Marcha de indígenas de tierras bajas contra la construcción de la carretera del Tipnis, en 2011. | AFP
La Asamblea Popular de 1971. | CIA
Los conflictos sociales son el motor de la historia de Bolivia. Y los protagonistas de estos eventos son los movimientos sociales. Desde mineros, pasando por campesinos, indígenas y gremiales, los diferentes sectores de la sociedad boliviana han contribuido en su momento a la configuración del Estado. La historiadora Brooke Larson dijo una vez que las transformaciones históricas de Bolivia están precedidas y atravesadas por conflictos sociales y otro gran académico, James Dunkerley, al repasar la historia política del país durante la segunda mitad del Siglo XX, escribió que los bolivianos tienen la Rebelión en las venas. Para los analistas políticos Marcelo Silva y Érika Brockman la historia de los movimientos sociales en el país se puede dividir en cuatro etapas. La primera, la republicana, está caracterizada por la emergencia de los movimientos revolucionarios y la toma del poder por las élites criollas. Este panorama se mantiene hasta la Guerra del Chaco y se cambia con la Revolución Nacional de 1952. Sin embargo, durante ese largo periodo hay esporádicas, pero explosivas apariciones del movimiento indígena, como la rebelión de Pablo Zárate Willca en plena Guerra Federal de fin del Siglo XIX, que logró declarar un breve Estado indígena. Asimismo, empieza el primer movimiento regional, como es la batalla por la Sede de Gobierno. También saltan a la vista varias masacres contra rebeliones de originarios como Kuruyuki (1892), Jesús de Machaca (1921) y Chayanta (1927). Tras la sangrienta Guerra del Chaco(1932 - 1935), se conforman nuevos movimientos sociales que darán forma al naciente Estado nacional revolucionario. Brockmann menciona que los movimientos mineros, apoyados por una intelectualidad impregnada por la Revolución Rusa, construyó ya desde los años 30 una estructura con base en sindicatos. Silva explicó que a estos grupos se sumaron organizaciones de universitarios progresistas y exsoldados de la Guerra del Chaco, conformando un ideario social que dio paso a la Revolución de 1952. En esta etapa, el movimiento social por excelencia fue el minero. Con la creación de la Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia (Fstmb), en 1944, durante el Gobierno de Gualberto Villarroel, y la posterior fundación de la histórica Central Obrera Boliviana (COB), en 1952, el poder obrero pasó a ser protagonista y cogobernar el país. Brockmann señala que Previo a la Revolución de 1952 hubo una ebullición de organizaciones sociales no sólo obreras, sino también campesinas. La Revolución caló tan hondo que el proyecto de nacionalismo sigue vigente con sus variantes. Posteriormente, los obreros y los campesinos se consolidaron como protagonistas de la época. Las Fuerzas Armadas también se mostraron como un actor con los gobiernos militares de facto de finales de los 60 a principios de los 80. Paralelamente, creció un movimiento campesino que se consolidó desde los 70 con la creación de la Confederación Sindical Única de Campesinos de Bolivia (Csutcb) y otras organizaciones como los colonos (hoy interculturales). Estas organizaciones fueron fundamentales, junto a los mineros y universitarios, en la recuperación de la democracia. El tercer momento de los movimientos sociales está relacionado con la democracia pactada. El contexto económico no favorece a esta nueva etapa y golpea duramente con las nuevas políticas liberales a los mineros. Ante la dispersión de la vanguardia obrera y la caída del socialismo real, aparecen nuevos movimientos sociales informales, cooperativistas, comerciantes, transportistas, etc, que si bien democratizan el campo político boliviano, corporativizan más la política, ya que cada sector tiene sus propios intereses y expectativas.
Concentración de la COB tras el primer año de la Revolución Nacional, en 1952.
Utopialapalabra ANÁLISIS Indígenas, campesinos y cocaleros emergen en los 90 A partir de los años 90, asegura Erika Brockmann, el Consenso de Washington de políticas neoliberales cae y se da la crisis de las materias primas, con lo que se da un momento de confusión en los movimientos sociales. Esa época, la democracia pactada tenía dos fantasmas: la falta de apoyo congresal a la transformación social y el pánico a la ingobernabilidad en las calles. A pesar de que los partidos políticos llegaron a tener cierta base social, no incorporaron a todos los sectores y el fantasma de las calles se termina desbordando en el periodo 2000-2003. “Tenemos un momento donde nuevamente afloran los movimientos territoriales y las grandes movilizaciones indígenas ante el incumplimiento de las promesas neoliberales. Los indígenas aparecen ya en 1992, pero no explotan con fuerza hasta 2003”, dijo.
El actor indígena asevera, cobra significación en el mundo desde los 90. En Bolivia, se comienza a ver lo plurinacional y el fortalecimiento de las naciones indígenas y campesinas y también la emergencia de cocaleros desde los 90 que en conjunto explotan en 2003, ante el fracaso del neoliberalismo y la crisis de los partidos.
PUNTO DE VISTA
MARCELO SILVA Archivo
MARCELO SILVA Politólogo
Movimientos sociales son corporativistas
Gran parte de la cultura política de los movimientos sociales está basada en el corporativismo. La sociedad civil a través de sus corporaciones trata de buscar más participación política, algunas veces más protagónica y otras sólo como peticionarios. Esta es la razón por la que los partidos políticos no han tenido una vigencia muy fuerte, porque el partido busca la representación social, pero la historia del país está plagada de ejemplos que demuestran que la sociedad civil tiene una gran capacidad de movilización y organización que es mucho más legítima que la de los partidos políticos. Entonces, la historia de los movimientos sociales está plagada de ejemplos de una lógica de corporativismo, de acción colectiva. Los movimientos sociales han estado siempre a lo largo de la historia desde la creación se la República, teniendo apariciones esporádicas como movimientos indígenas, que al principio fueron rápidamente reprimidas por el Estado, pero que con el tiempo van tomando mayor fuerza y forma. Pero el gran salto de las organizaciones sociales, el momento histórico más grande, es la Revolución de 1952, con la aparición del sector minero, que se convierte en el sector combativo más importante del país.