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FE OBEDIENTE

Juan 2:5 Su madre dijo a los que servían: Haced todo lo que os
dijere. (hagan todo lo que Jesús les diga)

La fe obediente se traduce en un estilo de vida que hace todo lo


que dice el Señor Jesús. La obediencia a Dios es la mejor prueba
de que le hemos creído y que tenemos fe en él y en su Palabra.
No es una obediencia a regañadientes o de mala actitud sino que
es una obediencia fruto del amor de Cristo que nos constriñe, es
el amor de Dios que nos mete por dentro y nos lleva a obedecerle
por amor, totalmente confiados en lo que él ha establecido en Su
Palabra.

NUESTRA PARTE ES CREER, TENER FE QUE DIOS ES PODEROSO


PARA HACER LO IMPOSIBLE Y FIEL PARA CUMPLIR Y EN ESA FE,
OBEDECER A DIOS.

Desde el momento de la salvación en adelante, todo lo que


recibimos de Dios es por la fe.

El escritor del libro de Hebreos nos da la definición de la fe. “Es,


pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que
no se ve,” (Hebreos 11:1). La palabra “certeza” significa “algo
que tiene fundamento, está firme, algo que tiene existencia
actual - una sustancia, algo real.” Otra versión dice así: “Ahora
bien, la fe es la garantía de lo que se espera, la certeza de lo que
no se ve….” Es decir La fe percibe como un hecho real lo que no
es revelado a los sentidos físicos.
Así lo dice La versión de Amplificada literalmente dice: "Ahora
bien, la fe es la certeza… de lo que se espera… la fe de percibir
como un hecho real lo que no es revelado a los sentidos."
El diccionario de Webster describe la fe como “creer en Dios sin
cuestionar… la confianza completa o dependencia total; así como
los niños usualmente tienen fe en sus padres.” Asi es la fe como
de un niño que se cree todo lo que sus padres le dicen, asi debe
ser nuestra fe… creer todo lo que nos dice nuestro Padre
Celestial.

La fe es creer sin cuestionar en quien es Dios, en lo que El hace y


lo que dice. La fe es creer y actuar sobre lo que dice la Palabra de
Dios sin cuestionar o incluso aún sin tratar de comprenderlo.
En los Salmos leemos, Señor, tu palabra es eterna;
¡afirmada está en el cielo! (Salmo 119:89).

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