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Batalla de Ayacucho

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Batalla de Ayacucho

Parte de la Independencia del Perú y las Guerras de


independencia hispanoamericanas

Óleo de la batalla de Ayacucho, una obra de Martín Tovar y Tovar

Fecha 9 de diciembre de 1824

Lugar Ayacucho, Perú

Coordenadas 13°02′33″S 74°07′54″O

Resultado Decisiva victoria del Ejército Unido


Libertador.

Consecuencias Firma de la Capitulación de Ayacucho y fin de


las grandes campañas de emancipación en
América del Sur.

Beligerantes

 República Peruana  Imperio español


 República de Colombia

Comandantes
 Antonio José de Sucre  José de la Serna  (WIA)
 José María Córdova  José de Canterac
 José de La Mar
 Agustín Gamarra
 Guillermo Miller

Unidades militares

 Ejército Unido Peruano


Colombiano libertador del Perú  Ejército Real del Perú

Fuerzas en combate
5.780123-85004 soldados 6.90667-9.310178soldados
1-2 piezas de artillería y 14 piezas de artillería y
servidores135 servidores19

Bajas
370 muertos y 609 heridos10 1800 muertos,1011 700
heridos1011 y 2.000-3.000
prisioneros1213

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Independencia del Perú
1811-1824

Levantamientos autónomos

Campañas Realistas

Campaña de Goyeneche (1809)

Tacna (1.°)

Huánuco

Tacna (2.°) 

Camiara

Cuzco 

Huanta

Chacaltaya

Apacheta
Matará

Umachiri

Aymaraes

Corriente Libertadora del Sur

Expedición Libertadora  

Paracas

Campaña de Arenales (1.°)

Pase del Numancia

Aznapuquio

Campaña de Arenales (2.°) 

Ataura

Quiapata

Campaña de Miller

Sitio del Callao (1º)

Maynas

Expedición de Santa Cruz

Ica

Paras

Caucato

Congreso Constituyente (1822)

Campaña de Intermedios (1.°) 

Torata

Moquegua

Motín del Callao

Corriente Libertadora del Norte

Intervención de la Gran Colombia

Motín de Balconcillo
Campaña de Intermedios (2.°) 

Zepita

Arequipa

Republiquetas 

Alzuri

Rebelión de Olañeta

Ejército Unido Libertador

Junín

Bellavista

Corpahuaico

Ayacucho

Alto Perú

Sitio del Callao (2º)

Guerra de Iquicha

Guerra naval

Expedición de Brown

Campaña de Cochrane

División del Mar del Sur

Expedición de Guruceta

Bloqueo naval del Callao


Mapa animado de los procesos de emancipación hispanoamericanos (1808-1826):
     Territorios bajo control realista.     Territorios bajo control de movimientos de emancipación.      Territorios bajo
control de la Gran Colombia.     España bajo ocupación francesa.     España durante la revolución liberal.     Zonas

sin un gobierno claro.

La batalla de Ayacucho fue el último gran enfrentamiento comprendido dentro de


las campañas terrestres de las guerras de independencia
hispanoamericanas en América del Sur (1809-1826) y significó el final definitivo
del dominio administrativo virreinal español. La batalla se desarrolló en la Pampa
de Quinua en Ayacucho,14 Perú, el 9 de diciembre de 1824.
La victoria de los patriotas supuso la desaparición del contingente
militar realista más importante que seguía en pie, y selló la independencia del
Perú con una capitulación militar que puso fin a la resistencia del las tropas
del Virreinato del Perú. No obstante, la guarnición española del Real Felipe del
Callao resistió hasta 1826, y España no renunció formalmente a la soberanía de
sus posesiones continentales americanas hasta una década más tarde, en 1836.
El tratado de paz, amistad y reconocimiento con el Perú fue firmado el 14 de
agosto de 1879 en París.

Índice

 1Antecedentes
o 1.1Los sucesos de 1824
 1.1.1Tregua en Buenos Aires y motín en el Callao
 1.1.2Rebelión de Olañeta
 2La Campaña de Ayacucho
o 2.1Orden de batalla
 2.1.1Ejército Libertador
 2.1.2Ejército Real del Perú
 2.1.2.1Europeos en el ejército del Virrey La Serna
o 2.2Desarrollo de las acciones
o 2.3La capitulación de Ayacucho
o 2.4Teorías conspirativas sobre la batalla de Ayacucho
 3El Alto Perú tras la batalla de Ayacucho
o 3.1El nacimiento de Bolivia
o 3.2Declaración de la independencia de Bolivia
 4Reconocimiento a los combatientes
o 4.1Reconocimientos a Sucre
 5Notas al pie
 6Bibliografía
 7Enlaces externos

Antecedentes[editar]
En el año 1820 España entró en una crisis política por el pronunciamiento contra
el rey Fernando VII y la restauración de la Constitución Liberal, apoyada por el
general Rafael de Riego, quien sublevó la expedición de 20.000 soldados para
auxiliar a los realistas de América. Esto acabó para siempre con las expediciones
de refuerzos de España, que desde entonces no se aprestaron para ningún lugar
de América, y motivó que los dos grandes virreinatos, del Perú y de Nueva
España, que hasta el momento habían contenido el avance de la revolución
hispanoamericana tomasen el camino de la independencia.
En América del norte, el virreinato de México, tras derrotar a la insurgencia, se
constituye en una monarquía independiente mediante el Plan de Iguala y el pacto
de las tres garantías. Los trigarantes tras derrotar al virrey Apodaca, pretenden
acordar la separación pacífica de la España Liberal mediante los Tratados de
Córdoba , pero no se llega a un acuerdo y se suceden los Intentos españoles de
reconquista de México hasta 1829. En América del sur, la sublevación de Rafael
del Riego había hecho desaparecer la amenaza de invasión de Venezuela y del
Río de la Plata, y esto permitió el avance de las Corrientes Libertadoras de
América del sur hacia el Perú. El virrey Joaquín de la Pezuela había quedado
desacreditado por la derrota de la expedición de Mariano Osorio en Chile, por el
aislamiento marítimo, y por la invasión de la Expedición Libertadora del
Perú de José de San Martín, que consigue cercar Lima en la campaña de Cerro
de Pasco y provoca la deserción del Numancia. Esta sucesión de derrotas
determinan que Pezuela sea derrocado por el general español José de la Serna el
29 de enero de 1821 en el golpe militar de Aznapuquio. La Serna abandonó Lima
con un ejército en plena desintegración sin ser apenas molestado para refugiarse
en la sierra peruana.
Pero el Ejército Real del Perú, bajo una sólida subordinación militar, se rearma y
consigue destruir sucesivos ejércitos independientes. El primero en la batalla de
Ica, mandado por los patriotas Domingo Tristán y Agustín Gamarra. Un año
después, tras la retirada de José de San Martín por la Entrevista de Guayaquil, los
realistas consiguen aniquilar la Expedición Libertadora dirigida por Rudecindo
Alvarado en las campañas de Torata y Moquegua. El año 1823 terminaba con la
destrucción de otro ejército patriota comandado por Andrés de Santa Cruz y
Agustín Gamarra, en otra campaña abierta sobre los Puertos Intermedios, que
comenzó con la batalla de Zepita en Puno, y la ocupación de la ciudad de La
Paz el 8 de agosto, consiguiendo llegar a Oruro en el Alto Perú. Pero el virrey La
Serna, en una campaña apodada "del Talón", persiguió las tropas de Santa Cruz
que acaban desbandadas y recuperó Arequipa tras batir a Antonio José de Sucre,
quien reembarcó a los colombianos el 10 de octubre de 1823.
Finalmente, lo que restaba de optimismo se apagaba por las acusaciones de
traición contra los presidentes peruanos José de la Riva Agüero y José Bernardo
de Tagle. Riva Agüero deportó diputados del Congreso del Perú y organizó un
congreso paralelo en Trujillo, y luego de ser declarado reo de alta traición por el
Congreso del Perú15 fue desterrado a Chile. En cambio Torre Tagle buscaba firmar
una paz sin batallas con el virrey La Serna, por lo cual fue a entrevistarse con los
realistas. Este acto fue considerado por Simón Bolívar como traición. Tagle
dispuso que todas las fuerzas a su mando apoyaran a Bolívar para hacer frente al
enemigo, mientras este buscaba capturarlo para fusilarlo. 16 José Bernardo de
Tagle encontró refugio con los realistas en la asediada fortaleza del Callao.
Fue así como al culminar el año 1823, a pesar de sus contundentes triunfos
realistas en los anteriores hechos de armas y mientras el recién llegado Bolívar
escribía solicitando refuerzos de Colombia, y preparaba activamente la que sería
la campaña final contra el Ejército Real del Perú, la situación empezaba a tornarse
crítica para los sostenedores de la causa del rey:
"..El virrey la Serna por su parte, sin comunicaciones directas con la Península, con las más
melancólicas noticias del estado de la metrópoli... y reducido por lo tanto a sus propios y exclusivos
recursos pero confiando notablemente en la decisión, en la unión, en la lealtad y en la fortuna de sus
subordinados, aceleraba también la reorganización de sus tropas y se aprestaba a la lucha que miraba
próxima con el coloso de Costa-firme. Un triunfo más para las armas españolas en aquella situación,
haría ondear de nuevo el pabellón castellano con inmarcesible gloria hasta el mismo Ecuador; pero otra
suerte muy distinta estaba ya irrevocablemente escrita en los libros del destino. .."

Gnrl. Andrés García Camba.17

Los sucesos de 1824[editar]


Tregua en Buenos Aires y motín en el Callao[editar]
Artículo principal: Sublevación del Callao

El historiador Rufino Blanco Fombona dice que "Todavía en 1824 Bernardino


Rivadavia pacta con los españoles, estorbando así la campaña de Ayacucho":18
El 4 de julio de 1823, Buenos Aires concluyó una tregua con los comisionados
españoles (Convención Preliminar de Paz) que le obligaba a mandar negociadores
a los demás gobiernos sudamericanos para que pueda tener efecto la misma. 19 Se
estipulaba que las hostilidades cesarían 60 días después de su ratificación y
subsistiría durante un año y medio, mientras se negociaría un tratado definitivo de
paz y amistad. Con este motivo se reunieron en la ciudad de Salta Juan Gregorio
de Las Heras con el brigadier Baldomero Espartero, sin alcanzar acuerdo alguno.
Entre otras medidas tomadas por el virrey para contener su inminente rebelión,
el 10 de enero de 1824 se le ordenó a Olañeta:
Advierto a V.E. que no debe disponer ninguna expedición en dirección alguna sobre las provincias de
abajo sin expresa orden mía pues además de que en Salta están reunidos para tratar de negociar, el
General Las Heras por parte del Gobierno de Buenos Aires y el Brigadier Espartero por la de este
superior Gobierno (...)20

Rivadavia creía que el proyecto establecería la paz y paralizó el esfuerzo de las


autoridades de Salta sobre el Alto Perú, negó auxilios y retiró los puestos
avanzados,21 dañando la causa del Perú.
Al respecto, el historiador y militar de origen irlandés Daniel Florencio
O'Leary opinó que con esa tregua "Buenos Aires se ha retirado implícitamente de
la contienda",22 y que "el Gobierno de Buenos Aires pacta con los españoles, con
perjuicio de la causa americana".23
El 1 de enero de 1824 Bolívar cayó gravemente enfermo en Pativilca. En esas
fechas llegó a Lima Félix Álzaga, ministro plenipotenciario de las Provincias
Unidas del Río de la Plata para solicitar al Perú su adhesión a la tregua y que fue
rechazada por el Congreso Peruano. Pero asimismo desde el 4 de febrero
de 1824 se sublevó el acuartelamiento del Callao compuesto por el total de la
infantería argentina de la Expedición Libertadora, junto con algunos chilenos,
peruanos y colombianos: cerca de 2000 hombres, que además se pasaron a los
realistas,24 enarbolando el pabellón español y entregaron las fortalezas del Callao.
El regimiento de granaderos a caballo de los Andes también se amotinó
en Lurín el 14 de febrero, dos escuadrones se dirigieron al Callao para unirse a
sublevados, pero al saber que se habían pasado a los realistas, un centenar de
ellos con los jefes del regimiento se dirigieron a Lima para unirse a Bolívar. El
cuerpo fue luego reorganizado por el general Mariano Necochea por orden de
Simón Bolívar..
Ante tales sucesos,25 el ministro de Colombia, Joaquín Mosquera, «temiendo la
ruina de nuestro ejército» preguntó:«¿Y qué piensa Ud. hacer ahora?», a lo que
Bolívar, con tono decidido, le respondió:
¡Triunfar!

Simón Bolívar, Pativilca, 1824.

El Sitio de El Callao prolongó la guerra hasta 1826, además inmediatamente


desembocó en la ocupación de Lima por Canterac, y se afirma que en mayo de
1824 con una acción militar contra Bolívar "habrían dado el último golpe a la
independencia de esta parte de América".26
Rebelión de Olañeta[editar]
Artículo principal: Rebelión de Olañeta
Sorpresivamente, al comenzar el año 1824, todo el ejército realista del Alto
Perú se sublevó junto al caudillo absolutista español Pedro Antonio Olañeta contra
el Virrey del Perú, tras saberse que en España había caído el gobierno
Constitucional. Efectivamente, el monarca Fernando VII de España y sus
partidarios absolutistas, recuperaban el gobierno apoyados por 132.000 soldados
franceses del ejército de la Santa Alianza, que ocupará España hasta 1830. Rafael
del Riego moría ahorcado el 7 de noviembre de 1823 y los propulsores del
movimiento liberal fueron ajusticiados, marginados o exiliados de España. El 1 de
octubre de 1823 el monarca decretaba la abolición de todo lo aprobado durante
los tres años de gobierno constitucional, lo que anulaba el nombramiento de La
Serna como Virrey del Perú. El alcance de la purga sobre los constitucionales de
Virreinato del Perú parecía infalible.

José de la Serna e Hinojosa, último virrey del Perú (1821-1824).

Olañeta ordena el ataque de los realistas altoperuanos contra los constitucionales


del virreinato peruano.27 La Serna cambió sus planes de bajar a la costa para batir
a Bolívar, y mandó a Jerónimo Valdés con una fuerza de 5000 veteranos a cruzar
el río Desaguadero, lo que se llevó a cabo el 22 de enero de 1824, para dirigirlo
a Potosí contra su antiguo subordinado, Las Memorias para la historia de las
armas españolas en el Perú del oficial peninsular Andrés García Camba (1846)
detallan el trastorno que los sucesos del Alto Perú produjeron en los cálculos
defensivos del virrey. Tras una prolongada campaña en las batallas
de Tarabuquillo, Sala, Cotagaita, y finalmente la Lava el día 17 de agosto de 1824,
ambas fuerzas realistas, del Virreinato del Perú (liberales) y de las provincias del
Alto Perú (absolutistas), se diezmaron mutuamente.
Bolívar, en comunicación con Olañeta, aprovechó el desmontaje del aparato
defensivo realista para "movernos en todo el mes de mayo contra Jauja", y
enfrentarse a José de Canterac aislado en Junín el 6 de agosto de 1824. Dio
comienzo entonces una incesante persecución con la consecuente deserción de
2700 realistas, que seguidamente engrosaban las filas independientes. Finalmente
el 7 de octubre de 1824, con sus tropas a las puertas del Cuzco, Bolívar entregó al
general Sucre el mando del nuevo frente de batalla, que recorría el curso del río
Apurímac, y se retiró a Lima para tomar de la capital más empréstitos para
sostener la guerra en el Perú, y recibir una división colombiana de 4.000 hombres
despachada por Francisco de Paula Santander que no llegaría sino después de
Ayacucho.28

La Campaña de Ayacucho[editar]

Antonio José de Sucre, el Gran Mariscal de Ayacucho.

La desintegración del cuerpo de observación de Canterac obligó a La Serna a


llevar desde Potosí a Jerónimo Valdés, quien acudió a marchas forzadas con sus
soldados. Reunidos los generales realistas, y a pesar de las muestras de sincera
adhesión del Cusco, el virrey descartó un asalto directo por la falta de instrucción
de sus milicias, aumentadas mediante reclutas masivas de campesinos unas
semanas antes. Por el contrario intentó cortar la retaguardia de Sucre a través de
maniobras de marchas y contramarchas, que se sucedieron desde el Cusco hasta
el encuentro en Ayacucho, a lo largo de la cordillera andina. De esta forma, los
realistas buscaron un golpe de mano que obtuvieron el 3 de diciembre en
la batalla de Corpahuaico o Matará, donde a costa de tan solo 30 hombres
ocasionaron al ejército libertador más de 500 bajas y la pérdida de buena parte del
parque y la artillería. Pero Sucre y su estado mayor lograron mantener la
organización de la tropa e impidieron al virrey explotar ese éxito local. Aún a costa
de sensibles pérdidas en hombres y material Sucre mantuvo al Ejército Unido en
repliegue ordenado, y siempre situado en posiciones aseguradas, de difícil acceso
como el campo de Quinua.
Otro libro de memorias, In the service of the Republic of Peru del
general Guillermo Miller, ofrece la visión de los independentistas. Además del
talento de Bolívar y el de Sucre, el Ejército Unido se nutrió de buena parte de la
experiencia militar del siglo: el batallón Rifles del ejército de Colombia, se
encontraba compuesto de tropas mercenarias europeas, que en su mayoría eran
voluntarios británicos. Esta unidad sufrió considerables bajas en Corpahuico.
También se encontraban entre sus filas veteranos de la Independencia
española, norteamericana, y Guerras de Independencia Hispanoamericana hasta
casos como el mayor de origen alemán Carlos Sowersby, veterano de la batalla de
Borodino contra Napoleón Bonaparte en Rusia.
Los realistas habían consumido sus recursos en una guerra de movimientos sin
haber logrado obtener una victoria decisiva sobre el ejército libertador. Por la
extrema dureza de las condiciones de una campaña en la cordillera andina, ambos
ejércitos quedaron con el número de sus tropas seriamente reducidas por
enfermedad y deserción, que afectó en el mismo grado a los independientes, y
que igualmente se focalizó en milicias carentes de instrucción militar o la recluta
formada de prisioneros enemigos. Los jefes realistas se habían posicionado en las
alturas del cerro Condorcunca (en quechua: cuello de cóndor), una buena posición
defensiva que no podían sostener dado que en menos de cinco días se verían
obligados a retirarse por la hambruna de la tropa, lo que equivalía a la dispersión
de su ejército y una segura derrota por la próxima llegada de refuerzos de
Colombia, motivo por el cual se vieron impulsados a tomar una decisión
desesperada: la batalla de Ayacucho daba comienzo.

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