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INSTITUCIÓN EDUCATIVA PRIVADA

“JESÚS DE BELÉN”

PROFESOR:
BACILICIO MAYTA, Kevin Francy

ASIGNATURA:

Historia del Perú

TEMA:

Caída del Tahuantinsuyo y la invasión española

INTEGRANTES:

 CONDOR ROJAS, Antony Teófilo


 FLORES ALVAREZ, Camila Xiomara
 QUISPE ZAMORA, Naysha Melody

PAMPAS – TAYACAJA
2021

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DEDICATORIA

A nuestros padres que con esfuerzo, dedicación y apoyo


nos impulsan a ser mejores personas y a cumplir
nuestras metas.

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ÍNDICE

INDICE DE FIGURAS...........................................................................................................4

INTRODUCCIÓN.................................................................................................................5

CAPÍTULO I.........................................................................................................................7

1.1. Huascar:..............................................................................................................7

1.2. Atahualpa:...........................................................................................................7

1.3. Inicio de la guerra civil:.......................................................................................7

CAPÍTULO II........................................................................................................................9

2.1. LA EMPRESA DEL “LEVANTE”..............................................................................9

2.2. LOS TRES VIAJES DE PIZARRO.............................................................................9

2.2.1. EL PRIMER VIAJE DE PIZARRO (1524 – 1525)............................................10

2.2.2. EL SEGUNDO VIAJE DE PIZARRO (1526 – 1528)........................................11

2.2.3. CAPITULACIÓN DE TOLEDO (26 – 07 – 1529)............................................14

2.2.4. EL TERCER VIAJE DE PIZARRO (1531 – 1533).............................................15

CONCLUSIONES...............................................................................................................26

BIBLIOGRAFÍA..................................................................................................................27

ANEXOS............................................................................................................................28

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INDICE DE FIGURAS

Figura 1. Inca Huascar.....................................................................................................28


Figura 2. Inca Atahualpa..................................................................................................29
Figura 3. Guerra Civil entre Atahualpa y Huascar...........................................................29
Figura 4. Españoles hambrientos y doloridos.................................................................30
Figura 5. Francisco Pizarro y los Trece de la Fama..........................................................31
Figura 6. Pizarro fue recibido por el emperador Carlos V...............................................32
Figura 7. Texto original de la Capitulación de Toledo.....................................................33
Figura 8. Ruta seguida por Pizarro en su tercer viaje......................................................34
Figura 9. Francisco Pizarro...............................................................................................35
Figura 10. Batalla en la plaza de Cajamarca....................................................................36
Figura 11. Caída de Atahualpa ante Pizarro....................................................................37
Figura 12. Cuarto del Rescate 1862.................................................................................38
Figura 13. Cuarto del Rescate Original............................................................................39
Figura 14. Cuarto del Rescate - Recorrido Virtual...........................................................39
Figura 15. Muerte de Atahualpa.....................................................................................40

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INTRODUCCIÓN
La grandeza del Imperio del Tahuantinsuyo estaba ligada esencialmente a la existencia
al frente de él de grandes espíritus guerreros y conquistadores como los de los últimos
Incas, Pachacútec y Túpac Yupanqui, y, sobre todo, a la conservación de una casta
militar, sobria y virtuosa como la de los orejones.
La caída del Tahuantinsuyo es un hecho que ya se venía dando en este imperio tan
poderoso, con un organismo caduco y viciado, su decadencia comenzó con “una
guerra civil incaica” protagonizada por dos hermanastros que ambicionaban el poder
de gobernar esta civilización. Ambos generando un desorden total y gran confusión en
el imperio con la muerte de soldados y civiles, Atahualpa luego de una sangrienta
guerra, sería el “vencedor” pero lo que no esperaba eran hechos infames que
marcaran el fin de su imperio, un grupo de invasores habían llegado por las costas y
eran conocidos como “hombres barbudos”
Para realizar una investigación debidamente organizada el presente trabajo se ha
dividido en capítulos, en el Capítulo I, busca dar la presentación de los personajes
principales en la historia de la caída del imperio del Tahuantinsuyo, dando a conocer
también el comienzo de una guerra civil incaica, que en palabras de historiadores esta
fue una de las causas por la que decayó el Tahuantinsuyo.
Asimismo, en el Capítulo II se muestra el inicio de la conquista, dándose la
conformación de la famosa empresa del “Levante” teniendo a Francisco Pizarro, Diego
de Almagro y Hernando de Luque, habiendo un acuerdo probablemente de palabra
entre estos hombres, donde se compartía el riesgo y las ganancias de la empresa.
Continuando, se presentan los famosos viajes de Pizarro, dándose el primero en 1524 a
1525, el segundo de 1526 a 1528, dándose después de este la famosa Capitulación de
Toledo, donde se le dio el poder a Francisco Pizarro a través de una capitulación para
ser gobernador de las tierras conquistadas (Nueva Castilla). En 1531 – 1533 se da el
tercer viaje, en el que el 15de agosto de 1532 Francisco Pizarro fundó la primera
ciudad española con el nombre de San Miguel de Piura, luego de este, el 15 de
noviembre de 1532, se tiene el primer encuentro de Atahualpa con los españoles y el
16 de noviembre del mismo año se da la emboscada y captura de Atahualpa en

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Cajamarca, durante ese periodo el Inca viendo el gran interés de los españoles por el
oro, ofrece un cuarto lleno de oro a cambio de su libertad, los españoles no
cumpliendo su palabra el 29 de agosto de 1533, Atahualpa salió encadenado y a pie
marchando lentamente hasta el lugar de suplicio, durante este hecho se da el
bautismo y el neófito recibió el nombre de Juan de Atahualpa en honor a San Juan
Bautista. Mientras los españoles entonaban su credo, así pereció el último de los Incas.

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CAPÍTULO I
LA GUERRA CIVIL INCA
La llegada de los españoles al Tahuantinsuyo coincidió con la lucha interna que
Huascar y Atahualpa, ambos hijos de Huayna Capac, sostenían por el control del
imperio incaico.

1.1. Huascar:
Huascar, emperador Inca. Hijo de Huayna Capac y de Rahuac Ocllo, nació en el pueblo
de Huascarquiguar o Huascarpata. Su nombre original fue Topa Cusí Huallpa y adoptó
el de Huascar al ser proclamado Inca. Desde un comienzo Huascar tuvo que ocuparse
de debelar sediciones e intrigas que tramaron en su contra sus más cercanos
parientes, en una de ellas estuvieron comprometidos sus hermanos Chuquishuaman y
Conono, quienes pretendían derrocarle para entronizar a otro hermano suyo, Cusí
Atauchi. Este siniestro plan no pudo llevarse a cabo debido a que el mismo
Chuquishuaman, arrepentido y medroso, delató a sus hermanos. Huáscar no perdió
tiempo y los mandó ejecutar de manera sumaria.

1.2. Atahualpa:
Atahualpa, hijo del inca Huayna Capac, nació en el Cusco, aunque su linaje era quiteño.
Es por ello que gozaba de la simpatía, afinidad e inclinación de las etnias cayambes,
carangues, pastos y de los mitmas, incas residentes en Quito y Carangue. A la muerte
de su padre no acompañó al cortejo fúnebre que se dirigía al Cuzco llevando la momia
del emperador, hecho que no gustó a su hermano Huáscar. Tampoco estuvo presente
en el acto de vasallaje que los señores sojuzgados y miembros de la elite incaica hacían
cuando el inca era entronizado. En su lugar envió embajadores con regalos, dicha
actitud fue tomada como acto de rebeldía porque sólo el inca podía iniciar las
relaciones de reciprocidad mediante el reparto de dádivas. Como es de esperar
Huascar mandó matar a los emisarios y a algunos de ellos los liberó previas
mutilaciones. Estalló entonces la guerra y cada quien preparó a su ejército.

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1.3. Inicio de la guerra civil:
Huascar enojado porque su hermano no había acompañado los restos de su padre, de
Quito a Cusco, y porque tampoco había acudido a rendirle homenaje de sumisión,
castigó con la muerte a emisarios que Atahualpa le había enviado para presentarle sus
excusas por su inasistencia al Cusco. Pensó de esta manera Huascar hacer sentir su
autoridad, no lo consiguió ya que esa actitud de gobernante cusqueño, provocó la
sublevación de Atahualpa, desencadenándose así la guerra civil.
En el curso de los acontecimientos, Huascar consiguió éxitos iniciales. El general Atoc,
enviado por él, logro derrotar a las huestes de Atahualpa en la batalla de Tumi-pampa.
Atahualpa fue hecho prisionero, pero logró fugarse. Reorganizó su ejército y
emprendió la ofensiva, avanzando hacia el sur y contando con la colaboración de
antiguos generales de su padre como Quisquis, Chalcuchímac y Rumiñahui.
Cerca al Cusco derrotaron al ejército de Huáscar en la batalla de Quipay-pampa. El
ejército triunfante de Atahualpa se volcó sobre la Ciudad Imperial, la que fue saqueada
y destruida completamente. Huáscar fue hecho prisionero y obligado a presenciar esta
destrucción. Se buscaba no dejar vestigios de lo que había sido la ciudad del Cusco, así
como de su arrogante nobleza imperial.

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CAPÍTULO II
INICIO DE LA CONQUISTA

2.1. LA EMPRESA DEL “LEVANTE”


En la ciudad de Panamá, haciendo oído a las noticias que circulaban sobre la existencia
del fabuloso Birú, tres personas se asociaron con el fin de descubrir y conquistar dicho
reino. Francisco Pizarro encabezaba dicha sociedad.
Era Pizarro natural de Trujillo de Extremadura, llevaba varios años viviendo en
América; y había formado parte de varias expediciones por Centroamérica y el Caribe,
incluyendo el viaje de exploración en el que Vasco Núñez de Balboa descubrió la Mar
del Sur.
Diego de Almagro, natural de Almagro y de condición social equiparable a la de
Pizarro, entró en la sociedad como encargado del aprovisionamiento para las
expediciones de descubrimiento y conquista.
Finalmente, Hernando de Luque, sacerdote y capellán de otras expediciones realizadas
con anterioridad, debía encargarse de la financiación, aunque al final fue el licenciado
Gaspar de Espinosa quien corrió con la mayor parte de la inversión.
A pesar de que nunca se ha encontrado un documento que lo pruebe, se entiende que
hubo un acuerdo (probablemente de palabra) entre estos tres socios. En él se habrían
sentado los términos de la empresa de conquista, en los que se compartía la inversión,
el riesgo y las ganancias de la empresa (dichas ganancias se cuantificaban, como es
evidente, descontando lo necesario para reponer los aportes de otros inversionistas y
hacer los pagos pertinentes a los funcionarios reales)

2.2. LOS TRES VIAJES DE PIZARRO


Las expediciones al Perú se prolongaron durante 9 años. La última acabó con la derrota
del Imperio inca y con la ejecución de Atahualpa. Los españoles pudieron continuar la
conquista sin encontrar mucha resistencia. El 15 de noviembre de 1533, Pizarro entró
en Cuzco y culminó la conquista del Perú.

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2.2.1. EL PRIMER VIAJE DE PIZARRO (1524 – 1525)
Algunas fuentes afirman que Pizarro había recibido algunas noticias sobre la
existencia de un gran reino en el Perú. Los rumores hablaban de sus grandes
riquezas y el conquistado se dispuso a intentar su conquista.
a. INICIO DEL VIAJE
Los barcos comandados por Pizarro partieron del puerto de la capital
panameña el 13 de septiembre de 1524. En ellos viajaban unos 80
hombres, además de 40 caballos.
En este primer viaje los socios de Pizarro no lo acompañaron: Luque
tenía la misión de buscar más apoyo económico y Almagro se dedicó a
buscar más hombres para futuras expediciones. El plan que habían
trazado era reunirse durante el viaje. Sus primeros destinos fueron las
islas Perlas y, después, las costas de Colombia.

b. PUERTO DEL HAMBRE


Los problemas para la expedición comenzaron muy pronto. En las costas
colombianas se encontraron con que los víveres empezaban a agotarse.
Según el plan previo, Almagro debía reunirse allí con los expedicionarios
con más comida y agua, pero su llegaba se retrasaba y la desesperación
empezaba a presentarse.
Pizarro ordenó a uno de sus oficiales que regresara a las islas Perlas para
buscar nuevas provisiones. Este oficial tardó 47 días en ir y volver, una
tardanza que provocó que 30 de los expedicionarios murieran de
hambre. En recuerdo de esta circunstancia, Pizarro bautizó el
emplazamiento como el Puerto del Hambre.

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c. PUEBLO QUEMADO
El viaje no mejoró a partir de ese momento. Pizarro y sus hombres
continuaron su trayecto hasta alcanzar el Fortín del Cacique de las
Piedras. Allí fueron recibidos por los indígenas con una lluvia de piedras
y flechas. El ataque causó cinco muertos entre los españoles, además de
varios heridos, entre los que se encontraba el propio Pizarro.
Ante esta resistencia, los españoles tuvieron que retirarse y poner
rumbo de vuelta a Panamá. Su destino era Chochama, en el sur de ese
país.
Mientras, Almagro había realizado prácticamente la misma ruta que
Pizarro. Al llegar a Fortín de Cacique, también fue recibido con gran
violencia por sus habitantes. Una de sus flechas dejó tuerto al
conquistador español, quien, en represalia, ordenó quemar todo el
emplazamiento. Por ese motivo, el lugar es conocido como Pueblo
Quemado.

d. EL REGRESO
Después de su enfrentamiento con los indígenas de la zona, Almagro
intentó encontrar a Pizarro en el río en el río San Juan, en los manglares
de Colombia. Al no encontrarlo puso rumbo a las islas Perlas, donde se
enteró de que su socio se había marchado a Chochama.
Finalmente, los dos conquistadores se reunieron en esa localidad. Según
los historiadores, ambos prometieron volver a preparar una nueva
expedición para conseguir su objetivo. Después, regresaron a su base en
la capital panameña.

2.2.2. EL SEGUNDO VIAJE DE PIZARRO (1526 – 1528)


A pesar de la insistencia de los dos exploradores, su primer fracaso hizo difícil
convencer al gobernador de Panamá de que apoyara un nuevo intento. Dos
años fueron necesarios para conseguir el permiso para volver a organizar una
segunda expedición.

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Mientras, los tres socios firmaron un contrato en el que dejaban muy claras las
condiciones que debían regir su sociedad.

Pizarro fue el primero en partir y puso rumbo a Chochama junto con 50


hombres. En diciembre de 1525, Almagro abandonó la capital para encontrarse
con él. Entre ambos grupos sumaban unos 160 expedicionarios.
e. INICIO DEL SEGUNDO VIAJE
El segundo viaje comenzó a principios de 1525. Almagro y Pizarro
abandonaron Panamá y se dirigieron hacia el río San Juan, una ruta que
ya conocían tras su primer intento.
Al llegar a su destino, los exploradores se separaron. Almagro regresó a
Panamá para buscar más provisiones y refuerzos, mientras Pizarro se
quedó en la zona del río. Por su parte, el piloto Bartolomé Ruiz partió
hacia el sur para realizar un reconocimiento.
Ruiz se encontró durante su ruta con los indios tumbesinos. El piloto les
arrebató oro, mercancías y capturó a tres jóvenes.
Pizarro, por el contrario, estaba encontrando muchos problemas. Las
enfermedades y los caimanes habían provocado la muerte de varios de
sus hombres y el descontento empezó a crecer.
Cuando Almagro regresó, la expedición puso rumbo al sur. Durante el
trayecto se toparon con algunos grupos de indios y encontraron
bastantes piezas de oro. Sin embargo, los ánimos seguían sin estar
tranquilos y buena parte de los tripulantes hablaba de volver a Panamá.

f. PORFÍA DE ATACAMES
La tensión acumulada estalló en la playa de Atacames. Almagro, cansado
de las quejas de muchos de sus hombres, mostró su enfado llamándolos
cobardes. Pizarro salió en defensa de la tripulación y ambos
conquistadores comenzaron a pelearse.
Las crónicas afirman que los dos llegaron incluso a sacar sus espadas y
que solo la intervención de los tripulantes más tranquilos evitó que las
usaran. Una vez regresó la calma, la expedición continuó hasta el río
Santiago.
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g. LOS TRECE DEL GALLO O LOS TRECE DE LA FAMA
La tranquilidad no duró demasiado. Las enfermedades y otros
contratiempos seguían causando la muerte de los expedicionarios y la
tensión no paraba de crecer.
Pizarro y Almagro decidieron detenerse para descansar en un lugar
tranquilo, las islas del Gallo. El segundo partió de regreso a Panamá para
buscar más tripulantes.
Pizarro, para congraciarse con la nueva autoridad ordenó a sus soldados
que envíen presentes al nuevo gobernador, lo que fue aprovechado por
algunos que no querían continuar en la expedición para denunciar los
maltratos de los que eran víctimas; uno de ellos fue Juan de Saravia.
Pedro de los Ríos recibió un ovillo grande de algodón que decía:
"Pues señor gobernador
Miradlo bien por entero
Que allá va el recogedor
Y acá queda el carnicero".
Almagro que había retornado de Panamá, fue apresado y se envió al
Capitán Juan de Tafur para detener a Pizarro y ordenar su inmediato
retorno. El encuentro se dio en la Isla del Gallo donde, según la
tradición, Pizarro trazó una línea sobre la arena y dijo:
"soldados,
De esta línea al sur está el Perú: La Fama.
De esta línea al norte Panamá: La muerte y la miseria".
Luego cruzó la línea al sur y refieren que sólo trece lo siguieron, los
conocidos como los trece de la isla del Gallo.
Pizarro y sus trece hombres pasaron a la isla de La Gorgona y enviaron a
Ruiz para que pague la fianza y liberen a Almagro. Nuevamente juntos
los socios marcharon hacia el Sur, esta vez llegarían al Perú.
h. DESCUBRIMIENTO DE UNA CIUDAD INCA
Después de seis meses de espera, el piloto Ruiz se reunió con los trece
de la isla del Gallo y Pizarro, llevando los refuerzos enviados por
Almagro.
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La expedición se puso de nuevo en marcha y llegó a la isla de Santa
Clara. De ahí se trasladaron a Tumbes, donde los conquistadores
encontraron la primera ciudad importante del Imperio inca. La visión de
las murallas, fortalezas y templos de piedra les convenció de haber
encontrado una rica cultura.
Pizarro envió primero al soldado Alonso de Molina. Cuenta este hombre
que, al bajar, los indios se acercaron a los negros esclavos que llevaba y
"empezaron a restregarles la piel y echarles agua para limpiarles el
color". Luego bajaría el griego Pedro de Candia. Su porte robusto, piel
clara y armas de fuego que traía hizo creer a los lugareños que se
trataba de un enviado de Wiracocha, acaso ILLAPA (trueno) por el ruido
que hacía al "votar rayos de los dedos". Candia conoció allí al curaca
Chillimasa, quien lo recibió y trató por varios días, dándole una serie de
obsequios. El griego hizo una pintura de Tumbes y la llamó "La Nueva
Valencia del Mar del Sur" (había templos y palacios enchapados en oro y
gente finamente vestida). Los expedicionarios llegaron hasta el río Santa
y confirmado totalmente la existencia de ese territorio lleno de oro y
plata decidieron retornar a Panamá el conquistador tenía en mente
negociar con la Corona de Castilla los derechos que le corresponderían
si conquistaba esas tierras.
2.2.3. CAPITULACIÓN DE TOLEDO (26 – 07 – 1529)
La Capitulación de Toledo es el poder que se le dio a Francisco Pizarro a través
de una capitulación para ser el gobernador de las tierras conquistadas (Nueva
Castilla).
Francisco Pizarro tuvo que negociar los términos con el Consejo de Indias,
siendo presidente de este consejo el Conde de Osorno. Terminada la
negociación con el Consejo de Indias, se logra firma el acuerdo con la reina
consorte Isabel de Portugal (poderes delegados por su esposo Carlos I de
España) el 26 de julio de 1529, esto debido a la ausencia del rey Carlos I de
España.
Puntos de la capitulación de Toledo:

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 Se concede a Francisco Pizarro el privilegio del descubrimiento y
conquista de toda la región comprendida entre el río Tempula o
Santiago (Ecuador) y las 200 leguas al sur de este punto.
 Dar a Pizarro los títulos de gobernador de «Nueva Castilla» (Perú),
llamada así en razón de sus castillos, Capitán General, Alguacil Mayor,
Adelantado, así como la facultad de encomendar indios, además de
percibir un sueldo anual de 725 000 maravedíes.
 Se concede a Almagro la gobernación de la Fortaleza de Tumbes, se le
asciende a la categoría de Hidalgo y se le da el derecho a cobrar un
sueldo menor al de Pizarro, 300 000 maravedíes anuales).
 Hernando de Luque recibe el obispado de Tumbes y el título de
“Protector de los Indios”. Además de una renta anual de 1000 ducados.
 A los Trece de la Isla del Gallo se les nombra hidalgos de solar conocido
y a los que ya lo eran, se les concede el grado de “Caballeros de la
Espuela Dorada”.
 A Bartolomé Ruíz se le nombró «Piloto Mayor de la Mar del Sur» y 75
000 maravedíes de salario anual.
 Pedro de Candia fue nombrado «Artillero Mayor del Perú» y Regidor de
Tumbes.

2.2.4. EL TERCER VIAJE DE PIZARRO (1531 – 1533)


a. DE PANAMÁ A PIURA
Partieron de Panamá en enero de 1531, tocando como primer punto la
bahía de San Mateo, de donde continuarán su viaje por tierras a través
de la región de Coaque. En esta zona fueron atacados por el mal de las
verrugas y aún se encontraban en este camino cuando el cacique
Tumbalá los invitó a visitar su isla Puná, isla en la cual Pizarro terminará
cerciorándose de que el Imperio de los Incas se debatía en guerra civil.
Llegaron a Tumbes en enero de 1532. Al llegar a esta ciudad, Pizarro le
ordenó a Hernando de Soto que tomara preso al cacique Chilimasa en
represalia porque los tumbesinos lo habían atacado. De Tumbes se
trasladaron a Poechos donde su cacique Maizavilca le obsequió a don

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Francisco Pizarro a uno de sus sobrinos, al que le llamaron Martinillo.
Estando ya en el valle de Chira, en el lugar llamado por los indios
Tangarara, Pizarro funda la primera ciudad española en nuestro país,
con el nombre de San Miguel de Piura (15 de agosto de 1532). También
en este lugar construyeron un fuerte donde se quedaron 60 hombres a
las órdenes de Sebastián de Benalcázar.
b. MARCHA DE PIURA A CAJAMARCA
Partieron en setiembre de 1532. Acompañaban a Pizarro 110 hombres
de infantería y 67 de caballería. Después de avanzar por la costa hacia el
sur y por Saña levantar a Cajamarca, entrarán a esta ciudad el 15 de
noviembre de 1532 e inmediatamente Pizarro le ordenó a Hernando de
Soto y luego a su hermano Hernando Pizarro que fuesen a los baños del
Inca (Pultamarca) a invitar a Atahualpa a cenar esa noche en Cajamarca,
pues Pizarro tenía pensado tomar preso al Inca en plena ceremonia.

c. PRIMER ENCUENTRO DE ATAHUALPA Y LOS ESPAÑOLES


(15 – 09 –1532)
Atahualpa se encontraba en esta región descansando de las duras
campañas que había sostenido contra su hermanastro Huascar por la
sucesión al máximo cargo del Tahuantinsuyo. Victorioso, Atahualpa era
agasajado por el señor de Chincha, pero sus generales estaban en
distintas regiones del imperio imponiendo el nuevo orden. La presencia
de una avanzada de españoles, al mando de Hernando de Soto, lo
sorprendió en estas circunstancias y accedió a concurrir a una entrevista
con Pizarro en la plaza de Cajamarca.

d. EMBOSCADA EN CAJAMARCA
El sábado 16 de noviembre de 1532 fue el día más memorable en el
tiempo de la conquista del Perú. Al agudo sonido de la trompeta
despertaron los españoles dispuestos a secundar los planes de su gran
capitán.

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Pizarro ultimó los preparativos, en los pequeños edificios de la plaza
ubicó dos divisiones de caballería bajo las ordenes de su hermano
Hernando y de Soto. Situó la infantería en otro edificio. Pedro de Candia
con unos cuantos soldados se estableció en la fortaleza llevando dos
pequeñas piezas de artillería llamadas “falconetes”.
Todos recibieron órdenes de permanecer en sus puestos hasta la llegada
del Inca, cuando entrase en la gran plaza, debían permanecer ocultos
hasta que se diese la señal consiste en un tiro de arcabuz. Entonces con
grandes gritos de guerra debían salir de sus edificios, caer espada en
mana sobre los peruanos y apoderarse de la persona del Inca.
Ya era muy entrado el día cuando se observó movimiento en el
campamento peruano. Se recibió un mensaje de Atahualpa informando
que iría a visitar al jefe español acompañado de sus guerreros armados.
Esta última noticia no era muy agradable para Pizarro, mas no podía
oponerse a los deseos del Inca sin despertar sus sospechas.
A eso del mediodía la comitiva de indios se puso en marcha. Al frente
venían numerosos criados. cuya función consistía en limpiar el camino.
Sobre el conjunto sobresalía el Inca, conducido en hombros por sus
principales nobles, mientras otros marchaban a los lados de su litera,
desplegando tan brillantes ornamentos que, al decir de un conquistador,
"relucían como el sol". La mayor parte de las tropas indias estaban
formadas a ambos lados del camino o esparcidas por los anchos prados
hasta perderse de vista.
Cuando la real comitiva llegó más o menos a media milla de la ciudad se
detuvo y Atahualpa envió un delegado comunicando a Pizarro que en
ese sitio pasaría la noche y que recién al día siguiente entraría en la
ciudad. Esa noticia disgustó mucho a Pizarro que participaba de la
impaciencia general de su gente al ver la poca celeridad con que se
movían los indios.
Respondió, por consiguiente, rogando a Atahualpa que cambiase de
parecer, puesto que tenía preparado todo lo necesario para recibirle y
obsequiarle, y que le esperaba a cenar esa misma noche.

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El mensaje hizo mudar al Inca de intención y levantando sus tiendas
volvió a emprender la marcha, avisando previamente a Pizarro que
dejaría la mayor parte de sus guerreros y sólo entraría en la plaza con
algunos hombres desarmados. Los españoles creyeron que únicamente
un milagro podía prepararles las cosas tan a pedir de boca.
Poco faltaba para ponerse el sol cuando la vanguardia de la comitiva
real entró por las puertas de la ciudad. Primero venían algunos
centenares de criados que cantaban himnos. Después seguían otras
compañías de indios vestidos con diferentes libreas. Sobresaliendo por
encima de la vistosa comitiva aparecía el Inca conducido sobre una anda
en que había un trono de oro macizo. Colgaba de su cuello un collar de
esmeraldas de brillo y tamaño extraordinarios. En su cabello corto
llevaba adornos de oro y sobre sus sienes caía la borla imperial. El
aspecto del Inca era grave y majestuoso. Desde su elevada posición
contemplaba a la multitud como hombre acostumbrado a mandar.
Al entrar las primeras filas de la procesión en la gran plaza todos se
abrieron a izquierda y derecha para dejar paso al monarca. Ni un solo
español se dejaba ver. Después que hubieron entrado unos cinco o seis
mil indios, Atahualpa, dirigiendo a uno y otro lado curiosas miradas,
preguntó: ¿Dónde están los extranjeros?
En ese momento, fray Vicente de Valverde, sacerdote dominico,
capellán de Pizarro y obispo de Cuzco más tarde, se adelantó con su
breviario en una mano y una cruz en la otra. Acercándose al Inca le dijo
que venía a explicarle las doctrinas de la verdadera fe, para cuyo fin
habían venido los españoles desde lejanas tierras, para conquistar y
convertir a los naturales del hemisferio occidental, y que su general
Francisco Pizarro había venido a ejecutar tan importante misión.
Concluyó pidiéndole que abjurase los errores de su fe y abrazase la de
los cristianos, única que podía salvar su alma, y que se reconociese
tributario del emperador Carlos V. El intérprete Felipillo se encargó de
hacer conocer esas palabras al monarca peruano. Al enterarse éste que
se le pedía renunciase a su cetro y admitiese la supremacía de otro

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emperador, sus ojos centellearon y frunciendo el ceño respondió: “No
quiero ser tributario de ningún hombre. Soy superior a cualquier otro
príncipe de la tierra. Vuestro emperador puede ser un gran príncipe y
quiero tratarlo como hermano”.
Después preguntó a Valverde con qué autoridad le decía aquellas cosas,
a lo cual respondió el fraile mostrándole el libro que tenía en la mano.
Lo tomó Atahualpa, volvió algunas páginas y lo arrojó luego en tierra
exclamando: “Di a tus compañeros que me darán cuenta de sus acciones
en mis dominios y que no me iré de aquí sin haber obtenido plena
satisfacción de los agravios que me han hecho”.
Escandalizado Val verde por el ultraje hecho al libro sagrado, lo alzó del
suelo y corrió a informar a Pizarro de lo acontecido. Pizarro creyó
llegada la hora. Agitó una bandera blanca en el aire y partió el fatal tiro
de la fortaleza. El capitán y sus oficiales lanzaron el grito de guerra
"¡Santiago y a ellos!" y todos los soldados salieron impetuosamente de
los sitios en que estaban ocultos y se arrojaron en medio de la
muchedumbre de indios. Estos, sorprendidos y aturdidos por el ruido de
la artillería y arcabucería, no sabían dónde huir.
Los españoles repartían golpes a diestra y siniestra. El monarca indio vio
caer a su alrededor a sus más fieles vasallos, sin comprender qué
sucedía. La litera en que iba andaba de un lado a otro. Al fin los
españoles cansados de su obra de destrucción y temiendo que
Atahualpa se escapara, intentaron quitarle la vida. Pero Pizarro, que
estaba cerca de su persona, gritó con voz estentórea: "El que estime en
algo su vida, que se guarde de tocar al Inca", y extendiendo el brazo
para protegerle fue herido en la mano por uno de sus soldados. Esta fue
la única herida que los españoles tuvieron en la acción.
Existe discrepancia con respecto al número de muertos. El secretario de
Pizarro los calculó en dos mil. Un descendiente de los Incas los hace
llegar a diez mil. La verdad debe estar entre esos dos extremos.
Aquella noche Pizarro cumplió la promesa de cenar con el Inca. Se sirvió
el banquete en una de las cuadras ubicadas frente a la plaza, Atahualpa

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se sentó al lado de su vencedor. Parecía no comprender la gravedad de
su situación o, si la comprendía, dio pruebas de una gran fuerza de
espíritu. "Estas son vicisitudes de la guerra", dijo, y si hemos de dar
crédito a los españoles, manifestó su admiración por la destreza con que
habían logrado hacerle prisionero en medio de sus tropas. La
conversación con el Inca fue mantenida por medio del intérprete
Felipillo, joven malicioso que, según parece, no lo veía con simpatía y
daba a sus palabras un sentido interesado.
e. EL RESCATE DE ATAHUALPA
No tardó en descubrir Atahualpa que los españoles estaban dominados
por una inextinguible sed de oro. Por otra parte, temía que su hermano
Huáscar aprovechara su prisión para ponerse al frente del imperio.
Resolvió, entonces, hacer la siguiente propuesta a Pizarro: "Si me dan la
libertad, me comprometo a cubrir de oro todo el piso de este
aposento". Los presentes escucharon esas palabras con sonrisas
incrédulas. El Inca, tocado en su amor propio, añadió que no solamente
cubriría el piso, sino que llenaría el cuarto hasta una raya que señaló con
la mano en la pared. Pizarro, dándose cuenta de la sinceridad de la
promesa, la aceptó e hizo que un escribano tomara nota de la misma.
Atahualpa pidió dos meses para cumplir este contrato.
Viéndose sellado el pacto, el Inca envió emisarios al Cuzco y a las
principales ciudades del imperio, con orden de traer sin pérdida de
tiempo todos los ornamentos y utensilios de oro de los reales palacios,
templos y edificios públicos. Entretanto, siguió viviendo con los
españoles, tratado con el respeto debido a su categoría.
En efecto, no descuidaba el Inca los asuntos más vitales de su reino,
especialmente los pasos que daba su hermano, acordó, sin mayores
vacilaciones, eliminar a su rival. Sus órdenes fueron ejecutadas
inmediatamente. El desgraciado príncipe Huascar, legítimo heredero del
trono de los Incas, fue ahogado en el río Andamarca, en la flor de la
edad, cuando se preparaba a luchar por el trono que su feroz hermano
le había quitado.
20
Poco antes de que ambas expediciones regresaran se produjo un suceso
de importancia: Almagro, con gran refuerzo de tropas llegó a Caxamalca.
Peores, uno de los miembros de su ejército, le había escrito a Pizarro
durante el viaje informándole que su socio no venía con la intención de
ayudarlo, sino para constituir un gobierno independiente. Pizarro no
hizo caso de esos informes. Los dos capitanes se abrazaron al
encontrarse y hubo gran regocijo de parte de las fuerzas de uno y otro.
Los soldados de Pizarro y Almagro se prepararon a repartirse el botín. Es
cierto que no se había llegado aún a la cantidad prometida por el Inca,
pero la impaciencia era tanta que resolvieron no esperar. Se encargó a
algunos plateros indios la tarea de fundir todos los objetos y reducirlos a
barras de oro y plata. Luego se verificó su peso. La suma total del oro
llegó a ser de un millón trescientos veintiséis mil quinientos treinta y
nueve pesos oro, lo cual era muchísimo, si se tiene en cuenta el mayor
valor de la moneda en aquella época.
Pizarro preparó con toda solemnidad la distribución del tesoro. Dedujo
primero la quinta parte para el rey de España. Guardó para sí cincuenta
y siete mil doscientos veintidós pesos oro y dos mil trescientos
cincuenta marcos plata, además de la gran silla o trono del Inca, toda de
oro macizo, evaluada en veinticinco mil pesos oro. Entregó a su
hermano Hernando treinta y unos mil ochocientos pesos oro y dos mil
trescientos cincuenta marcos plata, y a Soto quince mil setecientos
cuarenta pesos oro y setecientas veinticuatro platas. Los restantes
caballeros, que eran sesenta, recibieron cada uno ocho mil ochocientos
pesos oro y trescientos sesenta y dos marcos plata, aunque algunos
obtuvieron más y otros menos. La infantería se componía de ciento
cinco hombres. Casi la quinta parte, recibieron cada uno cuatro mil
cuatrocientos cuarenta pesos oro y ciento ochenta marcos plata, es
decir, la mitad de lo que les tocó a los caballeros. Los restantes
recibieron una cuarta parte menos. A los soldados de Almagro se les
asignó en total veinte mil pesos oro, y quince mil pesos oro a los
habitantes de San Miguel.

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Terminada la repartición del tesoro ya no quedaba ningún obstáculo
que impidiera la prosecución de las operaciones hasta el Cuzco.
f. LA MUERTE DE ATAHUALPA
Antes de seguir adelante, a los conquistadores se les planteaba una
cuestión que no dejaba de tener su importancia: ¿Qué iban a hacer con
Atahualpa? Darle la libertad sería armar a un peligroso enemigo, a un
hombre cuyo nacimiento y categoría le permitía reunir en torno suyo a
toda la nación. Sin embargo, tenerlo cautivo ofrecía también sus
dificultades, pues la custodia de tan importante preso exigía mucha
gente y era muy difícil evitar que fuese rescatado al cruzar los pasos de
las montañas.
Pizarro hizo que el escribano preparase un documento público,
mediante el cual se eximía al Inca de toda obligación en cuanto al pago
del rescate y mandó que ese documento fuese públicamente
pregonado, declarando a la vez que la seguridad de los españoles exigía
que Atahualpa permaneciese preso.
Entretanto comenzaron a correr rumores de un ataque que preparaban
los indígenas. Se decía que, en Quito, patria de Atahualpa, se estaba
reuniendo un inmenso ejército y que treinta mil caribes estaban ya en
camino para aumentar sus filas. Los españoles suponían que los caribes
estaban diseminados por los diferentes puntos de América y les
atribuían todos los horrores propios de una raza de caníbales.
Las protestas de inocencia del Inca no produjeron gran efecto entre la
tropa. Los rumores ganaban crédito de hora en hora.
Comenzaron a oírse terribles amenazas contra el Inca. Almagro y sus
secuaces pedían muerte. Muchos eran los que compartían esos deseos.
Pero Pizarro no se dejó convencer. Junto con Hernando de Soto
afirmaba que la culpabilidad de Atahualpa no estaba comprobada. La
presión era, sin embargo, tan grande que el capitán español resolvió
tomar dos medidas. La primera fue enviar a Soto con un pequeño
destacamento a que explorase el territorio hasta Guamachucho. La
segunda formar juicio a Atahualpa.
22
Se organizó un tribunal presidido por Pizarro y Almagro en calidad de
jueces. Se nombró un fiscal y un defensor, Doce cargos se le hicieron al
preso. Los más importantes eran que había usurpado la corona y
asesinado a Huáscar, que había gastado las rentas públicas, que había
cometido los crímenes de adulterio, pues tenía varias mujeres y que
había tratado de sublevar a sus vasallos contra los españoles. Los cargo,
eran tan absurdos que provocarían la risa, el último era el único que les
interesaba a los acusadores. La simple enunciación de todos ellos
demuestra que ya estaba decretada la suerte del Inca.
Se interrogaron a varios testigos y sus declaraciones, traducidas por
Felipillo, se volvieron contra el acusado. Finalmente, se lo consideró
culpable y fue sentenciado a ser quemado vivo en la plaza de Caxamalca
esa misma noche. Algunos de los miembros de ese tribunal militar se
opusieron a la sentencia. Declararon que eran insuficientes los testigos y
que no tenían autoridad para condenar a un hombre de tan alta
jerarquía en el centro mismo de sus dominios. Sólo el rey de España
podía hacerlo. Como eran uno contra diez no triunfaron y la condena
fue resuelta.
Cuando el Inca recibió notificación de la sentencia expresó pesadumbre
y angustia, a pesar de que estaba preparado a ella. Derramando
lágrimas se dirigió a Pizarro y le dijo: "¿Qué he hecho yo, qué han hecho
mis hijos para merecer tal suerte? Y, sobre todo, ¿qué hemos hecho
para merecerla de tus manos cuando tú no has encontrado más que
amistad y afecto en mi pueblo, cuando he repartido mis tesoros y
cuando de mí no has recibido más que beneficios?".
Luego, en tono patético, suplicó que le perdonasen la vida, prometiendo
dar todas las garantías que se le exigiesen para la seguridad de cada
soldado español y ofreciendo doble rescate del que había pagado si se le
daba tiempo para reunirlo.
Pizarro fue impresionado por esas palabras, a las que no podía acceder
sin ponerse en contra de la voluntad del ejército y a su propia
convicción. Atahualpa, viendo que no podía lograr que el conquistador

23
desistiese de su propósito, recobró su habitual serenidad, sometiéndose
a su destino con el valor de un guerrero indio.
Se publicó la sentencia a son de trompeta en la plaza de Caxamalca y
dos horas más tarde los soldados se reunieron con antorchas para
presenciar la ejecución.
Era el 29 de agosto de 1533. Atahualpa salió encadenado y a pie
marchando lentamente hasta el lugar del suplicio. El padre Vicente de
Valverde iba a su lado procurando consolarle y persuadirle de que
abandonase sus creencias y se convirtiera al catolicismo. El desdichado
monarca, cuando el sacerdote levantó la cruz, consintió en abjurar de su
religión y recibir el bautismo. Se practicó la ceremonia y el neófito
recibió el nombre de Juan de Atahualpa, en honor de San Juan Bautista,
que era el santo de ese día.
El Inca manifestó el deseo de que sus restos fuesen trasladados a Quito
y conservados en el sepulcro de sus antecesores por línea materna.
Luego se volvió a Pizarro y le suplicó que tuviese compasión de sus
jóvenes hijos y los recibiese bajo su protección. Recobró en seguida la
serenidad estoica que por un momento había abandonado y se sometió
tranquilo a la suerte, mientras los españoles entonaban el credo en
torno suyo. Así pereció el último de los Incas como un vulgar malhechor.
El cuerpo de Atahualpa permaneció en el sitio de la ejecución toda la
noche. A la mañana siguiente lo trasladaron a la iglesia de San Francisco,
donde se celebraron sus exequias con gran solemnidad. Pizarro y sus
principales caballeros asistieron de luto y las tropas escucharon con
devota atención el oficio de difuntos que celebró el padre Val verde. De
repente interrumpieron la ceremonia gritos y sollozos que se oyeron a la
puerta de la iglesia y gran número de esposas y hermanas del muerto
invadieron el templo, rodearon el cuerpo y declararon que querían
morir también, acompañándolo al país de los espíritus. Los soldados
trataron de sacarlas, pero muchas de ellas se suicidaron abriéndose las
venas.

24
Uno o dos días después de estos trágicos sucesos regresó Hernando de
Soto de su expedición. Grandes fueron su indignación y asombro al
enterarse de lo que había sucedido en su ausencia. Buscó
inmediatamente a Pizarro y lo halló, según un cronista, cubierto con un
gran sombrero de fieltro por luto, calado hasta los ojos y dando
muestras de mucho sentimiento. "Habéis obrado con mucha
imprudencia y temeridad, lo que se decía de Atahualpa era una infame
calumnia, no había enemigos en Guamachucho ni señales de
sublevación entre los indios. Todo lo he encontrado tranquilo y en el
camino no he recibido más que demostraciones de buena voluntad. Si
era forzoso formar causa al Inca, debía habérsele enviado a Castilla, yo
mismo me hubiera comprometido a trasladarle con toda seguridad a
bordo de un bajel".
Ya era tarde, el Inca hubiese sido sacrificado de cualquier manera. Con
su muerte desaparecía el obstáculo más importante para los planes de
los conquistadores. Desde ese momento todo el vasto imperio les
pertenecía.

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CONCLUSIONES
 La ausencia de un líder en el Imperio Inca luego de la muerte de Huayna Capac
y la disputa de poder entre sus hijos Huascar y Atahualpa, genero una crisis en
el imperio llevándolo a la ruina, el imperio confundido, muerte de soldados y
civiles fomentó el desconcierto de la población consiguiendo una frágil reacción
ante la llegada de los invasores extranjeros.
 Se considera el absolutismo del inca como causa principal de la caída del
imperio incaico, debido al miedo que concedió esta forma de gobierno para los
pueblos sometidos y además por ser el Inca la cabeza del pueblo, siendo este
capturado, se facilitó el sometimiento de su gente.
 La mayor parte de muertes de los indígenas fue producida en su gran parte por
las enfermedades traídas del nuevo mundo, enfermedades a las cuales los
indígenas nunca estuvieron expuestos y que por lo mismo desconocían de
estas, cura, tratamiento, consecuencias, etc. Los efectos de este hecho fueron
devastadores, acabando y debilitando gran parte del imperio y acelerando el
proceso de conquista.
 El Imperio Incaico empezaba a derrumbarse solo. Era un organismo caduco y
viciado, que tenía en su enormidad territorial el más activo germen de
disolución. La grandeza del Imperio estaba ligada esencialmente a la existencia
al frente de él de grandes espíritus guerreros y conquistadores como los de los
últimos Incas, Pachacútec y Túpac Yupanqui, y, sobre todo, a la conservación de
una casta militar, sobria y virtuosa como la de los orejones.
 La derrota en Cajamarca no se explica simplemente por el arrojo de los
españoles ni por el miedo de los indios. Tampoco se explica por los factores
sobrehumanos alegados por ambas partes: ni el milagro del apóstol Santiago
ayudando con su espada formidable a los españoles, ni la profecía de Huayna
Cápac de que habla Garcilaso sobre la próxima terminación del Imperio y
venida de unos hombres blancos y barbudos, a los que debían obedecer.

26
Aunque estas alucinaciones tuvieron poder sobre el ánimo de ambos pueblos
contendientes, no fueron las fuerzas determinantes. Es cierto que infundían
espanto los arcabuces y las cargas de caballería, pero la superioridad de armas
españolas estaba compensada en la enorme superioridad numérica de los
indios y el espanto primitivo causado por los caballos desapareció pronto. Los
indios trataban de evitar a éstos eludiendo los llanos, combatiendo en las
breñas, abriendo hoyos en los campos para que se despernancaran los equinos.
En el sitio de Cuzco varios indios se cogían de las colas de los caballos
impidiéndoles caminar. En la campaña de Benalcázar contra Rumiñahui las
cabezas de los caballos muertos eran colocadas en estacas coronadas de flores.
 Hablar de Pizarro, es hacer la historia de una voluntad inquebrantable, a la que
nada detuvo nunca, ni las largas y oscuras décadas de los inicios, ni los fracasos
rotundos y reiterados durante años, ni los prestamistas de Panamá, siempre al
acecho de las repercusiones de sus inversiones y que se impacientaban, ni las
tensiones crecientes en el seno de su pequeño ejército y de su entorno más
inmediato, ni la resistencia india cuando intentó organizarse una vez que los
conquistadores pusieron el pie en el Perú.
 La caída del Tahuantinsuyo sucedió en Perú fue por economía fueron dos
culturas que se encontraron y comenzaron a pelear después Huaina Cápac era
el gobernador del lugar y gobernaba desde Quito Pizarro bajo por la costa hasta
visitar chanchan, ahí tomo la decisión de retornar a España para armar una
expedición en regla pero el incario era demasiado imponente ante las fuerzas
que tenía desde entonces luego se enfermó el inca viejo y su sucesor, llegaron
las epidemias en esta ocasión se trataba de la viruela ambos fallecieron y se
creó un peligroso vacío dentro del poder del incario la madre de huasca era la
hoya y al producirse la muerte de huaina Cápac salió de quito corriendo al
cusco donde proclamo a su hijo como nuevo jefe inca huasca no era tan
centrado en el deber de jefe inca así que Pizarro vio la situación y ataco al
Tahuantinsuyo esa fue la caída del Tahuantinsuyo
 8
 9

27
28
BIBLIOGRAFÍA
 Huascar (2020). Recuperado de Historia Peruana.
https://historiaperuana.pe/biografia/huascar.
 Atahualpa (2020). Recuperado de Historia Peruana.
https://historiaperuana.pe/biografia/atahualpa.
 Capitulación de Toledo (2020). Recuperado de Historia Peruana.
https://historiaperuana.pe/periodo-colonial/conquista/capitulacion-toledo.
 Guerra Civil entre Huáscar y Atahualpa (2020). Recuperado de Historia
Peruana. https://historiaperuana.pe/periodo-autoctono/guerra-civil-huascar-
atahualpa.
 Cuarto de Rescate de Atahualpa, recorrido virtual, Ministerio de Cultura
https://visitavirtual.cultura.pe/recorridos/CDR/cuarto-del-rescate/index.html
 Factores que contribuyeron a la conquista del Perú
https://educared.fundaciontelefonica.com.pe/sites/conquistaperu/conquista_2
_a.htm
 La invasión española y caída del Tahuantinsuyo- Historia del Perú
http://www.peruanismos.com/2013/09/la-invasion-espanola-y-la-caida-
del.html?m=1
 La conquista del Perú Libro – Guillermo Prescott Libro PDF
http://www.bnm.me.gov.ar/giga1/libros/00053632/00053632.pdf
 Los tres viajes de Pizarro en la conquista del Perú
https://www.lifeder.com/viajes-de-pizarro/
 La caída del Imperio Incaico – La guerra civil Inca
https://youtu.be/nPSlyysNEDk
 La caída del Imperio Incaico – El inicio de la conquista
https://youtu.be/IcdkqWWXinU
 La caída del Imperio Incaico – Al encuentro de Atahualpa
https://youtu.be/xEGPGPK99lA
 La caída del Imperio Incaico – Emboscada en Cajamarca
https://youtu.be/tjQJCgx4GG

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ANEXOS

Figura 1. Inca Huascar

Inca Huascar, recuperado en https://historiaperuana.pe/biografia/huascar

30
Figura 2. Inca Atahualpa

Inca Atahualpa, Recuperado en https://historiaperuana.pe/biografia/atahualpa

Figura 3. Guerra Civil entre Atahualpa y Huascar

Guerra civil entre Atahualpa y Huascar, recuperado en


https://historiaperuana.pe/periodo-autoctono/guerra-civil-huascar-atahualpa

31
Figura 4. Españoles hambrientos y doloridos

Españoles hambrientos y doloridos – Primera expedición, del libro “La conquista del
Perú” por Guillermo Prescott, recuperado en
http://www.bnm.me.gov.ar/giga1/libros/00053632/00053632.pdf

32
Figura 5. Francisco Pizarro y los Trece de la Fama

Francisco Pizarro y los Trece de la Fama, uno de ellos Bartolomé Ruiz. Autor:
Juan Lepiani, recuperado en https://www.lifeder.com/viajes-de-pizarro/

33
Figura 6. Pizarro fue recibido por el emperador Carlos V

Pizarro fue recibido por el emperador Carlos V, del libro “La conquista del Perú”
por Guillermo Prescott, recuperado en
http://www.bnm.me.gov.ar/giga1/libros/00053632/00053632.pdf

34
Figura 7. Texto original de la Capitulación de Toledo

Texto original de la Capitulación de Toledo, recuperado en


https://historiaperuana.pe/periodo-colonial/conquista/capitulacion-toledo.

35
Figura 8. Ruta seguida por Pizarro en su tercer viaje

Ruta seguida por Pizarro en su tercer viaje. Autor: William Robert Shepherd (1871–
1934)

36
Recuperado en https://www.lifeder.com/viajes-de-pizarro/

Figura 9. Francisco Pizarro

Francisco Pizarro, del libro “La conquista del Perú” por Guillermo Prescott, recuperado
en http://www.bnm.me.gov.ar/giga1/libros/00053632/00053632.pdf

37
Figura 10. Batalla en la plaza de Cajamarca

Batalla en la plaza de Cajamarca, recuperado en


https://www.batallasdehispania.com/2019/03/batalla-de-cajamarca-16-de-
noviembre-de.html

38
Figura 11. Caída de Atahualpa ante Pizarro

Caída de Atahualpa ante Pizarro, del libro “La conquista del Perú” por Guillermo
Prescott, recuperado en
http://www.bnm.me.gov.ar/giga1/libros/00053632/00053632.pdf
39
Figura 12. Cuarto del Rescate 1862

Cuarto del Rescate 1862, libro “El Cuarto del Rescate de Atahualpa 1532-1986” de
Rogger Ravines, recuperado en
http://repositorio.cultura.gob.pe/bitstream/handle/CULTURA/90/El%20Cuarto%20del
%20Rescate%20de%20Atahualpa%20RAVINES.pdf?sequence=1&isAllowed=y

40
Figura 13. Cuarto del Rescate Original

Cuarto de rescate original donde retuvieron a Atahualpa, recuperado en


https://visitavirtual.cultura.pe/recorridos/CDR/cuarto-del-rescate/index.html

Figura 14. Cuarto del Rescate - Recorrido Virtual

Cuarto del rescate, recorrido virtual Ministerio de Cultura, recuperado en


https://visitavirtual.cultura.pe/recorridos/CDR/cuarto-del-rescate/index.html

41
Figura 15. Muerte de Atahualpa

Atahualpa recobró su serenidad, sometiéndose a su destino con el valor de un


guerrero indio, del libro “La conquista del Perú” por Guillermo Prescott, recuperado en
http://www.bnm.me.gov.ar/giga1/libros/00053632/00053632.pdf

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