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Luego de discernir y orar sobre la situación pre electoral turbulenta pero sobre todo la introducción y
manipulación de aspectos religiosos con fines evidentemente electoreros.
Estamos viviendo un período cercano a las elecciones lo que genera temores incertidumbres y
esperanzas. En este contexto, las campañas de los contendientes hechan mano de temáticas que
consideran que pueden darles ventajas en su posicionamiento electoral. Varios temas que son de
interés para las Iglesias han sido resaltados. Entre ellos se pueden mencionar las diferentes facetas del
aborto, la diversidad del género y todo lo que esto implica, la enseñanza de la sexualidad y la lectura de
la Biblia en los centros educativos.
Nos adherimos a la posición de la separación del Estado y la Iglesia lo que constituye la base de la
libertad de cultos por la cual los evangélicos luchamos por décadas y tenemos claro que un estado laico
no reconoce como oficial a una religión específica pero reconoce la relevancia y las expresiones
religiosas de su pueblo. Vale aclarar que no es lo mismo una religión como expresión cultural que como
compromiso de fe. Lo anterior no excluye una cooperación respetuosa y sinergica de las Iglesias con el
gobierno pero que requiere un fino balance. A toda costa debe evitarse el clientelismo político que
condiciona y restringe la función profética de denuncia del mal que debe ser ejercida por las
comunidades de fe.
La Biblia nos narra un episodio en el cual los líderes de las estructuras religiosas tramaron cómo
tenderle una trampa política a Jesús y utilizaron a los herodianos (que eran colaboracionistas con el
gobierno del rey Herodes y el imperio romano). FInalmente le hicieron la pregunta capciosa “¿Esta
permitido pagar impuestos al césar o no? Conociendo sus malas intenciones Jesús replicó ¡Hipócritas!
¿Porque me tienden trampas? Muéstrenme la moneda para el impuesto. Y se la enseñaron. ¿De quien
son esta imagen e inscripción? les preguntó. Del césar respondieron. Entonces den le al césar lo que es
del césar y a Dios lo que es de Dios…( tomado de Mateo 22:15-22 Nueva Versión Internacional).