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TEMA 2.

EL ARTE ROMANO
1.- CARACTERÍSTICAS GENERALES
Roma fue la gran ciudad de la Antigüedad. Desde sus remotos orígenes a mediados del siglo VIII a. de
C., a orillas del río Tíber, se fue extendiendo progresivamente hasta crear un gran imperio. Esa
evolución finaliza en el año 476 d.C. con la invasión de los ostrogodos y la deposición del último
emperador romano de occidente, en ella podemos diferenciar varias etapas. Al principio Roma
estaba poblada por un pueblo de origen desconocido, los etruscos, su forma de gobierno era la
monarquía, estos etruscos aportaron a los romanos elementos decisivos desde el punto de vista
artístico y cultural. Tras la Monarquía se impuso un régimen republicano que fue el que inició el
proceso expansivo con la conquista de toda Italia (recordemos que en el sur estaban asentados los
griegos en la Magna Grecia y que también van a influir sobre los romanos), Hispania, norte de África,
Asia Menor... Esta forma de gobierno, insuficiente para gobernar territorios tan inmensos, va a dar
lugar al Imperio, con un príncipe o emperador que se coloca a la cabeza de las instituciones (27 a. de
C.), su final en Occidente, se produjo como consecuencia de las invasiones germánicas, aunque el
Imperio se encontraba ya en profunda decadencia.
Sobre el arte romano influyó el arte de dos pueblos que entraron en contacto con ellos: etruscos y
griegos.
La influencia etrusca. Los etruscos, van a aportar a los romanos varios elementos arquitectónicos: la
utilización del arco y la bóveda, que eran inusuales en los griegos; la columna toscana, que sustituirá
a la dórica griega; y en general el carácter práctico y utilitario que dan los romanos a todas sus
construcciones, con razón son ellos los mejores ingenieros de la Antigüedad y algunas de sus obras
están todavía en uso. En el terreno de la pintura legarán a los romanos la técnica de la pintura al
fresco. En escultura el culto a los muertos hará que se reproduzcan las imágenes de los difuntos y
que esto dé lugar en los romanos a una retratística tremendamente realista.
La influencia griega. Es su base fundamental, los romanos adoptaron las formas griegas pero
adaptándolas a sus propias necesidades. Los primeros contactos con los griegos tuvieron lugar en la
Magna Grecia, con la conquista de los reinos helenísticos no solo no dejaron de llegar a Roma artistas
y obras griegas, sino que lo hicieron todavía en mayor medida.
Caracteres propios. Todo esto no quiere decir que los romanos se limitasen a copiar
sistemáticamente sin elaborar nada, tomaron modelos etruscos y griegos como referencia, pero los
adaptaron a sus necesidades, a su concepción del mundo, así surgen obras diferentes, y, en algunos
casos, partiendo de lo griego se logran formas totalmente nuevas, como es el caso de los anfiteatros.
De hecho ya en el s.II a. C. podemos decir que hay un arte propiamente romano, que en los
siguientes cinco siglos llevará a cabo un proceso de uniformización o romanización en todo el
Mediterráneo, que dio lugar al primer arte de ámbito europeo.
2.- EL ARTE ROMANO EN PROVINCIAS. LA ROMANIZACIÓN DE HISPANIA
Durante la etapa republicana las diferencias entre la metrópolis (Roma) y las provincias eran muy
grandes, los habitantes de los territorios conquistados no recibían la ciudadanía romana, con los
derechos que esto entrañaba. Sin embargo durante la época imperial la situación varió, se produjo
un proceso global de romanización que, favorecido por la amplísima red de calzadas, se extendió a
todos los ámbitos de la vida de las provincias conquistadas, desde el político, hasta el social, el
cultural y el artístico, formando una entidad diversa pero coherente. El arte impuesto por Roma, sin

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perder la unidad estilística, se desarrolló de forma diferente según las épocas y los lugares donde
floreció.
La presencia romana en la Península Ibérica comenzó en el año 218 a.C. con una guarnición militar
que acabaría convirtiéndose en la ciudad de Tarraco. Comenzaba un complejo proceso de conquista
militar al que seguiría otro de romanización. La conquista implicó la construcción de calzadas,
campamentos militares, algunos se convirtieron después en ciudades como por ejemplo León, para
éstas y otras muchas que se fundaron se construyeron toda una serie de obras públicas (acueductos,
puentes), edificios civiles y religiosos. El latín se impuso sobre las lenguas autóctonas que
desaparecieron, salvo el vascuence. La integración fue también económica, Hispania se convirtió en
una importante suministradora de materias primas tanto minerales (cobre, plomo, hierro y plata)
como vegetales (vino, cereales y aceite).
El estudio de las principales obras artísticas de la Hispania Romana (acueducto de Segovia, puente de
Alcántara o teatro de Mérida) no se hace en un capítulo aparte, se incluyen dentro de las
características generales.
3.- ARQUITECTURA
3.1.- EL URBANISMO
A diferencia de la arquitectura griega que le preocupa más el exterior, a la romana le interesa más el
interior. Hay que tener en cuenta lo comentado antes, el arte romano, en parte, es una síntesis de lo
griego y lo etrusco, desde el punto de vista urbanístico toman de lo etrusco el sentido práctico para la
realización de obras de ingeniería: puentes, calzadas, termas... que harán la vida más cómoda. De los
griegos, sobre todo de la época helenística van a toman un sinfín de edificios. La Roma más antigua
tenía un plano totalmente irregular, era más bien una aglomeración de casas de madera y barro. En
contacto con las ciudades griegas y helenísticas los romanos se van a plantear la utilización del plano
ortogonal o hippodámico, mucho más racional, en las ampliaciones de Roma o en las zonas
destruidas por los frecuentes incendios. En cuanto a las ciudades provinciales estas van a tener a los
campamentos romanos como origen, este campamento militar estaba atravesado por dos calles
principales: el cardus maximus (de dirección N-S) y el decumanus maximus (E-O), en el cruce de estas
calles se situaba el foro o principal espacio público de la ciudad. Ciudades españolas con este origen
son: Mérida, Córdoba, Barcelona, León, Zaragoza... Pero volviendo otra vez a Roma, Ciudad por
antonomasia, que en sus momentos de mayor esplendor alcanzó casi el millón de habitantes, su
crecimiento originó continuos problemas. Entre ellos la escasez de suelo y la especulación urbanística
que hizo que los edificios modestos crecieran en altura, la Turris Mamilia o la Insula Felicles fueron
edificios de de más de diez pisos con vecinos que pagaban alquileres exagerados. Junto a estos
estaban los problemas de ruido o de tráfico.
3.2.- CARACTERÍSTICAS DE LA ARQUITECTURA
Desde el punto de vista de la técnica constructiva los griegos no pasaron de lo elemental en la
techumbres y el salvamento de vanos, solo emplearon la arquitectura adintelada, pero no se
plantearon la complejidad que suponía la utilización de una bóveda y el cálculo de empujes y
soportes, los romanos sí y en ese sentido, desde el punto de vista técnico, podemos decir que son
superiores a los arquitectos griegos. Entre las características principales de la arquitectura romana
podemos señalar las siguientes:

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1. Síntesis de elementos griegos y etruscos. De los griegos toman la arquitectura
adintelada, y de los etruscos el arco y la bóveda.
2. Sentido utilitario y práctico, las construcciones se hacen perfectas, para que duren, pero
sobre todo para que sirvan para algo.
3. Idea de ornamentación en todas las construcciones. Si para los griegos la idea de
equilibrio les impedía excesos decorativos, los romanos no pusieron límite a lo ornamental
para subrayar la idea de suntuosidad.
4. Escala monumental de sus edificios, representan el poder de Roma, su concepto del
mundo y de lo romano. Son de mayores proporciones que las construcciones helenísticas.
Ya se ha comentado cómo influyeron griegos y etruscos sobre lo romano, es importante destacar
también la influencia que los romanos van a ejercer en los siglos posteriores, las obras de Vitruvio,
arquitecto y teórico de la época de Augusto van a tener una gran influencia en varios estilos artísticos
posteriores, no solo en el Renacimiento, llegando incluso a la época contemporánea.
LOS MATERIALES
Los romanos utilizarán todo tipo de materiales, pero fundamentalmente tres: la piedra, el ladrillo y el
hormigón.
La piedra por ser un material resistente se usaba en muros, cimientos... según fuera la piedra
podemos hablar de aparejo regular (sillería) o irregular (mampostería).
El ladrillo (Opus latericium) era muy utilizado por los romanos por el bajo coste de su producción y la
fácil adaptación a las distintas formas arquitectónicas. A menudo para dar sensación de suntuosidad
se cubría o revestía de mármol en columnas, paredes... Según la forma de colocar los ladrillos
podemos hablar de retículas o redes (Opus reticulatum), en espina de pez (Opus spicatum)...
Frecuentemente se alternaba con la piedra (Opus mixtum).
El hormigón (opus caementicium) era un material típicamente romano, se producía por la mezcla de
guijarros, arena, agua y cal y se utilizaba en las bóvedas o cúpulas, donde se requería un material
resistente y ligero. Estas construcciones, para las que se hacían moldes o cimbras de madera en
forma de complicadas bóvedas, se cubrían de hormigón y cuando éste fraguaba se retiraban las
cimbras; en la época de Adriano se llega al punto culminante de pericia técnica en la construcción de
bóvedas. Ladrillos y hormigón tenían una gran ventaja sobre la piedra, no hacía falta una cantera
cercana ya que se podían fabricar en cualquier lugar
LOS ÓRDENES ARQUITECTÓNICOS
En el uso de los órdenes arquitectónicos es uno de los aspectos en dónde más claramente se ve la
influencia griega. Usaron como elemento base las mismas columnas pero imprimiendo pequeñas
modificaciones.
* El orden toscano va a sustituir al dórico, este orden es de origen etrusco. En apariencia
son muy similares pero hay diferencias. La columna tiene un capitel como el dórico, pero a
diferencia de este orden tiene basa, concretamente la llamada basa ática, compuesta por 3
molduras: dos toros y una escocia, por otro lado el fuste es liso aunque con éntasis.
* El jónico-romano, se diferencia del griego en que las volutas aparecen no de frente sino
en diagonal.

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* El orden corintio presenta las hojas de acanto más rizadas que en el griego y las pequeñas
volutas del corintio aparecen en sentido diagonal. Al ser muy recargado va a ser el preferido
de los romanos.
* El orden compuesto es un elemento nuevo formado por una síntesis o mezcla del jónico-
romano y el corintio, es decir, en un capitel corintio aparecen grandes volutas jónicas. En
muchas ocasiones resulta muy difícil la distinción entre un capitel de orden corintio y uno
de orden compuesto.
Los entablamentos van a ser diferentes de los griegos, se enriquecen con guirnaldas y todo tipo de
elementos decorativos que hacen que los edificios romanos sean más recargados que los griegos.
La idea de síntesis arquitectónica romana la apreciamos en algunas construcciones al colocar una
superposición de los órdenes, las columnas se superponían, según se consideraba que el orden era
capaz de soportar peso, de más a menos: en el piso bajo está el toscano, en el siguiente el jónico, y
en el de arriba el corintio, pero estas columnas con sus entablamentos sirven también para enmarcar
arcos y bóvedas, un ejemplo claro de esto lo encontramos en la fachada del Coliseo.
3.3.- CONSTRUCCIONES CIVILES Y OBRAS DE INGENIERÍA
Los romanos alcanzaron un alto grado de perfección en las obras de ingeniería, es decir, en la
construcción de infraestructuras que van desde puertos a faros, pasando por acueductos, puentes,
calzadas...
LA CALZADAS
Son las vías de comunicación creadas e inventadas por los romanos. Ponían en contacto las
numerosas ciudades del Imperio y éstas con Roma. La construcción de las calzadas tenía sobre todo
motivos militares y estratégicos, los económicos eran secundarios ya que la mayor parte de las
mercancías se transportaban por vía marítima. En muchas ocasiones se construyeron sobre caminos
ya existentes. Su construcción suponía un enorme trabajo de aplanamiento, excavación y drenaje.
Para su construcción, que al principio intentaron siempre que fuese en línea recta (lo que obligaba a
complejas obras de ingeniería para salvar los obstáculos naturales).

Inicialmente solo colocaban grandes losas de piedra que


por su peso se mantenían fijas, pero después
perfeccionaron su construcción, primero definían el
trazado y marcaban 2 surcos paralelos separados por 2
metros y medio; se excavaba aproximadamente un
metro de profundidad el espacio entre surcos y se
rellenaba con 4 capas de distintos materiales, la inferior
era el statumen compuesta por grandes cantos rodados,
encima se colocaba el rudus –cantos rodados de tamaño
medio-, después el nucleus compuesto de grava con
pequeños cantos rodados y por último la capa superior
llamada pavimentum o summa crusta con grandes losas
planas.

Para evitar la acumulación de agua en las calzadas los romanos las construían abombadas, con unas
pequeñas zanjas en paralelo (la fossa).

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Cada cierta distancia se colocaban los miliarios o monolitos de piedra que indicaban las distancias
recorridas. Sólo serían superadas por las carreteras actuales y muchos siglos después de la caída de
Roma se seguirán utilizando, pero ya como vías comerciales de carácter local. En España las dos más
famosas eran la Vía de la Plata que unía Astorga con Cádiz pasando por Mérida, y la Vía Augusta que
recorría toda la costa mediterránea.
LOS PUENTES
Salvaban desniveles por los que pasaban las calzadas. Aunque los puentes romanos más antiguos de
los que tenemos noticia fueron de madera, los ingenieros romanos mostraron su maestría en la
construcción de puentes de piedra. Su diseño consistía en uno o varios arcos de medio punto
(semicirculares) apoyados sobre pilares alineados. Encima de esta estructura de arcos discurre la vía
que atraviesa el río. A menudo construían los pilares, tajamares salientes contracorriente, para
reducir la erosión producida por el agua. Empleaban en la construcción bloques grandes,
escuadrados en forma de sillares, que formaban los paramentos externos, y rellenaban el interior de
mortero cementado con puzolana (roca volcánica que se usaba como aislante). Para izar los bloques
empleaban grúas, movidas por esclavos, situados dentro de una rueda. Extraían la piedra en canteras
próximas, donde cuadrillas de canteros especializados tallaban con cinceles los sillares. Otras
cuadrillas de obreros se encargaban del transporte en carretas hasta la obra.  
La construcción del puente empezaba por los cimientos una vez seleccionado el terreno más firme y
comprobada la resistencia del subsuelo. El problema más importante era el agua. Para resolverlo
utilizaba ataguías.
Las ataguías eran empalizadas dobles, cilíndricas o prismáticas, hechas de troncos, firmemente
clavados en el suelo, unidos e impermeabilizados mediante pez y arcilla, de cuyo interior estanco
extraían el agua mediante un tornillo de Arquímedes. 
En el interior de las ataguías se procedía a la construcción de los pilares. Los canteros los construían
hasta el nivel de las impostas, repisas salientes que marcaban el comienzo de los arcos. Dejaban
entonces paso, durante algún tiempo, a los carpinteros que colocaban las cimbras, la tablazón que
servía de apoyo a la construcción de los arcos y se retiraba una vez terminados. Sobre las cimbras se
construían los arcos, disponiendo las dovelas hasta completar la curva. Terminados los arcos, se
terminaba la superficie de la calzada, se construían las enjutas (pechinas), se levantaban los
parapetos para la seguridad de los usuarios y se consagraba el puente por el pontífice. 
El más espectacular de los puentes romanos en España es el Puente de Alcántara (Cáceres). Fue
construido sobre el río Tajo, en una zona muy encajonada, a principios del siglo II d.C. (años 105-106)
durante el imperio de Trajano, a quién está dedicado. Su arquitecto fue Cayo Julio Lacer. Se realizó
con sillares almohadillados de granito de 45 y 55 cm. mide 214 m. de largo y alcanza una altura
máxima de 30 m. Tiene 6 grandes arcos de medio punto, con doble línea de dovelas, de altura
desigual, ya que disminuyen de tamaño desde el centro hacia las orillas, están sostenidos por 5
esbeltos pilares, el central sumado el llamado Arco de Trajano alcanza los 48 m de altura. Frente a la
mayoría de los puentes romanos que eran acodados, el puente de Alcántara es horizontal. Destaca
por su belleza de líneas y por su perfecta construcción, 2000 años después de construido sigue en
pie, aunque ha sufrido destrucciones y reconstrucciones parciales en distintos momentos de la
historia, la última en el s.XIX durante el reinado de Isabel II. El conjunto se completa con un pequeño
templete dedicado a su constructor en uno de sus lados.

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Otras ciudades españolas con puentes romanos son: Mérida, Salamanca, Córdoba (muy alterado)...
En Francia destacó el Pont du Gard, sobre el cual se construyó también un acueducto para llevar el
agua a Nîmes.
LOS ACUEDUCTOS
Los acueductos se construyeron para salvar los accidentes geográficos que existían entre los
manantiales o ríos y las ciudades, que necesitaban agua para las fuentes y las termas. En esencia se
trata de un canal o specus asentado sobre arcadas, pero no solo se pasaban los valles mediante
arquerías superpuestas, también se excavaban montañas con grandes tuberías, pozos y niveles de
mantenimiento.
El acueducto de Segovia posiblemente sea el mejor y más completo acueducto que nos queda de
todos los que se construyeron en el Imperio Romano, no solo por su excelente conservación, sino
también por su concepto, tamaño y diseño. Ha sufrido algunas destrucciones parciales,
remodelaciones e incluso la desaparición parcial de sillares, en concreto de cornisas. La grandiosidad,
armonía e integración que la obra aporta al paisaje de la ciudad han sido motivo fundamental para
que en que, en las acciones de restauración se mantuviese el diseño original, siendo la más
importante la acometida por los Reyes Católicos. Es, sin duda, la obra de ingeniería más artística y
monumental de la historia romana
Su datación es complicada, ya que no nos quedan inscripciones claras o documentación suficiente
para certificar el origen de su construcción. Se le ha atribuido a Trajano, a Claudio, a Nerva o a
Domiciano. Pero lo que es seguro es que debió ser levantado a finales del S.I o primeros del S.II.
El acueducto toma el agua del río Frío situado a 18 km. de la ciudad, la Secovia romana. Se conduce
mediante un canal de 0,30 m. de ancho y 0,30 m. profundo. Discurre a cielo abierto hasta el pinar de
Balsaín, donde se entierra hasta llegar a un primer filtro de arena -turris aquae-. Desde ese punto el
cauce se eleva sobre un muro -parte de la conducción está hoy perdida- que desemboca en un
segundo depósito de decantación. Este está protegido por una caseta rectagular de 7,70 m. por 4,80
m. de planta con una bóveda de cañón ligeramente apuntado. El estanque interior mide 4,30 m. por
2,20 m. de planta y 2,60 de profundidad. Su fábrica está compuesta por seis hileras de sillares. 
De este segundo depósito sale la conducción elevada que es conocida en todo el mundo. Está
compuesta de 166 arcos de medio punto -68 sencillos y 44 dobles superpuestos-, y su longitud total
es de 638 m. El trazado de esta sección elevada no es recto, tiene varias partes que varían su
dirección: la primera es de 65 m. y consta de 6 arcos de hasta 7 m. de altura. La segunda mide 159 m.
con 25 arcos de hasta 8m. La tercera es de 281 m. con 44 arcos y de 12 m. de altura.
Por último, la parte más conocida, está compuesta por 43 arcos dobles -86- y dos sencillos, el
primero y el último. Las luces de los superiores son ligeramente más amplias, de unos 5,1 m. Esta
arquería termina en la muralla. Desde allí hasta el depósito general -castellum aquae- existían 9 arcos
sencillos, de los cuales solo nos quedan cuatro. Llega a medir 29 m. de altura en su zona más elevada.
Los pilares de planta rectangular no son uniformes en sus medidas, variando de 2 a 3 m. por 3 a 4 m.
Igualmente las luces de los arcos son variables, de 4 a 6 metros.
La fábrica es de sillares de granito -piedra berroqueña- labrados toscamente y colocados en seco,
esto es a hueso, en un número aproximado de 25.000. El ático es de mampostería - opus incertum-, y
en su interior se encuentra el canal, rodeado de hormigón romano e impermeabilizado con  opus

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signinum (es un pavimento de época romana, formada por una mezcla impermeable de cal, arena y
fragmentos cerámicos, guijarros y piedras machacadas).
Actualmente se han realizado importantísimas acciones de restauración y conservación de este
monumento patrimonio de la humanidad. 
Además del acueducto de Segovia, destacan el acueducto de Les Ferreres en Tarraco, el Pont du
Gard (que también era puente) y el acueducto de Los Milagros en Mérida.
Junto a los acueductos también encontramos otras obras de ingeniería relacionadas con el agua:
cisternas en las termas, presas o embalses (como el de Proserpina o Cornalvo en Mérida...), puertos
como el de Ostia en Roma...
3.4.- LOS EDIFICIOS PÚBLICOS.
LAS BASÍLICAS
La función de las basílicas era comercial (mercados) pero también se utilizaban para administrar
justicia, en este caso en el ábside se colocaba el magistrado. Eran edificios rectangulares y
terminados en ábside en uno de sus extremos, podía tener tres o cinco naves, el tejado era a dos
aguas, la cubierta solía ser plana (de madera) y la nave central era más alta que las laterales para que
se pudieran abrir ventanas para iluminar el edificio. Si la puerta se situaba en el lado corto se le llama
basílica de tipo griego, y si se sitúa en los lados largos se le llama de tipo oriental. Son construcciones
muy grandes y en algunos casos pueden llegar a ser también abovedadas, si es así las bóvedas son de
hormigón (Opus caementicium) y de grandes dimensiones, el mejor ejemplo es la basílica de
Majencio.
La llamada Basílica de Majencio o de Constantino se localiza en el Foro Romano, frente al Coliseo. Se
construyó entre el 307 (Imperio de Majencio) y el 313 (Imperio de Constantino). Su función sería
albergar la prefectura judicial que administraba la ciudad de Roma. Se levantó sobre unos antiguos
mercados de época Flavia, los Horrea Piperataria, donde se almacenaba y vendía especias, pimientas
y hierbas medicinales. La orientación inicial era paralela a la vía Sacra, con la puerta principal hacia el
este donde inmediatamente encontrábamos el Templo de la Paz. Sin embargo, Constantino decidió
modificar los planos originales y trasladar la entrada principal al sur, creando una escalinata con
pórtico  hacia la Vía Sacra y añadiendo en su eje transversal un segundo ábside. Se desconoce el
nombre del arquitecto. Tipológicamente esta basílica presenta diferencias con otras: se pareció más
a las grandes salas de las termas, en concreto se inspira en las termas de Diocleciano. Las naves
laterales se abrían en tres grandes arcos que se prolongaban con bóvedas de cañón decoradas con
casetones. Estas bóvedas como las centrales estaban hechas de hormigón y ladrillo. Los muros de las
bóvedas laterales actuaban de contrafuertes de  las bóvedas centrales de arista. Delante de ellos se
elevaban columnas corintias exentas de gran altura que soportaban unos pequeños entablamentos
de los que arrancaban esas bóvedas de arista. La diferencia de altura entre las naves laterales y la
central permitía abrir un cuerpo de ventanas que iluminaba la basílica. En el exterior el material
utilizado fue el ladrillo visto, sin ningún recubrimiento de mármol, lo que le daba un aspecto sobrio.
Mientras que en el interior sí había recubrimiento, con mármol polícromo, de las paredes, pilares y
suelo, formando juegos geométricos de círculos y cuadrados, lo que producía la sensación de un
espacio unitario lujosamente decorado.

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El origen de las basílicas lo encontramos en el mundo helenístico, Roma copiará el modelo y tendrá
gran importancia porque cuando surja el cristianismo se fijará en estos edificios para la construcción
de las iglesias.
LAS TERMAS
Para los romanos estos edificios tuvieron una gran importancia pues al no haber agua corriente la
gente iba a estos baños públicos. El concepto de la vida romana hacía que fueran muy usadas y toda
Roma estaba llena de termas que construían los emperadores para ganarse popularidad. Desde el
punto de vista estructural constan de varias zonas dedicadas a baños: el apoditherium o vestíbulo; el
frigidarium o zona del baño frío (llamada también natatio o piscina); el tepidarium para el agua
templada; y el caldarium para el agua caliente y normalmente de forma circular. Además para
calentar el agua se quemaba leña en unos hornos con ladrillos refractarios -praefurnium-, después
por una serie de conductos subterráneos se llevaba a zonas próximas al caldarium.
Para su construcción se necesitaba un gran dominio de la técnica, ya que estaban totalmente
abovedadas y en algunos casos las bóvedas eran de formas difíciles y dimensiones enormes. Además
del baño, para el que el ritual recomendaba que se empezará por uno frío, le siguiera un templado y
uno caliente, las termas eran utilizadas como zonas de recreo, había bibliotecas, salas para
celebraciones, gimnasios... y allí se cerraban importantes negocios.
Toda gran ciudad romana debía tener un gran complejo termal, de hecho, en Roma existía un gran
número de ellas, siendo las mejor conservadas las de Caracalla y las de Diocleciano.
3.5.- EDIFICIOS DE ESPECTÁCULOS: EL TEATRO, EL ANFITEATRO Y EL CIRCO
Con el aumento de la población ésta tendió a concentrarse en grandes ciudades y hubo que ofrecerle
nuevas actividades lúdicas, en general para mayor gloria de sus líderes y divinidades. Para ello se
edificaron grandes construcciones que podían albergar a numerosos espectadores. Además, con el
auge creciente de las artes, como el teatro, o del "deporte" empezaron a necesitar edificios
específicos para su práctica y explotación. Así aparecieron los teatros, los anfiteatros y los circos
EL TEATRO
Su origen es el teatro griego, pero se diferencia de éste en que tiene planta semicircular, y no
circular. Esta modificación se realiza para conformar una sola estructura entre la escena y el graderío.
Además hay una pérdida de importancia de la orchestra, que pasa de circular a semicircular y un
desarrollo de la scaenae. La decoración de todo el conjunto es lujosa: mármoles, columnas,
inscripciones... en especial en la escena, donde se aplica todo el diseño de órdenes de los arquitectos
romanos. Constructivamente, la estructura los teatros podían tener dos formas de diseñarse:
directamente sobre el suelo o con una estructura de sustentación. Por lo general se ubicaban en
zonas adecuadas para que gran parte de la grada se acomodase directamente sobre el suelo, esto es,
en las laderas de montañas o cerros. Las partes que no se podían beneficiar de esta situación se
estructuraban con pilares de hormigón romano y pasillos abovedados. Lo normal es que la zona más
alta de las gradas, la summa cavea, siempre se acomodase sobre una estructura artificial
Las formas de diseñar la estructura también variaron: primeramente se hacían muros radiales
abovedados que conformaban espacios interiores vacíos, más tarde de utilizaron galerías circulares
también abovedadas que además servían de pasillos, y por último se utilizó una mezcla de estos dos
sistemas. 

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Para su estudio podemos establecer tres zonas bien definidas: la scaenae, la orchestra, y la cavea. 
La scaenae
Es el conjunto del escenario y todos los elementos y salas necesarias para el funcionamiento correcto
de las representaciones. Estaba sobre un podium que la elevaba de la orchestra.  Podemos dividirla
en varias partes:
 Proscaenium. Era el espacio donde actuaban los actores, situado sobre el podium entre
la orchestra y la scaenae frons. La parte más cercana a la orchestra, y en ocasiones algo más
elevada, se denominaba pulpitum. Su superficie solía estar cubierta de madera. Bajo él se
sitúa el hiposcaenium, cámara oculta para mecanismos y decorados.
 Scaenae frons. Es el muro monumental que delimitaba el proscaenium en su parte posterior
y, sin duda, elemento más espectacular de la scaenae. Se componía de una construcción con
uno o varios órdenes superpuestos con sus columnas y entablamentos, coronados un tejado
inclinado con doble función: de protección y acústica. En él se abrían tres puertas, una
central o valva regia y dos laterales o valva hospitalarium.
La orchestra
Espacio semicircular situado entre la scaenae y la cavea. En su origen griego, además de circular, era
el sitio donde se colocaba el coro que acompañaba las representaciones. Pero en el teatro romano el
coro fue perdiendo importancia, por eso se podía reducir el espacio.
Su zona curva está rodeado por unas gradas -Poedria- destinadas a los grandes personajes de la
ciudad: procuradores, senadores, jueces...
Se accedía por unos grandes pasillos abovedados laterales -aditus-. En su frente, delimitándola en su
zona recta, se levantaba el frons pulpiti que es la fachada del podium de la scaenae. Se componía de
exedras y nichos decorados con pilastras. Además solían tener escaleras de acceso a la scaenae. 
La cavea
Es el graderío donde se acomodaba el público que asistía a las obras. Su estructura general lo divide
en tres zonas horizontales en altura, cada una de ellas reservada a un tipo de espectador: la imma
cavea, la media cavea y la summa cavea.
 La imma cavea es la zona situada más abajo, la más cercana al escenario. El público de esta
zona es de la alta sociedad de la época y por lo general solo hombres, aunque en algunas
ciudades se admitían a mujeres, también de alta alcurnia. Suele ser la zona que más filas de
gradas posee, ya que, al ser la que tiene un radio menor, en cada una caben menos
espectadores.
 La media cavea está dedicada al público en general y situada a continuación de la imma
cavea. Como en esta, lo normal era que solo se admitiesen hombres. En caso de que el teatro
no tuviese unas dimensiones suficientes para la construción de la summa cavea, también las
mujeres y niños asistían a las representaciones en esta zona.
 La summa cavea situada en la parte superior del escenario, albergaba a las mujeres y los
niños. Los teatros más pequeños suprimían esta zona, ya que implicaba la ejecución de unas
estructuras más complicadas, además del espacio necesario.
Estas zonas solían separarse entre sí con unos muretes perimetrales de 1,20 m. de altura
llamados baltei, que limitaban los pasillos horizontales o "praecinctios" que comunicaban las
escaleras y las puertas. Sobre la última de las zonas de grada, la summa o media cavea, según el caso,
se construían pasillos porticados "porticus" al interior que remataban el conjunto del graderío. 

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Entre los teatros romanos mejor conservados, el norte de África se encuentra el de Sabratha, en Asia
Menor (Turquía) encontramos un gran número de estos teatros: Hierápolis, Aspendos, Sidé, Éfeso...
este último de grandes dimensiones, con capacidad para 25.000 espectadores. En Roma está el
teatro de Marcello y el de Ostia (puerto de Roma). En España destacan los de Sagunto, Segóbriga,
Tarraco, el que en la actualidad está saliendo a la luz el de Cartagena, pero sobre todos el de Mérida.
El Teatro de Mérida es una obra de finales del s.I a.C., su construcción comenzó en el 18 a.C. por
orden del Cónsul Marco Agripa. Se desconoce el nombre de su arquitecto. Es de grandes
dimensiones (87 m. de diámetro) pudiendo acoger a 5.000 espectadores. La parte inferior de la
cavea, como en otros muchos teatros de la Hispania romana, se levantó aprovechando la ladera de
una pequeña colina. Su estructura es la descrita para los teatros romanos destacando el proscenio de
grandes dimensiones (7,5 m de ancho x 63 m de largo), la scaenae frons se compone de una
estructura porticada de 2 niveles, de orden corintio, hecha en mármoles de colores (azul y blanco),
cuenta con una gran exedra (espacio circular) cóncava que acoge la puerta principal y otras
rectangulares laterales. El continuo juego de entrantes y salientes le da una gran espectacularidad y
dinamismo. Detrás de la scaenae había un gran conjunto de estancias, hoy casi totalmente perdido,
estructurado a partir de una galería porticada contaba entre otros elementos con un patio central y
una biblioteca. Ya en el s. II, durante el imperio de Trajano, se reconstruyó la scaenae y una parte de
la imma cavea.
EL ANFITEATRO
Es una obra típica del arte romano, es el resultado de la unión de dos teatros, su planta no es circular
como cabría pensar sino ligeramente elíptica. Estaba destinado a los juegos con fieras o luchas de
gladiadores que eran muy queridos por los romanos. Aunque hay algunos que se conservan bien,
como el anfiteatro de Nimes o los españoles de Itálica o Segóbriga, el más importante y el que se
utilizó como modelo fue el Anfiteatro Flavio o Coliseo de Roma.
Anfiteatro Flavio o Coliseo de Roma. Su construcción se comenzó, por orden del emperador
Vespasiano, entre los años 70-72 para sustituir al anfiteatro situado en el Campo de Marte que se
había destruido durante el gran incendio del año 64, las obras se desarrollaron rápidamente y en el
año 80, ya bajo el imperio de Tito, fue inaugurado con unos festejos que duraron 100 días. El nombre
de Coliseo procede de una estatua gigante de Nerón conocida como el Coloso que estaba muy cerca
del anfiteatro Flavio. Se desconoce el nombre del arquitecto. Sus dimensiones son muy grandes, 187
m. x 155 m. Los materiales usados fueron piedra de diverso tipo (travertino –piedra sedimentaria de
origen calcáreo- mármol y toba –roca calcárea), hormigón y ladrillo. Tiene una cimentación de opus
caementicium de 13 metros de profundidad. Su exterior es una síntesis entre elementos romanos y
griegos, sobre un breve estilóbato se levanta la fachada con una superposición de órdenes, 80 arcos
de medio punto en cada piso sostenidos por columnas toscanas en el piso inferior, jónicas en el
intermedio y corintias en el superior. Hay un 4º piso, levantado durante el imperio de Domiciano,
que presenta un ático decorado con lesenas (estrechas fajas verticales) corintias que enmarcan
ventanas cuadradas. Originalmente su apariencia era lujosa, todo el exterior estuvo recubierto de
estuco y los intercolumnios del 2º y tercer piso estaban decorados con esculturas.
La cavea o graderío, que admitía hasta 50.000 espectadores, se levanta sobre una multitud de
bóvedas, de cañón y de arista, sustentadas por pilastras de travertino colocadas en disposición radial.
El tercer elemento del Coliseo es la arena (74 x 46 m.), espacio donde se desarrollaban los
espectáculos. Domiciano hizo construir bajo ella un subsuelo de pasillos, cámaras, escaleras y
ascensores que permitían agilizar la salida de los participantes, hombres y animales, en los
espectáculos. Toda esta infraestructura se techaba con madera recubierta de arena. Una cuestión
controvertida y no resuelta es si fue posible inundar la arena para celebrar combates navales
(naumaquias).

ARTE ROMANO Pá gina 10


Todo el recinto se cubría con un inmenso toldo, el velarium, para evitar que el Sol molestase a los
espectadores. El Coliseo cumplió funciones de anfiteatro hasta el siglo VI, la última cacería de
animales de la que se tienen noticias se celebró en el año 523, y casi un siglo antes, en el año 435, el
último espectáculo de gladiadores.
EL CIRCO
El circo romano fue uno de los edificios lúdicos más importantes de las ciudades romanas. Tiene sus
orígenes en los antiguos hipódromos helénicos, de Grecia, cuyo modelo fue copiado por los reyes
etruscos de Roma para proporcionar diversión al pueblo en los días sagrados.
Era un recinto de forma elíptica con gran capacidad (más de 150.000 personas llegó a acoger el circo
Máximo) donde se celebraban juegos públicos (los ludi circenses), aunque los más famosos eran las
carreras de cuadrigas y carros.
El circo romano es un recinto alargado con extremos circulares, teniendo globalmente una forma
ovalada, de gradas generalmente de piedra, la arena alargada y partida en dos por la espina, un muro
bajo y aislado coronado de obeliscos, estatuas y otros ornamentos semejantes.
El lado sin gradas, era la entrada de los participantes, tenía la llamada porta pompae, y el puesto de
salida llamado carceres. Estaba ligeramente inclinado para así equilibrar la salida de los participantes
y ajustar las distancias que cada uno recorre.
En una de las gradas longitudinales estaba el palco presidencial. En las gradas semicirculares, se
encontraban los jueces o tribunal iudicium. Por último, en las fachadas laterales se abrían las puertas
para el acceso del público a las gradas. Su estructura está compuesta de hormigón y mampostería.
La espina, muro central, formaba sobre la arena dos calles por donde corrían las cuadrigas. En cada
uno de los extremos de la espina había un pilar cónico denominado  meta. Los contadores de vueltas
solían ser huevos de piedra o estatuillas de delfines.
El mayor circo del imperio fue el Circo Máximo, con capacidad para 150.000 espectadores. En la
Península Ibérica el más importante fue el de Mérida que tiene unos 440 m.  de longitud y 115 m de
anchura y capacidad para 30.000 espectadores.
3.6.- EDIFICIOS RELIGIOSOS. LOS TEMPLOS
En esencia los templos romanos son como los griegos: planta rectangular o circular, los órdenes y la
forma de los arquitrabes. Pero tiene diferencias, por influencias etruscas se van a elevar sobre un
podium y sólo van a tener una escalinata de acceso. Esta influencia junto con el hecho de que el
templo romano fue fundamentalmente un edificio urbano va a condicionar su estructura. En cuanto
al espacio interior vemos que en un templo romano hay un gran vestíbulo o pronaos y una naos,
desapareciendo el opistodomos; las columnas solo son exentas en la fachada principal, mientras que
en la naos las columnas se encuentran adosadas al muro exterior, haciendo que los templos sean
pseudoperípteros. El orden corintio va a ser el predominante dado su carácter decorativo. Y aunque
carezca de esculturas en el frontón, el templo romano está muy decorado, mucho más que en un
templo griego. Desde el punto de vista de la forma distinguiremos entre los rectangulares (Templo
de la Fortuna Viril en Roma, Maison Carrée en Nîmes...) y los circulares que continúan la forma del
tholos griego, como el de las Vírgenes Vestales en el Foro Romano y el más famoso de todos los
templos romanos: el Panteón de Agripa
El Panteón de Agripa. El templo fue iniciado en época de Augusto por su lugarteniente Agripa según
consta en la inscripción del entablamento, y modificado posteriormente en época de Adriano. Era un
templo destinado a albergar altares para todos los dioses (eso es lo que significa la palabra panteón).
El edificio consta de dos partes claramente diferenciadas. Por una parte un pórtico octástilo de
columnas corintias, monolíticas de granito egipcio, de fuste liso y tres columnas de profundidad; este
conjunto está rematado por un frontón que ha perdido la decoración, todo esto hay que atribuirlo a
la primera fase de la construcción (época de Augusto).

ARTE ROMANO Pá gina 11


A continuación encontramos un cuerpo de transición hacia el gran tambor que está rematado por
una gigantesca cúpula, esta es la parte del edificio construida entre el 118 y el 125, en tiempos del
emperador Adriano. Se cree que Apolodoro de Damasco fue su arquitecto, con él el arte romano
llega a su punto culminante en cuanto a habilidad técnica. Pero la audacia constructiva no queda ahí,
el tambor, muro circular, de gran espesor que sujeta la cúpula está perforado, en su interior se
excavan los altares de los distintos dioses (huecos rectangulares y semicirculares alternos), para
lograr esto sin que se debilite el muro por los huecos y se hunda la cúpula, el arquitecto coloca en el
interior del muro arcos de descarga superpuestos que llevan el peso de toda la carga superior hacia 8
pilares, de esa manera todo el peso se concentra en esos ocho puntos y así se pueden abrir esos
huecos, todavía hoy se aprecian en los muros exteriores estos arcos interiores, en su época estaban
ocultos por el mármol que cubría todo el edificio.
La cúpula es de media naranja y su grosor va disminuyendo conforme ascendemos en altura, en el
centro está perforada por un óculo, gran ventana circular de 9 m. de diámetro recubierta de
alabastro que sirve para iluminar el templo. El diámetro de la cúpula es de 43 metros y 50
centímetros, y esa es la misma distancia que mide desde el suelo al óculo, parece como si una esfera
imaginaria quedase incluida en el edificio y que solo la mitad de esta esfera (la cúpula en sí) se
hubiera realizado. El material en que está construida es una combinación de ladrillo y hormigón. En
el interior se decora con 5 círculos de 28 casetones –compartimentos vacíos de forma cuadrada-, que
van siendo cada vez más pequeños conforme nos acercamos al óculo, así se juega con la perspectiva
y permite aligerar el enorme peso de la cúpula. Parece que el interior es una representación de la
cosmología romana, el número de casetones, 28, simboliza los días del mes lunar y las 5 filas las 5
planetas que los romanos conocían.
El exterior del tambor estaba decorado con estuco y mármol, y la cúpula cubierta con tejas de bronce
dorado, lo que le proporcionaba una espectacularidad visual hoy perdida. Parece ser que este
edificio formaba parte de un complejo arquitectónico más grandioso, en él se incluirían grandes
pórticos y un altar en medio del patio central. Pero el proyecto nunca se realizó en su totalidad.
Para valorar la importancia del Panteón de Agripa hay que reseñar que hasta el s. XIX, con el
desarrollo de la arquitectura del hierro, no fue posible superar las dimensiones de la cúpula del
Panteón. Por otro lado ejerció una gran influencia, tanto en el Renacimiento, Brunelleschi y la cúpula
de Santa María dei Fiore, como en el Barroco, San Carlo alle Quattro Fontane de Borromini.
La Maison Carrée es un templo construido en la ciudad francesa de Nimes en el año 16 a.C. Se
desconoce el nombre del arquitecto, pero se sabe que su construcción fue encargada por Agripa y se
levantó en honor del emperador Octavio Augusto y su familia. El material utilizado es piedra calcárea
blanca y sus dimensiones son de 14 metros de ancho por 28 de largo.
Ubicado en el centro del foro de la ciudad, la Maison Carrée presenta todas las características de los
templos romanos: planta rectangular y pseudoperíptero, carece de opistodomos y la cella no tiene
divisiones internas. Está construido sobre un pódium elevado con una amplia escalinata como único
acceso. El pórtico, hexástilo y corintio, está construido con unas columnas de gran altura (17 m.) y
presenta una gran profundidad, con 3 columnas. El resto del edificio se estructura a partir de una
columnata de 20 piezas adosada al muro. El entablamento que rodea el perímetro del templo está
formado por un arquitrabe de 3 franjas, el friso y la cornisa. Hay una importante ausencia de
decoración escultórica, no hay relieves en el frontón, sin embargo la decoración floral es recargada.
3.7.- MONUMENTOS CONMEMORATIVOS: LOS ARCOS DE TRIUNFO Y LA COLUMNAS  
En del mundo romano era muy importante para las autoridades recordar hechos, especialmente los
éxitos militares, que fuesen especialmente significativos, para ello levantaban monumentos que
conmemorasen esos hechos. Los monumentos conmemorativos romanos que se extendieron por
todo el imperio fueron principalmente los arcos de triunfo y las columnas. Muchos, sobre todo los

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que estaban en territorios conquistados, fueron destruidos cuando el imperio fue perdiendo
autoridad.
LOS ARCOS DE TRIUNFO
Su origen lo encontramos en las puertas de las ciudades, especialmente en la principal, a las que
antiguamente se les prestaba especial atención. Es una construcción típicamente romana, servían
para conmemorar o glorificar a un emperador victorioso, aunque a veces podían tener también otras
funciones. La edificación es abovedada y podía constar de uno o tres ojos (arcos), a veces tenía un
arco en cada uno de los cuatro lados (arco quadrifronte). Encima del arco (ático) se colocaba una
inscripción en la que se narraban las campañas del emperador. El conjunto estaba rematado por
estatuas exentas y decorado con relieves. Como ejemplo de arco de un vano destaca el de Tito en el
foro romano, y de tres ojos los arcos de Constantino junto al Coliseo y el de Septimio Severo en el
otro extremo del foro romano. En España son mucho más simples y desornamentados, como el arco
de Bará en Tarragona, el de Medinaceli en Soria o el arco cuadrifronte de Cáparra en Cáceres.
El Arco de Tito. Se encuentra en el Foro Romano y fue construido en el año 81 para conmemorar la
victoria del emperador Vespasiano y su hijo Tito sobre los judíos y la conquista de Jerusalén. Está
realizado en mármol y tiene una altura de 15,4 m. Se desconoce el nombre del autor.
Tiene un único vano flanqueado por 2 grandes pilares, con bóveda de cañón en su interior. Una línea
de imposta separa el zócalo del cuerpo principal en el que destacan 4 semicolumnas con capiteles
compuestos situadas en los ángulos de los pilares. Estas columnas decorativas simulan sostener el
entablamento (arquitrabe, friso con relieves y cornisa ornamentada). Igual que sucede en el Coliseo
se mezcla el sistema adintelado griego con el arco de medio punto y la bóveda romana. El arco está
rematado por un ático con una monumental inscripción con el nombre del emperador y sus
predecesores. Lo más importante del arco de Tito es su decoración escultórica (se estudiará en el
apartado correspondiente), sobria en el exterior (friso y enjutas del arco) y desbordante bajo la
bóveda, donde altorrelieves de gran formato presentan la entrada triunfal en Jerusalén de
Vespasiano y Tito en el año 70 y el desfile de los trofeos arrancados a los judíos.
LAS COLUMNAS CONMEMORATIVAS
También son unos monumentos típicamente romanos y tienen un fin conmemorativo, alrededor de
ellas se esculpen relieves que narran las victorias de los emperadores. La más famosa es la de
Trajano. A imitación de ésta se realizaron las de Marco Aurelio y Antonino, aunque con una calidad
menor. La de Antonino es la única que no se conserva en la actualidad.
La Columna Trajana desde el punto de vista arquitectónico es una columna conmemorativa, fue
levantada en el Foro de Trajano (Roma) entre el año 107 y el 113, durante el imperio de Trajano, para
conmemorar la conquista de la Dacia (actual Rumanía) por parte del emperador, también debería
servir como cámara mortuoria para las cenizas de Trajano y por último, marcaba el límite del
desmonte realizado para la construcción del foro. Su posible autor es Apolodoro de Damasco, está
realizada en mármol y tiene unas dimensiones de 40 m. de alto por 4 de diámetro. La columna
consta de una base simple, tallada en forma de corona de laurel, un fuste cilíndrico formado por
doce tambores de mármol y un capitel dórico. Encima hubo una escultura en bronce del emperador,
que se perdió durante la Edad Media, el Papa Sixto V la reemplazó por la actual estatua de San
Pedro. Lo realmente importante de la Columna Trajana son sus relieves históricos, que se estudiarán
en el apartado correspondiente a la escultura.
4.- LA ESCULTURA ROMANA
4.1.- CARACTERÍSTICAS GENERALES
La escultura romana tuvo 2 grandes influencias: la griega y la etrusca. De hecho la influencia griega
no desapareció nunca ya que gran parte de las obras romanas estaban firmadas por escultores

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griegos. Incluso en algunas obras, por ejemplo el Laocoonte, es imposible discernir de forma
definitiva si se trata de una obra griega o romana.
Frente al idealismo propio de la escultura griega, en Roma se dio un marcado realismo por influencia
etrusca.
Hay una subordinación de la escultura a la arquitectura. Una parte importante de las esculturas
romanas fueron pensadas para ornamentar obras arquitectónicas, como por ejemplo las columnas
conmemorativas.
Los materiales mantienen una gran continuidad con los empleados por la escultura griega: piedra,
sobre todo mármol, y bronce.
Tiene dos tipos de obras destacados: el retrato y el relieve histórico. El retrato tuvo su antecedente
en las “imagines maiorum” o representaciones de difuntos (quizá también por influencia etrusca),
inicialmente realizadas en cera y restringidas a la aristocracia. El retrato procuraba ser fiel a los
modelos, aunque tuviesen defectos. Dentro de este género, la representación del busto (la cabeza y
la parte superior del tronco) alcanzó un enorme éxito; también destacan los retratos ecuestres de los
emperadores.
Los relieves conmemorativos servían para celebrar y recordar acontecimientos históricos. Este tipo
de relieve es una creación genuinamente romana, con personalidad e independencia con respecto a
la escultura griega, lo cuál no quita una cierta influencia, así, por ejemplo, hay estudiosos que
subrayan los influjos del relieve helenístico sobre el romano, pero como en otros campos de las artes
el genio romano le da su personalidad y características propias. La característica principal de las
composiciones relivarias romanas es que tienen un eminente carácter descriptivo y narrativo, es, por
así decirlo, un documental en piedra. Es el punto culminante de una evolución nacida en
Mesopotamia (relieve asirio), continuada e idealizada en Grecia y perfeccionada, desde el punto de
vista técnico y narrativo, en Roma. Los lugares en los que suele aparecer el relieve son muy variados,
van desde los altares típicos de la religión romana a las columnas conmemorativas, pasando por los
arcos de triunfo y los sarcófagos. Casi todos los relieves suelen tener un sentido pictórico,
entendiéndose por esto que intentan conseguir la representación de la profundidad o perspectiva
típica de la pintura.
Son muchas las obras escultóricas romanas destacables, pero nos centramos en el estudio de 4 de
ellas, dos son retratísticas (Augusto de Prima Porta y la escultura ecuestre de Marco Aurelio) y otras
dos son relieves históricos (Arco de Tito y Columna Trajana), esta selección deja fuera algunas obras
extraordinarias como los relieves del Ara Pacis.
Augusto de Prima Porta es una escultura de bulto redondo, del tipo retrato toracato (el personaje
aparece con coraza) de unos 2 metros de altura que representa a Octavio Augusto, primer
emperador de Roma. La obra fue tallada en el año 14 d.C., probablemente por encargo de su esposa
Livia, en mármol policromado por un autor desconocido copiando una obra en bronce hecha en el
año 19 a.C. Aunque idealizado, es un retrato reconocible del personaje, que aparece con un rostro
sereno pero concentrado. Augusto es representado como jefe del ejército arengando a las legiones.
La obra presenta muchos elementos simbólicos, el paludamentum es una insignia del poder imperial,
la coraza musculada, recordando la técnica griega de los paños mojados, está decorada con relieves,
en la parte superior está representado el cielo, en el centro Tiberio, hijo de Livia e hijastro y sucesor
de Augusto, recibe las insignias militares romanas que fueron arrebatadas por los partos a Craso en la
batalla de Carrae (año 20 a.C.) y simboliza la paz firmada por Augusto con este pueblo; también se
representan de forma alegórica los 2 territorios más recientemente incorporados al imperio:
Hispania y la Galia. En la parte inferior está la Madre Tierra con Rómulo y Remo, además de Apolo y
Diana, divinidades protectoras de la casa imperial. Que esté descalzo significa que ha fallecido y ha
sido divinizado encontrándose ya en el Olimpo. La figura de Cupido, que seguramente no aparecía en
el original en bronce, también refuerza simbólicamente ese carácter de divinidad de Augusto, como

ARTE ROMANO Pá gina 14


miembro de la gens Iulia, que descendía de Eneas, mítico fundador de Roma e hijo de Venus, además
de servir de soporte para mantener la figura en equilibrio.
Aunque se trata de una escultura de bulto redondo solo tiene un punto de vista: el frontal, ya que
estaba pensada para ser colocada contra la pared, de hecho los lados están poco trabajados y el
dorso inacabado. Tuvo como modelo el Doríforo de Polícleto, ambos se apoyan en la pierna derecha
y doblan la izquierda, alternando con un brazo en tensión y otro apoyado al cuerpo, es la técnica del
contrapposto; aunque la dignidad imperial impedía que estuviese desnudo y se resalta con la
posición de la cabeza, más erguida y ligeramente girada, y la posición de mando del brazo derecho
extendido. Esta similitud lleva a algunos especialistas a considerar que el autor del original tuvo que
ser griego.

Escultura ecuestre de Marco Aurelio. Se trata de una escultura ecuestre de bulto redondo, de
grandes dimensiones (4,24 m de alto), hecha en bronce fundido por partes, según la técnica de la
cera perdida,  y ensambladas con posterioridad. El bronce era dorado aunque, con el tiempo, ha
perdido gran parte de dicha pátina conservando el color verdoso característico de este metal. Se
esculpió hacia aproximadamente el año 173, por un autor desconocido, para conmemorar la victoria
romana sobre los partos. Esta obra se salvó de ser fundida para reaprovechar su metal, como sucedió
durante la Edad Media con el resto de las esculturas ecuestres imperiales, por creerse de manera
errónea que representaba al emperador Constantino, introductor del cristianismo en Roma.

El emperador Marco Aurelio es representado como un hombre maduro de cabellera rizada y poblada
barba, según la moda de la época para representar a los filósofos estoicos (el emperador era
miembro de esa escuela filosófica), va vestido con túnica corta sobre la que lleva el manto de soldado
o paludamentum. Siguiendo el modelo de los retratos ecuestres imperiales se lo representa en el
acto de la allocutio o revista militar, por eso tiene el brazo extendido en un gesto de saludo al pueblo
y al ejército. El caballo presenta tres patas sobre la base, que le dan estabilidad, mientras que la pata
delantera derecha, según crónicas medievales (Mirabilia urbis Romae, año 1140), apoyaba la pezuña
sobre la escultura de un pequeño rey bárbaro agachado y con las manos atadas a la espalda, pero
que no tenía ninguna función de soporte. La barba y el pelo se realizan con la técnica del trépano y
permiten un juego de claroscuros.

Nos encontramos ante una escultura que presenta una clara finalidad propagandística de manera
que recurre a la representación idealizada del emperador, pero alejada del clasicismo griego. Todo
en ella está sabiamente estudiado, el gesto del emperador y la actitud del caballo para transmitir
seguridad, grandeza, a la vez que veracidad y nobleza en un emperador que sabe ser enérgico en la
guerra como magnánimo en la paz.

Esta escultura tuvo una gran trascendencia ya que sirvió de modelo a multitud de esculturas
ecuestres, tanto en la Edad Media (Apóstol Santiago) como, y sobre todo, en el Renacimiento, el
condottiero Gattamelata de Donatello y el condottiero Colleone de Verrocchio se inspiraron en ella.
En 1538 Miguel Ángel la situó en el centro de la plaza del Capitolio (Roma). Hoy en día ese espacio lo
ocupa una copia mientras que el original está en el Museo del Capitolio.

El Arco de Tito, que se encuentra en el Foro de Roma fue construido en el año 81 para conmemorar
la victoria del emperador Vespasiano y su hijo Tito sobre los judíos y la conquista de Jerusalén. Está
realizado en mármol y tiene una altura de 15,4 m. Se desconoce el nombre del autor tanto del
elemento arquitectónico como de los relieves que lo decoran. En el interior del pasadizo del arco, se

ARTE ROMANO Pá gina 15


encuentran a media altura, uno a cada lado, dos altorrelieves de gran formato.  Uno está dominado
por la cuadriga y el carro en que el emperador Tito, a quien corona la Victoria, desfila en triunfo. No
lo acompañan, como sería de esperar, los magistrados, sacerdotes, vestales, miembros de la familia
imperial y allegados, sino sólo los lictores con sus fasces y las figuras alegóricas de Dea Roma, seguida
dócilmente por la cuadriga imperial, el Genius Populi Romani y el Genius Senatus. Cuando el arco fue
levantado, Tito había muerto. En lo más alto del intradós del arco un relieve lo muestra en su
transporte al cielo a lomos del águila de la consecratio. Esta circunstancia aconsejó sin duda no
representarlo en compañía de los vivos, sino de figuras alegóricas, aunque el hecho que se
conmemoraba fuese histórico. Nacía así como nuevo género el relieve histórico-alegórico.

El otro relieve es un altorrelieve hecho con mármol pentélico que ofrece una visión puramente
histórica del mismo desfile y no hay en ella nada sobrenatural, sino sólo la masa más compacta aquí,
más holgada allí, de los portadores del botín y de ciertas enseñas en un lugar y momento concretos,
el de su entrada por la Porta Triumphalis, reconocible por las dos cuadrigas que la coronan. El relieve
tiene un único punto de vista. Las figuras de esta obra están dotadas de cierto movimiento: están
andando mientras cargan el botín del templo de Jerusalén. Apreciamos también los músculos en
tensión en algunas piernas de las tropas, que visten trajes de la época romana, así como su pelo,
cortado según se exigía a los militares en ese período. Sabemos que se trata del botín de guerra del
Templo de Jerusalén por el candelabro de siete brazos (menorá). Es de carácter realista. Su función
es clara: propagandística. Esta concepción y este tratamiento del fondo le dan al relieve una gran
profundidad espacial, y su claroscuro una plasticidad tan intensa y tan pictórica cómo es posible en
un relieve.

Columna de Trajano. Como ya se ha comentado en el apartado de la arquitectura es una columna


conmemorativa característica del Imperio romano. La Columna Trajana recibe el nombre del
emperador que la mandó erigir, en el año 114 de nuestra era. Se trata de una columna exenta, sin
función constructiva, de 30 metros de altura y decorada con relieves que conmemoran la conquista
de la Dacia por el emperador. Es atribuida a Apolodoro de Damasco. Además de la función
conmemorativa, este monumento cumplió una función funeraria al recibir en su interior la urna con
las cenizas del emperador, hoy día perdidas.

A lo largo de su enorme fuste, que alcanza los 30 metros de altura hay un relieve histórico, de forma
helicoidal continua que va narrando las distintas etapas de la conquista de este territorio, son 155
escenas que se unen sin ninguna transición y dan 23 veces la vuelta a la columna. Originalmente el
relieve estuvo policromado, lo que lo hacía mucho más espectacular. Cabe destacar el rigor narrativo
que se observa en el realismo con el que se representan uniformes, armamento así como el orden
cronológico de los distintos momentos de la guerra, comenzando por el cruce del río Danubio, que
aparece personificado como un hombre barbudo que observa a las legiones cruzando por un puente
de barcas, continuando por las campañas de asedio, construcción de murallas, hasta finalizar con la
rendición de los dacios al emperador. A  lo largo de la serie, la figura de Trajano aparece no menos de
sesenta veces. Se lo representa sereno y, por lo general, acompañado por sus consejeros. Actúa
como líder arengando y pasando revista a sus tropas, como Sumo sacerdote ofreciendo sacrificios o
como político y juez recibiendo embajadas y prisioneros. Pero también como general arrojado que
dirige la carga de la caballería contra los dacios. La intención es presentar al emperador como
"compañero de armas" de sus hombres, como commiliton. Sin embargo, este rigor narrativo e
histórico prima frente al realismo en la representación de la perspectiva de manera que el tamaño de

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los objetos se altera para permitir una mejor contemplación de la escena, así, por ejemplo, las
murallas y los edificios aparecen de un tamaño irreal, reducido, que permita observar las labores de
los soldados tras las mismas. Igualmente, para facilitar la visión de distintos planos de profundidad se
recurre a la denominada perspectiva caballera que usa un punto de vista elevado que permite
observar un grupo de personas sin que éstas se tapen unas a otras (por ejemplo este recurso se
observa en una escena del emperador arengando a las tropas). Otro recurso para facilitar la visión es
que la franja aumenta de tamaño conforma asciende, en la parte inferior mide 0,89 m. y llega a 1,25
m. en la superior. Es evidente que el relieve tenía una clara función propagandística.

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