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Quién fue Jabes?

Es posiblemente fue un descendiente de los ceneos y luego se incorporo


a la tribu de Judá (Jueces 1:16; 4:11). Por lo cual, inicialmente no
pertenecía al pueblo de Dios.

Usando las palabras que Pablo escribió en (Efesios 2:12) podemos ver
que Jabes estaba alejado de la ciudadanía de Israel y ajeno a los pactos
de la promesa. Efectivamente, sólo por la bondad y la miserocordia de
Dios recibió un lugar en dicha nación, y nada menos que en
la tribu de Judá, que significa «alabanza».

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En este pasaje de (1 Crónicas 4), encontramos que la oración de Jabes
se eleva para alabar a Dios, al nuevo Dios que había hallado. Como se
lee en estos versículos, él invoca al Dios de Israel. Esto confirma  que
como extranjero se había unido a la nación de Dios y había conseguido
refugio en el Dios de Israel.

Así como en los tiempos anteriores lo habían hecho Rahab y Rut. Jabes
comprendió claramente que estaría seguro bajo la protección de este
Dios. El Dios vivo y verdadero, por lo cual se encomienda por completo a
él. La oración de Jabes es un testimonio de su gran fe.

¿Que significa Jabes?


Su historia comienza con dolor y tristeza. La palabra «dolor» es utilizada
dos veces. Su madre le había colocado el nombre de Jabes, (el cual su
significado es que causa dolor) debido a que ella lo había dado a luz con
mucho sufrimiento.
 

Jabes pide en oración ser librado del daño del mal. Aun cuando fue un
hijo nacido del dolor, fue prominente entre sus hermanos. Leemos que
incluso más ilustre que ellos, Jabes nos hace pensar en Benjamín, quien
fue llamado por Raquel «hijo de mi aflicción», pero a quien Jacob llamó
«hijo de mi diestra» (Génesis 35:18).
La aflicción y el sufrimiento son consecuencias del pecado del
hombre (Génesis 3:16)"con dolor darás a luz los hijos". Pero a todos
estos sufrimientos los sigue la gloria: esa gloria de Dios que se revela en
toda la tierra, la gloria que esta a la diestra de Dios la cual es ahora real
para la fe.
Para Benjamín fue real así como también para Jabes. Pero, sobre todo,
es aplicable al Señor Jesús y para nosotros como cristianos. Los
sufrimientos que Jesús padeció en la cruz fueron seguidos por la
exaltación de Cristo a la diestra de Dios en los cielos.

Como hijos de Dios y creyentes, somos llamados a participar de los


sufrimientos de Cristo, y debido a que el Espíritu santo mora en nosotros
sabemos que un día seremos glorificados juntamente con él (1 Pedro
4:13-14)

La oración de Jabes
Detengámonos en algunas características que contiene  la oración de
Jabes. Que se podrían dividir en cinco partes:
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Cómo Tener Fe Y Confiar En Dios

1. ¡oh, si me dieras bendición


Jabes podía reconocer que el Dios de Israel al que él estaba invocando
era la fuente de toda bendición.

Así como nos enseña Santiago en el versículo 1:17 «Toda buena


dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las
luces». Jabes, entendía claramente esto entonces podía orar por una
bendición abundante.
Sin duda alguna la fe de Jabes no fue despreciada. Esto mismo
deberíamos aplicarlo nosotros. Cristo, en su gracia, nos ha dado vida y
vida en abundancia (Juan 10:10). Como Creyentes y cristianos debemos
saber que hemos sido bendecidos con toda la bendición espiritual en
los lugares celestiales en Cristo (Efesios 1:3)
Esto nos lleva a considerar la segunda parte

2. Jabes oraba para que Dios ensanchara


su territorio
Cristo se hizo pobre para que todos nosotros fuéramos enriquecidos. En
él, Por medio del hombre que está a la diestra de Dios, tenemos una
herencia celestial, que el ganó para todos los que le buscan. Poseemos
un rico campo de bendiciones espirituales y eternas en los lugares
celestiales, un hogar mucho mejor que la tierra de Canaán. En  este
sentido, todos los que creemos y tenemos fe somos hacendados que
esperan un ensanchamiento de su territorio.
Un ejemplo de esto en el antiguo testamento, es cuando Josué recibió la
promesa: (Josué 1:3)«Yo os he entregado, como lo había dicho a
Moisés, todo lugar que pise la planta de vuestro pie»
Todos nosotros también deberíamos luchar por conquistar paso a paso la
tierra prometida y reclamar la herencia que nos ha sido dada en
Jesucristo. Cuando nuestro Señor nos otorga la vitoria sobre los
enemigos, podemos decir como dijo Isaac: (Génesis 26:22)«Porque
ahora Jehová nos ha prosperado, y fructificaremos en la tierra» 
Es en este sentido que en la oración de Jabes, él deseaba ensanchar su
territorio. Acsá, la hija de Caleb, tenía un deseo parecido. Ella pidió
tierras y también fuentes de aguas (Josué 15:18-19; Jueces 1:14-15). Y
se le concedió lo que pedía. De la misma manera leemos acerca de
Jabes: «Y le otorgó Dios lo que pidió». Dios desea bendecirnos; es su
deseo porque él nos contempla favorablemente en Cristo.

3. Jabes ruega a Dios: y si tu mano


estuviera conmigo
Jabes no confiaba en sus propias fuerzas ni tampoco en su
conocimiento, sino que descansaba en la guía y en la ayuda divina. Su
deseo era ser llevado por la mano de Dios, de tal manera que pone por
así decirlo, sus manos en las manos de Dios.

Él conocía muy bien los milagros que estas grandes y poderosas


manos eran capaces de hacer. Ya que con esa mano poderosa Israel
había sido librado de Egipto y llevado a la tierra de Canaán (Éxodo 6:1;
14:8)

¿Acaso la mano del Señor puede acortarse?


(Números 11:23)"La mano de Dios es para bien sobre todos los que
le buscan".  Debemos reflexionar y hacernos algunas preguntas que en
ocasiones obviamos y cuando no vemos resultados de lo que queremos,
solemos cuestionar que Dios no escucha nuestras oraciones. Sera ¿por
que hemos puesto nuestra mano en la de Dios? o ¿por que reconocemos
que el Señor está a nuestro favor y que por lo tanto todos los poderes
que nos hostigan deben retroceder?.
Muchas veces Dios no obra por que somos incrédulos y dudamos de lo
que el puede hacer, decimos que le dejamos todo en sus manos y dentro
esta un latir que hace entrar la duda y la incredulidad. (Romanos 8:31).

Volviendo al tema central, pues no cabe duda que la oración de


Jabes recibiría una respuesta. Fue hecha con tanto fervor y sinceridad
que Dios se complació en contestarla. Este hombre quién hizo esa
oración, era real, pedía seriamente por aquello que deseaba y quería, por
ello, para Dios esto merecía que se le fuese concedido. Dios
desea bendecir a gente así y se complace en hacerlo.
Debemos preguntarnos hasta qué punto deseamos en realidad
la bendición y por qué razón. En Jacob tenemos a solas con Dios a un
hombre, luchando con el ángel, cuando llego el momento de que el ángel
dejara a Jacob, éste le contesta: «No te dejaré si no me bendices;
quiero que me bendigas» (Génesis 32:26). Jacob anhelaba la
bendición y la obtuvo.
Como indicación de que era un príncipe de Dios, su nombre fue
cambiado, y aunque fallo el resto de su vida esa fuerza de la carne
quedó totalmente anulada y llevó su nuevo nombre con dignidad.
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4. Y me libraras de mal es la cuarta parte de


la oración de Jabes
Cuando un israelita solía ser protegido de sufrir daños, esto para el
pueblo significaba que la mano de Dios estaba sobre él. Para todos
nosotros, que somos cristianos, las cosas son sumamente diferentes ya
que las bendiciones pertenecen a otro nivel, poseen un carácter espiritual
y celestial.
Como discípulos de Cristo es necesario pedir en oración que seamos
guardados de la tentación y librados de todo mal que nos asecha. De
cometer actitudes o hechos pecaminosos, también es nuestra
responsabilidad huir de tales males.

En Josué vemos como la nación se adentro con fuerza en la tierra. Sus


enemigos habían sido derrotados porque Dios estaba con ellos. No
poseyeron toda la tierra a causa de sus errores, pero aquellos eran los
días de más esplendor de su historia, momentos de poder y de gloria.

El Espíritu de Dios ha querido inspirar desde los comienzos  esta historia


de los fracasos para mostrarnos que siempre habrá una bendición para
todos aquellos que la desean y están preparados para sacrificarse por
obtenerla.

Lo que debes hacer es preguntarte a ti mismo (a), si la deseas lo


suficiente como para adquirirla. Todos los cristiano deberían tener el
deseo de expandir su conocimiento para conocer más sobre la voluntad
de Dios, y caminar gozándose en esta bendición.
Objetivamente, ya podemos obtener todo tipo de bendiciones en nuestro
Señor Jesucristo y disfrutarlas. Pablo dice en: (Efesios 1:3)"Bendito
sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo
con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo".

Cómo se adquieren las bendiciones de Dios


Dios nos ha bendecido con todas las bendiciones espirituales en
Jesucristo y lo ha hecho de forma soberana. Aunque hay bendiciones
que se adquieren mediante el ejercicio y de la fidelidad, aplicándonos a
las cosas de Dios cuando son nuestras por posesión podemos
disfrutarlas de verdad, conocerlas y practicarlas de manera coherente.

Jabes deseaba el ensanchamiento de su territorio. Esto guarda relación


con el libro de Josué por el momento de tomar posesión de la tierra, el
instante de que el pueblo de Dios se ensanchara.

Una cosa era entrar en la tierra, y otra muy diferente poseerla. Dios le
dijo a Josué que fuera valiente y saliese a poseerla (1:6-7, 9). Era la
tierra de ellos, Dios se la había dado, pero había que vencer a los
enemigos y destruirlos antes de que pudieran disfrutarla. Había una
intención detrás, y era que tenían que imponer un diezmo para
retornárselo a Dios. En respuesta a él, había que ofrecerle los primeros
frutos de la tierra.

5. Para que no me dañe o (para que no me


cause dolor)
Es muy triste que las personas cedan al mal y luego sean traspasadas
con muchos dolores (1 Ti 6:10). El Señor desea protegernos de todo
esto, pero debemos caminar con él. Ya que vivimos en una creación
sujeta a una trivialidad, en un valle de dolores y lágrimas, de manera que
tarde o temprano viviremos aflicciones. Pero si confiamos y nos
encomendamos al Señor, no abra más dolor.

No podemos olvidarnos de Juan 10:28-29. Pues tenemos a Jesús como


el buen pastor, en su mano y en la del Padre, cada uno de nosotros se
siente seguro. Nada nos puede arrebatar de las manos del buen
pastor o de las manos del padre.
El estar en las manos del padre y el buen pastor que es Jesús, tiene un
poder infinito e invencible, y las ovejas se sienten perfectamente a salvo.

La gran mayoría de los cristianos tenemos la costumbre de orar para que


se nos fortalezca para soportar las tentaciones del enemigo, y por la
victoria sobre los ataques, pero seria mucho más correcto y de mayor
bendición orar para que esas tentaciones no llegarán y que Dios
mantuviera a raya al enemigo. La misma oración pronunciada por Jesús
en el momento que sus discípulos le solicitaron enseñanza, él dedica
casi una cuarta parte a solicitar liberación, (Mateo 6:13)“Y no nos
metas en tentación, mas líbranos del mal”.

Dios responde las oraciones de los que le


buscan
A veces nos encontramos con el problema de que las oraciones no
reciben respuesta. En las escrituras hay ejemplos de oraciones así, pero
deberíamos saber que si Dios contesta que no es porque en su infinita
sabiduría ha dado ya una respuesta, ejerciendo el derecho que tiene de
hacerlo.

Pero Dios no deja de brindarnos su ayuda, como se la brindó al apóstol


Pablo en 2 Corintios 12. Los recursos infinitos del reino y de la gracia
permanecen siempre a nuestra disposición, aunque la respuesta sea
negativa. Dios contestó claramente a Pablo y también le ofreció una
salida: (2Corintios 12:9)"Bástate mi gracia; porque mi poder se
perfecciona en la debilidad" .
Pablo aceptó de buen grado la respuesta de Dios, ya que quería
experimentar en su vida el poder maravilloso de Cristo y el de su
resurrección.

La oración de Jabes, que seguramente tiene mucho que enseñarnos, fue


contestada. El versículo 10 acaba diciendo: "Y le otorgó Dios lo que
pidió". Dios escucha nuestras oraciones, estemos seguros de ello,
especialmente en relación con las bendiciones espirituales y el
crecimiento en la gracia. ¡Es el feliz mensaje que resuena con estas
últimas palabras y nos anima a seguir el ejemplo de Jabes!
La oración de Jabes destila la voluntad poderosa y perfecta de Dios para
su futuro, porque revela que nuestro Padre anhela darle mucho mas de
lo que usted nunca pensó pedir.

Cómo aplicar la oración de Jabes en


nuestras vidas.
Os desafío a que hagáis de la oración de Jabes una experiencia diaria,
para ello podemos hacer, como inicio, seis pasos:

 1. Oremos como la oración de Jabes, cada mañana, manteniendo


un registro del día que iniciamos.
 2. Escriba la oración de Jabes y colócala en un lugar visible para ti.
 3. Medita en los apuntes que habrás tomado, por lo menos una vez
a la semana.
 4. Hable con alguien de confianza sobre este compromiso
adquirido.
 5. Comienza a elaborar un registro de los cambios que vas
experimentando en tu vida.
 6. Comience a hacer la oración de Jabes, por tu familia, los
hermanos en Cristo y por tu Ciudad u otras cosas que desees.
Claramente esta que el repetir como un loro, esta oración no va a
producir nada, solo lo que creamos de corazón, eso sucederá.

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