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Derechos Comercial III

Responsabilidad Patrimonial
Procedimiento de Liquidación
A) LA RESPONSABILIDAD PATRIMONIAL.

Toda obligación comprende, como elementos separados, la deuda y la responsabilidad. La deuda


indica solamente el deber de realizar la prestación. La responsabilidad es la sujeción al poder
coercitivo del acreedor.

En el derecho antiguo, las obligaciones nacían únicamente de los delitos. La deuda era el deber del
autor de un delito de pagar una compensación pecuniaria. La responsabilidad, en cambio, era la
posibilidad que el demandante de esa compensación y los miembros de su clan familiar tenían de
agredir al deudor, en virtud de la pérdida de la paz. Cuando, más adelante, las obligaciones nacen
también de los contratos, la distinción entre deuda y responsabilidad aparece más acentuada: la deuda
es el deber de una persona que ha prometido hacer o pagar algo; la responsabilidad, entendida en el
sentido de sumisión al poder jurídico del acreedor, no nace sino en virtud de un acto formal por el
que se constituye un objeto de responsabilidad, que se crea por la dación de un rehén o de una prenda.

Idéntica distinción se aplica en el Derecho romano, contraponiendo las ideas de debitum y de


obligatio: el obligatus no es la persona que debe, sino la persona entregada como rehén para asegurar
que será cumplido el debitum. Pero, mientras que el debitum puede constituirse mediante una simple
pro- mesa o pacto, la obligatio sólo nace si se especifica a través de un acto formal (nexum, sponsio,
etc.).

La distinción entre deuda y responsabilidad, como elementos conceptuales distintos, se ha mantenido


en la terminología jurídica de todos los países. Tal distinción, en sede teórica, es clara en nuestro
Código Civil (v. Art. 2465 del cumplimiento de las obligaciones responde el deudor con todos sus
bienes presentes y futuros).

El concepto de responsabilidad patrimonial tiene un gran significado para el Derecho concursal. El


fundamental principio de la responsabilidad patrimonial universal por deudas se encuentra formulado
en nuestro Ordenamiento en el Art. 2465 del C.C. Y, ello implica una sujeción del patrimonio del
deudor: si la prestación objeto de la obligación no cumple, el perjudicado puede agredir el patrimonio
del deudor para obtener la satisfacción de la obligación no cumplida o por equivalente.

B) INCUMPLIMIENTO E INSOLVENCIA.

Si el deudor no satisface la deuda, se produce el incumplimiento, situación que se refiere a una


relación concreta.

La insolvencia es una situación de carácter económico con relevancia jurídica. La insolvencia no es


una situación en la que están presentes un acreedor y un deudor en una relación crediticia, sino la
situación en la que se encuentra un deudor en relación con su patrimonio, como consecuencia de la
cual, de una parte, le es imposible llevar a cabo el débito y, de otra, adolece de una insuficiencia
patrimonial para proporcionar el equivalente para la satisfacción debida al acreedor con objeto de
hacer frente a la responsabilidad.

Más el problema de la insolvencia es el de cómo se comprueba. A veces, se manifiesta por la


indicación del contenido patrimonial de determinadas personas (Art. 25 del C. de C.), a través de los
libros de contabilidad que, por Ley, deben llevar; pero no se puede exteriorizar el estado de su
patrimonio, porque el secreto contable les ampara (Art. 42 C. de C.). Siendo la insolvencia el estado
de un patrimonio incapaz de satisfacer las deudas que sobre él pesan, normalmente se manifestará por
el incumplimiento de las obligaciones vencidas. Etimológicamente la palabra insolvencia proviene
de non-solvit, el que no paga. Cuando el incumplimiento se generaliza, da lugar a la situación de
insolvencia.

La insolvencia como estado interno del patrimonio se manifiesta al exterior, entre otros modos,
mediante la cesación de pagos. Mientras que la insolvencia es una situación patrimonial, el
incumplimiento es un concepto jurídico y depende, en ocasiones, de la voluntad del deudor.

C) EJECUCIÓN INDIVIDUAL Y EJECUCIÓN COLECTIVA.

El débito impone la obligación al deudor de realizar un comportamiento que puede ser exigido por el
acreedor. Normalmente se hará efectivo por voluntad del deudor. Pero, si se niega, el acreedor puede
imponer, impetrando el auxilio de los órganos judiciales, el cumplimiento forzoso y obtener una
satisfacción por equivalente, mediante la ejecución. La ejecución se configura como un medio de
agresión sobre el patrimonio del deudor, que pretende situar al acreedor en una posición semejante a
la que tendría lugar en el caso de que el deudor hubiese cumplido voluntariamente.

La ejecución puede configurarse en dos planos: en el plano individual o de ejecución aislada, que se
promueve para la efectividad de una obligación determinada y respecto de unos bienes concretos del
patrimonio del deudor; y en el campo general o de ejecución universal, que se da cuando existe una
pluralidad de obligaciones que pesan sobre la totalidad del patrimonio del deudor, insuficiente para
satisfacer los derechos que ostenta generalmente una pluralidad de acreedores. En esta última
situación, el procedimiento de las ejecuciones aislada significaría necesariamente, para algunos
acreedores, la imposibilidad de satisfacer su derecho de crédito, mientras que otros (los más astutos
o veloces, audaces o próximos al afecto del deudor común) percibirían íntegramente sus créditos.

Una elemental exigencia de justicia impone en estos casos una organización de defensa de los
acreedores, como colectividad, mediante el establecimiento de una normativa especial; el Derecho
concursal (concurrere: correr conjuntamente). Al estímulo individual o egoísta propio del sistema de
las ejecuciones aisladas se opone un principio de equidad; el régimen del azar o del favor debe
sustituirse por el de comunidad de pérdidas y el tratamiento paritario (par condicio) de todos los
acreedores, cuando el patrimonio del deudor no basta para satisfacer a todos ellos íntegramente sus
créditos.

D) OBJETIVOS QUE TUVO EN CUENTA EL LEGISLADOR PARA CAMBIAR EL


DERECHO CONCURSAL CHILENO.

Según la historia fidedigna de la ley sus objetivos tienen por finalidad i) incentivar la reorganización
efectiva de empresas viables, ii) liquidar rápidamente a las empresas no viables y iii) establecer un
mecanismo para que las personas naturales renegocien colectivamente sus obligaciones y/o liquiden
sus bienes.

Lo anterior implica también una reformulación de la terminología utilizada, cambiando, por ejemplo,
el concepto de fallido por el de deudor; el de convenio por reorganización; el de quiebra por
liquidación y, en caso de las personas naturales, refiriéndose a un proceso de renegociación.
Estos propósitos se concretan en diez líneas de innovación que la ley en estudio viene a incorporar, a
saber:

1.- Ámbito de aplicación. El proyecto contempla procedimientos adecuados para cada deudor en
dificultades, distinguiendo entre empresas y personas. La anterior ley no establecía con precisión
quienes podían ser sujetos pasivos de la quiebra. Esta falta de precisión trajo problemas interpretativos
como, por ejemplo, que se sostenía por algunos que las personas jurídicas de derecho privado
(corporaciones y fundaciones) quedaran fuera de la quiebra.

2.- Justicia especializada. Se considera la distribución preferente de los procesos concursales a


tribunales ordinarios de justicia especialmente capacitados. Ello no implica crear nuevas judicaturas,
sino establecer, tal como se hizo en la ley que crea un sistema de responsabilidad de los adolescentes
por infracciones a la ley penal, una especialización efectiva en materia de quiebras para un conjunto
acotado de jueces civiles, que tendrían competencia preferente para conocer de estas materias.

3.- Creación del “Boletín concursal”. que será una plataforma electrónica a cargo de la
Superintendencia, sin costo para sus usuarios, en la que se publicarán todas las resoluciones y
actuaciones que se dicten en los procedimientos concursales.

4.- Establecimiento de un procedimiento de determinación del pasivo. que comprende la


verificación por acreedor ante el tribunal, una instancia de objeción de créditos presentados y una
arbitración de las objeciones por parte del veedor o liquidador nombrado, el que genera una nómina
de créditos reconocidos y otra con los impugnados, con el fin de que el tribunal resuelva en definitiva.

5.- Creación de un procedimiento de arbitraje concursal de carácter voluntario y destinado


únicamente a empresas. Explicó que en caso de que este procedimiento tenga por finalidad la
reorganización, requiere la subscripción de una carta de apoyo por la mayoría absoluta de los
acreedores, pero si tiene por objetivo la liquidación de la empresa, necesita del voto conforme de los
2/3 del pasivo.

6.- Creación de nuevos entes concursales: el veedor y el liquidador. Con esta medida, se busca
diferenciar perfiles, correspondiéndole al veedor propender a acuerdos de reorganización y al
liquidador, la función de liquidar activos. Ambas funciones eran cumplidas en la antigua ley por el
sindico.

7.- nueva regulación para las acciones revocatorias concursales. La anterior ley no establecía en
forma clara quienes eran los sujetos que tenían legitimación activa para deducir las acciones
revocatorias y tampoco si dichas acciones tenían que dirigirse contra el tercero que contrató con el
deudor, o contra ambos, o contra el síndico que representaba al fallido. Además, la normativa que
regulaba la fecha de cesación de pagos (distinguía entre deudor comerciante y deudor común) no
tenía criterios objetivos para el caso del deudor calificado siendo indispensable tener una certeza
acerca del periodo sospechoso (periodo en que se celebrada el acto o contrato susceptible de ser
revocado).

La actual ley contiene una clara normativa al respecto (acciones revocatorias objetivas y acciones
revocatorias subjetivas, distinguiendo para ambos tipos de deudores).
8.- Conductas punibles. Se eliminan las presunciones de quiebra fraudulenta y culpable y se tipifican
nuevas conductas penales comunes asociadas a procedimientos concursales en el Código Penal,
asignándoles penas específicas. La actual ley concursal sólo tutela aspectos netamente civiles.

9.- Se recoge la regulación modelo de insolvencia transfronteriza acordada por la comisión de


las naciones unidas para el Derecho Mercantil internacional (UNCITRAL). La anterior ley de
quiebras no contemplaba normas relativas a la insolvencia transfronteriza, salvo las normas relativas
a la notificación al acreedor en el extranjero a objeto de verificar sus créditos.

10.- reestructuración de la Superintendencia. Se le asigna un nuevo nombre: “Superintendencia


de Insolvencia y Reemprendimiento” (en adelante Sir); se le otorga cobertura nacional con presencia
regional; se establece que se relacionará con el Ejecutivo a través del Ministerio de Economía,
Fomento y Turismo; se le otorga el carácter de institución fiscalizadora, y se entrega el nombramiento
de su dirección al sistema de Alta Dirección Pública.

Con esta ley, el proceso de quiebra tendrá un profundo cambio en su estructura: establecerá un
mecanismo más ágil para no afectar en exceso a las partes involucradas y facilitará la opción de
reemprender tras un fracaso. El énfasis de la nueva ley está puesto en el reemprendimiento y en la
rehabilitación del deudor, teniendo siempre en consideración que el emprendedor, que hoy tiene un
problema de insolvencia, antes fue alguien que generó riquezas, que generó empleos y que fue
contribuyente del Estado. Mientras más rápido esta persona pueda volver a levantarse, y mientras
menor sea el estigma que el sistema pone sobre los hombros del deudor, más rápido podrá
reemprender y convertirse nuevamente en sujeto de crédito, en creador de riquezas, trabajo e
impuestos.

Además, en el procedimiento de liquidación, la persona deudora podrá obtener el término legal del
mismo en un período de menos de 8 meses, extinguiéndose los saldos insolutos de sus deudas y
recuperando la libre administración de sus bienes, entendiéndose rehabilitado para todos los efectos
legales.

La anterior ley derogada establecía que tanto empresas como personas naturales se sujetaban a un
mismo y único procedimiento. Pero con la nueva ley 20.720 de Insolvencia y Reemprendimiento, se
establece un modo especial para las empresas y otra forma exclusiva para las personas naturales.
Además, como se dijo, busca erradicar la palabra “quiebra” del vocabulario y reemplazarla por
“liquidaciones o reorganizaciones” cuando se trata de empresas y “renegociaciones” en personas.

En este último caso, se crean dos nuevos procedimientos: uno que le permite al deudor (persona
natural) renegociar sus obligaciones con sus acreedores; y otro que le da la facultad al individuo de
liquidar sus bienes, pagando a los acreedores acorde a las normas legales establecidas para el efecto.

Al no tratarse de un procedimiento judicial, sino que se trata de un procedimiento administrativo ante


la SIR. no se requiere de abogados. La persona encontrará disponible en la Superintendencia los
formularios necesarios para iniciar el procedimiento adecuado, debiendo acompañar el mismo ciertas
declaraciones relativas a la identificación de sus acreedores, sus bienes y sus ingresos.

El nuevo procedimiento de renegociación tiene por objeto ofrecer a esta clase de personas un
procedimiento administrativo y gratuito para ayudar a lograr acuerdos con sus acreedores. Con esto
se evita que el deudor deba ir, uno a uno, ante sus diferentes acreedores para poder renegociar su
deuda, ofreciéndose un único foro coordinado de discusión.

Este procedimiento se podrá iniciar por la misma persona deudora ante la nueva Superintendencia de
Insolvencia y Reemprendimiento a través de un formulario y presentando una solicitud de
renegociación. Esto, junto a ciertos antecedentes (principalmente relativos a sus deudas, ingresos y
bienes) y una propuesta de renegociación de sus obligaciones.

Con estos antecedentes, la Superintendencia en los 5 días hábiles siguientes realizará el chequeo
correspondiente y podrá declarar admisible la solicitud, ordenar la rectificación de antecedentes o
solicitar información adicional, o bien declararla inadmisible por resolución fundada.

Con este trámite iniciado y hasta el término del procedimiento, no se podrá solicitar la liquidación
forzosa ni voluntaria de la persona deudora, ni podrán iniciarse juicios ejecutivos o ejecuciones en su
contra. Además, se suspenden los plazos de prescripción extintiva de las obligaciones del deudor; no
se continúan devengando los intereses moratorios pactados en los actos o contratos de la persona
deudora; todos los contratos suscritos por el deudor mantienen su vigencia y condiciones de pago, sin
poder hacer efectivas las cláusulas de resolución o caducidad fundadas en el inicio del proceso. En
todo caso, cualquier interesado podrá objetar el listado de acreedores presentado por el deudor, y este
no podrá ejecutar actos ni contratos relativos a sus bienes embargables que sean parte de la diligencia.

Una vez que todos los procedimientos legales hayan sido terminados, se realizará una audiencia de
determinación del pasivo y una audiencia de renegociación, donde la Superintendencia actuará como
facilitadora y se propondrán y acordarán las nuevas condiciones que regirán las relaciones entre los
acreedores y el deudor. Si no se llegare a acuerdo en esta audiencia, se procederá a una audiencia de
ejecución, en la cual la Superintendencia presentará una propuesta de realización del activo del deudor
y dos o más acreedores que representen a lo menos el 50% del pasivo reconocido con derecho a voto,
o el 50% del pasivo contenido en la propuesta presentada por la autoridad del área.

F) PRINCIPIOS FORMATIVOS DE LA LEY N20.720.

Los principios o fundamentos esenciales que contiene esta nueva norma- tiva son los siguientes:

1.- Principio de la bilateralidad de la audiencia. - Este principio también denominado bilateralidad


del contradictorio aparece como una de las tantas concreciones de la garantía constitucional del
debido proceso, entendido éste por la doctrina como el derecho que tiene toda persona a que su causa
sea oída equitativa y públicamente y dentro de un plazo razonable por un juez independiente e
imparcial, establecido previamente por la ley y que cuente con la debida tutela judicial. Bilateralidad
de la audiencia viene a significar que el juez no podrá definir una pretensión presentada por el actor
sin antes oír a la contraparte.

Ejemplo de este principio lo encontramos en el “Juicio de Oposición” (arts. 121 a 129), por el cual el
deudor demandado de Liquidación Forzosa manifiesta por escrito su voluntad de controvertir el
mérito del libelo oponiendo las excepciones que contempla el Art. 464 del C.P.C.
2.- Principio de inmediación. - Inmediación significa, según Gimeno Sendra “que el juicio y la
práctica de la prueba ha de transcurrir ante la presen- cia directa del órgano jurisdiccional” (citado
por Nelson Contador y Cristián Palacios en “Procedimientos Concursales” Thomson Reuter, p. 37).
Ejemplo, la “Audiencia” (Art. 120) que se lleva a cabo ante el juez del concurso, en la cual se le
informa al Deudor acerca de la demanda presentada en su contra y de los efectos de un eventual
Procedimiento Concursal de Liquidación.

3.- Preeminencia de la Función Jurisdiccional. - La ley mantiene la intervención de los Tribunales


Ordinarios de Justicia en materias concursales, salvo claro está los concursos que se siguen ante el
órgano administrativo concursal (SIR).

4.- Justicia Especializada. - Se considera la distribución preferente de los procesos concursales a


tribunales ordinarios de justicia especialmente ca- pacitados. Ello no implica crear nuevas judicaturas,
sino establecer, tal como se hizo en la ley que crea un sistema de responsabilidad de los adolescentes
por infracciones a la ley penal, una especialización efectiva en materia de quiebras para un conjunto
acotado de jueces civiles, que tendrán competencia preferente para conocer de estas materias. La ley
optó por la especialización por sobre la especialidad.

5.- Economía procesal y celeridad. - La ley contempla un conjunto de audiencias verbales destinadas
a conocer y resolver inmediatamente las con- troversias que se suscitaren en el procedimiento. Así
por ejemplo podemos citar en el Procedimiento Concursal de Liquidación Forzosa, entre otras, la
Audiencia Inicial (Art. 120), Audiencia de Prueba (Art. 126), Audiencia de Fallo (Art. 127);
Audiencia para resolver Impugnaciones de Créditos y Prefe- rencias (Art.175) considera la
distribución, entre otras.

G) NORMAS PROCESALES DEL PROCEDIMIENTO CONCURSAL

1.- Ámbito de aplicación de la ley. - Según el Art. 1° la ley establece el régimen general de los
procedimientos concursales destinados a reorganizar o liquidar los pasivos y activos de una Empresa
Deudora, y a repactar los pasivos o liquidar los activos de una Persona Deudora. Como se advierte
del tenor del texto transcrito, la pretensión de la ley es proporcionar un sistema global e integral en
materia concursal que incentiva a los deudores que ofrezcan a sus acreedores alternativas serias y
factibles para el tratamiento de su la insolvencia, antes de llegar a la liquidación de sus bienes.

2.- reglas de competencia (Art. 3°). - Son competentes los juzgados de letras que correspondan al
domicilio del deudor para conocer los Procedimientos Concursales (Art. 3°).

En las ciudades asiento de Corte la distribución se regirá por un auto acordado dictado por la C. de
Apelaciones respectiva, considerando especialmente la radicación preferente de causas concursales
en los tribunales que cuenten con la capacitación sobre derecho concursal. Sin perjuicio de la
judicatura ordinaria, la ley contempla la participación de los denominados Árbitros Concursales en
los Procedimientos Concursales de Reorganización y Liquidación (Art. 295).

3.- Sistema de recursos (Art. 4°). - Se limita al sistema de recursos en contra de las resoluciones
pronunciadas en los procedimientos de reorganización y liquidación.
Las resoluciones judiciales que se pronuncien en los Procedimientos Concursales de Reorganización
y de Liquidación sólo serán susceptibles de los siguientes recursos:

a.- Reposición: procederá contra aquellas resoluciones de este recurso conforme a las reglas generales
(Art. 181 CPC procede contra los autos y decretos), deberá interponerse dentro del plazo de 3 días
contados desde la resolución de aquélla y podrá resolverse de plano o previa tramitación incidental,
según determine el tribunal. Contra la resolución que resuelva la reposición no procederá recurso
alguno.

b.- Apelación: procederá contra las resoluciones que esta ley señale expresamente y deberá
interponerse dentro del plazo de cinco días contados desde la notificación de aquéllas. Será concedida
en el solo efecto devolutivo, salvo las excepciones que esta ley señale y, en ambos casos gozará de
preferencia para la inclusión en la tabla y para su vista y fallo.

En el caso de las resoluciones susceptibles de recurrirse de reposición y de apelación, la segunda


deberá interponerse en subsidio de la primera, de acuerdo a las normas generales.

• Resolución que resuelve impugnación de créditos (Art. 71 y 177)

• Resolución que resuelve impugnación de acuerdo de reorganización judicial y extrajudicial


(Art. 87 y 111)

• Resolución que acoja la reposición del deudor a la liquidación forzosa (Art. 128)

• Resolución de liquidación (Art. 129)

• Resolución de término del procedimiento de liquidación (Art. 256)

• Acciones revocatorias (Art. 292, plazo 10 días)

c.- Casación: procederá en los casos y en las formas establecidas en el CPC.

4.- Incidentes (Art. 5°). - Sólo podrán promoverse incidentes en aquellas materias en que esta ley lo
permita expresamente.

• Incompetencia del tribunal (Art. 3)

• Reclamación de resolución de proposición de crédito en la protección financie- ra


concursal (Art. 57, 1 c)

• Impugnaciones al acuerdo de reorganización judicial y extrajudicial (Art. 87 y 111)

• Gastos de Conservación, custodia y bodegaje en la liquidación (Art. 224) Se


tramitarán conforme a las reglas generales previstas en el CPC.

No suspenderán el Procedimiento Concursal, salvo que esta ley establezca lo contrario.

5.- Sistema de notificaciones (Art. 6). - En cuanto al régimen de noti- ficaciones, la ley contempla
nuevas formas, siendo relevante citar el Boletín Concursal, medio que permite un conocimiento
inmediato, fácil, expedito y gratuito respecto de las actuaciones de los diferentes partícipes en los
Proce- dimientos Concursales.

a.- Boletín Concursal. -El Boletín Concursal es una plataforma electrónica a cargo de la
Superintendencia de Insolvencia y Reemprendimiento, de libre acceso al público, gratuito, en la que
se publicarán todas las resoluciones que se dicten y las actuaciones que se realicen en los
procedimientos concursales, salvo que la ley ordene otra forma de notificación (Art. 2 N° 7).

Siempre que el tribunal ordene que una resolución se notifique por avisos, deberá realizarse mediante
una publicación en el Boletín Concursal, enten- diéndose notificada desde la fecha de su inserción en
aquél.

Las notificaciones efectuadas en el BC son de carácter público y serán realizadas por el Veedor
(persona natural que propicia los acuerdo entre el deudor y sus acreedores), el Liquidador (persona
natural que realiza el activo del deudor y hace los pagos de los créditos de los acreedores) o la
Superinten- dencia, según corresponda, dentro de los dos días siguientes a la dictación de las
respectivas resoluciones, salvo que la norma correspondiente disponga un plazo diferente. Toda
resolución que no tenga señalada una forma distinta de notificación, se entenderá efectuada mediante
una publicación en el BC.

En consecuencia:

• La notificación por medio de la publicación en el Boletín Concursal es la regla general

• Las publicaciones deben ser practicadas por el veedor o el liquidador designado en el


respectivo procedimiento; o excepcionalmente, por la Superintendencia de Insolvencia y
Reemprendimiento

• La notificación se entiende efectuada al tiempo de su incorporación en el Bo- letín Concursal

b.- Correo electrónico. -También puede notificarse por correo electró- nico cuando así lo establezca
para determinadas resoluciones. En la primera actuación el deudor, los acreedores y los terceros
interesados, señalarán una dirección de correo electrónico.

c.- Carta certificada. -Si no es posible notificar por correo electrónico, se notificará por carta
certificada y dicha notificación se entenderá efectuada al tercer día siguiente al de su recepción en la
oficina de correos.

6.- cómputo de plazos (Art. 7°). - Los plazos de días establecidos en la ley son de días hábiles,
entendiéndose inhábiles los días domingos y feriados, salvo que se establezca que un plazo específico
es de días corridos. Los plazos se computarán desde el día siguiente a aquél en que se notifique la
resolución o el acto respectivo

H) SUJETOS DE LOS PROCEDIMIENTOS CONCURSALES.

¿Quiénes son sujetos pasivos en los procedimientos concursales? La ley distingue dos clases de
deudores, a saber: a) la empresa deudora y b) la persona deudora. Según la clase de deudor la ley
contempla para cada una de ellos procedimientos concursales. Lo anterior es de real importancia por
cuanto depende de la categoría de sujeto para determinar cuál es el Procedimiento a que debe
sujetarse.

1.- EMPRESA DEUDORA (Art. 2, no 13) quedan comprendidos en este concepto:

a) Personas jurídicas privadas, con o sin fines de lucro: sociedades, empresas individuales de
responsabilidad limitada, fundaciones y corporaciones.

b) Persona natural contribuyente de primera categoría Ley sobre impuesto a la renta del Art. 20.

c) Persona natural contribuyente de la segunda categoría de la Ley de la renta del Art. 42, no
2: se refiere a las personas que obtienen renta en razón del ejercicio de profesiones liberales y
ocupaciones lucrativas no comprendidas en la primera categoría o en razón del trabajo independiente.

¿Pueden las personas jurídicas de derecho público someterse a los procedimientos concursales?

La mayoría de la doctrina sostiene que no es posible que las personas ju- rídicas de derecho público
sean sometidas a los procedimientos concursales. La razón de ser de esta restricción es que el
patrimonio de estas personas jurídicas, cualquiera sea finalmente su autonomía en relación a la
Administración central, lo configura el Fisco, y el Fisco reposa en ese falso adagio latino “Fiscos
semper solvens”.

Sin embargo, alrededor del Fisco se han creado múltiples personas jurídicas autónomas con
patrimonio propio, a veces para el desarrollo de un servicio público; a veces para el desarrollo de una
actividad económica (por ejemplo, Codelco, Empresas de Ferrocarriles del Estado, Metro, etc.) ¿Se
aplican a estas entidades las restricciones que tiene la aplicación de la Ley de Insolvencia y
Reemprendimiento al Estado?

En Francia, se aplica sólo a las personas jurídicas de derecho privado. En Italia existe norma expresa
en orden a que los concursos no se aplican a las entidades públicas. En nuestro ordenamiento jurídico
a estas empresas que tienen personalidad jurídica y patrimonio propio, y que desarrollan una actividad
económica, se les debe aplicar el régimen general concursal, salvo que una ley expresamente las
exceptúe.

2.- PERSONA DEUDORA (Art. 2 no 25) quedan comprendidos en este concepto

a) Definición residual: toda persona natural no comprendida en la definición de Empresa Deudora.

b) Persona natural contribuyente del Art. 42, No 1 (Ley sobre impuesto a la renta): se refiere a las
personas que obtienen renta en razón del trabajo dependiente.

c) Procedimientos Concursales.

Diferenciados los tipos de deudores la Ley regula cuatro tipos diferentes de procedimientos
concursales:
PROCEDIMIENTOS APLICABLES A LA EMPRESA DEUDORA.

1.- Procedimiento concursal de reorganización. - Pretende la reorganización de la Empresa


Deudora apreciada como viable por el deudor y sus acreedores, ofreciendo mecanismos de acuerdo
más complejo a fin de proteger la continuación de la actividad económica durante el transcurso de la
negociación.

A través de este procedimiento la empresa deudora propone a sus acree- dores un acuerdo, por el que
se fija una nueva forma de pago de sus deudas y le permite seguir funcionando. Puede implicar la
venta de algunos activos de la empresa para el pago de sus obligaciones. Duración de
aproximadamente cuatro meses.

2.- Procedimiento concursal de liquidación de bienes. - Pretende la liquidación voluntaria o forzosa


de la Empresa Deudora apreciada como inviable para el deudor y sus acreedores, ofreciendo un
mecanismo de liquidación pronta y eficiente, pero que ofrezca medidas para respetar la existencia de
unidades económicas. Lo anterior supone estructuras concursales más complejas.

A través de este procedimiento se venden los bienes de la empresa deu- dora para pagar sus deudas.
Se necesita la asistencia de un abogado, dado que el procedimiento se lleva a cabo en los Tribunales
de Justicia. Duración de aproximadamente entre ocho y doce meses.

LOS PROCEDIMIENTOS APLICABLES A LA PERSONA DEUDORA.

1.- Procedimiento concursal de renegociación. - Pretende la renegocia- ción de deudas de la


Persona Deudora, en caso que el deudor y los acreedores (de cualquier clase) encuentren alternativas
de pago que se estimen más efi- cientes que la ejecución forzada de las obligaciones.

Se trata de un procedimiento voluntario, administrativo y gratuito facili- tado por la Superintendencia


de Insolvencia y Reemprendimiento. A través de él, la persona deudora propone a todos sus
acreedores nuevas condiciones de pago de sus obligaciones, ajustadas a su capacidad de pago, sin
necesidad de contar con un abogado. Duración de tres meses y medio aproximadamente.

2.- Procedimiento concursal de liquidación de bienes. - Pretenden la liquidación voluntaria o


forzosa de los bienes de la Persona Deudora, basado en un sistema de ejecución colectiva bastante
más simple que el que corresponde a la Empresa Deudora (no hay necesidad de respetar unidades
económicas). Lo anterior supone estructuras concursales más simples y menos costosas.

A través de este procedimiento se venden los bienes de la persona deudora para pagar sus deudas. Se
necesita un abogado, dado que el procedimiento se lleva a cabo en los Tribunales de Justicia. Duración
aproximada de ocho meses.

LOS ÓRGANOS EN LOS PROCEDIMIENTOS CONCURSALES.

1.- introducción. - Antes de la publicación de la ley, el síndico era quien representaba los intereses
de los acreedores, en lo concerniente a la quiebra, administraba el patrimonio del fallido y también
representaba sus derechos, en todo lo que tuviera interés en la masa.
Pronunciada la declaración de quiebra, al fallido se le privaba de la ad- ministración de todos sus
bienes, no perdía la propiedad de ellos, sino sólo la facultad de disponer de los mismos. La
administración de que era privado el fallido pasaba de derecho al síndico.

Las personas legalmente investidas de síndicos, eran nombrados por decreto expedido a través del
Ministerio de Justicia y pasaban a integrar la nómina que era publicada en el Diario Oficial.

Dentro de las facultades que tenía el síndico podemos destacar:

• Incautar bajo inventario los bienes de la quiebra y administrarlos en conformidad a la ley.

• Continuar efectivamente el giro del fallido.

• Cobrar los créditos del activo de la quiebra.

• Realizar los bienes de la quiebra.

La nueva ley suprime a los síndicos y asigna a diferentes intervinientes las funciones que antes
realizaban éstos. En realidad se puede decir que las funciones que ejercía el Síndico hoy corresponden
al Liquidador.

2.- órganos de los procedimientos concursales.

La nueva ley contempla distintos órganos que intervienen en los pro- cedimientos concursales. Los
concursos comprenden aspectos sustantivos, procesales y administrativos, en ella tiene intervención
numerosos órganos, entre otros, la SIR, el tribunal del concurso, las juntas de acreedores, el veedor,
el liquidador, los martilleros concursales, los árbitros concursales.

SUPERINTENDENCIA DE INSOLVENCIA Y REEMPRENDIMIENTO.

1.- concepto (Art. 331). - La SIR es una institución autónoma con personalidad jurídica y patrimonio
propios, que se relaciona con el Presidente de la República a través del Ministerio de Economía,
Fomento y Turismo.

Un funcionario, con el título de Superintendente de Insolvencia y Reem- prendimiento, designado


por el Presidente de la República es el jefe superior del servicio (Art. 334).

2.- Funciones: (Art. 332 a 338). Entre las principales funciones podemos señalar:

1) Le corresponde la supervigilancia y fiscalización de las actuaciones de los Veedores, Liquidadores,


Martilleros Concursales, asesores económicos, administradores del giro y, en general, de toda persona
que por ley quede sujeta a la supervigilancia y fiscalización de dicha institución.

2) Interpretar administrativamente las leyes, reglamentos y demás normas que rigen a los fiscalizados,
sin perjuicio de las facultades jurisdiccionales que corresponde a los tribunales competentes.

3) Examinar los libros, documentos y contabilidad relativos a los Proce- dimientos Concursales o a
asesorías económicas de insolvencia.

4) Objetar las Cuentas Finales de Administración.


5) Actuar como interviniente en los procesos criminales respecto de los delitos que cometiere el
Veedor, Liquidador y demás entes fiscalizados, inter- poniendo la querella respectiva ante el Juez de
Garantía competente.

6) Poner en conocimiento del tribunal de la causa o de la Junta de Acreedores cualquier infracción o


irregularidad que se observe en la conducta de los fiscalizados.

7) Llevar los registros de los Procedimientos Concursales, continuaciones de actividades económicas


y asesorías de insolvencia, los que tendrán carácter de públicos.

8) Asesorar al Ministerio de Economía, Fomento y Turismo en materias de su competencia.

9) Llevar las nóminas de Veedores, Liquidadores, árbitros, Martilleros Concursales, administradores


de continuación del giro y asesores económicos de insolvencias.

10) Aplicar sanciones por infracciones cuyo monto dependerá si es leve o gravísima y pueden ir de 1
a 1.000 UTM.

SECCIÓN TERCERA.

EL TRIBUNAL DEL CONCURSO.

Señalemos, en primer lugar, que para que los procedimientos concursales produzcan los efectos que
le son propios, se requiere la intervención de un órgano jurisdiccional competente: el tribunal del
concurso.

Se considera la distribución preferente de los procesos concursales a tribunales ordinarios de justicia


especialmente capacitados. Ello no implica crear nuevas judicaturas, sino establecer, tal como se hizo
en la ley que crea un sistema de responsabilidad de los adolescentes por infracciones a la ley penal,
una especialización efectiva en materia de concursos para un conjunto acotado de jueces civiles, que
tendrían competencia preferente para conocer de estas materias.

Son competentes los juzgados de letras que correspondan al domicilio del deudor para conocer los
Procedimientos Concursales (art. 3°).

En las ciudades asiento de Corte la distribución se regirá por un auto acor- dado dictado por la C. de
Apelaciones respectiva, considerando especialmente la radicación preferente de causas concursales
en los tribunales que cuenten con la capacitación sobre derecho concursal.

En los procedimientos concursales que se ventilan ante el juez corresponde a éste, además de la
declaración o denegatoria de la “liquidación”, resolver todos

los problemas de orden jurídico que se presentan; por ejemplo: a) resolver sobre las impugnaciones
de créditos, admitiéndolos o excluyéndolos del concurso; b) dirimir la contienda que se suscite
respecto de la preferencia o privilegios invocados; c) pronunciarse sobre la oposición al concurso de
liquidación; d) decidir sobre las acciones de inoponibilidad concursal, de las acciones resolu- torias,
reivindicatorias, del ejercicio del derecho legal de retención, tercerías de dominio, etc.; e) asumir las
facultades disciplinarias que la ley le confiere para controlar la actuación de los veedores,
liquidadores, martilleros, etc., entre otras.

LAS JUNTAS DE ACREEDORES

Como consecuencia de un procedimiento concursal se origina la forma- ción de la llamada “masa de


acreedores”. Se trata de una unión virtual que se produce entre los acreedores del concurso, que
permite que la mayoría de ellos pueda imponer su criterio a la minoría. Los acreedores se organizan
en juntas o asambleas, en las cuales toman decisiones propias de la competencia que se les atribuye
por el ordenamiento jurídico concursal

La junta de acreedores es el órgano donde los acreedores expresan su vo- luntad en relación con sus
intereses y con los fines del concurso. Es un órgano creado por la ley para que cumpla ciertas y
determinadas funciones tendientes a alcanzar los fines del concurso.

Desde el punto de vista de su estructura, es un órgano colegiado. La de- terminación de la voluntad


del órgano resulta ser el producto de la conjunción de las voluntades de los acreedores, en el número
que señala la ley y según las condiciones de representatividad que ésta establece.

La junta se reúne previa convocatoria, en la forma y términos legales.

La presencia de un número de acreedores es indispensable para que la reunión tenga lugar. La


asistencia debe ser además representativa del pasivo comprometido en la quiebra. Las decisiones se
adoptan por un número de acreedores, representativa también del pasivo de la quiebra, en algunos
casos.

Es un órgano deliberante y resolutivo. El carácter deliberante se concreta en los acuerdos que toma
por las mayorías necesarias en cada caso. Y, es un órgano resolutivo en cuanto a que sus decisiones
las impone a los demás ór- ganos de la quiebra cuando ellas se han adoptado legalmente.

La junta de acreedores expresa su voluntad por medio de “acuerdos”, que se adoptan por los quórum
establecidos en la ley. La expresión acuerdos, en sentido estricto y legal, significa la resolución
dictada por un cuerpo colegiado que tiene la competencia y el imperio de hacerla cumplir.

EL VEEDOR.

a) concepto. - Es aquella persona natural, cuya misión principal es pro- piciar los acuerdos entre el
Deudor y sus acreedores, facilitar la proposición de Acuerdos de Reorganización Judicial y resguardar
los intereses de los acreedo- res, requiriendo las medidas precautorias y de conservación de los activos
del Deudor, de acuerdo a lo establecido en esta ley (Art. 2°, N° 40).

El veedor solo actúa en los procedimientos concursales de reorganización.

b) requisitos. -El veedor es nombrado por la Superintendencia de In- solvencia y Reemprendimiento,


quedando bajo su fiscalización. Una vez designado pasa a integrar la “Nómina de Veedores”, que
estará a disposición del público en la página web de dicho organismo. El cargo lo pueden ejercer a
nivel nacional o regional.

Toda persona natural interesada en ser nombrada Veedor debe presentar su solicitud ante la
Superintendencia y acreditar:

• Contar con un título profesional de contador auditor o de una profesión de a lo menos 10


semestres de duración, otorgado por universidades del Estado o reconocidas por éste, o por
la Corte Suprema, en su caso.

• Cinco años de ejercicio de la profesión.

• Aprobar el examen de conocimiento ante la Superintendencia.

• No estar afecto a alguna prohibición establecida en esta ley.

• Otorgar una garantía de responsabilidad por un monto de 2000 U.F.

c) Prohibiciones

No podrán ser Veedores las siguientes personas:

i) Los que hayan sido condenados por crimen o simple delito.

2. ii) Funcionarios de la administración del Estado y los que ejerzan cargos de elección popular.

3. iii) Los que tuvieren incapacidad física o mental para ejercer el cargo.

d) responsabilidad

La responsabilidad civil del Veedor alcanzará hasta la culpa levísima (Art.

44 C.C., culpa o descuido levísimo es la falta de aquella esmerada diligencia que un hombre juicioso
emplea en la administración de sus negocios importantes). Se persigue a través del juicio sumario.

A su vez, el Veedor que se concertare con el Deudor, con algún acreedor o un tercero para
proporcionarle alguna ventaja indebida o para obtenerla para sí, será sancionado de conformidad a lo
establecido en el Párrafo 7 del Título IX del Libro Segundo del Código Penal (De las defraudaciones).

e) Designación del veedor en los Procedimientos concursales

i) inhabilidades.

- No podrán ser nominados o designados Veedores en un Procedimiento Concursal de


Reorganización:

1. Las personas relacionadas con el deudor.


2. Los deudores y acreedores del Deudor y terceros que tuvieren un interés directo o indirecto
en el respectivo procedimiento.

3. Los que tuvieren objetada su Cuenta Final de Administración en un Procedimiento Concursal.

ii) nominación.

-Para el inicio de los Procedimiento Concursales la empresa deudora deberá presentar una solicitud
ante el tribunal correspondiente a su domicilio, en dicha solicitud se propone una terna de Veedores.
Copia de este documento con el cargo del tribunal se presenta ante la Superintendencia, quien
notificará a los tres mayores acreedores del deudor, dentro del día siguiente y por el medio más
expedito. Dentro del segundo día siguiente a la referida notificación nominará como Veedor titular al
que hubiere obtenido la primera mayoría de entre los propuestos para el cargo de titular por los
acreedores, y como Veedor suplente al que hubiere obtenido la primera mayoría de entre los
propuestos para el cargo de suplente. Si hubiese empate, se nominará al acreedor cuyo crédito sea
superior.

Si no concurren los acreedores, la nominación tendrá lugar por sorteo ante la Superintendencia, en el
que participaran aquellos Veedores que integran la terna propuesta por el Deudor. Excepcionalmente,
si hay un solo acreedor que representa más del 50% del pasivo del deudor, la Superintendencia
designará a ambos Veedores pro- puestos por ese acreedor.

El Veedor nominado al aceptar el cargo deberá jurar o prometer desempeñarlo fielmente. La


Superintendencia emitirá un Certificado de Nominación del Veedor, el cual será remitido
directamente al tribunal competente a fin de que lo designe en el Procedimiento Concursal de
Reorganización.

iii) cesación en el cargo.

- Cesará en el cargo en los siguientes casos:

1) por el término del Procedimiento Concursal de Reorganización;

2) por término anticipado que puede ser:

a) por revocación de la Junta de Acreedores b) por decreto judicial; por renuncia;


c) por haber dejado de formar parte de la Nómina de Veedores d) por inhabilidad sobreviniente.

Si ocurre ello, asume el Veedor suplente.

iv) Deberes del veedor

La función principal del Veedor es propiciar los acuerdos entre el Deudor y sus acreedores, facilitando
la proposición y negociación del Acuerdo. Para estos efectos, el Veedor podrá citar al Deudor y a sus
acreedores en cualquier momento desde la publicación de la Resolución de Reorganización.

En el ejercicio de sus funciones deberá especialmente:


1. Imponerse de los libros, documentos y operaciones del Deudor.

2. Publicar en el Boletín Concursal copia de todos los antecedentes y resoluciones que ordene
esta ley.

3. Realizar las inscripciones y notificaciones que disponga la Resolución de Reorganización.

4. Realizar las labores de fiscalización y valorización de ciertos pagos autorizados a los


proveedores.

5. Arbitrar las medidas necesarias en el procedimiento de determinación del pasivo.


Procedimiento de verificación e impugnación de créditos.

6. Impetrar las medidas precautorias y de conservación de los activos del Deudor que sean
necesarias para resguardar los intereses de los acreedores.

7. Dar cuenta al tribunal competente y a la Superintendencia de cualquier acto o conducta del


Deudor que signifique una administración negligente o dolosa de sus negocios.

8. Rendir mensualmente cuenta de su actuación y de los negocios del Deudor a la


Superintendencia.

v) honorarios del veedor

Serán convenidos entre éste, los tres principales acreedores y el Deudor y serán de cargo de este
último. Estos honorarios gozarán de la preferencia establecida en el N° 4 del Art. 2472 del C.C. (1a.
clase).

vi) cuenta final

Deberá rendir cuenta de su gestión en el plazo de 30 días contados desde la Resolución que aprueba
el Acuerdo de Reorganización Judicial o desde la Resolución de Liquidación, en su caso.

EL LIQUIDADOR

a) concepto. - Es aquella persona natural sujeta a fiscalización de la Superintendencia de Insolvencia


y Reemprendimiento (SIR), cuya misión principal es realizar el activo del Deudor y propender al
pago de los créditos de sus acreedores, de acuerdo a lo establecido en la ley (Art. 2° N° 19).

b) nómina de liquidadores. - Una vez designados por la SIR pasan a integrar la Nómina de
Liquidadores que consiste en un registro público que lleva la SIR.

En la nómina deberá señalar los honorarios ofrecidos por el liquidador y los Procedimientos
Concursales de Liquidación en que hubiere intervenido.

c) requisitos (Art. 32)

• Contar con un título profesional de contador auditor o de una profesión de a lo menos 10


semestres de duración, otorgado por universidades del Estado o reconocidas por éste, o por
la Corte Suprema, en su caso.
• Cinco años de ejercicio de la profesión.

• Aprobar el examen de conocimiento ante la Superintendencia.

• No estar afecto a alguna prohibición establecida en esta ley.

• Otorgar una garantía de responsabilidad por un monto de 2000 U.F.

d) responsabilidad (Art. 35). - La responsabilidad civil de los Liquidadores alcanzará hasta la culpa
levísima (Art. 44 C.C., culpa o descuido levísimo es la falta de aquella esmerada diligencia que un
hombre juicioso emplea en la administración de sus negocios importantes). Se persigue a través del
juicio sumario una vez presentada la Cuenta Final de Administración.

e) Deberes del Liquidador (Art. 36). - El Liquidador representa judicial y extrajudicialmente los
intereses generales de los acreedores y los derechos del Deudor en cuanto puedan interesar a la masa.
Especialmente deberá:

1) Incautar e inventariar los bienes del Deudor.

2) Liquidar los bienes del deudor.

3) Efectuar los repartos de fondos a los acreedores.

4) Cobrar los créditos.

5) Contratar préstamos para solventar los gastos del Procedimiento Concursal de Liquidación.

6) Exigir rendición de cuenta a los administradores de los bienes del deudor.

7) Registrar sus actuaciones y publicar las resoluciones que se dicten en el Procedimiento Concursal
de Liquidación en el Boletín Concursal.

8) Ejecutar los acuerdos adoptados por la Junta de Acreedores.

9) Transigir y conciliar los créditos laborales con el acuerdo de la Junta de Acreedores.

f) nominación del Liquidador en el Procedimiento concursal de Liquidación (Art. 37)

Una vez presentada la solicitud de inicio de Procedimiento Concursal de Liquidación ante el tribunal
competente, la SIR nominará al Liquidador de acuerdo al siguiente procedimiento:

Tratándose de una solicitud de liquidación voluntaria el Deudor acompañara a la SIR copia de la


respectiva solicitud con cargo del tribunal competente o de la Corte de Apelaciones correspondiente
y copia de la nómina de acreedores y sus créditos. En esta nómina deberá detallarse: lista de sus
bienes, lugar en que se encuentran y los gravámenes que le afectan; relación de los juicios pendientes;
nómina de trabajadores; nómina de los acreedores; balance, entre otros.

Tratándose de una solicitud de Liquidación Forzosa, el acreedor peticionario acompañará a la SIR


copia de la solicitud con cargo del tribunal competente o de la Corte de Apelaciones correspondiente
y copia de la nómina de acreedores y sus créditos que haya acompañado el Deudor, en su caso.
La SIR notificará a los tres mayores acreedores del Deudor, dentro del día siguiente y por el medio
más expedito, lo que será certificado por un ministro de fe de la Superintendencia. Dentro del segundo
día siguiente a la referida notificación, cada acreedor propondrá por escrito o por correo electrónico
a un Liquidador titular y a un Liquidador suplente vigentes en la Nómina de Liquidadores.

Dentro del tercer día, la SIR nominará como Liquidador titular al que hubiere obtenido la primera
mayoría de entre los propuestos para ese cargo por los acreedores, y del mismo modo para el suplente.
Si sólo respondiere un acreedor, se estará a su propuesta. Si respondieren todos o dos de ellos y la
propuesta recayere en personas diversas, se estará aquella del acreedor cuyo crédito sea superior. En
caso que no se reciban propuestas, la nominación se hará mediante sorteo ante la SIR.

Excepcionalmente, si de los antecedentes acompañados a la SIR por el Deudor o acreedor


peticionario, según corresponda, se acredita que un solo acreedor representa más del 50% del pasivo
del deudor, la SIR nominará al Liquidador titular y suplente propuesto por dicho acreedor. El
liquidador nominado deberá manifestar ante la SIR, a más tardar al día siguiente de su notificación,
si acepta el cargo y deberá jurar o prometer desempeñarlo fielmente.

También puede excusarse ante la SIR debiendo expresar fundadamente y por escrito sus
justificaciones. Si la excusa es aceptada, la SIR nominará al Liquidador suplente como titular,
nominándose a un nuevo Liquidador suplente mediante sorteo.

Aceptado el cargo, la SIR emitirá el Certificado de Nominación del Liquidador, el cual será remitido
directamente al tribunal competente, dentro del día siguiente a su emisión, para que éste lo designe
como Liquidador en carácter de provisional en la Resolución de Liquidación.

g) honorarios del Liquidador (Art. 39). - Los honorarios de los Liquidadores en los Procedimientos
Concursales de Liquidación se determinarán de conformidad a una tabla progresiva por tramos (Art.
40). Por ejemplo:

De 0 a 4.000 UF 15%; De 4.000 U.F. a 8.000 UF 11%;


De 8.000 UF a 16.000 UF 8%; sobre lo que exceda de 1.000.000 1%.

PROCEDIMIENTOS CONCURSALES DE LIQUIDACIÓN

El procedimiento concursal de liquidación puede ser a) Liquidación Voluntaria y b) Liquidación


Forzosa, y esta última puede ser decretada de oficio por el juez o solicitada por cualquier acreedor
del deudor que acredita las causales indicadas por la ley.

i.- Liquidación Voluntaria (Art. 115)

1.- Ámbito de aplicación y requisitos

La Empresa Deudora podrá solicitar ante el juzgado de letras correspon- diente a su domicilio su
Liquidación Voluntaria, acompañando los siguientes antecedentes:

a) Lista de sus bienes, lugar en que se encuentran y los gravámenes que les afectan.
b) Lista de los bienes legalmente excluidos de la Liquidación.

c) Relación de los juicios pendientes.

d) Estado de deudas, con nombre, domicilio y datos de contacto de los acreedores, así como la
naturaleza de sus créditos.

e) Nómina de los trabajadores, cualquiera sea su situación contractual, con indicación de las
prestaciones laborales y previsionales adeudadas y fueros laborales en su caso.

f) Si el Deudor llevare contabilidad completa presentará, además, su último balance.

2.- tramitación (Art. 116 y 37)

El tribunal competente revisará la presentación del Deudor y, si cumple con los requisitos antes
indicados, procederá dentro de tercero a dictar la Resolución de Liquidación. El Deudor acompañará
a la Superintendencia copia de la respectiva solicitud con cargo del tribunal y copia de la nómina de
acreedores acompañada por el deudor a fin de designar al Liquidador titular y al Liquidador suplente.

El procedimiento para nombramiento de liquidador se encuentra señalado en el Art. 37. Una vez
presentada la solicitud de inicio de Procedimiento Concursal de Liquidación ante el tribunal
competente, la SIR nominará al Liquidador de acuerdo al siguiente procedimiento:

Tratándose de una solicitud de liquidación voluntaria el Deudor acompañara a la SIR copia de la


respectiva solicitud con cargo del tribunal compe- tente o de la Corte de Apelaciones correspondiente
y copia de la nómina de acreedores y sus créditos. En esta nómina deberá detallarse: lista de sus
bienes, lugar en que se encuentran y los gravámenes que le afectan; relación de los juicios pendientes;
nómina de trabajadores; balance, entre otros. La SIR notificará a los tres mayores acreedores del
Deudor, dentro del día siguiente y por el medio más expedito, lo que será certificado por un ministro
de fe de la Superintendencia.

Dentro del segundo día siguiente a la referida notificación, cada acreedor propondrá por escrito o por
correo electrónico a un Liquidador titular y a un Liquidador suplente vigentes en la Nómina de
Liquidadores. Dentro del tercer día, la SIR nominará como Liquidador titular al que hu- biere
obtenido la primera mayoría de entre los propuestos para ese cargo por los acreedores, y del mismo
modo para el suplente. Si sólo respondiere un acreedor, se estará a su propuesta. Si respondieren todos
o dos de ellos y la propuesta recayere en personas diversas, se estará aquella del acreedor cuyo crédito
sea superior. En caso que no se reciban propuestas, la nominación se hará mediante sorteo ante la
SIR.

Excepcionalmente, si de los antecedentes acompañados a la SIR por el Deudor o acreedor


peticionario, según corresponda, se acredita que un solo acreedor representa más del 50% del pasivo
del deudor, la SIR nominará al Liquidador titular y suplente propuesto por dicho acreedor. El
liquidador nominado deberá manifestar ante la SIR, a más tardar al día siguiente de su notificación,
si acepta el cargo y deberá jurar o prometer desempeñarlo fielmente.

También puede excusarse ante la SIR debiendo expresar fundadamente y por escrito sus
justificaciones. Si la excusa es aceptada, la SIR nominará al Liquidador suplente como titular,
nominándose a un nuevo Liquidador suplente mediante sorteo. Aceptado el cargo, la SIR emitirá el
Certificado de Nominación del Li- quidador, el cual será remitido directamente al tribunal
competente, dentro del día siguiente a su emisión, para que éste lo designe como Liquidador en
carácter de provisional en la Resolución de Liquidación.

ii.- Liquidación Forzosa (Art. 117)

La liquidación forzosa puede ser de dos clases. Liquidación forzosa declarada de oficio por el juez
durante el procedimiento concursal de reorganización y la li- quidación solicitada por cualquier
acreedor que acredita las causales que señala la ley.

A.- Liquidación Forzosa decretada de oficio por el Tribunal del concurso.

El tribunal del concurso decreta la liquidación forzosa durante el proce- dimiento concursal de
reorganización en los siguientes casos:

1.- Si la empresa deudora retira la proposición de acuerdo


2.- Si el deudor no asiste a la junta llamada a conocer y aprobar el acuerdo 3.- Cuando la junta de
acreedores rechaza la propuesta de acuerdo
4.- Cuando el acuerdo ha sido declarado nulo
5.- Cuando el acuerdo se ha sido incumplido

B.- Liquidación Forzosa solicitada por el Acreedor.

1.- Tribunal competente:

Cualquier acreedor podrá demandar el inicio del Procedimiento Concursal de Liquidación de una
Empresa Deudora ante el juzgado de letras correspondiente al domicilio del deudor, cuando concurran
cualquiera de las siguientes causales.

2.- Causales art. 117.

Las causales para solicitar la liquidación forzada son aquellos hechos reve- ladores absolutos y
taxativos, que comprobados respecto de un determinado deudor autorizan al juez para declarar la
liquidación de los bienes del deudor. En los siguientes casos se puede solicitar la Liquidación Forzosa:

a.- Si cesa en el pago de una obligación que conste en título ejecutivo con el acreedor solicitante.

La causal requiere para configurarse la concurrencia de los siguientes requisitos copulativos:

a) que se trate de un deudor que se encuentre dentro de la definición de “Empresas Deudora”;

b) que ese deudor haya cesado en el pago de una obligación con el solicitante de la quiebra, es decir,
la obligación cesada en su pago debe haberse contraído con, o ser titular de ella el solicitante de la
liquidación; y

c) que la obligación conste de un título ejecutivo, es decir, aquel documento que da cuenta de un
derecho indubitable, al cual la ley atribuye la suficiencia necesaria para exigir el cumplimiento
forzado de la obligación. Los títulos ejecutivos están señalados en el Art. 434 del C.P.C. (sentencia
firme; copia autorizada de escritura pública; letra de cambio, pagaré y cheque cuya firma del
aceptante, suscriptor o girador haya sido autorizada ante notario, entre otros).

“Esta causal no podrá invocarse para solicitar el inicio del Procedi- miento concursal de
Liquidación respecto de los fiadores, codeudores solidarios o subsidiarios, o avalistas de la
Empresa Deudora que ha cesado en el pago de las obligaciones garantizadas por éstos. Solo
procede contra el deudor director”.

Según los autores Contador y Palacios, el fundamento de esta disposición es que la Liquidación
responde a una consecuencia de última ratio. Un sistema que propugne la Liquidación de los garantes
personales destroza irremediable- mente cualquier vía de salvamento empresarial, el que podría haber
sido del todo plausible en caso de haber tenido una oportunidad real de plantearlo y discutirlo (pág.
162 obra citada).

b.- Si existieren en su contra dos o más títulos ejecutivos vencidos, provenientes de obligaciones
diversas, encontrándose iniciadas a lo menos dos ejecuciones, y no hubiere presentado bienes
suficientes para responder a la prestación que adeude y a sus costas, dentro de los 4 días
siguientes a los respectivos requerimientos.

Para que la causal se configure, en este caso, se requiere la concurrencia de los siguientes requisitos:

a) que existan contra el deudor, a lo menos, dos títulos ejecutivos vencidos. - La ley concursal no
establece que los títulos ejecutivos vencidos en contra del deudor deban representar obligaciones de
dar una suma de dinero. Sin embargo, del texto de la norma se concluye que se trata de obligaciones
de dar (que el deudor no hubiere presentado en todas ellas (ejecuciones) bienes suficientes para
responder a la prestación que se adeuda). Por otra parte, los títulos ejecutivos deben estar vencidos,
lo que resulta totalmente lógico desde el punto de vista de la exigibilidad de la obligación en ellos
contenida. Como se dijo, los títulos ejecutivos están señalados en el Art. 434 del C.P.C.

b) Provenientes de obligaciones diversas. - Este requisito se refiere a la fuente de la obligación, al


origen de la misma; contrato, cuasicontrato, delito, cuasidelito y ley. Mediante esta exigencia se
impide que el acreedor que cuenta con un título ejecutivo en el cual estén contenidas obligaciones
derivadas de un mismo contrato, pueda dividirlo y valerse de esta causal en contra del deudor (v. gr.
varias letras de cambio giradas con motivo de un mismo contrato no provienen de obligaciones
diversas). La circunstancia de que los títulos ejecutivos vencidos provengan de obligaciones diversas
revela el estado patrimonial crítico del deudor que no puede hacer frente a ellas.

c) que se haya iniciado, a lo menos, dos ejecuciones. - Según la doctrina se entienden iniciadas las
ejecuciones desde el momento del requerimiento de pago, y la ejecución se entiende terminada
cuando se haya pagado totalmente al acreedor.

d) que el deudor no hubiere presentado en todas éstas, dentro de los cuatro días siguientes a
los respectivos requerimientos, bienes bastantes para responder a la prestación que adeude y a
las costas. - En cuanto a la presentación de bienes, no hay un concepto claro de lo que por ello debe
entenderse. Presentar bienes puede significar consignar fondos en la cuenta corriente del tribunal,
indicar o señalar bienes en el momento del embargo o bien el embargo mismo de bienes. La
jurisprudencia y la doctrina han entendido que la presentación de bienes se refiere al embargo mismo
de ellos.

También es necesario recordar que los bienes presentados por el deudor o que están embargados por
indicación del ejecutante deben ser distintos en ambas ejecuciones y ser en cada una de ellas
suficientes para pagar el crédito respectivo y las costas. En cuanto a la suficiencia de los bienes
presentados para responder a la prestación que se adeuda y costas, se trata de una cuestión de hecho
que corresponde resolverla, privativamente, al juez del concurso.

En lo relativo al plazo para la presentación de bienes, éste es de cuatro días a contar de los respectivos
requerimientos. Se trata de un término fatal, de carácter procesal, por lo que se suspende los días
domingos y festivos. No existe, respecto de la causal ampliación de este plazo, como ocurre en el
Código de Procedimiento Civil cuando concurren determinados requisitos (tabla de emplazamiento).
Sin embargo algunos autores y también la jurisprudencia sostiene que en este caso también se aplica
la tabla de emplazamiento.

c.- cuando la Empresa Deudora o sus administradores no sean ha- bidos, y hayan dejado
cerradas sus oficinas o establecimientos sin haber nombrado mandatario con facultades
suficientes para dar cumplimiento a sus obligaciones y contestar nuevas demandas. En este
caso, el deman- dante podrá invocar como crédito incluso aquel que se encuentre sujeto a un
plazo o a una condición suspensiva.

La causal tiene lugar cuando se reúnen los siguientes presupuestos:

a) que la empresa deudora o sus administradores no sean habidos. - Para que tenga lugar este
hecho revelador de la cesación de pago es preciso que el deudor sea una persona natural que se haya
fugado (huida del deudor fuera del territorio de la República) u ocultado (el deudor se encuentra en
el territorio nacional, pero desaparece de la vista de la gente, se esconde), o que los actos de ocultación
o fuga lo realicen él o los administradores o representantes legales de una persona jurídica. La persona
que se oculta o que se fuga deja sus bienes abandonados, lo que obliga al juez, en el juicio a nombrarle
un curador de bienes que actuará por él mientras se aplique el procedimiento de concurso.

b) cierre de sus oficinas o establecimientos. - Entendemos que esta exigencia implica, por una
parte, que el deudor tenga oficinas o establecimientos, ya que si carece de ellos mal podría dejarlos
cerrados. Por otra parte, el requisito va más allá del simple hecho que las puertas estén materialmente
cerradas. Se requiere que no se atienda al público y que, en consecuencia, no se lleven a cabo los
actos jurídicos propios de la actividad o giro del deudor.

c) que el deudor no haya nombrado persona que administre sus bienes con facultades para dar
cumplimiento a sus obligaciones y contestar nuevas demandas. Se trata de una situación en la cual
el deudor fugado u oculto, que cierra sus oficinas o establecimientos, no designa apoderado con
facultades para dar cumplimiento a sus obligaciones y contestar nuevas demandas. El deudor que
desea evitar un procedimiento concursal de liquidación por la causal en estudio debe dejar un mandato
que cumpla con las siguientes exigencias:

- Que se trate de un mandato de administración general, otorgado por escritura pública;


- Que faculte expresamente al apoderado para dar cumplimiento a las obligaciones del mandante;

- Que faculte a sí mismo para contestar nuevas demandas, lo que supone que dicho mandato contiene
atribuciones en el orden judicial, y

- Que el mandatario comparezca aceptando expresamente el mandato.

- Que el mandato se inscriba en el Registro de Comercio (Art. 22 N° 5 C. de C. plazo 15 días constado


desde su otorgamiento).

El acreedor que solicita la liquidación valiéndose de esta causal debe acreditar la concurrencia de
todos los requisitos que hemos analizado. Se trata de una prueba un tanto difícil de producir, porque
se refiere a hechos negativos: fuga u ocultación, falta de nombramiento de apoderado, ausencia de
facultades para administrar bienes, pagar deudas y contestar nuevas demandas.

En la práctica se acostumbra acreditar tales exigencias mediante información sumaria de testigos, en


especial la ocultación del deudor. Para probar la fuga, como ella implica la huida del deudor del
territorio de la República, suelen allegarse una constancia del Departamento de Policía Internacional
Investigaciones.

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