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Deseo soñar.

Yanet castillo Montiel.


7/06/2021

TEXTO NARRATIVO.

Al mirar por la ventana recuerdo aquella vez, cuando viaje a un mundo distinto y maravilloso, donde
la magia era de lo más común y se almacenaba en pequeñas estrellas de colores brillantes, no eran
como las nuestras, estas parecían pequeñas hadas que danzaban en el cielo obscuro, iluminado solo
con la tenue luz de las dos hermosas Lunas, Reinas de toda esa tierra, observarlas resultaba bastante
hipnotizante. Los bosques eran densos y misteriosos, en el habitaban espíritus, estos eran la esencia
de los árboles, los vientos los transportaban de aquí para allá en un vaivén relajante, los animalillos
hablaban, ¡sí!, ¡eran animales parlantes!, eso siempre me recordó a las crónicas de Narnia, algo
realmente absurdo ya que eso eran tonterías, pero así sucedió.

Tenía 16 años, ni lo bastante grande para no creer en cuentos de hadas ni lo bastante pequeña para
ser ingenua, hace ya 11 años. Aun no puedo comprender del todo lo que ocurrió exactamente, solo
sé que o esta historia puede resultar agradable como puede provocar confusión y un sentimiento
amargo.

No recuerdo el momento en el que caí por la ventana de mi habitación, solo tengo en mi memoria
el viento chocando contra mi rostro con los ojos cerrados, pero lo más raro fue que al abrirlos no
veía el jardín en el suelo, sino que veía las estrellas, estaba sorprendida y confusa, cerré los ojos de
nuevo y los talle, no creía lo que estaba viviendo, juro que solo fue un pequeño momento y al
abrirlos me hallaba recostada en una pequeña cama muy rústica, pero no por eso incómoda, estaba
construida por troncos y cobertores cálidos, incluso en los troncos crecían hojas y flores de un rosa
pastel que parecía comestible y muy suave, me sentía extraña como si hubiera estado dormida
durante bastante tiempo, mis muñecas dolían, todo mi cuerpo dolía, la cabeza, mis piernas. Mire a
mi alrededor y el lugar en el que me encontraba lucia como un cono, entre cada vez más miraba
hacia arriba más se cerraba la pared, era redondo y como todo lo que había en él, rústico y de
madera, extraño aunque bastante acogedor.

— A la luz de la luna sentí tu corazón— me sobresalte al oír esas palabras, no estaba asegura
si eran dirigidas hacia mi hasta que me volví y había una pequeña niña de cabellos dorados
y una piel morena tan lisa que parecía porcelana, sus ojos eran impresionantes de un azul
intenso que podrían pasar por negros, la voz no parecía de una niña, era solemne y suave
como la brisa en una noche obscura—Tu pulso era tembloroso como la cuerda de un arco,
en la pálida luz de la luna tú me miraste, nadie conoce tu corazón hermoso e inquietante
pero frio. Toda tu tristeza, pena y dolor, se irán si cumples con tu misión impuesta a ti al
venir a este mundo, no serás más de las cosas que lloran en la obscuridad.
— ¿De que estas hablando?— no comprendía sus palabras, estaba aturdida y a decir verdad
asustada.
— ¿Cuál es tu nombre viajera?— dijo ignorando completamente mi pregunta.
— Me llamo Enna— pronuncie automáticamente, como si estuviera esperando responder
hace mucho.
— Buen nombre, discreto pero intenso, acorde con lo que tienes que hacer.
— Si… no comprendo nada— me observo con curiosidad y un poco de… ¿diversión? No podía
creer que estuviera teniendo una conversación así con una niña.
— Al venir aquí te impones una misión la cual te salvara de perecer en la obscuridad. Mi
nombre es Anyul, princesa de este mundo e hija de las dos lunas reinas de los cielos. Mi
misión es hacerte sabedora de cuál es la tuya, la deberás cumplir antes de que el sol se
asome por el horizonte de lo contrario tu futuro será incierto.
— Pero ¿porque?, ¿Qué hago aquí?, ¿porque no recuerdo nada?, esto debe ser una maldita
broma— me lleve las manos a mi boca al reaccionar de la palabra que había dicho pero la
pequeña parecía no inmutarse con mi vocabulario.
— S que tienes dudas pero se resolverán en el camino— me dio una sonrisa, haciéndome
sonreír un poco— recuerda esto “en algún lugar, una voz me llama. En lo profundo de mi
corazón deseo soñar siempre los sueños que conmueven mi corazón”.

Al terminar de pronunciar estas palabras un brillo desprendió de ella haciéndome voltear, pero
cuando me volví ella ya no estaba, solo encontré un papelito plateado con las palabras “sigue las
estrellas, los espíritus y habitantes del bosque te ayudaran” no sabía que significaba todo lo que dijo
ni que se suponía que debía hacer, así que opte por salir, me gire y vi que había estado dentro de
un árbol, eso explicaba la forma extraña.

El sol se iba ocultando, mire al cielo y vislumbre las pequeñas extrañas estrellas, era esperanzador
mirarlas moverse de un lado a otro. De pronto, un murmullo indescifrable paso como una ráfaga,
casi imperceptible, agudice el oído y escuche una voz, la conocía pero no podía identificar a quien
pertenecía. “Leny, por favor no te vayas, Leny….” Y se perdía entre el viento. Me estaba
desesperando me está sintiendo mal, yo solo quería irme…

— Sé a dónde tienes que ir— alguien me saco de mis pensamientos, era una extraña criatura,
con patas de chivo y del torso para arriba humano, un fauno. — Muchos como tú vienen
pero ninguno tuvo que visitar ese lugar al que tú debes ir.

Lo mire con desconfianza, no quería arriesgarme, pero era mi único aliado hasta el momento.

— Tranquila, antes fui uno como tú, si, un humano.


— ¿Qué te sucedió?
— A los humanos que no cumplen su misión, se quedan aquí por siempre y ayudan a los nuevos
que vienen, pero poco a poco nos convertimos en animalillos de este bosque mágico, no
me quejo de noche, pero de día en un martirio. — comenzó a camina, por inercia lo seguí.

Iba a preguntarle porque decía eso pero otra vez el murmullo se hizo presente “Leny, cariño, no me
dejes”, pude identificar que la voz era de una mujer… se escuchaba maternal.

— ¿Recuerdas la frase que te dijo nuestra princesa?— solo asentí— bien es crucial para que
puedas cumplir tu misión.
— Esto es absurdo. No entiendo nada.
— Talvez pero tú te metiste en esto. Una razón habrá. Y talvez ya la sepas, solo basta con
aceptarla y te ahorraras un paseo innecesario.
— ¿paseo? Creí que me guiarías a algún lugar.
— Eso estoy haciendo.
— Y ¿a dónde se supone que vamos a ir?- inquirí algo irritada, esto me estaba sobrepasando.
— Mira las estrellas. Ellas me guían y te guían a ti.
— Tonterías, esto no está pasando, todo es un sueño.
— Tranquila, respira por favor, solías tener ataques de pánico antes ¿cierto?.
— Creo que sí.
— Respira iré por un poco de agua.

Se alejó, me senté y trate de respirar con normalidad, resultaba bastante difícil, pero lo logré. Todo
era muy silencioso pero se percibía un bullicio cerca, me dio curiosidad así que lo busque, al
impulsarme sentí un dolor desgarrador en mis muñecas, hice un gesto de dolor y cerré mis ojos, lo
que vi en mi cabeza fue desconcertante, estaba en mi habitación llorando, y una voz gritándome
“¡los sueños son una pérdida de tiempo!, ¡madura ya!” pero solo fue eso, al instante se quitó. Entre
los arboles había una gran fogata y a su alrededor bailaban espíritus, estrellas, animales, y criaturas
extrañas, parecían felices, me acerque más y todos se detuvieron.

— Ya era hora, nos hiciste esperar, preparamos todo esto para ti— hablo una criatura parecida
a medusa de los cuentos de la mitología griega— ven a bailar un poco con nosotros te
prometo que mientras más bailes y la pases bien olvidaras esa tonta misión, y querrás
quedarte aquí por siempre.

Todos me miraban pero no sabía si de verdad querían que me quedara, y yo solo vi la oportunidad
disfrutar por un momento y olvidarme de todo lo que había pasado, de la misión que me
correspondía, me uní a ellos, la música era mágica, no había alguien tocándola pero se oía, los
espíritus de los árboles daban frutos para saborear y todas las criaturas llevaban panecillos,
panques, galletas con chispas de chocolate, jugo vino de un color hermoso, todo era delicioso e
irreal, y logre olvidarme de porque estaba ahí, no sé cuánto paso hasta que la luz de la fogata se fue
apagando y también la de todos los rostros sonrientes que ahora eran una sombra, y las bocadillos
se convirtieron en polvo y barro.

— Bien, se terminó la fiesta, Enna ya es uno de nosotros, otro más sin cumplir la misión— se
volvió hacia mí y formuló en un murmullo— te creí inteligente, tanto como para apreciar tu
vida, pero ya vi que eres igual aquí que allá. De todos modos el tiempo se agota.

Chasqueo los dedos y desapareció junto con todos y todas las cosas que había dejado vacío el
espacio donde estaba.

— ¡Enna!, por dios aquí estas, te busque por 3 horas, ¿Dónde te metiste?
— Creo que sé lo que hice…
— ¿Cómo…?
— No estoy aquí para cumplir una misión— corte su pregunta—estoy aquí para tomar una
decisión.
— Te llevare a un lugar.

Caminamos en silencio, poco a poco las estrellas se iban ocultando bajando y acomodándose en las
flores para descansar. El tiempo que me quedaba era poco y mientras más claro se veía el bosque
me di cuenta de que no aprecie este lugar como debí, los árboles eran hermosos y enormes, las
flores eran aromáticas y hermosas, las estrellas le daban ese toque al cielo que no importa cuántas
veces lo veas, es como si fuera la primera vez y las lunas, ellas, según lo que me conto el fauno nunca
se van de día y noche cuidan junto con el sol, su hija y princesa de este mundo. La magia se siente y
también me dijo que hay lugares lejos, pero que esos son para otras personas, ya que el lugar
cambia según sea dicha persona. Yo me sentía cada vez más fatigada, me carcomía la idea de que
lo que hice si fuera lo que creía. Llegamos a una cueva muy bonita pero obscura.

— Estamos en el portal entre tu mundo y éste, una fina línea, aquí es a donde se supone no
envían a nadie pero por alguna razón decidieron darte una segunda oportunidad, ahora
debes tomar tu decisión.

Recuerdos y recuerdos se arremolinaban en mi cabeza, como la cinta de una película pero en


desorden, días donde sonreía y hacia bromas, pero se repetían con más frecuencia días grises, con
lágrimas y gritos humillantes, golpes, de pronto sueños, magia, poderes, mundos maravillosos y una
máquina de escribir, y volvía a lo horrible solo que a esto se le sumaba el crecer y algo rojo y liquido…
y un filo desgarrador.

— Entonces si fue eso— dije con la voz entrecortada— estaba escuchando una canción cuando
termine aquí… decía “en algún lugar, una voz me llama. En lo profundo de mi corazón deseo
soñar siempre los sueños que conmueven mi corazón”, justo lo que la princesa me dijo, creo
que lo supe desde ese momento…solo no quería volver.
— Entiendo, pero debes saber que si decides no irte, no te quedaras por siempre, solo en las
noches, este será tu sueño, tu forma de escapar y los días serán desagradables, pues
volverás a ese lado a vivir de manera desgarradoramente dañina o en un psiquiátrico
tachada de loca por vivir en un sueño, en un escape, eso somos nosotros, todos los que has
visto aquí, incluso medusa. Sin embargo si decides irte y avanzar hasta lograr pensar en
nosotros pero no como una vía de escape, sino que en un recuerdo hermoso, talvez no se
tan horrible, talvez nos olvides, pero cicatrizaras al igual que las heridas en tus muñecas—
mire mis muñecas y las cortadas ya eran visibles, solo que estaban vendadas, la voz que
escuchaba era mi madre, ahora lo sabía y escuchaba un sonido constante bip, bip, bip, una
máquina de hospital— es tu decisión.

No quería volver y sufrir otra vez los abusos de mi padrastro y hermanastro, no quería ir al colegio
a que se burlaran de mí, pero la súplica de mi madre, la mirada anhelante del fauno me dio
esperanza, era impresionante como tan poco podía ocasionar un sentimiento tan fuerte en tu
interior. Y sabía que debía volver, que no iba ser fácil pero debía hacerlo, talvez para demostrarme
que podía, talvez para solucionarlo y disculparme con mi madre, pero ahora sé que había otra razón.

— ¿Que pasara contigo?— le pregunte triste y angustiada de no volverlo a ver.


— Estaré bien…

El portal se fue abriendo y una luz cegadora cubrió mis ojos… la claridad del color blanco y azul
llenando mi vista, solo alcance a escuchar “esta parte de este mundo tú la creaste, todos los que
estamos perdidos aquí hallaremos una solución en nuestra vida real, tu sacrificio nos ha dado
también una segunda oportunidad a nosotros”. Al abrir bien los ojos estaba en el hospital, mi madre
lloraba, lo primero que dije fue perdón, y sentía un vacío por haber dejado mi lugar soñado, mi
madre me abrazo aunque no pude responderle pues mis brazos dolían. Y lo demás fue historia, mi
madre dejo a su marido, nos mudamos, todo lo que vino fue mejor, y poco a poco el recuerdo se
fue borrando, al relatar esto sé que te estas perdiendo de muchos detalles y más sucesos pero es
lo poco que recuerdo. Muchos pasan por situaciones difíciles que los llevan a tomar medidas
desesperadas, incluso a considerar el suicidio, pero sé que hay una segunda oportunidad y una
solución.

Nunca más volví, tal vez la terapia ayudo, pero como dicen por ahí, las personas se alimentan de los
recuerdos para seguir vivos.

FIN.

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