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EL PENSAMIENTO MILITAR COMO GENERADOR DE UN SISTEMA DE

COMBATE INDIVIDUAL: LA VERDADERA DESTREZA DE LAS ARMAS

MILITARY THINKING AS A GENERATOR OF AN INDIVIDUAL COMBAT


SYSTEM: THE TRUE WEAPON ARTFULNESS

ALBERTO BOMPREZZI
Escuela Universitaria de Esgrima Histórica
Universidad Complutense de Madrid

RESUMEN

Inventado en el siglo XVI por Jerónimo Sánchez de Carranza y desarrollado en el XVII


por Luis Pacheco de Narváez, el método de combate individual llamado Verdadera
Destreza de las Armas acabaría estableciéndose como método único e unitario en España
y sus colonias. Oponiéndose frontalmente a lo que se denominaba entonces Esgrima
vulgar o falsa, defendía una aproximación al combate con armas blancas científico, es
decir basado, en la parametrización del espacio para proceder a su análisis, comprensión
y posterior implementación.

PALABRAS CLAVE

Verdadera Destreza de las Armas, combate individual, método único, método científico

ABSTRACT

Invented in the XVI century by Jerónimo Sánchez de Carranza and developed by Luis
Pacheco de Narváez, individual combat method called True Weapon Artfulnes ended
establishing as a unique and unitary method in Spain and its colonies. Frontally opposing
to what is was called then vulgar or flase swordplay, it defended an approach to combat
with bladed weapons scientific, that´s to say based in spaces´ parameterization for to
proceed to their analysis, comprehension and posterior implementation.

KEY WORDS

True Weapon Artfulnes, individual combat, unique method, scientific method.


Contexto
El siguiente estudio es fruto de una experiencia práctica de doce años de dedicación
práctica como esgrimidor y como docente. La Esgrima con réplicas de armas blancas
antiguas (espadas y armas enastadas) al ser una actividad totalmente perdida supuso la
necesidad de acometer su estudio desde tres direcciones distintas:
1) El estudio de espadas y armas antiguas para entender y diseñar simuladores – espadas
de esgrima – a la vez realistas y seguras.
2) El estudio de los tratados de Esgrima antiguos, de los que se han conservado muchos
especialmente de los siglos XVI y XVII.
3) La práctica con la espada en la sala de armas.
También resulta necesario, aunque su relación con la práctica sea menos importante, el
estudio del contexto social y cultural en que las espadas y armas con cuyas réplicas se
entrena y se enseña estuvieron en uso.
La valoración de todo este conjunto de datos y los límites inevitables que una práctica
segura impone, han configurado lo que en la actualidad es la Filosofía de la Práctica que
se propone, practica y enseña en la Asociación Española de Esgrima Antigua.

El estudio del contexto histórico

Fue a partir del estudio del contexto histórico de donde surgió la idea de que la génesis
del sistema teórico que denominamos Verdadera Destreza se encuentra en el pensamiento
militar del siglo XVI.
En realidad la asociación de ideas no resulta complicada si uno lee los tratados de Esgrima
de D. Luis Pacheco de Narváez, el creador del método, conoce en cierta medida su vida,
y los compara con los tratados sobre el arte militar que se escribieron en el siglo XVI, sin
olvidar que los dos padres de la Verdadera Destreza el sevillano D. Jerónimo Sanchez de
Carranza y el baezano D. Luis Pacheco de Narváez fueron soldados.

D. Jerónimo Sanchez de Carranza

Natural de Sanlúcar de Barrameda D. Jerónimo Sánchez de Carranza fue mucho más que
un maestro de armas. Licenciado en Derecho en la Universidad de Osuna, fue hombre de
extensísima cultura, y celebrada sabiduría. Experto en las leyes del duelo escribió un
tratado sobre esta materia1, de gran trascendencia en su tiempo y era a menudo llamado
como mediador para dirimir cuestiones de honor2.
Su amigo el capitán Gaspar de Medina lo definió como”monstruo de la Naturaleza” en
referencia a la gran cantidad de conocimiento y habilidades que poseía3.
No sabemos mucho de su trayectoria militar; fue capitán en la conquista del Algarve4 en
1580 donde fue alabado por su buen juicio y sentido de la justicia. Estuvo al servicio del
Duque de Medina Sidonia, y posteriormente pasó al servicio del rey Felipe II que le
nombró gobernador de Honduras y ejerció dicho cargo durante siete años siendo su
gestión muy aplaudida. Caballero de la Orden de Cristo, la publicación de su libro” De la
filosofía de las armas” le valió ya en su tiempo una enorme fama. Fue el único libro que
dedicó al arte de la espada y no es, en propiedad un libro técnico, sino como bien dice su
titulo una filosofía, es decir una forma de entender la Práctica con la espada negra5 más
correcta y realista que la que se practicaba en las salas de armas de su tiempo en Sevilla.
Sin embargo la finalidad principal del libro de Carranza es devolver el prestigio social al
arte de la espada, otorgándole la importancia que él cree que dicha actividad debe tener,
y que en ese momento, debido a los cambios sociales no tenía.
En realidad esto no era nada nuevo, sino más bien una tendencia asentada en esos años
que se produjo en todas las áreas del conocimiento y del arte; Luis de Mercado el
protomédico de Felipe II escribía en 1599 su “Instituciones para el aprovechamiento y
examen de los algebristas”, o Juan de Alcega en su libro “Libro de Geometría Práctica y
traza el cual trata de lo tocante al oficio de sastre” de 1589 defendieron con insistencia la
condición de Ciencia de su arte para alejarlo de las artes mecánicas impropias de esa
hidalguía tan deseada y necesaria en la España de su tiempo6

D. Luis Pacheco de Narváez

La figura de este militar, a pesar de su impresionante trayectoria personal y de sus


probados logros en la materia que trató, ha quedado ensombrecida por la figura literaria
de Quevedo, enemigo declarado del baezano, al que según Juan Pablo de Tarsia, primer
biógrafo de Quevedo7, venció con la espada.
Como demostré en mi artículo Quevedo nunca venció a Pacheco de Narváez, la anécdota
es falsa8; producto de la idealización de Quevedo por parte de Fernandez Guerra y más
recientemente de Arturo Perez-Reverte, y aunque aún pendientes de investigaciones de
mayor profundidad sobre Pacheco en el estado actual de las cosas resulta evidente que
Pacheco de Narváez fue el verdadero creador del método que hoy conocemos como
Verdadera Destreza y que el insigne literato no venció nunca, de hecho ni siquiera se
enfrentó, al diestro baezano. Claude Chauchadis parece tenerle cierta antipatía9 al
compararle con el más literario Carranza, entendiendo que de alguna forma al reclamar
para si la invención de la Verdadera Destreza estaba siendo injusto con su antiguo
maestro, pero esto no es del todo cierto. Pacheco no fue alumno que sepamos de Carranza
y su desarrollo teórico es completamente original, aunque se inspire, como veremos en la
filosofía de Carranza.
Natural de Baeza, donde nació posiblemente entre 1565 y 1570, D. Luis Pacheco de
Narváez, se dedicó, como él mismo confiesa “por natural inclinación” a la carrera de las
armas. Que sepamos estuvo destinado en Canarias donde ascendió de soldado, a sargento,
alférez y de allí a sargento mayor, cargo que hoy en día correspondería al rango de teniente
coronel10.
En su hoja de servicios consta su brillante papel como oficial al mando de la guarnición
de Canarias cuando fue atacada en 1595 por el pirata Drake que tuvo que retirarse
derrotado y con numerosas bajas así como su valor prestando particulares servicios a la
causa del rey11.
De los poemas y décimas que importantes miembros de la sociedad canaria de la época
le dedican en su primera obra “Libro de las Grandezas de la Espada” resulta evidente que
fue apreciado y valorado; como puede ser el caso de Bartolomé de Cayrasco de Figueroa,
padre de las letras canarias y autor de la obra muy celebrada en su tiempo, Templo
Militante12.
Parece que Pacheco sirvió en Canarias diez años y no abandonó nunca este destino hasta
su partida definitiva a finales de la centuria, en cualquier caso en 1599 Pacheco abandona
Canarias y llega a Madrid, con su “Grandezas” bajo el brazo y comienza a relacionarse
con la sociedad cortesana de la época, posiblemente con el propósito de elevarse
socialmente gracias a su destreza con la espada y a la Teoría de la Esgrima que ha
desarrollado en su libro, consciente de que la sociedad de la época es receptiva en lo que
se refiere a esta materia, como de hecho había ocurrido con el éxito de la obra de Carranza
veinte años antes.
Y no se equivoca. Se integra con rapidez en la sociedad literaria y culta del Madrid de
Felipe III obteniendo el reconocimiento de la mayor parte de los grandes escritores en
intelectuales de la época, Lope de Vega, Calderón, Cairasco de Figueroa, Montalbán,
Vélez de Guevara entre otros muchos le alaban, siendo la única excepción de entre los
grandes Francisco de Quevedo13.
A pesar de la enemistad que el poeta le profesa Pacheco progresa y se convierte en
Maestro de los Pajes – el maestro de la nobleza cortesana – cargo que ostentará a lo largo
de muchos años y finalmente el de Maestro Mayor, a la muerte de su predecesor Juan de
Morales.
Pacheco transformará notablemente la importancia de este cargo al imponer el uso de un
sistema teórico unitario – la Verdadera Destreza que él había desarrollado – a toda la
península y a sus colonias, de obligado cumplimiento para todos los que aspiraban a ser
reconocidos como maestros de armas.
El cargo de Maestro Mayor fue creado por los reyes católicos en 1478 siendo su primer
maestro Gomez Dorado. Dicha institución se ocupaba de regular la enseñanza del arte de
la espada, pero adquirió verdadera importancia con Pacheco de Narváez al ser el que
estableció un método teórico unitario, universal y verdadero para todos los maestros y
elevando notablemente la calidad de la enseñanza y de la práctica con la espada negra.
La institución duró hasta el siglo XIX, en que poco útil ya para esos tiempos,
desapareció14.
La unificación metodológica que Pacheco impuso a partir de 1624, fecha de su
nombramiento, le enemistó por una parte con los maestros de armas ya examinados y por
otra parte con los maestros sevillanos herederos de los alumnos de Carranza. Los primeros
le denunciaron ante los tribunales y los segundos se negaron a examinarse y fueron
conocidos como carrancistas15.
Aunque no tenemos aún la resolución de la sentencia, si sabemos lo que pasó, puesto que
a todos los efectos el baezano impuso su método. Todos los maestros mayores que le
sucedieron siguieron su método, sin excepción.
Los carrancistas, ubicados en Sevilla, resistieron hasta el último cuarto del siglo XVII y
en vida de Pacheco no habían aún claudicado, posiblemente porque a su cabeza se
encontraba un gran maestro y diestro D. Francisco de Añasco.
Sin embargo en el último cuarto el maestro mayor Juan Caro de Montenegro liquidó
definitivamente su presencia prohibiendo enseñar esgrima a los sucesores de Añasco, los
maestros Domingo Pina y Baltasar Reyes.16
Pacheco de Narváez murió en Madrid, en la calle de las Huertas el 5 de Diciembre de
1640 y fue enterrado en la Iglesia de San Sebastián, que aún hoy existe ubicada en la calle
de Atocha.

La Esgrima Vulgar

Tanto Carranza como Pacheco se muestran extremadamente críticos con lo que ellos
denominan la Esgrima Vulgar, es decir la Práctica con la espada negra17 que se usaba
entre las clases populares en su tiempo.
¿Qué era entonces la Esgrima vulgar?
Un error recurrente es entender que la Práctica Vulgar era una forma distinta de entender
el arte de la espada, menos técnica y con menos desarrollo teórico pero que podía ser
efectiva a veces por su sencillez. Yo mismo caí en este error hace años hasta que la
experiencia práctica, una lectura más profunda de los tratados y un mayor conocimiento
del contexto me hicieron entender que estaba equivocado.
En realidad para Carranza y Pacheco, la Esgrima Vulgar no es una forma distinta de
entender el Arte de la Espada sino la ausencia total de comprensión de dicho Arte. No es
distinta sino errónea y sobretodo falsa, peligrosa y completamente absurda ya que no
asume que la espada negra sea un simulador de una espada blanca sino que entiende la
Práctica con la negra como un juego, sin condiciones ni reglas lo que a menudo la
convierte en un juego absurdo y violento19 pero además completamente inútil para la
autodefensa, principal objetivo de la Verdadera Destreza de las Armas.

Como el mismo Carranza declara fue esto lo que le llevó a escribir su libro “De la
Filosofía de las Armas” y por el éxito que tuvo es evidente que toda la sociedad intelectual
de la época estaba de acuerdo con él.
Pero fue Pacheco quien realmente arremetió contra la Práctica falsa que se practicaba en
las calles, plazas y soportales del Madrid de principios del XVII al bajar a la palestra y
demostrar la veracidad de sus planteamientos con la espada en la mano20.
Sus planteamientos convencieron a la sociedad intelectual del momento tanto que fue
nombrado Maestro de los Pajes del Rey – es decir de la nobleza cortesana – y como se ha
dicho a la muerte de Juan de Morales, maestro mayor del reino y del rey.
La relación esgrima vulgar/Destreza Verdadera es esencial para entender la proyección
de Pacheco de Narváez y su éxito como teórico y maestro de armas; es la mala práctica
que la esgrima vulgar constituye en si misma lo que le abre las puertas a Pacheco. Pacheco
es evidentemente, muy hábil con la espada21 pero es también inteligente y eleva con su
filosofía y con su método basado en la geometría, una actividad hasta entonces
exclusivamente práctica como es la Práctica con simuladores de espadas, a la categoría
de Arte, estableciendo una forma de entender y analizar el combate con armas blancas
que permite razonar, aprender y progresar usando el entendimiento. Y esto entonces,
como ahora, es importante, ya que el uso de la Razón para mejorar la Práctica, en
cualquier disciplina es un rasgo de la inteligencia.
La Práctica moderna con réplicas de armas históricas en la Asociación Española de
Esgrima Antigua ha probado ya de forma empírica, el acierto y la veracidad de los
planteamientos que hicieron el maestro baezano y posteriormente sus sucesores. El hecho
de que su método perdurara hasta el siglo XIX y la importante cantidad de tratados
articulados alrededor de él ya era una prueba irrefutable de ello, pero la verificación
práctica actual respalda por completo los documentos históricos.

El pensamiento militar y la génesis de la Verdadera Destreza

Como se ha dicho tanto Carranza como Pacheco de Narváez fueron soldados y


gentilhombres en un tiempo en que la teoría militar en los ejércitos españoles e imperiales
se había desarrollado en decenas de tratados sobre el Arte militar. Y en general, lo
característico de muchos de estos tratados es que se articulan alrededor de la geometría y
de la matemática para ofrecer a los oficiales una técnica que les permita mandar, ordenar,
y finalmente hacer combatir a sus unidades de la forma más efectiva posible.
Indudablemente la fascinación por la geometría aplicada es característica de toda la
sociedad española de su tiempo, no solo del mundo militar, pero tampoco puede negarse
la proximidad entre el Arte de la Espada y la Milicia de la que formaron parte tanto
Carranza como Pacheco.
Y así cuando los piqueros formaban escuadrones el sargento, el oficial al mando de dicha
formación, calculaba con raíces cuadradas cuantas hileras y cuantas filas necesitaba según
el número de efectivos, el tipo de formación y el espacio disponible.
Como es sabido el escuadrón se formaba de acuerdo a unas mediciones muy exactas fruto
de la experiencia práctica; los oficiales habían comprobado que cada efectivo debía
situarse a tres pies de su compañero de hilera y a siete del de su fila, siendo estas las
medidas ideales para que las picas pudieran manejarse de la forma más eficaz posible. Y
al cambiar de formación cada movimiento individual quedaba a partir de ahí
preestablecido de forma que se hiciera con el mayor orden, velocidad y acierto posible. Y
es lógico ya que de eso dependía en combate la victoria o la derrota, la supervivencia o la
muerte.
Es decir, en la lógica militar, por simple necesidad, el espacio alrededor de cada efectivo
es claramente definido para hacer la Práctica con la pica lo más eficiente posible22.
Establecidas las medidas internas de cada escuadrón se establece entonces la distancia en
la que el escuadrón de piqueros entra en contacto con el enemigo y que se conoce en la
época por “medir las picas23.
Resulta curioso comprobar cómo dicha lógica se traslada al Arte de la Espada, sentando
las bases de la Verdadera Destreza, un método absolutamente original que encuentra su
fundamento en la experiencia militar de sus creadores que consideran la medición de la
distancia y la geometría como el vehículo fundamental para el análisis de la Práctica con
la espada, frente a otros métodos como los nacidos en Alemania o Italia que basan su
análisis en el Tiempo24.
La Verdadera Destreza hace exactamente lo mismo, aunque de forma más precisa, lo que
resulta lógico al tratarse de un método para el combate individual no para el colectivo.
No son los tratados españoles de Destreza los únicos que se refieren a la geometría como
vehículo para el estudio y análisis del Arte de la Espada; en Italia Camillo Agrippa,
ingeniero y arquitecto también había utilizado algunos elementos geométricos en su
tratado “Trattato di Scientia d’arme con un dialogo di Filosofia” pero no había
desarrollado una “Ciencia Pura” (entendida como un cuerpo de términos y conceptos
completo y coherente que permite explicar y analizar el combate con espadas) ni
establecen una definición clara del espacio . Tampoco Carranza lo hace, es Pacheco de
Narváez el que crea de facto el método articulándolo y dándole la forma que luego
perdurará en el tiempo.
El desarrollo de dicha Ciencia pura, es consecuencia de la pragmática mentalidad militar
del baezano que hace una clara diferencia entre Teoría y Práctica, de una forma mucho
más neta que en otras tradiciones, y que desde mi perspectiva, como profesor de Esgrima,
resulta bastante acertado. La confusión entre Teoría y Práctica en el Arte de la Espada es
algo habitual y genera no pocos problemas en la construcción de métodos prácticos
modernos, algo que no ocurre al estudiar la Verdadera Destreza tras cuya aparente
complejidad, se esconde una sorprendente sencillez didáctica.

La definición del espacio

Así pues si el espacio que se define alrededor del piquero es de tres pies a los lados y siete
por delante y por detrás, el espacio alrededor del diestro queda definido por la espada
cuando el brazo está extendido en lo que se vinieron a llamar Rectitudes de delante, de
atrás, de izquierda y derecha.
Y si el piquero al entrar en contacto con el enemigo “mide la pica” el diestro mide la
espada25.

Medir la espada es, en Destreza, elegir la distancia desde la que se comienzan todas las
acciones, el acto que establece un parámetro espacial desde el que se construye todo el
planteamiento táctico posterior.

Porque ese es el planteamiento único de la Destreza, definir el espacio en que el combate


tendrá lugar, para conocer a través de la experiencia qué lugares son seguros y cuáles no,
qué posturas son adecuadas y cuáles no en cada uno de ellos, de forma que se descartan
por falsas todas las ubicaciones, posturas y acciones inseguras y se aprende a elegir y
utilizar solo aquellas que son seguras y eficaces.
Y en esto vemos como Pacheco conjuga su mentalidad de soldado con la filosofía
aristotélica para construir su edificio conceptual de forma sólida, eficaz y verdadera, en
lo que constituye de hecho el corazón del método que denominamos Verdadera Destreza:
los medios.

La Verdadera Destreza o la Teoría de los Medios

Para Aristóteles la deliberación sobre los medios supone una reflexión sobre las distintas
opciones que se le presentan al individuo para conseguir un fin; una vez elegida una de
las opciones, y ejecutada, éste sabrá si dicha opción le ha permitido conseguir el fin
propuesto o si, por el contrario, le ha alejado de él. Si la decisión ha sido correcta, la
repetirá en futuras ocasiones, llegando a "automatizarse", es decir, a convertirse en una
forma habitual de conducta en similares ocasiones.
Es la repetición de las buenas decisiones, por lo tanto, lo que genera en el hombre el
hábito de comportarse adecuadamente; y en este hábito consiste la virtud para Aristóteles.
Por el contrario, si la decisión adoptada no es correcta, y persiste en ella, generará un
hábito contrario al anterior basado en la repetición de malas decisiones, es decir, un vicio.
Pacheco traslada la ética aristotélica conjugándola con la geometría para desarrollar lo
que constituye el núcleo de la Verdadera Destreza, el concepto de Medio.
Para Pacheco de Narváez el Medio tiene dos sentidos diferenciados: primero es el que se
refiere a su sentido espacial, y en este caso representa una distancia y un ángulo dado, el
segundo es el aristotélico, el de un hábito correcto que, con el entrenamiento hace que el
diestro reaccione a las diferentes situaciones de forma adecuada y “automática” pudiendo
así controlar el espacio propio y mantenerse a salvo. Pero la búsqueda de la acción
correcta y segura siempre “verdadera” nace necesariamente de la experiencia práctica,
que para establecer qué es verdad y qué no lo es, necesita establecer parámetros de
medición del espacio.
De esta forma la expresión el término Medio se constituye por una parte en un lugar en
el espacio que debe ser ocupado en un momento dado, pero también en una forma de
entender la Práctica, en el eje central de una filosofía de la espada. Los Medios son los
puntos en el camino, pero también el vehículo a través del que el diestro aprende qué es
correcto y qué no lo es, tanto en el plano de la Práctica –es decir de la acción técnica que
debe ser ejecutada y la forma en que debe serlo– como en el filosófico, aprendiendo a ser
honesto, humilde y valiente, o lo que es lo mismo, un caballero26. Porque es necesario
recordar que la Esgrima, o mejor dicho el Arte de la Espada no es un combate real sino
una simulación de dicho combate y en cuanto tal necesita definir el marco de la Práctica
por el evidente motivo de que debe ser segura.
La Verdadera Destreza establece, conjugando filosofía aristotélica y geometría, un
sistema teórico que ayuda al practicante a asumir una práctica marcial, cuyo fin, y no
puede ser otro para un soldado, no es obtener tocados, sino no recibir heridas y aprender
cómo deben causarse si es necesario. Frente al juego deportivo con negras ligeras en
plazas y soportales que en esencia era la esgrima vulgar jugada por las clases medias, la
Verdadera Destreza propone una práctica con espadas más pesadas y realistas, enfocada
a la autodefensa, aplicando el uso de la Razón para crear una Filosofía que ayude al
hombre de honor a aprender a combatir con espadas para el momento en que esto sea
necesario. Como es natural esto no basta, es necesaria la Práctica, la experiencia para
pelear con habilidad y valor. Como en el arte de la guerra - o en cualquier otro arte -
conocer la Teoría no es bastante, la Práctica es necesaria, de hecho la Teoría nace de ella;
pero también es cierto que todo oficial práctico, se apoya en teoría para que las unidades
bajo su mando se organicen, entrenen, se muevan y combatan con la mayor efectividad
posible, y que el músico aprende el lenguaje y la teoría musical para ser mejor como
interprete, compositor o director.
Y eso es lo que es la Verdadera Destreza, al fin y al cabo, un lenguaje y una teoría para el
arte marcial de la espada, actividad que estuvo, está y siempre estará a medio camino
entre el mundo de la Milicia y el de las artes liberales. Posiblemente porque el que sus
creadores D. Jerónimo Sanchez de Carranza y sobretodo, D. Luis Pacheco de Narváez,
también anduvieron entre los dos mundos, al ser soldados, diestros, escritores e
intelectuales.
Referencias
1 Jerónimo de Carranza, Libro que trata de la Philosophía de las armas y de su destreza, Sanlúcar de
Barrameda, 1582. 280 f. + tabla. El autor afirma haber terminado su libro en 1569 aunque no fue publicado hasta 1582.
2 “Que Jerónimo de Carranza se vea así convertido en catedrático del duelo no significa que su enseñanza vaya
orientada hacia venganzas sangrientas, pero indica que se imparte en función de leyes que se sitúan al margen del
derecho civil o canónico” El Criticón nº 39 (1987) Claude Chauchadis. Libro y leyes del duelo en el siglo de Oro
Pág. 94.
3 “¿Por qué entonces colocar al capitán Carranza entre los consejeros del duelo? Simplemente porque así lo consideran
sus coetáneos. En un memorial dirigido a Felipe II para recomendar a Carranza, el capitán Gaspar de Medina afirmaba
que: Más de un año se juntaban en el patio de Palacio el capitán don Diego de Vargas el capitán Canales y el capitán
Torres y otros capitanes de Flandes y soldados bien entretenidos, y en presencia de testigos se juntaban todos con dicho
Jerónimo de Carranza todos los días y cada uno traía dudas que preguntarle…cuanto oían decir al dicho Jerónimo de
Carranza lo escribía cada uno en su casa”.
El Criticón nº 39 (1987) Claude Chauchadis. Libro y leyes del duelo en el siglo de Oro pag 94
4 DE MERICH, Stefano. “La presencia del libro de filosofía de la armas en el quijote.1615”. Bulletin of the Cervantes
Society. Fall 2007-2008. Pág. 155-180
5 Se denominaba y aún se denomina espada negra a las espadas de esgrima sin filo ni punta distintas por su
configuración y objetivos a las espadas blancas, más rígidas, pesadas y completamente afiladas diseñadas para matar y
herir al adversario.
6 Luis de Mercado “Instituciones para el aprovechamiento y examen de los algebristas”, Madrigal 1599 Madrid
Juan de Alcega “Libro de Geometría Practica y traza el cual trata de lo tocante al oficio de sastre” Madrid, Guillermo
Drouy, 1580.
7 Vida de Francisco de Quevedo Y Villegas de Pablo Antonio de Tarsia. Universidad de castilla La Mancha 1997
8 Alberto Bomprezzi “Quevedo nunca venció a Pacheco de Narváez”.
http://www.esgrimaantigua.com/content/quevedo-nunca-vencio-pacheco-de-narvaez
9 ¿Deseaba Carranza atribuirse la autoría de todos los argumentos del diálogo como sugiere el malévolo
Pacheco de Narváez? Didáctica de las armas y literatura: Libro que trata de la Philosophía de las armas y de su destreza
de Jerónimo de Carranza- Claude Chauchadis CRITICÓN, 58, 1993, pp. 73-84.
10 En el titulo de Maestro Mayor con fecha de 13 de Agosto de 1624 dice “Pacheco lo pide ahora por haber servido
treinta años al Rey, fue Sargento mayor en Canaria, Lanzarote y Fuerteventura” Cristóbal Perez Pastor t.III. nº 2131
p.251
11 Cristóbal Perez Pastor t. III n 2131 pág. 251.
12 Bartolomé Cairasco de Figueroa fue un poeta, dramaturgo y músico canario. Es considerado el fundador de la
literatura canaria. Tuvo en su casa una tertulia humanística en la que participó la élite intelectual canaria, Pacheco de
Narváez entre otros: En las Grandezas le dedica un largo poema al baezano, alabando su destreza y su sabiduría. Su
hermano Serafín, militar, alcaide de la fortaleza de Gran Canaria, también demuestra su aprecio por D. Luis dedicándole
un soneto.
13 Sí quisiera destacar, en cambio, que estos ataques furibundos que recibió de Quevedo han contribuido no poco a
forjar una imagen totalmente negativa de Pacheco de Narváez, difundida, en buena medida, por algunos estudiosos de
Quevedo (Fernández--Guerl'a, Astrana l\lal'Íll ... ), que a veces lo presentan, de forma
creo un tanto desproporcionada, bajo la figura de un mediocre escritor, propenso a las rencillas y envidioso de los
éxitos ajenos; como si la gloria del autor madrileño tuviera que estar a expensas de rebajar la categoría de sus enemigos.
Sin embargo, conviene recordar, a este respecto, que la realidad es muy distinta, ya que, fuera de estas críticas de
Quevedo (a las que se une un poema satírico de Bartolomé Leonardo de Argensola), el baezano gozó de gran estima en
los ambientes literarios de la época, tanto por sus escritos como por la fama en la destreza de las armas que lo llevó a
ser distinguido en 1624 con el título de maestro del Rey. Tal extremo lo corroboran los elogios que recibió de famosos
escritores del momento, entre los que cabe citar, por ejemplo, a Lope de Vega, Vélez de Guevara, Ruiz de Alarcón,
Pérez de Montalbán, Valdivielso, Suárez de Figueroa, Calderón de la Barca, López de Zárate, Herrera Maldonado, Polo
de l\:Iedilla, Ovando y Santarén, Juan Bautista Diamante, José Pellicer ... ; sin olvidar las alusiones favorables de
Cervantes o Gracián. No es, por tanto, extraño que la Real Academia Española incluyera más tarde a Pacheco de
Narváez en su Catálogo de Autoridades (Catálogo de los escritores que pueden servir de autoridad en efuso de los
vocablos y de
las frases de la lengua castellana), Madrid, Imp. de Pedro de Abienso, 1374, p. Peregrinos discursos y tardes bien
empleadas: una obra desconocida de Pacheco de Narváez contra la Política de Dios de Quevedo. Aurelio Valladares
Reguero
14*El Cuerpo de Tenientes prestó grandes servicios a los reyes en las continuas guerras que sostuvieron contra los
moros y las particulares que tuvieron entre sí los cristianos, hasta que en agradecimiento de sus buenos y dilatados
servicios, los señores reyes católicos D. Fernando y Doña Isabel, les dieron sus ordenanzas en el año de 1478, haciendo
al mismo tiempo merced del empleo de maestre-mayor de este Cuerpo á don Gomez Dorado, como consta de la Real
cédula espedida en la ciudad de Zaragoza en 24 de Junio de 1478, en recompensa de los servicios prestados por este al
rey de Aragon D. Alfonso V, padre del rey D. Fernando, quedando desde entonces este Cuerpo y su gefe como
dependientes de la real casa. Sucedieron á Dorado los siguientes maestres mayores: D. Antonio Sanchez (desde este
hasta Paredes se ignoran los nombramientos por el estravío y quema de documentos que sufrieron los archivos del
cuerpo en 1808), D. Pablo paredes, D. Juan Morales, D. Luis Pacheco Narvaez (autor de una obra de esgrima del
espadin). D. Domingo Ruiz de Vallejo, D. Juan de Montenegro y Cano, D. Pedro Solera, D. Andrés de la Herracu, D.
Diego Rodriguez, D. Miguel Perez Mendoza y Quijada, D. Fulgencio de la Rosa y Mota, D. Francisco Lorenzo de
Roda, marqués de la torre de Roda, D. Diego de Cea, el marqués de Salina, D. Manuel Antonio de Brea, D. Pio de Cea
y Carrillo y D. Faustino de Cea y Carrillo, que fué nombrado por D. Fernando VII en 27 de enero de 1829 y este murio
en 1848. José Cucala y Bruño Editorial: Imp. de Julián Peña, Madrid, 1854
15 Fueron conocidos por carrancistas los seguidores de la tradición de Jerónimo de Carranza y tuvieron su sede en
Sevilla. Su denominación apareció cuando Pacheco como maestro mayor impuso su método en todo el reino. Ellos se
negaron a examinarse y plantearon el debate en términos intelectuales, ya que ellos también eran diestros verdaderos,
y durante cierto tiempo resistieron a los intentos de unificación metodológica de Pacheco, acusándole de reclamar como
suyo lo que había inventado Carranza. El principal detractor de Pacheco y coetáneo suyo fue Mendez de Carmona, el
maestro de los carrancistas sevillanos. Escribió dos tratados uno de los cuales está perdido con los que intentó
contrarrestar la doctrina de Pacheco, aunque honestamente el que se conserva no alcanza la altura intelectual que el
baezano alcanza en sus textos. El sucesor de Mendez de Carmona fue Francisco de Añasco, maestro de destreza
legendaria, pero que no escribió ningún libro. Pacheco le ofreció el titulo sin examinarlo pero el sevillano se negó
seguramente por lealtad a su maestro. A la muerte de Pacheco las tensiones continuaron hasta que el maestro mayor
Juan Caro de Montenegro envío a un teniente suyo a Sevilla y mandó prender a los maestros carrancistas Domingo
Pina y Baltasar Reyes prohibiéndoles la enseñanza hasta ser examinados. Estos apelaron al Cabildo de Sevilla y aunque
no tenemos la respuesta lo cierto es que el carrancismo, como doctrina teórica distinta de la pachequista, desapareció.
Panegírico a D. Francisco de Añasco precedido de un prólogo y noticias bibliográficas por D. Enrique de Leguina. E
Rasco Sevilla 1886.
16 Memorial de suplica, e informe que hazen, ofrecen, y ponen a los pies de el Ilustrissimo Cabildo de la Ciudad de
Sevilla, que han enseñado y enseñan la esclarecida, y provechosa ciencia de las armas.
PIÑA, Domingo de, and Baltasar de los Reyes. 1675.
17 En la referencia 5 hemos explicado qué era una espada negra y una blanca.
18 Pacheco en “Las Grandezas de la espada pag. 248 “…también ha habido imperfección en las espadas que hacen así
para liccionar como para ejercitarse, haciéndolas tan delgadas y cortas que al traerlas en la mano casi no se sienten, de
do sucede que cuando vienen a tomar las de la cinta, como están habituados a las pequeñas no las pueden mandar…”
19 La esgrima vulgar era un juego que se practicaba en plazas y soportales, durante las fiestas y era un entretenimiento
de las clases medias – artesanos, paseantes, mozos, estudiantes – más que una práctica útil para la autodefensa. Son
varias las referencias a la violencia absurda que se desencadenaba de este juego callejero. Citamos dos:
“Las grandezas de la Espada” pág. 124 l. 13/23 refiriéndose al brazal y a la manotada. Pag 227 refiriéndose a los
reparos con el brazo la capa. Pág. 228 refiriéndose al reparo “…como las dos espadas las quitan de entre los dos cuerpos
y ninguna hiere, venir a los brazos y echar mano al sombrero para tapar los ojos, echar mano a la barba, y darle golpes
en los rostros, todo lo cual es feo y dañoso…”
Zabaleta ”El día de la fiesta por la mañana y por la tarde” Madrid 1983 pág. 109 “…dejó asegurar al esgrimidor bailarín
y dióle un cimbronazo que casi le dejó sin sentidos. En viéndole aturdido y desordenado apretole de manera que le
mataba….En el mismo punto que le vio en batalla le asió la espada con la mano siniestra por el segundo tercio y le dio
tres o cuatro cintarazos con facultad de cuchillada porque le corría la sangre por muchas partes de la cabeza. El zurdo
le dejó con ambas espadas en las manos y se pegó a él como un león y en el primer acometimiento le dio dos cabezadas
en las narices que se las deformó. El maestro no hallaba por dónde meter el montante y no se metió en nada. Los amigos
del zurdo acudieron a defender la razón y los del bermejo a defender a su amigo y trabose una escaramuza muy
sangrienta”.
20 Asi durante la visita del duque de Buckingham en 1623 echaron mano de Pacheco para entretenerlo“ y muchas
tardes en ver jugar las armas a cuyo ejercicio acudieron a Palacio el Maestro mayor de ellas y el de su majestad y D.Luis
de Narváez primor de la Destreza Verdadera y otros maestros de esta corte y diversas partes y caballeros y señores
aficionados a ellas…”. Cartas de Andres Almansa y Mendoza –carta 12 pág. 206-7.
También escribe Francisco de Abreu refiriéndose a Pacheco “..y que como maestro mayor de la filosofía y destreza de
las armas y único inventor suyo vienen de toda Europa y de la América unos a verle por admiración, otros a consultarle
y otros en mayor número a competir, hecho siempre para esto un estafermo público al universal concurso de todas las
naciones probando y defendiendo la verdad de su doctrina…” y podemos leer en la respuesta de Sanchez del Hierro“.
Estoy muy bien con lo que dice acerca del obrar de D. Luis de Narváez a todos los que han ocurrido, sin haber denegado
a ninguno el tomar la espada y salir siempre vencedor y libre de los intentos del contrario…” Carta de Francisco Abreu
de Lima, lusitano, al licenciado Miguel Sanchez del Hierro Salazar, vecino de la ciudad de Sevilla sin numerar aunque
está en la página 6 desde el inicio de la carta.
21 Son muchas las dedicatorias, décimas y referencias a la habilidad del baezano con la espada. Simplemente al
principio de su primera obra se le describe como “dios de las armas”. Incluimos el poema que le dedicó Lope de Vega
para mostrar la opinión del Fénix de los Ingenios. A la esfera de Marte reservada a solos Héroes de inmortal memoria
llegó don Luis por última victoria de tanta envidia vanamente armada.
La pluma de las armas retirada,
a esta moral ocupa dulce historia,
por dividir entre las dos la gloria,
emulación de su famosa espada.
A dos ilustres Damas asegura
Marte en su esfera, y resplandece en ellas
su aspecto y su virtud cándida y pura.
Las dos eran de Venus luces bellas,
más ya para guardar tanta hermosura
en la esfera de Marte son estrellas.
22 Los Tercios Renée Quatrefages. Ediciones Ejército Madrid 1983, pág. 234-237.
23 De los textos que he leído se infiere que medir las picas es aproximarse hasta la distancia en que se pueda pelear
con ellas.
“…de suerte que no pudieron emplear flechas y lanzas en los nuestros porque los diestros mosqueteros no los dejaron
llegar a medir las picas…” Memoria de los sucesos de la guerra de Chile de Jerónimo Quiroga Ed.Andres Bello 1979.
“ ni hacían menos estrago desmontados los jinetes, en los que intentaban medir las picas indianas con las lanzas
españolas; Historia General de las conquistas del nuevo Reino de Granada Fernández Piedrahita Lucas 1624-1688”
“…dio otra función complementaria al propio cuadro, por su empleo más efectivo una vez que se había entablado el
combate cuerpo a cuerpo –medir las picas –“Historia Militar de España. Edad Moderna. II Escenario Europeo" La
técnica y la táctica española. El combate en sus diversos tipos. Pág. 151. dirigida por Hugo O’Donnell y Duque de
Estrada. Ministerio de Defensa.
24 Pacheco asimila los maestros de armas a los capitanes en el ejército y establece siempre una estrecha relación entre
la Milicia y la Verdadera Destreza. Las Grandezas de la Espada Madrid 1599 folio 6 y folio 29.
Sobre los métodos basados en el tiempo puede servir como ejemplo las palabras del maestro italiano Francesco Alfieri
“…La distancia y todas las otras partes de la esgrima dependen tanto de tiempo que no cabe duda que sin él todas ellas
pueden ser inútiles…” L’arte di ben maneggiare la spada e lo spadone” Padova por Sebastiano Sardi 1653. Capítulo
VII página 17.
25 Medir las espadas es elegir Medio de Proporción “Compendio de la Filosofía y Destreza de las armas de Gerónimo
de Carranza por Don Luis Pacheco de Narváez”.
26 La Verdadera Destreza supone la formulación teórica tanto de un método enfocado a la técnica necesaria para una
buena práctica, como a la ética que debería asociarse a dicha práctica. Obviamente esa ética, en plena Contrareforma
era necesariamente cristiana, pero esencialmente la misma que se encuentra en todas las artes marciales desarrolladas.
No se trata de aprender a matar, sino de aprender a defenderse.

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