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#1 la masacre de las bananeras

La masacre de las bananeras fue una masacre que ocurrió el 6 de diciembre del año 1928, esto
sucede en la zona bananera del departamento del magdalena, todo esto empieza por una petición
de los trabajadores de la empresa extranjera llamada “united fruit company” quienes pedían que
se aboliera el sistema de contratistas, el aumento general de los salarios, descanso dominical
remunerado, indemnización por accidente, y construcción de viviendas para los obreros de la zona
bananera, dichas peticiones fueron rechazadas, y los trabajadores decidieron optar por la huelga
que inicia desde el 12 de noviembre, los directivos de la empresa, buscaron de sus influencias en el
gobierno colombiano, y este desplego al ejército que estaba bajo el mando del general cortes
Vargas para proteger la zona bananera, a los directivos, y el orden publico de “los comuneros”,
hasta donde hay conocimiento los trabajadores en huelga, fueron muy pacíficos, esto hasta que el
ejercito intervino en horas de la madrugada del 6 de diciembre, y se enfrentaron los trabajadores
en huelga con la tropa del ejército, quienes dispararon asesinando a muchos trabajadores y sus
familias.

Se sabe con certeza que el gobierno manejó la protesta como un asunto de orden público y no
como una disputa laboral y hay testimonios serios que prueban que los muertos por la represión
fueron más de los 47 que el ejército reconoció oficialmente. Pero, sobre todo, también está claro
que Colombia no aprendió las lecciones de la tragedia: los trabajadores en ciertos sectores de la
economía siguen en un estado de enorme vulnerabilidad. Las condiciones laborales en el país no
han cambiado mucho desde los tiempos de las bananeras.

#2 concesión de mares

Este hito, da paso al inicio de la industria petrolera en Colombia.

el montaje de la Cartagena Oíl Refining Co., que sería una de las primeras refinerías que funcionó
en el país. La fiebre del petróleo también contagió a visionarios en Barranquilla. Manuel María
Palacio fue uno de los primeros en perforar en 1883 con éxito el pozo de Tubará. Y Roberto de
Mares, reconocido empresario, fue el concesionario de la Concesión de Mares

El interés de Roberto de Mares por la industria petrolera no era nuevo. Una de las primeras
concesiones para explorar y explotar pozos petroleros en el Caribe colombiano fue la concesión
Armella – de Mares. Adjudicada en 1896, esta concesión es una muestra del temprano interés de
este empresario por el desarrollo de esta industria, con todos los riesgos que implicaba a fines del
siglo XIX. Esta concesión cubría un territorio de 200 millas cuadradas, ubicadas entre Cartagena y
Barranquilla, y estuvo vigente hasta 1907, cuando fue vendida a una compañía canadiense

La segunda concesión que obtuvo Roberto de Mares le fue adjudicada en 1905, durante el
gobierno del general Rafael Reyes (1904 – 1909). La Concesión de Mares le otorgó el privilegio de
explotar los yacimientos petrolíferos del sitio conocido como Las Infantas, en el departamento de
Santander, por espacio de 30 años. Las tierras de la concesión abarcaban un área de 528.980
hectáreas, colindantes con el río Magdalena. De Mares se comprometió a entregar al Estado una
participación del 15 % sobre el producto neto, y a iniciar trabajos en un plazo de 18 meses. En caso
de no cumplir con el plazo establecido la concesión caducaba automáticamente.

#3 maría cano “pionera de la lucha laboral en Colombia”

También conocida como la flor del trabajo, maría de los ángeles cano marqués, fue la primera
mujer pionera en ser líder politica en Colombia, siempre veló por los derechos fundamentales,
pero ademas se interesaba mucho por los derechos de los trabajadores

su vida pública, caracterizada por una intensa actividad en favor de los trabajadores y en cuya
primera etapa incluye desde visitas a los centros fabriles hasta labores en comités y comandos
populares. Con el traslado de un grupo de obreros de la Tropical Oíl Co. de Barrancabermeja a la
cárcel de Medellín, realiza su primera intervención pública, en una manifestación que reclamaba
justicia para los presos sociales. Posteriormente, junto con el ex presidente de la República Carlos
E. Restrepo, llevó la palabra en una multitudinaria movilización contra la pena de muerte y en
defensa de las libertades públicas; con su aguerrida intervención irrumpe ante la opinión pública
nacional. En una pequeña ciudad en la que la defensa de la moral provocaba plebiscitos para hacer
retirar de una vitrina a la Venus de Milo, aparece esta ágil y menuda mujer de 38 años, que se
toma las calles y plazas en nombre de la libertad y la igualdad, dispuesta a enfrentar al régimen
conservador, a luchar contra la ignorancia y la explotación de los asalariados y contra la voracidad
de las compañías yanquis.

En varias ocasiones fue detenida, en otras obligada a caminar kilómetros bajo vigilancia policiva
hasta dejarla en predios de un departamento vecino, en veces fue recibida con fusilería para
dispersar a sus manifestantes. Hostigaba a los ricos por la injusticia social, al gobierno por la
represión a la oposición, confrontaba y denunciaba a las compañías norteamericanas bananeras,
petroleras y mineras y al gobierno nacional por no garantizar el respeto a la integridad de los
trabajadores y a la soberanía nacional.

La huelga de las bananeras fue reprimida violentamente en noviembre de 1928, produciéndose


una masacre de obreros; la represión desatada llevó a María a prisión junto con sus compañeros
en Medellín. Estos hechos, así como la recesión de 1930, incidieron en la extinción de labores el
Congreso Obrero Nacional y al fraccionamiento del PSR. Las confrontaciones internas en el
socialismo y el trato de que fue objeto, la marginaron de la lucha social y a partir de 1930 se
vinculó como obrera a la Imprenta Departamental de Antioquia y luego pasó a servir a la Biblioteca
Departamental. Sin embargo, en 1934 apoyó activamente la huelga del Ferrocarril de Antioquia.
Posteriormente se hunde en el absoluto silencio, mientras en su ciudad se cuida con rigor a las
hijas para que no acaben convertidas en temidas Maríacanos, término acuñado para denominar a
las jóvenes rebeldes.

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