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Un matrimonio lleno de espíritu

EFESIOS 5: 22-33

Idea principal: los matrimonios cristianos florecen cuando los maridos y las esposas están llenos del
Espíritu y reflejan la imagen de esa relación de Cristo con la iglesia.

Relaciones llenas del Espíritu (5: 18-21)

II. Esposas y maridos llenos del Espíritu (5: 22-33)

A. Esposas llenas del Espíritu (5: 22-24)


1. La instrucción (5: 22-24,33)
2. La ilustración (5: 23-24)

III.Esta ilustración nos da la imagen definitiva del matrimonio.

B. Esta ilustración nos da el propósito fundamental del matrimonio.


C. Esta ilustración ofrece una esperanza asombrosa para el matrimonio.
B. Maridos llenos del Espíritu (5: 25-33)

1. Muestran amor sacrificial (5:25)


2. Muestran amor santificador (5: 26-27)
3. Muestran amor satisfactorio (5: 28-31)

Aprendemos acerca de nuestra nueva vida en Cristo en Efesios. Uno de los resultados más importantes
de nuestra nueva vida en Cristo es la forma en que vivimos nuestras nuevas relaciones. El pecado nos
separa de Dios y de la gente. Pero en Cristo todo cambia. Nuestras relaciones entre nosotros ahora son
diferentes (2: 11-22). Nuestras relaciones entre los esposos son diferentes (5: 22-33). Nuestras
relaciones con nuestros hijos son diferentes (6: 1-4). Nuestras relaciones en el trabajo son diferentes (6:
5-9). Y nuestra relación con este mundo es diferente (6: 10-24). Consideremos la obra del Espíritu en
todas las relaciones en general y el día de hoy en el matrimonio en particular.

Pablo abre esta sección recordándonos que la fuente de todas las relaciones saludables, es el Espíritu.
Pablo hizo una conexión entre el Espíritu y las relaciones que ya existen en Efesios (4: 1-3,17-32; 5: 1-
17; cf. Gálatas 5: 16–6: 10). Él hace otra conexión importante aquí en 5: 18-21. Después de decirnos
“que seamos llenos del Espíritu”, Pablo dice “sometanse los unos a los otros” (v. 21).

Aquí hay otro ejemplo de cómo un creyente lleno del Espíritu es una persona que vive en una relación
correcta con Dios y tiene relaciones correctas dentro de la comunidad cristiana.

También debemos vincular la obra del Espíritu a las relaciones matrimoniales:

Versos 22ss. son claramente una extensión y aplicación del principio inverso del 21. El mandamiento
del versículo 22, "Las mujeres estén sujetas a sus maridos", no tiene verbo en el original. Simplemente
dice: "Esposas a sus propios maridos". Lo que significa que es una continuación del versículo 21.
El flujo de pensamiento entonces del versículo 18 al 22 es: “Sed llenos del Espíritu. . . sometiéndose
unos a otros en reverencia a Cristo, esposas a sus propios maridos como al Señor ”.

La vida familiar cristiana es una obra del Espíritu Santo de Dios. La sumisión de una esposa a su
esposo y el amor de un esposo a su esposa (vv. 22-33), la obediencia de los hijos y la crianza por parte
de los padres (6: 1-4), la obediencia de los siervos y la paciencia de los amos con sus siervos ( 6: 5-9)
todas se derivan del principio en verso 5:21: “sometanse los unos a otros en reverencia a Cristo”. Y
esta sumisión en el versículo 21 es una descripción de cómo actúan las personas cuando están llenas del
Espíritu Santo (v. 18). Por lo tanto, toda la vida familiar cristiana es obra del Espíritu de Dios.

La sumisión (5:21). Es el efecto de la plenitud del Espíritu mencionado aquí. Este resultado en
particular es importante porque la idea de sumisión se repite desde (5: 22–6: 9).

Antes de hablar de la sumisión en las relaciones matrimoniales, familiares y vocacionales, Pablo señala
que primero debemos someternos unos a otros en la familia de Dios. La iglesia.

Esto es muy importante porque algunas personas tienen ideas muy raras sobre la obra del Espíritu
Santo. Pero aquí vemos que el Espíritu nos conduce la manifestación de actos prácticos de amor en la
familia de Dios.

El Espíritu nos capacita para hacer lo que no es natural, es decir, amar y someternos a las personas.

El Espíritu Santo es humilde, y aquellos que están verdaderamente llenos de él siempre muestran la
mansedumbre de Cristo. Esta una de sus características más evidentes “que nos sometamos los unos a
los otros como Cristo nos enseño”.

Pablo dijo que él se consideraba “esclavo de todos” (1 Corintios 9:19) para que pudiera ganar a
algunos. Los maridos sirven a sus esposas con humildad y ternura y hasta son llamados a morir por sus
ellas como Cristo lo hizo por su esposa- la iglesia(nosotros). El liderazgo lleno del Espíritu también
implica humildad y mansedumbre, como lo demostró Jesús, el mayor y mejor de todos los líderes.

El motivo: los cristianos nos sometemos los unos a los otros “en el temor de Cristo” o por reverencia a
Cristo. Nos sometemos a los demás porque Cristo es la máxima autoridad sobre nuestras vidas. Esto
no significa que los creyentes vivamos aterrorizados por Cristo. Significa que estamos asombrados de
Cristo, quien es el Rey y Juez del Universo. Los creyentes estamos asombrados no solo por su santidad
sino también por su carácter perdonador (Salmos 130:4). Pero en ti se halla perdón, y por eso debes
ser temido.

Pertenecemos al reino de Cristo. El es el Rey. Y por reverencia a Él, nos sometemos alegremente a Su
gobierno y servimos a los demás con compasión.

Esposos y esposas llenos del Espíritu

EFESIOS 5: 22-33

Pablo exhorta a las esposas (vv. 22-24) y luego a los maridos (vv. 25-30). Concluye con algunas
declaraciones importantes y reflexiones sobre el glorioso misterio del matrimonio (vv. 31-33).
Este pasaje es especialmente importante a la luz de nuestra cultura actual. La base del matrimonio se
está desmoronando. La gente está confundida sobre la ideología de género, el matrimonio y la familia.
Algunos son abiertamente hostiles al punto de vista cristiano sobre el matrimonio.

Mas que nunca nuestra civilización se enfrenta a la necesidad de definir el significado de términos
como"matrimonio" y "familia". Lo que hasta ahora se ha considerado una familia “normal”, formada
por un padre, una madre e hijos, en los últimos años ha comenzado a ser visto como una entre varias
opciones.

No se trata simplemente de una guerra cultural; es una guerra espiritual. Al enemigo confunde a la
gente y esta determinado a derribar los cimientos del plan de Dios para el matrimonio y para la familia.

¿Cuál es la idea bíblica del matrimonio? Para nosotros como cristianos es claro, vemos en las
Escrituras que el matrimonio es un pacto exclusivo entre un hombre y una mujer, ordenado y sellado
por Dios, consumado en unión sexual, que se traduce en una asociación permanente de apoyo mutuo y
normalmente favorecido con el regalo de tener hijos.

Además de afirmar la bondad del matrimonio afirmamos la naturaleza del pacto matrimonial: es
permanente, sagrado, íntimo, mutuo y exclusivo.

Pero también debemos entender que Cristo, no el matrimonio, es la meta final de nuestras vidas.
Nuestra lealtad principal debe ser hacia Jesús. Si bien debemos, con la ayuda del Espíritu, nutrir
nuestro matrimonio, también debemos recordar la naturaleza fugaz del matrimonio. El matrimonio en
esta vida es una sombra del matrimonio definitivo de Cristo y Su novia, como lo ilustra Pablo en este
texto.

Pablo no proporciona aquí una teología exhaustiva del matrimonio, pero sí aborda las responsabilidades
clave de los esposos y las esposas y nos da una analogía asombrosa de Cristo y la iglesia. Los solteros
hacen bien en considerar estas exhortaciones mientras se preparan para el matrimonio, y los casados
hacen bien en escuchar en con actitud de reverencia la Palabra de Dios para que puedan correr el
maratón del matrimonio para la honra de Cristo.

Esposas llenas del Espíritu (5:22-24)

22Las mujeres estén sometidas a sus propios maridos como al Señor. 23 Porque el marido es cabeza de
la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, siendo Él mismo el Salvador del cuerpo. 24 Pero así
como la iglesia está sujeta a Cristo, también las mujeres deben estarlo a sus maridos en todo.

Pablo comienza con las esposas. Si bien muchos luchan con la idea de que las esposas “se sometan”, ya
hemos escuchado en el mensaje pasado lo que significa la sumisión o sujeción y sabemos que toda la
vida cristiana se trata de sumisión y sujeción a Dios.

La esposa está llamada a someterse a un esposo que está dispuesto a morir por ella. El esposo debe ser
el primero en amar, perdonar y servir. Debe ejemplificar el estilo de vida de Jesús a su esposa e hijos.
Si bien algunos pueden ver el someterse a la autoridad del esposo como algo negativo, es preciso
comprender que las esposas cristianas están llamadas a seguir el liderazgo amoroso de su esposo, quien
a su ves esta siguiendo a Cristo.

El Evangelio nos dice que el esposo y la esposa que tienen el mismo valor, pero que tienen diferentes
roles dentro del matrimonio. Puedes compararlo hasta con un baile de bals. Una persona lidera y otra la
sigue. Uno inicia y el otro responde. Ambos son necesarios para que el baile suceda y cuando ambos
cumplen bien sus roles, es algo hermoso de contemplar. Pero cuando nadie toma la iniciativa, nadie
liderea o los dos quieren guiar es un espectáculo ridículo y doloroso de ver. Y aun en los bailes siempre
es el hombre quien debe dirigir, eso hasta las personas que no conocen el evangelio lo saben.

Al considerar el matrimonio, y particularmente en el liderazgo , debemos recordar que esto tiene sus
raíces en la creación (Génesis 1–2; Mateo 19: 4-6; 1 Timoteo 2: 11-13). Pablo no es machista ni tiene
una agenda contra las mujeres. De hecho, elevó el valor y la imagen de las mujeres en su época y en su
cultura, como lo hizo Jesús. Nadie puede acusar a Jesús de odiar a las mujeres sino al contrario, él las
vio como valiosas ante una sociedad que las despreciaba. Por eso Jesús es tan atractivo en este aspecto
a las mujeres y muchas mujeres se sienten atraídas al evangelio, porque el evangelio es liberador y trae
justicia, la verdadera justicia a las sociedades donde las mujeres son oprimidas y brilla en las mentes de
las mujeres que creen que el feminismo es la respuesta a sus males. El evangelio de Jesús es la única
respuesta contra el feminismo y contra el machismo.

La instrucción (5: 22-24,33).

22 Las mujeres estén sometidas a sus propios maridos como al Señor. 23 Porque el marido es cabeza de
la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, siendo El mismo el Salvador del cuerpo. 24 Pero así
como la iglesia está sujeta a Cristo, también las mujeres deben estarlo a sus maridos en todo. 33  En
todo caso, cada uno de ustedes ame también a su mujer como a sí mismo, y que la mujer respete a su
marido.

Pablo dice que la esposa debe mostrar su adoración y amor a Cristo mediante la debida sumisión y
respeto a su esposo Colosenses 3:18 Esposas, sométanse a sus esposos, como conviene en el Señor.
El papel de la esposa es claro: sumisión y respeto a su marido.

Consideremos primero el “respeto” (v. 33). La mejor palabra para esto es “temor” ( verso 21). Sin
embargo, no significa terror sino asombro. ¿Por qué Pablo usó este término? Una de las razones
seguramente es que el esposo rendirá cuentas a Dios por la dirección de su familia. Ambos deben estar
llenos de asombro por esta tarea y responsabilidad que se le da al esposo/padre. En un nivel práctico, el
esposo necesita el respeto de la esposa para llevar a cabo su labor con más efectividad. Piensen en
algunos escenarios donde esto no sucede.

Por lo general, las mujeres anhelan amor; los hombres desean respeto. La esposa debe asumir la
responsabilidad que tiene su esposo y respetarlo, amarlo, orar por él y respetar sus decisiones como el
líder de la familia.

La palabra “sometanse” crea más discusión (v. 22). Este no es el único lugar donde se menciona la
“sumisión” en el contexto del matrimonio.
Considera
Colosenses 3:18;Esposas, sométanse a sus esposos, como conviene en el Señor.

1 Pedro 3: 1 Asimismo ustedes, mujeres, estén sujetas a sus maridos, de modo que si algunos de
ellos son desobedientes a la palabra, puedan ser ganados sin palabra alguna por la conducta de sus
mujeres ;

1 Timoteo 2: 11-13;  Que la mujer aprenda calladamente, con toda obediencia. 12 Yo no permito que la


mujer enseñe ni que ejerza autoridad sobre el hombre, sino que permanezca callada. 13 Porque
Adán fue creado[a] primero, después Eva.

Tito 2: 4-5; a las jóvenes a que amen a sus maridos, a que amen a sus hijos, 5 a que sean prudentes,
puras, hacendosas en el hogar, amables, sujetas a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea
blasfemada.

1 Corintios 11: 3 Pero quiero que sepan que la cabeza de todo hombre es Cristo[a], y la cabeza de la
mujer es el hombre, y la cabeza de Cristo es Dios.

Observemos que Pablo no dice que las esposas deben someterse a todo hombre sino a sus maridos. El
esposo es la cabeza de su esposa (v. 23), no de todas las mujeres. Además, esta sumisión debe ser
voluntaria. En una relación feliz la sumisión es voluntaria. Las esposas cristianas eligen libre y
responsablemente seguir el liderazgo amoroso de un esposo fiel a Cristo, no un tirano.

Debemos evitar todos los abusos de esta enseñanza. La Escritura no está hablando de algo parecido a la
esclavitud, o una cadena de mando de arriba hacia abajo, donde los sujetos tienen que obedecer sin
cuestionar. La imagen no es la de un hombre tirado en el sofá diciéndole a su esposa: "mujer vete por
las cervezas, preparate la botana para que vea el partido y metete al cuarto mientras estoy con mis
amigos porque yo soy el jefe".

Uno podría preguntarse, ¿Por qué se les pide a las mujeres que "se sometan" y a los maridos a "amar"?
¿Por qué no pedirle a las esposas a amar a sus esposos y los esposos a someterse a sus esposas?
Porque la sumisión de la esposa cristiana a su esposo no es más que otro aspecto del amor. . . . ¿Qué
significa "someterse"? Es entregarse a alguien por amor. ¿Qué significa "amar"? Es entregarse por
alguien por completo.

Entonces mientras ustedes mujeres están sujetándose a sus maridos los estan amando y sobre todo estan
demostrando su entrega a Cristo por amor a él.

Someterse es anteponer la voluntad del otro a la nuestra. Amar es anteponer las necesidades del otro a
las nuestras. Pablo en otras ocasiones menciona en realidad ambas acciones a las esposas: Tito 2: 4-5
jóvenes a que amen a sus maridos, a que amen a sus hijos, 5 a que sean prudentes, puras, hacendosas
en el hogar, amables, sujetas a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea blasfemada.

Pablo dice que el motivo de la sumisión cristiana y amorosa es este: “como al Señor” (v.22). Las
esposas se someten a sus maridos porque quieren glorificar a Cristo . La esposa cristiana ve este deber
como parte de su vida cristiana. El motivo no es cumplir algún rol social o expectativa cultural. El
motivo es el amor a Cristo y el deseo de ser conformados a su imagen.
¿Qué significa someterse “en todo”? Significa someterse en todas las áreas de la vida, pero no
significa que la mujer siga o encubra a su esposo en asuntos pecaminosos.

También debemos señalar que existe una diferencia entre un “matrimonio tradicional” y un
matrimonio bíblico. En un matrimonio tradicional, existe cierto tipo de expectativas. Se espera que las
mujeres sean responsables de cocinar, limpiar, lavar la ropa, etc., mientras que los hombres trabajan y
obtienen ingresos para el hogar. Si bien las Escrituras enseñan que el hombre debe ser el proveedor
principal de su hogar como su primera responsabilidad y el hogar debe ser el centro de la actividad de
una mujer (aunque no se limita al hogar; Prov. 31: 10-31), “la Biblia no es un libro de leyes que exige
la división del trabajo en el hogar ”

La libertad en Cristo nos enseña a buscar la mejor manera de vivir en nuestros hogares bajo principios
bíblicos. Mientras se practique el liderazgo cristiano del hombre y la sumisión amorosa de la mujer,
esta bien que la esposa gané más dinero que el esposo si su preparación se lo permite pero sin descuidar
sus labores en su hogar y sin menospreciar el salario de su esposo. Además, algunas veces ¡el marido
puede ser mejor cocinero que la mujer! Un matrimonio bíblico no siempre significa un matrimonio
tradicional.

El matrimonio cristiano debe obedecer el patrón bíblico del esposo que funciona como la cabeza y la
esposa como su ayudante, sometiéndose al liderazgo amoroso de su esposo. Y los dos deben esforzarse
por aplicar fielmente estos principios en oración en cada matrimonio particular.

La ilustración (5: 23-24).

23 Porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, siendo El mismo el
Salvador del cuerpo. 24 Pero así como la iglesia está sujeta a Cristo, también las mujeres deben
estarlo a sus maridos en todo.

Pablo habla de los matrimonios como “la imagen del amor de Cristo por su iglesia” Pablo nos muestra
que un matrimonio bíblico muestra el evangelio.

El Antiguo Testamento también ilustró este amor de Dios por su pueblo con el matrimonio. En este
texto es Cristo y la iglesia específicamente. En el versículo 32, Pablo dice que este cuadro es
"profundo misterio". Es decir esta imagen es asombrosa. Desde la creación Dios tenía a Cristo y a la
iglesia en mente para mostrar al mundo su amor por nosotros.

Consideremos tres aplicaciones de esta imagen.

Esta ilustración nos da la imagen definitiva del matrimonio.


Obedeciendo el evangelio las esposas cristianas dan una imagen de la iglesia al mundo v. 24 Pero así
como la iglesia está sujeta a Cristo, también las mujeres deben estarlo a sus maridos en todo.
Los esposos al amar a sus esposas también dan una imagen de Cristo al mundo 23 Porque el marido es
cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, siendo El mismo el Salvador del cuerpo.

Cristo es la cabeza de todos en todo, como se nos dice en Efesios 1:22. Pero mira qué clase de
cabeza es. Consideremos el siguiente párrafo y las cinco acciones de Su liderazgo:

1. Él amo a la iglesia (5:25) Maridos, amen a sus mujeres, así como Cristo amó a la iglesia
2. Él se entregó a sí mismo por ella (v. 25) y se dio Él mismo por ella
3. Él la santificó (v. 26) para santificarla
4. Él la limpió (v. 26) habiéndola purificado por el lavamiento del agua con la palabra
5. Él se la presentó sin mancha y gloriosa (v. 27) a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia en toda
su gloria
6. Él “le provee y la cuida” (v. 29). Porque nadie aborreció jamás su propio cuerpo, sino que lo sustenta
y lo cuida, así como también Cristo a la iglesia

Esta ilustración nos da el propósito último del matrimonio,

Todo en este pasaje nos apunta a Cristo: “como al Señor” (v. 22), “como Cristo amó a la iglesia” (v.
25); “Así también como Cristo con la iglesia” (v. 29). Todo vuelve a Cristo.

Si bien es importante que los matrimonios resuelvan sus problemas de comunicación, sus problemas
económicos, sus problemas de personalidad, su pasado y otros asuntos, recordemos que el problema
fundamental en el matrimonio es el pecado, el pecado ha roto sus relaciones y los ha hecho infelices y
han perdido el propósito de su matrimonio, los matrimonios tienen como meta final darle gloria a
Cristo: Y sin Cristo todo matrimonio esta condenado al fracaso y al doloroso final.

Entonces antes de querer resolver todos estos asuntos matrimoniales preguntate¿Estoy rindiendo toda
mi vida al señorío de Cristo? ¿Estoy sometiéndome a Él en todas las áreas de la vida?

Si el punto de partida del matrimonio soy yo, entonces estoy empezando por el lugar equivocado. El
matrimonio no existe para mi propio placer y para darme a mi la gloria, existe para la gloria de Cristo.
Permite que tu matrimonio sea una ofrenda de adoración a Dios mientras como esposos se aman, se
perdonan, se sirven el uno al otro. Hagan que su relación matrimonial sirva como un aroma de Cristo
ante un mundo que los mira. ¿Esta el mundo viendo en nuestros matrimonios la imagen de Cristo y su
iglesia? O ¿Esta viendo una imagen distorsionada del evangelio en nosotros?

Esta ilustración ofrece una esperanza asombrosa para el matrimonio.

Cristo murió por la iglesia, lo que hizo relucir el pecado de ella y la gracia salvadora de Él. El mayor
problema del matrimonio es el pecado. La solución definitiva es la gracia de Jesús.

Debido a que el matrimonio no es meramente una invención social, sino que tiene sus raíces en Dios
mismo, en Cristo, quien es misericordioso, ¡Hoy los matrimonios quebrados tienen una gran
esperanza ! ¿A dónde debemos ir cuando el matrimonio es difícil? ¿al Alcohol, huir de él, al trabajo, a
la pornografía? ¡No! ¡Esos son los lugares equivocados! En ves de eso mira a Cristo, contemplalo a Él.
Cada vez que nuestros matrimonios estén en crisis y en problemas debemos mirarlo a él y seguir sus
pisadas. El propósito del matrimonio es señalar nuestra necesidad de un Salvador y apuntarnos a
nuestro Redentor Jesucristo, quien nos amo aun cuando eramos sus enemigos!

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