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MODELO CLÍNICO

1.1. CONCEPTO

El modelo clínico también se conoce como counseling, modelo de asesoramiento


directo o atención individualizada. Es la forma más clásica de la orientación. Según
dice Rodríguez Moreno (1995) este modelo es el más especializado de todos los que
conforman la labor de ayuda, generándose en las teorías de la personalidad y de la
salud mental.

Se centra, básicamente, en la relación personal orientador-orientado. Esta relación de


ayuda tiene como objetivo prioritario el satisfacer las necesidades de carácter
personal, educativo y socio-profesional del individuo. Esta relación, si bien es
eminentemente terapéutica y centrada en la acción directiva sobre el sujeto, puede
también tener una dimensión preventiva y de desarrollo personal.

Se basa en la relación personal como la única alternativa para afrontar la acción


orientadora utilizando para ello la técnica de la entrevista, fundamentalmente. La
entrevista como un proceso de comunicación que actúa a nivel cognitivo y a nivel
emocional.

Este modelo se fundamenta teóricamente en el psicoanálisis, la psicología individual,


terapia realista, psicoterapia existencial del desarrollo, terapia familiar entre otras.

Debemos tener en cuenta tres tipos de habilidades que van a ayudar a que la
aplicación del couselling sea óptima, estas son:

HABILIDADES EMOCIONALES: Son habilidades dirigidas a manejar tanto las propias


emociones como las de los pacientes y allegados, y las de otros profesionales. Son
necesarias antes de establecer cualquier comunicación y, también durante y después
de la misma. El objetivo de estas habilidades es lograr que las emociones no
desborden al profesional haciendo que pierdan su funcionalidad.

HABILIDADES DE COMUNICACIÓN: La comunicación es la herramienta básica para


la relación interpersonal, y a través de ella se abordan las emociones de los pacientes
y se estimulan los cambios comportamentales de los mismos.
HABILIDADES DE MOTIVACIÓN PARA EL CAMBIO DE CONDUCTA: Son fundamentales,
ya que la comunicación que establece el profesional con el sujeto tiene como
objetivo último, en muchas ocasiones, estimular determinados cambios de las
conductas y hábitos del usuario.

1.2. CARACTERÍSTICAS DEL MODELO CLÍNICO

Podemos resumir las características de este modelo en las siguientes:

 Tiene un carácter terapéutico, aunque también puede tener una dimensión


preventiva y de desarrollo personal.

 Está centrado en la acción directa sobre el sujeto.

 Se basa en una relación personal entre orientador y orientado.

 Se trata de una acción orientadora puntual con un carácter reactivo y


remedial.

 Su objetivo prioritario es satisfacer las necesidades específicas del sujeto.

 Se trata de una intervención especializada en la que el orientador asume la


máxima responsabilidad en el proceso de intervención.

 Se basa en presupuestos próximos a la teoría de la personalidad.

 La entrevista es el procedimiento característico para afrontar la intervención.

Teniendo en cuenta estas características generales, autoras como Rodicio (1997)


señalan que esta relación directa tan característica de este modelo posee unos
elementos distintivos que podrían sintetizarse de la siguiente manera:

o Es una relación personal cara a cara entre un consejero y un cliente.

o La intervención tiene lugar como consecuencia de la existencia de un


problema en la persona.

o El orientador es el máximo responsable del proceso (especialista).


o La acción sobre el sujeto es directa y con un fuerte carácter terapéutico,
adoptando el modelo clínico como método de intervención.

1.3. FASES DEL MODELO

Igualmente, no podemos obviar las fases que constituyen el modelo clínico y que
reflejan las características que hemos mencionado con anterioridad. Se trata de
cuatro fases que a continuación detallamos:

1. FASE INICIAL: Inicio y estructuración de la relación de ayuda

 La iniciativa de solicitar ayuda surge del cliente. También pueden ser familiares,
tutores, profesores, etc.

 Establecimiento de una relación apropiada entre el orientador y el cliente. Uno


de los objetivos principales es el de crear un ambiente de confianza y cooperación
mutua para entablar una comunicación, donde no haya juicios, distorsiones o
malos entendidos, sino una escucha sana. El orientador debe concentrarse en lo
que la otra persona trata de comunicarle.

 Se centra el problema.

2. FASE DE EXPLORACIÓN-VALORACIÓN

 Conocimiento del cliente a través del diagnóstico del problema.

 Recogida de información a través de la anamnesis para valorar el grado de


motivación para el cambio de conducta, estimación de sentimientos, etc.

La anamnesis es una recogida de datos relativos a la persona enferma, a su entorno y


a los antecedentes de la situación en concreto, para poder obtener con claridad una
visión global del estudio.

3. FASE DE INTERVENCIÓN

 En función del diagnóstico se establecen planes de acción.

 Se debe potenciar el autoconcepto, autoaceptación y autoestima.


4. FASE FINAL: SEGUIMIENTO Y EVALUACIÓN

 Ejecución del plan de acción.

 Evaluación del plan de acción.

 Evaluación de los logros alcanzados.

1.4. PAPEL DEL ORIENTADOR EN EL MODELO CLÍNICO

El orientador es el encargado de guiar todo el proceso. Debe ser una persona experta
que sepa mantener, en todo momento, una actitud congruente, respetuosa y
empática. Debe poseer capacidad de aceptación, comprensión y sinceridad.

Debe ser un profesional cuya formación y experiencia lo califiquen para ayudar a


otros a alcanzar soluciones para diversos tipos de dificultades personales (Hahn y
McLean).

El orientador debe ayudar al sujeto a tomar conciencia de sí mismo, de los modos en


que reacciona a las influencias que sobre su conducta ejerce su ambiente, a
establecer algún significado personal de esta conducta y a desarrollar y clarificar un
conjunto de metas y valores que orienten la conducta futura (Blocher).

1.5. VENTAJAS Y DESVENTAJAS DEL MODELO

VENTAJAS DEL MODELO:

 Utiliza la entrevista, principalmente, como medio para afrontar la intervención.

 El orientador es una persona experta.

 Es un modelo individualizado.

DESVENTAJAS DEL MODELO:

 Reduccionista: por considerar la acción directa como única alternativa para


llevar a cabo la intervención.

 Este modelo no contempla los grandes principios de la intervención, por ello


está sesgado, pues se centra exclusivamente en su carácter terapéutico y
asistencial, olvidando la prevención y la potencialización del desarrollo.
 Este modelo está descontextualizado, no tiene en cuenta las características del
contexto.

 Al ser fundamentalmente individual, no permite alcanzar el objetivo principal


de la orientación: dirigirse a todos los sujetos de forma continua.

 Se asienta sobre el modelo jerárquico, en el que el consejero es el experto o


especialista y los usuarios del consejo son los clientes que tienen problemas.

 Genera en el profesorado una actitud pasiva con respecto a la función


orientadora que se reservaría al “especialista”

1.6. LA ENTREVISTA EN LA RELACIÓN DE AYUDA

Como ya hemos dicho con anterioridad, este modelo utiliza la entrevista como
proceso de comunicación que actúa en dos niveles, el cognitivo y el emocional, y que
se realiza en tres dimensiones: entrevistador-orientador, entrevistado-orientado y
contexto.

El fin de la entrevista en la relación de ayuda consiste en auxiliar a las personas a


entender y afrontar mejor sus problemas existenciales a y mejorar la comunicación y
las relaciones interpersonales mediante la creación de un clima facilitador que
propicie la implicación personal del propio orientado en el proceso.

Toda entrevista es un proceso de comunicación, programada y con una finalidad de


facilitación del crecimiento personal en la persona entrevistada. La comunicación es
un proceso interpersonal en el que los participantes expresan algo de sí mismos, a
través de signos verbales o no verbales, con la intención de influir de algún modo en la
conducta del otro (Marroquín y Villa 1995).

Pero todo orientador debe tener en cuenta que en el proceso de comunicación que
se establece en la entrevista con el orientado se producen conductas, tanto
observables como no observables y éstas últimas actúan como filtros que, al interpretar
los mensajes, distorsionan el contenido del mensaje.

NIVELES EN LOS QUE ACTÚA LA ENTREVISTA

La entrevista en el couseling, al utilizar el diálogo, la conversación, las preguntas, etc.,


es una herramienta que provoca cambios, tanto a nivel cognitivo como emocional y,
como consecuencia, en el conductual.
o Nivel cognitivo: lo primero que el orientador debe realizar en la entrevista de
relación de ayuda es llegar al conocimiento de cuál es el modelo representacional de
la realidad que posee el entrevistado, con el fin de que éste la pueda reestructurar
nuevamente cambiando su visión de la realidad.

Marroquín y Villa (1997) recopilaron los pensamientos o ideas irracionales más


frecuentes que distorsionan el ámbito cognitivo:

Polarización: tendencia de evaluar las propias cualidades personales en categorías


dicotómicas extremas (todo o nada).

Filtro mental: tendencia a elegir un detalle negativo de una situación, fijándose en él


de una manera tan exclusiva que el resto de la realidad queda oscurecida y
difuminada.

Lectura del pensamiento: se da cuando creemos adivinar todo lo que los demás
están pensando.

Generalización excesiva: tiene lugar cuando se llega a una conclusión general a partir
de un incidente, que ha sucedido en alguna ocasión o momento dado.

Razonamiento emocional: tomamos nuestras propias emociones como prueba


objetiva, a falta de datos objetivos.

Personalización: esta situación nos sitúa como en el centro de cualquier problema.

Enunciados “debería”: son imperativos absolutos dirigidos hacia nosotros mismos o


hacia los demás. Las consecuencias se expresan en términos de amargura, frustración
o cinismo.

Etiquetación: consiste en catalogar de un modo simplista y rígido a los demás o a uno


mismo, a partir de un detalle aislado o parcial.

Catastrofismo: tendencia a expresar siempre lo peor del futuro.

Evasión de control: la vida se percibe como algo sobre lo que no se tiene control.
Suelen crear depresión y fatalismo.

o Nivel emocional: las emociones juegan un papel primordial en la entrevista, es


importante que el entrevistador posea las destrezas, tanto de saber identificarlas como
de facilitar la expresión emocional del entrevistado. El núcleo de la entrevista estará,
por tanto centrado en la adecuación o inadecuación de los sentimientos y emociones
del entrevistado.

DESTREZAS DEL ENTREVISTADOR

El entrevistador debe poseer una serie de destrezas y actitudes que, tanto el gran
pionero de la psicoterapia centrada en el cliente, Crals Rogers, como R. Carkhuff, han
desarrollado de manera exhaustiva en varias de sus obras y que podemos concretar
en las siguientes: Autenticidad facilitadota, respeto, empatía, concreción,
confrontación de las incongruencias, personalización, auto-revelación, relación al
momento y autorrealización.

Martorell (1997) propone una serie de aspectos generales que todo entrevistador debe
recordar y tener presente a la hora de realizar una entrevista:

Hay que ser puntual.


Se debe recibir al entrevistado con cordialidad, sin demasiada
familiaridad.
Hay que hacer que se sienta cómodo.
La entrevista no debe dar la impresión de que es un interrogatorio: hay
que establecer un buen rapport con el entrevistado.
Hay que hacer preguntas claras y concretas utilizando el estilo más
adecuado al momento.
No desalentar nunca al entrevistado.
Durante la entrevista se deben realizar preguntas de contrastación.
La entrevista debe durar el tiempo necesario, sin prolongarla
inútilmente.

GUIA DE DESARROLLO DE UNA ENTREVISTA

El éxito de una entrevista va a depender deque el entrevistador conozca los


aspectos de la misma y sepa aplicarlos de forma sistemática.

Toda entrevista ha de tener un objetivo.


Toda entrevista debe ser preparada con antelación.
Se debe hablar claro y con un tono de voz adecuado.
Hay que mantener el contacto ocular.
Hay momentos en los que hay que saber estar en silencio.
Cuidar el tipo de preguntas que se hacen.
El entrevistador debe tomar el control de la entrevista.
Hay que recordar la importancia del lenguaje no verbal.

1.7. EL COUNSELING COMO RELACIÓN DE AYUDA

La relación de ayuda consiste básicamente en una conversación seria entre dos


personas, el orientador y el orientado, con la finalidad de alcanzar un cambio en el
comportamiento del orientado, de forma que le ayude a avanzar en su propia
evolución y realización como persona. Existen una serie de enfoques dentro de la
relación de ayuda como son:

Enfoques racionalistas: Las terapias basadas en el enfoque racionalista son formas de


relación de ayuda muy directivas. En orientación escolar el modelo se ha utilizado y se
utiliza para el tratamiento de miedos, fobias, ansiedad, estados obsesivos y tendencias
autodestructivas. A dado buenos resultados en problemas de conducta.

Enfoque basado en las leyes del aprendizaje: El counseling basado en las leyes de
aprendizaje es un modelo directivo que permite escasa libertad de decisión al cliente.
Con frecuencia se ha identificado con la modificación de conducta.

Enfoque gestáltico:

Su principal representante es Fritz S. Perls.

La idea base es la consideración de la persona como una totalidad


organizada y organizadora de la experiencia. La relación de ayuda
desde esta perspectiva parte de la idea de que la persona es
creativa en su medio y responsable de su realidad; esta
responsabilidad que proviene del conocimiento de la realidad le
conducirá al equilibrio personal; todo cuanto perturbe al sujeto ha de ser integrado en
su yo de modo que sea capaz de percibirlo. Se trabaja a través de ejercicios de
autocontrol, percepción de la realidad y juegos de psicodrama.

Enfoque ecléctico: El principal representante es F.C. Thorne La idea principal en la que


se fundamenta su forma de ayuda es la consideración positiva de la persona. Entiende
a la persona como un “todo”.Los métodos de ayuda cambian en función del cliente,
desde la acción directa con sujetos dependientes a los no directivos. Sitúa a la
persona bajo una triple vertiente:

o como sujeto en interacción

o como sujeto en proceso constante hacia la autorrealización

o como individuo regulado por la percepción del orientador en el proceso de


ayuda.

Enfoque centrado en el cliente cuyo principal representante es Carl Rogers.


Conocido como el iniciador de la “terapia no directiva”
también conocida como “terapia centrada en el cliente”. Su
terapia parte de la hipótesis central de que el individuo posee
en si mismo medios para la autocomprensión y para el cambio
del concepto de si mismo, de las actitudes y del
comportamiento autodirigido.

Existen dos rasgos distintivos de la terapia dentrada en el cliente:

la confianza radical en la persona del cliente.

El rechazo al papel directivo del terapeuta.

Rogers insiste en que el peso de la terapia recae en el cliente y que el terapeuta debe
poseer tres cualidades básicas: empatía, autenticidad y congruencia. En este tipo de
terapia, el terapeuta no ve al cliente desde la perspectiva de un todo sino desde su
unicidad como persona.

La idea base que fundamenta toda su teoría es su optimismo respecto del ser humano
que define como:

 Como un organismo; con un sentido de totalidad, de globalidad de carácter


psicofísico, centrada en el comportamiento y en la experiencia y dirigida hacia la
autorrealización.

 Con capacidad tanto para conocerse así mismo como para resolver sus
propios problemas, capacidad de que está dotado todo ser humano; es genérica,
global, específica y le conduce a su maduración plena.

 Como persona libre y capaz de asumir compromiso. En otros términos supone


que el sujeto no se siente obligado a negar o deformar sus opiniones o actitudes
intimas para mantener el afecto o aprecio de personas importantes para él” la
libertad constituye el universo psicológico del hombre que le permite actualizar sus
propias potencialidades y abrirse a nuevas experiencias.

 Como un ser en continuo proceso de cambio.

La relación de ayuda se plantea como apelación a la capacidad del sujeto para


promover desde el mismo el proceso de cambio y como llamada a la reflexión y
autodescubrimento. Para ello, el orientador ha de poseer las cualidades que antes
hemos nombrado. Esto permitirá la aceptación cálida del cliente y le posibilitará entrar
en su mundo, en la experiencia de su cliente. La técnica es la entrevista no directiva y
la misión del orientador es la de actuar como espejo de percepciones, sentimientos y
experiencias.

Los pasos en el proceso de counseling según Carl Rogers son:

1- El individuo acude voluntariamente en busca de ayuda.

2- Se define generalmente la relación de ayuda.

3- El asesor fomenta la expresión libre de sentimientos relativos al problema.

4- El asesor acepta, reconoce y aclara estos sentimientos negativos.

5- Cuando los sentimientos negativos del individuo han sido expresados


cabalmente, se ven seguidos de expresiones débiles y provisorias de los
impulsos positivos que favorecen el desarrollo.

6- El asesor acepta y reconoce los sentimientos positivos que se expresan, del


mismo modo que ha aceptado y reconocido los sentimientos negativos.

7- Esta comprensión y aceptación del sí mismo constituyen el siguiente


aspecto de importancia en todo el proceso.

8- Entremezclando con este proceso de comprensión se halla un proceso de


esclarecimiento de las decisiones y de los cursos de acción posibles. A
medida que el cliente reconoce y acepta emocional e intelectualmente
sus verdaderas actitudes y deseos y a medida que llega a una comprensión
más clara de las causas de su comportamiento y logra una nueva
percepción de su situación vital, percibe las decisiones que debe tomar y el
posible camino a seguir que se abre ante él.

9- Iniciación de acciones positivas, mínimas al comienzo, pero sumamente


significativas. El cliente empieza a traducir la comprensión en acción.

10- Tiene lugar un crecimiento adicional con un logro adicional de


comprensión. Se produce, ante todo, una comprensión más completa y
precisa del sí mismo a medida que el individuo adquiere el valor necesario
para percibir sus propias acciones en mayor profundidad.
11- Se produce una acción de integración positiva cada vez mayor por parte
del cliente. Menor temor de realizar elecciones y más confianza en su
acción autodirigida.

12- El cliente siente una menor necesidad de ayuda y, finalmente, reconoce


que la relación debe llegar a su fin.

Para terminar nos gustaría hacer un breve análisis de la orientación como relación de
ayuda. Podemos decir que ésta tiene una triple vertiente:

Centrada en el orientador: tiene a este como protagonista; él es el que sabe, acoge,


está preparado para interpretar la palabra, el gesto, el silencio, la simbolización, etc.,
es decir, el orientador investiga detalles y circunstancias del comportamiento y
sentimientos del cliente para extraer nuevos datos previos al dictamen, evalúa los
comportamientos, las percepciones y juicios del cliente tratando de estructurar su
campo de conciencia desde la visión objetiva de las cosas; estimula y provoca su
reactividad y su conciencia dinámica; aconseja directamente o proponiendo
soluciones.

Centrada en el problema: tiene carácter menos directivo y más relacionar. El cliente es


el que acude en busca de ayuda. El tratamiento consiste en ayudar al cliente
destacando aspectos positivos, generalizando el problema, o restándole importancia;
explorar para estimular la introspección y la expresión; interpretar a partir de modelos
objetivos o por referencia a alguno de los criterios de verdad: orientar/solucionar.

Centrada en el cliente: es no directiva y fundamentalmente relacional. El tipo de


intervención basado en este enfoque respeta la iniciativa del cliente, guarda silencio
cuando el cliente reflexiona, reformula los mensajes verbales, refleja los mensajes e
informa cuando es preciso.

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