Mi nombre es Natalia Balcazas, profesora de inglés.
Cuando pienso en los profesores que
tuve mientras estaba formándome como docente, no puedo evitar recordar con cariño y admiración a mi profesora de práctica docente. Claudia, así se llama mi actual colega, siempre estaba alegre, llegaba saludando con cara feliz todas sus clases. Esto, siempre me predisponía a escuchar lo que tenía para compartir, porque siempre sentí eso en sus clases. Sentía que ella venía a compartir sus vivencias, sus conocimientos, sus errores y sus aciertos como docente. También recuerdo que leer la teoría era algo que buscábamos, no lo imponía ella. Nos planteaba situaciones que se podían dar en una clase, frente a nuestros alumnos, y después nos hacía pensar que acciones llevaríamos a cabo, como y porque. Sus clases eran enriquecedoras, pues no solo escuchábamos vivencias de nuestra profesora, también escuchábamos las experiencias de nuestros compañeros, inconvenientes y posibles soluciones y cuando se terminaban las opciones, nuestra “profe” nos daba material donde buscar. Con ella aprendí a ver la realidad escolar desde todas las perspectivas posibles, a no dar nada por sentado, a ser objetiva, a innovar, a no tener miedo al fracaso o al error pero también aprendí a luchar por cumplir mis objetivos. Sinceramente, creo que muchos aspectos que vi en ella, están plasmados en mi desempeño docente. Fue tan lindo ser su alumna que deseo eso para mí, deseo que con mi ayuda mis alumnos puedan disfrutar de aprender, que mi clase sea entretenida, que los alumnos quieran venir a ella con entusiasmo, sin miedo de preguntar o equivocarse. Para finalizar, Claudia no solo me enseñó los contenidos de la materia que enseñaba, también me enseño como ser docente.