Está en la página 1de 1

LA IMPORTANCIA DE LA PUNTUACIÓN

Tres bellas, ¡qué bellas son! Me han exigido las tres que diga cuál de ellas es la
que ama mi corazón.

Si me exigieses razón digo que amo a Soledad, no a Julia cuya beldad


persona humana no tiene. No aspira mi amor a Irene, ¡que no! Es poca su
beldad.

Tres bellas, ¡qué bellas son! Me han exigido las tres que diga cuál de ellas es la
que ama mi corazón.

Si me exigieses razón ¿digo que amo a Soledad? ¡no! A Julia cuya beldad
persona humana no tiene. No aspira mi amor a Irene, ¡que no! Es poca su
beldad.

Tres bellas, ¡qué bellas son! Me han exigido las tres que diga cuál de ellas es la
que ama mi corazón.

Si me exigieses razón ¿digo que amo a Soledad? ¡No! ¿A Julia cuya beldad
persona humana no tiene? ¡No! Aspira mi amor a Irene que no es poca su
beldad.

Tres bellas, ¡qué bellas son! Me han exigido las tres que diga cuál de ellas es la
que ama mi corazón.

Si me exigieses razón ¿digo que amo a Soledad? ¡No! ¿A Julia cuya beldad
persona humana no tiene? ¡No! ¿Aspira mi amor a Irene? ¡Que no! Es poca su
beldad.

También podría gustarte