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ÍNDICE DE FIGURAS
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Figura 1. Presencia de cemento entre fragmentos líticos............................................10
Figura 2. Procesos de cementación y compactación asociados a presión-disolución. 11
Figura 3. Ejemplo de autigénesis.................................................................................12
Figura 4. Ambientes diagenéticos...............................................................................12
Figura 5. Reacciones diagenéticas en agua de poro relativamente estacionaria
(sistemas cerrados) y en áreas con flujo de agua de poro relativamente alto (sistemas
abiertos).......................................................................................................................15
Figura 6. Distribución de cementos en diferentes entornos diagenéticos tempranos.. 16
INDICE DE TABLAS
Tabla Página
Tabla 1. Porcentajes de porosidad en las distintas rocas...............................................9
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INTRODUCCIÓN
A través de las décadas ha ido aumentando el interés en el estudio de los procesos que
ocurren durante la diagénesis, desde la depositación hasta el soterramiento, tanto en la
industria petrolera como en la academia, esto debido a que permite evaluar la calidad
de las rocas reservorio potenciales durante la exploración de hidrocarburos.
Comprender dichos procesos permite construir modelos para predecir la distribución
de la porosidad, distribución tridimensional de las propiedades del yacimiento entre
los pozos de los campos petrolíferos que se están desarrollando para la producción,
entre otros parámetros asociados a las cuencas sedimentarias como la distribución del
tamaño de poro, geometría de poro, área de superficie específica, capacidad de
intercambio iónico, entre otras (Bjorlykke, 1988).
No obstante, el agua subterránea que fluye a través de la roca también puede estar
subsaturada respecto a una de las fases minerales principales y causar una lixiviación
que cree una porosidad secundaria. Por lo tanto, los procesos diagenéticos solo
pueden entenderse si se tiene alguna idea sobre el flujo de agua intersticial en las
cuencas sedimentarias, pudiéndose distinguir entre agua de poro originalmente
meteórica e inicialmente subsaturada con respecto a la mayoría de los minerales de
silicato clástico comunes y fluidos producto de la compactación por soterramiento.
En función de todo lo mencionado surgen los siguientes objetivos (Bjorlykke, 1988).
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OBJETIVOS
General
Recopilar información sobre los procesos diagenéticos y su influencia en la creación
o destrucción de porosidad y permeabilidad.
Específicos
1. Desarrollar conceptos asociados a los procesos diagenéticos, porosidad y
permeabilidad.
2. Plasmar la influencia de los procesos diagenéticos sobre la creación o
destrucción de porosidad y permeabilidad.
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DESARROLLO
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geológico de residencia, la profundidad, temperatura, presión y las propiedades de las
aguas intersticiales (pH, condiciones redox, sales disueltas) (Bogg, 1992).
De acuerdo con lo antes explicado surgen los procesos diagenéticos desarrollados en
el próximo apartado.
1. Procesos diagenéticos
El primer proceso diagenético generado es la compactación, bien sea mecánica o
física y química, refiriéndose a una deformación o reorientación de los granos. Hace
referencia a la reducción en el volumen del sedimento (detritos, minerales,
aloquímicos u ortoquímicos) por los procesos químicos o mecánicos provocados por
la sobrecarga de los sedimentos durante el soterramiento y el incremento de la presión
y temperatura (Tarbuck y Lutgens, 2005).
La compactación también reduce los espacios porosos que presentan la roca o los
sedimentos originalmente (tabla 1 y figura 2), resultado de la desecación y reducción
de volumen de los espesores acumulados, por ende la disminución progresiva de
porosidad hace que durante la compactación se reduzca notablemente los espesores
de niveles de máximo contenido en material insoluble, quedando representados en
niveles muy finos (Bates y Jackson, 1980; Tarbuck y Lutgens, 2005).
Tabla 1. Porcentajes de porosidad en las distintas rocas
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El siguiente proceso diagenético es la cementación, donde se rellenan los espacios
porosos de origen primario o secundario (figura 1), es uno de los cambios
diagenéticos más comunes y produce la rigidez del sedimento mediante la unión de
unas partículas con otras. Este proceso puede ocurrir en simultáneo con la
sedimentación o puede ser posterior a esta. Los tipos de cementos más comunes son
de dolomita, calcita, aragonita, sílice, óxidos de hierro y siderita (Tarbuck y Lutgens,
2005).
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Figura 2. Procesos de cementación y compactación asociados a presión-
disolución (tomado de Bjorlykke, 1988)
Debido a las grandes presiones a las que por lo general son sometidos durante la
diagénesis los minerales que conforman los sedimentos, pueden desarrollarse nuevos
minerales o sobrecrecimientos dentro del sedimento, esto es denominado autigénesis
(figura 3). Una vez que se conocen los diferentes procesos diagenéticos por los cuales
pasan los sedimentos, entonces es importante abordar el apartado de los distintos
ambientes donde se pueden desarrollar cada uno de los procesos definidos
anteriormente (Bates y Jackson, 1980).
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Figura 3. Ejemplo de autigénesis
2. Ambientes Diagenéticos
El ambiente diagenético que se encuentra a menor profundidad es el vadoso, se ubica por
encima del nivel freático, sus poros se encuentran rellenos de aire y agua meteórica,
subsecuentemente se encuentra el ambiente freático meteórico por debajo del nivel freático, y
a diferencia del primero sus poros se encuentran saturados únicamente por agua meteórica.
Así mismo, existe también el ambiente freático marino, justo por debajo del nivel freático y
con sus poros saturados completamente por agua marina. El último ambiente diagenético es
el de sepultamiento, ubicado por debajo de la influencia de la diagénesis superficial y puede
llegar justo hasta el límite donde inicia el metamorfismo de bajo grado, puede observarse en
la figura 3 los distintos ambientes (Bates y Jackson, 1980).
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3. Cambios en la porosidad y permeabilidad original de los sedimentos
Prácticamente todos los procesos diagenéticos afectan la porosidad y permeabilidad original
de los sedimentos, estos procesos pueden reducirla o aumentarla, pero son principalmente la
compactación y cementación las que actúan reduciéndolas drásticamente mediante una
competencia donde domina una más que otra en algunos casos (Sandoval, 2000).
La reducción de porosidad especialmente por efectos de la compactación comienza con la
misma depositación y soterramiento inicial. La velocidad de reducción de la porosidad con el
incremento de profundidad depende de varios factores, siendo la composición mineralógica
inicial del sedimento uno de los más importantes. A su vez, por el mismo efecto de
compactación hay un aumento en el grado de empaquetamiento de los granos, con la
consecuente reducción de la porosidad (Sandoval, 2000).
Otro proceso que reduce la porosidad y permeabilidad pero con mayor influencia en
sedimentos y rocas clásticas es la recristalización, y referente a la porosidad
secundaria afecta la presión-disolución, porque generalmente cuando este proceso
comienza a tener una mayor actuación ya prácticamente se han perdido las
porosidades y permeabilidades originales (Sandoval, 2000).
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largo de sus planos de corte para formar un empaque más compacto. Aunque la
fracturación acompañada de la compactación da como resultado una porosidad total
reducida, se crea una porosidad secundaria significativa (Bjorlykke, 1988).
Esta afectación puede observarse al microscopio en el cuarzo y feldespato con
extinción ondulatoria cerca de los contactos de grano. El estrés en los contactos de
grano deforma la red cristalina y aumenta la solubilidad de los minerales en los
puntos de contacto donde puede ocurrir la disolución. Esto creará una sobresaturación
local con respecto a las otras superficies de los granos, que están sujetas a presiones
hidrostáticas únicas, y los iones en solución pueden transportarse por difusión iónica
y precipitarse como crecimiento excesivo (figura 5) (Bjorlykke, 1988).
La formación de cemento temprano puede inhibir la cementación posterior y también
reducir la solución de presión. Los primeros cementos de sílice o carbonato
distribuirán el estrés grano a grano en un área más grande del marco de grano y, por
lo tanto, reducirán la solución posterior, protegiendo a los granos más débiles de la
compactación (Bjorlykke, 1988).
Por su parte, el estudio de las corrientes de convección y la circulación subsuperficial
de agua de poro es esencial para comprender la diagénesis de la arenisca, el flujo de
agua compactada está limitado por la cantidad de agua contenida en la secuencia
sedimentaria subyacente en la cuenca. El flujo ascendente medio total será del orden
de 104 a 105 cm3cm-2 de agua intersticial para un lecho de arenisca desde el momento
de la deposición hasta el enterramiento hasta aproximadamente 3km (Bjorlykke,
1988).
El uso de corrientes de convección como mecanismo para la transferencia de sólidos
en solución en el subsuelo permite plantear que el agua de poro es usada una y otra
vez para disolver y precipitar minerales, así es como se explican las grandes
disoluciones a escala de minerales como lo implica la formación de porosidad
secundaria neta (Bjorlykke, 1988).
Lo antes dicho, se debe a que el agua meteórica inicialmente se encuentra subsaturada
con respecto a minerales como el feldespato y los carbonatos, al reaccionar con
dichos minerales durante la diagénesis temprana, el agua intersticial se acercará al
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equilibrio y perderá gradualmente su capacidad de disolver minerales y crear
porosidad secundaria. Basándose en esto, puede predecirse los regímenes
paleohidrológicos en una cuenca sedimentaria, así como también la distribución de la
porosidad secundaria producida por la lixiviación del agua meteórica (Bjorlykke,
1988).
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por superficies minerales (y, por lo tanto, de menor movilidad) aumenta. Los
crecimientos minerales diagenéticos aumentan el área superficial específica y, por lo
tanto, también pueden contribuir a la reducción de la velocidad de difusión
(Bjorlykke, 1988).
Inmediatamente después de la deposición, una arena puede someterse a flujo o
percolación de agua de poro a una velocidad relativamente alta y, por lo tanto, puede
someterse a cementación o lixiviación temprana, dependiendo de si el agua
intersticial está sobresaturada o insaturada con respecto al silicato o carbonato más
común minerales presentes (figura 5). De esta forma, las areniscas depositadas en
ambientes marinos poco profundos pueden presentar cemento temprano de aragonito
o calcita con alto contenido de Mg, y con calcita en la zona vadosa de agua dulce en
las regiones áridas (figura 6). La presencia en las areniscas de vidrio volcánico o
sílice amorfa biogénica aumentará la concentración de sílice en el agua de poro y
puede causar la precipitación de ópalo temprana o del cemento de cuarzo. La
porosidad primaria puede presentar diferencias en el grado de preservación
relacionado a la profundidad y dependiente de las variaciones en el esfuerzo efectivo.
(Bjorlykke, 1988).
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porosidad, por lo tanto, es de naturaleza secundaria, se observa como huecos después
de la lixiviación de feldespato clástico o cemento de carbonato, evidenciado por
superficies de disolución y poros sobredimensionados (Bjorlykke, 1988).
Existen varias causas diferentes para el desarrollo de la porosidad secundaria: (1)
disolución de granos, fósiles, entre otros; (2) disolución de cemento y matriz; (3)
disminución del volumen de agua de poro debido a la deshidratación de minerales (es
decir, transformación de caolinita o esmectita a ilita); y (4) formación de fracturas.
Incluso cuando hay evidencia inequívoca de que se ha formado porosidad secundaria,
a menudo es muy difícil cuantificar el porcentaje de porosidad secundaria en relación
con la porosidad primaria, para ello se requiere la reconstrucción del contorno
original del grano, que generalmente es muy difícil de hacer con precisión. Es aún
más difícil estimar la lixiviación parcial del cemento, la cantidad de cemento de
carbonato inicial y cuánto se disolvió realmente (Bjorlykke, 1988).
Así mismo, la porosidad secundaria puede formarse cuando el agua de poro,
subsaturada con respecto a los granos de arenisca o cemento, fluye a través de la
arenisca (Bjorlykke, 1988).
CONCLUSIONES
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En función de lo antes discutido se puede concluir de forma general que los factores
que favorecen la preservación o destrucción de la porosidad primaria y la formación
de porosidad secundaria se pueden resumir de la siguiente manera:
Los procesos diagenéticos son función de la composición primaria de la roca en
la cual estén llevándose a cabo, el flujo de agua intersticial, el esfuerzo efectivo o
y la temperatura. Pueden relacionarse a su vez, con las facies deposicionales, la
estratigrafía, y el entorno tectónico de la cuenca.
De acuerdo a la movilidad del flujo de agua pueden distinguirse los procesos, en
diagénesis isoquímica que corresponde a aquellos que pueden proceder en agua
estacionaria y diagénesis aloquímica cuyos procesos requieren suministro y
eliminación de iones en solución a través del flujo de agua intersticial (dinámica).
La reducción de la porosidad primaria es mediante la diagénesis isoquímica,
compactación mecánica y solución de presión debido al esfuerzo efectivo.
Debido a que el grado de compactación mecánica no es una función de la
sobrecarga, sino del estrés efectivo, las presiones de poro más altas son efectivas
para preservar la porosidad primaria.
La porosidad secundaria puede ser causada por fracturamiento de la roca debido
a esfuerzos tectónicas o sobrepresión y también puede generarse por disolución
química. de minerales y cemento cuando el agua meteórica que está subsaturada
con respecto al cemento de carbonato o los granos de feldespato fluye a través de
la roca.
El flujo de agua de poro que tiene gran influencia en las reacciones diagenéticas,
está controlado por la permeabilidad de la roca y el grado de conexión entre las
facies sedimentarias y el marco estratigráfico y tectónico en una cuenca
sedimentaria.
Los procesos diagenéticos además de controlar la porosidad y la permeabilidad,
también controlan la geometría y la distribución del tamaño de los poros.
REFERENCIAS
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Bates, R y Jackson, J. (1980). Glosary of Geology. 2md ed. American Geological
Institute, 749 p.
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