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Water International
Para citar este artículo: Daniel R. Rondinel-Oviedo & Jaime M. Sarmiento-Pastor (2020): Agua:
consumo, patrones de uso e infraestructura residencial. Un análisis comparativo de tres regiones en el
área metropolitana de Lima, Water International, DOI:10.1080 / 02508060.2020.1830360
© 2020 El autor (es). Publicado por Informa UK Limited, que cotiza como Taylor & Francis Group.
ARTÍCULO DE INVESTIGACIÓN
Perú ocupa el puesto 17 entre los países en escasez de agua dulce para la población
urbana (FAO, 2016), y se prevé un severo estrés hídrico para 2040 (Luo et al., 2015),
especialmente en varias megaciudades desérticas y semidesérticas de rápido crecimiento,
como Lima (Biswas et al., 2004). Además, debido al cambio climático, el agua ya es escasa y la
creciente población está aumentando la demanda (Programa de las Naciones Unidas para los
Asentamientos Humanos,2011), provocando una crisis en el sistema de agua de la ciudad,
especialmente en los distritos de bajos ingresos densamente poblados (Grupo del Banco
Mundial, 2016).
Según la Organización Mundial de la Salud, se necesitan 100 litros de agua por día
para satisfacer de manera óptima las necesidades básicas de una persona (Howard et al.,
2003). Existe una considerable desigualdad en el uso de recursos en el área
metropolitana de Lima. Según los registros de los proveedores de servicios de agua
locales, en algunos distritos más ricos el consumo varía de 260 a 445 litros por persona
por día, mientras que en los distritos de menores ingresos es de 16 a 41 litros por
persona por día (AQUAFONDO et al.,2016; SEDAPAL,2017).
Los factores externos e internos afectan el consumo de agua de los hogares. Los factores
externos como el clima, los precios, las políticas públicas y el crecimiento de la población tienden a
ser indirectos y no pueden ser controlados por el usuario. Sin embargo, los factores internos como
el tipo de vivienda, los dispositivos, el número de miembros del hogar y el estilo de vida tienen un
impacto directo y son controlados por el usuario. Además, estos factores implican patrones de uso
del agua e infraestructura, que constituyen las diferencias
2 DR RONDINEL-OVIEDO Y JM SARMIENTO-PASTOR
en el consumo de agua en varios distritos. Si bien los factores externos influyen en los
internos, esta investigación prioriza el análisis de los factores internos porque están
directamente relacionados con el usuario.
Los factores internos, representados por los patrones de consumo o el estilo de vida
de las personas, inciden en el consumo de agua potable (Sánchez García & Blanco
Jiménez, 2012); las variables que influyen en los patrones de consumo se analizarán más
adelante en el artículo. Definir el comportamiento del consumidor con respecto al uso
del agua ayuda a tomar decisiones relevantes para la implementación de sistemas
destinados a reducir el uso del recurso (Shan et al.,2015). La infraestructura también
afecta el consumo de agua. En las áreas urbanas, particularmente en el sector
residencial, se requiere la implementación de políticas de gestión del agua y la
promoción de infraestructura adecuada para el uso eficiente y sostenible de los recursos.
Esto se debe a que, además de alinearse con los Objetivos de Desarrollo Sostenible 6 y
11, benefician tanto a las entidades como a los usuarios (Manco et al.,2012).
Existe una brecha de información sobre la relación entre la infraestructura de la
vivienda y el consumo de agua en Perú, donde un código inicial para el agua
la eficiencia existe, pero no es obligatoria.1 Si bien se dispone de datos sobre el consumo de agua
en los distritos del área metropolitana de Lima, no existe una base de datos sobre los patrones de
uso del agua y el impacto de la infraestructura en el consumo de agua. Esto limita las propuestas
de soluciones de conservación de agua basadas en datos locales.
Mediante la recolección de datos cuantitativos y cualitativos de tres distritos del
área metropolitana de Lima, esta investigación determina un perfil de usuario
promedio considerando tres niveles socioeconómicos y posteriormente establece el
impacto de factores internos y externos en el consumo de agua en cada caso. La primera
sección de este artículo describe el objetivo de la investigación y su justificación, además
de resumir la situación del agua en Lima. La siguiente sección revisa la literatura sobre
los factores que influyen en el consumo de agua y clasifica las variables revisadas. La
tercera sección revisa nuestra metodología principal y la cuarta presenta los resultados.
La última sección analiza la interpretación de los resultados y proporciona
recomendaciones de acuerdo con los estudios de caso.
Revisión de literatura
Factores internos
Los factores internos incluyen los patrones de uso y la infraestructura. Patrones de uso
incluyen aspectos sociales, económicos y culturales, mientras que la infraestructura involucra el
tipo de vivienda, la tecnología de los dispositivos existentes y el consumo relacionado con las
habitaciones donde se utiliza el servicio (cocina, lavandería e instalaciones sanitarias).
Figura 1. Clasificación de las variables que inciden en el consumo de agua de los hogares. Las
áreas coloreadas representan los aspectos a desarrollar en esta investigación. (Elaborado por el
autor).
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Patrones de uso
Los patrones de uso se clasificaron en sociales, económicos y culturales
(Barberán & Salvador, 2010; Manco Silva y col.,2012), y la ubicación de algunas
variables se reformuló en consecuencia. Se incluyeron las características de
educación y población (edad, sexo y número de miembros del hogar) debido a su
potencial para lograr ahorros importantes (Lowe et al.,2015).
Desde la perspectiva social, las condiciones primarias para la estimación del
consumo incluyen el número de miembros del hogar (Cubillo et al., 2008),
estrato social, educación (Manco et al., 2012) y horas activas (Oliver & Brümmer,
2007). Los estratos más poblados son los que consumen más recursos (Peña-
Guzman et al.,2016); así, la mayor densidad poblacional representa un cambio
en el consumo de agua potable de los hogares (Fercovic & Melo,2010). Aunque
más personas en un hogar significa mayor consumo
el consumo per cápita disminuye (Barberán & Salvador, 2010; Ojeda-De la Cruz
et al.,2016). Menos personas por hogar significa un menor consumo (Rockaway
et al.,2011).
En cuanto a los ocupantes del hogar, la población puede ser flotante o
residente (Sánchez García & Blanco Jiménez, 2012) y de diferente sexo o rango
de edad (Shan et al., 2015). Además, los patrones de consumo se relacionan
con los niveles sociodemográficos, y la cantidad consumida por persona es similar en
muchos casos, especialmente entre las personas más ricas (Loureiro et al., 2006), lo que nos
permite extrapolar valores en distritos similares.
Los factores culturales son cruciales para evaluar el comportamiento del consumo de agua
y sopesar la implementación (o no) de las medidas de eficiencia. Estos incluyen variables
como estilo de vida, valores, estándares y modelos sociales, creencias ambientales
relacionadas con el comportamiento y educación, además del mantenimiento (goteos y fugas)
y la gestión (frecuencia de inspección, informes y velocidad de respuesta) (Oliver & Brümmer ,
2007), que no se incluyen en la presente investigación pero es importante mencionarlos para
estudios futuros. La preocupación por el medio ambiente y la educación aumentan la
adopción de dispositivos de ahorro de agua (Grafton et al.,2011) e influir en el uso, el
mantenimiento adecuado y el sonido
administración de infraestructura (Barberán & Salvador, 2010).6 Finalmente, el suministro de
datos desagregados sobre el consumo ayuda a minimizarlo (Shan et al.,2015).
patrones y son menos flexibles con respecto al precio que las familias de bajos
ingresos (Grafton et al., 2011).
El uso residencial de agua tampoco responde inmediatamente a las variaciones de
precios. En particular, se espera que el agua para usos esenciales (como beber, cocinar e
higiene personal) sea altamente inelástica porque una gran parte del agua consumida
depende de equipos duraderos o de hábitos desarrollados a lo largo del tiempo
(Martínez-Espiñeira & Nauges,2004). Para tener el efecto deseado, los cambios de precios
deben ir acompañados de cambios en las regulaciones y la conciencia, así como el
conocimiento sobre los consumidores (Barrett,2004). Esto sucedió en Sidney a fines de la
década de 1970, como lo menciona Davies (citado en Lucas & Cordery,2019).
Infraestructura
El consumo de agua vinculado con la infraestructura depende principalmente de dos
características centrales de la vivienda: el tamaño y la infraestructura sanitaria. Las
variables incluyen el tipo de casa, el tamaño, la edad, la presencia de piscinas y jardines,
y el tipo actual de tecnología de ahorro de agua (Cubillo et al.,2008; Domene y Saurí,2006
; Shan y col.,2015).
En cuanto a las características de la vivienda, el tipo de edificación (vivienda
unifamiliar, vivienda plurifamiliar, condominio) y la densidad habitacional afectan el
consumo de agua, al igual que el tamaño de la familia; en consecuencia, ciertas
economías de escala no se aplican a los hogares pequeños (Domene & Saurí,2006). En
promedio, una vivienda unifamiliar consume 330 litros más de agua por día que una
vivienda plurifamiliar, principalmente porque cuenta con áreas verdes y albercas (Cubillo
et al.,2008). Además, cuanto más grande es la casa, más complejo es el ajuste para incluir
nueva infraestructura de ahorro de agua (Rockaway et al.,2011), porque las casas más
grandes tienden a tener más habitaciones y más electrodomésticos para reemplazar.
6 DR RONDINEL-OVIEDO Y JM SARMIENTO-PASTOR
Factores externos
Precio
El precio del agua es un factor externo efectivo y altamente influyente, uno de los
mecanismos más comunes para reducir el consumo (Durán, 2015; Sánchez García &
Blanco Jiménez,2012; Grafton y col.,2011; Peña-Guzman et al.,2016; Shan y col.,2015
). Pero algunos autores han concluido que el consumo tiende a ser rígido en
términos de precio (Domene & Saurí,2006), mientras que otros han visto una
relación negativa entre precio y consumo (Grafton et al.,2011) o que los hogares
pequeños se adapten mejor a la variación de precios, reduciendo su consumo
(Barberán & Salvador, 2010).
Clima
Se deben considerar tres aspectos en el contexto del clima: precipitación media,
temperatura media y el índice de sequía de Palmer (Rockaway et al., 2011) o
humedad relativa (Manco Silva et al., 2012) - juntos denominados
'climatología' (Sánchez García & Blanco Jiménez, 2012). Métricas más específicas
incluyen la temperatura máxima y el número de días de lluvia (Barberán & Salvador,
2010). Existe una estrecha asociación entre la temperatura, las precipitaciones y el
consumo de agua residencial per cápita, con patrones cambiantes y un mayor
consumo en el verano (Fercovic & Melo,2010). Esto es más cierto en las viviendas de
baja densidad (probablemente por la presencia de jardines) que en las de densidad
media o alta, cuyo consumo tiende a ser más estable a lo largo del año (Domene &
Saurí,2006).
Políticas
Esta variable incluye leyes y reglamentos, subsidios, campañas de reducción del uso de agua
o cualquier otro aspecto diseñado por el Estado o el prestador del servicio para afectar el
consumo de agua de los hogares.
Metodología
La investigación fue diseñada para brindar información para estudiar la relación
entre consumo, patrones de uso e infraestructura en tres distritos del área
metropolitana de Lima con diferentes perfiles de consumo: alto (San Isidro, 346 L
por persona por día), medio.
INTERNACIONAL DEL AGUA 7
(Breña, 155 L por persona por día) y baja (Villa el Salvador, 70 L por persona por
día) (SEDAPAL, 2017Estos distritos también tienen diferentes
niveles: alto, medio y bajo, respectivamente.9
Como primer paso, las variables internas y externas a evaluar en el
Las investigaciones fueron seleccionadas según lo sugerido por la literatura
revisada. La influencia del clima en el consumo anual de agua de los hogares se
revisó considerando los aspectos internos (patrones e infraestructura) y externos.
No se consideraron ni los precios ni las políticas públicas.
A continuación, se recopiló información cuantitativa y cualitativa a través de
diferentes instrumentos. Aquí, la información cuantitativa son datos anuales sobre el
consumo de agua por casa por distrito, proporcionados por SEDAPAL. Esto se refiere al
100% del agua facturada y no considera las pérdidas en el sistema (en promedio 36%
del agua procesada).
Para obtener datos cualitativos, un encuestador realizó encuestas personales, puerta
a puerta, diseñadas para ser respondidas por cada jefe de hogar. Para evitar el sesgo de
los sujetos, la encuesta se presentó como parte de una investigación académica. Para
mayor objetividad, se informó a las personas que los datos son confidenciales y que la
encuesta no reflejaría su caso particular, pero se usaría para preparar estadísticas sobre
el estado del uso del agua en el distrito; por lo tanto, no hubo respuestas correctas o
incorrectas. Además, para reducir el sesgo de deseabilidad social, se aclaró que no
existía ninguna relación con el gobierno o el proveedor de servicios.
La encuesta recopiló información que permitió comprender el impacto de las variables
internas en el consumo de agua. El trabajo de campo fue realizado por la Universidad de
Lima, con un tamaño de muestra de 900 viviendas, para un margen de error de
± 5%.10 Las preguntas se organizaron en cuatro secciones y se clasificaron en dos
variables internas principales: características de la vivienda (infraestructura) y
características de la población (patrones de consumo) (tabla 1).
Las encuestas se diseñaron siguiendo las variables internas y externas
previamente
definido. Se revisaron varios estudios para desarrollar cada sección de
la encuesta, identificando variables relacionadas con las características de la casa y su
residentes, costo del agua, hábitos de consumo (Ojeda-De la Cruz et al., 2016),
(Rajala y Katko,
8 DR RONDINEL-OVIEDO Y JM SARMIENTO-PASTOR
Tabla 1. Clasificación de preguntas en dos variables. La forma en que se agrupan las preguntas se indica
a continuación. El número de la pregunta se indica entre paréntesis. Elaborado por el autor.
Sección 1: Información general Dirección, tipo de vivienda, número de plantas Sección 2: Características
de los residentes Datos sociodemográficos como el número de personas que viven en el
casa, ocupación, ingresos y educación
Sección 3: Infraestructura Sección 4: Patrones de usoTipo de
carcasa (1.05) Dispositivos de ahorro de agua (3.05)
Superficie habitable (m2) (1.07) Uso / consumo de agua - ducha (4.01, 4.02) Antigüedad de la
vivienda (2.01) Uso / consumo de agua - inodoro (4.03)
Número y tipo de habitación (3.01) Uso / consumo de agua - cocina (3.03)
Características sanitarias (no. De grifería, Uso / consumo de agua - lavandería
baños, duchas) (3.02) Características
de la cocina y el lavadero (3.03) Uso / consumo de agua -
(grifo / dispensador / lavadero) (3.03)
jardín (4.04)
Área de jardín (m2) (3.06, 3.07, 3.08) Uso / consumo / agua - piscina (3.11, 3.12) Área de la
piscina (m2) (3.09, 3.10) Hábitos de ahorro de agua (4.05 / 4.06 / 4.07 / 4.08)
Número de personas (2,03)
Número de familias que viven en la propiedad (2.02)
Habitacion durante el dia (2.04)
Habitacion durante la noche (2.05)
Otras preguntas: Monto de la última factura y método de pago (2.06, 2.07)
Resultados
Los resultados globales del consumo de agua incluyen los tres valores de consumo,
expresados en litros por persona y día. El consumo percibido en los tres distritos es
similar, difiriendo en solo 33 litros por día entre San Isidro y Villa el Salvador. Para
este último, destaca la cercanía de los tres valores, lo que indica que una cantidad
significativa de uso de agua (aproximadamente el 80%) está vinculada a baños y
duchas (Figura 4).
El consumo obtenido de los contadores de agua y el consumo reflejado en la
factura del agua superan siempre el consumo percibido. La diferencia entre
estos valores puede representar el agua utilizada para la higiene personal y la
dieta. Para los tres valores, el volumen en San Isidro superó el volumen en
Breña, que superó al de Villa el Salvador; en otras palabras, en promedio, los
hogares socioeconómicos más altos usaron más agua que los de niveles más
bajos, lo cual es consistente con varios estudios (Rockaway et al.,2011; Grafton y
col.,2011; Hussien y col.,2016; y Xue et al., Russell y Fielding, Mondéjar-Jiménez
et al. y Willis et al., todos citados en Koop et al.,2019).
10 DR RONDINEL-OVIEDO Y JM SARMIENTO-PASTOR
Figura 4. Consumo medio de agua por comarca según información tanto cuantitativa
como cualitativa. Cabe destacar la diferencia entre el consumo registrado por SEDAPAL
y el consumo reportado en las encuestas (duchas, baños y lavadoras). Cuanto mayor es
el nivel socioeconómico, mayor es la diferencia.
En cuanto a los factores externos que inciden en el consumo de agua, a partir de los
montos de consumo proporcionados por SEDAPAL, se observó un comportamiento
similar en el uso del agua en los tres distritos con respecto a las variables climáticas. En
Lima, el clima también impactó el consumo: el consumo es mayor en verano y menor en
invierno, con variación de 26% en San Isidro, 21% en Breña y 22% en Villa el Salvador (
Figura 5). La muestra de SEDAPAL fue anual, mientras que la encuesta se realizó en
octubre, mes en el que el consumo es 5% superior al promedio anual.
En cuanto a los datos cualitativos, se procesaron las 900 encuestas (300 por distrito)
por el equipo de investigación durante los primeros meses de 2018,13 Desarrollar un perfil
para cada distrito en términos de factores internos de consumo de agua y en base a los cuatro
apartados de la encuesta: información de la vivienda, características de los habitantes,
infraestructura sanitaria.
tura y patrones de uso.
En San Isidro, la tipología más representativa es la vivienda unifamiliar con
área de más de 100 m2 y mayores de 30 años. Aquí, el 97% de ellos tenía una lavandería,
el 88% tenía dos o más instalaciones sanitarias completas, el 97% usaba lavadoras, el
44% usaba dispensadores de agua, el 50% tenía jardines, el 3% tenía piscinas, el 32%
tenía doble descarga. inodoros y el 6% poseía aireadores y reductores de presión. Con
respecto a los patrones de uso, el número promedio de personas por hogar fue
3,7; utilizaron un volumen mensual de 23 m3, con gasto mensual de S / 94. La persona
promedio usaba la ducha seis veces a la semana durante un promedio de 11 minutos; el baño
se usaba 3.4 veces al día; y el ciclo de lavado se utilizó una vez por semana. Finalmente, el 75%
de ellos mostró un nivel de ahorro de agua moderado; El 65% dijo que principalmente
ahorraba agua para evitar desperdiciarla, y el 49% de ellos lo hacía para ahorrar dinero. Hay
más información disponible en el Material suplementario 1.
INTERNACIONAL DEL AGUA 11
Figura 5. Consumo anual de agua en parcelas seleccionadas por distrito, en base a datos de SEDAPAL. En
verano, el consumo aumenta para todos los casos, independientemente del nivel socioeconómico.
mostró un nivel moderado de ahorro de agua y el 65% declaró que la razón principal por la que ahorraron agua
fue para ahorrar dinero. Para obtener más información, consulte el Material suplementario 3.
Para evaluar cómo los factores internos afectan el consumo de agua en un hogar, se
desagregaron los datos de perfil de cada distrito para luego compararlos, enfocándose
en cada variable interna. Los casos que cumplían con cada condición bajo investigación
(como el tipo de vivienda, la frecuencia de uso del baño y la presencia de aparatos
ahorradores de agua) se clasificaron para cada variable. Se ha visualizado el valor de
consumo medio de agua específico para cada condición de acuerdo con los datos
cuantitativos proporcionados por SEDAPAL.
los niños usan pañales, tienen un baño controlado y, a medida que crecen, el uso de
dispositivos sanitarios suele estar bajo la supervisión de sus padres, lo que lleva a un menor
uso de agua. Por el contrario, la ocupación de una vivienda solo por adultos resultó en un
mayor consumo de agua; esto está relacionado con la idea de que las personas mayores viven
en casas más antiguas, y cuanto más antiguo es el edificio, es menos probable que se
adopten equipos de uso eficiente del agua (consulte el Material complementario 4).
Se encontraron pequeñas diferencias en cuanto al impacto del género en el consumo de
agua. En todos los casos, la presencia de hombres en el hogar correspondió a un mayor
consumo, lo que es consistente con Clark y Finley (2007). Esto quizás se deba a la diferencia
en la actividad física entre hombres y mujeres en el deporte y el tipo de trabajo. A nivel local,
es más común que los hombres practiquen deporte que las mujeres (Seclén Palacín & Jacoby,
2003; Grupo de Opinión Publica de la Universidad de Lima,2008). Y alrededor del 75% de la
población activa femenina está vinculada a actividades que requieren un menor esfuerzo
físico (Insitituto Nacional de Estadística e Informática,2016). Estas dos diferencias podrían
significar un mayor uso de agua por parte de los hombres para la higiene personal. Cuando
se comparó el consumo por sexo y distrito, observamos que en San Isidro, un hogar con más
hombres que mujeres consumía solo 1,6 litros adicionales por día; en Villa El Salvador fue de
19 litros; y en Breña la diferencia fue de 37 litros diarios (ver Material Complementario 5).
En cuanto a la presencia de personas a lo largo del día, se encontró que durante la mañana
y la tarde, los tres distritos indicaron una presencia similar de 1-2 personas (66% en Villa El
Salvador, 69% en Breña y 74% en San Isidro). . Por lo tanto, en los distritos de bajos ingresos,
la reducción del consumo no es el resultado de que las personas se queden en la casa todo el
día. De hecho, solo el 3% de las viviendas encuestadas en Villa El Salvador estaban
habitualmente habitadas durante el día, mientras que en San Isidro, esto fue del 10%. Por lo
tanto, la presencia de residentes durante este tiempo no fue tan determinante como los
hábitos de uso del agua de los usuarios o la infraestructura (ver Material Complementario 6).
Figura 7. Relación entre ingresos (según encuesta) y consumo de agua (según datos de
SEDAPAL).
14 DR RONDINEL-OVIEDO Y JM SARMIENTO-PASTOR
Variables económicas
Con referencia a la variable económica, podemos verificar que, al emparejar
familias con niveles de ingresos similares en los tres distritos, el consumo de
agua es aún mayor en San Isidro. Esto puede deberse al tipo de infraestructura
(más baños, piscina y jardín), así como al entorno socioeconómico en el que se
ubica la vivienda, que podría ser más determinante que el ingreso per cápita de
la familia. Asimismo, aunque las familias con más ingresos en Villa El Salvador y
San Isidro consumieron menos agua, este no fue el caso en Breña. Una vez más,
esto puede explicarse por las diferencias en infraestructura y uso (Figura 7).
Variables culturales
Finalmente, con referencia a las variables culturales, la educación casi siempre fue
proporcional a la eficiencia del uso del agua: a mayor educación, menor consumo. Sin
embargo, es fundamental mencionar aquí la contradicción: las personas con alto nivel
educativo tienen trabajos mejor remunerados, lo que corresponde a un mayor consumo
de agua (Figura 8).
Los hábitos de consumo derivados de las estrategias de ahorro de agua llevaron a un
menor uso del agua; cuantas más estrategias de ahorro de agua se implementaron en
un hogar, menor consumo se registró. Así, los participantes que informaron usar más
estrategias (p. Ej., Cerrar el grifo mientras se duchaban, enjabonarse o cepillarse los
dientes; lavar la ropa de manera eficiente; arreglar grifos con fugas) también informaron
un 12% menos de consumo en San Isidro, un 90% menos en Breña y 18% menos en Villa
El Salvador que aquellos que informaron usar menos estrategias. Quizás esto se deba
principalmente a la infraestructura. Si bien San Isidro y Villa el Salvador presentan
diferentes tipologías de vivienda, alrededor del 85% de la población de Breña vive en
casas entre 0 y 100 m2 en la zona. Como la infraestructura es similar, la
predisposición a ahorrar agua es más visible (ver Material Suplementario 7 y 8).
Del mismo modo, los hogares con miembros más educados tenían más dispositivos
de ahorro de agua. Este hallazgo refuerza la idea de la importancia general
de la educación y sugiere desarrollar programas y medidas para
Educación ambiental. Sin embargo, si bien varios estudios han encontrado que la educación es un
indicador confiable de preocupación, no es un
Figura 8. Relación entre nivel educativo (según encuesta) y consumo de agua (según
datos de SEDAPAL).
INTERNACIONAL DEL AGUA 15
predictor significativo del comportamiento (Wolters, 2014). Esto también es cierto en nuestro
estudio, ya que la mayoría de la población encuestada reportó preocupaciones ambientales
moderadas, pero ninguna reducción en el consumo de agua.
Resultados de infraestructura
La casa típica en los tres distritos es la vivienda unifamiliar: 99,7% en Villa El
Salvador, 68% en Breña y 56% en San Isidro. El segundo variado más frecuente
por el distrito, siendo departamentos en San Isidro (38%) y el quinta14 en
Breña (21%).15 Si relacionamos el tipo de vivienda con el consumo de agua,
podemos afirmar que con respecto a los cuatro tipos predominantes, siendo la
vivienda unifamiliar la más privada y quinta siendo el más público, hay una
tendencia decreciente del consumo de agua (11% en San Isidro y 15,6% en
Breña). Esto puede deberse a la densidad, la cantidad de áreas comunes o la
huella de estos diferentes tipos de edificios (Figura 9). El mayor consumo de
agua en casas unifamiliares podría atribuirse a casas más grandes y jardines
más grandes (Ghavidelfar et al.,2018)
Si evaluamos la relación entre superficie habitable y consumo de agua por
persona, se puede afirmar que a mayor superficie, mayor consumo.
Viviendas de más de 100 m2 utilizó un promedio de 196 litros por día por persona;
los de 51-100 m2 usó un promedio de 171; y los de menos de 50 m2 usó un promedio de
132. Cuanto más grande es la vivienda, mayor es el número de personas, instalaciones
sanitarias, artículos de tocador y áreas de jardín, además del uso más frecuente de baños
y ciclos de lavado, lo que se traduce en un mayor consumo de agua (Figura 10).
También se puede ver una relación directa entre la edad de la casa y el consumo
de agua. En todos los casos, hubo un aumento entre las casas de 0 a 15 años y las
de más de 50 años; la diferencia varió del 19% al 47%. Las instalaciones sanitarias
inadecuadas (con fugas) en las casas antiguas podrían explicar parcialmente
para tales hallazgos. Pero lo que se encuentra es que cuanto más antiguo es el edificio, mayor es el
consumo de agua (Figura 11).
Después de integrar el número de servicios sanitarios encontrados en la muestra, vemos que las
viviendas de niveles socioeconómicos más altos tienen más instalaciones sanitarias, natación
Figura 10. Relación entre el tamaño de la vivienda (según la encuesta) y el consumo de agua
(según los datos de SEDAPAL).
Figura 11. Relación entre la edad de la vivienda (según la encuesta) y el consumo de agua
(según los datos de SEDAPAL).
con Jorgensen et al. (2009), Hussien y col. (2016), Wong y Mui (2005), Cubillo et al. (
2008), Domene y Saurí (2006) y Shan et al. (2015). La presencia de grupos en la
muestra no fue suficiente para el análisis (solo 12 tenían un grupo y también tenían
datos de SEDAPAL). Se requieren estudios adicionales para identificar si las piscinas
influyen directamente en el consumo (ver Material complementario 11).
Conclusiones
La población urbana de Lima tiene vulnerabilidad hídrica y demanda de agua insatisfecha que
afecta a 1,5 millones de personas que no tienen acceso seguro a este recurso. Sin embargo, la
cantidad de consumo varía ampliamente según el distrito. Dado que enfrentaremos un estrés
hídrico significativo en los próximos años, es necesario estudiar mecanismos que ofrezcan un
acceso equitativo al agua.
18 DR RONDINEL-OVIEDO Y JM SARMIENTO-PASTOR
Notas
1. Aunque existe un código técnico sostenible para fomentar la eficiencia hídrica
(Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento, 2016), no es exigible y aún no
existen indicadores claros.
2. Según el Libro Azul, la disponibilidad de agua explotable bajará de 74.000 m3
por persona en 2003 a 54.000 m3 per cápita en 2020.
3. Promedio, 2001-2014.
4. El caudal en las tres cuencas (Lurín, Rímac y Chillón) ha ido disminuyendo en
los últimos años. En enero de 2016 el promedio del río Rímac era de 22,2 m3/ s,
41,9% menos que el año anterior y 46,9% menos que con la media histórica
(41,8 metros3/s). El caudal en el río Chillón fue de 2,2 m3/ s, 77,8% menos que el
año anterior (INEI, 2016).
5. SEDAPAL cobra a personas conectadas a redes de agua y alcantarillado 4.9 Peruano
soles por m3 para agua potable y 2,2 soles peruanos para drenaje. Las familias sin redes
de abastecimiento deben comprar el recurso en camiones cisterna a un costo de 15
soles peruanos (Comité Nacional del Libro Azul para el Perú,2016, pag. 52).
6. Según un estudio de Fernández y Viñuales, por ejemplo, un programa de educación
en Zaragoza logró un ahorro del consumo de los hogares del 5,6%. Además, hubo
un aumento en el número de familias que adoptan, pero no necesariamente
mantienen en el tiempo, hábitos ahorrativos (del 20% al 50%) y nuevas tecnologías
(del 13% al 15%) (Manco et al.,2012).
INTERNACIONAL DEL AGUA 19
Expresiones de gratitud
Esta investigación ha sido posible gracias al apoyo del Instituto de Investigaciones Científicas de la
Universidad de Lima. También agradecemos al asistente de investigación Carlos Esponda Alva y a
los becarios de investigación Gabriela Champín Vidal y Jaione Aramburu Stuart.
Declaración de divulgación
Fondos
Este trabajo fue apoyado por el Instituto de Investigación Científica (IDIC), Universidad
de Lima [Concurso IDIC-2017].
20 DR RONDINEL-OVIEDO Y JM SARMIENTO-PASTOR
ORCID
Daniel R. Rondinel-Oviedo http://orcid.org/0000-0001-5575-6743
Jaime M. Sarmiento-Pastor http://orcid.org/0000-0002-3343-1953
Referencias
1080 / 19463138.2011.567085
AQUAFONDO. (2016). Estudio de Riesgos Hídricos y
Vulnerabilidad del Sector Privado en Lima Metropolitana y Callao en un
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