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Universidad de Guayaquil Bioquímica I

Tabla de contenido
INTRODUCCIÓN.....................................................................................................................................2
DESARROLLO.........................................................................................................................................3
¿Qué son las enfermedades mitocóndricas?.....................................................................................3
Presentaciones clínicas de las enfermedades mitocóndricas............................................................4
Miopatía........................................................................................................................................4
Encefalomiopatía...........................................................................................................................5
¿Cómo se tratan estas enfermedades?.............................................................................................5
Diagnóstico de las enfermedades mitocondriales.............................................................................6
Recientes búsquedas de tratamiento y curaciones...........................................................................6
Conclusión.............................................................................................................................................8
Bibliografía............................................................................................................................................9

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DAVID FERNANDO CEDEÑO QUIJIJE
Universidad de Guayaquil Bioquímica I

INTRODUCCIÓN

El origen de las enfermedades mitocondriales se encuentran en la mitocondrias, orgánulos


microscópicos que se encuentran en el citoplasma de la mayoría de las células de nuestro
cuerpo, las cuales son las encargadas de producir toda la energía que necesita nuestro cuerpo,
hay que recalcar que las mitocondrias poseen su propio ADN, información genética que se
hereda solo por vía materna, la causa de esto aún está en estudio, pero al parecer esta herencia
materna se da porque las pocas mitocondrias que lleva el espermatozoide en el momento de
la fecundación, aunque entren en el lóbulo son destruidas por un sistema activo todavía
desconocido, razón por la cual podemos afirmar que las enfermedades mitocondriales son de
carácter hereditario materno. Como se mencionó, las causas de las enfermedades
mitocondriales es la disfunción de la mitocondria, generalmente debido a mutaciones en el
denominado genoma mitocondrial, el cual permite que la mitocondria se divida y trabaje de
manera regular, por lo tanto, se las considera dentro de las enfermedades que se consideran
genéticas y que también poseen un componente hereditario.

Al hablas de las enfermedades mitocondriales tenemos considerarlas como un verdadero reto


diagnóstico, por lo cual se requiere debe de existir un manejo multi-disciplinario para poder
llegar al diagnóstico del mismo, muchos de los estudios utilizados cuando hay indicios o
sospechas de alteraciones mitocondriales son estudios complementarios como imágenes de
resonancia de cerebro (Para evidenciar algunas alteraciones estructurales que se pueden
observar), también son necesarios laboratorios complementarios sobre todo para la medición
de los niveles de lactato en sangre, pero aun así, cuando nos referimos a nivel genético las
pruebas más utilizadas son el análisis del genoma mitocondrial y de la cadena transportadora
de electrones y fosforilación oxidativa que son actividades enzimáticas de la células, otros
estudios con el cual nos podemos apoyar son: biopsias (para el análisis de estructuras y
morfología de los cromosomas).

Las enfermedades mitocondriales no son contagiosas y no se producen por un mal estilo de


vida. Por lo general, una deficiencia en uno o más complejos de la CTE y fosforilación
oxidativa suele ocasionar este tipo de enfermedades. De hecho, las enfermedades
mitocondriales algunas veces reciben su nombre de una deficiencia específica. En este trabajo
investigativo trataremos el tema a fondo para comprender mejor todos los aspectos acerca de
estos trastornos.

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DESARROLLO

¿Qué son las enfermedades mitocóndricas?

Pía Paz, Ruiz Siebald y Pilar Canales F. definen a las enfermedades mitocondriales como un
grupo de síndromes clínicos asociados a múltiples manifestaciones derivadas de mutaciones
en el material genético mitocondrial. Desde que se descubrió los caracteres básicos de la
genética mitocondrial a inicio de los años ochenta y las primeras mutaciones asociadas a
enfermedades en el año 1988, ha sido posible diagnosticar cada vez más una mayor cantidad
de pacientes que padecen enfermedades mitocondriales, aumentando su importancia como
diagnóstico diferencial.

Tienen en común un defecto en la producción de energía causadas por una disfunción en la


fosforilación oxidativa, viéndose afectadas rutas metabólicas codificadas tanto por el DNA
mitocondrial (mtDNA) o por el DNA nuclear (nDNA). Se reconocen como los trastornos
neurometabólicos más frecuentes en la infancia, pero pueden aparecer a cualquier edad. Las
mutaciones del nDNA son las más frecuentes en la infancia y adolescentes, mientras que en
la población adulta las enfermedades mitocondriales son originadas generalmente por
mutaciones del mtDNA y tienen habitualmente un curso más crónico.

El material genético mitocondrial posee una tasa de mutación mayor a 10 veces del nuclear
por la desprotección a los radicales de oxígeno de su DNA4. Se han encontrado alrededor de
18 mutaciones del mtDNA y 228 mutaciones del nDNA asociadas a estas patologías. Es así,
que la severidad de las manifestaciones clínicas está dada por la naturaleza de la mutación, el
fenotipo de las mitocondrias y por el grado de complementación con el mtDNA normal.
Durante la división mitótica las mitocondrias se distribuyen azarosamente en las células hijas,
lo que le entrega el grado de heteroplasmia (coexistencia de mtDNA mutado y normal) a
estos organelos. A mayor cantidad de mtDNA dañado, mayor es la heteroplasmia, y si se
traspasa el efecto umbral (es decir que la producción de ATP llega a niveles bajo lo requerido
por los tejidos) se expresará la enfermedad en el paciente. La severidad de las
manifestaciones clínicas depende también del tejido afectado. Los tejidos más afectados son
el neuronal, el muscular (esquelético y cardíaco), órganos endocrinos, la retina y
componentes no musculares del tracto gastrointestinal, ya que presentan mayores
requerimientos energéticos y por tanto, mayor número de mitocondrias (1).

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Dentro de las diferentes presentaciones clínicas que pueden presentar las enfermedades
mitocondriales tenemos las miopatías, en especial mencionaremos a la MIOPATÍA
MITOCONDRIAL LETAL INFANTIL, el cual la definiremos como un trastorno
mitocondrial de la fosforilación oxidativa poco frecuente caracterizado por hipotonía
generalizada progresiva, oftalmoplejía externa progresiva y acidosis láctica grave con un
desenlace fatal (días a meses después del nacimiento). Los afectados pueden presentar
letargia y arreflexia asociadas a otros hallazgos adicionales, tales como cardiomiopatía,
disfunción renal, compromiso hepático y convulsiones. (2)

Presentaciones clínicas de las enfermedades mitocóndricas

Como mencionamos en el texto anterior, las enfermedades mitocóndricas pueden tener


presentaciones clínicas muy importantes que mencionaremos ahora.

Miopatía

Los principales síntomas de la miopatía mitocóndrica son debilidad y desgaste muscular e


intolerancia al ejercicio. Es importante recordar que la severidad de cualquiera de estos
síntomas varía grandemente de una persona a otra, aun dentro de la misma familia.

En algunas personas, la debilidad es usualmente más prominente en los músculos que


controlan los movimientos de los ojos y los párpados. Dos consecuencias comunes son la
parálisis gradual de los movimientos de los ojos, llamada oftalmoplejía externa progresiva
(PEO) y la caída de los párpados superiores, llamada potosís. Con frecuencia, las personas
compensan la PEO automáticamente, al mover su cabeza para ver en diferentes direcciones, y
quizás ni siquiera noten algún problema visual. La ptosís es potencialmente más frustrante
porque puede perjudicar la visión y además causar una expresión indiferente, pero puede ser
corregida mediante cirugía o mediante el uso de anteojos que tienen una “muleta de ptosis”
para levantar los párpados superiores.

Las miopatías mitocóndricas también pueden ocasionar debilidad y desgaste en otros


músculos de la cara y el cuello, lo que puede llevar a problemas de pronunciación y dificultad
al tragar. En estos casos, pueden ser útiles la terapia del habla o los cambios en la dieta hacia
comidas más fáciles de tragar. Algunas veces las personas con miopatías mitocóndricas

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experimentan pérdida de la fuerza muscular en los brazos o las piernas y pueden necesitar
aparatos ortopédicos o sillas de ruedas para movilizarse.

Encefalomiopatía

Una encefalomiopatía mitocóndrica típicamente incluye algunos de los síntomas de miopatía


mencionados arriba, más uno o más síntomas neurológicos. De nuevo, estos síntomas
demuestran una gran variedad individual, tanto con relación a su tipo como a su severidad.

El menoscabo auditivo, las jaquecas tipo migraña y las convulsiones son algunos de los
síntomas más comunes de una encefalomiopatía mitocóndrica. En por lo menos un síndrome,
las jaquecas y convulsiones se presentan con frecuencia acompañadas de episodios
semejantes a la apoplejía

Además de afectar la musculatura del ojo, una encefalomiopatía mitocóndrica puede afectar
el ojo en sí y partes del cerebro involucradas en la visión. Por ejemplo, la pérdida de la visión
debido a atrofia óptica (encogimiento del nervio óptico) o retinopatía (degeneración de
algunas de las células que recubren la parte posterior del ojo) es un síntoma común de la
encefalomiopatía mitocóndrica. Comparados con los problemas musculares, estos efectos
tienen mayor tendencia a ocasionar menoscabos serios de la visión.

Con frecuencia, la Encefalomiopatía mitocóndrica causa ataxia, o problemas con el balance y


la coordinación. Las personas con ataxia generalmente están predispuestas a caídas. Se puede
evitar parcialmente esos problemas a través de terapia física y ocupacional, así como con el
uso de ayudas para sostenerse como pasamanos, una andadera, o — en casos severos — una
silla de ruedas.

¿Cómo se tratan estas enfermedades?

Es afortunado que, a menudo, estos síntomas tratables constituyen las complicaciones que
más ponen en peligro la vida en las enfermedades mitocóndricas.

Teniendo eso en mente, las personas con enfermedades mitocóndricas pueden lograr mucho
en cuanto a su propio cuidado, controlando su salud y programando exámenes médicos
regulares.

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En vez de enfocarse en complicaciones específicas de las enfermedades mitocóndricas,


algunos tratamientos nuevos y menos comprobados tratan de reparar o pasar por alto las
mitocondrias defectuosas. Estos tratamientos consisten en suplementos dietéticos basados en
tres sustancias naturales que se presentan en la producción de ATP en nuestras células.

Aunque no le funcionan a todo el mundo, sí le ayudan a algunas personas. Una de estas


sustancias, la creatina, actúa normalmente como una reserva de ATP al formar un compuesto
llamado fosfato de creatina. Cuando la demanda de ATP de una célula excede la cantidad que
sus mitocondrias pueden producir, la creatina puede liberar fosfato (la “P” en ATP) para
mejorar rápidamente el suministro de ATP.

De hecho, típicamente el fosfato de creatina (también llamado fosfocreatina) proporciona la


inyección inicial de ATP requerida para una actividad muscular vigorosa. (3)

Diagnóstico de las enfermedades mitocondriales

Ninguno de los síntomas distintivos de las enfermedades mitocóndricas — debilidad


muscular, intolerancia al ejercicio, menoscabo auditivo, ataxia, convulsiones, discapacidades
de aprendizaje, cataratas, defectos del corazón, diabetes y crecimiento atrofiado — son
exclusivos de las enfermedades mitocóndricas. Sin embargo, una combinación de tres o más
de estos síntomas en una persona constituye una fuerte indicación de enfermedad
mitocóndrica, especialmente cuando los síntomas afectan más de un sistema de órganos. Para
evaluar la dimensión de estos síntomas, el médico a menudo comienza por recabar la historia
clínica personal del paciente y después procede a efectuar exámenes físicos y neurológicos.

El examen físico típicamente incluye pruebas de fuerza y resistencia, tales como una prueba
de ejercicio, la cual puede involucrar actividades como hacer un puño repetidamente, o subir
y bajar un tramo corto de escalera. El examen neurológico puede incluir pruebas de reflejos,
visión, habla y habilidades básicas de cognición (pensar).

Dependiendo de la información obtenida durante la historia clínica y los exámenes, el médico


puede proceder a efectuar pruebas más especializadas que pueden detectar anomalías en los
músculos, el cerebro y otros órganos. (4)

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Recientes búsquedas de tratamiento y curaciones

Se han realizado avances únicos en MNGIE, una enfermedad en la que un defecto en un gene
en el núcleo ocasiona indirectamente un problema mitocóndrico. Los investigadores
financiados por la MDA están experimentando con infundir células madre de donadores a
pacientes con MNGIE para restaurar condiciones metabólicas normales y detener el daño a
las mitocondrias. Además, los científicos financiados por la MDA han identificado muchos
de los defectos genéticos que ocasionan las enfermedades mitocóndricas. Han utilizado el
conocimiento de aquellos defectos genéticos para crear modelos animales de enfermedad
mitocóndrica, que pueden usarse para investigar tratamientos potenciales. Asimismo, han
diseñado pruebas genéticas que permitirán el diagnóstico exacto de los defectos
mitocóndricos y proporcionar información valiosa para la planificación familiar.

A partir de finales de 2009, algunos investigadores apoyados por la MDA están trabajando en
formas para agregar genes terapéuticos a las mitocondrias.

Otros están concentrándose en entender los procesos bioquímicos que ocurren dentro de las
mitocondrias, con el objeto de corregir o evitarlos para tratar anomalías mitocóndricas, ya sea
que se agreguen nuevos genes o no. Otros aún están estudiando el comportamiento de las
mitocondrias tal como existen dentro de las células como órganos miniatura (“organelos”),
que interactúan entre sí y con otros componentes celulares. (5)

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Conclusión

Las enfermedades mitocondriales, como su nombre lo específica, se deben a la disfunción de


un organelo que se encuentra en la célula llamado “mitocondria”. La mitocondria funciona
para proporcionar energía y que la célula pueda realizar sus funciones, por lo tanto, si existe
una disfunción o alteración en la función de las mitocondrias, las células no podrán realizar
su trabajo con normalidad y se presentaran manifestaciones multi-sistémicas. Debido a que
en las enfermedades mitocondriales las alteraciones pueden ser muy homogéneas, las
manifestaciones pueden presentarse de manera variable, sin embargo, clásicamente las
mitocondriopatías se presentan con alteraciones en sistema nervioso, principalmente datos
como encefalopatías epilépticas, crisis convulsivas, debilidad muscular, alteraciones
cardiacas (miocardiopatías), alteraciones en la conducción cardiaca. También se pueden
presentar trastornos endocrinológicos como: diabetes, hiperparatiroidismo, etc. En fin,
dependiendo del área o tejido que está siendo afectado es muy diversas las manifestaciones
que pueden tener estas enfermedades.

El diagnóstico de una enfermedad mitocondrial se basa en la sospecha clínica. La evaluación


debe iniciar por una anamnesis y examen físico cuidadoso, junto al estudio de la historia
familiar y antecedentes personales. Los síntomas inespecíficos aislados por si solos no
explican una enfermedad, pero por norma general, la afectación de tres o más sistemas
orgánicos sin un diagnóstico único ayuda a sospecharla. En los pacientes pediátricos la
presentación clínica es mucho más intensa viéndose afectados por severos retrasos
psicomotores, hipotonía generalizada, acidosis láctica y falla cardiorrespiratoria.

Las enfermedades mitocondriales no son contagiosas y no se producen por un mal estilo de


vida. Por lo general, una deficiencia en uno o más complejos de la CTE y fosforilación
oxidativa suele ocasionar este tipo de enfermedades. De hecho, las enfermedades
mitocondriales algunas veces reciben su nombre de una deficiencia específica

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Bibliografía
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1. Paz P, Siebald R, Canales P. Scielo. [Online].; 2017 [cited 2020 Enero 19. Available from:
https://scielo.conicyt.cl/pdf/rchnp/v51n1/art04.pdf.

2. Orphanet. Orphanet. [Online].; 2018 [cited 2020 Enero 19. Available from:
https://www.orpha.net/consor/cgi-bin/Disease_Search.php?
lng=ES&data_id=19790&Disease_Disease_Search_diseaseGroup=Miopat-a-mitocondrial-letal-
infantil-con-disfuncion-renal&Disease_Disease_Search_diseaseType=Pat&Enfermedad(es)/grupo
%20de%20enfermedades=Miop.

3. mda.org. MDA. [Online].; 2018 [cited 2020 Enero 19. Available from:
https://www.mda.org/sites/default/files/publications/Facts_MITO_Spanish.pdf.

4. Horber k. ScienceDirect. [Online].; 2016 [cited 2020 Enero 19. Available from:
https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1280470306478427.

5. Lynch M, Visco A, Sampaio T, Jonielly V. e-Oftalmo. [Online].; 2018 [cited 2020 Enero 19. Available
from: https://sistemacbo.com/eoftalmo/details/99/en-US.

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