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  TRATAMIENTO DE LA TUBERCULOSIS SENSIBLE

Los regímenes de tratamiento de la TB sensible comprenden dos fases, la


inicial o intensiva (Bactericida) y la de continuación o mantenimiento
(Esterilizante).

Primera fase : duración de dos meses, en la cual el efecto bactericida del


tratamiento provocará la rápida conversión bacteriológica (negativización)
del esputo, con mejoría de los síntomas clínicos. Se debe utilizar
Rifampicina, Isoniacida, Pirazinamida y Etambutol, cuyas dosis pueden
ser fijas o combinadas. Respecto la administración de los medicamentos
se deben realizar diariamente con excepción de los domingos,
acompañados de algún líquido que no contenga grasa, preferiblemente
jugos o avena, como mínimo dos horas después de haber ingerido algún
alimento y una hora antes de volver a comer, bajo control estricto de algún
miembro de la salud.

Segunda fase: en esta segunda fase se deben administrar a diario dos


medicamentos (Rifampicina e Isoniacida,) por vía oral diariamente,
excepto los domingos, bajo estricto control de algún miembro de salud. 

Se recomienda extender la fase de continuación por 3 meses adicionales


en pacientes que presenten cavitaciones en la radiografía de tórax inicial 
y en aquellos cuyo cultivo del segundo mes resulte positivo  con el
propósito de reducir el riesgo de recaídas.

Los mecanismos de acción de los fármacos a utilizar en ambas fases son:

–    Isoniacida: bactericida intra y extracelular derivado del ácido


isonicotinico que inhibe la síntesis del ácido micólico y otros ácidos
grasos de cadena larga, su efecto adverso más frecuente es la
neuropatía periférica.

–    Rifampicina: bactericida intra y extracelular derivado semisintético de la


rifamicina, inhibe la acción del ARN-polimerasa suprimiendo la
formación de ARN.

–    Pirazinamida: bactericida intracelular mediado por macrófagos por su


medio ácido, presenta alta toxicidad hepática.

–    Etambutol: bacteriostático relacionado a la inhibición de la


incorporación de ácido micólico a la pared micobacteriana, presenta
baja frecuencia de efectos adversos siendo la neuritis óptica la más
común.

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