La ecoauditoría escolar representa una estrategia integrada de intervención en la mejora del
contexto educativo y de aprendizaje del propio proceso, que puede aplicarse a todos los niveles educativos, desde preescolar a la universidad, con el fin de ambientalizar tanto las infraestructuras como los currículos. El concepto de ecoauditoría nace en el contexto de la empresa, pero puede extenderse fácilmente a la escuela en la medida en que ésta constituye una organización con un determinado sistema, consciente o inconsciente, de gestión ambiental. En ambos ámbitos promueve la mejora de la calidad. No obstante, algunas diferencias parecen destacables entre las características de la ecoauditoría en la escuela y la ecoauditoría en la empresa. Por lo que se refiere a los objetivos (¿por qué auditar?) en la industria importa el resultado, mientras que en la escuela importa también el proceso. Por lo que se refiere a éste (¿cómo auditar?) en general en la industria audita un agente exterior, cumpliendo un encargo del staff, que define los objetivos y delimita los ámbitos de intervención y propuesta, mientras que en un centro escolar ha de ser toda la comunidad quien defina los objetivos, en un marco abierto a la discusión en el que se permite cualquier propuesta. En ambos contextos interesa la difusión de los resultados.
Es deseable que se impliquen en la ecoauditoría escolar los distintos sectores de la comunidad
educativa (alumnado, profesorado, familias, personal no docente, administración, etc.) cada uno de los cuales puede jugar papeles específicos. Puede estar a cargo del profesorado el diseño, adecuación, organización y coordinación de la ecoauditoría. Se espera del alumnado una participación, sobre todo en el trabajo de campo y el diagnóstico, etapas que pueden ser lideradas por los estudiantes. El personal no docente debe estar permanentemente informado y tener ocasión de aportar sugerencias al plan de acción; igualmente, se espera que colabore en la ejecución. Las familias son destinatarias de la difusión y pueden participar con sugerencias o aportaciones expertas si se da el caso. La ecoauditoría como propuesta educativa supone trabajar en el propio entorno y en la práctica localizando problemas y diseñando soluciones propias para mejorarlo. Sus ventajas son evidentes:
• Se da relevancia al protagonismo de los alumnos en la gestión del propio medio.
• Pueden ver los resultados de su propia acción (y disfrutarlos). • Participan como agente social en la mejora de su entorno. • Se establece una relación efectiva con el entorno escolar. • Se contextualizan problemas globales en el entorno inmediato. • Se puede trasladar la experiencia del centro a otros ámbitos próximos (casa, barrio, municipio). • Se ejercita la capacidad de solucionar problemas y tomar decisiones. • Hay un efecto multiplicador sobre otros sectores u organizaciones, administraciones, … • Ayuda a la autoformación en Educación Ambiental del profesorado.