Lecciones

PREADOLESCENTES Lección 6 Multiplicación / Mateo 28:16-20 06

(10-12 AÑOS)

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Cómo utilizar esta guía

¡Qué privilegio sembrar la Palabra de Dios en las nuevas generaciones! Gracias
por el trabajo que realizas; oramos para que el Señor te llene de sabiduría, amor y
discernimiento para tan importante ministerio.

En este documento encontrarás distintas herramientas para desarrollar el proceso de enseñanza-

aprendizaje bíblico con aquellos que están a tu cuidado. Lo hemos elaborado como una colección de
ideas para que puedas usar, mezclar, crear, editar o agregar nuevas. Por ello, te sugerimos que
leas cada sección, y tomes los elementos que mejor se adaptan a tu grupo.

Así que todo comienza con “Tu estudio personal”. Todos nosotros necesitamos ser primero estudios
del texto bíblico para ser luego efectivos en explicarlo a otros. Por ello es importante que leas y
profundices en el pasaje. Esta sección te ayudará a entenderlo mejor.

A continuación, verás la guía para enseñar el tema bíblico. Estas páginas representan un mapa que
puedes seguir. Lo importante es el destino final, es decir, el objetivo de aprendizaje. Tú eres la persona
que mejor calificada para adaptar el contenido de cada guía, porque tú conoces muy bien a tu
grupo. Así que, acomoda la ruta según sus características, y procura percibir en cada paso que ellos
estén llegando al objetivo deseado. Usa cada guía para generar diálogo, estimular la comprensión y
retar a la aplicación de los temas estudiados. Nuevamente, ¡añade tu propia personalidad y creatividad
sin restricción!

Adicionalmente, considera utilizar los recursos al final de este documento, los extras ajustables.
Estas actividades generan conversaciones y pueden convertirse en experiencias memorables. Úsalas
donde mejor te convenga; procura que sean interactivas para tener más y mejores conversaciones
significativas.

Por último, encontrarás una hoja reproducible para que el aprendizaje continué en casa. Puedes entregarla
a cada participante de forma impresa o bien enviarla de forma digital. Esta no es una tarea que deben
entregar, sino la oportunidad de seguir la conversación entre semana. Es una experiencia que les ayudará
a conocer mejor a su Dios y vivir para Él.

Bien, llegó la hora de trabajar. ¡Que Dios te use en gran manera!

Tu equipo de e625

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Tu estudio personal
Posiblemente este sea uno de los pasajes más conocidos de Mateo. Generalmente le
llamamos la gran comisión, y dicho sea de paso, no es el único lugar donde encontramos
esta asignación a los discípulos (Marcos 16:15; Lucas 24:46-48; Juan 20:21).

La escena se ubica en un monte en Galilea, tal como Jesús lo había mencionado (Mateo 26:32). No
sabemos con exactitud de cuál se trate, aunque puede ser el monte Tabor, cerca del Mar de Tiberias,
donde luego cenó con unos de los discípulos (Juan 21:1).

Mateo registra la reacción del encuentro con Jesús: le adoraron y algunos dudaron. En primera
instancia, Mateo nos dice que los discípulos se postraron en señal de reverencia. Este es un término
que el autor usa trece veces en su Evangelio. Esta es la actitud que todo súbdito debe tener ante el
Rey (ver 14:33). Cuando nos encontramos ante el Cristo resucitado, ¡nuestra inmediata reacción debe
ser adoración! Es reconocer y responder ante quién es él y qué ha hecho por nosotros.

Sin embargo, nos topamos con una segunda reacción: duda. ¿Quiénes dudaron? ¿Por qué dudaron?
Algunos estudiosos argumentan que en aquel encuentro no estaban solamente los once discípulos,
sino probablemente unas quinientas personas en total (ver 1 Corintios 15:6), y dentro de este grupo
se encuentran los que dudaban. Otros afirman que la expresión se refiere exactamente a los once.
Significa titubear, estar entre dos opiniones. ¿Acaso dudaban de que fuera Jesús? ¿Dudaban de su
resurrección?

Probablemente la duda no sea con relación a la persona de Jesús, sino con ellos mismos. ¿Y ahora qué?
¿Qué sigue? ¿Qué pasará ahora con nosotros?

Muchas veces encontramos en el plan divino que debemos avanzar un paso a la vez. Es decir, parece
que Dios no siempre nos da todo un mapa, todo un plan, todos los detalles del futuro. Confiamos en
él, y tomamos una piececita del rompecabezas a la vez. Damos un paso a la vez. Obedecemos una
decisión a la vez.

El verso 18 por lo general es omitido cuando hablamos de la gran comisión; casi siempre empezamos en
el 19. No obstante, antes de enfocarnos en lo que nos toca hacer a nosotros, ¡debemos fundamentarnos
en quién es Jesús! Aquí encontramos una vez más la declaración de que Jesús es Rey. Él es soberano;
es Dios, tiene la total autoridad. Tiene el poder absoluto para obrar en la dimensión espiritual (cielo) y
sobre la tierra. Esta es la base del mandato que viene a continuación.

Jesús es el comandante principal, pero no enviará a un batallón de ángeles a cumplir su misión. Enviará
a once pequeños y frágiles discípulos, que han permanecido, que fueron entrenados, equipados,
comisionados. ¡Es el Rey de reyes que los envía! ¡Van a estar bien! No hay por qué temer, no hay por
qué dudar.

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Lee nuevamente los versos 18 al 20. Anota cuántas veces se usa la palabra “todo/toda”. ¿Qué piensas
de ese énfasis?

Ahora encontramos el trabajo encomendado a los discípulos: hacer discípulos. Esa es la encomienda
principal de los creyentes. Somos discípulos que hacen discípulos; somos discípulos en misión.

Para ello, se requiere que nos movamos. Por lo tanto, no podemos atenernos a solamente hacer
discípulos localmente. Tenemos que trabajar en ello internacionalmente. Somos responsables de la
predicación del Evangelio en nuestra cultura y en todas las demás, en nuestro país y en todos los
demás. Cerca y lejos. Por supuesto, una sola persona no puede hacerlo todo; ni siquiera los once
podrían lograrlo. Sin embargo, lo que Jesús espera es que seamos discípulos que multiplican discípulos,
que no se quedan estáticos, que van y vienen, y mientras se mueven hacen más discípulos. Así que el
discipulado es aquí y allá, ahora.

También se necesita el bautismo. Esta es una identificación muy importante como seguidores de Jesús.
Observa que se hace en un nombre, por lo tanto, un Dios. Una explicación de todo el simbolismo del
bautismo es tema para otro estudio; no obstante, es oportuno destacar dos verdades aquí. Una de
ellas es que se trata de una identificación con la muerte y resurrección de Jesús (Romanos 6:3-5). La
otra es que simboliza nuestra muerte a la vieja vida en pecado y nuestra resurrección a una nueva
vida en Cristo (Romanos 6:6,11). Significa que al bautizarnos estamos diciendo “¡Miren! Yo soy de
Jesús. Creo en su muerte por mis pecados y su resurrección de los muertos. Estoy convencido que él
triunfó sobre la muerte y me ha dado esa vida eterna también. ¡Él me resucitará! Me ha dado una vida
nueva, porque estaba muerto en mi pecado, ¡más ahora vivo para él!”. Un acto tan sencillo tiene un
significado profundo y eterno.

Paralelamente, se necesita instrucción. La enseñanza no es solamente mera repetición de conceptos,

es toda una aplicación de vida. Ser aprendiz de Jesús es conocer su verdad y vivirla; es ser seguidores
también de su modelo de vida. Es toda una puesta en práctica (“enseñando que guarden”). Jesús
enseñó, predicó, acerca del Reino. Pero no fueron solamente datos, sino el someterse en obediencia a
la voluntad de Dios.

Mateo cierra con las maravillosas palabras de Jesús, con una promesa. Es la misma presencia personal
y permanente de Jesús con sus discípulos en misión. No están solos, no están desamparados, no están
en peligro. ¡La poderosa presencia del Rey de reyes está con nosotros en la misión! Es una garantía.

Ahora, tú decides:
• ¿Cuál es tu definición de discípulo? ¿Con qué nivel de compromiso te identificas
como discípulo(a) de Jesús?

• ¿Cuán prioritaria es la formación de discípulos en tu ministerio personal?

• ¿Hasta dónde estás dispuesto(a) a ir por causa de Jesús? ¿Hasta dónde se extiende
tu misión?

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Guía para una clase con

PREADOLESCENTES (10-12 años)

Apertura (5 minutos):
• Prepara algunos papelitos (al menos 2 para cada integrante del grupo).

• Entrégales el primero y diles que anoten algo que les gustaría lograr en la vida. Puede ser
un anhelo, un sueño, una meta. Diles que escriban y completen la frase “A mí me gustaría…”.
(Esto es anónimo, así que no deben escribir su nombre.) Recoge los papelitos y mézclalos
entre sí.

• Ahora entrégales el segundo y diles que escriban algo que podría impedir que lograran
ese sueño o meta. Diles que escriban y completen la frase “Pero…”. Recoge los papelitos y
mézclalos entre sí (sin mezclarlos con los primeros papelitos).

• Ahora diles que escucharemos las grandes ambiciones del grupo y sus grandes problemas.

• Lee en voz alta un papelito de “A mí me gustaría” junto con uno de “Pero…”. Obviamente
no combinarán, y más bien, ojalá resulte algo muy divertido.

El tema (15-20 minutos):

Como seguidores de Jesús tenemos una meta que cumplir: hacer discípulos.

1. Autoridad
• Jesús les había dado instrucciones a sus discípulos de reunirse con él después de su
resurrección (v.16).

• ¿Por qué crees que Jesús quería reunirse con ellos? ¿De qué crees que iban a hablar?

• El v.17 dice que unos adoraron y que otros dudaron. ¿Por qué adoraron? ¿Por qué dudaron?
¿Qué hubieras hecho tú?

• Lo primero que Jesús afirma es que él ha recibido toda autoridad. ¿Qué significa autoridad?

• Jesús es Señor. Él manda en el cielo y en la tierra.

• Nosotros entonces somos sus servidores. (Obviamente, no mandamos. Más bien,

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obedecemos.)

• Dada esta autoridad, sus discípulos deben cumplir con sus instrucciones. Quizás no saben
todo el plan, quizás tienen preguntas, quizás tienen temor, pero sobre todo ello, deben
obedecer.

• ¿Cómo describirías tu obediencia a Dios? ¿Cómo la calificas, de 1 a 10?

• La buena noticia de que Jesús mande en el cielo y en la tierra, es que él tiene todo bajo
control. Él tiene un plan. Y no hay nada ni nadie que pueda derrotarlo.

• Nota las primeras palabras del v.19. La autoridad de Jesús es la base para la instrucción
que viene a continuación. Es decir, si realmente él es nuestro Señor, este mandamiento es
entonces sumamente importante para ti y para mí.

2. Misión
• Las instrucciones de Jesús a sus discípulos fueron… ¡hacer más discípulos!

• Recordemos: los discípulos son personas que aprenden de Jesús, viven como Jesús, y hacen
el trabajo de Jesús.

• Así que todos los que estamos conociendo y aprendiendo de Jesús, vamos y le enseñamos
a otros.

• Lo que recibimos en la vida espiritual es para dar a otros. La bendición no es solamente

que yo lo sé o que yo lo tengo, es que yo lo entrego.

• Jesús es nuestro modelo de esa entrega. Él es nuestro ejemplo de amar y servir a los
demás, de guiarlos a la verdad de Dios.

• Tenemos la misión de ir a hablarles a otras personas de Jesús, explicarles las buenas noticias
de Dios.

• ¿A quiénes crees que podrías contarles esta semana de Jesús?

• Es importante que nosotros oremos por nuestros amigos o conocidos con quienes
podemos hablar de Jesús. También es importante que nos interesemos por ellos, que los
ayudemos en lo que necesiten. Y por supuesto, ¡es muy importante que lo que tú sabes de
Jesús se lo cuentes a ellos también!

• Jesús dijo que esto era tan importante, que los discípulos debían ir incluso a lugares muy
lejanos para hablar su mensaje.

• Observa que el v.19 dice que este trabajo debe ser llevado a cabo en todas las naciones.

• ¿Qué crees que necesitamos para poder cumplirlo? ¿Crees que Dios puede usar tu vida en
esta misión? ¿Aquí cerca? ¿Allá lejos?

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• ¿Crees que alguna vez Jesús te pida a ti que vayas a lugares muy lejanos para hablarle a
otros de él?

• Hacer discípulos incluye bautizarlos. ¿Qué sabes acerca del bautismo? ¿En qué consiste?
¿Ya has sido bautizado? ¿Por qué?

• Además, requiere enseñar a otros (v.20). Por eso, todos nosotros debemos convertirnos
en maestros o guías de alguien más. Quizás alguna vez lo seamos dentro del trabajo de la
iglesia. Y si no fuera así, no hay problema, porque en cualquier lugar podemos cumplir esta
misión. De hecho, ¡el versículo dice que Jesús espera que suceda en todo lugar!

• Así que, aún si no será hablando en público o al frente de un grupo, debes convertirte en
un maestro de otros, para que conozcan y obedezcan a Jesús.

3. Presencia
• Cuando los discípulos recibieron la instrucción de Jesús seguramente tenían muchas
preguntas. Quizás no entendieron todo, pero no se echaron atrás.

• Aunque a veces nos parezca que obedecer a Dios es muy difícil o pensemos que nos
costará mucho lograrlo, debemos confiar en él. Si él nos lo está pidiendo, ¡entonces debemos
hacerlo!

• Y aquí hay una muy buena noticia. Al mismo tiempo que Jesús les da instrucciones a sus
discípulos de ir y hacer más discípulos, les promete algo.

• Hablando de promesas, ¿qué promesas de Dios conoces? ¿Qué cosas recuerdas que él nos
ha prometido?

• ¿Tú crees que Dios cumple lo que promete?

• Dios siempre dice la verdad, por eso podemos confiar siempre en él. Nunca nos mentirá ni
engañará.

• Jesús les prometió a sus discípulos que siempre iba a estar con ellos. ¡No estarían solos!

• Al ir y obedecer la misión que les encomendó, no irían solos. Aunque no pudieran ver a
Jesús, podían confiar en que aquel que manda en el cielo y en la tierra está allí presente.

• Cuando tú y yo estamos obedeciendo, cuando estamos hablando con otros acerca de

Dios, Jesús también está allí presente. Te da ánimo, valor, y palabras para que puedas explicar
a otros su mensaje.

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Cierre (5 minutos):
• Jesús nos ama y quiere que lo sigamos, quiere ser nuestro Señor. Pero quiere que lo
hagamos sin que nada dos distraiga.

• Jesús quiere que nuestro tesoro sea Él y que lo amemos con todo nuestro corazón.

• Memoricen juntos Mateo 6:21

• Para memorizarlo, escoge de antemano una canción conocida o un ritmo al que le pondrán
letra (el versículo).

• Termina orando, juntos de las manos, alrededor del cofre del tesoro. En forma simbólica
ora para que todos escojan seguir a Jesús sin distracciones; que lo amen más a Él que a
cualquier posesión.

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EXTRA
Estudio de caso
Arturo se había integrado muy bien al grupo de jóvenes. Inicialmente se resistía a
participar, pero conforme los líderes comenzaron a explicarle el propósito de las actividades y pasaron
más tiempo juntos, los temas espirituales empezaron a cobrar vida.

A pesar de haber crecido en la iglesia desde pequeño, escuchaba las enseñanzas pero no lograba
entenderlas muy bien. Por ello, las predicaciones le parecían aburridas. Pero ahora, al tener líderes que
le dedicaban tiempo, disfrutaba más el estudio de la Biblia. Su vida espiritual se encontraba vigorosa,
su fe ferviente.

Un día, uno de sus líderes se le acercó para invitarlo a su grupo pequeño de discipulado. Había escuchado
anteriormente esa palabra, pero no sabía bien de qué se trataba. Aquel líder le explicó que consistía
en formar la vida espiritual juntos, en crecer en el estudio de la Palabra de Dios y en retarse a poner
en práctica todo lo que aprendían. Era formar una amistad estrecha para llegar a ser las personas que
Dios quería que fueran. A Arturo le pareció una excelente idea y accedió de inmediato. Sin embargo,
el líder le dijo que había una condición y que debía pensar si estaba dispuesto a cumplirla. No podía
tomarla a la ligera, pues era un requisito indispensable para poder participar. La condición era que, en
el tiempo que el líder estipulara, Arturo debía aceptar el reto de enseñar a otros en un nuevo grupo
pequeño de discipulado. El líder le explicó que esta era una forma de crecer y de cumplir la misión de
Jesús de ir y hacer más discípulos. Arturo accedió.

Pasaron los meses, y Arturo se integró fielmente a su grupo. Semana a semana participaba y su
crecimiento espiritual era notable. Entonces, llegó el momento y su líder le habló. Le dijo que debía
comenzar a buscar a quién invitaría a su nuevo grupo pequeño de discipulado. Arturo recordó su
compromiso, y con sentimientos encontrados, cumplió su palabra. Tres semanas después, Arturo dejó
de asistir a su grupo semanal, porque ahora él se reunía con nuevos discípulos de Jesús.

Para reflexionar
1. ¿Qué piensas de este plan de discipulado? ¿Es conveniente? ¿Qué ventajas y
desventajas le ves?

2.¿Cómo crees que se puede medir el crecimiento espiritual de una persona?

3. ¿Qué hubiera pasado si Arturo no hubiese cumplido su palabra?

4. ¿Cuál es la mejor forma de integrar a otros a grupos pequeños de discipulado?

5. ¿Qué necesitas para integrarte o comenzar un grupo así?

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EXTRA - Drama
El testimonio de $10,000

Para este pequeño drama necesitarás 7 participantes. La escena es un programa de televisión, en el que
los concursantes compiten por tener el mejor testimonio y ganar el premio de $10,000. Procura que le
agreguen vida y gracia a los diálogos.

NARRADOR: ¡Bienvenidos a su programa favorito “El testimonio de $10,000”! Y ahora con ustedes,
su anfitrión… ¡Don Fernando!

DON FERNANDO: ¡Gracias, gracias! Son muy amables, gracias. Por favor, no aplaudan más. Gracias.
Tenemos un tremendo programa en esta ocasión. Será una competencia muy reñida. Veremos qué tan
bien se lucen nuestros concursantes ante nuestros jueces. Y vamos ya con la primera de ellas, ¡Anita
La Cristianita! Por favor, toma el micrófono, ¡y danos el mejor testimonio que tengas!

ANITA: Gracias Don Fernando. Pues yo quiero cantar una linda canción de aquel que mi vida cambió.
Porque hoy ángeles cantando están tan dulcísima canción. Y yo le doy gloria, gloria, gloria, en lo alto
gloria. Jesús es mi fiel amigo, y su amor es real, su amor es real. Cristo me ama, Cristo me ama, Cristo
me ama, la Biblia dice así.

DON FERNANDO: ¡Gracias Anita! Veamos qué dicen nuestros jueces. Juez número uno, de 1 a 10, ¿qué
calificación le otorga a Anita?

JUEZ 1: Le doy un 4, Fernando. No hay material nuevo. Poco original.

DON FERNANDO: Gracias. ¿Juez número 2?

JUEZ 2: Me parece que las iglesias repiten y repiten lo mismo, y nadie les entiende. Veo energía y
entusiasmo, pero poco contenido. Le doy un 5.

DON FERNANDO: Gracias. ¿Juez 3?

JUEZ 3: Utilizó las mismas frases antiguas de siempre, pero al menos lo hizo desde el corazón. Me cayó
bien, me agrada. Le doy un 8.

DON FERNANDO: ¡Muy bien! ¡Que pase entonces nuestro siguiente concursante! ¡Cristianoide!

CRISTIANOIDE: Yo acepté a Cristo a los cuatro años, y en ese punto me di cuenta que mi pecado se
convertía en la morada de Satanás. A los cuatro y medio me santifiqué por completo y fue lavado de la
depravación del pecado original de Adán. Mi llamado al ministerio fue a los ocho, después de tres años

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 ¡SÍGUEME! Lección 6 - Drama 06

y medio de tribulación y persecución. He proseguido a la meta desde entonces, y sé que mi corona

está allá en el cielo.

DON FERNANDO: Gracias Cristianoide. ¿Jueces?

JUEZ 1: Fue algo mucho más allá de mi atención, no capturó mi imaginación. Me aburrió. Le doy un 4.

JUEZ 2: Su teología era tan sólida la espuma. Habló de temas con poca autoridad y menos claridad.
¡Imposible que haya pasado todo esto a tan corta edad! Por eso, le doy un 3.

JUEZ 3: Para mí, fue una historia misionera promedio. Me parece que por cada cosa que decía, ya sabía
a dónde iba, ya sabía cómo iba a terminar. Buen esfuerzo, pero nada nuevo. Le doy un 5.

DON FERNANDO: ¡Listo! Parece que nada se escapa a nuestros jueces hoy. Recuerden queridos
televidentes que nuestros jueces han escuchado miles de testimonios, canciones, oraciones y
sermones, incluso mensajes motivacionales para levantar ofrendas. Fueron seleccionados por su amplia
experiencia. ¡Son los mejores que hay! Así que, para impresionarlos, ¡más vale que sea algo fuera de
serie! Y hablando de fuera de serie, recibamos a nuestro último concursante, ¡Pedrito Misionerito!
PEDRITO: Enciende una luz
Déjala brillar
La luz de Jesús

Que brille en todo lugar

DON FERNANDO: ¡Un acercamiento muy creativo! ¿Qué les pareció a nuestros jueces?

JUEZ 1: Buen vibrato aun sin acompañamiento musical. Eso requiere mucha valentía. Le doy un 7.

JUEZ 2: A mí me parece que puede afinar mejor. La canción tiene una fuerte dosis sentimental pero
poco contenido testimonial. Le doy un 6 por su capacidad musical.

JUEZ 3: La canción es buena pero la risa forzada me hace sentir que intenta forzar su personalidad.
Debe mejorar su apariencia. Me quedo con un 1.

DON FERNANDO: Bien, concluimos así este programa. Nuestros jueces calculan el resultado final, y
el ganador es… Oh, no puedo creerlo. ¡Anita La Cristianita! ¡Felicitaciones! ¡Has ganado el testimonio
de los $10,000!

ANITA: ¡Sí! ¡Sí! ¡Yo tengo gozo, gozo, gozo, en mi corazón! ¡En mi corazón!

DON FERNANDO: Cuéntanos Anita acerca de ese gozo.

ANITA: ¿Qué? No sé de qué hablas.

DON FERNANDO: Acabas de decir que tienes gozo, gozo, gozo en tu corazón.

ANITA: ¿Y qué? ¿Acaso eres un intelectual o qué? Yo no sé. Solo lo dije. ¡No tengo todas las respuestas
del mundo!

DON FERNANDO: Pues… eso es todo por hoy amigos. Sintonícennos la siguiente semana para
escuchar más testimonios pasados de moda y encontrar a un ganador del testimonio de $10,000.
¡Hasta la próxima!

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 EXTRA - Juego
Trotamemoria

Selecciona a 6 partipantes que entrarán al salón trotanto, en fila; pasarán frente a todos y saldrán
trotando. Después de 20 segundos, haz que repitan su entrada pero en orden diferente. Pídeles que
se detengan frente a todos. El grupo debe colocar ahora los participantes en el orden original.

Luego repite el proceso, pero esta vez haz que los corredores entren y salgan del salón con sus manos
en una forma muy específica (cada uno de ellos con posiciones diferentes). Cuando ingresen de nuevo,
lo harán en orden diferente y con las manos en posiciones diferente. El grupo debe colocarlos en el
orden original y colocar sus manos en la posición original.

Puedes agregar variantes como intercambiar un accesorio entre los corredores, llevar algún artículo en
sus manos, cantar un parte de una canción, gritar un número o letra del abecedario, etc.

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 Conversación en familia
¡Sígueme! – Multiplicación / Mateo 28:16-20

Esta semana hemos recordado que Jesús es quien tiene toda autoridad en el cielo y en la tierra, y por
eso mismo, nos ha enviado en una misión. ¿Cuál es esa misión?
Además, nos ha hecho una promesa muy importante mientras cumplimos esa misión. ¿Recuerdas cuál
es esa promesa?
Lean nuevamente Mateo 28:16-20.
Hoy tomaremos un tiempo para conocer un poco más de la historia de nuestra familia. Así que, según
sea el caso, quizás cada integrante puede narrar su historia o quizás prefieras que algunos voluntarios
lo hagan.
Las siguientes preguntas ayudarán a relatar tu testimonio personal. Lo más importante no son los
datos, sino las vidas involucradas.

1. ¿Cuándo fue la primera vez que alguien te habló acerca de Dios? ¿Quién fue? ¿Qué te dijo?
¿Cómo te sentiste?

2. ¿Cuándo y cómo fue la primera vez que asististe a la iglesia?

3. ¿A quién le has contado tú de Jesús? ¿Cómo te sentiste? ¿Cómo recibió la otra persona
las palabras que le compartiste?

4. ¿A quiénes has invitado a tu iglesia? ¿Qué te movió a hacerlo?

Todos nosotros tenemos una misión, por lo tanto, somos misioneros en los lugares donde ya nos
desenvolvemos, como en otros más lejanos. ¡Los discípulos de Jesús debemos hacer más discípulos
de Jesús!
Si tienen a la mano información de personas que tu iglesia apoya que hacen ministerio en otros países,
tomen un tiempo para orar por ellos.
También tomen un tiempo para orar por cada uno de la familia, para que en esta semana pueda ser un
buen misionero. ¿A quién le hablarás de Jesús? ¿A quién invitarás a tu iglesia?

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