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Estaba llegando tarde, un pequeño atraso causado por el tráfico no

iba a dañar aquella cita que el tanto había esperado. Apresurado logro llegar a
su casa.
Se abrió aquella puerta y ella estaba tan sencillamente hermosa como
todas esas ocasiones en que se veían en la universidad.
Deciden partir. Él tenía planeado llevarla a un lugar sorpresa; Flores,
una fuente de agua, un atardecer, todo lo que una cita perfecta podría tener.
Al llegar. Él la guía hasta donde había un puestito de comida rápida,
mientras que la comida se preparaba tomaron asiento disfrutando de la vista del
parque.
—¿Que tal estuvo tu día? —pregunto ella con una pequeña sonrisa.
—Bien, algo cansado por el trabajo —dijo el algo nervioso.
Son interrumpidos por la mesera que tenia lista su orden. La
conversación continua hasta que empieza una especie de celebración.
Rápidamente el parque se inundo de gente, la tarde caía y se podía
apreciar como muchas parejas caminaban haciendo esto una oportunidad para
que él se acerque más a ella.
—¿Quieres ir hasta la fuente? —dijo él con una voz casi muda.
Ella respondió cogiéndole la mano y asintiéndole con un gesto, Él no
podía creer que al fin estaban compartiendo un momento memorable.
La tarde continua, contándole como le iba al otro en su vida, en su
trabajo y lo que viniera al momento, disfrutaron la tarde hasta que termino con
unos fuegos artificiales que daban fin a aquella celebración.
Al dejarla hasta su casa, se despide feliz sabiendo que tuvieron una
tarde maravillosa. Caminando hasta la parada del bus recordó amargamente su
objetivo principal el cual había olvidado. Decirle que sea su novia.

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