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Esta misma mañana he podido asistir a un taller que impartía Lisa Ann Edwards,
auspiciado conjuntamente por la Escuela Europea de Coaching y el Campus BBVA,
acerca de un método que la propia ponente y su equipo han adaptado al ejercicio del
Coaching, para poder establecer el retorno de la inversión de los procesos llevados a
cabo en empresa, que contempla el famoso, traído y llevado ROI. Lisa es socia del
Bloom Coaching Institute y obviamente especialista en ROI según el sistema ROI
Institute Methodology.
Digo esto, porque mucha gente que hace Coaching ejecutivo o de equipos se llena la
boca y el espacio en el servidor que aloja su página web diciendo que trabajan, por
poner ejemplos,en "el flow del directivo para facilitar sus decisiones", en "el camino de
la peripecia vital para su realización como líder", en "la conciliación de las emociones
con el rendimiento, la sinergia y la empatía como generadores del compromiso en los
equipos", en "la armonización de clientes y proveedores internos como base del buen
funcionamiento interno del mecanismo la empresa", en "el empowerment del equipo
comercial para convertirse en la punta de lanza de la compañía", y una suerte de
descripciones más o menos metafóricas o de verbo florido, casi siempre difíciles de
entender, que abundan (sólo hay que darse un paseo por internet, estas que se ponen
aquí son auténticas) en webs, documentos, blogs, memorándums, powerpoints y demás.
No es que yo pretenda, líbreme el señor, de enmendar la plana a nadie. Dice el maestro
Serrat que “cada quien es cada cual y baja las escaleras como quiere”, de manera que
doctores tiene el marketing, en este caso. Pero después de lo de esta mañana me
pregunto: ¿Y no nos estaremos equivocando vendiendo prestaciones de MotoGP,
cuando lo que desea el cliente es simplemente saber si la moto le va a poder llevar y
traer más rápido que la anterior y gastando menos gasolina? (perdón por el chiste tonto,
pero me salía, y no he podido contenerme, eso de vender la moto)
Quizá convenga cambiar de mentalidad para que el Coaching en España, ahora que
lleva ya unos años en circulación, empiece a convertirse en una herramienta
suficientemente valorada en el mundo de la Empresa, por el interés que tiene en cuanto
a la mejora de los resultados, y, por tanto, vaya siendo comúnmente utilizada para esto.
Todos los que trabajamos en Coaching sabemos de sus innegables beneficios a nivel
organizacional, de su capacidad para generar en la mente de los que las buscan nuevas
oportunidades, de la rotundidad con la que funciona en los procesos de cambio. Incluso
hemos visto que, realmente, las cosas van mejor y las empresas crecen cualitativa y
cuantitativamente tras llevar a cabo procesos de Coaching, pero creo que bien haríamos
si aplicamos esto que ahora tenemos solo en la cabeza y nos ponemos serios en eso de
sentarnos con los que mandan en las empresas y empezar a llamar a las cosas por su
nombre, diciendo que el Coaching, simple y llanamente, mediante las mil diversas
formas que usted quiera, lo que consigue finalmente es aumentar los beneficios
monetarios de la Empresa.