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SEMINARIO TEOLÓGICO CENTROAMERICANO

El Espíritu Santo en 1 Corintios

Proyecto V

presentado en cumplimiento parcial de los requisitos de la materia 408.L Pneumatología

Ambrocio Miguel Domingo Tórres

04 de diciembre de 2021
EL ESPÍRITU SANTO EN 1 CORINTIOS

Introducción

En la Primera Carta del Apóstol Pablo a los Corintos habla de la actitud y conducta

que se espera de los nuevos creyente. Lucas, el autor del libro de los Hechos capítulo 18

relata que el apóstol Pablo fundó la iglesia de Corinto en su segundo viaje misionero.

Históricamente, se sabía que Corintio era una ciudad conocida por la prostitución, el

vicio y el pecado y los nuevos creyentes, muchos de ellos tenían un trasfondo pagano, por

la adoración de dioses griegos. Por lo que Pablo explica que Dios concedió a cada

creyente un solo Espíritu, el cual ha de ayudar a cada uno a cambiar y no hacer las

tradiciones pecaminosas de su antigua manera de vivir. En esta investigación se

desarrollara la obra del Espíritu Santo habitando en cada creyente, como obra

revelándose, y como capacita a cada creyente en el ministerio.

Revela la gracia de Dios al creyente 2:10-12

Dios nos ha revelado esto por medio de su Espíritu, pues el Espíritu lo examina

todo, hasta las profundidades de Dios1. El plan oculto de Dios, jamás visto ni oído ni

imaginado por nadie, es revelado al creyente por medio del Espíritu Santo. La obra

redentora de Cristo, aludida por el profeta Isaías (Is. 64:4) y anunciada aún por el mismo

Jesús a sus discípulos, fue durante parte de su ministerio un mensaje velado, incluso para

sus seguidores más cercanos (Lc. 9:44-45; 18:31-34)2.

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1 Corintios 2:10 NVI
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https://www.coalicionporelevangelio.org/articulo/la-obra-del-espiritu-santo-segun-1-corintios/

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¿Cómo es posible que podamos conocer estas profundidades y misterios

espirituales? Pablo enseña que se trata de la obra de iluminación del Espíritu Santo.

“Nadie conoce los pensamientos de Dios, sino el Espíritu de Dios” (2:11)3. Siguiendo

esta secuencia lógica, el apóstol escribe que el Espíritu todo lo escudriña, aun las

profundidades de Dios (2:10). Y como hemos recibido al Espíritu de Dios, entonces

podemos conocer lo que Dios nos ha dado gratuitamente, y podemos hablar y explicar las

verdades espirituales.

La presencia del Espíritu en la vida del creyente lo ilumina para entender las cosas

espirituales que para el hombre natural son locura y necedad (2:14)4.

Habita en el creyente 3:16; 6:19

La frase que Pablo usa en 3:16, “templo de Dios”5, hace alusión al recinto sagrado

donde descansaba el arca del pacto en el Antiguo Testamento, y sobre el cual había

acceso restringido para el sumo sacerdote, una vez al año (Lv 16:2). Allí habitaba la

presencia de Dios, simbolizada por una nube que cubría el lugar santísimo, pero no de

forma permanente. Esta imagen seguramente era clara para los corintios cuando Pablo les

dice que son templo de Dios y que el Espíritu Santo habita en ellos6.

En un contexto donde muchos se creían sabios (3:18), Pablo advierte con respecto

a la destrucción del edificio de Dios a manos de personas que dividían la iglesia al

jactarse de seguir a un líder humano. El apóstol les recuerda enfáticamente que no hay
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Reina Valera 1960
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https://www.coalicionporelevangelio.org/articulo/la-obra-del-espiritu-santo-segun-1-corintios/
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Reina Valera 1960
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https://www.coalicionporelevangelio.org/articulo/la-obra-del-espiritu-santo-segun-1-corintios/

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otro fundamento aparte de Jesucristo (3:11). Sin embargo, sobre ese fundamento se puede

construir con diferentes materiales, y uno de ellos puede ser la sabiduría humana, que al

seguirla, resultará en la destrucción del edificio, contaminándolo con falsas doctrinas.

Por otro lado, la práctica de la inmoralidad sexual promovida en el culto a la diosa

Afrodita, también provocaba contaminación y daño al templo del Espíritu Santo, esto es

nuestro cuerpo, el cual fue comprado a un alto precio por Dios (6:19-20). Es imposible

afirmar con nuestro corazón que somos templo de Dios y dar evidencias de lo contrario

con nuestras acciones. Tanto a nivel colectivo (como iglesia) o individual, debemos estar

conscientes del tesoro invaluable que tenemos al ser considerados en Cristo dignos de la

presencia de Dios.

Como se ha visto en la obra del Espíritu Santo en los evangelios sinópticos, la

tercera persona de la trinidad habita en el hombre, pero no el cualquier hombre, sino en

los creyentes. Los creyentes en Cristo, son hijos de Dios por lo tanto no han

recibido espíritu7 del mundo, sino el Espíritu Santo que proviene de Dios, para que sepan

lo que Dios les ha concedido (1 Co 2:12). Ahora bien la palabra espíritu que se usa para

el mundo, también es la palabra τὸ πνεῦμα, que es un espíritu que le pertenece al mundo,

esto se ve en el genitivo de posesión τοῦ κόσμου8.

Pablo les pregunta a los corintios ¿no sabéis que sois templo de Dios, y que

el Espíritu de Dios mora en vosotros? (1 Co 3:16). En este versículo está muy claro que el

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La palabra espíritu está con minúscula para enmarcar la diferencia entre el espíritu del mundo y el Espíritu de Dios. Al igual que la
palabra dioses, para distinguir a los dioses paganos y a nuestro Dios y Padre del Señor Jesucristo.
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Daniel Wallace, Gramática griega: Sintaxis del nuevo testamento, trad. Daniel S. Steffen (Miami: Editorial Vida, 2011), 44.

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Espíritu que proviene de Dios habita en el creyente. El verbo ἰκεῖ se traduce como ¨el

habita,¨ es el verbo para la segunda oración subordinada que hay en este versículo. El

creyente es el templo de Dios porque el Espíritu de Dios habita en el creyente, por lo

tanto el creyente pasa a ser Santo por tener consigo al Espíritu de Dios que es Santo. Si

una persona no tiene al Espíritu Santo de Dios, no es templo de Dios, por lo tanto Dios no

habita en él. Por eso Pablo dice que si alguno destruyere el templo de Dios, Dios le

destruirá a él, porque el templo de Dios, el cual es cada uno de los creyentes es Santo (1

Co 3:17).

El espíritu que habita en el mundo es pecaminoso, trae consecuencias y desastres

para la vida humana. Pablo dice que si alguno es pecador en cualquiera de las

clasificaciones de la lista que da, no heredará el reino de Dios. Por tanto el que creyó en

Cristo ya ha sido lavado, santificado y justificado (1 Co 6:11). Los tres verbos que

aparecen después de este acto de fe, son el efecto y el poder realizado en el nombre del

Señor Jesús y por el Espíritu de Dios. Es interesante que en el griego aparece esta vez con

la preposición ἐν para ambos casos ἐν τῷ ὀνόματι y en ἐν τῷ πνεύματι. Esta preposición

tiene el uso instrumental,9 por lo que se pueden entender mejor todas las acciones de los

verbos anteriores. Estas suceden por medio del nombre de Jesús y por medio del Espíritu

que le pertenece a Dios, el cual habita en el creyente, el mismo que proviene de Dios.

El apóstol pablo después de explicarles a los corintios que los miembros de su

cuerpo le pertenecen a Cristo por ser ellos creyentes en él. Les explica que no los tienen

que usar para el pecado, por que ya son templo de Dios. Así como un hombre se une a
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Ibíd., 270.

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una prostituta ya es uno con ella, cada creyente esta unido con el Señor y llega ser un solo

Espíritu con él (1 Co 6:17). En 1 Co 6:19, Pablo les vuelve a recordar lo que ya hizo en el

capitulo 3, por si han olvidado que el cuerpo del creyente es templo del Espíritu Santo, el

cual está en cada uno.

Capacita al creyente 2:4

La iglesia en Corinto, fundada por Pablo en su segundo viaje misionero, corría

muchos peligros ante la fuerte influencia cultural y religiosa por la que era reconocida

aquella ciudad, entre lo cual vale la pena mencionar la inmoralidad promovida mediante

el culto a la diosa Afrodita. Sin embargo, ese no era el único problema con el que la

iglesia lidiaba10.

Desde el inicio de su primera carta, Pablo menciona la elocuencia y conocimiento

que tenían los corintios (1:5; 3:18), aludiendo también a los filósofos, estudiosos, y

especialistas en debates de este mundo (1:20), para quienes el mensaje del evangelio

resultaba ridículo (1:22). Corinto presentaba un reto grande para quienes buscaban

predicar el evangelio y ser efectivos en el ministerio, e incluso en el propio andar

cristiano. No solo por el ambiente moral degenerado, sino también por el alto nivel de

conocimiento y la influencia filosófica que fácilmente podría desviar de la verdad a un

creyente que no estuviera bien cimentado.

Pablo era un hombre muy preparado y tenía la capacidad de debatir ideas a un alto

nivel de erudición. Sin embargo, entendía muy bien que esa no era la forma de exaltar a

10
https://www.coalicionporelevangelio.org/articulo/la-obra-del-espiritu-santo-segun-1-corintios/

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Cristo en ese contexto. No se trataba de palabras ingeniosas (1:17; 2:1), porque de esa

manera la cruz de Cristo perdería su poder. Por eso, él continúa su exposición en el

siguiente capítulo para concluir que es en el poder del Espíritu Santo, en la sabiduría de

Dios y no de hombres, que el misterio de Dios es anunciado y explicado (2:4, 13).

El Espíritu Santo habita en una persona después de que creen en Jesucristo como

Señor y Salvador. Luego este espíritu funciona de guía revelándose a cada creyente de

una forma especial para cada situación. Dios ha dado al Espíritu Santo para muchas

cosas, una de ellas es para capacitar al creyente en el cuerpo de Cristo que es la iglesia.

Por esa razón Dios ha dado diversidad de dones a cada creyente, pero el Espíritu Santo

que opera en el creyente es el mismo (1 Co 12:4). Pablo en el griego utiliza el pronombre

αὐτὸ, que se traduce ¨el mismo¨. Él utiliza esta pneumatología para que los lectores de la

epístola entiendan que, el Espíritu Santo es el que hace florecer los dones.

Justifica y evidencia al verdadero creyente 6:11; 12:3

Luego de hablar sobre la resolución de asuntos legales (6:1-8), Pablo enlista una

serie de pecados que habían practicado algunos creyentes en Corinto, pero de los cuales

ya habían sido lavados, santificados, y justificados ante Dios en el nombre de Jesús y en

el Espíritu.

Lo llamativo aquí es la inclusión del Espíritu como agente activo en la

justificación, pues los escritos paulinos hacen un fuerte énfasis en Jesús como el que

justifica al pecador (Ro 3:24; 4:25; 5:9; 5:18). Por su parte, la obra del Espíritu está

relacionada más bien con la regeneración (Ti. 3:5-6) y la santificación (Ro. 8:8:1-14),

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dejando este pasaje como única referencia en este asunto. Otra observación importante es

la mención de la Trinidad en este pasaje acerca de la salvación, sin atribuir aquí una obra

particular a alguno de ellos.

En su propósito más amplio, podríamos afirmar que Pablo está llamando a los

corintios a la reflexión acerca de sus vidas, pues habiendo sido rescatados es imposible

que se traten de esta manera y vuelvan a los mismos hábitos pecaminosos. La presencia y

obra regeneradora del Espíritu en el creyente se evidencia en su estilo de vida, es decir,

en su coherencia con su confesión del señorío de Cristo (12:3).

Conclusión

A decir de Fabio Rossi, columnista de Colación por El Evangelio: Muchos

creyentes hemos olvidado que el Espíritu nos capacita para compartir el evangelio. En

ocasiones, nuestro enfoque está en la preparación académica y en la elocuencia de nuestra

exposición; a veces vamos tras intereses humanos o religiosos en nuestra predicación, sin

considerar que esto nos llevará a que la cruz de Cristo se haga vana. La línea puede ser

delgada y borrosa entre depender del Espíritu o depender de nuestra habilidad,

elocuencia, y esfuerzo para exponer de manera fiel y pertinente el evangelio. Ante la

posibilidad de un resultado tan desastroso, es imperativo evaluarnos.

Es momento de volver a ver nuestras raíces Pneumatológicos como creyentes para

poder vivir bajo la guía del Espíritu Santo en este tiempo, las enseñanzas de Pablo a los

hermanos de Corinto, deben hacer eco en nuestra vida ahora, aunque las circunstancias

sean diferentes, pero debemos aplicarlo en nuestra vida.

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