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Índice
Portadilla
Índice
Cita
Dedicatoria

Prólogo
Sobre la alegría

Ábrete al mundo
Tres rostros
Acariciando su mano
¿Queda alguna pregunta?
El arte de enfrentar las cosas
Duramen
Surgiendo
Memorizar
En forma de delfín
Una cuerda
Cerca de la luz
Camino a Windsor
Bajo el canto de un pájaro
Llegar

Detrás del trueno


Demasiada carga
Perdidos en nuestros caminos
Temprano
Besar todo en llamas
Renacido
Mantenerse cálido
Detrás del trueno
En cada esquina
Por el momento
Hecho de huesos
La sublime perturbación
Años de todo
Para Joel en el 94
Enviada a mi camino

3
Hasta que nos conozcamos unos a otros
La industria del No
Para hablar de tormentas
Mercado de peces
Cómo trabaja el Espíritu en la Tierra
Corriendo bajo la mesa
Rumi va a Washington
Transformación
Su nombre significa luz
Sin saber
Lo que otros han tocado
A esto hemos llegado
Irse
Entre el mar y la ciudad
En medio de la madrugada

A partir de ahora
Un instante
Atrapado en el tiempo
Otra vez
La historia del fuego

Aves en el aire, peces en el agua


Después
En la cresta de la montaña
El onceavo mandamiento
Ser animal
Lo que pasa con el miedo
Ahyo oh’ oh ni
Para Mira, de nueve semanas de nacida, demasiado emocionada para dormir
Discernimiento
Silencio, silencio, las criaturitas están hablando
Escrito mientras corría
Otra paciencia
Hasta que nos conozcamos unos a otros
Sosteniendo la pistola
Repetidamente nos preguntan
Al final del camino
Expuesto
La razón interior

4
El agua toma muchas formas

Enamorarse del mundo


Caer

Saturado
Rompiendo el trance
Recuperar la confianza

Caer en

Caminando juntos
La promesa del mundo interior
Valentías
¿Qué sostiene?

Caer en el mundo

¿Dónde está Dios?


Estar cerca
Alegría concentrada

Agradecimientos
Notas
Sobre el autor

Créditos
Grupo Santillana

5
No quiero nada sino hablar sencillamente,
que me sea otorgada esta gracia.
Porque hemos recargado nuestra canción con tanta música
que se hunde lentamente
y adornamos tanto nuestro arte que su imagen fue
devorada por el oro
y es hora de decir nuestras escasas palabras porque
mañana nuestra alma se hace a la mar.
—Georgios Stylianos Seferiadis[1]

6
…para Susan
cuya risa es a la alegría
lo que los pájaros a la luz…

7
Elogios para ¡Estás vivo!

¡Estás vivo! presenta muchos tipos de pensamientos, todos claros, simples, y hermosos.
Mark Nepo tiene un gran corazón. Sus reflexiones son una buena compañía.
—Coleman Barks, traductor de
The Essential Rumi.

Las reflexiones del último libro de Mark Nepo, ¡Estás vivo!, primero me llevaron a un
silencio placentero, luego a las lágrimas, después a la risa y al final al aplauso. Reúne
poetas de tradición, con corazones salvajes, que han buscado la verdad como Rumi, Walt
Whitman, Emily Dickinson y Mary Oliver. Nepo merece un lugar entre ellos.
—Elizabeth Lesser, cofundadora del Instituto Omega, autora de
Broken Open: How Difficult Times Can Help Us Grow.

Abre el libro por favor. Empieza donde sea. Tómate tu tiempo. Pero ten en cuenta esto:
Mark Nepo hará que te enamores del mundo otra vez.
—Wayne Muller, autor de A Life of Being,
Having and Doing Enough y Sabbath.

Estas enseñanzas tocan el alma, recordándonos lo que significa estar vivos, lo que es
estar rodeados por cosas sagradas. Deja que se adentren en tu piel, donde lo misterioso
cobra sentido.
—Llewellyn Vaughan-Lee, Ph.D.,
maestro sufi y autor de Prayer of the Heart.

¡Oh! Que libro tan maravilloso. Los generosos mensajes de Mark Nepo devuelven al
lector la alegría, incluso antes de terminarlos, reflexionando con cada línea, imagen y
estrofa. Sentimos de nuevo como surge el precioso sentido del SÍ. Y al terminar
disfrutamos del hermoso tesoro que es pensar y vivir esperanzados y restaurados.
—Naomi Shihab Nye, autora de
Words Under the Words y 19 Varieties of Gazelle.

Rumi habría descrito este libro como un candil de cristal lleno de joyas, cada una de
ellas es un hermoso tesoro que Dios colocó en el corazón de Mark Nepo. Si ya conoces
el trabajo de Mark no querrás perderte esta colección. Y si nunca has tenido el placer de
ver el mundo a través de sus ojos, te sugiero que empieces con ¡Estás vivo!
—Gayatri Naraine, coautora de
Something Beyond Greatness.

8
Mark Nepo, sin tener nada que decir, como él mismo lo escribe, lo dice todo en su nuevo
libro. Mostrándonos una y otra vez lo que sucede cuando una persona “busca la paz.”
Seremos testigos de lo que es posible cuando “nos concentremos en la alegría” a través
de la poesía y una vida honesta.
—Phil Cousineau, autor de
El arte de la peregrinación.

La voz clara, resonante y real de Nepo actuará como una brújula en tu corazón y te
ayudará a navegar en una vida más dichosa.
—Mary Anne Radmacher, autora de
Learn Forward into Your Life y She.

En verdad estoy conmovida por el trabajo de Mark Nepo, en especial por el poder
sanador que nos brinda su escritura. Su nuevo libro, ¡Estás vivo!, penetra hasta los
huesos con bellos y honestos pasajes. Sentí la calma que describe, seguida de un
sentimiento de paz. Me siento muy agradecida.
—Nina Lesowitz, coautora de
Living Life as a Thank You.

¡Estás vivo! es una carta de amor dirigida al corazón del lector. Mark Nepo escribe con
la sabiduría que da la experiencia de sobreponerse a dos cánceres. Llega a la esencia de
la felicidad, tocando a los lectores con sus pasajes inspiradores y momentos de
comprensión personal. Nos recuerda que en la calma, abrazando el misterio de la vida, y
personificando nuestros derechos naturales como expresiones de amor, nos llenamos de
alegría.
—Susyn Reeve, autora de The Inspired Life:
Unleashing Your Mind´s Capacity for Joy.

Nepo llena de significado las cosas simples, a menudo desapercibidas. Y las cosas llenas
de significado, a veces muy complejas, las vuelve simples. Este es un hermoso libro para
adentrarse y nutrir el alma con amor y alegría, incluso para aquellos que nunca han leído
un libro de Mark Nepo.
—Allen Klein, autor de
The Art of Living Joyfully.

Con ¡Estás vivo!, una colección poderosa y emotiva de enseñanzas de vida, recordamos
lo que en realidad es estar vivos. Su reflexión nos inspira, conecta, y da valor para
respirar nuestra propia verdad. Esto permite redescubrir la paz y la dicha que está
presente en cada momento de la existencia.
—Polly Campbell, autora de Imperfect Spirituality:
Extraordinary Enlightenment for Ordinary People.

9
Prólogo

Es probable que Mark sea el poeta más honesto de nuestra generación.


De manera vehemente se inclina a la simple verdad de estar vivo. Preciso y tierno, nos
muestra dónde buscar para recordar cosas preciosas o perdidas, aquellas que habíamos
olvidado.
Muchas personas descubren un tranquilizante consuelo en la escritura de Mark. Su
prosa poética toca nuestra humanidad, compartida en íntimos, inspiradores y hermosos
lugares. Durante años he visto a la gente que escucha por primera vez las enseñanzas de
Mark. Lo afirmo, han cambiado. Un relato es suficiente; el mundo nunca es el mismo.
Abre el libro por favor. Empieza donde sea. Tómate tu tiempo. Pero ten en cuenta
esto: Mark Nepo hará que te enamores del mundo otra vez.

—Wayne Muller, autor de A Life of Being,


Having and Doing Enough y Sabbath.

10
Sobre la alegría

A menudo, lo que nos impide la felicidad es la peligrosa idea de que la vida ocurre en
un lugar distinto al que nos encontramos. Por eso siempre estamos dejando, corriendo de
o corriendo para. Al mismo tiempo, la alegría se eleva como el viento de verano,
esperándonos para crecer abiertos, grandes como sauces por los que se puede cantar.
Pero al no crecer plenos, podemos sentirnos deprimidos. Aunque trabajemos con lo que
se nos ha dado hasta desgastarnos, parece que nos resistimos a la gracia. Como todo el
mundo, pasé gran parte de mi vida con miedo a un dolor que rara vez sentí. Y fracasando
más que trabajando, he aprendido que si permanecemos fieles a nuestras vivencias y a
las del otro, y enfrentamos al espíritu que carga la experiencia y el amor, con el tiempo
seremos plenamente felices. Como los acantilados que erosionan su belleza con los
golpes de mar, si podemos sostenernos el uno al otro, todo lo que quedará será asombro
y dicha.

—MN

11
Ábrete al mundo

El viaje más largo que harás en la vida


es el que lleva la cabeza al corazón.

—Antiguo proverbio sioux

12
Tres rostros

A lo largo de mi vida
he usado tres rostros. Aunque
en el fondo, sé que ellos me usan:

la mujer que puede mirar a través de


las hojas de cualquier árbol, y lo nombra
según los pájaros que cantan en él

el hombre que trabaja mucho en


limpiar el camino para al final
detenerse y escuchar

y el pequeño niño con corazón


de caballo, ganas de correr y
olfatear cualquier cosa viva.

Juntos, me permitieron ser quien


yo creía, dejando las aberturas
exactas sólo para lo esencial.

13
Acariciando su mano

Estaba en el aire, frustrado


porque la niebla nos había retrasado.
Sabía que perdería mi vuelo a Dallas,
donde explicaría los problemas
que vivimos como maestros.

Estaba enojado cuando, de repente,


vi mi mano izquierda en el asiento.
Era la mano de mi padre.
Tenía grandes nudillos,
pronunciadas venas y arrugas
como corteza en la base del pulgar.

Había visto su mano tantas veces:


guiando la pieza de madera a través
de la sierra, tamborileando sobre
un libro abierto tratando de entender.
Su mano era mi mano.
La abrí y cerré varias veces, como
cuando despiertas de un largo sueño.

Es ésta la mano con que escribo.


Resistente, mano de inmigrante,
recia de cruzar tantos mares.
Si no fuera por la niebla y el
retraso, no me habría dado cuenta.

La toqué con mi otra mano;


tratando de reconocer a mi padre,
tratando de acariciar su mano,
tratando de recordar el mar.

14
¿Queda alguna pregunta?

Preguntas, “¿soy un tonto por desearla así?”


Y yo pienso en la vez que esperé bajo la lluvia para toparme
con Susan en la esquina de Robin y Myrtle.
Fue el día que cambió mi vida. Todavía puedo
verla caminar de vuelta al trabajo. En ese momento
mi corazón sabía que no la volvería a ver. Así que
le estás preguntando a la persona equivocada.
Te inclinas, acariciando el lugar que destruyó
y dices, otra vez, “necesito ver si ha cambiado.”

Sólo sé que algunos nacen para amar una cosa


y no pueden escapar de ella. No más de lo que
una abeja puede escapar a la flor recién abierta.
O una flor a la masticación de un ciervo
muerto de hambre. Y algunos, habiendo sido
atraídos o masticados, aman las formas
en que el silencio calma cada grito. La forma
en la que el agua ablanda cada fragmento de vida
que cae en ella. ¿Nos turnamos? ¿Es eso?
¿Amar una cosa, luego todo?

Percibo a la esperanza ahogando tu dolor.


Oh, si pudiera alejarte del sueño de ser
atrapado y de su miedo a ser descubierta,
te convertiría en un halcón que se desliza por
el cielo y no pregunta nada. Sólo los seres humanos
sufren la pérdida, pierden sus cabezas y labran el por qué.
¿Hemos amado bien? ¿Alguien puede decirlo?

No, un halcón no, mejor una ballena que se aparea


de por vida, que canta y circula arrecifes desconocidos,
tomando el misterio como agua a través de sus dientes.

15
El arte de enfrentar las cosas

A veces te he dañado u olvidado quién eres,


a veces te he lastimado con uno de esos
lados oscuros que no he podido alejar.
A veces tú has hecho lo mismo. A veces
hemos forjado nuestro dolor o miedo,
utilizando al otro como madera para tallar
nuestro camino a la verdad; sintiéndonos
devastados cuando recordamos
que aquel al que labramos era
el que siempre nos había amado.

Pero ese es el extraño arte de enfrentar


las cosas: destruir lo que quiero
con lo que evito; sólo para recordar
que ese no debe ser nuestro ritmo.

No importan las espinas que llevamos


enterradas, ni las formas de evitar
el dolor. Nos desarrollamos tanto como
nos amamos, abriéndonos en flor.

Mi amor por ti ha sobrevivido a mis nociones


del amor, como la secuoya permanece de pie
después de muchas tormentas, creciendo desde
el interior, forzando su corteza para luego desplomarse.

16
Duramen

Mi amigo ha muerto y la hierba


crece mientras veo los troncos
secos y rotos en el garaje.
Ayer, vi un solitario gusano
esperar el momento seguro
para dejar el duramen.
Me pregunto qué secreto
dejó el corazón de Steve después
de morir, antes de que llegaran
los médicos. ¿Estará escondido
en su armario o en nuestro dolor?
¿Es ésta la manera implacable,
resistente, en la que el sobreviviente
se mueve de una compañía a otra?
Hay brotes en el maple aunque es octubre.
Incluso el húmedo concreto parece hermoso.
Si supiera la pregunta,
la preguntaría a todos.

17
Surgiendo

Aunque hay mucho que hacer


no estamos aquí para hacerlo.

Para querer resolver un problema


se necesita ser solución.

Muchas veces, con sólo ser


el problema desaparece.

La semilla soluciona su oscuridad


al germinar.

El corazón soluciona su soledad


al amar lo que conoce.

El té soluciona el agua
al convertirse en té.

18
Memorizar

Cuando miré en tu ojo, la luz estaba ahí.


Pude distinguir las marcas detrás de tu
mirada, a través de la cual percibes todo.
Allí estaba la puerta tras la que de niño
te escondías, cuando la voz de tu padre
se levantaba. Y estaba aquel jilguero del vecino,
el que veías desde tu primer departamento y que
volaría la primavera en que nos enamoramos.
Y la foto de tu tío Billy parado con su taza de café,
escuchando con dulzura todo lo que has querido decir.
A veces, cuando estoy lo suficientemente solo,
antes de que te levantes, me miro en el espejo,
en la otra habitación, buscando
las marcas detrás de mi ojo. Es más difícil,
pero ahí están. Veo cómo respiraba de niño
en las tinieblas preguntando por Dios.
Está mi primer vistazo del Pacífico después de
la universidad. Y las palmas gruesas y abiertas
de la abuela, que alimentaban las cabras en Rusia,
que sentían el océano a través del casco del barco
en el que llegó a América, las manos que frotaba
en su pecho cuando su Nehemiah murió. Es difícil
decir cómo, pero veo la vida a través del agua
de sus palmas. ¿Cómo funciona? ¿Cómo hace el
corazón para que aún en el fondo del río siga
cambiando sus características? Para graduarse
en el mundo, necesitamos memorizar cosas prácticas
e impares: el número de pies en una milla, el año en que
Enrique VIII decapitó a Ana Bolena, la temperatura en
el que las nubes condensan la lluvia. Pero desde
que la muerte está en el espejo nos movemos a través de él.
Dejemos de llevar las cosas que repetimos y
empecemos sostenerlas con la vista.
Memorizar es como suavizar la ruptura
mientras se rinde en la arena de nuestros ojos.

19
En forma de delfín

Esperando en el puerto veía aquellas


suaves maravillas deslizando sus aletas,
entrando y saliendo del naciente sol.
Cierro los ojos y recuerdo cuando me
llevaban a cirugía hace tantos años;
creía que mi trabajo era conocer
la superficie de mi cirujano,
para que la costilla que quitara al
momento de abrirme se resbalara
como un delfín de hueso.

He aprendido que todo lo que


importa tiene forma de delfín:
deriva la mayor parte del tiempo
fuera de la vista, rompiendo superficies
cuando menos lo esperamos.

Y nuestro trabajo, aparte de buscar a


Dios, ser Dios; buscar la verdad, ser
la verdad; buscar el amor, ser el amor,
es conocer la superficie del mundo
a través de la cual se desliza el espíritu.

20
Una cuerda

A veces estoy tan ocupado tratando


de hacer que todo valga la pena
que me asombra lo fácil que la vida
me habla, cuando la música que
nunca había escuchado o la verdad
que nunca había entendido, toca la
cuerda más profunda de mi ser.

Lo único que quiero es que la cuerda tocada


permanezca en un lugar donde sólo
el sufrimiento o la entrega la puedan abrir.

Todavía los violines en tonos menores


me ayudan a auyentar mis miedos
y las garzas volando al final
de un largo día me producen
el deseo de una vida más tranquila.

21
Cerca de la luz

Estoy salvado por lo que es eterno.


Puedes probarlo aunque no llene una taza.
Sentirlo aunque no se puede ver.

Ayer, un antiguo canto melancólico


hizo que la tarde cayera en sus hombros.
Hasta el viento rodeó su espalda.
Tiré mi servilleta, contento de sentir
ese viejo dolor esperando que fuera
una especie de amuleto que froto pero
no miro. Todo el mundo cría y se aferra
a lo que cree que es de buena suerte.

Estoy salvado por tu risa. Evita


que los cuervos del placer y dolor
se maten entre ellos dentro de mi cabeza
guiados por la ley del más fuerte.

Esta mañana he intentado leer tres veces


algo que he querido leer durante años.

Pero estabas enfermo y el coche se descompuso.


Esperando la grúa me paré bajo un árbol
de robinia. Las sombras me recordaron
que ya habíamos llegado.

22
Camino a Windsor

¿Por qué camino viniste?


Tus ojos me dicen que perdiste
algo en el camino. ¿Me lastimaste
o te lastimé? Ambos.

¿Tiraste algo que te gustaba?


Lo sé. Es difícil.
Parece que he perdido
todo lo que me identifica.
Mi corazón se convirtió en
una mochila con hoyos rasgados.
Sabía que nos encontraríamos así.

Oh, ahí están los que se guardan para sí mismos.


Cuando el viento suena como un ser querido,
salen y entrecierran los ojos.
Pero dime, ¿qué significa soñar
en este lado del sufrimiento?
¿Significa que podemos descansar más?
¿Que podemos oír pequeños pájaros
desatar el amanecer?

Ahora parece muy simple.


Al fin podemos hablar cuando
ya no hay mucho que decir.
Qué bonito, ¿no?

23
Bajo el canto de un pájaro

Más de medio siglo de estar


despierto, o intentándolo, y
¿qué conozco de verdad?
¿Que después de caer,
el cielo parece más brillante?
¿Que después de escuchar,
el amor parece posible?
¿Que después de sucumbir al silencio,
la raíz solitaria avanza poco a poco
bajo todo lo que sostiene?

Todo esto y miles de implicaciones superficiales


como “te amo” o “tengo miedo.”

Sólo somos solitarios pájaros saliendo


del escondite, sorprendidos por la música
que una garganta tan pequeña
puede cantar.

24
Llegar

Tan pronto como pude caminar, aquellos


que tienen miedo del tiempo me hablaron de la muerte.
Otros me advirtieron de la vida. Y algunos me dijeron
olvida todo, estamos aquí para sentir. Unos pocos
se arrojaron al cielo como estrellas mojadas,
diciendo que con el tiempo podría ver
la constelación que forman.

Una anciana perdiendo su camino


me dijo que me acercara. Tocó mi pecho
con su dedo torcido y dijo estar muy
preocupada por todo últimamente.

Al llegar, descubrí que la vida


está en capas desde el exterior y es
vital desde el interior; está
bellamente diseñada para
despojarnos de nuestra carga,
si es que podemos
caer a través de las capas
o manejar lo que es vital.

Aquí estás, y veo que frotas tus ojos


para aclarar la luz, muero por ofrecerte
una mano, por decirte algo útil.
Pero cuando llego a ti, tropiezo y,
tomando tu mano, olvido
lo que podría ser.

25
Detrás del trueno

Dicen que todos buscamos el sentido de la vida.


No creo que eso sea lo que en realidad buscamos.
Creo que buscamos la experiencia de vivir.

—Joseph Campbell[2]

26
Demasiada carga
(Para Saba)

La recogí en invierno, cuando apenas


era una cachorra. Mientras Paul fotografiaba
la nieve espesa, ella, que nunca había corrido
libremente, giró en círculos de forma salvaje,
su naricita se manchó de blanco.

Se deslizó y rompió el hielo. Aún puedo ver


su cara de cachorrita bajo el agua, buscando
una salida, sus garritas ondeando
en la profundidad, gruesa y clara.

Sin pensarlo, ya estaba mojado hasta la cintura,


lanzándola en el aire. Voló unos tres metros
y aterrizó con un resbalón. Se sacudió y empezó a
temblar. La frotamos durante dos horas, calentándola
con una vieja secadora de pelo. La arropé con mi
camisa, cerca de mi corazón, todo el camino de regreso.

Tengo catorce años y siete estados fuera


de casa y ella ha muerto. Mi primera cachorrita.
Cierro los ojos y está ahí, ya crecida, olfateando
el aire en campo abierto, oliendo las cosas que yo
ni siquiera pude percibir.

Cuántas veces recordé aquel día


en el estanque: su lucha bajo el
agua, luego secándose en mi pecho.

Cuánto modeló mi arte ese día:


siempre brincando y patinando lo que
ha sido bautizado en el pasado profundo
dentro del mundo, siempre manteniéndola
cerca de mi corazón. Como si mi vida
dependiera de ello.

27
Perdidos en nuestros caminos

Aún puedo saborear estar acostado contigo


en la tarde durante la tormenta, perdido en
tus ojos. Después de todo lo que sabemos
uno del otro, me detengo en cómo nuestros
dedos interpretan en lenguaje Braille
cuando tocas mi cara y toco la tuya.

Hace pocos días, abracé a un amigo


cuando lloraba, pude sentir su dolor
en mi pecho.

Hace como treinta años, abracé a mi hermano


cuando murió su mejor amigo a causa de
meningitis en la columna. Tengo mis dudas
de que él haya vuelto a ser el mismo. Y anoche
soñé con la muerte de mis padres; mi padre
queriendo abrazarme, mi madre queriendo irse.
Ninguno de nosotros fue capaz de encontrar al otro.

No sé a dónde va esto. Ninguno de nosotros sabe.


Pero algunas veces despierto como un humilde
jardinero que está parado en la escalera, quien
se mantiene descubriendo que la orilla del jardín
está más lejos de lo que él había imaginado.
Me despierto con esta bolsa de semillas rojas,
cada una llena de luz desde el principio, y
las derramo como lágrimas.

28
Temprano

Hoy me desperté con tristeza. No sé


por qué. Tal vez un objeto perdido
cruzó el sol de la mañana, como un
cuervo, largo lo suficiente para lanzar
una sombra pequeña sobre mi corazón.

Ahora siento hambre. Algunas veces


comemos para no sentir nuestra tristeza.
Y no sólo comida. Comemos libros con
nuestros ojos, el pasado con nuestros
recuerdos, y la incertidumbre con
nuestros esquemas de rutina.

Algunas veces, hacemos planes


y los comemos, todo para evitar
el hecho de que siempre nos
quedaremos sin tiempo.

La gente que amé se ha ido,


se ha perdido o se ha alejado.
Algunos en su tristeza trataron
de comerme. Y tuve que irme.

Tal vez sea eso. Aunque


tenemos que irnos o dejar ir,
el corazón nunca se va. Y
parados en esa sombra,
nos sentimos tristes.

29
Besar todo en llamas

Todos intentan detenerme con urgencia.


Como si el secreto de la vida estuviera escrito
en una esquina de sus mentes y antes de que
pudieran leerlo, ardiera en cenizas.

Las primeras cien veces, corrí a cumplir


con sus órdenes. Entonces un día, exhausto
por mis propios secretos incendiándose,
dejé de correr y besé todo, en llamas.

Y sí, dejó cicatriz en mis labios y ahora tengo


problemas para decir cualquier cosa que sea complicada,
pero ya no hay más viento atrapado en mi cabeza.

Sé que entiendes. Te he visto sufrir


con los secretos que nadie nos pidió guardar.
Los he visto quemarse en tu mente. Pero hoy,
podemos apartar los velos y dejar entrar a todo aquello
que pensamos que tenía que estar afuera.

Hoy, la urgencia muere porque el corazón


ha quemado sus pretextos.

30
Renacido

Estoy en el zoológico de Sacramento donde


se especializan en desvanecer animales. Estoy viendo
fijamente un patio polvoriento donde un antílope de
África está durmiendo bajo el sol, su máscara oscura
y sus cuernos blancos son como un Picasso renacido.

Conoce el mundo a través de sus orejas y su nariz


húmeda. Sueña con batatas y cazabe, su comida favorita.
Me está viendo. Al principio con intensidad, pero sabe
que no soy una amenaza. Se relaja y sólo me mira como
un hombre sabio de otro mundo. Está buscando mi rostro
como si fuera una cueva con marcas que se hicieron
hace tiempo.

Parece que está leyendo lo que he cargado


y no puedo descifrar. Su mirada dice,
no hay mucha diferencia desde qué lado
de la cerca miremos, ¿o sí? Desearía poder
entender antílope. Ya terminó conmigo
y se voltea para otro lado.

31
Mantenerse cálido

Ahora que mi padre apenas puede


caminar, le mando calcetines para
mantenerlo cálido. Está muy emocionado.
Ahora que ya no puede ir muy lejos, por fin
tiene tiempo para preguntarse qué hago.
Ahora viaja al pasado y me cuenta de
sus primeros cinceles, su amor por
la madera. Tenemos pequeñas
conversaciones que se elevan
como el humo del fuego en la
montaña de los padres e hijos.
Después de años de silencio,
es más que suficiente.

32
Detrás del trueno[3]

Sigo buscando a un maestro más,


sólo para averiguar que los peces aprenden del agua
y los pájaros aprenden del cielo.

Si quieres aprender acerca del mar,


ayuda estar cerca de él.
Si quieres aprender acerca de la compasión,
ayuda estar enamorado.
Si quieres aprender acerca de sanar,
ayuda saber del sufrimiento.

Los fuertes viven dentro la tormenta


sin adorarla.

33
En cada esquina
(Para Saki y Rachmana)

Domingo en la mañana, la mesa llena


de bocadillos, pan tostado, jamón y té,
cuchillos para el pan enrollados en
servilletas arrugadas, libros en cada esquina
(Whitman, Doty, Jacques Prevert, Rumi)
cada uno de nosotros lanzando otra voz
al aire para ver qué se envuelve dentro,
para ver qué vive, entre el ayer y el azúcar.
Cada uno de nosotros sabiendo qué se siente
ser tortuga y halcón y Hamlet al mismo tiempo,
todo en un día. El perro duerme sobre Kenyon,
cerca de Neruda, nosotros alcanzamos algo
no tan cerca y aterrizamos uno en el otro,
como si la sola expresión dentro de cada voz
pudiera suavizar la sola risa del tiempo.

34
Por el momento

Fue en Vancouver, Canadá


en el desayuno, antes de mi
segunda taza de café.
Tuve un momento, un momento
muy largo, antes que la siguiente
tarea mostrara sus dientes,
antes de que comenzara la junta,
y el sonido de la vajilla de plata
reluciera sutilmente, y el café
calentara mi garganta,
Y me siento dentro del pozo
de un silencio que estaba ahí
antes de que yo naciera.

Por el momento,
dejo caer lo que espera
detrás de mi lengua
detrás de mi corazón,
como un pez de esos
que brillan con la luz
revoloteando bajo el agua
cerca del centro
de la tierra.

Ahora el teléfono
está timbrando.
Los correos electrónicos
están llegando, y las voces
de la colmena de la que
soy parte, están sonando.

Pero el café saca su vapor


y mi mente por ahora está
clara y la vereda entre esto
y mi corazón está abierta
y yo finalmente,

35
nada tengo que decir.

36
Hecho de huesos[4]

Cuando puedo ser la verdad,


crece más y más claro
cuando es necesario decir la verdad.

Esto es, cuando tengo acceso al lugar


dentro de mí que está iluminado, no tengo
que hablar de forma odiosa. Sólo puedo
regalar calidez. Cuando estoy quieto,
lo suficiente, puedo ser uno con la eternidad.
Sólo puedo ofrecer paz a todos aquellos que me rodean.

Un árbol crece de tal manera que puede


llevar el viento. No es el viento.
Y una persona crece para llevar espíritu.

Dicen que los animales recargan su inocencia


cada vez que ponen sus pezuñas en la tierra.
Y nosotros renacemos cada vez que tocamos
con el corazón lo que realmente importa.

37
La sublime perturbación

Así como el viento hace una canción diferente


a través del mismo árbol cuando sus ramas
se rompen, Dios hace música más y más fina
mientras va consumiendo nuestra voluntad.

38
Años de todo

Amamos tan ciegamente,


cada uno de nosotros queriendo
explorar el rostro del otro.

Pero golpeando
todo en el camino.

Ahora, construimos
imágenes oscuras de lo que
pensamos que sucedió.

Hoy escuché una canción


que tocaban cuando éramos jóvenes.

Me causó dolor
tenerte completamente cerca
sólo por un minuto muy largo
en el cual ninguno de los dos
pudo hablar.

39
Para Joel en el 94

Dicen que los mineros en Sudamérica


amarran lamparitas alrededor de su pecho,
que esto funciona mejor que la luz que sale
desde el centro de tu cabeza.

Dicen que la cabeza puede ser engañada,


pero el corazón no puede girar sin el cuerpo.
Esto me hace pensar en ti escarbando
tu camino a través de tu larga vida,
iluminándolo todo con tu corazón.

Es una buena forma de vivir. Y cuando nos


sentamos al final del camino, nuestros corazones
iluminan el día y nos miramos uno al otro
en su luminosidad. Puedo decir, que te recuerda
a muchos círculos de los que has formado parte.
Es una buena manera de medir el tiempo.

Hacer nuestro camino en la Tierra


a través de la luz que sale de nuestro
corazón. Es lo que nos enseñaste.

Es una gran maravilla que todo


lo que tocas, incluyéndonos, brille.

40
Enviada a mi camino
(Para mi bisabuela)

Una pequeña figura borrosa aparece


en el umbral de la puerta de mi hogar. Es Bella,
mi rusa judía sobre una rampa en una silla de ruedas,
girando su bastón y apuntándome; un primer
nacimiento, de un primer nacimiento, de un
primer nacimiento. Está haciendo señas,
“toma. Para ti. Una paleta.” Tengo 3 años. Ella 105.
Parientes vestidos con ropa oscura se forman
en la rampa que se inclina esperando el viento.

Ella goza con malicia en su trono hecho de rayos.


Soy su heredero inmigrante. Los pinos
murmuran. Sus manos huesudas están frías.
Me sujeta por encima de los codos.

Dice algo en un idioma


que no entiendo. Los pinos aprueban.
Su bastón se desliza en la rampa. Pasa
sus dedos detrás de mis orejas.
Sus pulgares rígidos frotan mis sienes.

Me jala hacia ella y los fríos


reposapiés oprimen mis tobillos.
Susurra algo a mi oído. Su aliento
es corto y rancio.

Levanta su bastón y lo presiona


contra mi palma como un cetro.
Se lo regreso. Los pinos grandes suspiran.
Mira el cielo y las rocas. Siento su aliento
incluso ahora, luego de cincuenta años.

Éste es mi primer recuerdo y me pregunto


qué tan pesada fue su carga desde el principio
y dónde viven las cosas que importan

41
que nosotros no entendemos.

Algunas veces, cuando susurro


en la nieve a nadie, me pregunto si
la larga búsqueda de la poesía
ha sido para encontrar
justo aquello que me dijo.

42
Hasta que nos conozcamos unos a otros

¿Y si estamos destinados a descubrir


que interesarnos por el otro es la cumbre?[5]

43
La industria del No

Nació en el río del sí


pero buscando amor dio vueltas
por la industria del no, donde
el no—policía deja advertencias
de no hacer y los no—ministros
predican su moral de no se puede.
Y pronto, no pudo ayudarse,
quería tratar de no. Así que cuando
su perro mordió la camisa, le reprendió
con un no, y cuando dos niños corrían con
un carrito de súper hacia su coche estacionado,
los golpeó con un no. Y cuando alguien que le
gustaba empezaba a acercarse, dejaba que se
acercara, pero le decía que no estaba preparado.
Ahora descubrió que había otras maneras
de decir no. Cuando lo contrataron como
no—ingeniero, estaba tristemente feliz
de trabajar solo. Poco a poco, diseñó
señales que decían Detente y armas
electrónicas que disparaban balas
con un no amortiguado. El trabajo
del no lo mantenía muy ocupado.
Si le llamabas, escuchabas: “Soy
el ingeniero del no y no estoy.
Si quieres deja tu no—mensaje y con
mucho gusto no te contestaré.” Estaba
inundado de llamadas. La industria del no
tuvo tanto éxito, que tuvo que esconder su dinero
del gobierno, por temor a que dijeran que no.
Cuando fue ascendido a encontrar otras vías de no,
voló un no—avión a una no—reunión donde los
inventores del no declararon el nuevo
no—financiamiento. Pronto había películas
que glorificaban al no y libros que reflexionaban
por qué el no—Dios era tan insistente en que no.

44
Y seminarios surgieron donde no—eruditos viajaban
largas distancias para decir: “Sí, siempre ha existido un
mundo de no.” Y aquellos invitados especiales rascaban
sus barbillas preocupados, susurrando el uno al otro:
“Así es. Así es,” cuando un no—antropólogo
rastreó los orígenes del no. Pero cuando
todos fueron a casa, soñaron
gansos blancos aleteando,
sus alas despedían
aquel aire antiguo.

45
Para hablar de tormentas

Estábamos bebiendo té en la mesa de la entrada,


cuando Julie empezó a hablar de las tormentas
y de cómo las aves que alimentaba se posaban
en su techo y respondían a los truenos.
Wayne vio que esto me afectaba,
sabía que algún día estaría en este poema.
Porque ésa es la naturaleza de todos
los poemas. Es lo que anhelamos para:
Llamar con nuestro pequeño trueno al gran
trueno. Indagar en nuestro camino
cómo amar la tormenta sin ser golpeado.
Me pregunto de qué hablarán los truenos
y los pájaros. Miro a mis amigos y confieso
que un rayo partió mi sabiduría como si fuera
un árbol. Los perros de Julie corren,
persiguiendo algo que no podemos oír.
Y los pájaros hacen círculos
invitándonos a seguir hablando.
Nos movemos entre relaciones fallidas
y alfarería. Wayne anda encorvado.
Puedo ver su corazón picando como un pájaro
detrás de sus ojos. Julie dice que los alfareros africanos
pasan largos días girando sus vasijas y cuando terminan,
cuando lo que han construido en torno al centro vacío está listo,
desenrollan el aire el mismo número de veces para liberar
al espíritu de la vasija. Los viejos alfareros creen que
es necesario liberarse a sí mismos como espíritus
atrapados en vasijas. Los occidentales piensan
que es supersticioso, pero Wayne asiente.
Se siente todo enrollado y dice: “El corazón
crece cansado de sus razones. “Después de
un largo silencio, los perros se acuestan,
los pájaros desaparecen, las nubes viajan
a tentar a otros y nos quedamos frente a
frente; sin filtros entre lo que

46
queremos o amamos.

47
Mercado de peces

Las abejas entran en las florecillas azules.


El violinista de sucios dientes acaba de
romper una cuerda pero sigue tocando.
Las chicas universitarias pican sus ensaladas.
En el mostrador, el calamar está molesto en una
tina de hielo, mientras que la trabajadora hispana
se inclina sobre el mostrador, leyendo un libro.
El salmón del río Copper, aunque muerto en el hielo,
está soñando con su última vuelta aguas arriba.
Los helechos de la azotea se empluman de viento
salado. Las personas atraviesan el adoquín
con su historia y sus sueños a cuestas,
como células del sistema inmune buscando
lugares dañados para sanar. Las montañas,
cubiertas de nieve detrás de la bahía,
resisten todo. Una pareja asiática pide
a una mujer negra que les tome una foto
frente al mar. En el último segundo,
una gaviota atraviesa el marco.
Ellos no se darán cuenta
hasta que estén lejos de casa.

48
Cómo trabaja el Espíritu en la Tierra

Escalé las montañas bajas con una amiga


y nos topamos con una serpiente,
tan asustada como yo. De alguna manera,
eso llevó a mi amiga a hablar de su padre,
de noventa años y casi ciego. Un día se perdió,
tropezó y cayó. Después de eso dijo
“He aprendido a amar lo que es.”

Al día siguiente me sentía solo y me senté


en la esquina de un café español, escuché
a una joven viuda que extrañaba a su esposo.
Su amiga acarició su brazo. Después de tres lattes,
la viuda se secó los ojos con una servilleta marrón
y admitió haber encontrado al collie perdido
en el cementerio. No estaba segura, pero decidió
llevarse el perro a casa. Juraba que su hombre
envió el perro a consolarla.

Llamé a Paul y le pregunté qué pensaba.


Suspiró y me contó que hace años, en otra vida,
un hombre apareció en su puerta y le dijo:
“Yo vivía en esta casa de niño.” El tipo
parecía extraño. Le pidió permiso para pasar,
luego miró a su alrededor y asintió para sí mismo,
“me gustaría plantar algunas flores silvestres atrás.”
Paul dudó pero aceptó. Entablaron una extraña
amistad. Paul se enteró de que Will era conserje
y que tocaba en una orquesta, que amaba
a Handel y el haiku, y que leía mucho
sobre alquimia. Cuando las flores
silvestres echaron raíces, Will desapareció.

Paul se encogió de hombros,


“¿Preguntas sobre el Espíritu?
A menudo pienso que yo podría
haber sido Will. O el collie de la viuda.

49
O el bordillo en el que el anciano tropezó.”
Esa noche soñé que Will y el collie corrían
a través de un campo en llamas por el repentino sol.
Lanzaba un palo que en el aire parecía de oro y el collie
lo traía de vuelta. Cuando me reuní con ellos,
el collie dejó caer el palo como un tesoro a mis pies.
Will sonrió, “Todo va y viene. Como este palo.
Así es como funciona.” Antes de que pudiera
preguntar, Will lanzó el palo más lejos.
El collie lo persiguió.
Y desperté en mi soledad.

Ahora llamas para decirme de una plaza


en Nicaragua donde tocan músicos callejeros
y los cotorros cantan solos. Pero cuando los músicos
paran, los pájaros no vienen. Es por lo que llamaste.
Estás preocupada y maravillada. Te amo por llamar.
Me encantas por estar tan preocupada. Estás aturdida
por esta ley de espíritu, “cuando dejamos de cantar
al aire libre, las aves no vienen.” Ambos vamos
en silencio. Cierro mis ojos, deseando que estés aquí.

50
Corriendo bajo la mesa

Algunos domingos a finales de los cincuenta,


cuatro tíos de mi padre arrasaban nuestro hogar
eran un tornado de risa y nos llevaban al billar local.
Inmigrantes rusos: Max, Al, Norton y Axi.
Habían sorteado su camino a través de la
Gran Depresión, jugando en la mesa,
tirando el dinero en un tarro. Una vez Axi,
golpeado por un coche, se rompió el pulgar,
pero maldijo, jugó y ganó antes de que pasara.
Por eso le pusieron Axi, por accidente. Mi padre
siempre se abría un poco más cuando estaban ellos.
Me despertaba los domingos y esperaba a que llegaran,
de la forma en que los niños tranquilos oran en secreto
para que lleguen los gitanos. Lo que más recuerdo
era estar a la altura de sus rodillas, sin poder ver
la mesa, sus risas dando vueltas como dioses
del Olimpo, lanzando sus pérdidas al mar.
Mi hermano y yo corríamos a través de sus piernas.
No podíamos descifrar todo lo que decían. Pero
el olor a tiza y los rápidos golpes que dispersaban
las brillantes bolas, el trueno que rompía la crueldad
de la vida me hacía sentir feliz y seguro. A veces
me agarraba de alguna pierna como si fuera el árbol
de la vida. Ahora, cuando golpeado y triste me encuentro
derivando hacia un bar, buscando una señal,
tomo los años como si fueran un escudo.
Sujeto la tiza y suspiro,
inclinado sobre la mesa de fieltro,
anhelando su risa para tragar al mundo.

51
Rumi va a Washington

No encontró un lugar para amarrar su camello.


Un hombre uniformado y tranquilo tomó las riendas
y le mostró el interior. Se sentó mucho tiempo en
un sofá mirando la enorme araña de cristal.
Tantas joyas, pensó, cada una como las almas que
Dios dispersó en la Tierra. Sintió que la araña era una
mensajera que le decía sin decir: “Cuando vengas con esto,
tu amor conquistará la gravedad y rondarás como esta
enorme luz brillante.” Justo en ese momento, una hermosa
joven le preguntó si quería registrarse. No estaba seguro
de qué significaba, pero la acompañó. En los días
posteriores, siguió viendo muchas joyas esparcidas.
Luego vinieron otros y le trajeron reuniones donde
escuchaba a hombres y mujeres repartirse los recursos
de su gran nación. Y tras el ruido de su benevolencia,
podía ver el interior, donde cada uno llevaba una
luz que palpitaba bajo sus propuestas.
Cuando llegó su turno,
dio la vuelta por la habitación,
tocando el corazón de cada joya.
Luego se sentó y miró fijamente su mano.
Finalmente, el líder del grupo se inclinó
y suavemente le preguntó, “¿Qué significa esto?”
En lugar de hablar, tomó la mano del líder y la puso
en su corazón. Bueno, la reunión ya no fue una reunión,
y algunos querían acercarse mientras que otros
querían correr. Fue conducido de regreso al hotel
donde pasó la tarde escuchando a la araña.

52
Transformación

Podría ser la carta nunca contestada,


aquella en la que declarabas tu amor
de una forma tan tierna, admitiéndolo todo.
O cuando la caracola que cuidaste durante
el camino desde Filipinas se destruyó
por un extraño ruido que no quisiste mostrar.
Todo podría desentrañar el momento en que
la caracola se rompió en tu piso. O en un
descanso del verano, tus ojos cerrados,
tu miedo a punto de desaparecer, el calor
bañándote como abejas empezando a volar.

Podría suceder en cualquier lugar donde


te quedaras mucho tiempo, donde dejaras
de acarrear y de contar, cuando tu mente
soltara su enredo de listas. A menudo viene
con la relajación de un gran dolor. Cuando
la cadera finalmente se acomoda para dar
un paso. O cuando un pájaro elevándose
a la luz rompe tu necesidad de saber.

O cuando teniendo éxito al ser algo,


no lo eres. Siendo influenciable
cuando eres tímido. O rudo
cuando eres tierno.
O en invierno, mientras ves una vieja hoja
de árbol como la única cosa que no te dejará
tirar a las demás.

Cuando los elementos en toda su belleza


remodelan nuestros ojos, es el beso de Dios:
suave como la erosión. Cuando podrías
desmoronarte en un instante
(todo tu dolor, la sal
esperando a la ola)
estás cerca.

53
Su nombre significa luz

—Perdóname.
Amé a una mujer que adoraba la Tierra.

Conocí a un hombre que iba ahí,


a donde se levantan las caras de los niños.
Trabaja donde estás enterrado.
Se rascó la barbilla y dijo: “Sé que alguien
está afuera, bajo un árbol, pero no sé quién.”

Cuando te estabas muriendo, con tu delgada


muñeca en mi mano, sabía que estaría aquí,
este día, terminando mi percepción de ti,
antes de la gente que nunca te escuchó.

Perdóname. Es imposible mantener viva


tu memoria. Además tu padre nunca
me envió la foto que me ayudaría con el dolor,
aquella con el cabello largo y castaño,
años antes de conocernos.

Nunca la envió, aunque se la pedí tres veces.


Y ahora como en todos los monumentos,
el espíritu se ha ido, aireando la tierra.
La piedra es piedra, el árbol es árbol,
sólo tus cenizas han alimentado su raíz.

Perdóname. Sigo escribiendo tu nombre


pero no puedo escribir fuera de la ola de vida
que te barre desde la arena.

No importa cómo te cante, siempre hay alguien


que aparece justo cuando termino.
No puedo seguir el ritmo.

Incluso cuando estoy delante de extraños y digo,


la amaba mucho, mis palabras se elevan en el aire

54
por encima de sus corazones y no puedo detener
el silencio, el despiadado y paciente silencio,
que espera desvanecer cada grito en ese
mar de Dios
que nos libera
de nuestros nombres.

55
Sin saber

Cuando estaba a punto de dar un sorbo


a mi segundo café, vi una joven pareja
cerca de la ventana. Están enamorados.
Puedo decirlo por la forma en que
acomoda su cabello, de lado, para poder
ver su rostro. Antes de que pueda beber,
ahí estás, frente a mí, hace más de
cuarenta años. Yo hice lo mismo.
Dividiendo tu cabello castaño, caí en tus ojos.
Eso me desarmó, lo que significaba que no podría
seguir el camino que otros habían establecido para mí.
¿No es ese el propósito del amor? Sólo tuvimos
unos pocos años de magia cada uno, antes
de que cayeras en otro. Me rompiste el corazón.
Tomó una década salir de las cenizas para aceptar
que mutuamente nos enviamos al camino correcto.
Ahora, a mis sesenta años, después de perder y
encontrar lo que importa, las suficientes veces
como para darse cuenta de que perder y encontrar
viene y va como la resaca que da forma a la arena
de nuestro corazón, sé que caí por tus ojos, hace
muchos años, en el dulce lugar que sólo se abrió
por amor, donde llegamos a ver nuestro propio valor,
sin forma como materia prima. Se necesitan años
de martillar y ser martillado para ver lo que podemos
forjar con lo que se nos ha dado.
Es extraño retomar esta conversación ahora.
Tomo otro sorbo, y a través del vapor, puedo
ver a la chica adivinando su propio valor
en el nervioso joven. Tomo un sorbo y
siento el regalo que me diste sin saberlo.
No sé si todavía vivas, pero en este café,
desde otro continente de tiempo,
puedo agradecerte en voz baja.

56
Lo que otros han tocado

Cuando nació su nieto, empezó


a coleccionar juguetes antiguos:
una muñeca desgarrada, un conejo
de madera, un oso de trapo.
Le gustaba ver que su pequeño
tocara lo que otros habían tocado.

Cuando le dijeron que se tenía que ir,


se negó a cortar el viejo árbol de manzanas,
aunque sus raíces interferían en la calle. Ella no necesita
las manzanas. Son para el ciervo. Cada otoño sacude
las ramas de arriba con una escalera. Le encanta el sonido de
los pequeños golpes cuando caen al suelo. También le gusta
el café por las mañanas mientras caminan y mordisquean.

Cuando Jess y Laura eran pequeños,


compré aretes en Florencia. Los estoy
guardando hasta que cumplan dieciséis años.
Me encanta pensar que los aretes
están en el closet para cuando crezcan.

Cuando en Amsterdam pensó que los museos


lo atraparían, pero era un Terranova descuidado
metiéndose en la fuente; salpicando chorros
de agua llena de sol, luego tratando de morderlos.
Le encanta pensar en el alma del viaje de esta manera.

Cuando la abuela hizo tortitas de papa


en la cocina, olía a pan francés quemado.
Me sentaba en un taburete en la esquina
y ella ponía una en la servilleta,
le soplaba y me la daba. Se fue
hace veinte años. Pero me encanta
como cocina para mí en mis sueños.

57
A esto hemos llegado

Nos conocemos desde hace 26 años,


por 18 estados, a través de las tormentas
que teníamos nunca cesar.

Nos abrazamos uno al otro cuando los matrimonios


fracasaron, cuando los accidentes y los cánceres.
Nos abrazamos cuando nuestras abuelas murieron.

Te he visto en la lluvia donde las palabras


no pueden alcanzarte. Incluso he visto
la lluvia que es sólo tuya.

Y aquí, ahora, como si la vida


hubiera sido un escalar hasta este punto
para tener el privilegio de preguntarte de nuevo,
como si fuera la primera vez, ¿quién eres?

Hemos soportado madres frías,


padres ausentes y la ruptura de
la creencia de que todo eso nos derribaría.

Pero aquí estamos.

Te miro, después de todos estos años,


sin protección, y digo, quiero conocerte.

Lo que hayas guardado, lo que


no he sido capaz de escuchar,
sentémonos en la claridad y
entendámonos uno al otro
como viejas aves cuyas
alas ahora se usan
más para acurrucarse
que para volar.

58
Irse

Qué difícil es dejar o ser dejado.


Enviar lejos a alguien por la inminente violencia.
O vender todo lo que tienes para que el niño
pueda tener el pase a una vida mejor.
O aquellos arrancados del otro
porque el barco ya no puede aguantar más.
O cuando el amor inexplicablemente se va.
O cuando alguna extraña necesidad ha despertado
después de años y uno de ustedes debe tratar otra vez
de ser lo que no pudo ser.

Sin embargo, qué pasaría si, cuando solos, abrimos


una carta, dirigida a quien somos bajo la superficie,
que dice: más allá de nuestro dolor, cada bocanada
de despedida poliniza al mundo con el que
el corazón se comunica. Esta fuerte miel
mantiene al mundo de caer.

Esto no lo hace fácil. Todavía no puedo soportar


la idea de perderte. Pero tampoco las nubes
soportan la idea de perder su lluvia.

59
Entre el mar y la ciudad

Un antiguo presidente murió pocas horas después


de que un joven de Idaho fue baleado mientras
dormía en Irak, y ahora en el este de Sundarban
en el Himalaya, un tigre lame los ojos de su cachorro
para que pueda ver, y más hacia el este, en Vietnam,
una mujer joven que ha trabajado mucho para aprender
a leer está recitando un sutra de Buda, asombrada de
cómo la presencia mueve palabras a través de los siglos.
Al mismo tiempo, una madre soltera en Chicago piensa
en robar una manta para cuando el invierno arrecie,
y momentos después de eso, en Ecuador, una mantarraya
despierta a causa del calor del sol en su espalda y su barrida
sobre el coral sobresalta a la morena escondida en su rincón,
y conforme el cuerpo del viejo presidente se enfría,
un sargento encuentra al chico de Idaho. Y justo ahora,
en Chile, una cansada pareja se reencuentra y hace el
amor, mientras las nubes vienen del Pacífico. Y en este
momento te mueves, el perro se estira, y más lejos dos
estrellas colisionan, se forma un nuevo mundo y en algún
lugar entre la ciudad y el mar, un niño nace con una nueva
capacidad de amar. Con el tiempo, él o ella querrá amarnos
a todos. Recuerda su rostro, aunque nunca lo hayas visto.
Di su nombre, aunque nunca lo hayas escuchado.
Confundirlo con todos. Amar todo en el camino.

60
En medio de la madrugada[6]

Y si soy hijo de un hombre de 92 años que apenas


puede caminar desde la cocina hasta el sofá de
la casa en la que crecí, que está inundada por
una tormenta cuyos brazos mojados cubrieron
miles de millas. Y si no puedo llegar a él porque
no encuentra el teléfono que está mojado y descargado.
Y si un mes después visito Camboya
en un viaje para el que tuve que ahorrar cinco años
y sin aliento observara detenidamente durante una hora
la cara de mil años de antigüedad tallada en Angkor Wat.
Y si ese rostro sin ojos me pregunta qué he hecho con
mi vida. Y si no puedo dejar de pensar en mi padre luchando
por tomar la cuchara. Y si en el avión a casa la mujer junto
a mí sueña con la mamá de su mamá recogiendo
limones en Sicilia.
Y si los miles de ángeles que nunca descansan, trabajan
en cada uno de nosotros, de la forma en que las células
inmunes corren al lugar de la herida. Y si todo esto
no me deja dormir. Y si temo que nunca volveré
a dormir. Y si, cuando el avión pase en medio de
la madrugada, recuerdo que no creíamos encontrar
algo nuevo todo el tiempo, pero hay que tejer
cada verdad que encontremos en una soga fuerte
y hermosa para que la próxima generación pueda
treparla. Y si tengo que admitir que no encontré nada
para traer a casa a mi padre, excepto el corazón de un hijo
labrado por el tiempo. Y si todo lo que hacemos y a donde
quiera que vayamos es para este fin. Y si el corazón tallado
es lo que nos puede refugiar de la tormenta.

61
A partir de ahora

Servir todo sin llegar a estar lleno


y desbordarse sin llegar a estar vacío,
sin saber cómo se produjo…

—Chuang-Tzu[7]

62
Un instante

Regreso en avión para leer algunos poemas.


Vinieron Linanne y Nancy, viudas de unos
extraños amigos (a John le gustaban
los camarones y los cielos nocturnos
y a Wally reír mientras aplastaba sus cigarrillos).

Vino el padre Malecki, quien me subió a su balsa


de amor cuando me ahogaba en el cáncer.
Y mi ex esposa Ann, cómo luchábamos,
parecíamos peces en los rápidos. Y dos estudiantes
maduras como robles, con décadas en sus vidas;
con sus renuentes maridos a rastras
para ver alguna reliquia del pasado.

Todo se acomoda en este vertiginoso y


pequeño momento que a veces sueño
pero nunca espero. Como aquellas
raras ocasiones en las que de niño saltaba
fuera de la cancha y tiraba el balón
limpiamente a través de la red.

En este instante sin aliento,


parecemos tan presentes
que nos elevamos por encima
de nuestras heridas y lo que
atraviesa la red de mi corazón,
me deja perfectamente vacío
y totalmente completo.

63
Atrapado en el tiempo

A veces, nuestro perro tiene esa mirada en los ojos y


empieza a correr a toda velocidad en círculos y ochos,
saltando por encima de las flores y a través de los árboles.

A veces, antes de irme, veo a Susan bajo las sábanas, sólo


asoma su mejilla, y a nuestro perro acurrucado en el
hueco de sus piernas lo más cerca que pudo.
Los contemplo en la oscuridad, preguntándome
cómo pueden descansar tan placenteramente.

A veces, dormidos, el perro se mueve


porque sueña que corre y Susan sonríe
porque sueña que su jardín está creciendo.

En cuanto a mí, casi siempre mi mejor pensamiento


surge cuando sale el sol, como un ojo gigante
que otra vez da vida con su primera visión.

Qué súper poderes se nos han dado


(propagar el movimiento y conocer
el interior del aire) para pararnos
en la oscuridad y observar lo que amamos;
para dormir con animales y sólo soñar;
y para ver por primera vez, más de una vez.

A veces, lo que parece ordinario expone


sus huesos numinosos, la forma en que el hombre
usa el amor que puede crecer en la oscuridad,
sólo lastimado por palabras.

64
Otra vez

Pensamos que la verdad


se mueve de nuestra cabeza
al corazón y a las manos.

Pero inclinado por la vida,


queda claro que el amor
se mueve al revés:
de las manos al corazón
y a la cabeza.

Pregunta al que sobrevivió


quemaduras, sin manos,
que sueña con cortar pimientos
y cebollas en un día de primavera.

O al hombre del jazz,


que a sus ochenta años,
pierde sus manos
en una niebla mental.
Puede sentirlas,
pero ya no tienen magia.

O al Buda de mil años,


sin brazos, cuyos ojos vacíos
no dejan de inclinarse
hacia el centro invisible.

La verdad brota de nosotros,


o eso creemos, sólo para
ser lanzada hacia atrás
como una ola de amor.

Pregunta al avejentado pintor


con una brocha pegada
a su lisiada mano, queriendo,
necesitando, alabar todo

65
una vez más.

66
La historia del fuego

Después de todo este camino,


Sólo quiero tus preguntas.
Las cosas que tú y yo concluimos
no me interesan mucho.
No sé por qué. Simplemente es así.

Toda nuestra charla de la verdad y Dios


no asegurarán que tú y yo
seamos verdaderos o santos.

Sólo aliméntame con tus preguntas.


Las necesito para mantener
este fuego.

67
Aves en el aire, peces en el agua

El pez no puede ahogarse en el agua.


El ave no cae del aire.
Todas las criaturas de Dios
deben vivir en su propia naturaleza.

—Matilde de Magdeburgo[8]

68
Después

Después de la Ilíada, la Odisea,


después de la fiesta, la quiebra
después de la esclavitud, el deambular por el desierto,
después de perderse un poco, el camino hacia el principio,
después de la Ilíada interior, la Odisea interior,
después de la opacidad, la claridad
después de la claridad, otra opacidad,
después de la oscura caída, la luz,
después de la luz, otra oscuridad,
después de la ceguera, otra ceguera,
después de retener, el suave dejar ir,
después de lo estrecho, la caída,
después de hundirse, el ascenso,
después de levantarse, otro hundimiento,
después de caer, la sorpresa
después de todo, nada,
después de nada, todo,
después de ser el origen,
el mundo.

69
En la cresta de la montaña

Podemos crecer sólo con escuchar,


de la forma en la que el árbol en esa cresta
escucha sus ramas dirigidas al cielo,
de la forma en la que el camino de sangre
escucha su flujo cuando corre a una herida,
de la forma en la que escuchas
cuando mi cabeza tan llena de dolor
no puede verte a los ojos.
Podemos escuchar nuestra salida del enojo,
si dejamos que el corazón
suavice al lobo que llevamos dentro.
Podemos durar escuchando profundamente
a las raíces buscando la siguiente pulgada de tierra,
de la forma en que una vieja tortuga
escucha todo lo que oye dentro de su caparazón.

70
El onceavo mandamiento

Ha habido muchos malentendidos


a lo largo del camino. Pero todo puede
ser perdonado excepto el deseo de suprimir
lo que somos: ser amables,
ir más lejos, posponer nuestra canción.

Y aunque los elefantes caminan arduamente


durante millas por el olor de sus gigantescos
corazones para honrar a uno de los suyos,
ningún árbol se cae por sí solo,
sólo para que otro pueda crecer.

Todo para decir que en el interior


también somos cazadores y recolectores:
golpeando al otro por comida o
plantando cada quien lo suyo
podemos comer lo que sembramos.

71
Ser animal

Porque soñamos y deseamos y llevamos,


pensamos que estamos exentos.
Creemos que estamos arriba
trabajando la Tierra en cuatro patas.

A menudo perdemos el punto.


Un oso puede sentirse como un colibrí
en el momento en que coge un salmón,
pero sus patas son todavía patas.

En cuanto a mí, me siento como un caballo


persiguiendo las aves que cruzan el cielo.
Cuando vuelan fuera de la vista, sé que
soy un halcón nacido como un caballo.
Todos los poetas lo son. Una maraña de
alas y pezuñas. Intentando correr en el cielo
y volar en la Tierra.

Así que es inútil que el pino


sea delicado con su amante,
si ella en realidad es una chita.
O que tu madre vea con claridad,
si su camino es el de un murciélago.

No quiere decir que no lo intentemos.


Sólo que trabajemos
con lo que se nos ha dado.

72
Lo que pasa con el miedo

Tratamos de evitarlo, distraernos,


incluso poner a otros en el camino.
Porque hace lo necesario para verse
monumental. Hace lo que se necesita
para parecer infranqueable. Pero,
cuando nos tropezamos con la línea,
o cuando somos amados por encima
de esa línea, o cuando en nuestro
agotamiento caemos más allá
de nuestro dolor, lo que temíamos
que fuera la caída a nuestra muerte
resulta ser el siguiente paso.

73
Ahyo oh’ oh ni

(En lengua diné significa


“llevarlo a la armonía con todo.”)

Cuando abro mi pequeño ser,


Casi puedo oír la madera
creciendo dentro del árbol
y el amor creciendo
dentro de tu corazón.

No puedo escucharlo por


mucho tiempo, me releva
mi propio crujido.

Estamos al tanto de este


ritmo. El ritmo de cómo
crecen las cosas.

No te rindas
porque tu dolor
es el que puede
ahogar la Fuente.

74
Para Mira, de nueve semanas de nacida, demasiado
emocionada para dormir

Lo sé, lo sé. Hay tocino en el fregadero y mi zapato


para triturar. Y está el perro que huele a tres casas
de distancia. Pero duerme, mi perrita. Habrá otras hojas que
perseguir y palos que masticar. No pierdes nada si te
duermes pero ¡lo que es verte dormir! tus pestañas
nerviosas, tus pequeños ojos de sueño, tus
ladriditos perrunos, tu panza adentro y afuera.

Te observamos: puros ojos, puro correr,


puro lamer. Siempre necesitando que
te toquen en alguna parte. Duerme, dulce
cachorrito. Cuando duermes, nos suspendes
en una suavidad que se nos había olvidado.

75
Discernimiento

El problema con la mente


es que se ve como pájaro
pero camina como hombre.

Y las cosas en la superficie


se mueven rápido, necesitando
ser atrapadas. Mientras que las
cosas en el centro se mueven
lento, necesitando ser percibidas.

Lo que quiero decir es que


si quieres ver muchas aves,
puedes atraparlas en una jaula
Y preguntarte por qué no vuelan.

O puedes ir a los humedales


y observar a las aves en silencio
antes de que salga el sol.

Es lo mismo con las cosas


que amamos o pensamos.

Podemos encerrarlas
en hermosas jaulas o
seguirlas en el prado
salvaje hasta que nos
aturdan con el batir
de sus magníficas
alas.

76
Silencio, silencio, las criaturitas están hablando

Está calculado que si gritas durante


8 años, 7 meses y 6 días, generarás
la suficiente energía para
calentar una taza de café.

Pero, el avestruz tiene los ojos


más grandes que el cerebro y las
estrellas de mar ni siquiera tienen
cerebro y las mariposas de seda
prueban las cosas con sus pies.

Así que tenemos estas opciones:


Podemos gritar y generar calor.
O esperar a que nuestros ojos
perciban más que nuestro cerebro.
O extendernos como una estrella
y entregarnos a las profundidades.
O abrir nuestro dolor hasta descubrir
que el interior del corazón es una
especie de mariposa. Entonces también
podremos probar con nuestros pies.

A la fecha todos pensamos en ver,


en ser llevados por lo profundo
y en probar con los pies. Estos fueron
los destinos en que cayeron los santos
de todas las tradiciones.

Aquí, la lengua es nuestro músculo


más fuerte y
la compasión
es su yoga.

77
Escrito mientras corría

A veces me muevo tan rápido que duele.


Aunque las cosas que vienen a mí
no se mueven para nada.

Por lo general son suaves y acogedoras.


Pero si te acercas como si fueran a desaparecer,
las vuelve filosas.

Correr hacia cualquier punto


Hace que sea un cuchillo.

78
Otra paciencia

Me pregunto si las flores


conocen el miedo. ¿Sentirán
cuando se aproxima una tormenta
o cuando el ciervo se las va a comer?
O si, como el sabio exhausto
de su humanidad, las flores sabrán,
que no importando si están rotas o
comidas, el resplandor liberado
al morir es el mismo. Pero
no soy un sabio o una flor.
Enséñame.

79
Hasta que nos conozcamos unos a otros

Los carniceros te dirán


que si no calmas a los animales
antes de matarlos la carne será dura.

Sin embargo, los cuidadores del zoológico


hablan del peso del cautiverio: si la bestia se rinde,
está hecho; no vale la pena mostrar la fuerza suficiente
para ponerla en libertad.

Calma o dura, obediente o libre, parece un desastre:


como si la vida nos lanzara dentro del otro
con un gran estallido de pequeños seres
que lloran por el poder
que nos hace sentir tan impotentes.

Así que mucho depende


del latir del alma que abre el corazón,
de la quietud de la mente que abre el ojo,
de la aceptación de otros que suaviza la verdad.

80
Sosteniendo la pistola

Nadie quiere admitir


que son las variadas formas de sostener el arma
lo que causa el sufrimiento que nos despierta.
Si bendecidos, volvemos a una discusión,
la luz en el labio de nuestro enemigo la solucionará.
O si nos cortamos mientras afilamos un cuchillo,
el goteo de la sangre teñirá nuestra lista de agravios.
¿Y si el dolor, como el que genera un puño,
es realmente el toque de un ángel
salvándonos de nosotros mismos?

81
Repetidamente nos preguntan

Encarnar o consumir;
para familiarizarse con lo más grande
o pedir y manejar todo más pequeño.

Todos los días nos preguntan ¿alinear o separar?


Coordinar nuestra voluntad con todo lo vivo o
imponer nuestra voluntad sobre todo lo que encontramos.

Y no elegir es una elección. La aquiescencia


es diferente a la paciencia o a la rendición.

Todo esto nos deja la necesidad de saber:


ya sea para mejorar la canción a través de la práctica
o para mejorarnos a nosotros mismos a través del canto.

82
Al final del camino

Lado a lado, dos caballos


trabajaron el mismo campo durante
tanto tiempo que el arado que los unía
se caía en pedazos. Por muchos días
arrastraron el arnés hasta que
los domesticó.

Uno de ellos todavía siente el peso


del arado, mientras que el otro de repente
descubre que está libre.

Se miran el uno al otro


como espejos que se temen.
Uno mantiene el arado, incluso
sin un yugo, mientras que el otro,
sin saber a dónde ir, se va.

83
Expuesto

Como una montaña


expuesta durante años,
estoy tan desgastado,
tan liso, que los escaladores
no tienen de dónde agarrarse.

Esto no significa
que sea intocable,
simplemente ya
no es fácil aferrarse.

Al igual que una entrada


gastada por las profundidades
incesantes, ya no puedo decidir
lo que va adentro o afuera.

Esto no significa
que sea indeciso,
sólo me sonrojo
al aceptar lo que
la vida me trae.

Como lirios incendiados,


soy incapaz de tomar
algo a cambio.

84
La razón interior

El cielo llueve violines.


Mientras caen,
el viento toca una música
profunda.
Así es como suena el amor.
Esto es lo que quiero para amarte.
Es una música que no siempre
puede ser escuchada.
En vez de eso muevo mis manos
a través de tu cabello.

85
El agua toma muchas formas

Cuando las personas están perdidas


el guía los transporta de una orilla a la otra,
cuando uno está iluminado,
uno se transporta a sí mismo a la otra orilla.
Hui Neng[9]

Escucha a los guías, pero usa tu sabiduría


como usarías una lámpara para leer tu propio corazón.
Si alguien te disuade de tu corazón, no es un guía.
Un guía, como un barquero, te trae cerca del agua,
incluso te ayudará a cruzar, pero es tu propia sed
la que te hace detenerte para que puedas beber.

Al beber del agua queda claro


que el sabor a nacimiento,
que anhelamos mantener vivo, crece dentro de todo.
En la verticalidad del agua una vez que deja de moverse.
En la rendición de agotamiento que afloja cada agarre.
En la paz dentro de nuestra soledad, cuando nos
detenemos a recordar lo que pudo haber sido.
Al beber de esa paz queda claro que dudar
lleva a la humildad, como la sed nos lleva a beber.
Y el dolor cae en la Unidad, de la forma
en que el hambre hace que comamos.

Cuando encuentres un guía, si es necesario,


escucha lo que tiene que decir, pero busca
el agua en sus ojos y el viento en su voz.
Déjate llevar al principio, el cual no está detrás
de nosotros, sino cerca de abrir nuestro interior.

86
Enamorarse del mundo

Si nos quedamos brillando en el


torbellino de la existencia,
¿quién dice que no seremos estrellas
para los demás?[10]

87
Caer

88
Saturado

Gruesas gotas, cargando más


de lo que pueden soportar,
caen de la nada, doblan las hojas
ya flácidas y, una por una,
las hojas las dejan ir.

Se mueven a la tierra,
como malabaristas,
pero falta mucho
para que se den cuenta
que están haciendo malabares.

La rendición es así.
No darse por vencido,
pero perderse y dejarse ir.

89
Rompiendo el trance

Está lloviendo un poco


y las ovejas están de pie en
el campo mojado, detenidas por
las gotas de agua del cielo que caen
sobre sus orejas, sus ojos, sus bocas.
Parecen estatuas rompiendo su trance.
Vivas por primera vez, se preguntan,
cuál será ese mágico lugar donde
el aire te besa en todas partes.
Enamorarse del mundo es así.

90
Recuperar la confianza[11]

Ayúdame a resistir estas


ganas de pelear no
importando si las cosas
son verdaderas o falsas,
lo cual es como discutir
si es de día o de noche

Siempre es uno u otro


en algún lugar del mundo.

Juntos, podemos alcanzar


una verdad más grande
la cual, como el sol,
siempre se transmite.

91
Caer en

92
Caminando juntos

No paso el tiempo con lo fracturado


porque me guste el dolor,
sino porque necesito
sentir la vida desde el interior del caparazón.

A donde quiera que gire,


soy testigo de resistencias
que salen de la gente común:
el niño de catorce años que se quemó
por salvar a su abuela; el sargento Negro
que sacó a su teniente blanco del fuego directo,
cayeron en la arena y lloraron en los brazos
del otro; y aquel sin brazos que sigue
preguntando qué puede cargar.

Ahora estoy viendo un colibrí


trabajar muy duro, sus alas
no parecen moverse en lo absoluto.
¿Es esto lo que pasa cuando amamos?

Te diré un secreto. Pasé un peine


por el cabello de mi abuela minutos
después de que murió. Seguía tibia,
su espíritu apenas iba en camino.
Todavía tengo el peine. Y cuando
tengo duda o temor, toco
los espacios en ese peine.

Cómo puedo decir esto correctamente:


Podemos engañar a la muerte durante un tiempo
alimentándola con ideas falsas.

Y podemos prolongar la vida


dando algo cuando pensamos
que ya no queda nada.

93
La promesa del mundo interior

Si le quitas a una persona todo lo que sabe,


te quedas con la boca de un pez
tragando agua tan rápido como puede.
Si le quitas las cubiertas a una persona,
te quedas con la libertad desnuda de una estrella.

Si le quitas todo lo que ha hecho a una persona,


te quedas con un alma ansiosa por construir.
Y si te has de llevar lo que una persona ha salvado,
te quedas con una vida que tiene que vivirse ahora.

Despojados de demasiados pensamientos,


crecemos sabios como una piedra.
Despojados de tantos logros,
crecemos posibles como el sol.
Y despojados de lo que acumulamos,
crecemos de inmediato.

Así que quitar no es sólo perder.


Te guste o no, nos vemos obligados,
una y otra vez, a la desnudez de la libertad,
de salir de la nada, y a la pobreza del tiempo
que tiene que vivirse ahora. Si somos bendecidos,
despertaremos una vez más, interiorizando
nuestro camino hacia el futuro.

94
Valentías

¿Y si el amor es la sangre de Dios,


y sólo cuando vamos por ese río
somos tocados por lo sagrado?

¿Y si la verdad viaja en las


conversaciones de los pájaros,
volando a través de nuestro silencio,
como almas tranquilas que enfrentan
su camino a través de las mentiras
que todos decimos?

¿Qué pasa si la belleza es lo que queda


cuando las ilusiones se exploran en otra parte?
Aire. Nieve. Luz en una cerca
que de todos modos no aleja nada.

Y corriendo a través de todo, el río


invisible en el que apenas podemos hablar,
excepto para decir gracias,
yo he sido, yo soy, como agua o luz,
capaz de ayudar a que las cosas crezcan.

95
¿Qué sostiene?

Entre más me consume el fuego,


más costillas extiendo
como el árbol de la vida.

Cuanto más me bañan las lágrimas de otros,


más mi corazón se redondea
como una concha marina.

Entre más historias cuento


de cómo uno recoge a otro,
más mis manos se abren
como cucharas para el grano.

Ser lo que otros beben,


ser de lo que otros dependen
para alcanzar lo que aman.
Para ser usados de este modo,
tendremos que ser muy afortunados.

96
Caer en el mundo

97
¿Dónde está Dios?[12]

Es como si lo que es irrompible


—el pulso de vida— esperara por todo lo demás
para ser desgarrado, y entonces, en la desnudez
que sólo el silencio y el sufrimiento y el gran amor
pueden exponer, se atreviera a hablar
a través de nosotros y para nosotros.

Parece decir, si quieres que dure,


aférrate a nada. Si deseas conocer
el amor, déjalo entrar en todo.
Si quieres sentir la presencia de todo,
dejar de contar las cosas que se rompen
a lo largo del camino.

98
Estar cerca

Poner a un niño
en un caballo.

Colgar seda
a secar.

Ver nieve
llenar la grieta
de un puente.

Esperar
en la sombra de un ave.

Tocar el hombro
de la luna.

Mojar
los labios de aquel
que se ha rendido.

Dejar la piedra
en tu corazón
desmoronado.

Colocar
una flor sobre una espada.

Sentarse
en un barco
hasta que no haya olas.

99
Alegría concentrada

Iba tomando café rumbo al trabajo,


detrás de mí el camino se volvía naranja
bajo el follaje de los arces. En la pendiente
del bosque, una pequeña cierva saltaba muy suave.
Me hice a un lado, no había otro lugar a dónde ir.
Se paró como si supiera que la estaba viendo.
Unas hojas naranjas caían alrededor de ella
como bendiciones que nadie parece encontrar.
Bebí un poco de café, completamente
en paz, sabiendo que no duraría.
Pero está bien.

Nunca sabremos cuándo floreceremos


en lo que supuestamente debemos ser.
Puede que sea pronto. Puede que sea tarde.
Puede que sea después de treinta años
de estar fracasando en un camino equivocado.
O la primera vez que nos atrevamos
a arrojar nuestra piel mental y tocar el mundo.

Dicen que, si es lo suficientemente real, algunos


ven a Dios en el momento de su muerte.
Pero ¿no estará cada otoño dejando ir a la muerte?
Ahora mismo, en el frío ¿no estará Dios esperando
entre la pezuña de la pequeña cierva
y aquellas hojas caídas?

100
Agradecimientos

Empecé la larga lista de aquellos con los que estoy en deuda, pero algo que le da la
cualidad de anónimo a este libro es seguir evitando decir esos nombres. Permítanme
expresar que la gratitud y la humildad crecían cuando pensaba en todos los que me han
sostenido y ayudado a soportar las maneras en que he sido reducido y desgastado a
través de los años. Sonrío muy profundo cuando pienso en aquellos que me abrieron a la
alegría de simplemente estar aquí. Sería menos sin estas amistades. Los amo a todos. Les
sigo diciendo a los desconocidos: la respuesta a la soledad es estar con quienes puedes
hacer dos cosas, compartir el dolor y celebrar el despertar. Tal amistad hace que
compartir una pizza en un bar ruidoso o estar de pie en silencio como un viejo roble sea
todo lo que uno puede pedir. En verdad, este proceso de ser llevado a lo sólo puro y
esencial, nunca termina. Es como si un gran pájaro viviera dentro de la piedra de
nuestros días y ya que ningún escultor puede liberarla, tiene que esperar a que los
elementos la erosionen, hasta que sea libre para volar. Gracias por aguantar, por liberarse
a ustedes mismos y por la alegría de estos inesperados momentos juntos.

101
Notas

[1] Georgios Stylianos Seferiadis. Traducido por Horacio Castillo.

[2] Joseph Campbell, en El poder del mito. Basado en las entrevistas con Bill Moyers en
1985—1986.

[3] Este poema tiene una versión anterior en prosa que apareció por primera vez en mi
libro de no ficción Finding Inner Courage. Un extracto de “Empezando de nuevo”
aparece aquí como “Detrás del trueno”.

[4] Este poema tiene una versión anterior en prosa que apareció por primera vez en mi
libro de no ficción Finding Inner Courage. Un extracto de “Flor del corazón” aparece
aquí como “Hecho de huesos”.

[5] Epígrafe del autor.

[6] El poema “En medio de la madrugada” apareció en Burning the Midnight Oil editado
por Phil Cousineau, Viva Editions, 2013.

[7] Chuang-Tzu, en Chuang-Tzu: mystic, moralist and social former, traducido al inglés
por Herbert A. Giles.

[8] Matilde de Magdeburgo en La luz fluyente de la divinidad.

[9] La cita en “El agua toma muchas formas” es del Sutra de Hui Neng:Gran Maestro de
Zen, traducido al español por Rev. Yin Zhi Shakya.

[10] Epígrafe del autor.

[11] El poema “Recuperar la confianza” apareció por primera vez en mi libro Siete mil
maneras de escuchar. P.125.

[12] El poema “¿Dónde está Dios?” apareció por primera vez en la revista Sufi.

102
Sobre el autor

Mark Nepo es un poeta y filósofo que ha enseñado poesía y espiritualidad durante


cuarenta años. Fue considerado el mejor autor en ventas por el New York Times. Ha
publicado catorce libros y grabado ocho proyectos en audio. Sus trabajos más recientes
incluyen: Siete mil maneras de escuchar que ganó en 2012 el Premio “Libros para una
vida mejor”, Staying Awake (2012), Holding Nothing Back (2012), Tan lejos como tu
corazón puede ver (2011), Finding Inner Courage (2011), y Surviving Has Made Me
Crazy (2007). También tiene audiolibros como: The Book of Awakening, Finding Inner
Courage, y As Far As the Heart Can See (2011). En español se han publicado sus
siguientes libros: El coraje interior, El libro del despertar, Tan lejos como tu corazón
puede ver y El libro para renacer cada día. Como sobreviviente del cáncer, Mark dedica
sus escritos y enseñanzas al viaje de la transformación interior y a las relaciones en la
vida.
Ha aparecido con Oprah Winfrey en el programa Super Soul Sunday transmitido por
OWN TV, y fue entrevistado por Oprah como parte de su show radiofónico SIRIUS XM
Radio Show, Soul Series. También Robin Roberts lo entrevistó en Good Morning
America por su bestseller del New York Times, El libro del despertar. The Exquisite Risk
fue citado por Spirituallity & Practice como uno de los mejores libros espirituales de
2005, mencionándolo así: “Uno de los mejores libros que hemos leído sobre lo que se
necesita para vivir una auténtica vida.” Una colección de ensayos de Mark apareció en
Unlearning Back to God: Essays on Inwardness. Otros libros de poesía incluyen Suite
for the Living (2004), Inhabitting Wonder (2004), Acre of Light (1994), Fire Without
Witness (1988), y God, the Maker of the Bed, and the Painter (1988).
Su trabajo ha sido traducido a más de 20 idiomas. Ya sea guiando retiros espirituales,
trabajando con comunidades médicas para aliviar, o sus enseñanzas como poeta, el
trabajo de Mark es en verdad accesible y consultado por muchas personas. Además
continúa ofreciendo lecturas y retiros. Por favor entra en contacto con Mark a través de
www.MarkNepo.com
http://threeintentions.com
www.simonspeakers.com/MarkNepo

Foto del autor por Brian Bankston, www.brianbankston.com.

103
¡ESTÁS VIVO!

Título original: Reduced to Joy

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104
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108
Índice
Portadilla 2
Índice 3
Cita 6
Dedicatoria 7
Prólogo 10
Sobre la alegría 11
Ábrete al mundo 12
Tres rostros 13
Acariciando su mano 14
¿Queda alguna pregunta? 15
El arte de enfrentar las cosas 16
Duramen 17
Surgiendo 18
Memorizar 19
En forma de delfín 20
Una cuerda 21
Cerca de la luz 22
Camino a Windsor 23
Bajo el canto de un pájaro 24
Llegar 25
Detrás del trueno 26
Demasiada carga 27
Perdidos en nuestros caminos 28
Temprano 29
Besar todo en llamas 30
Renacido 31
Mantenerse cálido 32
Detrás del trueno 33
En cada esquina 34
Por el momento 35
Hecho de huesos 37
La sublime perturbación 38

109
Años de todo 39
Para Joel en el 94 40
Enviada a mi camino 41
Hasta que nos conozcamos unos a otros 43
La industria del No 44
Para hablar de tormentas 46
Mercado de peces 48
Cómo trabaja el Espíritu en la Tierra 49
Corriendo bajo la mesa 51
Rumi va a Washington 52
Transformación 53
Su nombre significa luz 54
Sin saber 56
Lo que otros han tocado 57
A esto hemos llegado 58
Irse 59
Entre el mar y la ciudad 60
En medio de la madrugada 61
A partir de ahora 62
Un instante 63
Atrapado en el tiempo 64
Otra vez 65
La historia del fuego 67
Aves en el aire, peces en el agua 68
Después 69
En la cresta de la montaña 70
El onceavo mandamiento 71
Ser animal 72
Lo que pasa con el miedo 73
Ahyo oh’ oh ni 74
Para Mira, de nueve semanas de nacida, demasiado emocionada para dormir 75
Discernimiento 76
Silencio, silencio, las criaturitas están hablando 77
Escrito mientras corría 78
Otra paciencia 79

110
Hasta que nos conozcamos unos a otros 80
Sosteniendo la pistola 81
Repetidamente nos preguntan 82
Al final del camino 83
Expuesto 84
La razón interior 85
El agua toma muchas formas 86
Enamorarse del mundo 87
Caer 88
Saturado 89
Rompiendo el trance 90
Recuperar la confianza 91
Caer en 92
Caminando juntos 93
La promesa del mundo interior 94
Valentías 95
¿Qué sostiene? 96
Caer en el mundo 97
¿Dónde está Dios? 98
Estar cerca 99
Alegría concentrada 100
Agradecimientos 101
Notas 102
Sobre el autor 103
Créditos 104
Grupo Santillana 105

111

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