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LA

INFANCIA Y SUS ETAPAS:


La infancia es el periodo que transcurre desde el nacimiento a la madurez del niño. Se divide
en etapas muy diferenciadas denominadas periodos de la infancia y sirven para agrupar a los
niños según:

• Características físicas, psicológicas y sociales.


• Comportamiento propio de cada edad.

A través de estudios epidemiológicos conoceremos los riesgos a los que el niño se enfrenta en
cada etapa (accidentes de la infancia) y conoceremos las diferencias que existen entre las
distintas etapas según la edad.

Período intrauterino (40 semanas)

Se inicia en la concepción y finaliza cuando el niño crece. Es un período peligroso por el riesgo
de malformaciones. Se divide en:

• Periodo embrionario 12 primeras semanas.


• Período fetal precoz Hasta las 22 semanas de gestación.
• Período fetal tardío Desde la semana 22 al nacimiento (40 semanas).

Período neonatal (7-20 días)

Comprende los 28 primeros días, aunque en la práctica se denomina neonatos a los niños que
se encuentran en el primer mes de vida. Es el período más importante de la vida del niño, ya
que se producen elevadas tasas de mortalidad y morbilidad que pueden dejar secuelas
neurológicas severas. Se divide en:

• Período neonatal precoz 7 primeros días de vida extrauterina.


• Período neonatal tardío Desde los 7 días al primer mes.
• Período postneonatal / lactante (1 mes-1 año).

Características:

• Fase de crecimiento y desarrollo rápido.


• Importantes cambios en el desarrollo psicomotor fino y grueso.
• Se procede a un gran número de inmunizaciones.
• Deben controlarse el crecimiento y la nutrición.
Período de la primera infancia (1-3 años)

Características:

• Deambulación.
• Locución y expresión verbal.
• Alimentación completa.
• Asistencia a la guardería Cuadros infecciosos repetidos, en su mayoría virales, que
provocan períodos de ingesta disminuida y un estacionamiento ponderal (talla y peso).
• Frecuentes trastornos del sueño.
• Logros de autonomía (control de esfínteres).
• Exploración continua.
• Fijar los límites y enseñar que los demás también cuentan.

En este período el crecimiento se enlentece, por lo que necesita menor aporte energético. Este
fenómeno es malinterpretado por la familia “El niño no aumenta de peso porque no come”.
Esto constituye:

• Importante fuente de angustia.


• Repetidas consultas al médico.
• Tratamientos ineficaces/perjudiciales.
• Práctica de análisis, a veces malinterpretados (iatrogenia).

Enfermería tiene una función muy importante en la solución de gran parte los problemas de
este período, que son bien enfocados con medios terapéuticos (conductistas). Se denomina
también “terribles dos” porque se presentan abundantes rabietas y negativismo (responde a
todo que no).

Período preescolar (3 a 6 años).

Características:

• Época de descubrimientos, ingenio y curiosidad.


• Van aceptando pactos y soluciones intermedias.
• Los niños dominan el control de esfínteres y su autocuidado, teniendo más
independencia.
• Integración en otra comunidad Colegio/Parvulario.
• Comienzan a relacionarse con otros niños que consideran muy importantes.
• Su mundo no se limita a su hogar y disfruta de la compañía de otros niños con los que
crecerá y aprenderá a compartir juegos y logros de forma natural.


Período escolar (6 a 12 años / adolescencia)

Características:

• Crecimiento y maduración lento pero constante.


• Escasos factores de estrés físico y emocional.
• Sus horizontes se han ampliado (Colegio, amigos, ambiente extraescolar).
• Educación en hábitos saludables (Ejercicio físico, alimentación, juegos) que contribuye
a que pueda gozar de un estado de salud óptimo inmediato y futuro.

CURIOSO COMO HEMOS IDO EVOLUCIONANDO:

Philippe Ariès, medievalista e historiador francés, planteó en 1961, con la ayuda de pinturas y
otros registros, que antes del siglo XVII los niños fueron representados como adultos en
miniatura. A partir de estos hallazgos los historiadores han aumentado el acervo documental
que enriquece la investigación de la niñez en tiempos remotos.

En el siglo XIX varios autores de reconocido prestigio, como Charles Dickens y Karl Marx,
denunciaron las condiciones de pobreza que estaban afectando a los niños. El trabajo infantil
fue gradualmente prohibido en Inglaterra a través de las Actas Industriales de 1802-1878. Los
Victorianos conjugaron la función de la familia con el de la santidad de la niñez y de forma vaga
esta actitud ha permanecido en las sociedades occidentales desde entonces.

La importancia de la niñez Y/o de la segunda infancia

Radica en numerosos aspectos, de los cuales merecen destacarse el biológico y el psicosocial.


Por un lado, en este período ocurre la mayor parte del crecimiento físico de la vida
extrauterina, sustentado en la rápida progresión del esqueleto y la musculatura en los niños
con adecuada nutrición. Por otra parte, la vida de relación con los demás seres humanos tiene
su origen en la niñez misma, con la posibilidad de definir vínculos que pueden prolongarse por
toda la vida.

Por medio de las relaciones con otros, los niños desarrollan su bienestar y se desarrollan social
y emocionalmente, este desarrollo incluye las habilidades para tener relaciones satisfactorias
con otros, jugar, comunicarse, aprender, discutir abiertamente y experimentar emociones. En
términos generales, la formación a través de las relaciones es crucial para el desarrollo de la
confianza, empatía, generosidad y conciencia de sí y de los otros. Las relaciones son esas
maneras en las que el bebé llega a conocer el mundo y los lugares donde está. En este
contexto los padres o cuidadores serán aquellas personas quienes proveen el contexto
amoroso necesario para confortar, proteger, motivar y ofrecen elementos para enfrentar
momentos difíciles de la vida. El bienestar social emocional es frecuentemente conocido por
profesionales de la salud mental y del desarrollo como la salud mental infantil. Entendido
como la capacidad de experimentar y regular las emociones, el establecimiento de relaciones
seguras y la confianza para explorar y aprender, todo en el contexto de la familia y de la
comunidad del niño o niña, y bajo un trasfondo cultural.

En distintos modelos que permiten explicar la construcción de la personalidad, se hace énfasis


en la importancia que tiene en la niñez la complementación del potencial genético, las
experiencias físicas y afectivas de los primeros meses de vida y las relaciones sociales en los
años posteriores. Tal es la relevancia de estos procesos en la infancia que las alteraciones en
estas fases dan lugar a perturbaciones que pueden ser el punto de partida de enfermedades
mentales de diversas magnitud en el futuro.

A pesar de estos datos contundentes, una importante proporción de los niños del mundo no
llega a satisfacer sus necesidades elementales para dar lugar a una vida adulta adecuada,
como consecuencia de deficiencias afectivas, nutricionales, sanitarias y de otra índole. El
conocimiento de la importancia de la infancia como etapa fundacional de los seres humanos
puede ser un punto de partida para comprender la necesidad de destinar esfuerzos para
brindar a los niños el mejor entorno para su desarrollo. La niñez también es la etapa más
importante porque ahí es que se crea tu cuerpo tu forma de ser aunque algunas veces puede
ser genéticos.

La gravedad del maltrato a un menor:

TEORÍA DEL APEGO Y LA TRANSMISIÓN TRANSGENERACIONAL DEL MALTRATO

La incorporación de la teoría del apego en el estudio de las consecuencias del maltrato infantil
y en la transmisión intergeneracional del mismo facilita el entendimiento de este fenómeno.

Desde la teoría del apego, el maltrato infantil es un fenómeno que afecta las relaciones que
mantiene un menor maltratado con sus cuidadores, se caracteriza por cuidados poco
adecuados para el desarrollo normal de las personas. Las consecuencias derivadas de esta
disfunción relacional del niño con sus padres pueden considerarse el factor unificador de las
diferentes categorías de maltrato infantil, independientemente de los daños o traumas
sufridos provocados por la forma concreta que ha adoptado el maltrato.

La relación afectiva que se establece en la infancia con los cuidadores, proporciona el


prototipo de las relaciones afectivas en etapas posteriores a través de las representaciones
mentales que los menores van formando y que incluyen tanto los recuerdos de la relación, el
concepto de la figura de apego y de sí mismo/a y las expectativas sobre la propia relación.

Estas Representaciones mentales han sido denominadas "Modelos Internos Activos". Una
historia infantil caracterizada por el por el rechazo, la desatención y la falta de apoyo afectivo
puede generar la transmisión del maltrato infantil a la siguiente generación a través de la
influencia que ejercen los modelos internos de apego en forma de "esquemas cognitivos
preexistentes" distorsionando las fases del procesamiento de la información propuestas por
Milner (1993) en su modelo explicativo del maltrato físico cuando estos sujetos se enfrentan
como padres con situaciones infantiles.(4)

Hasta que punto la Resiliencia es elemental:

El término resiliencia se usa de dos formas. La resiliencia como capacidad global de la persona
para mantener un funcionamiento efectivo frente a las adversidades del entorno o para
recuperarlo en esas condiciones, o como una buena adaptación en las tareas del desarrollo de
una persona, como resultado de la interacción entre el sujeto y la adversidad del medio o un
entorno de riesgo constante.

Las personas resilientes se caracterizan por tener mejores recursos internos, tales como
mayores niveles de autoestima, mejores destrezas sociales y de afrontamiento. Por otra parte
se señala que constituyen un mejor apego durante la infancia, aparecen con niveles anímicos
más estables en la adultez, con mayor capacidad de elaborar el trauma generado por el
maltrato y una mejor capacidad para asignarles sentido a las experiencias de sufrimiento, un
mejor control de impulsos de agresión; una mayor capacidad para empatizar con los otros y
con mejores habilidades sociales. A nivel social y familiar, tienen menos estresores
ambientales, mayor apoyo emocional, relaciones más satisfactorias y una red de apoyo más
numerosa y de mejor calidad , son estos menores los que logran superar la experiencia y
romper el estereotipo de que el niño abusado será un padre maltratador.

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