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Lo azul del mar

Hace mucho tiempo atrás el océano no tenía color en sí, todo era de color gris,
todas y cada una de sus criaturas no tenían orientación, no sabían a donde ir ni
que hacer, no distinguían nada de nada, y nunca a nadie se le ocurrió imaginar
sus vidas diferentes. Hasta que un día un pulpo muy curioso decidió ir a un
lugar que le habían contado, pero que nadie nunca se atrevió a ir, a la
quebrada subterránea del mar tuvo que nadar seis días contra la corriente para
poder llegar. Cuando por fin llego se encontró una gran quebrada en la cual se
veía una luz muy pequeña que muy poco podía divisarse. Al aproximarse más
se encontró un gran portón de corales el cual
estaba muy deteriorado, se llenó de un poco de
miedo al ver lo solitario que se encontraba aquel
lugar; pero se llenó de valor y siguió aquella
luz, la cual cada vez se hacía más fuerte, más
radiante y más intensa cuando ya no podía abrir
más los ojos de lo radiación tan grande que
había decidió cerrar los ojos y extender uno de
sus tentáculos con el cual toco algo que ese
entonces fue lo más suave y delicado que había
percibido cuando por fin decide abrir los ojos mira algo que sus ojos nunca en
su vida vieron, ni se imaginaron ver, he ahí el pez más precioso, que ningún
animal del mar, ni ningún coral, ni planta alguna vez pudiese igualar su
belleza era la primera vez que sus ojos percibían que era un color, y era el
azul! Aun paralizado por lo que sus ojos veían decidió ver más de cerca el pez
que estaba dormido y al admirarlo tanto de repente el pez soltó un gran silbido
que llego a todos los rincones del océano y abrió los ojos de todas las criaturas
del mar y todas ellas vieron lo natural que era el color del mar y sus propios
colores.

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