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C2 FICHAS DE HISPANOAMÉRICA

TRANSCRIPCIONES

1. Argentina: Arquitectura singular


2. México: Mi memoria
3. Venezuela: Todo un éxito
4. Cuba: La Nueva Canción
5. Argentina: ¡Qué mala leche!
6. México: Comparando gestos e impresiones
7. Venezuela: Locos por la ciencia
8. Cuba: Damas de blanco, mujeres de acero
9. Argentina: La cortesía verbal
10. México: El cuento del conejo y el coyote
11. Venezuela: Cambios
12. Cuba: El arte de robar sonrisas

Maria Elisa Núñez (Venezuela)


Ileana Fuentes (Cuba)
Pedro M. Rodríguez Valladares (México)
Laura López (Argentina)
nuevo PRISMA • Libro del Profesor • Transcripciones| 1 |
TRANSCRIPCIONES

Unidad 1: Argentina: Arquitectura singular


1.  1. Edificio de gran altura que tiene tres caras planas y la cuarta es una fachada escalonada que contrasta con los
volúmenes simples de los edificios vecinos. Su torre vidriada representa una imagen dinámica que cambia según
los reflejos y la luz disponible. Gran exponente del posmodernismo arquitectónico y de la potencia económica de
Buenos Aires, es la sede de una entidad financiera internacional.
  2. E sta construcción destaca por su forma y su elegancia. Se inauguró en 1923 y fue declarado Monumento Históri-
co Nacional. Se divide en tres partes: los laterales, más bajos, y una torre central en la que vemos una cúpula. En
la cúspide posee un faro que se enciende en ocasiones especiales. Llama la atención la gran cantidad de balcones
de formas redondeadas. Es un ejemplo de la arquitectura modernista en la que importan los detalles y la combi-
nación de materiales refinados como el mármol.
  3. Es uno de los monumentos más representativos de Argentina. Su fachada se ve como un prisma de cuatro lados, y
por encima de la base destaca un elegante techo a dos aguas. Su aspecto exterior respeta componentes de origen
italiano y francés, así como la armonía y las estructuras simétricas de los estilos clásicos, lo que lo convierte en
un gran ejemplo de la arquitectura ecléctica. En cuanto al interior, su extraordinaria calidad técnica hace de él
uno de los cinco escenarios de mejor acústica en el mundo.
  4. S e terminó de construir en 1936 en los alrededores de un parque, y con sus 120 metros fue, en su momento, el
edificio de hormigón armado más alto de Sudamérica. Tiene forma escalonada y representa el racionalismo en
la arquitectura, donde predomina lo esencial, lo funcional y lo práctico, alejado de decoraciones innecesarias.
Sin duda su aspecto es monumental, aunque puede parecer gris, frío o incluso poco atractivo. Desde 1999 este
edificio pertenece al Patrimonio Mundial de la Arquitectura de la Modernidad por decisión de la UNESCO y, en el
mismo año, fue declarado Monumento Histórico Nacional.

2. Ciclo de conferencias La Gaceta. Hoy, 20.30 horas, en vivo por Canal 14 de CCS, César Pelli. Mi trabajo.
En Argentina son trabajos recientes la torre de YPF, con un jardín de seis pisos de alto, con seis jacarandás, seis tarcos
de aquí en Tucumán, llenos de flores…, están creciendo muy bien.
Y en Rosario hicimos un Subcentro Municipal. Esta parte del Subcentro Municipal fue un lugar donde la gente se va
a casar. Se decía que si la gente se va a casar solo por Registro Civil, como hice yo, lo hacen en el subsuelo de la Casa
de Gobierno de aquí, que era muy feo… Esto es un lugar hermoso donde casarse, donde la gente puede celebrar una
ceremonia realmente. Espero que también se casen por la Iglesia, pero si no, van a tener lindas memorias.
Y estas tres torres que están por comenzar construcción en Mar del Plata. Es, y… es…, perdón. ¿Qué pasó? Eh… y
la sede del Banco Macro en Buenos Aires, que es ese edificio todo de vidrio ondulado.
Extraído y adaptado de http://www.youtube.com/watch?v=8cWgu0LBmtI

Unidad 2. México: Mi memoria


3. En la acera del restaurante, a los pies de un pino, ha crecido un manojo de plantas diminutas, hierbajos que mori-
rán arruinados bajo la pezuña de un perro cualquiera. Es la hora de comer y ya han empezado a llegar los clientes
a Quintonil. Con el uniforme de trabajo, filipina blanca y delantal verde, el chef Jorge Vallejo cruza el umbral de su
negocio, se agacha en la calle y posa la mano sobre el hierbajo. “Este quelite lo he usado en alguna ensalada, como
relleno de un tamal o para sazonar la masa de una tortilla”.
Nadie salvará de un final sucio y vulgar a esa hierba callejera nacida entre el asfalto. Pero Vallejo, la última sensación
de la cocina mexicana, la ha reconocido porque en la azotea de su local tiene montado un huerto, y las semillas de
sus plantas domésticas han viajado con el viento desde el cuarto piso de la calle Newton 55 de Polanco, el barrio más
caro de la capital, hasta aterrizar a los pies del pino que recibe a los clientes.
Quelite significa en náhuatl “hierba silvestre con brotes tiernos y comestibles”. Maleza nutritiva y ancestral como
el amargor elegante de las verdolagas, los arbustos llenos proteínas del huazontle, el tacto de terciopelo y el gusto
anisado de la hoja santa o la chaya –la espinaca maya–, con más calcio que la leche. El mejor cocinero de México usa
hierbas aromáticas despreciadas, con fama de pobres, para deslumbrar las papilas de ejecutivos, políticos y famosos.
Su abuela y su tía eran cocineras. Cuando era niño, quería ser veterinario. “Ahora sigo trabajado con animales, pero

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muertos”. Sus proveedores son casi todo cooperativas o pequeños productores. El pescado viene de Baja California;
la carne, de un rancho de Durango; las verduras y las hortalizas son de la Huasca (Hidalgo) y de Xochimilco. Uno de
sus empleados se despierta todos los días a las cinco de la mañana para ir a la Central de Abastos a por fruta.
México está colocando cada vez más alto su cocina en el olimpo de la gastronomía. Máximo Bistrot, Rosetta, Biko,
Nicos o Sud 777 van escalando puestos año a año en la glamurosa lista Restaurant. Todos ellos forman a la vez un
tejido gremial que comparte saberes y productos. “Nos intercambiamos frijoles, tomates criollos, papas, chiles…”,
cuenta Vallejo. Su restaurante tiene hoy una lista de espera de dos meses para conseguir mesa.
Una escalera de caracol metálica conecta al primer piso con el huerto de la azotea. La llamada cocina de proximidad se
convirtió a comienzos de esta década en el penúltimo credo de la alta gastronomía. Su profeta era y es René Redzepi,
que en 2011 sucedió a Ferran Adriá y su sofisticación científica en la cúspide de la lista de listas. Ese mismo año, el
chef mexicano pasó una breve estancia en el restaurante danés de moda. Dice que allí aprendió la atención máxima
por el detalle, pero cita como referentes a otros gurús de la horticultura, como Marc Veyrat y Michel Bras.
En una de las esquinas del huerto, la planta de cilantro está casi seca, pero Vallejo va a utilizar las semillas, unas bo-
litas minúsculas con un sabor muy concentrado, para aderezar un pozole frío de erizo. Cocerá el grano cacahuazintle
con el caldo del puerco y luego lo licuará con los huevas del erizo, jugo de limón cebolla, rábano y hierbas aromáticas.
Adaptado de http://elpais.com/elpais/2016/07/25/estilo/1469470393_381208.html

Unidad 3. Venezuela: Todo un éxito


4. Natalia: Qué cola tan larga. A este paso vamos a llegar pasado mañana. Este país, esta ciudad, todo el mundo cree
que puede conducir…
Locutor: El próximo fin de semana, Florentino y el diablo para todos los venezolanos…
Tomás: Natalia, deberíamos ir al teatro. Este tipo es una estrella. Mira que convertir la música clásica en un producto
de exportación. Es un bárbaro.
Natalia: No sé, Tomás, no entiendo por qué tanta alharaca. Dudamel es el ejemplo perfecto de quien ha estado en el
lugar adecuado en el momento adecuado.
Tomás: Pero, ¿por qué dices eso? Este tipo es la prueba viviente de que el éxito es posible en cualquier disciplina y
de que este es la combinación perfecta de talento y disciplina. Es el hombre que se aplica cuando quiere algo.
Natalia: Aquí la gente se aplica siempre cuando quiere algo. Mira al lanzador, a Johan Santana. Desde que está en las
Grandes Ligas es pura noticia.
Tomás: Es otra prueba de que el éxito es hacer palpable un talento. El suyo es ese brazo potente que no deja que
nadie batee.
Natalia: La verdad es que, si te pones a pensar en Venezuela, no es demasiado difícil echar pa´lante. O juegas bien
al béisbol o sales en la tele o entras en el Sistema de Orquestas. Con un poco de suerte…
Tomás: Déjate de esos cuentos. Nada de suerte.
Natalia: Claro que sí. Si te sale bien algo la primera vez… y te haces un nombre…, te haces notar. Y si hablan…,
tanto tienes y tanto vales.
Tomás: Yo no estoy de acuerdo. Para triunfar hay que trabajar mucho. Y no se trata solo de ganar dinero. El éxito
va mucho más allá; significa, como en el caso de Gustavo Dudamel o Johan Santana, saber que como líder tienes un
compromiso a nivel personal y social, y que no eres un producto o una moda. Un verdadero líder nunca se achanta,
se levanta todos los días para seguir trabajando por lo que cree.
Natalia: Bueno, en eso estamos de acuerdo. Seguramente un líder debe hacer valer su talento especial.
Tomás: Claro, el éxito no es otra cosa que hacer tangible un talento especial. Piensa en otras áreas de nuestra cultura:
el teatro, por ejemplo. Hay tantos nombres propios en la escena…
Natalia: Tienes razón. Pienso en Elba; Elba Escobar, esta actriz que me encanta. Es talento puro, belleza criolla. Tiene
carisma, además de belleza.
Tomás: Exacto. Esa dama vale oro. Todo lo que hace brilla. Te deja sin habla cada vez que se sube a las tablas.
Natalia: Sí, la verdad es que en Venezuela tenemos muchos motivos para saborear el éxito. No entiendo por qué a
veces no vemos que podemos triunfar.
Tomás: Es que tenemos que sentirnos galanes, un poco artistas todos.
Natalia: Sí, la verdad es que siendo jóvenes nos cuesta un poco diferenciar lo que de verdad significa el éxito. Lo
material importa, y a veces mucho, pero de lo que se trata es de sentirse bien con uno mismo. Saber que lo que da
nota es estar chévere con uno y con los demás.
Tomás: Es verdad, chama. Fíjate que no había reparado en eso. Tanto bla, bla, bla de las cosas materiales y tal; y uno en-
tonces no se para a pensar que el éxito es que te sientas bien contigo, con tu familia y, bueno, si se puede, con tu país.
Natalia: Bueno, no te pases, tampoco te me pongas patriota.

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Tomás: No se trata de ser patriota, sino de ser sensible. Pero bueno dime, al final ¿qué hacemos el fin de semana?
Natalia: Playita, rumba, unos panas… ¿una parrillita?
Tomás: Natalia… Te pregunté por el concierto. ¿Vamos o qué?
Natalia: Vamos, vamos. Vamos pirando. Mañana compro las entradas porque fijo que va a haber full gente.
Tomás: ¿Tú crees?
Natalia: Claro, ese chamo mueve mucho el mundo. ¿No lo viste pues? Hasta se ganó un Grammy. Es burda de famoso.
Lo que decíamos antes, un ejemplo de que no ha reculao nunca. Oye, oye, está hablando en la radio. Súbele.
Tomás: “Esta es una invitación para todos los venezolanos. El sistema es un éxito de todos nosotros. Como lo es el
equipo de fútbol o el mejor jugador de béisbol; o una telenovela o una gran película, o una miss : el sistema no es
un proyecto artístico, es un proyecto social. Es una familia con valores como el humanismo, el trabajo colectivo… El
sistema es la búsqueda de la esencia de la belleza que es el arte, de conectarte con la identidad de lo que es tu país.
El sistema es devolverle el orgullo a los jóvenes. El fin es el bienestar colectivo de un país”.
Natalia: Chamo, qué bonito. Me gusta esa idea. Me gusta mucho que pensemos que el éxito no es ser rico. Que vale,
está bien, hay que tener cosas y tal. Pero realmente cuando tú lo escuchas, piensas: “sí, Johan tiene mucha plata,
pero la tiene porque ha trabajado un pocotón de días antes hasta que lo descubrieron”. Y fijo que soñó con el día en
que lo vieran lanzar con efecto. O esta señora, Elba, que me gusta tanto. Esa mujer se mete en tantos papeles porque
quiere mostrar cómo son las mujeres: todas unas reinas.
Tomás: Lo mejor del éxito es la riqueza espiritual.

Unidad 4. Cuba: La Nueva Canción


5. Ariel: ¡Muchacha!, ¡cuánto tiempo sin verte!, ¿no te acuerdas de mí?
Yamila: Claro que sí, tú eres Ariel, el muchacho que estudió conmigo en el pre.
Ariel: Sí, ese mismo, y tú eres Yamila, la que se sentaba a mi lado.
Yamila: Sí, ¡Es verdad!
Ariel: ¿Qué haces por aquí?
Yamila: Nada, me acabo de bajar de la guagua, vengo de la Feria del libro.
Ariel: ¿Ah, sí? ¿Qué te pareció?
Yamila: Buenísima. Vinieron muchas editoriales de muchos países y hay tremendo ambiente.
Ariel: ¿Compraste muchos libros?
Yamila: No, no compré muchos. Fui porque quería comprar la recopilación de canciones de la nueva trova cubana.
Ariel: Entonces compraste un cancionero de los trovadores.
Yamila: No, mijo, no, no es un cancionero. ¡Qué va! Como tú sabes, las canciones de los trovadores son poesías, así
que el libro es, en realidad, un poemario de esa generación tan brillante que marcó una etapa de la historia y de la
cultura cubana.
Ariel: ¿Qué canciones hay de Silvio Rodríguez?
Yamila: Muchas y, por suerte, está una de mis favoritas: Ojalá. Ya tú sabes que es una canción muy linda y muy polémica.
Ariel: Claro, porque está dedicada a un presidente, no sé si a Fidel, a Pinochet… No sé bien.
Yamila: Pues no, eso también pensaba yo, pero este libro explica que la canción fue dedicada a su gran amor, a Emilia.
Ariel: ¡Mentira! ¿Quién es esa?
Yamila: Mira, te lo leo. Dice Silvio: “Ojalá yo la compuse a una mujer que fue mi primer amor. Fue un amor que tuve
cuando estuve en el ejército, haciendo mi servicio militar. La conocí cuando tenía 18 años, fue mi primer amor impor-
tante en el sentido de que fue el primer amor que me enseñó cosas. Era una muchacha mucho más evolucionada que
yo, mucho más inteligente, más culta. Me enseñó, por ejemplo, a César Vallejo. Después nos tuvimos que separar, esta-
ba estudiando Medicina y en fin, no le cuadró… Y porque fue un amor frustrado, tronchado por las circunstancias, por
la vida, no fue una cosa que se agotara, pues se me quedó un poco como un fantasma y por eso compuse esta canción
en un momento quizás de delirio, de arrebato, de sentimiento un poco desmesurado: ojalá esto, ojalá lo otro…”.
Ariel: ¡Ya tú sabes! ¡Caballero, y la gente creyendo que era una canción de protesta, de política!
Yamila: Fíjate si esa canción ha sido importante que el propio Silvio ha creado una productora musical y un premio
de creación que llevan este nombre.
Ariel: Oye, niña, tú estás en todo. No te pierdes ni una.
Yamila: Sí, yo soy una seguidora de la nueva trova y de los trovadores. No me pierdo ni una peña, donde haya gui-
tarreo, allí estoy yo.
Ariel: Ya veo, ya veo. Bueno, niña, te dejo. Chao.
Yamila: Chaíto.
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Unidad 5. Argentina: ¡Qué mala leche!
6.   1. Laura: ¡Hola Facu! ¿Cómo andás?
Facundo: ¡Lau! ¿Qué hacés? Tanto tiempo, che.
Laura: Todo bien, ¿vos?
Facundo: Más o menos. No sabés lo que me pasó el domingo en el estadio.
Laura: Contame.
Facundo: ¿Te acordás que me ficharon la temporada pasada para jugar en Rosario Central y el equipo bajó a se-
gunda división?
Laura: Sí, sí, claro que me acuerdo. Siguen en la B, ¿no?
Facundo: Sí, sí. Bueno, desde entonces estuve jugando de suplente y el domingo por fin jugué de titular. Pero a los
diez minutos me torcí el tobillo y me sacaron en camilla.
Laura: Uy, ¡no me digás! ¡Qué mal!
Facundo: Sí, encima me sacan de la cancha y el equipo empieza a meter goles. Al final ganaron 3-0.
Laura: Che, ¿no serás yeta vos? Mirá, me voy que llego tarde. Chau. Nos vemos…
  2. Hombre: Uff, qué difícil es encontrar estacionamiento a esta hora en el centro. Está todo lleno, Pilar, mejor vamos
a un parking.
Pilar: Mirá, justo ahí se está yendo uno. Dejamos el coche acá.
Hombre: ¡No! Eso te pasa solamente a vos. Yo vengo y estoy horas dando vueltas. ¡Tenés más culo que cabeza!
  3. Mujer: Che, Lucas, ¿qué tal en el trabajo? ¿Al final qué va a pasar?
Lucas: Qué sé yo… ¿Te acordás de que iban que hacer algunos cambios? Ahora dicen que van a cerrar la fábrica,
te dije, ¿no? Y van a trasladar la producción a Brasil.
Mujer: Umm, ¿y qué vas a hacer?
Lucas: El tema es que me ofrecieron irme para allá como jefe de planta. Me subirían el sueldo, auto de empresa…
Tiene buena pinta; pero obvio, me tengo que ir para allá…
Mujer: Y bueno, tirate a la pileta y a ver cómo te va, ¿no?
  4. Josefina: ¡Ay!
Hombre: ¡Jose! ¿Qué te pasó?
Josefina: Nada, que me quemé el dedo. ¡Ay!
Hombre: ¿Te hace mal? ¿Te traigo algo?
Josefina: No, no te preocupés, si ya me estoy acostumbrando… Ayer en el concierto me lastimé el dedo con un
micrófono y el otro día iba por la calle y me resbalé… Casi me mato.
Hombre: Uy, tené cuidado.
Josefina: Me pasa una atrás de otra, estoy meada por un elefante, seguro.
Hombre: ¡Qué elefante ni qué elefante! Estarás estresada, nada más.
Josefina: Todo me pasa desde que me dejó Iván, ¿ves? Estoy de racha.
Hombre: ¡No seás exagerada!

Unidad 9. Argentina: La cortesía verbal


7. Camarero: Buenas tardes señoritas, ¿qué van a tomar?
Maite: Yo un cortado, por favor.
Romina: Para mí un café solo, gracias.
Maite: Me acuerdo de que lo primero que me dijeron antes de venir a Argentina a hacer el doctorado es que le diera
un buen repaso a mi cortesía verbal, porque los argentinos usan más formas de cortesía que en España, incluso en
un bar.
Romina: Sí, ¿viste? Siempre usamos “buenos días, gracias, de nada…”. Y para pedir algo empezamos diciendo:
“disculpame, perdoná, ¿me permitís?”. Pero también depende de la situación, a veces somos superamables y otras
veces, menos. Creo que si le preguntás a otros latinoamericanos, no sé, capaz que te dicen que somos unos arrogan-
tes, ¿entendés? Sobre todo los que vivimos en la capital, los porteños algunas veces somos muy buena onda y otras
veces, en cambio, parecemos unos mal llevados, que no queremos saber nada de nadie.
Maite: Pero eso pasa en todas las grandes ciudades. Yo en Madrid también lo notaba. Bueno, es el tópico, el carácter
“chulo” de los madrileños.

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Romina: ¡“El chulo”, sí, je, je! Acá es igual, el porteño “sobrador”. Chulo acá se dice sobrador. Lo que pasa es que
siempre estamos apurados porque tenemos que ir de una punta a otra de la ciudad y el tráfico es un caos, en el mi-
crocentro hay embotellamientos a todas horas. Eso nos pone de mal humor.
Maite: ¡Hombre, después de siete meses ya me he acostumbrado a los atascos! Pero a pesar de lo estresante que es
la ciudad, la gente me parece bastante simpática: te ayudan si ves que estás perdida o no sabes qué autobús coger.
Romina: ¡No digas “coger”, que es una mala palabra! Significa… ehh… bueno… tener una relación sexual con una
persona. Decí “tomar el colectivo”, no “coger el autobús”.
Maite: Perdóooon… Tomar, ya sé que se dice tomar. Lo dicho, que no seas tan cruel con los tuyos, que en el fondo
sois muy majos, en especial los hombres.
Romina: ¡Eso es porque sos soltera! Los chicos son un poco zarpados: se te acercan descaradamente y te dicen lo que
piensan. Van y te piropean en medio de la calle. Eso a las extranjeras les parece raro. También cuando la gente entra
en confianza ya no te llaman más por el nombre, te dicen “negrita, gordita”, todo en diminutivo, ¿viste?
Maite: Es verdad que son un poco atrevidos, sí. Otra cosa que me sorprendió es que aquí a las personas que no co-
noces siempre se las trata de usted. Incluso mis alumnos me dicen “señora, profesora o doctora”. ¡Y yo les digo que
me llamen Maite, que no soy tan vieja, pero ni caso!
Romina: Y…, pero ese trato tan familiar con los profes… acá es raro. Entre alumnos y profesores siempre hay distan-
cia, tratálos de usted o por sus apellidos, que es lo más correcto acá. Para mí es impensable tratar de vos a mi jefe, a
un profe o incluso a algunos padres de mis amigos.
Maite: Y el famoso vos… ¡Cómo me cuesta todavía quitarme el tú!
Romina: En poco tiempo lo aprendés a usar. Esta vez pago yo, ¿dale?
Maite: Venga, si insistes…

Unidad 10. México: El cuento del conejo y el coyote


8. Narrador: Una vez un coyote se encontró a un conejito y le dijo:
Coyote: ¡Ay, qué conejito tan sabroso; ahorita mismo me lo voy a comer!
Narrador: El conejo, aunque tenía mucho miedo, pudo decir:
Conejo: Mira, amigo coyote, no me comas, por favor. Te voy a dar unos zapotes muy maduros. Los zapotes maduritos
son mejores que yo.
Narrador: El coyote se dejó convencer, y mientras se comía los zapotes, el conejito se peló, dando grandes saltos.
Pero el coyote alcanzó a verlo y le siguió los pasos. Corrió y corrió hacia el carrizal hasta que lo alcanzó. Entonces le
dijo:
Coyote: Ahorita sí te voy a comer porque me engañaste a lo vil.
Conejo: Mira, no me comas. Te voy a llevar a una pachanga. Vas a ver qué bonita se va a poner la fiesta. Habrá música,
mucha comida y mucho que tomar. Tú vas a tocar la guitarra, y yo también.
Narrador: Y sin que el coyote lo viera, ni darle tiempo a decir nada de nada, el conejito le prendió lumbre al carrizal.
Luego le dijo al coyote:
Conejo: Cuando oigas que están tronando los cohetes, con más ganas le das a la guitarra. ¡Vamos a divertirnos un
rato!
Narrador: Tronaban los carrizos y el coyote tocaba y tocaba la guitarra creyendo que eran los cohetes los que trona-
ban, cuando en realidad era el carrizal que se estaba quemando.
Ya venía la lumbre cerca del coyote, ya mero lo iba a quemar, cuando el conejito dio un brinco y se escapó. Con mucho
trabajo el coyote pudo salvarse de la lumbre y siguió tras los pasos del conejo. Y allá, no muy lejos, vio desde una
peña una laguna desde la que se veía, en medio del cielo, a la luna, redondita como un queso. El coyote encontró al
conejo y le dijo:
Coyote: ¡Ah, conejito, cómo me engañaste! Me querías quemar, ¿verdad? Pero vas a ver, ahora sí te voy a comer.
Conejo: Pero amigo coyotito, antes de querer comerme debes saber que te andaba buscando porque te traía un que-
so, pero se me cayó en la laguna y no lo puedo alcanzar con mi manita que es muy corta… ¡Ay…! Estaba pensando
en una solución para sacar el queso de ahí y se me ocurre que entre los dos podemos lograrlo. ¿Me agarras o te
agarro yo hasta que podamos sacar el queso del agua?
Narrador: El coyote y el conejo estuvieron discutiendo quién asía la mano de quién, hasta que finalmente se pusie-
ron de acuerdo. Quedaron en que el conejo iba a sujetar al coyote para que este, con sus brazos más largos, alcanzara
el queso. Pero lo que el coyote no sabía es que el supuesto queso no era más que la luna llena reflejada en el agua y
no un queso como le había hecho creer el mañoso conejo. Como este tenía otros planes, cuando el coyote ya estaba
adentro del agua, lo soltó y el coyote se ahogó.

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