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UNIDAD 6.

- NATURALEZA Y CULTURA EN EL SER HUMANO

6.1. La antropología científica

Consiste en el estudio de las dimensiones biológica y social o simbólica


que conforman a los seres humanos.

6.1.1. La antropología

Es el estudio del ser humano en todas sus facetas.

Etimología: anthropos (ser humano) + logos (conocimiento).

Precedentes de la antropología científica:

- Hipócrates y Galeno en el aspecto biológico y Herodoto en el social.

- Descubrimiento de América y sus culturas autóctonas, que contrastan


poderosamente con la occidental y todas aquellas con las que esta había tenido
contacto.

- Historia natural del hombre del conde de Buffon.

Origen de la antropología científica:

- El primer paso se dio en el s. XVIII pues, con la clasificación del ser


humano como homo sapiens que realiza Linneo, este pasa a ser un objeto de
estudio de las ciencias naturales.

- En el siglo XIX, las teorías de Darwin dan una base científica a las
consideraciones antropológicas, apareciendo definitivamente la antropología
científica.

6.1.2. División de la antropología

a) Antropología filosófica: Aspira a conocer al hombre en su totalidad a


través de sus rasgos esenciales usando los datos de las C.C.S.S. y las teorías
filosóficas.

b) Antropología científica: Utiliza los datos recogidos mediante


observación.

b.1) Antropología física: Estudio de la dimensión biológica humana, del


ser humano como animal. Se centra en tres aspectos: evolución, diferencias
con otros homínidos y diferencias entre grupos étnicos.
b.2) Antropología cultural: Estudio de la dimensión cultural humana, de
las distintas culturas (pasadas, presentes, más o menos tecnificadas…). A lo
largo de los siglos, se ha entendido por cultura muchas cosas distintas: el
conjunto de comportamientos aprendidos de la sociedad; las estructuras
políticas, sociales y económicas; las relaciones de parentesco; los mitos y
rituales religiosos; la producción artística y técnica.

6.2. La naturaleza humana y el proceso de hominización

La antropogénesis investiga los orígenes y la evolución del ser humano.

6.2.1. Explicaciones preevolucionistas

Las visiones antiguas solían ser de corte fijista: Las especies tienen un
carácter inamovible a lo largo del tiempo, pues los que cambian son los
individuos.

Las religiones planteaban que los seres humanos habíamos sido creados
por los dioses. En particular, la tradición bíblica defiende el creacionismo: las
especies son creadas en su forma definitiva y el ser humano está hecho a
imagen y semejanza de Dios.

Linneo defiende en el s. XVIII el creacionismo fijista, que hay un


creador detrás del diseño inteligente de todo el proyecto de la vida. Esta idea
entró en conflicto con el evolucionismo natural de Lamarck.

6.2.2. Explicaciones evolucionistas

Las teorías de Darwin, que despertaron gran controversia, acabaron con


el fijismo. Dichas teorías se pueden sintetizar en tres principios:

- Las especies aparecen por transformaciones continuadas.

- La evolución funciona mediante selección natural (adaptación al


medio).

- El ser humano desciende de los primates.

Mendel concreta qué características se heredan de padres a hijos (los


genes), explicando cómo se producen los cambios en las especies a través de
la descendencia.

El evolucionismo darwinista y la genética mendeliana se funden en la


teoría sintética o neodarwinista: Ciertas mutaciones genéticas ayudan al
individuo a adaptarse a su entorno mejor que sus competidores, por lo que su
descendencia heredera de tal rasgo tiene más posibilidades de sobrevivir e
imponerse a los demás. Así, los cambios que se dan no son graduales, sino
bruscos.

6.2.3. La evolución del ser humano

Los seres humanos venimos de la rama general de los primates, de la


que también evolucionan chimpancés, orangutanes y gorilas. Nuestros
antepasados son el australopithecus (2-4 millones de años), el homo habilis (2,4 -
1,6 millones de años) y el homo erectus (1,9 - 70.000 años) y provienen de África.
Los homo sapiens sapiens aparecieron hace 35.000 años.

6.2.4. El proceso de hominización

El género homo aparece gracias a tres fenómenos claves e


interdependientes: la posición erguida (que lleva al desarrollo de una columna
vertebral erguida, un cuello más potente y una mayor visión del terreno), la
liberación de las extremidades superiores (que posibilita la fabricación y
manipulación de herramientas) y el desarrollo cerebral (desde nuestro primer
antepasado hasta nosotros, el cerebro triplica su tamaño y se complejiza).

El desarrollo cerebral posibilitó el desarrollo de nuestras capacidades


técnica y simbólica. La capacidad técnica es nuestra habilidad para fabricar y
usar instrumentos, además de modificar nuestro entorno. La capacidad
simbólica es nuestra habilidad para crear y expresarnos a través de símbolos.

6.2.5. La aparición del lenguaje articulado

El lenguaje articulado es la causa del desarrollo de la cultura humana y


el efecto de la aparición de la capacidad simbólica. Este nos permite realizar
generalizaciones, abstracciones y plantear realidades pasadas, futuras e
imaginarias, lo que supone una diferencia cualitativa con respecto a los
animales.

El lenguaje articulado se origina a partir de un primer lenguaje gestual y


gutural; pero, ¿de dónde viene este lenguaje? Hay tres hipótesis: una mutación
compleja (aunque tendría que haber sido simultanea de varios órganos, así que
es poco probable), un aumento progresivo de la inteligencia general y la
generalización de unas ciertas señales gestuales que acaban combinándose en
señales vocales. Es posible que todas estas causas se dieran al mismo tiempo y
se retroalimentasen.
6.3. La cultura y el proceso de humanización

Estudiaremos la aparición de la dimensión cultural.

6.3.1. La cultura como factor humanizador

Lo que distingue a las especies humanas (humanización) del resto de


homínidos (hominización) es la aparición de la cultura, que es todo lo que
vamos adquiriendo por aprendizaje social en contraposición a lo que
heredamos genéticamente.

Aunque los animales también aprendan conductas de los demás (y, por
tanto, tengan cierta cultura), este proceso de aprendizaje ocurre por imitación,
mientras que el ser humano tiene la herramienta específica del lenguaje para
ello.

Gracias al lenguaje, la cultura humana tiene un carácter acumulativo,


dinámico y muy rico. Además, nos permite modificar nuestro propio medio,
por lo que constituye una herramienta adaptativa más significativa que la
evolución biológica.

6.3.2. Contenidos fundamentales de la cultura humana

Toda la información cultural de la que disponemos es de tipo


descriptivo (nos permite entender y representar la realidad), práctico (nos
permite realizar tareas de forma eficaz) o valorativo (nos permite apreciar lo
que nos rodea como deseable o indeseable, lo cual origina las normas éticas y
políticas).

6.3.3. Diversidad cultural

En realidad, esta cultura que nos diferencia a los humanos no es una,


sino muchas como resultado de la libertad y la inteligencia, que nos permiten
responder de forma particular a las condiciones ambientales. Las distintas
culturas surgen, así, como fruto de las respuestas a las diferentes
particularidades ambientales y la influencia de las tradiciones autóctonas.

Ante la diversidad cultural, podemos tomar diferentes posturas:


etnocéntrica (superioridad de la cultura propia que justifica el imperialismo y
la colonización), racista (existen razas superiores e inferiores), xenófoba
(desprecio por lo extranjero), relativista (las culturas son incomparables, todas
son valiosas, lo que acarrea peligro de pasividad ante las injusticias),
universalista (apuesta por la convergencia de los rasgos más eficaces de cada
cultura manteniendo las particularidades de cada una) e interculturalista y
dialogante (tolerancia y diálogo entre culturas que posibilita la transformación
de las mismas).

La aparición de las nuevas tecnologías permite que se produzca un


marcado contagio cultural que tiende a la convergencia y la asimilación de
prácticas ajenas. Sin embargo, los críticos denuncian que esto es, en realidad,
una expansión de la cultura occidental a través del sistema capitalista, que
homogeneiza a las culturas distintas según los requerimientos del libre
mercado.

6.4. Algunos debates en antropología

La cultura crea en nosotros una segunda naturaleza que convive con la


biológica y es el carácter de esa convivencia entre ambas el foco de muchos
dilemas antropológicos.

3.4.1. Tensión entre naturaleza y cultura

Para algunos pensadores, tenemos una tendencia innata hacia la


agresividad y el egoísmo que se ve moderada por la cultura. Según Freud,
tenemos una pulsión agresiva (thanatos) y otra sexual (eros), pero la cultura se
encarga de reprimirlas para poder convivir; sin embargo, una represión
excesiva repercute en una pérdida de libertad y un sentimiento individual de
infelicidad.

Para otros pensadores como Rousseau, el ser humano posee una


bondad natural que se ve corrompida por el egoísmo y la competitividad que
nos inculca la sociedad. Habilidades adquiridas como la mentira o la
hipocresía destruyen nuestra inocencia natural y nos envilecen, aunque sean
imprescindibles para la vida en sociedad.

3.4.2. Agresividad y genética

Actualmente y desde la etología, se han retomado las posturas de Freud


y Rousseau actualizándolas desde una perspectiva más constructiva. Así, y en
línea con la visión freudiana más pesimista, hay quienes señalan que la
agresividad juega una función positiva, pues la sacrificamos con los miembros
del propio grupo y la enfocamos hacia los rivales. Desde un punto de vista
rousseauniano optimista, la agresividad se debe a diferencias económicas y
sociales, así que ésta desaparecerá cuando aquéllas se solucionen.

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