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Introducción

Después de cincuenta años de avance de procesos de liberación nacional en varios


pueblos del Tercer Mundo y de Revoluciones Nacionalistas, acompañados de importantes
debates teóricos, políticos e intelectuales en torno al futuro socialista de la humanidad; se
produjo, de manera acelerada, el final de la Guerra Fría, la debacle del mundo soviético, la
caída del Muro de Berlín, la unipolaridad en el control del poder mundial, la desazón en
los sectores populares, la consolidación del orden colonial y semicolonial y la imposición
de un pensamiento único en el mundo.

En el ideario de nuestro Apóstol José Martí está la génesis del proceso revolucionario
comenzado en el siglo XIX, continuado por la generación del centenario del Apóstol, bajo
la preclara conducción de Fidel Castro y puesta en práctica en la construcción de una
sociedad más justa, más humana, más culta y creadora. El estudio del antimperialismo
martiano adquiere gran relevancia para el presente y futuro de la Revolución Cubana; aún
más, para comprender la urgencia de la unidad latinoamericana y los principios que deben
ser rectores de ésta. En la obra martiana abundan ejemplos que advierten a los pueblos
del inmenso peligro que corrían al quedar bajo la hegemonía continental del país
imperialista, que hoy ha llegado a ser el más poderoso estado de su tipo en la historia de
la humanidad.

Es por ello que el presente trabajo tiene como objetivo valorar la significación en la
contemporaneidad de defender valores y principios heredados de nuestros padres
fundadores para mantener nuestra independencia. Hemos tomado como principal
material de apoyo el libro Selección de lecturas de Cultura Política Segunda Parte. Para
enfrentar los grandes retos que plantea el mundo de hoy, globalizado, unipolar y
hegemónico, se hace necesario un acercamiento a la obra paradigmática del Héroe
Nacional y de esta forma comprender cómo Martí fue convirtiéndose en el principal
abanderado del antiimperialismo; en ello radica la importancia de abordar este tema.
Desarrollo

El Apóstol desde su tiempo, sin descubrir los determinantes del fenómeno imperialista,
avizora sus peligros y aboga por la oposición mediante la lucha de los pueblos desde el Río
Bravo hasta la Patagonia. En los últimos años del siglo XIX los Estados Unidos de
Norteamérica atravesaban su tránsito del capitalismo premonopolista al imperialismo.
José Martí al analizar con mayor profundidad la época en que vive en los Estados Unidos
(1881 – 1895), alcanza la madurez de su pensamiento antimperialista mediante el estudio
de la historia y del sistema político estadounidenses. Para un gran pensador como lo fue El
Maestro, vivir en el “monstruo”, como el llamó a la gran potencia del norte, le permitió
conocer la forma injusta en que estaba organizada la sociedad norteamericana, donde un
grupo de ricos monopolistas controlaban los principales recursos del país, situación que
persiste hoy con rasgos más sólidos y expansionistas. Martí como revolucionario
latinoamericanista defendió el respeto a lo autóctono de esta región y se opuso al saqueo
desenfadado impuesto por el sistema capitalista. Previó también las consecuencias fatales
que tendría para los pueblos de América Latina la expansión del imperialismo yanqui, es
por ello que afirmó…” ha llegado para la América española, la hora de su segunda
independencia” …. (ver anexo 1)
En el libro “Escenas Norteamericanas” caracteriza el surgimiento de los monopolios como
un gigante implacable que aplasta a los pobres y pretende devorar las riquezas de los
pueblos mediante la exportación de capitales, es por eso que plantea: “El desdén del
vecino formidable, que no la conoce, es el peligro mayor de nuestra América". Se
desprende de la posición antiimperialista de Martí, su sentimiento de amor a los pueblos
de Latinoamérica. Martí, de todos los pensadores y libertadores americanos de su tiempo,
es quien tiene oportunidad de conocer más profundamente la realidad americana,
especialmente la de México, la de Venezuela y la de Guatemala. Durante su estancia en
estos países, comprendió como las oligarquías nativas, mantenían los graves males del
latifundio, la monoproducción, el atraso industrial y la dependencia de un solo mercado,
América Latina era la región propicia para la penetración y el dominio de los imperialistas,
en su escrito Nuestra América nos advirtió: “los árboles se han de poner en fila para que
no pase el gigante de las siete leguas. Es la hora del recuento y de la marcha unida, y
hemos de andar en cuadro apretado como la plata en las raíces de los Andes”.

La insistencia de Martí en que los hombres de América Latina entendieran las profundas
diferencias existentes entre la civilización llamada «anglosajona» y la civilización «latina»,
fue el motivo que lo condujo a escribir prolijamente sobre los Estados Unidos. La
formulación martiana de las dos Américas, «la nuestra» y «la de ellos, surge como
resultado de su estrecho contacto con la cultura de los norteamericanos, pero también de
su minucioso estudio de las posibilidades reales de construir una «cultura
latinoamericana», lo cual no sería posible sin comprender antes que el imperialismo haría
todo lo que estuviera a su alcance para impedirlo. Sus reflexiones sobre la “otra” América,
las huelgas obreras en el país norteño, y sus relaciones con la América Latina son
expuestas en las crónicas que escribiera desde Nueva York para La Opinión Nacional, de
Caracas.

Su carta inconclusa a su amigo Manuel Mercado constituye su testamento político, en ella


manifiesta su disposición y satisfacción de dar la vida por la independencia de Cuba para
impedir la expansión de los Estados Unidos por el continente, esto lo demuestra cuando
expresa: "ya estoy todos los días en peligro de dar mi vida por mi país, y por mi deber (…)
de impedir a tiempo con la independencia de Cuba que se extiendan por las Antillas los
Estados Unidos y caigan con esa fuerza más, sobre nuestras tierras de América. Cuanto
hice hasta hoy, y haré, es para eso. " Por eso cuando el héroe antillano asume la tarea de
la fundación del Partido Revolucionario Cubano (PRC) , ya había comprendido a plenitud
que los diversos grupos y clubes, compuestos esencialmente por emigrados simpatizantes
de la causa cubana que vivían en los Estados Unidos, debían ser agrupados detrás de una
organización antiimperialista.

El antiimperialismo martiano ha cobrado vida en todo el proceso revolucionario cubano.


La fusión del ideal marxista y martiano, inculcó el ideal antimperialista en el líder
estudiantil Julio Antonio Mella, quien fue fundador de la Liga Antimperialista en 1925 y en
su obra “Glosas al Pensamiento de José Martí” , refiriéndose al Apóstol plantea: “…El
expresó más de una vez, sus ideas sobre la desigualdad social, sobre el peligro del
imperialismo…”. Fidel Castro, martiano excepcional, ha conducido la Revolución del
pueblo cubano por un camino antiimperialista. En Cuba ser antimperialista significa
mantener una actitud o posición en contradicción con el modelo imperialista y ante el
avasallamiento de la política exterior norteamericana. Es un llamado para frenar la
agudización de la pobreza, el distanciamiento irreconciliable entre las clases, la
explotación de los recursos humanos y naturales y la acumulación del capital en manos de
un grupo reducido de hombres. Esto queda ratificado desde los inicios de la década del 60
de pasado siglo, el 17 de abril de 1961 un grupo de 1500 mercenarios integrado por
criminales de guerra que se habían ido a Estados Unidos y que fueron entrenados por la
CIA (Agencia Central de Inteligencia), invaden Playa Girón, pero en tan solo dos días el
pueblo cubano logra la victoria. (ver anexo 2 y 3)

En respuesta a estos hechos el presidente norteamericano John F. Kennedy, implantó una


serie de restricciones comerciales a nuestro país que forman parte de un bloque
económico impuesto por Estados Unidos a Cuba. Este bloqueo ha persistido por más de 50
años, el pretexto para tal actitud es considerar al gobierno cubano, un estado terrorista,
incumplidor con los derechos humanos de sus ciudadanos y la exigencia de regreso al
sistema capitalista. Cuba persiste en denunciar esta política y por ello el Ministerio de
Relaciones Exteriores de Cuba en su informe ante la Asamblea General de las Naciones
Unidas, el 26 de octubre de 2016, aseveró: … “el bloqueo económico, comercial y
financiero persiste (…) cincuenta y ocho años de resistencia heroica de nuestro pueblo

están en el fondo de lo que está ocurriendo. Pienso en este momento en mi pueblo, en


Fidel y en Raúl, en los jóvenes cubanos herederos de esta larga lucha gloriosa” … (ver
anexo 4)

Ante el secuestro en Miami del niño Elián González, los cubanos no quedaron en silencio
frente a las autoridades norteamericanas, en el año 2000, los jóvenes de las Brigadas
Técnicas Juveniles (BTJ) protestaron frente a la Oficina de Intereses de Estados Unidos en
La Habana (SINA), por la retención del niño. Finalmente pudo regresar con su padre,
agradecido con el pueblo y el gobierno de Cuba. (ver anexo 5)

El pueblo cubano y el mundo exigió a los Estados Unidos la liberación de Los Cinco Héroes
por más de una década. Estos cinco profesionales decidieron dedicar sus vidas a la lucha
contra el terrorismo en la ciudad de Miami, centro principal de las agresiones contra Cuba.
La lucha protagonizada por los cubanos, para que cinco de sus hijos fuesen liberados de
un encierro injusto en cárceles estadounidenses, vio realizado su objetivo con su regreso a
la Patria. (ver anexo 6)

El programa Zunzuneo contra Cuba es otra evidencia de que Estados Unidos no renuncia a
la subversión en Cuba, sin embargo, la actitud antimperialista de los cubanos ha traído
consigo su fracaso total. Este plan de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo
Internacional (Usaid), consiste en una red de mensajería, cuyo propósito es el envío de
noticias que sirvieran para crear desasosiego y confusión entre personas sin enterarse que
estaban siendo manipuladas por una agencia secreta norteamericana.

Este ideal antimperialista del pueblo cubano se ha expandido por el mundo,


particularmente en nuestro contexto geográfico, hoy los pueblos comprenden los
verdaderos intereses del vecino del norte; lo cual se manifiesta en la resistencia del
pueblo iraquí contra la invasión del imperio, la lucha de los palestinos, libaneses y sirios
contra las pretensiones expansionistas de Israel, punto de apoyo de Estados Unidos en las
explosivas áreas del Medio Oriente. (ver anexo 7)

Igualmente, en América Latina se llevan a cabo luchas emancipadoras lideradas por


Venezuela. Sin embargo, las intenciones de Estados Unidos de implantar su hegemonía en
el continente persisten a través del Área de Libre Comercio, para las Américas (ALCA) y los
tratados de libre comercio, que no son más que proyectos anexionistas. Una situación
muy diferente atraviesa Puerto Rico, una isla de las Antillas, donde el colonialismo y la
dependencia han creado un sistema político, electoral y gubernamental deforme. Las
leyes de Estados Unidos impuestas en Puerto Rico, por ejemplo, La Ley Jones de 1917 y el
ELA (Estado Libre Asociado) creado en 1952 no permiten a Puerto Rico aprovechar las
posibilidades la integración de la región latinoamericana y caribeña. El 29 de enero de
2014 la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) reiteró en la
Declaración Final de su Segunda Cumbre de Jefes de Estado y Gobierno que la
descolonización de Puerto Rico es un tema de su interés.

Se puede definir como colonialismo, al sistema de dominación política y militar mediante


el cual una potencia, llamada metrópoli, ejerce un control formal y directo sobre otro
territorio, ya sea por medios violentos o pacíficos. Para los pueblos colonizadores este
proceso aporta superioridad mundial y un aumento del poder económico y político, sin
embargo, para los pueblos colonizados tiene un gran impacto negativo que frena su
desarrollo. (ver anexo 8)

En el plano económico el desarrollo de las colonias se promueve de acuerdo a los


intereses y necesidades de los colonizadores. El sistema económico estaba basado en un
intercambio desigual: las colonias se convierten en productoras de materias primas o
alimentos y consumidoras de productos manufacturados. Los sistemas productivos
nativos son distorsionados, obligando a los habitantes a cultivar aquellos productos que
interesaban a la metrópoli y se establece el monocultivo. Las políticas “modernizadoras
que imponen las potencias determinan la inclusión de estas zonas de menor desarrollo en
la llamada “periferia” del sistema capitalista, lo que trajo como consecuencias el
subdesarrollo y la acentuación de la dependencia. El dominio que un país ejerce sobre el
otro involucra también un sometimiento político, para los países colonizados la ocupación
exterior significa someterse al dominio extranjero pues llegan al poder gobiernos que
responden totalmente a los intereses de la metrópoli. Además, el trazado arbitrario de las
fronteras origina numerosos conflictos étnicos. La sociedad colonial es un fiel reflejo de
una fuerte segregación. Se le obliga a adoptar el idioma del colonizador de forma
obligatoria, así como el adquirir sus costumbres y religión. La mayor parte de los recursos
obtenidos del trabajo de la población son destinados para los intereses de la metrópoli.
Debido a esta situación, se produce un agravamiento de los males sociales como la miseria
y la marginación.

Al asumir una posición anticolonialista demostramos nuestro desacuerdo a ser


dependiente de otra nación por las consecuencias económicas, políticas y sociales que
trae consigo, sin embargo ser antiimperialista requiere mayores exigencias, es
indispensable la organización como clave única para hacer frente al predominio
norteamericano a través de la producción literaria, la prensa escrita, la oratoria, los
espacios públicos, como formas de expresión por liberarse de las ataduras del modelo
político-económico norteamericano. Es comprender la necesidad de transformación de la
propiedad privada en colectiva y que sólo el socialismo puede posibilitar este cambio.
Los dominios de unos pueblos sobre otros también han caracterizado históricamente las
relaciones internacionales. Las formas de dependencia y la lucha de los pueblos por su
liberación han variado con el paso de la historia, lo que ha conducido a la sofisticación de
los medios de dominación imperialista. La información que recibe el mundo cada día, se
encuentra monopolizada por las grandes agencias de los países capitalistas desarrollados,
que procesan la información y la envían hacia todas las latitudes, incidiendo
negativamente en los países subdesarrollados. Los medios de comunicación sirven como
instrumento para manipular la verdad de los conflictos bélicos, que ha vivido la
humanidad, y a su vez son sin duda alguna fuente de poder. Imponer a los países del
tercer mundo una manera de pensar al estilo norteamericano ha sido la labor que durante
muchísimo tiempo han desplegado los medios propagandísticos y de difusión masiva de
los Estados Unidos para el desarrollo de lo que han denominado "robo de cerebros".

A modo de ejemplo, podemos hacer referencia a la agresión televisiva y radial que desde el
triunfo mismo de la Revolución se mantiene desde Estados Unidos Contra Cuba a través de
la fracasada Radio y TV Martí. (ver anexo 9 ). Según sus promotores el objetivo que
persiguen es "difundir la verdad" cuando en realidad lo que buscan es promover el
descontento y desestabilizar el sistema que se construye y está en el poder. Cabe consignar
también el ataque continuado contra el proceso bolivariano de Venezuela, en el que los
guiones del golpe de Estado de factura estadounidense exhiben sucesivas fases de
intoxicación a través de los medios de difusión bajo control monopólico privado, en
particular los electrónicos, combinadas con medidas de coerción psicológica unilaterales y
extraterritoriales y un vasto accionar sedicioso articulados con redes digitales de grandes
corporaciones en la web, partidos políticos, dirigentes de la derecha internacional y la
injerencia de organismos como la Organización de Estados Americanos (OEA), a través de su
secretario general, Luis Almagro.

Con la constante innovación de la tecnología, los medios transnacionalizados multiplican


su capacidad de copar todos los espacios informativos, culturales, artísticos, llegando a
monopolizar lo que hace tiempo denominan “industria del entretenimiento” y es que
incluso las noticias, de un modo morboso, han sido convertidas en un show en el que la
ética y los principios han desaparecido por completo. Las cadenas televisivas
estadounidenses constantemente distorsionan la realidad. Estas mismas cadenas
vendieron al mundo la supuesta tesis de la existencia de armas de destrucción masiva en
poder del gobierno de Iraq, argumento que justificó la invasión estadounidense a ese
país.  Cable News Network, más conocida por sus siglas CNN, no es solo un canal de
televisión estadounidense, sino que forma parte de la corporación de propaganda Time
Warner, representa el tercer mayor conglomerado mediático y de telecomunicaciones de
todo el mundo, por lo que forma parte del poder económico global y sirve como difusor
de los intereses financieros y geopolíticos de esas corporaciones. Se puede tomar como
ejemplo una situación reciente cuando Misael López, exconsejero de la embajada de
Venezuela en Iraq, afirmó a CNN que en dicho lugar existía una supuesta red de tráfico y
venta de pasaportes venezolanos. Este reportaje fue usado en el Congreso de Estados
Unidos para afirmar que podrían ocurrir ataques terroristas en territorio
norteamericano con apoyo de Venezuela. Más tarde el país sudamericano ofreció pruebas
de que Misael López está vinculado con el partido derechista venezolano Voluntad
Popular y con grupos antichavistas radicados en Estados Unidos. (ver anexo 10)

Al ser los países desarrollados los dueños de la tecnología más avanzada, se hace cada día
más inalcanzable la posibilidad de que los países en vías de desarrollo cuenten con sus
propios sistemas de comunicación. Algunas cifras tomadas de fuentes oficiales de la ONU
(Organización de Naciones Unidas), demuestran un alto desequilibrio generalizado; por
ejemplo, de los aproximadamente ocho mil periódicos que existen en el mundo, con una
tirada de 450 millones de ejemplares por día, los de los países industrializados
representan el 82%. (ver anexo 11)

De esa especie de imperio de la vigilancia da cuenta la reciente divulgación por Wikileaks


de miles de páginas web que detallan los métodos de espionaje electrónico del Centro
Cibernético de la Agencia Central de Inteligencia, para extraer mensajes de texto y audio
de dispositivos electrónicos , mediante herramientas que permiten a más de 5 mil piratas
informáticos explotar vulnerabilidades de seguridad para burlar el cifrado de aplicaciones
de mensajería.
Conclusiones

El alcance universal del pensamiento martiano se expresa en su capacidad para captar las
tendencias del desarrollo de la época que le tocó vivir y su vigencia en los momentos
actuales. La veracidad de las palabras de El Apóstol se manifiesta en la actitud asumida
por Estados Unidos en las últimas décadas frente a los intentos de unidad de los países de
América Latina. La prédica martiana, en un mundo, donde impera la desigualdad, la
destrucción de medio ambiente y la exclusión social, frente a un imperio, mucho más
brutal que el que nos describió El Apóstol, se mantiene en aquellos pueblos que se hayan
convencidos de que, en el cambio del orden establecido, se encuentra la clave para la
supervivencia de la especie humana. Cuba inició el camino por el que hoy cabalgan los
pueblos de América Latina, la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de América (ALBA),
el Mercado Común del Sur (Mercosur) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del
Caribe (CELAC), forman parte de un proceso de integración, acercamiento y unidad de los
pueblos frente a la política norteamericana de la anexión, el panamericanismo y los
intereses de la Organización de Estados Americanos (OEA).

Fidel Castro, guiado por el ideario martiano, tuvo la enorme clarividencia de identificar el
imperialismo como la manifestación más depurada de la agresión de los poderosos contra
los pueblos del mundo.
En estos tiempos en los que el capitalismo necesita seguir aumentando la tensión bélica y
la expansión imperialista, el ejemplo de la Revolución Cubana tiene plena actualidad.
No hay posibilidad de auténtica transformación social si se pretenden ignorar o relativizar
las conquistas logradas por las luchas populares en todas estas décadas, tal como aseveró
El Maestro: "¡Antes que cejar en el empeño de hacer libre y próspera a la patria, se unirá
el mar del Sur al mar del Norte, y nacerá una serpiente de un huevo de águila!".
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