Este cuento tradicional de la India nos cuenta la historia de cómo usando
el ingenio podemos triunfar por encima del ansia de poder y el orgullo.
En un bosque vivía un terrible león que se comía a todos
los animales que encontraba. Los otros animales del bosque estaban muy asustados, así que le prometieron que cada día le enviarían un animal para que se lo comiera con la condición de que dejara al resto en paz. Al león le pareció bien y así lo hicieron durante mucho tiempo.
Un día, le tocó al conejo ir a la cueva del león. Pero el
conejo no tenía miedo, incluso llegó tarde a su cita con el león. El temible león rugió: “¿Porqué llegas tarde, conejo?”. El conejo le respondió: “Estaba de camino a tu cueva, cuando un león aún más feroz que tú me detuvo”. El león escuchaba muy atento la explicación del conejo. “El otro león decía que él era el Rey. Siento decirte esto, pero me dijo que eras un bobo”.
El terrible león estaba muy enfadado. ¿Quién se creía que
era aquél león para pensarse que era mejor que él?. El león le pidió al conejo que le llevara al lugar dónde vivía ese impostor y el conejo llevó al león hasta el pozo y le dijo: “¡Está ahí dentro!”.
El león miró dentro del pozo y vio su propio reflejo en el
agua. Rugió muy fuerte y desde el fondo del pozo volvió su rugido dos veces más alto, porque hizo eco. El león saltó dentro del pozo, atacando su propio reflejo. Y así fue como el bosque se deshizo al fin del temible león que estaba acabando con los animales que allí vivían. Todo gracias al conejo, que usó su inteligencia para vencer al poder y la insensatez del león.