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Tarea de Espíritu Santo, Ética y Justicia.

“El Profetismo” SBA-EC

Los profetas del Siglo VIII

Hasta el año 745 se vivía una aparente calma y prosperidad, sin mayores preocupaciones. Es con el
surgimiento de Teglatfalasar III, con sus prácticas invasivas y conquistadoras establece el primer
imperio de la historia. También empieza la llamada edad de oro del profetismo bíblico, nos
referimos a Oseas, Amós, Isaías y Miqueas.

Con Oseas tenemos a un profeta del campo. Con su matrimonio y experiencia paterna sirve de
imagen para expresar la relación entre Dios e Israel. Con los avatares de su unión con una prostituta
trata de comunicar el mensaje de cómo Dios ama a su pueblo a pesar de la forma como este se
comporta, yendo tras “otros dioses”, los que no le van a dar lo que busca.

Oseas es una personalidad llena de contrastes, el pecado de Israel merece empezar todo de cero
nuevamente. Usa constantemente las relaciones hombre-mujer, padre-hijo para describir las
relaciones Israel-Dios.

Nos invita a afianzarnos en la fe de nuestros padres, para dar una respuesta a los problemas de
nuestro tiempo.

Amós. Originario de Técoa, 10 km al sur de Jerusalén, primer profeta cuyos textos fueron puestos
por escrito. Su mundo es la agricultura, pero eso no lo hace desconocer la realidad que lo rodea,
aunque es originario del Sur, desarrollará su ministerio en el Norte. De lenguaje duro, no duda en
llamar “vacas de Basán” a las mujeres ricas de Samaria. El pecado que denuncia es la injustica de
las relaciones sociales, a todo nivel.

Acusa de opresión, de abusar del pobre, de la desproporcionalidad del castigo en relación a la


acción que la causa. El dinero y la fuerza primas en las relaciones sociales. Habla de un castigo muy
atroz, por su lenguaje, para ricos, poderosos, etc. todos los que han incurrido en la injusticia. Es
quien dice de sí mismo, que no es profeta ni hijo de profeta, solo alguien que sostiene “Si Yahvé
habla, ¿quién no profetizará?, para él, no hace nada fuera de lo común.

El profeta es duro e impertinente y es con esa característica que nos recuerda que Dios no es una
droga que anestesia el cerebro, sino un “revulsivo vivificante”. A nuestros días, podemos decir, ¿que
no nos afecta la exigencia de justicia tal como el la plantea?

Isaías. Es del Sur, pero no del campo, la evidencia lo señala como parte de la corte. Y como parte
de ese entorno vive una realidad diferente pero que no escapa de los ojos de Dios. Isaías se
convierte en el portavoz de la sabiduría del Dios de Israel.

En Isaías 7 vemos todo un ajetreo político que nos hace pensar que, a nuestros días, no envidia
nada ese tipo de prácticas. En momentos de gran tensión política vemos a Dios que se mueve en
medio de las circunstancias para mantener la promesa hecha a la casa de David, la política no le es
ajena. Isaías anima al rey, denostando a los reyes de la parte contraria como una forma de
demostrar que alguien está de su parte. Se resume su intervención en el mensaje de parte de Dios:
“no tengas miedo porque los proyectos de tus enemigos no se mantendrán en pie, si ustedes
permanecen firmes serán afirmados, porque Dios está con nosotros (Emanuel)”.

Isaías cap. 9 y 11, de tinte mesiánico tradicionalmente, también recuerda la situación en que nació
el texto y el objetivo primero de su mensaje.

La teología de Isaías reposa en tres pilares que son: la promesa de David, Jerusalén y la santidad de
Dios.
Tarea de Espíritu Santo, Ética y Justicia. “El Profetismo” SBA-EC

El profeta se compromete a fondo con los acontecimientos sociales y políticos de su tiempo, intenta
verlos y vivirlos a la luz de su fe.

Obtenemos lecciones para nuestros días del ministerio de Isaías: la coherencia de quien pretende
creer, la imposibilidad de traficar con la fe. Así como la fe de Isaías, la nuestra se vive en los
acontecimientos del día a día, en la política, los problemas sociales, culturales, religiosos.

Miqueas. Un hombre del campo, del sur de Judá. Como punto importante, los textos que provienen
de él y de sus discípulos no se diferencian, pero no quita valor a sus escritos. Contemporáneo de
Isaías, esta radicalmente preocupado por la justicia, sus ataques van dirigidos a la clase dirigencial.
Sin embargo, la categoría social que trae tras si una ira fulminante de parte del profeta, son los
profetas.

En sus tres oráculos la acusación es única. La corrupción y perversión de la función de los


magistrados, profetas y sacerdotes.

El primer oráculo va dirigido a los responsables del derecho y l ajusticia, quienes han invertido los
valores y cambiado prioridades, no solo no hacen justicia, sino que imparten injustica de forma muy
efectiva, el pueblo es exprimido cual limón, lo dejan seco.

El segundo oráculo va contra los profetas quienes aceptan y piden propinas y sobornos, el castigo
es simple, no habrá palabra.

El tercer oráculo sigue siendo dirigido a los responsables del derecho y la justicia a los que ahora se
añade a los sacerdotes quienes viven para el dinero. ¡La sentencia del profeta es destrucción total!

Miqueas es el caso de una persona que llegó a ser profeta sin buscarlo ni quererlo, simplemente
fue coherente con sus deberes y responsabilidades, fue conocida por su armonía con la voluntad
de Dios.

Recordemos que cada profeta está animado por determinadas preocupaciones más que por otras,
en ese sentido, a pesar de haber sido contemporáneos varios de los citados, su mensaje tiene
diferente orientación. Cada profeta está condicionado por su origen social, la teología se desarrolló
de manera distinta en el norte que en el sur. En el norte primaba el trasfondo Mosaico y en el sur
de David y la monarquía. Muy a pesar de ello, todos hablan en nombre d Dios y de la misma fe.

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