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UNIDAD 2: El hombre y el ambiente:

 La relación entre la Economía y el Ambiente, la constante tensión entre las dos OIKOS, el crecimiento económico
frente a la finitud de los recursos naturales.
 Filosofía y Medio ambiente. La vinculación del hombre y su entorno en las distintas épocas históricas, del
antropocentrismo al geocentrismo. La visión de las diferentes escuelas filosóficas.

LA INTERRELACIÓN ENTRE LAS DOS ECO: ECOLOGÍA Y ECONOMÍA: Ecología y Economía tienen una
raíz en común que es la palabra griega “Oikos” que significa casa. Mientras la ecología estudia la casa del hombre, la
economía la administra, y si bien podría entenderse que, teniendo un mismo objeto de estudio, su relación debería ser
pacífica y sincrónica, la historia del desarrollo humano nos demuestra muchas veces todo lo contrario.
- Definición equilibrio ecológico: Según la visión tradicional, en un estado de naturaleza todo circula continuamente,
es decir que lo que cada organismo desecha es utilizado inmediatamente por otro organismo viviente, y en esto
consiste el conocido EQUILIBRIO ECOLÓGICO. El dióxido de carbono que los hombres expulsamos, es utilizado
por los vegetales para constituir sus tejidos, en tanto el oxígeno que las plantas liberan es el que los humanos y
animales utilizamos para respirar.

Es decir que los procesos naturales los podemos graficar como procesos circulares, mientras que en la mayoría de los
procesos industriales la esquematización se da de forma lineal, pues en una punta tendríamos los insumos (en muchos
casos recursos naturales), en el centro los sistemas de producción y los productos y en el otro extremo los residuos.
Desde esta perspectiva los objetivos de las dos ECOS, es decir la preservación del ambiente y el desarrollo
económico, parecen inconciliables: ¿Es posible lograr un desarrollo económico preservando el medio
ambiente? ¿Existen intereses y herramientas que permitan esta relación? ¿Los economistas han prestado
atención a la tutela del ambiente en el desarrollo de sus teorías? En los últimos años han comenzado a aparecer
productos ecológicos/reciclables/orgánicos/biodegradables. ¿Por qué se comenzó a poner en las pautas de
comercialización la lógica del cuidado del medio ambiente? La respuesta es compleja, no se trata de un mero
convencimiento ideológico en la gran mayoría de las empresas, excepto en las empresas tipo b que muestran un
compromiso muy importante con el cuidado del medio ambiente. Pero, además de los componentes económicos,
existen otros esencialmente sociales: por un lado, las organizaciones ecologistas han cambiado su modo de actuar y
dejado de lado una posición inicial fundamentalista; y han pasado a un esquema de cuestionamiento mucho más
focalizado a determinados productos o situaciones.
Por otro lado, las empresas comenzaron a ver a los ecologistas como sus enemigos, y vislumbraron que en la defensa
del ambiente hay un elemento de marketing: los consumidores, muchas veces, están dispuestos a pagar un sobrecosto
respecto de otros productos que no tienen ese compromiso con el cuidado ambiental. Además de valorar que el
ambiente pasa a ser un recurso escaso y comienza a tener un valor.
Existe un tercer elemento: el condicionante social. La sociedad comienza a exigir determinadas formas de producción
para poder llevar adelante sus hábitos de consumo, las poblaciones exigen que sus gobiernos establezcan determinados
límites o pautas para internalizar dentro de las practicas ciudadanas algunos elementos adquiridos a través de la
educación ambiental, prohibiendo la comercialización de ciertos productos como agroquímicos, etc. Aparece la
producción orgánica o el ecoturismo.
El uso de los elementos naturales no es único. Por ejemplo, el elemento natural agua: tenemos aguas potables y no
potables, pero ambas son necesarias para el hombre y se convierten en un RECURSO natural. De este modo, por
ejemplo, el hombre, para satisfacer sus necesidades, utiliza el agua para bebida de él mismo, para bebida de los
animales de los cuales se sirve, para el riego de los vegetales que consume; pero también para la generación de
energía, el aseo, el desarrollo industrial, el esparcimiento, para ser soporte de desechos, para la navegación, para el
turismo, etc.
Los usos de los recursos naturales son múltiples y todos son importantes; por lo cual hay que realizar un manejo
integrado para el aprovechamiento de estos recursos, no solo para nuestra generación, sino que aparece una dimensión
transgeneracional: hay que hacer un uso adecuado de ese recurso para satisfacer las necesidades de nuestras
generaciones, pero preservando la posibilidad de que las generaciones futuras disfruten de estos recursos.
Esto trae conflictos, porque no todos los usos son económicamente rentables. El mayor grado de conflictividad se da
en aquellos recursos que contraponen intereses privados con intereses sociales: ¿qué ocurre cuando los mecanismos
del mercado no garantizan un uso eficiente de UN RECURSO NATURAL? ¿Cuáles son los criterios para establecer
un equilibrio entre estos intereses contrapuestos? Tasa de renovabilidad debe ser igual o mayor a la tasa de
explotación.
 TASA DE RENOVABILIDAD: es la velocidad con la que un recurso natural renovable es capaz de regenerarse en
un hábitat determinado.
 TASA DE EXPLOTACIÓN: es la cantidad de recursos consumidos en un tiempo determinado.
¿Cómo se miden los beneficios de la producción sustentable?
 PBI: es el indicador que mide el valor que agrega cada sector de la economía a lo que produjo la anterior en un
territorio determinado en el término de un año. Capacidad que tiene una economía de generar riqueza, pero solo
mide la actividad económica, independientemente de la dimensión ambiental y la perdida del capital natural o de
los recursos naturales.
 IWI (Inclusive Weaslth Index o Indice de Enriqueciemiento inclusivo) es el indicador que mide la riqueza de los
países teniendo en cuenta no solo su capital económico, sino también el natural y el humano.  También se lo conoce
como el PBI Verde.

TEXTO “LA ECONOMÍA AMBIENTAL” - MAN YU CHANG: Se llama economía ambiental a la interpretación
de la escuela del pensamiento económico neoclásica que pasó a incorporar el medio ambiente como objeto de estudio.
La economía ambiental se basa en los mismos conceptos y presupuestos básicos de la teoría neoclásica, que concentra
el análisis sobre la escasez, y donde los bienes son valorados según su abundancia-rareza, de tal manera que cuando se
trata de bienes escasos, éstos son considerados bienes económicos, mientras que cuando son bienes abundantes, no
son económicos.
El medio ambiente viene adquiriendo estatus de bien económico porque muchos recursos naturales, como el agua y
algunas fuentes de energía no renovables, comienzan a escasear y presentan horizontes de agotamiento previsibles. Al
mismo tiempo, estos bienes naturales, aun cuando sean insumos indispensables del proceso productivo, presentan
características de bienes no económicos, por no poseer precio, ni dueño. Por esta razón, el medio ambiente se
encuentra externo al mercado. La incorporación del medio ambiente al mercado se daría adjudicándoles un precio. Por
eso, la economía ambiental se ocupa principalmente de la valoración monetaria del medio ambiente. Una vez
internalizado, el medio ambiente pasa a tener las características de un bien económico, o sea, pasa a tener precio y/o
derecho de propiedad.

- La evolución de la problemática ambiental en el contexto del pensamiento económico: Francis Bacon,


argumentaba que la naturaleza debía ser subyugada, dominada, y puesta al servicio del hombre. En concordancia con
la tradición cristiana, la naturaleza se hizo para el usufructo del hombre. No obstante el carácter explotador de dichas
prácticas, no eran y tampoco lo son hoy en día, consideradas como insustentables, ya que la escala de la producción
era localizada y su intensidad restricta.
A mediados del siglo XVIII, los formuladores de la historia natural reconocían que, aunque el hombre domine sobre el
orden natural, pertenece al mismo. El hombre tiene su lugar en la gran cadena de los seres vivos, y también se somete
a las leyes de la naturaleza. De esa forma, la economía humana tiene la posibilidad de desarrollarse y enriquecerse,
pero también debe permanecer sintonizada con la economía natural. En otras palabras, la naturaleza pasa a ser digna
de atención del hombre, justamente porque le es útil. Los fisiócratas (primera escuela del pensamiento económico,
contemporánea con los historiadores naturales) compartían esa misma visión con relación a la naturaleza.

Los fisiócratas consideraban que la fuente de todas las riquezas del Estado y de los ciudadanos era la agricultura,
porque sólo ella restituía al hombre más valor del que fue invertido. Conciben a la economía humana dentro de la
natural, y que el hombre debe respetar los ciclos y equilibrios, si desea continuar aprovechando la gratuidad de sus
dones. Así nacieron las primeras manifestaciones de protección al medio ambiente.
A finales del siglo XVIII, por primera vez en forma explícita, los economistas clásicos inauguraron la época del
“mundo finito”; apuntan al límite ambiental que significaría la insuficiente oferta de tierras de buena calidad.
Atribuyen un papel relativo a la tecnología, reconociendo que ayuda, pero que no resuelve el problema de la tendencia
a los rendimientos decrecientes. De allí que propongan el “estado estacionario” como algo inevitable.
En el siglo XIX, la Revolución Industrial marca una ruptura en la cuestión ecológica. Con la revolución técnico-
científica aplicada a la producción, la problemática ambiental se extiende a una escala geográfica cada vez mayor. Eso
despertó, ya desde comienzos de ese siglo, una generación de “ingenieros economistas”, precursores de la economía
ecológica, quienes, basándose en principios de la termodinámica, demostraban y preveían las repercusiones ecológicas
de la revolución industrial, consistentes en trastornos irreversibles en los grandes ciclos biogeoquímicos de la biosfera.
En el periodo de posguerra, en particular desde 1950 a 1973, la economía mundial experimenta un crecimiento
vertiginoso de la producción, con tasas de productividad de la mano de obra elevada y continua, impulsadas por una
nueva etapa tecnológica basada en la electrónica y los nuevos químicos.
La discusión sobre la cuestión ambiental toma fuerza después de la “edad de oro”, y particularmente en los años
ochenta-noventa, en los que se vuelve cada vez más evidente que el aumento de la producción va acompañado de una
intensificación de la degradación ambiental, que pasa a adquirir dimensiones globales. Al mismo tiempo, algunos de
los problemas ambientales más graves se vuelven cada vez menos perceptibles a los ojos humanos, como lo son la
pérdida de la biodiversidad, el agujero de la capa de ozono, o los cambios climáticos. La economía ambiental se
constituye como disciplina en los años setenta, como una respuesta de los economistas neoclásicos a la problemática
ambiental contemporánea. Esta disciplina se basa en las teorías de la internalización de las externalidades. Como
contrapunto crítico a la economía ambiental, surge simultáneamente la economía ecológica, basada en las leyes de la
termodinámica y los grandes ciclos biogeoquímicos de los ecosistemas de la biosfera. Esta escuela vuelve a enfatizar
la finitud de los recursos naturales en las propuestas de política de gestión ambiental.

- Principios de la economía neoclásica: La economía neoclásica privilegia el análisis del mercado y ante el proceso
productivo. Un mercado sólo se forma cuando los bienes son escasos. Se presupone que el comportamiento de los
agentes económicos –productores y consumidores– está guiado por una racionalidad que los lleva siempre a
maximizar la satisfacción individual.
La actividad económica –la producción y consumo de bienes– sólo se realiza en el precio de equilibrio. Esto es,
cuando el precio que los productores están dispuestos a ofrecer el bien (dentro de las restricciones tecnológicas y de
los costos de los insumos) sea igual al precio que los consumidores están dispuestos a pagar por dicho bien (dentro
también de sus preferencias y disponibilidades dinerarias). Por primera vez, con esta teoría, el valor de un bien deja de
considerarse algo objetivo, para ser considerado algo subjetivo, que depende de la valoración individual.
La teoría neoclásica se considera a sí misma neutra y sin juicios de valor; recuperando a Adam Smith, cree en la
armonización del mercado por la “mano invisible”, donde los intereses privados (costos y beneficios) coinciden
siempre con los intereses sociales. O sea, lo que es bueno para el individuo es siempre bueno para la colectividad. De
allí se deriva el presupuesto de que un mercado competitivo trabaja en el “óptimo de Pareto” que consiste en un
equilibrio en el cual no es posible que un individuo mejore su situación sin que otro empeore la propia. En el óptimo
de Pareto, la economía estaría funcionando en el máximo de eficiencia, adjudicando de la mejor manera los recursos.
Como resultado, el comportamiento racional individual es deseable y la intervención gubernamental debe ser la menor
posible. Esta se prevé sólo para cuando hay fallas en el mercado, o sea, cuando el mercado no está maximizando el
bienestar colectivo y a los efectos de corregirlo.

- Internalización de las externalidades: Los economistas neoclásicos no ven contradicción entre la lógica del
desarrollo económico y la lógica de la biosfera. Perciben que el medio ambiente, que antes era abundante, comienza a
escasear. Según ellos, también hay un desperdicio y degradación de los recursos naturales, cuya razón es la ausencia
de reglas claras para aplicar sobre el medio ambiente. Pero alegan que, si se consigue atribuir el verdadero valor a los
bienes y servicios ambientales, éstos podrán ser gestionados como cualquier recurso económico escaso. Para dar
cuenta de este problema, la economía ambiental trata de crear las condiciones para que se pueda establecer el
intercambio mercantil, allí donde no ocurre. Es lo que llaman internalizar las externalidades. Hay dos formas,
siguiendo a Pigou, a Coase:
* Pigou: definió por primera vez en 1920 el concepto de internalización de las externalidades. Pero es recién en 1970
que la economía ambiental se constituye como disciplina interesada, específicamente, en las externalidades
ambientales. Pigou fue el precursor de la teoría sobre la necesidad de la presencia del Estado en la economía para
reglamentar y disciplinar los efectos externos. Reconoce que, salvo bajo competencia perfecta (situación rarísima) hay
muchas fallas en el mercado. Son estas fallas las que hacen que la maximización del bienestar privado no coincida con
la maximización del bienestar social. Todos los efectos involuntarios en el bienestar de las personas y empresas son
denominados “externalidades”: positivas, cuando benefician a otros, y negativas cuando los perjudican. Como las
externalidades positivas no generan problemas, al contrario, ayudan, lo que importa son las negativas. Externalidades
son, entonces, costos privados pasados a la sociedad que indican una falta de adecuación con los sociales. Es
necesario, por lo tanto, internalizar estos costos individuales que quedaron fuera del mercado . La tradición
pigouviana celebra la intervención del Estado, en forma de un impuesto que corresponda con el valor del costo social
infringido a la colectividad. Este procedimiento se efectúa, en materia ambiental, según el principio del
“Contaminador-pagador”. Con el impuesto, el costo de producción de la empresa contaminadora pasa a ser mayor, al
mismo tiempo que el beneficio disminuye en la misma medida. Salvo cuando el nivel de la competencia permite pasar
el valor del impuesto al consumidor, el precio final del producto, aumenta. De esa manera, los efectos externos son
internalizados y el medio ambiente es incorporado al mercado.

* Coase: Es un economista inglés que se adhirió a la reacción ultraliberal que pretendía revertir las doctrinas y
políticas de intervención del Estado defendidas por Keynes, que habían ganado bastante apoyo después de la crisis de
1930. Coase se posicionó en contra de la teoría pigouviana, al mostrar que un efecto externo no enfrenta un interés
privado a un interés público, sino un interés privado frente a otro interés privado. Así se revierte el sentido
moral de que el contaminador es el que hace el mal y que, por tanto, tiene que pagar. Según Coase, para la sociedad
como un todo no interesa quién paga: al final de cuentas, sea el contaminador o el contaminado, resulta igual. Hay una
neutralidad en la solución. Si el contaminado es el propietario del recurso, quien paga es el contaminador, para
compensar la contaminación causada. Si el contaminador es el propietario, quien paga es el contaminado, para que el
contaminador acepte reducir sus beneficios, con la reducción o interrupción de la producción.
Coase reduce la cuestión del costo social a una cuestión de negociación privada entre las partes en disputa, el
contaminador y el contaminado. Para él, las partes pueden ser un individuo o una colectividad. Lo importante es tener
claro el derecho de propiedad sobre el recurso en cuestión; después, siempre se llega a una solución negociada. Coase
afirma que cuando ocurre una contaminación, la solución de no producir o de reducir la producción, puede perjudicar
a la colectividad. El interés del conjunto de la sociedad debe prevalecer sobre el de las víctimas directas. Por
consiguiente, considera improcedente cuando Pigou compara el costo privado con relación al costo social. Para Coase,
el criterio pertinente para resolver una externalidad es la maximización del producto colectivo. Así, lo que importa es
la eficiencia de la solución, no la justicia.
Garret Hardin, en la línea de Coase, sostiene que los recursos que pertenecen a todos en realidad no pertenecen a
nadie. Por eso los bienes públicos son una “tragedia”, porque nadie los cuida. Por ejemplo, el bosque público es frágil
y defectuoso como propiedad, por lo que no es bien cuidado; mientras, cuando los elefantes fueron dados a las
comunidades locales pasaron a ser efectivamente cuidados. Coase defiende, entonces, la propiedad, pero no
cualquiera, sino la propiedad privada, ya que solamente ésta es exclusiva y transmisible, volviéndose pasible de
negociación. En realidad, la escuela coasiana sugiere la privatización extrema del medio ambiente, dando lugar a una
“ecología de mercado”.

* Diferencias entre Pigou y Coase  La teoría coasiana es una concepción más liberal que el modelo centralizado de
Pigou, que reposa sobre el papel del Estado como regulador de las externalidades. En la representación del mercado de
Coase se acentúa el derecho de propiedad. En la de Pigou, el precio. En realidad, Coase acepta la posibilidad de la
intervención del Estado, pero sólo para llegar a un acuerdo cuando los costos de transacción fuesen muy elevados.
Estas dos interpretaciones generan diferentes problemas. Las políticas de gestión ambiental centralizadas de Pigou
son, en general, muy onerosas y tienen eficacia relativa, dependiendo de las instituciones del Estado. Por otro lado, las
políticas liberales de Coase habilitan, por ejemplo, mercados de derechos de contaminar, lo que, en lugar de reducir la
contaminación, la legitima y refuerza.
* Limitaciones de los modelos de Pigou y Coase: La principal limitación de los dos modelos reside en la falta de
información. Se presenta la dificultad y el carácter subjetivo de atribuir un valor monetario para un costo social. En el
modelo de Coase puede señalarse la imposibilidad de definir claramente el derecho de propiedad de muchos bienes
ambientales. Y la negociación privada suele ser desequilibrada, por darse entre partes cuya correlación de fuerzas es
muy desigual. Estas limitaciones hacen que ambos modelos sean poco útiles e ineficaces.
• Es muy difícil definir el costo social de las externalidades, y hasta dónde van sus impactos. Hay pocas informaciones
sobre las repercusiones sociales y alteraciones en el medio ambiente.
• Para poder entrar en una negociación, los contaminados tienen que estar conscientes de que están sufriendo de
contaminación; aún más, se entiende que no hay externalidad sin la conciencia del efecto negativo.
• Existe el presupuesto de que la identificación de quién es el contaminador es clara, lo que muchas veces no es así.
• Las informaciones técnicas para comprobar una externalidad son muy caras: requieren la constitución de equipos de
especialistas, principalmente en las áreas naturales, como físicos, químicos, geólogos, ingenieros y biólogos.
• Para establecer una negociación entre privado y privado, es necesario que el derecho de propiedad esté muy claro.
En el caso de los bienes públicos puros y de libre acceso, como la atmósfera, la biodiversidad o el patrimonio cultural,
etcétera, no es posible establecer esa negociación.
• Cuando las partes en juego presentan una correlación de fuerzas muy desigual, la negociación directa es ineficaz
para proteger los derechos de los perjudicados.
• Después de identificar el costo social, es muy difícil darle un valor monetario.

- Las categorías de valor del medio ambiente: Para los clásicos (Smith, Ricardo y Marx) el valor de un bien depende
de las condiciones de producción, según la cantidad de trabajo incorporado, lo que refleja la dificultad de su
producción. Para los neoclásicos el valor de un bien es definido por la utilidad marginal (utilidad de la última dosis
consumida). El valor pasa así a ser subjetivo, dependiendo de las preferencias personales. De allí se deriva que, en la
medida en que aumentan las unidades consumidas de un mismo bien, éste pasa a satisfacer menos, de donde la
satisfacción marginal es siempre decreciente.
En la concepción utilitarista, el medio ambiente tiene valor porque tiene un valor de uso para los individuos. Al revés,
en la concepción conservacionista, el medio ambiente tiene un valor de no uso, un valor pasivo. El valor pasivo es un
valor intrínseco a la naturaleza. Algunos ecologistas lo llaman valor de existencia. Se trata de preservar la naturaleza
viva o inerte independiente de cualquier utilidad. El valor de uso puede ser directo o indirecto. El más común es el
valor de uso directo, como la caza, la pesca, el descanso, etcétera. Valor de uso indirecto es un valor que beneficia a
los individuos sin que éstos tengan conciencia. La biosfera, por ejemplo, es un bien que nos asegura la condición de
vida sobre la tierra, sin que muchos tengan conciencia de ello.
¿Cuándo el medio ambiente es un valor?, así se plantea la cuestión de la temporalidad del valor. Los economistas
neoclásicos llaman a eso valor de opción, que refiere a la posibilidad que los individuos tienen de decidir usar el
medio ambiente ahora, o más tarde. Cuando se reserva un bien natural para ser utilizado en el futuro, se llama valor de
casi-opción. La dimensión del tiempo nos lleva a la cuestión de la transmisión, o sea, ¿valor para quién? En este punto
la teoría neoclásica se basa en individuos egoístas, que solamente piensan en sí, en los bienes para usufructo propio.
Al incorporar el medio ambiente y, por tanto, la conservación de la utilidad a largo plazo, se pasa a incluir el valor
para quienes vinieran después, para el usufructo de las futuras generaciones. Es lo que se llama equidad
intergeneracional. Para otras teorías económicas, como la marxista, que enfatiza la justicia social, el valor es
concebido para todos los que viven en el mismo tiempo, lo que apunta a lo que se llama equidad intrageneracional.
Para los biocéntricos, el valor es para los otros seres vivos, y no para los humanos.

- Los métodos de valoración del medio ambiente: según la concepción utilitarista de la teoría del consumidor, el
valor del medio ambiente depende de la utilidad que presenta delante de quien lo examina. Esta utilidad, que es
subjetiva y dependiente de variables como el gusto, el ingreso y las circunstancias, etcétera, es lo que motiva a los
consumidores a pagar por él. Para los neoclásicos, esta disposición se llama “propensión a pagar”. Según la misma
teoría, los bienes también son sustituibles. Así, el medio ambiente natural podría ser sustituido por otro bien artificial.
Como mecanismo inverso, es posible medir el valor de un bien por lo que los consumidores estarían dispuestos a
recibir para no tenerlo, para que sea sustituido por otro bien. Esta disposición se llama “propensión a recibir”. Todos
los métodos de valoración del medio ambiente se basan en la propensión a pagar de los individuos para tener, usar y
mantener, o en la propensión a recibir para perder o sustituir. Estos métodos miden el valor en el mercado por
sustitución, o en el mercado por experimentación. El mercado por sustitución es cuando efectivamente los atributos
ambientales, sean ganancias o pérdidas, son pasados a los precios de los bienes, a través de sus sustitutos, que sí tienen
precio de mercado. Mientras que el mercado experimental simula un mercado, y son atribuidos valores hipotéticos a
los bienes, a través de una encuesta. A continuación, los principales métodos de valoración del medio ambiente:

- Mercado por sustitución:


* Método de costo de viaje  El valor de un bien ambiental es estimado por el valor del tiempo utilizado en el
desplazamiento y en la permanencia en el local (horas de trabajo perdidas o rendimientos no obtenidos), más los
gastos del viaje, y el costo de la entrada y la estadía. Es como si la suma de los costos que los visitantes están
dispuestos a pagar para disfrutar de cierto espacio ambiental, representase el valor de ese bien.
* Método de costos preventivos  El valor del bien ambiental es estimado por lo que se paga para protegerlo contra
degradaciones previsibles. Cuando la utilidad de un bien natural es su preservación en sí, entonces su valor equivaldría
a los costos preventivos para preservarlo. Un ejemplo son los costos de prevención de incendios de bosques.
* Método de precio implícito  También conocido como método de valor hedónico (que da placer). Hay bienes y
servicios que tienen el valor ambiental incorporado en los precios de mercado, pudiendo ser positivo o negativo. Por
ejemplo, en el mercado inmobiliario, hay casas con claras ventajas paisajísticas, que tienen un valor ambiental
positivo incorporado. Por el contrario, una casa que se sitúa cerca de un aeropuerto puede tener un valor ambiental
negativo incorporado, en razón del ruido. Un servicio que cause daños a la salud tiene que pagar un salario adicional a
los operarios, aumento que corresponde con el valor ambiental negativo incorporado. El valor ambiental en este
método es estimado a través de las diferencias de precios de los bienes con características ambientales positivas o
negativas con relación a otro bien semejante, sin dichas características.
* Método de precio líquido  El valor de un recurso natural se obtiene por su precio líquido de mercado (deducidos,
por lo tanto, los costos de extracción), multiplicado por las unidades físicas que se quieran calcular. Este método es
muy utilizado para medir el valor de un área desforestada. Se toma el precio de la leña o la madera en pie, y se
multiplica por la cantidad existente por hectárea, en el área desforestada.
* Método de costos de recuperación  El valor de un recurso ambiental es valorado por los gastos necesarios para
recuperar su capacidad productiva. Los costos, por ejemplo, para recuperar la fertilidad del suelo degradado a través
de la reposición de macronutrientes como urea, materia orgánica, calcáreo, fertilizantes y mano de obra. O los costos
de la tecnología necesaria para revitalizar un río totalmente contaminado y sin vida, tanto para fines paisajísticos,
como sanitarios.
* Método de cambio de productividad  El valor de algunas cualidades ambientales puede ser valorado a través de la
diferencia de producción física, multiplicada por el valor de mercado del producto de los recursos con y sin tal
cualidad ambiental. El valor de un suelo conservado es estimado a través de la comparación entre las producciones
agrícolas de ese y de un suelo erosionado. El valor de un ambiente atmosférico y sonoro sano puede ser calculado por
la diferencia de productividad humana con un ambiente contaminado y ruidoso.
* Método de valor de la vida humana  En la concepción de que el ser humano es parte de la naturaleza, el valor de
la vida es establecido para fines de su internalización. Este método sirve para calcular el costo de la vida humana
cuando un trabajador resulta incapacitado por accidentes. Hay varias maneras de calcular el valor de la vida. La más
simple es asumir el valor que el mismo individuo se atribuye a través de un seguro. Otra forma es calcular el ingreso
que una persona deja de recibir desde el momento de la invalidez o la muerte hasta el final de su vida activa esperada.
Las empresas de seguros, en general, tienen tablas que establecen una media estadística de ingreso probable, que sería
el valor de la vida de diferentes individuos en función del color, la faja de edad, y el sexo.

Mercado experimental:
* Método de valoración contingente  Este método no considera lo que efectivamente sucede, sino lo que los
individuos dicen que harían. Por eso el mercado es experimental y no de sustitución. Sirve para dar indicativos de las
propensiones de los individuos, tanto a pagar por un beneficio, restauración o preservación de un ambiente natural,
como a recibir como compensación por la pérdida de una determinada cualidad ambiental. El método está basado en
un cuestionario. Es contingente, porque es hipotético e incierto. Este método obliga a los economistas a salir de sus
modelos matemáticos y relacionarse con las personas, lo que permitiría ver que esas personas no son tan racionales
como ellos presuponen, abriendo la posibilidad de cuestionar la propia teoría. Entre los varios métodos descritos
arriba, cada cual presenta especificidades que se adecuan para valorar bienes y servicios con características
ambientales diferentes. La elección está en función de la utilidad que los recursos representan a los ojos de quien los
está valorando. En el límite, un bien natural que no tuviera utilidad ninguna para el ser humano no tiene valor y, por lo
tanto, no es pasible de ser internalizado.

Constituye un avance el hecho de que la teoría neoclásica reconozca que la “mano invisible” no siempre consigue
regular el mercado de forma de hacer coincidir los costos y beneficios privados con los costos y beneficios sociales.
Consideran eso como fallas del mercado, y las llaman externalidades. Para internalizarlas, desarrollan métodos de
valoración que atribuyen un valor monetario a dichos efectos externos.
En primer lugar, la internalización de las externalidades no tiene como objetivo aprehender teóricamente la dimensión
ecológica de los fenómenos económicos, sino reducir el medio ambiente a una dimensión mercantil. En segundo
lugar, los métodos de valoración presentan una serie de limitaciones de medición. La primera de ellas es que los
recursos naturales solamente son monetarizables cuando son útiles para el ser humano. Aquí cabe comentar que un
bien natural no utilizable o cuando no es conocida su utilidad, no posee valor (por ejemplo, la biodiversidad). Otra
dificultad de medición ocurre cuando se pretende encuadrar el medio ambiente como otro bien de consumo
cualquiera. Muchas veces, el medio ambiente se presenta como un “bien público puro”, no apropiable ni exclusivo,
gratuito, no monetarizable, inclusive no consumible, aunque útil para todos, como es, por ejemplo, la capa de ozono.
La segunda limitación de los métodos de valoración (contingente) es que la utilidad del medio ambiente depende de la
visión de quien lo examina, por lo tanto, es totalmente subjetiva. Por consiguiente, los métodos siempre llegan a
valores diferentes para el mismo bien natural. Además, la propensión a pagar varía conforme el ingreso, lo que
incorpora a la discusión una cuestión ética, ya que un mismo bien natural, en un país rico y en un país pobre, presenta
valores muy dispares. Y la propensión a recibir por no tener un bien, es siempre mayor que la propensión a pagar para
tener el mismo bien, lo que muestra la inexactitud de ambas mediciones. Por último, sostenemos que las
externalidades, lejos de ser excepciones o fallas del mercado, representan éxitos en transferir costos a otros. Son parte
de las reglas de un mercado de competencia que fuerza a la externalización de los costos siempre que sea posible, en
algunos casos, para maximizar lucros, y en otros, para poder permanecer en el mercado.

Habiendo planteado la evolución del pensamiento económico en relación a ambiente, vamos a adentrarnos en tres
líneas del pensamiento económico que como bien se ha señalado no es la aplicación de las ciencias económicas en
general a la problemática ambiental sino la aplicación del medio ambiente como objeto de sus estudios económicos.
Ellas son:

 la Economía Ambiental  la Economía Ecológica  la Economía Verde

ECONOMÍA AMBIENTAL: Esta escuela, de raíz neoclásica pone su foco en el principio de escasez, es decir que
sostiene que las cosas (entre ellas los bienes ambientales) tienen valor cuando son escasos y además -según esta
escuela- tienen que tener un dueño, sólo así podrán estar en el mercado.
Otra idea que incorpora esta escuela es la de la internalización de las externalidades negativas, es decir que alguien
tiene que hacerse cargo en nuestro caso de las afecciones a los bienes ambientales y ahí encontramos dos vertientes en
la escuela; una la de Pigou que sostiene que ante esas situaciones de desequilibrio en el mercado debe acudir el estado
a los efectos de restablecer el equilibrio a través de políticas activas (subsidios) o sancionatorias (impuestos).
Por el otro lado la posición de Coase que sostiene que este no es un problema entre privados y el Estado sino que este
es un conflicto entre privados. A esta línea lo que le interesa es la eficiencia en el modo de resolver la externalidad, no
la justicia.
]Si bien los pensamientos de estas dos líneas de la Economía Ambiental pueden resultarnos chocantes, veremos como
muchos de los principios e instrumentos para la gestión del ambiente, encuentran sus basamentos en estos
pensamientos. Ejemplos de ellos son el Principio Contaminador Pagador, los esquemas de cambio de deuda externa
por naturaleza iniciadas, aunque con poco suceso, a partir de la Conferencia de Estocolmo o la comercialización de
bonos verdes establecidas en el Protocolo de Kyoto en la gestión del cambio climático.
Otras herramientas que debemos a esta escuela son los mecanismos de valorización de los daños ambientales, los
mismos se establecen en base a mercados de sustitución o a mercados experimentales. Para profundizar sobre este
aspecto los invitamos a terminar de leer el texto de Mang Yu Chang en el que nos muestra diferentes métodos según el
bien ambienta a valuar.

ECONOMÍA ECOLÓGICA: Esta escuela tiene como principal característica una mirada transdisciplinar en especial
con las ciencias de la naturaleza y en particular las leyes de la termodinámica, a partir de las cuales demuestran y
prevén las repercusiones sobre el ambiente de las acciones humanas.
Herederos de los Ingenieros Ambientalistas, esta escuela se consolida hacia los años 80 del siglo pasado cuando
pretendieron dar respuesta a los problemas ambientales que emergieron del proceso de recuperación de la economía
después de la posguerra, con un marco teórico más amplio y crítico que el propuesto por la economía ambiental.
En su intención de refutar la visión limitada de la Economía Ambiental, desde este sector se plantean los siguientes
postulados:
“El ecosistema Tierra es cerrado en materiales, aunque abierto en energía solar”, esto implica que la economía no
podrá crecer de modo ilimitado como plantean las escuelas neoclásicas.
“la economía como un proceso abierto dentro de un sistema mayor”, el ecosistema Tierra” esto significa que no
podemos analizar la dimensión económica en forma aislada, sino que debemos hacerlo de un modo sistémico, ya que
los bienes ambientales tienen otras funciones además de ser recursos para el desarrollo económico, como son las
funciones regulatorias, de soporte y de información. En el siguiente cuadro podemos visualizar estas funciones:
En virtud de estos fundamentos se demuestra que el hombre no utiliza recursos de forma aislada sino ecosistemas y
que por ello a la hora de determinar su escasez, su utilidad y el coste de oportunidad de su uso, no deberá hacerse en
forma individual sino teniendo en cuanta todas sus relaciones ecosistémicas.

ECONOMÍA VERDE: Si bien no hay un concepto unívoco podemos sostener que conforme el Programa de
Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) que “la economía verde es la que mejora el bienestar del ser
humano y la equidad social, a la vez que reduce significativamente los riesgos ambientales y las escaseces
ecológicas” Como podemos advertir este modelo económico se puede decir que está anclado sobre los pilares que
sustentan el modelo de desarrollo sustentable (el social, el económico y el ambiental).
La Conferencia de RIO+20, adoptó este modelo económico, reconociendo que su implementación deberá efectuarse
con el objetivo puesto en el logro del desarrollo sostenible y la erradicación de la pobreza. El documento citado
reconoce que algunos países sostuvieron que la economía verde genera oportunidades como:
a) La conciliación del crecimiento de la actividad económica y comercial con la gestión sostenible de los recursos y
el fortalecimiento de la protección ambiental;
b) La inversión en tecnologías agrícolas que permitan una utilización más sostenible del suelo y de los recursos
naturales en general;
c) La reducción de las emisiones de carbono;
d) La promoción, diseminación e inversión en energías renovables;
e) El manejo ambientalmente sostenible de los residuos;
f) La adecuada gestión de los productos químicos;
g) La promoción de patrones de consumo y producción sostenibles, con los países desarrollados tomando el liderazgo
en la implementación de medidas;
h)) La promoción de un hábitat social sostenible, mediante la utilización de tecnologías limpias en la construcción y
de la creación de oportunidades de empleo en la industria
La economía verde aplica 3 medidas para determinar la situación en que se encuentra un país:
o el grado de transformación económica en relación con la inversión y el crecimiento en los sectores verdes.
o el impacto del desarrollo económico en función de la extracción y el agotamiento de los recursos.
o el grado bienestar de la sociedad según el acceso de la población a los recursos básicos, la educación, la salud y la
seguridad social.
En su evolución el 16 de julio de 2019 en el Foro de Alto Nivel de la ONU sobre Desarrollo Sostenible desarrollado
en Nueva York, se presentó el documento "Principios, prioridades y caminos para economías verdes inclusivas" ,
estableciendo como tales a los siguientes:
1. El principio de bienestar porque permite a todas las personas crear y disfrutar de la prosperidad.
2. El principio de justicia ya que promueve la equidad dentro y entre generaciones.
3. El principio de los límites planetarios: protege, restaura e invierte en la naturaleza.
4. El principio de eficiencia y suficiencia por estar orientada a apoyar el consumo sostenible y la producción
sostenible.
5. El principio de buen gobierno: está guiada por instituciones integradas, responsables y resistentes.
Estos principios son concordantes y conducentes a la consecución de los 17 ODS (Objetivos del Desarrollo
Sustentable) planteados por la ONU en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible .

EMPRESAS B: En esta línea de conciliación de intereses económicos, con tutela ambiental, compromiso social y
transparencia, nacen las denominadas EMPRESAS B, que pretenden ser las mejores empresas para el mundo y no
sólo del mundo. Estas empresas tienen un perfil diferente al de las empresas tradicionales, el ánimo de lucro no
constituye un fin sino un medio, buscando transformarse en agentes que contribuyan a la preservación del ambiente y
la inclusión social a largo. En el desarrollo de sus actividades establecen ecosistemas empresariales y basan su
confianza en esquemas internacionales de certificación de calidad.

FILOSOFÍA Y MEDIO AMBIENTE. LA VINCULACIÓN DEL HOMBRE Y SU ENTORNO EN LAS


DISTINTAS ÉPOCAS HISTÓRICAS, DEL ANTROPOCENTRISMO AL GEOCENTRISMO. LA VISIÓN
DE LAS DIFERENTES ESCUELAS FILOSÓFICAS.

INTRODUCCIÓN: El planeta Tierra hasta el momento es el único que cuenta con la capacidad de sustentar la vida
gracias a sus océanos, su atmósfera rica en oxígeno, sus condiciones de temperatura, etc. El ser humano es la especie
más reciente en la historia evolutiva de la Tierra. Y todos provenimos de un mismo grupo de homo sapiens, ya que
nuestro ADN revela que todos somos una única raza. Los distintos caracteres sólo son las adaptaciones que nuestros
antepasados desarrollaron al poblar los distintos rincones del planeta.
La forma en la que hemos enfrentado la vida tiene una estrecha relación de cómo nos hemos comportado/relacionado
con la naturaleza, lo cual ha sido muy cambiante a lo largo de nuestra historia.
La visión del universo y de nosotros mismos dentro de cada etapa de la historia nos ha permitido realizar
trascendentes saltos evolutivos, desde el descubrimiento del fuego, el paso de la vida nómade a la sedentaria y el
surgimiento de la agricultura, la aparición de la escritura y con ella el comienzo de la Edad Antigua, dando
surgimiento a los grandes imperios, nuevos descubrimientos e invenciones marcan el desarrollo de una ciencia con
determinadas características, el mecanicismo, las revoluciones industriales, los grandes avances tecnológicos y el
cambio de paradigma newtoniano/cartesiano/mecanicista a un nuevo paradigma post-newtoniano o paradigma
sistémico/ de complejidad, hasta hablar en nuestros días de la Crisis Ecológica o nueva era geológica llamada:
Antropoceno.

Etapa prehistórica: “La vida, este milagro del universo, empezó aproximadamente hace cuatro mil (4000) millones de
años, y nosotros los hombres sólo existimos hace doscientos mil (200.000) años, sin embargo, hemos logrado
trastornar este equilibrio tan esencial para la vida”
Prehistoria:  del  Paleolítico  (10.000 ac) al  Neolítico: Si nos ubicamos en un espacio del tiempo, en el Paleolítico, el
hombre y la naturaleza no estaban disociados. Para subsistir era necesaria la búsqueda de animales de un lugar a otro
desplazándonos en pequeños grupos en un entorno en el que no nos sentíamos separados. Esta vida nómade,
caracterizada por la caza, la pesca y la recolección de frutos tenía un impacto muy bajo sobre el ambiente.
Una combinación de varias hipótesis sugieren el paso del período Paleolítico al Neolítico: un cambio climático que
provoca la extinción de los grandes mamíferos y la desertificación de algunas zonas (provocando una modificación en
los recursos), el aumento demográfico que conlleva a una reducción de los mismos recursos y provoca una reducción
de la movilidad de los grupos humanos. De esta forma; la sedentarización no sería resultado de la revolución neolítica
sino un proceso previo. Entre el 10.000 y el 8.000 a.C. los seres humanos responden mediante la alimentación de
amplio espectro, esto es, un aprovechamiento total de los recursos del medio. Esta respuesta provoca una nueva
reducción de los recursos lo que, unido a un aumento demográfico que no se detiene, lleva a un callejón sin salida
dentro de las posibilidades de la caza-recolección.
El conocimiento que los grupos humanos tienen del medio posibilita la domesticación de plantas y animales, dando
nacimiento a la agricultura y la ganadería, que conllevan más esfuerzo pero permiten mantener poblaciones más
numerosas. La aparición de la agricultura y con ella, la invención de las herramientas para recolectar y transformar el
fruto del trabajo con la tierra, fue un salto evolutivo de suma trascendencia para nuestra especie.

La visión del universo y la relación con la naturaleza en algunos momentos de la historia: Como hemos dicho, el
conocimiento del entorno, permitió acceder a nuevas formas de organización humana y también de dominio del resto
de las especies del planeta. La relación con la naturaleza nos permite entender la dinámica de nuestra propia
evolución, la cual no ha sido igual en los diferentes sistemas culturales del mundo. Algunos autores sostienen que
Oriente mantuvo creencias religiosas enraizadas a lo natural y las culturas precolombinas (mayas, aztecas, incas)
veneraban la naturaleza, esta cultura nace de la relación armoniosa con la naturaleza y de su cosmovisión, a diferencia
de la cultura occidental fundadora de un sistema racionalista y antropocéntrico cuya mirada ha sido de dominación y
apropiación de la misma.
Si nos ubicamos entre los S. VI y V a.c en la Antigua Grecia, la naturaleza y todos los aspectos de la vida era
contemplada desde la razón pura como el único medio para alcanzar a conocer el mundo real. Sócrates le otorgaba
mayor énfasis al hombre comparado con el universo.
Especialmente la base del pensamiento occidental/racionalista tiene su base en la Antigua Grecia, pero sumado la
Antigua Roma, los pueblos germánicos, celtas y eslavos han tenido una influencia decisiva en la configuración de la
cultura occidental, así como el cristianismo en el Edad Media, especialmente la iglesia católica, pero también las
iglesias protestantes y la iglesia ortodoxa.
Con el cristianismo, a fines del S. XIII, podemos observar una especie de jerarquización de todos los seres creados
por Dios. Santo Tomas de Aquino así lo representaba:
Dios
Ángeles
hombres- mujeres-niños
animales- plantas
elementos inanimados
Algunas miradas diferentes existían como la de San Francisco de Asís quien siempre expresaba: “Hermano Sol,
Hermana Luna” sintiéndose parte de todo lo creado, sin hacer referencias a ninguna jerarquía entre los restantes reinos
mineral, vegetal y animal.

s. xvi y xvii  ---  Concepción racionalista; un nuevo paradigma. Los aprendizajes culturales de la humanidad
especialmente, la cultura occidental, son producto de la visión del Universo desde un paradigma
newtoniano/cartesiano/mecanicista o lineal. El planteamiento filosófico de René Descartes, en su “pienso, luego
existo” se convirtió en el elemento fundamental del racionalismo occidental, la razón como único medio para la
adquisición del conocimiento. La idea newtoniana que resulta del universo se representa en una gigantesca máquina,
que funciona sin la intervención de Dios, una maquinaria de relojería compuesta por múltiples piezas separadas con un
flujo uniforme cada una de éstas piezas de existencia propia e independiente.
Las ciencias en general, adoptaron este encuadre como la descripción de la realidad y modelaron sus propias teorías de
acuerdo a ello. De esta concepción se desprende una actitud frente a todo lo que nos rodea, un modelo mental básico,
que expresa el reinado de la individualidad. Desde este modelo, cada parte es independiente, tiene ser propio y es el
ladrillo elemental de la realidad.
La imagen que resulta de ésta visión es la de un conjunto de esferas o bolas de billar que habitan un espacio. Cada
esfera tiene existencia independiente, es en sí y por sí y se relaciona con otros de la misma condición.
En la medida que cada individuo se considera a sí mismo como un ser separado y desconectado de los demás, surge
inevitablemente la idea de la vida como una batalla, una lucha para sobrevivir, “el sálvese quien pueda” y la
consiguiente forma de actuar: vencer, dominar, acumular, poseer y sus propias angustias: la exclusión, la inseguridad,
el miedo.
El Dr. Stanislav Grof define esta perspectiva con el término HILOTROPICO y describe este nivel como aquel plano
de conciencia desde donde el individuo se percibe en su condición de unidad separada.
Cuando sólo se vive en ésta dimensión hilotrópica, se organiza la existencia a partir de valores y prioridades, en
general de tipo egocéntrico: triunfar para sobrevivir y defender MI familia, Mi casa, Mis hijos, Mi empresa, Mi país,
Mi raza, Mi religión, Mi paciente, etc.
En el S. XVIII, el Movimiento romántico moderno, visto- no como una escuela literaria- sino como una visión del
mundo, critica la moderna civilización capitalista occidental en nombre de ciertos valores sociales, morales o
culturales del pasado. El romanticismo protesta contra la mecanización, la racionalización abstracta, la disolución de
los lazos comunitarios y la cuantificación de las relaciones sociales. Jean Jaques Rousseau es uno de los primeros
representantes de esta sensibilidad romántica revolucionaria y en este contexto expresaba:  “El hombre es bueno por
naturaleza y es la sociedad quien lo corrompe”2.
A Fines del S. XIX, se conocen varios ensayos que critican la sociedad industrial de la época y sus
efectos. Thomas Malthus, John Stuart Mill y Henry Thoreau han sido algunas de aquellas voces.
Sumamente interesantes han sido las diferentes miradas sobre los recursos naturales. Mencionemos el caso en Estados
Unidos referido a dos situaciones puntuales:

MOVIMIENTO OBJETIVO REFERENTE


Conservacionismo para el desarrollo Protección de los bosques como una Gifford Pinchot, Jefe del Servicio
“Construcción de hogares Forestal
prósperos”
Preservación“del” desarrollo La preservación de la naturaleza por John Muir, padre de los parques
medio de la creación de Parques nacionales (fundador de la ONG
Nacionales Sierra Club)

En la 1era mitad del S. XX continúan observándose bifurcaciones respecto a la conservación, protección y/o
preservación de la naturaleza. Algunos autores la mencionan como la etapa sectorial del Derecho Ambiental, ya que
comienza a protegerse los recursos naturales por sector (derecho forestal, derecho de la minería, etc.) Nuevos aportes
filosóficos son conocidos como la Escuela de Frankfurt que desarrolla toda una crítica al eficienticismo, a la
civilización industrial (tecnologías contaminantes + burocracia parasitaria) Autores como Pierre Teilhard de Chardin,
filósofo y teólogo francés escribían la “Humanización de la Tierra” (1881-1955) y Aldo Leopold: “Etica de la tierra”
(1945)
En la 2da mitad del S. XX luego de la experiencia nefasta de la 2da Guerra mundial y especialmente en década del
´60 y ´70 aparecen numerosos estudios científicos que comienzan a cuestionar los paradigmas teóricos que habían
legitimado el crecimiento económico que negaba a la naturaleza. Enfocan su atención sobre el agotamiento de los
recursos naturales, la contaminación, el crecimiento demográfico, riesgos tecnológicos (plantas nucleares), etc.
 Comienza a cuestionarse la economía de mercado y avances científicos- tecnológicos
 Critica al paradigma cartesiano - individualista
 Desde la física cuántica relativista surge un nuevo modelo Paradigma de Complejidad/ de Sistemas:
 Crítica al modelo de consumo, al consumidor solitario (Mary Douglas)
 Estudios científicos comienzan a hablar de crisis ambiental.
 La polución natural no es simplemente una cuestión de la naturaleza, existen causas antropocéntricas y un
modelo de producción y consumo que la genera
Recordemos algunos ejemplos que generaron un impacto de suma trascendencia en toda la comunidad internacional.
En 1962, la bióloga norteamericana Rachel Carson en su obra: Silent Spring o Primavera Silenciosa denunciaba “el
uso de los agroquímicos acallará para siempre el canto de los pájaros”.
La llegada del hombre a la luna en 1969 permite una nueva mirada frente a un entorno mucho más amplio, una nueva
Cosmovisión de comprender lo finito, lo pequeño que es nuestro planeta dentro de todo el sistema.
En contraposición a las posturas de crecimiento económico ilimitado, el economista alemán Ernst F. Schmarcher en
una colección de ensayos titulada “Small is beautiful” (Lo pequeño es hermoso: Economía como si la gente
importara4) cuestiona numerosos aspectos de la economía moderna, tales como la percepción y el tratamiento de los
recursos naturales, el PBN como indicador del bienestar humano, la sociedad de consumo, etc.

CAMBIO DE PARADIGMAS: PARADIGMA DE COMPLEJIDAD/ SISTÉMICO.

PARADIGMA LINEAL
MECANICISTA
NEWTONIANO-CARTESIANO
Maquinaria de relojería

PARADIGMA SISTÉMICO
Física cuántica relativista
Teoría sistémica
Paradigma de complejidad
Paradigma Ambiental

La Física fue uno de los soportes teóricos más fuertes del modelo Paradigma Newtoniano/Cartesiano y los
descubrimientos de los últimos 50 años de la Física Cuántica, de la teoría de la relatividad, la cibernética, echaron por
tierra sus propias bases. Las investigaciones del universo subatómico demostraron que las partículas más pequeñas no
son objetos sólidos, aislados e independientes sino que aparecen como una complicada trama de relaciones entre las
partes de un todo unificado. Es decir, las partículas subatómicas no son “cosas” sino conexiones entre “cosas” que
son, a su vez conexiones entre otras “cosas” y así sucesivamente.
Este modelo propone como realidad última la existencia de una red de sucesos interconectados que subyace y
trasciende a cada individualidad.
Se llega con este modelo de pensamiento a un nuevo concepto de “inquebrantable totalidad” que niega la idea clásica
del mundo constituido por partes existentes en forma separada e independiente; “el todo, es mucho más, que la suma
de las partes”.
La imagen plástica de éste modelo es precisamente una red con esferas. La red alberga zonas en las que la trama se
cruza y forma nudos. Tales nudos representan la organización individual y aquí revelan su profunda condición; cada
esfera, aparentemente separada, es el resultado del entrecruzamiento del hilado común que las constituye.
El Dr. Stanislav Grof define esta perspectiva con el término HOLOTROPICO y describe este nivel como aquel que
registra el individuo como nudo de una red, que lo constituye y trasciende. Es decir, que se reconoce atravesado y
constituido por todo aquello que existe y percibe afuera.

CONTEXTO INTERNACIONAL POST 2DA GUERRA. EL NACIMIENTO DE LOS “MOVIMIENTOS


VERDES”. El contexto internacional a partir de la década de 1960, se sumerge a numerosos replanteos de los
modelos económicos, científicos, sociales, etc. como hemos señalado anteriormente. Las distintas miradas sobre el
ambiente desde los países industriales pasaron por tres fases características:
La primera fase llamada de PARTICIPACION, es decir, la crisis de participación/decisión y aceptación de los
riesgos tecnológicos ¿quien participa en el proceso de toma de decisión?
La teoría sociológica de Ulrich Beck y Anthony Guiddens afirma que las sociedades industriales, las sociedades
modernas son sociedades de riesgos, esta transición que se consuma como “no deseada”, no pretendida, produce
ciertos efectos que conllevan a riesgos, contingencias, peligros para la existencia individual y planetaria. La
contaminación de los ríos, por desechos químicos, siderúrgicos, cementeros, etc, la lluvia acida, riesgo de
envenenamiento de comida manufacturada, riesgos del mal funcionamiento técnico en máquinas (avisones, trenes,
autos) o instalaciones (centrales eléctricas, nucleares). Todos estos riesgos son producidos en el escenario de la
sociedad moderna, industrial NO son anteriores-
La segunda fase denominada de SUPERVIVENCIA apunta a los Límites naturales y humanos. En el informe
encargado al Massachusetts Institute of Technology (MIT) por el Club de Roma titulado “Los límites del
crecimiento” también conocido como Informe Meadows, pone el foco de preocupación sobre la finitud de los
recursos naturales, la contaminación descontrolada en un planeta finito y crecimiento exponencial de la población.
Algunos autores denominan a esta corriente “Ecologista Conservacionista”.
Estos problemas son llevados a la primera conferencia de Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente Humano, en
Estocolmo (Suecia), dando nacimiento al Derecho Ambiental Internacional. Para algunos autores, la llaman corriente
del Ambientalismo Moderado.
La tercera fase es conocida como de EMANCIPACION. Es en éste momento histórico que nos invita a repensar la
crisis ambiental como una catástrofe o una oportunidad para diseñar una nueva sociedad, una nueva ciencia, escuchar
nuevas voces. Entender y atender a nuevos modelos de desarrollo, nuevos paradigmas; el Paradigma Ambiental.
Algunos llaman a esta corriente: Humanismo Crítico que integra la mirada de los países en desarrollo, alrededor de
los cinco continentes. Edgar Morin, nos habla de una nueva ciencia, un nuevo saber global, apoyado en una
nueva conciencia: Consciencia Ecológica, la cual reintegra el ambiente, la complejización de la naturaleza a la
consciencia antropológica.

DIVERSAS CORRIENTES FILOSÓFICAS FRENTE A LA RELACIÓN HUMANA- NATURALEZA:


Tenemos muchas líneas de pensamiento de dan referencia del Hombre con la Naturaleza entre las que podemos
resaltar.
 Conservación de los recursos (Barry Commer)  Eco - Marxismo (Donald Lee) Post-Marxistas
 Preservacionismo (John Muir) (Murray Bookchin, Teodoro Roszak)
 Liberación de los animales (Jeramy Benthan)  Ecocomunalismo (Robert Nisbet)
 Bio-regionalismo (Peter Berg)  Ecosocialismo (André Gorz)
 Etica Autopoiética (Warwick Fox)  Ecofeminismo (Elizabeth Dodson)
 Ecocentrismo (Deep Ecology)  Derecho de la Naturaleza o Buen vivir
 Ecología Transpersonal (Arne Naess) (Sumak Kawsay / Suma Qamaña)
 Gaiaismo (James Lovelock, Lynn Margulis,
Elisabeth Sahtouris)

PARA LEER – ESTÁ IMPRESO: En este curso le proponemos profundizar en el Ecocentrismo y para ello los
invitamos a leer el Texto de Andrea Speranza “Ecologia Profunda y Autorealización” (pág 23 a 34).
Por su raiz Latinoamericana y por su trascendencia en el derecho a través de su incorporación a las Constituciones de
Ecuador y de la Republica Plurinacional de Bolivia, otra línea de pensamiento que nos interesa resaltar es la del “Buen
vivir” que propone un nuevo paradigma civilizatorio sustentado en el diálogo y armonía con la naturaleza. Para ello
compartiremos este breve texto del sociólogo José María Tolosa titulado “Sumak kawsay, suma qamaña, buen
vivir” el que podrán encontrar en el mismo espacio virtual

LA CRISIS AMBIENTAL: LA ERA DEL ANTROPOCENO. NUEVA CIENCIA: EL SABER AMBIENTAL.


La crisis ambiental es el signo de la nueva era histórica. Segun Enrique Leff Es una crisis de la racionalidad de la
modernidad “el iluminismo de la razón”, la visión científica clásica y tecnológica con la que ha sido dominada la
naturaleza y economizado el mundo.
En este contexto de crisis ambiental, algunos autores señalan que nos encontramos frente a un verdadero cambio de
Era a la que denominan: Antropoceno. Este concepto se expandió no sólo en el campo de las ciencias “duras” sino
también en el campo filosófico y en las ciencias sociales y humanas, todas ellas encausadas, repensando esta nueva era
en la que la humanidad se convirtió en una fuerza geológica mayor. Los impactos que la acción humana global están
generando en nuestro planeta, no tiene precedente alguno: el aumento de emisiones de gases de efecto invernadero, la
degeneración del tejido de la vida de la Tierra y sobre todo la pérdida de biodiversidad, los cambios en los ciclos
biogeoquímicos del agua, nitrógeno y del fósforo, el aumento de población y consumo, etc.
En la última Conferencia de Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible, conocida como Rio + 20 (2012) se
presentaron los siguientes interrogantes:
 Respecto al modelo económico: ¿Qué tipo de economía se propone para resolver la pobreza en el mundo?
 Respecto del modelo político: ¿Qué tipo de organización necesitamos para una nueva gobernanza mundial?
 Respecto del modelo ético: ¿Qué tipo de humanidad queremos? ¿Sobre la base de que valores, que bases
éticas fundamos el desarrollo de nuevos modelos de vida?
Siguiendo a este autor podemos concluir que la crisis ambiental es una crisis del pensamiento, del entendimiento, de la
ontología y de la epistemología que nos lleva a repensar la realidad a un “reposicionamiento del ser a través del
saber”
La complejidad ambiental remite a la reflexión del conocimiento sobre lo real, lo que lleva a objetivar a la naturaleza y
a intervenirla; a un saber sobre las formas de apropiación del mundo y de la naturaleza, a través de las relaciones de
poder, que se han inscrito en las formas dominantes de conocimiento.
Para Leff, la complejidad ambiental no es una relación entre el organismo y su medio ambiente. No emerge de las
relaciones ecológicas. Emerge del mundo tocado y trastocado por la ciencia, por un conocimiento objetivo,
fragmentado, especializado.
La ciencia clásica caracterizada por las leyes, la certeza, la causalidad se ve trastocada frente a una nueva ciencia
caracterizada por los eventos, probabilidades, inter y transdiciplinas, complejidad, caos, etc.
Nos encontramos frente a una nueva racionalidad ambiental: el Saber Ambiental abre una nueva comprensión del
mundo que:
 Incorpora el límite de lo real, la incompletitud del ser y la la imposible totalización del conocimiento
 Asume la incertidumbre, el caos, el riesgo, la irracionalidad, la indeterminación, la impredictibilidad, la
multicausalidad de procesos.
Ello no remite a un todo, ni a un pensamiento holístico, ni a la conjunción y convergencia de miradas
multidimensionales y/o pluralidad de perspectivas legítimas, va mucho más lejos, ya que se abre hacia un  diálogo de
saberes, diálogo interactivo. En tal sentido el profesor Vicente Speranza nos enseña; la filosofía ambiental consiste
en “Entender para Atender” en “PENSAMIENTO +ACCION”.

GUÍA DE ESTUDIO  UNIDAD 2


- Economía Ambiental
 ¿Qué usos de un recurso natural debe tener presente el legisladore al momento de regular y por qué?
 ¿Qué diferencias hay entre el PBI y el IWI? ¿Qué incidencia tiene la dimensión ambiental en cada uno de
ellos?
 ¿Qué plantean las siguientes escuelas y cuales son sus aportes a la gestión ambiental?
o Economía Ambiental
o Economía Ecológica
o Economía Verde
 ¿Qué mecanismos hay para valuar el ambiente?
 ¿Qué son las Empresas B?
- Filosofía Ambiental
 ¿Como ha sido la relación de los seres humanos con la naturaleza a lo largo de la
 historia?
 ¿Cómo influencio en las relaciones Hombre – hombre - Naturaleza?
 ¿Qué diferencia hay con el paradigma sistémico, y que elementos caracterizan a la nueva complejidad ambiental?
 ¿Que mirada tiene el Ecocentrismo frente a la protección de la naturaleza?
 ¿Que escuela filosófica es receptada por Constituciones Latinoamericanas y como se materializó esa recepción?
 ¿Cómo se ha sido denominada la nueva era geológica y que características tiene?

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