OI|\IIXPUCADO

EL MUNDO DE LO EXTR,AÑO,INSOLITO Y MISTEB,IOSO

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LO INEXPLICADO, EL MUNDO DE LO EXTRAÑO, INSÓLITO Y
MISTERIOSO se publica en forma de 120 fascículos de apari-
ción semanal, encuadernables en diez volÚmenes Cada fascícu-
lo consta de 20 páginas interiores y sus correspondientes cubier-
tas. Con el fascicflo que completa cada uno de los diez volúme-
nes de que se compone la obra, se pondrán a la venta las tapas
oara su encuadernación. Además, coleccionando la tercera y
cuarta páginas de cubierta. se obtendrá un interesante dossier
soOre lós"wAESTROS DE LO INSOLITO.
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todas sus sucursales en el interior del país'

ARTE PSí(tUIC() PIEDRAS DE ICA

Durante más de cincuenta años, el Los pintorescos y minuciosos dibujos
grabados en las piedras preincaicas
medium brasileño "Chico" Xavier ha
dedicado cinco horas diarias a la escritura halladas cerca de lca (PerÚ)
automática; a través de él se han corresponden a una cultura muy superior
manifestado poetas, novelistas e incluso a cuantas podían haberse desarrollado

hombres de ciencia. hasta entonces en la Tierra, ..

HOMBRES DE NEGR() SUEN(}S

En muchas ocasiones, las observaciones de OVNIS han Muchos científicos y artistas han recibido en sueños
hacia importantes
sido deliberadamente silenciadas o escamoteadas. En "revelaciones» que les han encaminado
algunos de estos casos han intervenido unos misteriosos descubrimientos o grandes creaciones.

"hombres de negro"...

cÉnnnD GRolsET FANTASMAS

Un vidente neerlandés colaboró asiduamente con la policía Las historias de fantasmas no son tan sólo un tema literario:
en casos de desapariciones, obteniendo asombrosos algunos testimonios han aportado pruebas casi
resultados. contundentes de su existencia.

Foto cubieda: Salmer

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Hadas

Todos los niños creen en Ias hadas, quizá porque pueden verlas...
Pero cuando se hacen amigos suyos y las fotogralían, el hecho se
convierte en noticia. Eso afirmaron haber conseguido dos niñas
inglesas, tan traviesas como románticas, hacia 1918. Un verdadero
cuento de hadas...

uNos oÍes ¿.Nr¡s del final de la primera guerra
mundial, Frances Griffith, una niña inglesa de
once años, escribía a su amiga Johanna, que
estaba en Sudáfrica, donde ella misma había
vivido mucho tiempo:
Querida Jo: Espero que estés bien. Ya te
escribí una carta pero debe haberse perdi-
do. ¿Juegas con Elsie y Nora Biddles?
Ahora en Ia escuela aprendo francés, geo-
metría, cocina y álgebra.
La semana pasada papá volvió a casa;
estaba en Francia desde hacía diez meses.
Aquí todo el mundo piensa que la guerra
terminará pronto. Vamos a colgar bande-
ras en la ventana de mi cuarto.
Te envío dos fotografías mías. La pri-
mera la tomó el tío Arthur: estoy en baña-
dor en el patio, detrás de la casa. La otta,
en la que se me ve con las hadas en el
arroyo, la tomó Elsie.
Rosebud sigue gordísima. Le he hecho
vestidos nuevos. ¿Cómo están Teddy y
Dollv?
Ésta nó sería más que una carta banal de una
colegiala a una amiguita si no contuviera esa
alusión, cuanto menos insólita y asombrosa, a
la fotografía de las hadas...
Como ellas mismas observarían más tarde
(¡ahora son abuelas!), las dos niñas en realidad
no se sorprendían al ver o fotografiar hadas:
éstas formaban parte del mundo de su infancia
y les parecía muy natural que habitaran en ese
rincón de la campiña inglesa, alrededor del
arroyo que corre en el fondo del gran jardín de
Cottingley, cerca de Bradford (Yorkshire).
En el dorso de la fotografía Frances garaba-
teó algunas palabras:
Las hadas del arroyo se han hecho amigas
de Elsie y de mí. Es raro que nunca las
haya visto en Africa. Allá debe de hacer
demasiado calor para ellas...
La historia de esta foto, que llegó a ser popu-
lar, hizo correr ríos de tinta. Sin embargo, el
fondo es más bien anodino: una tarde de julio
de 1918, Elsie y su prima Frances pidieron
prestada la cámara fotográfica del padre de
Elsie, una Midg de placas. Querían tomar unas
fotos para enviarlas a una de sus primas. La
jornada transcurrió sin incidentes, salvo la im-
prudencia de Frances que se cayó en el arroyo
y se mojó la ropa.
Por la noche el señor Arthur Wright, padre
de Elsie, se entretuvo revelando la placa. Se
sorprendió mucho cuando vio aparecer unas
curiosas formas blancas en el clisé. Elsie afir-
mó que s¡¿¡ .hadas,. Él se rió y pensó en
pájaros o en papeles llevados por el viento.
Durante el mes de agosto fue Francesquien
manejó la cámara: tomó una fotografía de su
prima a la orilla del arroyo en la que aparece
un duende. Como era previsible en una foto En la página anterior: un hada, tal
tomada por una niña de once años, la foto es como la imaginaban los
borrosa y está subexpuesta. El padre de las ilustradores populares a
niñas reveló una vez más la placa y vio con principios de siglo (foto J,-L.
asombro que volvían a aparecer las formas CharmeVcolección particular).
blancuzcas. Persuadido de que las niñas que-
rían burlarse de é1, les prohibió volver a usar la
cámara.
Pero Arthur Wright y su esposa, Polly, esta-
ban intrigados: revisaban la habitación de El-
sie y Frances buscando rastros de recortes de Abajo: Elsie (a la izquierda) y
libros de cuentos. Recorrían también las ori- Frances, las dos niñas inglesas
llas del arroyo, tras las pruebas de la presunta que fotografiaron hadas en el
maquinación, pero no encontraron nada. fondo de su gran jardín de
Cuando se les preguntó acerca de los deta- Cottingley, en Yorkshire (fotos
lles de su historia, Elsie y Frances la mantuvie- colección particular).
ron totalmente: vieron unas hadas y las foto- En la página siguiente, arriba: la
grafiaron. ¿Existe algo más normal para unas primera fotografía de Frances con
niñas? Durante algún tiempo, los miembros de sus amigas, las hadas de
la familia admiraron las fotografías y las ense- Cottingley (el clisé en sepia
ñaron a sus amigos. Todo el mundo se maravi- muestra el estado real de la placa
llaba, pero finalmente olvidaba el asunto de original) [fotos colección
las hadas. particularl; abajo: el hada
El verano siguiente, Polly Wright asistió a Melusina (ilustración de fines del
una reunión de la Sociedad de Teosofía de siglo xrx) [J.-1.
Bradford. Le interesaba mucho el ocultismo, CharmeVColección particularl.
así como los diferentes tipos de ectoplasmas.
Aquella noche el tema de discusión era «la vida
de las hadasr. Durante la velada, Polly Wright
contó a algunas personas que su hija y su sobri-
na habían fotografiado unas criaturas muy cu-
riosas, y pronto se propagó la noticia. En el
Congreso de teósofos que se celebró poco des-
pués, dos copias de las fotos de "hadas» circu-
laron ya entre los miembros de aquella socie-
dad esotérica, y llegaron a manos de Edward

438
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Gardner, el más conocido de los representan-
tes del movimiento teosófico, quien a su vez
las entregó a la prensa. Gardner era una perso-
na un poco maniática y muy puntillosa. Las
copias reveladas por Arthur Wright no le pare-
cieron satisfactorias. Encargó a Fred Barlow,
fotógrafo experto, nuevos negativos de los ori-
ginales, «más claros y limPios».
Fue entonces cuando empezó, en realidad,
el asunto de las hadas de Cottingley. Cuesta
creerlo: el mundo acababa de salir de una gue-
rra mundial y se discutía sobre fotos de hadas.
¡Era asombroso!
Parece que nadie se planteó, en un primer
momento, pregunta alguna acerca del tiempo
de exposición de las fotos, el contorno de las
siluetas de las hadas, 1os peinados que lucían
conformes al gusto de la época- o su
-tan
indumentaria. No; la única preocupación del
teósofo era obtener copias claras.

439

Y la+t,1ii;
Hadas
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irir:¡i:l
Ík:
Al mismo tiempo, sir Arthur Conan Doyle,
el padre de Sherlock Holmes, preparaba un
artículo sobre las hadas para el Strand Magazi-
ne. Con los años. el escritor se había converti-
do en un apasionado del espiritismo y de los
fenómenos paranormales. Cuando oyó hablar
de las fotografías intentó obtenerlas a cual-
quier precio. Al principio desconfiaba, por lo
que mostró las copias a sir Oliver Lodge, uno
de los pioneros de las investigaciones psíquicas
en Gran Bretaña. Este declaró que los
estaban amañados y pensaba que se trataba de
«bailarinas vestidas de hadas". Otro especialis-
440
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:;'r'
Arriba y a la derecha: dos hadas
tal como se las representaba a
principios del siglo xx. Aunque
con ciertas variantes, la imagen
de las hadas suele evocar
siempre una Edad Media
estilizada. Pero las que aparecen
en las fotografías de las niñas de
Cottingley obedecen con
sorprendente exactitud a los
clisés cánones estéticos de la época...
(fotos J.-L. CharmeUcolección
particular).
ta en ocultismo hizo observar a Conan Doyle
que el peinado de las hadas era demasiado pa-
risino para ser auténtico.
Lo que actualmente resulta intrigante es el
hecho de que todos estos comentarios se hicie-
ron a partir de las copias, no de las placas ori-
ginales. Todo el mundo estudió las copias rea-
lizadas por el experto de Edward Gardner, no
las verdaderas placas impresionadas por las
dos niñas. Quizá Conan Doyle y Gardner no
consideraban importante remitirse al original,
y por esta razón no mencionaron esta posibili-
dad. Pero también les pudo inducir a hacerlo
su interés por la propagación de la doctrina
teosófica y espiritista...
Se observó que las figuras estaban movidas;
éste era un argumento para quienes creían en
la autenticidad de las hadas, que habrían esta-
do «vivas» en el momento de la foto. Para Ko-
dak. en cambio, los clisés habían sido retoca-
dos por un falsificador muy hábil.
Por supuesto, triunfaron los espiritistas y los
teósofos: esas hadas y ese duende constituían
la prueba de la existencia de los "espíritus de la
naturalega». Edward Gardner desempeñó un
papel semejante al del doctor Watson de Co-
nan Doyle: fue a investigar a casa de los
Wright y juzgó honesta y respetable a esta
familia.
,-Para cerrar la boca a sus detractores, se
planteó la posibilidad de tomar nuevas foto-
grafías. En agosto de 1920 prestó a Frances y a
Elsie una nueva cámara y una veintena de pla-
cas. Sólo así, aseguraba, se conseguiría probar
que las hadas existían.
Mientras tanto, Conan Doyle había entrega-
do su artículo al Strand Magazine, prometien-
do ilustrarlo con las fotos de la segunda serie.
Tampoco para é1 había duda posible. Incluso
realizó un viaje a Australia para llevar allí la
 Hadas

bsneria nueva espiritista y la del descubrimiento

,ie Xas hadas.
Cuando apareció el artículo del Strand Ma-
E;:ine. en noviembre, se produjo la avalan-
cha. El número se agotó en unas horas. El
hecho provocó innumerable§ reacciones; se
acuú a Conan Doyle de querer «pervertir el
espíritu de los niños con semejantes dispara-
Ies.. e incluso alguien afirmó que «inculcar
esas ideas absurdas en los niños provocaría a la
la¡sa en ellos trastornos nerviosos y desequili-
brios mentales». La opinión se dividió entre la
admiración ante lo logrado de los trucos, el
escepticismo cortés, la burla sarcástica y la ira.
Sólo en los ambientes espiritistas y teosóficos
se creía firmemente en la existencia de las
hadas.
En792t Frances y Elsie comenzaron de nue-
vo a tomar fotografías de sus amigas, las ha-
das. Edward Gardner les había prestado dos
cámaras y algunas placas, con marcas secretas
que impedían cualquier truco o sustitución.
Les habían explicado su funcionamiento, im-
partiéndoles un verdadero cursillo de técnica
fotográfica sobre tiempo de exposición y pro-
fundidad de campo. Y allí quedaron las dos
niñas, acechando a las hadas. Edward Gardner
regresó a Londres. Durante unos quince días
llovió sin parar, por lo que resultó imposible ir
a jugar cerca del arroyo. Después, el tiemB¡r
mejoró y hacia el 19 de agosto la caza de hadas
volvió a errrpezar... ¿Qué iban a fotografiar las
dos niñas? Las hadas, ¿tetdrán el mismo as-
pecto que en las bonitas ilustraciones de los
libros infantiles? Aquella vez, todo el mundo
aguardaba con impaciencia.

¿Cuál iba a ser el resultado de la segunda expe-

dición fotográfica de Elsie y Frances? Véalo en
página 482.
Arriba: El despertar de Titania,
cuadro de Fussli alusivo a E/
sueño de una noche de veranode
Shakespeare. Las hadas son
parte ¡ntegrante de la fantasía
europea (foto Giraudon).

Junto a estas líneas: Elsie y su

duende (fotografía tomada en
1 91 8 por Frances). Según los

expertos, la placa no parece

haber sido retocada (foto
colección particular).

A la izquierda, arriba: sir Arthur

Conan Doyle, un valiente
defensor de las hadas de
Cottingley (foto Mary Evans P.L.);
abajo: Polly Wright, la madre de
Elsie, lanzó el «asunto» durante
una reunión espiritista (foto
colección particular).

441
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l-¿s «quimeras» vegetales y animales ya son una realidad en los
laboratorios modernos. EI instrumentaltécnico y teórico espera
órdenes. ¿Es una imposibilidad práctica o simplemente sólo un
escrúpulo moral lo que impide a los científicos crear ahora mismo
hombres-monstruo programados?
DESDE LUEGo, no se trata de que los biólogos se brican de forma habitual esa clase de quime- Arriba: en los modernos
pongan a crear monstruos comparables a los ras. Hoy, la genética nos abre la era de las laboratorios de bioquímica, los
de las leyendas populares. Aunque, en este quimeras animales; mañana, quizá, se abrirá la investigadores realizan
momento, seria enormemente interesante sa- de las quimeras humanas. manipulaciones en embriones de
ber si es cierta la moderna leyenda según la El biólogo alemán Hans Spemann (1869- ratoncillos. Del ratón al hombre no
cual los investigadores chinos intentaron crear, 1941), premio Nobel de medicina en 1935, fue hay más que un paso... (foto
hace algunos años, una raza de hombres-mo- quien abrió en primer lugar las puertas de la Gamma-Barommes).
nos capaz de realizar los trabajos que resultan manipulación de la materia viva. Y ahora la
demasiado desagradables o penosos para los creación de quimeras de anfibios (ranas, trito-
hombres... nes, etc.) está al alcance de cualquier biólogo
Por el contrario, en los laboratorios ya es por poco hábil con las manos e ingenioso que
posible «inventar» animales desconocidos, a sea.
los. que se da el nombre de quimeras. Estas La técnica es elemental: con dos embriones
qulmeras son seres vivientes, hechos con célu- diferentes de batracios, cortados en dos, se
las y tejidos de dos especies diferentes. Por forma un embrión «quimérico». Basta con sol-
otra parte, muchos jardineros aficionados fa- darlos, cosa que se verifica de forma natural en

442

algunas horas, sin necesidad de utilizar mate-
riales de laboratorio hipersofisticados. Existen
dos formas de quimeras: las quimeras homo-
plásticas (surgidas de dos embriones de la mis-
ma especie) y las quimeras xenoplásticas (sur-
gidas de dos embriones de especies dife-
rentes).
Estas últimas son las más espectacularesl se
puede «enganchar, una cabeza de tritón a un
cuerpo de rana, o viceversa. Esas quimeras
son viables, pero es raro que vivan más de un
año. Con frecuencia la soldadura entre los dos
embriones es imperfecta y los órganos próxi-
mos son anormales.
También es frecuente que las dos partes del
animal monstruoso que se ha creado no se to-
leren entre sí: la parte anterior, por medio de
anticuerpos, trata de eliminar a la parte poste-
rior, como si tuviera conciencia de que esa par-
te posterior es ajena a su especie. Evidente-
mente, esos anticuerpos terminan por destruir
al conjunto del organismo. Como si la natura-
leza quisiera eliminar naturalmente a los
monstruos.
Gratuitas en apariencia qué puede
-Lpara estas crea-
servir un tritón con ocho patas?-,
ciones de quimeras y animales monstruosos no
son, con todo, un entretenimiento para hom-
bres de ciencia neuróticos; ayudan a compren-
der los fenómenos de rechazo y ayudan tam-
bién a estudiar más de cerca la fisiología endo-
crina y nerviosa, También se pueden fabricar
'.-w
En la parte superior: un ratón
normal antes de pasar bajo los
microbisturíes de los genetistas
(foto Jacana-Winnet).
Arriba: un ratón-monstruo de una
raza nueva, creada
especialmente en un laboratorio
para servir a las investigaciones
científicas. Ya es posible la
clonación de vertebrados
superiores, como los ratones (foto
Gamma-Barommes).
Genética
en los laboratorios quimeras de órganos. En
medios de cultivo apropiados es posible
«criar>> células independientes, que mantienen
la misma forma y la misma estructura que te-
nían en el organismo del que provienen. Así,
se pueden mantener vivos órganos enteros,
aislados, sin que se modifiquen; los biólogos
han aprovechado este fenómeno para estudiar
de cerca la transformación de los órganos em-
brionarios en órganos adultos.
En una probeta puede suceder que fragmen-
tos de esos órganos, embrionarios o adultos, se
mezclen y se unan para formar un conglomera-
do quimérico perfectamente posible: ¡y en esas
condiciones no se producen fenómenos de re-
chazol Aquí se rozan los límites de la ciencia y
la ficción: ¿acaso no sería posible crear formas
vivas mitad riñón - mitad hígado, mitad hígado
- mitad pulmón, o incluso fabricar órganos en-
teramente nuevos a partir de animales tan di-
ferentes como un conejo, una gallina o un ra-
tón? Desde los primeros años sesenta se ha
vuelto técnicamente posible la creación de qui-
meras de vertebrados superiores. En los Esta-
dos Unidos, los genetistas J. Tartowski y B.
Mintz fusionaron dos tipos de ratón en un solo
huevo.
La operación, aparentemente sencilla, es un
poco más compleja que en el caso de los batra-
cios. Se trata de <<mezclar, embriones origina-
dos por una pareja de ratones negros y em-
briones originados por una pareja de ratones
blancos. Cada embrión blanco es «pegadt» a
uno negro en un baño especial que disuelve la
membrana de las células. El conglomerado ob-
tenido consta sólo de dieciséis células, pero
tiene dos padres y dos madres. A partir de
entonces, se desarrollará normalmente en el
interior del útero de uno de los ratones
hembra.
AI final de la gestación, los ratones hembra
portadores dan a luz ratones nuevos: quime-
ras, cuyo pelaje abigarrado recuerda al de las
dos parejas de padres. El microscopio electró-
nico revela que las células de la raza blanca
están yuxtapuestas a las de la raza negra.
Nuevamente, es necesario aclarar que estas
experiencias no son juegos gratuitos de los bió-
logos. Resultan fundamentales para estudiar
los mecanismos de diferenciación celular entre
el embrión y las células adultas. Estos ratones
alofénicos (fruto de muchos padres y muchas
madres) presentan ia particularidad de que ad-
miten sin dificultad injertos de ambas líneas de
paternidad, pero rechazan injertos de otros
linajes.
Entonces se plantea un problema grave: ¿es
posible realizar con hombres una experiencia
que ha resultado concluyente con ratones? A
priori nada se opone a ello, salvo un pequeño
handicap tecnológico, y sobre todo la moral al
uso, siempre atrasada con respecto a la cien-
cia. Por otra parte, estas quimeras humanas ya
existen, cuando dos óvulos fecundados se fu-
sionan en el aparato reproductor de una
mujer; si hubieran evolucionado por separado,
esos dos óvulos hubieran resultado en falsos
gemelos. Confundidos en un solo organismo,
443
Genética

ffi asocian del mismo modo sus dos caracterís-

ticas.
La hibridación celular no es un fenómeno
nuevo. En 1960 se llevaron a cabo, con éxito,
muchas experiencias con células cancerosas y
con virus: se fusionaban perfecta y espontá-
neamente. Más tarde los biólogos lograron la
hibridación ¡de células humanás y células de
ratones! Esta última experiencia permitió a los
genetistas estudiar detalladamente la clasifica-
ción de los cromosomas y del «mensaje» de
que son portadores. De todos modos, estas
quimeras hombre-ratón no sugerían ninguna
posibilidad inquietante, y no llegaron a estar lo
bastante desarrolladas como para producir un
organismo complejo.
Trabajos idénticos se realizaron posterior-
mente con quimeras hombre-mono, siempre
con el exclusivo objeto de investigar los cro-
mosomas. Los genetistas que se encargaron de
esta tarea llegaron a la conclusión de que era
!ffi"
w
€
ffi
#

#
F
2

{
J
{

444

-r a pagina anterior:
rt,esbgaciones genéticas en un
¿coratono moderno.
=otos 1 a 4: trabajos con ratones
Dequeños genét¡camente
se eccionados para estas
nvestigaciones.
=olo 5: un embrión compuesto
por ocho células (el diámetro de
estos embr¡ones suele oscilar
entre 150 y 180 m¡cras).
Foto 6: un embrión dispuesto para
la manipulación genética.
Fotos 7 y 8: dos momentos de la
manipulación genética. Se abre el
embrión (7) y se extrae la masa
celular (8). Ésta puede ser
fraccionada en dos partes para
producir una parela de gemelos
auténticos (fotos
Gamma-Barommes).
A la derecha: un hombre-mono,
como el que habrían intentado
crear los chinos para que
efectuara los trabajos
desagradables. En la actualidad,
nada se opone a ese tiPo de
manipulaciones genéticas. (foto
Fortean P.L.)
Genética
posible, en el laboratorio, retirar uno o varios está a nuestro alcance. Por el momento, se
cromosomas a un óvulo e introducirlos en toman todas las precauciones para impedir que
otro. En el futuro, nada impedirá la confec- nuevas bacterias, portadoras de temibles virus,
ción de una «ensalada» de cromosomas, de la no salgan de los laboratorios para extenderse
misma especie o no, destinada a un embrión por todo el planeta. Los biólogos se han im-
que crecerá de acuerdo con las características puesto, espontáneamente, reglas muy estrictas
de sus nuevos cromosomas. para impedir esa clase de catástrofes. Cada la-
De manera oficial. actualmente no se está boratorio está clasificado en función de los
realizando ninguna investigación sobre los riesgos inherentes a los experimentos que se
efectos de cromosomas humanos implantados realizan en é1.
en un embrión de mono, si se exceptúa el ru- Los propios gobiernos han intervenido, pero
mor según el cual los chinos sí están investi- el mundo científico rehúsa todo control que
gando en esta línea. Pero, ¿quién puede prohi- pretenda inmiscuirse demasiado en su fondo,
bir estas experiencias? ¿Quién controlaría los en nombre de la responsabilidad que cada in-
trabajos? vestigador posee en su campo genético y del
No hay duda de que si semejantes quimeras interés que presentan las investigaciones: es la
hombre-mono fueran «producidas» en un la- apuesta de la edad genética. Es demasiado tar-
boratorio, nos enfrentaríamos con serios pro- de para retroceder; estamos condenados a
blemas filosóficos, jurídicos y morales: ¿dónde avanzar por esa vía,para bien o para mal. Para
termina el mono? ¿Dónde empieza el hom- alcanzar un estadio superior de la humanidad,
bre? ¿Qué es 1o humano? Uno siente vértigo al o bien para retroceder...
pensar en los debates que provocaría ese insó-
lito "nacimiento». Sobre todo porque el pro-
blema no consiste en saber si eso sucederá,
sino cuándo sucederá. Todos los instrumentos
que permitirían llevar a cabo el experimento
de la creación de un hombre-animal se encuen-
tran ya en manos de los biólogos. Queda por
saber si el afán de acumular conocimientos y
de ir hasta el,final será más fuerte que los fre-
nos moraleil
Pero no todos los efectos de estas investiga-
ciones resultan tan inquietantes; las secuelas
benéficas también tienen su importancia. Ima-
ginemos por ejemplo un embrión humano,
portador de una grave enfermedad genética:
inyectarle células sanas y normales será benefi-
cioso para el feto, y se podría así reemplazar el
o los genes ausentes.
Desde el principio de su historia, la humani-
dad ha temido la aparición de monstruos: bas-
ta con echar una ojeada a los mitos más uni-
versales para comprobarlo. La genética, al
mismo tiempo que proporciona los medios pa-
ra impedir su nacimiento, tanto por preven-
ción como por eliminación, puede favorecer la
creación de nuevas especies. En el siglo xrx, el
naturalista francés Geoffroy Saint-Hilaire sen-
tó las bases de la teratología, la ciencia de los
monstruos. Gracias a él los monstruos fueron
inventariados; las increíbles colecciones de ta-
rros anatómicos de los museos decimonónicos
de historia natural dan testimonio de aquellos
avances. Más tarde fueron analizados; las pri-
meras investigaciones embriológicas surgieron
allí. Y finalmente, en 1877, Dareste obtuvo los
primeros pollos monstruosos de la histbria de
la biología.
A partir de aquello, todo fue posible. Desde
los experimentos con medicamentos (¡recorde-
mos el drama de la talidomida!) hasta los tra-
bajos de laboratorio, un prodigioso campo de
investigaciones se abrió ante nosotros: la ma-
nipulación del hombre mismo y de la vida. Fe-
cundación en probeta, donación de óvulos,
partenogénesis, bancos de esperma, clona-
ción, cultivo de fetos, creación de monstruos o
intervenciones sobre el óvulo humano: todo
445
 Ilombres deMarte
EL MES DE ABRrL or 1964 fue especialmente rico
en apariciones OVNI en Estados Unidos. Qui-
zá el episodio más espectacular de aquella
oleada fuera el encuentro entre un granjero
del valle de Newark, en el estado de Nueva
Elgranjero Gary Wilcox vivió
una extraordinaria
experiencia en el valle de
Newark, Nueva York, Estados
Unidos.
York, y dos humanoides que surgieron de una
extraña nave y se llevaron «muestras» orgáni-
cas terrestres. El granjero no sólo declaró ha-
berlos visto claramente, sino que afirmó haber
conversado con ellos.

«Ya hemos hablado
con otras péfsollos»
Encuentro en la tercera fase:
valle de Newark, Nueva York,
Estados Unidos, 24 de abril de
I 964.
Alrededor de las 10 de la mañana del dia24 de
abril de t964, el granjero Gary Wilcox, del
valle de Newark, en el condado de Tioga, esta-
ba abonando uno de sus campos al este de su
granja. Era un día claro y soleado, y la tierra
estaba seca.
El campo llegaba hasta el borde de una coli-
na, en la cima de la cual había un viejo refrige-
rador abandonado. medio escondido entre los
árboles. De repente Gary vio brillar algo. Al
principio pensó que sería el refrigerador, pero
en seguida comprobó que el objeto brillante
estaba entre él y la nevera. Su curiosidad hizo
que dirigiese el tractor cuesta arriba hacia la
cima de la colina (que estaba a unos 700 m)
donde había visto el objeto por primera vez.
Cuando aún faltaban 90 metros se le ocurrió
que podía estar viendo un depósito de combus-
tible perteneciente al ala de un avión; detuvo
el tractor y se dirigió a pie hacia el objeto.
Entonces se dio cuenta de que el objeto se
mantenía por encima del suelo, presumible-
mente flotando, puesto que no pudo ver nin-
gún aparato que lo sujetara por debajo. Al
acercarse más pudo observar que «era más
grande que un coche... de forma parecida a un
huevo... sin aristas ni remaches...". Afirmó
luego que tenía unos 6 metros de largo, 1,2
metros de alto y 4,5 de ancho. Lo tocó con las
manos y le dio algún puntapié: parecía de fibra
metálica.
Mientras Gary llevaba a cabo su exámen,
dos «hombres» bajos (1,50 m) saltaron de la
parte inferior del objeto, llevando cada uno de
ellos una bandeja cuadrada de unos 30 cm «lle-
na de alfalfa, con raíces, tierra, hojas y arbus-
tos». Se dirigieron hacia Gary, y se detuvieron
a un par de metros de distancia del lugar en
, Llue se hallaba el granjero.
-
Este declaró que al principio pensó .que se
trataba de una broma... algún tipo de propa-
ganda publicitaria". y se echó a reír. Pero la
diversión se transformó en sorpresa cuando
oyó a uno de los seres hablar: «No te alarmes.
Ya hemos hablado con otras personttS».
El sonido de aquella voz eta algo que Gary
fue incapaz de describir; podía entender lo que
decían los seres. pero no puede decir si era o
no inglés lo que hablaban.
Gary' dijo que los pequeños hombres esta-
ban uno detrás de otro. Llevaban ropaje blan-
co, de aspecto metálico, sin costuras, bolsillos

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l

446

o hendiduras, y no se percibía la forma exacta
de sus cuerpos. Tenían brazos y piernas, pero
no pudo verles las manos ni los pies, como
tampoco sus rostros. Cuando los seres levanta-
ron los brazos pudo ver arrugas en el lugar de
los codos. Lavoz que se le dirigió parecía venir
"de los dos, más que de uno de ellos». .-
La conversación continuó: «Somos de lo que
tú conoces como planeta Marte.» Preguntaron
a Gary qué estaba haciendo; cuando él se lo
explicó, mostraron gran interés por el abono, y
al dárseles más detalles al respecto también se
interesaron por los abonos químicos. Gary les
dijo que les daría una bolsa de fertilizantes y
ellos le contaron que estaban «viajando por
este hemisferio».
Cuando Gary les preguntó si podía acompa-
ñarles, le respondieron que podían ir a la Tie-
rra sólo cada dos años, y añadieron que la gen-
te no debería ser enviada al espacio. Parece ser
que Gary insistió en su petición, pero su de-
manda fue denegada a causa de la diferencia
de atmósfera de Marte, que podría haberle
afectado. Los seres dijeron también que los
astronautas Glenn y Virgil («Gus») Grissom.
así como dos cosmonautas rusos, morirían an-
tes de acabar el año debido a su exposición en
el espacio.
Dijeron también que desconocían la natura-
leza de nuestra materia orgánica, debido a la
estructura rocosa de Marte, y que habían deci-
dido no volar a nuestras ciudades porque los
humos y la polución del aire afectaban al vuelo
de su nave.
Gary Wilcox asegura que en ningún momen-
to intentaron hacerle daño, y que no llevaban
armas, al menos visibles. También añadió que
sus voces tuvieron siempre el mismo tono, y
que ellos fueron los que hablaron la mayor
parte del tiempo. Seguidamente, y con la ad-
vertencia de que Gary no comentara el en-
cuentro, los dos misteriosos humanoides se di-
rigieron de nuevo hacia su nave y desaparecie-
ron. La nave emitió un ruido parecido al de un
DOCUME}ITOS OVNI
motor de coche al arrancar, y seguidamente
despegó suavemente dirigiéndose hacia el nor-
te, esta vez sin producir el menor sonido.
El granjero volvió a casa, llamó a su madre y
le explicó lo sucedido. Seguidamente ordeñó
las vacas, hizo algún otro quehacer y a las 4,30
de la tarde volvió a la colina con un saco de
feriilízanfe, que depositó en el lugar del aterri-
zaje. A la mañana siguiente el saco ya no
estaba.
Las noticias del incidente se difundieron y
llegaron a oídos de una vecina, Priscilla Bald-
win, que habló con Gary y comunicó el hecho
al periódico local y al sheriff del condado de
Tioga. La investigación policial se llevó a cabo
el 1 de mayo de 1964.
En 1968 un psiquiatra de reconocida fama,
Berthold Eric Schwarz, visitó la zona e hizo
una investigación al respecto, que comprendía
un estudio psiquiátrico del testigo. El doctor
Schwarz interrogó a parientes. amigos y veci-
nos,.de_lrgr,anjero¡ V ,$e todo ello dgpqjo que
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Gary Wilcox era un hombre muy normal, «sin-
cero y sin enfermedades emocionales, cuya ex-
periencia fue real, lo cual no impide que la
interpretación que se pueda dar a su encuentro
sea un asunto complicado e incierto». En su
informe exclusivo para Flying Saucer Review,
el doctor Schwarz dijo que Gary no tuvo nin-
guna otra experiencia con objetos no identifi-
cados, ni antes ni después del 24 de abril de
1964.
En cuanto a la profecía, no se cumplió exac-
tamente como se había predicho. Pero el27 de
enero de 1967 Yirgll Grisson, junto con Ed
While y Roger Chaffee, murieron en el incen-
dio de una nave espacial que estaba siendo
probada en Cabo Kennedy. Y el 13 de abril de
1967, casi tres años más tarde del día en que
Gary Wilcox tuvo su encuentro, el soviético
Vladímir Komárov murió cuando el paracaí-
das de su cápsula no se abrió al entrar ésta de
nuevo en la atmósfera.
447
KeeK**Wry§m
WMM
Pocas expresiones deléxtasis religioso son tan
espectaculares y desconcertantes como el uhablar en
lenguasr, fenómeno ciertamente muy extraño, pero
también nq ue parezca increíble- bastante
corriente.-au
EL ESCENARIo rsrÁ Llsro para que se produzca
el fenómeno: las plegarias del pastor pentecos-
talista se vuelven más fervientes y las respues-
tas de la congregación también se vuelven más
entusiastas. Los gritos de «¡Gloria a Dios!»,
«¡Jesús, bendito Jesús!» y resue-
"¡Aleluya!»
nan en la iglesia. Una mujer se pone de pie. Su
voz ctece hasta ahogar a todas las demás, que
se transforman en un coro de murmullos. Co-
mienza a proferir un torrente de sonidos com-
pletamente ininteligibles... que, sin embargo,
resulta fácil interpretar como un ferviente y apa-
sionado himno de alabanza al Señor. Después,
pastor y congregación se unen en sus plegarias
para exaltar al Espíritu Santo, que ha concedi-
do a su hermana el don de "hablar en
lenguasr.
Este fenómeno puede ser presenciado por
cualquiera que visite una iglesia pentecostalis-
ta, aunque puede que tenga que ir más de una
vez, ya que no sucede automáticamente en ca-
da ceremonia.
«Hablar en lenguas, significa, en la actuali-
dad, hablar en lenguas no identificadas (a este
fenómeno se ha dado el nombre de glosolalia).
448
Arriba: la emoción relig¡osa se
apodera de una integrante de la
congregación durante el culto en
una iglesia "Holy Roller,, en los
años 50. Los otros fieles no se
sienten incómodos; en su iglesia
esas exhibiciones son habituales
(foto Synd¡cation lnternational).
Antes del invento de la grabadora, se conside- A la izquierda: pentecostalistas
raba con frecuencia que las «lenguas» eran negros llegan al ápice del fervor
reales, aunque irreconocibles; lenguajes hu- religioso. Cuando el éxtasis
manos antiguos o modernos (como quechua o alcanza su punto más alto puede
esquimal) o, quizás, las «lenguas de los ánge- suceder que se "hable en
les», mencionadas por san Pablo en la Epístola lenguas", cosa que se considera
a los Corintios (13:1). una prueba de la presencia del
Pero, desde el advenimiento de los magne- Espíritu Santo (foto Syndication
tofones y las computadoras, no se ha registra- lnternational).
do ni un caso de xenolalia (dominio paranor-
mal de lenguas reales);los sonidos que brotan
con tanto fervor de las ceremonias pentecosta-
listas no son exactamente lenguas, sino tipos
de lenguaje.
Un experto en lingüística puede diferenciar
la glosolalia de la xenolalia, analizando la es-
tructura de las «lenguas» habladas. No necesi-
ta conocer personalmente todos los idiomas,
ya que se apoya en una simple regla: los idio-
mas tienen leyes; los tipos de lenguaje, no.
Todas las .lenguas, que han sido grabadas ca-
recen de vocabulario o sintaxis, de modo que
hay que concluir que las «lenguas, pentecosta-
listas no son idiomas humanos ni que
suponerlo- angelicales. -hay

Aunque el hablar en <<lenguas>, se ha defini-
do como «un blablablá refinado», igualmente
constituye una auténtica forma de reverenciar
a Dios. Al parecer, este extraño fenómeno
permite a personas que, habitualmente, son
incapaces de hablar ante un público, expresar
sus emociones religiosas de forma tal que se
convencen a sí mismos y a quienes rezan con
ellos de que el Espíritu Santo los acompaña.
Eso entusiasma a la congregación y da a quien
habla una sensación de euforia psicológica. Pe-
ro esta forma de comunicación, por su propia
naturaleza, es más emocional que educacional,
una forma de compartir un estado de ánimo
más que de proporcionar información.
Sin embargo, en casi todas esas congregacio-
nes hay por 1o menos un «intérprete de len-
guas» que habla después del glosolalista y que
cree estar traduciendo las «lenguas» al idioma
vernáculo. Aunque también la interpretación
puede reforzar el estado de ánimo extático de
la congregación, es imposible que se trate de
una traducción o versión de una lengua que no
existe.
Muchos pentecostalistas rehusarían aceptar
que nunca se ha producido xenolalia en sus
iglesias, señalando que sólo una pequeña pro-
porción de las ha sido registrada o
"lenguas»
analizada. También cuentan anécdotas de nu-
merosas ocasiones en que algún forastero no
creyente que visitaba casualmente la iglesia re-
sultó convertido, al oír una predicación en su
propio idioma.
El investigador objetivo debe mantener una
Abajo: un mosaico del siglo xr
a una iglesia
-pertenec¡ente
ortodoxa griega- que representa
el día de Pentecostés. Se dice
que los discípulos de Jesús
gritaron alabanzas a Dios en
lenguajes que desconocían (foto
Sonia Halliday)
Glosolalia
actitud abierta hasta que logre grabar en una
cinta un lenguaje traducible, un discurso o dis-
cursos pronunciados durante una ceremonia
en la que estuviera presente un extranjero que
hablara ese idioma y que considerara relevante:
el mensaje. También debe investigar al orador
para asegurarse de que normalmente no domi-
na esa lengua, no ha tenido ocasión de familia-l
rizarse con ella y no sabía anticipadamente que
el forastero visitaría la iglesia. Pero, por aho-
ra, no se ha hecho investigación alguna con
estas premisas.
Según el Nuevo Testamento, la primera vez
que los cristianos hablaron en lenguas fue
cuando los discípulos de Jesucristo se reunie-
ron en Jerusalén, para la fiesta judía de Pente-
costés. Eso sucedió siete semanas después de
la crucifixión de Cristo. San Lucas evangelista
relata la historia en Hechos 2.
Los discípulos estaban orando en el Templo
en Jerusalén, mezclados con judíos de todo el
mundo conocido cuando, súbitamente, experi-
mentaron un éxtasis, causado por la convic-
ción de que Cristo se había levantado de entre
los muertos. Se dice que el Espíritu Santo des-
cendió sobre ellos en forma de lenguas de fue-
go, otorgándoles el «don de lenguas», de mo-
do que alabaron a Dios envoz alta en todas las
lenguas de los presentes, provocando el asom-
bro en la multitud.
Objetivamente, no es difícil explicar la fuen-
te de su xenolalia. Las leyes religiosas judías
hacían que la asistencia a ciertas fiestas fuera
obligatoria para todos los varones judíos adul-
tos y permitía que muchos pasajes de la cere-
monia se dijeran en los diferentes lenguajes de
los visitantes. De modo que los discípulos ha-
bía oído alabar a Dios en muchos idiomas que
no entendían, pero que habían conservado,
probablemente, en lo más profundo de sus
subconscientes. Además, Cristo había prome-
tido enviarles a su «Confortador» esto
-fuera
449
Glosolalia
l-i-'t'É -
€-i'
"
til. f- i::.
E+&::'
lo que fuese- específicamente durante la fies-
ta de Pentecostés. Esa expectativa, junto con
su propia convicción de que Cristo había resu-
citado, pudo hallarse en el origen de las prime-
ras «lenguas» cristianas. (El relato no dice que
los discípulos entendieran lo que estaban di-
ciendo, ni menciona la existencia de un conte-
nido cristiano en sus frases; simplemente afir-
ma que sucedió y que asombró a todos los pre-
sentes.)
La experiencia de los discípulos en Pente-
costés sería considerada única en los anales de
la cristiandad si no fuera porque san Pablo, en
las Epístolas a los Corintios, afirma que las
«lenguas» formaban parte de las ceremonias
normales de la Iglesia en Corinto, y que él
mismo era un glosolalista. Se podría discutir si
la forma de culto practicada en Corinto era
típica de la Iglesia primitiva, pero pesar de
las advertencias de san Pablo sobre -alos abusos
de los del Espíritu" y, especialmente,
"dones
sobre el mal uso de las "lenguas», y su énfasis
en .el camino más excelente» del amor cristia-
no- esas referencias a la glosolalia en Corinto
han sido interpretadas en algunas sectas como
un mandato sagrado que aconsejaba practicar
el .don de lenguas" como prueba del «bautis-
mo por el Espíritu Santo».
Desde aquellos tiempos primitivos, el uso de
«lenguas» no siempre ha sido bien considerado
por los cristianos. Los católicos 1o prohibieron
alrededor del final del siglo I, y más tarde con-
sideraron las .lenguas» como un signo de po-
sesión diabólica, salvo en el caso de algunos
santos. El protestantismo mayoritario también
las rechazó. Sin embargo, sobrevivieron a lo
largo de los siglos en movimientos marginales
y en sectas heréticas, hasta que, en pleno siglo
xx, se transformaron en el punto focal del pen-
tecostalismo.
Este movimiento tuvo orígenes modestos;
sus integrantes provenían de minorías étnicas y
de estratos sociales pobres y, al principio, se
450
A la izquierda: un vitral del siglo
xvt que representa la conversión
de san Pablo en el camino de
Damasco. San Pablo advirtió que
no se debía atribuir un significado
demasiado grande a las "lenguas
de los hombres y de los ángeles"
(foto Sonia Halliday).
Arriba: un cristiano recién
convertido emerge del bautismo
por inmersión total, gritando de
alegría. Con frecuencia, el
momento culminante de estos
bautismos tiene como
consecuencia que uno o más
participantes "hablen en
Ienguas" (foto Popperfoto).
vio contaminado por comportamientos histéri-
cos y fanatismo, según admiten sus propios
historiadores. Pero creció con rapidez y se ex-
tendió por todo el mundo; en la actualidad es
el grupo protestante más fuerte en América
del Sur (zona de mayoría católica), y es muy
numeroso en países como Italia y Portugal, al
igual que en la Suecia protestante. Pero la con-
ducta y las creencias pentecostalistas son, en la
actualidad, más moderadas, y en algunas de sus
iglesias ya no se pone tanto énfasis en las «len-
guas)> como al principio. Puede decirse que,
actualmente las «lenguas, se usan más en pri-
vado que en público.
Posiblemente otra consecuencia importante
de la práctica de la glosolalia sea el surgimien-
to del Movimiento Carismático que, en la ac-
tualidad, ha afectado a casi todos los grupos
i:':ir;{{i1]
:&::19§rr'l
: al
cristianos. Existen grupos pequeños en iglesias
anglicanas. baptistas, metodistas, presbiteria-
nas v hasta católicas, que se reúnen para ado-
rar a Dios en privado, practicando el «don de
1enguas".
A diferencia de los humildes integrantes de
1a rglesia pentecostalista, los integrantes del
Movimiento Carismático suelen pertenecer a
las clases medias profesionalesl y usan las «len-
guas» en privado, en plegarias tranquilas y se-
renas. Estas personas no consideran que las
.lenguas» sean verdaderos idiomas extranje-
ros, sino que las consideran un signo del efecto
revitalizador del Espíritu Santo en la Iglesia,
que a menudo permite a sus integrantes expre-
sar lo inexpresable.
El uso de "lenguajes" extraños no es exclusi-
vo de los pentecostalistas o el Movimiento Ca-
rismático. Desde el origen del espiritismo mo-
derno, hace unos 130 años, muchos psíquicos y
dotados han afirmado en innumerables opor-
tunidades la existencia de xenolalia oral y
escrita.
En África, los espíritus «Zar» provocan efectos
muy parecidos a la glosolalia pentecostalista.
Véase página 489.
 !
s
3
.t
Arriba: "destinado por naturaleza
a ser el rey de los imPostores",
como dijo Casanova, el conde de
Saint-Germain af irmaba conocer
rooos los secretos de la alquimia.
nc uyendo Ia naturaleza del elixir
de la vida. lnstaló numerosos
aboratorios en diferentes países
ae Europa; debían de parecerse
mucho al laboratorio de este
a quimista, pintado por Pietro
Longhi (foto Scale).
EL MisrERIo que rodea ai conde de Saint-Ger-
main se vuelve aún más profundo a causa de la
incertidumbre que! incluso hasta hoy, ha ro-
deado sus orígenes. Una versión afirma que
nació en 1710 en San Germano, y que era hijo
de un recaudador de impuestos. Eliphas Levi,
famoso ocultista del siglo xrx, afirmaba que
Saint-Germain había nacido en Lentmeritz
(Bohemia) a fines del siglo xvr, y que era hijo
bastardo de un noble rosacruciano. La fecha es
verosímil, y estos antecedentes explicarían la
fuerte inclinación del conde por el misticismo,
así como sus formidables talentos... aunque no
fueran propiamente «poderes» en el sentido
paranormal de la palabra.
Poseía, por ejemplo, un auténtico don para
los idiomas: se sabe que hablaba con fluidez
francés, alemán, inglés, holandés y ruso, y él
afirmaba dominar también el chino, el hindú y
el persa, aunque no puede haber habido mu-
cha gente a su alrededor con suficiente conoci-
miento de estos idiomas como para poner a
prueba esta afirmación.
Horace Walpole escribió que el conde era
un músico «maravilioso». También era un pin-
tor «maravillg5g», aunque no nos ha llegado
ningún cuadro suyo. El rasgo característico de
,i ril
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sus óleos parece haber consistido en que podía
reproducir joyas que «relucían... como en la
realidad".
Existen muchas pruebas de que Saint-Ger-
main era un joyero experto, aunque no de que
hubiera estudiado aquel arte con el sha de Per-
sia. Se dice que Luis XV quedó encantado
cuando le reparó un diamante agrietado, y
bien podía ser que pintase sus famosos cua-
dros de joyas con madreperla o alguna otra
sustancia por el estilo.
También conocía bien todas las ramas de la
química; los muchos laboratorios que instaló
con dinero prestado en toda Europa estaban,
aparentemente, dedicados a la producción de
pigmentos y tintes mejores y más brillantes,
pero también al estudio del ennoblecimiento
de los metales, es decir: a la alquimia.
Saint-Germain poseía también reputación
de curandero: además de curar al mariscal de
Belle-Isle, revivió a una joven amiga de Mada-
me de Pompadour, cuando un envenenamien-
to causado por setas casi la había matado.
El conde tenía fama de no comer nunca
acompañado; se sentaba y bebía agua mineral
mientras a su alrededor todos se atracaban.
según la moda de la época. Esto sólo puede
451
Conde Saint-Germain

Abalo:Saint-Germainafirmaba haber acrecentado su aire misterioso. Giaco- durante su larga vida; después de todo, vivió al
haberestudiadoel artedela mo Casanova, por cierto, quedó impre- menos hasta después de los setenta.
orfebrería en la corte del sha de sionado: No todos los contemporáneos de Saint-Ger-
Persia, donde se dice que vivió En vez,de comer, habló desde el principio main quedaban impresionados por sus talen-
ihasta
el final de la comida y yo seguí su tos. Casanova, que le conoció en La Haya
desde1737hasta1742.Las
fantásticasafirmacionesdel ejemplo, sólo en un sentido, ya que no cuando ambos estaban allí cumpliendo misio-
condeylospers¡Stentesrumores comí sino que le escuché con la mayor nes diplomáticas, lo consideraba un charlatán,
de que seguía vivo bien enkado el atención. Puede decirse sin temor a equi- pero pese a eso lo encontró encantador.
siglo xrx hicieron que Napoleón lll vocarse, que como conversador no tenía Este hombre extraordinario, destinado
interesara igual.
(abalo a la derecha) se por naturaleza a ser el rey de los imposto-
porel casoynombrarauna De hecho, como señaló colin wilson en su res y los curanderos, etacapaz de decir de
comisión especiat para investigar obra The occult (Lo oculto) , 1o más probable forma simple y confiada que tenía tres-
el asunto. Pero las conclusiones eS que el conde fuera simplemente vegeta- cientos años, que conocía el secreto de la
de la comisión fueron totalmente
riano. Medicina Universal, que dominaba la Na-
que
destruidas en el incendio El verdadero mi's1s¡it que sigue rodeando la fttraleza, que podía disolver diamantes,
de leyenda de Saint-Germain es la forma en que
sufrió en 1871 el Hótel delV¡lle afirmándose capaz de formar, a partir de
dos
parÍs (abajo, sobre las obtuvo sus conocimientos especializados. Y, 10 o 72 diamantes pequeños, uno de la
páginas),acontec¡m¡entoque, de nuevo, la respuesta es simple: la experien- mayor transparencia...
segúnlospartidar¡osdel conde, cia. Los seguidores del conde en el siglo xtx Todo esto, decía, era una bagatela para
no fue en absoluto accidental insistían en que ya los poseía la primera vez é1. A pesar de sus jactancias, sus descara-
(fotosWiiliam MacQuitty, Mary que apareció en la corte francesa, hacia 1740, das mentiras y sus numerosas excentrici-
Evans P.L.). pero es más probable que los haya adquirido dades, no puedo decir que lo encontrara
ofensivo. Pese a que yo sabía quién era, y
pese a mis propios sentimientos, pensé
que era un hombre asombroso...
Y en 7717 , el conde Alvensleben, embajador
de Prusia en la corte de Dresde, y hombre que
conocía bien a Saint-Germain, escribió:
Es un hombre muy dotado, con una men-
mu¡'' despierta pero totalmente carente
--te
de juicio. y se ha ganado su singular repu-
tación por medio de las adulaciones más
viles de que es capaz un hombre y por
medio de su notable elocuencia, especial-
mente si uno se deja arrebatar por el entu-
siasmo con que se expresa. Una vanidad
poco común es el resorte que domina to-
dos sus mecanismos.
Muchas de las historias acerca de Saint-Ger-
main que dieron lugar a estas actitudes escépti-
cas no provienen del conde sino, como revela-
ron las investigaciones de Gustav Berthold
Volz en los años 20, de la boca de un impostor
llamado Gauve. Gauve estaba al servicio del
peor enemigo de Saint-Germain, el duque de
Choiseul, quien, a causa de los celos que le

452

A la izquierda: Luis XVI se
despide de su familia, mientras el
carcelero espera para llevarlo a la
guillotina. En sus diarios, la reina
María Antonieta lamentaba no
haber prestado atención a las
advertencias que, al parecer, le
había hecho Saint-Germain (foto
FOT Library).
Abajo a la izquierda: la famosa
cantante francesa Emma Calvé
dedicó esta fotograf ía, en 1897, a
Saint-Germain, «el gran
quiromántico que me ha revelado
tantas verdades" (foto FOT
Library).
Aniba: Richard Chanfray, joven
parisino que afirma ser el conde
de Saint-Germain. En 1972, ante
las cámaras de televisión,
Chanfray intentó realizar el viejo
sueño alquimista de transformar
el plomo en oro... y al parecer lo
consiguió. Esta foto fue tomada
en 1976 (foto Presd Association),
Conde Saint-Germain
inspiraba el conde, no se detenía aqte nada
con tal de desacreditarlo. Su estratagema con-
sistía en que Gauve, que se parecía muchísimo
al conde, solía presentarse en sociedad exage-
rando las debilidades conocidas del conde.
No todo el mundo cree que el conde haya
muerto. Aunque en los archivos de la parro-
quia de Eckenfórde está registrada su muerte,
la leyenda de que seguía vivo nació casi inme-
diatamente. El último protector del conde, el
príncipe Charles de Hesse-Cassel, incrementó
el misterio que rodeaba a su muerte quemando
todos sus papeles, «para que no fueran mal
interpretados>>, mientras uno de sus seguidores
de Hesse transmitió la noticia de que no había
muerto, sino que había aparecido en París y
predicho el estallido de la revolución francesa
a María Antonieta... quien, en sus diarios, la-
mentó no haber tomado en cuenta lo que le
había dicho Saint-Germain. Hizo otra apari-
ción, observada por mucha gente, en 1785, en
Wilhelmsbad, un año después de su supuesta
muerte, acompañado se dijo-- por el
-según
mago Cagliostro, el hipnotizador Anton Mes-
mei y el «filósofo desconocido» Louis Claude
de Saint-Martin.
En 1789 se presentó en Suecia para advertir
al rey Gustavo III de un peligro, y visitó a su
amiga mademoiselle d'Adhemar ano-
-quien tener
tó en su diario que seguía aparentando
46 años- y le dijo que la vería cinco veces
más. Ella afirmaba que eso había sucedido,
por cierto, «siempre para mi gran sorpresa».
La última ocasión fue la noche anterior al ase-
sinato del duque de BerrY, en 1820.
La leyenda s¡gue v¡va
El emperador Napoleón III (1808-73) estaba
tan intrigado por la historia que nombró a una
comisión especial para investigar la vida y los
actos del enigmático conde. Los hallazgos de
la comisión quedaron destruidos en el terrible
incendio que arrasó el Hótel de Ville de París
en 1871, hecho que los seguidores del conde
no atribuyen a la coincidencia.
Pocos años después, la Sociedad Teosófica
de madame Blavatsky anunció que Saint-Ger-
main era uno de sus <<maestros ocultos,
-se-
res inmortales cuya reserva de conocimientos
secretos estaba a disposición de los adeptos
con el objeto de enriqueccr el mundo- junto
a figuras óomo Cristo, Bu-cla. Apolonio de Tia-
na, Christian Rosencreutz y Francis Bacon' Se
dice que un grupo de teósofos se trasladó a
París después de la derrota nazi, convencidos
de que encontrarían al conde; pero por lo visto
éste no apareció.
Sin embargo, la leyenda de esta enigmática
figura sigue viva. En fecha tan reciente como
enero de 1972, un parisino llamado Richard
Chanfray apareció en la televisión francesa,
afirmando que era el conde de Saint-Germain.
Frente a las cámaras de televisión, y emplean-
do un hornillo de camping, intentó transfor-
mar, al parecer con éxito, plomo en oro. ¿Vol-
yerá a aparecer el conde? El tiempo no hace
más que incrementar el misterio que rodea a
este enigmático personaje.
453
&3wx &m&m&mffiw Kseesy
La aventura de don Quiiote en la cueva de Montesinos
nos revela , acercade la iniciación del propio Cervantes,
mucho más de lo que parece a primera vista. ¿Qué
poderes Ie otorgó el participar en Ios misterios
cabalísticos?
EN UNA ENTREVISTA concedida al diario barcelo-
nés La Vanguardia, Dominique Aubier, auto-
ra de Don Quijote, profeta y cabalista, declaró
abiertamente, ante la estupefacción del perio-
dista, que el autor del Quijote fue.un gran
iniciado». Pero, ¿qué es un iniciado? ¿En qué
consiste la iniciación? ¿En qué episodio del
Quijote aparece la iniciación de Cervantes?
Según el esoterista francés Luc Bénoist, la
iniciación consiste esencialmente en «la trans-
misión de una influencia espiritual", y tiene
por objeto "introducir al aspirante en el cami-
no de la realización personal». Para este autor,
todo rito de iniciación conlleva gestos simbóli-
454
ffispwcf,d
cos que son testimonio de una filiación ori-
ginal.
Todo lo relacionado con la iniciación ha sido
expresado siempre con un lenguaje muy parti-
cular: el lenguaje de los símbolos. Entre los
símbolos más importantes se encuentra el del
corazón, íntimamente relacionado con la ini-
ciación, que algunos autores definen como
«una apertura del corazón».
Sabemos por la arqueología que en la anti-
gua Mesopotamla la cueva o la gruta era el lu-
gar de iniciación por excelencia. Los cultos ini-
ciáticos y mistéricos más antiguos se celebra-
ban en cavernas; los antros de Dionisos, Ado-
nis o Mitra dan fe de ello. Más adelante, el
templo vino a ocupar el lugar de la caverna,
pero el simbolismo de ambos es el mi§mo.
Tanto el templo como la caverna están relacio-
nados simQólicamente con el corazón. Un co-
nocido libro esotéríco llamado El Mensaje de
nuevo encontrado afirma que «el verdadero
Templo es el Corazón del hombre».
Uno de los episodios más famosos de la se-
gunda parte del Quijote, que gira en torno al
misterio de la iniciación, tiene lugar, lógica-
ñente. en el interior de una cueva. Se trata de
.la qrande aventura de la Cueva de Montesi-
nos. que está en el corazón de la Mancha». El
lector advertirá la perspicacia y el disimulo de
Cervantes, pues el capítulo en cuestión es de
los más comprometedores para cualquier sos-
pechoso de judaizante. Para empezar, lo publi-
có en la segunda parte, o sea once años des-
pués de la aparición de la primera, cuando se
había asegurado de que los censores e inquisi-
dores no sospechaban nada del esotérico men-
saje que la obra contenía.
En su libro, Dominique Aubier escribe: "Sin
atención, no se puede leer. En la lectura, la
atención consiste en penetrar el sentido de las
palabras hasta la capa profunda de la etimolo-
gía y el misterio del hablar».
Si releemos atentamente el título del capítu-
lo que habla del descenso de don Quijote a la
cueva de Montesinos, advertiremos dos deta-
lles bastante curiosos. No se trata de una aven-
tura corriente, sino de .,la grande aventura»; v
la cueva no es una cueva cualquiera, ya que
«está en el corazónr.
Miguel de Cervantes (retrato de Al final del episodio titulado «De las Bodas
Juan de Jáuregui) fue un gran de Camacho", don Quijote y Sancho permane-
iniciado en los misterios cen unos tres días con los novios y «pidió don
cabalísticos. Al parecer, su Quijote al diestro licenciado que le diese un
proverbial ingenioysuextensa guía que le encaminase a la cueva de Montesi-
cultura literaria no fueron las nos». El licenciado le dijo «que le daría a un
únicas dotes que caracterizaron primo suyo, famoso estudiante, y muy aficio-
su obra maestra (foto Salmer). nado a los libros de Caballerías».
En las iniciaciones antiguas, el iniciado ne-
cesitaba un guía; en su gran aventura don
Quijote necesita un guía. Esto no tiene nad¡
de anormal, puesto que la «grande aventura"
es la iniciación, que se realiza «en el corazLln
de la Mancha>). o sea en e1 corazón.

Pero la iniciación de la que nos habla Cer-
smtes es una iniciación muy especial: se trata
de la iniciación cabalística. Por esta razón, don
Quijote es acompañado hasta la cueva de
I(ontesinos por un primo del licenciado que
Er¿ .mu.v aficionado a los libros de Caballe-
rías.. o sea a las obras de la Cábala.
Don Quijote, con su particular visión del
rnundo. andando contra corriente, pensando
de manera diferente a los demás, es el arqueti-
po del cabalista. Esta asociación, que podría
parecer algo extravagante, no es una invención
úi de Dominique Aubier ni de ningún otro au-
tor actual. Ya a principios de siglo un erudito
judío llamado Ariel Bensión escribió una tesis
en la que comparaba don Quijote a Rabbí Si-
meón Ben Yojai, el cabalista más importante
de todos los tiempos.
Hemos visto que el cabalista es un ser. des-
contento con su destino actual, que busca un
nuevo destino, un nuevo mundo a través de la
oración y el estudio. Una de las técnicas más
utilizadas en la Cábala se basa en la observa-
ción de las palabras en el idioma hebreo. En
esta lengua el término cueva (Jar) se asocia a
montaña (Har); para el cabalista, esto viene a
decir que existe una relación de tipo secreto
entre la cueva y la montaña. El estudio del eso-
terismo y de las religiones antiguas nos lo con-
firma. En efecto, en muchos textos sagrados
esotéricos se alegoriza la iniciación como la as-
censión a una montaña, seguida del descenso a
una cueva que se encuentra en ella. Según el
famoso arqueólogo griego S. Mayassis, existía
en Nipur una montaña llamada Ekur (de «E»,
casa y «Kur», montaña) donde había una cue-
va que recibía el nombre de «cámara del desti-
no>), en la que se realizaban las iniciaciones.
Siempre ha existido una relación entre la
montaña y la cueva, por la sencilla razón de
que las cuevas se encuentran en montañas, pe-
Quijote cabalista
ro creemos importante hacer resaltar que la
cueva de Montesinos se encuentra en el térmi-
no municipal de Montiel, o sea Monte de É1.
Esto no tendría ninguna importancia si no su-
piéramos que los hebreos llaman «El» a Dios;
esta palabra quiere decir «Fuerza». Con este
detalle, en que la geografía ha sido sumamente
útil a Cervantes, vemos de nuevo que el des-
censo de don Quijote a la cueva de Montesinos
tiene que ser interpretado forzosamente de un
modo cabalístico. El mismo nombre de "Mon-
tesinos» no podría ser más revelador. Evoca
claramente la idea de «Monte del Sino", o sea
«Monte del Destino», pues en él se encuentra
la «cámara del destino» de la que ya hemos
hablado.
El texto nos explica, además, que don
Quijote se proveyó de sogas «para atarse y
descolgarse» en la profundidad de la cueva,
A la izquierda: el probable origen
judaizante de Cervantes le obligÓ
a disimular cuidadosamente en
sus obras todo cuanto pudiera
delatarle, no sólo como cabalista,
sino también como converso. Los
escr¡tos de los judaizantes eran,
en aquella época, objeto de
persecución y quema (foto
Salmer).
Abajo: entrada de la cueva de
Montesinos, en Ruidera (La
Mancha). Cervantes solía
escoger como escenarios de sus
obras lugares que existían en la
realidad. El episodio del Qui¡ote
que transcurre en esta cueva
constituye una parábola de la
iniciación de este autor (foto
F¡rofoto).
455
Quijote cabalista
cuya boca es espaciosa y ancha, pero llena
de cambroneras y cabrahigos, de zarzas y
malezas tan espesas e intrincadas que del
todo en todo la ciegan y encubren.
Cervantes hace de nuevo alusión aquí a un pa-
saje del Zohar,la obra cumbre de la literatura
cabalística. Las sogas y las cuerdas son un sím-
bolo de la fe. No olvidemos aquel dicho evan-
gélico, que cobra nueva significación si se in-
terpreta a la luz de la Cábala: «la fe mueve
montañas»...
El texto del Zohar al que, discretamente,
alude Cervantes dice lo siguiente:
El caso de Abraham puede compararse a
un hombre que, deseoso de descender a
una profunda sima y temeroso de no po-
der salir luego a la superficie, se ata a una
cuerda...
Lo mismo ocurría con Abraham
de su descenso a Egipto (símbolo de la os-
curidad de la cueva): se ató estrechamen-
'cfr
ecleiu;rqrs w r4qelrr/ftw d§/¡
:':1.1it1r'¿ w 12. aqs tr vr i+. ffi lÉ
ffi e :r¿Ca :¡,# rq «Qw *q w :da* a&,,
* ¡r5 :a¿ itrr: :rr - -i 4e1rF ú % ffi
w wffi'ffi 1x/ffials ffi¿a$$&
I ffi §@ sa;n.* É+ r qrs r,at*a i¡rti
s§rre *&r # ? w t|,..q,, W tqs ffi
fr-'q-a ffiÉ'F,wn (1,
:rrEf rl
u¡f &€{tHIqE,!q ffiEiE{4ld-,
te a la fe, que le sirvió de cuerda, y, gra'
cias a esta cuerda. se alrevió a descender
entre los hombres, pues estaba seguro de
poder volver a subir, gracias a esta misma
cuerda.
Otro pasaje famoso del Zohar describe el des-
censo de Abraham a otra cueva, de la Mac-
pelah. Sin duda Cervantes conocía también es-
te fragmento, ya que el capítulo de la cueva de
Montesinos presenta un gran parecido con é1.
Si bien la bajada de Abraham hasta el centro
(el corazón) de la caverna es mucho menos di-
ficultosa que la de don Quijote, dos detalles
delatan al lector sagaz que se trata de una ex-
periencia análoga. Por una parte, este párrafo
del Zohar nos habla del corazón diciéndonos,
alegóricamente, que Ábraham .había puesto
su corazón en aquella cueva». Esta expresión
es típicamente hebrea y aparece de nuevo en
los Evangelios: «Allí donde está tu tesoro, allí
está tu corazón» (Mateo VI-21). ¿No era Dul-
456
cinea del Toboso-el tesoro de don Quijote?
¿No le había entregado su corazón ¿No es la
caverna, según el psicoanálisis freudiano, un
símbolo de lo femenino, del eterno femenino?
Uno de los personajes que don Quijote vio en
la cueva de Montesinos fue precisamente Dul-
cinea. No la volvió a ver nunca más.
El segundo detalle curioso es que Abraham
se encuentra con Adán y Eva en lo más pro-
fundo de la caverna. El lector versado en la
cábala y en la alquimia sabe que la palabra
Adam, Adán, deriva el término Adamah, que
significa tierra (tierra virgen). Este es uno de
los nombres con que sg designa la materia se-
creta de los alquimistas, un elemento cuya na-
ttraleza guardaban er\el más riguroso secretb
y que utilizaban, según dicen sus libros, para la
obtención de la famosa Piedra Filosofal y del
antes no menos famoso Elixir de Larga Vida. En
algunos tratados de alquimia se dice que esta
misteriosa materia es «un don de Dios» o «un
Junto a estas líneas: retrato de
don Rodrigo de Pacheco, a quien
se ha considerado inspirador de
la figura de don Quijote. Sin
embargo, también el propio
Cervantes tuvo mucho en común
con su personaje (foto Firofoto).
A la izquierda: el Libro del Paraíso
(Sepher ha Pardes Rimonim)fue
una de las obras más apreciadas
por los cabalistas. Según
Dominique Aubier, el personaje
de don Quijote representa al
cabalista que, tras haberse
imbuido en la lectura de esos
libros, pasa a poner en práctica
sus convicciones en la vida
cotidiana (foto Delta).
don del Arte» y se la relaciona con Adán. En
otros se dice que es <<una tierra virgen». Final-
mente, en algunos rituales de los Rosacruces
se la designa con su nombre hebreo: Aphar
min Adamah, polvo de la tierra.
Sin duda Cervantes nos dejó en este capítulo
más secretos de los que estamos capacitadoq
para entender, pero también nos sugirió cuál
era la clave de esos misterios: la enigmática pe-
ro siempre apasionante cábala. La propia pala-
bra «cábala» significaba "recepción de un
don», y para los cabalistas la iniciación consis-
tía justamente en esta recepción. El capítulo
de la cueva de Montesinos constituye pues una
riquísima parábola de una iniciación de
don Quijote? ¿la de Cervantes?-. Pero-¿la
no só-
lo en este episodio aparecen detalles relativos
a los misterios de la Cábala: en toda la obra se
pueden encontrar indicios eso sí-
-discretos,
que permiten al lector avisado penetrar en el
sorprendente secreto del Quijote.
 *
iLTOS
G. DENERVAL
}i:.:j de Nerval perteneció to-
a esa raza de Poetas
- =: r-idantraspasado
:-= :an las puertas
:¿ :rarfil y de hueso que nos se-
:,a:an del mundo visible,. ¿Có-
:r: pueden deshacerse de la
:¿a.idad súbita del sueño los
:tre como él se dejan llevar ha-
-.a un existir imaginario tras los
;asos de una hermosa descono-
-ria?
Esta mujer, estrechamente
a¡adaal ensueño de quien la
:ontempla, no es como las de-
nás, es ,/a mujer, la que se lleva
ientro y que resplandece con
un amor que no se marchita
nunca. Quienquiera que sea
(Silvia, Octavia, Angélica o Jen-
ny), sólo una habita en sus sue-
ños, a Ia que un buen día cono-
ció dónde?- Y que
-¿pero,
permanece como mujer mÍtica,
última. A través de ella, efectúa
su descenso a los infiernos, a la
hora en que la noche se puebla
de imágenes de nuestras vidas
anteriores.
Esta aventura le
sucedió a
Gérard de Nerval cuando con-
taba trece años de edad. Pasea-
ba por el bos-que de Ermenon-
ville, cuando dápronto sorpren-
dió la silueta de Adrienne, se-
mejante "a la Beafrz de Dante
Arriba:fotografÍa de Gérard de
Nerval.
Abajo a la izquierda: retrato de
Nerval (grabado en madera), por
Constant Le Breton.
Abajo a la derecha: ilustraóión del
mismo artista para Aurélia.
que sonrió al poeta muerto en el
umbral de las santas estancias,.
Nerval nació en París en
mayo de 1808. Su padre era ci-
rujano militar; su madre, hija de
un comerciante de ropa del ba-
rrio de Saint-Eustache. Cuando
su madre murió, en 1810, el pe-
queño fue confiado a la tutela
de un tío suyo que vivía en
Modefontaine. En casa de su tÍo
tuvo la oportunidad de leer nu-
merosas obras cabalÍsticas y de
magia, que despertaron en él la
En busca de la
mujer soñada
afición por las investigaciones
esotéricas.
En la escuela de segunda en-
señanza a la que asistió, el Ly-
cée Charlemagne, tuvo como
condiscípulo a Téophile Gau-
tier. Cuando estaba a punto de
cumplir la mayoría de edad, la
herencia de su abuelo le asegu-
ró una existencia acomodada
de por vida. Empezó a compor-
tarse como un dandy. sin que
eso le impidiera proseguir sus
ensueños mÍsticos.
Se especializó en literatura
alemana, y se dio a conocer co-
mo traductor del Fausto de
Goethe. Su primer viaje al otro
lado del Rin acentuó en él esa
pasión, hasta hacerle exclamar:
«¡La vieja Alemania, madre de
todos nosotros, Teutonia!,
Todos los románticos alema-
nes despertaron su simpatía,
pero sus preferencias recaÍan en
Hoffman. Sin embargo, la at-
mósfera de la primera obra fan-
tástica del joven Nerval, La
main de gloire (La mano de glo-
n'a), estaba más emparentada
con el género novelÍstico de un
Walter Scott.
Los años treinta transcurrie-
ron para él en un ambiente de
relativa despreocupación. Era la
época de la bohemia romántica,
de las cenas distinguidas y de las
fiestas galantes. En 1839, no
obstante, publicó Le portrait du
diable (El retrato del diablo),
historia un tanto deslavazada de
un joven pintor enloquecido por
una pasión amorosa. Al querer
huir de la muchacha que le ha
vuelto la espalda, busca el olvi-
do en los placeres que ofrece la
ciudad de Venecia. Pero un día,

obedeciendo a un impulso fu-
nesto,, desentierra un cuadro
maldito que la Iglesia habÍa he-
cho ocultar en una tumba: cree
reconocer en é1, dibujados por
su propia mano, los rasgos de la
mujer amada. Trastornado, el
pintor se suicida tomando láu-
dano.
Fue en aquella época cuando
Nerval sufrió los primeros ata-
ques de una enfermedad incu-
rable, y también por aquel en-
tonces conoció a la actriz Jenny
Colon. que hizo cristalizar su vi-
da amorosa.
Sin embargo, ella pronto le
abandonó por un mediocre
flautista de la Ópera Cómica.
Aparentemente, esta decepción
no le perturbó lo más mÍnimo,
no le provocó ningún trastorno
sensible. Sin embargo, se esta-
ba operando en él una lenta
hansformación. En su recuerdo,
Jenny se convirtió en una ima-
gen ideal que poco a poco, bajo
múltiples influencias, llegó
constituir su mito y su consuelo.
Esa mujer amada era para él
una especie de guía. una diosa
a la que adoraba y a la que se
complacía en reconocer allá
donde le arrastrara su ensueño.
Sol negro de su melancolía fe-
cunda y creadora, Jenny Colon
se convirtió en una visión ra-
diante, sobre todo cuando su
muerte contribuyó a desdibujar
su recuerdo.
Arriba: ilustrac¡ón de Leonor Fini
paralaobra Aurélia.
La obra de Nerval, la más
genuinamente romántica de toda
la literatura francesa, extrae gran
parte de su inspiración del fondo
mitológico y del simbolismo de
las más ant¡guas trad¡ciones
mundiales.
A la derecha: la extraña muerle de
Nerval, tal como la imaginó el
gran d¡bujante del siglo xrx
Gustave Doré.
I
En 1843. Gérard de Nena- I
realizó un üaje a Oriente. Fre:- |
te a las piraáides, según reial-
en Viaje a Oiente, evocó el ,!-
I
{
bilo del iniciado que. tras innr-i- I
merables pruebas, consigue por :
fin acceder a la visión de la dio- I
sa Isis. la cual tomaba, por su- I
pronto, todo se confundió y la
diosa adquirió el rostro de una
Virgen, y después e[ de Venus.
Le diable rouge (El diablo rojo).
L'almanach fantasüque (El a|-
manaque fantástico, y Le diable
vert (El diablo verdel aparecie-
ron en 1850. En Le monstre
vert (El monstruo verde), Nerval
cos para entregarse al tema de
la brujería y de la magia negra.
Pero fue Aurélia la obra que
marcó el cénit de su carrera de
escritor. Auréhia era la sÍntesis
de su universo interior, el lugar
donde desembocaban todas las
tadiciones a las que Nerval se
a vinculó y a las cuales hizo tan-
tas veces referencia. Aurélia era
la transfiguración mÍstica, era la
Madre, la Amante. Por ella, el
escritor se creyó investido de
una misión, la de restablecer la
armonÍa universal a través del
arte cabalísüco, aniquilar a los
espÍritus perversos y asegurar el
triunfo de la diosa elerna.
El25 de enero de 1855, Gé-
rard de Nerval fue hallado col- |
gado de una verja en la calle pa- |
risina de la Vieille-Lanteme. I
Acababa de reunirse para siem- |
pre con su Aurélia.
Las Quimeras, principal obra poéti-
ca de Nerval, ha sido traducida al
castellano y publicada por Alberto
Corazóh. La novela Silviahaapare-
cido en editorial J.R.S.
Créditos de ilustración: Roger-
Viollet, Ed. Atlas.