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Temas:
- Historia de las intervenciones del Magisterio de la Iglesia en materia de Educación sexual.
- Rol que cumple la Iglesia católica como madre y maestra al pronunciarse públicamente
sobre educación sexual, ad intra y ad extra.
- Mirada sociocultural hacia la postura de la Iglesia Católica en materia de educación sexual.
- Desafíos como escuela, como educadores y como padres católicos frente al derecho de
los niños y jóvenes de recibir una educación sexual integral.
Expectativas de logro:
Que los alumnos inscriptos en el curso…
- Conozcan algunos textos del Magisterio de la Iglesia como fundamento de la educación
sexual católica que debe enseñarse.
- Reflexionen sobre el rol de la Iglesia como maestra no sólo para los creyentes sino para
todos los hombres en cuanto tales, dignos de recibir una educación sexual integral acorde
a su condición humana.
- Reconozcan ciertos errores cometidos por miembros de la Iglesia que oscurecieron el
verdadero mensaje del Magisterio en materia de Educación sexual.
- Asuman el desafío de enseñar en nombre de la Iglesia en la familia y en las escuelas.
DESARROLLO DE LA PONENCIA
1. ¿Quién es la Iglesia Católica para señalar qué es y cómo debe enseñarse Educación
sexual?
2. ¿Por qué es tan rechazada la voz de la Iglesia en nuestra sociedad actual cuando se
pronuncia sobre sexualidad?
3. ¿Qué debemos conocer y hacer como creyentes frente a la educación sexual integral?
Actividad de apertura:
Escribir dos fortalezas o aportes de la Iglesia Católica en materia de educación sexual y dos
debilidades o acciones que no ayudaron a su desarrollo desde la mirada de los jóvenes y/o la
sociedad.
Desarrollo:
Se desarrollarán los temas presentados a partir de una presentación digital que responda a las 3
preguntas antes mencionadas desde los puntos seleccionados de algunos documentos del
Magisterio de la Iglesia que se adjuntan al final.
La consigna será leer el texto y pensar de qué modo estos principios iluminan la práctica
educativa en materia de sexualidad, ya sea en la familia, la escuela pública o confesional. Escribir
al menos 3 claridades o aportes que se desprendan de la enseñanza de la Iglesia.
Entregar el trabajo al terminar.
Cierre: retomar las preguntas iniciales de la charla y cerrar con algunas conclusiones breves.
- Cada uno de los bautizados ha recibido la misión de ser sacerdote, profeta y rey. Somos
miembros de la Iglesia y debemos actuar -enseñar- en su nombre siendo fieles a su
Magisterio. No podemos desconocer lo que ha enseñado y sigue anunciando en esta
materia.
- Debemos asumir con humilidad cristiana las heridas de muchas personas y grupos
sociales causadas por miembros de la Iglesia por errores, ignorancia o pecado. Pero esta
realidad no puede disminuir la fuerza, el esperanza y la convicción en la Buena Noticia que
la Iglesia Católica está llamada a anunciar al hombre, en este caso para que conozca y
viva su sexualidad como un don orientado al amor.
- 51. En esta materia tan delicada, si, atendidas todas las circunstancias, parece necesaria
alguna instrucción individual, dada oportunamente por quien ha recibido de Dios la misión
educativa y la gracia de estado, han de observarse todas las cautelas tradicionales de la
educación cristiana, que el ya citado Antoniano acertadamente describe con las siguientes
palabras: «Es tan grande nuestra miseria y nuestra inclinación al pecado, que muchas
veces los mismos consejos que se dan para remedio del pecado constituyen una ocasión y
un estímulo para cometer este pecado. Es, por tanto, de suma importancia que, cuando un
padre prudente habla a su hijo de esta materia tan resbaladiza, esté muy sobre aviso y no
descienda a detallar particularmente los diversos medios de que se sirve esta hidra infernal
para envenenar una parte tan grande del mundo, a fin de evitar que, en lugar de apagar
este fuego, lo excite y lo reavive imprudentemente en el pecho sencillo y tierno del niño.
Generalmente hablando, en la educación de los niños bastará usar los remedios que al
mismo tiempo fomentan la virtud de la castidad e impiden la entrada del vicio» [32].
Hay que ayudar, pues, a los niños y a los adolescentes, teniendo en cuenta el progreso de
la psicología, de la pedagogía y de la didáctica, para desarrollar armónicamente sus
condiciones físicas, morales e intelectuales, a fin de que adquieran gradualmente un
sentido más perfecto de la responsabilidad en la cultura ordenada y activa de la propia vida
y en la búsqueda de la verdadera libertad, superando los obstáculos con valor y constancia
de alma. Hay que iniciarlos, conforme avanza su edad, en una positiva y prudente
educación sexual. Hay que prepararlos, además, para la participación en la vida social, de
forma que, bien instruidos con los medios necesarios y oportunos, puedan participar
activamente en los diversos grupos de la sociedad humana, estén dispuestos para el
diálogo con los otros y presten su fructuosa colaboración gustosamente a la consecución
del bien común.
- ORIENTACIONES EDUCATIVAS SOBRE EL AMOR HUMANO . Pautas de
educación sexual (1983)
Significado de la sexualidad
4. La sexualidad es un elemento básico de la personalidad; un modo propio de ser,
de manifestarse, de comunicarse con los otros, de sentir, expresar y vivir el amor
humano. Por eso, es parte integrante del desarrollo de la personalidad y de su proceso
educativo: «A la verdad en el sexo radican las notas características que constituyen a las
personas como hombres y mujeres en el plano biológico, psicológico y espiritual, teniendo
así mucha parte en su evolución individual y en su inserción en la sociedad».(3)
5. La sexualidad caracteriza al hombre y a la mujer no sólo en el plano físico, sino
también en el psicológico y espiritual con su impronta consiguiente en todas sus
manifestaciones. Esta diversidad, aneja a la complementariedad de los dos sexos,
responde cumplidamente al diseño de Dios en la vocación enderezada a cada uno.
La genitalidad, orientada a la procreación, es la expresión máxima, en el plano físico,
de la comunión de amor de los cónyuges. Arrancada de este contexto de don
recíproco —realidad que el cristiano vive sostenido y enriquecido de una manera muy
especial, por la gracia de Dios— la genitalidad pierde su significado, cede al egoísmo
individual y pasa a ser un desorden moral.(4)
6. La sexualidad orientada, elevada e integrada por el amor adquiere verdadera calidad
humana. En el cuadro del desarrollo biológico y psíquico, crece armónicamente y sólo se
realiza en sentido pleno con la conquista de la madurez afectiva que se manifiesta en el
amor desinteresado y en la total donación de sí.