Estamos ante una destrucción masiva de empleos, y esto plantea un desafío
de magnitudes sin precedentes en los mercados laborales de América Latina y el Caribe trayendo consigo una destrucción tanto económica como laboral la cual esto ha permitido que muchas entidades replantean sus actividades, así como también para los empleadores la cual producto de esta desempleabilidad la mayoría de las personas que se incorporan a la economía informal no lo hacen por elección, sino como consecuencia de la falta de oportunidades en la economía formal y por no contar con otros medios de subsistencia hace que estas se dediquen a otras actividades y producto de ello y de la falta de trabajo de las personas ha aumentado mucho la pobreza en el mundo entero ya que los déficits de trabajo decente son más pronunciados en la economía informal ya que tanto las mujeres, los jóvenes, los migrantes, los trabajadores de edad y las personas con discapacidad son especialmente vulnerables a conseguir un trabajo formal es por ello que ahí aparece en ente internacional la OIT la cual tiene que emplear lo que es la protección social al empleador para así poder incentivar las alianzas con los gobiernos, actores sociales, comprometidos con el tema. la cual deben promover una recuperación centrada en las personas de una crisis sin precedentes que ha asolado el mundo del trabajo así como replantear dichas actividades de régimen económico y social para construir un futuro mejor para las personas.