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VIVIENDA INCREMENTAL:

Si nosotros no tomamos cuidado en como el proceso de migración hacia las ciudades va a realizarse a
futuro, el proceso de urbanización va a suceder en la forma de barrios marginales. Entonces estamos en
una urgencia de generar las condiciones para que el flujo de gente-personas hacia las ciudades ocurra de
una manera apropiada.

Con el proyecto Lo Barnechea La principal prioridad es la ubicación-localización. Detrás de mí se puede


ver un grupo de familias en la situación anterior, es decir viviendo en barrios marginales.

Lo que estamos tratando de hacer es que, conociendo que la localización es un factor tan importante
para este problema, porque los colegios, el transporte y los trabajos en esta zona de la ciudad, que es la
parte más pudiente de la ciudad, entonces lo que estábamos buscando es ser capaces de conseguir un
diseño capaz adquirirse en un terreno caro, pero manteniendo todas esas redes-aparatos urbanos.

Así que, mucho más importante que un metro cuadrado extra de casa, es un mejor localizado metro
cuadrado de terreno, que en teoría tiende a ser menos adquirible pero que no tiene porque ser así.

Con un subsidio que bordea los 10 000 dólares, que un estado cualquiera le otorgue a una familia pobre,
ellos podrían convertirse en los propietarios de una casa, con esto nosotros tendríamos que: Comprar el
terreno, implementar la infraestructura básica y finalmente construir la casa, teniendo como resultado
una vivienda precaria o con alguna deficiencia (una vivienda plenamente habitable pero pequeña, por
ejemplo).

En lugar de producir unidades habitacionales pequeñas, nosotros nos preguntamos: ¿Por qué no
pensamos en que este proyecto podría ser LA MITAD de una buena casa? (costándonos la mitad de
costo de una buena casa).

Y pensamos que sería eficiente construir “Aquella mitad de una buena casa que esa familia no estaría
capacitada en construir por si sola”. Y eso permitiría a esa familia el construir por si sola la otra mitad
que podría realizar con el tiempo y sin mayores inconvenientes, de acuerdo a sus necesidades
particulares. A esto le denominamos DISEÑO PARTICIPATIVO.

Tener un DISEÑO PARTICIPATIVO significa el tener a familias sentadas junto a nosotros, ayudándonos a
decidir qué es lo que ellos requieren que les otorguemos desde el primer día, y que es lo que
deberíamos dejar, para que las familias mismas se encarguen de ello.

Por ejemplo, les preguntamos a las familias qué es lo más importante y necesario que ellos buscaban en
sus viviendas: O una terma para calentar la ducha, o una ducha. No había demasiado dinero para ambos.
Dirigentes de proyectos, profesionales o políticos tienden a responder normalmente “La terma para la
ducha”, y en el 100 % de los casos, cuando les preguntamos a las familias, ellas responden que es la
ducha lo que necesitan.

Tenemos que entender que ellos originalmente no poseían agua, alcantarilla. Una ducha significa el
tener una cañería con agua en la vivienda, así que ellos tendrían privacidad.
Más importante que eso, es que cuando ellos se mudan a su nuevo hogar, ellos no van a tener dinero
para pagar energía, mínimamente gas, para calentar el agua, así que conociendo que, en sus
prioridades, la ducha es mucho más importante que la terma, instalémosle una ducha apropiada, y
permitámosle que con el tiempo ellos consigan e instalen la terma en su hogar.

Pensemos acerca de la etapa final, y como el diseño puede permitir a la vida hogareña de las familias el
adquirir ese nivel mínimo de calidad en el futuro. Así es como la calidad debería ser medida. Y esa no es
definitivamente la manera como los procesos de vivienda social han sido evaluados o medidos, tampoco
la manera en como han estado diseñándose.

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