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Las anomalías cromosó micas que ocurren después de la fecundació n tienen una elevada
probabilidad de originar individuos con un mosaico cromosó mico. La falta de separació n de
cromosomas puede ocurrir en cualquiera de las divisiones mitó ticas, por ejemplo durante la
segmentació n. Es improbable que la anomalía ocurra en todas las células embrionarias o
blastó meros. Si afecta a algunas de ellas, pueden originarse tres líneas celulares distintas: las
normales, las trisó micas y las monosó micas. En muchos casos estas no son capaces de
sobrevivir, por lo que el embrió n resulta ser un mosaico conformado por células normales y
trisó micas.
En los terneros normales la identificació n cromosó mica de las hembras es 60XX y de los
machos 60 XY. Pero en algunas hembras, llamadas freemartin se encuentra una mezcla de
60XX en algunas células y 60XY en otras. Estos casos se han observado en hembras mellizas
de un macho cuando se han fusionado sus circulaciones placentarias. También se supone que,
en caso de gestació n ú nica, ocurrió fusió n de embriones tempranos. Este tipo de quimeras se
han observado también en cerdos, cabras y ovejas.
A) Agentes de tipo físico, como las radiaciones alfa, beta, gamma, X, ultravioleta, etc.
Los cuales producen rupturas o lesiones cromosó micas.
B) Agentes de tipo químico, como algunas sustancias del humo del cigarrillo, drogas y
componentes vegetales.
C) Agentes de tipo bioló gico, como ciertos virus que afectan al material genético de la
célula a la que parasitan.
D) Agentes nutricionales y metabó licos.
E) Reacciones de autoinmunidad.
F) Factores asociados a la edad materna.
Entre los agentes teratogénicos ambientales, las radiaciones ionizantes se clasifican en dos
categorías.
Se las denomina ionizantes porque, al actuar sobre la materia, producen impactos en los
á tomos que la constituyen, expulsando de los mismos protones o electrones, alterando así el
balance de cargas que normalmente mantiene a los á tomos en un estado de neutralidad
eléctrica. Cuando una radiació n altera alguno de los á tomos que constituyen una molécula
proteica, determina su ionizació n y la molécula se vuelve extrañ a para la célula. Los efectos
nocivos dependen de la cantidad de radiació n recibida. Si es baja, probablemente afectará a
pocas proteínas y la célula pondrá en acció n mecanismos reparadores, siendo el dañ o
reversible. Existe así un "umbral" que deberá ser sobrepasado para que el dañ o sea
irreversible. Otro tipo de molécula para cuya alteració n no existe un umbral es el á cido
desoxirribonucleico (ADN). Si el impacto de la radiació n provoca la ruptura en un cierto lugar
de la molécula, esta puede, en ciertos casos, repararse completamente. Pero esa reparació n
puede producirse de manera erró nea. Por ejemplo, que las dos hélices se unan entre sí de
manera cruzada, alterá ndose el có digo genético, lo que implicará una alteració n en la proteína
codificada por ese segmento. Toda alteració n en el có digo lleva a la aparició n de genes
anormales.
La tríada clá sica de las anomalías por radiació n en los animales domésticos incluye:
Entre los agentes teratogénicos ambientales, los agentes químicos constituyen el grupo de
terató genos potenciales má s amplios, tanto como agentes terapéuticos como ambientales. En
general, las dosis terapéuticas no ocasionan alteraciones. La exposició n a sustancias tó xicas
como el selenio, la toxina tetá nica, las sulfonamidas (antibió ticos), producen aumento de
anomalías congénitas. Existen vegetales que, al ser consumidos por hembras gestantes,
producen anomalías. Por ejemplo el Veratrum californicum produce malformaciones
craneales y cerebrales. En bovinos se han observado crías nacidas con deformidades de la
columna vertebral y de las articulaciones del carpo y del tarso como consecuencia del
consumo de cicuta (Conium maculatum) por sus madres entre los días 55 y 75 de gestació n.
Entre los agentes teratogénicos ambientales, los infecciosos conocidos como virus son los má s
importantes. Los virus pueden afectar a las células de dos maneras distintas. Por una parte,
pueden proliferar dentro de las células produciendo su ulterior ruptura y, por otra, incorporar
su informació n genética, determinando la síntesis intracelular de proteínas que conducen a
una alteració n del metabolismo. Un requisito para que los embriones resulten afectados por
los virus es que en la madre se produzca una "viremia", es decir una generalizació n de la
infecció n por virus. Existen casos donde los virus no provocan alteraciones en la madre y, sin
embargo, afectan gravemente al embrió n. La determinació n del origen viral de una alteració n
en los embriones puede hacerse ú nicamente mediante aislamiento del virus de los tejidos
embrionarios o por medio de estudios seroló gicos. Otro tipo de infecciones son las
parasitarias. El caso má s conocido es el de la toxoplasmosis. Este pará sito ocasiona, al afectar
a mujeres embarazadas, casos de retardo mental.
Entre los factores teratogénicos ambientales, los nutricionales y endocrinos son importantes.
La nutrició n materna tiene un señ alado efecto sobre el desarrollo prenatal. La carencia de
vitamina A (avitaminosis A), genera labio leporino, defectos oculares, cardiovasculares,
urinarios y genitales en cerdo, ratas y conejos. La hipervitaminosis A, produce
malformaciones en hamster, conejo, cobayo, rata, rató n y cerdo. La deficiencia de vitamina D
ocasiona alteraciones esqueléticas y anormalidades dentarias. La carencia de yodo en la dieta
causa "cretinismo". La glá ndula tiroides comienza a acumular yodo hacia mediados de la
gestació n. Ese mineral llega al embrió n a través de la placenta y, si su concentració n es baja en
la sangre materna por carencia nutricional, también será deficiente en el embrió n. Esto
ocasiona carencia de producció n de hormonas tiroideas que determinan retardo mental y
enanismo.
Mutaciones
Las anomalías genéticas aparecen como resultado del proceso de mutació n, esto es, un cambio
en la secuencia de bases del ADN que puede determinar una modificació n en los caracteres de
un organismo y, si la alteració n afecta al ADN de las células germinales, puede transmitirse a
la descendencia. Existen distintas formas moleculares de las mutaciones, entre las que cabe
mencionar:
En cuanto a las malformaciones congénitas de origen cromosó mico, cada cromosoma está
formado por numerosos genes y, como vimos, la simple sustitució n de una base en un gen
puede tener efectos nocivos. La alteració n de todo un cromosoma puede ser letal o causante
de anomalías severas. Las alteraciones cromosó micas pueden clasificarse en:
Las alteraciones numéricas de los cromosomas pueden implicar a los autosomas o a los
cromosomas sexuales. En cuanto a las alteraciones en el nú mero de los autosomas, al fracasar
la separació n de los cromosomas homó logos durante la meiosis origina gametas, y por lo
tanto, cigotas, con cromosomas de má s o de menos. Los organismos con un cromosoma de
má s se denominan trisó micos y aquellos donde falta un cromosoma se llaman monosó micos.
Puede suceder que fracase la separació n de un grupo completo de cromosomas, originá ndose
una gameta con el doble del nú mero normal de cromosomas. Si tal gameta se une con otra que
contenga el nú mero normal de cromosomas, el embrió n resultante tendrá tres grupos de
cromosomas homó logos en lugar de dos, denominá ndoselo triploide. Si se unen dos gametas
con el doble del nú mero normal de cromosomas, el embrió n resultante será un tetraploide
(cuatro grupos de cromosomas homó logos). Estos casos donde existen uno o má s grupos
adicionales de cromosomas, se conocen con el nombre de poliploides. Cuando la falta de
disyunció n afecta a los cromosomas sexuales, podemos encontrarnos con machos cuya
fó rmula cromosó mica sea "el nú mero normal de autosomas XXY", en cuyo caso será n estériles
o con hembras con "el nú mero normal de autosomas X0" o "el nú mero normal de autosomas
XXX". En ambos casos se trata de individuos generalmente estériles.
Por lo que toca a las modificaciones estructurales, las anormalidades pueden producirse
durante los movimientos y cambios que sufren los cromosomas durante la meiosis. Puede
ocurrir la ruptura y pérdida de una porció n del cromosoma, denominada deleció n. Las
deleciones son así, alteraciones que consisten en la eliminació n de segmentos má s o menos
grandes de un cromosoma. Puede ocurrir también que se duplique un segmento de un
cromosoma y, por consiguiente, exista duplicación de los genes que contiene, o se puede
invertir un segmento, alterando el orden de los nucleó tidos. Las translocaciones consisten en
la unió n de un cromosoma o de parte del mismo, a otro cromosoma. En muchos casos la
presencia de una translocació n no produce anomalías fenotípicas en un organismo, si la
cantidad de material genético sigue siendo la misma. Estos casos se denominan
"translocaciones balanceadas". Si el individuo tiene translocaciones cromosó micas en las
células germinales, existe la posibilidad de que alguno de sus descendientes tengan una
trisomía del cromosoma traslocado. Durante la formació n de las células germinales por
meiosis existen dos posibilidades. Una es que el cromosoma normal se localice en una de las
gametas y el traslocado en otra. La otra posibilidad es que el cromosoma normal y el
traslocado vayan a la misma gameta, originá ndose después de la fecundació n una trisomía.
Existen individuos cuyas células no tienen todas la misma constitució n cromosó mica, a estos
casos se los denomina mosaicos cromosómicos. Un ejemplo de individuos mosaicos se
genera cuando durante la primera segmentació n embrionaria se produce una falta de
disyunció n. Los dos blastó meros resultantes presentan distinto nú mero de cromosomas,
dá ndose lugar a dos linajes o líneas celulares diferentes.
Los mecanismos que producen anomalías cromosó micas pueden ejercerse en cualquiera de
las dos divisiones que conforman la meiosis. Puede ocurrir una falla en la separació n de los
cromosomas homó logos, resultando anormal la distribució n de los mismos entre las células
hijas. Esta anormalidad se denomina "no-disyunción" o "no-separació n". Por ejemplo, si se
produce no-disyunció n en un cromosoma durante la espermatogénesis, el resultado final
será la producció n de dos espermatozoides que carecen de ese cromosoma y dos que lo
contienen por partida doble. Si uno de los espermatozoides que posee el cromosoma
excedente fecunda a un ovocito normal, la cigota resultante será trisó mica.
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genéticos puros.
Teratógeno
Nivel bioquímico
Investigando se descubrió que había dos talidomidas distintas, aunque de igual fó rmula
molecular, en las cuales cambiaba la disposició n de los grupos en un carbono, que hasta
entonces no se tenía en cuenta. Está n pues (segú n la nomenclatura actual) la forma R (que
producía el efecto sedante que se buscaba) y la S (que producía efectos teratogénicos). Este
descubrimiento produjo que a partir de ese momento se tuviese en cuenta la esteroisomería
en moléculas, utilizando el sistema R-S actual.
Actualmente aú n se debaten los mecanismos de la teratogenicidad de este fá rmaco, por lo que
tanto químicos como farmacó logos intentan sintetizar derivados de la talidomida libres de
efectos terató genos, y que mantengan sus propiedades terapéuticas. Se ha comprobado que el
potencial terató geno no está relacionado con el radical piperídino de la molécula, que ejerce el
efecto hipnó tico, sino má s bien unido a la funció n ftalimida. Así pues, si el ácido N-ftaloil- L-
glutámico, metabolito hidrolítico de la talidomida que posee una estructura ftalimidica intacta
que puede inducir malformaciones en el rató n similares a las observadas en humanos se le
introduce un grupo sulfonilo en la molécula dejando el radical piperidínico inmodificado,
logra abolir el efecto terató geno, conservando sus propiedades sedantes. Son los derivados
EM8 y CG 3033 (supidimida). Por el contrario, la inmunosupresió n de la reacció n de la lepra
no se puede disociar aparentemente de la teratogenicidad. Por ejemplo, existen tres derivados
de la talidomida (E 5 10, E 511 y CG 601) que son eficaces en el tratamiento de la reacció n
leprosa y también son terató genos, en cambio el derivado supidimina es inactivo. Este
problema es difícil de resolver, especialmente ya que algunos autores piensan que existe la
posibilidad de una fisioteratogénesis de los espermatozoides sometidos a la acció n de la
talidomida. Se ha descrito un incremento de la mortalidad fetal y neonatal cuando se ha
administrado talidomida a conejos adultos varones.
i. Alcohol
Hasta 1973 el alcohol no fue oficialmente reconocido como terató geno, una sustancia que
puede dañ ar el feto. Hoy en día, el pú blico general todavía no sabe qué son el síndrome de
alcoholismo fetal y el efecto alcohó lico fetal. "Los niñ os con efecto alcohó lico fetal a menudo
tienen desventajas porque no se les hace un buen diagnó stico", dice Georgiana Wilton,
coordinadora de la National Family Empowerment Network, que ofrece apoyo a familias
afectadas por el síndrome de alcoholismo fetal y el efecto alcohó lico fetal. Esto también ocurre
con los niñ os que sufren alteració n del desarrollo neuroló gico relacionado con alcohol, una
categoría de lesiones prenatales descubierta recientemente, que afecta a aquellos niñ os que
só lo muestran los problemas emocionales y de comportamiento de SAF y del EAF sin ningú n
otro signo de retraso en el desarrollo ni deficiencias en el crecimiento físico.
"El trastorno no es reconocido y estos niñ os sufren por ello", afirma Wilton. "Su
comportamiento puede parecer beligerante u obstinado, mientras que en realidad el
trastorno de conducta de estos niñ os proviene de la poca comprensió n que tienen de lo que se
espera de ellos". Wilton explica que aunque los niñ os con EAF o con alteració n del desarrollo
neuroló gico relacionado con el alcohol (ANDRA) pueden obtener buenos resultados en las
pruebas de inteligencia, sus deficiencias de comportamiento a menudo interfieren con su
capacidad de desempeñ o. Es esencial que los padres, los profesionales de la salud y los
profesores de estos niñ os, reciban una formació n y una educació n adecuada para poder
ocuparse de ellos.
j. Isotretinoína (vitamina A)
La vitamina A forma parte del grupo de las vitaminas liposolubles. Esta propiedad hace que la
vitamina A pueda almacenarse en el organismo, principalmente en el hígado y en el tejido
adiposo (tejido graso). Por tanto, las necesidades de vitamina A (800 microgramos al día) no
aumentan durante el embarazo gracias a las reservas que la madre tiene de dicha vitamina.
Debido a que esta vitamina está implicada en procesos de divisió n celular y crecimiento, dosis
excesivas ingeridas durante el embarazo pueden provocar la interrupció n del mismo.
También pueden causar la aparició n de anomalías congénitas en el feto como malformaciones
craneo-faciales (cara y crá neo) que incluyen la falta o malformació n del pabelló n auricular,
frente estrecha, nariz muy pequeñ a y ojos separados de la línea media. También puede
provocar anomalías cardíacas, alteraciones a nivel del sistema nervioso y en el desarrollo del
timo (ó rgano relacionado con la inmunidad)
Por este motivo, las mujeres que deseen quedarse embarazadas y en general aquellas que se
encuentren en edad fértil, deberá n consultar con su médico antes de tomar suplementos que
contengan dicha vitamina.
k. Solventes industriales
Los disolventes orgá nicos, como el etanol, las resinas acrílicas y otras sustancias químicas, se
hallan en muchos centros, desde laboratorios clínicos, lavanderías y salones de belleza. Estos
químicos se inhalan con facilidad y también pueden penetrar la piel.
Un estudio del Hospital para Niñ os Enfermos de Canadá y de la Universidad de Toronto
comparó a 32 pequeñ os, de entre tres y nueve añ os, cuyas madres estuvieron expuestas a
sustancias químicas durante el embarazo, con niñ os cuyas progenitoras no confrontaron este
problema. Las mujeres que trabajaban en lugares donde había disolventes orgá nicos usaban
equipos protectores, como guantes y má scaras, segú n el estudio.
Se halló que los niñ os de las mujeres expuestas tenían una funció n verbal cognoscitiva
significativamente inferior que los que no estuvieron expuestos, también se vio mayor
hiperactividad y falta de atenció n entre los niñ os expuestos.
Las mujeres que estuvieron expuestas informaron haber tenido contacto con uno o má s de 78
disolventes orgá nicos durante una o 40 horas a la semana cuando tenían entre ocho y 40
semanas de embarazo, indicó el estudio. Estas mujeres eran técnicas de laboratorio, pintoras,
empleadas de estudios fotográ ficos, profesoras de ciencia, peluqueras o embalsamadoras.
Los niñ os expuestos (a sustancias químicas) se desempeñ aron a un nivel inferior de los del
grupo control en pruebas que cuantificaban la memoria a corto plazo, informació n verbal
general, y grado de atenció n, segú n el estudio.
Incluso, los niñ os que fueron expuestos a disolventes orgá nicos mientras estaban en el ú tero
materno mostraron una capacidad inferior para recordar oraciones, aun cuando sus notas
(generales) cayeron dentro de pará metros normales.
l. Mercurio Orgá nico:
Los niñ os nacidos de madres cuya dieta principal se baso en alimentos como el pescado con
concentraciones anormales de mercurio presentan la enfermedad de Minamata fetal, con
alteraciones neuroló gicas y conductuales semejantes a la pará lisis cerebral. Se ha detectado
dañ o cerebral grave, retraso mental y ceguera en niñ os cutas madres recibieron
metilmercurio en su alimentació n, efectos similares se pudo observar en niñ os cuyas madres
habían consumido, en su etapa gestacional, cerdo contaminado con mercurio, al comer maíz
cultivado con semillas rociadas con un fungicida que contenía mercurio. El metil mercurio es
un elemento terató geno que produce atrofia cerebral, espasticidad, convulsiones y retraso
mental.
m. Plomo:
El plomo es un compuesto químico ambiental, capaz de atravesar la membrana placentaria y
se acumula en los tejidos fetales. La exposició n de los fetos a este determinado agente
teratoló gico comportan deficiencias funcionales, CIR, aumento de los abortos y anomalías
fetales. Los hijos de madres expuestas a concentraciones subclínicas de plomo padecen
alteraciones neuroconductuales y psicomotoras.
2. HORMONAS COMO TERATÓ GENOS:
a. Agentes androgénicos (etisterona, noretisterona)
Corresponden a un conjunto de sustancias de la familia de los andró genos o de composició n
química similar que compartan la capacidad de inducir caracteres masculinos. Afectan a los
embriones y fetos de sexo femenino que son expuestos a cantidades excesivas de andró genos,
endó genos o exó genos durante la vida intrauterina provocando el desarrollo de genitales
externos intersexuales aunque con genotipo XX y ovarios, lo que se conoce como Pseudo
Hermafroditismo Femenino (PHF). Los genitales externos masculinizados van desde una
ligera hipertrofia de clítoris a un feto con genitales externos masculinos con criptorquidia
bilateral (estadios de Prader del I al V).
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Metotrexate: