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Verracos de Sotalvo en Madrid

LOS HECHOS

Hacía 1952, D. Jerónimo Tomé, presidente de las Cámaras Sindicales de Ávila, envió al Pabellón
de Ávila de la Feria Internacional del Campo, de Madrid, dos "verracos" procedentes de la plaza
de Villatoro (Ávila) . Posteriormente estas esculturas fueron devueltas a Villatoro y remplazadas
por otros dos "verracos" de Sotalvo (Ávila), situados hasta entonces en la puerta de la casa de la
Vda de D. Gerardo de Mendoza en el referido pueblo.

Estas esculturas zoomorfas, tendrían que sufrir aún más avatares. Al igual que otros verracos
acabaron su existencia, como materiales de construcción o al ser trasladados sin cuidando como
debiera ser para su integridad, estas dos piezas estuvieron a punto de desaparecer. Veamos
porqué.

Hecha la transferencia de propiedad de las Cámaras Agrarias, primitivas propietarias de los


pabellones provinciales, al Ayuntamiento madrileño, este creó un Patronato para gestionar y
administrar el Recinto Ferial y los bienes que allí se encontraban.

A finales del año 1983, cuando el Servicio de Coordinación de Programas de la Juventud Rural del
Servicio de Extensión Agraría del Ministerio de Agricultura, a cuyo frente como Director de
Investigación y Capacitación Agraria estaba D. Adolfo Martínez Gimeno, tuvo la iniciativa de crear
un Museo de Tecnología Agrícola - museo que no llegó a realizarse - y ante el evidente deterioro
y grave riesgo de desaparición de los utensilios y objetos que aún quedaban por inventariar en
los diferentes pabellones provinciales, solicitó el 22 de Noviembre de 1983 al Director Gerente
del Patronato, D. Jorge Enjuto Bernal, el correspondiente permiso para retirar todos los
materiales que tuvieran algún valor etnológico. A esta carta contestó el Concejal Responsable de
los Servicios de Relaciones Institucionales, D. Manuel Ortuño Martínez, el 7 de Diciembre de 1983
diciendo “... no existe inconveniente alguno en que dicho material sea recuperado por esa Dirección
General.” Como consecuencia de ello, las dos esculturas, junto con otros objetos de otros
pabellones provinciales y los que estaban expuestos a la entrada, interior y fachada lateral del
Pabellón de Ávila, se trasladaron cuidando su entereza, a la Escuela Central de Capacitación
Agraria, estando como Director de la referida escuela D. Javier Piernavieja Niembro,
emplazándolos en el jardín y donde hoy se encuentran desde entonces, junto con la "Fuente Las
Platerias", piedras funerarias de cementerios judíos, un escudo eclesiástico abulense y otras
piezas menores, todo ello procedente como digo del antiguo pabellón de Ávila, demolido en los
últimos meses de 1984, poco tiempo después de retirar los objetos y utensilios descritos. Se
notificó este traslado a la Excelentísima Diputación Provincial de Ávila y al Excmo. Ayuntamiento
de Villatoro, localidad de donde presuntamente se creía su procedencia. Asimismo, el Servicio de
Coordinación de Programas notificó a la Dirección General de Bellas Artes, el paradero actual de
los citados zoomorfos y las circunstancias de su traslado.

El 30 de marzo de 1984, comunico personalmente por carta al Prof. Dr. D. Antonio Blanco
Freijeiro, Catedrático de Arqueología de la U. Complutense, Premio Nacional Fray Luis de León en
1983 y colaborador arqueológico en revistas especializadas, el abandono de estos "verracos",
contestándome muy amablemente el 9 de abril de 1984 …"tengo noticias de otras piezas traídas a
Madrid y que deben estar en manos de particulares. Pero esto era todo lo que yo sabía, de modo que
puede usted pasar por el descubridor de esos otros dos ejemplares abandonados en la Feria del
Campo. Le felicito."

El 22 de mayo de 1984, dentro de las actividades culturales en el Museo Arqueológico de Madrid,


se celebró la conferencia "Museo de los Verracos Celtibéricos" impartida por el Prof. Dr. Don
Antonio Blanco Freijeiro, a la que asistió como Director del Museo Arqueológico Nacional el Prof.
Dr. D. Eduardo Ripoll Perelló. A ambos informé personalmente que medidas de protección se
había tomado para el traslado de los referidos "verracos" a la Escuela de Capacitación Agraria de
San Fernando de Henares.

También se notificó, su traslado, a la "Revista de Arqueología" de la que era Director D. Miguel


López Vázquez, quién visitó las piezas en su nueva ubicación, realizando el editorial del nº 49 de
la citada revista. En esta publicación arqueológica figuraba como redactor D. José Sánchez Sastre
y como colaboradora Dña. Pilar Arias Cabezudo. Estas tres últimas personas realizaron en el año
1986, el "Catálogo de la Escultura zoomorfa protohistórica y romana de tradición indígena de la
Provincia de Ávila" editado por la Diputación Provincial de Ávila - Institución Gran Duque de Alba,
donde están catalogados como de propiedad estatal con los números 106 y 107 las esculturas
que estamos tratando, y cuya procedencia las sitúa en Sotalvo (Ávila), al igual que el catalogado
con el número 105 de propiedad privada localizado en Almuñecar (Granada).

En épocas pasadas pueblos abulenses que tuvieron zoomorfos, cuyas piezas han desaparecido
desconociéndose su localización actual, son muchos, así pueblos como Muchochas, Muñana,
Bonilla de la Sierra, etc. han dejado de tenerlos para pasar al grupo de "verracos perdidos"

Lo curioso de esta historia es que transcurrido, alrededor de sesenta años de su traslado a Madrid
y más de treinta años en su nuevo asentamiento de San Fernando de Henares (Madrid), ninguno
de los organismos supuestamente competentes a los que se había informado de su localización,
han mostrado la menor preocupación, ni el menor deseo de hacerse cargo del mantenimiento y
conservación de estas esculturas vettonas. No obstante estas piezas arqueológicas de notable
interés, siguen formando parte de nuestro Patrimonio Histórico-Artístico, y no están arrinconadas
ni perdidas, a pesar de la desatención y desamparo sufrido por parte del organismo que las envió
al Pabellón de Ávila de la Feria Internacional del Campo de Madrid, por lo que de ahí mi
aseveración de que la Excma. Diputación Provincial de Ávila, descuidó y abandonó, sin ninguna
sensibilidad ni interés por nuestra historia, parte del patrimonio abulense.

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