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By:Thalia
Shattered
—No, debes disculparte por hacer que yo te amara... aún sabiendo quién eres.
JJKHxlic
By: thalia
DISCLAIMER
— ¿Dónde estás?
—Dongjak-gu
Mierda, Jin... estás cometiendo un error.
—Quédate ahí, en veinte estoy.
~•~•~
Yoongi apoyó su cabeza contra el pilar de concreto, hacía un frío de los
mil demonios y estar abrazándose no lo ayudaba.
¿Ya habían pasado más de veinte minutos? No estaba seguro y el teléfono
ahora yacía destrozado a sus pies. Esperaba que Seokjin realmente
apareciera.
El sonido del motor lo hizo alzar su cabeza, se tensó un momento hasta
que reconoció el uniforme de Seokjin conforme se acercaba a él.
Seokjin arqueó una ceja al ver a Yoongi sentado contra aquel poste de
luz, lo vio medio sonreírle y sintió la frustración apoderarse de él.
— ¿Me llamaste para llevar tu cuerpo borracho a algún lado?
—No estoy ebrio, oficial.
—Difícil creerte si estás en el suelo.
Yoongi rió amargamente, deseando poder levantarse por su cuenta para
demostrarle a Seokjin que no estaba ebrio, pero su cuerpo dolía demasiado.
— ¿Me ayudas?
Seokjin suspiró, tomando el brazo de Yoongi y tirando de él. Lo escuchó
contener un gemido de dolor cuando lo enderezó, pero su expresión estaba
en blanco, como si no hubiese sucedido en verdad.
—Hey ¿Estás bien?
—Ah... sí, todo bien.
Yoongi se liberó de su agarre y caminó hasta el auto, entrando sin esperar
al asiento del copiloto y apoyando su cabeza contra el respaldo. Respiró un
par de veces, intentando contener el dolor; Jin entró y encendió el auto,
mirándolo de soslayo unos segundos.
— ¿Dónde vives?
— ¡No! —gritó sobresaltando a Jin, su rostro enrojeció de enojo y sus
manos se empuñaron con fuerza. —Yo no... no puedo volver ahí, oficial...
no hoy.
—Oye...
—Si quieres déjame encerrado en una de tus celdas, pero no... no me
dejes donde puedan encontrarme.
La boca de Jin se abrió pero ninguna palabra salió de ella; suspiró con
pesadez antes de comenzar a manejar en silencio. Aquello había sido
extraño... y no es que todo lo que se relacionaba a Min Yoongi fuera un
paseo por el campo, pero su reacción lo hizo estremecer.
Estaba enojado, más que eso... pero también horriblemente asustado.
Conducir en silencio tampoco fue algo cómodo, pero tampoco tenía ganas
de encender la radio, se sentía demasiado estúpido intentando cubrir la
tensión de una forma tan vana.
Cuando por fin detuvo el auto, vio la confusión en el rostro de Yoongi y
no pudo evitar reír ante esto.
—Vamos.
— ¿Dónde estamos?
—Ah... mi departamento. No voy a encerrarte en una celda si no has
hecho algo malo.
—Dijiste que sospechabas de mí.
Jin asintió. —Pero no tengo pruebas, así que... tu derecho como
ciudadano es la presunción de inocencia.
—Gracias, supongo.
Seokjin salió del auto, esperando porque Yoongi lo imitara antes de
activar la alarma.
Subieron en silencio, pero los pensamientos de Jin seguían enredándose.
¿De qué escapaba Yoongi?
No parecía una persona débil y de hecho su personalidad era
avasalladora, pero aquí estaba... parado en el centro de su sala, observándolo
con dudas. Su deber como policía era protegerlo... era sólo aquello...
¿Esto es lo correcto, verdad?
24
No iba a negar aquello incluso si había sido él quien le pidiera ayuda. Los
ojos de Yoongi inspeccionaron el lugar lentamente. El departamento no era
muy espacioso, pero estaba elegantemente decorado, por alguna razón,
ahora le calzaba esa personalidad estructurada del oficial que lo observaba
de brazos cruzados contra la pared.
—Lindo lugar —murmuró intentando evitar preguntas. Lo que menos
quería era hablar de lo sucedido, en realidad, ni siquiera entendía por qué su
mente había visualizado al oficial Kim cuando por fin pudo escapar de esa
golpiza. —Dormiré en el sofá, sólo necesitaba un techo.
Sin embargó, ahí estaba Seokjin paseando sus ojos por su figura, con su
ceño fruncido y cabeza ladeada. Ahora, bajo la luz artificial de su
departamento, se daba cuenta de que la ropa de Yoongi estaba totalmente
sucia, como si se hubiese arrastrado por la tierra durante mucho tiempo.
—Ve a ducharte, te prestaré algo de ropa y puedes usar el cuarto de
invitados.
Yoongi dudó unos segundos ante la oferta, pero cedió. —Gracias... eh...
dónde...
—Primera puerta a la izquierda el baño, última puerta a la derecha el
cuarto.
Yoongi asintió, pasando junto a Seokjin sin darle una mirada y siguiendo
sus instrucciones. Sin preocuparse de cerrar la puerta tras él, observó el
lugar, agradeció que las toallas estuvieran ordenadas en un lugar visible, así
se ahorraría tener que entablar una conversación con aquel oficial; comenzó
a desvestirse con cuidado. Una mueca de dolor cruzó su rostro cuando alzó
sus brazos para deshacerse de la camiseta, por lo que se detuvo a la mitad,
respirando pausadamente para controlar el dolor.
Seokjin tomó ropa que esperó le quedara. Yoongi era ligeramente más
bajo pero su contextura no distaba mucho de la propia, quizá era un poco
más delgado pero la ropa al menos serviría para salir del apuro.
—Aquí va mi par de bóxer nuevos...
Exhaló para dirigirse al baño; el agua estaba corriendo así que empujó la
puerta con cuidado, tampoco quería asustarlo o algo así, sin embargo fue él
mismo el sorprendido ante la imagen; empujó con fuerza la puerta, entrando
sin importarle la confusión en aquel chico.
— ¿Y eso?
—No sé de qué hablas —respondió aún sosteniendo la camiseta entre sus
dedos, pero ahora con algo de fuerza.
— ¿No? —Jin caminó hacia él, tirando su brazo. —Hablo de esto. Tienes
el cuerpo lleno de golpes y rasguños.
—Uh... me gusta el sexo duro —dijo en tono de burla.
— ¿Cómo mierda te hiciste eso? Más bien... ¿Quién mierda te hizo eso?
Yoongi se zafó. —No creo que eso sea de su incumbencia, oficial Kim.
— ¿Tengo que hacer como que no vi una mierda mientras tú me pides
que vaya por ti y me ruegas que no te devuelva a tu casa?
—En serio necesito un baño, voy a hacerlo contigo aquí si no te largas,
no me molesta—. Seokjin se mantuvo en su lugar, demasiado molesto como
para entender. —Bien, como quieras.
Yoongi terminó de desvestirse, ignorando por completo a Seokjin. El
castaño reaccionó ante esto, desviando la mirada por unos segundos y
soltando un bufido de irritación.
—La próxima vez no me llames a mí, Min Yoongi.
Estuvo seguro de oír la voz de Yoongi mezclarse con el sonido del agua
cayendo, pero le restó importancia. Sacó una botella de cerveza y se tiró en
su sofá, bebiendo lentamente. No entendía como podía mantenerse en pie
con esos golpes y recordó el momento en que lo levantó del suelo; Yoongi
había sentido dolor pero se mantuvo como si nada. Le habían dado la paliza
de su vida y ahí estaba él, actuando como un imbécil e intentando rehuir del
tema.
Cuando escuchó los pasos de Yoongi llegar a su lado, guardó silencio;
incluso cuando ocupó el lugar a su lado en el sofá, quitándole la botella de
su mano y bebiendo con demasiada confianza. Seokjin arqueó una ceja sin
esconder su molestia.
— ¿Vas a decirme quién mierda te hizo eso?
— ¿Por qué te importa? Mañana me largaré de aquí y seguirá todo igual.
—Si me dijeras qué es lo que está sucediendo podría ayudarte, Yoongi.
—Viste cómo me dejaron... y ves también que son lo suficientemente
inteligentes para no tocar mi rostro ¿Sabes la razón?
—Porque te necesitan... y te necesitan aparentemente bien.
Yoongi rió. —Aparentemente.
—No entiendo... te niegas a hablar pero me pides ayuda... estás usando
mi posición para esconderte y no me entregas nada a cambio. No puedo
protegerte si no sé de qué exactamente debo hacerlo.
—No tienes que protegerme.
—Mierda, Yoongi... por qué no hablas claro. No quiero llegar un día a
una escena y descubrir que por tus secretos terminaste en una de mis
investigaciones como víctima.
—Trabajas en homicidios, oficial Kim. No van a matarme.
Seokjin guardó silencio, su mandíbula se sentía tensa y no pudo evitar
mover su cuello para liberar tensión, sintiendo el crujido.
—Yo no soy como ellos, oficial Kim. Y sí, quizá me guste divertirme y
haya probado más de una vez sus mercancías, pero no soy uno de ellos... no
me interesa serlo... pero tengo algo que Chang Wook necesita y se está
esforzando mucho en conseguirlo ¿Sabes? Esto que me hicieron fue
simplemente un saludo.
— ¿Qué es lo que busca Ji?
—Expansión.
— ¿Quiere expandirse? mira, dijiste que soy de homicidios ¿No? No es
conmigo con quien deberías hablar... mañana iremos con Jeon... no, hablarás
directamente con el Inspector Kim y podremos protegerte, no tienes que
llamarme en mitad de la noche ni tendrás que temer ir a casa.
—Te dije que no necesito protección, necesitaba un techo.
— ¿Y si la próxima vez deciden que en verdad no vale la pena
simplemente un saludo?
—Escucha, oficial Kim... Mi padre tenía negocios con ellos porque
tenemos propiedades, muchas propiedades inclusive un lugar en el puerto.
— ¿El puerto? Hijo de puta... eso sería perder por completo... si sale de
Seúl estamos en punto muerto, jamás lo encontraríamos.
—Pero necesitan mi autorización y mi jodida firma para todo lo que se
relacione con las propiedades de mi padre.
Seokjin abrió sus ojos sorprendido al entender. —No se las diste.
—No soy como ellos, te lo dije... mi padre quería detenerse también, pero
ese imbécil iba una y otra vez con sus mensajes... yo no creí que fuera a
hacerlo—. Yoongi sostenía aun la botella, deslizando nerviosamente sus
dedos por el cristal. — ¿Sabes lo peor de todo esto? Que Chang Wook sabe
que va por delante de ustedes, es decir... con ese imbécil haciendo el trabajo
sucio... los conoce más que cualquiera, jamás van a encontrarlo y cuando
alguien se interpone, él hace el trabajo por el que le pagan y se deshace de
ellos como si fuese un juego.
— ¿Qué? —Seokjin preguntó confundido. — ¿Tú sabes quién asesinó a
tu padre? ¿Has estado ocultando esa información? Si pudiésemos dar con
ese sujeto...
—No hay que ser un genio para saberlo, oficial. Park Jimin se volvió
indispensable para Ji, tener a alguien que conoce toda su investigación fue
lo mejor que pudo pasarle, no sólo trabajó con ustedes sino que tenía acceso
directo a todo gracias a al sujeto de la fotografía... es increíble que pudiera
esconder tanto tiempo que era un maldito psicópata. Ahora están
apresurando todo porque lo descubrieron... por eso me están presionando,
quieren salir de Seúl.
Yoongi arqueó una ceja al ver a Seokjin palidecer; el castaño se levantó
de su lugar y caminó de un lado a otro en la sala. Sus manos se deslizaban
de forma nerviosa por su cabello y una sonrisa llena de amargura curvó sus
labios.
— ¿Oficial?
— ¿Estás jugando conmigo, no?
— ¿Qué?
—Park Jimin... está muerto, Yoongi. No es divertido que...—vio la
expresión de Yoongi endurecerse. —No tienes derecho a bromear con algo
así, Jungkook... ha pasado por tanto, no es justo.
— ¿Por qué bromearía con algo así?
— ¡No sé! Para confundirme, para inmiscuirte en el maldito caso... quizá
hasta tú mismo te lastimaste de esa forma para hacerlo más creíble; deja de
mentir...
Yoongi se levantó molesto, lanzando la botella al suelo sin importarle
que explotara y que los vidrios saltaran cerca de sus pies desnudos; caminó
hasta Jin y se quitó la camiseta con violencia.
— ¿Yo me hice esto? ¡Mírame! ¿Crees que fui tan estúpido como para
hacerme esto?
Jin tragó saliva con dificultad, de cerca cada golpe se veía mucho peor,
cada hematoma resaltaba horriblemente en su piel nívea.
— ¿Sabes qué? Piensa lo que quieras, me largo, gracias por la ropa —
dijo recogiendo la camiseta para volver a ponerla.
Caminó para buscar sus zapatos y sintió el ardor de los cortes en sus pies.
Maldijo entre dientes ante el dolor pero lo ignoró, yendo al baño donde su
ropa seguía tirada.
—No te vayas—. Se volteó a ver a Jin, que estaba apoyado contra el
marco de la puerta del baño, interponiéndose. —No entiendo... de verdad
no entiendo en qué momento todo esto se complicó así, pero lo único que
tengo claro es que, si te vas ahora... van a ir por ti y estoy seguro que no será
sólo para dejarte un par de golpes.
— ¿Por qué te importa?
—Porque tú fuiste el que llegó a mí, no voy a huir de eso... lamento lo
que dije. Ahora vamos a ver esos cortes... no quiero ser el culpable de que
tu cuerpo sufra más lesiones.
Yoongi asintió dubitativo; estaba agotado física y mentalmente, al menos
por una noche dejaría que Seokjin fuera el que se preocupara.
25
Los dedos de Jungkook trazaban suavemente sobre la piel de Taehyung,
recorriendo su espina y presionando de vez en cuando.
Medio sonrió al sentir el cuerpo del castaño arquearse en busca de
contacto cuando Jungkook detuvo sus caricias al sentirlo despierto.
El castaño hundió su rostro en el cuello de Jungkook, besando
suavemente mientras cruzaba su brazo alrededor de la cintura del menor,
entrelazando sus piernas para más cercanía.
— ¿Por qué estás despierto? —Tae dijo apenas audible y logrando que
Jungkook se estremeciera ante el choque de su aliento tibio contra su piel.
—Duerme.
—No te preocupes, sigue durmiendo.
—No quiero que te duermas en el trabajo, Jeon.
Jungkook rió suavemente. —No lo haré, Señor.
Escuchó la respiración de Tae volverse calma una vez más, indicándole
que nuevamente había vuelto a dormir. Suspiró aliviado, separándose
levemente, presionando sus labios contra la frente de Taehyung con
suavidad.
Cerró sus ojos cansado, sólo necesitaba estar alerta un poco más y todo
estaría bien, igual que todas las noches que habían comenzado a compartir.
Jungkook había descubierto con tristeza, que las noches de Taehyung no
eran tranquilas; el castaño hablaba entre sueños y quizá aquello podría haber
pasado como algo irrelevante para el menor, sin embargo no lo era. Porque
cada vez que hablaba, era sólo para recordar.
Taehyung soñaba con aquel momento cada noche, tan sumido en esos
recuerdos que ni siquiera despertaba solo. Jungkook entonces había
comenzado a acariciarlo con suavidad hasta que el hombre a su lado se
relajaba.
Y cada mañana, Jungkook agradecía aliviado que Taehyung no recordara
lo que soñaba y en cierta parte, entendía aquella afición al alcohol que con
dificultad intentaba abandonar. Lo peor, sin embargo, era ignorar el dolor
que sentía cada vez que lo escuchaba; más de una ocasión se descubrió
llorando mientras intentaba que Taehyung se calmara, porque para
Jungkook hubiese sido mil veces menos doloroso escucharlo rogar por su
vida, mas Tae cada noche en sus sueños pedía morir.
Voy a hacer que vuelvas a sentirte seguro, Tae; sólo permanece a mi
lado.
~•~•~
Tae bajó del auto y esperó a que Jungkook tomara sus cosas del maletero
antes de cerrarlo. Siguió con la mirada todo el camino del menor hasta que
llegó a su lado; Jungkook arqueó una ceja, mediosonriendo ante la
persistente mirada de Tae.
— ¿Qué?
—Nada, Jeon —dijo sonriendo, acariciando suavemente su rostro y
luchando con el impulso de despeinar su cabello. —Se llama recrear la vista,
bebé.
Jungkook acomodó su bolso en uno de sus hombros antes de acercarse y
besarlo, tomándose todo el tiempo de disfrutar aquel momento. Mordió su
labio inferior antes de separarse, riendo ante el suave jadeo que escapó de
labios del castaño.
— ¿Y eso?
—Se llama beso, jefe.
—Lo sé —Tae miró a su alrededor, donde sus otros oficiales caminaban
dándole miradas con discreción a la escena. —Pero estamos en la estación
¿Eso está bien?
— ¿Por qué no lo estaría? Estamos juntos ¿No? Es normal que quiera
besarte no sólo encerrados en el cuarto.
Tae sonrió. —No sólo en el cuarto.
—Además —Jungkook pasó su mano suavemente por el uniforme de
Taehyung, deteniéndose en su cinturón. —Eres lindo, jefe. Te miran.
—Pues sí, soy irresistible —bromeó.
—Pero eres mi hombre.
Tae alzó sus cejas sorprendido antes de que su expresión se suavizara.
—Lo soy.
—Me encanta que tengamos las cosas claras—. Jungkook se separo,
caminando hacia el interior sabiendo que Tae seguía sorprendido junto al
auto. Respiró profundamente antes de voltearse. —Y yo soy tuyo, ahora
vamos.
—Sí, Señor —Tae dijo acortando la distancia y besando su sien.
Jungkook sonrió al ver el cambio en la expresión al entrar al edificio, sin
embargo en ningún momento se separó de su lado.
Al llegar al pasillo que los dirigía a su lugar, Jungkook vio a Jin
esperando impaciente, golpeando su pie contra el suelo rítmicamente.
Tae frunció el ceño al ver como la expresión de Seokjin cambiaba al
verlos, pero ignoró aquello y siguió hasta su oficina, rozando suavemente el
brazo de Jungkook como despedida.
—Jin, buenos días.
—Ah... debemos hablar de algo, Jungkook.
—Vamos a mi escritorio, debo terminar unos papeles sobre Ji y...
—Donde no nos puedan escuchar.
No pudo reconocer qué tipo de emoción cruzó el rostro de Jin, pero no
pudo evitar asentir y seguirlo hasta el cuarto de archivos.
— ¿Pasó algo?
—Yo... no sé cómo decirte esto... realmente no lo sé.
—Me estás asustando.
—Jimin.
Jungkook se tensó. — ¿Qué hay con él?
—Mierda, juro que no quiero hacerte daño... pero te vi, vi la forma en
que miras al Inspector Kim y veo la forma en la que él lo hace contigo... no
quiero que toda la felicidad que estás consiguiendo desaparezca... mereces
alguien que te ame y que valga la pena... Y realmente quiero que esa persona
sea Kim Taehyung...
— ¿Qué hay con Jimin, Seokjin?
—Dios... yo supe... yo supe que él no murió, Jungkook... perdón por
decirlo de esta forma pero... nos involucra a todos ahora, él...—Jin vio a su
amigo mantenerse totalmente sereno, sin mostrar ninguna emoción. —Pero
ya lo sabías... tú sabes perfectamente que Park Jimin está vivo y trabajando
con Ji Chang Wook.
—Lo siento.
Jin rió. — ¿Cuál parte? ¿Desconfiar de tu jodido mejor amigo o que el
hombre que amas esté vivo ahora que decidiste seguir adelante?
—Lamento no haber podido decirlo, no fue mi decisión. Nada tuvo que
ver con mi confianza en ti, deberías saberlo... jamás hubiese querido
guardarme algo así.
—Mierda, Jungkook... lo siento tanto, realmente no... no quise decirlo de
esa forma.
—Da igual.
—No... no da igual. Sólo me alteré... yo no sé por qué dije eso... yo... hey,
Jungkookie...
Jin vio como las lágrimas resbalaban por las mejillas de su amigo; se
sintió egoísta por sentirse traicionado; si Jungkook estaba al tanto
significaba que su jefe también, claramente la decisión de guardar silencio
no era de él.
—Lamento lo que dije Jungkookie, no llores...
—Ese día que terminé en el hospital... ese día lo ví. Taehyung también
estaba ahí...
—Por eso tú...
—Iba a matarlo, Jin. Estaba totalmente dispuesto a matar a Taehyung...
se supone que era su amigo.
—Jungkook, no es por Jimin...
—No es por él; te dije... yo decidí estar con Taehyung antes de saberlo
y... que Jimin esté vivo no cambia lo que siento... sólo que es demasiado...
fueron años, Jin y ahora ni siquiera puedo alegrarme de que esté vivo. Veo
a Tae y siento tanta rabia porque es quien sufre, Jimin simplemente lo usó
como un jodido chivo expiatorio... lo utilizó de la peor manera... jamás voy
a perdonar eso. No lloro por Jimin, lloro porque todo esto es demasiado y
no sé cómo ayudar a Taehyung... él no habla, Jin... no sé qué mierda siente
con todo esto...
—Jungkook, no lo dejes... menos ahora que sabes que Jimin es quien
asesinó a Min y quien está deshaciéndose de los problemas de Ji.
Jungkook frunció el ceño. — ¿Cómo?
—Mierda... él no te lo dijo.
— ¿Es... el asesino que buscas?
Jin asintió. —Park Jimin está metido hasta el cuello, Jungkook.
Seokjin maldijo al ver a su amigo salir del archivo; sabía perfectamente
a dónde se dirigía y la verdad dudaba que fuera lo mejor que ambos hablaran
con Jungkook en ese estado.
26
Cuando la puerta de su oficina se cerró de golpe, Tae dio un profundo
suspiro. Frente a él, Jungkook esperaba con expresión seria porque saliera
de su escritorio y se le acercara; Tae arqueó una ceja con curiosidad pero no
le costó demasiado entender que debía ser algo relacionado al encuentro con
su amigo.
— ¿Entrar de esa forma también es para que todos sepan? —preguntó
calmado, acercándose a Jungkook y estirando su mano para acariciarlo, mas
el menor se alejó rápidamente.
— ¿Jimin está matando para Ji Chang Wook? —preguntó fríamente; vio
como los rasgos de Tae se endurecieron y sus cejas se fruncían ante sus
palabras. —Así que es verdad.
—Jungkook, no creo que debas involucrarte.
— ¿Por qué sigues apartándome?
—Me preocupas.
— ¿Por qué? No... mejor respóndeme esto —tomó aire antes de preguntar
lo que quería. — ¿Te preocupa por algo laboral... o porque crees que iré
corriendo donde Jimin para que estemos juntos?
Taehyung se tensó, tomando abruptamente a Jungkook del rostro y
acercándolo a él; sus labios aprisionaron los del menor con brusquedad y
pronto sintió el sabor metálico en su boca. El choque de sus labios había
roto ligeramente el de Jungkook.
—Eres mío, Jungkook. No te equivoques, mi preocupación es netamente
profesional. Me preocupa que debas enfrentar un caso en el que estás
emocionalmente involucrado... me preocupa porque eres demasiado
importante para mí; si oculté información fue para protegerte, no quiero que
sufras, Jungkook.
Jungkook sostuvo las manos de Taehyung que aún seguían en su rostro,
presionando suavemente sin quitar sus ojos del castaño.
— ¿Qué hay de ti? ¿No estás involucrado?
Taehyung negó lentamente con su cabeza. —No tengo nada que me una
a esa persona, cumpliré con mi trabajo.
—Taehyung... basta de esto.
— ¿Qué?
—Tu actitud... me duele, maldita sea. No es verdad que no te importe
pero sigues guardándote todo... ¿Qué harás? ¿Taparás con alcohol tus
emociones? Se supone que estamos juntos en esto, por qué no me hablas...
Taehyung se alejó de Jungkook, sosteniendo su rostro en una de sus
manos; estaba alterándose y lo que menos quería era descargarse con
Jungkook.
—Jeon, ve a seguir en lo tuyo.
—Tú eres lo mío en este momento.
—Detente, Jeon; no es buen momento, no tenemos que hablar de esto...
—Nunca saldremos de esto si no me dices qué es lo...
— ¡BASTA! ¡Cierra la boca por un momento! No quiero hablar de esto
y menos contigo. No quiero recordar que mi compañero, mi mejor amigo...
decidió irse de mi lado y traicionarme, no sólo a mí sino todos nuestros
valores... ¡Hicimos un puto juramento! Juramos al entrar a esta jodida
Institución y él...
—Tae...
— ¿Quieres saber qué siento? Siento rabia, siento asco y sobretodo
tristeza... era mi hermano, Jungkook. Y me dejó ahí... dejó que hicieran lo
que quisieran conmigo para cubrir el hecho de que era un puto traidor; así
que sí, estoy hecho mierda y sí, ahogaría todo eso en alcohol pero estás tú...
estás tú, que no sólo eres la persona que amo sino que fuiste parte de su vida
y yo no... no quiero lastimarte. No te quiero en medio de mis jodidos traumas
porque no es justo —Taehyung respiró profundamente para tranquilizarse,
evitando mirar a Jungkook mientras hablaba. —No quiero joder esto contigo
y si para eso debo guardarme todo, voy a hacerlo.
Jungkook no pudo contener la risa ante sus palabras.
—No quiero que me protejas, Taehyung, de ti ni del resto; si no eres
capaz de entender eso entonces estamos perdiendo el tiempo. Y no te
preocupes, que aunque Jimin no hubiese hecho lo que hizo, no hubiese
vuelto con él porque es otra persona la que ahora ocupa todo de mí.
—Jungkook...
—Creí que estábamos juntos, pero lo que dices sentir no va de acuerdo a
tus acciones. Lamento quitarle su tiempo, Señor.
—Jungkook, espera.
—Por favor no mezcle sus asuntos personales con trabajo, Señor. Podría
ser peligroso que alguien lo escuchara ¿No?
—Jeon, basta.
Jungkook se despidió como cualquier subalterno haría con su jefe y
caminó hacia la puerta, deteniéndose unos segundos. —Dijiste... que soy la
persona que amas; espero que un día puedas decirlo de verdad, sin excusas
ni miedo. Amar implica confianza; yo podría sostenerte... pero tú no quieres
eso. Volveré a mi departamento.
~•~•~
Taehyung observaba la botella frente a él, sus dedos golpeaban con
fuerza la mesa frente a él.
Llevaba una semana desde que Jungkook abandonara su departamento y
en el trabajo tampoco eran capaces de cruzarse. La investigación avanzaba
y eso los mantenía ocupados a ambos, sin embargo Taehyung no dejaba de
pensar cada momento en él.
Necesitaba beber.
Necesitaba alejar el dolor y el alcohol era la solución perfecta para ello;
sin embargo seguía pensando en las palabras de Jungkook. Ahogar sus
emociones en alcohol era la salida fácil, aquella que tomaba desde el primer
día que salió de aquel hospital.
Borrarse de la realidad por un momento efímero, ahogar los problemas.
Y Taehyung lo deseaba, realmente sentía aquella urgencia por dejar que el
alcohol quemara su garganta y nublara sus sentidos.
Presionó la botella con fuerza, era tan fácil como abrirla y tendría un
momento de tranquilidad hasta que el alcohol saliera de su sangre; pero sus
manos seguían fijas y su mente seguía regresando una y otra vez a
Jungkook. Jamás había sido tan consciente de su problema con el alcohol
en ese momento.
Dejarse llevar por su necesidad significaba ser un cobarde y la sola idea
de ver los ojos de Jungkook clavarse con decepción lo atormentaba. Porque
Jungkook se merecía alguien que fuese capaz de valerse por sí mismo y que
no escapara de los problemas de la forma en que él lo hacía, Jungkook
merecía quien pudiese estar ahí para él.
Tomó su teléfono y marcó el número de Jungkook de memoria, cerrando
sus ojos y relamiendo sus labios; luchaba por no caer en aquella adicción y
sus manos temblaban sosteniendo la botella que era incapaz de soltar.
— ¿Tae?
Respiró profundamente al escuchar su voz adormilada. —Jungkook... no
puedo solo.
— ¿De qué hablas? ¿Estás bien?
—No... no estoy bien, Jungkook... de verdad necesito un trago...
—Mierda, Tae... no hagas algo estúpido... ¿Estás en casa?
—Estoy en casa.
—Espera ahí, por favor no hagas algo estúpido, sólo espera ¿Sí? Tae...
no necesitas eso, no necesitas usar el alcohol como escape, por favor no te
hagas esto... espera por mí; deja de lastimarte.
Escuchó la voz de Jungkook quebrarse; cerró sus ojos y mordió con
fuerza su labio; Jungkook se equivocaba, no era que no deseara apoyarse en
él, sino que estaba tan dañado que temía arrastrarlo a él dentro de todos sus
problemas.
27
Jungkook subió las escaleras del edificio lo más rápido que pudo,
buscando entre sus llaves la del departamento de Taehyung, aquella que el
castaño le diese para oficializar el hecho de vivir juntos. El lugar estaba a
oscuras, iluminado sólo por la luz que se colaba por el ventanal y pudo
reconocer la figura de Taehyung en el suelo, apoyado contra el sofá y
sosteniendo una botella entre sus manos temblorosas.
—Tae... —susurró sintiendo el dolor de verlo totalmente roto.
—Necesito esto, Jungkook; realmente lo necesito.
Taehyung dijo apenas audible, sin atreverse a mirar a Jungkook. Se sentía
avergonzado de estar allí desesperado por alcohol. El menor mordió su labio
al ver las manos de Tae presionar con más fuerza la botella, luchando con
la necesidad de rendirse.
—Tae, dame eso ¿Sí? —susurró arrodillándose frente a él, tomando sus
manos en un intento por quitarle la botella, sin embargo Tae afianzó su
agarre. —Tae... no es verdad que necesitas esto, por favor suéltalo...
solucionaremos esto.
—Realmente quiero detenerme.
—Lo sé, y sé también que estás sufriendo... Tae, estoy aquí.
Los ojos del castaño se enfrentaron por fin a los de Jungkook y sus manos
liberaron lentamente la botella, dejando que el menor la alejara. Cerró sus
ojos al sentir la mano de Jungkook acariciar suavemente su mejilla y
presionó su rostro para maximizar el roce.
—Taehyung, vamos a hacerlo juntos ¿Sí? No me alejes. No tienes que
protegerme, no tienes que guardar el dolor —. Jungkook presionó sus labios
sobre los de Tae. —Yo... no quiero que la persona que amo sufra, Taehyung.
El castaño se separó ligeramente, sus cejas arqueadas con sorpresa ante
las palabras de Jungkook; su corazón latió con rapidez. Sus manos
sostuvieron la ropa de Jungkook, torciendo la tela entre sus dedos para
acercarse y permitiendo que las manos del menor lo tomaran por su cintura
para acercarlo.
Su cuerpo quedó ligeramente reclinado sobre el de Jungkook, con sus
rostros a escasos centímetros.
—Jungkook, no quiero alejarte... no quiero estar sin ti —musitó sin
separarse, notando que el menor sonreía suavemente.
—Eso es un buen, plan. Tampoco quiero estar sin ti.
Jungkook afianzó su agarre en la cintura de Tae, cambiando la posición
para abrazarlo con comodidad; atrapó su labio inferior entre los suyos,
moviéndolos lentamente. Las manos de Tae se deslizaron por su pecho hasta
llegar a su cuello, acariciando y enredando sus dedos en su cabello.
Jungkook acarició la cintura de Tae, bajando hasta sus caderas para luego
volver, buscando su camino bajo su ropa hasta sentir como Tae se
estremecía ante el contacto sobre su piel desnuda. El menor buscó con su
lengua la entrada a la tibia cavidad, enredándose con la lengua de Tae,
lamiendo sutilmente y recorriendo cada parte de su interior; sus manos
presionaban su piel, dejando pequeñas líneas enrojecidas cada vez que sus
dedos trazaban el contorno de su cuerpo.
Tae gimió suavemente cuando Jungkook succionó su lengua y tiró su
cuerpo hasta dejarlo a horcajadas sobre él. El mayor se separó buscando
algo de aire, momento que Jungkook aprovechó para recorrer su cuello
lentamente, succionando y marcando, Tae extendió su cuello para facilitarle
el acceso.
Jungkook dejó escapar un gemido ronco cuando Tae movió sus caderas,
provocando un roce placentero ante la fricción de su creciente erección.
Se deshizo de la camiseta de Tae, lamiendo su cuello y clavículas; le
gustaba escuchar la respiración del castaño acelerarse con cada segundo y
el roce de sus cuerpos, ansiando poder sentirse por completo pese a que su
erección se volvía dolorosa bajo la ropa.
Taehyung tiró de la sudadera de Jungkook, sonrió al ver que bajo ella no
traía camiseta, seguramente por la prisa del llamado. Sus labios se cerraron
sobre la piel de Jungkook, dejando un camino de marcas sobre la superficie
nívea antes de levantarse con una media sonrisa al ver el rostro molesto de
Jungkook.
— ¿Dónde vas? —Jungkook dijo imitándolo y tirando sus caderas para
cerrar la distancia, ganándose un gemido por parte de Tae.
—A un lugar más cómodo.
Jungkook arqueó una ceja cuando Tae volvió a separarse, terminando de
quitar su ropa y besándolo apasionadamente mientras sus dedos se
deshacían del resto de la ropa del menor. Tae empujó el cuerpo de Jungkook
contra el sofá, obligándolo a sentarde antes de volver a sentarse a
horcajadas, sin poder contener el gemido por el roce que de sus cuerpos sin
ropa interfiriendo. El castaño buscó sus labios, mordiendo y succionando,
interrumpido por los gemidos que escapaban al sentir la mano de Jungkook
deslizarse por toda su erección, masturbándolo lento antes de acelerar.
Arqueó su espalda y tiró el cabello de Jungkook; su cuerpo cubriéndose
de una fina capa de sudor, sintiendo como su cuerpo sucumbía ante el ardor
que se reunía bajo su vientre.
Sus piernas se tensaron contra el cuerpo de Jungkook al borde de su
orgasmo, pero antes de permitírselo, detuvo sus movimientos. Taehyung
seguía moviendo sus caderas con un ritmo constante, friccionando ansioso.
El menor recorrió con una de sus manos la línea de la mandíbula de Tae,
presionando su pulgar en su labio. Relamió su labio y jadeó cuando la boca
de Taehyung recibió sus dedos, mordiendo ligeramente antes de deslizar su
lengua. Succionaba y lamía, humedeciendo con saliva cada dedo sin quitar
sus ojos de Jungkook, quien hundía y separaba sus dedos del interior de su
boca.
Retiró sus dedos, dejando que la saliva resbalara por ellos; sus dedos
tantearon hasta su entrada, acariciando de forma delicada antes de hundir
uno de ellos lentamente. Tae se arqueó y Jungkook aprovechó de morder y
lamer desde su cuello hasta sus pezones.
Sumó otro de sus dedos, moviéndolos con ritmos distintos en su interior,
empujando sus paredes y penetrando con rapidez; curvó sus dedos y escuchó
cómo el volumen de los gemidos de Taehyung aumentaba. Había
encontrado su próstata así que siguió presionando con sus dedos.
Jungkook sonrió con suficiencia cuando lo escuchó pedir por más y él no
iba a negarle aquello, después de todo también lo quería. Quitó sus dedos
con lentitud, extendiendo la angustia con la que Tae exigía. El mayor alzó
ligeramente sus caderas, ayudando a Jungkook a ubicar su erección,
mordiendo su labio ante la presión que ejercía conforme bajaba su cuerpo.
Jungkook ahogó un gemido ante la estrechez que lo recibía, alzando sus
caderas para acelerar la penetración y afirmando con fuerza a Taehyung de
sus caderas. El castaño mantenía sus manos sobre sus hombros para darse
apoyo y sin esperar, volvió a subir para repetir el movimiento una y otra
vez, acelerando a cada segundo con ayuda de Jungkook.
Taehyung gemía, nublado por las sensaciones que lo abrumaban, tan
excitado ante cada roce que rápidamente volvió a sentirse al extremo. Sus
uñas se hundieron en los hombros de Jungkook, bajando por su pecho y
dejando rasguños en su piel. El menor comprendió sin necesidad de palabras
y sin preocuparse de las marcas que quedaban en las caderas de Tae, empujó
con fuerza llegando profundamente una y otra vez.
Escuchaba a Tae repetir su nombre entre gritos y gemidos; una de sus
manos viajó hasta el miembro del castaño, enredando sus dedos y
moviéndose para igualar el ritmo de sus penetraciones. Taehyung sintió los
espasmos en su cuerpo ante la doble estimulación y sin poder contenerse,
sintió como su cuerpo ardió y Jungkook recibía parte del blanco fluido en
su mano y pecho. Siguió moviéndose, presionando contra el miembro de
Jungkook en su interior hasta que la sensación cálida lo llenó por completo.
Se quedaron quietos por unos segundos mientras se besaban con lentitud
antes de que Tae se separara, sintiendo como sus muslos iban recibiendo el
exceso de fluidos que escaparon de su cuerpo por la posición.
—Jungkook —Tae susurró con sus labios a milímetros de los del menor,
sus dedos enredándose en su cabello y acariciándolo al mismo ritmo que
Jungkook acariciaba sus caderas.
— ¿Hmn?
—No tengo miedo... tampoco tengo excusas ya —se separó para
observarlo, sus labios se curvaron en una sonrisa y sus dedos recorrieron el
rostro de Jungkook con cuidado; su corazón latía ansioso. —Pese a todo y
a todos, yo te amo, Jungkook y fuiste lo mejor que pudo sucederme en
mucho tiempo, no quiero perder eso jamás.
Jungkook cesó sus caricias, dejando descansar sus manos en sus caderas,
grabando cada facción de Tae.
—Repítelo —ordenó suavemente, presionando su rostro contra la mano
que lo acariciaba.
—Te amo.
—Otra vez.
—Te amo, Jeon.
—Una vez más...
Tae rió. — ¿Por qué?
—Porque quiero que lo repitas hasta que seas incapaz de olvidarlo; hasta
que me ames tanto que no importe nada más que nosotros.
Tae sintió sus mejillas arder ligeramente, la mirada de Jungkook parecía
traspasarlo; se sentía totalmente vulnerable al hombre frente a él y aún así
estaba dispuesto a aceptar que eso sucediese. Quería su vida a su lado con
todo lo que aquello implicaba.
—Te amo, Jungkook —repitió esta vez sin que el menor lo pidiese.
La expresión de Jungkook se suavizó, sonriéndole aliviado. —No quiero
escapar más de lo que siento, así que tampoco lo hagas tú. Yo también te
amo.
28
Jimin se reclinó en aquella silla, ojeando los papeles sobre el escritorio
con desgano. Escuchaba con cierto desagrado las pocas quejas de dolor que
escapaban del chico frente a él y no pudo negar el dejo de decepción ante
esto.
No habían gritos; daba igual qué tanto lo golpearan, jamás escuchaba
desesperación. Y Jimin sabía perfectamente que sin eso, jamás conseguirían
lo que necesitaban.
—Yoongi, sólo firma el traspaso y detengamos esto —dijo en un suspiro
cansado. — ¿Cuántos golpes más puedes soportar por un par de
propiedades?
Yoongi rió. —No voy a firmarte los jodidos papeles.
Su cuerpo dolió cuando fue sentado con brusquedad frente al escritorio;
sintió la mano de uno de los hombres que lo golpeaba sujetar la suya,
obligándolo a tomar aquel bolígrafo.
—Firma.
Yoongi sonrió. —Vete a la mierda, no pienso hacer lo que ustedes
quieran.
Jimin chasqueó la lengua; odiaba tener que estar lidiando con aquel
chico.
Pensó que luego de encargarse de su padre, Yoongi tendría la suficiente
inteligencia como para no inmiscuirse, pero ni con todas las golpizas que
recibía estaba cediendo.
Dejando que la molestia se apoderara de él, Jimin sujetó con fuerza su
mano, reemplazando la del otro tipo y viendo como el rostro de Yoongi se
contraía de dolor.
—Firma, Yoongi.
—Suelta mi mano, imbécil.
Jimin suspiró. —De acuerdo, no firmes.
—Pero qué...
Yoongi ahogó el grito de dolor cuando Jimin, sin dejar de mirarlo,
presionó con fuerza su mano; girándola en un ángulo contrario al que sus
articulaciones le permitían y escuchando el crujir de sus huesos; sintió su
vista nublarse ante el dolor pero se negó a rogar.
—Supongo que ahora tienes una excusa válida para no firmarme los
putos papeles. La próxima vez no quebraré sólo tu mano —dijo soltándolo
y dejando caer su mano que ahora colgaba sin firmeza.
Yoongi lo vio levantarse del escritorio de su padre y abandonar el lugar;
contenía las lágrimas de dolor y frustración. No iba a quebrarse frente a ese
sujeto por más que el dolor en su mano se estuviese volviendo insoportable.
Sostenía su muñeca como si con eso pudiese disminuir en algo la
sensación punzante que lo estaba dejando al borde de la inconsciencia y
mordiendo su labio con fuerza, se levantó y caminó fuera de la casa.
~•~•~
Cuando Seokjin recibió aquel llamado, no dudó en ningún momento en
ir a aquel hospital.
Buscó a su alrededor hasta que vio a Yoongi ya en la sala de espera con
uno de sus brazos dentro de una férula.
—Yoongi...
—Hey —murmuró alzando la vista. Seokjin quiso mantener su expresión
impasible, pero ver los ojos de Yoongi enmarcados por profundas ojeras,
totalmente agotado, hizo que jadeara ante la sorpresa. —No te espantes,
oficial; no firmé.
—Vamos.
Yoongi se levantó algo mareado por efecto de los analgésicos que le
inyectaran; trastabilló pero Seokjin lo sostuvo por los hombros
cuidadosamente para estabilizarlo.
No estaba con fuerzas de negarse, así que cuando Seokjin cruzó su brazo
sano por sobre su hombro y lo sostuvo por la cintura para ayudarlo a
caminar, se dejó guiar en silencio. Mismo silencio que los acompañó
durante todo el viaje hasta el apartamento de Jin.
—No tenías que traerme acá —dijo sin obtener respuesta. —Oficial, no
tienes que hacer esto.
— ¿Hacer qué? ¿Recogerte cada vez que te muelen a golpes?
—Lamento haber llamado, sólo necesitaba que me llevaras a mi casa.
Seokjin rió. — ¿Tanto tiempo viviendo rodeado de ese mundo te dejó
algo mal en tu cabeza? No voy a llevarte a un lugar donde termines con una
bala entre las cejas igual que tu jodido padre. Estás tan malditamente
involucrado en esto que debería entregarte al Inspector Kim y que él se
encargara de todo.
Yoongi arqueó una ceja sorprendido ante sus palabras. — ¿Tú... no has
informado a tus superiores?
—No.
— ¿Por qué?
Jin frunció el ceño.
No se había detenido a pensar en las razones, simplemente sabía que
informarle a Taehyung no aseguraba que Yoongi permaneciera a salvo y no
quería que aquel chico terminara peor de lo que ya estaba.
—Dan igual las razones, no voy a permitir que la próxima vez el llamado
sea de homicidios. Informé lo necesario y ahora sabemos que Ji quiere
expandirse, con eso hemos trabajado y mientras tú estés a salvo y no
entregues lo que quieren es suficiente —. Seokjin dijo sin quitarle la vista
de encima. —Ve a dormir ahora, necesitas descansar. Tuviste suerte de no
necesitar una operación para esa fractura, no fuerces más.
—Seokjin —llamó y una sonrisa burlesca curvó sus labios ante la
sorpresa del oficial frente a él; era obvio que no se esperaba aquella
confianza. —Gracias por todo lo que has hecho.
—Es... mi trabajo...
En parte, aquello no era una mentira; sin embargo se sintió inquieto bajo
la atenta mirada de aquel chico golpeado.
— ¿Lo es? —Yoongi preguntó con algo de molestia que intentó controlar
sin mucho éxito. —Entiendo, buenas noches.
Escuchó la puerta del cuarto de invitados cerrarse y un suspiro escapó de
sus labios; deslizó sus dedos por su cabello y se dirigió hacia su propio
cuarto.
Estaba equivocándose, no debía ocultar información y debía dejar que su
superior manejara el tema. Si Yoongi necesitaba protección, debía ser la
policía la que le brindara aquello; mas no estaba seguro de si eso sería
suficiente.
Se acostó pero fue incapaz de cerrar sus ojos; estaba arriesgando su
trabajo por aquel chico problemático.
Pero no quiero que vuelvan a lastimarlo, mierda...
~•~•~
— ¿Y? ¿Ya tienes el acceso a las propiedades de Min?
—No, Señor Chang Wook. No hemos podido conseguir la firma de ese
chico.
—Jimin, esto me está cansando.
—Lo lamento —. Jimin murmuró sin bajar la mirada del hombre frente
a él.
— ¿Lo lamentas? Te tengo para cumplir órdenes y no eres capaz de
conseguir una jodida firma...
—La próxima vez tendrá el acceso total a las propiedades de Min.
—En verdad eso espero; me he encariñado contigo ¿Sabes? No me
gustaría arrepentirme de haberte recogido como el jodido perro callejero que
eres. Ya no estás con ellos, Jimin... mi paciencia se agota y conmigo no
conseguirás una suspensión simplemente.
Jimin guardó silencio unos segundos, Chang Wook le sonrió con
suficiencia ante sus palabras.
—Cumpliré su orden, Señor... puede confiar en mí.
—Fuiste una adquisición valiosa, Jimin; no me decepciones ahora. Ahora
lárgate.
Jimin hizo una ligera venia antes de retirarse del lugar. Chasqueó la
lengua molesto, Min Yoongi estaba resultando un problema demasiado
molesto.
29
—Buenos días—. Jin saludó sin mirar; había escuchado los pasos de
Yoongi pero se dedicó a seguir ordenando los platos en la mesa. Yoongi
observó en silencio cómo Seokjin terminaba de poner la comida antes de
sentarse en silencio en uno de los puestos servidos.
—Buenos días... no era necesario ¿Sabes?
—Da igual, de todos modos debo desayunar y con ese brazo no puedes
hacer mucho.
—Escucha, volveré a casa hoy.
Seokjin sostuvo sus palillos a medio camino, respirando profundamente
al escucharlo.
—Olvídalo.
— ¿Huh?
—No vas a volver a ese lugar donde claramente no estás seguro.
— ¿Es broma?
—No, Yoongi, no estoy bromeando. No voy a dejar que vuelvas a
arriesgarte de esa forma; saben dónde vives y volverán a buscarte hasta que
les des lo que quieren. Tú... no vas a moverte de acá.
Yoongi se quedó observando a Seokjin fijamente; el rostro del oficial
estaba serio y pese a que junto a él jamás mostraba una expresión de alegría,
estaba seguro que Kim Seokjin distaba mucho de ser aquel oficial duro que
intentaba demostrar.
— ¿Quieres que me quede contigo?
—Quiero que estés seguro y mi departamento es un buen lugar hasta que
todo esto termine.
—Hasta que termine...
Seokjin suspiró. —Sí, Yoongi. Sólo hasta que termine.
Lo escuchó remarcar la última parte antes de que volviera su vista a la
comida; Yoongi se sintió fastidiado, aquello dejaba claro que Seokjin sentía
lástima y no era eso lo que deseaba.
—Bien, me quedaré.
—Genial; olvídate de volver a buscar tus cosas, tienes dinero ¿No? úsalo
en algo que no sean drogas y fiestas, ve a comprar lo que necesites y vuelve.
Usa calles concurridas, no tardes demasiado y... ten—. Seokjin deslizó por
la mesa un móvil y una llave, Yoongi observó por unos segundos los objetos
frente a él antes de tomarlos.
— ¿Está bien que lo tenga?
—El tuyo estaba destrozado el día que te busqué en la calle, no fuiste tú
quien llamó anoche sino el hospital, significa que sigues sin un teléfono. No
lo uses de manera innecesaria, mi número está grabado.
Asintió rodando los ojos. —Sí, mamá.
—No juegues, Yoongi. No estás en posición de burlarte de mí y por lo
que sé cuando ingresé tus datos para la declaración, sigo siendo mayor
además de policía; respeta eso al menos.
—Como sea.
—Ya sabes, ve a comprar lo que necesitas y regresa; mi turno termina
temprano hoy.
Lo vio abandonar el departamento luego de tomar su plato y lavarlo;
estuvo a punto de quejarse, después de todo no podía usar los palillos con
su mano en ese estado, pero frente a él Seokjin había dejado un tenedor y
una cuchara para que comiera con comodidad.
Suspiró profundo.
—Hasta que todo esto termine.
~•~•~
Jungkook vio a Jin caminar unos metros delante de ellos, totalmente
abstraído en su mundo. Eso era algo que su amigo no solía hacer por lo que
no pudo controlar la preocupación.
Miró a Tae y el castaño suspiró, llevando su mano a la mejilla del menor
y pellizcando ligeramente.
—Puedes ir, de todos modos debo ir a revisar cómo va todo.
Jungkook sonrió, tomando la camisa de Tae y acercándolo para besarlo
suavemente.
—Te veo luego.
Dejó a Taehyung y aceleró hasta alcanzar a Jin, palmeando su espalda
para llamar su atención. Seokjin se giró y su expresión cambió
automáticamente al ver a su amigo.
Jungkook ladeó su cabeza y le sonrió instándolo a conversar.
—Eres perceptivo, Jungkookie.
—Eres mi mejor amigo, imposible no saber que algo te preocupa.
Seokjin sonrió. —Algo así.
— ¿Quieres hablarlo?
El mayor asintió, tomando la mano de Jungkook para llevarlo al cuarto
de guardia. El menor dejó caer su cuerpo en una de las camas mientras veía
a su amigo poner el seguro y sentarse junto a él. Seokjin enredaba sus dedos
con distintos ritmos y mordía su labio para poder armar cada idea.
—Um... ¿Qué tal todo con el Inspector Kim?
—Bien, volví a su casa y... las cosas de Jimin están en la bodega; no sé
qué hacer con ellas.
—Puedo ayudarte si quieres.
—Eso estaría bien, aún no... creo todo esto.
Seokjin asintió. —Sobre eso...
—Sólo dímelo, has soportado tanto conmigo que lo mínimo que puedo
hacer es estar para ti cuando me necesitas.
—Yo... he estado ayudando a alguien.
— ¿Ayudando?
—Esta persona... tiene problemas ¿Sabes? Demasiados...
— ¿Te gusta un tipo problemático?
Jungkook dijo algo aliviado de que fuera un problema sentimental, pudo
ver la expresión de Seokjin cambiar de la confusión a la sorpresa.
—No me gusta... no puede gustarme en verdad —murmuró frunciendo el
ceño confundido.
— ¿Cuál es el problema entonces?
—El problema... Jungkook, es algo muy complicado... he estado
ocultando información ¿Sí?
—Seokjin —el tonó de voz de Jungkook sonó molesto. — ¿Qué está
sucediendo?
—Min Yoongi, eso está pasando.
— ¿El hijo del tipo que mataron?
Seokjin notó como su amigo se tensaba y evitaba nombrar a Jimin, pero
no lo culpaba por ello.
—La razón por la que mataron a su padre... fue porque iba a desistir de
entregar su ayuda a Ji. Pensaron que con su muerte, tendrían acceso a todas
sus propiedades, incluido el lugar en el puerto. Min hizo el traspaso de todo
eso a Yoongi.
—Oh...
— ¿Lo ves? No puedo informar todo eso porque... Jungkook, ellos tienen
a Jimin y eso los pone en ventaja, ellos nos conocen. No podremos
protegerlo aunque queramos. Y Yoongi está escapando, no les ha dado
acceso.
— ¿Lo encerraste en su casa?
Seokjin bajó la mirada. —No precisamente...
—Mierda, Jin ¿Es broma?
— ¡Lo golpearon! Quebraron su mano y... decidí que mi departamento
era el lugar más seguro.
Jungkook respiró profundo, calmando la molestia. —Es peligroso para ti,
Jin.
— ¿Y él?
—Él debería estar encerrado... podríamos vigilarlo; si tiene algo que les
interesa, lo buscarán y ése sería el momento perfecto para atraparlos. Hemos
detenido a dealers y asesinos, pero ninguno suelta nada, Jin. Da igual
cuántos imbéciles atrapemos, Ji Chang Wook es el que importa. Min Yoongi
sería el cebo perfecto.
— ¡¿Estás loco?! Si hacemos eso... si hacemos eso, van a matarlo.
—Jin...
—Es Jimin —murmuró, sin querer dañar más a su amigo porque pese a
todo, entendía que para Jungkook era algo difícil por más que ahora
estuviese con Taehyung. —Es Jimin quien lo persigue, Jungkook. Sabes tan
bien como yo que él es bueno en lo que hace... van a matarlo.
Jungkook suspiró, veía los ojos de Jin lleno de preocupación y también
sabía perfectamente que las palabras de su amigo eran verdad. A Jimin no
parecía importarle pasar por encima de cualquiera para cumplir las órdenes
de Ji.
— ¿Qué piensas hacer? No puedes... pretender esconderlo de nosotros
también.
—Sé que le dirás al Inspector Kim y no me importa porque serás discreto
con eso, cuento contigo... y sobre Yoongi... voy a protegerlo.
Seokjin dijo seguro, sintiendo el peso de haber hablado con su amigo
liberarse de sus hombros. Jungkook ladeó su cabeza con interés.
—Ahora dime algo, Seokjin... ¿Realmente es por trabajo?
Jin mordió su labio. —No lo sé... pero necesito que me ayudes a
protegerlo.
—Voy a ayudarte... me encargaré de que Tae tampoco haga algo contra
tus planes, pero Jin... no parece ser sólo trabajo, quizá estás arriesgándote
por una razón totalmente diferente.
Jungkook le sonrió; era tan claro que Jin no estaba haciendo esto
netamente por su posición de policía que en cierta forma lo entristeció. Se
estaba involucrando y el menor no quería ver a su amigo sufriendo por ello.
30
Yoongi estaba echado en el sofá, la televisión estaba encendida pero no
estaba prestando atención. Sus dedos de su mano sana golpeaban
rítmicamente en su rodilla.
Se sentía estresado sin poder salir y bastante estúpido al estar haciéndole
caso a Seokjin, pero allí estaba sin nada más que hacer que esperar a que el
dueño del apartamento decidiera llegar a hacerle compañía.
Cuando el sonido de la cerradura abriéndose llegó a sus oídos, su cuerpo
se tensó inconscientemente, sólo para relajarse al ver entrar a Seokjin.
— ¿Pelo negro? —Seokjin dijo antes de entrar en la cocina, sacando dos
cervezas y abriendo una para Yoongi.
—Estoy escapando ¿No? Supuse que el rubio llamaba mucho la atención.
Seokjin asintió. —Supongo.
— ¿No te gusta?
El ahora pelinegro dijo sonriendo, viendo como los ojos de Seokjin se
ampliaron ligeramente ante sus palabras antes de suspirar profundo y beber
de su propia cerveza, desviando la mirada a la televisión.
—Me gusta—. Su respuesta fue calmada, pese a que sintió su estómago
revolverse ante esto; que Yoongi siguiera observándolo con una sonrisa
arrogante tampoco lo estaba ayudando.
Recordó a Jungkook y mentalmente comenzó a recriminarse; lo ayudaba
porque su deber de policía le impedía desatender algo así... pero seguía
cuestionándose por qué seguía yendo cada vez que el menor lo llamaba.
— ¿Todo bien, oficial?
—Estás jugando y eso es molesto.
—Lo siento, lo siento...—rió sin sentirlo en verdad; alterar a Seokjin era
divertido porque veía que se reprimía.
— ¿Compraste todo lo que necesitabas?
—Sí.
—Mañana iremos a hablar con mi jefe.
— ¿Vas a llevarme a tu jodida estación de policía? ¿Estás enfermo?
—No.
— ¿Quieres que me maten?
—No, Yoongi... no quiero que te maten. Y no iremos allí, será en privado,
sin otros oficiales observando.
El pelinegro se relajó ante esto; Seokjin lo observó unos segundos y no
pudo reprimir la sonrisa al verlo. Yoongi tenía miedo y aunque intentaba
ocultarlo con su actitud de rebeldía, no podía evitar los pequeños cambios
en su comportamiento cada vez que hablaban de la situación.
— ¿Qué es tan gracioso?
—Que eres un niño.
— ¿Qué?
—No tienes que tener miedo, voy a protegerte, Yoongi. Te lo prometo.
Yoongi se mantuvo en silencio, sus cejas ligeramente fruncidas ante las
palabras de Seokjin.
— ¿Puedes prometer algo así? No estamos jugando.
—Puedo y voy a hacerlo; confía en mí.
~•~•~
Jungkook apoyó su cuerpo contra el respaldo de aquel sillón donde Tae
se encontraba, mantenía sus brazos cruzados mientras sus ojos pasaban de
Yoongi a Seokjin. Escuchó la mandíbula de Tae crujir, demasiado
tensionado por la situación, por lo que presionó suavemente en su nuca,
deslizando sus dedos hasta que sintió que el cuerpo del castaño se relajaba.
Tae alzó la mirada y le sonrió a Jungkook en agradecimiento antes de volver
su atención a sus visitas.
Seokjin suspiró al ver la interacción entre los dos; sorprendido por el
rápido cambio de actitud en Taehyung ante la influencia de Jungkook.
—Así que... me estás diciendo que quieres que mantenga en secreto que
estás escondiendo a Min Yoongi de Ji Chang Wook.
—Jefe, mantenerlo seguro evita que sus planes de salir de Seúl se lleven
a cabo.
—Lo mejor sería tirarlo de señuelo.
—Basta, esto es estúpido, me largo de esta mierda—. Yoongi, quien se
había mantenido en silencio, se levantó molesto sólo para ser detenido por
Seokjin.
—Siéntate, estamos hablando... el jefe no quiso decir eso porque
Jungkook ya lo había pensado y quedamos claros que era una mala idea ¿No
es así?
Seokjin dijo algo sorprendido de lo parecido que Jungkook y Taehyung
pensaban. Su amigo había encontrado una persona interesante.
—Kim, tenemos la oportunidad de...
—Tae, basta ¿Sí? Seokjin tiene razón, no podemos arriesgar a Yoongi...
tú mejor que nadie lo sabes —Jungkook dijo acariciando suavemente su
cabello. —Creo que... mientras mantengamos a Yoongi seguro y lejos de
donde puedan encontrarlo, comenzarán a equivocarse.
Taehyung cerró sus ojos, meditando sus opciones. Jungkook tenía razón
en decir que dejar ahora a Yoongi sería sentenciarlo. Lo de su mano o los
golpes que Seokjin contara no era nada comparado a lo que podrían llegar a
hacerle.
Que fuera Jimin quien estaba buscándolo hizo a Taehyung tensarse
nuevamente; ya no conocía a Jimin y no estaba seguro de qué tan peligroso
podía ser en verdad.
—Escucha, necesito que hagas lo que te ordeno desde ahora; no te quiero
vagando solo, no quiero llamados a alguien que no sea Kim, Jeon o yo.
— ¿Tendré tres niñeros?
—Yoongi —Jin murmuró para callarlo.
—Tendras tres jodidos policías cuidando tu cabeza, no lo arruines. Si
haces algo que no debes, yo mismo te lanzaré con Ji Chang Wook.
— ¿Vas a atraparlo?
—Puedes contar con eso.
— ¿A ambos?
Jungkook mordió su labio al entender su pregunta, pero luego buscó la
mano de Tae, sabiendo que el castaño seguía sufriendo por aquel tema quizá
mucho más que él mismo.
—No tienes que preocuparte de Ji Chang Wook... tampoco por Park
Jimin, vamos a atraparlos.
Yoongi asintió antes de seguir a Seokjin; esperó a que terminaran de
hablar entre los tres y pronto abandonaron el departamento, dejando a Tae
y Jungkook.
El castaño mantenía su frente apoyada contra el vidrio del ventanal; sintió
las manos de Jungkook rodear su cintura y apoyar su cabeza en su hombro,
depositando un beso suave sobre su cuello.
—Lamento que hayas tenido que responder eso.
— ¿Por qué? Es nuestro trabajo, Tae.
—Pero...
—Está bien así, en verdad ahora no quiero hablar de trabajo.
Tae rió. — ¿Y de qué deberíamos hablar entonces?
—No pensaba precisamente en hablar, Señor.
Tae liberó su cuerpo del abrazo de Jungkook y se giró hasta enfrentarlo
con una ceja arqueada. Jungkook le sonrió afirmando sus manos en las
caderas del castaño, acercándolo con brusquedad. Taehyung jadeó ante el
movimiento pero no se alejó.
— ¿Aquí, Jeon? —dijo refiriéndose a que su cuerpo se mantenía atrapado
entre el cristal y Jungkook.
—Hablas mucho, Señor.
Las manos de Tae se enredaron en su cuello, tirando con fuerza para
acercar el rostro de Jungkook. El menor sonrió contra sus labios, sintiéndose
aliviado de haber hecho que Taehyung olvidara el mal rato.
No quería más sufrimiento y por eso iba a encargarse de que ambos
fueran felices pese a todo.
31
—Oye ¿Qué estás haciendo?
—Cállate.
Jungkook contuvo la risa ante la orden mientras Tae jugaba con el lóbulo
de su oreja; tirando entre sus dientes y succionando. Una de las manos del
castaño se dedicó a recorrer el cuerpo del menor, presionando en forma de
juego su entrepierna sin llegar más allá.
Le divertían las reacciones que conseguía del menor porque llevaba su
paciencia al límite.
Un gemido escapó de los labios de Jungkook cuando Tae succionó con
fuerza sobre la piel de su cuello, sin importarle las marcas que pudiesen
quedar. Sabía que Jungkook comenzaba a impacientarse pues sus manos,
que hasta el momento servían de apoyo contra el cristal, se empuñaron.
El castaño levantó la camiseta de Jungkook, deshaciéndose de ella sin
mirar dónde caía; fue bajando al tiempo que besaba suavemente el cuerpo
del menor hasta quedar arrodillado frente a él. Se deshizo con una lentitud
tortuosa de sus pantalones, bajando junto a la ropa interior. Sus dedos
recorrieron el interior de sus muslos hasta llegar a su erección pero sin
tocarlo. Alzó la mirada y sus ojos se cruzaron con los oscuros ojos de
Jungkook.
— ¿Vas a quedarte mirándolo o tendré que usar la fuerza con esa linda
boca tuya?
Taehyung sonrió. —Eso sería interesante.
El menor gimió cuando Tae tomó su miembro y su pulgar presionó
lentamente, esparciendo el fluido preseminal con burla ante la reacción de
Jungkook que, perdiendo el último rastro de paciencia que le estaba
regalando a Taehyung, tiró de su cabello y acercó su rostro.
—Abre la boca.
—Sí, Señor.
Dijo con un débil gemido ante la fuerza que Jungkook estaba
imprimiendo en su agarre; ocupando una de sus manos como ayuda, deslizó
su lengua por toda su extensión antes de abrir su boca y comenzar a mover
su cabeza rítmicamente, envolviendo su lengua y succionando a ratos. El
agarre en su cabello se afianzó y Jungkook comenzó a embestir contra su
boca; el castaño luchó contra el reflejo de alejarse cuando sintió el miembro
del menor llegar contra su garganta, pero siguió moviéndose e ignorando las
lágrimas que comenzaban a resbalar por sus mejillas.
Jungkook sabía que no iba a durar mucho a ese ritmo, por lo que tiró el
cabello de Tae para separarlo. Relamió sus labios al ver al castaño intentar
recuperar el aliento y lo levantó con algo de brusquedad, deslizando su
pulgar por su labio para quitar el exceso de saliva y besándolo ávidamente.
Recorrió el interior de la boca de Tae, su lengua enredándose con la
contraria y enviando cada sensación directamente a su erección.
Quitó la ropa de Tae, dejándolo sólo con su camiseta y sus manos
presionaron sus muslos con fuerza. El mayor captó rápidamente la orden y
saltó ligeramente, enredando sus piernas alrededor de Jungkook, gimiendo
ante la fricción.
Sintió su cuerpo caer contra la dura superficie de la mesa, Jungkook
besaba su cuello y recorría sus muslos, posicionándose entre sus piernas sin
dejar de acariciarlo. Recargó su cuerpo sobre sus codos cuando lo vio
agacharse y perderse entre sus piernas, lamiendo su piel lentamente.
— ¿Necesitas que te prepare? —preguntó deslizando su lengua por su
miembro, sintiendo los espasmos ante el contacto húmedo sobre la piel de
Tae. Lo vio sacudir su cabeza lentamente, incapaz de pronunciar palabras y
agradeció su respuesta.
—No es... ¿Algo incómodo?
Tae preguntó entre jadeos, el menor sonrió, besando suavemente sus
labios.
—Me gusta así, puedo ver tu hermoso rostro mientras gimes mi nombre.
El castaño sonrió ante esto mientras Jungkook tiró las piernas de Tae para
dejarlo al borde de la mesa y acomodó su cuerpo, reclinando ligeramente su
cuerpo para besarlo. Taehyung rodeó su cuello y cerró sus ojos con fuerza
cuando Jungkook presionó su miembro contra su entrada, sintiendo
rápidamente el dolor punzante de estar siendo penetrado sin preparación.
Sus uñas se clavaron en la piel del menor que se hundía lentamente en su
cuerpo. Volvió a besarlo para distraerlo del dolor, succionando su lengua y
mordiendo ligeramente su labio interior, sin moverse hasta que Tae se
acostumbrara a la intrusión en su cuerpo.
—Muévete —Ordenó cuando el dolor comenzó a disminuir lentamente,
Jungkook obedeció separándose sin salir completamente para luego volver
a embestir con cuidado. Mantuvo aquel ritmo suave hasta que los gemidos
de Tae aumentaron, indicándole que podía aumentar la intensidad de sus
movimientos.
Sujetó una de las piernas de Tae, enganchándola por debajo de su rodilla
y alzándola para darle mejor acceso. Comenzó a embestir con fuerza hasta
que Tae no pudo contener el fuerte gemido al sentir que Jungkook golpeaba
en aquel punto que nubló por completo su mente.
El mejor se inclinó para seguir penetrándolo con fuerza; su mano se cerró
sobre el miembro de Tae, bombeando a la misma velocidad con la que
embestía. Taehyung ahogó un gemido cuando su cuerpo se tensó, liberando
en la mano de Jungkook y su propio cuerpo el tibio fluido mientras era
penetrado un par de veces más hasta que Jungkook lo siguió.
Se separó de Tae, cruzando sus piernas para alzarlo y llevarlo a la ducha.
—Recuérdame no volver a hacerlo sin preparación, me duele
jodidamente mucho, Jeon.
Jungkook rozó su nariz contra la de Tae, bajándolo para quitar la camiseta
de Taehyung que seguía puesta y entrando a la ducha junto a él.
— ¿Debería cuidar de ti ahora?
—Eso sería bueno.
Jungkook asintió, dejando que el agua los envolviera a ambos. Sus manos
acariciaron el contorno del cuerpo de Tae y acercó su rostro, mordiendo
suavemente su labio inferior y suavizando el ardor con su lengua.
—Tae... te amo ¿sabes?
Taehyung sonrió, hundiendo su rostro en la curva de su cuello. —Lo sé.
También yo a ti.
32
Seokjin chasqueó su lengua al ver los cuerpos en aquel sitio; todos con la
misma entrada de bala pero sin ninguna prueba alrededor.
Le indicó a los forenses que se llevaran los tres cuerpos antes de subirse
a su patrulla. Desde que decidió ocultar a Yoongi, llevaban dos semanas
encontrando aquellos cuerpos; Ji Chang Wook parecía ir botando carga tras
él y Taehyung estaba seguro de que escapaba, asegurándose de no dejar
nadie que pudiese hablar contra él.
Eso tenía sentido, tomando en cuenta que sin las propiedades de Yoongi,
Ji no podía movilizar su, ahora, coartado imperio de drogas.
Delegó el informe y envió un mensaje a Jungkook, indicándole la
situación en aquella escena.
El resto de su día pasó demasiado lento y el cansancio de aquella
investigación de meses comenzaba a mermar en su ánimo. Suspiró
profundamente al llegar a su departamento, tampoco quería que Yoongi
dudando de su seguridad.
Pese a todo, había podido cumplir con su protección y eso lo aliviaba en
algo.
—Hey—. Yoongi saludó al ver entrar a Seokjin. Arqueó una ceja al ver
la expresión de cansancio y sus ojos rodeados de oscuras ojeras. —Te ves
del asco, oficial.
—Tuve un día del asco.
Yoongi sonrió ante la respuesta; Jin evitaba todo tipo de conversaciones
que los pudiese acercar y eran contadas las ocasiones en las que le permitía
conocer algo más.
Era divertido para Yoongi; él jamás ocultó nada de Seokjin sin embargo
él no conocía demasiado a su protector.
Jin frunció el ceño, meditando ligeramente lo que haría y decidiendo que
en verdad necesitaban información.
Buscó en su teléfono y su nariz se arrugó ligeramente al ver las
fotografías.
— ¿Los conoces?
El pelinegro tomó el teléfono y deslizó las fotos antes de devolver el
móvil a Jin.
—Hombres de mi padre.
—Mierda...
Jin bufó molesto; estaban cercando a Yoongi eliminando a la gente a su
alrededor.
—De todos modos no tengo nada que ver con ellos.
—Estás hablando de forma descuidada; no los matan porque sean tus
amigos... están enviándote un mensaje.
—Lo capto claro, sal luego sino mataremos a medio Seúl. No me importa.
—A mí sí, mi trabajo es evitar que eso suceda.
—No han avanzado mucho ¿No?
Seokjin se levantó molesto ante las palabras de Yoongi. Tenía claro que
estaban entrampados pero odiaba que aquel chico le hablara como si fuera
todo tan fácil.
—Estoy cansado, me alegro que estés de ánimo para tus comentarios de
mierda; significa que ya estás recuperándote por completo de tus golpizas y
vuelves a ser el jodido imbécil arrogante que vive de los negocios turbios
de su padre.
La sorpresa en el rostro de Yoongi fue notoria y antes de que Seokjin
desapareciera por el pasillo, lo sostuvo con su mano sana; intentando no
mover demasiado la que aún se mantenía con una férula.
Seokjin se zafó bruscamente, sus ojos chispeaban con enojo.
—No me toques.
— ¿Cuántas veces tengo que decir que no soy como ellos?
—Dilo las veces que quieras, cada día me convenzo de que quizá me
equivoqué.
— ¡¿Te equivocaste?! ¡Fuiste tú el de la puta idea de traerme acá!
— ¡Lárgate entonces!
Yoongi retrocedió sorprendido; no se esperaba aquello... daba igual que
tanta distancia Seokjin pusiera entre ellos, siempre sintió la preocupación
en sus acciones. Pero ahora sus palabras estaban cargadas de rabia y hastío.
—Bien, gracias por todo. Dile a Kim Taehyung que no firmaré esos
papeles incluso si termino flotando en el jodido río Han.
Seokjin exhaló, intentando calmarse para no seguir escupiendo palabras
que en verdad no sentía.
—Yoongi, vamos a conversar.
— ¿Conversar qué? ¿Que me culpas por todo esto?
—No te culpo.
—Pero crees que soy tan hijo de puta como los que buscas.
—No creo eso ¿Sí?
—Muy tarde para decirlo, oficial. Ya no es necesario que sigas haciendo
esto, olvida esta parte de tu trabajo. Tomaré mi dinero y me esconderé en
algún lugar donde no puedan encontrarme y si por alguna razón no lo
consigo, mi regalo por estas semanas será no firmar.
—No es por trabajo—. Seokjin deslizó su mano por su cabello con
irritación.
— ¿Qué?
—Que no es por mi trabajo que te tengo acá. Simplemente no quiero que
vuelvas a pasar por eso.
—No te entiendo. Dices que vas a protegerme de esta mierda pero sigues
pensando que valgo tan poco como ellos.
—No es así, Yoongi.
— ¿No? Por favor, acabas de echarme de tu casa.
—Yo lo siento, no quise...
—Estás jodido, oficial Kim. Te facilitaré las cosas, ya no soy parte de tu
trabajo.
— ¡Que no es por trabajo!
— ¿Entonces qué? Ah, ya sé... te da pena el pobre heredero de un maldito
delincuente.
—No te tengo lástima.
—En serio, no entiendo.
—Ni yo... Yoongi, te aseguro que no es por trabajo... tú me preocupas
¿Sí? Cuando pienso en que estás pasando por todo esto debido a tu padre
me enoja... porque da igual que tan jodido seas, no eres como ellos... eres...
una víctima más.
Yoongi frunció el ceño. —No lo soy... nos estamos sincerando ¿No?
Bueno... entonces deberías saber que estoy aprovechando mi situación.
— ¿Aprovechando?
—Sí, oficial Kim. Estoy usando esto a mi conveniencia.
El menor se acercó a Seokjin, sonrió al ver que él se mantuvo en su sitio,
sin escapar de aquella cercanía.
Su rostro quedó a escasos centímetros del de Seokjin, había estado
conteniéndose desde hacía mucho y no estaba seguro de querer seguir
haciéndolo.
—Lo que vas a hacer... pone en riesgo mi trabajo, Yoongi.
— ¿Qué voy a hacer?
Seokjin exhaló. —No es un juego, Yoongi.
—No estoy jugando, aproveché una oportunidad para conseguir algo que
quiero.
— ¿Y eso es...?
—Tú. Te quiero a ti, Seokjin.
El mayor se mantuvo en silencio; sin moverse y sintiendo la respiración
cálida de Yoongi golpear su rostro, cosquilleando suavemente sobre sus
labios. Su expresión se suavizó; Yoongi ponía en palabras lo que hacía
mucho Jin sentía y era incapaz de vocalizar.
— ¿Vas a dejar que te tenga, Seokjin?
—No soy una cosa
—No, eres una persona jodidamente interesante e inteligente. Así que
dime... ¿Vas a decirme que es por trabajo nuevamente?
Seokjin no respondió; en cambio, cerró la distancia que aún tenían y lo
besó lentamente, tomando los labios de Yoongi entre los suyos y
moviéndose con suavidad contra su boca.
Se separó de Yoongi y relamió sus labios; su mente llena de aquellos
pensamientos que se prohibió tener con el menor.
—No es por trabajo, me gustas y eso está mal porque eres parte de mi
investigación... pero me gustas demasiado como para querer que te largues.
Así que quédate y luego veremos qué mierda hacer con Ji Chang Wook...
pero quédate conmigo, Yoongi.
El pelinegro empujó el cuerpo de Jin contra la pared, sintiendo el ligero
dolor en su brazo, ignorándolo antes de besarlo con intensidad. Mordió el
labio inferior de Jin, rozando su lengua e irrumpiendo en su boca apenas el
mayor le permitió la entrada. Su lengua se enredó con la de Jin y disfrutó
cada centímetro de su tibia cavidad. Demasiado tiempo deseándolo y
escuchar los húmedos chasquidos de sus labios y lengua chocando no se
comparaba en nada a lo que imaginó.
Yoongi succionó su labio antes de separarse en busca de aire, Jin se
encontraba con sus labios enrojecidos y su respiración agitada.
Seokjin sostuvo con cuidado la camiseta de Yoongi, evitando tocar su
brazo dañado. Acarició con suavidad su pecho intentando alejar las dudas;
porque daba igual cuánto luchara por convencerse de que todas sus acciones
iban ligadas a su trabajo, la verdad es que hacía mucho que su interés por
Yoongi era completamente personal.
33
Seokjin mantenía sus ojos fijos en el techo. Se encontraba en su cama y
a su lado Yoongi dormía profundamente. Se giró para observarlo y sus
dedos trazaron suavemente por su mejilla, viendo como su expresión
cambiaba entre sueños.
Reprimió la risa ante eso; el chico que en la noche se le declarara de
manera directa y hasta agresiva, era totalmente diferente al dormir.
Frunció el ceño al recordar aquel beso y suspiró al ver su mano; era algo
molesto sentirse irritado por no haber podido avanzar más, pero tampoco
podía esperar que todo cambiara de una sola vez.
Se levantó con cuidado de no despertarlo y se dirigió al baño. La
presencia de Yoongi en su cama era sorprendentemente relajante pero debía
prepararse para el trabajo de una vez.
Entró en la ducha luego de quitarse la ropa y dejó que el agua cayera
sobre su cuerpo, relajándolo y despejando su mente.
—Oh, supongo que madrugar tiene su encanto, oficial Kim.
Seokjin se giró sorprendido sólo para encontrarse con Yoongi apoyado
contra la pared con una ceja arqueada y su vista recorriendo su cuerpo sin
ningún pudor.
—En serio, tu actitud es increíblemente molesta —dijo suspirando; se
tensó ligeramente cuando Yoongi se desnudó por completo y se hizo lugar
en la ducha junto a Seokjin. Su mano libre se posicionó en la cintura del
mayor, sonriendo ampliamente al sentirlo estremecerse por el roce.
Cerró sus ojos cuando Yoongi acercó su boca a su cuello y succionó con
fuerza, acercando su cuerpo al de Seokjin. El mayor estuvo tentado a
detenerlo, después de todo debía salir; sin embargo su cuerpo parecía
reaccionar por su cuenta, sobretodo cuando la mano de Yoongi se deslizó
de su cadera, delineando sus muslos y hundiendo sus dedos en su piel antes
de que sus dedos rozaran su miembro.
Lo escuchó gemir y aprovechó este momento para besarlo, metiendo su
lengua con brusquedad dentro de su boca y cerrando su puño, deslizando su
mano lentamente por la creciente erección de Seokjin.
Cuando Yoongi empujó su cuerpo contra la fría superficie de azulejos,
arqueó su espalda. Sus gemidos se perdían entre el sonido del agua cayendo
y el ritmo que Yoongi llevaba nublaba sus sentidos. Dejó caer su cabeza
contra la pared, lo que el menor aprovechó para volver a atacar su cuello y
clavículas.
Seokjin mantenía sus manos sobre sus hombros y sus uñas se clavaron en
la blanca piel de Yoongi cuando sintió su cuerpo arder, agolpando cada una
de sus sensaciones en su vientre. Mordió su labio para reprimir el gemido
cuando un espasmo golpeó su cuerpo.
Yoongi mordió su piel, sintiendo como su mano recibía los fluidos que
escurrían rápidamente bajo el agua. Se separó dejando un beso suave en los
labios de Seokjin, tirando con sus dientes antes de alejarse por completo.
Seokjin jadeaba sin dejar de observar la sonrisa de suficiencia que
Yoongi mantenía.
—Ya puedes irte a trabajar, oficial.
Chasqueó la lengua molesto; no le gustaba que Yoongi le ordenara pero
aún así terminó saliendo de la ducha.
El menor apoyó su cabeza contra la pared y suspiró.
Había sido divertido, pero ahora tenía que encargarse del problema que
escuchar a Seokjin gemir mientras lo tocaba había provocado.
~•~•~
Jimin se mantenía apoyado contra el volante de su auto; su cabeza
ligeramente reclinada mientras sus dedos tamborileaban suavemente. Sus
ojos jamás abandonaban la entrada de la estación de policías; su rostro
estaba totalmente apático mientras veía el tránsito de oficiales en un ir y
venir de aquel lugar.
Se enderezó cuando vio aquel auto llegar; una profunda arruga se formó
entre sus cejas y su boca se tensó en una línea dura. Sus dedos presionaron
con fuerza el volante, blanqueando sus nudillos.
—Hijo de puta...
Murmuró con molestia; ver a Taehyung salir del lugar del conductor del
automóvil de Jungkook envió una corriente de molestia por sus venas. Sus
ojos no se despegaron de aquella escena.
Odiaba ver a Jungkook sonreír de esa forma mientras veía a Taehyung
avanzar hasta él luego de cerrar el auto. Odiaba que las manos del menor no
hubiesen demorado en rodear la cintura del castaño, atrayéndolo para cerrar
totalmente la distancia en un beso, sin importarle la gente a su alrededor; y
por sobretodo odiaba ver claramente como los ojos de Jungkook parecían
tomar vida simplemente al cruzarse con los de Taehyung antes de que el
castaño lo guiara al interior.
Golpeó contra el auto con violencia; tenía claro que su decisión lo iba a
alejar por completo de Jungkook... y aquello lo había dado por hecho desde
el primer momento.
Pero la idea de seguir viviendo en sus recuerdos lo había tranquilizado.
Daba igual qué tanto hiciera, si Jungkook podía recordarlo como en aquellos
momentos que compartieron todo iba a estar bien.
Pero ahí estaba Taehyung, arrebatándole todo una vez más. Como en
cada momento de sus vidas.
Porque siempre todo lo que deseó terminaba en manos de Taehyung y
eso había sido demasiado.
Ahí estaba, destrozando por completo el último vestigio de su vida;
llevándose a la persona que, pese a todo, había amado. Dolió aunque lo
negara, porque Taehyung y Jungkook habían sido su todo... y nuevamente,
le arrebataba algo que creyó suyo.
—Tenías que morirte en ese jodido lugar, Tae... no debías seguir vivo...
Sintió las lágrimas resbalar por sus mejillas y no pudo retener aquella
carcajada. Taehyung y Jungkook habían sido lo más importante en su vida
y ahora sentía el peso de su desición explotándole en la cara.
Había visto claramente que para Jungkook, lo suyo era una etapa
concluida; en su rostro simplemente se veía reflejado el amor hacia Kim
Taehyung.
Jimin suspiró, secando sus lágrimas y encendiendo el auto. Ya no tenía
algo que lo atara, debía concluir su trabajo y encontrar a Yoongi.
Sólo eso importaba ahora.
34
Yoongi observaba fijamente a Seokjin hablar con el doctor. Rodó los ojos
molesto, se sentía como un niño pequeño sentado en ese lugar, siendo
totalmente ignorado.
Miró su mano y movió sus dedos lentamente; se sentía algo extraño por
el mes que estuvo con aquella férula, pero ya estar libre y sano era mucho
mejor.
Seokjin terminó de hablar con aquel médico y se giró hacia Yoongi. No
pudo reprimir la sonrisa al verlo probar el movimiento en su mano; se sintió
aliviado de verlo bien.
—Ya está, podemos irnos—. Seokjin se acercó y tomó la mano de
Yoongi con cuidado, entrelazando sus dedos y sonriéndole.
—Oh, oficial... eres muy tierno ¿Eh?
—Y tú muy poco inteligente. Vamos.
Murmuró irritado, soltando su mano y alejándose, mas Yoongi tiró de su
brazo y juntó sus labios con los de Seokjin. El mayor correspondió,
profundizando el beso por unos segundos antes de separarse.
— ¿Ahora vas a dejar que te toque como corresponde, oficial? Ya estoy
sano.
Seokjin rió. —Salgamos de aquí primero ¿Quieres?
Yoongi asintió, siguiendo a Seokjin hasta el estacionamiento. Lo observó
en silencio mientras conducía, en cierta forma, haberse visto implicado en
toda esta situación lo había llevado a estar junto a Seokjin. El hombre junto
a él era un respiro dentro de todo sus problemas, incluso pese a ocultar su
verdadera forma de ser... aquella que lentamente comenzaba a conocer con
pequeños gestos.
Como aquel en el hospital donde tomase su mano. Seokjin lo dejaba
acercarse poco a poco y eso dejaba a Yoongi en un constante estado de
relajo. Le gustaba más de lo que pensó en un principio y eso lo asustaba.
Eran diferentes.
El mundo de Seokjin era distinto y Yoongi estaba completamente en otro
polo.
—Debo pasar a buscar algo en mi escritorio... ¿Vienes? —Seokjin dijo
alzando sus cejas de forma inquisitiva.
—Ah... sí... no creo que sea buena quedarme solo en la calle.
Seokjin asintió, bajando antes y esperando que Yoongi lo siguiera. Pero
antes de siquiera entrar a la estación, el menor tomó su mano y entrelazó sus
dedos con el ceño fruncido en confusión.
— ¿Sucede algo? —Seokjin dijo enfrentándolo directamente, sonriendo
para aligerar el notorio nerviosismo en Yoongi.
—Cuando digo que me gustas... es en verdad, Seokjin. No sólo por tu
físico... incluso aunque seamos totalmente opuestos. Sólo quiero que lo
sepas.
—Lo sé, Yoongi.
— ¿Confías en mí?
—Sí.
Vio el cuerpo de Yoongi relajarse, no era una mentira. Le asustaba
confiar en él pero ya estaba totalmente involucrado con el menor; sus
sentimientos por Yoongi iban creciendo día a día. Se acercó y abrazó al
menor, besando suavemente su cuello al hundir su rostro en aquel lugar.
Yoongi correspondió el abrazo con gusto; daba igual todo el dinero y
propiedades que tuviera, nada se comparaba a estar en ese momento
abrazándolo.
—Me gustas muchísimo, Seokjin.
—Vamos, deja terminar esto y volvamos pronto a casa.
Yoongi rió; siguiendo a la estación a Seokjin. Aquel lugar le incomodaba
pero se mantuvo esperando en silencio a que Seokjin reuniera lo que
buscaba; sus ojos fijos en él cuando escuchó pasos acercarse.
—Hey, Kim.
—Ah, Jung... ¿Viste el informe de Min?
—Ni idea, si lo veo te llamo.
—Gracias, Hoseok. Nos vemos entonces.
Jin sonrió y tomó otras cosas antes de acercarse a Yoongi, tomando su
mano para sacarlo de allí. Hoseok ladeó su cabeza al verlos salir y una
sonrisa curvó sus labios mientras marcaba en su móvil.
—Hey, tanto tiempo.
— ¿Qué quieres?
—Encontré a tu perro perdido.
— ¿Min Yoongi?
—El mismo; encontró un nuevo dueño creo.
— ¿Dónde está?
—Kim Seokjin —rió al escuchar el suspiro irritado al otro lado de la línea
—Mi cuenta sigue siendo la misma.
—Estamos hablando, Hoseok.
—Siempre es un gusto hacer negocios contigo, Jimin.
~•~•~
Seokjin entró al departamento y dejó sus cosas sobre la mesa; seguía
molesto por no haber encontrado los papeles que Taehyung le pidiera. Su
ceño estaba profundamente fruncido y se sobresaltó cuando los brazos de
Yoongi lo rodearon por la cintura, observándolo intensamente.
— ¿Te preocupa algo?
—El inspector Kim no estará feliz.
—Pero tiene a tu amigo cara de idiota para relajarlo ¿No?
—Supongo que sí.
—Y tú me tienes a mí.
Iba a reclamar, pero la boca de Yoongi tomó la suya con fuerza,
mordiendo su labio inferior y deslizando su lengua. Buscaba el permiso que
Seokjin rápidamente le entregó y recorrió su húmeda cavidad dedicándose
a sentir cada lugar. Succionaba su lengua y sus manos comenzaron a soltar
su cinturón para pasar a desabotonar el pantalón; haciendo su camino bajo
la tela y presionando con brusquedad.
Seokjin gimió contra su boca; separándose en busca de aire, extendió su
cuello, momento en que Yoongi aprovechó de atacar su cuello.
Mordía y succionaba su piel, tirando entre sus dientes el lóbulo de
Seokjin para lamerlo con ansias.
Cuando la ropa de Seokjin cayó al suelo de su sala, Yoongi recorrió cada
lugar de su piel con sus manos, acercando su cuerpo y dejándolo caer sin
cuidado en el sofá. Lo vio fruncir el ceño ante esto y sonrió divertido al
entender que no se esperaba estar en aquella posición, pero lo ignoró.
Separó sus piernas para ubicarse entre éstas y movió sus caderas,
friccionando y gimiendo ante el roce.
Una de sus manos buscó el miembro de Seokjin, moviéndose con rapidez
al ritmo que su lengua recorría nuevamente su boca.
—Me estás lastimando, idiota—. Seokjin buscó con sus manos soltar el
pantalón de Yoongi, la tela estaba volviendo dolorosa aquel movimiento.
—Espera.
Yoongi se separó, deshaciéndose de su ropa, liberando su propia erección
y relamiendo sus labios al ver al mayor comenzar a masturbarse ante la
demora. Volvió a su posición y quitó la mano de Seokjin, alejándolo antes
de comenzar a besar sus muslos, marcando cada parte de su piel. El gemido
que escapó de la boca de Seokjin repercutió directamente en su miembro,
quería seguir escuchándolo gemir y pedir por más. Lamió lentamente toda
la extensión del miembro dolorosamente erecto de Seokjin antes de hundirlo
en su boca, ahuecando sus mejillas con profundas succiones que
acompañaba con lamidas.
Aumentó el ritmo y llevó sus dedos a la boca de Seokjin, cerrando sus
ojos cuando lo sintió lamerlos y succionarlos como si fuera una extensión
de su propio miembro. Los retiró gimiendo ante el chasquido de humedad
que escuchó y con lentitud comenzó a acariciar su entrada, hundiendo sus
dedos a distintos ritmos y curvándolos en su interior.
Lo escuchó murmuras algo entre gemidos y sintió su miembro tensarse
en su boca, sintiendo cada espasmo con su lengua y sin dejar de presionar
una y otra vez contra su próstata.
Una de las manos de Seokjin tiró de su cabello al tiempo que sus caderas
se alzaban, llegando a su orgasmo y dejando que la boca de Yoongi recibiera
todo su fluido.
Se separó de Seokjin, succionando una última vez para limpiar cualquier
rastro que pudiese quedar y movió sus dedos una vez más, satisfecho de su
trabajo.
La piel de Seokjin estaba cubierta por una capa de sudor y sus labios
gruesos se veían enrojecidos e inflamados. El cuerpo de Yoongi se reclinó
sobre el suyo, ubicando su miembro contra la entrada ya dilatada de Seokjin,
presionando de una sola vez hasta que sus cuerpos quedaron sin espacio
entre ellos.
Besó sus labios y Seokjin cruzó sus brazos alrededor del cuerpo de
Yoongi. Recorriendo su espalda que era fina pero musculada. Cada músculo
del menor tensándose bajo su toque.
Enredó sus piernas y lo incitó a continuar, moviendo sus caderas para
marcarle el ritmo que pronto, Yoongi siguió con diligencia.
Escuchaba los gemidos de Seokjin aumentar de intensidad cuando
levantó una de sus piernas para un mejor ángulo y golpeó profundamente
una y otra vez contra ese punto.
Su piel estaba siendo marcada y no le importaba, sentir los dedos de
Seokjin hundirse en su piel debido al placer lo dejaba en un estado de éxtasis
insuperable.
Su mano buscó el miembro de Seokjin que nuevamente estaba totalmente
erecto y lo masturbó al ritmo de sus penetraciones.
El mayor arqueó su espalda, sentirlo dentro de su cuerpo sumado al
estímulo directo a su miembro lo tenían de nuevo al borde del orgasmo y no
necesitó demasiado para volver a sentir su cuerpo arder, dejando que el
fluido blanquecino se esparciera sobre su cuerpo. Sus paredes presionaron
contra Yoongi, los espasmos maximizaron la fricción y con una última
embestida, Seokjin sintió su cuerpo ser llenado por aquella tibia humedad.
La frente de Yoongi cayó contra la suya, sus cabellos mezclándose y
pegándose a su piel por el sudor y sus respiraciones agitadas e irregulares.
Buscó los labios del menor, gimiendo suavemente cuando Yoongi salió
de su cuerpo sin cortar aquel beso.
Se quedaron en silencio, disfrutando de aquello que por tanto tiempo
desearon en silencio y que por fin podían consumar, abandonándose a ellos
mismos y olvidando todo lo que los rodeaba.
Seokjin acarició su espalda suavemente, cerrando sus ojos por unos
segundos.
—También me gustas, Yoongi. Cuando todo esto termine... vamos a
seguir juntos.
35
Jungkook se quedó en su lugar, esperando que Taehyung terminara
aquella reunión.
Llevaba encerrado en su oficina por casi dos horas y ya estaba sintiendo
ansiedad. Cuando la puerta se abrió y el Superintendente salió de aquel lugar
con el rostro ensombrecido y actitud tensa, Jungkook se levantó para
dirigirse hasta aquel lugar.
—Ahora no, Jeon —. Tae murmuró, apoyando su rostro en sus manos e
ignorando la presencia de Jungkook.
El menor cerró la puerta, asegurándola antes de cerrar la distancia con
Tae.
— ¿En serio crees que me iré?
—De verdad, Jungkook... por favor ve a hacer algo más.
Tae dijo sin alzar la vista; estaba molesto y no quería dejar que eso
interfiriera en su relación. Soltó el aire de golpe cuando las manos de
Jungkook presionaron sus hombros suavemente antes de obligarlo a girar
en su silla hasta enfrentarlo.
—No voy a irme, Tae —dijo antes de sentarse en su regazo, dejando caer
sus piernas a cada lado de los muslos de Tae y rodeando su cuello. El mayor
suspiró antes de que sus manos descansaran suavemente sobre la cintura de
Jungkook.
—Estamos estancados, Jungkook.
—Lo sé.
—Y el jefe quiere filtrar la información de Jimin, obligarlo a moverse.
—Quizá sea lo mejor.
—Filtrar eso sería abrirle la puerta a los medios, tú eras parte de su vida...
no te quiero en ese circo.
—Era, Tae... ahora estamos juntos.
Jungkook apoyó su frente contra la del castaño; Taehyung buscó sus
labios, besándolo lento y con parsimonia.
—Perdón por lo de antes, no quise hablarte así.
—Lo sé, Tae; no pienses en eso.
Taehyung abrazó con fuerza a Jungkook, dejando que el menor acariciara
su cabello hasta que toda la tensión que sentía fuera disipándose con cada
roce. Amaba estar junto a él, Jungkook se llevaba todas sus preocupaciones
y le entregaba seguridad.
—Estoy mejor, gracias.
Jungkook asintió, besando suavemente sus labios antes de levantarse. La
mano de Tae se enganchó en su cinturón y tiró de él, obligándolo a
agacharse nuevamente.
—Te amo —dijo mirándolo directamente a sus ojos y sonriendo al ver
como la piel nívea de Jungkook tomaba un suave tono rosa alrededor de sus
mejillas.
—También yo, volveré al trabajo, Inspector Kim.
~•~•~
Seokjin vio la hora y suspiró; tomando sus cosas se dirigió al
estacionamiento; sonrió al pensar en volver a casa, era agradable que
alguien esperara por él. Ésa parte de proteger a Yoongi siempre había sido
su favorita.
Pese a que en un principio sólo conseguía comentarios molestos, ahora
su relación era diferente.
—Hey, Seokjin —. Se giró para ver a Hoseok sonreírle con una carpeta
en su mano, sacudiéndola en su mano descuidadamente. —Encontré esto.
— ¿El caso Min?
—Así es ¿Aún lo quieres cierto?
Seokjin asintió, dejando de lado su auto y caminando hasta Hoseok;
revisó la carpeta y suspiró aliviado al ver que todos los papeles seguían
intactos. Hoseok observó en silencio y pese a que jamás se había
involucrado más de la cuenta, tampoco sintió mucho remordimiento.
Sus ojos vieron por el rabillo una figura y una de sus manos se deslizó
por su cabello con cansancio.
—Sabes ¿Seokjin? Creí que lo sentiría más.
— ¿De qué..?
Ni siquiera alcanzó a terminar su frase cuando sintió el golpe en su
cabeza; la carpeta cayó violentamente al suelo junto con él. Su visión se
nubló y sentía el hilo de sangre resbalar por su rostro, el golpe había sido
excesivamente fuerte y no entendía.
Su mano se extendió para alcanzar a Hoseok; no entendía por qué no lo
ayudaba, pero el segundo golpe llegó demasiado rápido.
—Ah, por qué lo golpean tanto... quedará idiota con tanto golpe en su
cabeza—. Hoseok suspiró al ver el cuerpo inconsciente de Seokjin.
—Nos llevaremos su auto.
—Eh... como sea, de todos modos yo no vi nada.
— ¿Las cámaras?
—Apagadas, no se preocupen.
Se quedó en su lugar viendo como su compañero era llevado por aquellos
dos hombres. Hizo una mueca de desagrado al ver las gotas de sangre en el
lugar donde Seokjin hubiese caído, agachándose con un pañuelo y
limpiando antes de tomar la carpeta y guardarla.
—Ah, Jimin... me debes una muy buena suma por esto.
~•~•~
Yoongi frunció el ceño; era probable que Seokjin siguiera en su trabajo
pese a ser casi las once de la noche, pero tenía aquella molesta sensación de
incomodidad.
¿Debería llamarlo? Seokjin le había dicho que no interrumpiera en su
trabajo y que cualquier problema sería él quien llamaría.
Pensó en Jungkook y Taehyung, pero interrumpirlos a esta hora también
parecía incorrecto.
Miró su teléfono, observando el nombre de Seokjin mientras decidía si
llamar o no.
Pero el teléfono sonó antes; sonrió aliviado y contestó dejando su
preocupación de lado.
—Hey ¿No es muy tarde ya? ¿Cuándo vas a...?
—Min hijo de puta Yoongi...
Yoongi palideció al escuchar su voz; su teléfono tembló en su mano y
tragó con dificultad.
— ¿Por qué... por qué estás llamando de este número?
—Pensé que eras inteligente; verás... si escapas de mí, debo acercarme
a alguien que pueda hacerte salir de tu jodida ratonera.
— ¿Dónde está? Si le haces algo juro que...
Escuchó la risa de Jimin y su piel se erizó. —Escúchame bien, ven a tu
jodida casa y deja de escapar, porque sabes que no tengo paciencia... y Kim
Seokjin no tiene mucho tiempo tampoco. Ah... por favor, olvídate de llamar
a Tae... voy a matar a Seokjin si llego a verte junto a Taehyung o algún otro
policía.
—Hey, no lo toques, él no... ¿Park? ¿PARK?
Escuchó el sonido de la línea cortándose y lanzó el teléfono con fuerza.
Sabía que ponía en riesgo a Seokjin; lo tenía claro desde el primer momento
pero deseó estar junto a él pese a todo.
Tomó su chaqueta y salió del apartamento; tomó el primer taxi que pasó
y al llegar a su antiguo hogar, su corazón se aceleró.
Dentro no se escuchaba ningún sonido y las luces se mantenían apagadas;
a excepción del pasillo que daba al escritorio de su padre.
Vio a uno de los hombres de Jimin sonreírle con burla antes de abrir la
puerta y empujarlo con demasiada fuerza al interior.
Jadeó al ver a Seokjin sentado en el escritorio, inconsciente y con el rostro
marcado con golpes y ensangrentado.
— ¿Qué le hiciste?
—Yoongi, si te digo que voy a matarlo, no vas a creerme. Necesitaba que
entendieras que Kim Seokjin no me interesa, no al menos como a ti...
—Déjalo ir.
—Firma.
—No firmaré una mierda hasta que me asegure que él estará bien.
Jimin bufó, indicándole a su hombre que sostuviera a Yoongi antes de
que se acercara. El menor forcejeó, pero sus brazos fueron inmovilizados.
Yoongi gritó cuando Jimin sostuvo con fuerza el cabello de Seokjin,
mirándolo fijamente a los ojos.
— ¿Te enamoraste de tu policía? Eso es lindo.
— ¡NO LO TOQUES!
—FIRMA.
Jimin empujó con violencia el rostro de Jin contra el escritorio antes de
dejarlo caer al piso. Su pie presionó su cuello con fuerza y sacando su arma,
apuntó directamente a su cabeza.
Iba a matarlo si no firmaba; Yoongi lo sabía... mordió su labio pensando
en el hombre inconsciente, que respiraba con dificultad por la presión que
Jimin ejercía sobre su cuello.
Si firmaba, Seokjin jamás se lo perdonaría... le estaba abriendo el paso a
la expansión...
Pero la vida de Seokjin era lo que más le importaba en ese momento.
—Firmaré.
Jimin sonrió. —Es una buena elección.
Los dedos de Yoongi temblaron sosteniendo el lápiz sobre aquellos
papeles que lo hacían renunciar a sus propiedades. Sintió a Jimin preparar
su arma, listo para disparar si decidía negarse. Y eso fue lo único que
necesito para estampar su firma.
El otro hombre tomó los papeles y los guardó; vio la sonrisa de Jimin
ampliarse ante esto y Yoongi quiso ir donde Seokjin, pero nuevamente fue
sostenido contra el escritorio con fuerza.
—Verás... no puedo matarte porque si llegamos a necesitar de algo más
para usar tus propiedades, sería una molestia.
—Suéltame... ya tienes lo que quieres, sólo déjanos.
—Pero, Yoongi... necesito que entiendas que no es un juego.
—No...
—Y Seokjin es un buen ejemplo para ti.
Gritó, sintiendo su garganta arder pero su voz fue acallada por aquel
disparo. Jimin suspiró, limpiando el arma y lanzándola junto a Jin antes de
caminar lejos de su cuerpo.
—Supongo que no durara mucho con esa herida; deberías hacer algo
pronto aunque tu casa queda bastante lejos.
Yoongi ignoró a Jimin, arrodillándose a su lado y presionando su pecho
en donde la sangre brotaba sin control. Las lágrimas caían por su rostro al
ver la sangre agolparse bajo su cuerpo.
Buscó a su alrededor y tomó el móvil que yacía sobre el charco de sangre
que se formaba. Ni siquiera prestó atención luego de pedir la ambulancia ni
tampoco se preocupó de cortar la llamada.
—No mueras... Seokjin, no mueras...
Repetía una y otra vez, pero la sangre seguía brotando. Presionó su
cabeza contra su cuerpo, ahogando los sollozos desesperados.
Seokjin se desangraba a su lado y ni había nada que pudiese hacer para
evitarlo.
36
Taehyung observaba su pecho en el espejo, frunció el ceño trazando una
de las cicatrices más extensas. En el hospital habíam hecho un buen trabajo
en tratarlo y pese a ser notorias, habían conseguido minimizarla bastante.
Ladeó su cabeza con algo de desagrado; aún no se acostumbraba a verse
y seguía recordando, sin embargo Jungkook se encargaba poco a poco de ir
cambiando aquello.
— ¿Qué tanto miras?
Jungkook dijo abrazándolo por su espalda y apoyando su cabeza en su
hombro. Sus ojos se encontraron a través del espejo y Taehyung le sonrió,
tomando las manos que se entrelazaron sobre su abdomen.
—Mi cuerpo.
Jungkook sonrió, besando suavemente su cuello y su hombro, logrando
que Tae se encogiera ante el contacto.
Sus manos recorrieron suavemente cada marca en su cuerpo, apenas
rozando la yema de sus dedos.
Del tiempo que llevaban juntos, tenía claro que Taehyung seguía
sintiéndose incómodo ante su cuerpo, no por algo estético sino por todo lo
que implicaba.
Para Jungkook también era doloroso verlo pasar por eso y se esforzaba
cada día en que cada recuerdo doloroso fuese reemplazado por nuevos.
Volteó el cuerpo de Tae entre sus brazos, acariciando suavemente su piel y
delineando su contorno; los ojos de Tae se mantenían cerrados y su frente
apoyada contra la del menor.
Para Jungkook, la presencia de Taehyung era etérea; no lo amaba por
algo en específico, todo en el castaño le transmitía tranquilidad. Incluso
después de todos los problemas que habían atravesado para estar juntos en
ese momento.
—Tae, da igual lo que haya sucedido; lo que debería importarte es esto
que tenemos ahora
—Es lo que me importa.
Eso está bien; estamos juntos y nadie va a volver a tocarte. Nadie puede
volver a poner un dedo encima de mi Kim Taehyung.
Taehyung sonrió, rodeando el cuello de Jungkook y acercando sus labios
y mordiendo suavemente el del menor. Su lengua jugando en el interior de
la boca contraria y tomando el control de aquel beso. Lo empujó hasta que
el cuerpo de Jungkook cayó sobre la cama, sentándose a horcajadas sobre él
sin dejar de besarlo.
Jungkook sostuvo sus caderas, acariciándolo suavemente y subiendo sus
manos por su columna. Sonrió cuando la espalda de Tae se arqueó ante su
toque, jadeando suavemente.
Volvió a besarlo, sosteniendo el cabello de Jungkook para profundizar
aquel encuentro.
—Tae —susurró contra sus labio, separando al castaño para observarlo
directamente.
— ¿Sí?
—Te amo tanto.
Taehyung se acomodó, bajando de sobre Jungkook y abrazándolo,
apoyando su cabeza en su pecho. Cerró sus ojos relajándose ante las caricias
que Jungkook le regalaba, escuchando como su respiración se igualaba a la
de él.
—No sabes lo mucho que me gusta escucharte decir eso.
— ¿Debería repetirlo muchas veces entonces?
—Sí, Jeon... deberías repetirlo tantas veces como puedas, yo también lo
haré para ti. Te amo, Jungkook.
Se quedaron en silencio, la mano de Jungkook trazando figuras en la piel
de Tae; disfrutando aquella cercanía sin necesidad de palabras.
Para Taehyung, no eran necesarias las palabras ya pese a que había dicho
aquello. Porque un te amo no alcanzaba a explicar la cantidad de emociones
que sentía en ese momento.
Haberlo conocido en un mal momento, haber superado juntos aquello era
lo que los había acercado, sin embargo lo que los mantenía juntos era
distinto.
Ya no era el recuerdo de alguien más; no era la tristeza compartida sino
las ganas de que aquella felicidad que despertaban mutuamente se
extendiera.
—Jungkook—. Tae se acomodó mejor, entrelazando sus piernas con las
del menor.
— ¿Dime?
—Lo he pensado... vivir contigo es perfecto, amor... pero no es
suficiente... te quiero completamente mío ¿Entiendes?
—Soy tuyo Tae.
—No es algo que haya planeado alguna vez, pero creo que es lo normal.
Casémonos...
Sintió las caricias de Jungkook detenerse y por instinto se alejó para
observarlo. Sonrió nervioso, despeinando su cabello algo arrepentido de sus
palabras.
Se había dejado llevar por la situación, diciendo en voz alta aquellos
pensamientos que de hacía algunas semanas ya pensaba.
Rió nervioso al ver que Jungkook simplemente lo observaba.
—No... no mires de esa forma, no es que tengas que aceptar. Sólo... es
algo que pensé.
—Tae.
—Mierda, Jeon... sé que suena estúpido y todo eso... que sería netamente
simbólico porque aún no es legal y... bueno...
—Taehyung ¿Es en serio?
Tae suspiró. —Es algo... que me gustaría, sí.
Jungkook guardó silencio. No es que alguna vez no hubiese planeado
aquello, pero con otra persona.
Si se preguntaba a sí mismo si sus sentimientos hacia Taehyung eran así
de profundos, diría sin dudas que sí.
Pero había dejado de planear... había decidido vivir el día a día luego de
aquello. Pensar a futuro no era algo que hubiese deseado, pero las palabras
de Taehyung parecieron tener tanto sentido que lo abrumó.
Había dejado de planear porque le aterraba volver a perder todo.
Aun así y pese al miedo, deseaba que su futuro fuese junto al castaño que
ahora lo miraba con ansiedad. Más que cualquier otra cosa, quería su vida
junto a Taehyung y no podía negarlo.
Lo amaba por sobre el miedo.
—Vamos a hacerlo. Cásemonos, Tae.
— ¿De verdad?
—Sí. Quiero que estemos juntos, es algo especial y te amo.
Taehyung sonrió, volviendo al lugar donde estaba antes de aquella
conversación. — ¿Quieres algo impresionante?
—No, conque seamos tú y yo es suficiente.
Tae asintió. —Me gusta como suena eso.
— ¿Hmn?
—Tú y yo.
37
Jimin observaba los papeles firmados y una sonrisa cruzó sus labios.
Se estacionó afuera del escondite de Chang Wook y terminó el depósito
para Hoseok con tranquilidad. Reclinó su cabeza contra el respaldo y sus
manos apretaron el volante.
Pensó en Jungkook y su ceño se frunció; no pudo evitar recordarlo hablar
de Seokjin...
Seokjin Hyung ha sido muy amable... apenas podamos estar juntos vamos
a salir los tres.
Rió amargamente. Él también hubiese querido presentarle a Taehyung...
él también quería una vida junto a ellos. Pero eso no era suficiente.
—Porque yo nunca fui lo suficientemente bueno... ¿No, Tae?
Salió del auto con los papeles y entró a aquella casa en las afueras de la
ciudad. Miró a los tipos que montaban la guardia y los saludó con un sutil
movimiento de cabeza.
Todo en ese lugar era diferente; nadie cuestionaba sus decisiones y lo
respetaban.
Como siempre lo merecí...
Incluso le permitían pasearse como el dueño y señor de aquel sitio. Por
sus manos pasaba la vida y la muerte.
Ahogó la risa cuando entró en aquel cuarto y esperó con una sonrisa
altanera a que Chang Wook se dignara a darle atención.
Chang Wook bebió su whisky, sentado en el borde de su cama con
expresión molesta.
—Jefe, tengo los papeles—. Jimin se acercó, extendiéndole los papeles a
aquel hombre que lo había dado una nueva vida.
Chang Wook se paró, tomándo los papeles con la firma de Yoongi; una
sonrisa se extendió por su rostro.
—Ah, maldito Min... ¿Cómo fue que firmó?
— ¿Acaso importa?
— ¡Claro que sí! Quiero saber... quiero que me cuentes cómo fue que
doblegaste a ese puto crío.
Jimin suspiró.
Ése era el problema de su nuevo jefe; la emoción de torturar a otros lo
sobrepasaba y perdía el norte. Le sorprendía que pudiese dirigir tal imperio
siendo tan impulsivo.
—Atrapamos a alguien cercano y firmó para protegerlo.
— ¿Lo mataste supongo?
—Le disparé, así es. Dudo que haya sobrevivido a eso.
—Jimin... mi Jimin, me siento tan feliz de haberte recogido como el puto
perro callejero que eras.
Jimin observó a Chang Wook regocijarse con su firma, tan simple... tan
ególatra...
Tan imbécil... pensó cerrando sus ojos por unos segundos; sus
pensamientos yendo hacia aquella noche cuando escuchó las palabras de
Taehyung.
El castaño lo había apartado de todos para decirle que el NIS lo había
pedido. Aquello había sido un golpe bajo... Jimin estaba listo para tomar su
cargo en la policía... y Taehyung había sido pedido para dirigir el NIS.
Siempre un paso por delante... siempre por encima...
Eso había sido lo que hizo que Jimin colapsara... porque jamás pudo
superarlo; entonces no dudo en acercarse a Ji Chang Wook. Y fue tan fácil...
daba igual mostrarse como policía, porque estaba renunciando.
Y sólo debía cumplir una orden para ganarse su confianza.
Mátalo. Mata a tu compañero, Park Jimin.
¿Cuánto había llorado? No recordaba... pero escuchar los gritos de dolor
de Taehyung lo hizo dudar por un momento... pero ya en su inconsciencia,
aquella bala fue mucho más fácil de disparar.
Haberlo sacado de esa fábrica había sido un truco divertido... y vaciar su
cargador en su cuerpo, evitando puntos vitales para verlo sufrir por cada
momento en que lo pisoteó... eso había sido perfecto. Moriría desangrado y
solo.
Como un perro.
—Sabes, jefe...
— ¿Huh?
—La vida es un asunto divertido... un día eres un policía que intenta
superar a un bastardo una y otra vez... y después eres el mejor en lo que
haces... pero contra aquellos a los que juraste proteger.
— ¿Oh? ¿Estás nostálgico?
—Algo —Jimin sonrió. —Pero encontré mi lugar, jefe.
—Eso me hace feliz, Jimin. Has sido leal, cuando estemos lejos de esos
imbéciles, serás mi mano derecha.
Jimin rió. —No comprendes, jefe. Te agradezco la oportunidad... pero mi
lugar no es a tu lado.
— ¿Huh? —Chang Wook soltó una carcajada. — ¿Vas a desertar
también de esto? ¡Eres un perdedor! ¡Ahora entiendo por qué siempre fuiste
la sombra de tu compañero!
Un profundo suspiro escapó de la boca de Jimin mientras desenfundaba
su arma. Vio el rostro de Chang Wook palidecer ante esto.
—Creo que no entendiste, jefe; mi lugar no es a tu lado... mi lugar es el
que tú, puto imbécil estás ocupando.
—Pero qué mierda... ¡HEY, ENTRA AQUÍ!
—Algo que aprendí este corto tiempo a tu lado, Ji... todo el mundo tiene
su precio... y Dios, el de tus hombres es tan bajo... tu lealtad termina cuando
el dinero está sobre la mesa.
—Mientes... ¡Voy a matarte! ¡Eres un simple perro que sigue órdenes!
¡No eres mejor que tu compañero ni que yo!
Jimin chasqueó la lengua; Chang Wook seguía hablando sobre Taehyung
y eso lo hizo perder su paciencia.
El peso de su Taurus jamás se sintió tan bien; nunca tuvo tanto poder
como en ese momento y lo disfrutaba.
—Jimin... no hagas una estupidez...
—Ruega.
— ¿Qué?
—Ruega por tu vida, Ji Chang Wook.
Chang Wook rió. El rostro de Jimin estaba sin expresión y su arma
apuntaba directamente a su cuerpo; sus carcajadas resonaban en el cuarto,
la burla directa a Jimin lo tenía extasiado.
— ¿Crees que tomando mi lugar serás mejor que tu compañero? —dijo
dejando de reír. —Nunca vas a ser mejor que él, incluso tu amado oficial
Jeon te cambió por él... eres un...
El impacto de bala en su estómago lo hizo callar; escupió sangre pero la
sonrisa jamás abandonó su rostro.
—Ji... Jimin... eres... eres una basura...
—Cállate.
—N-nunca vas... a ser mejor...
— ¡CÁLLATE!
Escuchó la risa de Chang Wook resonar ahogada con su propia sangre.
—Cállate, cállate, cállate... ¡CIERRA LA PUTA BOCA TAEHYUNG!
Antes de darse cuenta, la última bala de su arma se estrelló contra el
cuerpo de Chang Wook que yacía en el suelo ensangrentado.
Jadeaba intentando calmarse pero las palabras seguían grabadas en su
cabeza.
—No es cierto... no eres mejor que yo... en toda tu puta vida vas a ser
mejor que yo, Kim Taehyung.
38
Besó lentamente la piel de su cuello, sintiendo el suave quejido de Tae
entre sueños. Sonrió contra su piel, disfrutando como el cuerpo de Taehyung
buscaba instintivamente más cercanía.
Recorrió con su mano el contorno del cuerpo del mayor, y sus ojos
brillaron deseosos cuando Taehyung abrió sus ojos aún con sueño y le
dedicó una sonrisa.
—Es una buena forma de despertar.
Murmuró con voz ronca, cerrando sus ojos al sentir los dedos de
Jungkook deslizarse por sus muslos, presionando suavemente. El menor
observaba cada reacción de Tae, quien totalmente entregado a las caricias,
separó sus labios intentando buscar aire cuando Jungkook presionó su
entrepierna, comenzando a aumentar la erección.
Se ubicó sobre su cuerpo, buscando su boca y besándolo con ansiedad;
empujando sus caderas para friccionar sobre la delgada tela del pantalón que
Tae usaba para dormir, ahogando el gemido cuando el castaño alzó sus
caderas, buscando más contacto.
Escuchó el gemido de Tae morir contra sus labios y no pudo evitar fruncir
el ceño cuando en su mesa de noche, su móvil comenzó a vibrar
insistentemente.
—Jungkook... —gimió débilmente, mirando el teléfono que seguía
vibrando. —Jungkook... tu móvil...
—Déjalo.
—No... Jungkook...
El menor bufó irritado; besando suavemente a Tae antes de sentarse de
mala gana, tomando el teléfono y frunciendo el ceño al no reconocer el
número.
—Jeon Jungkook ¿Con quién hablo?
Tae observó como el rostro de Jungkook se ensombrecía y su mano
temblaba con el teléfono.
—Jungkook... bebé, qué ocurre...
La llamada no duró demasiado, pero Jungkook pareció envejecer años en
sólo minutos. El castaño se arrodilló a su lado, acariciando suavemente su
cabello para intentar confortarlo mientras esperaba que el menor hablara.
—Jin... Jin está...
Taehyung vio las lágrimas agolparse en los ojos de Jungkook; respiró
profundo antes de levantarse y tomar ropa del armario, entregándole a
Jungkook antes de sonreírle.
—Todo está bien, amor... vístete y vamos...
—Gracias...
~•~•~
Sus piernas parecían querer fallar en cualquier momento; Tae no soltó su
mano en ningún momento, ni siquiera cuando se acercó a Yoongi que estaba
como ido en el suelo.
Su cuerpo estaba completamente ensangrentado y Jungkook no pudo
contenerse, corriendo hacia él y levantándolo por la ropa con violencia.
Taehyung intentó detenerlo, pero Jungkook no escuchaba.
— ¿Qué le hicieron? —dijo demasiado alto, llamando la atención de
enfermeras y doctores. Ignoró las amenazas de llamar a seguridad y
Taehyung tuvo que abrazarlo, intentando separarlo de Yoongi.
—Yo... no pude evitarlo.
— ¡¿Qué mierda le hicieron?!
Gritó azotando el cuerpo de Yoongi contra la pared, pero él ignoraba
cualquier acción en su contra.
—Jungkook, basta... deja ver qué puedo averiguar, sólo déjalo.
—Si fue tu culpa, juro que voy a matarte... voy a matarte ¿Escuchaste?
Yoongi rió amargamente; mirando por fin a Jungkook.
— ¿Quieres saber qué pasó? Tu puto Park Jimin le disparó y lo dejó
muriéndose...
Jungkook soltó a Yoongi confundido; sabía que Jimin había cambiado,
pero atacar a Jin era algo totalmente diferente.
Se giró en busca de Taehyung y lo vio acercarse junto a uno de los
doctores; su rostro se veía sombrió y el leve movimiento de su cabeza lo
hizo sentir su pecho apretado.
—Bebé, necesito que estés tranquilo.
—Dime qué sucede, Tae.
—Kim... perdió mucha sangre, Jungkook; hicieron lo posible pero... no
están seguros de que pase la noche, bebé.
—Estás mintiendo.
Taehyung cerró sus ojos, abrazándolo y sintiendo los espasmos propios
del llanto golpear su cuerpo.
—Debemos esperar, amor. Voy a quedarme contigo...
—Quiero verlo.
—No puedes, Jungkook.
—Por favor, ayúdame... quiero verlo, Tae.
El castaño suspiró, sus ojos buscaron al médico que lo observaba con
comprensión.
—Está conectado a un respirador, puedo permitirle cinco minutos, no
más.
—Eso es suficiente, muchas gracias.
~•~•~
Entrar a ese cuarto lo hizo querer vomitar. Su mejor amigo postrado en
aquella cama, lleno de mangueras y totalmente vendado; su rostro estaba
deformado por lo que era claro que había sido golpeado brutalmente.
Se sintió incapaz de acercarse; se sintió tan culpable de verlo luchar por
su vida... que Jimin hubiese hecho aquello lo hizo sentir tanto enojo y odio
que era incapaz de pensar con claridad.
Salió de aquella sala y caminó a los vestidores justo a tiempo para
escuchar su teléfono sonar.
— ¿Qué? —contestó molesto sin importarle la poca educación al
responder; escuchó una risa del otro lado de la línea y sintió un escalofrío
recorrer su espalda.
—Amor, ha pasado tanto tiempo desde que oí tu hermosa voz.
—Lo que le hiciste a Seokjin... lo que le hiciste a Taehyung... Dios... juro
que...
—Veámonos, Jungkook —. Jungkook guardó silencio al escucharlo; su
corazón latió irregularmente y sintió todos los músculos de su cuerpo
tensars. —Ven por mí, Jungkook. Ven por mí y juro que no tocaré a
Taehyung... soy un hombre de palabra, Jungkook.
La imagen de Taehyung llegó a su mente; no quería que él saliera dañado.
No podría vivir sabiendo que algo pudiese pasarle a Taehyung.
—Cuándo.
—Mañana en la noche, mi amor; sabes dónde... ah... y para que veas que
mi amor por ti es totalmente sincero; envié un presente a la estación.
—De acuerdo.
~•~•~
—Bebé, debo irme... sucedió algo en la estación y no quisieron decirme
por teléfono... mierda, se están moviendo.
Tae dijo cuando Jungkook volvió a la sala de espera del hospital luego
de ver a Jin.
—Por favor no te muevas de este lugar, si se están moviendo... es porque
consiguieron lo que necesitaban.
—Tae... —murmuró recordando el llamado, pero alejando la idea de
contarle. —Esperaré por ti.
—Volveré apenas pueda.
Tae abandonó el hospital y condujo lo más rápido que pudo hasta llegar
a la estación de policía. Corrió hasta encontrarse con todos sus oficiales
corriendo y dejando que el nerviosismo tomara control.
Mierda... qué pasó...
— ¡Señor!
El grito de Changkyun resonó por sobre los murmullos; el menor se
acercó, guiándolo hasta la recepción del lugar.
— ¿Qué mierda es eso? —dijo al ver al grupo de operaciones especiales
tener un perímetro de seguridad.
—Llegó hace un rato... Jung dijo que no debíamos tocarlo y mandó a
pedir refuerzos.
—Inspector Kim, esperábamos por su orden. Hicimos un perímetro de
seguridad por precaución pero estamos seguros que no se trata de algún
artefacto explosivo ¿Deberíamos deshacernos del objeto sospechoso? —el
líder del equipo especial hablaba rápido y se mantenía firme frente a
Taehyung. —Y... está remitida a usted, Señor.
Tae chasqueó la lengua. —Ábrelo.
— ¡Sí, Señor!
Taehyung se acercó hasta donde uno de los hombres clavó con cuidado
un cuchillo en la cinta que cubría una caja de aproximadamente un metro de
largo y no más de medio de ancho.
Su mandíbula dolía de tensión y su ceño estaban profundamente fruncido.
Y todo pasó demasiado rápido; escuchó las expresiones de sorpresa pero
él sólo pudo mantenerse en su lugar, observando el contenido.
—Hay una nota, Señor.
—Sácala.
Sus ojos se entrecerraron. Era una burla hacia él... estaba diciéndole lo
fácil que era burlar su posición. Le estaba advirtiendo que estaba cambiando
las reglas de aquel juego enfermo al que quería someterlos.
Y el cuerpo desmembrado en esa caja era la prueba.
—Señor...
—Llama al NIS e informa.
— ¿Qué debo informar, Señor?
—Que eleven la orden que pesa sobre Park Jimin y... que Ji Chang Wook
está muerto.
39
Jungkook miró las dos argollas que sostenía en su mano; había pasado la
noche en vela y agradecía que Jin siguiera estable dentro del peligro que
seguía corriendo.
Taehyung había llamado diciéndole que esperara por él y antes de eso,
decidió que debía salir y comprar aquellos pequeños objetos. No iba a
esperar más, no necesitaba algo extra, sólo a Tae.
Cerró sus ojos con fuerza, mordiendo su labio y guardando los anillos;
alzó la vista al escuchar los pasos en el pasillo y vio a Taehyung entrar con
su uniforme. Se levantó instintivamente al ver su rostro y antes de poder
hablar, el castaño tomó su rostro y lo besó con brusquedad, irrumpiendo con
su lengua y mordiendo sus labios.
Jadeó contra su boca y respiró con dificultad al separarse. Tae lo observó
con preocupación y el menor volvió a besarlo, intentando calmarlo.
—Te amo, Jungkook. Dios... te amo tanto.
—También yo... ¿Pasó algo?
Tae respiró con dificultad. —Ji está muerto... enviaron su cuerpo
desmembrado a la estación; no sé cómo burlaron la seguridad para dejar
algo así sin que alguien haya visto al tipo que hizo la entrega.
Jungkook mordió su labio, recordando las palabras de Jimin. Quiso
vomitar, las náuseas se hicieron presentes al entender lo que eso implicaba.
—Pero se están moviendo... está es nuestra oportunidad; no voy a
permitir que siga con esto... voy a detenerlo por ti... por ambos, Jungkook.
—Tae...
—No tengo mucho tiempo, debo volver pero no quiero que te metas.
Mantente al margen, sigue al lado de Seokjin.
—Taehyung... yo... quiero decirte algo.
— ¿Huh?
Jungkook sacó los anillos, observando a Taehyung intensamente, su
corazón bombeando con fuerza y sus manos temblando.
—No quiero una fiesta... no quiero una ceremonia, te quiero a ti, ahora.
Tae observó los anillos unos segundos antes de sonreír.
— ¿Ahora?
—Yo... no creo que tengamos que esperar; basta con que estemos los
dos... tú y yo, mi amor.
El castaño asintió, tomando el anillo que Jungkook le extendía. El menor
extendió su mano y mordió su labio cuando Tae deslizó la argolla con
lentitud en su dedo para luego depositar un suave beso sobre éste y dejar
que Jungkook lo imitara.
Entrelazó sus dedos y sonrió observando el anillo en la mano de
Taehyung.
—Te amo, Kim Taehyung... te amo ahora y siempre... y soy muy feliz
por poder estar junto a ti. Somos tú y yo.
Tae sonrió. —Jeon Jungkook, te amo con mi vida, ahora y siempre. Sólo
tú y yo.
El menor le sonrió ampliamente, cerrando la distancia y besándolo
lentamente. Presionando su frente contra la de Taehyung.
—Juro que cuando todo esto termine, te haré el jodido matrimonio más
grande que pueda existir... tal como te mereces, Jungkook. Te amo, mierda,
no sabes cuánto te amo.
Jungkook contuvo las ganas de llorar; estaba mintiéndole... pero lo
necesitaba a salvo.
—Bebé, debo volver ahora. No te muevas y estaremos hablando ¿Sí?
Volveré por ti.
—Te estaré esperando.
Se besaron una última vez antes de que Tae se alejara; ya solo, llevó su
mano a su boca y besó suavemente el anillo, sintiendo las lágrimas agolparse
en sus ojos.
Te amo, Tae... perdóname.
~•~•~
Sintió asco de aquel lugar. Aquel parque de diversiones abandonado ya
no le traía los mismos recuerdos.
Las citas a escondidas por proteger su identidad; los encuentros furtivos
entre aquellas atracciones se volvían recuerdos amargos.
No desenfundó su arma pese a sentirse en peligro. Sudaba frío y sus
manos se empuñaban y liberaban con nerviosismo. Entró en aquella
estructura y sus ojos barrieron el lugar, acostumbrándose a la falta de luz;
cuántas veces buscó de la misma forma pero con una emoción diferente.
—Estás aquí... realmente estás aquí.
Lo vio acercarse y su único reflejo fue dar un paso atrás. No pasó
desapercibido para Jungkook como la expresión de Jimin fue cruzada por el
dolor ante su reacción.
¿Acaso realmente esperaba que lo aceptara? Jungkook sonrió ante eso...
Estaban solos, lo sabía.
Ahora se daba cuenta de que Jimin realmente esperaba por él...
—Mataste a Ji.
—Lo hice... ahora yo... soy el mejor, Jungkook.
— ¿El mejor?
—Ese imbécil debe estar ahora recorriendo todo Seúl buscándome... ni
siquiera me importan las jodidas propiedades... me llevaré todo fuera de
Corea. Mi regalo para ti fue entregarte a Ji Chang Wook... mi regalo fue
cerrar tu caso, mi amor.
Jimin comenzó a moverse pero Jungkook se alejó; era increíble lo que
estaba escuchando... esta persona frente a él era tan distinta al Jimin con el
que compartió años de su vida.
Esta persona que lo observaba con una sonrisa y que se enorgullecía de
haberle quitado la vida a otro hombre era un total desconocido.
—Así que... eres tú quien está a cargo ahora.
—Lo estoy.
Siguió moviéndose y maldijo al darse cuenta que había caído en aquel
juego sin darse cuenta; su espalda había golpeado con un muro y Jimin se
acercaba lentamente.
—No... no te acerques... ¡NO TE ME ACERQUES!
Jimin sonrió. —Tus gritos me duelen, amor... Ven conmigo, Jungkook...
dejemos todo esto; tienen a Chang Wook... pueden tener a todos los jodidos
hombres de ese hijo de puta... pero larguémonos; esperaste mucho por mí
¿No es así?
—Yo... esperé tanto por ti...
—Entonces mi amor... terminemos este juego y vamos.
—Pero la persona que amé murió... tú estás muerto y deberías seguir así.
Quiso desenfundar su arma pero Jimin fue mucho más rápido y golpeó
su brazo, lanzando el arma fuera de su alcance y golpeando su rostro con
fuerza. Sintió el ardor y supo que su labio fue roto por el impacto.
—No hagas esto, Jungkook... deja que atrapen a los hombres de Ji y
larguémonos.
—Tú eres uno de ellos.
—NO LO SOY... ESOS HIJOS DE PUTA NO ESTÁN A MI NIVEL,
NINGUNO ESTÁ A MI NIVEL... NO HAY NADIE QUE PUEDA
SUPERARME.
Palideció al ver a Jimin sacar su arma y apuntarle; sus ojos desorbitados
de rabia y su mano libre deslizándose por su cabello nerviosamente.
—Soy el mejor, Jungkook. Y cuando Taehyung muera, verás que es así.
— ¿De qué hablas?
—Te lo dije, no necesito las propiedades de Min... y como no las necesito,
no me importa deshacerme de la carga —dijo sonriendo fríamente. —
¿Sabes? Uno de los primeros hombres que arrestaron me enseñó algo
interesante...
Jungkook frunció el ceño confundido; Jimin en ningún momento bajaba
su arma. —Detente, Jimin... deja tus juegos... no importa cuál haya sido la
razón, ya no puedes hacer nada. Desde que empezaste a moverte estuviste
condenado.
— ¿Es así? —una suave risa hizo que Jungkook se estremeciera. Ahora
que lo pensaba, no entendía por qué Jimin estaba solo y sin protección. —
Como dije... aprendí algo divertido, mi amor... y es que las explosiones no
sólo destruyen estructuras... se llevan con ellas incluso a las personas.
Jadeó angustiado ante las palabras de Jimin porque ahora comprendía.
Estaban solos en ese lugar porque lo que Jimin quería no era dinero... no
era seguir con lo que Ji Chang Wook había tramado... Jimin simplemente
quería saberse más poderoso que todos.
Jimin no iba a escapar, iba a deshacerse de todo sin importarle las
consecuencias... sus piernas fallaron en sostenerlo y sus rodillas golpearon
el suelo.
—Me estás... protegiendo... Dios... Tae... Taehyung...
—Yo sí te amo, Jungkook. Eso nunca fue mentira.
40
Yoongi se mantenía en silencio; estar rodeado de aquellos sujetos lo
estaba irritando. Entendía la razón, pero tampoco le agradaba saberse
controlado.
— ¿Puedes sacar a estos imbéciles?
—Ni de joda, Yoongi.
—No estoy armado y vine por mi cuenta, no veo la necesidad de tenerme
con un escuadrón SWAT vigilándome.
Taehyung golpeó la mesa con violencia, estaba molesto y la actitud de
Yoongi no ayudaba en nada.
—No estamos jugando; firmaste un jodido traspaso de propiedades,
Yoongi.
—Sí, porque iban a matarlo...
—Y ahora está tan muerto como en ese momento.
Vio el cambio en la expresión de Yoongi; había sido un golpe bajo pero
tenía claro que a Yoongi poco le importaba ahora lo que sucediera con
Jimin.
— ¿Ya puedo irme? De verdad quiero estar con él cuando despierte.
—No vas a moverte de aquí hasta que me des la lista de todas las
propiedades que cediste.
— ¡Taehyung, no lo sé!
Tae guardó silencio; sintiendo sus hombros estar sosteniendo demasiado
peso. Sus ojos vagaron por el rostro de sus hombres lo que provocó presión
extra.
— ¿No lo sabes?
—No estaban todas ¿De acuerdo? Sólo eran unas cuantas, mi padre jamás
hubiese entregado todo.
—No entiendo por qué...
—No lo sé ni me importa, firmé esos papeles por las propiedades que
ellos ya manejaban, no habían otras... y no tengo puta idea de cuáles son
esas.
—Nam... ¿Escuchaste?
—Sí, Señor.
—Necesito una lista de todas tus propiedades, Yoongi.
— ¿Estás loco? Son demasiadas.
—Ahora.
Yoongi frunció el ceño antes de asentir; no demoró demasiado en listarle
todas las propiedades incluyendo su lugar en el puerto.
Mierda... allanarlas todas es...
Tae respiró profundo para tranquilizarse; cercarlos era lo único que
podían hacer. Tenían la información y eso era suficiente, pero el castaño
sentía que algo no calzaba en aquello.
Qué es lo que falta... que es lo que no estoy viendo...
—Señor, separé el grupo. Alcanzamos a cubrir 5 de las 8 localizaciones.
Ignoramos la casa principal de Min.
—Iré a otra y enviaré a Jung a la sobrante.
Salió de aquella habitación, tomando su arma y esperando que el gran
grupo de hombres se dirigieran a cada una de sus posiciones.
—Yoongi —dijo antes de abandonar el lugar. —Kim va a despertar,
cuento con eso... no quiero ver a Jungkook llorar su muerte, así que va a
despertar... tiene que hacerlo.
~•~•~
Yoongi entró al hospital y se mantuvo con su cabeza entre sus manos;
sus dedos tiraban su cabello a distintos ritmos intentando tranquilizarse.
Que Seokjin hubiese pasado la noche le daba mayores probabilidades de
sobrevida, pero que siguiera inconsciente incluso sin sedación lo tenía al
borde de un colapso nervioso.
—Mierda, Taehyung... tienes que encontrarlo...
Escuchó la alarma en la estación de enfermeras y las vio correr; se levantó
e intentó acercarse al verlas entrar una tras otra a la UCI y su corazón pareció
detenerse al verlas entrar al cuarto de Seokjin.
Quiso saber, pero lo mantuvieron alejado y sus gritos simplemente
lograron que un guardia del hospital terminara sosteniéndolo para evitar
problemas.
— ¡Que me sueltes! ¡Voy a entrar!
—Déjenlo.
Vio al doctor acercarse luego de demasiados minutos; el guardia lo liberó
de mala gana y Yoongi terminó de zafarse con fuerza, empujándolo de paso.
—Por qué... —su voz se quebró al imaginar todas las posibilidades.
—Bueno, estaba teniendo problemas para respirar. Es lo que sucede
cuanto intentas hacerlo por tu cuenta y tienes el respirador haciéndolo por
ti.
—Eso significa...
—El señor Kim lo está haciendo bien, quizá por su profesión; de todos
modos está sin respirador y sedado.
—Quiero verlo.
—Antes de eso... no podía hablar muy bien pero supongo que capté la
idea antes de que se durmiera.
— ¿Hablar? ¿Sobre qué?
El doctor torció su boca sin entender del todo. —Nombró a alguien.
—Quizá llamaba a su amigo o a mí.
—Puede ser. No estoy muy seguro, era difícil entenderle pero puede
haber sido Jung.
— ¿Jung? ¿Jungkook?
El doctor negó. —No creo que haya sido un nombre, lo repitió más de
una vez y con esa fuerza, pudo terminarlo. Creo que es un apellido, pensé
que debía saberlo. Ahora, informaré para que lo ayuden a cambiarse, cinco
minutos es todo lo que puedo autorizar. El señor Kim sigue grave.
Yoongi asintió pero no podía sacarse de la cabeza las palabras del
médico.