopher Plantin estableció una reputación publicando las
obras de los herbolarios holandeses Rembert Dodoens y Carolus Clusius y
desarrollando una vasta biblioteca de ilustraciones. Las traducciones de los
primeros textos greco-romanos publicados en alemán por Bock en 1546 como
Kreuterbuch fueron posteriormente traducidas al neerlandés como Pemptades por
Dodoens (1517-1585) que era un botánico belga de renombre mundial. Esta fue una
elaboración de su primera publicación Cruydeboeck (1554). Matthias de Lobel (1538–
1616) publicó su Stirpium Adversaria Nova (1570–1571) y una masiva compilación de
ilustraciones mientras que el magnum opus de Clusius (1526–1609) fue Rariorum
Plantarum Historia de 1601, que fue una compilación de sus floras españolas y
húngaras e incluyó más de 600 plantas nuevas para la ciencia.
Italia – Mattioli, Calzolari, Alpino
En Italia, dos herbarios empezaron a incluir descripciones botánicas. Entre los
herbolarios notables se encontraban Pietro Andrea Mattioli (1501-1577), médico de
la aristocracia italiana y su Commentarii (1544), que incluía muchas especies
recién descritas, y su herbario más tradicional, Epistolarum Medicinalium Libri
Quinque (1561). A veces, la flora local fue descrita como en la publicación Viaggio
di Monte Baldo (1566) de Francisco Calzolari. Prospero Alpini (1553-1617) publicó
en 1592 el muy popular relato de las plantas en el extranjero, De Plantis Aegypti,
y también estableció un jardín botánico en Padua en 1542, que junto con los de Pisa
y Florencia, se encuentran entre los primeros del mundo.

Inglaterra – Turner, Gerard, Parkinson, Culpeper


El primer herbario verdaderamente impreso en Gran Bretaña fue el Herball de Richard
Banckes de 1525 que, aunque popular en su época, no contenía ilustraciones y pronto
fue eclipsado por el más famoso de los primeros herbarios impresos, el Herball
Grete de Peter Treveris de 1526 (derivado a su vez del Grand Herbier francés).

William Turner (1508-1568) fue un naturalista, botánico y teólogo inglés que


estudió en la Universidad de Cambridge y eventualmente se hizo conocido como el
“padre de la botánica inglesa”. Su publicación de 1538, Libellus de re Herbaria
Novus, fue el primer ensayo sobre botánica científica en inglés. Su obra en tres
partes A New Herball de 1551–1562–1568, con ilustraciones xilográficas tomadas de
Fuchs, destacaron por sus contribuciones originales y su extenso contenido
medicinal; también fue más accesible para los lectores, siendo escrito en inglés
vernáculo. Turner describió más de 200 especies autóctonas de Inglaterra y su obra
tuvo una fuerte influencia en eminentes botánicos posteriores como John Ray y Jean
Bauhin.

John Gerard (1545-1612) es el más famoso de todos los herbolarios ingleses. Su


Herball de 1597 es, como la mayoría de los herbarios, derivado en gran parte.
Parece ser una reformulación del Kreuterbuch de Hieronymus Bock, posteriormente
traducido al neerlandés como Pemptades por Rembert Dodoens (1517-1585), y de ahí al
inglés por Carolus Clusius, (1526-1609) y luego reelaborado por Henry Lyte en 1578
como un Herball Nievve. Esto se convirtió en la base del Herball de Gerard o
General Historie of Plantes que apareció en 1597 con sus 1800 xilografías (solo 16
originales). Aunque en gran parte derivado, la popularidad de Gerard se puede
atribuir a su evocación de plantas y lugares en la Inglaterra isabelina y a la
clara influencia de jardines y jardinería en este trabajo.

Había publicado, en 1596, Catalogus, que era una lista de 1033 plantas que crecían
en su jardín. John Parkinson (1567-1650) fue boticario de Jaime I y miembro
fundador de la Worshipful Society of Apothecaries (sociedad de farmacéuticos). Era
un jardinero entusiasta y hábil, su jardín en Long Acre estaba lleno de rarezas.
Mantuvo una correspondencia activa con importantes botánicos ingleses y
continentales, herbolarios y jardineros que importaban plantas nuevas e inusuales
del extranjero, en particular del Levante y Virginia. Parkinson es célebre por sus
dos obras monumentales, el primer Paradisi en Sole Paradisus Terrestris en 1629:
este fue esencialmente un libro de jardinería, un florilegio por el que Carlos I le
otorgó el título Botanicus Regius Primarius – Royal Botanist. El segundo fue su
Theatrum Botanicum de 1640, el herbario más grande jamás producido en el idioma
inglés. Carecía de ilustraciones de calidad de las obras de Gerard, pero era un
compendio masivo e informativo que incluía cerca de 3800 plantas (el doble de la
primera edición Herball de Gerard), más de 1750 páginas y más de 2700 xilografías.
Este fue efectivamente el último y culminante herbario de su tipo y, aunque incluía
más plantas sin uso económico o medicinal perceptible que nunca antes, estaban no
obstante dispuestas de acuerdo con sus propiedades en lugar de sus afinidades
naturales.
Nicholas Culpeper (1616–1654) fue un botánico, herbolario, médico, boticario y
astrólogo inglés del East End de Londres. Sus libros publicados fueron Un
Directorio Físico (1649), que era una farmacopea pseudocientífica. The English
Physitian (1652) y el Complete Herbal (1653) contienen una rica reserva de
conocimientos farmacéuticos y herbarios. Sus obras carecen de credibilidad
científica debido a su uso de la astrología, aunque combina enfermedades, plantas y
pronóstico astrológico en un simple sistema integrado que ha demostrado ser popular
hasta la actualidad.

Origen del herbario actual


Desde la antigüedad, los botánicos, particularmente interesados en el estudio de
las plantas medicinales que eran denominadas «hierbas», mantenían colecciones
representativas de estas plantas, preparadas y conservadas con fines de referencia.
La palabra latina herbarium para describir estas colecciones fue introducida o
acuñada por Carlos Linneo en el siglo XVIII. Este es el origen del término herbario
que, gracias al botánico francés Joseph Pitton de Tournefort, se utiliza de un modo
amplio para describir a toda colección de especímenes vegetales preservados en
forma permanente para fines de estudio.

Se considera que el primer herbario del mundo fue preparado en Italia por Luca
Ghini, profesor de Botánica en la Universidad de Bolonia, quien en 1551 pegó
plantas secas sobre papel para enviarlas por correo. Su método, no muy diferente
del actual, consistía en desecar las plantas mediante la presión ejercida entre
pliegos de papel, permitiendo así la conservación de las muestras para su estudio
posterior. Su técnica se difundió más tarde al resto de Europa y adquirió una gran
importancia durante los siglos XVII y XVIII, época en que se realizaron
exploraciones a territorios por entonces desconocidos para los europeos, con el
objeto de coleccionar la mayor cantidad posible de especies nuevas. Como resultado
de estas expediciones botánicas, se descubrieron cantidades de nuevas especies, las
que era necesario herborizar para su estudio posterior. Se crearon así los
principales herbarios institucionales, asociados a jardines botánicos que
gestionaban los recursos vegetales de las colonias. En la actualidad existen
centenares de grandes herbarios que atesoran un inmenso archivo vegetal que es el
resultado —y a la vez el testimonio científico— de la investigación en Botánica. Se
han realizado muchos progresos en los materiales, la conservación y la
documentación de los herbarios, pero la técnica básica sigue siendo similar a la
creada por Ghini.89

En los siglos XVI y XVII los herbarios eran fundamentalmente colecciones privadas,
pero luego comenzaron a depositarse en lugares específicamente establecidos para
contener miles a millones de ejemplares. Es por ello, que actualmente se incluye en
el término “herbario” también al lugar físico donde se depositan los ejemplares.
Asimismo, se usa también el término "colección" para aludir al conjunto de
ejemplares de plantas secas y prensadas.

En la actualidad, la mayoría de los países poseen herbarios nacionales y se cree


que existen alrededor de 1800 herbarios públicos en el mundo, asociados a
universidades, museos o institutos de investigación. Estos herbarios guardan,
principalmente los pequeños, colecciones de plantas superiores y, en menor
proporción, especímenes de plantas inferiores. Sin embargo, herbarios como los de
Kew, Nueva York, París y Estocolmo, mantienen colecciones notables de hongos y
líquenes procedentes de diversas partes del mundo.9 Las primeras muestras secas de
hongos se atribuyen al micólogo Christiaan Hendrik Persoon quien inició su
colección a principios del siglo XIX. Este valioso material se conserva hoy en el
Herbario de Leiden, en Holanda. El establecimiento de herbarios micológicos en
forma independiente, es decir, herbarios dedicados exclusivamente a la conservación
de colecciones de hongos, es de fecha relativamente reciente. Entre los herbarios
micológicos de más amplia trayectoria se cuentan el del Commonwealth Mycological
Institute, en Kew, Surrey, Inglaterra, fundado en 1922 y la Colección Nacional de
Hongos del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos en Beltsville,
Washington, fundada en 1955.9

Importancia y objetivos
Los herbarios son herramientas de primordial importancia para la Taxonomía, entre
otras razones porque proveen el material comparativo que es fundamental para
descubrir o confirmar la identidad de una especie, o determinar si la misma es
nueva para la ciencia, es decir que no ha sido descripta con anterioridad.10
Adicionalmente, los herbarios son esenciales para realizar investigaciones en áreas
tales como Sistemática, Ecología, Evolución, Morfología, Anatomía, Etnobotánica,
conservación de recursos naturales, Biogeografía, Medicina, Criminalística,
Paleobotánica, Palinología, Genética y para proveer materiales de referencia en
jardinería y educación.11 Los herbarios son una fuente de información acerca de las
plantas y del medio en el que habitan y suponen en sí mismos un registro permanente
de la biodiversidad.12139

Los objetivos del herbario son: (a) almacenar materiales de referencia. Para ello
se requiere la preservación de los ejemplares y un tipo de ordenamiento que
facilite su ubicación; (b) facilitar su uso por parte de los investigadores. Para
ello se requiere de un sistema ágil de préstamo, canje y donación de los
ejemplares; (c) educar formal e informalmente. El herbario cumple un rol educativo
en el ámbito académico (tanto universitario como preuniversitario) y en el no
académico mediante exhibiciones, muestras, folletos, cursos, charlas, cuadernillos
y visitas guiadas.141

Tipos de herbarios y de colecciones


Se pueden identificar diferentes tipos de herbario de acuerdo a los especímenes que
estos albergan. Así, se denominan herbarios internacionales a aquellos que
presentan ejemplares provenientes de floras de todo el mundo, herbarios nacionales
a los que mantienen especímenes de un país específico y herbarios regionales y
locales, finalmente, a los que almacenan ejemplares de una región, provincia o de
una pequeña área. Los herbarios de enseñanza son aquellos adscriptos a una
institución educativa y en los que los estudiantes depositan sus propias
colecciones. Los herbarios de investigación albergan especímenes que representan un
campo específico del conocimiento, como por ejemplo, plantas medicinales, malezas o
plantas cultivadas; familias específicas, como por ejemplo Fabaceae o Asteraceae; o
un determinado grupo de vegetales, tales como plantas acuáticas o briófitas.1

Dentro de un herbario, además de la colección principal de especímenes secos de


plantas, también se pueden encontrar colecciones de frutos y semillas, especímenes
voluminosos, muestras de madera, briófitas, hongos, fósiles y material vegetal
conservado en líquidos preservativos. Las ilustraciones, fotografías, copias de
especímenes, como también los preparados microscópicos, forman también parte de las
colecciones del herbario.1

Descripción
Un herbario es una colección de plantas secas, prensadas, pegadas con goma y papel
engomado en cartulinas de 45 cm x 30 cm. Hongos, líquenes y briófitos se conservan
en sobres de papel o en cajitas de cartón. Cada ejemplar posee una etiqueta con
datos de gran interés biológico, que los botánicos y otros profesionales afines
pueden consultar. Además, un herbario puede poseer especímenes en líquido
preservante, colecciones de frutos y semillas secos, maderas, hongos y otros
organismos frágiles liofilizados. Cuando un herbario cuenta con cientos, miles o
millones de estos especímenes, la información que provee es una fuente primaria de
conocimiento para estudios taxonómicos, ecológicos, ambientales y etnobotánicos.15

Estas plantas se conservan largo tiempo, y constituyen un banco de información que


representa la flora o vegetación de una región determinada en un espacio reducido.
Para ello, conviene conocer y seguir unas pautas básicas.
Secado de especímenes en un herbario de Burkina Faso.
Estos especímenes se usan con frecuencia como material de referencia para definir
el taxón de una planta; pues contienen los holotipos para estas plantas.

Colección de ejemplares
Un espécimen o ejemplar de herbario es el documento permanente de una especie,
variedad de una especie o población que existe en un determinado tiempo y lugar. El
valor y uso futuro de un espécimen depende en gran medida del cuidado con que el
colector selecciona, colecta y prepara a los especímenes.

Una vez en el lugar de colecta, se procede a la recolección de los especímenes. Es


conveniente seleccionar materiales vigorosos, evitando que estén enfermos, dañados
por insectos o comidos por otros animales. Los especímenes deben ser típicos, es
decir representativos de la especie, pero también deben colectarse plantas que
exhiban todo el rango de variación de la población. Raíces, bulbos o cualquier
parte subterránea de la planta deben ser cuidadosamente extraídas, tratando de
remover la tierra que queda adherida. Es preferible colectar especímenes con flores
y en frutos, dado que usualmente son necesarios para la futura determinación del
ejemplar. Es siempre conveniente colectar duplicados del material (por ejemplo, si
es un arbusto se colectan varias ramas), excepto en el caso de plantas raras o
protegidas, para que luego se pueda realizar intercambio de ejemplares con otros
herbarios o para enviar el ejemplar como donación a algún especialista que lo
identifique. Si se está colectando material para estudios citológicos (pimpollos,
ápices de raíces), anatómicos (órganos vegetales), moleculares (hojas), etc.
siempre se debe colectar el ejemplar o parte del ejemplar del cual se toma la
muestra, que servirá de testigo. Se deben colectar tantas plantas como sea posible,
sin dejar de lado las plantas poco vistosas o difíciles de identificar.1416

Documentación
Una vez coleccionadas las plantas en el campo, se confecciona una etiqueta, donde
se consigna la mayor cantidad de datos posibles del ejemplar y del sitio de
recolección, tales como: nombre científico, nombre vulgar, familia a la que
pertenece, localidad de recolección (país, provincia, departamento, lugar exacto),
latitud, longitud, fecha, colector, datos de la vegetación circundante, datos del
lugar en el que crece, color de la planta, flor y fruto, olor, insectos
relacionados con la planta. Además, se registra todo otro dato que el coleccionista
considere de relevancia y que no pueden ser observados con posterioridad, como por
ejemplo, el tamaño y aspecto de la planta entera (si se cogió solo un trozo), el
hábito (si es rastrera, trepadora, bulbosa), su abundancia relativa, el estado
fenológico (si tiene hojas para las plantas de hoja caduca, estado de la floración,
fructificación, etc.), datos de uso y nombres vulgares obtenidos de la gente del
lugar.178

El proceso de herborización
Prensado
Para preparar una planta colectada a campo y destinada al herbario es necesario
secarla y deshidratarla bajo presión lo más rápidamente posible. Este proceso se
lleva a cabo mediante el prensado. Una prensa de campo sencilla consta de dos
tableros sólidos unidos por tornillos o correas, entre los que se introducen los
pliegos de papel que contienen las plantas, separados por almohadillas absorbentes.
Las plantas se estiran y acomodan sobre la hoja de papel en el que se van a
prensar, procurando que sus órganos tengan una disposición semejante a la que
tenían en vivo. Si el ejemplar es grande se puede doblar sobre el pliego mientras
está fresco. Se empieza por colocar la parte superior de la planta en paralelo al
eje mayor del rectángulo de papel. Llegando a la base de este se dobla el tallo de
la planta, en un ángulo agudo, de modo de llegar arriba del papel otra vez con el
tallo, y se repite de nuevo el doblez, cuantas veces sea necesario. Este plegado en
zigzag es el más conveniente para que las plantas no se rompan, se ajusten al
tamaño del papel y no sobresalgan por los bordes. Las hojas de las plantas deben
estar siempre estiradas, unas mostrando el haz y otras el envés, para apreciar los
caracteres del indumento y de la nerviación por ambas caras. Las hojas de papel que
contengan los ejemplares dispuestos, se separan sobre el papel con almohadillas
absorbentes, o bien un grupo de hojas de periódicos. De este modo, no es necesario
sacar las plantas de los pliegos donde tan cuidadosamente se han colocado, sino que
se reemplazan las almohadillas húmedas por otras secas cuando sea necesario.171819

Etiquetado
Una vez que las plantas están prensadas, secas y determinadas se procede a
guardarlas en el herbario. Cada ejemplar debe llevar una leyenda en una etiqueta en
la que consten los siguientes datos: nombre de la especie, datos sobre las
preferencias ecológicas del espécimen, lugar donde se recogió, especificando sus
características topográficas, altitud, coordenadas UTM, ciudad o pueblo más
cercano, y provincia; fecha de la herborización; nombre del recolector precedido de
legit (se abrevia leg.) y número de orden de la planta en su inventario; nombre del
responsable de la identificación de la especie (se antepone determinavit (se
abrevia det.) al nombre del botánico que hizo la identificación.17

Preparación de un espécimen para montarlo en una hoja de papel.


Conservación y montaje
Uno de los métodos para conservar los ejemplares de herbario es el de congelar los
especímenes secos durante 4 días a -32 °C de modo tal de matar todos los insectos,
larvas y depredadores que pudiesen destruirlas. El montaje consiste en fijar el
ejemplar o ejemplares en un soporte definitivo junto con su etiqueta. Hay diversos
métodos. El más sencillo consiste en fijar las plantas mediante tiritas de adhesivo
de tela (esparadrapo o similar), sobre una cartulina o papel grueso, de color
blanco y de tamaño estándar internacional (23,5cm x 39cm). En primer lugar se pega
la etiqueta en el ángulo inferior derecho del pliego. Luego se dispone la planta (o
las plantas) en una posición lo más natural posible y se sujetan por aquellas
partes que no importe tapar, nunca por la base de las hojas o tocando las flores,
salvo que estas sean muy grandes, sino por el centro de los entrenudos, pedicelos y
pedúnculos. Cuando las plantas son muy pequeñas se montan una o dos y el resto se
mete en un sobre de papel, que se fijará con cola cerca del centro de la cartulina.
Las partes que se hayan desprendido o se puedan desprender, como flores sueltas,
hojas o semillas, se meten también en un sobre de papel que se pegará
preferentemente cerca del ángulo superior derecho del pliego. El ejemplar así
montado se guarda en un pliego doble de papel fino (denominado camisa), en cuyo
borde inferior se anotará a lápiz la familia y la especie. Otra posibilidad es
pegar sobre el borde de la cartulina una hoja de papel fino y translúcido.81820

Los grandes herbarios tienen miles de ejemplares guardados convenientemente en


cajas y armarios.
Almacenamiento y ordenación
Los pliegos deben resguardarse del polvo, de la humedad, de la luz directa y de los
insectos. A los ejemplares se les otorga un número de ingreso en la colección, se
protege cada pliego con una camisa de papel consistente, y todos los pliegos de una
misma subespecie, especie, sección o género, se guardan entre dos fuertes cartones
que se atan con una cinta. Uno o varios paquetes de pliegos, dependiendo de su
volumen, se guardan en cajas de cartón con el contenido debidamente identificado en
lugar accesible y fácil de leer. Estas a su vez se colocan en un armario metálico
de cierre hermético que permiten almacenarlas en gran cantidad, en un mínimo
espacio y a humedad constante. Asimismo, el cierre hermético impide la infestación
de los materiales del herbario por insectos, los que podrían acabar en poco tiempo
con todos los ejemplares.17nota 1 Frecuentemente, las puertas del armario presentan
un espacio donde se pueden colocar insecticidas o bolas de naftalina.182223
Hay tres criterios básicos para clasificar y ordenar los materiales de un herbario.
Un primer criterio, denominado taxonómico, ordena a los ejemplares de acuerdo a su
clasificación biológica, lo que permite comparar especies y géneros próximos para
identificar un ejemplar nuevo. Un segundo criterio, de índole geográfica, agrupa a
los ejemplares según su procedencia, lo cual es de relevancia en el caso de
herbarios de ámbito geográfico mundial. Finalmente, los ejemplares también pueden
ordenarse, simplemente, por orden alfabético; lo que permite un acceso rápido a
cada uno de ellos.8

Los herbarios más grandes del mundo

Entrada principal del Jardín Botánico de Nueva York (Bronx, Nueva York, Estados
Unidos), donde se encuentra uno de los principales herbarios del mundo, el cual
alberga 8 millones de ejemplares.
Existen más de 3.300 herbarios públicos en el mundo,24 los cuales suman unos 270
millones de pliegos, que representan, además de las 250.000 especies de plantas
vasculares conocidas hasta el momento, muchas otras aún no identificadas. La
información sobre estos herbarios se resume en el Index herbariorum, obra que se
reedita periódicamente, en la que a cada herbario se le designa con una sigla
particular además de proveer información adicional acerca de la dirección de cada
herbario, el número de ejemplares que posee, el nombre de los principales
especialistas que allí trabajan y las plantas sobre las que investigan, y el nombre
de los principales colectores.25 Desde 1997 existe una versión en línea de acceso
público.[1]

El herbario con el mayor número de especímenes es el del Museo Nacional de Historia


Natural de Francia (P)nota 2 (París, Francia) con aproximadamente nueve millones.
Le siguen el del Jardín Botánico de Nueva York (NY) (Bronx, Nueva York, Estados
Unidos) y el del Jardín Botánico del Instituto Botánico V.L. Komarov (LE) (San
Petersburgo, Rusia) con 8 millones de ejemplares; el herbario del Real Jardín
Botánico de Kew (K) (Kew, Reino Unido) con 6 millones, y con números decrecientes
los herbarios del Conservatorio y Jardín Botánico de Ginebra (G) (Ginebra, Suiza),
el del Jardín Botánico de Misuri (MO) (San Luis, Misuri, Estados Unidos), el del
Museo de Historia Natural de Londres (BM) (Londres, Reino Unido), el Herbario de la
Universidad de Harvard (HUH) (Cambridge, Massachusetts, Estados Unidos), el del
Museo Sueco de Historia Natural (S) (Estocolmo, Suecia) y el Herbario Nacional de
Estados Unidos, Instituto Smithsoniano (US) (Washington D. C., Estados Unidos). En
su conjunto, los herbarios de los Estados Unidos de América reúnen el mayor número
de ejemplares no tipo (el mayor número de ejemplares tipo se encuentra en el
herbario W en Viena, Austria), y le sigue Francia, Rusia, el Reino Unido, Suecia y
Alemania.

Entre los herbarios notables del mundo de habla castellana y portuguesa hay que
citar el de la Universidad Nacional Autónoma de México y el del Real Jardín
Botánico de Madrid (MA) —con 1 400 000 especímenes cada uno—, el de la Universidad
de Coímbra (COI) y el del Instituto Botánico de Barcelona (BC) cada uno con 800 000
pliegos, los de la Fundación Miguel Lillo, de Tucumán, y la Universidad de Buenos
Aires, con 700 000 ejemplares, el Herbario Nacional Colombiano, el del Museo de La
Plata, el del la Universidade Federal do Rio de Janeiro, y el la Universidad
Nacional Mayor de San Marcos, cada uno de ellos con 500 000. Hay que considerar que
las muestras más extensas de plantas lationamericanas residen en herbarios
europeos, no necesariamente ibéricos, y de Estados Unidos. Por ejemplo, el Herbario
del Field Museum (F), de Chicago, contiene entre sus 2 700 000 pliegos los muchos
que forman el Herbario Neotropical.

Análisis moleculares del ADN sobre ejemplares de herbario


A pesar de que el ADN de los especímenes históricos es dificultoso de extraer y no
brinda muestras de ADN de buena calidad,27 se han desarrollado métodos de
extracción rápidos, confiables y que aseguran muestras de ADN de alta calidad
provenientes de ejemplares de herbario de más de 60 años (y hasta de más de 200
años),28 tanto de plantas superiores,29 como de hongos y líquenes.30Los análisis
moleculares de ADN de ejemplares de herbario permiten comparar la distribución y
variabilidad genética de especies raras o amenazadas en épocas históricas con la
distribución y variabilidad actual.3132

Herbario virtual
Véase también: Herbario virtual
Un herbario virtual es una página de internet fundamentada en una colección de
imágenes digitales de plantas preservadas o de partes de plantas, como así también
de ejemplares en condiciones naturales las que, a menudo, se acompañan con imágenes
escaneadas de ejemplares frescos. Cada espécimen virtual está acompañado de
información sobre el lugar y fecha de colección, autor, el nombre científico
correcto, el nombre común y, en general, con información de las especies asociadas
y preferencias ecológicas. La consulta de las especies que se hallan en estos
herbarios virtuales puede realizarse tanto por el nombre científico, como por el
nombre común. Los herbarios virtuales nacieron como una herramienta de consulta
gratuita a disposición de todos aquellos que quieran conocer los distintas plantas
de una determinada región, su ecología, distribución, nomenclatura, taxonomía, y
está dirigida a estudios científicos, organismos públicos, grupos ecologistas,
asociaciones vinculadas a la naturaleza, o simplemente, a quienes quieran
identificar las plantas a través de sus fotografías.333435

Véase también
Sistemática
Taxonomía
Xiloteca
Jardín botánico
Arboreto
Historia de la Botánica
Cruydeboeck
Notas
De hecho, uno de los principales problemas que se encuentran en el mantenimiento
de los herbarios —especialmente en regiones tropicales— es el daño ocasionado por
los insectos. Las plagas más fácilmente halladas en los herbarios son las
cucarachas, Lasioderma serricorne y Liposcelis bostrychophilus, así como también
los roedores.21
Las siglas detrás de cada institución corresponden al código internacional de
herbarios según aparecen en el Index Herbariorum.26
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Enlaces externos
Wikimedia Commons alberga una galería multimedia sobre Herbario.
Index Herbariorum. Base de datos consultable de los herbarios del mundo.
La encuesta sobre nombres de plantas anglosajonas, The Anglo-Saxon Plant-Name
Survey
Los manuscritos herbales de las bibliotecas de la Universidad de Pensilvania,
Manuscript Herbals held by the University of Pennsylvania Libraries
Hortus sanitatis (1485) – facsímil digital de la Biblioteca Linda Hall, Hortus
sanitatis (1485) – digital facsimile from the Linda Hall Library
Ain Garten der Gesundheit (1487) – facsímil digital de la Biblioteca Linda Hall,
Ain Garten der Gesundheit (1487) – digital facsimile from the Linda Hall Library
Hortus sanitatis (1491) – facsímil digital de la Biblioteca Linda Hall, Hortus
sanitatis (1491) – digital facsimile from the Linda Hall Library
Imágenes digitales de páginas de 2 ediciones de Crüydeboeck (Dodoens, 1554 y 1608)
de Linda Hall Library, Digital images of pages from 2 editions of Crüydeboeck
(Dodoens, 1554 and 1608) from Linda Hall Library
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