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INTRODUCCIÓN

La formación de conceptos tiene lugar ya en los primeros años. De una vaga


comprensión de la situación global, el niño pasa a la aprehensión gradual de las
semejanzas y diferencias existentes en las cosas o situaciones concretas. Luego se eleva el
nivel concreto al nivel abstracto. Cuando se expresa verbalmente lo referente a los
objetos o personas que lo rodean, utiliza ya conceptos abstractos.

Naturalmente en la vida utilizamos conceptos simples. La capacidad de operar con


conceptos más complejos, como son conceptos científicos, matemáticos o filósofos,
aparecen mas tardes con la mayor madurez y la mayor experiencia. La aprehensión de
este concepto esta penetrado de afectividad. Las relaciones entre causa y efecto. Con el
desarrollo mental se comienza también a evaluar sus propias acciones y a juzgar el punto
de vista de otras. Comienza a formular sus propias afirmaciones sobre los hechos reales y
presentar argumentos cada vez más lógicos. En general la experiencia ha demostrado la
inteligencia que se desarrolla según la edad, si conserva buena salud, se mantendrá con
igual capacidad. Ello permite descubrir en el adolescente los intereses particulares que
juegan un papel muy importante en la orientación vocacional y profesional del joven.
Además es el periodo dialéctico de la vida se exigen distintas razones para llegar a la
excelencia y captar con claridad la noción de la ley.

EL PENSAMIENTO
2.1. PARADIGMAS:

 PARADIGMA del Griego Paradeima = Modelo, tipo, Ejemplo.

 Un paradigma es el resultado de los usos, y costumbres, de creencias establecidas de


verdades a medias; un paradigma es ley, hasta que es desbancado por otro nuevo.
 
 Los Paradigmas nos los han impuesto los dioses primero, y luego nosotros nos hemos
creado otros para sostener los primeros, y así sucesivamente.
 
 En la ciencia, un Paradigma es un conjunto de realizaciones científicas
"universalmente" reconocidas, que durante un tiempo proporcionan modelos de
problemas y soluciones a una comunidad científica. En el campo de las ciencias, esto
es una Secuencia en espiral; un paradigma inicial forma un estadio de ciencia normal,
sigue una crisis que desestabiliza el paradigma se crea una revolución científica
nueva, se establece un nuevo paradigma que forma una nueva ciencia formal normal.
Y a empezar de nuevo, pero con un paso adelante. Cuando una comunidad tanto
científica como religiosa o política da por sentado un Paradigma, se crea un espacio-
tiempo lineal en donde nada cambia de verdad y se establece como verdad inmutable
y la evolución se estanca.
 
 El Paradigma vigente llega a determinar nuestra percepción de la realidad, no existe
una percepción neutra, objetiva, verdadera, de los fenómenos sino que la percepción
se ve teñida, enmarcada, tamizada por el paradigma en turno que nos controla y
dirige.
 
 El Paradigma no solo nos envuelve sino nos controla, nos define, nos delimita todo lo
que percibimos, y creemos que esa es la verdad. Define lo que es realidad y
descalifica las demás opciones,
 
 La capacidad de percepción esta basada en la apertura de conciencia que tenemos, y
esta está fundada en la capacidad de uso de nuestros cerebros, tantos los físicos
como los dimensionales.
 
 La Mente Humana no solo nada más piensa, sino que lo hace con ideas y creencias
que en su mayoría adopta, o se apropia de la sociedad en que se vive.
 
 Volverse Conciente del entorno y de la sociedad que nos rodea, de sus creencias de
sus verdades, es extremadamente difícil. Volverse critico conciente de nuestras
presuposiciones y puntos de vista requiere de una verdadera apertura de conciencia
y deseo de progresar, de evolucionar. Todo puede verse directamente, menos el ojo
con el que vemos. El Paradigma es un requisito previo para la percepción misma. Lo
que ve una persona depende tanto de lo que mira como de su experiencia visual y
conceptual previa que lo ha preparado a ver.
 
 Los Paradigmas pueden tener vigencia durante siglos y hasta milenios sin cambio
alguno, dependiendo de que se empiecen a acumular crisis que hagan insostenibles
el Paradigma en turno, a menos que,

 los círculos de poder a los que les convenga


seguir con ese mismo Paradigma, crean soportes
y otros paradigmas que sostengan al Paradigma
original.

 Solo en las grandes crisis donde hay cambios de eras o edades las crisis son tan
grandes y su energía es tan fuerte que acaban por romper todos los viejos
paradigmas para dar paso a uno nuevo.
 
 Un cambio de Paradigma implica un profundo cambio de mentalidad de la época, de
los valores que forman una visión particular de la realidad en turno. En esta época de
cambios de paradigmas la variante es la velocidad y la profundidad del cambio. Esto
se esta dando en todos los niveles tanto social, como espiritual, conceptual, político,
económico etc.
 
 El cambio de era, conlleva cambios profundos de Paradigmas desde las raíces mismas
del Paradigma original donde se origino la mentira que ha dado origen a esta
civilización.

 Una mentira dicha mil veces se convierte en verdad, la Historia se vuelve con el
tiempo en Leyenda y esta en Mito. La Historia la escriben los triunfadores y no
siempre son los que ganan las batallas sino el poder que está detrás, la mano que
ordena y dispone.
 
 El Paradigma original ha creado una retícula de energía densa que envuelve el
planeta e impide que la energía plasmática del creador original permite esta red, así
como la otra red que aísla al planeta del resto de la galaxia.

2.2. DESAPRENDER A PENSAR:


Proceso por medio del cual se trata de olvidar o descartar conocimiento
acumulado aprendido con anterioridad. Todos tenemos algo que desaprender; entre esas
cosas podemos mencionar hábitos, dependencias y prejuicios. Desaprender puede verse
como una actitud que busca deshacerse de aquellas cosas que impiden el desarrollo y
evolución personal por medio del aprendizaje. Desaprender es casi como tener una
segunda oportunidad, ya que al desaprender nos estamos abriendo a la posibilidad de
vivir experiencias y entrar en contacto con cosas que de otra manera no nos
permitiríamos.

Desaprender no puede tener lugar a menos que las personas acepten que hay
actitudes, conocimientos y destrezas que deben modificar. Es además un acto voluntario;
la persona puede iniciarlo y finalizarlo cuando lo desee, pero es importante tener en
cuenta que no terminar un proceso de “desaprendizaje” puede ser negativo para el
Proceso de Aprendizaje que se desea realizar. Desaprender no significa menospreciar el
conocimiento y destrezas adquiridas con anterioridad, ni tampoco irrespetar la fuente a
través de la cual fueron adquiridos.

Desaprender no debe ser un proceso aislado; debe ser complementado con el


aprendizaje de nuevos conocimientos o destrezas. Una de las formas más eficaces de
eliminar un hábito o conducta, es sustituirlo por otro que debe ponerse en práctica cuanto
antes y con frecuencia.

El Aprendizaje Acelerado es una tecnología que rompe de forma rotunda y


definitiva con gran cantidad de cosas que vivimos y a las que nos acostumbramos durante
nuestra vida de estudiantes. Es necesario desaprender muchas de estas cosas a fin de
entrar en un modelo que ha demostrado su eficacia y superioridad, y que se adapta
mucho más adecuadamente a la realidad actual y tal vez a la del futuro.

2.3. PENSAMIENTO ANALITICO:


Realiza la separación del todo en partes que son identificadas o categorizadas.
También se puede decir que el pensamiento analítico, es el tipo de pensamiento que más
utilizamos para plantear y resolver problemas y para tomar decisiones. Podríamos
describirlo como nuestro pensamiento por defecto. Hemos sido entrenados, desde
nuestra infancia, para automatizar e hipertrofiar sus principios, sus mecanismos y sus
procedimientos; los cuales, utilizamos de forma constante y automática.
Esa hiper-utilización de este tipo de pensamiento, que nos sirve de gran ayuda, en
innumerables ocasiones, también nos produce, a su vez, efectos no deseados, que pueden
llegan a representar más inconvenientes que ventajas.

Quizás, lo primero que tendríamos que hacer, para entender profundamente los
mecanismos de funcionamiento y las posibles implicaciones negativas del pensamiento
analítico, es cambiarle el nombre. Los procesos de análisis, que dan origen a su
denominación, son sólo una de sus características fundamentales, habiendo otras, de un
rango equivalente, que también deberían estar presentes en su nomenclatura.

2.4. PENSAMIENTO ANLICO:


Pensamiento ANLICO, denominación construida a partir de las dos primeras letras
de cada una de sus tres características basales: Analítico, Lineal y Convergente.
Describamos cada una de esas tres características y el alcance de sus interacciones, para
aproximarnos a la compresión global de esta (rebautizada) tipología de pensamiento.
Analítico: evidentemente, el pensamiento ANLICO, es, fundamentalmente analítico. Se
centra en las partes antes que en el todo; disgrega, intentando entender el significado
específico de cada uno de los aspectos parciales; se interesa mucho más por los
elementos que por las relaciones; y equipara la explicación del todo, a la agregación, por
suma, de la explicación de cada una de las partes.

Lineal: además, el pensamiento ANLICO también es sustancialmente lineal. Sigue


una secuencia establecida, no genera saltos cualitativos, no obvia ni altera pasos del
proceso, y utiliza estrategias de acceso incremental para acercarse a la solución.
Convergente: finalmente, el pensamiento ANLICO también es un pensamiento
convergente. Es decir, un pensamiento orientado a la solución; poco interesado por los
aspectos relacionados con el planteamiento; no indagador de escenarios alternativos; y
excesivamente orientado a operar, a calcular y a aplicar. El continúo contacto con el
pensamiento ANLICO, y la continua utilización del mismo para resolver problemas, crea
ciertos automatismos inconscientes, ligados a sus características basales, que acaban
generando severos inconvenientes en la implementación de las estrategias y de los
procesos resolutivos que utilizamos al afrontar los problemas. Veamos, a continuación,
una amplia enumeración de las cuestiones fundamentales que lo definen y de los
inconvenientes más sobresalientes que su aplicación automática genera:
1.- Muestra excesiva preocupación por las respuestas (mucho más que por el
planteamiento de los problemas).

2.- Obedece a patrones automatizados y fuertemente establecidos (modelos mentales o


estereotipos cognitivos).

3.- Procesa las cuestiones que intenta resolver ajustando los enunciados a los escenarios
prejuzgados por defecto. Incluso, antes que ver la ineficiencia o el error como déficits
propios, suele achacar sus fallos a la forma en la que están expresados los problemas.

4.- Tiende a actuar con precipitación, impaciencia y urgencia. Necesita converger


rápidamente para hallar la solución y se olvida sistemáticamente de divergir (no se
plantea ni segundas miradas ni percepciones alternativas).

5.- Se desencadena de forma reactiva, sin profundizar demasiado en los matices, detalles,
o características del escenario, entorno o paradigma en el que tiene que actuar.

6.- Obedece a patrones culturales interiorizados y automatizados durante décadas a lo


largo de nuestras vidas, contra los que es especialmente difícil luchar.

7.- Efectúa suposiciones (muchas veces injustificadas) para cerrar o establecer un


escenario que le permita operar: sin esas suposiciones no puede utilizar ni el análisis ni la
lógica.

8.- Suele percibir como “trampas” los enunciados que no se ajustan a su funcionamiento.

9.- Es “Cartesiano” y “Newtoniano”: se centra en aquella parte de la realidad que puede


controlar y representar, olvidando (cuando no rechazando intensa y obstinadamente)
explicaciones alternativas.

10.- Actúa de forma secuencial, dividiendo el problema en partes para atacarlo (lo cual
debilita el sentido de globalidad). Profundiza en el detalle de cada árbol y suele olvidarse
del bosque.

11.- A veces, su puesta en marcha actúa como un “imán de la muerte”: no está claro que
su operatoria sea la adecuada para resolver (incluso pueden existir evidencias palmarias
de que no servirá en absoluto), pero ejerce una inexplicable e intensa atracción que
impide descartar o replantear su utilización.

12.- Es, ciertamente, el tipo de pensamiento más establecido, más entrenado, más
exigido, más utilizado, y posiblemente, el que más nos ayuda a resolver. Por eso, ha
acabado siendo “el pensamiento por defecto”, e incluso, para algunas personas, “el
pensamiento único”. Suele ser el que genera los mayores errores cuando se aplica en el
escenario inadecuado, el que nos impide analizar el entorno para determinar la estrategia.

2.5.- EL PENSAMIENTO LATERAL:


El término pensamiento lateral fue propuesto por Edward De Bono para
representar todos esos caminos alternativos que no estamos acostumbrados a tomar al
momento de encontrar soluciones a un problema. Según De Bono la mayoría de la gente
tiende a enfocarse en una sola forma de resolver un conflicto solo porque las otras vías
para resolverlo no son visibles a simple vista. Pensamiento Lateral es un tipo de
pensamiento creativo y perceptivo, como su nombre lo indica, es aquel que nos permite
movernos hacia los lados para mirar el problema con otra perspectiva y esta es una
habilidad mental adquirida con la práctica. El pensamiento vertical o lógico se caracteriza
por el análisis y el razonamiento mientras que el pensamiento lateral es libre, asociativo y
nos permite llegar a una solución desde otro ángulo. Ambos pensamientos son
importantes. El lateral incentiva nuestro ingenio y creatividad. El vertical nos ayuda a
desarrollar nuestra lógica. Creo que es muy valedero aplicar un poco del pensamiento
lateral a nuestras vidas, observar nuestros problemas desde distintas direcciones, ver el
panorama con otros ojos y empujarnos a encontrar diferentes, nuevas e ingeniosas
respuestas para los viejos y los mismos conflictos humanos.

2.6.- EL PENSAMIENTO PROBABILÍSTICO:


Utilizamos el pensamiento probabilístico cuando emitimos juicios o tomamos
decisiones en entornos caracterizados por la incertidumbre. Este tipo de pensamiento nos
permite prever y predecir hechos o comportamientos nuevos, basándonos en hechos o
comportamientos conocidos. El probabilístico es un tipo de pensamiento que se
caracteriza, fundamentalmente, por su carga de inferencia. Es decir, por su carácter
predictivo: prevemos lo que podría pasar, basándonos en lo que sabemos que ha pasado.
Es un tipo de pensamiento que utilizamos de forma habitual (aunque no siempre somos
conscientes de ello) en la mayoría de decisiones que tomamos o de acciones que
emprendemos, tanto en el plano personal como en el profesional.

En definitiva, recurrimos a esta tipología de pensamiento, ante cualquier


diagnóstico que realicemos, juicio que emitamos, o decisión que adoptemos, basándonos
en datos y en hechos, a partir de los cuales inferimos y predecimos una probabilidad.
Desde coger (o no) el paraguas por la mañana, al salir de casa, hasta realizar (o no) una
inversión en función de su rentabilidad social. Las ideas fuerzan, las características basales
y los criterios, los inconvenientes y las dificultades fundamentales que determinan el
pensamiento probabilístico, son los que a continuación se describen:

1.- Sus conclusiones son sólo probable o posiblemente ciertas y no total e


inequívocamente ciertas. No obstante, en muchas ocasiones, una vez que hemos
realizado el juicio probabilístico, nos olvidamos de su sentido predictivo, y actuamos como
si éste constituyera un principio inmutable de verdad.

2.- Suele ir acompañado del sesgo de la confirmación. Es decir, ante una hipótesis (muchas
veces percibida de forma inconsciente y no planteada formalmente), antes que recopilar
información que la ponga en duda, o que la haga derivar hacia otra complementaria o
alternativa; tendemos a centrarnos (casi siempre de forma sutil, inconsciente y
autojustificable) en la búsqueda de aquella información que permita su confirmación.
Además, tendemos a negar, o a impedir (también de forma sutil, inconsciente y
autojustificable) la generación, el análisis y el procesamiento de la información que
pudiera poner en duda o rechazar esa hipótesis inicialmente planteada.

3.- Dado que, en la mayoría de las decisiones que debemos tomar utilizando este tipo de
pensamiento, carecemos de la totalidad de la información relevante sobre cada una de las
alternativas posibles, solemos distorsionar nuestras conclusiones con creencias, opiniones
y prejuicios personales.

En demasiadas ocasiones, antes que actuar de forma objetiva, basándose en los


principios matemáticos de la estadística o la combinatoria, nuestro pensamiento
probabilístico utiliza “pseudo reglas” parciales y subjetivas para emitir juicios. 5.- Este tipo
de pensamiento frecuentemente dibuja escenarios falsos, construidos sobre la base de
percepciones incompletas, fantasías cognitivas o afectivas, o limitaciones de nuestro
cerebro en el procesamiento y la recuperación de la información.

2.7.- EL PENSAMIENTO SISTÉMICO:


El sistémico es el tipo de pensamiento que debemos poner en marcha cuando
tenemos que decidir, actuar o resolver en un contexto determinado por un sistema. Un
sistema es un escenario, o un entorno, en el cual los elementos que lo constituyen están
relacionados entre sí (son interdependientes), tienen un propósito común (aunque en
ocasiones ese propósito no sea claramente explícito), y su interacción funciona de tal
manera que, cualquier cambio, en cualquiera de ellos, afecta al conjunto. Un mercado,
una empresa, un área funcional, un departamento, o un equipo de trabajo, serían
ejemplos paradigmáticos de sistemas. Podríamos considerar como ejemplo de
pensamiento sistémico, cualquier decisión, acción, política, estrategia o solución que
tengamos que realizar, establecer o implementar, en un escenario definido por una
estructura sistémica. Desde definir nuestros precios en un mercado determinado, hasta
poner en funcionamiento un plan de motivación para las personas que componen nuestro
equipo de trabajo. Las ideas fuerza más significativa, y las características y las dificultades
basales que determinan el pensamiento sistémico, son las que a continuación se
describen:

1.- La mayoría de las intervenciones estratégicas que realizamos en las organizaciones, se


realizan en contextos regidos por sistemas, y por tanto, exigen la utilización del
pensamiento sistémico.

2.- Para pensar sistémicamente es fundamental pensar en la globalidad y en las relaciones


que se establecen entre los diferentes elementos de un sistema.

3.- Para solucionar problemas sistémicos, en la mayoría de las ocasiones, es más eficaz (y
más fácil) actuar sobre las relaciones que sobre los elementos de un sistema.

4.- Con frecuencia, en un entorno sistémico, cuando un problema es obvio para todos los
agentes que intervienen en él, suele ser demasiado tarde para conseguir los objetivos que
vinculan al conjunto de esos agentes. Por tanto, es crucial actuar desde el principio en la
dirección adecuada, aun cuando esa dirección no sea compartida por la mayoría, y aun
cuando, a corto plazo, recibamos “imputs” negativos por actuar de forma sistémica.

5.- En los sistemas, habitualmente, las relaciones que se establecen entre los elementos
que los componen, suelen ser confusas y difíciles de clarificar y de cuantificar. Por eso, de
forma errónea, nuestro pensamiento, en vez de concentrar sus esfuerzos en la
clarificación y cuantificación de las claves que definen las relaciones, tiende a actuar
centrándose en lo que mejor conoce y puede manejar: los elementos (sobre todo el
elemento propio). Esa conducta suele conducir a la inoperancia, al colapso, y, en
definitiva, a la imposibilidad de conseguir los objetivos planteados o exigidos.

6.- Los sistemas suelen tender al equilibrio. Por tanto, es de suma importancia identificar y
utilizar esa tendencia a favor de nuestros objetivos (favoreciéndola o dificultándola, según
convenga).
2.8.- META-PENSAMIENTO:
Reflexionar acerca de cómo pensamos: La base para esta modalidad se encuentra
en el propio concepto de meta-cognición, ya que se restringe cognición a pensamiento, a
manipulación del conocimiento. En este sentido la mayor parte del pensamiento es Meta-
pensamiento puesto que incluye la reflexión, el volver sobre sí mismo y el autocontrol.

Meta-pensamiento – Reflexiones de las imágenes de uno mismo en la meditación


Por Halvor Eifring, catedrático de lengua china en la Universidad de Oslo, y profesor de
meditación en Acem. Cuando nuestra meditación se llena de pensamientos críticos acerca
de cómo meditamos es fácil creer que la solución está en “recuperar las formas”. En
realidad la solución está en aceptar la situación tal como es. Los pensamientos negativos
autocríticos son una expresión de las malas imágenes de uno mismo. La meditación nos
libra de su agobiante influencia. Los pensamientos valorativos son parte de la meditación.
Algunas veces son positivos: “¡Esto va bien!; “¡Así es como se medita correctamente!”;
“¡Aquí he conseguido de verdad algo!” Pero más a menudo son negativos: “No lo estoy
haciendo bien”; “Tengo demasiados pensamientos y son demasiado intrusivos”; “No pasa
nada en mi meditación”; “El sonido de meditación es demasiado flojo y poco claro”. Es
típico que los juicios como estos tiñan nuestra mente: los creemos y actuamos en
consecuencia. En la psicología de la Meditación Acem los llamamos Meta-pensamientos.
Experiencia tergiversada – meditación equivocada Cuando tenemos Meta-pensamiento,
es típico que experimentemos nuestra meditación de una manera distorsionada y esto
influye en cómo actuamos. Los juicios negativos que hacemos están dirigidos hacia la
práctica de nuestra meditación, y reaccionamos modificando la manera en que
meditamos: Meditación juicio reacción

Cuando experimentamos meta-pensamientos negativos siempre asumimos que


representan la verdad. Es típico de los meta-pensamientos que creamos lo que dicen.

A menudo reaccionamos tratando de modificar el modo en que meditamos.


Tratamos de “recuperar las formas”. Por ejemplo, podemos repetir el sonido con más
fuerza en un intento de impedir que el sonido desaparezca e impedir que la mente se
llegue a abrumar por los pensamientos. O podemos esforzarnos por hacer el sonido más
claro para evitar que se torne más vago y poco claro. O intentamos quitarnos de encima
pensamientos y sentimientos que consideramos que no deberían ser parte de la
meditación – cansancio, sueño, dolor, tristeza, angustia, ansiedad, pensamientos
superficiales, pensamientos triviales, hacer planes o soñar despiertos. En todos estos
casos, nuestra reacción implica algún grado de concentración activa. La actitud abierta se
restringe: meditamos incorrectamente. En realidad, los metapensamientos no
representan la verdad en nuestra meditación. Los pensamientos valorativos son más bien
una parte del flujo de pensamientos: parte de la liberación mental que resulta de la
meditación correcta. Como tales, se debería permitir que los pensamientos valorativos
vinieran y se fueran a su antojo, igual que cualquier otro pensamiento. Cuando los
tratamos como verdades los apartamos de otros pensamientos y les atribuimos una
validez que no merecen. En vez de dejarlos pasar, reaccionamos ante ellos. Intentar evitar
imágenes dolorosas de uno mismo Los metapensamientos representan un afloramiento
de las imágenes interiores de uno mismo que nos influyen no sólo en la meditación sino
también en nuestra vida cotidiana. Como los metapensamientos de la meditación, las
imágenes de uno mismo en la vida cotidiana pueden ser positivas y asociadas a
sentimientos de orgullo.
CONCLUSION

Para finalizar se puede decir que el pensamiento es algo que todas las personas
tienen y forma parte de su naturaleza apareciendo con mayor claridad con el desarrollo
mental del niño y así puede ir tomando nuevas formas gracias a las diferentes aptitudes
cuya actividad orientará y hará posible la progresiva madurez personal.

Estas categorías mentales permiten clasificar personas, cosas o eventos


específicos con características comunes; también estos dan significados a nuevas
experiencias: no nos detenemos a formar nuevos conceptos para cada experiencias sino
que nos basamos en conceptos que ya hemos formado y colocamos al nuevo objeto o
evento en la categoría adecuada, en este proceso algunos conceptos son modificados para
adaptarlos al mundo que nos rodea.

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