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El siguiente texto sintetiza de algún modo nuestra manera de entender la importante

relación que existe entre Comunidad y Patrimonio, y el desafío que implica para los
Museos. Es transcripción de un documento de trabajo presentado en Guatemala, en el
XIII Encuentro Anual del ICOFOM LAM, realizado en 2004. Las ideas expuestas se
basaron en la Parte III de la Tesis de Licenciatura “Museo y Desarrollo Personal” de E.
Garma y A. Sansoni. La “Carta de la Antigua Guatemala”, producto de dicho
Encuentro, basó algunos de sus considerandos y recomendaciones en el presente
texto.

MUSEOS Y APROPIACIÓN PERSONAL DEL CONTEXTO


PATRIMONIAL
Por: Andrés Sansoni
Introducción

Quizás tenga razón Francisca Hernández al afirmar: “durante los últimos años
estamos asistiendo a una serie de cambios que han llevado al museo a una crisis de
identidad”1. Pero creemos también que las crisis son normales, necesarias y todas
tienen su lado positivo en cuanto son momentos en los que se toman decisiones
importantes2.

Esta crisis de identidad del Museo tiene su causa más fuerte en aspectos poco
deseables del actual proceso de globalización3, aspectos que también son causa de
crisis en otros muchos campos. Quizás las dos características más nocivas y
generales de este actual proceso sean: el carácter competitivo-mercantil con que
tiñe todas las actividades del hombre, y el modo invasor-hegemónico con que
interfiere en los auténticos procesos de desarrollo de los distintos pueblos en general y
de nuestra América Latina en particular.

Los efectos negativos de esta crisis se reflejan en una cierta desorientación con
respecto a las actividades y finalidad de los Museos. En algunos casos se ha llegado a
perder totalmente de vista las responsabilidades elementales, siendo, los Museos,
considerados y utilizados especialmente por ciertos grupos privados como “rentables
productos de una industria cultural planetaria”4.

Todo momento de crisis requiere de reflexión y análisis para tomar las decisiones
correctas y evolucionar hacia nuevas formas, el ICOM como organismo internacional
representante de los Museos y el ICOFOM como el lugar de la reflexión teórica de la
Museología, tiene en sus manos una gran responsabilidad, pero también es necesario
que todos los involucrados en la vida de los Museos realicen sus aportes en la medida
de sus posibilidades en busca de respuestas y soluciones.

Más allá de esta crisis de identidad de los Museos, de la cual sin duda saldrán
fortalecidos, es justo y necesario señalar que la Institución cuenta con una
RESERVA HISTÓRICA que la señala como FUNDAMENTAL en lo concerniente al
presente y al futuro del mundo de la cultura y capaz de contribuir de un modo
cada vez más activo y comprometido en el campo del desarrollo social.

1
HERNÁNDEZ, F.: Manual de Museología, p.74.
2
Los momentos de crisis son los que han logrado grandes avances en la evolución del Museo; cf. ALONSO
FERNÁNDEZ, L.: Introducción a la nueva museología, p.24. Ver el significado de crisis en el Glosario del presente
trabajo.
3
Cf. ZAKIM, N. J.: Globalización, espacio público y patrimonio, en Temas de Patrimonio Cultural, p.99-100.
4
FERNÁNDEZ-GALEANO, L.: El arte del Museo, p.3.
I. DEL DESARROLLO COMUNITARIO AL DESARROLLO PERSONAL

1. La Comunidad como Contexto

Los temas del desarrollo y construcción de comunidades son campos en los que la
Institución Museística ya está trabajando comprometida y directamente. Conscientes
de que los efectos nocivos de la globalización actúan de un modo negativo en la vida
de los pueblos, se profundizará a continuación en el estudio de la comunidad en
cuanto contexto para sus propios habitantes.

Entendemos por comunidad a una unidad social que se caracteriza por el hecho de
que sus miembros participan de algo en común, con conciencia de pertenencia y en un
determinado contexto. Ser unidad social implica que es indivisible en sí misma y
distinta de otra unidad social. Lo que la une en sí y la diferencia de otra es su cultura5.

Los miembros de esa unidad social participan de una misma cultura que los une
entre sí y los diferencia de otros individuos. Cada comunidad está formada por
personas de distintas generaciones que conviven en un mismo ámbito natural y
cultural, recibiendo, recreando y transmitiendo su cultura. Aquellos aspectos
significativos que se van transmitiendo a través de las generaciones constituyen su
patrimonio cultural6.

El patrimonio cultural de la comunidad junto a su patrimonio natural (todo lo recibido


de la naturaleza, clima, paisajes, tipo de tierra,...) condicionan y posibilitan un modo de
ser, este determinado modo de ser es la identidad cultural de la comunidad.

La identidad cultural (a la que podríamos llamar también identidad patrimonial), es


como un hilo conductor que da continuidad en el tiempo y dota de un común
sentido a cada uno de los distintos momentos presentes de una comunidad. Esta
identidad no es algo rígido e inmóvil, tiene la riqueza de desarrollarse y evolucionar en
cada nueva generación y en cada nuevo momento histórico; pero también puede
deformarse y diluirse hasta desaparecer.

Este complejo fenómeno se va dando de un modo natural-cultural en un


determinado espacio, en un lugar concreto, en lo que comúnmente se denomina
contexto social o comunitario. Para los fines del presente estudio es necesario
distinguir entre las manifestaciones del Patrimonio material, inmaterial y natural que
representan la identidad cultural del grupo o comunidad, y aquellas otras
manifestaciones del contexto que no la reflejan o directamente atentan contra esta. De
este modo, y como categorías museológicas, denominamos:

 “Contexto Patrimonial” al conjunto de Bienes Patrimoniales (materiales,


inmateriales y naturales) que conforman el ámbito que los habitantes reconocen
y valoran como heredado y propio, donde viven e indirectamente recrean la
identidad cultural de la comunidad.

 “Contexto Alienado” al conjunto de signos y manifestaciones que demuestran que


el Contexto Patrimonial no está valorado, o directamente despreciado; es decir,

5
El tema amplísimo y complejo de la cultura, entre otros, inquietó a la UNESCO ya en la década de los ´70. Para
estudiarlo y esclarecerlo organizó una serie de reuniones regionales: Eurocult 1972, Asiacult 1973, Africacult 1975,
Américacult 1978, Arabiacult 1981, concluyendo en la Mondialcult de México 1982 y su Declaración de México sobre
las políticas culturales (En el presente trabajo citaremos este documento como Declaración de México...).
6
“El patrimonio cultural de un pueblo comprende las obras de sus artistas, arquitectos, músicos, escritores, y sabios,
así como las creaciones anónimas, surgidas del alma popular, y el conjunto de valores que da un sentido a la vida. Es
decir, las obras materiales y no materiales que expresan la creatividad de un pueblo...”. Declaración de México..., p.16.
al ámbito donde los habitantes desconocen o no valoran lo recibido, donde
viven e indirectamente deforman la identidad cultural de la comunidad.

Como se vio anteriormente, el actual proceso de globalización ha producido crisis


en diversos campos, y la vida de las comunidades no ha sido la excepción. Muchos
habitantes han visto personalmente, en las últimas décadas, transformar su contexto
patrimonial en un contexto alienado, invadido y mercantilizado.

2. Dinámica propia del Desarrollo

La preservación y evolución de la identidad de un pueblo y del contexto patrimonial


de sus habitantes, es un complejo fenómeno que se va dando de un modo natural-
cultural; a la vez que se va desarrollando debe también discernirse, ya que puede ser
deformado, alienado o incluso destruido.

En la Declaración de México, la UNESCO, al tratar el tema Fundamentos culturales


del desarrollo, afirma:

“Recomendación nº 26

Considerando que los conceptos de identidad cultural y de desarrollo son complementarios y


que de hecho el desarrollo no debe recibirse como una transformación procedente del exterior que
socava los valores tradicionales y la identidad de un pueblo, sino que, por lo contrario en el
proceso de desarrollo es preciso tener muy en cuenta las especificaciones locales y recurrir a
estrategias diferenciadas,

Destacando, entre las causas fundamentales de un mal desarrollo, el hecho de que con
frecuencia no se tomen en consideración las realidades socioculturales de los grupos humanos
interesados,

1. Recomienda a los Estados Partes que se fomenten, sobre todo, en los países en desarrollo,
las investigaciones en ciencias humanas, que permitan un conocimiento más profundo de las
sociedades interesadas y de los factores endógenos de desarrollo”.

Existe un dinamismo determinado para que el desarrollo de un contexto social


sea auténtico, debe ser endógeno; debe nacer en el interior de la comunidad. Cuando
los cambios son exógenos, es decir que nacen fuera de la comunidad y se imponen
desde el exterior, se da un pseudo-desarrollo, donde la identidad cultural se ve
afectada y el contexto patrimonial alienado. Del mismo modo, cuando el desarrollo
nace en el interior, pero se impide su ejecución o concreción en cambios reales, la
identidad cultural también se ve afectada. Se puede determinar de este modo que todo
auténtico proceso de desarrollo implica dos momentos o fases decisivas: un
nacimiento interior (toma de conciencia-conocimiento crítico) y una ejecución
real (acción de la voluntad-realización fáctica).

El compromiso de ciertos Museos por discernir los procesos de desarrollo en vistas


a la preservación de las identidades culturales ha sido meritorio, especialmente
representado por los Museos Comunitarios y los Ecomuseos. Ellos se han abierto e
involucrado directamente en la vida de la comunidad, contribuyendo en las dos fases
de su auténtico desarrollo: promoviendo la conservación crítica de la identidad cultural
y comprometiéndose en una auténtica evolución de la misma7.

7
“Entre 1982 y 1984 Huges de Varine (antiguo Director del ICOM) escribió: la estrategia de las autoridades, incluso
democráticas, consistirá en dividir comunidad y acción, dando a la primera un carácter formal y burocrático (...),
mientras que en la segunda se separan netamente los papeles: la decisión pertenece a las autoridades establecidas,
mientras que la ejecución incumbe a la población. Por eso hay que hablar ahora para decir en alta voz que existe otro
camino: que el desarrollo comunitario, endógeno, de auto gestión, no es una utopía sino una posibilidad que ya se ha
materializado en varios lugares. El poder (...), si lo quisiera seriamente, tendría la posibilidad de favorecerlo (...). (Huges
Pero más allá de este esfuerzo, en gran medida se sigue asistiendo hoy a ese
proceso de a-culturación de los pueblos, efecto nefasto de una globalización mal
entendida, que produce contextos alienados y que nada tiene que ver con una
auténtica y mutua in-culturación de las diversas comunidades y sus identidades
culturales.

El ámbito o contexto comunitario evoluciona y condiciona necesariamente el


desarrollo de sus habitantes, positiva o negativamente, de ahí la importancia de
preservar y discernir atentamente su dinámica propia.

3. Persona y Apropiación personal

Hemos visto hasta aquí cómo un contexto comunitario puede o no ser reflejo de una
identidad cultural y cómo su desarrollo puede o no ser beneficioso para la comunidad.
Continuando el presente estudio, se profundizará ahora en la dinámica del desarrollo
de la persona individual, y el importante lugar que ocupa en ésta la cultura en general
y el contexto social en particular.

“La cultura da al hombre la capacidad de reflexionar sobre sí mismo. Es ella la que hace de
nosotros seres específicamente humanos, racionales, críticos y éticamente comprometidos. A
través de ella discernimos los valores y efectuamos opciones. A través de ella el hombre se
expresa, toma conciencia de sí mismo, se reconoce como un proyecto inacabado, pone en
cuestión sus propias realizaciones, busca incansablemente nuevas significaciones, y crea obras
que lo trascienden”8.

La cultura en general y el contexto social en particular influyen fuertemente en el


desarrollo personal de todo habitante, especialmente en la etapa de formación. Es
sumamente importante el momento en que la personalidad del individuo busca su
propia definición, es decir, cuando pasa de la adolescencia a la madurez, etapa de
crisis en el más profundo sentido de la palabra9. Generalmente, entre los 13 y 20 años,
se da un complejo conjunto de experiencias y vivencias que determinarán en gran
parte la futura personalidad. Se caracteriza por el enfrentamiento interno entre lo que
nos gustaría tener y lo que en realidad tenemos, entre el estereotipo perfecto y el tipo
imperfecto, entre lo que se desearía que existiera y lo que en realidad existe, en
definitiva, entre lo imaginado y lo real. Este enfrentamiento se supera cuando, con
mayor o menor conciencia, se acepta lo que existe y lo que somos, el contexto que
nos toca vivir, la realidad, como la única plataforma posible desde donde (¡sin dejar de
soñar!) se puede proyectar y construir la propia personalidad y transformar la realidad
misma.

La personalidad comienza a madurar cuando logra integrar los distintos aspectos


en conflicto; es decir, cuando conociendo su contexto del modo más objetivo posible,
y mediante un discernimiento (consciente en mayor o menor medida), acepta
positivamente lo que no es posible cambiar (algo muy distinto a la resignación y a la
represión), valora con optimismo las potencialidades existentes (sin comparar
compitiendo), y decide en consecuencia. De este modo, la persona se hace cargo, se
apropia, de su realidad individual. Esta apropiación de la realidad concreta es un
desafío ineludible (no siempre superado) en el proceso de desarrollo del individuo.

Superada con buenos resultados esta etapa, la persona estará mejor preparada
para responder a los constantes desafíos que la vida le presente.

de Varine, L´ initiative communautaire, recherche et experimentations, 1991).”, citado por Alexandre Delarge en Una
comunidad que se autopatrimonializa. Noticias del Icom, N°1, 2001, p.8.
8
Declaración de México..., op. cit., p. 14.
9
Cf. BLEGER, J.: Psicología de la Conducta, p. 273.
“Cuanto más integrada o madura la personalidad, el yo se atiene más estrictamente a la
realidad, mientras que el yo infantil –del niño o del adulto inmaduro- funciona más con la
omnipotencia, la magia y el narcisismo”10.

Esta necesidad de apropiación personal, no sólo aparece en el punto de partida


de la formación de la propia personalidad, sino cada vez que en la realidad (contexto
interior o contexto exterior) aparecen nuevos elementos que cambian esa especie de
paisaje en el que hasta entonces la persona se movía. Para lograr una integración
madura en cada nueva situación es necesario que se repita esa determinada
experiencia.

De este modo, para los fines del presente estudio y como categoría museológica,
denominamos:

 “Apropiación personal” a toda experiencia individual de toma de conciencia en la


que la persona discierne y se hace cargo de una nueva realidad. La toma de
conciencia va más allá de un simple conocimiento exhaustivo de datos, es una
vivencia que involucra conocimientos con sentimientos e incita a la voluntad. El
discernimiento de cada nueva situación posibilita un conocimiento crítico de la
misma, condición necesaria para decidir y actuar con fundamentos.

Esta apropiación personal, corresponde a la primera fase de la dinámica de un


auténtico desarrollo; e inspira a la acción, la cual corresponde a la segunda fase de
dicha dinámica.

Todo contexto social condiciona y posibilita la formación de la personalidad de sus


habitantes, y así como una comunidad necesita para su auténtico desarrollo una
determinada dinámica, así también cada individuo necesita de una experiencia
individual de apropiación personal de su contexto.

II. EL HOMBRE, PRINCIPIO Y FIN DEL DESARROLLO

1. El Museo: directo a la Comunidad e indirecto a la Persona

En la historia del Museo ha habido un lento pero constante acercamiento al hombre.


El s. XX dio el gran paso, el Museo tomó conciencia de ser una Institución al servicio
de la sociedad y de su desarrollo, y contribuyó en la construcción de comunidades de
un modo directo y comprometido.

En la Mesa Redonda de Chile se afirmó que “el museo es una institución al servicio
de la sociedad...”11; existía ya entonces un claro conocimiento de que el Museo es
parte inalienable de la comunidad, capaz de formar conciencias, las cuales a su vez
podrían transformar estructuras vigentes. El ámbito cultural comunitario y su
desarrollo se constituían en los objetivos del trabajo museístico.

En 1984, la declaración de la Nueva Museología se presentó como una de las


corrientes de pensamiento más avanzada y acorde con los nuevos tiempos. Su ruptura
respecto de la Museología tradicional se hacía notar especialmente en la expresa
primacía del contenido social respecto de las funciones tradicionales del Museo. Se

10
Idem, p.275.
11
Museum, vol. XXV, Nº3, pág.17, 1973.
reconocía expresamente su carácter de Museología activa, de compromiso social, y su
finalidad apuntaba también al desarrollo de la comunidad.

Los Ecomuseos por un lado, y los Museos Comunitarios por otro, cada uno a su
modo cambiaron las formas tradicionales del Museo, acercándolos cada vez más a la
comunidad. El visitante pasó a ser usuario, partícipe, compañero y constructor del
Museo, y aquí también el desarrollo de la comunidad se trazó como meta.

En 1982, la UNESCO, reunida en la Mondialcult de México reconocía que:

“El hombre es el principio y fin del desarrollo”12.

“...el hombre es a la vez el protagonista principal y el verdadero destinatario del


desarrollo”13.

Ya en 1973 H. de Varine había expresado “la necesidad de crear un nuevo


concepto de museo en el que cada individuo pueda encontrar los elementos básicos
para su desarrollo en tanto que ser humano y miembro de una sociedad muy
compleja” (pensaba en los Ecomuseos)14. Años más tarde, en 1987, para Aurora León
el tema seguía pendiente: “Este es un punto a profundizar por la museología pues aún
el hombre no ha encontrado su lugar preciso en un centro que ha sido –o debe ser-
creado para él”15.

Este claro reconocimiento del hombre como protagonista principal y verdadero


destinatario del desarrollo, plantea un serio cuestionamiento al Museo como
Institución al servicio a la sociedad y su desarrollo.

Es cierto que, bien planteado, el desarrollo social y la consideración del hombre


como protagonista y destinatario del mismo, son en realidad dos caras de una misma
medalla; al dirigir la mirada directamente a una cara, necesaria pero indirectamente
se apunta a la otra.

A este respecto, el avance logrado por la Museología en las últimas décadas, los
cambios conceptuales y las nuevas formas de Museos, representan una riqueza y un
crecimiento innegables. El Museo como Institución ha madurado y dirigido su atención
directamente hacia el servicio de la sociedad, y en su auténtico esfuerzo ha apuntado
también, indirectamente, hacia el individuo concreto, hacia la persona.

En la gran mayoría de estos casos se ha puesto el acento en un auténtico


desarrollo de la sociedad, en el crecimiento de la comunidad y en el fortalecimiento de
las identidades regionales y nacionales. Estas experiencias son totalmente válidas,
pero es necesario insistir en que apuntan DIRECTAMENTE a la comunidad e
INDIRECTAMENTE al hombre o habitante de la misma.

Se comparte la postura de creer que sólo cuando la persona es considerada como


un fin en sí mismo, con sus características de singularidad y de irrepetibilidad, es
realmente valorada en su condición de humana.

En este sentido ¿puede el Museo seguir avanzando en busca de un nuevo


lugar en él para el hombre?.

2. El Museo: directo a la Persona e indirecto a la Comunidad

12
Declaración de México..., Dimensión cultural del desarrollo, n° 14, op. cit., p. 15.
13
Idem, Recomendación nº 26, p. 27.
14
DE VARINE, H.: Biblioteca Salvat de Grandes Temas, p. 18.
15
El museo...., p. 96.
Si el protagonista principal y auténtico destinatario del desarrollo es el hombre y el
Museo es una Institución al servicio de la sociedad y de su desarrollo, cabe
preguntarse ¿puede la Institución Museística avanzar aún más hacia el hombre
mismo? ¿puede el Museo dar un giro a la medalla y apuntar directamente a la
persona e indirectamente a la comunidad?...

El Museo ha demostrado ser capaz de involucrarse directamente en el desarrollo y


construcción de Comunidades; también ha mostrado históricamente su capacidad para
evolucionar e integrarse a las exigencias de los nuevos tiempos, pero ¿es esto
suficiente? ¿qué otra condición podría animar al Museo a dar ese giro?. Se hace
necesaria una última reflexión.

Existe una analogía muy importante entre la persona y la comunidad: ambas se


desarrollan necesariamente en la relación indisoluble de su pasado-presente-futuro;
ambas se construyen en y a través del tiempo; y ambas necesitan de la misma
dinámica endógena y ejecutable para su auténtico desarrollo, es decir, la apropiación
crítica de la realidad y la voluntad fáctica para recrearla16.

En este sentido el Museo es análogo a ellas: no sólo por su estructura que es


esencialmente sincrónica17, sino también por lo propio de sus funciones, ya que él
recuerda, en cuanto conserva realidades heredadas, percibe, en cuanto recibe
realidades presentes, razona, en cuanto investiga y discierne dichas realidades, y
comunica, en cuanto expone su contenido inspirando realidades nuevas.

De este modo, el Museo se identifica con la primer fase de la dinámica de todo


auténtico desarrollo: la apropiación crítica de la realidad; fase necesaria tanto para
el desarrollo de la persona como para el de la comunidad. La segunda fase, la
voluntad fáctica para recrear la realidad, queda en manos de la voluntad de la
persona y de las instituciones afines de la comunidad.

Quizás pocas instituciones públicas tengan una estructura en relación tan estrecha
con el desarrollo personal y comunitario como el Museo. De este modo se presenta no
sólo como una Institución capaz de contribuir directamente al desarrollo personal,
sino que, dadas sus características propias, también se presenta como una Institución
privilegiada para esta tarea.

3. El Museo: hacia la apropiación personal del contexto patrimonial

Actualmente, psicólogos, educadores, sociólogos y antropólogos reconocen que el


modo privilegiado y natural para transmitir y desarrollar la cultura es la formación de la
persona18. Por otro lado, la UNESCO reconoce que la cultura y la educación son los
ámbitos de donde se esperan nuevos modelos para dar al desarrollo un sentido
más profundo y humano19.

El actual proceso de globalización sigue avanzando y arrasando las riquezas de las


culturas particulares, convirtiendo contextos patrimoniales en contextos alienados,

16
“Aún puede llevarse mucho más lejos la analogía entre el proceso cultural y la evolución del individuo, pues cabe
sostener que también la comunidad desarrolla un super yo bajo cuya influencia se produce la evolución cultural”;
FREUD, Sigmund: El malestar en la cultura, p.83.
17
En cuanto reúne en un solo lugar, la tri-temporalidad pasado-presente-futuro.
18
Cf. BLEGER, J.: op. cit., pp.274-5, 286; en donde se citan también a otros autores como M. MEAD, K. HORNEY, R.
BENEDICT, y FARIS. Ver también FILLOUX, J. C.: La Personalidad, p. 15 y 20; ALLPORT, G. W.: The nature of
personality, en Filloux, op. cit., p.48. FREIRE, P.: Educaçao como Práctica da Libertade; y KAHLER, E.: Historia
universal del hombre, citados en SIMDC., p.8. Ver también GRAMSCI, A.: Los intelectuales y la organización de la
cultura.
19
“Toda política cultural debe rescatar el sentido profundo y humano del desarrollo. Se requieren nuevos modelos y es
en el ámbito de la cultura y de la educación en donde han de encontrarse”. Declaración de México..., op.cit., p.15.
deformando el ámbito donde se forman y viven sus habitantes, desconectándolos de
su pasado, predisponiéndolos al desarraigo y la manipulación, e impidiéndoles, de
este modo, realizarse y plenificarse desde el conocimiento y valoración de su realidad
concreta.

El Museo como Institución puede seguir avanzando hacia un compromiso más


estrecho con el hombre, contribuyendo a un desarrollo más humano de la sociedad.
Puede contribuir directamente al desarrollo personal implementando la utilización de
un “nuevo contenido”, una síntesis museológica del CONTEXTO PATRIMONIAL, y
mediante un tratamiento museográfico adecuado, posibilitar la experiencia de la
APROPIACIÓN PERSONAL por parte de sus habitantes. Puede ayudar al hombre a
tomar conciencia de las riquezas de su contexto comunitario, de su Patrimonio
Cultural Material, Inmaterial y Natural mediante su conocimiento, discernimiento,
aceptación, valoración y proyección; realizando de este modo la primera fase de un
auténtico desarrollo.

El Museo puede contribuir a que cada habitante logre apropiarse personalmente de


su contexto concreto, ayudándolo a discernir lo que en él hay de patrimonial y de
alienado. Para esto se deberá realizar un delicado trabajo museológico y
museográfico, y en aquellas comunidades donde el contexto social se encuentra muy
deteriorado, alienado, el Museo contribuirá, indirectamente, a un auténtico trabajo de
restauración.

No se propone preservar la identidad cultural en sí misma, ni el respectivo contexto


patrimonial en sí mismo, sino ambos pura y exclusivamente en función del desarrollo
personal del hombre, en cuanto condición de posibilidad para la “realización” de los
habitantes de cada contexto social concreto. Es decir, la identidad cultural y el
contexto patrimonial ubicados, nada más y ¡nada menos¡, que como MEDIO PARA el
desarrollo del hombre.

De este modo el Museo trabajará indirectamente por el desarrollo comunitario y la


preservación patrimonial, ya que no será él, sino los mismos habitantes y sus
instituciones, quienes preserven y recreen su contexto patrimonial de un modo
consciente, contribuyendo un auténtico desarrollo de la propia identidad cultural.

Un constante esfuerzo del Museo por hacer que cada habitante encuentre en
su propio contexto comunitario el lugar apropiado para su auténtico desarrollo
(y no tenga que emigrar); donde las personas y las generaciones (verdaderos
conservadores y recreadores de su propio contexto patrimonial) puedan vivir
plenamente, conscientes de un pasado en común, comprometidos con un presente en
común y responsables de un futuro en común; donde puedan realizarse desde la
valoración de su propia realidad.

El Museo puede dar un paso más, puede girar la medalla, e involucrarse


directamente en el desarrollo de la persona, trabajando por la apropiación
personal del contexto patrimonial.

RECOMENDACIONES FINALES

Una vez aceptado el desafío de involucrarse directamente en el desarrollo personal


mediante la apropiación personal del contexto patrimonial, se deberá abordar el tema
de cómo llevar a la práctica la idea. Esta concretización puede realizarse de varias
maneras, el tema escapa a los fines de la presente ponencia, sin embargo, a modo de
recomendación se plantea la siguiente:

* Museo de Apropiación Personal (MAP): nuevo tipo de Museo cuyo trabajo


museológico será: captar, investigar y documentar en testimonios significativos el
contexto patrimonial de un lugar determinado (síntesis de su Patrimonio Cultural
Material, Inmaterial y Natural), y cuyo trabajo museográfico será: devolverlo a los
habitantes de tal modo que logre producir en ellos una experiencia de apropiación
personal de ese contexto patrimonial. La función crítica de este Museo será continua
(Vida Crítica), no sólo mediante una Exposición Permanente del contexto comunitario,
sino también mediante actividades de información, estudio y propuestas concretas en
las que la coparticipación de profesionales y de habitantes será fundamental. Esta
propuesta que ofrece el MAP debe respetar, y por tanto preservar, la auténtica
dinámica del desarrollo de la persona (con sus dos fases), es decir, una dinámica
crítica de apropiación personal. Luego, las personas mismas y sus instituciones irán
recreando su realidad como verdaderos protagonistas conscientes de su destino; y a
medida que esa realidad, o contexto patrimonial cambie, el MAP irá repitiendo su
misión: irá captando, investigando y documentando en testimonios significativos los
nuevos elementos del contexto comunitario, para entregarlo a los habitantes,
repitiendo así su contribución a la apropiación crítica personal. El único fin debe ser
contribuir a la formación de la persona concreta, de la persona humana,
excluyendo cualquier tipo de preservación premeditada en favor de un modelo
determinado de identidad, costumbres, estructura comunitaria o sistema. El Museo se
convertirá así, en un lugar donde las distintas concepciones pasadas-presentes-
futuras, y las diferentes generaciones, se encontrarán de un modo positivo-
constructivo, un lugar de verdadero crecimiento personal que contribuirá,
indirectamente, a un auténtico desarrollo comunitario. Es sumamente importante, para
la autenticidad misma del MAP, que el trabajo de tematización del contexto
patrimonial, sea realizado mediante un trabajo conjunto entre las personas mismas del
contexto y los profesionales del tema.

ACLARACIONES A LAS RECOMENDACIONES:

 Dadas las características propias de la presente propuesta, se cree que será más
eficaz en contextos relativamente pequeños.

 El desafío Museológico que se plantea en lo que se refiere a articular un método


de investigación y tematización del Contexto Patrimonial, podría ser realizado por
un grupo interdisciplinario de profesionales, de tal modo que logre crear una
estructura concreta y teórica, universal y flexible, que pueda ser aplicable a
cualquier contexto y en cualquier tiempo.

 El desafío Museográfico que se plantea, en cuanto a crear nuevas formas de


lenguaje museístico capaces de lograr una experiencia de apropiación personal
del contexto patrimonial, puede ser también realizado de la misma forma
enunciada en el punto anterior.

BIBLIOGRAFÍA

Libros:
- ALONSO FERNÁNDEZ, L: Museología. Introducción a la teoría y práctica del Museo.
Ediciones Istmo, S.A., Madrid, 1993.
-- Introducción a la nueva museología. Ed. Alianza Editorial, S.A.,Madrid, 1999.
- BEGLER, J: Psicología de la conducta. Ed. Paidos. Buenos Aires, 1979.
- BLIBLIOTECA SALVAT DE GRANDES TEMAS: Los Museos en el mundo. Entrevista a Huges
de Varine.
- FILLOUX, J-C.: La Personalidad. EUDEBA, Buenos Aires 1975.
- FREUD, S.: El malestar en la cultura. Alianza Editoral, S.A., Buenos Aires 1992.
- HERNÁNDEZ H., F.: Manual de Museología, Ed. Síntesis, Madrid, 1994.
- LEÓN, A.: El Museo. Teoría, praxis y Utopía, Ed. Cátedra, SA., Madrid, 1978.

Compilaciones:
- La Museología. Rivière, G.H.. Textos y testimonios. Ed. Akal, S.A., Madrid, 1993. Además del
texto de RIVIÈRE, se ha utilizado:
. DESVALLÈES, A.: - El desafío Museológico.
- Museo, Museología y Museografía.
. DE VARINE-B., H.: La participación de la población.
. DE TRICORNOT, J-M.: El Museo de Artes y Tradiciones Populares.
- La Nueva Edad Media. ECO, U.; COLOMBO, F.; ALBERONI, F. y SACCO, G.; Ed. Alianza,
Madrid 1985. Se utilizó: ECO, U.: La Edad Media ha comenzado.
- Temas del Patrimonio Cultural. Comisión para la preservación del patrimonio histórico-cultural
de la Ciudad de Buenos Aires. Ed. Oficina de publicaciones del CBC., 1997. Se utilizó:
ZAKIM, N.: Globalización, espacio público y patrimonio.

Revistas:
- AV. Monografía 71, Artículo: El arte del Museo, de Fernández-Galiano, L., Madrid, Mayo-
Junio, 1998.
- REVISTA DEL BANCO CENTRAL DEL ECUADOR, Cultura, Vol. V, N° 14, Set- Dic., 1982.
Artículo: Declaración de México sobre políticas culturales.
- ICOM-UNESCO, Boletín Noticias del ICOM: N°1, 1970; y N°1, 2001, París.
- UNESCO, Museum: --Mesa Redonda de Santiago, Vol. XXV, Nº3, 1973.

Tesis:

- GARMA, E. y SANSONI, A.: Museo y Desarrollo Personal. La apropiación personal


del contexto patrimonial como desafío museológico, (Tesis de grado sin publicar),
Universidad Tecnológica Equinoccial, Quito, Ecuador, 2002.

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