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EL PENSAMIENTO
2.1. PARADIGMAS:
Solo en las grandes crisis donde hay cambios de eras o edades las crisis son tan
grandes y su energía es tan fuerte que acaban por romper todos los viejos
paradigmas para dar paso a uno nuevo.
Un cambio de Paradigma implica un profundo cambio de mentalidad de la época, de
los valores que forman una visión particular de la realidad en turno. En esta época de
cambios de paradigmas la variante es la velocidad y la profundidad del cambio. Esto
se esta dando en todos los niveles tanto social, como espiritual, conceptual, político,
económico etc.
El cambio de era, conlleva cambios profundos de Paradigmas desde las raíces mismas
del Paradigma original donde se origino la mentira que ha dado origen a esta
civilización.
Una mentira dicha mil veces se convierte en verdad, la Historia se vuelve con el
tiempo en Leyenda y esta en Mito. La Historia la escriben los triunfadores y no
siempre son los que ganan las batallas sino el poder que está detrás, la mano que
ordena y dispone.
El Paradigma original ha creado una retícula de energía densa que envuelve el
planeta e impide que la energía plasmática del creador original permite esta red, así
como la otra red que aísla al planeta del resto de la galaxia.
Desaprender no puede tener lugar a menos que las personas acepten que hay
actitudes, conocimientos y destrezas que deben modificar. Es además un acto voluntario;
la persona puede iniciarlo y finalizarlo cuando lo desee, pero es importante tener en
cuenta que no terminar un proceso de “desaprendizaje” puede ser negativo para el
Proceso de Aprendizaje que se desea realizar. Desaprender no significa menospreciar el
conocimiento y destrezas adquiridas con anterioridad, ni tampoco irrespetar la fuente a
través de la cual fueron adquiridos.
Quizás, lo primero que tendríamos que hacer, para entender profundamente los
mecanismos de funcionamiento y las posibles implicaciones negativas del pensamiento
analítico, es cambiarle el nombre. Los procesos de análisis, que dan origen a su
denominación, son sólo una de sus características fundamentales, habiendo otras, de un
rango equivalente, que también deberían estar presentes en su nomenclatura.
3.- Procesa las cuestiones que intenta resolver ajustando los enunciados a los escenarios
prejuzgados por defecto. Incluso, antes que ver la ineficiencia o el error como déficits
propios, suele achacar sus fallos a la forma en la que están expresados los problemas.
5.- Se desencadena de forma reactiva, sin profundizar demasiado en los matices, detalles,
o características del escenario, entorno o paradigma en el que tiene que actuar.
8.- Suele percibir como “trampas” los enunciados que no se ajustan a su funcionamiento.
10.- Actúa de forma secuencial, dividiendo el problema en partes para atacarlo (lo cual
debilita el sentido de globalidad). Profundiza en el detalle de cada árbol y suele olvidarse
del bosque.
11.- A veces, su puesta en marcha actúa como un “imán de la muerte”: no está claro que
su operatoria sea la adecuada para resolver (incluso pueden existir evidencias palmarias
de que no servirá en absoluto), pero ejerce una inexplicable e intensa atracción que
impide descartar o replantear su utilización.
12.- Es, ciertamente, el tipo de pensamiento más establecido, más entrenado, más
exigido, más utilizado, y posiblemente, el que más nos ayuda a resolver. Por eso, ha
acabado siendo “el pensamiento por defecto”, e incluso, para algunas personas, “el
pensamiento único”. Suele ser el que genera los mayores errores cuando se aplica en el
escenario inadecuado, el que nos impide analizar el entorno para determinar la estrategia.
2.- Suele ir acompañado del sesgo de la confirmación. Es decir, ante una hipótesis (muchas
veces percibida de forma inconsciente y no planteada formalmente), antes que recopilar
información que la ponga en duda, o que la haga derivar hacia otra complementaria o
alternativa; tendemos a centrarnos (casi siempre de forma sutil, inconsciente y
autojustificable) en la búsqueda de aquella información que permita su confirmación.
Además, tendemos a negar, o a impedir (también de forma sutil, inconsciente y
autojustificable) la generación, el análisis y el procesamiento de la información que
pudiera poner en duda o rechazar esa hipótesis inicialmente planteada.
3.- Dado que, en la mayoría de las decisiones que debemos tomar utilizando este tipo de
pensamiento, carecemos de la totalidad de la información relevante sobre cada una de las
alternativas posibles, solemos distorsionar nuestras conclusiones con creencias, opiniones
y prejuicios personales.
3.- Para solucionar problemas sistémicos, en la mayoría de las ocasiones, es más eficaz (y
más fácil) actuar sobre las relaciones que sobre los elementos de un sistema.
4.- Con frecuencia, en un entorno sistémico, cuando un problema es obvio para todos los
agentes que intervienen en él, suele ser demasiado tarde para conseguir los objetivos que
vinculan al conjunto de esos agentes. Por tanto, es crucial actuar desde el principio en la
dirección adecuada, aun cuando esa dirección no sea compartida por la mayoría, y aun
cuando, a corto plazo, recibamos “imputs” negativos por actuar de forma sistémica.
5.- En los sistemas, habitualmente, las relaciones que se establecen entre los elementos
que los componen, suelen ser confusas y difíciles de clarificar y de cuantificar. Por eso, de
forma errónea, nuestro pensamiento, en vez de concentrar sus esfuerzos en la
clarificación y cuantificación de las claves que definen las relaciones, tiende a actuar
centrándose en lo que mejor conoce y puede manejar: los elementos (sobre todo el
elemento propio). Esa conducta suele conducir a la inoperancia, al colapso, y, en
definitiva, a la imposibilidad de conseguir los objetivos planteados o exigidos.
6.- Los sistemas suelen tender al equilibrio. Por tanto, es de suma importancia identificar y
utilizar esa tendencia a favor de nuestros objetivos (favoreciéndola o dificultándola, según
convenga).
2.8.- META-PENSAMIENTO:
Reflexionar acerca de cómo pensamos: La base para esta modalidad se encuentra
en el propio concepto de meta-cognición, ya que se restringe cognición a pensamiento, a
manipulación del conocimiento. En este sentido la mayor parte del pensamiento es Meta-
pensamiento puesto que incluye la reflexión, el volver sobre sí mismo y el autocontrol.
Para finalizar se puede decir que el pensamiento es algo que todas las personas
tienen y forma parte de su naturaleza apareciendo con mayor claridad con el desarrollo
mental del niño y así puede ir tomando nuevas formas gracias a las diferentes aptitudes
cuya actividad orientará y hará posible la progresiva madurez personal.