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- Su condición espiritual.
Se nos dice que ambos eran justos delante de Dios. No solo Zacarías, el
sacerdote, sino también Elisabet, su esposa. Que bendición cuando una pareja de
esposos pueden vivir su fe a un mismo nivel de compromiso y espiritualidad. Se nos
dice además que eran irreprensibles en todos los mandamientos y ordenanzas del
Señor. No sólo cumplían con algunos mandamientos, o con los principales, sino que
cumplían con todos. Vivían de manera tal que nadie podía señalar con razón nada
negativo de su proceder y vivir en Dios. Este era el testimonio de la Escritura para con
ellos: Justos delante de Dios, e irreprensibles en todos los mandamientos y ordenanzas
del Señor.
Algunos hijos de Dios pasan toda su vida preparándose para una tarea o un
servicio que parece nunca llegar. Es como si Dios se hubiese olvidado de lo que ellos
querían hacer para su causa y reino. Otros deciden renunciar a la posibilidad de servir
al Señor por causa de las incomodidades y situaciones que les “complican la vida”.
Zacarías pasó toda su vida preparándose para servir y sin poderlo hacer como
quizá hubiese deseado. Había envejecido sin quizá haber tenido la oportunidad de
realizar muchas cosas para Dios. Pero lo que nos debe admirar de este hombre es que
a pesar de su avanzada edad seguía presentándose como un instrumento dispuesto
para servir al Señor. Podría haber muchos otros instrumentos dispuestos, más jóvenes,
más fuertes, más brillantes, más capaces, pero allí también estaba el sencillo y siempre
dispuesto Zacarías. Yo quiero aprender a ser como él…¿tú?
La relación con Dios es una que se vive por fe y no por vista. Esto quiere decir
que decidimos relacionarnos con Dios por la confianza depositada en lo que su Palabra
escrita nos comunica y enseña. De ella recibimos todo conocimiento e idea sobre Dios
y su voluntad para nuestras vidas.
Yo creo que Zacarías hacía mucho tiempo que había dejado de orar por su
esposa y por ese hijo. Pienso (por las palabras que luego pronunció) que hacía mucho
tiempo que él se había resignado a terminar su vida en esa condición. Por lo que me
asombra más este maravilloso hecho de que Dios no se olvida de nuestras oraciones.
Nosotros podemos olvidar que oramos un tiempo por algo, pero Dios no se olvida
jamás lo que sale de nuestros labios delante de su presencia.
Dios es un Dios de propósitos, y cada uno de sus hijos tiene un lugar y una
misión que desempeñar en los propósitos de Dios. El hijo que Dios le va a dar a
Zacarías y Elisabet no viene a sus vidas únicamente para alegrar sus vidas, lo cual de
seguro sucedería (Vs. 14), pero viene además, y esta es la parte más importante, para
responder a los santos propósitos de Dios. De manera similar cada uno de nosotros
debemos tratar de que nuestras vidas respondan al propósito de Dios, de otra manera
estaremos fracasando en nuestro vivir. Por otro lado, el ángel le revela a Zacarías la
misión de vida del hijo que van a tener, para que ellos como sus padres hagan todo lo
que esté a su alcance para que su hijo se prepare y pueda responder a su tiempo ha
llamado y misión que Dios tenía preparada para él. Veamos algunos aspectos de la
misión de vida del hijo de Zacarías y Elisabet:
- Sería “…Grande delante de Dios…”. Juan sería grande delante de Dios por
causa de su misión para con los propósitos de Dios en relación al Señor Jesucristo. Este
hecho de la singular grandeza de Juan fue conformado por el Señor Jesucristo cuando
declaró que entre los nacidos de mujer no había nadie mayor que Juan (Lucas 7:28).
- Haría volver los corazones de los padres a los hijos. Este aspecto de su misión
respondía a las palabras con las cuales cierra el último de los profetas del antiguo
testamento, pronunciada unos 450 años antes del nacimiento de Juan (Malaquías 4:6).
Hay un aspecto importante para Dios escondido en la reconciliación familiar. Dios obra
en el seno de las familias. El primer ministerio es el que se realiza en la familia. El
testimonio más importante es el que se da ante la propia familia. Y Lamentablemente
muchos de nuestros fracasos más grandes están en la forma cómo vivimos nuestra fe y
el evangelio dentro en nuestras casas y familias. Todavía hoy Dios quiere que los
padres vuelvan sus corazones hacia sus hijos y los hijos hacia sus padres ¿lo haremos?
- Haría volver los corazones de los rebeldes a la prudencia. Una de las cosas más
difíciles de tratar y sobrellevar es la rebeldía, pero en los propósitos de Dios aún los
rebeldes están en la lista de los que el Señor quiere ayudar y restaurar. La mayor
necesidad del rebelde parece ser la prudencia. La prudencia que pone un freno, que
valora y decide cultivar el respeto. La prudencia que decide dar lugar a la disposición
de honrar a Dios y apartarse definitivamente del mal.
Zacarías no creyó de inmediato a la palabra de Dios para con él. Argumentó que
él pensaba que Dios no podría hacer esas cosas porque, tanto él como su esposa,
estaban viejos. Tal actitud no deja de sorprendernos, pues nos muestra que sin
importar por cuánto hayamos caminado con el Señor en nuestras vidas, si no somos
cuidadosos con nuestros propios pensamientos, podemos dejar de honrar a Dios y
actuar como los que no le conocen.
El ángel le dice que él es Gabriel, quien sirve delante de Dios, que fue enviado a
comunicarle esas buenas noticias. Los verdaderos mensajeros del Señor son aquellos
que aprenden a estar primero delante de Dios antes de abrir su boca para hablar a los
hombres. Sólo después de haber estado en presencia del Señor y haber recibido de Él
la encomienda es que son enviados a comunicar sus mensajes y buenas noticias.
En Zacarías y Elisabet Dios demostró que los que viven para Él, aunque estén en
un lugar anónimo y de poca importancia, no dejarán de ser tomados en cuenta en sus
planes. Su historia también recuerda a aquellos que piensan que el tiempo de ver las
bendiciones de Dios en sus vidas es cosa del pasado, que pueden ser sorprendidos
cuando menos lo esperan al recibir una visita inesperada de parte de Dios en sus vidas.
En ellos se cumplió fielmente el hecho de que “Dios recuerda” (significado del nombre
Zacarías) y jamás falta a sus palabras pues Él es el “Dios del juramento” (significado del
nombre Elisabet).
En diciembre de 2021
Antonio Vicuña.