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S h a t t er e d

By:Thalia

Shattered

— ¿Debo disculparme por enamorarme de ti? —preguntó serio y cansado.

—No, debes disculparte por hacer que yo te amara... aún sabiendo quién eres.

JJKHxlic
By: thalia

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1
Los oscuros ojos de Jeon Jungkook barrieron el lugar con molestia;
llevaba tres meses sin poner un pie en aquel sitio y volver lo hizo sentir
completamente vacío.
Dio un profundo suspiro, acomodando su arma antes de comenzar a dar
pasos lentos hasta el último escritorio de la oficina; sentía las miradas
curiosas posarse sobre él y los no muy disimulados murmullos.
Lástima.
Sabía perfectamente que todos evitaban alzar demasiado la voz por temor
a afectarlo más de lo que ya se encontraba; también entendía que más de
alguno se preguntaba por qué no lloraba. Pero jamás les daría aquel gusto.
No, jamás permitiría que alguien se regocijara por su dolor.
Ignoró las miradas hasta que llegó a la seguridad de su escritorio, dejando
que sus ojos lo recorrieran y sintiendo el nudo en su garganta al verlo
diferente.
— ¿Quién movió mis cosas? —Preguntó molesto, alzando la voz y
fulminando a los más cercanos.
—Hey, Jeon, no nos vengas con tus mierdas ahora... te entendemos pero
tampoco nos jodas... —. Uno de los oficiales cercanos dijo molesto.
— ¿Estoy fuera un par de meses y tocan mis putas cosas? ¡Dónde mierda
están!
—Jungkook—. La voz seria de Jin lo hizo reaccionar, mientras sentía su
mano posarse suavemente sobre su hombro. —Yo tengo tus cosas... todas
ellas.
— ¿Por qué?
—Porque... no quería que fuese más difícil.
Jungkook exhaló profundamente, intentando calmarse. —Lamento
haberles hablado así —dijo sin dejar de sentirse molesto y dándole una
mirada de disculpa a Jin.
— ¿Cómo estás?
—Listo.
—Jungkook... ¿Cómo estás?
Guardó silencio intentando controlar la amargura que lo embargó; sus
ojos ardieron pero se mantuvo firme. No era el lugar para llorar... ya lo había
hecho lo suficiente.
—Estoy bien, Jin. Él... no va a volver, acepto eso.
Seokjin tragó saliva con dificultad. Nada de lo que pudiera decirle a
Jungkook podía ayudarle; tampoco juzgaba la forma en la que ahora actuaba
hacia todos.
—Tal vez... deberías pedir el traslado a Busan.
—Seguiré con mis planes, Jin —dijo tomando asiento tras su escritorio,
masajeando suavemente el puente de su nariz. —Con o sin él, seguiré en
Seúl como lo planeamos... nada cambia. No volveré a Busan.
—Estoy acá, lo sabes.
—Gracias.
Jungkook comenzó a revisar las carpetas con casos que se amontonaban
en su escritorio; sabía perfectamente que todos se preocupaban de sus
propias posiciones así que jamás esperó llegar y encontrarse con su trabajo
al día.
Nada cambia...
Se sintió repentinamente ahogado. Había llegado a Seúl hacía un año,
aquel traslado había sido el plan de ambos; Jungkook había prometido
esperar pero entonces había sucedido aquello.
Debía haber sido un buen día, Jungkook lo sabía... había prometido
esperar y ya quedaba menos para que por fin pudiesen concretarse todos sus
planes. Mordió su labio al recordar el ajetreo en la estación, los gritos y las
miradas compasivas.
No entendía nada... hasta que Jin se le acercó y rompió todo el protocolo,
rodeándolo con sus brazos y pidiendo disculpas.
Disculpas por algo de lo que no era culpable.
Disculpas por no poder hacer algo más.
Disculpas porque sus planes de dos se truncaban.
No lloró; tampoco cuando el Inspector que estaba pronto a dejar su puesto
lo llevó a su oficina y le dijo que no habían sido capaces de llegar a tiempo.
Que él sabía los riesgos, que siempre estuvo esa posibilidad. Muchos
porqués antes de decirle lo que necesitaba.
No quería excusas, deseaba la verdad. Cruda y dolorosa, pero la verdad.
"Está muerto, Jeon."
Sí, habían tantos planes... pero se fueron junto a él.
Jungkook respiró repetidamente hasta que la horrible falta de aire que lo
atormentaba desde ese día hacía tres meses pasara. Tomó el lápiz y comenzó
a revisar los casos, intentando distraer su mente del dolor punzante en su
pecho.
Porque no va a volver, Jungkook... nadie va a devolvértelo... Jimin está
muerto.
~•~•~
Jin entró corriendo, paseándose entre los escritorios y disculpándose
cuando chocaba contra otro oficial; su respiración estaba agitada como si
hubiese subido los tres pisos que separaban narcóticos de homicidios por la
escalera de emergencia y no por el ascensor.
Jungkook alzó su vista cuando su amigo apoyó sus manos en el escritorio
intentando recuperar el aire.
—Está el puto Superintendente... Mierda, no debí subir las escaleras...
Jungkook sonrió al confirmar sus sospechas. — ¿Qué hace el
Superintendente?
—Mierda, no sabías... —el rostro de Jin se deformó en una mueca de
culpa. —Trae al jefe.
— ¿Al... jefe? Quieres decir...
—Sí, Jungkook... al tipo que ocupará el puesto al que Jimin postulaba.
Jungkook frunció el ceño. Jimin se había roto la espalda por aquel
puesto... — ¿Y así como así?
—Pues... si lo trae el Superintendente... supongo que sí.
—Mierda...
Las puertas de cristal se abrieron y todos, incluyendo a Jungkook, se
levantaron de sus lugares para recibir a sus autoridades; Jin palmeó
suavemente la mano de su amigo mientras observaban al Superintendente
entrar con un par de oficiales.
Jungkook recorrió todos sus rostros, todos con mayor rango que el suyo
pero demasiado altos como para estar siendo enviados a dirigir una estación.
—Buenos días —. El de mayor rango habló firme, recibiendo la respuesta
al unísono de todos los oficiales presentes. —Como sabrán, hemos tenido
meses de incertidumbre—sus ojos volaron hacia Jungkook por unos
segundos. — Pero no podemos seguir lamentándonos, nuestros compañeros
siempre tendrán un lugar en nuestros corazones y como Institución... nuestro
deber es seguir con la misión que ellos valientemente cumplieron hasta el
último segundo. Como sabrán, el oficial designado para liderar esta estación
tristemente fue una víctima más de la criminalidad que tanto intentamos
combatir—. Jungkook intentó mantenerse firme, sintiendo nuevamente su
garganta anudarse. —Sin embargo, no podemos seguir con la vacante, este
puesto será ocupado por el Inspector Mayor Kim Taehyung aquí presente
¿Inspector?
—Sí, Señor—. Los ojos de Jungkook se posaron en el hombre que se
había mantenido en silencio tras todos los oficiales y que ahora avanzaba
con paso determinado hasta ubicarse delante, mirando a cada oficial con
ojos duros. —Mi nombre es Kim Taehyung, Inspector Mayor de la Policía
de Corea, desde hoy estaré velando por ustedes y espero que ustedes
también lo hagan por mí. Fui transferido a Seúl, así que espero que pronto
seamos uno grupo afianzado.
Jungkook frunció el ceño.
¿Por qué traían a alguien de fuera para ocupar esa posición?
Aquel tipo ni quiera era de la ciudad...
—Bien, espero que sigan enorgulleciéndome como siempre.
— ¡Sí, Señor! —Las voces de los oficiales despidieron a sus autoridades
y volvieron a sus puestos. Jungkook observó como su nuevo jefe esperaba
pacientemente a que todos volvieran a trabajar antes de entrar en la pequeña
oficina que estaba en un rincón.
Lo observó con detenimiento, lo suficiente para captar como mordía su
labio con fuerza antes de empujar la puerta y perderse tras ella. Chasqueó la
lengua... aquel tipo venía como si nada a ocupar el lugar que la persona más
importante en su vida había luchado por tener...
Y ya ni siquiera importa porque no estás...
2
Taehyung masajeaba suavemente sus sienes mientras intentaba mantener
la compostura en su oficina y no mandar todo a la mierda.
Llevaba sólo tres semanas como el nuevo jefe de la estación y percibía
claramente que su llegada causaba opiniones encontradas.
La mayoría simplemente lo asumía, después de todo, sus trabajos —
incluso el del mismo Taehyung — era seguir órdenes; pero existían otros
que no se molestaban en ocultar el descontento porque una persona ajena
llegara.
Era cierto.
Había llegado bajo el alero del Superintendente y eso por sí sólo causaba
antipatía, lo entendía pero poco le importaba.
—También soy un puto policía, mierda...
Exhaló sonoramente antes de levantarse de su escritorio y salir de la
oficina, caminando con seriedad a través de los escritorios.
No porque necesitara algo, simplemente para hacerles saber que daba
igual cuánto protestaran, él seguiría siendo el jefe. Quería que al menos
hicieran el esfuerzo por respetarle.
Y ahí estaba, la principal razón de su migraña. En el último escritorio,
tras su muchas carpetas y con la mirada más llena de resentimiento con la
que alguna vez hubiese sido mirado, se encontraba aquel oficial.
El jodido oficial Jeon.
Tan arrogante sin tener que abrir la boca; y eso era lo peor. Taehyung
podía callar los comentarios, poner en su lugar a aquellos que decidieran
siquiera tratar de pasar sobre su posición ¿Pero él? El oficial Jeon ni siquiera
hablaba, no cometía faltas de respeto, no fallaba en su trabajo, no cometía
errores.
Y la perfección no era sancionable, por más que sus ojos lo fulminaran
cada vez que llegaban a cruzarse.
Mierda. Puto crío arrogante...
~•~•~
—El muy imbécil cree que paseando con prepotencia por la puta oficina
será aceptado.
—Prepotente o no, es el jefe.
—Por secretaría.
Jin suspiró. — ¿Qué importa? Es el jefe y punto; terminarás haciendo que
te sancionen si sigues con esa actitud, Jungkook.
—No pueden sancionarme por mirarlo.
— ¿Mirarlo? Jungkook, si pudieses matar a alguien con tus hermosos
ojos, el
Inspector Kim estaría sepultado muy al fondo.
Jungkook chasqueó la lengua; Jin tenía razón.
Se estaba dejando llevar por el enojo, pero no podía aceptar tan fácil que
un imbécil llegara de la mano del Superintendente y se las diera del mejor.
Kim Taehyung no era el mejor, sino no hubiese necesitado el empuje del
jefe para lograr su posición.
—Jimin era el mejor, no puede simplemente reemplazarlo.
Los ojos de Seokjin se entrecerraron mientras veía la mandíbula de
Jungkook tensarse dolorosamente, produciendo un suave chirrido.
—Jungkook, no te hagas eso.
—Es la verdad.
—Mierda, no quiero tener que decir esto porque también me duele verte
así... pero da lo mismo que Park Jimin haya sido el mejor calificado para la
posición que el Inspector Kim ocupa, porque Jimin... ya no está.
Jungkook tragó con dificultad, sintiendo el amargo sabor de la bilis
subiendo por su garganta ante las palabras de Jin.
—Lo siento, Jungkook. Sólo quiero que lo superes.
—Nunca voy a olvidarme de él, ni porque haya un hijo de puta que se
cree superior arrebatándole lo que con esfuerzo él se ganó.
—Y nadie dice que lo olvides, simplemente sigue adelante... y si no eres
capaz de separar las cosas, vete... es simple, toma tus mierdas y vete. No
somos niños y no estamos acá jugado; tenemos vidas en nuestras manos,
Jungkook, gente a la que nos debemos más allá de nuestros problemas
personales.
—Jin...
—Tres meses es muy poco tiempo, sabes que no estuve de acuerdo en
que regresaras tan pronto... tampoco fuiste a las jodidas sesiones con el
psiquiatra.
—La Policía Nacional todo lo arregla así... dinero y terapia para las
familias.
—Es un apoyo...
—Es una mierda.
Jin negó con su cabeza antes de levantarse; hablar con Jungkook a veces
requería de toda su paciencia y otras simplemente era imposible.
Él no quería ser ayudado y eso no era culpa de su nuevo jefe, por más
que eso rompiera el corazón de Jungkook cada vez más.
~•~•~
Jin tomó la caja de evidencias y terminó de rotularla con la fecha y el
número de caso antes de guardarla; estaba agotado y su turno terminaba en
un par de horas.
Caminó hasta su lugar y estuvo tentado a dirigirse a Narcóticos, pero la
conversación con Jungkook seguía produciéndole malestar.
—Ah, Jungkook, tan obstinado.
Sacudió su uniforme con cuidado y decidió que de todos modos iría por
su amigo, lo menos que necesitaba era estar solo. Caminó con gracia hasta
el ascensor y sus ojos se fijaron en sus dos colegas que perdían el tiempo
apoyados cerca de la máquina de café.
—Tengo un amigo de la Academia que está en Daegu, no lo conoce ni
de joda... es raro.
Frunció el ceño, intentando escuchar sin parecer entrometido.
— ¿Y por qué entonces el mismo Superintendente lo puso a cargo? Quizá
tu amigo se equivocó.
—Que no, es algo jodido, tal vez se acuesta con el viejo. Sino cómo te
explicas que un aparecido consiga el puesto sin las putas postulaciones.
—Eso... es enfermo, amigo.
—Debe chuparla bien.
Jin sacudió su cabeza ante el comentario y las risas que lo siguieron, no
llevaba tanto siendo el jefe y ya tenía la animadversión de media estación;
era algo triste en verdad.
~•~•~
Jungkook apretaba los puños tras su espalda, había colapsado y ahora el
maldito Kim Taehyung lo reprendía frente a todos los idiotas; podría jurar
que el brillo de emoción en los ojos de su jefe era real.
Estaba disfrutando con humillarlo.
—El dinero que se deposita cada mes en su cuenta no es por estar
criticando el sistema, Oficial Jeon. Si no tiene deseos de seguir archivando
los casos, puede pedir el traslado a la oficina de tráfico; estarán encantados
de tener gente joven y con ganas de trabajar como usted.
Jungkook sentía la sangre hervir de enojo, pero se mantuvo firme.
—Lamento haber cuestionado su autoridad, Señor.
—Deberías, podrías ser expulsado por no respetar la jerarquía.
—Sí, Señor.
—Vuelve a tu escritorio y termina con los casos, desde mañana revisarás
las causas pendientes y las enviarás a la oficina del Fiscal.
—Señor, el trabajo de campo...
—Suspendido. No necesito alguien como tú afuera, controla tu carácter,
hay rangos que se respetan. Cumple eso y luego veré si estás calificado para
trabajar directamente con los casos—. Jungkook guardó silencio, odiando
el estar siendo regelado a un mero secretario. — ¿Estamos de acuerdo?
—Sí, Señor.
—Bien, vuelte a tu escritorio. Quiero el informe del caso del puerto para
revisión antes de que lo mandes a Fiscalía.
— ¡Sí, Señor!
Jungkook esperó la venia para volver, queriendo partirle la cara a su jefe.
No podía creer que no estar de acuerdo en que estuviesen relegando casos
importantes por otros mediáticos lo tuviera ahora haciendo las sobras de
otros.
Se le hizo malditamente tarde trabajando en el caso que el Inspector Kim
pidió; estiró su cuello hasta que crujió y miró el reloj molesto.
Su jornada terminaba a las ocho de la noche y ya eran las diez; dos horas
extras por el informe. Se levantó y tomó la carpeta para dirigirse a la oficina.
Sus dedos golpearon suavemente el cristal pero nadie respondió.
¿En qué momento se fue? Se preguntó frunciendo el ceño.
—Para qué mierda quiere que haga esta estupidez si me dejará varado.
Abrió la puerta de la oficina y entró tanteando la pared hasta dar con el
interruptor. Parpadeó un par de veces y caminó hasta el gran escritorio para
dejar la carpeta.
—El maldito sí que tiene una buena oficina... —dijo molesto, aún con la
carpeta en la mano; todo esto debía pertenecerle a otro. —Puto ladrón...
Chasqueó la lengua y lanzó la carpeta con rabia sobre la superficie de
madera; maldijo al darse cuenta que al no medir la fuerza, terminó botando
unos objetos.
Escuchó el cristal romperse y los lápices esparcirse por el suelo; se
apresuró a recogerlos antes de acercarse al marco de fotos destrozado.
—Mierda, me colgará de las putas bolas si descubre que... yo...
Su cabeza dio vueltas y las náuseas se apoderaron de él. Su mano tembló
con el marco destrozado entre ellas y las lágrimas comenzaron a salir sin
aviso, cayendo sobre la fotografía.
No entendía.
Kim Taehyung sonreía alegremente, con una expresión que en todas esas
semanas jamás le había visto; su brazo cruzaba de manera fraternal por
sobre los hombros del otro y sus rostros estaban tan cerca que se adivinaba
la profunda confianza.
No tenía sentido...
Nada en aquella fotografía le cuadraba... porque no existían razones por
las que el Inspector Kim tuviese esa fotografía sobre su escritorio.
Deslizó la yema de sus dedos por el papel, mordió su labio y deseó tanto
que aquel al que amaba, que ahora lo miraba con sus ojos entrecerrados por
la sonrisa tan amplia como la de Taehyung, le explicara la razón.
¿Por qué Kim Taehyung tenía esa fotografía? Jungkook jamás escuchó
su nombre, en todos los años que compartieron jamás supo que existía esta
persona en su vida.
Conocía todo de Jimin pero su nuevo jefe no formaba parte de aquello.
—Podría suspenderte por hacer intrusión de la oficina de tu jefe y
destrozar sus cosas, Jeon.
Taehyung caminó hasta él y se quedó congelado en su lugar al ver las
lágrimas deslizarse por su rostro y aposarse en su fotografía.
Se la quitó violentamente, sin importarle que los trozos de vidrio que aún
se sostenían del marco, se clavaran en su mano.
— ¿Por qué mierda tocas mis cosas? No sólo entras sin autorización sino
que tienes la insolencia de tomar mis cosas... Mierda, debería suspenderte...
— ¿Por qué? —murmuró tan bajo que apenas pudo modular.
— ¿Qué dijiste? —Tae frunció el ceño, confundido. Estaba enojado y no
entendía por qué su oficial lloraba y no respondía. —Te estoy hablando,
Jeon... qué mierda hacías en mi oficina y tocando mis cosas.
—No entiendo...
— ¿Me estás escuchando, Jeon?
— ¡¿POR QUÉ MIERDA TIENES UNA FOTO DE JIMIN?!
Su labio temblaba de rabia, tristeza y confusión. Las cejas de Taehyung
se alzaron y su boca se movió sin emitir sonido alguno ante la explosión de
Jungkook.
Estaban allí, frente a frente; la mirada de Jungkook destruyéndolo y él
sólo deseando entender. Presionó la fotografía con fuerza.
—Largo de mi oficina, Jeon.
— ¡Contesta!
Taehyung dejó cuidadosamente la foto y caminó hasta la puerta,
abriéndola.
—Saca tu puta presencia de mi oficina, soy tu maldito jefe y te lo estoy
ordenando; vete antes que decida darte una suspensión de labores.
Jungkook limpió las lágrimas con fuerza y avanzó hasta la salida de la
oficina, mirándolo fijamente.
—Buenas noches, Inspector Kim. Puede suspenderme, de paso puede irse
a la mierda también.
3
Su mano tembló cuando la puerta se abrió ante el suave empuje que le
dio; caminó lentamente en total oscuridad. No necesitaba luz, conocía aquel
lugar a la perfección.
Se dirigió a pasos lentos hasta entrar en la habitación, deslizando sus
dedos por las paredes hasta tocar las puertas del armario y abrirlas con tanto
cuidado como si en cualquier movimiento fuesen a romperse. Sacó una
camisa y caminó hasta la cama, sentándose en el borde y aspirando el aroma
de aquella prenda, sujetándola con fuerza mientras mordía su labio para
contener los sollozos que se agolpaban en su garganta.
Todo seguía igual en aquel departamento que tantas veces los refugió y
ahora más que nunca odiaba el que no estuviera a su lado.
—No entiendo, Jimin...
Jadeó angustiado, presionando la camisa contra su pecho; se sentía tan
confundido y enojado, nada tenía sentido ahora. Había pasado meses
bloqueando sus emociones y ahora se sentía tan pequeño y perdido.
—No entiendo, mi amor... me haces tanta falta... por qué me dejaste así,
Jimin.
~•~•~
Entró en la oficina y vio a Jin esperarlo con el ceño fruncido, sus brazos
se encontraban cruzados sobre su pecho y su pie se movía insistentemente.
Suspiró sabiendo que debería aguantar el sermón por haber desaparecido
toda la noche sin aviso.
—Te llamé, Jeon Jungkook —Jin dijo denotando la preocupación en su
voz.
—Lo siento, necesitaba estar solo.
— ¿Dónde fuiste?
Jungkook guardó silencio unos segundos antes de sonreír. —A casa.
—Dios...
—Tenía que volver en algún momento, Jin. Enfrentar los miedos y toda
esa mierda.
— ¿Pero las cosas? Debiste esperar que al menos las sacáramos.
—Yo... las mantendré allí, es lo único que me queda de Jimin y...—sus
palabras murieron cuando vio entrar su jefe en silencio a su oficina. Jin
siguió con la mirada a Taehyung.
—Vaya, parece que no eres el único con un mal día... aunque con el
recibimiento que ha tenido cualquiera se desmotiva.
Jungkook mordió su labio; las preguntas seguían girando insistentes en
su cabeza y el enojo crecía junto a la curiosidad. Su mirada seguía fija en la
oficina de cristal que este día tenía las persianas cerradas por completo.
—Jin... ¿Aún tienes a tus amigos en Inteligencia?
—Bueno, sí...
—Necesito un favor.
Jin relamió su labio nervioso, Jungkook jamás pedía favores y su rostro
mostraba una máscara indescifrable.
— ¿Cuál?
—Kim Taehyung.
No necesitó demasiado para entenderlo, era obvio que Jungkook no se
encontraba tranquilo desde la llegada del nuevo Inspector Mayor y ya había
sido extraño que no reaccionara; exhaló pesadamente y acarició la mejilla
del menor con una sonrisa. Podía negarse pero sabía que de una forma u otra
Jungkook conseguiría la información que quería.
—Si lo hago... Júrame que pararás esto; el Inspector Kim no tiene la culpa
de estar usando su posición.
—Jin...
—Mierda, Jungkook.
Jungkook relamió su labio, no podía decirle a Jin lo de la fotografía
porque se negaría rotundamente a conseguirle la información.
—Te prometo que actuaré como si nada hubiese ocurrido, pero necesito
saber.
—Hecho... cobraré unos favores...
—Gracias, Hyung.
Seokjin frunció el ceño ante las palabras de Jungkook, se veía tan
diferente del chico que había llegado de Busan alegre y emocionado por
poder hacerse un lugar en Seúl. Tan distinto de aquel Jungkook que había
llegado contándole de sus planes con aquel novio que no tardó en conocer
de la peor forma...
~•~•~
Habían pasado cuatro días desde que Jungkook había pedido aquel favor,
cuatro días desde que había decidido volver a su casa y seguir con su vida
de recuerdos. Su trabajo se hacía cada día más enfermarte, odiaba estar
revisando casos para la fiscalía pero Taehyung no parecía querer sacarlo de
aquello y ni siquiera habían vuelto a dirigirse la palabra.
Chasqueó la lengua cuando vio la hora, era excesivamente tarde y no
quería seguir un segundo más en la estación. Ordenó los papeles y tomó sus
cosas, arreglando su arma y sacudiendo su uniforme antes de salir de allí.
Presionó el botón del ascensor y esperó impaciente hasta que la puerta se
abrió y dio de frente con Jin.
—Mierda, Jin...
Su amigo lo miró fijamente, jadeaba como si hubiese estado corriendo y
no dijo nada más cuando tiró de su brazo y presionó el botón del subterráneo
para dirigirse a su auto.
—Jungkook, tenemos que hablar.
—Dime.
—Y una mierda, acá no... vamos a beber algo ¿sí?
— ¿Con uniforme?
Jin chasqueó la legua molesto, arrastrándolo hasta su auto. —Hoy me
tocaba puto patrullaje, estoy sin auto.
—Yo tengo... ¿Qué mierda te pasa?
—Sólo vamos.
Jungkook frunció el ceño pero obedeció, condujo hasta su casa y sirvió
un par de cervezas mientras veía como su amigo que solía ser chispeante y
vivaz se encontraba pálido y totalmente descompuesto. Se sentó en el sillón
frente a él, apoyando sus brazos sobre sus rodillas e intentando descubrir
qué era lo que pasaba por la mente de Jin, quien simplemente movía sus
manos inquieto y mordía con nerviosismo su labio. Sus manos se deslizaron
por su rostro y un suspiro escapó de su boca.
—Es una mierda, Jungkook... todo es una mierda...—dijo al fin con la
voz quebrada.
— ¿De qué hablas?
—Yo... yo no creo que... —tragó saliva—no creo que deba decírtelo, es
una mierda muy jodida...
—Sólo suéltalo.
—Bueno, no eras el único que estaba intranquilo cuando llegó el
Inspector Kim, lo sabes ¿cierto? La puta estación por completo se
revolucionó por el jefe...
—Sí, no causa gracia que haya sido el Superintendente quien lo llevara.
—Ya... —Jin bebió un sorbo largo de la cerveza como si buscara darse
ánimo. —La gente decía que en Daegu nadie conocía ni una mierda del
Inspector Kim... pese a que sus papeles de traslado dicen que viene de allá.
Jungkook frunció el ceño. —Eso es raro ¿Por qué el Superintendente se
prestaría para mentir en papeles oficiales?
Seokjin rió amargamente. —Jaebum, mi amigo en el NIS... mierda,
júrame que no harás nada estúpido... sea lo que sea que te diga, júrame que
no vas a reaccionar mal...
—Jin, dime de una vez.
—Dices que es raro que nadie lo conozca en Daegu pero en verdad no lo
es...calza perfectamente... Jungkook, mierda... El Inspector Kim no viene de
Daegu, ni siquiera tenía un lugar asignado.
Jungkook guardó silencio, la única persona que había conocido de esa
forma era Jimin...
— ¿Por qué él no...? No entiendo...
—Jungkook, Kim Taehyung trabajaba encubierto; nadie conoce una
mierda de él porque llevaba años haciéndolo... lo sacaron de allí porque no
pudo seguir guardando su cubierta, el caso en el que trabajaba fue cerrado
sin pruebas... hace tres meses.
—Eso es estúpido... —Jungkook rió, su mente le daba la respuesta con
claridad pero se negaba a creerlo, era simplemente imposible. —El único
caso que cerramos fue... el de Jimin...
Jin asintió. —El Inspector Kim... era el compañero de Jimin, Jungkook.
Estaban a punto de cerrar el caso cuando los... descubrieron...
Jungkook ahogó un sollozo. La única razón por la que sabía que Jimin
trabajaba encubierto era porque trabajaban en la misma sección, sin
embargo jamás se le permitió involucrarse más allá. Lo único que siempre
supo fue que estaba todo por terminar...
— ¿Cómo es que... está vivo?
Era una pregunta con dobles intenciones. Jin sabía que en verdad
Jungkook quería saber porque Kim Taehyung seguía vivo y no Jimin; una
pregunta cruel pero totalmente comprensible.
—Lo encontraron desangrándose... no saben qué sucedió. Jaebum dijo
que los emboscaron, que lo dejaron a morir allí, no pensaron que
sobreviviría a sus heridas. Ambos debían morir ese día.
—No es cierto... es una jodida broma...
Jin lo miró serio, sabía que estaba cometiendo un error al decirle, pero no
podía guardarle un secreto así. —Jungkook... no puedes abrir tu boca, no
puedes. Es confidencial ¿Entiendes? Lo tiraron a Seúl porque lo están
protegiendo, quedó vivo... nadie debería sobrevivir a eso... quedó vivo y
tiene la información que ellos recabaron durante ese tiempo; ésa es la razón
por la que el mismo Superintendente lo nombró.
Jungkook se levantó, sintiéndose ahogado. —Tenían una foto juntos...
— ¿Qué?
—Estaban juntos... cómo mierda es que Jimin está muerto y ese hijo de
puta sigue vivo... no es justo... no es justo...
—Jungkook... el Inspector Kim no es...
— ¿No es culpable? Dejar morir a tu compañero... estaban solos en esa
mierda, solos... Jimin sólo lo tenía a él... yo... necesito aire, Jin. No me sigas.
Jungkook tomó sus llaves, quería salir de allí. Lo único que seguía dando
vueltas en su cabeza era el hecho de que Jimin había muerto en
circunstancias extrañas y que ahora la única persona que pudo salvarlo
estaba allí, vivo.
No es justo... mierda, Jimin...
4
Se subió a su automóvil sin saber en verdad hacia dónde ir, simplemente
necesitaba escapar de la realidad, no pensar en Kim Taehyung y en lo mucho
que odiaba el que estuviese vivo habiendo pasado lo mismo que Jimin. Sus
sentimientos lo hacían pensar de manera egoísta y nublaban su juicio.
Intentó mantener la vista fija en el camino, pero sus ojos rápidamente
eran azotados por las lágrimas. Estaba frustrado y no podía dejar de pensar
en las palabras de Jin, en lo mucho que extrañaba a Jimin y en lo injusto que
sentía que Kim Taehyung estuviese en su lugar.
Rió amargamente, secando sus lágrimas con el dorso de su mano con
violencia. Era algo cruel el haber creído que podría superar el dolor en algún
momento sólo para descubrir que sus heridas seguían tan abiertas como el
primer segundo.
¿Era tu compañero? Entonces por qué mierda sigue como si nada... por
qué tú no estás conmigo...
Frenó bruscamente el auto, se sentía angustiado y las náuseas lo
golpearon; bajó con dificultad y su cuerpo cayó contra el frío pavimento; el
amargo sabor de su bilis devolviéndose para caer contra el piso lo asqueó,
su garganta ardía pero el dolor emocional era aún peor.
—Mierda... encima quiere ocupar tu puto lugar...
Se levantó del suelo, limpiando su boca y volviendo a su posición dentro
del auto, tenía claro dónde debía ir y qué era lo que necesitaba.
~•~•~
Taehyung se recostó contra el volante, llevaba horas sentado en el
estacionamiento sin el ánimo como para salir de allí.
Estaba por cumplir un mes en ese lugar y estaba resultando agotador; era
difícil controlarse cada vez que escuchaba un comentario sobre su llegada.
Estaba tan cansado... hubiese dado todo por reventarle la cara a golpes a más
de uno de esos idiotas que se creían con el derecho de juzgarlo.
Su mandíbula se presionó con fuerza hasta crujir ligeramente, dolía
tanto... tres meses no eran suficientes para borrar de su mente aquellas
imágenes, podía sentir aún el dolor en su cuerpo, los gritos, la sangre
aposándose bajo su cuerpo y la oscuridad que sobrevino a eso... podía verlo
aún allí, tan destrozado como él mismo.
—Mierda... mierda... ¡Mierda!
Gritó golpeando sus manos contra el volante mientras las lágrimas
abandonaban sus ojos; respiró profundo intentando calmarse.
Al menos podré adelantar el jodido trabajo. Pensó tomando su arma y
saliendo de su auto; pasaría otra noche en la estación una vez más.
La estación de noche era asquerosamente deprimente; sin contar con los
oficiales de guardias, tener las oficinas vacías daba una sensación de soledad
abrumadora, pero eso era lo que Tae necesitaba en esos momentos.
Estar solo y tranquilo sin pensar en las opiniones del resto sería liberador
para su mente.
Llegó a su piso pero se detuvo frente a su oficina; estaba seguro que su
puerta había quedado cerrada y pese a sólo ser milímetros, ahora se
encontraba abierta.
Desenfundó su arma y empujó la puerta, apuntando a la figura que se
encontraba junto a su escritorio.
Su ceño, que se encontraba fruncido, se relajó instantáneamente al
reconocer al oficial frente a él; bajó su arma mas no la enfundó, sin quitar
su vista y sin dejar que la sorpresa de volver a encontrarlo con su foto le
provocaba fuese notoria.
—Suelta eso, Jeon.
Jungkook sonrió irritado. — ¿Por qué?
—Porque estás en mi oficina y tomando mis cosas, qué mierda pasa
contigo...
—Jimin... Jimin murió y tú...
¿Conoce a Jimin?
— ¿De qué estás hablando?
— ¡Él murió mientras tú vienes como si nada a tomar su lugar!
Taehyung palideció; él mismo se culpaba pero escucharlo de alguien más
era doloroso.
—Jeon, lárgate de aquí... —Jungkook sintió la ira subir por su cuerpo,
tiró la foto al suelo, a los pies de Taehyung, reventando el nuevo marco,
demasiado enojado como para pensar. — ¿Qué mierda estás haciendo?
Caminó hacia él, sintiendo los vidrios pulverizarse bajo sus pies y antes
de darse cuenta lo tomó por la camisa y lo acorraló contra su escritorio; sus
ojos lo fulminaban y sentía la mirada de Jungkook clavarse en él.
Su oficial lloraba pero el odio estaba claro en aquella expresión, como si
fuese incapaz de ocultar que lo culpaba de algo que no terminaba de
entender.
Es una persona increíble, lo ves a los ojos y sabes exactamente lo que
siente... muero por volver a estar con él, Tae... cuando esto termine por fin.
—No es cierto...—susurró, aflojando su agarre pero sin soltar la tela; las
palabras de Jimin quemaban en su mente. —Mierda... es una puta broma...
Jungkook rió con dolor. —Murió por tu culpa ¿No? Deberían haberse
protegido mutuamente y fallaste en eso, jefe.
—Te equivocas...
—Estaban los dos solos y sólo tú regresaste con vida... ¿No es raro? No
cumpliste con tu deber, dejaste caer a tu compañero.
—No es así...
Jungkook rió. —Tú lo mataste, Inspector Kim. Estás ahora viviendo su
vida como si...
— ¡NO ES ASÍ!
El golpe contra el escritorio hizo saltar en su lugar a Jungkook, dejándolo
en blanco. La respiración de Tae chocaba contra su cuello, estaba alterado
y podía sentir como su cuerpo se tensaba.
Taehyung respiraba con dificultad y su pecho chocaba contra el suyo por
la cercanía; Jungkook tuvo el impulso de empujarlo y descargar su ira pero
se detuvo cuando sintió los sollozos de aquel hombre.
—Debí salvarte... debí ser yo quien muriera... debías volver... no quiero
tu vida, Jimin... no quiero esta vida.
Sus ojos se llenaron de lágrimas al escucharlo; odiaba a este hombre que
lloraba por Jimin; odiaba saberlo muerto mientras él estaba aquí... aún así
no pudo hablar ni moverse, sus manos se encontraban empuñadas y su
cuerpo inmovilizado entre el escritorio y Tae.
Él es... la última persona que lo vio...
Cerró sus ojos. Se sentía tan molesto y cansado...
¿Qué tan unido eras con esta persona que llora por ti, mi amor?
—Lárgate, Jeon...
Tae se separó y observó de forma fría a Jungkook; sentía culpa
simplemente por estar junto a él.
—No debiste venir a este lugar, Kim Taehyung. Un error es suficiente...
Jimin no...
—Te equivocas —dijo sin quitar sus ojos de Jungkook. —Este es el lugar
en el que debo permanecer... voy a encontrarlos y voy a matarlos uno a uno...
voy a hacer mierda a esos hijos de puta, Jeon.
Jungkook tragó, la expresión de Taehyung había cambiado por completo;
sus ojos parecían sin vida, como si no se encontrara allí.
Por unos segundos, se preguntó qué fue lo que sucedió y no fueron las
ganas de culparlo las que lo recorrieron sino las dudas.
—Voy a matarlos... por Jimin, voy a matarlos. —Tae exhaló
profundamente.
—Lamento tu pérdida, Jeon. Vete de aquí.
5
Jin siguió con los ojos a su amigo hasta que llegó a su lado en la
expendedora; le extendió el café analizando su expresión demacrada y las
ojeras que remarcaban aún más en su blanca piel.
—No volviste a casa y te ves horrible... ¿Qué pasó?
—Dormí en el auto, no te preocupes.
Los ojos del mayor se entrecerraron, su apariencia lo último que lo dejaba
era tranquilo. — ¿Y el Jefe?
—Ni puta idea.
— ¿Me vas a decir que no lo viste después de lo que dije?
Jungkook bebió el café, el líquido quemó en el trayecto por su garganta
pero siguió sin inmutarse.
—Lo vi, sí.
— ¿Entonces?
—Entonces nada.
Seokjin suspiró, la actitud de Jungkook no ayudaba en nada a comprender
la situación y podía ver claramente la tensión apoderarse de él al hablar del
Inspector Kim. Quiso preguntar pero sus ojos se cruzaron con la figura del
castaño. Mordió su labio intentando controlar la curiosidad, sobretodo
cuando la mirada de Jungkook se alzó para seguir la suya y sus ojos se
encontraron directamente con los de Taehyung.
Se sentía totalmente fuera de lugar; podía ver cada músculo tensarse en
su amigo y también la frialdad con la que su jefe devolvía su mirada.
¿Qué mierda pasó entre ellos? Se preguntó intentando mantenerse firme
cuando Taehyung pasó junto a ellos.
—Buenos días, vuelvan a trabajar. Y Kim... Homicidios está dos pisos
por debajo, si mal no recuerdo.
—Ah... sí, buenos días jefe. Yo volveré, con su permiso.
Jin se despidió con un asentimiento de cabeza hacia Jungkook y
desapareció en el ascensor que segundos antes trajera a Taehyung. El
castaño paró junto a Jungkook, desviando su mirada y respirando
profundamente.
—Espero que entiendas que la información que manejas es confidencial,
Jeon. Ni idea cómo la conseguiste y no gastaré mi tiempo para buscar quién
está pasando por debajo los datos en Inteligencia, porque ellos y el
Superintendente son los únicos que manejan esos detalles... pero...
— ¿Me está pidiendo silencio, jefe?
Taehyung sujetó el brazo de Jungkook, arrastrándolo contra la pared y
escondiéndose tras la expendedora. El vaso cayó al suelo y el menor quedó
confundido ante el violento cambio de actitud.
—No te estoy pidiendo una mierda, te estoy ordenando que cierres tu
puta boca ¿Claros?
Jungkook sonrió, zafándose de golpe luego de salir de la sorpresa y
empujando a Taehyung; no era como si en verdad fuese a estar ventilando
la información, más aún si ésta involucraba a alguien importante.
—Al contrario de usted, jefe... yo sí sé lo que significa servir tanto a los
civiles como a mis compañeros.
Mierda... dónde está el imbécil tierno que describías, Jimin...
Tae recordaba claramente la forma en que su compañero hablaba de aquel
hombre que ahora se enfrentaba a él; no había nada de lo que él decía, ni
una mínima pizca de amabilidad o lo que fuera que Jimin describiera cada
noche intentando darse el ánimo para seguir con aquella misión de mierda
que se convirtiera en la última.
No, Jeon Jungkook distaba mucho de ser una persona cálida, era un
hombre frío y aparentemente sin mucha sensibilidad.
—Jeon, sigue actuando así y juro que voy a enviarte a repartir multas en
tránsito como un jodido asistente.
—Seguro, entre ser el secretario de la Fiscalía y eso mi carrera se iría a
la mierda... ahora, jefe... esos casos no se cerrarán solos, con permiso.
Puto crío arrogante...
Taehyung chasqueó la lengua molesto al ver a su oficial dirigirse a su
escritorio; lo imitó de mala gana, entrando a su oficina y agradeciendo a
quien fuera que hubiese recogido los cristales de la fotografía que ahora
descansaba sin su marco sobre el escritorio.
Suspiró profundamente. —Voy a encontrarlos, Jimin... por ti y tu
estúpido Jeon Jungkook...
~•~•~
Estaba harto.
Llevaba dos malditas semanas llevando y trayendo casos inútiles y sin
importancia a la fiscalía, como si haber pasado esos años en la Academia y
en patrullajes estuvieran siendo ignorados por su nuevo jefe. Odiaba la
forma en que cada vez que sus ojos se encontraban, Taehyung parecía
divertirse por el hecho de tenerlo relegado a ser un mero secretario. No
entendía qué tanto podía molestar a Taehyung el devolverle a sus funciones,
habían muchos casos en Narcóticos de los que sí podía encargarse y también
podía usar su tiempo para seguir indagando en el caso de Jimin.
Voy a matarlos. Recordó aquello sin querer.
Sus palabras esa noche sonaron con tanta determinación que hicieron que
su respiración se volviera pesada; lo había culpado en aquel estado de
conmoción luego de conocer la noticia y Kim Taehyung había soltado
aquello como si fuese algo normal. Jungkook también había pasado por
aquella etapa en la que deseó la muerte de aquellos que le arrebataran a
Jimin, pero luego simplemente había comprendido que eso no lo traería de
vuelta y su meta se había vuelto atraparlos y hacerles pagar toda su vida por
la de su pareja.
¿Pero Taehyung? Sus ojos eran aterradores. No tenían el brillo que
Jungkook había descubierto tenían cada vez que alguien le hablaba sobre
temas no relacionados al trabajo; no había rastro de aquella estúpida sonrisa
que le entregaba a quienes le hablaban con amabilidad... lo había visto en
más de una ocasión sociabilizando con civiles que iban en busca de ayuda,
la forma en que él actuaba en pos de su trabajo era, en verdad, admirable.
Sin embargo, esa noche... Taehyung había tenido la misma aura de aquellos
a los que luchaban por sacar de las calles.
Y quizá los años que pasó metido en aquel ambiente pasaban la cuenta al
final del día, Jungkook no tenía cómo saberlo, aún así el dolor de Kim
Taehyung esa noche había sido igual o peor al suyo.
Frunció el ceño y sacudió su cabeza para despejarse. Las carpetas que
tenía en sus manos cayeron de golpe sobre su escritorio. Seguía sintiendo la
necesidad imperiosa de culpar a alguien por lo ocurrido y Taehyung había
llegado coincidentemente para ello, sin embargo algo en su interior
comenzaba a recriminarle estos sentimientos de odio hacia su jefe. Entonces
la imagen de Jimin volvió a atormentarlo... daba igual las razones, él seguía
ocupando su lugar como si la presencia de su compañero muerto fuese algo
que tuviera que borrar.
—Jodido idiota...
Hizo tronar su cuello antes de levantarse; ya no tenía nada más que hacer
allí y si le estaban dando trabajo de oficina entonces también usaría el
horario de oficina, Kim Taehyung podía irse a la mismísima mierda con su
trabajo.
~•~•~
Tae se echó en aquel incómodo sofá que usaba para sus reuniones con
sus superiores. Aquella parte seguía desagradándole, él no tenía facilidad
para hablar de aquellos temas que exigían seriedad, ni siquiera quería ser el
jefe de aquella estación y se sentía tan jodidamente controlado que en más
de una ocasión se vio sobrepasado y frustrado.
—Por ti, amigo—. Alzó la botella de Whisky y bebió un largo trago,
sintiendo el alcohol ardiendo en su garganta. Miró la foto que mantenía en
su mano y sonrió con tristeza.
Había sido la última foto antes de que los "destinaran" a aquel lugar, el
último recuerdo feliz que tenía junto a Park Jimin antes de entrar en aquel
mundo del que apenas y pudo regresar.
Se dedicó a beber, sabiendo que al otro día necesitaría litros de café y
analgésicos para luchar contra las consecuencias de aquel vicio que de
forma amable le ayudaba a borrar el dolor.
Terminaremos como unos putos alcohólicos al salir de esta mierda,
Jimin...
¿Qué? No... debo volver sano y sin vicios, Jungkook me está esperando.
Rió amargamente ante el recuerdo.
¿Cuántas veces había escuchado hablar de él? No podía contarlas y se
sintió un imbécil. Había escuchado su nombre... lo sabía.
—El muy idiota... no es como decías, amigo... no lo es... pero sigue
esperándote.
Las lágrimas resbalaban por sus mejillas; se sentía tan culpable que dolía.
Tan culpable que ahora castigaba sin un motivo a aquel oficial arrogante
sólo para mantenerlo seguro en esa maldita oficina. No podía permitirse que
algo le sucediera.
¿Cómo voy a verte a la cara cuando muera si no puedo protegerlo?
Tenía que protegerlo, se lo debía a Jimin incluso si Jeon Jungkook lo
odiaba de la forma en que le demostraba cada día que pasaba. Iba a
mantenerlo a salvo a cambio de la vida de Jimin e iba a encargarse de que
su oficial pudiese vivir en paz sabiendo que esos hombres ya no pisaban el
mismo suelo que él.
~•~•~
— ¿Estás seguro que quedó en la oficina?
—Sí, sobre el escritorio. Mierda...
—Puedes volver mañana entonces.
Jungkook bufó al teléfono. —Si pierdo el arma terminaré en sumario, Jin.
—Avísame cualquier cosa, hablamos Jungkook.
Jungkook suspiró antes de cortar la llamada, estacionando su auto y
corriendo en dirección al ascensor. Sus ojos recorrieron aquel sedán y su
velocidad disminuyó.
¿Inspector Kim? Frunció el ceño; eran casi las dos de la madrugada ¿Por
qué seguía en la estación?
Siguió su caminó y no se detuvo hasta llegar a su escritorio, suspiró
aliviado al ver su arma en el mismo lugar donde la dejase pero su
tranquilidad duró sólo hasta que vio la tenue luz de la oficina de su jefe.
Caminó hasta ella y empujó la puerta con cuidado, sabiendo que Taehyung
terminaría por echarlo del lugar como siempre.
—Mierda...—dejó su arma sobre el escritorio y se acercó al cuerpo de
Tae que estaba tirado en el suelo junto a una botella vacía. —Mierda, espero
que no te hayas echado la botella completa, imbécil...
Levantó el cuerpo de su jefe hasta sentarlo con su espalda apoyada contra
el sofá; arrugó su nariz al sentir el olor a alcohol desprenderse de su cuerpo
y sus dedos inconscientemente volaron hacia su cuello para sentir su pulso.
Dios... menos mal...
Taehyung estaba completamente ebrio pero al menos no parecía estar
sufriendo algún tipo de coma etílico.
—Hey, jefe...—dijo golpeando suavemente su mejilla, buscando
despertarlo. —Abra los ojos, van a encontrarlo en este estado, hay que
moverse...
Los ojos de Tae se abrieron cansados, intentando enfocar la imagen frente
a sus ojos. — ¿Jeon?
Jungkook se alejó instintivamente cuando su aliento golpeó su rostro,
estaba seguro que podría embriagarse él mismo sólo sintiendo su aroma;
estaba totalmente alcoholizado. Miró a su alrededor y sus ojos chocaron con
la fotografía.
¿Está bebiendo... por él?
—Jefe, arriba, está ebrio y...
Taehyung rió. —Vaya... es cierto...
— ¿Qu-?
Jungkook se tensó cuando la mano de Taehyung sostuvo rostro con
fuerza para evitar que se alejara, presionando sus mejillas y acercándose con
los ojos entrecerrados, analizándolo.
Tae miraba fijamente a sus ojos como si intentase ver más allá.
—Quita, idiota... estás ebrio.
—Increíble...
— ¿De qué mierda hablas? Suelta mi puta cara sino...
—Tus ojos son increíbles, Jeon. Veo todo en ellos...
Quiso moverse pero el agarre de Taehyung tenía más fuerza de la que
cualquier idiota ebrio pudiese tener; contuvo la respiración sin saber si su
mareo era debido al olor a alcohol que chocaba de golpe contra su rostro a
aquella insana cercanía con aquel hombre.
—Mierda... podría perderme en tus putos ojos...
—Estás ebrio y...
Su cuerpo se paralizó cuando la boca de su jefe aprisionó la suya, sus
manos empujaron pero la posición le impedía utilizar toda su fuerza y
Taehyung parecía tener toda la comodidad que necesitaba para evitar que se
moviera; cerró sus ojos con fuerza esperando que aquel acercamiento con
aquel hombre terminara, pero cuando sintió la tenue mordida en su labio
inferior ser apaciguada por la calidez de su lengua su cerebro dejó de
funcionar y por reflejo, su boca se abrió para permitir la intrusión.
Alcohol.
Pudo sentir el sabor del whisky desprenderse de aquella lengua que
recorría el interior de su boca con lentitud, presionando contra la suya y
enredándose; sus manos dejaron de forzar la separación y recorrieron el
pecho del castaño hasta sujetar su cabello, profundizando aquel beso casi
como una necesidad. Sentía su corazón bombear a mil y su cuerpo arder; no
pudo contener el débil gemido que escapó de su garganta cuando Taehyung
succionó su labio antes de volver a irrumpir con violencia.
Su mente no funcionaba con claridad y no podía quitarse la idea de que
aquello que, en primera estaba mal en tantos niveles, se sentía demasiado
bien. Se separó luego de unos minutos jadeando y sintiendo su respiración
totalmente irregular, vio a Taehyung relamer sus labios antes de liberar su
rostro, deslizando su pulgar por su labio para limpiar la pequeña estela de
saliva que escapaba de una de sus comisuras.
—Tu boca también es increíble, Jeon.
—Van a verte y estás ebrio... olvida esto.
Se levantó trastabillando y tomando su arma con rapidez para salir de la
oficina; cuando las puertas del ascensor de cerraron con él dentro, su cabeza
cayó contra la fría superficie y mordió su labio con fuerza. Aún podía sentir
el sabor a alcohol en su boca y peor aún, podía sentir su cuerpo arder y
exigirle volver con su jefe a terminar lo que ese beso comenzó.
6
Me va a explotar la puta cabeza...
Mantuvo sus ojos cerrados, presionando suavemente sus sienes mientras
esperaba que el cocktail de analgésicos y café le alivianara en algo el terrible
martilleo que sentía sólo por mantenerse despierto.
Arrugó su nariz con desagrado al recordar los largos minutos que pasó
abrazado al wc como si fuese su mejor amigo, intentando que al menos las
náuseas post bebida disminuyeran.
Salió de su oficina directo a la expendedora, bebiendo otros dos cafés
como si de agua se tratasen; al volver, se detuvo en la puerta observando a
cada uno de sus oficiales y no pudo evitar el chasquido de pura irritación al
no verlo.
—Jefe, debe firmar los reportes que dejé sobre su escritorio.
—Están firmados, Bae.
—Oh... iré a buscarlos entonces.
— ¿Dónde está Jeon? —preguntó ignorando por completo a la oficial que
ahora fruncía el ceño ante la poca atención.
—De franco, Señor.
— ¿Por qué mierda no sabía eso?
—Señor, el calendario con las guardias se encuentra en su computadora
y... ¿Necesita un caso en específico? Puedo encargarme de eso.
—No, no es nada. Ya veré qué hago.
Mierda... día de franco, genial.
Estaba irritado, vio su reloj y maldijo mentalmenta al darse cuenta que
recién serían las diez de la mañana. Detestaba estar encerrado y ya extrañaba
la libertad que su anterior trabajo le otorgaba, incluso su uniforme lo hacía
sentir esclavizado a la estación.
Decidió recorrer el lugar hasta que se topó con la bodega de archivos; se
paseó por los estantes repletos de cajas y archivos hasta que llegó al que le
interesaba.
Sus dedos rozaron el borde de la caja y dudó unos segundos antes de
sacarla y sentarse en el piso junto a ella. Exhaló profundo al abrirla y ver su
propia ropa destrozada y cubierta de sangre totalmente seca, evidencia física
y carpetas.
Sus ojos recorrieron cada una de ellas, llenas de fotografías y reportes
forenses; ni siquiera recordaba la mitad de lo que aquellas fotos mostraban
pese a que su cuerpo había quedado marcado en distintas formas.
Quiso vomitar y tuvo que hacer un esfuerzo sobrehumano para no hacerlo
ante los recuerdos que lo golpearon al ver y leer cada evidencia.
Entonces notó aquello que tanto preguntó pero que jamás cumplieron en
responder.
En esa caja sólo habían evidencias suyas y nada perteneciente a Jimin.
Con la cabeza aún doliendo, tomó la caja y salió del lugar hasta entrar de
golpe en la amplia sala que ocupaba homicidios. Ignoró los saludos y las
miradas y caminó directamente hacia el oficial que había firmado el cierre
del caso: Kim Seokjin.
La caja rebotó sobre los papeles, desordenando todo el escritorio.
—Explícame esto, Kim.
—Jefe, no entiendo...
— ¿Tú firmaste este cierre?
—Sí.
—Entonces explícame dónde mierda está el resto de evidencia.
Jin se levantó, posando sus manos en la caja con cuidado y mirando a su
jefe de forma fría.
—En esta caja están todas las evidencias que se nos permitieron reunir,
Jefe.
—Eso es imposible, en esta caja...
— ¿Debería acompañarlo al archivo a devolver esto? Creo que estamos
llamando la atención y los oficiales están trabajando.
La voz de Jin sonó suave y calma, pero Taehyung pudo ver como la
molestia adornaba aquellos ojos.
—Te sigo.
Cuando Jin devolvió la caja a su lugar, sabía que Taehyung lo observaba
de forma acusatoria, pero incluso así se mantuvo impasible. Entendía la
razón de sus preguntas porque había tenido que explicarle lo mismo a su
amigo meses antes.
—En esa caja está todo, Inspector. Recibimos evidencia del hospital e
intentamos reunir todo lo posible de aquel lugar, pero simplemente... todo
lo que encontramos fueron evidencias biológicas... y a usted.
—Yo creí que...
—El cuerpo del Inspector Park fue encontrado, sí... pero dentro de la
fábrica.
Taehyung tragó saliva. —Ese lugar se quemó hasta los cimientos, Kim.
—Así es, Señor.
—Quieres decir que...
—El cuerpo del Inspector Park fue lanzado a ese sitio, la razón por la cual
usted estaba fuera la desconocemos pero creemos que el Inspector Park lo
sacó de ese lugar y no pudo abandonarlo a tiempo—. Jin esperó por la
respuesta de Taehyung, suspiró con pesadez antes de continuar al darse
cuenta de que su jefe no podía comprender aún. —La cantidad de sangre
que encontramos correspondiente al Inspector Park era... escuche, yo no
trabajé directamente en este caso y ni siquiera sabía que usted era... bueno,
que usted era el oficial que contribuyó a las otras muestras biológicas; pero
créame... que usted esté acá ahora es un milagro, jefe.
—Él me sacó... estaba tan herido como yo y me sacó.
—Sí, Señor... creo que eso sucedió, el forense determinó que... el cuerpo
del Inspector Park sufrió distintas laceraciones e impactos balísticos,
Señor... además...
— ¿Además qué?
—Bueno, al igual que usted el cuerpo del Inspector Park tenía distintas
fracturas.
— ¿Él lo sabe?
Jin frunció el ceño sin entender la pregunta. — ¿Quién, Señor?
—Jeon... ¿Él sabe el estado en que lo dejaron?
—No... intentó averiguar por su cuenta pero... el Inspector Park trabajaba
para Narcóticos, Señor; todos sabían de una u otra forma de su relación,
Jungkook no tuvo permitido involucrarse y yo... yo sólo le informé lo
principal.
—Que estaba muerto.
—Sí, Señor.
—Asumo entonces... que se llevaron la evidencia de Jimin para
investigarlo de forma interna.
—Es probable, Señor.
—Mierda...
— ¿Disculpe?
—Me tienen en esta puta oficina mientras ellos saben más de lo que
dicen...
Jin entrecerró sus ojos, analizando cada expresión de su jefe hasta
entender sus palabras.
—Fue algo interno... —musitó sorprendido, pero Taehyung no
respondió.
—Discreción, Kim.
Fue lo último que dijo antes de dejarlo solo en el archivo.
~•~•~
—Mierda...
Intentó sacar de su cabeza aquel beso pero su cuerpo se encargaba de
recordarlo cada minuto del día. Estaba tan feliz de tener su día libre para
olvidar aquello pero le era imposible. Se hundió en su sofá a oscuras,
intentando ignorar el ardor que recorría su cuerpo.
Estaba ebrio, eso es todo.
Mantuvo sus ojos cerrados pero recordaba cada segundo en que su lengua
se enredó con la de Kim Taehyung.
Se obligó a asumir que era por el tiempo que llevaba sin relacionarse de
esa forma con alguien, una reacción natural. Sus dedos inconscientemente
presionaron su entrepierna, masajeando lentamente para poder sacarse de la
cabeza lo extremadamente excitado que había terminado por aquel beso.
Fue sólo una reacción...
Gimió cuando la presión que ejerció se hizo constante y sus dedos se
pudieron bajo su pantalón de chándal, tomando con cuidado la erección que
comenzaba a acrecentarse.
Su mano se movía lentamente por su extensión mientras que mordía su
labio para ahogar los gemidos. Su pulgar presionó suavemente,
humedeciéndose antes de volver a sus movimientos. Buscaba en sus
recuerdos algo que le ayudara a terminar pronto pero lo único que conseguía
era la imagen de aquel hombre relamiendo su labio, la sensación de su
lengua en su boca y el angustiante deseo por sentirlo aún más, que sin darse
cuenta había despertado en él.
No era él a quien quería ver sin embargo cada vez que embestía
suavemente su propia mano aumentando la intensidad de su masturbación,
Kim Taehyung aparecía en su mente, produciendo una corriente eléctrica en
su cuerpo, despertando tanto deseo que era incapaz de pensar con claridad.
Gimió profundamente, sintiendo el calor desbordarlo a tiempo que su
mano recibía el fluido por completo. Meses sin ningún tipo de actividad
sexual habían provocado aquello... debía ser así, porque era imposible que
aquel hombre que tanto detestaba fuese capaz de provocar aquel remolino
de emociones con tan sólo un beso.
Su teléfono vibró sobre la mesa y se dirigió hacia el baño a limpiarse
antes de tomar el móvil; no tenía ganas de ver a alguien así que le diría a Jin
que le dejara descansar. Sus cejas se arquearon en sorpresa al ver el número
desconocido.
"En veinte frente al Banpo, es una orden."
—Vete a la mierda...
Caminó a la habitación dispuesto a ignorarlo, tirando el teléfono en la
cama.
Pero tengo que arreglar eso...
Chasqueó la lengua irritado antes de abrir el armario y sacar una
chaqueta, su labio inferior fue aprisionado entre sus dientes al ver la ropa de
Jimin y sintiéndose culpable por dejar que Taehyung lo alterara de esa
forma, cerró el armario y salió de su casa.
Sólo aclararé las cosas... no significa nada.
7
Se bajó del taxi a un par de cuadras del puente Banpo; caminando
lentamente con sus manos en los bolsillos. Hacía frío para ser primavera y
eso lo hastiaba un poco, aunque luego de aquel suceso todo parecía mucho
más molesto para Jungkook.
Qué mierda haces aquí, Jeon... Su mente reprendía incansable mientras
intentaba convencerse que sólo necesitaba aclarar las cosas.
Bufó con pesadez cuando vio la figura de Taehyung en una de las bancas
del parque cercano, mantenía su vista fija en el cielo nocturno; el castaño ni
siquiera parecía notar lo que lo rodeaba, estaba ensimismado, con la
expresión más triste que hubiese visto en él desde que llegara como el nuevo
jefe de la estación. Inhaló profundo, sintiendo el aire frío llenar sus
pulmones antes de acercarse.
Dejó caer su cuerpo junto al de Tae pero el castaño se mantuvo en silencio
como si no hubiese notado su presencia. Jungkook comenzó a tamborilear
sus dedos sobre la superficie de la banca, esperando a que el castaño se
dignara a hablar, después de todo, él lo había citado.
—Es un lugar muy lindo—dijo por fin, sin mirar a Jungkook, más para
él que otra cosa. Los ojos del pelinegro intentaron buscar un atisbo de
alegría en aquella frase, pero Tae seguía imperturbable.
— ¿Qué se supone que hacemos aquí?
Tae ladeó su cabeza, mirándolo por fin. Vio como cada músculo de su
oficial se tensaba ante su inspección y no pudo evitar sonreír. — ¿Sucede
algo?
—Eso deberías decirlo tú.
—Sigo siendo tu jefe, Jeon —. Su sonrisa se amplió, le divertía
observarlo; se mantuvo en silencio durante unos minutos, Jeon Jungkook
parecía ser una persona completamente distinta a la que día a día lo
fulminaba con su mirada. — ¿Nos vimos anoche?
Ah... no lo recuerda... Quiso golpearlo. Había pasado todo el día
intentando que aquel beso abandonara su mente y él no lo recordaba.
Frunció el ceño antes de levantarse, le incomodaba tener la mirada de aquel
hombre sobre él.
—No, jefe, no nos vimos; pensé que necesitaba algo de trabajo.
Tae sonrió; el cambio de posición le permitió apreciar totalmente a
Jungkook. Estar sin su uniforme lo hacía parecer de menor edad. Lo vio
rodar los ojos irritado ante su silencio, definitivamente su actitud en el
trabajo empeoraba.
—Supongo que este Jeon es más parecido al que conozco.
— ¿Perdón?
—Jimin... él nunca dejó de hablar de ti, fui un idiota al no darme cuenta
cuando escuché tu nombre, Jeon.
—Odio... odio escuchar su nombre viniendo de ti, sigo pensando igual.
Taehyung no pudo evitar reír amargamente. —Por alguna razón,
escuchar eso de ti me hace sentir un hijo de puta.
—Eres un hijo de puta, jefe. Por cierto... no me llames ni envíes mensajes,
ni siquiera sé de dónde conseguiste mi número privado.
—Trabajar como lo hice por todo ese tiempo te enseña un par de cosas,
Jeon.
—Lástima que ninguna te permitió protegerlo.
Soltó aquello sin pensar y aquella punzada de culpa volvió a nublar su
juicio, sin embargo Taehyung no respondió ni reaccionó.
Mierda... no le tengas lástima... no empatices con él...
—Creo... que entiendo por qué Jimin hablaba de esa forma de ti... eres
incapaz de esconder tus emociones, Jeon. Lamento haberte sacado de casa
a esta hora, sólo necesitaba... sentirlo cerca otra vez —dijo cubriendo su
rostro con una de sus manos, su mentón tembló ante la oleada de recuerdos
dolorosos con los que vivía cada vez que tenía la valentía de mantenerse sin
alcohol en su cuerpo. —Él era... mi familia.
Alzó su cabeza, intentando mantenerse firme ante aquel hombre que
parecía abstraído en su propia burbuja de sufrimiento, sentía aquel tic en su
ojo que fácilmente escondía a los otros cada vez que algo comenzaba a
alterarlo y los músculos de su cuello tensarse dolorosamente. No enojo por
lo que Taehyung decía, sino por darse cuenta de que él sufría tal cual
Jungkook llevaba haciéndolo todos esos meses.
Estaba tan cegado buscando culpables de su miseria que había
descuidado el detalle más importante de la presencia de Taehyung... él era
la última persona que lo había visto, el único que entendía verdaderamente
cuánto dolía... era el último vínculo con Jimin.
—Vete a casa, Jeon... tienes trabajo que hacer mañana.
~•~•~
—Estoy cansado de esta mierda, jefe.
Sus manos azotaron el escritorio; había esperado todo el día, ansiando
volver a su real posición, seguir con su investigación y dejar de ser un jodido
secretario, pero Taehyung había delegado todo a sus compañeros, incluso la
investigación por la que se desveló durante semanas.
—Controla ese carácter, Jeon —dijo en un susurro, intentando no
descontrolarse ante el poco respeto que su oficial demostraba.
—Ji Chan Woo —pronunció ese nombre fríamente, viendo como la
mandíbula de Taehyung se tensaba.
—Olvídalo.
—Estaba a punto de conseguirlo, tiene todo su grupo de criminales
dudando de sus capacidades y hemos detenido cada transacción; no tiene a
nadie que quiera comprar su mercancía, está listo para...
—No voy a permitir que juegues con Ji Chang Wook, ese hijo de puta no
sólo trafica drogas sino que disfruta torturando a cada idiota que decide
interponerse; teniendo amigos en Homicidios deberías saberlo, además el
Oficial Jung ha hecho un trabajo excepcional siguiendo tu investigación.
—ES MI CASO.
—Somos una unidad y si logramos dar con Chang Wook, será un
bastardo menos en las calles vendiendo sus mierdas... y mientras más rápido
sea, más seguro para nosotros también.
— ¿Ahora te importa proteger a tus hombres? Después de que dejaste
morir a tu compañero.
— ¡Él jamás me perdonaría si algo te pasa!
Jungkook palideció ante el grito, los ojos de Tae se fijaron en él y por
unos minutos no supo qué pensar.
¿Estaba siendo relegado a trabajo administrativo por respeto a Jimin?
— ¿Estás... redimiéndote conmigo?
—Si no protejo lo que era valioso para él, entonces...
Su cabeza dio vueltas y toda la rabia que contenía desde que lo vio,
estalló; sus ojos se llenaron de lágrimas pese a que una sonrisa arrogante
había curvado sus labios. Kim Taehyung estaba alejándolo del peligro para
protegerlo y lo único que podía pensar era en hacerlo sentir tan mal como él
se sentía.
—No va a perdonarte una mierda porque está muerto, Kim.
Taehyung tragó saliva con dificultad, incapaz de dar crédito a sus
palabras; él no podía estar diciendo aquello, se suponía que lo amaba. —
Retráctate.
— ¿Por qué? ¿Tanto te duele que te diga una verdad? Está jodidamente
muerto y por tu culpa.
Ni siquiera supo en qué momento Taehyung rodeó su escritorio y sostuvo
su brazo con fuerza excesiva. Sentía sus dedos clavarse en su piel y pese a
su esfuerzo, era incapaz de zafarse.
—Me das asco, Jeon... no eres ni la mitad de lo que Jimin decía de ti ¿No
te da lástima? Día tras día él esperaba por ti y tú...
— ¡Pero ya no está! —Sus palabras salieron dolorosamente crudas
mientras las lágrimas seguían brotando. —No necesito que me cuiden y si
llego a morirme en mi jodido trabajo, será porque así debio ser.
— ¡Imbécil! ¿Cómo puedes valorar tan poco tu puta vida como para no
entender que intento protegerte?
— ¡Vete a la mierda! ¿Me proteges? ¡Debiste cuidarlo a él, no a mí!
Tae empujó a Jungkook con violencia contra la pared, sin preocuparse
del golpe que su oficial recibió; debía protegerlo porque Jimin así lo hubiese
querido pero Jungkook seguía actuando como un crío egoísta.
— ¡Yo también lo extraño! —gritó angustiado —y cada vez que te veo
recuerdo que no está y pienso que debí ser yo... y la única mierda que puedo
darle a cambio es cuidar de ti, maldita sea. Eres por lo que luchó para
volver... eres... lo que tengo que proteger ahora.
Jungkook se mantuvo estático en su lugar, sintiendo la contradicción
entre su enojo y su necesidad por sentir aún a Jimin. Alzó su mirada
clavando sus ojos en los de Tae, con aquel nudo formándose en su garganta
ante la culpa y el dolor que su jefe expresaba.
—No me mires así —Tae dijo intentando controlar la rabia, sin soltar los
brazos de Jungkook que se mantenía impasible. —Tus ojos son
aterradores...
Tienes que conocerlo, Tae. Con sólo verlo sabes lo increíble que es.
Tae tragó saliva, aquella situación se sentía tan familiar. Los profundos
orbes de Jungkook ya no expresaban el hastío habitual al mirarle, sino
tristeza. Lo asustaba la necesidad de protegerlo que despertaba en él porque
en sus ojos podía ver todo: el enojo, el dolor y el miedo.
Jimin tenía tanta razón...
—Voy a protegerte, Jeon. Incluso si sigues odiándome, sostendré ese
peso sin protestas.
—No te odio —musitó repentinamente, queriendo mentir, culparlo como
había hecho desde el principio pero viéndose incapaz de hacerlo. —Eres el
último vínculo que me queda con él... el único que entiende...
Duele tanto, Jimin.
Jungkook notó cómo el agarre en sus brazos disminuía, percibiendo por
fin la cercanía en la que se encontraban. Y ahí estaban nuevamente aquellas
emociones, arremolinándose en su interior y luchando por sobrepasarlo.
Taehyung le recordaba constantemente que él ya no estaba a su lado y al
mismo tiempo, le entregaba la certeza de que todo aquello que parecía ser
una pesadilla había tenido una parte hermosa y real.
Taehyung le recordaba que él había existido. Y eso lo desarmaba.
—Eres lo único que me queda, Inspector Kim.
El castaño mordió su labio, Jungkook imploraba tácitamente por
contención... era como un niño temeroso de seguir sufriendo.
—Aférrate a mí entonces, Jungkook.
8
Su respiración se sentía tan pesada que dolía cada vez que el aire entraba
en sus pulmones; era increíble que sus piernas pudiesen sostenerlo en ese
momento, la mirada de Taehyung quemaba y entonces entendió que la única
razón por la que su cuerpo no entraba en un total colapso al igual que su
mente, era porque el castaño lo mantenía firmemente sujeto contra la pared.
Tan malditamente cerca...
Aquel hombre al que tanto culpaba le estaba ofreciendo consuelo,
dándole la oportunidad de soltar todo el peso y sufrimiento que había
soportado solo, sin nadie que entendiera.
¿Estaba mal necesitar despojarse de todo? ¿Querer sentirse libre de la
tristeza aunque fuese entregándosela a alguien más? ¿Era incorrecto desear
algo así de egoísta?
No tenía idea de aquellas respuestas y no le importó; porque su necesidad
de mantenerse cerca a aquel recuerdo lo superaba.
Incluso cuando las manos de Tae sujetaron su cuello con fuerza
controlada para evitar que se alejara no hizo algo para detenerlo.
Ésta no es la forma...
Esto no es protegerlo...
No puedo devolverle a Jimin...
Cerró sus ojos, acercando su rostro y deteniéndose a milímetros. Sus
labios rozaron los de Jungkook y fue incapaz de controlar sus impulsos.
Presionó sus labios, envolviéndolos en un beso suave y cauteloso,
midiendo cada movimiento sabiendo que lo que hacía era totalmente
incorrecto y desleal.
Incluso ahora lo traicionas...
Pero no podía evitar sentirse hipnotizado por aquel hombre con el que
compartía el dolor. Cuando las manos de Jungkook sostuvieron dubitativas
sus caderas, todo vestigio de culpa fue superado por el deseo.
Quería que esos ojos que reflejaban todas sus emociones sólo lo mirasen
a él, que olvidara el miedo y la angustia... Atrapó su boca con sus labios,
presionando su cuerpo al mismo tiempo que su lengua se abría paso dentro
de Jungkook; no tenía tiempo ni quería dárselo en verdad y la forma en la
que su oficial recibió con avidez, enredando su lengua con la suya y
exigiendo más le dejaba claro que él tampoco deseaba pensarlo. Porque
pensarlo sólo empeoraba el dolor.
Lo escuchó gemir contra su boca cuando presionó aún más su cuerpo, su
mano sostuvo su cabello con firmeza, separándose sin preocuparse de la
pequeña estela brillante que bajó por la comisura de sus labios, besando y
lamiendo la línea de su mandíbula hasta llegar a su cuello. Su lengua dibujó
círculos sobre la piel de Jungkook, disfrutando cada suspiro y jadeo que su
oficial era incapaz de reprimir.
Su mano bajó por su pecho, disfrutando de la firmeza bajo su uniforme
hasta detenerse en el cinturón de Jungkook, enganchando sus dedos
mientras tomaba con sus dientes su lóbulo.
Había algo morbosamente excitante en tener a aquel hombre en
específico vibrando con cada uno de sus roces, porque no importaban las
razones, él seguía pensando en alguien más.
Cuando Jungkook sintió la mano de Tae detenerse en la hebilla de su
cinturón mientras su boca se encargaba de ir marcando su cuello sin
medirse, sus ojos se cerraron con fuerza. Su cuerpo reaccionaba
positivamente a cada estímulo, Taehyung sabía perfectamente qué hacer,
pero se había detenido y no le costaba mucho adivinar la razón.
— ¿Vas a parar ahora? Dijiste que ibas a soportar mi dolor.
Su voz sonó ronca, mezclada entre dudas y placer; sabía que pese a que
su cuerpo reaccionaba su mente sólo repetía una y otra vez la necesidad por
mantener viva la presencia de Jimin. Que Kim Taehyung fuera su
compañero y amigo lo mantenía cerca... estaba siendo egoísta pero daba
igual.
Tae maldijo internamente por lo que haría, no podía negar que su oficial
le atraía, quizá por todas las veces que había escuchado de él estaba
dejándose llevar por los sentimientos que su amigo antes transmitía por esta
persona pero no importó cuando sus dedos se deshicieron con habilidad del
cinturón y su mano se perdió entre su ropa; jadeó al sentir como su miembro
se iba endureciendo más de lo que ya estaba bajo su toque. Jungkook gimió,
apoyando su cabeza contra la pared e intentó enfocarse en lo que sucedía.
Sólo quiero... estar cerca de ti una vez más.
Sus manos comenzaron a imitar a Taehyung, recorriendo su cuerpo al
tiempo que su boca buscaba la del castaño de forma ansiosa; arrancar
gemidos de su jefe lo hacía desear más y el ritmo con el que Taehyung
recorría su erección lo estaba haciendo olvidar a cada segundo el
sufrimiento.
Entonces Taehyung separó su mano y comenzó a soltar los botones de su
camisa, abriéndola y recorriendo su cuerpo sin dejar de besarlo. Arqueó su
espalda buscando aumentar la cercanía cuando su lengua bajó por su cuello
y clavículas. Los gemidos iban en aumento cuando sus dientes se cerraron
sobre uno de sus pezones de forma dolorosa para luego suavizar con su
lengua, terminando con pequeñas succiones para repetir.
—Mierda, Jeon... —gimió bajando por su abdomen, aquel hombre lo
enloquecía y en parte agradeció que su respuesta fuerzan gemidos y no
palabras. No estaba seguro de si podía detenerse ahora incluso si él llegaba
a pedirlo.
Se arrodilló frente a Jungkook y quitó de golpe su ropa, relamiendo sus
labios antes de acercar su rostro, sosteniendo con una de sus manos su
miembro y lamiendo lentamente; una sonrisa escapó de sus labios cuando
Jungkook tiró su cabello, apresurándolo a continuar. Comenzó a succionar
y lamer, deslizando su lengua por la piel que ardía bajo su toque; su mano
libre se encargaba de su propia erección por sobre su ropa.
Jungkook miró aquella escena como si no formara parte de ella,
Taehyung enviaba corrientes por todo su cuerpo y sabía que no duraría
mucho así; el castaño también lo sabía, dio una última succión y separó su
boca, saboreando la salinidad del líquido preseminal.
Taehyung se levantó y vio el rostro confundido de Jungkook, jadeó
ansioso. Sus ojos lo enloquecían, su oficial era como el alcohol... borraba
los recuerdos dolorosos y lo llevaba a un estado de embriaguez casi sanador.
Su cuerpo presionó el de Jungkook, embistiendo sin cuidado para sentir la
fricción.
Gimió por el roce brusco contra su cuerpo. —M-me duele... tu ropa me
lastima...
Taehyung frunció el ceño antes de separarse; sus manos viajaron a su
pantalón pero Jungkook se adelantó con algo de violencia, soltando el
cinturón y desabotonando para bajarlo junto a la ropa interior. Lo estaba
usando como una proyección de sus sentimientos hacia Jimin pero no podía
evitar la atracción.
Lo masturbó sin mucho cuidado pero Tae sujetó su muñeca con fuerza;
los ojos de Jungkook lo miraban con deseo y rabia.
—Deja de mirarme así.
—Sólo quiero sentirlo.
Eso lo hizo reír, la molestia que aquellas palabras despertaron en él fue
notoria, se recriminó por sentir enojo, no es que no lo supiera...
Podía darle aquello, podía ignorar la rabia y quitarle el sufrimiento si eso
quería.
Con fuerza, arrastró a Jungkook contra el escritorio y dobló su cuerpo
con brusquedad.
Si él quería rememorar a través de él, podía dárselo... porque al final
Jungkook se estaba convirtiendo en el reemplazo del whisky a media noche,
borrando su propio dolor.
Llevó sus dedos a su boca, lamiéndolos sin dejar de presionar su erección
contra su oficial; sus largos dedos humedecidos se fueron hundiendo de a
uno en su cuerpo. Ignoró la protesta de dolor y los movió contra sus paredes,
presionando y forzando cada músculo para prepararlo.
—Mierda... hazlo de una puta vez...
Jungkook pidió entre jadeos, no quería preparación ni cuidados; no era
más que una necesidad física reemplazando una emocional. Tae relamió su
labio antes de quitar sus dedos y presionar con su erección. Lo penetró sin
contenerse, hundiendo sus dedos en sus caderas para mantenerlo firme,
sabía que aquello dejaría marcas en la piel de Jungkook.
Sonrió con burla, Jungkook era orgulloso; no había emitido sonido
alguno de queja al dolor ante la brusca irrupción, simplemente había
empuñado sus manos sobre el escritorio, arqueando su espalda. El dolor era
soportable, no era la primera vez que estaba en aquella posición y su
resistencia le permitía aguantar estoico el punzante dolor físico. Lentamente
sintió como su cuerpo comenzaba a arder ante cada penetración, se sentía
bien y sus gemidos se mezclaban con los de Tae; cada certero movimiento
que el castaño daba con profundidad adormecían su dolor, cerró sus ojos
deseando que su mente pudiese traer alguna imagen pasada y se maldijo por
ser incapaz de hacerlo. Entonces sus ojos dieron con aquella fotografía sobre
el escritorio y las lágrimas comenzaron a salir de sus ojos sin detenerse.
Quería sentirlo y Taehyung le recordaba su presencia, pero en ese
momento no podía quitarse de la cabeza el hecho de que eso era una mentira.
No es Jimin... No es Jimin... mierda...
Lo escuchó llorar pero no se detuvo; sabía perfectamente la razón sin
embargo, siguió embistiendo una y otra vez, escuchando sus gemidos
aumentar de volumen cuando, asumió, golpeaba su próstata con violencia.
Una de sus manos se acercó hasta su miembro que llevaba desatendido un
tiempo y se deslizó por toda su extensión; aumentando los gemidos de parte
de Jungkook.
Supo que su oficial estaba al borde de su orgasmo cuando sus músculos
se tensaron y sus manos se cerraron con fuerza, mordió su labio al verlo
arrugar la fotografía en sus manos al tiempo que sentía cómo su mano
recibía parte del tibio fluido y un casi inaudible gemido escapó de la boca
de Jungkook.
Se separó violentamente y sin cuidado de él, arreglando su ropa y
cerrando sus ojos ante el dolor que el roce le causó al estar
hipersensibilizado y a mitad de terminar correctamente.
Jungkook respiraba con dificultad, se enderezó y sus ojos se fijaron
confundidos en los de Taehyung.
—Tú no...
Taehyung sonrió. —Querías estar cerca de él, yo cumplí.
Salió de la oficina dejando a Jungkook totalmente confundido, aún
sosteniendo la fotografía. Necesitaba un trago, beber hasta que toda esa
noche desapareciera. Llegó a su auto y apoyó sus brazos sobre él antes de
abrir la puerta, hundiendo su rostro en ellos.
Mierda... no era la puta forma de hacer las cosas...
Golpeó con enojo el auto; le había ofrecido una vía de escape y Jungkook
simplemente había aceptado aquello. Pero no se había esperado que incluso
en esa situación algo así pasara.
Sólo quiero sentirlo...
Recordó aquellas palabras y sonrió con amargura; había cumplido a la
perfección con darle lo que necesitaba, con ayudarlo a mantener a Jimin
presente, tanto así que había sido su nombre el que pronunciara entre
gemidos.
9
Seokjin arrugó su nariz con desagrado, acuclillándose y ladeando su
cabeza, sin poder creer del todo lo que veía. Años en Homicidios y seguía
sorprendiéndole el nivel de brutalidad de algunos.
—Esto es...
—La cabeza, supongo.
El forense contestó encogiéndose de hombros, terminando de fotografiar
la escena sin darle mucha importancia a aquella masa de carne casi
desintegrada que en algún momento perteneció a alguna persona.
—Con ésta terminamos. Fue un lindo día de trabajo —dijo llamando con
sus dedos a otro oficial para hacer la recolección.
— ¿Lindo? Seguro que sí...
Se levantó y caminó hasta donde Hoseok lo esperaba junto a la camioneta
del laboratorio y el resto de patrullas.
—Vamos, terminarán de recoger todo... el jefe no va a estar contento,
Hoseok.
— ¿Es nuestra puta culpa que hayan matado al informante? Lo hicimos
lo más rápido que pudimos.
—Pero ellos fueron mejores.
Jin frunció el ceño, maldiciendo por lo bajo ante la situación; Jungkook
era el mejor en lo que hacía y Hoseok pese a ser bueno, caía en pequeños
errores que los retrasaban.
Que hubiesen matado al informante no era el problema, sino la forma. Ji
Chang Wook era una persona sin límites.
—Jungkook va a matarme. Ni siquiera debería estar aquí, es un puto caso
de Narcóticos y este hijo de puta lo transforma en homicidio, jodido
animal...
Hoseok suspiró. —Al final volvemos al principio.
—Ya, eso se oye fantástico, idiota.
~•~•~
Jungkook vió llegar a Hoseok con el rostro sombrío, acercándose a
Taehyung que se mantenía con la mandíbula tensa y sus brazos cruzados.
Podía notar cada músculo en su jefe tensarse incluso estando en descanso.
No estaba feliz y no había que ser un genio en perfiles para saberlo.
Ni siquiera se molestó en entrar a la oficina, simplemente escuchaba las
palabras de Hoseok que se mantenía firme con sus brazos cruzados en su
espalda; entrecerró sus ojos intentando captar algo de la conversación
infructuosamente, hasta que Hoseok se despidió y salió del lugar con apuro;
el resto de los oficiales habían vuelto a trabajar a excepción de un par que
siguieran a Hoseok quién sabe dónde.
—Inspector Kim —Jungkook dijo luego de acercarse cautelosamente a
su jefe, quien se paseaba inquieto por el lugar. Sus ojos se posaron en él,
esperando respuesta.
—Ahora no, Jeon.
— ¿Por qué Jung no está interrogando al sospechoso? Estaba todo
dispuesto para atraparlo, teníamos la información y ya deberíamos estar...
—Jeon, vuelve a tu trabajo —Tae lo interrumpió.
Jungkook se tensó ante la fría voz de su superior que ahora sonaba mucho
más grave y áspera de lo que en verdad era. —Mi trabajo es atrapar a Ji
Chang Wook pero me tiene como una jodida princesa en apuros encerrado
en esta oficina, Inspector.
Taehyung vio detenidamente a su oficial, intentando ignorar la molestia
que le producía verlo después de aquel encuentro un par de días atrás. Había
hecho todo lo posible por evitarlo pero al final, tarde o temprano iba a tener
que enfrentar la situación.
—No pudimos dar con él, Jeon.
— ¿Qué? Yo mismo me encargué que...
—Asesinó al informante, nos hizo creer hasta el último minuto que
teníamos el control pero ha jugado con nosotros... sigue jugando...
Jungkook tragó duramente, estaba molesto. —Quiero volver.
— ¿Me escuchaste? Lo asesinó... no sólo eso, lo desmembraron, Jeon. Ni
siquiera de una forma limpia, hubiese sido más fácil reconocer un perro
atropellado que a ese hombre. No voy a permitir que...
—Está apartándome por motivos personales, Inspector. Soy el mejor
aquí, me necesita para conseguir atraparlo. Quiero volver y espero que
cuando mañana regrese a trabajar mi puesto haya sido restituido, Señor.
Tae dio una profunda inhalación antes de botar el aire con molestia.
—Tu turno terminó hace una hora, Jeon.
—Lo siento, la fiscalía me necesitaba.
Deja de actuar como un imbécil arrogante, intento protegerte de ese
bastardo...
—Inspector Kim —Jungkook dijo bajando el tono de su voz para no
llamar la atención. —No necesito su protección, que haberme follado no
nuble su juicio, señor.
No pudo esconder la sorpresa en su rostro ante sus palabras; aquel chico
era sin dudas una persona soberbia que no respetaba los límites. Carraspeó
antes de volver a su oficina, observó el escritorio y suspiró.
—Pero sí que nubla tu juicio, Kim Taehyung...
~•~•~
Cuando Taehyung observó a sus oficiales preparar sus armas y revisar
que todo estuviese en orden, no pudo evitar que sus ojos volaran hasta
Jungkook.
Su rostro inexpresivo mientras revisaba el cargador de su arma de
repuesto antes de colgar el fusil de asalto en su hombro.
Amigo, estoy mandándolo a una puta redada...
—Bien, recuerden que somos una Unidad, nadie mueve un puto pelo ni
respira sin mi orden ¿Entendieron?
Tae escuchó al grupo responder al unísono, queriendo decirle a Jungkook
que renunciara a esa idea.
¿Cuánto más lo odiaría si lo sacaba de la Unidad de Narcóticos?
Quizá nunca iba a perdonarle aquello y pese a llevar poco tiempo
conociendo a su arisco oficial, no deseaba que esos ojos lo miraran con
desdén. Ya era suficiente con saber que lo culpaba por alejarlo de Jimin.
—Quiero a cada uno de esos hombres sentados en mi puta sala de
interrogación —guardó silencio unos segundos, ahogando el deseo de
ordenar la muerte de aquellos. Era un oficial de policía, no un justiciero y
eso debía recordarlo incluso ahora que enfrentaba el peligro. —Los quiero
vivos para que suelten todo lo que necesitamos saber. Sin embargo quiero
volver con cada uno de ustedes, si la situación los está superando, esperan
refuerzos. No me sirve un oficial caído. Ahora muévanse.
Un nuevo grito resonó en aquel lugar, las paredes oscuras repletas de
armas guardaron el eco de sus hombres. Uno a uno fueron abandonando el
sitio para dirigirse hacia los blindados que los llevarían; la muerte del
informante había acelerado las cosas y ahora iban contra el tiempo para
parar aquella operación de tráfico de drogas.
Miró salir a cada uno de sus hombres hasta que fue el turno de Jungkook;
su cuerpo cerró el paso de su oficial que sostuvo firmemente su arma.
—Está retrasándome, Señor.
—Nadie respira si yo no estoy en esa camioneta, Jeon.
Jungkook frunció el ceño. —Está siendo irresponsable entonces.
—Escuchaste lo que dije ¿No? Absolutamente nadie hace nada sin mi
orden.
—Escuché, Señor.
—Jeon... no es un juego.
—Tampoco para mí, esto me acerca cada vez más a los culpables; es
dónde debo estar.
Taehyung vio la determinación, relamió sus labios al observarlo.
Recorrió su rostro con la mirada, tan tenso y decidido... pero sus ojos
seguían siendo la parte que más lo llamaba.
—Señor.
—Vamos.
Respondió fríamente, haciéndose a un lado para darle espacio a su oficial;
Jungkook se movió para hacerle el quite a Tae, pero antes que pudiese
terminar de salir del lugar, su cuerpo golpeó el marco de la puerta, siendo
aprisionado por el castaño. Una de las manos de Tae lo rodeó por la nuca,
acercándolo bruscamente, la boca de Taehyung chocó con violencia contra
la suya, mordiendo su labio inferior, hundiendo su lengua en la tibia y
húmeda cavidad. Jungkook gimió ante la sorpresa de aquel beso pero no se
negó, moviendo su lengua al ritmo que Tae le marcaba y acercando su
cuerpo a él, sintiendo cómo rápidamente su miembro despertaba y
friccionaba contra Taehyung.
Una última arremetida contra su boca, dejando que su lengua perdiera esa
batalla antes de separarse; jadeaba con sus latidos a mil. Jungkook lamió su
labio, sin quitar sus ojos de Taehyung que ahora lo liberaba con el rostro
neutro.
—Vamos a terminar esto, así que no dejes que te maten, Jeon. Es una
orden.
Taehyung caminó en dirección a la salida sin decir nada más, sintiendo
los pasos de Jungkook tras de él. No esperó respuesta, porque fuera como
fuesen las cosas, no iba a permitir que nadie lastimara a Jungkook.
10
¿Dónde estás? Mierda... Jeon...
Tae jadeaba, llevaban demasiado tiempo en ese lugar e intentó abstraerse
del ruido de disparos a su alrededor que de a poco fue disminuyendo.
Les había ordenado algo y al primero en perder de vista fue a Jungkook;
sabía que ponía en peligro toda la operación pero su mente seguía pendiente
de la seguridad de su oficial.
— ¡Señor, hay dos perdidos! —uno de sus hombres gritó mientras
contaba a los hombres en el suelo.
Recorrió con la vista su grupo que ahora mantenían reducidos en el suelo
a esos hombres y su respiración se volvió irregular.
Estaban todos menos Jungkook.
Y habían dos hombres de Ji Chang Wook perdidos en esa gran fábrica
abandonada. Era imposible que escaparan porque estaban rodeados y eso
sólo significaba que estaban escondidos... no tenía que ser un genio para
darse cuenta que Jungkook estaba en desventaja si decidía enfrentarlos.
—Mierda, Jeon... dime que no fuiste tan imbécil para buscarlos...
Dándole la orden al segundo al mando de la operación de que siguieran
todo según lo planeado, tiró su arma de asalto, armándose sólo con la de
repuesto antes de caminar hacia el oscuro lugar.
Se sentía un imbécil entrando solamente por Jungkook, pero la idea de
que algo pudiese pasarle lo cegaba.
Y una ráfaga de disparos se escuchó metros más allá; corrió esquivando
objetos apilados hasta que lo vio; echado en el suelo con el cuerpo de alguien
encima, su fusil estaba a un lado, descartado, así que era obvio que estaba
sin munición pero mantenía su arma de repuesto apuntando hacia el otro
tipo
¿Por qué no disparas? Pensó mientras avanzaba a escondidas buscando
una línea de fuego libre de obstáculos; el otro hombre también lo apuntaba.
Pero estaba seguro que Jungkook podía ser más rápido.
Un disparo.
Jungkook cerró sus ojos inconscientemente al ver al hombre presionar el
gatillo; su arma estaba sirviendo de distracción porque no quedaba ni una
sola jodida bala en ella.
Iba a morirse en ese sitio debajo de un narcotraficante que le sirvió de
escudo; iba a morir sin haber encontrado a los culpables.
Esperó segundos eternos antes de abrir sus ojos sólo para encontrar al
tipo desangrándose frente a él; buscó a su alrededor hasta ver a Taehyung
acercarse al cuerpo y girarlo de una patada.
Se dedicó a observarlo, su rostro no era el de un policía que estuviera
cumpliendo su misión sino el de un sicario verificando la efectividad de su
trabajo. Jungkook se movió con dificultad para salir de abajo de aquel
hombre, arrugó su nariz al ver su uniforme ensangrentado y recogió sus
armas, esperando en su lugar.
— ¿Por qué no disparaste? —preguntó sin mirarlo. —Si no hubiese
llegado a tiempo, tendrías una bala en tu jodida cabeza.
—Pero llegó a tiempo, Señor.
— ¡POR QUÉ NO LO MATASTE!
Jungkook se sobresaltó. —Vacié mis armas antes, estos escaparon y
pensé que podía encargarme.
— ¿Lo mataste?
—Te dije que vacié mis armas, lo usé de escudo...
Taehyung relamió su labio, presionando con una de sus manos su cabeza.
Jungkook se sentía abrumado.
¿Estaba furioso porque desobedeció su orden? Es decir... él los quería
vivo y de golpe tenían a dos cuerpos que no servirían de mucho.
—Pudo matarte.
Jungkook alzó la mirada, los ojos de Tae lo observaban con tanta
preocupación que se sintió culpable, como si causar malestar en Taehyung
fuera algo imperdonable.
—Fue mi error, Señor; tomaré cualquier acción disciplinaria.
Sus palabras sonaron quebradas y se maldijo por estar sintiéndose así; no
le importaba ser sancionado pese a que eso significaba que terminaría
nuevamente como una jodida secretaria, pero se sentía tan extraño viendo
la decepción en su superior.
—Volvamos, sólo faltamos nosotros.
—Sí, Señor.
~•~•~
Jungkook observó la sala de interrogación con molestia; ninguno de los
tipos había abierto la boca y más de uno simplemente rompió en llanto
implorando por su vida. Ya no eran útiles en el otro lado y seguramente
terminarían muertos si no se les aislaba.
Mejor, mátense entre ustedes.
— ¿Jeon? ¿Qué haces aquí? El interrigatorio terminó hace una hora, ve a
casa y duerme; al menos aprovecha las pocas horas.
—Ah... sí, ya me iba, Lim—dijo sin ánimo, deteniéndose un momento
ante su compañero. —Hey... um... Changkyun... ¿El jefe?
Vio al chico fruncir el ceño, debatiéndose entre si decirle o no la
información. Jungkook rodó los ojos.
—Sigo siendo tu superior ¿Lo sabes?
—Ah... Lo sé, es que...
— ¿Dónde está?
—Encerrados con el Superintendente en su oficina desde que terminó el
interrogatorio; no vayas a soltar que te lo dije, la visita del Superintendente
es secreta o algo así.
Jungkook mordió su pulgar. —Ya... vete a casa.
—Una cosa, Jungkook... ¿Es cierto?
— ¿El qué?
—Que el Inspector Kim disparó por defenderte, se supone que no
debíamos tener bajas...—vio el nerviosismo en el oficial frente a él, dejando
ver toda su inexperiencia.
—Él no estaba allí, Lim.
—Dios... nadie me dice nada... gracias.
Jungkook suspiró; entendía tanto a este chico que le causaba algo de
lástima ser objetivo. Tener lazos dentro de la unidad solía prohibirse por la
simple razón de que sus vidas no les pertnecían, más aún de aquellos quienes
dependían del NIS.
Idiota, quizá tampoco regrese de esa mierda...
Bufó antes de alejarse de la sala de interrogatorios; cruzó por la oficina
de Taehyung pero se encontraba con las luces apagadas.
Imbécil... ¿Vas a disculparte por preocuparlo?
Sacudió su cabeza como si con eso pudiese cambiar de idea; cuando en
verdad seguía molesto por la forma en que Taehyung lo había mirado en ese
momento. Se dirigió a sacar sus cosas de su casillero, sobresaltándose al ver
a Tae esperando de brazos cruzados y la mirada baja.
— ¿Qué mierda haces aquí, Jeon? Les di la orden de que descansaran,
mañana tenemos jodido trabajo que hacer y tú sigues paseándote.
Jungkook rió. —Lo mismo digo.
—Soy el encargado de esto, no puedo simplemente irme.
— ¿Qué hacía el Superintendente aquí?
—No te incumbe.
— ¿Sucedió algo?
Tae negó. —No es tu trabajo, Jeon. Vete a casa.
Jungkook rió molesto; odiaba que lo desplazaran pero más aún si era
Taehyung quien lo hacía.
¿Para qué hablaba de querer protegerlo si lo apartaba de su lado así?
— ¿Soy un estorbo, Señor?
—Lo eres.
—Entonces por qué no cumple sus amenazas de enviarme a Tráfico.
Taehyung se enderezó. —Porque estarías donde no puedo alcanzarte,
Jeon.
Jungkook suspiró; era un idiota por sentirse así con alguien tan cercano
a Jimin. Pero ahí estaba sintiéndose aliviado por escuchar aquello.
Acortó la distancia que lo separaba de Taehyung, deteniéndose frente a
él sin dejar de observarlo; alzó su rostro de forma altanera, porque pese a
todo su orgullo seguía siendo parte de él. El castaño arqueó una ceja, le
gustaba enfrentarse a sus ojos y reflejarse en ellos y ahora no era algo de
real importancia si era por haberlo conocido por las palabras de alguien más.
Jungkook era un hombre interesante más allá del sufrimiento y eso lo
llamaba. Estaba tan mal sentirse así...
Jimin está muerto... yo sigo aquí.
Se dijo de forma fría, porque aunque doliera, Jimin ya no estaba para
hacer feliz a Jungkook y en cambio, él seguía ahí totalmente dispuesto a
hacerlo olvidar.
—Señor, sigo vivo— sonrió al escuchar a Jungkook pronunciar estas
palabras con seriedad.
Es cierto... seguimos vivos, lo siento Jimin.
11
—Señor, sigo vivo.
Pronunció estas palabras con seriedad; ningún cambio en su expresión le
permitió a Tae saber qué cruzaba por la mente de su oficial. Una media
sonrisa cruzó los labios del castaño sabiendo lo que implicaba, por lo que
cuando Jungkook apoyó sus manos junto a su cabeza y acercó su rostro,
permaneció impávido en su lugar.
La respiración de Taehyung golpeó su rostro, cosquilleando sobre su piel;
relamió sus labios antes de tirar entre estos el labio inferior del castaño,
comenzando a besarlo lentamente. Su lengua buscó con prisa internarse en
la boca de Taehyung, recorriéndola con ansias y enredándose con la de su
superior. Una de sus manos delineó el cuerpo de Tae hasta cerrarse en su
cintura, tirando de él para cerrar la distancia; mordió su labio al mismo
tiempo que presionaba su cadera para presionar la erección que comenzaba
a volverse notoria bajo su ropa.
Lo deseaba más que sólo por ser alguien cercano a Jimin y eso provocaba
enojo y molestia, aún así no se detuvo, menos al escuchar el gemido ronco
que Taehyung dejó escapar cuando buscó más cercanía, enredando sus
dedos en su cabello para profundizar otra vez aquel beso que se volvía
necesitado con cada segundo que pasaba.
El recuerdo del primer beso que compartieron esa noche en la oficina de
Taehyung llegó a su mente, esto se sentía muchísimo mejor y todo en él
reaccionaba. Se separó de sus labios disfrutando del suave chasqueo
producido por la humedad y sus manos recorrieron el cuerpo de Taehyung.
Bajo su ropa se adivinaba un cuerpo firme pero que era tenuemente más
delgado que el suyo; sostuvo sus piernas y sonrió cuando Taehyung no se
negó a enredarlas en su cintura, alzando al castaño del suelo y empujándolo
por completo contra la fría superficie en su espalda para más apoyo.
Jungkook mordió su lóbulo con brusquedad, haciendo que Tae tirara su
cabello en protesta, mas no se detuvo. Su lengua recorría la piel de su cuello
para luego succionar sin cuidado entretanto embestía contra su cuerpo.
Tae empujó a Jungkook, obligándolo a devolverlo al suelo. Sonrió
divertido al ver la clara muestra de molestia en su oficial.
—No llegaremos muy lejos si tu ropa sigue puesta —murmuró llevando
sus dedos a la camisa de Jungkook, desabotonándola con una tortuosa
lentitud.
Sus ojos parecieron brillar con deseo contenido cuando deslizó la tela
fuera de los hombros de Jungkook, dejando al descubierto su cuerpo.
Relamió sus labios por la necesidad de volver a tener su suave y nívea piel
bajo su boca; empujó a Jungkook contra los bancos que estaban junto a los
casilleros, montándose a horcajadas sobre su cuerpo y llevando su boca a su
cuello, succionando y marcando de forma descarada su piel. Le gustaba el
sonido de su voz quebrándose por el placer cada vez que comenzaba a
mover sus caderas sobre Jungkook.
Las manos del menor sostuvieron las caderas de Tae obligándolo a seguir
un ritmo constante que no duró lo suficiente cuando el castaño se alejó de
él.
—Deja de jugar, Inspector Kim.
—Ah, pensé que todo esto ya era un juego—mordió su labio,
arrodillándose frente a Jungkook y tirando su ropa para desnudarlo por
completo. —No te acostumbres a ver a tu superior de rodillas, Jeon.
—Imbécil...
—Silencio.
Tae ordenó antes de que sus dedos se cerraran alrededor de su miembro,
deslizando su pulgar desde la punta, humedeciéndolo antes de volver a bajar
su mano. Jungkook gimió buscando apoyó en el banco para evitar el temblor
que recorrió su cuerpo.
—Métela en tu boca de una puta vez.
Tae rió. —Sí, Señor.
No iba a negarse, después de todo quería tanto o más aquello. Su lengua
recorrió el mismo camino que sus dedos hicieran segundos antes,
deslizándose y humedeciendo toda su longitud antes de que sus labios se
cerraran sobre su miembro, succionando una y otra vez para luego dejar que
su boca recibiera por completo, ignorando las molestas arcadas que
sobrevinieron por la profundidad.
Jungkook gemía, tirando del cabello de Tae para guiarlo mientras sus
caderas habían tomado un ritmo propio contra su boca, pero quería más de
él y con brusquedad, tiró su cabeza para separarlo.
—Quítate eso —ordenó enganchando sus dedos en el pantalón de Tae,
sin molestarse mucho en el hecho de que el castaño no había hecho ningún
esfuerzo por desnudarse pese a estar igual o más excitado. Taehyung jadeó
por la orden pero obedeció, quedando sólo en la camiseta blanca que usaba
bajo su uniforme, apoyando sus manos en los hombros de Jungkook.
— ¿Así Señor?
—Mierda... ¿Te calienta que te dé órdenes? —Jungkook no pudo
contener la suave risa ante esto, acariciando las piernas de Tae para atraerlo
hasta sí. Deslizó su nariz, corriendo levemente la camiseta y lamiendo la
piel que dejaba al descubierto. Le gustaba sentir los dedos de Taehyung
enredarse en su cabello con suavidad cada vez que su lengua tocaba algún
punto sensible en su piel; sus manos se perdían entre sus muslos.
— ¿Quién está perdiendo el tiempo ahora? Si no te apresuras voy a
follarte yo...—Tae gimió al sentir la respiración de Jungkook demasiado
cerca de su erección pero sin ver la intención de continuar. El menor no iba
a negar que la última vez había sido jodidamente placentero tenerlo dentro
de su cuerpo, pero no era eso lo que deseaba ahora.
Jungkook lo miró unos segundos antes de tirar las piernas de Tae hasta
obligarlo a mantener una de sus rodillas contra la banca, junto a su cuerpo.
El castaño gimió cuando vio al menor llevar sus dedos a su boca, lamiendo
lentamente en burla ante la ansiedad de Taehyung; cuando su saliva
comenzó a escurrir por sus dedos, tanteó sin prisa hasta su entrada,
presionando lento hasta que uno de sus dedos se hundió contra la resistencia
que el cuerpo de Tae le entregaba.
La espalda del castaño se arqueó y sus caderas cayeron suavemente
contra su mano, buscando profundidad ante la intrusión; su cuerpo se
adaptaba bien y fácilmente pudo aumentar el número de dedos, moviéndolos
a distintos ritmos, expandiendo sus paredes y presionando contra su próstata
de tanto en tanto porque disfrutaba escuchar la voz de Taehyung romperse
de placer.
—Ya... mierda, Jeon... no quiero tus putos dedos... —rogó entre gemidos,
sintiendo la necesidad crecer cuando su oficial obedeció y se retiró de su
interior para sostener sus caderas y volver a ubicarlo en su regazo a
horcajadas. Gimió cuando sintió la presión, reemplazada con el ardor inicial
de estar siendo penetrado lentamente.
Sus dedos se hundieron en los hombros de Jungkook rasgando su piel;
mordió su labio para ahogar el gemido cuando el miembro del menor se
hundió por completo en su cuerpo. No esperó a que su cuerpo se
acostumbrara y comenzó a moverse lento, usando el cuerpo de Jungkook de
apoyo para hacer más certeros cada uno de sus movimientos.
Los dedos de Jungkook se hundían en sus caderas, profundizando los
movimientos y golpeando con fuerza, Tae intentaba concentrarse en sus
movimientos pero el placer era agobiante, su camiseta se pegaba a su cuerpo
por el sudor y cada gemido desesperado que escapaba de su garganta se
mezclaba con los de su oficial. La lengua de Jungkook volvía a trabajar en
su cuello, maximizando el placer.
Jungkook cerró sus ojos, no aguantaría mucho más sintiendo la presión
que Tae ejercía alrededor de su miembro; la fricción que lograba era
enloquecedora y rápidamente sintió como cada una de sus terminaciones
nerviosas trabajaba para acercarlo al orgasmo. Su mano comenzó a
masturbar con rapidez a Tae, siguiendo el ritmo de cada salto que Tae
realizaba sobre su cuerpo; largos minutos hasta un profundo gemido seguido
del ardor en su piel al ser rasgada por las uñas de Tae en distintas partes le
bastó para saber que había llegado al clímax, derramándose en su mano y
abdomen. Los espasmos en el cuerpo del mayor le enviaron un golpe de
calor por su cuerpo antes de acabar en su interior.
Sus respiraciones se mezclaban y la cabeza de Jungkook cayó contra su
pecho, agotado. Tae acarició inconscientemente su nuca, intentando
recuperarse aún con Jungkook en su interior.
—Llévame a la ducha, Jeon.
—Sí, Señor.
Tae sonrió; volvían nuevamente a sus posiciones habituales. —Eso
también me calienta, Jeon.
12
—Déjame aquí—. Tae ordenó al llegar a las duchas, haciendo que
Jungkook frunciera el ceño algo confundido.
¿Primero dejas que te folle y luego te pones tímido? Pensó irritado, sin
moverse de su lugar.
—También necesito ducharme para largarme de este lugar a dormir.
Tae lo observó unos segundos antes de suspirar profundamente,
enganchando sus manos en el borde de su camiseta sin quitarle los ojos de
encima a su oficial.
—No grites, Jeon.
— ¿Por qué yo...? Mierda...
El castaño sonrió con amargura, ignorando la reacción de su oficial,
tirando la camiseta al piso y entrando en silencio a la ducha bajo la atenta
mirada de Jungkook; el menor cubrió su boca, sintiendo como su pecho se
contraía ante la imagen. Se quedó observando como el agua comenzaba a
correr por sobre el cuerpo de Taehyung, pero sus ojos seguían recorriendo
cada parte de su piel.
Inconscientemente, caminó hasta sentir que el agua golpeaba su propio
cuerpo. Su mano se estiró hasta rozar con la yema de sus dedos a Taehyung.
Su cuerpo estaba cubierto por diferentes cicatrices, algunas más extensas,
otras tan pequeñas que pasarían desapercibidas... pero absolutamente todo
su cuerpo se encontraba marcado. Trazó cada una de ellas en un estado casi
hipnótico, intentando hacerse una idea de qué tanto había pasado el hombre
que ahora se dejaba analizar como si fuese algo normal.
Recordó las palabras de Jin, Kim Taehyung ni siquiera debería estar
vivo... y su cuerpo era la prueba de ello.
— ¿Por qué lloras, Jeon?
Tae murmuró y su voz sonó tan calmada que hizo que algo en el interior
de Jungkook se rompiera; ni siquiera supo en qué momento las lágrimas
habían comenzado a resbalar por su rostro, mezclándose con el agua que
seguía cayendo sobre ambos.
¿Qué tanto le habían hecho para estar así? Y un horrible pensamiento
llegó a su mente... Si Taehyung estaba así, significaba que Jimin también
había sufrido lo mismo, la diferencia estaba en que sólo el castaño debía
vivir para enfrentar las secuelas... Jimin había obtenido paz.
Sin saber por qué, sostuvo el rostro de Taehyung con fuerza,
empujándolo contra la fría superficie de la ducha y besándolo con
intensidad; el mayor se mantuvo en su lugar, respondiendo el beso hasta que
sintió las manos de Jungkook temblar en su agarre.
— ¿Cómo es que... cómo es que puedes seguir como si nada?
Tae se separó, saliendo de la ducha y vistiéndose con rapidez, ignorando
al menor que ahora lo imitaba.
—Ve a dormir, Jeon... y deja de mirarme como si te sintieras culpable.
— ¡¿Cómo sigues actuando de esa forma después de lo que te hicieron?!
— ¡Porque estoy vivo! ¿Sí? Porque da igual cuánto me hayan torturado
antes de tirarme como un puto animal, sigo vivo.
Jungkook mordió su labio con molestia. —Eso lo hace aún peor, idiota...
sigues recordando aquello, Jimin al menos dejó de sufrir por toda esta
mierda —dijo tomando su ropa del suelo. —Los muertos tienen la parte
fácil, somos nosotros... los que nos quedamos acá los que sufrimos todo el
jodido dolor.
Taehyung parpadeó sorprendido ante sus palabras, pero se quedó en
silencio, viéndolo abandonar el lugar con evidente enojo.
~•~•~
Jungkook entró a la sala de interrogación; dentro, Jin se encontraba con
varias carpetas abiertas frente a uno de los tipos que detuvieron en la redada;
el hombre frente a ellos jugaba con sus dedos sobre la mesa sin prestarle
atención.
—En serio, oficial... ni idea de dónde sacó esa idea, pero si me va a cargar
estos muertos a mí puede irse a la mierda.
—Escucha, cada uno de tus compañeros nos dio tu nombre, si cooperas...
—Si coopero ¿Qué? Estoy muerto de todos modos—dijo riendo antes de
fijar la vista en Jungkook. —Oh, otro oficial muy sexy... ah... sé quién eres,
el hijo de puta que salió al final... divertido.
Jin suspiró. —Estás hablando conmigo, el oficial acá simplemente está
siendo testigo.
El hombre chasqueó su lengua molesto. —Escucha, bonito, yo no asesino
porque para eso tienen a otra gente ¿Sí? Además... —fijó su vista en el
cristal que separaba esa habitación de la contigua. — ¿Está ese idiota ahí?
Supongo que no...
Jin miró a Jungkook intentando que su rostro no denotara la confusión.
—No sé de qué hablas pero ahora estamos acá por esto —dijo golpeando
las fotografías. —Podemos llegar a un trato... puedes librarte de las
acusaciones de Narcóticos y quizá hasta de Homicidios si nos entregas a Ji.
—Te lo dije, me importa una mierda tu acusación de homicidio, yo no
asesino.
—Porque tú torturas—. Jungkook se acercó a la mesa, apoyando sus
manos sobre la superficie y estirando una de las carpetas. —No los matas
pero juegas lo suficiente con ellos para que venga otro animal a terminar lo
que empezaste.
Quiso golpearlo al escucharlo reír; era un simple bastardo sádico.
—No lo sé, oficial. Parecen saber mucho, no sé por qué me necesitan.
— ¿Y si te liberamos? ¿Qué pensará Ji Chang Wook si te soltamos sin
cargos?
Jin habló fríamente, sonriendo al ver como el hombre palidecía ante sus
palabras. Soltarlo sin cargos significaba un trato, y un trato para ellos era
sinónimo de muerte.
Pero tan rápido como apareció el miedo en sus ojos, se desvaneció.
—Hagan lo que quieran, yo no he matado a nadie... ése imbécil debería
saberlo.
Jungkook frunció el ceño. — ¿Quién?
—Kim Taehyung. Ése es su nombre ¿No?
Ambos oficiales guardaron silencio, intentando que sus reacciones se
mantuvieran mesuradas.
—Te estás sobrepasando... —Jungkook siseó.
—Es lo que hay, preciosa. Y bueno, puede ser que a alguna de esas fotos
tenga mi arte en ellas... quizá el jodido Kim podría reconocerlas, él también
tiene mi firma en su lindo cuerpo.
Debía controlarse; no podía dejar que sus emociones saliera porque ese
hombre buscaba provocarlos. No le importaba nada más, simplemente se
divertía a costa de ellos.
—Jeon, espera afuera.
Jungkook lo ignoró. — ¿Estás insinuando que atacaste a un oficial de
policía?
— ¿Atacar? No... simplemente jugamos un poco —respiró profundo,
como si recordara. —Ya sabes, jugar a que eres uno de nosotros es algo
peligroso... más si te descubren; yo simplemente hice lo que el jefe pidió y...
ah, él es valiente... pero todos se quiebran al final.
—Suficiente—. Jin se levantó, no era necesario seguir con aquello y era
obvio que Jungkook estaba conteniéndose.
— ¿Suficiente, bonito? Pensé que querías saber de mi trabajo...
—Habla—. Jungkook ordenó.
—Jeon, es suficiente. No hablará y...
—Todos se quiebran cuando tienen a alguien importante que quieren
proteger. Ése es el problema de meterse entre dos a jugar a los malos... el
asunto es que nosotros no jugamos.
Mierda, no... Jin quiso detenerlo al darse cuenta de lo que aquel hombre
hablaba.
—Jeon, fuera.
—"No toques a Jimin hijo de puta" "Mátame a mí, no lo toques" "Por
favor no lo hagas"—sonrió. —Bueno, los dos gritaron mucho; los hubieran
visto... la amistad es algo interesante en verdad, romperlos y cortar
lentamente su cuerpo mientras sabían que iba a hacer lo mismo con su
amigo... supongo que sabemos cuál de los dos es el afortunado.
— ¡Voy a matarte!
— ¡JUNGKOOK!
Jin intentó detenerlo, pero su cuerpo cayó sobre aquel sujeto,
golpeándolo una y otra vez con sus puños. Escuchaba la risa del hombre ser
acallada por cada golpe que recibía.
El mayor sostuvo a Jungkook cruzando uno de sus brazos por su cuello e
inmovilizando sus muñecas con el otro. Lo vio patear con violencia antes
de poder alejarlo por completo y deseó poder ser él mismo quien callara su
boca, porque pese a tener el rostro totalmente reventado a golpes, seguía
riendo de manera enfermiza.
— ¡Suéltame! ¡Voy a matarlo!
Jin los sacó del cuarto dejando que otros oficiales tomaran su lugar y
arrastrando a Jungkook para alejarlo. Veía las miradas curiosas de algunos
compañeros.
— ¡Cierra la puta boca! —gritó cuando por fin se encontraron solos,
encerrados en la habitación que usaban los oficiales de guardia. Jungkook
jadeaba y su cuerpo temblaba en su agarre. —Voy a soltarte... si llegas a
hacer algo estúpido, te quebraré las piernas ¿Entendido?
Jungkook asintió, sintiendo el agarre liberarse. Cayó de rodillas al suelo,
observando sus nudillos destrozados y conteniendo las ganas de volver a
terminar aquello.
—Tenemos su declaración, lo tenemos por los homicidios de la
investigación y...
—Lo torturó.
—Jungkook... Jimin ya...
—Tengo que irme.
—Jungkook, basta, no puedes vol... maldita sea, imbécil...
Deslizó su mano por su cabello, rogando que su amigo no fuera tan
imbécil para volver a ese cuarto de interrogación y esperando que el maldito
sumario que tendría que llevar por permitir que un detenido terminara con
el rostro deformado no fuera excesivamente largo.
13
— ¿Qué mierda tienes en la cabeza, Jeon? Golpeaste al hijo de puta en la
estación... ¿Eres imbécil? Ninguna declaración va a quitar el hecho de que
lo reventaste.
—Mi error, Señor.
—Da igual lo que haya dicho, jamás debes dejar que lo que un jodido
criminal te diga logre desarmarte.
Jungkook tragó saliva; había llegado hacía quince minutos de dar su
declaración a Asuntos Internos y ahora debía aguantar los gritos de
Taehyung.
—Voy a sacarte.
— ¿Qué?
—Desobedeces órdenes y golpeas sospechosos, no necesito un jodido
oficial que no es capaz de controlar su temperamento.
— ¡Ese imbécil fue el que los torturo a Jimin y a ti!
— ¡Te engaño pedazo de imbécil! Todos ellos lo saben porque no es
normal que descubran a dos agentes, saben lo que sucedió y no significa que
sean responsables...
—Pero él...
—Jeon, usa tu puto cerebro... ¿Crees que alguien que es capaz de dejarme
como me dejó caería en una puta redada?
—Jugó conmigo.
—Lo hizo.
Jungkook rió con sarcasmo, había caído tan fácil en las provocaciones
que se sentía humillado.
—Quiero seguir en el caso.
— ¿Qué garantías tengo de que no volveras a cometer una imprudencia
así?
—Ninguna.
Taehyung exhaló con pesadez. —Al menos deberías mentir. Me dan
muchas ganas de destinarte de vuelta a Busan.
—Eso es mucho más lejos que Tránsito.
—Lo es.
Jungkook alzó la vista, sin salir de su posición. — ¿Me quieres lejos de
acá?
—Eso sería tranquilizador.
—Mientes.
—Te sobrevaloras.
— ¿Lo hago?
—Vuelve a casa, estás suspendido hasta que cierren el sumario.
—La decisión al final siempre es suya, Señor; es el jefe.
—Sí, y no por haber cogido me pasaré las leyes por el culo. Trabajo es
trabajo, Jeon.
Jungkook frunció el ceño. —Trabajo es trabajo y aún así estás molesto
conmigo y me quieres lejos, idiota.
—Soy tu superior, Jeon.
—Olvídalo, me retiro, Señor.
Tae masajeó el puente de su nariz irritado, Jungkook tenía un carácter
difícil de llevar.
No podía negar que estaba molesto, no le gustaba el hecho de que se
hubiera dejado llevar por las palabras de aquel sujeto pero le molestaba más
el que la sola mención de Jimin causara aquellas reacciones.
Estás celoso y no tienes derecho a estarlo.
Lo vio salir de su oficina dando un portazo; sería un día agotador.
~•~•~
Tae suspiró; llevaba días sin un descanso y por fin podía estar en casa sin
pensar en trabajo; tampoco podía reintegrar a Jungkook aún pues seguía
bajo sumario.
—Idiota...
Tomó la botella que descansaba frente a él con dedos temblorosos, días
sin alcohol causaban estragos en su cuerpo. Necesitaba distraerse, borrar de
su mente los recuerdos de aquella noche, los gritos... borrar la idea de
Jungkook sufriendo por alguien más.
Un largo sorbo de whisky sin preocuparse de usar un vaso adormeció
momentáneamente sus sentidos.
Jodida mierda... no debía involucrarme... maldita sea, Jimin...
Chasqueó la lengua al escuchar el timbre del departamento sonar, no
tenía intención de abrir pero el sonido se volvía irritante. Abrió de golpe la
puerta, parpadeando un par de veces en sorpresa al verlo allí.
— ¿Y tú?
—Estoy suspendido, no tengo algo más que hacer.
Tae frunció el ceño ante su respuesta desinteresada. — ¿Cómo
encontraste este lugar?
—Contactos.
—Vaya, hay alguien haciendo muy mal su trabajo en el NIS.
Jungkook se encogió de hombros, entrando sin ser invitado y
deteniéndose frente al sofá. Sus ojos se entrecerraron al ver la botella.
—Tienes un problema si eres capaz de beberte una botella solo.
—Ya no estoy solo.
—No voy a tomar contigo, Inspector.
—Entonces puedes volver por donde llegaste, Jeon. Hoy no tengo ganas
de soportar tu actitud de mierda.
— ¿Qué dijiste?
—Eso, no tengo paciencia ni ganas para escucharte defender a Jimin...
maldita sea, todo siempre gira en torno a él, es irritante incluso sabiendo que
por mí él...
— ¿Crees que... golpeé a ese hijo de puta por Jimin? Eres tan imbécil
como creí el primer día.
—Por favor, Jeon... repites una y otra vez que por mi culpa está muerto,
entiendo esa mierda porque perdiste a alguien que amas pero ya es suficiente
¿No?
—Estás ebrio, ve a dormir.
—No jodidamente ebrio, soy realista.
Jungkook rió. — ¿Realista? ¿Siquiera escuchas cuando hablo? Jimin está
muerto.
—Por mi culpa, lo has dejado claro.
— ¡Lo golpeé por ti, imbécil! ¡Eres tú el que sigue sufriendo acá, no
Jimin!
Taehyung calló, observando como la mandíbula de Jungkook se tensaba
y su respiración se aceleraba por el enojo.
— ¿Por mí?
—Yo... no lo sé ¿Sí? Sólo pensé en ti y en toda esta mierda en la que
estamos metidos... vi tu cuerpo, maldición... y él se reía por eso. Pensé en ti
y no pude controlarme.
Jungkook empuñó sus manos, estaba confundido por todo lo que Tae le
hacía sentir y aún más por estar dándole forma a esos pensamientos. Se
sentía culpable de haber priorizado en su mente el bienestar de Taehyung
por sobre la idea de Jimin sufriendo; le dolía no poder evitarlo y aún más
estar sintiendo la necesidad de mantener al castaño a su lado.
Quería engañarse y se repetía que era simplemente porque Taehyung era
alguien importante para Jimin, pero eso no respondía la razón por la que
había obligado a Jin a conseguir su dirección en NIS y tampoco por qué
había sentido tanta rabia al pensar en aquel asqueroso hombre torturándolo.
—Jeon.
—Cállate ¿Sí? Necesito... pensar.
Taehyung suspiró, caminando hacia él para cerrar la distancia y rodearlo
con sus brazos. Jungkook se mantuvo impasible, sin reaccionar de ninguna
manera al abrazo; se sentía tan culpable por toda la situación.
—Gracias —dijo reafirmando el abrazo. —Lamento que hayas tenido
que escuchar eso, sea él o no... fue lo que sucedió de todos modos.
—Esto está mal, Inspector Kim.
—Lo está.
—Para entonces, no quiero esto... no contigo.
Tae mordió su labio, dolía más de lo que pensó escuchar aquellas
palabras. Dolido, hundió su cabeza en su cuello, embriagándose con su
aroma y sintiendo la piel de su cuello erizarse.
Jungkook contuvo la respiración por segundos, debatiéndose entre lo
correcto y sus verdaderos deseos antes de corresponder el abrazo. Sus
manos acariciaron su espalda lentamente.
Era su amigo y eso lo volvía tan incorrecto como doloroso.
14
Jungkook se quedó en silencio entre sus brazos, sintiendo como su
respiración se volvía una con la de Tae. Sin proponérselo, cedía ante aquel
hombre y eso lo mantenía en una lucha interna.
—Sé... sé que esto está mal, Jeon. Puedo entenderlo...—Tae murmuró sin
alejarse de él. —Él también fue importante para mí, lo que quiero que
entiendas es que no deseo su vida, no quiero reemplazarlo ni tomar su
lugar... ni en la policía ni mucho menos contigo.
—Pero eso parece.
—Tú me gustas, Jeon y sé que tampoco te soy indiferente, no es una
simple necesidad de contención.
—Eras su amigo... cómo puedes...
Taehyung soltó a Jungkook, enfrentándolo con seriedad. Veía la
confusión en su rostro pero no iba a seguir excusándose en la necesidad de
mantener vivo el recuerdo de Jimin; lo quería a él por completo.
—Es difícil... jodidamente difícil pero es así y me siento tan culpable por
esto... pero estoy acá, Jeon. Estoy vivo y también tú... quizá en un principio
deseaba sentir que la carga era menos pesada, compartir el dolor y toda esa
mierda que dije antes; pero ya no es así. Me gustas y no quiero alejarme de
ti incluso si eso me hace un hijo de puta... no quiero el lugar de Jimin, te
quiero a ti y no estoy pidiendo que lo olvides porque yo tampoco lo
olvidaré... estoy pidiendo que no vivas ahora condicionado por él.
—No puedo... yo no sé... eres su amigo.
—Mierda, Jeon; mírame—dijo alzando su voz. —Yo también sufro por
él... pero él ya no está. No quiero que me uses como un reemplazo, quiero
que estés conmigo y te olvides de toda esa mierda que pasaste. Ya sufriste
lo suficiente por él, ahora te toca seguir adelante, Jeon.
— ¿Contigo?
Tae suspiró. —Me gustas más de lo que hubiese querido, y sí... quiero
que sigas adelante junto a mí.
—Mierda...—Jungkook masajeó su cabeza, odiaba sentirse agobiado por
algo que realmente quería pero que lo estaba llevando al borde por la culpa.
Su cuerpo se tensó cuando Tae acarició su mejilla, perfilándolo con
suavidad. Taehyung estaba en lo correcto al decir que no le era indiferente,
su presencia lo afectaba de tal manera que era incapaz de controlarlo.
—Jeon, me gustas.
—Basta, no quiero escucharlo de ti...
—Voy a repetirlo todas las veces que sean necesarias.
— ¿Qué ganas con esto?
Tae rió. —Nada, porque no es una puta competencia contra el recuerdo
de Jimin; es simple, me gustas Jungkook. Y tú por algo estás acá ¿No?
Frunció el ceño ante la mención de su nombre, en verdad le gustaba sentir
que Taehyung rompía lentamente los muros entre ellos.
—Estoy acá porque... mierda, no lo sé ¿Sí? Es decir que también me
gustas y eso me confunde...
—Eso me basta por ahora.
Tae no esperó su respuesta y antes de que el menor pudiese negarse,
sujetó con fuerza su cabello y lo besó con brusquedad. Sonrió contra sus
labios cuando Jungkook lo recibió sin quejas, permitiendo que su lengua se
enredara con la contraria, buscándose con ansiedad.
Jungkook se separó, mordiendo el labio de Tae; buscó bajo la camiseta
del castaño y sus manos acariciaron la piel con lentitud.
—Vamos al cuarto.
—Ah, pensé que iba a ser duro.
—No hoy, quiero verte.
Tae frunció el ceño ante sus palabras, entendiendo a la perfección a lo
que se refería pero no se negó. Lo guió al cuarto en silencio y respiró con
pesadez al ver la mirada impaciente de Jungkook sobre él.
—Tienes unos fetiches muy raros, Jeon —bromeó para tranquilizarse a
sí mismo, pese a que Jungkook ya lo había visto, esta vez se sentía
extremadamente íntimo. —Al menos podrías desvestirme tú.
—Dijiste que quieres estar conmigo, no escapes ahora. Desvístete.
—Sí, Señor.
Jungkook se sentó en la cama sin quitarle la vista a Taehyung. Mordió su
labio cuando, luego de una exhalación profunda, el castaño quitó su
camiseta y la dejó caer a sus pies; se negó a alejar la mirada incluso cuando
el resto de su ropa desapareció.
— ¿Debí bailar para ti?
Susurró caminando hasta Jungkook que le extendía su mano. Jadeó
cuando las manos del menor lo sostuvieron de las caderas y con fuerza
controlada, lo tumbó hasta quedar de espaldas sobre la cama.
La mirada de Jungkook era tan intensa que se sintió totalmente cohibido;
jamás alguien lo había hecho sentir vergüenza y por primera vez desde que
despertase de ese coma, deseó que su cuerpo no se encontrara cubierto por
cicatrices. Mordió su labio, el silencio lo estaba abrumando; no le
importaban las secuelas físicas mas Jungkook analizaba cada parte de su
cuerpo.
— ¿No vas a hacer nada? Puedo empezar yo... —se maldijo mentalmente
al darse cuenta que su voz tembló.
Jungkook medio sonrió ante esto, deslizando lentamente sus dedos por
su pecho, trazando una de las muchas cicatrices que lo cubría; así lo hizo
con cada una de ellas. No podía imaginar siquiera el dolor de haber sido
violentado de tal forma, contó al menos quince impactos de balas, todos en
puntos no vitales y hechos simplemente para torturar.
Con cada corte pasaba igual, todos estratégicamente alejados de arterias
y órganos vitales pero eran tantos que no entendía cómo seguía vivo.
Tae sostuvo la sábana entre sus puños, sentía la urgencia de cubrirse y
alejar aquellos ojos que lo enloquecían de su cuerpo, no por vanidad sino
por miedo. Su labio tembló, recordaba cada ataque y sus ganas de rendirse.
—Basta —pidió casi con angustia, logrando que Jungkook lo observara
con curiosidad.
— ¿Por qué?
—Si no vas a follarme entonces déjame ir a beber algo... yo no... quiero
que sigas viéndome así.
Jungkook dejó caer su cuerpo usando sus brazos de apoyo. —Tienes
miedo.
— ¿Qué?
—Ves tu cuerpo y recuerdas ese día ¿Cierto?
Taehyung se carcajeó, pero su risa lentamente fue ahogada por sollozos.
Nadie había preguntado jamás, nunca alguien se cuestionó lo sucedido
porque ser un sobreviviente lo volvía alguien admirable. Pero Taehyung no
lo sentía así... Jungkook era la primera persona que veía su terror.
—Estaba tan asustado... quería morir... les rogué que me mataran pero
siguieron... tuve tanto miedo de vivir y seguir sintiendo dolor... tanto dolor.
—Entonces... voy a darte algo nuevo por lo que recordar cada parte de tu
cuerpo.
15
Taehyung mordió su labio al escucharlo; Jungkook se veía
completamente seguro de sus palabras y eso lo hizo sentir confiado por
primera vez en esos meses.
Jungkook acarició su rostro, limpiando el resto de lágrimas que aún
escapaban de sus ojos y acercó su rostro, tomando con suavidad entre sus
dientes el labio inferior de Tae; el leve jadeo que escapó del castaño le
permitió la entrada a su lengua. No demoró en recorrer su boca con
intensidad, le gustaba sentir que Taehyung respondiera con la misma avidez.
Estiró sus brazos cuando Tae levantó su camiseta para quitarla,
permitiendo que los dedos del mayor se dedicaran a recorrer cada músculo
en su abdomen, para luego engancharse en sus pantalones, desabotonándolo
con paciencia mientras arqueaba su espalda al sentir la lengua de Jungkook
ir humedeciendo su piel ahora sobre su cuello.
El menor succionaba, marcando sin cuidado a Taehyung y robándole
gemidos cada vez que llegaba a un punto sensible.
Su piel comenzaba a arder bajo las caricias de Jungkook y se olvidaba
rápidamente del miedo, dejando que el menor besara y tocara su cuerpo con
propiedad. Movió sus caderas buscando fricción y sonrió al escuchar a
Jungkook gemir por el roce; con una de sus manos, comenzó a acariciar por
sobre el pantalón que seguía incomodando pero Jungkook sostuvo su mano,
alejándolo.
—Quítalo, Jeon.
Jungkook relamió su labio. —Eres jodidamente impaciente.
—Soy práctico; quítalo.
Jungkook se desnudó antes de volver a su posición entre las piernas de
Tae, acariciando sus muslos y llevando su boca hacia su clavícula. Besó y
lamió hasta llegar a sus pezones; mordiendo con cuidado de no lastimarlo
pero lo suficientemente fuerte para arrancarla gemidos profundos al mismo
tiempo que lo masturbaba.
Tae intentaba mantener sus ojos abiertos y grabar cada acción de
Jungkook sobre su cuerpo, pero no pudo evitar que su espalda se arqueara y
su cabeza buscara apoyo contra la cama cuando lo vio perderse entre sus
piernas, lamiendo y besando el interior de sus muslos con lentitud. Sus ojos
nunca dejaron de estar sobre el rostro de Tae y sonrió con suficiencia al
verlo perder el control de sus reacciones cuando su lengua se deslizó por
toda su erección.
— ¿Te gusta esto? —dijo repitiendo el movimiento con su lengua.
—Mierda, sí...
Tae enredó sus dedos en la sábana cuando la boca de Jungkook se
apoderó por completo de su miembro y sus caderas tomaron propio ritmo
contra su boca. Jungkook lo hacía olvidar todo y agradecía aquella
coincidencia que lo llevase a conocerlo.
—Jeon, detente... —pidió empujándolo, se sentía cada vez más cerca y
su cuerpo reaccionaba al más mínimo roce. Pero Jungkook no se detuvo
hasta que sintió que el cuerpo de Tae se estremeció, dejando que se corriera
en su boca y tragando sin quejas.
—Gírate —Jungkook dijo mientras relamía su labio y se tocaba
lentamente, la visión de Tae bajo él cubierto por una delgada capa de sudor
y luchando por recuperar el aliento lo excitaba más de lo que estaba
dispuesto a admitir.
—Sí, Señor.
Tae rió, la actitud de Jungkook cambiaba totalmente en momentos así;
poco le importaba ser él quien fuera follado, sexo era sexo de igual forma y
no iba a negar que el estar sometiéndose a su oficial le daba una sensación
casi obscena de placer.
Apoyó sus brazos contra la cama y frunció el ceño cuando Jungkook
hundió sus dedos en sus caderas para alzarlas.
— ¿Lubricante?
—Lo siento, no hay.
—Mierda... —Jungkook se quejó molesto, llevando sus dedos a su boca
para humedecerlos antes de que buscara su entrada de manera impaciente.
Tae contuvo la queja ante la intrusión, relajando su cuerpo mientras que
el menor presionaba su interior antes de sumarle otro dedo, dándole distintos
ritmos y separando para dilatarlo. Sentía como su propia erección se volvía
dolorosa ante la imagen de Taehyung deshaciéndose en gemidos que
aumentaban de intensidad cuando sus dedos golpearon su próstata.
—Ya está, Jeon, no soy una jodida virgen.
—Gritas como una.
Tae quiso maldecirlo por estar sobrepasando sus límites, pero Jungkook
volvió a presionar su próstata haciendo que sus brazos temblaran; sabía que
la única razón por la que su cuerpo no colapsaba contra la cama era que
Jungkook lo sostenía.
Gimió decepcionado cuando los dedos de Jungkook lo abandonaron pero
no el suficiente tiempo para sentirse vacío porque sin aviso, el menor lo
penetró lentamente.
Jungkook cerró sus ojos al sentir la fricción; el interior de Tae estrecho y
cálido lo recibía por completo. Embistió lento hasta que sus cuerpos
quedaron por completo unidos, manteniéndose quieto y acariciando su piel
suavemente.
Taehyung mordió su labio y comenzó a moverse lento, indicándole a
Jungkook que estaba listo para seguir.
Jungkook embistió nuevamente, aumentando la fuerza y repitiendo hasta
que las penetraciones se volvieron bruscas y profundas, azotando su
próstata. Sus gemidos llenaban por completo la habitación y Tae se sentía
nuevamente al borde del orgasmo.
Sus puños tiraron la sábana cuando los movimientos de Jungkook se
volvieron más bruscos, hundiendo sus dedos en su piel. Separó aún más sus
piernas, dejando que la profundidad aumentara.
Jungkook gemía, sus músculos se tensaron y la piel de Tae se rasgó bajo
sus dedos por la fuerza con la que lo sostuvo. Necesitó sólo un par de
embestidas para que su cuerpo se deshiciera en espasmos, sintiendo a Tae
presionar contra su miembro y terminando dentro de él. Se quedó en su
interior unos segundos antes de separarse, girando el cuerpo de Tae sobre
su espalda.
Sonrió divertido al ver el cuerpo de Tae manchado por sus propios
fluidos. No había necesitado de más estímulo que a Jungkook golpeando su
interior para que nuevamente lo hiciera terminar.
—Eres... bueno en lo que haces, Jeon.
—No tienes ni idea.
Tae rió, viendo a Jungkook ocupar el otro lado de la cama, apoyando su
espalda contra el respaldo de madera y respirando profundamente. Se giró
sobre su costado, utilizando uno de sus brazos de soporte para observarlo.
— ¿Qué? —Jungkook dijo sin mirarlo.
—Me gustas, Jeon.
El menor suspiró, mirándolo fijamente con el ceño fruncido. No estaba
seguro de si era lo correcto, pero la sonrisa que Tae le dedicó mientras
esperaba lo hizo sentirse aliviado.
—También me gustas, Taehyung... me haces olvidar los problemas... me
gusta sentir eso.
Tae se enderezó, tomando inconscientemente la sábana para cubrirse.
Abrió sus ojos sorprendido cuando Jungkook tiró su muñeca para detenerlo.
— ¿Qué haces?
Jungkook guardó silencio unos segundos, entendiendo que lo que diría
significaba seguir adelante pese a la culpa. —Me gustas, Taehyung; cada
parte de ti, así que deja de esconderte.
Tae suspiró divertido. —Tienes unos fetiches muy raros en verdad.
—No tienes idea.
16
— ¿Por qué te enviaron a ti, Kim?
—Porque me están vigilando luego de lo de Jungkook, Shin.
—Ah, sí... escuché algo.
— ¿Y tú? Pensé que seguías de vacaciones.
— ¿Con toda este trabajo? El jefe me llamó.
Jin recorría aquella casa en silencio junto a su compañero; la dirección
correspondía a uno de los hombres de Ji Chang Wook. Aquel sujeto estaba
causando bastante revuelo y Jin no tenía tanto trabajo desde la situación de
Kim Taehyung.
Suspiró cansado; la casa estaba destrozada y en el cuarto, el cuerpo de la
víctima yacía en la puerta, como si no hubiese alcanzado a escapar.
—Un disparo.
— ¿Ejecución?
Jin suspiró. —Eso creo... Ah, necesito vacaciones...
Shin sonrió palmeando la espalda de Seokjin. — ¿Qué piensa el jefe?
—Que se mueven para escapar, se están deshaciendo de la carga.
— ¿Va a escapar solo?
—Solo y forrado en dinero y droga... es inteligente... pero cuántos
muertos más piensa dejar tras de sí...
Salieron de la casa y Jin le indicó a los forenses que entraran; ser policía
de homicidios era un asco cuando estaban con tal exceso de casos y que
encima estuviesen compartiendo la investigación con narcóticos era aún
peor.
— ¿Te quedas a terminar?
—Recién llegas y ya quieres escapar, Shin... —rió antes de que por su
campo de visión apareciera un tipo observando más allá de la cinta policial.
— ¡Hey! ¡No puedes estar aquí, idiota! Mierda, Shin sigue tú, iré a
deshacerme de ese imbécil.
Jin corrió hasta donde el hombre observaba sin expresión; frunció el ceño
al llegar frente a él, cruzándose de brazos e interponiéndose en el campo
visual.
—Es una investigación policial. Tus documentos.
—Supongo que sí, por algo estás estorbando la vista ¿No?
—Si lo sabes entonces lárgate antes de que crea que tuviste algo que ver.
El chico ladeó su cabeza. — ¿Es una amenaza, oficial?
—Es una advertencia.
—No sabía que la policía nacional ahora entrenaba matones.
—Estás sobrepasándote, si no te llevo ahora es simplemente porque no
haré un espectáculo de esto... repito, tus documentos.
Jin se mantenía impasible viendo como, luego de chasquear la lengua, el
hombre buscaba en sus bolsillos y sacaba de su billetera sus documentos,
extendiéndoselos con desinterés.
—Min Yoongi.
—Eso dice.
—Bueno, Min Yoongi, lárgate de este lugar si no quieres que te escolte
amablemente dentro de una patrulla.
Jin dijo fríamente sin conseguir la atención de Yoongi, que ahora miraba
con los ojos llenos de sorpresa a los forenses salir con el cuerpo dentro de
aquella bolsa. Arqueó una ceja con interés ante su reacción.
—Eres de Homicidios —Yoongi dijo como si se aclarara su mente.
—Lo soy.
—Pensé que... Mierda...
Yoongi pasó bajo la cinta e ignoró a Jin, corriendo para acercarse al grupo
de policías que estaban más cerca de la casa, pero antes de llegar, su brazo
fue sujetado con fuerza y su cuerpo cayó con violencia contra el cesped.
— ¿Qué parte de que es área restringida no entiendes?
—Es mi casa, maldita sea, es mi puta casa ¿Ok? Suéltame hijo de puta...
¡Que me sueltes!
— ¿Tu casa?
—Es la puta casa de mi padre, suéltame... ¡SUÉLTAME!
—Escucha, detente. No voy a soltarte porque si lo que dices es verdad
entonces vas a conversar conmigo sin quejas.
Jin le hizo una señal a Shin antes de tirar de Yoongi hacia su auto,
subiéndolo sin cuidado antes de entrar al asiento del conductor. Lo observó
por el retrovisor.
No se veía triste ni sorprendido... sólo enojado.
Eso es raro.
~•~•~
Jungkook esperaba apoyado en su auto frente a la estación, su pie
golpeaba impaciente mientras miraba su móvil.
Tan jodidamente lento...
Acomodó sus lentes de sol y se cruzó de brazos, esperar era irritante y
más aún estar frente a su trabajo sin poder poner un pie dentro.
—Jeon.
La voz profunda de Tae lo sacó de sus pensamientos. — ¿Qué mierda
hacías dentro? Llevo más de quince minutos esperándote.
Tae sonrió. —Lo siento.
El menor se giró, metiendo medio cuerpo en su auto antes de salir y sacar
una bolsa de papel.
—Ten.
— ¿Y esto?
—No has comido ¿No? Nunca comes en el trabajo.
Una sonora carcajada escapó de Tae, haciendo que Jungkook arqueara
una ceja confundido e irritado.
—Mierda, Jeon... ¿Deberíamos ir a coger al baño?
—Lo siento, estoy suspendido.
Tae observaba el contenido de la bolsa con una sonrisa. —Podría
acostumbrarme a esto.
—No lo hagas, simplemente pasaba y...
Tae tiró a Jungkook por la camiseta, acercándolo y besando sus labios
lentamente, impidiendo que siguiera hablando.
—Gracias, comeré bien, Jeon ¿Tú comiste?
—No, esperaba a Jin.
— ¿No sabes? Kim está en un operativo. No podía dejarlo estar, estuvo
presente y pese a que es el mejor amigo de mi pareja, dejarlo sin un castigo
sería indebido como jefe de este lugar.
Jungkook abrió su boca, agradeciendo que sus lentes ocultaran parte de
la sorpresa ante sus palabras.
¿Su pareja?
Tae metió parte del sandwich en su boca de forma descuidada, tragando
con dificultad y agradeciendo cuando Jungkook le entregó un vaso de
refresco.
—Ah, piensas en todo, me encanta. Pensé que moriría de asfixia.
—Inspector Kim...
—De todos modos me llamó hace un rato, venía de vuelta pero no sé por
qué mierda si debía quedarse allá hasta terminar.
—Taehyung.
— ¿Eh?
—Creo que ir al baño es una buena idea.
El castaño sonrió, llevaban sólo unos días desde que decidieran estar
juntos y no iba a negar que cada día que pasaba Jungkook lograba interesarlo
aún más.
—Tengo quince minutos libres.
—Suficiente.
~•~•~
—Te veo en la noche.
—No creo, mañana tengo reunión con el jodido imbécil de Asuntos
Internos.
—Van a reintegrarte.
— ¿Y esperas ahora para decírmelo? Gran jefe.
Tae se encogió de hombros. —Lo sabrías de todos modos, follarme no te
hace especial.
Jungkook rodó los ojos, quitándole la alarma a su auto antes de girarse
hacia Tae. —Hablamos.
El castaño asintió pero su atención se fue rápidamente a la patrulla que
ocupó el lugar delimitado frente al auto de Jungkook. Frunció el ceño al ver
bajar a Jin junto a aquel chico.
—Debo entrar, Jungkook; maneja con cuidado.
El menor vio a su mejor amigo presionar la espalda de aquel chico, no
iba esposado así que no era algún sospechoso.
¿Por qué lo trajo él?
Cuando Jin cruzó frente a él, le dio una ligera sonrisa en forma de saludo;
pero Jungkook se detuvo en aquel chico que lo observó fijamente durante
todo el camino hasta la puerta.
— ¿Qué mierda...?
Murmuró irritado al darse cuenta de la sonrisa burlesca que aquel tipo le
dedicó antes de volver la vista a la estación de policías.
— ¿Jungkook?
—Sí... hablamos.
Taehyung cerró la puerta por él, golpeando la superficie del auto en
despedida. Una profunda arruga se formó entre sus cejas, también había
visto la forma en que aquel chico había mirado a Jungkook y eso le
molestaba.
17
—Bienvenido, Jeon.
—Gracias, Señor.
Taehyung se cruzó de brazos, apoyándose contra su escritorio y
observando con seriedad a su oficial. Jungkook estaba tan serio como
siempre, su mandíbula algo tensa y su mirada fija y determinada en
Taehyung.
—Me jugué el pellejo para devolverte a tu posición sin otra sanción y...
¿Gracias?
Jungkook exhaló pesadamente, mirando a su alrededor para verificar que
tanto la puerta como las persianas de la oficina de Taehyung estuvieran
cerradas, luego rompiendo la distancia, sostuvo con firmeza su cuello,
acercándolo y besándolo con lentitud; atrapando entre sus labios los de Tae
y deslizando suavemente su lengua por su labio inferior, separándose sin
profundizar el beso. Sus rostros quedaron a una distancia ínfima y Tae
sonrió divertido.
— ¿Así, Inspector Kim?
—Sí, eso estuvo claramente mejor.
—Abusas de tu posición.
—Lo sé.
Jungkook se separó, acariciando suavemente la mejilla de Tae. Cada día
que pasaban juntos se sentía más cercano a él y eso lo asustaba, pero no iba
a arrepentirse de su decisión.
—Debo volver y prepararme. El operativo de reconocimiento de esta
noche es importante.
—Podrías quedarte... no es necesario que vayas, recién te reintegras.
—Por favor no utilices nuestra relación para excluirme, odio eso. Seguir
la investigación es importante para mí, deberías saberlo. Jimin sigue siendo
importante.
—No he dicho lo contrario.
—No me hagas creer que no lo sabes entonces.
Taehyung chasqueó la lengua irritado; no es que no lo supiera porque
para él también era alguien importante, pero le molestaba que siguiera
siendo una presencia persistente.
Estás celoso de alguien que ya no está, maldita sea...
—Lo lamento.
—Sigue trabajando también, jefe. Cuento contigo.
~•~•~
Jungkook escuchaba atentamente a Taehyung dar sus intrucciones; no era
algo peligroso, simplemente debían recorrer el lugar y verificar lo que ya
sabían: que aquel lugar fue abandonado y que toda la mercancía había
desaparecido.
En cierto modo, se sentía molesto. Sin contar que aquel galpón donde
escondieron por meses cantidades exorbitantes de droga era propiedad de
Min, quien coincidentemente, había sido asesinado el día anterior, le dejaba
a Jungkook la sensación de ir siempre un paso por detrás.
Cuando por fin escuchó a Tae dispersarlos, se mantuvo unos pasos tras
del castaño, avanzando conforme él lo hacía tal cual le había ordenado.
—Mi sombra, Jeon.
—Sí, Señor.
El lugar estaba, como Tae había advertido, totalmente abandonado. No
quedaba ningún rastro de que hubiesen pasado meses reuniéndose allí. El
castaño pateó una caja, chasqueando la lengua demasiado molesto.
—Se está dejando llevar por su temperamento, Señor.
—Mierda, cómo rayos es que siempre están por delante... de qué sirve
que haya entregado los nombres de todos esos hijos de puta si no somos
capaces de encerrar a ninguno de ellos.
—Tae, no es tu culpa... dijiste que éramos un equipo ¿No?
—Cómo voy a cumplir mi promesa y mantenerte a salvo si siguen todos
sueltos...
Jungkook mordió su labio; miró a su alrededor, escuchando las voces de
sus compañeros demasiado cerca como para salir de su posición de oficial.
Se acercó a Tae y deslizó su mano por su espalda suavemente, lo suficiente
como para hacerle sentir que estaba allí con él.
—Jeon... eres increíble.
—Estamos trabajando, Señor.
Tae sonrió para luego asentir y seguir recorriendo el lugar. —Jeon, tu
arma lista.
— ¿Qué?
Los ojos de Jungkook siguieron hasta una puerta de salida escondida tras
cajas; Tae avanzó empujando al menor para retrasarlo cuando Jungkook lo
alcanzó y comenzó a correr, perdiéndose en la oscuridad. Nuevamente
dejaba que sus jodidos instintos lo lanzaran al peligro; Jungkook era
demasiado impulsivo y Tae se preguntó realmente cómo había pasado todos
los exámenes psicológicos para entrar.
— ¡Inspector, están vigilando! Si vamos podremos alcanzar a alguno.
— ¡Vuelve acá maldita sea! —gritó sin alcanzar a detenerlo-
Jungkook corrió sin pensar en Tae, estaba seguro que había visto sombras
y confiaba en que Taehyung vendría tras él. El galpón estaba rodeado por
demasiados árboles, era el lugar perfecto y ahora entendía por qué la
escogieron como base. Se detuvo abruptamente al darse cuenta de que
estaba totalmente perdido y su linterna no iluminaba demasiado. Intentó
controlar su respiración y mantenerse en silencio.
Entonces escuchó los pasos. Tenues pisadas demasiado cerca de donde
se encontraba. Apretó su arma con fuerza, controlando los nervios que lo
carcomían al darse cuenta que Taehyung no aparecía por ningún lado.
Tae...
— ¡Puedo escucharte! ¡Estás rodeado y no sacas nada con seguir
escondiéndote!
Mierda... él tiene la misma visibilidad que yo... no podría disparar
aunque quisiera...
— ¡Jungkook! —el grito de Tae lo hizo sentir tremendamente aliviado,
pero aquel segundo de distracción fue suficiente para que los pasos
comenzaran a alejarse de forma rápida.
Está escapando...
— ¡Taehyung! ¡Está...!
—No se mueva, oficial... y deje su arma.
Sentía su corazón latir con fuerza y el sudor bajar por su frente; si ese
hombre quería, podía volarle la cabeza y nadie podría ayudarlo. El cañón
del arma se deslizó por su cabeza y fue bajando hasta quedar posicionado
contra su espalda, empujando duramente; un disparo causaría un hemotórax,
moriría asfixiado en su propia sangre antes de cinco minutos.
—Ya déjalo, no estamos aquí para matar oficiales.
¿Qué? ¿Hay más?
—Pero... si nos ven...
—Está oscuro, ya suéltalo.
— ¡Jungkook!
La voz de Tae llegó a sus oídos, tan angustiado y preocupado; lo único
que podía pensar era en que estaba desarmado y eran dos hombres, no uno
como pensó en un principio.
Tae, no vengas...
—Deberíamos matarlos a ambos.
— ¡Taehyung! ¡No te acerques! ¡No vengas!
— ¡Guarda silencio hijo de puta!
El golpe en su cabeza fue suficiente para hacerlo perder el equilibrio justo
al tiempo que Tae llegaba donde se encontraban. El hombre tras de
Jungkook lo empujó con violencia contra el castaño para detenerlo y
Taehyung instintivamente soltó su arma para sostenerlo.
—Tae, lo siento... —el golpe en su cabeza lo tenía mareado.
—Jungkook... estoy desarmado, bebé... necesito que te mantengas quieto
porque estamos en desventaja...—Tae susurró ayudando a Jungkook a
mantenerse despierto, de su cabeza brotaba un hilo de sangre por el golpe.
— ¿Escuchaste eso? Tenemos un par de chupapollas aquí—. Cuando su
cabello fue sujetado con violencia y fue obligado a alejarse de Jungkook lo
único que pudo hacer fue gritar su nombre. Jungkook intentó alcanzar su
arma pero una patada volvió a dejarlo en el suelo.
— ¿Bebé, dijiste? —Una tercera voz se les unió.
Jungkook se paralizó al escucharlo. No es posible...
Taehyung jadeó al verlo y vio al menor palidecer. Debían salir de ahí,
escapar como fuese. —Jungkook, no lo mires ¡NO LO MIRES MALDITA
SEA!
—Por qué...
—Ha pasado un tiempo, Jungkookie... lamento que volvamos a vernos
así...
— ¡NO LO TOQUES!
— ¿Por qué él? —murmuró denotando la molestia en su voz— ¿Por qué
de entre toda la puta gente tuviste que escogerlo a él? ¡POR QUÉ TENÍAS
QUE ACERCARTE A JUNGKOOK, TAE!
Jungkook sintió la bilis arder en su garganta mientras con la poca luz,
podía ver que Tae era golpeado nuevamente. Pero no podía reaccionar, su
cerebro no procesaba lo que ocurría y sólo escuchaba las risas de los otros
dos hombres.
—Debí saberlo... debí saberlo en ese momento... voy a matarte... voy a
matarte, juro que voy a matarte...—Tae rió. —Voy a matarte hijo de puta.
—Ah, en cierta forma me duele, Tae. Supongo que hay que terminar el
trabajo pendiente; mátenlo.
¿Mátenlo?
¿Por qué?
¿Por qué va a matarlo?
Tae... Por favor no lo toques... no lo toques, maldita sea... no lo hagas
sufrir aún más...
Jungkook intentó zafarse pero volvió a ser reducido contra el suelo
húmedo. Sus mejillas estaban humedecidas por lágrimas y estaba a punto
de colapsar. Iba a matarlo, lo sabía... no habían dudas en sus palabras, iban
a matar a Taehyung.
— ¡NO, JIMIN!
18
— ¡NO JIMIN! ¡No le hagas nada!
Jungkook gritó, sintiendo su garganta desgarrarse. Jadeaba aún contra el
suelo, cerrando sus dedos sobre la tierra intentando liberarse; vio la pierna
de Jimin dar violentamente contra Tae, enviándolo al suelo de una vez y
pese a eso, Jungkook agradeció que desistiera de su orden inicial.
Sus ojos se encontraron pero Jungkook seguía sin entender. Jimin empujó
el cuerpo de Tae, el golpe lo había dejado inconsciente.
¿Por qué hace esto?
—Es divertido en verdad —Jimin dijo sin una pizca de alegría en su voz.
—Hey, Park, ya vámonos de aquí. Sólo mátalos y...
— ¡Nadie los toca!
Jungkook se tensó ante el grito; Jimin seguía mirándolo y no supo
reconocer con aquella luz limitada lo que sus ojos reflejaban.
—Jimin... por qué... los dejaron ahí... los lastimaron y... No...
Jimin suspiró. —Va a doler, mi amor.
Sintió el golpe y su rostro golpeó la tierra húmeda; estiró su mano, Tae
no estaba tan lejos y realmente deseaba alcanzarlo, mas su vista se nubló y
lo último que vio fueron los tres hombres dejando el lugar.
Mierda, Tae.
~•~•~
Cuando abrió sus ojos, lo único que pudo ver fue el techo blanco; su
primera reacción fue levantarse con violencia, tirando de las mangueras de
sus brazos y caminando hasta la puerta.
—No puede levantarse —la suave voz de una enfermera intentó detenerlo
infructuosamente.
—Déjeme en paz, tengo que salir de acá.
—Yo me encargo.
Seokjin entró al cuarto, tomando a Jungkook por la cintura para
devolverlo a la cama. La enfermera hizo una pequeña venia antes de
dejarlos.
—Tengo que irme, Taehyung está...
— ¿Taehyung? —Jin arqueó una ceja y su boca se volvió una línea. —
¿Hay algo que me estás ocultando?
— ¿Dónde está?
—En su casa, supongo. Jungkook, llevas una semana acá... ¿Qué
sucedió? Se supone que era un reconocimiento, cómo es que terminaste en
un hospital...
¿No lo sabe?
—Debo irme, Jin... tengo que hablar con Taehyung.
—Desde cuándo el Inspector Kim es Taehyung.
—Kim, espera afuera.
La voz profunda de Tae hizo que Jin se sobresaltara; frunció el ceño al
ver como su superior observaba a su amigo y realmente estuvo tentado a
desobedecer, pero aquel hombre lo fulminó con la mirada.
—Jin... ve a averiguar mi alta, por favor.
—Con permiso, Señor.
Tae no respondió; esperó a que el sonido de la puerta cerrándose llegara
a sus oídos pero sus ojos seguían fijos en Jungkook.
Quería ir y abrazarlo, decirle que todo estaba bien y que todo seguía
avanzando perfectamente; pero sabía que no era así y la forma en la que el
menor desvió la mirada le confirmó aquel miedo que mantuvo desde que
abriera sus ojos esa misma noche.
Porque no importaba que hubiesen avanzado y que ahora estuviese
sintiendo cosas por Jungkook; Jimin estaba vivo y daba igual el lado al que
ahora perteneciera, su mera presencia cambiaba todo.
Jungkook seguía amándolo y eso siempre lo había sabido... Jimin
cambiaba todo y Taehyung se sentía destrozado.
Perder a Jungkook era algo que no pensó estuviese rompiéndolo de tal
forma.
— ¿Informaste?
Tae sonrió con amargura. —Sólo al jefe, él se encargó de informar al
NIS.
— ¿Cómo es que se pasó por alto algo así? ¿Yoo no estaba dentro?
—Yoo no trabaja directamente con ellos.
Jungkook rió, se sentía dolido y era incapaz de aclararse; todas su
emociones lo sobrepasaban. —Está vivo.
—No por mucho.
Las palabras de Taehyung lo hicieron tensarse; el castaño miraba a la
nada y sus manos estaban empuñadas con tanta fuerza, que sus nudillos
perdieron todo color.
—Taehyung.
—Ahora te daré una verdadera razón para culparme, Jeon... no voy a
dejar que Park Jimin siga vivo. Lo lamento por ti —Tae se acercó a
Jungkook, despeinando suavemente su cabello. Moría de ganas de besarlo,
de sentir que todo estaba bien, mas se contuvo, separándose lentamente. —
Me alegro que sólo haya sido el shock lo que te mantenía dormido, vuelve
pronto al trabajo, te esperamos, Jeon.
Jungkook mordió su labio al notar la distancia que Tae estaba colocando
entre ellos. — ¿Y tú, Taehyung?
Su voz sonó quebrada, rogando internamente por una afirmación que era
incapaz de pedir a viva voz. Tae sonrió y el menor comprendió rápidamente
lo que eso significaba.
—Claro, Jeon... somos una unidad... cada uno de mis oficiales son
importantes. Tenemos mucho trabajo, Jeon.
Taehyung se despidió, dejándolo solo nuevamente. Jungkook dejó caer
su cuerpo contra la cama, sus ojos se cerraron con cansancio y pronto se dio
cuenta que las lágrimas caía por su rostro.
Jimin... ¿Por qué?
~•~•~
—Señor, si no me autoriza voy a renunciar y de todos modos...
— ¿Vas a ir y matarlo? Kim, recuerda que no eres uno de ellos...
—No voy a permitir que sigan actuando.
—Que el Inspector... que Park Jimin esté vivo y forme parte de la
organización de Ji cambia todo; no quiero a Jeon en esto y si es necesario lo
enviaré de vuelta a Busan, pero a ti te necesito frío. Vamos a atraparlos...
legalmente, Kim. No dejes que la situación te supere.
— ¿Que no me supere, Señor? Pasé meses creyendo que el destino de mi
compañero fue el mismo que el mío y peor... resulta ahora que el hijo de
puta estaba trabajando para ellos mientras yo era jodidamente torturado...
—No eres sólo tú quien corre peligro ahora. Tampoco Jeon.
Tae arqueó sus cejas sorprendido, recordando que aún quedaba una
persona más infiltrada.
— ¿Yoo?
—No hemos podido contactarlo; Park lo conoce... ahora que sabemos
que está vivo van a moverse. Yoo está en peligro. Quiero a Yoo Kihyun de
vuelta y vivo, él es tu prioridad ahora.
Tae contuvo la respiración, quería correr y terminar con Jimin pero la
imagen de su oficial en peligro lo detuvo. Taehyung sabía qué pasaría si no
lo sacaban de ese lugar pronto.
Maldita sea, Jimin... éramos amigos...
19
Jin entró en la oficina y una arruga de formó entre sus cejas; estuvo
tentado a alejarse ya que no estaba de ánimo luego de la semana que pasó
preocupado por Jungkook.
Suspiró cuando hizo contacto visual con el chico, no podía escapar.
—Oficial Kim.
—Señor Min.
—Yoongi, por favor.
—Lo lamento, no puedo tratar a las personas relacionadas a una
investigación con ese tipo de confianza.
Yoongi se encogió de hombros. —Yo simplemente quiero saber que la
muerte de mi padre está siendo tratada con el respeto que todo ciudadano
merece.
Jin quiso reír; claramente su padre no era un ciudadano común. Que
hubiese sido asesinado y que sus propiedades estuvieran todas enlazadas a
Ji Chang Wook lo dejaba en una posición complicada.
—Estamos haciendo lo necesario para saber qué sucedió.
—Espero que no estén usando la muerte de mi padre para sus propios
intereses.
— ¿Y esos serían?
—Ji Chang Wook... sé perfectamente que mi padre no era una persona
honorable, Oficial.
— ¿Tiene información?
Yoongi sonrió, levantándose del lugar donde esperaba y enfrentándose a
Jin. El oficial se mantuvo impasible en su lugar, era obvio que aquel hombre
sabía en qué estaba metido su padre y seguramente también conocía la razón
por la que fue asesinado.
—Quién sabe, oficial. De todos modos es su trabajo averiguarlo.
Yoongi se alejó del lugar y su sonrisa desapareció; sabía que Jin seguía
observándolo pero no podía volver. Exhaló profundo al llegar a la salida;
estaban tan lejos de atraparlos que un vacío se formó en su estómago.
—Disculpe —dijo al chocar contra alguien, sin prestarle demasiada
atención.
—No es nada.
Yoongi levantó la vista y sus ojos chocaron con los de Jungkook; sonrió
inconscientemente.
Qué mierda...
Pensó mirando a aquel oficial que ahora lo fulminaba con la mirada.
— ¿Necesita ayuda? —Jungkook arqueó una ceja al ver al chico, no
pasaba de su edad y le molestaba el hecho de que sonriera como si supiera
algo más.
Sí... que saquen a tu jodido y enfermo novio de mi espalda...
—No, oficial... simplemente de me hizo conocido.
—Ya.
—Ah... estoy quitándole el tiempo, lo lamento —dijo haciéndose a un
lado para que Jungkook entrara.
—Hey —Jungkook lo detuvo, frunciendo el ceño — ¿Nos hemos visto
antes?
Yoongi negó lentamente con su cabeza, queriendo decirle que sí, que lo
vio innumerables veces mientras espiaba las reuniones de su padre, que
estaba al tanto de que Park Jimin y él tenían un lazo y que sentía lástima por
ello... porque Park Jimin no merecía siquiera tener alguien que recordara su
nombre.
Tragó saliva antes de sonreír nuevamente, tal como su padre le enseñara.
Porque tus enemigos jamás deben saber que tienes miedo.
Y Yoongi temía no ser capaz de escapar del legado de su padre; pese a
todo, él no era como ellos y eso ahora lo tenía temiendo por su vida.
—Si me disculpa...
—Ah, sí...
Jungkook lo vio correr a la motocicleta que estaba aparcada frente a la
estación. Era un chico extraño y por segundos, estuvo seguro que iba a decir
algo que jamás llegó a oír.
Sacudió sus pensamientos y se dirigió al ascensor, no tenía tiempo de
pensar en chicos extraños.
~•~•~
—Por favor, Inspector Kim, necesito saber que está bien.
Taehyung masajeó el puente de su nariz, el chico frente a él intentaba con
todas sus fuerzas mantenerse en su posición y respetar su grado.
—Im, sabes que no tengo esa información.
—No me mienta... sé que usted... sé que él ocupó su lugar en ese lugar,
Señor.
—Im...
—Se supone que en dos semanas más su misión terminaba; por qué no
ha sido capaz de contactarme si todo está acabando... Inspector Kim, por
favor...
Tae jadeó cansado, lo que iba a hacer iba contra sus órdenes pero veía la
angustia en su oficial y entendía bien lo que debía estar pasando.
Al igual que Jungkook.
—No hemos... podido contactar a Yoo, pero voy a traerlo ¿Sí? Necesito
que confíes en mí porque estamos solos... Changkyun, necesito que no hagas
una estupidez y sigas como si todo estuviera bien... voy a traerlo de vuelta,
sólo espera.
Changkyun se mantuvo firme, luchando contra las ganas de llorar al
escuchar las palabras de su superior. Desde el momento en que la
comunicación con Kihyun se perdió, tuvo claro que algo ocurría. Que Tae
ahora le estuviera confirmando sus peores miedos lo tenían al borde de un
colapso.
—Señor...
—Kihyun volverá... te prometo eso.
Tus promesas son un asco, Taehyung.
Vio a su oficial asentir levemente y sin estar totalmente convencido, mas
no tenía algo más que ofrecerle y Changkyun lo sabía. Debía esperar a que
Tae estuviera diciendo la verdad.
Salió de la oficina y se sobresaltó al ver a Jungkook esperando de brazos
cruzados. Le sonrió algo nervioso y fue directo a su escritorio.
Taehyung arqueó una ceja cuando Jungkook cerró la puerta de su oficina.
El menor se acercó, apoyando sus manos sobre el escritorio, estaba molesto
y Tae lo podía ver claro en su expresión.
— ¿Ya regresaste? Pensé que tomarías más días.
—Mi trabajo es importante.
—Más ahora, imagino.
—Taehyung...
—Inspector Kim para ti, Jeon.
—TAEHYUNG, estamos los dos en esto.
Tae rió. — ¿En qué? Fui un reemplazo y lo sabes, ahora que está vivo
puedes ver lo que haces con tus sentimientos... yo no... quiero ser tu
reemplazo, Jeon.
—Jimin... no regresó... esa persona no es el Jimin que yo amaba,
Taehyung.
—Y aún así sigues sintiendo algo por él.
Jungkook suspiró; no podía negar que su presencia lo confundía, pero la
situación era diferente ahora.
—Taehyung, necesito que estés conmigo. Dijiste que ibas a sostenerme...
—Ya no quiero hacerlo, no quiero estar para ti sintiendo que cada día que
pasa me importas más de lo que debiera y que tú me ves como un jodido
reemplazo de ese hijo de puta.
—No eres su reemplazo.
—Tampoco quiero que me mires con odio cuando todo esto termine,
porque Jeon, no voy a perdonarlo...
—Si él está vivo... significa que sólo tú fuiste atacado... ¿Verdad?
—No quiero tu lástima.
— ¡No es lástima! —Jungkook azotó su puño contra la mesa —
Estábamos los tres ahí y yo sólo podía verte a ti, maldita sea... no me hagas
esto.
—No ahora, Jeon... tengo demasiadas cosas de las que encargarme ahora.
—Cuando dije que me gustabas era en serio.
—Pero gustar no es suficiente para esta mierda, Jeon. Es demasiado...
que él esté vivo cambia todo.
Jungkook suspiró. —Él sigue muerto para mí, tú verás lo que haces con
eso.
20
Taehyung pateó su escritorio al ver el mensaje en su teléfono.
¿Cómo consiguió el número?
Tomó el arma que llevaba meses empolvándose en aquel cajón y la
observó por unos segundos antes de asegurarse que seguía funcional y
enfundarla en su pantalón. Era una estupidez, debía dar aviso... podía ser
una oportunidad única de atraparlo, pero ni siquiera dudó en la advertencia
de no ir acompañado... por supuesto que iría solo... era algo entre ambos.
Utilizar su arma de servicio era un error y daba igual lo que sucediera,
simplemente no podía ignorar el mensaje.
El camino hasta aquel lugar se le hizo eterno, su mandíbula estaba tan
tensa que dolía pero siguió caminando hasta entrar en aquella casa
abandonada. Si decidía engañarlo, nadie sabría que estaba en ese lugar, era
arriesgado.
—Siempre tan valiente, Kim Taehyung.
Escuchó la risa y la rabia lo embargó, Tae mantenía su arma apuntando
al hombre frente a él; analizando sus posibilidades de disparar sin que
Kihyun fuera alcanzado por la bala, pero era imposible. Y Jimin también lo
sabía.
—Suelta el arma, Tae; no querrás que Yoo salga lastimado.
—Así que no sólo eres un traidor sino un hijo de puta con todas sus letras.
Jimin rió antes de encogerse de hombros. —Baja el arma, Tae. No voy a
repetirlo.
Taehyung miró a Kihyun unos segundos, parecía no estar consciente de
su alrededor y sus ojos estaban cristalizados.
Tenía tantas ganas de jalar del gatillo contra Jimin, toda la tristeza se
había transformado en una rabia que era incapaz de contener; jamás había
sentido odio y ahora estaba seguro que Jimin sólo despertaba aquello.
Sabiendo que estaba cometiendo un error, enfundó su arma y alzó sus
manos recibiendo una sonrisa por parte de Jimin.
—Verás, estoy pensando en nuestra amistad, Tae... por eso te pedí que
vinieras. Y Yoo... tuvo mala suerte.
—Suéltalo.
—Ésa es la idea, Tae... voy a entregártelo; por los viejos tiempos.
—Ah, el buen Park Jimin ¿No?
Jimin se acercó a Tae, palmeando su mejilla con molestia pero sin llegar
a lastimarlo. Tomó todo de sí no alejarse y reventarle la cara, debía pensar
en Yoo.
—Tenías que morirte, amigo. En serio, no creí que ibas a sobrevivir a
eso... Tenías que morir, no estar involucrado en esto... eso me irrita.
—Voy a atraparte, lo sabes... iba a hacerles pagar todo lo que nos
hicieron... todo lo que él tuvo que sufrir... no mereces ni una sola de sus
lágrimas.
Entonces el golpe lo hizo sentir la mandíbula adormecida, su boca se
plagó del sabor metálico pero se mantuvo en el lugar. Estaba para llevarse
a Yoo, no podía alterarse.
— ¿Y tú sí? ¿Tú te mereces a Jungkook? Ah, sabía que hablarte de él no
era algo bueno... no pensé que ibas a ser tan enfermo como para follarte al
hombre de tu compañero.
— ¿Eso es todo?
—Llévate a Yoo, Taehyung. Y aléjate de esto porque podría matarte
ahora... y pude hacerlo antes, la tercera no vas a tener tanta suerte y
Jungkookie tendrá que llorar otra vez por su amado... ah, pero él no te ama
¿No?
Tuvo tantas ganas de negar aquello, pero Taehyung sintió el golpe de sus
palabras mucho más que el físico. Y aquello no pasó desapercibido para
Jimin, que sonrió con burla al darse cuenta.
—Él no te ama pero tú estás jodidamente enamorado de mi Jungkookie...
eres patético, Taehyung. El gran Kim Taehyung deseando las sobras de su
compañero ¿Qué se siente intentar ocupar mi lugar? ¿Cuántas veces dijo mi
nombre, Tae?
Taehyung entonces vio aquello que pensó aquella noche fue su
imaginación. Jimin estaba sufriendo... todas sus palabras eran dichas con
rabia y tristeza. No pudo contener la risa ante esto; Jimin estaba tan molesto
de haber descubierto su relación.
—Tú... tú realmente crees que él va a perdonar esto, Jimin...—carcajeó
incrédulo. —Puede que no me ame, pero ciertamente no volverá a ti. Lo
perdiste desde el momento en que decidiste desertar.
Jimin chasqueó la lengua cuando su teléfono vibró en su bolsillo. Se
dirigió a Tae, sacando de su cuello la cadena que tantas veces le vio y
lanzándola a sus pies.
—Aléjate de Jungkook; porque aunque te joda, en unos meses no puedes
sacarme de su vida. Y por cierto... se me olvidó decirte que Yoo está un
poco drogado.
—Mierda...
—Supongo que su cuerpo no aguantará mucho —dijo totalmente
desconectado.
— ¡Eras mi amigo! ¡¿Por qué estás haciendo esto?!
Jimin lo observó con frialdad; tenía esa respuesta... pero ya no
importaban las razones.
—Vete a la mierda, Tae.
~•~•~
— ¡Necesito un doctor!
Tae jadeaba arrastrando a Kihyun, su cuerpo inconsciente hacía peso
muerto. Llevaba cerca de cinco minutos botando espuma y su pulso era
apenas perceptible.
Pronto, un grupo de enfermeras y doctores se lo arrancaron de los brazos
con miradas confusas.
—Está... está drogado, creo que tiene una sobredosis.
—Debemos informar a la policía y...
— ¡Nosotros somos la puta policía!
El grito sobresaltó a la gente a su alrededor pero poco le importó; dejó
caer su peso sobre una de las silla, tomando su móvil.
—Lim... encontré a Yoo, está en Asan ahora—. Fueron las únicas
palabras que pronunció antes de alejarse de ese lugar.
Necesitaba olvidar el dolor y lo que más deseaba era poder nublar sus
sentidos con alcohol.
Jimin era una persona importante; su amigo y hermano, pero nada de eso
le había importado. Lo había traicionado de la peor forma y sus emociones
se enredaban.
Cuando entró a su apartamento, lo primero que hizo fue tomar la botella
que había abandonado desde que comenzara su relación con Jungkook.
Jadeó, dudando unos segundos al recordarlo, pero dolía pensar en que él
nunca le perteneció.
El primer y largo sorbo quemó su garganta; su espalda se deslizó por la
pared y golpeó con su cabeza la superficie. Comenzó a llorar mientras el
licor iba desapareciendo de la botella.
— ¡Tae! —Taehyung rió al escuchar los golpes en su puerta. — ¡Abre la
maldita puerta!
Los golpes en la puerta eran constantes, miró la botella antes de
levantarse con dificultad. Estaba mareado, había tomado casi por completo
el whisky y ahora sufría las consecuencias de aquello.
Apoyó su cabeza contra la puerta, incapaz de enfrentarlo; no quería
seguir sintiéndose así y tal vez Jimin tenía razón.
—Eres patético en verdad... —musitó abriendo la puerta, Jungkook
frunció el ceño al verlo, la botella vacía en su mano le dejaba claro su estado.
—Déjame entrar.
—Vete... vete a casa, Jeon.
— ¿Fuiste tú?
—En serio, es un mal momento...
— ¿Tu llevaste a Yoo?
Tae rió sin saber la razón. — ¿Quieres saber eso o si lo vi?
—Quiero saber por qué mierda hiciste algo tan estúpido y peligroso.
—No le hice nada, Jeon.
Jungkook empujó a Tae para entrar al apartamento. —Basta, Taehyung.
Me estás haciendo daño con esa actitud de mierda... Me duele y no puedo
obviar que está vivo, pero él... no es la persona con la que tenía planes, no
es la persona que amo, Taehyung. Aquella persona murió.
—No significa que no sigues sintiendo algo por él.
—Taehyung...
— ¡No significa que no sigas amando a ese jodido hijo de puta!
— ¿Qué quieres que haga? ¿Que te diga que no lo quiero? Lo siento,
estuve años de mi vida con él planeando nuestro futuro hasta que murió... y
sí, sigo sintiendo cosas por él, Taehyung. Pero no por esta persona que
regresó... no por ese hombre...
—Vete, Jeon...
—Lo que siento por él... es el cariño por el tiempo que compartimos,
Taehyung... es el pasado y no puedo cambiarlo. Y Dios... tú llegaste en un
momento en que necesitaba apoyo tanto como tú lo necesitaste... eras su
amigo Tae y aún así... no podía sacarte de mi mente; luché con la culpa
porque era algo incorrecto... no me alejes ahora que hiciste que sintiera
cosas por ti, Taehyung, es tu culpa... no puedes desecharme justo ahora.
21
Taehyung deslizó su mano por su cabello, respirando con dificultad y
luchando con la urgencia de buscar alcohol. Estaba tan agobiado que su
mente le indicaba una y otra vez que saliera de ese lugar. Las palabras de
Jungkook no parecían tener mucho sentido ahora, le era tan difícil creer en
él por su propia inseguridad que estaba volviéndose molesto y doloroso.
—Eres injusto, Kim Taehyung.
— ¿Yo? Me estás jodiendo... Jeon ¿Recuerdas la primera vez?
Jungkook mantuvo su vista fija en Taehyung. —Lo recuerdo.
—Así que dime, con quién mierda te acostaste ese día, Jeon... ¿Conmigo
o con el recuerdo de Jimin?
—Jimin.
— ¿Y ahora estás aquí diciéndome que no puedo desecharte? Vete a la
mierda, Jeon... no puedo con esto. Disculpa por hacerte perder todo este
tiempo.
— ¿No puedes? Vienes y me orillas a sentir todo esto, a quererte en mi
vida pese a todo... después llegas y crees que disculpándote arreglarás todo,
que con una disculpa... no debiste acercarte a mí si ibas a hacerme esto.
Taehyung rió ante las palabras de Jungkook. Una risa amarga y
totalmente quebrada, había pasado todo ese tiempo a diario con él y eso lo
hizo sentir con demasiada intensidad su relación con el menor. Se habían
cruzado en un momento de vulnerabilidad y ahora Tae entendía que todos
sus sentimientos habían fluido de manera desmesurada.
—Entonces qué, Jungkook —su voz salió fría— ¿Debo disculparme por
enamorarme de ti?
Preguntó serio y demasiado cansado de todo, sintiendo el alcohol
entorpecer sus palabras pero lo suficientemente sobrio para entender lo que
ocurría. Vio el labio de Jungkook desaparecer mientras era aprisionado por
sus dientes, podía ver la fuerza con la que presionaba, su mandíbula
completamente tensa y sus ojos brillaban al borde de las lágrimas.
Jungkook exhaló con pesadez y rompió la distancia entre ambos,
empujando su cuerpo con brusquedad contra la pared, golpeando con fuerza
junto a su cabeza. Taehyung se mantuvo quieto, sin sobresaltarse.
—No, Taehyung —dijo presionando su frente contra la del castaño,
bajando una de sus manos hasta su rostro y deslizando su pulgar por la línea
de su mandíbula con suavidad. —Debes disculparte por hacer que yo te
amara... aún sabiendo quién eres.
El menor presionó sus labios suavemente contra los de Taehyung,
moviendo suavemente los propios sobre los de Tae, atrapando con cuidado
el labio inferior de Tae. Succionó de manera sutil, logrando que el castaño
jadeara; aprovechó esto para que su lengua se deslizara hacia el interior de
su boca, siendo recibido por la calidez de su interior y recorriendo
lentamente, presionando y enredando contra la lengua de Tae.
Se separó para luego seguir recorriendo la línea de su mandíbula,
depositando suaves besos hasta llegar a su cuello, lamiendo su piel y
sintiendo la respiración de Taehyung acelerarse. Lo deseaba más de lo que
pensó pudiese desear a alguien alguna vez, pero no era eso lo que lo
desarmaba, sino la vulnerabilidad que Taehyung escondía bajo su apariencia
fría y desinteresada.
Taehyung enredó sus dedos en el cabello de Jungkook, acariciando y
obligándolo a seguir con sus atenciones en su cuello, su cabeza daba vueltas
mezcla de alcohol y placer, pero no iba a negarse.
— ¿Vamos a estar juntos? —Tae preguntó entre jadeos, ahogando un
gemido cuando la boca de Jungkook se apoderó de su lóbulo, tirando con
suavidad; mordiendo y lamiendo.
Jungkook se separó, buscando su mano y entrelazando sus dedos; se
mantuvo con la vista baja, acariciando suavemente. —Yo... quiero estar
contigo, Taehyung. Quiero estar contigo no porque seas su amigo, sino por
ti.
Volvió a besarlo esta vez con urgencia, presionando su cuerpo contra el
de Tae y tomando sus piernas, obligándolo a levantarse y enredarlas en su
cintura. Llegaron al cuarto y lo dejó sobre la suave superficie de la cama; la
ropa de ambos desapareció rápidamente, haciendo que Tae se tensara ante
la exposición.
Jungkook sostuvo las manos de Tae, evitando que pudiera cubrirse;
comenzó a besar su cuerpo, bajando por su cuello y clavículas, dejando
marcas por cada lugar que recorría. Se detuvo en sus pezones, atrapando
entre sus dedos uno y mordiendo el otro; Tae gemía, sintiendo el dolor ir
calmándose cada vez que Jungkook utilizaba su lengua para suavizar.
Sus caderas se movían friccionándose, causando que Tae gimiera con
cada roce.
Jungkook llevó sus dedos a la boca de Tae, relamió sus labios al ver como
el castaño lamía sus dedos, deslizando su lengua por cada uno de ellos y
succionando.
Separó sus piernas un poco más, quitando sus dedos de la boca de Tae y
vagando hasta encontrar su entrada; presionó con uno de sus dedos para
pasar la resistencia que sus músculos le ofrecían y penetró a distintos ritmos.
Tae mordía su labio para no gemir, ignorando el ardor que desaparecía lento;
Jungkook sumó otro dedo, doblándolos en su interior y escuchando como
los gemidos de Taehyung subían de volumen, lo que le indicó que había
encontrado lo que buscaba.
—Por favor... —Tae pidió con un poco de angustia, Jungkook sonrió y
quitó sus dedos, dejándolo al borde de su orgasmo. Apoyó uno de sus brazos
junto a la cabeza de Tae y presionó su propia erección, moviendo su mano
un par de veces antes de presionarla contra la entrada de Tae, hundiendo
lento y cerrando sus ojos ante la sensación; gimió ante la calidez que lo
recibía.
Tae subió sus caderas para apresurarlo, entre gemidos, Jungkook buscó
su boca, su lengua apoderándose de su boca en una batalla que Tae
fácilmente dejaba ganar. El castaño arqueó su espalda cuando Jungkook lo
penetró totalmente, separándose nuevamente y sin salir por completo, para
volver a hundirse en su cuerpo.
Gemía y maldecía, acelerando sus movimientos y levantando una de las
piernas de Tae sobre su hombro.
—Mierda, ahí... —Tae rogó enterrando sus dedos en la piel de Jungkook,
el menor aceleró golpeando una y otra vez en aquel punto.
Taehyung mordió su labio con fuerza y sus uñas se enterraron, rasgando
la piel de Jungkook cuando fue incapaz de soportar la estimulación
constante contra su próstata, gimió el nombre de Jungkook y su cuerpo
recibió directamente el tibio fluido; Jungkook embistió un par de veces más
antes de terminar en su interior, separándose con lentitud.
—Espera acá.
Tae asintió, jadeando aún; Jungkook volvió sentándose a su lado y
limpiando con una toalla húmeda su cuerpo; lo observaba fijamente, sus
labios entreabiertos y uno de sus brazos cubriendo su rostro mientras
intentaba regular su respiración.
Dejó caer la toalla y se arrastró por la cama, buscando sus labios una vez
más, sosteniendo su mandíbula con suavidad antes de acostarse a su lado,
atrayendo su cuerpo por la cintura para cubrirse con la sábana.
—No vuelvas a repetir que eres un reemplazo —susurró acariciando su
espalda. —No lo eres, Taehyung. Lo que siento por ti... fue tan rápido y tan
intenso, pero lo provocas tú... por favor no dudes más de eso.
Tae alzó la mirada para encontrarse con la de Jungkook. El menor le
sonrió ampliamente, dejando a Tae sorprendido; era la primera vez que veía
aquello y su corazón se aceleró.
—Podría acostumbrarme a ver tu sonrisa a diario, Jeon.
—Deberías entonces, realmente te quiero conmigo a diario, Señor.
22
Taehyung frunció el ceño cuando la luz lo golpeó directo en los ojos;
miró a su alrededor y tomó el reloj de la mesa de noche.
Eran las cuatro de la madrugada y Jungkook no estaba junto a él. Se
levantó y buscó una camiseta del armario antes de salir de la habitación. Su
cabeza dolía por el alcohol pero ignoró la molesta sensación y entró en la
sala.
Jungkook se encontraba en el balcón observando hacia la ciudad. Suspiró
antes de acercarse y dejar caer su cuerpo a su lado, utilizando sus brazos de
apoyo.
— ¿Qué haces?
—Pensaba.
— ¿En?
Jungkook miró a Tae unos segundos y acarició su cabello. —Dejaré mi
casa.
— ¿Huh? ¿Es una indirecta?
Jungkook rió. —No, simplemente creí que deberías saberlo.
— ¿Por qué?
—Porque ese departamento no era sólo mío —dijo viendo la tensión en
Tae. —Y no quiero estar en un lugar que me recuerde...
— ¿Que lo amas aún?
Tae escupió aquellas palabras sin pensarlo, su propio pecho dolió y vio
la sorpresa en el rostro de Jungkook.
—Taehyung, no es así.
El menor lo obligó a levantarse, acunando el rostro del castaño entre sus
manos. Presionó sus labios sobre su frente con suavidad. Tae cerró sus ojos
y dejó descansar sus manos en las caderas de Jungkook.
—Sé que es difícil, Jungkook.
—No lo es si confías en mí. Te lo dije, lo que haya sentido por Jimin
ahora es un recuerdo, amo lo que fuimos... pero ahora amo lo que soy
contigo y eso es mucho más fuerte que cualquier otra cosa.
—Vamos a la cama, Jeon.
—Sí, Señor.
~•~•~
Jin esperaba apoyado contra el escritorio de Jungkook; llevaban dos
semanas sin poder hablar correctamente, cada uno por su lado en la
investigación.
Una de sus cejas se arqueó al ver entrar a Jungkook atrás del Inspector
Kim. Tampoco pasó desapercibido el hecho de que Taehyung esperó en la
puerta de su oficina a que Jungkook avanzara ni que su mejor amigo le
devolviera la mirada por unos segundos antes de sonreír.
Oh... eso fue interesante.
Pensó al ver a Jungkook avanzar a su lugar y tomar asiento con
tranquilidad. Recordó aquel día en el hospital donde Jungkook lo había
llamado por su nombre tan casualmente como si fuesen cercanos y no le fue
difícil hacerse una idea.
—Hey, Jungkookie.
Jungkook alzó una ceja. — ¿Y tú?
—Ya sabes... la investigación avanza incluso si no paso todo el día tras
mi escritorio.
—Y por eso pierdes el tiempo aquí...
—Atrapar asesinos no es tan interesante luego de unos años,
Jungkookie... al menos no tanto como leer a las personas. Quizá postule a
la unidad de comportamiento, quién sabe.
— ¿Hacer perfiles?
—Además... oí que cuando Yoo salga del hospital, será trasladado a
homicidios, tendremos un hombre extra.
— ¿Yoo irá a homicidios?
—Pensé que el jefe ya lo había informado aquí... o a ti.
Jungkook chasqueó la lengua ante el comentario. —No sé de qué hablas.
—No creas que no me he dado cuenta, Jeon Jungkook.
— ¿Disculpa?
—Llegaste con el jefe.
—Nos cruzamos en el ascensor.
— ¿Eso es lo mejor que tienes? Es decir, no me importa a quién te folles
mientras no lo estés haciendo por las razones incorrectas.
Jungkook suspiró. —Estamos juntos.
—Vaya... yo creí que... seguías estancado ¿Sabes? ¿Seguro no es por lo
que descubrimos?
—No es así... yo lo quiero ¿Sabes? Quizá no empezamos de la mejor
manera pero... Taehyung me importa.
—No voy a decir que no me sorprende... porque sí, me sorprende
jodidamente mucho... pero sabes que te apoyo...
—Hemos... estado viviendo juntos estos días.
—Oh... eso es... wow...
—Lo sé.
Ambos oficiales desviaron su mirada al ver salir a Taehyung, el castaño
miró por unos segundos a Jungkook y el menor no pudo evitar desviar la
mirada, sintiendo sus mejillas colorearse ligeramente. Seokjin sonrió ante la
escena.
—Te ves feliz, Jungkookie.
—Lo estoy... fue todo rápido y confuso pero realmente me hace feliz.
~•~•~
Tae se sentó junto a la cama de Kihyun, esperando a que terminaran su
revisión y enviando a Changkyun fuera.
Despidió a la enfermera con una venia y volvió a su lugar.
—Te ves mejor.
—Pudo ser peor, Taehyung.
—Mierda, Kihyun, pensé que no ibas a salir de esa mierda vivo...
Kihyun se sentó en la cama observando sus brazos, frunciendo el ceño
ante la cantidad de pequeños agujeros donde supuso le inyectaron droga.
—Me enviarán a rehabilitación antes de reintegrarme.
—Están asegurándose que no eres dependiente, lo sabes.
— ¿Cómo estás tan tranquilo luego de verlo? El muy hijo de puta se me
apareció como si nada...
—Escucha, nadie lo sabe... están manejando las cosas por debajo, si se
sabe que un oficial de la policía está involucrado con Ji, perderán toda
credibilidad, no van a arriesgarse a aquello.
—Tú no entiendes, Tae... no es que esté involucrado como uno más de
sus narcos, es... es algo peor.
Taehyung se acercó a Kihyun totalmente serio. — ¿De qué hablas?
—Taehyung, Jimin está haciendo el trabajo sucio ¿Sabes?
—El trabajo sucio... está asesinando.
—No a cualquiera, Taehyung; a los que realmente importan... incluyendo
a Min.
Taehyung maldijo internamente recordando el informe de Seokjin sobre
el asesinato de Min. Un sólo disparo.
Eso de verdad cambiaba todo; traficar drogas era nada comparado con
asesinar a sueldo, Jimin estaba hundido por completo y lo peor era que no
podría esconderlo de Jungkook por siempre.
— ¿Con quién declaraste?
—Im JaeBum.
—Me estás jodiendo... ese imbécil es amigo de Kim...
— ¿Y?
—Kim es el mejor amigo de Jeon... no voy a poder esconderlo por
siempre. Si Jungkook lo sabe...
Kihyun ladeó su cabeza. —Dime que no estás acostándote con Jeon.
—Peor.
—Tae, eso es...
—Pero ya lo hice, ahora sólo puedo pedirte que no lo hables con nadie,
ni siquiera Changkyun puede saberlo.
—No tengo secretos con él.
—Pero ahora sí... te preocupa la seguridad de ese chico al que amas ¿No?
Pues va igual para mí. No quiero que Jungkook esté involucrado, no quiero
que Jimin se le acerque... no los quiero a los dos juntos nuevamente ni
siquiera con un vidrio entre ellos. Confío en ti, Kihyun...
23
Seokjin estiró sus brazos con cansancio; sus ojos ardían por el sueño,
estar ya por cuarenta y dos horas en su puesto, intentando atar cabos sobre
aquella investigación lo tenía estresado.
Ahora entendía tan bien a Jungkook cada vez que se alteraba al no hacer
avances. Trabajar de manos atadas era complicado.
Encima no dejaron ninguna evidencia que seguir...
Apoyó su cabeza contra el escritorio, cerrando sus ojos en un intento por
descansar, mas sus pensamientos iban una y otra vez al caso. Era obvio que
el homicidio de Min había sido consecuencia de su relación con Ji Chang
Wook, pero eso era simplemente una acusación sin bases reales. Tampoco
ayudaba el hecho de pese a ser una herida de bala, el proyectil no se encontró
ni en el cuerpo ni en la habitación; era demasiado trabajo para un muerto.
—Que se joda el maldito que me está haciendo trabajar horas extra por
sus habilidades...
Suspiró irritado ante sus pensamientos; no estaba bien adular las
habilidades de un asesino, pero Jin podía jurar que aquel sujeto era
jodidamente bueno en lo que hacía.
Ser tan bueno asesinando es aterrador...
Su cabeza siguió dando vueltas en la investigación hasta que el cansancio
fue demasiado para soportarlo. Respiraba tranquilamente, rendido ante el
sueño que se negó por casi dos días, sin preocuparse de volver a casa.
Sus cejas se fruncieron entre sueños, escuchaba el molesto ruido de la
vibración cerca de su cabeza. Inhaló profundamente antes de soltar el aire
aún sintiendo el cansancio mermar en su cuerpo. Sus ojos vagaron por su
escritorio hasta que dio con el móvil que seguía vibrando de manera
molesta.
Iba a tomarlo pero el llamado se cortó incluso antes de alcanzar a levantar
el móvil.
Su lengua chasqueó molesto al ver la hora, eran casi las tres de la
madrugada así que había dormido más de lo que le hubiese gustado.
—Como sea, me voy a ca...—. La vibración de su teléfono volvió a
desconcentrarlo.
Hubiese entendido que Jungkook llamara a cualquier hora, pero desde
que le hablase sobre su relación con Taehyung esos llamados nocturnos
habían cesado. En parte le alegraba, significaba que Taehyung estaba
logrando que su amigo saliera adelante.
Pero ahí estaba en mitad de la madrugada, recibiendo un llamado de un
número que encima, era uno privado.
Deslizó su dedo por la pantalla hasta que el llamado entró, guidado por
la curiosidad de aquel llamado.
—Oficial Kim...—la voz al otro lado de la línea habló incluso antes de
que Jin pudiese reaccionar. —Es tarde, lo sé.
Seokjin frunció el ceño, sin emitir sonido alguno y escuchando la
respiración al otro lado de la línea. Aquella voz podía reconocerla
fácilmente, había pasado horas hablándole y escuchando su declaración que
al final, no había servido de nada.
— ¿Cómo es que tienes mi número?
—No querrás saberlo.
—Voy a cortar, si necesitas algo puedes venir en horario laboral y...
— ¿Puedes venir por mí?
¿Qué?
No pudo evitar reír ante las palabras de su interlocutor; no podía estar
hablando en serio.
—Escucha, entiendo que todo lo de tu padre te esté complicando, pero
por qué crees que iré por ti, no debería decirte esto pero créeme, te me haces
tan sospechoso que me jode muchísimo no tener pruebas para encerrarte.
Voy a cortar, si necesitas algo puedes venir en un par de horas a declarar y...
—Por favor... ven por mí—. Seokjin estuvo a punto de cortar el llamado
cuando notó algo que pasó desapercibido en un principio. La voz de Yoongi
sonaba rasposa y cansada.

— ¿Dónde estás?
—Dongjak-gu
Mierda, Jin... estás cometiendo un error.
—Quédate ahí, en veinte estoy.
~•~•~
Yoongi apoyó su cabeza contra el pilar de concreto, hacía un frío de los
mil demonios y estar abrazándose no lo ayudaba.
¿Ya habían pasado más de veinte minutos? No estaba seguro y el teléfono
ahora yacía destrozado a sus pies. Esperaba que Seokjin realmente
apareciera.
El sonido del motor lo hizo alzar su cabeza, se tensó un momento hasta
que reconoció el uniforme de Seokjin conforme se acercaba a él.
Seokjin arqueó una ceja al ver a Yoongi sentado contra aquel poste de
luz, lo vio medio sonreírle y sintió la frustración apoderarse de él.
— ¿Me llamaste para llevar tu cuerpo borracho a algún lado?
—No estoy ebrio, oficial.
—Difícil creerte si estás en el suelo.
Yoongi rió amargamente, deseando poder levantarse por su cuenta para
demostrarle a Seokjin que no estaba ebrio, pero su cuerpo dolía demasiado.
— ¿Me ayudas?
Seokjin suspiró, tomando el brazo de Yoongi y tirando de él. Lo escuchó
contener un gemido de dolor cuando lo enderezó, pero su expresión estaba
en blanco, como si no hubiese sucedido en verdad.
—Hey ¿Estás bien?
—Ah... sí, todo bien.
Yoongi se liberó de su agarre y caminó hasta el auto, entrando sin esperar
al asiento del copiloto y apoyando su cabeza contra el respaldo. Respiró un
par de veces, intentando contener el dolor; Jin entró y encendió el auto,
mirándolo de soslayo unos segundos.
— ¿Dónde vives?
— ¡No! —gritó sobresaltando a Jin, su rostro enrojeció de enojo y sus
manos se empuñaron con fuerza. —Yo no... no puedo volver ahí, oficial...
no hoy.
—Oye...
—Si quieres déjame encerrado en una de tus celdas, pero no... no me
dejes donde puedan encontrarme.
La boca de Jin se abrió pero ninguna palabra salió de ella; suspiró con
pesadez antes de comenzar a manejar en silencio. Aquello había sido
extraño... y no es que todo lo que se relacionaba a Min Yoongi fuera un
paseo por el campo, pero su reacción lo hizo estremecer.
Estaba enojado, más que eso... pero también horriblemente asustado.
Conducir en silencio tampoco fue algo cómodo, pero tampoco tenía ganas
de encender la radio, se sentía demasiado estúpido intentando cubrir la
tensión de una forma tan vana.
Cuando por fin detuvo el auto, vio la confusión en el rostro de Yoongi y
no pudo evitar reír ante esto.
—Vamos.
— ¿Dónde estamos?
—Ah... mi departamento. No voy a encerrarte en una celda si no has
hecho algo malo.
—Dijiste que sospechabas de mí.
Jin asintió. —Pero no tengo pruebas, así que... tu derecho como
ciudadano es la presunción de inocencia.
—Gracias, supongo.
Seokjin salió del auto, esperando porque Yoongi lo imitara antes de
activar la alarma.
Subieron en silencio, pero los pensamientos de Jin seguían enredándose.
¿De qué escapaba Yoongi?
No parecía una persona débil y de hecho su personalidad era
avasalladora, pero aquí estaba... parado en el centro de su sala, observándolo
con dudas. Su deber como policía era protegerlo... era sólo aquello...
¿Esto es lo correcto, verdad?
24
No iba a negar aquello incluso si había sido él quien le pidiera ayuda. Los
ojos de Yoongi inspeccionaron el lugar lentamente. El departamento no era
muy espacioso, pero estaba elegantemente decorado, por alguna razón,
ahora le calzaba esa personalidad estructurada del oficial que lo observaba
de brazos cruzados contra la pared.
—Lindo lugar —murmuró intentando evitar preguntas. Lo que menos
quería era hablar de lo sucedido, en realidad, ni siquiera entendía por qué su
mente había visualizado al oficial Kim cuando por fin pudo escapar de esa
golpiza. —Dormiré en el sofá, sólo necesitaba un techo.
Sin embargó, ahí estaba Seokjin paseando sus ojos por su figura, con su
ceño fruncido y cabeza ladeada. Ahora, bajo la luz artificial de su
departamento, se daba cuenta de que la ropa de Yoongi estaba totalmente
sucia, como si se hubiese arrastrado por la tierra durante mucho tiempo.
—Ve a ducharte, te prestaré algo de ropa y puedes usar el cuarto de
invitados.
Yoongi dudó unos segundos ante la oferta, pero cedió. —Gracias... eh...
dónde...
—Primera puerta a la izquierda el baño, última puerta a la derecha el
cuarto.
Yoongi asintió, pasando junto a Seokjin sin darle una mirada y siguiendo
sus instrucciones. Sin preocuparse de cerrar la puerta tras él, observó el
lugar, agradeció que las toallas estuvieran ordenadas en un lugar visible, así
se ahorraría tener que entablar una conversación con aquel oficial; comenzó
a desvestirse con cuidado. Una mueca de dolor cruzó su rostro cuando alzó
sus brazos para deshacerse de la camiseta, por lo que se detuvo a la mitad,
respirando pausadamente para controlar el dolor.
Seokjin tomó ropa que esperó le quedara. Yoongi era ligeramente más
bajo pero su contextura no distaba mucho de la propia, quizá era un poco
más delgado pero la ropa al menos serviría para salir del apuro.
—Aquí va mi par de bóxer nuevos...
Exhaló para dirigirse al baño; el agua estaba corriendo así que empujó la
puerta con cuidado, tampoco quería asustarlo o algo así, sin embargo fue él
mismo el sorprendido ante la imagen; empujó con fuerza la puerta, entrando
sin importarle la confusión en aquel chico.
— ¿Y eso?
—No sé de qué hablas —respondió aún sosteniendo la camiseta entre sus
dedos, pero ahora con algo de fuerza.
— ¿No? —Jin caminó hacia él, tirando su brazo. —Hablo de esto. Tienes
el cuerpo lleno de golpes y rasguños.
—Uh... me gusta el sexo duro —dijo en tono de burla.
— ¿Cómo mierda te hiciste eso? Más bien... ¿Quién mierda te hizo eso?
Yoongi se zafó. —No creo que eso sea de su incumbencia, oficial Kim.
— ¿Tengo que hacer como que no vi una mierda mientras tú me pides
que vaya por ti y me ruegas que no te devuelva a tu casa?
—En serio necesito un baño, voy a hacerlo contigo aquí si no te largas,
no me molesta—. Seokjin se mantuvo en su lugar, demasiado molesto como
para entender. —Bien, como quieras.
Yoongi terminó de desvestirse, ignorando por completo a Seokjin. El
castaño reaccionó ante esto, desviando la mirada por unos segundos y
soltando un bufido de irritación.
—La próxima vez no me llames a mí, Min Yoongi.
Estuvo seguro de oír la voz de Yoongi mezclarse con el sonido del agua
cayendo, pero le restó importancia. Sacó una botella de cerveza y se tiró en
su sofá, bebiendo lentamente. No entendía como podía mantenerse en pie
con esos golpes y recordó el momento en que lo levantó del suelo; Yoongi
había sentido dolor pero se mantuvo como si nada. Le habían dado la paliza
de su vida y ahí estaba él, actuando como un imbécil e intentando rehuir del
tema.
Cuando escuchó los pasos de Yoongi llegar a su lado, guardó silencio;
incluso cuando ocupó el lugar a su lado en el sofá, quitándole la botella de
su mano y bebiendo con demasiada confianza. Seokjin arqueó una ceja sin
esconder su molestia.
— ¿Vas a decirme quién mierda te hizo eso?
— ¿Por qué te importa? Mañana me largaré de aquí y seguirá todo igual.
—Si me dijeras qué es lo que está sucediendo podría ayudarte, Yoongi.
—Viste cómo me dejaron... y ves también que son lo suficientemente
inteligentes para no tocar mi rostro ¿Sabes la razón?
—Porque te necesitan... y te necesitan aparentemente bien.
Yoongi rió. —Aparentemente.
—No entiendo... te niegas a hablar pero me pides ayuda... estás usando
mi posición para esconderte y no me entregas nada a cambio. No puedo
protegerte si no sé de qué exactamente debo hacerlo.
—No tienes que protegerme.
—Mierda, Yoongi... por qué no hablas claro. No quiero llegar un día a
una escena y descubrir que por tus secretos terminaste en una de mis
investigaciones como víctima.
—Trabajas en homicidios, oficial Kim. No van a matarme.
Seokjin guardó silencio, su mandíbula se sentía tensa y no pudo evitar
mover su cuello para liberar tensión, sintiendo el crujido.
—Yo no soy como ellos, oficial Kim. Y sí, quizá me guste divertirme y
haya probado más de una vez sus mercancías, pero no soy uno de ellos... no
me interesa serlo... pero tengo algo que Chang Wook necesita y se está
esforzando mucho en conseguirlo ¿Sabes? Esto que me hicieron fue
simplemente un saludo.
— ¿Qué es lo que busca Ji?
—Expansión.
— ¿Quiere expandirse? mira, dijiste que soy de homicidios ¿No? No es
conmigo con quien deberías hablar... mañana iremos con Jeon... no, hablarás
directamente con el Inspector Kim y podremos protegerte, no tienes que
llamarme en mitad de la noche ni tendrás que temer ir a casa.
—Te dije que no necesito protección, necesitaba un techo.
— ¿Y si la próxima vez deciden que en verdad no vale la pena
simplemente un saludo?
—Escucha, oficial Kim... Mi padre tenía negocios con ellos porque
tenemos propiedades, muchas propiedades inclusive un lugar en el puerto.
— ¿El puerto? Hijo de puta... eso sería perder por completo... si sale de
Seúl estamos en punto muerto, jamás lo encontraríamos.
—Pero necesitan mi autorización y mi jodida firma para todo lo que se
relacione con las propiedades de mi padre.
Seokjin abrió sus ojos sorprendido al entender. —No se las diste.
—No soy como ellos, te lo dije... mi padre quería detenerse también, pero
ese imbécil iba una y otra vez con sus mensajes... yo no creí que fuera a
hacerlo—. Yoongi sostenía aun la botella, deslizando nerviosamente sus
dedos por el cristal. — ¿Sabes lo peor de todo esto? Que Chang Wook sabe
que va por delante de ustedes, es decir... con ese imbécil haciendo el trabajo
sucio... los conoce más que cualquiera, jamás van a encontrarlo y cuando
alguien se interpone, él hace el trabajo por el que le pagan y se deshace de
ellos como si fuese un juego.
— ¿Qué? —Seokjin preguntó confundido. — ¿Tú sabes quién asesinó a
tu padre? ¿Has estado ocultando esa información? Si pudiésemos dar con
ese sujeto...
—No hay que ser un genio para saberlo, oficial. Park Jimin se volvió
indispensable para Ji, tener a alguien que conoce toda su investigación fue
lo mejor que pudo pasarle, no sólo trabajó con ustedes sino que tenía acceso
directo a todo gracias a al sujeto de la fotografía... es increíble que pudiera
esconder tanto tiempo que era un maldito psicópata. Ahora están
apresurando todo porque lo descubrieron... por eso me están presionando,
quieren salir de Seúl.
Yoongi arqueó una ceja al ver a Seokjin palidecer; el castaño se levantó
de su lugar y caminó de un lado a otro en la sala. Sus manos se deslizaban
de forma nerviosa por su cabello y una sonrisa llena de amargura curvó sus
labios.
— ¿Oficial?
— ¿Estás jugando conmigo, no?
— ¿Qué?
—Park Jimin... está muerto, Yoongi. No es divertido que...—vio la
expresión de Yoongi endurecerse. —No tienes derecho a bromear con algo
así, Jungkook... ha pasado por tanto, no es justo.
— ¿Por qué bromearía con algo así?
— ¡No sé! Para confundirme, para inmiscuirte en el maldito caso... quizá
hasta tú mismo te lastimaste de esa forma para hacerlo más creíble; deja de
mentir...
Yoongi se levantó molesto, lanzando la botella al suelo sin importarle
que explotara y que los vidrios saltaran cerca de sus pies desnudos; caminó
hasta Jin y se quitó la camiseta con violencia.
— ¿Yo me hice esto? ¡Mírame! ¿Crees que fui tan estúpido como para
hacerme esto?
Jin tragó saliva con dificultad, de cerca cada golpe se veía mucho peor,
cada hematoma resaltaba horriblemente en su piel nívea.
— ¿Sabes qué? Piensa lo que quieras, me largo, gracias por la ropa —
dijo recogiendo la camiseta para volver a ponerla.
Caminó para buscar sus zapatos y sintió el ardor de los cortes en sus pies.
Maldijo entre dientes ante el dolor pero lo ignoró, yendo al baño donde su
ropa seguía tirada.
—No te vayas—. Se volteó a ver a Jin, que estaba apoyado contra el
marco de la puerta del baño, interponiéndose. —No entiendo... de verdad
no entiendo en qué momento todo esto se complicó así, pero lo único que
tengo claro es que, si te vas ahora... van a ir por ti y estoy seguro que no será
sólo para dejarte un par de golpes.
— ¿Por qué te importa?
—Porque tú fuiste el que llegó a mí, no voy a huir de eso... lamento lo
que dije. Ahora vamos a ver esos cortes... no quiero ser el culpable de que
tu cuerpo sufra más lesiones.
Yoongi asintió dubitativo; estaba agotado física y mentalmente, al menos
por una noche dejaría que Seokjin fuera el que se preocupara.
25
Los dedos de Jungkook trazaban suavemente sobre la piel de Taehyung,
recorriendo su espina y presionando de vez en cuando.
Medio sonrió al sentir el cuerpo del castaño arquearse en busca de
contacto cuando Jungkook detuvo sus caricias al sentirlo despierto.
El castaño hundió su rostro en el cuello de Jungkook, besando
suavemente mientras cruzaba su brazo alrededor de la cintura del menor,
entrelazando sus piernas para más cercanía.
— ¿Por qué estás despierto? —Tae dijo apenas audible y logrando que
Jungkook se estremeciera ante el choque de su aliento tibio contra su piel.
—Duerme.
—No te preocupes, sigue durmiendo.
—No quiero que te duermas en el trabajo, Jeon.
Jungkook rió suavemente. —No lo haré, Señor.
Escuchó la respiración de Tae volverse calma una vez más, indicándole
que nuevamente había vuelto a dormir. Suspiró aliviado, separándose
levemente, presionando sus labios contra la frente de Taehyung con
suavidad.
Cerró sus ojos cansado, sólo necesitaba estar alerta un poco más y todo
estaría bien, igual que todas las noches que habían comenzado a compartir.
Jungkook había descubierto con tristeza, que las noches de Taehyung no
eran tranquilas; el castaño hablaba entre sueños y quizá aquello podría haber
pasado como algo irrelevante para el menor, sin embargo no lo era. Porque
cada vez que hablaba, era sólo para recordar.
Taehyung soñaba con aquel momento cada noche, tan sumido en esos
recuerdos que ni siquiera despertaba solo. Jungkook entonces había
comenzado a acariciarlo con suavidad hasta que el hombre a su lado se
relajaba.
Y cada mañana, Jungkook agradecía aliviado que Taehyung no recordara
lo que soñaba y en cierta parte, entendía aquella afición al alcohol que con
dificultad intentaba abandonar. Lo peor, sin embargo, era ignorar el dolor
que sentía cada vez que lo escuchaba; más de una ocasión se descubrió
llorando mientras intentaba que Taehyung se calmara, porque para
Jungkook hubiese sido mil veces menos doloroso escucharlo rogar por su
vida, mas Tae cada noche en sus sueños pedía morir.
Voy a hacer que vuelvas a sentirte seguro, Tae; sólo permanece a mi
lado.
~•~•~
Tae bajó del auto y esperó a que Jungkook tomara sus cosas del maletero
antes de cerrarlo. Siguió con la mirada todo el camino del menor hasta que
llegó a su lado; Jungkook arqueó una ceja, mediosonriendo ante la
persistente mirada de Tae.
— ¿Qué?
—Nada, Jeon —dijo sonriendo, acariciando suavemente su rostro y
luchando con el impulso de despeinar su cabello. —Se llama recrear la vista,
bebé.
Jungkook acomodó su bolso en uno de sus hombros antes de acercarse y
besarlo, tomándose todo el tiempo de disfrutar aquel momento. Mordió su
labio inferior antes de separarse, riendo ante el suave jadeo que escapó de
labios del castaño.
— ¿Y eso?
—Se llama beso, jefe.
—Lo sé —Tae miró a su alrededor, donde sus otros oficiales caminaban
dándole miradas con discreción a la escena. —Pero estamos en la estación
¿Eso está bien?
— ¿Por qué no lo estaría? Estamos juntos ¿No? Es normal que quiera
besarte no sólo encerrados en el cuarto.
Tae sonrió. —No sólo en el cuarto.
—Además —Jungkook pasó su mano suavemente por el uniforme de
Taehyung, deteniéndose en su cinturón. —Eres lindo, jefe. Te miran.
—Pues sí, soy irresistible —bromeó.
—Pero eres mi hombre.
Tae alzó sus cejas sorprendido antes de que su expresión se suavizara.
—Lo soy.
—Me encanta que tengamos las cosas claras—. Jungkook se separo,
caminando hacia el interior sabiendo que Tae seguía sorprendido junto al
auto. Respiró profundamente antes de voltearse. —Y yo soy tuyo, ahora
vamos.
—Sí, Señor —Tae dijo acortando la distancia y besando su sien.
Jungkook sonrió al ver el cambio en la expresión al entrar al edificio, sin
embargo en ningún momento se separó de su lado.
Al llegar al pasillo que los dirigía a su lugar, Jungkook vio a Jin
esperando impaciente, golpeando su pie contra el suelo rítmicamente.
Tae frunció el ceño al ver como la expresión de Seokjin cambiaba al
verlos, pero ignoró aquello y siguió hasta su oficina, rozando suavemente el
brazo de Jungkook como despedida.
—Jin, buenos días.
—Ah... debemos hablar de algo, Jungkook.
—Vamos a mi escritorio, debo terminar unos papeles sobre Ji y...
—Donde no nos puedan escuchar.
No pudo reconocer qué tipo de emoción cruzó el rostro de Jin, pero no
pudo evitar asentir y seguirlo hasta el cuarto de archivos.
— ¿Pasó algo?
—Yo... no sé cómo decirte esto... realmente no lo sé.
—Me estás asustando.
—Jimin.
Jungkook se tensó. — ¿Qué hay con él?
—Mierda, juro que no quiero hacerte daño... pero te vi, vi la forma en
que miras al Inspector Kim y veo la forma en la que él lo hace contigo... no
quiero que toda la felicidad que estás consiguiendo desaparezca... mereces
alguien que te ame y que valga la pena... Y realmente quiero que esa persona
sea Kim Taehyung...
— ¿Qué hay con Jimin, Seokjin?
—Dios... yo supe... yo supe que él no murió, Jungkook... perdón por
decirlo de esta forma pero... nos involucra a todos ahora, él...—Jin vio a su
amigo mantenerse totalmente sereno, sin mostrar ninguna emoción. —Pero
ya lo sabías... tú sabes perfectamente que Park Jimin está vivo y trabajando
con Ji Chang Wook.
—Lo siento.
Jin rió. — ¿Cuál parte? ¿Desconfiar de tu jodido mejor amigo o que el
hombre que amas esté vivo ahora que decidiste seguir adelante?
—Lamento no haber podido decirlo, no fue mi decisión. Nada tuvo que
ver con mi confianza en ti, deberías saberlo... jamás hubiese querido
guardarme algo así.
—Mierda, Jungkook... lo siento tanto, realmente no... no quise decirlo de
esa forma.
—Da igual.
—No... no da igual. Sólo me alteré... yo no sé por qué dije eso... yo... hey,
Jungkookie...
Jin vio como las lágrimas resbalaban por las mejillas de su amigo; se
sintió egoísta por sentirse traicionado; si Jungkook estaba al tanto
significaba que su jefe también, claramente la decisión de guardar silencio
no era de él.
—Lamento lo que dije Jungkookie, no llores...
—Ese día que terminé en el hospital... ese día lo ví. Taehyung también
estaba ahí...
—Por eso tú...
—Iba a matarlo, Jin. Estaba totalmente dispuesto a matar a Taehyung...
se supone que era su amigo.
—Jungkook, no es por Jimin...
—No es por él; te dije... yo decidí estar con Taehyung antes de saberlo
y... que Jimin esté vivo no cambia lo que siento... sólo que es demasiado...
fueron años, Jin y ahora ni siquiera puedo alegrarme de que esté vivo. Veo
a Tae y siento tanta rabia porque es quien sufre, Jimin simplemente lo usó
como un jodido chivo expiatorio... lo utilizó de la peor manera... jamás voy
a perdonar eso. No lloro por Jimin, lloro porque todo esto es demasiado y
no sé cómo ayudar a Taehyung... él no habla, Jin... no sé qué mierda siente
con todo esto...
—Jungkook, no lo dejes... menos ahora que sabes que Jimin es quien
asesinó a Min y quien está deshaciéndose de los problemas de Ji.
Jungkook frunció el ceño. — ¿Cómo?
—Mierda... él no te lo dijo.
— ¿Es... el asesino que buscas?
Jin asintió. —Park Jimin está metido hasta el cuello, Jungkook.
Seokjin maldijo al ver a su amigo salir del archivo; sabía perfectamente
a dónde se dirigía y la verdad dudaba que fuera lo mejor que ambos hablaran
con Jungkook en ese estado.
26
Cuando la puerta de su oficina se cerró de golpe, Tae dio un profundo
suspiro. Frente a él, Jungkook esperaba con expresión seria porque saliera
de su escritorio y se le acercara; Tae arqueó una ceja con curiosidad pero no
le costó demasiado entender que debía ser algo relacionado al encuentro con
su amigo.
— ¿Entrar de esa forma también es para que todos sepan? —preguntó
calmado, acercándose a Jungkook y estirando su mano para acariciarlo, mas
el menor se alejó rápidamente.
— ¿Jimin está matando para Ji Chang Wook? —preguntó fríamente; vio
como los rasgos de Tae se endurecieron y sus cejas se fruncían ante sus
palabras. —Así que es verdad.
—Jungkook, no creo que debas involucrarte.
— ¿Por qué sigues apartándome?
—Me preocupas.
— ¿Por qué? No... mejor respóndeme esto —tomó aire antes de preguntar
lo que quería. — ¿Te preocupa por algo laboral... o porque crees que iré
corriendo donde Jimin para que estemos juntos?
Taehyung se tensó, tomando abruptamente a Jungkook del rostro y
acercándolo a él; sus labios aprisionaron los del menor con brusquedad y
pronto sintió el sabor metálico en su boca. El choque de sus labios había
roto ligeramente el de Jungkook.
—Eres mío, Jungkook. No te equivoques, mi preocupación es netamente
profesional. Me preocupa que debas enfrentar un caso en el que estás
emocionalmente involucrado... me preocupa porque eres demasiado
importante para mí; si oculté información fue para protegerte, no quiero que
sufras, Jungkook.
Jungkook sostuvo las manos de Taehyung que aún seguían en su rostro,
presionando suavemente sin quitar sus ojos del castaño.
— ¿Qué hay de ti? ¿No estás involucrado?
Taehyung negó lentamente con su cabeza. —No tengo nada que me una
a esa persona, cumpliré con mi trabajo.
—Taehyung... basta de esto.
— ¿Qué?
—Tu actitud... me duele, maldita sea. No es verdad que no te importe
pero sigues guardándote todo... ¿Qué harás? ¿Taparás con alcohol tus
emociones? Se supone que estamos juntos en esto, por qué no me hablas...
Taehyung se alejó de Jungkook, sosteniendo su rostro en una de sus
manos; estaba alterándose y lo que menos quería era descargarse con
Jungkook.
—Jeon, ve a seguir en lo tuyo.
—Tú eres lo mío en este momento.
—Detente, Jeon; no es buen momento, no tenemos que hablar de esto...
—Nunca saldremos de esto si no me dices qué es lo...
— ¡BASTA! ¡Cierra la boca por un momento! No quiero hablar de esto
y menos contigo. No quiero recordar que mi compañero, mi mejor amigo...
decidió irse de mi lado y traicionarme, no sólo a mí sino todos nuestros
valores... ¡Hicimos un puto juramento! Juramos al entrar a esta jodida
Institución y él...
—Tae...
— ¿Quieres saber qué siento? Siento rabia, siento asco y sobretodo
tristeza... era mi hermano, Jungkook. Y me dejó ahí... dejó que hicieran lo
que quisieran conmigo para cubrir el hecho de que era un puto traidor; así
que sí, estoy hecho mierda y sí, ahogaría todo eso en alcohol pero estás tú...
estás tú, que no sólo eres la persona que amo sino que fuiste parte de su vida
y yo no... no quiero lastimarte. No te quiero en medio de mis jodidos traumas
porque no es justo —Taehyung respiró profundamente para tranquilizarse,
evitando mirar a Jungkook mientras hablaba. —No quiero joder esto contigo
y si para eso debo guardarme todo, voy a hacerlo.
Jungkook no pudo contener la risa ante sus palabras.
—No quiero que me protejas, Taehyung, de ti ni del resto; si no eres
capaz de entender eso entonces estamos perdiendo el tiempo. Y no te
preocupes, que aunque Jimin no hubiese hecho lo que hizo, no hubiese
vuelto con él porque es otra persona la que ahora ocupa todo de mí.
—Jungkook...
—Creí que estábamos juntos, pero lo que dices sentir no va de acuerdo a
tus acciones. Lamento quitarle su tiempo, Señor.
—Jungkook, espera.
—Por favor no mezcle sus asuntos personales con trabajo, Señor. Podría
ser peligroso que alguien lo escuchara ¿No?
—Jeon, basta.
Jungkook se despidió como cualquier subalterno haría con su jefe y
caminó hacia la puerta, deteniéndose unos segundos. —Dijiste... que soy la
persona que amas; espero que un día puedas decirlo de verdad, sin excusas
ni miedo. Amar implica confianza; yo podría sostenerte... pero tú no quieres
eso. Volveré a mi departamento.
~•~•~
Taehyung observaba la botella frente a él, sus dedos golpeaban con
fuerza la mesa frente a él.
Llevaba una semana desde que Jungkook abandonara su departamento y
en el trabajo tampoco eran capaces de cruzarse. La investigación avanzaba
y eso los mantenía ocupados a ambos, sin embargo Taehyung no dejaba de
pensar cada momento en él.
Necesitaba beber.
Necesitaba alejar el dolor y el alcohol era la solución perfecta para ello;
sin embargo seguía pensando en las palabras de Jungkook. Ahogar sus
emociones en alcohol era la salida fácil, aquella que tomaba desde el primer
día que salió de aquel hospital.
Borrarse de la realidad por un momento efímero, ahogar los problemas.
Y Taehyung lo deseaba, realmente sentía aquella urgencia por dejar que el
alcohol quemara su garganta y nublara sus sentidos.
Presionó la botella con fuerza, era tan fácil como abrirla y tendría un
momento de tranquilidad hasta que el alcohol saliera de su sangre; pero sus
manos seguían fijas y su mente seguía regresando una y otra vez a
Jungkook. Jamás había sido tan consciente de su problema con el alcohol
en ese momento.
Dejarse llevar por su necesidad significaba ser un cobarde y la sola idea
de ver los ojos de Jungkook clavarse con decepción lo atormentaba. Porque
Jungkook se merecía alguien que fuese capaz de valerse por sí mismo y que
no escapara de los problemas de la forma en que él lo hacía, Jungkook
merecía quien pudiese estar ahí para él.
Tomó su teléfono y marcó el número de Jungkook de memoria, cerrando
sus ojos y relamiendo sus labios; luchaba por no caer en aquella adicción y
sus manos temblaban sosteniendo la botella que era incapaz de soltar.
— ¿Tae?
Respiró profundamente al escuchar su voz adormilada. —Jungkook... no
puedo solo.
— ¿De qué hablas? ¿Estás bien?
—No... no estoy bien, Jungkook... de verdad necesito un trago...
—Mierda, Tae... no hagas algo estúpido... ¿Estás en casa?
—Estoy en casa.
—Espera ahí, por favor no hagas algo estúpido, sólo espera ¿Sí? Tae...
no necesitas eso, no necesitas usar el alcohol como escape, por favor no te
hagas esto... espera por mí; deja de lastimarte.
Escuchó la voz de Jungkook quebrarse; cerró sus ojos y mordió con
fuerza su labio; Jungkook se equivocaba, no era que no deseara apoyarse en
él, sino que estaba tan dañado que temía arrastrarlo a él dentro de todos sus
problemas.
27
Jungkook subió las escaleras del edificio lo más rápido que pudo,
buscando entre sus llaves la del departamento de Taehyung, aquella que el
castaño le diese para oficializar el hecho de vivir juntos. El lugar estaba a
oscuras, iluminado sólo por la luz que se colaba por el ventanal y pudo
reconocer la figura de Taehyung en el suelo, apoyado contra el sofá y
sosteniendo una botella entre sus manos temblorosas.
—Tae... —susurró sintiendo el dolor de verlo totalmente roto.
—Necesito esto, Jungkook; realmente lo necesito.
Taehyung dijo apenas audible, sin atreverse a mirar a Jungkook. Se sentía
avergonzado de estar allí desesperado por alcohol. El menor mordió su labio
al ver las manos de Tae presionar con más fuerza la botella, luchando con
la necesidad de rendirse.
—Tae, dame eso ¿Sí? —susurró arrodillándose frente a él, tomando sus
manos en un intento por quitarle la botella, sin embargo Tae afianzó su
agarre. —Tae... no es verdad que necesitas esto, por favor suéltalo...
solucionaremos esto.
—Realmente quiero detenerme.
—Lo sé, y sé también que estás sufriendo... Tae, estoy aquí.
Los ojos del castaño se enfrentaron por fin a los de Jungkook y sus manos
liberaron lentamente la botella, dejando que el menor la alejara. Cerró sus
ojos al sentir la mano de Jungkook acariciar suavemente su mejilla y
presionó su rostro para maximizar el roce.
—Taehyung, vamos a hacerlo juntos ¿Sí? No me alejes. No tienes que
protegerme, no tienes que guardar el dolor —. Jungkook presionó sus labios
sobre los de Tae. —Yo... no quiero que la persona que amo sufra, Taehyung.
El castaño se separó ligeramente, sus cejas arqueadas con sorpresa ante
las palabras de Jungkook; su corazón latió con rapidez. Sus manos
sostuvieron la ropa de Jungkook, torciendo la tela entre sus dedos para
acercarse y permitiendo que las manos del menor lo tomaran por su cintura
para acercarlo.
Su cuerpo quedó ligeramente reclinado sobre el de Jungkook, con sus
rostros a escasos centímetros.
—Jungkook, no quiero alejarte... no quiero estar sin ti —musitó sin
separarse, notando que el menor sonreía suavemente.
—Eso es un buen, plan. Tampoco quiero estar sin ti.
Jungkook afianzó su agarre en la cintura de Tae, cambiando la posición
para abrazarlo con comodidad; atrapó su labio inferior entre los suyos,
moviéndolos lentamente. Las manos de Tae se deslizaron por su pecho hasta
llegar a su cuello, acariciando y enredando sus dedos en su cabello.
Jungkook acarició la cintura de Tae, bajando hasta sus caderas para luego
volver, buscando su camino bajo su ropa hasta sentir como Tae se
estremecía ante el contacto sobre su piel desnuda. El menor buscó con su
lengua la entrada a la tibia cavidad, enredándose con la lengua de Tae,
lamiendo sutilmente y recorriendo cada parte de su interior; sus manos
presionaban su piel, dejando pequeñas líneas enrojecidas cada vez que sus
dedos trazaban el contorno de su cuerpo.
Tae gimió suavemente cuando Jungkook succionó su lengua y tiró su
cuerpo hasta dejarlo a horcajadas sobre él. El mayor se separó buscando
algo de aire, momento que Jungkook aprovechó para recorrer su cuello
lentamente, succionando y marcando, Tae extendió su cuello para facilitarle
el acceso.
Jungkook dejó escapar un gemido ronco cuando Tae movió sus caderas,
provocando un roce placentero ante la fricción de su creciente erección.
Se deshizo de la camiseta de Tae, lamiendo su cuello y clavículas; le
gustaba escuchar la respiración del castaño acelerarse con cada segundo y
el roce de sus cuerpos, ansiando poder sentirse por completo pese a que su
erección se volvía dolorosa bajo la ropa.
Taehyung tiró de la sudadera de Jungkook, sonrió al ver que bajo ella no
traía camiseta, seguramente por la prisa del llamado. Sus labios se cerraron
sobre la piel de Jungkook, dejando un camino de marcas sobre la superficie
nívea antes de levantarse con una media sonrisa al ver el rostro molesto de
Jungkook.
— ¿Dónde vas? —Jungkook dijo imitándolo y tirando sus caderas para
cerrar la distancia, ganándose un gemido por parte de Tae.
—A un lugar más cómodo.
Jungkook arqueó una ceja cuando Tae volvió a separarse, terminando de
quitar su ropa y besándolo apasionadamente mientras sus dedos se
deshacían del resto de la ropa del menor. Tae empujó el cuerpo de Jungkook
contra el sofá, obligándolo a sentarde antes de volver a sentarse a
horcajadas, sin poder contener el gemido por el roce que de sus cuerpos sin
ropa interfiriendo. El castaño buscó sus labios, mordiendo y succionando,
interrumpido por los gemidos que escapaban al sentir la mano de Jungkook
deslizarse por toda su erección, masturbándolo lento antes de acelerar.
Arqueó su espalda y tiró el cabello de Jungkook; su cuerpo cubriéndose
de una fina capa de sudor, sintiendo como su cuerpo sucumbía ante el ardor
que se reunía bajo su vientre.
Sus piernas se tensaron contra el cuerpo de Jungkook al borde de su
orgasmo, pero antes de permitírselo, detuvo sus movimientos. Taehyung
seguía moviendo sus caderas con un ritmo constante, friccionando ansioso.
El menor recorrió con una de sus manos la línea de la mandíbula de Tae,
presionando su pulgar en su labio. Relamió su labio y jadeó cuando la boca
de Taehyung recibió sus dedos, mordiendo ligeramente antes de deslizar su
lengua. Succionaba y lamía, humedeciendo con saliva cada dedo sin quitar
sus ojos de Jungkook, quien hundía y separaba sus dedos del interior de su
boca.
Retiró sus dedos, dejando que la saliva resbalara por ellos; sus dedos
tantearon hasta su entrada, acariciando de forma delicada antes de hundir
uno de ellos lentamente. Tae se arqueó y Jungkook aprovechó de morder y
lamer desde su cuello hasta sus pezones.
Sumó otro de sus dedos, moviéndolos con ritmos distintos en su interior,
empujando sus paredes y penetrando con rapidez; curvó sus dedos y escuchó
cómo el volumen de los gemidos de Taehyung aumentaba. Había
encontrado su próstata así que siguió presionando con sus dedos.
Jungkook sonrió con suficiencia cuando lo escuchó pedir por más y él no
iba a negarle aquello, después de todo también lo quería. Quitó sus dedos
con lentitud, extendiendo la angustia con la que Tae exigía. El mayor alzó
ligeramente sus caderas, ayudando a Jungkook a ubicar su erección,
mordiendo su labio ante la presión que ejercía conforme bajaba su cuerpo.
Jungkook ahogó un gemido ante la estrechez que lo recibía, alzando sus
caderas para acelerar la penetración y afirmando con fuerza a Taehyung de
sus caderas. El castaño mantenía sus manos sobre sus hombros para darse
apoyo y sin esperar, volvió a subir para repetir el movimiento una y otra
vez, acelerando a cada segundo con ayuda de Jungkook.
Taehyung gemía, nublado por las sensaciones que lo abrumaban, tan
excitado ante cada roce que rápidamente volvió a sentirse al extremo. Sus
uñas se hundieron en los hombros de Jungkook, bajando por su pecho y
dejando rasguños en su piel. El menor comprendió sin necesidad de palabras
y sin preocuparse de las marcas que quedaban en las caderas de Tae, empujó
con fuerza llegando profundamente una y otra vez.
Escuchaba a Tae repetir su nombre entre gritos y gemidos; una de sus
manos viajó hasta el miembro del castaño, enredando sus dedos y
moviéndose para igualar el ritmo de sus penetraciones. Taehyung sintió los
espasmos en su cuerpo ante la doble estimulación y sin poder contenerse,
sintió como su cuerpo ardió y Jungkook recibía parte del blanco fluido en
su mano y pecho. Siguió moviéndose, presionando contra el miembro de
Jungkook en su interior hasta que la sensación cálida lo llenó por completo.
Se quedaron quietos por unos segundos mientras se besaban con lentitud
antes de que Tae se separara, sintiendo como sus muslos iban recibiendo el
exceso de fluidos que escaparon de su cuerpo por la posición.
—Jungkook —Tae susurró con sus labios a milímetros de los del menor,
sus dedos enredándose en su cabello y acariciándolo al mismo ritmo que
Jungkook acariciaba sus caderas.
— ¿Hmn?
—No tengo miedo... tampoco tengo excusas ya —se separó para
observarlo, sus labios se curvaron en una sonrisa y sus dedos recorrieron el
rostro de Jungkook con cuidado; su corazón latía ansioso. —Pese a todo y
a todos, yo te amo, Jungkook y fuiste lo mejor que pudo sucederme en
mucho tiempo, no quiero perder eso jamás.
Jungkook cesó sus caricias, dejando descansar sus manos en sus caderas,
grabando cada facción de Tae.
—Repítelo —ordenó suavemente, presionando su rostro contra la mano
que lo acariciaba.
—Te amo.
—Otra vez.
—Te amo, Jeon.
—Una vez más...
Tae rió. — ¿Por qué?
—Porque quiero que lo repitas hasta que seas incapaz de olvidarlo; hasta
que me ames tanto que no importe nada más que nosotros.
Tae sintió sus mejillas arder ligeramente, la mirada de Jungkook parecía
traspasarlo; se sentía totalmente vulnerable al hombre frente a él y aún así
estaba dispuesto a aceptar que eso sucediese. Quería su vida a su lado con
todo lo que aquello implicaba.
—Te amo, Jungkook —repitió esta vez sin que el menor lo pidiese.
La expresión de Jungkook se suavizó, sonriéndole aliviado. —No quiero
escapar más de lo que siento, así que tampoco lo hagas tú. Yo también te
amo.
28
Jimin se reclinó en aquella silla, ojeando los papeles sobre el escritorio
con desgano. Escuchaba con cierto desagrado las pocas quejas de dolor que
escapaban del chico frente a él y no pudo negar el dejo de decepción ante
esto.
No habían gritos; daba igual qué tanto lo golpearan, jamás escuchaba
desesperación. Y Jimin sabía perfectamente que sin eso, jamás conseguirían
lo que necesitaban.
—Yoongi, sólo firma el traspaso y detengamos esto —dijo en un suspiro
cansado. — ¿Cuántos golpes más puedes soportar por un par de
propiedades?
Yoongi rió. —No voy a firmarte los jodidos papeles.
Su cuerpo dolió cuando fue sentado con brusquedad frente al escritorio;
sintió la mano de uno de los hombres que lo golpeaba sujetar la suya,
obligándolo a tomar aquel bolígrafo.
—Firma.
Yoongi sonrió. —Vete a la mierda, no pienso hacer lo que ustedes
quieran.
Jimin chasqueó la lengua; odiaba tener que estar lidiando con aquel
chico.
Pensó que luego de encargarse de su padre, Yoongi tendría la suficiente
inteligencia como para no inmiscuirse, pero ni con todas las golpizas que
recibía estaba cediendo.
Dejando que la molestia se apoderara de él, Jimin sujetó con fuerza su
mano, reemplazando la del otro tipo y viendo como el rostro de Yoongi se
contraía de dolor.
—Firma, Yoongi.
—Suelta mi mano, imbécil.
Jimin suspiró. —De acuerdo, no firmes.
—Pero qué...
Yoongi ahogó el grito de dolor cuando Jimin, sin dejar de mirarlo,
presionó con fuerza su mano; girándola en un ángulo contrario al que sus
articulaciones le permitían y escuchando el crujir de sus huesos; sintió su
vista nublarse ante el dolor pero se negó a rogar.
—Supongo que ahora tienes una excusa válida para no firmarme los
putos papeles. La próxima vez no quebraré sólo tu mano —dijo soltándolo
y dejando caer su mano que ahora colgaba sin firmeza.
Yoongi lo vio levantarse del escritorio de su padre y abandonar el lugar;
contenía las lágrimas de dolor y frustración. No iba a quebrarse frente a ese
sujeto por más que el dolor en su mano se estuviese volviendo insoportable.
Sostenía su muñeca como si con eso pudiese disminuir en algo la
sensación punzante que lo estaba dejando al borde de la inconsciencia y
mordiendo su labio con fuerza, se levantó y caminó fuera de la casa.
~•~•~
Cuando Seokjin recibió aquel llamado, no dudó en ningún momento en
ir a aquel hospital.
Buscó a su alrededor hasta que vio a Yoongi ya en la sala de espera con
uno de sus brazos dentro de una férula.
—Yoongi...
—Hey —murmuró alzando la vista. Seokjin quiso mantener su expresión
impasible, pero ver los ojos de Yoongi enmarcados por profundas ojeras,
totalmente agotado, hizo que jadeara ante la sorpresa. —No te espantes,
oficial; no firmé.
—Vamos.
Yoongi se levantó algo mareado por efecto de los analgésicos que le
inyectaran; trastabilló pero Seokjin lo sostuvo por los hombros
cuidadosamente para estabilizarlo.
No estaba con fuerzas de negarse, así que cuando Seokjin cruzó su brazo
sano por sobre su hombro y lo sostuvo por la cintura para ayudarlo a
caminar, se dejó guiar en silencio. Mismo silencio que los acompañó
durante todo el viaje hasta el apartamento de Jin.
—No tenías que traerme acá —dijo sin obtener respuesta. —Oficial, no
tienes que hacer esto.
— ¿Hacer qué? ¿Recogerte cada vez que te muelen a golpes?
—Lamento haber llamado, sólo necesitaba que me llevaras a mi casa.
Seokjin rió. — ¿Tanto tiempo viviendo rodeado de ese mundo te dejó
algo mal en tu cabeza? No voy a llevarte a un lugar donde termines con una
bala entre las cejas igual que tu jodido padre. Estás tan malditamente
involucrado en esto que debería entregarte al Inspector Kim y que él se
encargara de todo.
Yoongi arqueó una ceja sorprendido ante sus palabras. — ¿Tú... no has
informado a tus superiores?
—No.
— ¿Por qué?
Jin frunció el ceño.
No se había detenido a pensar en las razones, simplemente sabía que
informarle a Taehyung no aseguraba que Yoongi permaneciera a salvo y no
quería que aquel chico terminara peor de lo que ya estaba.
—Dan igual las razones, no voy a permitir que la próxima vez el llamado
sea de homicidios. Informé lo necesario y ahora sabemos que Ji quiere
expandirse, con eso hemos trabajado y mientras tú estés a salvo y no
entregues lo que quieren es suficiente —. Seokjin dijo sin quitarle la vista
de encima. —Ve a dormir ahora, necesitas descansar. Tuviste suerte de no
necesitar una operación para esa fractura, no fuerces más.
—Seokjin —llamó y una sonrisa burlesca curvó sus labios ante la
sorpresa del oficial frente a él; era obvio que no se esperaba aquella
confianza. —Gracias por todo lo que has hecho.
—Es... mi trabajo...
En parte, aquello no era una mentira; sin embargo se sintió inquieto bajo
la atenta mirada de aquel chico golpeado.
— ¿Lo es? —Yoongi preguntó con algo de molestia que intentó controlar
sin mucho éxito. —Entiendo, buenas noches.
Escuchó la puerta del cuarto de invitados cerrarse y un suspiro escapó de
sus labios; deslizó sus dedos por su cabello y se dirigió hacia su propio
cuarto.
Estaba equivocándose, no debía ocultar información y debía dejar que su
superior manejara el tema. Si Yoongi necesitaba protección, debía ser la
policía la que le brindara aquello; mas no estaba seguro de si eso sería
suficiente.
Se acostó pero fue incapaz de cerrar sus ojos; estaba arriesgando su
trabajo por aquel chico problemático.
Pero no quiero que vuelvan a lastimarlo, mierda...
~•~•~
— ¿Y? ¿Ya tienes el acceso a las propiedades de Min?
—No, Señor Chang Wook. No hemos podido conseguir la firma de ese
chico.
—Jimin, esto me está cansando.
—Lo lamento —. Jimin murmuró sin bajar la mirada del hombre frente
a él.
— ¿Lo lamentas? Te tengo para cumplir órdenes y no eres capaz de
conseguir una jodida firma...
—La próxima vez tendrá el acceso total a las propiedades de Min.
—En verdad eso espero; me he encariñado contigo ¿Sabes? No me
gustaría arrepentirme de haberte recogido como el jodido perro callejero que
eres. Ya no estás con ellos, Jimin... mi paciencia se agota y conmigo no
conseguirás una suspensión simplemente.
Jimin guardó silencio unos segundos, Chang Wook le sonrió con
suficiencia ante sus palabras.
—Cumpliré su orden, Señor... puede confiar en mí.
—Fuiste una adquisición valiosa, Jimin; no me decepciones ahora. Ahora
lárgate.
Jimin hizo una ligera venia antes de retirarse del lugar. Chasqueó la
lengua molesto, Min Yoongi estaba resultando un problema demasiado
molesto.
29
—Buenos días—. Jin saludó sin mirar; había escuchado los pasos de
Yoongi pero se dedicó a seguir ordenando los platos en la mesa. Yoongi
observó en silencio cómo Seokjin terminaba de poner la comida antes de
sentarse en silencio en uno de los puestos servidos.
—Buenos días... no era necesario ¿Sabes?
—Da igual, de todos modos debo desayunar y con ese brazo no puedes
hacer mucho.
—Escucha, volveré a casa hoy.
Seokjin sostuvo sus palillos a medio camino, respirando profundamente
al escucharlo.
—Olvídalo.
— ¿Huh?
—No vas a volver a ese lugar donde claramente no estás seguro.
— ¿Es broma?
—No, Yoongi, no estoy bromeando. No voy a dejar que vuelvas a
arriesgarte de esa forma; saben dónde vives y volverán a buscarte hasta que
les des lo que quieren. Tú... no vas a moverte de acá.
Yoongi se quedó observando a Seokjin fijamente; el rostro del oficial
estaba serio y pese a que junto a él jamás mostraba una expresión de alegría,
estaba seguro que Kim Seokjin distaba mucho de ser aquel oficial duro que
intentaba demostrar.
— ¿Quieres que me quede contigo?
—Quiero que estés seguro y mi departamento es un buen lugar hasta que
todo esto termine.
—Hasta que termine...
Seokjin suspiró. —Sí, Yoongi. Sólo hasta que termine.
Lo escuchó remarcar la última parte antes de que volviera su vista a la
comida; Yoongi se sintió fastidiado, aquello dejaba claro que Seokjin sentía
lástima y no era eso lo que deseaba.
—Bien, me quedaré.
—Genial; olvídate de volver a buscar tus cosas, tienes dinero ¿No? úsalo
en algo que no sean drogas y fiestas, ve a comprar lo que necesites y vuelve.
Usa calles concurridas, no tardes demasiado y... ten—. Seokjin deslizó por
la mesa un móvil y una llave, Yoongi observó por unos segundos los objetos
frente a él antes de tomarlos.
— ¿Está bien que lo tenga?
—El tuyo estaba destrozado el día que te busqué en la calle, no fuiste tú
quien llamó anoche sino el hospital, significa que sigues sin un teléfono. No
lo uses de manera innecesaria, mi número está grabado.
Asintió rodando los ojos. —Sí, mamá.
—No juegues, Yoongi. No estás en posición de burlarte de mí y por lo
que sé cuando ingresé tus datos para la declaración, sigo siendo mayor
además de policía; respeta eso al menos.
—Como sea.
—Ya sabes, ve a comprar lo que necesitas y regresa; mi turno termina
temprano hoy.
Lo vio abandonar el departamento luego de tomar su plato y lavarlo;
estuvo a punto de quejarse, después de todo no podía usar los palillos con
su mano en ese estado, pero frente a él Seokjin había dejado un tenedor y
una cuchara para que comiera con comodidad.
Suspiró profundo.
—Hasta que todo esto termine.
~•~•~
Jungkook vio a Jin caminar unos metros delante de ellos, totalmente
abstraído en su mundo. Eso era algo que su amigo no solía hacer por lo que
no pudo controlar la preocupación.
Miró a Tae y el castaño suspiró, llevando su mano a la mejilla del menor
y pellizcando ligeramente.
—Puedes ir, de todos modos debo ir a revisar cómo va todo.
Jungkook sonrió, tomando la camisa de Tae y acercándolo para besarlo
suavemente.
—Te veo luego.
Dejó a Taehyung y aceleró hasta alcanzar a Jin, palmeando su espalda
para llamar su atención. Seokjin se giró y su expresión cambió
automáticamente al ver a su amigo.
Jungkook ladeó su cabeza y le sonrió instándolo a conversar.
—Eres perceptivo, Jungkookie.
—Eres mi mejor amigo, imposible no saber que algo te preocupa.
Seokjin sonrió. —Algo así.
— ¿Quieres hablarlo?
El mayor asintió, tomando la mano de Jungkook para llevarlo al cuarto
de guardia. El menor dejó caer su cuerpo en una de las camas mientras veía
a su amigo poner el seguro y sentarse junto a él. Seokjin enredaba sus dedos
con distintos ritmos y mordía su labio para poder armar cada idea.
—Um... ¿Qué tal todo con el Inspector Kim?
—Bien, volví a su casa y... las cosas de Jimin están en la bodega; no sé
qué hacer con ellas.
—Puedo ayudarte si quieres.
—Eso estaría bien, aún no... creo todo esto.
Seokjin asintió. —Sobre eso...
—Sólo dímelo, has soportado tanto conmigo que lo mínimo que puedo
hacer es estar para ti cuando me necesitas.
—Yo... he estado ayudando a alguien.
— ¿Ayudando?
—Esta persona... tiene problemas ¿Sabes? Demasiados...
— ¿Te gusta un tipo problemático?
Jungkook dijo algo aliviado de que fuera un problema sentimental, pudo
ver la expresión de Seokjin cambiar de la confusión a la sorpresa.
—No me gusta... no puede gustarme en verdad —murmuró frunciendo el
ceño confundido.
— ¿Cuál es el problema entonces?
—El problema... Jungkook, es algo muy complicado... he estado
ocultando información ¿Sí?
—Seokjin —el tonó de voz de Jungkook sonó molesto. — ¿Qué está
sucediendo?
—Min Yoongi, eso está pasando.
— ¿El hijo del tipo que mataron?
Seokjin notó como su amigo se tensaba y evitaba nombrar a Jimin, pero
no lo culpaba por ello.
—La razón por la que mataron a su padre... fue porque iba a desistir de
entregar su ayuda a Ji. Pensaron que con su muerte, tendrían acceso a todas
sus propiedades, incluido el lugar en el puerto. Min hizo el traspaso de todo
eso a Yoongi.
—Oh...
— ¿Lo ves? No puedo informar todo eso porque... Jungkook, ellos tienen
a Jimin y eso los pone en ventaja, ellos nos conocen. No podremos
protegerlo aunque queramos. Y Yoongi está escapando, no les ha dado
acceso.
— ¿Lo encerraste en su casa?
Seokjin bajó la mirada. —No precisamente...
—Mierda, Jin ¿Es broma?
— ¡Lo golpearon! Quebraron su mano y... decidí que mi departamento
era el lugar más seguro.
Jungkook respiró profundo, calmando la molestia. —Es peligroso para ti,
Jin.
— ¿Y él?
—Él debería estar encerrado... podríamos vigilarlo; si tiene algo que les
interesa, lo buscarán y ése sería el momento perfecto para atraparlos. Hemos
detenido a dealers y asesinos, pero ninguno suelta nada, Jin. Da igual
cuántos imbéciles atrapemos, Ji Chang Wook es el que importa. Min Yoongi
sería el cebo perfecto.
— ¡¿Estás loco?! Si hacemos eso... si hacemos eso, van a matarlo.
—Jin...
—Es Jimin —murmuró, sin querer dañar más a su amigo porque pese a
todo, entendía que para Jungkook era algo difícil por más que ahora
estuviese con Taehyung. —Es Jimin quien lo persigue, Jungkook. Sabes tan
bien como yo que él es bueno en lo que hace... van a matarlo.
Jungkook suspiró, veía los ojos de Jin lleno de preocupación y también
sabía perfectamente que las palabras de su amigo eran verdad. A Jimin no
parecía importarle pasar por encima de cualquiera para cumplir las órdenes
de Ji.
— ¿Qué piensas hacer? No puedes... pretender esconderlo de nosotros
también.
—Sé que le dirás al Inspector Kim y no me importa porque serás discreto
con eso, cuento contigo... y sobre Yoongi... voy a protegerlo.
Seokjin dijo seguro, sintiendo el peso de haber hablado con su amigo
liberarse de sus hombros. Jungkook ladeó su cabeza con interés.
—Ahora dime algo, Seokjin... ¿Realmente es por trabajo?
Jin mordió su labio. —No lo sé... pero necesito que me ayudes a
protegerlo.
—Voy a ayudarte... me encargaré de que Tae tampoco haga algo contra
tus planes, pero Jin... no parece ser sólo trabajo, quizá estás arriesgándote
por una razón totalmente diferente.
Jungkook le sonrió; era tan claro que Jin no estaba haciendo esto
netamente por su posición de policía que en cierta forma lo entristeció. Se
estaba involucrando y el menor no quería ver a su amigo sufriendo por ello.
30
Yoongi estaba echado en el sofá, la televisión estaba encendida pero no
estaba prestando atención. Sus dedos de su mano sana golpeaban
rítmicamente en su rodilla.
Se sentía estresado sin poder salir y bastante estúpido al estar haciéndole
caso a Seokjin, pero allí estaba sin nada más que hacer que esperar a que el
dueño del apartamento decidiera llegar a hacerle compañía.
Cuando el sonido de la cerradura abriéndose llegó a sus oídos, su cuerpo
se tensó inconscientemente, sólo para relajarse al ver entrar a Seokjin.
— ¿Pelo negro? —Seokjin dijo antes de entrar en la cocina, sacando dos
cervezas y abriendo una para Yoongi.
—Estoy escapando ¿No? Supuse que el rubio llamaba mucho la atención.
Seokjin asintió. —Supongo.
— ¿No te gusta?
El ahora pelinegro dijo sonriendo, viendo como los ojos de Seokjin se
ampliaron ligeramente ante sus palabras antes de suspirar profundo y beber
de su propia cerveza, desviando la mirada a la televisión.
—Me gusta—. Su respuesta fue calmada, pese a que sintió su estómago
revolverse ante esto; que Yoongi siguiera observándolo con una sonrisa
arrogante tampoco lo estaba ayudando.
Recordó a Jungkook y mentalmente comenzó a recriminarse; lo ayudaba
porque su deber de policía le impedía desatender algo así... pero seguía
cuestionándose por qué seguía yendo cada vez que el menor lo llamaba.
— ¿Todo bien, oficial?
—Estás jugando y eso es molesto.
—Lo siento, lo siento...—rió sin sentirlo en verdad; alterar a Seokjin era
divertido porque veía que se reprimía.
— ¿Compraste todo lo que necesitabas?
—Sí.
—Mañana iremos a hablar con mi jefe.
— ¿Vas a llevarme a tu jodida estación de policía? ¿Estás enfermo?
—No.
— ¿Quieres que me maten?
—No, Yoongi... no quiero que te maten. Y no iremos allí, será en privado,
sin otros oficiales observando.
El pelinegro se relajó ante esto; Seokjin lo observó unos segundos y no
pudo reprimir la sonrisa al verlo. Yoongi tenía miedo y aunque intentaba
ocultarlo con su actitud de rebeldía, no podía evitar los pequeños cambios
en su comportamiento cada vez que hablaban de la situación.
— ¿Qué es tan gracioso?
—Que eres un niño.
— ¿Qué?
—No tienes que tener miedo, voy a protegerte, Yoongi. Te lo prometo.
Yoongi se mantuvo en silencio, sus cejas ligeramente fruncidas ante las
palabras de Seokjin.
— ¿Puedes prometer algo así? No estamos jugando.
—Puedo y voy a hacerlo; confía en mí.
~•~•~
Jungkook apoyó su cuerpo contra el respaldo de aquel sillón donde Tae
se encontraba, mantenía sus brazos cruzados mientras sus ojos pasaban de
Yoongi a Seokjin. Escuchó la mandíbula de Tae crujir, demasiado
tensionado por la situación, por lo que presionó suavemente en su nuca,
deslizando sus dedos hasta que sintió que el cuerpo del castaño se relajaba.
Tae alzó la mirada y le sonrió a Jungkook en agradecimiento antes de volver
su atención a sus visitas.
Seokjin suspiró al ver la interacción entre los dos; sorprendido por el
rápido cambio de actitud en Taehyung ante la influencia de Jungkook.
—Así que... me estás diciendo que quieres que mantenga en secreto que
estás escondiendo a Min Yoongi de Ji Chang Wook.
—Jefe, mantenerlo seguro evita que sus planes de salir de Seúl se lleven
a cabo.
—Lo mejor sería tirarlo de señuelo.
—Basta, esto es estúpido, me largo de esta mierda—. Yoongi, quien se
había mantenido en silencio, se levantó molesto sólo para ser detenido por
Seokjin.
—Siéntate, estamos hablando... el jefe no quiso decir eso porque
Jungkook ya lo había pensado y quedamos claros que era una mala idea ¿No
es así?
Seokjin dijo algo sorprendido de lo parecido que Jungkook y Taehyung
pensaban. Su amigo había encontrado una persona interesante.
—Kim, tenemos la oportunidad de...
—Tae, basta ¿Sí? Seokjin tiene razón, no podemos arriesgar a Yoongi...
tú mejor que nadie lo sabes —Jungkook dijo acariciando suavemente su
cabello. —Creo que... mientras mantengamos a Yoongi seguro y lejos de
donde puedan encontrarlo, comenzarán a equivocarse.
Taehyung cerró sus ojos, meditando sus opciones. Jungkook tenía razón
en decir que dejar ahora a Yoongi sería sentenciarlo. Lo de su mano o los
golpes que Seokjin contara no era nada comparado a lo que podrían llegar a
hacerle.
Que fuera Jimin quien estaba buscándolo hizo a Taehyung tensarse
nuevamente; ya no conocía a Jimin y no estaba seguro de qué tan peligroso
podía ser en verdad.
—Escucha, necesito que hagas lo que te ordeno desde ahora; no te quiero
vagando solo, no quiero llamados a alguien que no sea Kim, Jeon o yo.
— ¿Tendré tres niñeros?
—Yoongi —Jin murmuró para callarlo.
—Tendras tres jodidos policías cuidando tu cabeza, no lo arruines. Si
haces algo que no debes, yo mismo te lanzaré con Ji Chang Wook.
— ¿Vas a atraparlo?
—Puedes contar con eso.
— ¿A ambos?
Jungkook mordió su labio al entender su pregunta, pero luego buscó la
mano de Tae, sabiendo que el castaño seguía sufriendo por aquel tema quizá
mucho más que él mismo.
—No tienes que preocuparte de Ji Chang Wook... tampoco por Park
Jimin, vamos a atraparlos.
Yoongi asintió antes de seguir a Seokjin; esperó a que terminaran de
hablar entre los tres y pronto abandonaron el departamento, dejando a Tae
y Jungkook.
El castaño mantenía su frente apoyada contra el vidrio del ventanal; sintió
las manos de Jungkook rodear su cintura y apoyar su cabeza en su hombro,
depositando un beso suave sobre su cuello.
—Lamento que hayas tenido que responder eso.
— ¿Por qué? Es nuestro trabajo, Tae.
—Pero...
—Está bien así, en verdad ahora no quiero hablar de trabajo.
Tae rió. — ¿Y de qué deberíamos hablar entonces?
—No pensaba precisamente en hablar, Señor.
Tae liberó su cuerpo del abrazo de Jungkook y se giró hasta enfrentarlo
con una ceja arqueada. Jungkook le sonrió afirmando sus manos en las
caderas del castaño, acercándolo con brusquedad. Taehyung jadeó ante el
movimiento pero no se alejó.
— ¿Aquí, Jeon? —dijo refiriéndose a que su cuerpo se mantenía atrapado
entre el cristal y Jungkook.
—Hablas mucho, Señor.
Las manos de Tae se enredaron en su cuello, tirando con fuerza para
acercar el rostro de Jungkook. El menor sonrió contra sus labios, sintiéndose
aliviado de haber hecho que Taehyung olvidara el mal rato.
No quería más sufrimiento y por eso iba a encargarse de que ambos
fueran felices pese a todo.
31
—Oye ¿Qué estás haciendo?
—Cállate.
Jungkook contuvo la risa ante la orden mientras Tae jugaba con el lóbulo
de su oreja; tirando entre sus dientes y succionando. Una de las manos del
castaño se dedicó a recorrer el cuerpo del menor, presionando en forma de
juego su entrepierna sin llegar más allá.
Le divertían las reacciones que conseguía del menor porque llevaba su
paciencia al límite.
Un gemido escapó de los labios de Jungkook cuando Tae succionó con
fuerza sobre la piel de su cuello, sin importarle las marcas que pudiesen
quedar. Sabía que Jungkook comenzaba a impacientarse pues sus manos,
que hasta el momento servían de apoyo contra el cristal, se empuñaron.
El castaño levantó la camiseta de Jungkook, deshaciéndose de ella sin
mirar dónde caía; fue bajando al tiempo que besaba suavemente el cuerpo
del menor hasta quedar arrodillado frente a él. Se deshizo con una lentitud
tortuosa de sus pantalones, bajando junto a la ropa interior. Sus dedos
recorrieron el interior de sus muslos hasta llegar a su erección pero sin
tocarlo. Alzó la mirada y sus ojos se cruzaron con los oscuros ojos de
Jungkook.
— ¿Vas a quedarte mirándolo o tendré que usar la fuerza con esa linda
boca tuya?
Taehyung sonrió. —Eso sería interesante.
El menor gimió cuando Tae tomó su miembro y su pulgar presionó
lentamente, esparciendo el fluido preseminal con burla ante la reacción de
Jungkook que, perdiendo el último rastro de paciencia que le estaba
regalando a Taehyung, tiró de su cabello y acercó su rostro.
—Abre la boca.
—Sí, Señor.
Dijo con un débil gemido ante la fuerza que Jungkook estaba
imprimiendo en su agarre; ocupando una de sus manos como ayuda, deslizó
su lengua por toda su extensión antes de abrir su boca y comenzar a mover
su cabeza rítmicamente, envolviendo su lengua y succionando a ratos. El
agarre en su cabello se afianzó y Jungkook comenzó a embestir contra su
boca; el castaño luchó contra el reflejo de alejarse cuando sintió el miembro
del menor llegar contra su garganta, pero siguió moviéndose e ignorando las
lágrimas que comenzaban a resbalar por sus mejillas.
Jungkook sabía que no iba a durar mucho a ese ritmo, por lo que tiró el
cabello de Tae para separarlo. Relamió sus labios al ver al castaño intentar
recuperar el aliento y lo levantó con algo de brusquedad, deslizando su
pulgar por su labio para quitar el exceso de saliva y besándolo ávidamente.
Recorrió el interior de la boca de Tae, su lengua enredándose con la
contraria y enviando cada sensación directamente a su erección.
Quitó la ropa de Tae, dejándolo sólo con su camiseta y sus manos
presionaron sus muslos con fuerza. El mayor captó rápidamente la orden y
saltó ligeramente, enredando sus piernas alrededor de Jungkook, gimiendo
ante la fricción.
Sintió su cuerpo caer contra la dura superficie de la mesa, Jungkook
besaba su cuello y recorría sus muslos, posicionándose entre sus piernas sin
dejar de acariciarlo. Recargó su cuerpo sobre sus codos cuando lo vio
agacharse y perderse entre sus piernas, lamiendo su piel lentamente.
— ¿Necesitas que te prepare? —preguntó deslizando su lengua por su
miembro, sintiendo los espasmos ante el contacto húmedo sobre la piel de
Tae. Lo vio sacudir su cabeza lentamente, incapaz de pronunciar palabras y
agradeció su respuesta.
—No es... ¿Algo incómodo?
Tae preguntó entre jadeos, el menor sonrió, besando suavemente sus
labios.
—Me gusta así, puedo ver tu hermoso rostro mientras gimes mi nombre.
El castaño sonrió ante esto mientras Jungkook tiró las piernas de Tae para
dejarlo al borde de la mesa y acomodó su cuerpo, reclinando ligeramente su
cuerpo para besarlo. Taehyung rodeó su cuello y cerró sus ojos con fuerza
cuando Jungkook presionó su miembro contra su entrada, sintiendo
rápidamente el dolor punzante de estar siendo penetrado sin preparación.
Sus uñas se clavaron en la piel del menor que se hundía lentamente en su
cuerpo. Volvió a besarlo para distraerlo del dolor, succionando su lengua y
mordiendo ligeramente su labio interior, sin moverse hasta que Tae se
acostumbrara a la intrusión en su cuerpo.
—Muévete —Ordenó cuando el dolor comenzó a disminuir lentamente,
Jungkook obedeció separándose sin salir completamente para luego volver
a embestir con cuidado. Mantuvo aquel ritmo suave hasta que los gemidos
de Tae aumentaron, indicándole que podía aumentar la intensidad de sus
movimientos.
Sujetó una de las piernas de Tae, enganchándola por debajo de su rodilla
y alzándola para darle mejor acceso. Comenzó a embestir con fuerza hasta
que Tae no pudo contener el fuerte gemido al sentir que Jungkook golpeaba
en aquel punto que nubló por completo su mente.
El mejor se inclinó para seguir penetrándolo con fuerza; su mano se cerró
sobre el miembro de Tae, bombeando a la misma velocidad con la que
embestía. Taehyung ahogó un gemido cuando su cuerpo se tensó, liberando
en la mano de Jungkook y su propio cuerpo el tibio fluido mientras era
penetrado un par de veces más hasta que Jungkook lo siguió.
Se separó de Tae, cruzando sus piernas para alzarlo y llevarlo a la ducha.
—Recuérdame no volver a hacerlo sin preparación, me duele
jodidamente mucho, Jeon.
Jungkook rozó su nariz contra la de Tae, bajándolo para quitar la camiseta
de Taehyung que seguía puesta y entrando a la ducha junto a él.
— ¿Debería cuidar de ti ahora?
—Eso sería bueno.
Jungkook asintió, dejando que el agua los envolviera a ambos. Sus manos
acariciaron el contorno del cuerpo de Tae y acercó su rostro, mordiendo
suavemente su labio inferior y suavizando el ardor con su lengua.
—Tae... te amo ¿sabes?
Taehyung sonrió, hundiendo su rostro en la curva de su cuello. —Lo sé.
También yo a ti.
32
Seokjin chasqueó su lengua al ver los cuerpos en aquel sitio; todos con la
misma entrada de bala pero sin ninguna prueba alrededor.
Le indicó a los forenses que se llevaran los tres cuerpos antes de subirse
a su patrulla. Desde que decidió ocultar a Yoongi, llevaban dos semanas
encontrando aquellos cuerpos; Ji Chang Wook parecía ir botando carga tras
él y Taehyung estaba seguro de que escapaba, asegurándose de no dejar
nadie que pudiese hablar contra él.
Eso tenía sentido, tomando en cuenta que sin las propiedades de Yoongi,
Ji no podía movilizar su, ahora, coartado imperio de drogas.
Delegó el informe y envió un mensaje a Jungkook, indicándole la
situación en aquella escena.
El resto de su día pasó demasiado lento y el cansancio de aquella
investigación de meses comenzaba a mermar en su ánimo. Suspiró
profundamente al llegar a su departamento, tampoco quería que Yoongi
dudando de su seguridad.
Pese a todo, había podido cumplir con su protección y eso lo aliviaba en
algo.
—Hey—. Yoongi saludó al ver entrar a Seokjin. Arqueó una ceja al ver
la expresión de cansancio y sus ojos rodeados de oscuras ojeras. —Te ves
del asco, oficial.
—Tuve un día del asco.
Yoongi sonrió ante la respuesta; Jin evitaba todo tipo de conversaciones
que los pudiese acercar y eran contadas las ocasiones en las que le permitía
conocer algo más.
Era divertido para Yoongi; él jamás ocultó nada de Seokjin sin embargo
él no conocía demasiado a su protector.
Jin frunció el ceño, meditando ligeramente lo que haría y decidiendo que
en verdad necesitaban información.
Buscó en su teléfono y su nariz se arrugó ligeramente al ver las
fotografías.
— ¿Los conoces?
El pelinegro tomó el teléfono y deslizó las fotos antes de devolver el
móvil a Jin.
—Hombres de mi padre.
—Mierda...
Jin bufó molesto; estaban cercando a Yoongi eliminando a la gente a su
alrededor.
—De todos modos no tengo nada que ver con ellos.
—Estás hablando de forma descuidada; no los matan porque sean tus
amigos... están enviándote un mensaje.
—Lo capto claro, sal luego sino mataremos a medio Seúl. No me importa.
—A mí sí, mi trabajo es evitar que eso suceda.
—No han avanzado mucho ¿No?
Seokjin se levantó molesto ante las palabras de Yoongi. Tenía claro que
estaban entrampados pero odiaba que aquel chico le hablara como si fuera
todo tan fácil.
—Estoy cansado, me alegro que estés de ánimo para tus comentarios de
mierda; significa que ya estás recuperándote por completo de tus golpizas y
vuelves a ser el jodido imbécil arrogante que vive de los negocios turbios
de su padre.
La sorpresa en el rostro de Yoongi fue notoria y antes de que Seokjin
desapareciera por el pasillo, lo sostuvo con su mano sana; intentando no
mover demasiado la que aún se mantenía con una férula.
Seokjin se zafó bruscamente, sus ojos chispeaban con enojo.
—No me toques.
— ¿Cuántas veces tengo que decir que no soy como ellos?
—Dilo las veces que quieras, cada día me convenzo de que quizá me
equivoqué.
— ¡¿Te equivocaste?! ¡Fuiste tú el de la puta idea de traerme acá!
— ¡Lárgate entonces!
Yoongi retrocedió sorprendido; no se esperaba aquello... daba igual que
tanta distancia Seokjin pusiera entre ellos, siempre sintió la preocupación
en sus acciones. Pero ahora sus palabras estaban cargadas de rabia y hastío.
—Bien, gracias por todo. Dile a Kim Taehyung que no firmaré esos
papeles incluso si termino flotando en el jodido río Han.
Seokjin exhaló, intentando calmarse para no seguir escupiendo palabras
que en verdad no sentía.
—Yoongi, vamos a conversar.
— ¿Conversar qué? ¿Que me culpas por todo esto?
—No te culpo.
—Pero crees que soy tan hijo de puta como los que buscas.
—No creo eso ¿Sí?
—Muy tarde para decirlo, oficial. Ya no es necesario que sigas haciendo
esto, olvida esta parte de tu trabajo. Tomaré mi dinero y me esconderé en
algún lugar donde no puedan encontrarme y si por alguna razón no lo
consigo, mi regalo por estas semanas será no firmar.
—No es por trabajo—. Seokjin deslizó su mano por su cabello con
irritación.
— ¿Qué?
—Que no es por mi trabajo que te tengo acá. Simplemente no quiero que
vuelvas a pasar por eso.
—No te entiendo. Dices que vas a protegerme de esta mierda pero sigues
pensando que valgo tan poco como ellos.
—No es así, Yoongi.
— ¿No? Por favor, acabas de echarme de tu casa.
—Yo lo siento, no quise...
—Estás jodido, oficial Kim. Te facilitaré las cosas, ya no soy parte de tu
trabajo.
— ¡Que no es por trabajo!
— ¿Entonces qué? Ah, ya sé... te da pena el pobre heredero de un maldito
delincuente.
—No te tengo lástima.
—En serio, no entiendo.
—Ni yo... Yoongi, te aseguro que no es por trabajo... tú me preocupas
¿Sí? Cuando pienso en que estás pasando por todo esto debido a tu padre
me enoja... porque da igual que tan jodido seas, no eres como ellos... eres...
una víctima más.
Yoongi frunció el ceño. —No lo soy... nos estamos sincerando ¿No?
Bueno... entonces deberías saber que estoy aprovechando mi situación.
— ¿Aprovechando?
—Sí, oficial Kim. Estoy usando esto a mi conveniencia.
El menor se acercó a Seokjin, sonrió al ver que él se mantuvo en su sitio,
sin escapar de aquella cercanía.
Su rostro quedó a escasos centímetros del de Seokjin, había estado
conteniéndose desde hacía mucho y no estaba seguro de querer seguir
haciéndolo.
—Lo que vas a hacer... pone en riesgo mi trabajo, Yoongi.
— ¿Qué voy a hacer?
Seokjin exhaló. —No es un juego, Yoongi.
—No estoy jugando, aproveché una oportunidad para conseguir algo que
quiero.
— ¿Y eso es...?
—Tú. Te quiero a ti, Seokjin.
El mayor se mantuvo en silencio; sin moverse y sintiendo la respiración
cálida de Yoongi golpear su rostro, cosquilleando suavemente sobre sus
labios. Su expresión se suavizó; Yoongi ponía en palabras lo que hacía
mucho Jin sentía y era incapaz de vocalizar.
— ¿Vas a dejar que te tenga, Seokjin?
—No soy una cosa
—No, eres una persona jodidamente interesante e inteligente. Así que
dime... ¿Vas a decirme que es por trabajo nuevamente?
Seokjin no respondió; en cambio, cerró la distancia que aún tenían y lo
besó lentamente, tomando los labios de Yoongi entre los suyos y
moviéndose con suavidad contra su boca.
Se separó de Yoongi y relamió sus labios; su mente llena de aquellos
pensamientos que se prohibió tener con el menor.
—No es por trabajo, me gustas y eso está mal porque eres parte de mi
investigación... pero me gustas demasiado como para querer que te largues.
Así que quédate y luego veremos qué mierda hacer con Ji Chang Wook...
pero quédate conmigo, Yoongi.
El pelinegro empujó el cuerpo de Jin contra la pared, sintiendo el ligero
dolor en su brazo, ignorándolo antes de besarlo con intensidad. Mordió el
labio inferior de Jin, rozando su lengua e irrumpiendo en su boca apenas el
mayor le permitió la entrada. Su lengua se enredó con la de Jin y disfrutó
cada centímetro de su tibia cavidad. Demasiado tiempo deseándolo y
escuchar los húmedos chasquidos de sus labios y lengua chocando no se
comparaba en nada a lo que imaginó.
Yoongi succionó su labio antes de separarse en busca de aire, Jin se
encontraba con sus labios enrojecidos y su respiración agitada.
Seokjin sostuvo con cuidado la camiseta de Yoongi, evitando tocar su
brazo dañado. Acarició con suavidad su pecho intentando alejar las dudas;
porque daba igual cuánto luchara por convencerse de que todas sus acciones
iban ligadas a su trabajo, la verdad es que hacía mucho que su interés por
Yoongi era completamente personal.
33
Seokjin mantenía sus ojos fijos en el techo. Se encontraba en su cama y
a su lado Yoongi dormía profundamente. Se giró para observarlo y sus
dedos trazaron suavemente por su mejilla, viendo como su expresión
cambiaba entre sueños.
Reprimió la risa ante eso; el chico que en la noche se le declarara de
manera directa y hasta agresiva, era totalmente diferente al dormir.
Frunció el ceño al recordar aquel beso y suspiró al ver su mano; era algo
molesto sentirse irritado por no haber podido avanzar más, pero tampoco
podía esperar que todo cambiara de una sola vez.
Se levantó con cuidado de no despertarlo y se dirigió al baño. La
presencia de Yoongi en su cama era sorprendentemente relajante pero debía
prepararse para el trabajo de una vez.
Entró en la ducha luego de quitarse la ropa y dejó que el agua cayera
sobre su cuerpo, relajándolo y despejando su mente.
—Oh, supongo que madrugar tiene su encanto, oficial Kim.
Seokjin se giró sorprendido sólo para encontrarse con Yoongi apoyado
contra la pared con una ceja arqueada y su vista recorriendo su cuerpo sin
ningún pudor.
—En serio, tu actitud es increíblemente molesta —dijo suspirando; se
tensó ligeramente cuando Yoongi se desnudó por completo y se hizo lugar
en la ducha junto a Seokjin. Su mano libre se posicionó en la cintura del
mayor, sonriendo ampliamente al sentirlo estremecerse por el roce.
Cerró sus ojos cuando Yoongi acercó su boca a su cuello y succionó con
fuerza, acercando su cuerpo al de Seokjin. El mayor estuvo tentado a
detenerlo, después de todo debía salir; sin embargo su cuerpo parecía
reaccionar por su cuenta, sobretodo cuando la mano de Yoongi se deslizó
de su cadera, delineando sus muslos y hundiendo sus dedos en su piel antes
de que sus dedos rozaran su miembro.
Lo escuchó gemir y aprovechó este momento para besarlo, metiendo su
lengua con brusquedad dentro de su boca y cerrando su puño, deslizando su
mano lentamente por la creciente erección de Seokjin.
Cuando Yoongi empujó su cuerpo contra la fría superficie de azulejos,
arqueó su espalda. Sus gemidos se perdían entre el sonido del agua cayendo
y el ritmo que Yoongi llevaba nublaba sus sentidos. Dejó caer su cabeza
contra la pared, lo que el menor aprovechó para volver a atacar su cuello y
clavículas.
Seokjin mantenía sus manos sobre sus hombros y sus uñas se clavaron en
la blanca piel de Yoongi cuando sintió su cuerpo arder, agolpando cada una
de sus sensaciones en su vientre. Mordió su labio para reprimir el gemido
cuando un espasmo golpeó su cuerpo.
Yoongi mordió su piel, sintiendo como su mano recibía los fluidos que
escurrían rápidamente bajo el agua. Se separó dejando un beso suave en los
labios de Seokjin, tirando con sus dientes antes de alejarse por completo.
Seokjin jadeaba sin dejar de observar la sonrisa de suficiencia que
Yoongi mantenía.
—Ya puedes irte a trabajar, oficial.
Chasqueó la lengua molesto; no le gustaba que Yoongi le ordenara pero
aún así terminó saliendo de la ducha.
El menor apoyó su cabeza contra la pared y suspiró.
Había sido divertido, pero ahora tenía que encargarse del problema que
escuchar a Seokjin gemir mientras lo tocaba había provocado.
~•~•~
Jimin se mantenía apoyado contra el volante de su auto; su cabeza
ligeramente reclinada mientras sus dedos tamborileaban suavemente. Sus
ojos jamás abandonaban la entrada de la estación de policías; su rostro
estaba totalmente apático mientras veía el tránsito de oficiales en un ir y
venir de aquel lugar.
Se enderezó cuando vio aquel auto llegar; una profunda arruga se formó
entre sus cejas y su boca se tensó en una línea dura. Sus dedos presionaron
con fuerza el volante, blanqueando sus nudillos.
—Hijo de puta...
Murmuró con molestia; ver a Taehyung salir del lugar del conductor del
automóvil de Jungkook envió una corriente de molestia por sus venas. Sus
ojos no se despegaron de aquella escena.
Odiaba ver a Jungkook sonreír de esa forma mientras veía a Taehyung
avanzar hasta él luego de cerrar el auto. Odiaba que las manos del menor no
hubiesen demorado en rodear la cintura del castaño, atrayéndolo para cerrar
totalmente la distancia en un beso, sin importarle la gente a su alrededor; y
por sobretodo odiaba ver claramente como los ojos de Jungkook parecían
tomar vida simplemente al cruzarse con los de Taehyung antes de que el
castaño lo guiara al interior.
Golpeó contra el auto con violencia; tenía claro que su decisión lo iba a
alejar por completo de Jungkook... y aquello lo había dado por hecho desde
el primer momento.
Pero la idea de seguir viviendo en sus recuerdos lo había tranquilizado.
Daba igual qué tanto hiciera, si Jungkook podía recordarlo como en aquellos
momentos que compartieron todo iba a estar bien.
Pero ahí estaba Taehyung, arrebatándole todo una vez más. Como en
cada momento de sus vidas.
Porque siempre todo lo que deseó terminaba en manos de Taehyung y
eso había sido demasiado.
Ahí estaba, destrozando por completo el último vestigio de su vida;
llevándose a la persona que, pese a todo, había amado. Dolió aunque lo
negara, porque Taehyung y Jungkook habían sido su todo... y nuevamente,
le arrebataba algo que creyó suyo.
—Tenías que morirte en ese jodido lugar, Tae... no debías seguir vivo...
Sintió las lágrimas resbalar por sus mejillas y no pudo retener aquella
carcajada. Taehyung y Jungkook habían sido lo más importante en su vida
y ahora sentía el peso de su desición explotándole en la cara.
Había visto claramente que para Jungkook, lo suyo era una etapa
concluida; en su rostro simplemente se veía reflejado el amor hacia Kim
Taehyung.
Jimin suspiró, secando sus lágrimas y encendiendo el auto. Ya no tenía
algo que lo atara, debía concluir su trabajo y encontrar a Yoongi.
Sólo eso importaba ahora.
34
Yoongi observaba fijamente a Seokjin hablar con el doctor. Rodó los ojos
molesto, se sentía como un niño pequeño sentado en ese lugar, siendo
totalmente ignorado.
Miró su mano y movió sus dedos lentamente; se sentía algo extraño por
el mes que estuvo con aquella férula, pero ya estar libre y sano era mucho
mejor.
Seokjin terminó de hablar con aquel médico y se giró hacia Yoongi. No
pudo reprimir la sonrisa al verlo probar el movimiento en su mano; se sintió
aliviado de verlo bien.
—Ya está, podemos irnos—. Seokjin se acercó y tomó la mano de
Yoongi con cuidado, entrelazando sus dedos y sonriéndole.
—Oh, oficial... eres muy tierno ¿Eh?
—Y tú muy poco inteligente. Vamos.
Murmuró irritado, soltando su mano y alejándose, mas Yoongi tiró de su
brazo y juntó sus labios con los de Seokjin. El mayor correspondió,
profundizando el beso por unos segundos antes de separarse.
— ¿Ahora vas a dejar que te toque como corresponde, oficial? Ya estoy
sano.
Seokjin rió. —Salgamos de aquí primero ¿Quieres?
Yoongi asintió, siguiendo a Seokjin hasta el estacionamiento. Lo observó
en silencio mientras conducía, en cierta forma, haberse visto implicado en
toda esta situación lo había llevado a estar junto a Seokjin. El hombre junto
a él era un respiro dentro de todo sus problemas, incluso pese a ocultar su
verdadera forma de ser... aquella que lentamente comenzaba a conocer con
pequeños gestos.
Como aquel en el hospital donde tomase su mano. Seokjin lo dejaba
acercarse poco a poco y eso dejaba a Yoongi en un constante estado de
relajo. Le gustaba más de lo que pensó en un principio y eso lo asustaba.
Eran diferentes.
El mundo de Seokjin era distinto y Yoongi estaba completamente en otro
polo.
—Debo pasar a buscar algo en mi escritorio... ¿Vienes? —Seokjin dijo
alzando sus cejas de forma inquisitiva.
—Ah... sí... no creo que sea buena quedarme solo en la calle.
Seokjin asintió, bajando antes y esperando que Yoongi lo siguiera. Pero
antes de siquiera entrar a la estación, el menor tomó su mano y entrelazó sus
dedos con el ceño fruncido en confusión.
— ¿Sucede algo? —Seokjin dijo enfrentándolo directamente, sonriendo
para aligerar el notorio nerviosismo en Yoongi.
—Cuando digo que me gustas... es en verdad, Seokjin. No sólo por tu
físico... incluso aunque seamos totalmente opuestos. Sólo quiero que lo
sepas.
—Lo sé, Yoongi.
— ¿Confías en mí?
—Sí.
Vio el cuerpo de Yoongi relajarse, no era una mentira. Le asustaba
confiar en él pero ya estaba totalmente involucrado con el menor; sus
sentimientos por Yoongi iban creciendo día a día. Se acercó y abrazó al
menor, besando suavemente su cuello al hundir su rostro en aquel lugar.
Yoongi correspondió el abrazo con gusto; daba igual todo el dinero y
propiedades que tuviera, nada se comparaba a estar en ese momento
abrazándolo.
—Me gustas muchísimo, Seokjin.
—Vamos, deja terminar esto y volvamos pronto a casa.
Yoongi rió; siguiendo a la estación a Seokjin. Aquel lugar le incomodaba
pero se mantuvo esperando en silencio a que Seokjin reuniera lo que
buscaba; sus ojos fijos en él cuando escuchó pasos acercarse.
—Hey, Kim.
—Ah, Jung... ¿Viste el informe de Min?
—Ni idea, si lo veo te llamo.
—Gracias, Hoseok. Nos vemos entonces.
Jin sonrió y tomó otras cosas antes de acercarse a Yoongi, tomando su
mano para sacarlo de allí. Hoseok ladeó su cabeza al verlos salir y una
sonrisa curvó sus labios mientras marcaba en su móvil.
—Hey, tanto tiempo.
— ¿Qué quieres?
—Encontré a tu perro perdido.
— ¿Min Yoongi?
—El mismo; encontró un nuevo dueño creo.
— ¿Dónde está?
—Kim Seokjin —rió al escuchar el suspiro irritado al otro lado de la línea
—Mi cuenta sigue siendo la misma.
—Estamos hablando, Hoseok.
—Siempre es un gusto hacer negocios contigo, Jimin.
~•~•~
Seokjin entró al departamento y dejó sus cosas sobre la mesa; seguía
molesto por no haber encontrado los papeles que Taehyung le pidiera. Su
ceño estaba profundamente fruncido y se sobresaltó cuando los brazos de
Yoongi lo rodearon por la cintura, observándolo intensamente.
— ¿Te preocupa algo?
—El inspector Kim no estará feliz.
—Pero tiene a tu amigo cara de idiota para relajarlo ¿No?
—Supongo que sí.
—Y tú me tienes a mí.
Iba a reclamar, pero la boca de Yoongi tomó la suya con fuerza,
mordiendo su labio inferior y deslizando su lengua. Buscaba el permiso que
Seokjin rápidamente le entregó y recorrió su húmeda cavidad dedicándose
a sentir cada lugar. Succionaba su lengua y sus manos comenzaron a soltar
su cinturón para pasar a desabotonar el pantalón; haciendo su camino bajo
la tela y presionando con brusquedad.
Seokjin gimió contra su boca; separándose en busca de aire, extendió su
cuello, momento en que Yoongi aprovechó de atacar su cuello.
Mordía y succionaba su piel, tirando entre sus dientes el lóbulo de
Seokjin para lamerlo con ansias.
Cuando la ropa de Seokjin cayó al suelo de su sala, Yoongi recorrió cada
lugar de su piel con sus manos, acercando su cuerpo y dejándolo caer sin
cuidado en el sofá. Lo vio fruncir el ceño ante esto y sonrió divertido al
entender que no se esperaba estar en aquella posición, pero lo ignoró.
Separó sus piernas para ubicarse entre éstas y movió sus caderas,
friccionando y gimiendo ante el roce.
Una de sus manos buscó el miembro de Seokjin, moviéndose con rapidez
al ritmo que su lengua recorría nuevamente su boca.
—Me estás lastimando, idiota—. Seokjin buscó con sus manos soltar el
pantalón de Yoongi, la tela estaba volviendo dolorosa aquel movimiento.
—Espera.
Yoongi se separó, deshaciéndose de su ropa, liberando su propia erección
y relamiendo sus labios al ver al mayor comenzar a masturbarse ante la
demora. Volvió a su posición y quitó la mano de Seokjin, alejándolo antes
de comenzar a besar sus muslos, marcando cada parte de su piel. El gemido
que escapó de la boca de Seokjin repercutió directamente en su miembro,
quería seguir escuchándolo gemir y pedir por más. Lamió lentamente toda
la extensión del miembro dolorosamente erecto de Seokjin antes de hundirlo
en su boca, ahuecando sus mejillas con profundas succiones que
acompañaba con lamidas.
Aumentó el ritmo y llevó sus dedos a la boca de Seokjin, cerrando sus
ojos cuando lo sintió lamerlos y succionarlos como si fuera una extensión
de su propio miembro. Los retiró gimiendo ante el chasquido de humedad
que escuchó y con lentitud comenzó a acariciar su entrada, hundiendo sus
dedos a distintos ritmos y curvándolos en su interior.
Lo escuchó murmuras algo entre gemidos y sintió su miembro tensarse
en su boca, sintiendo cada espasmo con su lengua y sin dejar de presionar
una y otra vez contra su próstata.
Una de las manos de Seokjin tiró de su cabello al tiempo que sus caderas
se alzaban, llegando a su orgasmo y dejando que la boca de Yoongi recibiera
todo su fluido.
Se separó de Seokjin, succionando una última vez para limpiar cualquier
rastro que pudiese quedar y movió sus dedos una vez más, satisfecho de su
trabajo.
La piel de Seokjin estaba cubierta por una capa de sudor y sus labios
gruesos se veían enrojecidos e inflamados. El cuerpo de Yoongi se reclinó
sobre el suyo, ubicando su miembro contra la entrada ya dilatada de Seokjin,
presionando de una sola vez hasta que sus cuerpos quedaron sin espacio
entre ellos.
Besó sus labios y Seokjin cruzó sus brazos alrededor del cuerpo de
Yoongi. Recorriendo su espalda que era fina pero musculada. Cada músculo
del menor tensándose bajo su toque.
Enredó sus piernas y lo incitó a continuar, moviendo sus caderas para
marcarle el ritmo que pronto, Yoongi siguió con diligencia.
Escuchaba los gemidos de Seokjin aumentar de intensidad cuando
levantó una de sus piernas para un mejor ángulo y golpeó profundamente
una y otra vez contra ese punto.
Su piel estaba siendo marcada y no le importaba, sentir los dedos de
Seokjin hundirse en su piel debido al placer lo dejaba en un estado de éxtasis
insuperable.
Su mano buscó el miembro de Seokjin que nuevamente estaba totalmente
erecto y lo masturbó al ritmo de sus penetraciones.
El mayor arqueó su espalda, sentirlo dentro de su cuerpo sumado al
estímulo directo a su miembro lo tenían de nuevo al borde del orgasmo y no
necesitó demasiado para volver a sentir su cuerpo arder, dejando que el
fluido blanquecino se esparciera sobre su cuerpo. Sus paredes presionaron
contra Yoongi, los espasmos maximizaron la fricción y con una última
embestida, Seokjin sintió su cuerpo ser llenado por aquella tibia humedad.
La frente de Yoongi cayó contra la suya, sus cabellos mezclándose y
pegándose a su piel por el sudor y sus respiraciones agitadas e irregulares.
Buscó los labios del menor, gimiendo suavemente cuando Yoongi salió
de su cuerpo sin cortar aquel beso.
Se quedaron en silencio, disfrutando de aquello que por tanto tiempo
desearon en silencio y que por fin podían consumar, abandonándose a ellos
mismos y olvidando todo lo que los rodeaba.
Seokjin acarició su espalda suavemente, cerrando sus ojos por unos
segundos.
—También me gustas, Yoongi. Cuando todo esto termine... vamos a
seguir juntos.
35
Jungkook se quedó en su lugar, esperando que Taehyung terminara
aquella reunión.
Llevaba encerrado en su oficina por casi dos horas y ya estaba sintiendo
ansiedad. Cuando la puerta se abrió y el Superintendente salió de aquel lugar
con el rostro ensombrecido y actitud tensa, Jungkook se levantó para
dirigirse hasta aquel lugar.
—Ahora no, Jeon —. Tae murmuró, apoyando su rostro en sus manos e
ignorando la presencia de Jungkook.
El menor cerró la puerta, asegurándola antes de cerrar la distancia con
Tae.
— ¿En serio crees que me iré?
—De verdad, Jungkook... por favor ve a hacer algo más.
Tae dijo sin alzar la vista; estaba molesto y no quería dejar que eso
interfiriera en su relación. Soltó el aire de golpe cuando las manos de
Jungkook presionaron sus hombros suavemente antes de obligarlo a girar
en su silla hasta enfrentarlo.
—No voy a irme, Tae —dijo antes de sentarse en su regazo, dejando caer
sus piernas a cada lado de los muslos de Tae y rodeando su cuello. El mayor
suspiró antes de que sus manos descansaran suavemente sobre la cintura de
Jungkook.
—Estamos estancados, Jungkook.
—Lo sé.
—Y el jefe quiere filtrar la información de Jimin, obligarlo a moverse.
—Quizá sea lo mejor.
—Filtrar eso sería abrirle la puerta a los medios, tú eras parte de su vida...
no te quiero en ese circo.
—Era, Tae... ahora estamos juntos.
Jungkook apoyó su frente contra la del castaño; Taehyung buscó sus
labios, besándolo lento y con parsimonia.
—Perdón por lo de antes, no quise hablarte así.
—Lo sé, Tae; no pienses en eso.
Taehyung abrazó con fuerza a Jungkook, dejando que el menor acariciara
su cabello hasta que toda la tensión que sentía fuera disipándose con cada
roce. Amaba estar junto a él, Jungkook se llevaba todas sus preocupaciones
y le entregaba seguridad.
—Estoy mejor, gracias.
Jungkook asintió, besando suavemente sus labios antes de levantarse. La
mano de Tae se enganchó en su cinturón y tiró de él, obligándolo a
agacharse nuevamente.
—Te amo —dijo mirándolo directamente a sus ojos y sonriendo al ver
como la piel nívea de Jungkook tomaba un suave tono rosa alrededor de sus
mejillas.
—También yo, volveré al trabajo, Inspector Kim.
~•~•~
Seokjin vio la hora y suspiró; tomando sus cosas se dirigió al
estacionamiento; sonrió al pensar en volver a casa, era agradable que
alguien esperara por él. Ésa parte de proteger a Yoongi siempre había sido
su favorita.
Pese a que en un principio sólo conseguía comentarios molestos, ahora
su relación era diferente.
—Hey, Seokjin —. Se giró para ver a Hoseok sonreírle con una carpeta
en su mano, sacudiéndola en su mano descuidadamente. —Encontré esto.
— ¿El caso Min?
—Así es ¿Aún lo quieres cierto?
Seokjin asintió, dejando de lado su auto y caminando hasta Hoseok;
revisó la carpeta y suspiró aliviado al ver que todos los papeles seguían
intactos. Hoseok observó en silencio y pese a que jamás se había
involucrado más de la cuenta, tampoco sintió mucho remordimiento.
Sus ojos vieron por el rabillo una figura y una de sus manos se deslizó
por su cabello con cansancio.
—Sabes ¿Seokjin? Creí que lo sentiría más.
— ¿De qué..?
Ni siquiera alcanzó a terminar su frase cuando sintió el golpe en su
cabeza; la carpeta cayó violentamente al suelo junto con él. Su visión se
nubló y sentía el hilo de sangre resbalar por su rostro, el golpe había sido
excesivamente fuerte y no entendía.
Su mano se extendió para alcanzar a Hoseok; no entendía por qué no lo
ayudaba, pero el segundo golpe llegó demasiado rápido.
—Ah, por qué lo golpean tanto... quedará idiota con tanto golpe en su
cabeza—. Hoseok suspiró al ver el cuerpo inconsciente de Seokjin.
—Nos llevaremos su auto.
—Eh... como sea, de todos modos yo no vi nada.
— ¿Las cámaras?
—Apagadas, no se preocupen.
Se quedó en su lugar viendo como su compañero era llevado por aquellos
dos hombres. Hizo una mueca de desagrado al ver las gotas de sangre en el
lugar donde Seokjin hubiese caído, agachándose con un pañuelo y
limpiando antes de tomar la carpeta y guardarla.
—Ah, Jimin... me debes una muy buena suma por esto.
~•~•~
Yoongi frunció el ceño; era probable que Seokjin siguiera en su trabajo
pese a ser casi las once de la noche, pero tenía aquella molesta sensación de
incomodidad.
¿Debería llamarlo? Seokjin le había dicho que no interrumpiera en su
trabajo y que cualquier problema sería él quien llamaría.
Pensó en Jungkook y Taehyung, pero interrumpirlos a esta hora también
parecía incorrecto.
Miró su teléfono, observando el nombre de Seokjin mientras decidía si
llamar o no.
Pero el teléfono sonó antes; sonrió aliviado y contestó dejando su
preocupación de lado.
—Hey ¿No es muy tarde ya? ¿Cuándo vas a...?
—Min hijo de puta Yoongi...
Yoongi palideció al escuchar su voz; su teléfono tembló en su mano y
tragó con dificultad.
— ¿Por qué... por qué estás llamando de este número?
—Pensé que eras inteligente; verás... si escapas de mí, debo acercarme
a alguien que pueda hacerte salir de tu jodida ratonera.
— ¿Dónde está? Si le haces algo juro que...
Escuchó la risa de Jimin y su piel se erizó. —Escúchame bien, ven a tu
jodida casa y deja de escapar, porque sabes que no tengo paciencia... y Kim
Seokjin no tiene mucho tiempo tampoco. Ah... por favor, olvídate de llamar
a Tae... voy a matar a Seokjin si llego a verte junto a Taehyung o algún otro
policía.
—Hey, no lo toques, él no... ¿Park? ¿PARK?
Escuchó el sonido de la línea cortándose y lanzó el teléfono con fuerza.
Sabía que ponía en riesgo a Seokjin; lo tenía claro desde el primer momento
pero deseó estar junto a él pese a todo.
Tomó su chaqueta y salió del apartamento; tomó el primer taxi que pasó
y al llegar a su antiguo hogar, su corazón se aceleró.
Dentro no se escuchaba ningún sonido y las luces se mantenían apagadas;
a excepción del pasillo que daba al escritorio de su padre.
Vio a uno de los hombres de Jimin sonreírle con burla antes de abrir la
puerta y empujarlo con demasiada fuerza al interior.
Jadeó al ver a Seokjin sentado en el escritorio, inconsciente y con el rostro
marcado con golpes y ensangrentado.
— ¿Qué le hiciste?
—Yoongi, si te digo que voy a matarlo, no vas a creerme. Necesitaba que
entendieras que Kim Seokjin no me interesa, no al menos como a ti...
—Déjalo ir.
—Firma.
—No firmaré una mierda hasta que me asegure que él estará bien.
Jimin bufó, indicándole a su hombre que sostuviera a Yoongi antes de
que se acercara. El menor forcejeó, pero sus brazos fueron inmovilizados.
Yoongi gritó cuando Jimin sostuvo con fuerza el cabello de Seokjin,
mirándolo fijamente a los ojos.
— ¿Te enamoraste de tu policía? Eso es lindo.
— ¡NO LO TOQUES!
—FIRMA.
Jimin empujó con violencia el rostro de Jin contra el escritorio antes de
dejarlo caer al piso. Su pie presionó su cuello con fuerza y sacando su arma,
apuntó directamente a su cabeza.
Iba a matarlo si no firmaba; Yoongi lo sabía... mordió su labio pensando
en el hombre inconsciente, que respiraba con dificultad por la presión que
Jimin ejercía sobre su cuello.
Si firmaba, Seokjin jamás se lo perdonaría... le estaba abriendo el paso a
la expansión...
Pero la vida de Seokjin era lo que más le importaba en ese momento.
—Firmaré.
Jimin sonrió. —Es una buena elección.
Los dedos de Yoongi temblaron sosteniendo el lápiz sobre aquellos
papeles que lo hacían renunciar a sus propiedades. Sintió a Jimin preparar
su arma, listo para disparar si decidía negarse. Y eso fue lo único que
necesito para estampar su firma.
El otro hombre tomó los papeles y los guardó; vio la sonrisa de Jimin
ampliarse ante esto y Yoongi quiso ir donde Seokjin, pero nuevamente fue
sostenido contra el escritorio con fuerza.
—Verás... no puedo matarte porque si llegamos a necesitar de algo más
para usar tus propiedades, sería una molestia.
—Suéltame... ya tienes lo que quieres, sólo déjanos.
—Pero, Yoongi... necesito que entiendas que no es un juego.
—No...
—Y Seokjin es un buen ejemplo para ti.
Gritó, sintiendo su garganta arder pero su voz fue acallada por aquel
disparo. Jimin suspiró, limpiando el arma y lanzándola junto a Jin antes de
caminar lejos de su cuerpo.
—Supongo que no durara mucho con esa herida; deberías hacer algo
pronto aunque tu casa queda bastante lejos.
Yoongi ignoró a Jimin, arrodillándose a su lado y presionando su pecho
en donde la sangre brotaba sin control. Las lágrimas caían por su rostro al
ver la sangre agolparse bajo su cuerpo.
Buscó a su alrededor y tomó el móvil que yacía sobre el charco de sangre
que se formaba. Ni siquiera prestó atención luego de pedir la ambulancia ni
tampoco se preocupó de cortar la llamada.
—No mueras... Seokjin, no mueras...
Repetía una y otra vez, pero la sangre seguía brotando. Presionó su
cabeza contra su cuerpo, ahogando los sollozos desesperados.
Seokjin se desangraba a su lado y ni había nada que pudiese hacer para
evitarlo.
36
Taehyung observaba su pecho en el espejo, frunció el ceño trazando una
de las cicatrices más extensas. En el hospital habíam hecho un buen trabajo
en tratarlo y pese a ser notorias, habían conseguido minimizarla bastante.
Ladeó su cabeza con algo de desagrado; aún no se acostumbraba a verse
y seguía recordando, sin embargo Jungkook se encargaba poco a poco de ir
cambiando aquello.
— ¿Qué tanto miras?
Jungkook dijo abrazándolo por su espalda y apoyando su cabeza en su
hombro. Sus ojos se encontraron a través del espejo y Taehyung le sonrió,
tomando las manos que se entrelazaron sobre su abdomen.
—Mi cuerpo.
Jungkook sonrió, besando suavemente su cuello y su hombro, logrando
que Tae se encogiera ante el contacto.
Sus manos recorrieron suavemente cada marca en su cuerpo, apenas
rozando la yema de sus dedos.
Del tiempo que llevaban juntos, tenía claro que Taehyung seguía
sintiéndose incómodo ante su cuerpo, no por algo estético sino por todo lo
que implicaba.
Para Jungkook también era doloroso verlo pasar por eso y se esforzaba
cada día en que cada recuerdo doloroso fuese reemplazado por nuevos.
Volteó el cuerpo de Tae entre sus brazos, acariciando suavemente su piel y
delineando su contorno; los ojos de Tae se mantenían cerrados y su frente
apoyada contra la del menor.
Para Jungkook, la presencia de Taehyung era etérea; no lo amaba por
algo en específico, todo en el castaño le transmitía tranquilidad. Incluso
después de todos los problemas que habían atravesado para estar juntos en
ese momento.
—Tae, da igual lo que haya sucedido; lo que debería importarte es esto
que tenemos ahora
—Es lo que me importa.
Eso está bien; estamos juntos y nadie va a volver a tocarte. Nadie puede
volver a poner un dedo encima de mi Kim Taehyung.
Taehyung sonrió, rodeando el cuello de Jungkook y acercando sus labios
y mordiendo suavemente el del menor. Su lengua jugando en el interior de
la boca contraria y tomando el control de aquel beso. Lo empujó hasta que
el cuerpo de Jungkook cayó sobre la cama, sentándose a horcajadas sobre él
sin dejar de besarlo.
Jungkook sostuvo sus caderas, acariciándolo suavemente y subiendo sus
manos por su columna. Sonrió cuando la espalda de Tae se arqueó ante su
toque, jadeando suavemente.
Volvió a besarlo, sosteniendo el cabello de Jungkook para profundizar
aquel encuentro.
—Tae —susurró contra sus labio, separando al castaño para observarlo
directamente.
— ¿Sí?
—Te amo tanto.
Taehyung se acomodó, bajando de sobre Jungkook y abrazándolo,
apoyando su cabeza en su pecho. Cerró sus ojos relajándose ante las caricias
que Jungkook le regalaba, escuchando como su respiración se igualaba a la
de él.
—No sabes lo mucho que me gusta escucharte decir eso.
— ¿Debería repetirlo muchas veces entonces?
—Sí, Jeon... deberías repetirlo tantas veces como puedas, yo también lo
haré para ti. Te amo, Jungkook.
Se quedaron en silencio, la mano de Jungkook trazando figuras en la piel
de Tae; disfrutando aquella cercanía sin necesidad de palabras.
Para Taehyung, no eran necesarias las palabras ya pese a que había dicho
aquello. Porque un te amo no alcanzaba a explicar la cantidad de emociones
que sentía en ese momento.
Haberlo conocido en un mal momento, haber superado juntos aquello era
lo que los había acercado, sin embargo lo que los mantenía juntos era
distinto.
Ya no era el recuerdo de alguien más; no era la tristeza compartida sino
las ganas de que aquella felicidad que despertaban mutuamente se
extendiera.
—Jungkook—. Tae se acomodó mejor, entrelazando sus piernas con las
del menor.
— ¿Dime?
—Lo he pensado... vivir contigo es perfecto, amor... pero no es
suficiente... te quiero completamente mío ¿Entiendes?
—Soy tuyo Tae.
—No es algo que haya planeado alguna vez, pero creo que es lo normal.
Casémonos...
Sintió las caricias de Jungkook detenerse y por instinto se alejó para
observarlo. Sonrió nervioso, despeinando su cabello algo arrepentido de sus
palabras.
Se había dejado llevar por la situación, diciendo en voz alta aquellos
pensamientos que de hacía algunas semanas ya pensaba.
Rió nervioso al ver que Jungkook simplemente lo observaba.
—No... no mires de esa forma, no es que tengas que aceptar. Sólo... es
algo que pensé.
—Tae.
—Mierda, Jeon... sé que suena estúpido y todo eso... que sería netamente
simbólico porque aún no es legal y... bueno...
—Taehyung ¿Es en serio?
Tae suspiró. —Es algo... que me gustaría, sí.
Jungkook guardó silencio. No es que alguna vez no hubiese planeado
aquello, pero con otra persona.
Si se preguntaba a sí mismo si sus sentimientos hacia Taehyung eran así
de profundos, diría sin dudas que sí.
Pero había dejado de planear... había decidido vivir el día a día luego de
aquello. Pensar a futuro no era algo que hubiese deseado, pero las palabras
de Taehyung parecieron tener tanto sentido que lo abrumó.
Había dejado de planear porque le aterraba volver a perder todo.
Aun así y pese al miedo, deseaba que su futuro fuese junto al castaño que
ahora lo miraba con ansiedad. Más que cualquier otra cosa, quería su vida
junto a Taehyung y no podía negarlo.
Lo amaba por sobre el miedo.
—Vamos a hacerlo. Cásemonos, Tae.
— ¿De verdad?
—Sí. Quiero que estemos juntos, es algo especial y te amo.
Taehyung sonrió, volviendo al lugar donde estaba antes de aquella
conversación. — ¿Quieres algo impresionante?
—No, conque seamos tú y yo es suficiente.
Tae asintió. —Me gusta como suena eso.
— ¿Hmn?
—Tú y yo.
37
Jimin observaba los papeles firmados y una sonrisa cruzó sus labios.
Se estacionó afuera del escondite de Chang Wook y terminó el depósito
para Hoseok con tranquilidad. Reclinó su cabeza contra el respaldo y sus
manos apretaron el volante.
Pensó en Jungkook y su ceño se frunció; no pudo evitar recordarlo hablar
de Seokjin...
Seokjin Hyung ha sido muy amable... apenas podamos estar juntos vamos
a salir los tres.
Rió amargamente. Él también hubiese querido presentarle a Taehyung...
él también quería una vida junto a ellos. Pero eso no era suficiente.
—Porque yo nunca fui lo suficientemente bueno... ¿No, Tae?
Salió del auto con los papeles y entró a aquella casa en las afueras de la
ciudad. Miró a los tipos que montaban la guardia y los saludó con un sutil
movimiento de cabeza.
Todo en ese lugar era diferente; nadie cuestionaba sus decisiones y lo
respetaban.
Como siempre lo merecí...
Incluso le permitían pasearse como el dueño y señor de aquel sitio. Por
sus manos pasaba la vida y la muerte.
Ahogó la risa cuando entró en aquel cuarto y esperó con una sonrisa
altanera a que Chang Wook se dignara a darle atención.
Chang Wook bebió su whisky, sentado en el borde de su cama con
expresión molesta.
—Jefe, tengo los papeles—. Jimin se acercó, extendiéndole los papeles a
aquel hombre que lo había dado una nueva vida.
Chang Wook se paró, tomándo los papeles con la firma de Yoongi; una
sonrisa se extendió por su rostro.
—Ah, maldito Min... ¿Cómo fue que firmó?
— ¿Acaso importa?
— ¡Claro que sí! Quiero saber... quiero que me cuentes cómo fue que
doblegaste a ese puto crío.
Jimin suspiró.
Ése era el problema de su nuevo jefe; la emoción de torturar a otros lo
sobrepasaba y perdía el norte. Le sorprendía que pudiese dirigir tal imperio
siendo tan impulsivo.
—Atrapamos a alguien cercano y firmó para protegerlo.
— ¿Lo mataste supongo?
—Le disparé, así es. Dudo que haya sobrevivido a eso.
—Jimin... mi Jimin, me siento tan feliz de haberte recogido como el puto
perro callejero que eras.
Jimin observó a Chang Wook regocijarse con su firma, tan simple... tan
ególatra...
Tan imbécil... pensó cerrando sus ojos por unos segundos; sus
pensamientos yendo hacia aquella noche cuando escuchó las palabras de
Taehyung.
El castaño lo había apartado de todos para decirle que el NIS lo había
pedido. Aquello había sido un golpe bajo... Jimin estaba listo para tomar su
cargo en la policía... y Taehyung había sido pedido para dirigir el NIS.
Siempre un paso por delante... siempre por encima...
Eso había sido lo que hizo que Jimin colapsara... porque jamás pudo
superarlo; entonces no dudo en acercarse a Ji Chang Wook. Y fue tan fácil...
daba igual mostrarse como policía, porque estaba renunciando.
Y sólo debía cumplir una orden para ganarse su confianza.
Mátalo. Mata a tu compañero, Park Jimin.
¿Cuánto había llorado? No recordaba... pero escuchar los gritos de dolor
de Taehyung lo hizo dudar por un momento... pero ya en su inconsciencia,
aquella bala fue mucho más fácil de disparar.
Haberlo sacado de esa fábrica había sido un truco divertido... y vaciar su
cargador en su cuerpo, evitando puntos vitales para verlo sufrir por cada
momento en que lo pisoteó... eso había sido perfecto. Moriría desangrado y
solo.
Como un perro.
—Sabes, jefe...
— ¿Huh?
—La vida es un asunto divertido... un día eres un policía que intenta
superar a un bastardo una y otra vez... y después eres el mejor en lo que
haces... pero contra aquellos a los que juraste proteger.
— ¿Oh? ¿Estás nostálgico?
—Algo —Jimin sonrió. —Pero encontré mi lugar, jefe.
—Eso me hace feliz, Jimin. Has sido leal, cuando estemos lejos de esos
imbéciles, serás mi mano derecha.
Jimin rió. —No comprendes, jefe. Te agradezco la oportunidad... pero mi
lugar no es a tu lado.
— ¿Huh? —Chang Wook soltó una carcajada. — ¿Vas a desertar
también de esto? ¡Eres un perdedor! ¡Ahora entiendo por qué siempre fuiste
la sombra de tu compañero!
Un profundo suspiro escapó de la boca de Jimin mientras desenfundaba
su arma. Vio el rostro de Chang Wook palidecer ante esto.
—Creo que no entendiste, jefe; mi lugar no es a tu lado... mi lugar es el
que tú, puto imbécil estás ocupando.
—Pero qué mierda... ¡HEY, ENTRA AQUÍ!
—Algo que aprendí este corto tiempo a tu lado, Ji... todo el mundo tiene
su precio... y Dios, el de tus hombres es tan bajo... tu lealtad termina cuando
el dinero está sobre la mesa.
—Mientes... ¡Voy a matarte! ¡Eres un simple perro que sigue órdenes!
¡No eres mejor que tu compañero ni que yo!
Jimin chasqueó la lengua; Chang Wook seguía hablando sobre Taehyung
y eso lo hizo perder su paciencia.
El peso de su Taurus jamás se sintió tan bien; nunca tuvo tanto poder
como en ese momento y lo disfrutaba.
—Jimin... no hagas una estupidez...
—Ruega.
— ¿Qué?
—Ruega por tu vida, Ji Chang Wook.
Chang Wook rió. El rostro de Jimin estaba sin expresión y su arma
apuntaba directamente a su cuerpo; sus carcajadas resonaban en el cuarto,
la burla directa a Jimin lo tenía extasiado.
— ¿Crees que tomando mi lugar serás mejor que tu compañero? —dijo
dejando de reír. —Nunca vas a ser mejor que él, incluso tu amado oficial
Jeon te cambió por él... eres un...
El impacto de bala en su estómago lo hizo callar; escupió sangre pero la
sonrisa jamás abandonó su rostro.
—Ji... Jimin... eres... eres una basura...
—Cállate.
—N-nunca vas... a ser mejor...
— ¡CÁLLATE!
Escuchó la risa de Chang Wook resonar ahogada con su propia sangre.
—Cállate, cállate, cállate... ¡CIERRA LA PUTA BOCA TAEHYUNG!
Antes de darse cuenta, la última bala de su arma se estrelló contra el
cuerpo de Chang Wook que yacía en el suelo ensangrentado.
Jadeaba intentando calmarse pero las palabras seguían grabadas en su
cabeza.
—No es cierto... no eres mejor que yo... en toda tu puta vida vas a ser
mejor que yo, Kim Taehyung.
38
Besó lentamente la piel de su cuello, sintiendo el suave quejido de Tae
entre sueños. Sonrió contra su piel, disfrutando como el cuerpo de Taehyung
buscaba instintivamente más cercanía.
Recorrió con su mano el contorno del cuerpo del mayor, y sus ojos
brillaron deseosos cuando Taehyung abrió sus ojos aún con sueño y le
dedicó una sonrisa.
—Es una buena forma de despertar.
Murmuró con voz ronca, cerrando sus ojos al sentir los dedos de
Jungkook deslizarse por sus muslos, presionando suavemente. El menor
observaba cada reacción de Tae, quien totalmente entregado a las caricias,
separó sus labios intentando buscar aire cuando Jungkook presionó su
entrepierna, comenzando a aumentar la erección.
Se ubicó sobre su cuerpo, buscando su boca y besándolo con ansiedad;
empujando sus caderas para friccionar sobre la delgada tela del pantalón que
Tae usaba para dormir, ahogando el gemido cuando el castaño alzó sus
caderas, buscando más contacto.
Escuchó el gemido de Tae morir contra sus labios y no pudo evitar fruncir
el ceño cuando en su mesa de noche, su móvil comenzó a vibrar
insistentemente.
—Jungkook... —gimió débilmente, mirando el teléfono que seguía
vibrando. —Jungkook... tu móvil...
—Déjalo.
—No... Jungkook...
El menor bufó irritado; besando suavemente a Tae antes de sentarse de
mala gana, tomando el teléfono y frunciendo el ceño al no reconocer el
número.
—Jeon Jungkook ¿Con quién hablo?
Tae observó como el rostro de Jungkook se ensombrecía y su mano
temblaba con el teléfono.
—Jungkook... bebé, qué ocurre...
La llamada no duró demasiado, pero Jungkook pareció envejecer años en
sólo minutos. El castaño se arrodilló a su lado, acariciando suavemente su
cabello para intentar confortarlo mientras esperaba que el menor hablara.
—Jin... Jin está...
Taehyung vio las lágrimas agolparse en los ojos de Jungkook; respiró
profundo antes de levantarse y tomar ropa del armario, entregándole a
Jungkook antes de sonreírle.
—Todo está bien, amor... vístete y vamos...
—Gracias...
~•~•~
Sus piernas parecían querer fallar en cualquier momento; Tae no soltó su
mano en ningún momento, ni siquiera cuando se acercó a Yoongi que estaba
como ido en el suelo.
Su cuerpo estaba completamente ensangrentado y Jungkook no pudo
contenerse, corriendo hacia él y levantándolo por la ropa con violencia.
Taehyung intentó detenerlo, pero Jungkook no escuchaba.
— ¿Qué le hicieron? —dijo demasiado alto, llamando la atención de
enfermeras y doctores. Ignoró las amenazas de llamar a seguridad y
Taehyung tuvo que abrazarlo, intentando separarlo de Yoongi.
—Yo... no pude evitarlo.
— ¡¿Qué mierda le hicieron?!
Gritó azotando el cuerpo de Yoongi contra la pared, pero él ignoraba
cualquier acción en su contra.
—Jungkook, basta... deja ver qué puedo averiguar, sólo déjalo.
—Si fue tu culpa, juro que voy a matarte... voy a matarte ¿Escuchaste?
Yoongi rió amargamente; mirando por fin a Jungkook.
— ¿Quieres saber qué pasó? Tu puto Park Jimin le disparó y lo dejó
muriéndose...
Jungkook soltó a Yoongi confundido; sabía que Jimin había cambiado,
pero atacar a Jin era algo totalmente diferente.
Se giró en busca de Taehyung y lo vio acercarse junto a uno de los
doctores; su rostro se veía sombrió y el leve movimiento de su cabeza lo
hizo sentir su pecho apretado.
—Bebé, necesito que estés tranquilo.
—Dime qué sucede, Tae.
—Kim... perdió mucha sangre, Jungkook; hicieron lo posible pero... no
están seguros de que pase la noche, bebé.
—Estás mintiendo.
Taehyung cerró sus ojos, abrazándolo y sintiendo los espasmos propios
del llanto golpear su cuerpo.
—Debemos esperar, amor. Voy a quedarme contigo...
—Quiero verlo.
—No puedes, Jungkook.
—Por favor, ayúdame... quiero verlo, Tae.
El castaño suspiró, sus ojos buscaron al médico que lo observaba con
comprensión.
—Está conectado a un respirador, puedo permitirle cinco minutos, no
más.
—Eso es suficiente, muchas gracias.
~•~•~
Entrar a ese cuarto lo hizo querer vomitar. Su mejor amigo postrado en
aquella cama, lleno de mangueras y totalmente vendado; su rostro estaba
deformado por lo que era claro que había sido golpeado brutalmente.
Se sintió incapaz de acercarse; se sintió tan culpable de verlo luchar por
su vida... que Jimin hubiese hecho aquello lo hizo sentir tanto enojo y odio
que era incapaz de pensar con claridad.
Salió de aquella sala y caminó a los vestidores justo a tiempo para
escuchar su teléfono sonar.
— ¿Qué? —contestó molesto sin importarle la poca educación al
responder; escuchó una risa del otro lado de la línea y sintió un escalofrío
recorrer su espalda.
—Amor, ha pasado tanto tiempo desde que oí tu hermosa voz.
—Lo que le hiciste a Seokjin... lo que le hiciste a Taehyung... Dios... juro
que...
—Veámonos, Jungkook —. Jungkook guardó silencio al escucharlo; su
corazón latió irregularmente y sintió todos los músculos de su cuerpo
tensars. —Ven por mí, Jungkook. Ven por mí y juro que no tocaré a
Taehyung... soy un hombre de palabra, Jungkook.
La imagen de Taehyung llegó a su mente; no quería que él saliera dañado.
No podría vivir sabiendo que algo pudiese pasarle a Taehyung.
—Cuándo.
—Mañana en la noche, mi amor; sabes dónde... ah... y para que veas que
mi amor por ti es totalmente sincero; envié un presente a la estación.
—De acuerdo.
~•~•~
—Bebé, debo irme... sucedió algo en la estación y no quisieron decirme
por teléfono... mierda, se están moviendo.
Tae dijo cuando Jungkook volvió a la sala de espera del hospital luego
de ver a Jin.
—Por favor no te muevas de este lugar, si se están moviendo... es porque
consiguieron lo que necesitaban.
—Tae... —murmuró recordando el llamado, pero alejando la idea de
contarle. —Esperaré por ti.
—Volveré apenas pueda.
Tae abandonó el hospital y condujo lo más rápido que pudo hasta llegar
a la estación de policía. Corrió hasta encontrarse con todos sus oficiales
corriendo y dejando que el nerviosismo tomara control.
Mierda... qué pasó...
— ¡Señor!
El grito de Changkyun resonó por sobre los murmullos; el menor se
acercó, guiándolo hasta la recepción del lugar.
— ¿Qué mierda es eso? —dijo al ver al grupo de operaciones especiales
tener un perímetro de seguridad.
—Llegó hace un rato... Jung dijo que no debíamos tocarlo y mandó a
pedir refuerzos.
—Inspector Kim, esperábamos por su orden. Hicimos un perímetro de
seguridad por precaución pero estamos seguros que no se trata de algún
artefacto explosivo ¿Deberíamos deshacernos del objeto sospechoso? —el
líder del equipo especial hablaba rápido y se mantenía firme frente a
Taehyung. —Y... está remitida a usted, Señor.
Tae chasqueó la lengua. —Ábrelo.
— ¡Sí, Señor!
Taehyung se acercó hasta donde uno de los hombres clavó con cuidado
un cuchillo en la cinta que cubría una caja de aproximadamente un metro de
largo y no más de medio de ancho.
Su mandíbula dolía de tensión y su ceño estaban profundamente fruncido.
Y todo pasó demasiado rápido; escuchó las expresiones de sorpresa pero
él sólo pudo mantenerse en su lugar, observando el contenido.
—Hay una nota, Señor.
—Sácala.
Sus ojos se entrecerraron. Era una burla hacia él... estaba diciéndole lo
fácil que era burlar su posición. Le estaba advirtiendo que estaba cambiando
las reglas de aquel juego enfermo al que quería someterlos.
Y el cuerpo desmembrado en esa caja era la prueba.
—Señor...
—Llama al NIS e informa.
— ¿Qué debo informar, Señor?
—Que eleven la orden que pesa sobre Park Jimin y... que Ji Chang Wook
está muerto.
39
Jungkook miró las dos argollas que sostenía en su mano; había pasado la
noche en vela y agradecía que Jin siguiera estable dentro del peligro que
seguía corriendo.
Taehyung había llamado diciéndole que esperara por él y antes de eso,
decidió que debía salir y comprar aquellos pequeños objetos. No iba a
esperar más, no necesitaba algo extra, sólo a Tae.
Cerró sus ojos con fuerza, mordiendo su labio y guardando los anillos;
alzó la vista al escuchar los pasos en el pasillo y vio a Taehyung entrar con
su uniforme. Se levantó instintivamente al ver su rostro y antes de poder
hablar, el castaño tomó su rostro y lo besó con brusquedad, irrumpiendo con
su lengua y mordiendo sus labios.
Jadeó contra su boca y respiró con dificultad al separarse. Tae lo observó
con preocupación y el menor volvió a besarlo, intentando calmarlo.
—Te amo, Jungkook. Dios... te amo tanto.
—También yo... ¿Pasó algo?
Tae respiró con dificultad. —Ji está muerto... enviaron su cuerpo
desmembrado a la estación; no sé cómo burlaron la seguridad para dejar
algo así sin que alguien haya visto al tipo que hizo la entrega.
Jungkook mordió su labio, recordando las palabras de Jimin. Quiso
vomitar, las náuseas se hicieron presentes al entender lo que eso implicaba.
—Pero se están moviendo... está es nuestra oportunidad; no voy a
permitir que siga con esto... voy a detenerlo por ti... por ambos, Jungkook.
—Tae...
—No tengo mucho tiempo, debo volver pero no quiero que te metas.
Mantente al margen, sigue al lado de Seokjin.
—Taehyung... yo... quiero decirte algo.
— ¿Huh?
Jungkook sacó los anillos, observando a Taehyung intensamente, su
corazón bombeando con fuerza y sus manos temblando.
—No quiero una fiesta... no quiero una ceremonia, te quiero a ti, ahora.
Tae observó los anillos unos segundos antes de sonreír.
— ¿Ahora?
—Yo... no creo que tengamos que esperar; basta con que estemos los
dos... tú y yo, mi amor.
El castaño asintió, tomando el anillo que Jungkook le extendía. El menor
extendió su mano y mordió su labio cuando Tae deslizó la argolla con
lentitud en su dedo para luego depositar un suave beso sobre éste y dejar
que Jungkook lo imitara.
Entrelazó sus dedos y sonrió observando el anillo en la mano de
Taehyung.
—Te amo, Kim Taehyung... te amo ahora y siempre... y soy muy feliz
por poder estar junto a ti. Somos tú y yo.
Tae sonrió. —Jeon Jungkook, te amo con mi vida, ahora y siempre. Sólo
tú y yo.
El menor le sonrió ampliamente, cerrando la distancia y besándolo
lentamente. Presionando su frente contra la de Taehyung.
—Juro que cuando todo esto termine, te haré el jodido matrimonio más
grande que pueda existir... tal como te mereces, Jungkook. Te amo, mierda,
no sabes cuánto te amo.
Jungkook contuvo las ganas de llorar; estaba mintiéndole... pero lo
necesitaba a salvo.
—Bebé, debo volver ahora. No te muevas y estaremos hablando ¿Sí?
Volveré por ti.
—Te estaré esperando.
Se besaron una última vez antes de que Tae se alejara; ya solo, llevó su
mano a su boca y besó suavemente el anillo, sintiendo las lágrimas agolparse
en sus ojos.
Te amo, Tae... perdóname.
~•~•~
Sintió asco de aquel lugar. Aquel parque de diversiones abandonado ya
no le traía los mismos recuerdos.
Las citas a escondidas por proteger su identidad; los encuentros furtivos
entre aquellas atracciones se volvían recuerdos amargos.
No desenfundó su arma pese a sentirse en peligro. Sudaba frío y sus
manos se empuñaban y liberaban con nerviosismo. Entró en aquella
estructura y sus ojos barrieron el lugar, acostumbrándose a la falta de luz;
cuántas veces buscó de la misma forma pero con una emoción diferente.
—Estás aquí... realmente estás aquí.
Lo vio acercarse y su único reflejo fue dar un paso atrás. No pasó
desapercibido para Jungkook como la expresión de Jimin fue cruzada por el
dolor ante su reacción.
¿Acaso realmente esperaba que lo aceptara? Jungkook sonrió ante eso...
Estaban solos, lo sabía.
Ahora se daba cuenta de que Jimin realmente esperaba por él...
—Mataste a Ji.
—Lo hice... ahora yo... soy el mejor, Jungkook.
— ¿El mejor?
—Ese imbécil debe estar ahora recorriendo todo Seúl buscándome... ni
siquiera me importan las jodidas propiedades... me llevaré todo fuera de
Corea. Mi regalo para ti fue entregarte a Ji Chang Wook... mi regalo fue
cerrar tu caso, mi amor.
Jimin comenzó a moverse pero Jungkook se alejó; era increíble lo que
estaba escuchando... esta persona frente a él era tan distinta al Jimin con el
que compartió años de su vida.
Esta persona que lo observaba con una sonrisa y que se enorgullecía de
haberle quitado la vida a otro hombre era un total desconocido.
—Así que... eres tú quien está a cargo ahora.
—Lo estoy.
Siguió moviéndose y maldijo al darse cuenta que había caído en aquel
juego sin darse cuenta; su espalda había golpeado con un muro y Jimin se
acercaba lentamente.
—No... no te acerques... ¡NO TE ME ACERQUES!
Jimin sonrió. —Tus gritos me duelen, amor... Ven conmigo, Jungkook...
dejemos todo esto; tienen a Chang Wook... pueden tener a todos los jodidos
hombres de ese hijo de puta... pero larguémonos; esperaste mucho por mí
¿No es así?
—Yo... esperé tanto por ti...
—Entonces mi amor... terminemos este juego y vamos.
—Pero la persona que amé murió... tú estás muerto y deberías seguir así.
Quiso desenfundar su arma pero Jimin fue mucho más rápido y golpeó
su brazo, lanzando el arma fuera de su alcance y golpeando su rostro con
fuerza. Sintió el ardor y supo que su labio fue roto por el impacto.
—No hagas esto, Jungkook... deja que atrapen a los hombres de Ji y
larguémonos.
—Tú eres uno de ellos.
—NO LO SOY... ESOS HIJOS DE PUTA NO ESTÁN A MI NIVEL,
NINGUNO ESTÁ A MI NIVEL... NO HAY NADIE QUE PUEDA
SUPERARME.
Palideció al ver a Jimin sacar su arma y apuntarle; sus ojos desorbitados
de rabia y su mano libre deslizándose por su cabello nerviosamente.
—Soy el mejor, Jungkook. Y cuando Taehyung muera, verás que es así.
— ¿De qué hablas?
—Te lo dije, no necesito las propiedades de Min... y como no las necesito,
no me importa deshacerme de la carga —dijo sonriendo fríamente. —
¿Sabes? Uno de los primeros hombres que arrestaron me enseñó algo
interesante...
Jungkook frunció el ceño confundido; Jimin en ningún momento bajaba
su arma. —Detente, Jimin... deja tus juegos... no importa cuál haya sido la
razón, ya no puedes hacer nada. Desde que empezaste a moverte estuviste
condenado.
— ¿Es así? —una suave risa hizo que Jungkook se estremeciera. Ahora
que lo pensaba, no entendía por qué Jimin estaba solo y sin protección. —
Como dije... aprendí algo divertido, mi amor... y es que las explosiones no
sólo destruyen estructuras... se llevan con ellas incluso a las personas.
Jadeó angustiado ante las palabras de Jimin porque ahora comprendía.
Estaban solos en ese lugar porque lo que Jimin quería no era dinero... no
era seguir con lo que Ji Chang Wook había tramado... Jimin simplemente
quería saberse más poderoso que todos.
Jimin no iba a escapar, iba a deshacerse de todo sin importarle las
consecuencias... sus piernas fallaron en sostenerlo y sus rodillas golpearon
el suelo.
—Me estás... protegiendo... Dios... Tae... Taehyung...
—Yo sí te amo, Jungkook. Eso nunca fue mentira.
40
Yoongi se mantenía en silencio; estar rodeado de aquellos sujetos lo
estaba irritando. Entendía la razón, pero tampoco le agradaba saberse
controlado.
— ¿Puedes sacar a estos imbéciles?
—Ni de joda, Yoongi.
—No estoy armado y vine por mi cuenta, no veo la necesidad de tenerme
con un escuadrón SWAT vigilándome.
Taehyung golpeó la mesa con violencia, estaba molesto y la actitud de
Yoongi no ayudaba en nada.
—No estamos jugando; firmaste un jodido traspaso de propiedades,
Yoongi.
—Sí, porque iban a matarlo...
—Y ahora está tan muerto como en ese momento.
Vio el cambio en la expresión de Yoongi; había sido un golpe bajo pero
tenía claro que a Yoongi poco le importaba ahora lo que sucediera con
Jimin.
— ¿Ya puedo irme? De verdad quiero estar con él cuando despierte.
—No vas a moverte de aquí hasta que me des la lista de todas las
propiedades que cediste.
— ¡Taehyung, no lo sé!
Tae guardó silencio; sintiendo sus hombros estar sosteniendo demasiado
peso. Sus ojos vagaron por el rostro de sus hombres lo que provocó presión
extra.
— ¿No lo sabes?
—No estaban todas ¿De acuerdo? Sólo eran unas cuantas, mi padre jamás
hubiese entregado todo.
—No entiendo por qué...
—No lo sé ni me importa, firmé esos papeles por las propiedades que
ellos ya manejaban, no habían otras... y no tengo puta idea de cuáles son
esas.
—Nam... ¿Escuchaste?
—Sí, Señor.
—Necesito una lista de todas tus propiedades, Yoongi.
— ¿Estás loco? Son demasiadas.
—Ahora.
Yoongi frunció el ceño antes de asentir; no demoró demasiado en listarle
todas las propiedades incluyendo su lugar en el puerto.
Mierda... allanarlas todas es...
Tae respiró profundo para tranquilizarse; cercarlos era lo único que
podían hacer. Tenían la información y eso era suficiente, pero el castaño
sentía que algo no calzaba en aquello.
Qué es lo que falta... que es lo que no estoy viendo...
—Señor, separé el grupo. Alcanzamos a cubrir 5 de las 8 localizaciones.
Ignoramos la casa principal de Min.
—Iré a otra y enviaré a Jung a la sobrante.
Salió de aquella habitación, tomando su arma y esperando que el gran
grupo de hombres se dirigieran a cada una de sus posiciones.
—Yoongi —dijo antes de abandonar el lugar. —Kim va a despertar,
cuento con eso... no quiero ver a Jungkook llorar su muerte, así que va a
despertar... tiene que hacerlo.
~•~•~
Yoongi entró al hospital y se mantuvo con su cabeza entre sus manos;
sus dedos tiraban su cabello a distintos ritmos intentando tranquilizarse.
Que Seokjin hubiese pasado la noche le daba mayores probabilidades de
sobrevida, pero que siguiera inconsciente incluso sin sedación lo tenía al
borde de un colapso nervioso.
—Mierda, Taehyung... tienes que encontrarlo...
Escuchó la alarma en la estación de enfermeras y las vio correr; se levantó
e intentó acercarse al verlas entrar una tras otra a la UCI y su corazón pareció
detenerse al verlas entrar al cuarto de Seokjin.
Quiso saber, pero lo mantuvieron alejado y sus gritos simplemente
lograron que un guardia del hospital terminara sosteniéndolo para evitar
problemas.
— ¡Que me sueltes! ¡Voy a entrar!
—Déjenlo.
Vio al doctor acercarse luego de demasiados minutos; el guardia lo liberó
de mala gana y Yoongi terminó de zafarse con fuerza, empujándolo de paso.
—Por qué... —su voz se quebró al imaginar todas las posibilidades.
—Bueno, estaba teniendo problemas para respirar. Es lo que sucede
cuanto intentas hacerlo por tu cuenta y tienes el respirador haciéndolo por
ti.
—Eso significa...
—El señor Kim lo está haciendo bien, quizá por su profesión; de todos
modos está sin respirador y sedado.
—Quiero verlo.
—Antes de eso... no podía hablar muy bien pero supongo que capté la
idea antes de que se durmiera.
— ¿Hablar? ¿Sobre qué?
El doctor torció su boca sin entender del todo. —Nombró a alguien.
—Quizá llamaba a su amigo o a mí.
—Puede ser. No estoy muy seguro, era difícil entenderle pero puede
haber sido Jung.
— ¿Jung? ¿Jungkook?
El doctor negó. —No creo que haya sido un nombre, lo repitió más de
una vez y con esa fuerza, pudo terminarlo. Creo que es un apellido, pensé
que debía saberlo. Ahora, informaré para que lo ayuden a cambiarse, cinco
minutos es todo lo que puedo autorizar. El señor Kim sigue grave.
Yoongi asintió pero no podía sacarse de la cabeza las palabras del
médico.

Si Seokjin había nombrado a alguien seguramente tenía que ver con su


trabajo; mordió uno de sus dedos antes de acercarse a una enfermera.
—Necesito que me preste su móvil; es urgente.
—Puede usar el número de la enfermería.
Chasqueó la lengua irritado pero obedeció, pasando el mesón y tomando
el teléfono. Agradeció mentalmente haber memorizado los tres números de
aquellos policías.
—Contesta, contesta, contesta.
Maldijo cuando la llamada entró al buzón. Taehyung debía estar
revisando las propiedades ya y si tenía suerte, podría atraparlos a todos de
una sola vez.
Pero necesitaba saber que Seokjin había nombrado a alguien más; estaba
seguro de haber oído aquello antes, pero no podía recordarlo.
Volvió a marcar el teléfono, pero el auricular cayó de su mano cuando el
recuerdo lo golpeó violentamente.
—Mierda...
Se quedó en blanco unos segundos, entre sorprendido y aterrado. Lo
conocía, había escuchado su nombre y se había cruzado con él.
Y si lo que Seokjin había intentado comunicar era cierto, Taehyung
estaba en problemas.
Ahora entendía cómo lo habían encontrado... y por qué Seokjin luchaba
por su vida.
Porque siempre Taehyung iba un paso por detrás.
—No puedes avanzar si uno de los tuyos es una carga... mierda...
41
Su cabeza retumbaba al ritmo de los disparos. Se mantuvo firme en su
lugar, contrarrestando la fuerza de su fusil mientras respondía el fuego de
los cerca de treinta hombres que habían salido de la nada.
Cuando una de las balas golpeó la pared junto a él, se giró hasta quedar
cubierto antes de seguir disparando. Por más que intentó buscar a quien
realmente le importaba en ese lugar, no había ratro de Jimin. Dejándose
llevar por el enojo, se dejó al descubierto; sintió la bala golpear su brazo
donde el chaleco no protegía, sin embargo no soltó su arma y siguió
disparando hasta que el último hombre quedó herido o muerto en el piso.
—Señor, el resto fue reducido en el interior de las habitaciones... no hay
nada que indique que Park Jimin haya estado en este lugar.
—Entiendo.
Dónde mierda te estás escondiendo...
Taehyung salió de aquel lugar, paseándose impacientemente cerca de una
de las camionetas, pateó violentamente la puerta del vehículo blindado,
tenía a sus grupos dispersos en las diferentes propiedades de Min.
Habían capturado a más de la mitad de los hombres que tenían
identificados como parte de aquella organización. Jadeó agotado, limpiando
el sudor de su frente y tomando su arma nuevamente para entrar en aquel
lugar donde minutos antes, los sonidos incesantes de los disparos
retumbaron en la tranquilidad que los había recibido.
Hizo el quite a un par de cuerpos y agradeció que ninguno de esos
perteneciera a alguno de sus hombres. Entró hasta acercarse a su segundo al
mando y lo vio negar con la cabeza, totalmente molesto y decepcionado.
— ¡Señor! Tampoco hay anda acá...
Tae respiró profundamente, sus manos cerrándose en su arma. —No se
muevan de este lugar, no los pierdan de vista —respiró profundo, sus ojos
carecieron de todo brillo en ese momento. Lo único que podía pensar era en
encontrar a Jimin. —Si alguno se mueve, lo matas.
Vio la sorpresa en el rostro de sus hombres pero no le importó; repitió su
orden y esta vez no hubo ninguna negativa.
¿Qué mierda es lo que no estoy viendo?
¿Por qué seguimos dando vueltas en círculos...?
Tomó su radio y e intentó comunicarse con cualquiera de los otros grupos
SWAT, su puño se estrelló contra el vehículo, sintiendo sus nudillos arder
ante el choque, pero le importó poco.
Entonces sus ojos viajaron al móvil que descansaba en uno de los asientos
del vehículo, la luz parpadeante indicándole notificaciones sin leer captó su
atención.
Las únicas personas que tenían su número privado eran Jungkook,
Seokjin y Yoongi... frunció el ceño, dos de ellos tenían claro que no podía
responder y descartaba totalmente a Seokjin.
Dejó el radio de lado y tomó el teléfono, confundiéndose al ver la
cantidad de llamadas perdidas. El teléfono volvió a vibrar y esta vez se dejó
guiar por la molesta sensación de incomodidad que todo ese lugar
despertaba en él.
—Kim Taehyung.
—Hasta que contestas el jodido teléfono... Jin despertó...
—Dime que no llamaste para decirme que Kim despertó, mierda
Yoongi...
—Jung... tienes un Jung bajo tus órdenes ¿no?
—Jung Hoseok, sí.
—Tae, no lo pierdas de vista, Seokjin.... Seokjin lo nombró.
—Somos compañeros, es normal que...
—Él fue el único que me vio junto a Seokjin antes que lo atacaran, dime
tú si eso es algo normal.
Taehyung palideció. No podía ser cierto, había confiado en él y Hoseok
estaba directamente involucrado en la investigación.
Tanto, que manejaba la misma información que él...
—Maldición... no le digas a Jungkook, dile que se quede contigo y
Seokjin.
—Jungkook no está acá, Taehyung. Se fue antes que yo llegara.
Dios... dime que no hiciste una estupidez, Jungkook... por favor dime que
no hiciste lo que creo...
~•~•~
Hoseok suspiró.
Observar a los hombres de Swat barrer aquel lugar e intentar parecer
interesado estaba volviéndose aburrido.
—Señor, la propiedad parece estar vacía.
—Sigan buscando, me comunicaré con el Inspector Kim para informar.
—Sí, Señor.
Observó a aquel oficial entrar nuevamente e hizo el amago de seguirlo
no sin antes mirar su teléfono. Jimin ciertamente le debería demasiado
después de este día.
Escuchó la radio sonar colgada en su cinturón y antes de que pudiese
seguir pensando en lo molesto que se sentía al escuchar la voz de Taehyung
llamándolo la apagó. Sonrió, pudo deducir fácilmente por el tono en su voz
que no podría volver a pararse frente a su superior nunca más.
Miró la hora una vez más y se paseó por el lugar, imitando lo que el resto
hacía para seguir inmerso en su juego por un momento antes de alejarse de
esa lugar a una distancia prudente.
—Bueno... fue divertido.
~•~•~
El disparo rebotó en el suelo, a escasos centímetros de su cuerpo y
Jungkook retrocedió instintivamente aún de rodillas.
—Deja de moverte, amor. No quiero tener que partirte una pierna para
inmovilizarte.
Jungkook rió; había intentado alcanzar su arma que yacía unos metros
lejos de él pero Jimin en ningún momento dejaba de apuntarlo. Su teléfono
vibraba insistentemente en su bolsillo, produciendo un sonido molesto en el
lugar abandonado, y tenía claro de quién se trataba, no necesitaba verlo para
saber que Taehyung lo buscaba.
Miró su mano y rodó suavemente la argolla; estaban juntos y se amaban,
no importaba qué tan difícil fuera salir de esa situación. —Da igual cuánto
tiempo me tengas acá, va a encontrarte, Jimin.
— ¿Tanta fé le tienes a ese imbécil?
—Más de la que alguna vez podría haber tenido en ti.
Vio el rostro de Jimin crisparse antes de que cerrara la distancia y lo
golpeara con rabia. No pudo contener la carcajada al descubrir lo mucho
que afectaba a Jimin la sola mención de Taehyung. Y eso también lo
asustó... porque Jimin era capaz de cualquier cosa...
—Tu maldito teléfono me tiene enfermo. Entrégamelo.
—No.
— ¡JUNGKOOK, PÁSAME TU JODIDO TELÉFONO!
Dijo antes volver a golpearlo y sentarse a horcajadas sobre Jungkook,
dejando el cañón de su arma a milímetros de su rostro antes de hundirlo
dentro de su boca para evitar que hablara y buscando en su ropa hasta tomar
el móvil de Jungkook. Sonrió con suficiencia al ver el nombre de Tae en la
pantalla y lo llevó a su oído, respirando profundo al escuchar la voz de su
ex mejor amigo pedir desesperado por una respuesta.
Pero no fue eso lo que lo hizo sentir ganas de romperlo hasta que fuese
incapaz de vivir, sino ver aquello en la mano de Jungkook.
—Mierda, bebé, dime dónde estás...
—Lo siento, Tae... Jungkook no puede contestar en este momento.
—Park... dónde está.
Jimin sonrió, la voz de Taehyung sonaba angustiada y lo disfrutaba. Y
Jungkook lo miraba con rabia, sabiendo que cualquier movimiento haría que
su dedo presionara el gatillo. Sin embargo, el menor ignoraba que para Jimin
aquello no era algo probable. No quería dañarlo... no a ese nivel.
—Tae... ¿Deberías estar preocupado de un solo hombre cuando tienes a
esos otros oficiales a punto de ser ejecutados?
Los ojos de Jungkook se abrieron y Jimin escuchó la voz de Taehyung,
ignorándola por completo. Tiró el teléfono sobre el pecho de Jungkook,
dejando el altavoz encendido y escuchando los gritos en la otra línea; buscó
en su propia ropa hasta encontrar el pequeño aparato que parecía ser casi un
modelo con muchos años de antigüedad.
—Verás Jungkookie... otra cosa sobre las explosiones... no necesitas estar
cerca —. Cerró sus ojos, marcando un número y relamiendo sus labios al
ver los ojos de Jungkook cristalizarse, el peso de su cuerpo le imposibilitaba
todo el movimiento por lo que el menor estaba totalmente indefenso en esa
situación. —Se acabó, amor. Ya puedes sacar ese jodido anillo de tu mano.
Jungkook sintió su respiración detenerse cuando escuchó aquella
explosión y la línea se cortó, la imagen de Taehyung jamás dejó su mente y
se sintió vacío; nunca tuvo tanto miedo... no importaba lo que Jimin hiciera
con él, pero perder a Tae lo aterraba; vio a Jimin sacar su arma de su boca y
acercarse a su rostro. Escupió con fuerza contra su rostro, sintiendo el golpe
que sobrevino a eso. Aprovechando que Jimin se desestabilizó, empujó con
fuerza y azotó su puño en el rostro de Jimin, levantándose e intentando
alcanzar una vez más su arma.
Gritó de dolor cuando Jimin lo alcanzó y pisó su mano izquierda,
presionando con fuerza hasta que sus dedos crujieron. El metal del anillo se
clavaba en su piel y esto parecía divertir aún más a Jimin. Quería salir de
ahí, quería confirmar que Taehyung estaba bien... pero tenía claro que
habían caído sin poder evitarlo en su juego.
42
Cuando escuchó las palabras de Jimin, entendió a la perfección por qué
no había nada más que hombres disparando.
Por qué no había mercancía.
Y por qué Jimin no estaba en ningún sitio.
Corrió todo lo que sus piernas dieron y no entendía por qué ahora notaba
que los vehículos estaban tan alejados de la propiedad principal. No soltó el
teléfono y sintió alivio al saberse cerca.
Debía sacarlos de ahí; daba igual que escaparan, su prioridad como líder
de aquellos oficiales era protegerlos.
Pero sus ojos se cegaron por el haz de luz que reventó frente a sus ojos y
sus oídos dolieron por el fuerte estruendo; estaba tan cerca que la onda
expansiva lo golpeó de lleno y su cuerpo azotó el piso violentamente junto
con trozos de la estructura que había volado en pedazos. La sangre caía por
su rostro y su cuerpo dolía tanto que por momentos, pensó que todos sus
huesos estaban rotos.
Estaba tan cerca...
Tanto, que había visto desaparecer entre las llamas aquel lugar. Lo había
visto destruirse y volverse un montón de escombros... lo había visto estallar
con todos su hombres dentro.
No había nadie más.
Quiso gritar, pero su garganta ardía.
No hay nadie.
Mierda.
No pude...
Se arrastró por el suelo, su lágrimas trazando un camino a través de su
propia sangre y sus dedos hundiéndose en la tierra.
Porque el dolor físico lo estaba mareando, pero no era nada comparado
al dolor de haber visto morir a todos sus hombres sin ser capaz de salvarles.
Lo siento tanto... lo siento...
~•~•~
—Mierda...
Hoseok dijo girándose al escuchar la explosión y ver el lugar en llamas.
Se preguntó si alguien había logrado escapar de ese lugar antes de comenzar
a retroceder.
Suspiró antes de tomar su móvil; haría lo último que su profesión le
permitiría antes de escapar. Encendió su radio y miró el lugar ser consumido
por las llamas.
—Habla el oficial Jung Hoseok, necesito refuerzos en mi posición.
Pidió antes de sacar su arma institucional, su placa y la radio; dejó todos
los objetos en el suelo y chasqueó la lengua. No tardarían en llegar pero la
curiosidad lo carcomía.
¿Realmente Jimin había hecho explotar cada una de las propiedades de
Min?
Rió ante la idea; Park Jimin había resultado un sujeto peligroso, ahora
entendía por qué siempre fue desplazado a un segundo lugar por Taehyung.
Daba igual qué tan bueno fueras en lo que hacías, la cabeza de Jimin
estaba tan jodida que al final siempre terminaría pasando la cuenta.
~•~•~
Se levantó del piso sólo para volver a caer. El aire se iba de sus pulmones
y supo que sus costillas estaban rotas.
Volvió a levantarse, arrastrando sus pies hasta llegar a su vehículo.
Jadeaba en busca del aire que sus fracturas le negaban e ignoraba el dolor
restante.
Dónde...
Dónde...
Jungkook...
Dónde estás...
Cerró sus ojos intentando pensar por sobre el dolor punzante de su
cuerpo.
Debía haber algo que le dijera dónde encontrarlo. Daba igual qué tan
lastimado estuviera, no iba a dejar que Jimin le hiciera algo malo a
Jungkook.
"¿Es romántico ir a meterte a un parque de diversiones abandonado? Es
tétrico, Jimin..."
"Da igual, puedo estar con él sin que nos vigilen y es lo que importa."
Tae sonrió con amargura ante el recuerdo.
—Te encontré... te encontré jodido hijo de puta, no vas a escapar.
~•~•~
Jungkook sintió el último golpe sobre su mandíbula y estuvo seguro de
que si se dejaba caer ahora, Jimin escaparía de ese lugar.
Podía entretenerlo el tiempo suficiente; podía seguir recibiendo los
golpes cada vez que decidía nombrar a Taehyung.
Su mano dolía y Jimin seguía apuntándolo con su arma; había sido un
idiota al esconderlo de Taehyung.
—Vamos, amor, no tenemos nada más que hacer aquí.
—Vete a la mierda, no pienso ir contigo a ningún lugar.
—No estaba preguntando, Jungkook.
Murmuró pateándolo con fuerza antes de arrastrarlo de su sudadera.
Debían salir de ese lugar y escapar para evitar cualquier complicación.
Pero Jungkook le estaba haciendo las cosas difíciles; seguía alterándolo
al nombrar a Taehyung y seguía negándose a aceptar sus toques.
No quería lastimarlo pero la rabia lo dominaba cada vez que Jungkook...
su Jungkook se alejaba con asco.
No quería lastimarlo y aún así lo había golpeado tanto que le sorprendía
que siguiera consciente.
Escupió sangre y sonrió divertido; él también se había esforzado y había
logrado agredirlo. Pero pelear con una mano quebrada era difícil.
— ¡Suéltame!
— ¡Deja de moverte!
Otro golpe más, pero Jungkook se obligó a no cerrar sus ojos pese a que
haber sido azotado contra el suelo lo estaba adormeciendo.
—No hagas esto más difícil, no quiero lastimarte.
—Sólo mátame.
Jimin se detuvo confundido y se arrodilló frente a él, acariciando su
rostro. Dolido por el odio que había reemplazado aquel amor que el menor
alguna vez le profesó.
Jungkook luchaba contra él e intentaba alejarse, pero Jimin presionó con
fuerza su rostro.
— ¿Por qué él? Está muerto de todos modos; lo oíste.
No pudo contener la carcajada ante la pregunta de Jimin; se lo había
preguntado muchas veces en un principio pero no existía una razón.
— ¿Quieres saber?
—Sí.
— ¿Recuerdas cuando dijiste que nací para completarte, Jimin?
—Lo dije.
—Estabas en un error... toda mi existencia es y será para estar junto a
Taehyung... te conocí a ti para poder encontrarlo a él ¿No es triste? Cuántas
veces él pensó que era un reemplazo... cuando en verdad tú simplemente
guardabas su lugar en mi vida. Preguntas por qué él y no hay una razón,
simplemente lo elegí... así que si está muerto, puedes matarme también
porque nunca voy a dejar de amarlo.
Vio el rostro de Jimin ensombrecerse antes de que apuntara directamente
a su frente.
—Bien, ve con él entonces.
No cerró sus ojos, no rogó por su vida.
Darle aquel gusto sería lo último que haría.
Si iba a morir, lo haría viendo su rostro sin miedo.
43
Yoongi entró corriendo al cuarto apenas el doctor le indicó que Seokjin
ya podía recibir visitas.
El oficial giró su cabeza al verlo y no pudo contener la sonrisa al ver al
menor dejarse caer a su lado, tomando sus manos y apoyando con cuidado
su cabeza sobre su pecho.
Yoongi sollozaba y se disculpaba una y otra vez; Seokjin sólo pudo
acariciar su cabello para tranquilizarlo.
—Lo lamento, firmé esos papeles y... y aún así...
—Está bien —dijo apenas audible, su voz sonó rasposa y su rostro dolía.
—Creí que ibas a morir.
— ¿Por un disparo? Nunca.
Yoongi se levantó, viendo su rostro maltratado y acariciando con cuidado
de no lastimarlo más.
—Sigues gustándome aún con tu rostro hecho una mierda.
Dijo antes de acercarse y besar suavemente sus labios; sin importar lo
áspero y reseco que se sintió. Tener a Seokjin despierto y estable lo hizo
sentir totalmente aliviado.
—Seokjin, voy a ser tu sombra.
—Me agrada eso.
~•~•~
Hoseok manejó rápidamente; debía escapar lo antes posible y no iba a
negar que no le agradaba la idea de ser atrapado.
Había abandonado su radio después de pedir refuerzos así que ahora iba
a ciegas escapando. Sólo debía evitar cualquier control policial pues sabía
que ligarlo con Jimin era cosa de horas, si es que tenía suerte.
— ¡MIERDA, NO!
Gritó frenando de golpe cuando vio que el camino estaba cerrado por
policías. Había más de una docena de blindados y patrullas y sin contar la
cantidad de oficiales, todos apuntándolo fríamente.
Estaba equivocado; había sucedido todo demasiado rápido. Rió nervioso
sin soltar el volante antes de retroceder, deteniéndose nuevamente cuando
los disparos golpearon el vehículo.
No habían dudado en disparar... eso sólo significaba que su orden de
aprehensión no tenía especificado su estado vital.
Suspiró profundamente antes de abrir la puerta y bajar del automóvil,
alzando sus manos sin dejar de sonreír.
Estás jodido, Hoseok... muy, muy jodido...
Vio a los oficiales acercarse sin dejar de apuntarlo y no se negó cuando
sus brazos fueron doblados con fuerza para inmovilizarlo y su rostro golpeó
el suelo mientras lo esposaban.
Estaban molestos y no se preocupaban de estar actuando totalmente al
borde de la legalidad con un sospechoso.
—Hey, hey... ¿No tengo derechos acaso?
—Los tienes... simplemente no me dan las putas ganas de dártelos, hijo
de puta.
Alzó la vista y vio a Kihyun mirándolo fríamente. Si Yoo Kihyun había
regresado y ahora estaba frente a él, significaba que lo estaban acusando de
homicidio... o cómplice al menos.
Iban a cargarle todas las muertes que Park Jimin había cometido ese día.
Sonrió ante esto, Jimin lo había vuelto una persona descartable...
—Supongo que ya estás bien, Yoo.
—Llévenselo...—dijo ignorando a Hoseok, conteniendo las ganas de
vaciar su arma en el hombre que sin culpa los había traicionado.
—Una cosa... ¿Cuántos...?
No necesitó respuesta al ver la expresión de Kihyun ensombrecerse;
después de todo Park Jimin había logrado deshacerse de muchos problemas
y nadie iba a olvidarse de ese día fácilmente.
En cierto modo, se sintió triste de no haber podido escapar, pero al menos
la pena de muerte no sonaba tan mal como haberse encontrado nuevamente
con Kim Taehyung.
La imagen de Jimin vino a su mente y no pudo contener la carcajada.
—Si yo estoy jodido... Park Jimin conocerá el infierno...
~•~•~
Escuchaba la radio del automóvil sonar sin control; pedidos de refuerzos
desesperados e informaciones sobre los atentados explosivos que habían
destruido simultáneamente locaciones de investigación.
Jimin había perdido todo el respeto por la vida; había planeado aquello
simplemente para demostrar su poder sin importarle cuántas personas caían
víctimas de sus delirios.
Podía perdonar haber sido traicionado; haber sido destrozado en aquel
lugar y abandonado para morir... podía perdonarlo.
Pero no podía perdonar que hubiese desvalorizado vidas de tal forma...
que hubiese acabado tan violentamente con sus oficiales.
—Inspector Kim, regrese de inmediato...
—Necesito... necesito refuerzos... en la posición final de este vehículo...
—Inspector, las explosiones nos tienen sobrepasados. Las propiedades
de Min fueron totalmente destruidas.
Tae respiró profundo, alejando de su mente la imagen de ese lugar
ardiendo con sus hombres dentro.
¿Cuántos oficiales habían muerto?
¿Habían logrado sobrevivir algunos al menos en otro lugar?
—Park... Park Jimin... Localicé a Park Jimin...
—Entendido. Enviaremos refuerzos a la posición final del vehículo.
Jadeó escuchando la respuesta afirmativa en la radio y tuvo la intención
de esperarlos... pero no tenía tiempo.
Seguramente se ganaría una buena sanción por estar haciendo esto...
sonrió pensando en ello antes de sacudir esos pensamientos, ya podría
preocuparse de eso. Porque la verdad era que ahora no podía dejar de pensar
en que Jungkook estaba en peligro.
Y que no dejaría a Jimin con vida por más que rogara.
Sólo un poco más Jungkook...
Espera por mí...
Vamos a terminar esto de una vez.
44
Su cabeza daba vueltas; el persistente pitido en sus oídos lo estaba
mareando y el dolor en su cuerpo era angustiante.
Pero no podía detenerse. Rendirse era dejar a Jungkook y eso jamás se lo
perdonaría.
Estacionó el vehículo fuera del lugar y caminó con dificultad, jadeando
y sosteniendo con fuerza sus costillas.
Estoy acá, Jungkook... sólo un poco más.
Frunció el ceño cuando lo vio golpearlo; Jimin le estaba dando la espalda
y si lograba acercarse sería todo más fácil. Debía ser cuidadoso... No tenía
un arma y Jimin ahora lo apuntaba directamente a su cabeza.
Respiró profundamente e ignorando por completo el dolor, corrió usando
su propio cuerpo para golpearlo. Ambos cayeron violentamente al suelo y
el golpe hizo que el arma de Jimin se soltara de su mano.
Jungkook sintió el alivio de verlo allí, y todo el estrés que estuvo
conteniendo hizo merma en su cuerpo; intentó arrastrarse hasta el arma que
Jimin dejó caer pero los otros dos estaban en medio.
— ¡Voy a matarte! —Jimin gritó, moviendo a Tae y pateándolo para
alejarlo.
—Vete, Jungkook.
Taehyung dijo escupiendo sangre por el golpe, mas sin soltar su agarre
en Jimin y mirando con dificultad a Jungkook.
— ¡No!
—Haz lo que dice, Jungkookie... porque voy a matarlo y no querrás verlo
—. Jimin dijo golpeando a Tae nuevamente y sonriendo ante el grito de
dolor que escapó del castaño.
Pese a que Taehyung también lograba acertar golpes, físicamente su
estado deplorable no ayudaba.
Su cuerpo estaba herido por la explosión y eso le facilitaba las cosas.
Jungkook maldijo, el arma estaba demasiado lejos y ver a Taehyung en ese
estado lo desconcentraba.
— ¡J-Jeon escapa!
Jungkook escuchó aquello y mordió su labio, el arma estaba lejos... pero
no era la única.
Se levantó con dificultad y corrió hasta el lugar donde estaba en un
principio. Jimin estampó su pie en el rostro de Taehyung y se levantó al
darse cuenta de qué era lo que el menor planeaba; estaba a punto de tomar
su arma cuando el brazo de Taehyung se cruzó en su cuello y lo inmovilizó.
—V-voy a matarlo frente a ti... Tae, voy a... —tosió cuando el agarre en
su cuello se volvió asfixiante.
—No vas a tocarlo... nunca más.
Jungkook buscó con la mirada hasta que encontró su arma, tomándola sin
dudas y volviendo sobre sus pasos. Vio a Tae inmovilizando a Jimin y a
Jimin intentar zafarse, aprovechando el estado físico del castaño.
Pero sus forcejeos eran infructuosos; Taehyung estaba poniendo toda su
fuerza en mantenerlo firme, era lo único que podía hacer en su estado.
El menor se acercó lo suficiente para tener una línea de fuego despejada,
pero era imposible con Taehyung sosteniéndolo.
— ¿Vas a dispararme, Jungkookie?
La voz de Jimin sonó con burla, vio la duda en los ojos del menor y supo
que en su posición jamás dispararía.
—Tae... suéltalo...
—Si lo suelto ahora, nunca podremos atraparlo, Jeon.
Jeon... estamos trabajando... es verdad...
—I-Inspector Kim... no tengo mi línea de fuego despejada...
—Dispara, Jeon.
Taehyung ordenó; sus ojos fijos en Jungkook y sin pasar ningún detalle.
Sus manos temblaban con el arma y supo que el menor estaba aterrado.
—Es tu deber, Jeon.
— ¡NO!
—Vamos, Jungkookie... sólo dispara.
Taehyung apretó su agarre, callando a Jimin y sin dejar de mirar a
Jungkook.
—Jeon.
El menor jadeó al ver los ojos de Taehyung; el castaño estaba decidido y
Jungkook tenía claro de que al final, tenía la razón. Su agarre se afianzó,
apuntando firmemente su arma y sintiendo las lágrimas quemar en sus ojos.
—No vas a hacerlo, Jungkookie...
Jimin susurró confundido al ver el cambio de actitud en Jungkook.
— ¿Tienes miedo, ChimChim? Deja que te diga algo... —Tae sonrió
divertido. —Hay cosas peores que la muerte... —dijo antes de ver a
Jungkook y sonreírle, indicándole tácitamente que todo estaría bien.
Incluso si era una mentira.
—Señor... Taehyung, somos tú y yo por siempre.
Amor... tienes que ser fuerte...
—Dispara, Jungkook... te amo, bebé.
—También yo, Tae.
Jungkook presionó el gatillo y escuchó el disparo resonar en todo el lugar,
las lágrimas caían libremente por sus mejillas y su pecho se oprimía
dolorosamente; la bala se estrelló contra la cabeza de Jimin con fuerza y la
cercanía hizo que el disparo atravesara su cuerpo.
Lo sabía; era el mejor tirador de su promoción. Sabía que a esa distancia,
la bala no sólo impactaría a Jimin y pese al dolor que se instaló en su pecho,
sabía que Taehyung era consciente de esto también.
Tiró el arma cuando ambos cuerpos se desplomaron en el piso y la sangre
comenzó a brotar sin control. Tiró el cuerpo sin vida de Jimin para alejarlo
de Tae y contuvo la respiración. Al contrario de Jimin, la bala no había
entrado directamente en su frente pero seguía perdiendo tanta sangre que
dudaba que sobreviviera.
—Lo siento... lo siento...
Sus dedos temblorosos intentaron tomar su pulso pero estaba nervioso y
no lograba hacerlo.
—Tae... no mueras... no me dejes, por favor, no me dejes...
Escuchó las sirenas a la distancia pero se mantuvo sosteniendo el cuerpo
de Taehyung, sin importarle que su sangre estuviese empapándolo.
—Se terminó, Tae... vamos a casarnos...
45
— ¿Es necesario que declare acá? Viene recién despertando y...
—Yoongi, está bien.
—Pero...
—Ve afuera, está todo bien.
Yoongi bufó molesto antes de obedecer y salir del cuarto; frunció el ceño
al descubrir al par de oficiales que habían llegado a hacer guardia de punto
fijo en el hospital.
Seokjin esperó que la puerta se cerrara y vio a Kihyun acercarse hasta
quedar junto a su cama.
— ¿No había otra excusa? Decir que tengo que declarar es...
—Necesitaba sacarlo... Seokjin, Park Jimin está muerto.
Seokjin asintió lentamente, Kihyun estaba pálido y parecía no haber
dormido en toda la noche.
— ¿Hoseok?
—Detenido; debo ir a interrogarlo... no va a salir tan fácil de esto. Lo
tenemos al menos por ser cómplice de tu ataque y... las explosiones.
— ¿Explosiones?
—Hicieron estallar las propiedades de ese chico de afuera, no quedó
nada... fue...
Kihyun cubrió su rostro intentando contener el recuerdo de haber llegado
a uno de esos lugares y ver a los pocos compañeros que sobrevivieron
agonizar heridos por la explosión. Ni siquiera quería pensar en los que no
habían alcanzado a escapar.
Seokjin se quedó en silencio, procesando la información y el nudo en su
garganta le impidió hablar.
—J-Jungkook...
—Jungkook está... él está vivo.
Quiso sentirse aliviado, pero estar vivo no significaba nada. Lo supo
simplemente al ver la expresión de Kihyun.
Vivo no era sinónimo de bien y necesitaba saber qué tan mal se
encontraba su mejor amigo.
~•~•~
—Ya les dije, no sé nada de cómo o cuándo planeó todo eso.
—Pero sí facilitaste la información para que el oficial Kim Seokjin fuese
atacado.
—Bueno... quizá sí.
—Escúchame, puedo hacer que te encuentren culpable de todas las
muertes de mis compañeros.
Kihyun golpeó la mesa con fuerza; el enviado del NIS observaba serio e
impaciente. No les había agradado saber que Park Jimin había muerto sin
pagar por sus crímenes y tampoco que Jung Hoseok en verdad no estuviese
cooperando.
—Ya te dije, sólo avisé que Min Yoongi estaba siendo resguardado por
Kim Seokjin y luego les dije cuándo podrían encontrarlo. No sé dónde lo
llevaron y no sé qué le hicieron. Me pagaron por información y silencio,
nada más.
—Jung...
—Y si quieres acusarme de las muertes de esas explosiones, adelante.
Hoseok suspiró, reclinándose en la silla sin mucho interés. Su mandíbula
dolía y su labio se encontraba partido, prueba fehaciente de que su detención
había rozado lo ilegal.
—Inspector Yoo, si me permite.
Kihyun sonrió al escuchar hablar a Jaebum por primera vez desde que
llegara desde el NIS.
—Sabe, oficial Jung Hoseok... Kim Seokjin es un muy buen amigo...
enterarme de su accidente fue una sorpresa—dijo apoyando sus manos en la
fría mesa de interrogaciones, sin quitar la vista de Hoseok. —Y escuchar
que uno de los oficiales estuvo involucrado con Park Jimin hizo que me
cuestionara... ¿Por qué? Pero luego pensé que las razones no importaban...
después de todo la pena capital se encargaría de todo.
—Ya ve, moriré de todos modos.
Hoseok estaba resignado; no esperaba compasión, después de todo ser
cómplice del asesinato masivo de sus compañeros era algo grave y
totalmente cuestionable moralmente.
—Pero eso sería fácil. Morir es algo limpio y fácil, oficial.
— ¿Q-qué? —se maldijo al tartamudear, los ojos de aquel hombre frente
a él brillaban con furia contenida.
—El Inspector Yoo tiene razón, está totalmente condenado.
—N-no entiendo...
—Y conozco a muchos que matarían por una oportunidad de volver a
reencontrarse con un oficial de policía.
Hoseok palideció. —No... no puede estar pensando en... ¡Sabía que iban
a morir! ¡Tienen que matarme también! ¡Soy un desertor y asesino de
policías!
—Lo eres, Jung Hoseok. Y vas a pagar toda tu vida por ello.
—No, no, no... no pueden enviarme a prisión... no pueden ponerme con
los hijos de puta que me dediqué a encerrar... no es cierto...
—Puedo y voy a hacerlo. Disfruta tu vida con tus nuevos amigos,
Hoseok.
Hoseok rió mientras las lágrimas corrían por sus mejillas. Lo que estaban
haciéndole era peor que la muerte; porque aquellos a los que encerró siendo
policía no lo dejarían libre tan fácilmente.
No iban a asesinarlo, simplemente a torturarlo.
—Es... es ilegal...
—Mírame, Jung. Voy a disfrutar mucho esto. Llévelo, Inspector Yoo;
está todo listo en prisión.
Kihyun lo levantó, arrastrándolo con fuerza y sin preocuparse de evitarle
el paso junto al resto de sus compañeros. Veía como cada uno de los
oficiales lo observaba con odio y estuvo seguro que hasta con asco.
Pero eso daba igual ahora.
~•~•~
Aquella prisión lo había recibido tantas veces pero con posiciones
totalmente diferentes.
Terminó de cambiar su ropa y vio a Kihyun terminar su ingreso junto a
los guardias de aquella prisión.
Su rostro estaba pálido y sus manos temblaban, provocando que las
esposas produjeran un tintineo rítmico. Sentía náuseas y sudaba tan frío que
sabía que en cualquier momento se desmayaría.
—Yo me mantendría muy despierto si fuera tú, Jung.
Kihyun dijo amablemente; tanto... que Hoseok se estremeció. Yoo
Kihyun era una de las personas más impredecibles que pudiera conocer, y
su expresión calma disfrazaba perfectamente sus pensamientos más
peligrosos.
—Kihyun... Kihyun, por favor... van a matarme ahí dentro... no, van a
torturarme...
—Lo harán ¿No? —respondió con una sonrisa de suficiencia.
—Kihyun... por favor...
—Puede llevarlo, oficial.
—Sí, Señor.
Hoseok fue empujado hacia la puerta que lo separaba para siempre de su
libertad, pero fue detenido por Kihyun.
—Ah, olvidaba esto... —dijo mientras le entregaba un objeto ligeramente
acolchado. —No quiero que mi buen Jung Hoseok termine sin sus dientes...
o sin su lengua. Muerde fuerte, Hoseok.
Kihyun observó como Hoseok desaparecía de su vista antes de apoyarse
contra el muro y cubrir su rostro, ahogando el sollozo.
Habían sido muchos de sus compañeros los que ahora estaban muertos y
daba igual qué castigo recibiera, nada los devolvería a la vida.
46
Seokjin se miró en el espejo; su rostro aún inflamado y bajo su uniforme,
las vendas aún lo abrazaban. Su cuerpo dolía y tenía autorización para
ausentarse de la ceremonia, sin embargo no podía darse ese lujo. Porque
todos aquellos hombres se merecían todo su respeto y su dolor físico era
nada comparado a eso.
Yoongi se paró en el umbral de la habitación, observando con expresión
decaída a su, ahora, pareja. El mayor terminó de ordenar la chaqueta de su
uniforme y peinó con sus dedos el cabello que caía desordenado para de esa
forma, colocar su gorra y suspirar.
— ¿Seguro no quieres que te acompañe?
—No te preocupes; es algo que necesito hacer solo... por Jungkook.
El menor asintió, acercándose a Seokjin y apoyando su rostro en su
hombro.
—Se fuerte. Más aún—dijo en un susurro, sin hallar las palabras
correctas en un momento así.
—Volveré cuando termine. Creo que necesitaré un abrazo luego.
—Acá espero, Seokjin.
Yoongi rodeó con sus brazos a Seokjin, sabía que el mayor estaba
conteniendo la tristeza para poder apoyar a su amigo, pero en la privacidad
de aquel departamento no iba a soltarlo.
Iba a apoyarlo hasta que los recuerdos no fuesen más dolorosos y él
pudiese sentirse fuerte para sostener a Jungkook.
~•~•~
Cuando vio a Jungkook, sintió su pecho oprimirse. No había podido
hablarle y ahora era primera vez que se encontraban desde su propia
hospitalización.
El menor observaba el cielo, vistiendo su uniforme de manera impecable
y con sus brazos caídos a cada lado.
Su piel nívea con rastros de la golpiza que recibió por parte de Jimin y
sus ojos vacíos. Dolía verlo así, como si parte de él lo hubiese dejado. Había
preguntado lo principal y sólo con eso su corazón se había roto.
Que Jungkook fuera quien disparara aquella bala tenía una implicancia
distinta. Aquel disparo cambiaba para siempre la vida de su mejor amigo.
—Jungkook... —Seokjin dijo al acercarse, el menor parpadeó un par de
veces antes de reaccionar, como si no entendiera por qué estaba en ese lugar.
Cuando los brazos de Seokjin lo rodearon, sintió toda la angustia que
llevaba conteniendo estallar, las lágrimas cayendo por sus mejillas. Lo
necesitaba; necesitaba de alguien que estuviera con él en ese momento sino
perdería la poca cordura que le quedaba.
Se separó y limpió su rostro con cuidado de no presionar los golpes y le
sonrió con empatía. Porque Seokjin entendía perfectamente cómo se sentía,
no era la primera vez que el menor pasaba por algo así y tal como antes,
Seokjin estaría a su lado para acompañarlo.
Sus ojos vagaron hasta las manos de Jungkook y mordió su labio al ver
las dos argollas en su dedo. El menor notó esto y sonrió con tristeza, rodando
suavemente los dos anillos que ahora usaba.
Porque al menos así, seguían siendo sólo ellos.
— ¿Vamos? —Jungkook preguntó con su voz quebrada.
—Vamos.
Caminaron por aquel pequeño sendero hasta encontrar al resto de sus
compañeros. Ignoró las miradas de simpatía que le dirigieron, no quería
sentirse de esa forma otra vez.
Cuando el SuperIntendente se le acercó y palmeó su hombro, alzó su vista
luchando contra las lágrimas. No lloraría frente a su superior, no lloraría
porque debía ser valiente.
Tanto como él lo había sido.
—El Inspector Kim estaría orgulloso de su trabajo, Oficial Jeon —dijo
con voz firme, pese a que también era doloroso para él ver como la vida de
su oficial frente a él se fracturaba nuevamente.
—Sí, Señor.
—Y yo... lamento tanto la forma en que todo terminó.
Jungkook guardó silencio unos segundos, respirando profundo para
calmarse. —También yo, Señor.
—El Inspector Kim era un oficial de élite, verdaderamente el mejor en su
trabajo.
Jungkook pensó en aquello y sintió su labio temblar. —Lo era, Señor.
No necesitó más palabras; su jefe le indicó que ocupara su posición y se
dirigió a la propia. Jungkook se paró junto a Seokjin y escucharon en
silencio aquella ceremonia. Las fotografías de cada uno de sus compañeros
caídos, ordenadas una junta a otra; el último lugar que compartirían.
Tantas fotografías destrozaban a los presentes; demasiadas vidas
desperdiciadas sin un motivo y demasiadas familias destrozadas de una sola
vez.
Los honores parecían pocos para despedir a todas esas personas y
Jungkook realmente quiso llorar en ese momento.
Las despedidas nunca eran buenas... porque la persona que quedaba atrás
era quien se llevaba todo el peso.
Quienes se marchaban, se llevaban algo de los que permanecían y eso
quizá era lo peor de escuchar los sollozos de padres, hijos, hermanos o
viudas.
También tienes parte de mí, Tae...
La última salva en honor a los oficiales caídos lo hizo volver su atención
a la ceremonia, Seokjin lo observó unos segundos antes de tomar su mano
y acariciarla suavemente en forma de ánimo.
Incluso sabiendo que difícilmente Jungkook volvería a ser el mismo.
El menor cerró sus ojos, apretando el agarre en su mano antes de sonreírle
a Seokjin.
—Estoy bien. Es lo que él querría.
47
Cualquiera hubiese dicho que tres años eran suficientes; pero para
Jungkook parecía que el tiempo estaba detenido en ese momento.
Había dejado de soñar con aquel disparo y en un principio había sentido
culpa, pero lentamente todo le resultó más fácil de llevar.
Y pese al dolor, siguió viviendo como estaba seguro Taehyung querría.
Entró en la estación de policía y saludó a los oficiales, abriendo la oficina
con lentitud y mirando aquel escritorio.
Kihyun había dejado aquel puesto hacía algunos meses por su traslado
junto a Changkyun y ahora él era el encargado de dirigir aquel lugar.
Las miradas de sus oficiales ya no eran de lástima y más de alguno se
había acercado a felicitarlo personalmente. Porque Jungkook había
trabajado arduamente para llegar a ese lugar durante esos tres años.
—Toc toc.
— ¿Estás pidiendo entrar con un toc toc?
—Linda oficina, jefe.
—Pues... me recuerda mucho a él.
—Eso es algo bueno.
—No tengo ninguna fotografía de nosotros, eso me deprime.
Seokjin sonrió. —Entonces podemos poner una de nosotros dos.
Jungkook suspiró pesadamente antes de girarse hacia su amigo y
sonreírle.
—A Yoongi no le gustaría escuchar eso.
—Bah, no puede opinar de lo que tengo contigo, Jungkookie.
—Seguro...
— ¿Quieres que te acompañe hoy?
Jungkook negó lentamente, jugando con ambas argollas en su dedo,
como cada vez que sentía la necesidad de tenerlo cerca. Aquel detalle no
pasó desapercibido para Seokjin.
Lo admiraba, Jungkook superaba día a día el dolor y se mantenía en pie.
—Iré solo, me servirá para relajarme.
—Odio ese lugar...
—Yo... creo que lo hice parte de mi hogar.
Seokjin se acercó a Jungkook y lo despeinó suavemente con una sonrisa.
—Eres fuerte, Jungkook... estoy tan orgulloso de ser tu amigo. Y
Taehyung también lo estaría si pudiera verte.
—Espero que tus hombres en homicidios jamás vean este lado tuyo,
perderán el respeto en su superior.
—Sólo contigo, Jungkookie.
—Y Yoongi.
—Él... no lo trato precisamente como a ti.
Jungkook rió. —Desagradable.
—De todos modos, felicidades por tu puesto, Jefe Jeon.
Seokjin se despidió y dejó a Jungkook sólo en aquella oficina.
—Espero que estés orgulloso de mí, Tae.
~•~•~
Jungkook se sentó tranquilamente, arreglando las flores como cada vez
que debía cambiarlas.
Suspiró profundo antes de sonreír.
—Hoy tomé el cargo con el que te conocí... también tengo tu oficina,
aunque no es igual si tú no estás... ah, me llevé tu placa... no es una foto,
pero me recuerda mucho a ti también.
Mordió su labio unos segundos pensando en sus propias palabras.
—Miento... no necesito un objeto para recordarte... siempre pienso en ti,
Tae.
Cada día y cada noche pienso en ti... en nosotros. Tres años es tanto
tiempo... y yo sigo amándote.
Se reprimió de llorar; ya había hecho aquello lo suficiente y cada vez que
el dolor se volvía insoportable, simplemente rodaba aquellos anillos para
recordarse que pese a todo, se habían amado profundamente.
— ¿Otra vez aquí?
Se giró para contestar y asintió, como si la pregunta fuera algo obvia.
—Me gusta estar aquí.
Dijo suavemente, recibiendo una sonrisa.
—Supongo que... tiene sentido. Bueno, no interrumpiré.
Jungkook asintió para luego exhalar largamente, deslizando sus dedos
por su cabello.
—Han sido tres años muy, muy difíciles, Tae... cómo podría dejar de
visitarte si eres la razón por la que sigo adelante... tres años es demasiado
tiempo y tú... me haces tanta falta...
Sintió las lágrimas traicionarlo; hacía mucho que no lloraba en aquel
lugar e intentó limpiar la humedad de sus ojos.
—Tres años es demasiado tiempo, Tae... así que dime cuánto más vas a
seguir durmiendo, mi amor... porque realmente me haces mucha falta.
Acercó su silla y tomó su mano con cuidado; acariciando su piel y
mordiendo su labio al notar, como cada día, el cambio en su musculatura.
—La enfermera me dijo que estaba otra vez aquí, oficial.
—Sí, lo siento... sé que dijo que debería descansar pero... espero que él
me escuche, Doctor.
Vio el rostro de aquel doctor que había recibido a Taehyung ese día hace
tres años e intentó mantenerse firme.
—Su tomografía no muestra ningún cambio. La diferencia la hace el
respirador, Jungkook.
—Pero su cerebro sigue funcionando... mientras eso sea así yo... yo no
voy a desconectarlo.
—Te he visto cada día estos tres años y sólo puedo pedirte que no te
ilusiones. Que la bala haya atravesado sin duda fue de ayuda... no tiene un
objeto extraño en su cuerpo, pero el traumatismo fue grave. Incluso si
despertara, no puedo asegurarte en qué estado lo haría.30 Jungkook sonrió,
sin soltar la mano de Taehyung.
—Entiendo, gracias.
El doctor abandonó el cuarto y presionó su sien; tres años para estar en
ese estado era mucho, y le sorprendía que aquel chico en la cama no hubiese
sufrido ya alguna falla en su cuerpo.
Vio una última vez a Jungkook a través de la puerta y negó con su cabeza;
tres años sin perder la esperanza era algo admirable y pese a que su profesión
le impedía darle esperanzas en algo que claramente ya no estaba en manos
médicas, realmente quiso decirle que él despertaría.
—Te estás haciendo muy viejo...
Se dijo a sí mismo, dándose ánimo para alejarse de aquel cuarto antes de
que su deseo de entrar y asegurarle a aquel chico que el hombre que esperaba
despertaría y estaría todo bien le ganara.
48
—Mierda ¿Quieres dejar de apurarme?
—No, llevas más de media hora intentando amarrar la jodida corbata.
— ¿Por qué tengo que usar una corbata?
Seokjin bufó irritado. —Porque es una CEREMONIA en memoria de mis
compañeros.
—Pero iré y esperaré alejado...
—Aún así no irás con tu jodida chaqueta de cuero a pararte al memorial.
—Termine, oficial.
Yoongi dijo acercándose a Jin y besándolo suavemente en los labios
antea de salir del apartamento. El mayor rodó los ojos y lo siguió hasta el
estacionamiento.
—Debemos pasar por Jungkook al hospital.
— ¿Otra vez?
—Um...
— ¿Crees que despierte?
—Yo... quiero creer que sí... por Jungkook ¿Sabes?
Yoongi asintió; ninguno volvió a hablar en el camino al hospital y lo
único que hizo el menor fue descansar su mano en la nuca de Seokjin,
acariciando suavemente.
Jungkook esperaba en la entrada y saludo con una sonrisa a ambos antes
de entrar al asiento trasero.
— ¿Alguna novedad? —Seokjin preguntó luego de unos minutos y
Jungkook sacudió su cabeza con suavidad.
—Ninguna.
—Bueno... podemos seguir esperando.
Jungkook mordió su labio; desde que lo nombraran jefe de la estación
habían pasado ocho meses; estaban prontos a cumplir cuatro años y
Taehyung no tenía ningún cambio.
Lo rompía verlo así, con aquellas máquinas conectadas y viendo como
su cuerpo poco a poco iba perdiendo fuerza.
Presionó las argollas con fuerza y suspiró profundo.
—Voy a desconectarlo.
— ¿Qué?
Seokjin y Yoongi preguntaron al mismo tiempo, frenando el auto y
girándose a ver a Jungkook, quien sólo intentaba mantener su sonrisa pese
a que sus labios temblaban y sus ojos estaban cristalizados con lágrimas
contenidas. —Yo lo amo y eso no va a cambiar nunca; pero si sólo está
viviendo por las máquinas... él no querría eso. Si es una máquina lo que lo
mantiene a mi lado... no voy a ser tan egoísta para seguir manteniéndolo
conectado si él ya no está.
—Jungkook, no lo sabemos...
—Como lo amo... dejar que se vaya si es lo que su cuerpo quiere también
es una forma de demostrarlo...
—Tiene razón.
Yoongi dijo desmotivado; le debía mucho a Taehyung pero si Jungkook
quien era la persona más cercana a él decidía que dejarlo descansar era lo
mejor, no podía juzgarlo.
—Vamos ¿Sí?
—Ya...
~•~•~
Jungkook se quedó al final; la ceremonia estaba por terminar y venía
aquella parte que le partía el alma cada año.
Escuchar que pedían por Taehyung era doloroso y le recordaba que pese
a estar, distaba mucho de ser una presencia tangible a su lado.
Se levantó de su lugar y se alejó, pasando junto a Seokjin y palmeando
su hombro.
—Dile a Jin que fui al hospital.
—Tú... ¿Realmente vas a desconectarlo?
—Lo haré.
—Quizá no es algo que esperas oír de mí... pero no es tu culpa. No había
algo más que hacer y... ya has soportado mucho también.
Jungkook sonrió cansado. —Gracias, avísale a Seokjin por mí.
Al llegar al hospital, sonrió al ver a Taehyung nuevamente. Se acercó a
su cuerpo y acarició su frente, despejándola de su cabello y deslizando sus
dedos suavemente por la pequeña cicatriz que adornaba su cabeza.
Acercó sus labios y besó con cuidado de no recargar su peso sobre su
cuerpo frágil y se mantuvo así por largos minutos.
— ¿No vas a volver a mí, cierto?
Preguntó dejando que toda la tristeza que contuvo por años lo abrumara
y perdiendo toda la esperanza que lo ayuda a seguir adelante.
—Mi Taehyung... no quieres despertar ¿Verdad?... Yo sólo... quería
escucharte pronunciar mi nombre una vez más. Dios, te amo tanto aún.
— ¿Otra vez acá?
—Doctor...
— ¿Pensaste lo que hablamos esta mañana?
Jungkook limpió sus lágrimas antes de asentir. —Voy a desconectarlo...
si él quiere despertar... va a hacerlo sin ese respirador y si no es así... voy a
dejar que descanse.
— ¿Vas a despedirte?
—No... hasta que su corazón deje de latir no pienso despedirme de él.
—Entiendo... puedes estar con él un momento, llamaré a las enfermeras
para que desconectemos el respirador.
El doctor lo dejó por unos minutos y Jungkook se dedicó a acariciar el
rostro de Taehyung.
Se tensó cuando el grupo de enfermeras y el doctor a cargo de su caso
volvieron a entrar al cuarto.
Besó una última vez la frente de Taehyung. —Estoy aquí, amor... tanto
si vuelves como si decides irte.
Se apoyó contra la pared contraria a la cama y cerró sus ojos,
agradeciendo que no lo sacaran del cuarto; tantos años en ese lugar le
permitían ciertos permisos.
—Acá vamos.
Escuchó al doctor murmurar y sus dedos se cerraron automáticamente en
las argollas.
El sonido del respirador apagándose hizo que su corazón se acelerara y
sus sentidoa se centraron en aquel pitido constante que acompañaban sus
signos vitales.
No mueras...
No mueras...
Dios... por favor respira por tu cuenta...
Por favor, Tae...
Respira...
—Es un hombre realmente fuerte, Jungkook.
Abrió sus ojos y soltó el aire que contenía. —Yo... puedo creer que él va
a despertar ¿cierto?
El doctor sonrió. —Un paso a la vez, ahora sabemos que puede sostenerse
sin máquinas. Eso es algo bueno.
—Lo es... gracias.
~•~•~
Jungkook entró en la habitación de Tae una vez más como cada día; le
sonrió y besó suavemente sus labios.
Tenerlo sin todas esas mangueras lo alegraba incluso luego de dos meses
luego de haberlo desconectado del respirador.
—Hey, amor... supongo que dormir de esa forma debe ser relajante... Yo
hace mucho que no duermo bien... siempre apareces en mis sueños ¿Sabes?
El doctor dijo que tus exámenes siguen saliendo bien... sólo debes abrir tus
ojos.
Se hizo espacio con cuidado a su lado y cerró sus ojos, recostándose con
cuidado y tomando su mano.
Su pulgar se deslizaba lentamente por el dorso de su delgada mano y su
nariz acarició suavemente su cuello.
—Te amo Tae. Seguimos siendo tú y yo, siempre.
Cerró sus ojos y depositó un casto beso sobre su cuello; el único momento
en que lograba descansar era cuando lo visitaba.
Se acomodó para dormir junto a él cuando sintió la suave presión en su
mano. No era la primera vez y el doctor le había explicado tantas veces que
aquellos espasmos musculares eran normales que ya no dejaba que la
emoción lo embargara.
Pero esta vez fue distinto.
La presión se hizo constante y los dedos que mantenía entrelazados se
cerraron suavemente para completar el agarre. Se levantó sobresaltado y con
su corazón latiendo a mil.
—Tae... ¿Estás escuchándome amor?
Intentó separar su mano pero los finos dedos que sostenía se lo
impidieron. Jungkook jadeó y buscó a su alrededor hasta encontrar el botón
que llamaba a las enfermeras, presionándolo insistentemente.
Los ojos de Tae se abrieron lentamente, sus pestañas barrieron con
suavidad y lo vio parpadear con calma antes de que sus ojos se
acostumbraran.
—Mi amor... Dios... ¿Estás conmigo, verdad?
Vio los ojos de Tae fijarse en su rostro y las lágrimas resbalar de sus ojos,
su mano apretándose sin fuerza y sus labios intentando emitir alguna palabra
que moría sin sentido. El miedo en los ojos de Tae fue claro ante esto,
incapaz de expresar lo que en ese momento deseaba, pero Jungkook
simplemente lo abrazó con cuidado, soltando su mano y envolviendo el
cuerpo de Taehyung para tranquilizarlo.
—No te asustes, estoy acá... Taehyung, estoy acá... no tengas miedo,
sólo... Dios, te amo tanto... te amo tanto, Tae... no voy a soltarte, así que no
tengas miedo.
49
Jungkook salió de la estación y subió a su auto con prisa, pasando de
largo a Seokjin y manejando con rapidez hasta el hospital.
Llegó hasta el ala de rehabilitación y saludó amablemente al personal
antes de ubicar al castaño que observaba con el ceño fruncido los objetos en
la mesa. Se mantuvo observándolo a lo lejos y una sonrisa se formó en su
rostro al notar cómo la frustración en Taehyung iba aumentando.
—Avanza rápido, sólo tiene que aprender a tolerar.
— ¿Qué es lo que hace?
—Escribir, pero se esta sobre esforzando.
El doctor dijo pensativo, pero Jungkook no dejó de sonreír.
—Él es fuerte, va a poder hacerlo.
—En sólo tres meses ha hecho grandes avances, creo que es porque te
tiene a su lado. Que pueda hablar es increíble incluso si no recuerda
palabras.
— ¿Y su rehabilitación física?
—Mejora; sus piernas pueden sostenerlo por lapsos de tiempo
razonables; aunque tiene algo de debilidad en la parte de su cuerpo que está
controlada con el hemisferio dañado; no es gran cosa... fue afortunado.
— ¿Puedo ir?
—Sí, ha trabajado duro, dile que descanse.
Jungkook se acercó con cuidado de no interrumpir la lucha de Taehyung
con aquel lápiz y se inclinó tras él, tomando su mano y trazando suavemente
sobre la hoja con líneas sin sentido que Tae tenía en frente.
—Así, amor. Movimientos suaves.
—No puedo—. Tae dijo arrastrando algo las palabras y cerrando sus ojos
con fuerza, notoriamente frustrado.
—No digas eso, estamos juntos ¿Recuerdas? Te ayudaré.
Tae vio a Jungkook tomar la silla a su lado y acercarla; los ojos del
castaño siguieron los movimientos del menor en silencio y observó casi
hipnotizado cómo Jungkook escribía palabras simples y luego sus nombres.
—Kim Taehyung ¿Ves? —dijo dándole el lápiz a Tae una vez más para
esperar que lo imitara. —Ahora tú.
El castaño tomó el lápiz, escribiendo su nombre lentamente. Sus trazos
no eran limpios pero su expresión se iluminó al terminar; miró a Jungkook
y sonrió ampliamente, orgulloso del pequeño logro que lo acercaba cada vez
más a lo que alguna vez fue.
El menor acarició su mejilla, suspirando aliviado al ver que la frustración
abandonaba rápidamente a Tae.
Taehyung estaba mucho más compuesto, su cuerpo de a poco iba
aumentando la musculatura perdida por los años de haber estado postrado y
su rostro sólo mostraba una parálisis mínima que sólo era notoria con
algunos gestos.
Pero nada de eso le importaba, su Taehyung estaba junto a él y nada podía
superar aquella sensación.
—El doctor dijo que estás mejorando, Tae ¿No te hace feliz saberlo?
—Me hace... muy feliz.
—Eso es... estoy muy, muy orgulloso de ti, mi amor.
Taehyung estiró su mano y acarició el rostro de Jungkook; había cosas
que recordaba a medias y otras que derechamente había olvidado.
Mantenía citas periódicas con distintos terapeutas que lo ayudaban en
cada habilidad que debido al impacto en su cabeza se vio afectada pero la
visita más importante era la que recibía del menor.
Había olvidado algunas cosas, pero jamás el rostro de la persona frente a
él.
Tampoco la forma en que se sentía simplemente teniéndolo a su lado.
Y quizá había soñado largamente, pero Taehyung estaba seguro de
haberlo escuchado muchas veces; tantas que en más de una ocasión deseó
poder decirle que estaba todo bien. Pero el sueño siempre era más pesado...
y la voz de Jungkook se perdía cada vez.
Incluso ahora, cada vez que veía a Jungkook frente a él, temía estar
pasando por alguna clase de sueño.
—Estoy aquí, Tae— dijo tomando su mano y besando suavemente sus
dedos; no necesitaba que el castaño le explicara, en sus ojos veía su miedo
y como cada vez que eso sucedía, lo tranquilizaba a base de caricias y
palabras de afecto. — ¿Ves? Estoy acá.
—Quiero ir a casa... contigo.
Le sorprendió aquello, pero el rostro de Taehyung se veía decidido. Había
esperado porque fuera él mismo quien quisiera volver a su vida, sin forzarlo
a nada, y ahora el castaño le pedía aquello que añoró por años.
—Hablaremos con el doctor, también te extraño en casa.
~•~•~
—Tae ¿Qué haces?
Jungkook llamó desde la sala, dejando de cocinar para caminar hasta el
cuarto al no recibir respuesta.
Sonrió al ver a Taehyung observarse en el espejo y recordó cada vez que
el castaño hizo aquello veces antes.
—Lo siento, me entretuve.
— ¿Pasó algo?
—Mi cuerpo cambió.
—Estuviste mucho tiempo dormido, Tae. Es normal. Lo importante es
que ya puedes caminar, hablar y escribir.
Taehyung rió ante esto. —Sigo escribiendo horrible.
El menor se acercó a Tae y lo sostuvo por su cintura, presionando su
frente en la de Tae.
—Escribes igual de horrible que antes del accidente, Tae.
—Idiota.
—Me gustaba más cuando no recordabas esas palabras...
Taehyung cruzó sus brazos alrededor del cuello del menor y acercó sus
labios a los de Jungkook. Presionó suavemente, con algo de torpeza y
dejando llevar más por el recuerdo físico de aquel acto.
Jungkook se separó cuando Tae mordió suavemente su labio inferior.
—No sé si debamos, Tae. Quizá deberíamos esperar a tu próxima cita
con el doctor... preguntar y... Tae...
Cerró sus ojos y ahogó el gemido cuando Tae volvió a besarlo, esta vez
con algo más de urgencia. Y su cuerpo reaccionaba tan rápido que se volvía
imposible negarse.
Tomó su cuerpo y lo guió a la cama, recostándolo con cuidado sin dejar
de besarlo. Lo observó una última vez, acariciando el contorno de su cuerpo
como si cualquier roce pudiese romperlo.
— ¿Seguro?
—Seguro.
Jungkook asintió, besando su cuello y succionando suavemente;
escuchaba los suaves gemidos del castaño llenar la habitación y besó cada
parte de piel, acariciándolo en el proceso.
Sus cuerpos quedaron libres de toda ropa y la fricción hizo que su cuerpo
se estremeciera. Demasiados años ansiándolo junto a él y su mente perdía
cada pensamiento lógico.
Se separó y buscó en el cajón de su mesa de noche hasta que encontró la
botella de lubricante, dejando caer un poco en sus dedos y rozando
suavemente la entrada de Tae, presionando con cuidado sin perder cada
detalle de sus expresiones.
Sintió dolor y sus manos se sostuvieron con fuerza del cuerpo de
Jungkook, cerrando sus ojos y dejándose llevar por los movimientos que el
menor realizaba dentro de su cuerpo. Gimió con fuerza cuando presionó
contra su próstata, extasiado por aquellas sensaciones que bombardeaban su
cuerpo.
Se sentía como algo nuevo pero a la vez su piel recordaba cada roce;
mordió su labio para evitar gemir pero Jungkook volvió a besarlo, moviendo
su lengua con lentitud dentro de su boca.
Gimió en protesta cuando los dedos de Jungkook abandonaron su cuerpo
y el menor sonrió contra sus labios ante esto.
—Dios... te he extrañado tanto, Tae... eres perfecto...
— ¿Vas a parar? —susurró algo confundido, alzando sus caderas para
buscar contacto con el cuerpo de Jungkook.
El menor negó con la cabeza, aplicando algo de lubricante en su mano y
moviéndola un par de veces por toda su erección antes de ubicarse contra
Tae, moviéndose para hundirse lentamente en el interior de Tae.
Taehyung mordió su labio para ahogar el gemido de dolor pero extasiado
de volver a sentirse uno con Jungkook. Alzó sus caderas para ayudarlo hasta
que estuvieron completamente unidos. Enredó sus piernas alrededor de
Jungkook y comenzaron con aquel ritmo suave y constante; en ningún
momento alejó su mirada de los ojos del castaño.
—Te amo... te amo Tae... —gimió sin dejar de moverse, apoyando su
peso en uno de sus brazos para llevar el otro al miembro desatendido de
Taehyung. Masturbándolo al mismo ritmo de sus penetraciones.
Tae sintió su cuerpo arder y entre gemidos, recibió sobre su piel sus
propios fluidos, sintiendo espasmos en su cuerpo que hicieron que Jungkook
lo siguiera rápidamente en su orgasmo.
Se separó del mayor, caminando al baño y llevando una toalla para
limpiar su cuerpo antes de acostarse a su lado, abrazándolo con fuerza y
besándolo.
—Jungkook... te amo —cerró sus ojos y se apegó aún más al menor,
enredando sus piernas y dejando que Jungkook acariciara su cabello con
suavidad. —Tú y yo, siempre.
Jungkook se detuvo al escucharlo y fue incapaz de contener el sollozo.
Tae no supo muy bien por qué dijo aquello, pero lo había sentido necesario;
como si hubiese tenido aquellas palabras guardadas.
—Sólo tú y yo, Tae.
50
—Se ve bien, Inspector Kim.
Seokjin dijo bebiendo su cerveza; su mano entrelazada con la de Yoongi
mientras observaban a Tae fruncir el ceño unos segundos antes de levantar
el tenedor.
—No tan bien como debería, creo.
—Tae, no digas eso. El doctor nos dijo que tomará un largo tiempo, no
te frustres.
Jungkook golpeó con uno de sus dedos entre las cejas de Tae, suavizando
la pequeña arruga que se formó. Yoongi suspiró al observarlo.
—En verdad pensé que habrías quedado idiota o algo así, estoy
sorprendido.
—Mierda, Yoongi... —Seokjin negó con su cabeza, avergonzado.
Jungkook abrió boca sorprendido y Taehyung parpadeara antes de reír
por las palabras de Yoongi.
—Quedé idiota, Yoongi. Sólo... lo oculto bien. Por esa razón ya no soy
policía.
—Controla al imbécil, Seokjin... Y amor, no quedaste idiota, recibiste un
disparo en tu cabeza... es normal.
Taehyung miró a Jungkook y pudo ver la culpa en sus ojos. No pasó
desapercibido para ninguno de los presentes; pese a que el menor llevaba
desde que Taehyung despertara en terapia para alejar la culpa.
El castaño suspiró y volvió su atención hacia Seokjin y Yoongi.
— ¿Así que esperabas que babeara o algo así?
—Pues sí.
Jungkook se levantó y Seokjin lo siguió, no sin antes golpear la cabeza
de Yoongi en forma de regaño por sus palabras.
—Pero... me alegro mucho de que me haya equivocado, Taehyung.
—Y yo.
—Él no está bien ¿No?
—No, no lo está. Pero espero que pueda entenderlo algún día.
— ¿Y si no lo hace?
—Lo hará, es un hombre inteligente.
—Esperó cuatro años por ti, no sé qué tan inteligente es eso.
Taehyung rió. —Lo sé.
~•~•~
—Jungkook.
Tae se acercó al sofá luego de despedir a Seokjin y Yoongi. El menor lo
tomó por la cintura, sentándolo en su regazo; Taehyung sonrió, acariciando
su cabello suavemente.
—Es increíble que creas que es tu culpa.
—Yo disparé.
—Fue una orden, Jungkook.
—Pudimos... buscar otra forma. Arruiné tu carrera también.
Taehyung exhaló; una de las pocas cosas que recordaba perfectamente,
era a Jungkook apuntándolos y la tranquilidad de saber que ya no volverían
a lastimarlo.
—Jungkook; no es tu culpa... y tampoco necesito mi carrera si te tengo
conmigo.
—Taehyung, lo siento... lo siento tanto y nunca voy a dejar de
arrepentirme.
—No, Jungkook. Si tuviera que repetir ese momento, daría la misma
orden... y puede que no recuerde todo, pero no tuve miedo. No tuve miedo
porque sabía que estarías bien.
Sintió las lágrimas mojar su pecho y las manos de Jungkook presionar
con fuerza su cintura. Era primera vez que Jungkook se quebraba de esa
forma desde que habían vuelto a retomar su relación. Estaba seguro de que
había llorado muchas veces, pero nunca de esta forma.
—No es tu culpa, Jungkook.
~•~•~
Jungkook escuchaba atentamente a su Superior hablar con Taehyung.
Había tenido que informar pero pospuso aquel encuentro hasta que la
mente de Taehyung pudiese soportarlo. Después de todo, algunos recuerdos
seguían siendo difusos para el castaño.
—Inspector Kim... no, Taehyung. Me alegro en verdad verte recuperado.
—Gracias, Señor. Pese a que es algo fácil, no recuerdo mucho de ese día.
—No puede evitarse... —dijo levantándose, dando por terminada aquella
visita. —Siga haciendo un buen trabajo, Inspector Jeon.
—Sí, Señor.
Cuando se encontraron solos, Taehyung respiró profundamente, como si
hubiese estado demasiado tenso durante aquella charla.
Jungkook sonrió, rodeando su escritorio y levantando a Tae de aquella
silla, rodeando su cintura y hundiendo su rostro en la curva de su cuello.
Sus manos lo abrazaron con fuerza y Taehyung se hundió en aquel agarre,
dejando que su respiración se igualara con la de Jungkook para relajarse.
—Está bien si no recuerdas, Tae. Es mejor así.
Y Jungkook realmente lo creía; porque saber que muchos de sus hombres
habían fallecido era una cosa, pero recordar haber estado ahí podía hacer
toda una diferencia. Aquel disparo se había llevado habilidades y recuerdos
importantes, pero el menor podía llevar aquel dolor por ambos.
Mientras siguieran juntos iba a hacer todo porque la vida de Tae fuera
tranquila, se lo debía.
—Es mejor que vuelva, no quiero interrumpirte.
—Lamento no poder llevarte.
Tae rió. —No soy un niño, no abuses, Jeon.
Jungkook se separó y lo observó por unos segundos antes de sonreírle.
La personalidad de Taehyung también volvía poco a poco y aunque el
castaño no notaba aquello, para Jungkook eran pequeños detalles que le iban
quitando el peso de sus hombros.
— ¿Qué?
—Nada, bebé. Todo está bien.
Taehyung frunció el ceño ante aquel apodo y ladeó su cabeza confundido.
—No me digas así.
— ¿No te gusta? —preguntó divertido, a pesar de que sólo lo había dicho
para ver qué tanto del antiguo Taehyung salía a flote.
—Técnicamente, sigo siendo tu superior... y suena más a algo que yo te
diría.
—Nunca más, Señor.
Taehyung rió antes de plantar un beso en sus labios.
—Por cierto, Jeon.
— ¿Hmn?
—Pensé en esto y quizá tienes tus razones... las cuales no comparto,
pero... tienes algo que me pertenece, bebé, y me gustaría tenerlo de vuelta.
Taehyung se separó unos centímetros, tomando su mano y alzándola a la
altura de su rostro, deslizando sus dedos por las argollas sin quitar sus ojos
de los del menor.
Jungkook liberó su agarre y sacó una de las argollas, tomando la mano
de Taehyung, deslizando la argolla por su dedo. Quedaba ligeramente
holgada pero su corazón latió violentamente contra su pecho.
Vio el rostro de Tae iluminarse al ver aquel anillo en su lugar y
simplemente besó su frente con cuidado.
Porque daba igual cuánto tiempo pasara, cuántos problemas pasaron para
estar en este momento, por él hubiese esperado toda la vida.
Epílogo
Taehyung acariciaba lentamente el lóbulo de Jungkook mientras el menor
conducía sin decir palabras. De vez en cuando, Jungkook lo observaba de
soslayo y sonreía al ver al castaño totalmente relajado a su lado, con sus
ojos cerrados y totalmente concentrado en las caricias que le regalaba.
—Llegamos.
—De acuerdo.
Taehyung asintió, bajando del auto y esperando que Jungkook lo
siguiera, para luego entrelazar sus dedos y sonreírle, animándolo a seguir.
En su mano libre, sostenía con cuidado el ramo de flores.
Frunció el ceño al ver la placa maltratada, totalmente abandonada por
algo más de cinco años. No pudo evitar sentirse triste ante esto.
—Hey —. Tae dijo tocando suavemente la placa, respirando un par de
veces antes de sonreír honestamente. —Lamento no haber venido antes,
estuve un poco... ocupado.
Jungkook observó a Taehyung, sus facciones tan relajadas que le
sorprendió un poco.
—Yo no te odio, Jimin. Jamás lo hice en verdad, sólo tenía tanta rabia...
porque eras mi hermano. Lamento que haya terminado todo así... te
perdono, Jimin... y espero que tú hayas podido perdonarme si alguna vez
hice que te sintieras menos.
Jungkook se acercó, tomando la mano de Taehyung y acariciándola
suavemente. No había querido acercarse a ese lugar hasta que Taehyung
decidiera que era lo correcto y ahora podía decir, honestamente, que se
sentía tranquilo con todo lo ocurrido.
Ya no había odio ni miedos y estaba seguro de que para Taehyung era
igual.
—Gracias, Jimin —susurró sorprendiendo al castaño, que lo miró
confundido. —Gracias por traer a mi vida a la persona que amo... de la
forma que haya sido, yo te agradezco... y te perdono.
Salieron de aquel lugar y Jungkook no soltó su mano en ningún momento,
pero Tae se detuvo antes de llegar al auto. Besando suavemente sus labios,
extendiendo lo más posible aquel beso donde depositaba todas sus
emociones.
—Por fin se acabó, Jungkook.
—Y no puede ser mejor de lo que ya es.

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