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Política

Por muchos es considerado como el arte de negociación para conciliar intereses como
también se trata de la forma de actuación de un gobierno frente a determinados temas
sociales y económicos de interés público. Un carácter vital es que el sistema político es
una forma de gobierno que engloba las instituciones políticas para gobernar una nación,
la monarquía y la republica son sistemas políticos tradicionales.

Dentro de estos sistemas puede haber variaciones significativas a nivel de organización.


Existen varios tipos de ideologías políticas, como el totalitarismo, el cocervacionismo,
el socialismo, etc. Por lo cual la política es aquella que se caracteriza por una lucha
entre personas o agrupaciones para detentar el ejercicio del poder. Si el estado es aquel
que detenta el uso de la violencia legitima, la política es la lucha por el poder como tal.

Es claro, por tanto, que todas las asociaciones tienden a un bien de cierta especie, y que
el mas importante de todos los bienes debe ser el objeto de la más importante de la
asociación, de aquella que encierra toda las demás, la cual es el estado. Por lo tanto, la
política es la asociación que persigue el bien común.

Pero a pesar de ello no existe una persona o agrupación que pueda resolver el problema
de todas las persona que viven en una ciudad utilizado el poder de la política y los que
se dedican a repartir esperanzas y soluciones particularizadas son falsos lideres que caen
en el promeserismo barato y en la demagogia sínica y deshumanizada de los
embaucadores.

La política tiene dos funciones obligatorias con el devenir histórico de las naciones. Lo
cual son las bases de unas correctas interacciones de convivencia y deben ser motivo
trascendente y permanente de la sociedad responsable proyectada hacia el bien común.

Gobernabilidad

El arte de gobernar es una diciplina muy independiente, que requiere de conocimientos,


vocación, habilidad, preparación y una profunda clara y decidida visión generacional
del proceso social.

Un gobernante debe tener la claridad y la certeza de que su labor es inmediata activa y


definitivamente orientadora, u visión estratégica le debe permitir observar los
desenlaces generacionales de sus decisiones. Y no debe actuar influenciado por excesiva
carga ideológica de disciplina científicas o humanistas que le quiten la capacidad de
discernir.

Sus actos de gobierno deben ser cobijados por la frialdad de la ética, la imparcialidad y
el sentido común, manejar completamente su inteligencia emocional a la hora de tomar
decisiones. No olvidemos que quienes persiguen quimeras efímeras, basado en la lógica
de sus emociones y falsas apreciaciones, arrastran a su gente hacia rumbos inciertos
terribles desilusiones y perdida de esperanza.

La gobernabilidad tiene como fin rescatar la conciencia humana y la sensibilidad social


como los principios de la solidaridad y respeto al prójimo.

La aplicación de estas políticas durante décadas ha dado lugar a transformaciones en la


forma de interrelación entre los diferentes actores sociales y económicos con el Estado,
llevando a hablar de una coparticipación o corresponsabilidad en la dirección de la
sociedad. Es decir, el Estado ya no tiene la exclusividad en la dirección de la sociedad.
De ahí que el término “governance” comience a interpretarse como “gobernanza” para
explicar estos cambios. Sin embargo, la aparición de este concepto no implica la
desaparición del concepto de gobernabilidad.

La gobernabilidad se relaciona además, con componentes cruciales de la vida social, lo


que subraya su importancia metodológica. Nos referimos a:

 la capacidad de desarrollo de una sociedad


 la capacidad de resolver pacíficamente los conflictos internos
 la calidad de vida de los ciudadanos
 la capacidad de sobrevivencia de un Estado

En ese sentido asumiremos como gobernabilidad las capacidades de un gobierno para


gobernar a su sociedad, ponderando sus capacidades institucionales, administrativas y
financieras para responder a las demandas de la sociedad.

La democracia siempre ha estado ligada a las formas más participativas de gobierno. los
teóricos Que abogan por una democracia representativa podrán debatir ampliamente
este punto, pero no es propósito de este escrito intervenir en aquella controversia,
simplemente Quiero reafirmar la idea de Que las formas autoritarias no tienen
demasiados problemas de gobernabilidad por la escasez del debate y por la consiguiente
exclusión de la participación y del ámbito político

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