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En el ideario de nuestro Apóstol José Martí está la génesis del proceso revolucionario
comenzado en el siglo XIX, continuado por la generación del centenario del Apóstol, bajo
la preclara conducción de Fidel Castro y puesta en práctica en la construcción de una
sociedad más justa, más humana, más culta y creadora. El estudio del antimperialismo
martiano adquiere gran relevancia para el presente y futuro de la Revolución Cubana; aún
más, para comprender la urgencia de la unidad latinoamericana y los principios que deben
ser rectores de ésta. En la obra martiana abundan ejemplos que advierten a los pueblos
del inmenso peligro que corrían al quedar bajo la hegemonía continental del país
imperialista, que hoy ha llegado a ser el más poderoso estado de su tipo en la historia de
la humanidad.
Es por ello que el presente trabajo tiene como objetivo valorar la significación en la
contemporaneidad de defender valores y principios heredados de nuestros padres
fundadores para mantener nuestra independencia. Hemos tomado como principal
material de apoyo el libro Selección de lecturas de Cultura Política Segunda Parte. Para
enfrentar los grandes retos que plantea el mundo de hoy, globalizado, unipolar y
hegemónico, se hace necesario un acercamiento a la obra paradigmática del Héroe
Nacional y de esta forma comprender cómo Martí fue convirtiéndose en el principal
abanderado del antiimperialismo; en ello radica la importancia de abordar este tema.
Desarrollo
El Apóstol desde su tiempo, sin descubrir los determinantes del fenómeno imperialista,
avizora sus peligros y aboga por la oposición mediante la lucha de los pueblos desde el Río
Bravo hasta la Patagonia. En los últimos años del siglo XIX los Estados Unidos de
Norteamérica atravesaban su tránsito del capitalismo premonopolista al imperialismo.
José Martí al analizar con mayor profundidad la época en que vive en los Estados Unidos
(1881 – 1895), alcanza la madurez de su pensamiento antimperialista mediante el estudio
de la historia y del sistema político estadounidenses. Para un gran pensador como lo fue El
Maestro, vivir en el “monstruo”, como el llamó a la gran potencia del norte, le permitió
conocer la forma injusta en que estaba organizada la sociedad norteamericana, donde un
grupo de ricos monopolistas controlaban los principales recursos del país, situación que
persiste hoy con rasgos más sólidos y expansionistas. Martí como revolucionario
latinoamericanista defendió el respeto a lo autóctono de esta región y se opuso al saqueo
desenfadado impuesto por el sistema capitalista. Previó también las consecuencias fatales
que tendría para los pueblos de América Latina la expansión del imperialismo yanqui, es
por ello que afirmó…” ha llegado para la América española, la hora de su segunda
independencia” …. (ver anexo 1)
En el libro “Escenas Norteamericanas” caracteriza el surgimiento de los monopolios como
un gigante implacable que aplasta a los pobres y pretende devorar las riquezas de los
pueblos mediante la exportación de capitales, es por eso que plantea: “El desdén del
vecino formidable, que no la conoce, es el peligro mayor de nuestra América". Se
desprende de la posición antiimperialista de Martí, su sentimiento de amor a los pueblos
de Latinoamérica. Martí, de todos los pensadores y libertadores americanos de su tiempo,
es quien tiene oportunidad de conocer más profundamente la realidad americana,
especialmente la de México, la de Venezuela y la de Guatemala. Durante su estancia en
estos países, comprendió como las oligarquías nativas, mantenían los graves males del
latifundio, la monoproducción, el atraso industrial y la dependencia de un solo mercado,
América Latina era la región propicia para la penetración y el dominio de los imperialistas,
en su escrito Nuestra América nos advirtió: “los árboles se han de poner en fila para que
no pase el gigante de las siete leguas. Es la hora del recuento y de la marcha unida, y
hemos de andar en cuadro apretado como la plata en las raíces de los Andes”.
La insistencia de Martí en que los hombres de América Latina entendieran las profundas
diferencias existentes entre la civilización llamada «anglosajona» y la civilización «latina»,
fue el motivo que lo condujo a escribir prolijamente sobre los Estados Unidos. La
formulación martiana de las dos Américas, «la nuestra» y «la de ellos, surge como
resultado de su estrecho contacto con la cultura de los norteamericanos, pero también de
su minucioso estudio de las posibilidades reales de construir una «cultura
latinoamericana», lo cual no sería posible sin comprender antes que el imperialismo haría
todo lo que estuviera a su alcance para impedirlo. Sus reflexiones sobre la “otra” América,
las huelgas obreras en el país norteño, y sus relaciones con la América Latina son
expuestas en las crónicas que escribiera desde Nueva York para La Opinión Nacional, de
Caracas.
Ante el secuestro en Miami del niño Elián González, los cubanos no quedaron en silencio
frente a las autoridades norteamericanas, en el año 2000, los jóvenes de las Brigadas
Técnicas Juveniles (BTJ) protestaron frente a la Oficina de Intereses de Estados Unidos en
La Habana (SINA), por la retención del niño. Finalmente pudo regresar con su padre,
agradecido con el pueblo y el gobierno de Cuba. (ver anexo 5)
El pueblo cubano y el mundo exigió a los Estados Unidos la liberación de Los Cinco Héroes
por más de una década. Estos cinco profesionales decidieron dedicar sus vidas a la lucha
contra el terrorismo en la ciudad de Miami, centro principal de las agresiones contra Cuba.
La lucha protagonizada por los cubanos, para que cinco de sus hijos fuesen liberados de
un encierro injusto en cárceles estadounidenses, vio realizado su objetivo con su regreso a
la Patria. (ver anexo 6)
El programa Zunzuneo contra Cuba es otra evidencia de que Estados Unidos no renuncia a
la subversión en Cuba, sin embargo, la actitud antimperialista de los cubanos ha traído
consigo su fracaso total. Este plan de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo
Internacional (Usaid), consiste en una red de mensajería, cuyo propósito es el envío de
noticias que sirvieran para crear desasosiego y confusión entre personas sin enterarse que
estaban siendo manipuladas por una agencia secreta norteamericana.
A modo de ejemplo, podemos hacer referencia a la agresión televisiva y radial que desde el
triunfo mismo de la Revolución se mantiene desde Estados Unidos Contra Cuba a través de
la fracasada Radio y TV Martí. (ver anexo 9 ). Según sus promotores el objetivo que
persiguen es "difundir la verdad" cuando en realidad lo que buscan es promover el
descontento y desestabilizar el sistema que se construye y está en el poder. Cabe consignar
también el ataque continuado contra el proceso bolivariano de Venezuela, en el que los
guiones del golpe de Estado de factura estadounidense exhiben sucesivas fases de
intoxicación a través de los medios de difusión bajo control monopólico privado, en
particular los electrónicos, combinadas con medidas de coerción psicológica unilaterales y
extraterritoriales y un vasto accionar sedicioso articulados con redes digitales de grandes
corporaciones en la web, partidos políticos, dirigentes de la derecha internacional y la
injerencia de organismos como la Organización de Estados Americanos (OEA), a través de su
secretario general, Luis Almagro.
Al ser los países desarrollados los dueños de la tecnología más avanzada, se hace cada día
más inalcanzable la posibilidad de que los países en vías de desarrollo cuenten con sus
propios sistemas de comunicación. Algunas cifras tomadas de fuentes oficiales de la ONU
(Organización de Naciones Unidas), demuestran un alto desequilibrio generalizado; por
ejemplo, de los aproximadamente ocho mil periódicos que existen en el mundo, con una
tirada de 450 millones de ejemplares por día, los de los países industrializados
representan el 82%. (ver anexo 11)
El alcance universal del pensamiento martiano se expresa en su capacidad para captar las
tendencias del desarrollo de la época que le tocó vivir y su vigencia en los momentos
actuales. La veracidad de las palabras de El Apóstol se manifiesta en la actitud asumida
por Estados Unidos en las últimas décadas frente a los intentos de unidad de los países de
América Latina. La prédica martiana, en un mundo, donde impera la desigualdad, la
destrucción de medio ambiente y la exclusión social, frente a un imperio, mucho más
brutal que el que nos describió El Apóstol, se mantiene en aquellos pueblos que se hayan
convencidos de que, en el cambio del orden establecido, se encuentra la clave para la
supervivencia de la especie humana. Cuba inició el camino por el que hoy cabalgan los
pueblos de América Latina, la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de América (ALBA),
el Mercado Común del Sur (Mercosur) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del
Caribe (CELAC), forman parte de un proceso de integración, acercamiento y unidad de los
pueblos frente a la política norteamericana de la anexión, el panamericanismo y los
intereses de la Organización de Estados Americanos (OEA).
Fidel Castro, guiado por el ideario martiano, tuvo la enorme clarividencia de identificar el
imperialismo como la manifestación más depurada de la agresión de los poderosos contra
los pueblos del mundo.
En estos tiempos en los que el capitalismo necesita seguir aumentando la tensión bélica y
la expansión imperialista, el ejemplo de la Revolución Cubana tiene plena actualidad.
No hay posibilidad de auténtica transformación social si se pretenden ignorar o relativizar
las conquistas logradas por las luchas populares en todas estas décadas, tal como aseveró
El Maestro: "¡Antes que cejar en el empeño de hacer libre y próspera a la patria, se unirá
el mar del Sur al mar del Norte, y nacerá una serpiente de un huevo de águila!".
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