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Ministerio Renuevo de Plenitud

Aljaba Producciones
Año 2011
Buenos Aires, Argentina
Familias de gloria o familias de escoria
Serafín y Alba Contreras
Dirección: Apartado Postal 0831-2227
Paitilla, Panamá
República de Panamá.
E-mail: serafin@contrerasg.com

1ra. edición – octubre de 2011


Aljaba Producciones
472 Nro. 885, B1896AEQ, City Bell (BA), Argentina

Edición: Laura Bermúdez, www.aljabaproducciones.blogspot.com


Diseño de interior y tapa: e.disenio@gmail.com

ISBN
© 2011, Serafín Contreras Galeano

Todos los derechos reservados. No se permite la reproducción parcial o total, el alma-


cenamiento, el alquiler, la transmisión o la transformación de este libro, en cualquier
forma o por cualquier medio, sea electrónico o mecánico, mediante fotocopias, di-
gitalización u otros métodos, sin el permiso previo y escrito del autor. Su infracción
está penada por las leyes 11.723 y 25.446.
Hecho el depósito que dispone la Ley 11.723. Impreso en la Argentina.

A menos que se indique lo contrario, las citas bíblicas fueron tomadas de la Santa
Biblia Reina Valera, revisión 1960 © Sociedades Bíblicas Unidas. Y Nueva Versión
Internacional Copyright © La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional NVI. Co-
pyright 1999 by Biblica, Inc. Usado con permiso.

Ficha de catalogación


Dedicatoria

Este libro es el producto de centenares y centenares de horas de con-


sejería que hemos dado a lo largo de más de cuarenta y dos años de
ministerio. Oír los relatos de los quebrantos internos y dolores del
alma de cientos de parejas, padres, madres e hijos, hace temblar las
fibras internas. Por eso está dedicado a todos aquellos que tuvieron
confianza en nosotros y nos abrieron su corazón. A aquellos que
lucharon para salir del laberinto de escoria de sus vidas familiares
y que vieron resplandecer la gloria de Dios en sus familias. Hemos
sido canales por donde la bendición ha llegado; el agua ha venido de
Dios, y estamos conscientes de que somos sólo la tubería por donde
ha llegado el agua del cielo para calmar a los sedientos.
Dedicamos este libro a las familias de nuestros tres hijos, Gary,
Grismar y Rebecca, que junto con sus cónyuges e hijos conocen los
principios expuestos acá y los viven.
También, a aquellos jóvenes que están planificando su matrimo-
nio, y oramos al Señor para que la aplicación de estos principios
divinos para la familia sean ejecutados desde antes de la formación
de la misma.
Y por supuesto que, por sobre todo, dedicamos este libro al Rey
de reyes y Señor de señores de quien toma nombre toda familia en
los cielos y en la tierra. Al Señor Todopoderoso inventor y creador
de la familia.

Serafín y Alba Contreras


Acerca de los autores

Serafín Contreras Galeano es venezolano. De profesión radiodifusor. Fue Director


de la Radiodifusora Cultural del Táchira, en Venezuela, durante diez años. Ha traba-
jado en radio como productor y locutor por treinta años.
Se graduó de Licenciatura en Ministerio en el Seminario Cuadrangular de Vene-
zuela, y de Misiones y Educación Cristiana en el Seminario ESEPA de San José, en
Costa Rica.
Es Bachiller en Teología de la Universidad Nazarena de San José, en Costa Rica.
Es Master en Educación Continua en Consejería Bíblica y Master en Ministerio del
Master International Divinity School College de Indiana. Es Doctor en Estudios
Bíblicos en el Master International Divinity School de Indiana.
Es miembro del Comité Ejecutivo de la Conferencia Mundial Pentecostal y de la
Asociación Americana de Consejeros Cristianos.
Posee un Certificado en Ministerio a Matrimonios que Funcionan y Sexualidad
Saludable del Light University de American Asociation Christian Counselors.
Es Agente en Psicología Pastoral.
Fue pastor por veintiún años en la Iglesia Cuadrangular de Venezuela, y Misione-
ro de Foursquare Mission Internacional por más de veinte años.
Es cofundador del Ministerio Renuevo de Plenitud y autor de los libros La fami-
lia en el altar por 31 días, Líderes de papel con pies de barro y Vidas en transición.
Vive, junto a su esposa Alba, en Panamá, República de Panamá.

Alba Cecilia Vargas de Contreras es venezolana. Diplomada en Técnico Comercial.


Se graduó de Licenciatura en Ministerio en el Seminario Cuadrangular de Venezuela,
y de Misiones y Educación Cristiana en el Seminario ESEPA de San José, en Costa
Rica.
Posee una Maestría en Consejería Bíblica en la Universidad Doxa de La Florida.
Fue presidente del Ministerio ICTHUS, ministerio a los adolescentes, en
Venezuela.
Es misionera de Misiones Cuadrangulares Internacionales en Centro América y
Sur América.
Es fundadora y presidente del Ministerio OREMI (Oasis de Refrescamiento para
esposas de Ministros).
Y es Agente en Psicología Pastoral.


Contenido

Prólogo................................................................................................ 9
Introducción..................................................................................... 11

Capítulo 1: La gloria en el Edén....................................................... 13

Capítulo 2: Matrimonio de cuatro................................................... 21

Capítulo 3: Saltando el cerco del resentimiento................................ 29

Capítulo 4: El último vino es mejor que el primero.......................... 41

Capítulo 5: De la escoria de la queja a la gloria del agradecimiento.... 53

Capítulo 6: La tragedia de un amor silencioso.................................. 63

Capítulo 7: Rompiendo el silencio................................................... 77

Capítulo 8: El ministerio cuádruple en la familia de gloria............... 89

Capítulo 9: Madres solteras que forman líderes de gloria................ 103

Capítulo 10: Reconociendo el valor de los hijos............................. 111

Capítulo 11: Deseando familias de gloria....................................... 119

Capítulo 12: Salmos 127 y 128 en forma de oración...................... 141

Palabras finales................................................................................ 147


Prólogo

Leer al Dr. Serafín Contreras es inspirador, porque en sus escritos se


descubre investigación y profundidad, sus palabras nos confrontan
y afirman en Dios. Estoy seguro de que disfrutarás la lectura de este
libro.
Los matrimonios sufren no porque lo deseen, sino porque no han
tenido la comprensión necesaria para hacer bien las cosas. Muchas
veces sólo repiten lo que vivieron y no saben cómo salir del círculo.
Como lo expresa el Dr. Contreras: “El hombre necesita a alguien
que camine a su lado con el propósito expreso de apoyar su obedien-
cia (...) Ezer: Significa socorro, auxilio. Podemos ver que una cosa es
ser ayuda para alguien y otra, es ser el socorro o el auxilio. Para los
quehaceres diarios de la vida no necesitas una ayuda idónea, pero
para no hundirte en el río que te arrastra con su corriente tumultuo-
sa necesitas un socorro o un auxilio (...) Ella [la mujer] debe guardar
la relación con el Creador, apoyarlo cuando abraza la dirección de
Dios y oponerse cuando no lo hace”.
Estar casados es una invitación a algo mucho más profundo que
simplemente convivir juntos en una misma casa. El amor es el resul-
tado de una decisión que se sostiene a través del tiempo por un com-
promiso asumido. El amor deberá prevalecer sobre las muchas aguas
tumultuosas y sobreponerse a los momentos de desánimo. Durante
el noviazgo el romance es completamente espontáneo y automáti-
co. En el matrimonio, sin embargo, el amor necesita ser cultivado,
protegido y aun deseado. Es el fruto de un proceso deliberado de
ejercitación diaria que lo mantiene vigoroso y hermoso.
El amor es un compromiso incondicional en el que dos personas
concuerdan. Comprometerse entraña la disposición de cumplir lo
pactado. A diferencia de un contrato, el pacto se fundamenta en la
libre voluntad de los que adquieren la obligación. Esta relación no

–9–
Fa m i l i a s d e g l o r i a o fa m i l i a s d e e s c o r i a

puede apoyarse en las emociones, porque fluctúan y dependen de


las circunstancias; el amor legítimo prevalece en medio de las emo-
ciones que suben y bajan. Y cuando te das la oportunidad de pasar
sin ahogarte por el río turbulento de las emociones, encontrarás al
otro lado las sensaciones más preciosas, fruto de entender que el
amor es una decisión que se mantiene a través del tiempo basada en
el compromiso.
El matrimonio no es para controlar, es para complementar, acom-
pañar, ayudar, consolar, y sobre todo, para ser alguien con quien se
pueda convivir.
Como lo expresa, el Dr. Contreras: “… cuán importante es ver-
nos como un equipo: hombre-mujer para reflejar la gloria de Dios
en el hogar. Pero, cuando perdemos de vista tal panorama, nos en-
frascamos en una lucha continua y permanente que deteriora nues-
tras relaciones”.
El matrimonio es para ser disfrutado, por eso, como lo expresa el
Dr. Contreras: “Ni Dios, ni la vida ni alguien más nos debe nada.
Necesitamos, entonces, disfrutar con espíritu de agradecimiento de
lo que somos y tenemos (...) la gratitud es un reconocimiento de que
la vida no me debe nada y todo lo he recibido como un regalo”.
Cuando somos agradecidos todo brilla, y la convivencia termina
siendo un viaje que se disfruta. Le he propuesto a Helen, mi esposa,
que disfrutemos el viaje de la vida, que hagamos de nuestra convi-
vencia un recorrido que valga la pena vivir. Cuando lleguen los años
grandes, sólo tendremos recuerdos. Vivamos de tal manera que nos
sea agradable traerlos a la memoria.
Estoy seguro de que este libro cambiará tu matrimonio.

Sixto Porras
Director Regional
Enfoque a la Familia

– 10 –
Introducción

Dos palabras sobresalen durante el desarrollo de esta temática. Una


suena agradable y despliega en la mente un sentido de esplendor; la
otra es un tanto discordante y expresa cierta repulsión. ¿Son acaso
aplicables a la familia estos dos adjetivos? Déjame compartir la defi-
nición de estas dos palabras.
Gloria en hebreo es kabowd que significa: “Peso, calidad, es-
plendor, honor, copiosidad”. Esa es la cualidad de nuestro Dios, y
cuando Él hizo todo lo creado, incluyendo la familia, su intención
era que reflejara ese peso, esa calidad, ese esplendor en la tierra. En
griego es traducida doxa que significa: “dignidad, honor, reputación
o condecoración, como las medallas puestas en el pecho de un mili-
tar”. Esa fue la intención de Dios. Que la familia fuese condecorada
y con dignidad.
Algo sucedió en el huerto del Edén, no sólo fue la caída de la raza
humana bajo el engaño del maquinador sino la ruptura de la gloria
en la primera pareja, de kabowd y doxa, intercambiándola por la
escoria.
Escoria: viene del hebreo ciyg que significa: “Basura, desecho, im-
pureza sacada de la plata o el oro”. Dios no creó la familia para ser
un desecho.
Estableceremos un paralelismo entre estas dos situaciones; ire-
mos a familias de la Biblia para rescatar la belleza de la gloria, en
unas, y el desecho, en otras, de manera que podamos tomar de un
lado y del otro lo que se pueda integrar a nuestras relaciones y lo que
es necesario desechar.

– 11 –
Fa m i l i a s d e g l o r i a o fa m i l i a s d e e s c o r i a

Estamos entrando en una etapa de renovación de la familia, y el


Espíritu Santo volverá sobre nosotros con la promesa que dice “La
gloria postrera de esta casa será mayor que la primera” para ser aplicada
en nuestras familias.
Quiera Dios que podamos entrar en su gloria con un corazón
dispuesto, para que esa gloria o peso aplaste nuestro orgullo y nos
levante con la reputación y el honor que Dios quiere dar a nuestros
hogares.

Los únicos goces puros y sin mezcla de tristeza, que le han sido
dados sobre la tierra al hombre, son los goces de familia.
Giuseppe Mazzini (1805-1872).

Por esta razón me arrodillo delante del Padre, de quien recibe nom-
bre toda familia en el cielo y en la tierra. Le pido que, por medio
del Espíritu y con el poder que procede de sus gloriosas riquezas, los
fortalezca a ustedes en lo íntimo de su ser.
Efesios 3:14-16

– 12 –
Ca p í t u l o 1

La gloria en el Edén

El día resplandecía como ningún otro, era de mucho esplendor y


gloria, como uno de esos días en que uno siente que algo especial va
pasar, y así sucedió. Era Dios paseándose en el huerto del Edén. Se
quedó mirando de cerca a Adán, el hombre que Él había hecho de la
tierra. Lo observó pensativo; en su mirada se veía que le faltaba algo.
Dios entonces habló para sí mismo y para los ángeles presentes, y
dijo: “No es bueno que el hombre esté solo; le haré una ayuda [´ezer
kenegdo]” (Génesis 2:18). Y la mujer fue hecha. ¿Qué quiso decir
Dios con estas dos palabras hebreas: ´ezer kenegdo?
¿Acaso la traducción de estas dos palabras como “ayuda idónea”
expresa el real sentido del papel de la mujer? Permíteme compartirte
una enseñanza que recibí cuando estudiaba en el Seminario:

´ezer kenegdo – La Biblia no está escrita con números de capítu-


los y versículos. Esos fueron añadidos miles de años después. Des-
afortunadamente, esta añadidura frecuentemente separa nuestro
pensamiento del texto para que no veamos la continuación de un
pensamiento a otro. Una vez que removemos estos altos artificiales,
cambia el contexto de nuestra interpretación. Ese es el caso de la in-
troducción de ‘ezer kenegdo. Este mandamiento precede de inme-
diato la declaración de Dios sobre la necesidad del ´ezer kenegdo.

– 13 –
Fa m i l i a s d e g l o r i a o fa m i l i a s d e e s c o r i a

“De todo árbol del jardín puedes comer libremente, pero del árbol
de conocimiento del bien y el mal, no deberás comer de él; por
cuanto el día que comas de él ciertamente morirás” (Génesis 2:17).
¿Qué sigue después de esta advertencia? ¿Qué aparece después de la
única prohibición que Dios le da a Abraham? La necesidad de un
´ezer kenegdo. El argumento procede de la prohibición concernien-
te al árbol del conocimiento del bien y del mal al requerimiento de
una ´ezer kenegdo. Adicionalmente, toda la historia de la Caída
se enfoca en el rol de la ´ezer kenegdo y el árbol. ¿Cómo podemos
ignorar la conclusión que el propósito de ´ezer kenegdo está de al-
guna manera relacionada al mandamiento de obediencia de Adán?1

El poder creativo de Adán no necesitaba de asistencia, pero, para


mantener su fidelidad a Dios, sí precisaba de un apoyo.

Él necesita un protector. Necesita a alguien cuyo trabajo es mante-


ner al hombre en el camino correcto. Necesita a alguien que camine
a su lado con el propósito expreso de apoyar su obediencia. Havvah
[Eva] juega ese papel (...) ¡Es el rol de sacerdote! Ella debe ser la que
se asegura que Adán permanece fiel a Dios. Ella es quién se levanta
entre el mandamiento de Dios y la obediencia de Adán, cuidándo-
lo para que no se descarríe. La ayuda que provee es para rescatar
y salvar. En este rol, ella se convierte en el paralelo de la relación
extraordinaria entre Dios e Israel. Dios es el protector, proveedor
y rescatador de Israel en el mundo caído, pero esos son los únicos
roles que Dios se atribuye después de la Caída. Para comprender el
rol de ´ezer kenegdo, debemos ver la relación de Dios con el hom-
bre antes de la Caída.2

1  Una Clase de Ayuda Especial, Saturday, May 30th, 2009. Author: Bessy
Bendaña. Fuente: Hebrew Word Study - Skip Moen: http://skipmoen.com/
tag/%C2%B4ezer-kenegdo/
2 Ídem.

– 14 –
La g l o r i a e n e l E d é n

Veamos el real significado de estas dos palabras:


Ezer: Significa socorro, auxilio. Podemos ver que una cosa es ser
ayuda para alguien y otra, es ser el socorro o el auxilio. Para los que-
haceres diarios de la vida no necesitas una ayuda idónea, pero para
no hundirte en el río que te arrastra con su corriente tumultuosa
necesitas un socorro o un auxilio.
Ahora, se nos sobrecoge el corazón cuando entendemos que en
la Biblia a la otra persona a la que se le da el nombre Ezer es Dios.
Él es nuestro socorro o nuestro auxilio. “¡No te alejes, Dios, de mí;
Dios mío, acude pronto en mi socorro!” (Salmo 71:12). El nombre
Eliezer es la unión de dos palabras hebreas: Eli: Dios y Ezer: socorro
o auxilio, de manera que su significado es “Dios es mi socorro o
auxilio”.
Otra palabra es Ebenezer, que significa “Hasta acá nos socorrió el
Señor”. “Porque has sido mi socorro y así en la sombra de tus alas me
regocijaré” (Salmo 63:7).
¿Acaso no es maravilloso entender que Dios le dio a la mujer el
papel de ser para Adán lo que Dios es para su pueblo? Claro que sí.
La próxima palabra es kenegdo que significa “opuesto, oponente”.
Uniendo ahora las dos palabras ´ezer kenegdo sería: “auxilio o soco-
rro opuesto”. Volvamos al texto: Cuando Dios dijo: “No es bueno
que el hombre esté solo, le haré un socorro o un auxilio opuesto o
que se le oponga” (Génesis 2:18).
¿Qué descubrimos de ´ezer kenegdo? El texto sugiere que la mu-
jer fue diseñada para el propósito específico de mantener la obedien-
cia entre su hombre y Dios. Ella es su intercesor. Ella debe guardar
la relación con el Creador, apoyarlo cuando abraza la dirección de
Dios y oponerse cuando no lo hace. Ella es la ayuda-opuesta en la
única área donde requiere atención adicional. Sin ella, el hombre
está en riesgo y profundamente vulnerable.

– 15 –
Fa m i l i a s d e g l o r i a o fa m i l i a s d e e s c o r i a

Los hombres necesitan reconocerlo

¿Es este el rol que imaginabas de la ´ezer kenegdo? Esto hace im-
posible ver a la mujer como ciudadanas de segunda categoría den-
tro del Cuerpo, o como simples ayudantes y, peor, como sirvientas;
cuando lo que Dios quiso fue que juntos hiciéramos un genuino
equipo. El hombre cabeza y la mujer corazón. Una cabeza sin cora-
zón no funciona, y viceversa.
A veces, cuando presentan a un siervo de Dios y quieren ha-
blar de su esposa, escucho decir: “Detrás de un gran hombre, hay
una gran mujer”. No; lo correcto es: “Al lado de un gran hombre
hay una gran mujer”.
El Dr. Skip Moen dice3:

Dentro de este diseño vemos la construcción de un poder y respon-


sabilidad increíble –¡y un riesgo aterrorizador!–. El desempaque de
este significado requiere que reconsideremos toda nuestra aprecia-
ción cultural de la mujer o, por lo menos, de esta mujer en particu-
lar. Para hacerlo, debemos salir de la influencia de nuestros patrones
griegos. Debemos regresar a los orígenes en hebreo.
El rabino David Freedman traduce la palabra ezer como “poder” o
“fortaleza”. Él traduce kenegdo no como “adecuada a él” sino como
“igual a él.” Pero aun esto no es suficiente. El rabino Shlomo Riskin
nos provee una modificación esencial.
El primer problema radica en el término hebreo extraño: Ezer kene-
gdo, la frase que Dios utiliza para describir a la criatura que Él pro-
veerá para Adán para conquistar su soledad. La traducción literal es
“ayuda-opuesta”. Otras traducciones son “ayuda-conocida” o “una
ayuda comparable”; términos que no reflejan plenamente la tensión
interna de este concepto. Rashi, al explicar la frase, escribe: “si el
hombre vale, entonces su esposa será una ´ezer (ayuda), y si no vale,

3  El gran riesgo, Friday, May 29th, 2099, autor: Bessy Bendaña. Fuente: http://
skipmoen.com/tag/%C2%B4ezer-kenegdo/

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La g l o r i a e n e l E d é n

será una kenegdo (contra él, una fuerza opositora)”. A pesar del co-
mentario del Rabino Rashi, una ayuda-opuesta es aún un término
inusual. No es bueno que Adán esté solo. Pero ¿por qué Dios no le
crea simplemente una “ayuda” a él, por qué un “opuesto”?4
La pregunta es crucial. El rabino Shlomo sugiere que la respuesta
yace en algún lugar en la arena de la igualdad. El esposo no está
diseñado para controlar a la esposa. Si lo hace, ha perdido la posibi-
lidad de descubrir su ´ezer kenegdo. Y nunca será capaz de sobrepo-
ner su soledad social. ¡No debemos asociarnos con seres inferiores a
quienes podemos subyugar! (La frase “él la dominará” es un castigo
y lamento lejano del ideal)5.
El rabino Walter Wurzburger señala que El Rav (rabino Joseph
Ver Soloveitchik) interpretó este versículo que Eva debía funcionar
como la ´ezer kenegdo de Adán en este sentido que Eva no debía
simplemente funcionar como la ayuda de Adán, sino que se su-
ponía debía ayudarle al ser kenegdo, i. e., complementar a Adán al
ofrecerle perspectivas opuestas. En una vena similar, el Rabino Rav
invocó la dignidad especial de la mujer como explicación de la regla
jaláquica de descalificar a las mujeres como testigos. El comparó su
condición como la de un rey, incompatible con la dignidad real de
ser sujeta a examinación cruzada6.
... Como el cumplimiento del orden creado, ella tiene un lugar muy
especial. De hecho, el pensamiento rabínico sugiere que Havvah
es la primera persona realmente humana. ¿Por qué es que los rabi-
nos interpretan el relato de Génesis de esta manera? Porque Adán
es la creación del aliento de Dios animando, el ´adamah, el suelo.
Pero Havvah es el resultado directo de la construcción de Dios del

4  Rabino Shlomo Riskin, Prashat Bere’shit: ¿Una ayuda opuesta?, The Florida
Jewish News, octubre, 2003.
5  Ídem.
6  Rabino Walter Wurzburger, Rav Soloveitchik Como Posek del Ortodoxismo Post-
Moderno, Tradición 1994, en Moshe Shulman, Ortodoxismo Moderno en el Siglo 21:
Lección VI: Moderación, Ética y Honestidad como Normas Jaláquicas, p. 2.

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Fa m i l i a s d e g l o r i a o fa m i l i a s d e e s c o r i a

material humano. Ella fue “nacida” del ser humano, no del suelo.
Ella es la primera, ella es realeza y es la ayuda-opuesta.

La gloria del Edén se reflejó en la creación de la primera pareja.


El hombre como el sacerdote y cabeza del hogar encargado de la
administración total de la tierra y con la capacidad lógica de tener
respuestas frente a los dilemas de la vida. No un macho que manda
y exige, sino un sabio administrador y gobernador regente del reino
de los cielos en la tierra; pero a su lado la mujer hecha corazón y
sentimiento con una intuición refinada capaz de observar lo que el
ojo humano no capta, y un oído espiritual que la hace todo corazón
para socorrer a su esposo y oponérsele cuando él quiere ignorar lo
que Dios le encomendó.
El enemigo de Dios y, por ende, de la humanidad, no toleraría tal
gloria en la tierra y en forma de serpiente se propuso desviarla hacia
la escoria llevándola a la desobediencia; y lo logró. ¿Por qué fue a la
mujer y no al hombre? ¿Acaso es porque vio en ella un ser frágil, dé-
bil e insignificante? No, jamás; al contrario. Él sabía que si engañaba
al hombre allí estaría Eva interponiéndose y oponiéndosele a Adán
como un ´ezer kenegdo para que él no se saliera del camino; pero, si
lograba engañar a la mujer, el hombre entonces sería presa comida.
Si como parejas miráramos desde esta perspectiva nos daríamos
cuenta de cuán importante es vernos como un equipo: hombre-mu-
jer para reflejar la gloria de Dios en el hogar. Pero, cuando perdemos
de vista tal panorama, nos enfrascamos en una lucha continua y
permanente que deteriora nuestras relaciones. Cuando trabajemos
como un verdadero equipo veremos un resplandor capaz de disipar
las oscuridades más densas que quieren invadir a nuestra familia, y
ese es un trabajo de todos los días. Desde que amanece hasta que
vuelve a amanecer.

– 18 –
La g l o r i a e n e l E d é n

El problema del matrimonio es que se acaba todas las


noches después de hacer el amor, y hay que volver a
reconstruirlo todas las mañanas antes del desayuno.
Gabriel García Márquez

Cuando como parejas perseguimos la gloria perdida en el Edén y


la recuperamos en Cristo, el segundo Adán, esa gloria llena no sólo
la familia sino la comunidad donde vivimos. Ese es nuestro desafío
diario si queremos tener familias de gloria.

Reflexión

1. ¿Cómo ves a tu familia? ¿Como un espejo de gloria o un reci-


piente de escoria?

2. ¿Cómo percibes a tu cónyuge?

3. ¿Cuál es el desafío más grande que debes enfrentar par a ver la


gloria de Dios en tu hogar?

4. ¿Cómo es tu hogar, un paraíso perdido o un paraíso recuperado?

– 19 –
Ca p í t u l o 2

Matrimonio de cuatro

Llegó a mi oficina tratando de encontrar respuesta a un problema


de comunicación y convivencia matrimonial. Con el rostro sombrío
me dijo:
–Mi esposa me confunde. No sé con quién realmente me casé. A
veces me siento como si estuviese casado con dos mujeres distintas.
En ocasiones la noto tan frágil, romántica y dulce, pero de pronto,
por algo que hago o digo, cambia diametralmente opuesta. Lo cu-
rioso es que ella dice lo mismo de mí. Es como si, en vez de tener un
matrimonio de dos, tenemos un matrimonio de cuatro. Dos dulces
y dos opuestos y defensivos.
Este dilema no sólo lo vive esta persona. La verdad es que el ma-
trimonio es en sí tan complejo porque no podemos desprendernos
fácilmente de nuestro hogar de origen. Por eso el Señor, hablando
del matrimonio, dijo claramente: “Por tanto, dejará el hombre a su
padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne” (Gé-
nesis 2:24). En este sencillo versículo hay tres cosas expresadas por
Dios; el primer elemento lo llamaremos: desligar, el segundo: unifi-
car y tercero: entrelazar.
Necesitamos profundizar en el hecho de que venimos de hogares
diferentes. Muchas memorias, buenas o dolorosas, que han quedado
registradas en nuestro cerebro, nos harán saltar a la defensiva. Por
eso el Señor habló de desligar cuando dijo: “Dejará el hombre a su

– 21 –
Fa m i l i a s d e g l o r i a o fa m i l i a s d e e s c o r i a

padre y a madre...”. No significa olvidarlos o no estar cerca emocio-


nalmente de ellos, sino más bien no permitir que cosas del hogar
de origen sean traídas para perturbar esta nueva relación. Luego, el
Señor habla de unificar o unirse. Permitir que los lazos del espíritu de
ambos establezcan un vínculo de unidad y creen una nueva entidad.
Por último, está el elemento vital de entrelazar o ser una sola carne.
Este es un nivel vital e importante, ya que de esta manera es como
dos llegarán a ser uno. Entrelazarse hasta ser una sola carne, misterio
de misterios, pero una realidad.
Dios no creó el matrimonio para ser una unión de cuatro sino de
dos. Cuando no nos desligamos del hogar de origen y permitimos
que sistemas de familias, dolores, quebrantos y heridas sean traídos
a la nueva relación, entonces, experimentamos un matrimonio de
cuatro.
El enemigo del ser humano, y por ende del matrimonio, sabe lo
poderoso que es tratar de sembrar semillas de destrucción desde la
niñez, y conoce que el mejor lugar para esa siembra es el hogar. Así
destruye la gloria puesta por Dios y lleva a la familia por el sende-
ro de la escoria. Los dolores y quebrantos, los traumas y maltratos
sembrados en el hogar de origen, si no se tratan debidamente, se
arrastran al nuevo matrimonio. Dios, sabiendo eso, ha diseñado en
nuestro cerebro una sección que nos ayuda a sobrevivir; es allí donde
se almacenan los recuerdos dolorosos que nos han producido pro-
fundo sufrimiento y han disparado el temor.
Una de las maneras en que el ser humano maneja esas memorias
es con la creación de una personalidad falsa o protectora, que se
muestra como parte de la persona misma. Fue esa personalidad falsa
la que llevó a Adán y a Eva a esconderse luego de la caída en desobe-
diencia. Dios los buscó en el jardín, pero ellos estaban escondidos.
Eran, definitivamente, otro Adán y otra Eva.
Recuerdo cuando en mi niñez experimenté el dolor de ver irse
a mi padre para formar un nuevo hogar, y quedé con mi madre
y dos de mis hermanas menores. Ese dolor creó en mí una nueva

– 22 –
Mat r i m o n i o d e c u at r o

personalidad, retraída, tímida, ausente, y mi refugio fueron los li-


bros. Comencé a leer y leer para vivir en otro mundo. Cuando el
Señor llegó a mi corazón plantó en mí la semilla de su amor y mise-
ricordia, pero seguía siendo un niño asustadizo y lleno de temores.
Cuando con mi esposa formamos nuestro hogar, asomó esa perso-
nalidad protectora que me hacía aislar. Si se presentaban conflictos
de comunicación allí estaba la personalidad huidiza, atemorizada
que me hacía esconder y encerrarme en mi propio mundo. Yo no lo
veía, ella lo observaba, porque esa personalidad falsa se esconde en
un punto ciego donde la persona real no puede detectarla.
El Señor Jesús lo expresó así en Mateo 5:14-16:

Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un mon-
te no se puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de
un almud, sino sobre el candelero y alumbra a todos los que están
en casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que
vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está
en los cielos.

No me daba cuenta de que yo era luz, y trataba de esconderme


para protegerme; por temor me callaba. Un día, mientras esperaba
a mi esposa para llevarla al trabajo, ella salió de la casa con nuestro
hijo que apenas tenía un año. Cuando la vi salir la observé tan bo-
nita y me dije: “Cuando llegue al auto le voy a decir que está linda”,
pero cuando ella llegó no pude hablar ni decir nada, fue como que
otra persona estaba frente a ella. Era esa personalidad protectora. En
el fondo tenía temor de ser herido.
¿Cuál es el papel de esa personalidad protectora? Sin duda, es
un mecanismo de defensa que nos protege de tener que confiar en
alguien más; cuando en algún momento de la vida otra persona sig-
nificativa nos hirió, nos resguarda de ser vulnerables, traicionados o
heridos otra vez. Pero ese otro no nos hace felices. Nos confunde, en

– 23 –
Fa m i l i a s d e g l o r i a o fa m i l i a s d e e s c o r i a

realidad nos traiciona y nos roba la oportunidad de ser aquellos que


fuimos creados a imagen y semejanza de Dios.

Dios te hizo a su imagen y semejanza. En términos de computación


Dios puso dentro de ti un chip con el contenido de lo divino. Aunque
el pecado te ha deformado, el chip divino sigue adentro. Eres producto
de Dios y con lo que haces reflejas tu propio producto. Que jamás
tus acciones deformen el reflejo que Dios ha puesto dentro de ti.
Serafín Contreras G.

Era esa personalidad protectora la que me empujaba, me presio-


naba para no exponerme, para no tomar riesgos. Mi padre me había
abandonado en el momento más importante de mi vida, cuando
estaba saliendo de la niñez a la preadolescencia, y tenía miedo de ser
herido otra vez. Esa personalidad entraba en conflicto con la perso-
nalidad protectora que mi esposa tenía.

La cosa que más necesitas es, precisamente, la que más temes.


M i c h a e l Dy e r

A la larga, cuando permitimos que esa otra personalidad protec-


tora establezca su residencia en nosotros, terminamos en silencio
diciendo que no necesitamos ni a Dios ni a los otros. Esa fue la
actitud tomada por Adán y Eva hacia Dios, y terminaron culpándo-
se el uno al otro. El Adán falso le decía a Dios: “La mujer que me
diste” y Eva, por su parte, también señaló a Adán y a la serpiente. A

– 24 –
Mat r i m o n i o d e c u at r o

final el culpable era Dios, por haber hecho a la mujer, a Adán y a la


serpiente.
¿Cuándo nació esa personalidad falsa? Precisamente en los pri-
meros años de nuestra vida, justo cuando fuimos heridos por al-
guien o por algo. Pero ahora, llegando Jesús a nuestra vida, nos habla
de nacer de nuevo, y así dejar la real persona que fue marcada por
el pecado.

Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no


naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.
Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo?
¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y
nacer?
Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere
de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.
Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espí-
ritu, espíritu es.
Juan 3:3-6

El apóstol Pablo lo dijo de esta otra manera: “De modo que si al-
guno está en Cristo, nueva criatura es: las cosas viejas pasaron; he aquí
todas son hechas nuevas” (2 Corintios 5:17).

El matrimonio es una gran institución para


quien admira las instituciones.
H. Greene

El trabajo de esa personalidad falsa es mantenernos protegidos,


pero en verdad no hay tal protección sino más confusión. La nueva

– 25 –
Fa m i l i a s d e g l o r i a o fa m i l i a s d e e s c o r i a

criatura hecha por Dios está asegurada en el Señor y puede disfrutar


de un matrimonio de dos personas reales y no de cuatro.
Puedo ir junto con mi cónyuge ante el altar de Dios, si es que
noto que heridas del pasado me han llevado a desarrollar esa otra
personalidad falsa, y pedirle a Él que me dé restauración, y sin duda
que lo hará. El confortará o restaurará mi alma, y me guiará por sen-
das de justicia por amor de su nombre (Salmo 23:3).
Cuando hemos sido heridos, la primera acción que tomamos es
edificar una muralla protectora alrededor de nosotros, ya que no
queremos experimentar ese mismo dolor; y es allí cuando surge esa
personalidad falsa. ¿Alguna vez experimentaste lo siguiente?: Pasa-
ron meses luego de casados, no has visto a tus padres y quieres ver-
los; entonces te propones visitarlos. En el camino dices: “Llegaré y
abrazaré a mi padre y a mi madre y les diré cuánta falta me hacen”.
Vas animado, o animada, y cuando entras a la casa es como si otro
llegara, no eres el mismo que hace unos minutos planificó ese en-
cuentro. ¿Qué pasó? La personalidad falsa se armó para protegerte
porque en el pasado papá y mamá te hirieron.
Esa personalidad falsa tiene, por supuesto, lo que se llama credos
o creencias falsas, que en el fondo son mentiras que el enemigo del
alma te ha dicho y las has creído. Satanás es el padre de la mentira.
Él no quiere que conozcas la verdad, por eso te roba la esperanza y
te hace vivir del pasado para enturbiar tu presente e impedir que te
proyectes en victoria hacia el futuro.

Las personas que tienen y viven en esperanza hablan del futuro. Los
que sólo hablan del pasado y el presente son los desesperanzados. La
Biblia dice que Abraham creía en esperanza contra esperanza; es decir,
tenía esperanza aunque todo alrededor decía que no.
¿De que hablas tú? ¿Del pasado y presente o del futuro?
Serafín Contreras G.

– 26 –
Mat r i m o n i o d e c u at r o

¿Ahora puedes entender por qué parece que el matrimonio es


de cuatro personas y no de dos? Pero esa no es la voluntad de Dios.
Dios creó un solo Adán y una sola Eva; el enemigo de la familia al
hacerlos caer produjo un Adán falso y una Eva falsa.
A veces en la familia vemos el cónyuge como una persona normal
y corriente, pero esa misma persona se torna perfeccionista o insis-
tente, salvadora de situaciones o alguien que pospone las cosas para
mañana, perezosa, insensible, y es allí donde explotan los conflictos.

“Los dos serán una sola carne”

Quizás te preguntas: “¿Cómo puedo tratar con esa personalidad


falsa para que no traiga escoria a mi familia? Necesitas dar estos
pasos:

• Trata de identificar ese otro “yo” falso.


• Piensa qué actitudes de ti mismo no te gustan y no deseas
tener.
• Pregúntale a tu cónyuge para que te ayude a identificar más
allá de los puntos ciegos que te lo impiden.
• Lleva a Jesús esa personalidad falsa y pídele que sane aquellas
heridas del alma que aún están abiertas.
• Despide a esa personalidad diciéndole que no la necesitas
más, porque ahora tienes al Señor Jesús y al Espíritu Santo
viviendo en ti.
• Regocíjate en el Señor y comienza a verte reflejado en lo que
dice Efesios 1.
• Sé real. Sé tú mismo/a, quien Dios creó para alabanza de su
gloria.

– 27 –
Fa m i l i a s d e g l o r i a o fa m i l i a s d e e s c o r i a

Te sorprenderás de los cambios que verás, primero en tu vida y


luego en tu familia. No necesitarás más muletas para sobrevivir. Po-
drás caminar tomado/a de la mano de Jesús, y contemplar la gloria
que disipa la escoria de un matrimonio de cuatro sembrada en ti por
el enemigo. Vuelve a los orígenes disfrutando de tu matrimonio de
dos.
Ya no tienes que esconderte con temores. Los miedos hoy se disi-
pan contemplando el resplandor de Su gloria infinita. Lo falso hoy
se cae y lo genuino vendrá como agua fresca y pura para tu alma
saciar.

Reflexión

1. ¿Cuál es esa personalidad falsa que has permitido para sentirte


protegido/a?

2. ¿Con qué nombre la podrías identificar?

3. ¿Qué heridas has recibido en tu pasado que abrieron puertas a


esa personalidad falsa?

4. ¿Qué quieres hacer con esa personalidad?

– 28 –
Ca p í t u l o 3

Saltando el cerco del


resentimiento

Se llevó las manos a la cabeza y con una mirada profunda y un rostro


desencajado me dijo:
–La verdad es que estoy que exploto y quisiera matarlo si pudiera.
Mi enojo es increíblemente grande; pero luego de explotar, tengo
que ir a pedirle perdón a Dios, porque sé que no me debo enojar.
Le dije:
–¿Y por qué no te debes enojar?
Me miró como si hubiese dicho una mala palabra, y me dijo con
energía:
–Pastor, porque es pecado, y Dios no quiere que yo me enoje.
–¿Estás segura de lo que acabas de decir? –le pregunté, y ella me
contestó:
–Claro que sí, la Biblia lo dice.
Le dije:
–¿Qué tal si saltamos el cerco del enojo y el resentimiento? –y
comencé a hablarle de lo que hoy quiero compartir contigo.

– 29 –
Fa m i l i a s d e g l o r i a o fa m i l i a s d e e s c o r i a

La risa nos mantiene más razonables que el enojo.


Duque de Levis (1755-1830).

Caminaremos por el sendero que nos ayudará a descubrir lo que


podemos lograr si decidimos ir más allá del enojo y el resentimiento
en nuestro matrimonio. Encontraremos que no es fácil ir más allá
del perdón, pero con la ayuda del Señor lo lograremos.
Veamos algunas cosas que no podemos perder de vista:

• El enojo no es malo en sí, sino la forma como los expresamos,


porque el enojo es una emoción y las emociones son un regalo de
Dios a la humanidad. Dios mismo se ha enojado. La Biblia nos
habla de la ira de Dios. Jesús se enojó cuando encontró que los reli-
giosos comerciantes de ese tiempo habían convertido la casa de Dios
en una cueva de ladrones.

• El enojo sin resolver es considerado la mayor enfermedad matri-


monial. Por eso muchos matrimonios están camino al divorcio, por
no saber manejar esas situaciones internas. Fue en el mismo huerto
del Edén donde se experimentó el primer enojo sin resolver y la
pareja terminó culpándose entre sí y, finalmente, culpando a Dios.

• El enojo mal manejado produce distancia, sabotaje y finalmente


divorcio. Destruye la gloria de la familia y la expone a la escoria de
este mundo sin control.

• Hay un maravilloso poder en el perdón y la confesión para re-


mediar el enojo.

– 30 –
Sa lta n d o e l c e r c o d e l r e s e n t i m i e n t o

Cuando te inunde una enorme alegría, no prometas nada a nadie.


Cuando te domine un gran enojo, no contestes ninguna carta.
P ro v e r b i o c h i n o

El enojo sin resolver es la peor enfermedad matrimonial

La Biblia claramente dice:

Si se enojan, no pequen.​No dejen que el sol se ponga estando aún


enojados, ni den cabida al diablo.
Efesios 4:26-27

La Biblia autoriza la expresión del enojo, porque es una emoción


común y estamos expuestos a ella cada día. No podemos evitar eno-
jarnos y no deberíamos tratar de negar o suprimir esa emoción.
No es pecaminoso enojarse, y Dios espera que nos enojemos.
Porque es una emoción, un regalo dado por Él al ser humano. Esta
emoción es la convergencia de temor, frustración y sentimientos
heridos. Es un mecanismo de defensa instalado por Dios en el ser
humano.
El enojo llega a ser pecaminoso cuando perdemos el control, lo
seguimos alimentando o adoptamos una conducta vengativa hacia
la persona que nos hirió. Entonces, nuestra reacción es el inicio del
problema, no el de enojo en sí. Por ello la Biblia no nos impide
enojarnos, pero sí nos insta a examinar nuestras reacciones al enojo.
Alguien lo dijo de esta manera: “No me daña lo que la gente me
hace, sino cómo reacciono a lo que me hacen”.
En el matrimonio encontramos mucho deterioro en las relaciones
por no saber reaccionar a aquello que ha disparado nuestro enojo.
La mayoría de los matrimonios en medio del enojo dan desespera-
damente estos cuatro pasos destructivos.

– 31 –
Fa m i l i a s d e g l o r i a o fa m i l i a s d e e s c o r i a

1. Aislamiento del cónyuge. Creemos que el aislamiento es la


mejor arma, pero en realidad lo que hace es complicar el ambiente,
ya que aumenta la brecha de separación. Una cosa es decir: “¡Dame
tiempo, necesito procesar todo y cuando crea conveniente reanuda-
mos el diálogo!”, lo cual es válido, y otra, es simplemente aislarnos.
No podemos desconectarnos el uno del otro sin afectar la calidad
de vida.

2. Incremento y apasionamiento de las disputas. Nos cuesta


manejar las emociones y dejamos que la pasión, el fuego y las chispas
quemen las buenas relaciones; en cenizas jamás podremos resolver
los conflictos. El fuego es bueno cuando está bajo control, pero, al
perderlo, el incendio puede arrasar con todo el bosque que necesitó
años de protección y riego.

3. Disminuir o agredir verbalmente al cónyuge. Necesitamos


comprender que en los momentos de conflicto debemos concen-
trarnos en los hechos, sin agredir a la persona. Una cosa es decir
“me molesta cuando dices tal cosa” y otra es “Eres un o una...”. En
este caso estaríamos agrediendo a la persona; eso distorsiona absolu-
tamente lo que venimos confrontando y atrae la escoria a nuestras
relaciones.

4. Creencias negativas y venenosas hacia el cónyuge. El peor


paso, que crearía un desajuste doloroso, es permitir en medio del
conflicto que creencias negativas y llenas de veneno contaminen
nuestro pensamiento. Todos somos humanos y, por consiguiente,
tenemos defectos en nuestra vida. Si en medio del enojo nos con-
centramos sólo en lo negativo del otro, el abismo entre los dos se
acrecentará.

– 32 –
Sa lta n d o e l c e r c o d e l r e s e n t i m i e n t o

Abre el ojo y te ahorrarás el enojo.


Anónimo

Efectos del enojo sin resolver

Cuando no resolvemos nuestro enojo en el matrimonio o en la


familia se producen efectos en por lo menos cuatro áreas básicas:

En lo espiritual: Cuando permanezco enojado eso extingue la


luz de Dios en mi vida y empiezo a caminar en tinieblas.

El que afirma que está en la luz, pero odia a su hermano, todavía


está en la oscuridad. El que ama a su hermano permanece en la luz,
y no hay nada en su vida​que lo haga tropezar. Pero el que odia a su
hermano está en la oscuridad y en ella vive, y no sabe a dónde va
porque la oscuridad no lo deja ver.
1 Juan 2:9-11

No puedo desligar mi vida espiritual de la relación con mi fami-


lia. La vida cristiana se caracteriza por ser tanto vertical (relación con
Dios) como horizontal (relación con los demás).

En lo emocional: El enojo crece en hostilidad, explosividad y


amargura. Sabemos por experiencia propia, con la familia o con ami-
gos, que la hostilidad y el resentimiento terminan afectando nues-
tras emociones. Somos seres integrales. No podemos fraccionarnos.

En la parte física: El enojo incrementa el riesgo de un ataque

– 33 –
Fa m i l i a s d e g l o r i a o fa m i l i a s d e e s c o r i a

al corazón, depresión y otras enfermedades. La ciencia médica ha


hablado del efecto que sobre el cuerpo ejerce el mantener conflictos
sin resolver. Usando la expresión bíblica: nuestros huesos se secan.

En las relaciones: El enojo hace que la intimidad sea un peligro,


y por ello nos mantiene distantes. Cuando nos alejamos del otro,
el ambiente en las relaciones se enfría y terminamos con el matri-
monio y con la familia como si estuviésemos en un congelador. Las
relaciones entre los seres humanos son vitales, no son experiencias
periféricas, sino medulares.
Lo más triste en materia de familia es que el enojo sin resolver a
lo largo del tiempo produce un fruto terrible: la epidemia moderna
del divorcio.

El enojo pasa de generación en generación

Cuánto enojo sin resolver entre una pareja se traspasa a los hijos,
ya sea, entre ellos y uno de los padres o entre los hermanos.
Investigadores sugieren que un 80% de la segunda generación
de divorcios es por influencia directa del enojo sin resolver en el
divorcio de sus padres. Necesitamos detener esta epidemia inmedia-
tamente. No hay vacuna o medicina de farmacia para eso pero, a la
luz de Dios, hay un antibiótico compuesto por el diálogo de gente
madura y el perdón.

Cómo saltar el cerco del enojo y el resentimiento

Si queremos practicar en el matrimonio y en la familia la habi-


lidad de saltar el cerco del enojo y el resentimiento, sin anular la
capacidad dada por Dios para enojarnos, necesitamos comenzar a
tratar los síntomas.

– 34 –
Sa lta n d o e l c e r c o d e l r e s e n t i m i e n t o

El enojo raramente se expresa sin un argumento,


pero raramente ese argumento es bueno.
H a l i fa x

Existen tres síntomas que indican que es necesaria una acción


restauradora en el matrimonio y en la familia de la gloria perdida
por causa del enojo.

El primer síntoma se nota cuando tú o tu cónyuge se cierran y


no quieren hablar ni comunicarse con el otro. Esa luz roja no se
puede ignorar. Así como no ignorarías una luz roja en el tablero de
tu automóvil, de la misma manera es necesario detener el auto de
tu matrimonio e indagar donde está lo errado. Ignorar las luces del
tablero sólo nos lleva al taller del mecánico.

El segundo síntoma se nota cuando la tranquilidad familiar es per-


turbada. La paz se acaba, la tranquilidad desaparece y vientos fríos
soplan sobre lo que fue la calidez de la familia. Dios nos ha llamado
a paz y a tranquilidad, y el hogar es el mejor sitio para disfrutarlas.

El tercer síntoma se observa cuando la persona no se siente segura


de compartir sentimientos o expresar una necesidad con el cónyuge.
Ignorar, ser indiferente o, aún peor, insensible, no mejorará nada,
sino que lo complicará.
Con madurez, decisión, compasión y sensibilidad necesitaremos
dar los pasos para saltar el cerco del enojo y así no sentirnos acorra-
lados en nuestra relación de matrimonio y familia.

– 35 –
Fa m i l i a s d e g l o r i a o fa m i l i a s d e e s c o r i a

El enojo no hace que nada sea mejor, a excepción


de la espalda del gato cuando hace un arco.
A n ó n i m o.

Cuando hieres a tu cónyuge, confiésalo con humildad y repara


el daño. El orgullo humano se levanta para impedirnos reconocer
nuestro error. Lo cierto de todo es que en lo profundo de nuestro ser
sabemos que hemos hecho mal.

• Sé gentil. Un comportamiento suave echa fuera el enojo del


cónyuge. La gentileza, así como el enojo, es una expresión dada por
Dios. Podemos estar enojados sin tener que perder la gentileza.
• Toma toda la responsabilidad que te corresponde en el conflicto
y no puntualices las faltas del otro. Si crees que tu cónyuge tiene el
90% de responsabilidad en el conflicto, recuerda que eres 100%
responsable del 10% restante, hazte responsable de ese 10%.
Si te quedas esperando que sea el otro el que asuma responsabili-
dad por su 90% quizás esperes toda la vida, pero cuando asumes tu
responsabilidad por el 10% eso puede generar un milagro.
• Cuando tu cónyuge te hiera, decide perdonarlo y suéltalo en ma-
nos del Señor. El perdón es el poder milagroso del Señor en acción.
Por eso Jesús dijo en el Calvario: “Padre, perdónalos, porque no saben
lo que hacen”. Al soltarlo en manos del Señor también te liberas de
los efectos corrosivos del enojo y la amargura que envenenan tu vida.
• No dejes que Satanás tome ventaja sobre ti y tu matrimonio.
Actúa rápidamente y repara la relación rota. Un descuido en esto
de manejar correctamente el enojo podría iniciar una infección que
gangrene la relación de matrimonio. Mantener el enojo y rehusar

– 36 –
Sa lta n d o e l c e r c o d e l r e s e n t i m i e n t o

perdonar es como comprar veneno para matar una rata y, luego de


muerta, vivir con la hediondez el resto de la vida.
• Podemos, con la ayuda del Señor, saltar el cerco del enojo y
crecer como individuos. El crecimiento personal no está aislado de
la relación con otros. Los conflictos en el matrimonio son como los
obstáculos en la pista de carrera, nos ayudan a desarrollar músculos
emocionales y espirituales que nos permitirán llegar a la meta como
campeones de la vida.

Ayer te pude querer,


pero hoy ya no te quiero.
Ayer te pude ver,
pero hoy ya no te veo.

Algo invisible se opuso


entre el amor de los dos.
Algo que parece obtuso,
algo que no viene de Dios.

Y los dos jugamos con eso,


creyendo que no era así,
y el amor perdió el peso
que una vez yo conocí.

Creíamos que con eso podíamos;


creíamos que era parte del vivir;
creíamos que lo que sentíamos
era normal al sufrir.

Perdimos sin darnos cuenta


la belleza del amor.
Y una infección virulenta
destruyó ese candor.

– 37 –
Fa m i l i a s d e g l o r i a o fa m i l i a s d e e s c o r i a

Mas hoy puedo recordar


una promesa asombrosa.
Llegó aquel día al altar
con una bendición hermosa.

La promesa nos decía,


con nítida claridad,
que era Él quien nos unía
por su inefable verdad.

Que Él nunca nos dejaría,


que no nos iba a dañar.
Que su presencia nos guiaría
por las sendas al andar.

Hoy podemos olvidar


lo que ayer nos separó.
Hoy podemos comenzar
con lo que ayer se perdió.

Hoy... no te puedo querer,


pero sí te puedo amar.
Porque el querer es perder,
pero el amar es ganar.

Hoy te he ganado de nuevo,


porque sé lo que es perdonar.
Hoy contemplas el renuevo
por perdonar mi desviar.

Serafín Contreras G.

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Sa lta n d o e l c e r c o d e l r e s e n t i m i e n t o

Reflexión

1. ¿Cuándo fue la última vez que estuviste enojado y cómo ma-


nejaste en esa ocasión el enojo? ¿Lo manejaste bien o mal? Si fue
mal, ¿qué hiciste para reparar el daño?

2. ¿Cuál es la médula de estos pasajes: Efesios 4:26-27 y 1 Juan


2:9-11 y cómo los aplicarías hoy a tu vida para crecer en gracia
y madurez?

3. Escribe los nombres de personas a quienes necesitarías con-


fesar tus faltas porque fueron heridos con tus acciones. ¿Cómo
crees que podrías acercarte a ellos?

4. Escribe para tu uso personal los nombres de las personas a


quienes necesitas perdonar porque te hirieron.

– 39 –
Fa m i l i a s d e g l o r i a o fa m i l i a s d e e s c o r i a

– 40 –
Ca p í t u l o 4

El último vino es mejor


que el primero

Recuerdo, hace casi cuarenta años, cuando estaba en el altar espe-


rando a mi amada. Estaba nervioso, no sabía cómo responder en ese
momento. Muchas preguntas estaban en mi mente. Aún recordaba
lo que amigos y familiares me habían dicho acerca del matrimonio,
expresiones como: “no sabes lo que te espera”, “matrimonio es mar-
tirmonio” o “el primer amor siempre se acaba”. De pronto mis pen-
samientos recibieron la gran interrupción del momento, ella venía
por el pasillo de la iglesia, parecía radiante, bella y con una sonrisa
en sus labios. Sólo oí que el romance se acababa y que el primer
amor se desteñía, pero no me dijeron que no siempre es así, sino que
el mejor vino está al final y no al principio.

El amor es como el vino, y como el vino también,


a unos reconforta y a otros destroza.
S t e f a n Z w e i g ( 1 8 8 1 - 1 9 4 2 ) . E s c r i to r a u s t r í a c o.

– 41 –
Fa m i l i a s d e g l o r i a o fa m i l i a s d e e s c o r i a

El primer milagro que el Señor Jesús realizó fue en unas bodas en


Caná. Veamos lo que dice la Biblia al respecto:

Había allí seis tinajas de piedra, de las que usan los judíos en sus
ceremonias de purificación. En cada una cabían unos cien litros.
Jesús dijo a los sirvientes:
–Llenen de agua las tinajas.
 Y los sirvientes las llenaron hasta el borde. 
–Ahora saquen un poco y llévenlo al encargado del banquete –les
dijo Jesús.
Así lo hicieron. El encargado del banquete probó el agua conver-
tida en vino sin saber de dónde había salido, aunque sí lo sabían
los sirvientes que habían sacado el agua. Entonces llamó aparte al
novio y le dijo:
–Todos sirven primero el mejor vino, y cuando los invitados ya han
bebido mucho, entonces sirven el más barato; pero tú has guardado
el mejor vino hasta ahora. 
Juan 2:6-10

Hay algunas cosas que necesitamos rescatar al leer este pasaje:

• A veces el matrimonio comienza con un vino de mala calidad.


• Cuando la ilusión del primer momento pasa, no se ve nada ni
el vino malo; el matrimonio se torna como agua, sin color, sin sabor
y sin olor.
• Siempre necesitamos esperar un milagro si Jesús está en nuestro
matrimonio.
• Con el Señor podemos esperar sorpresas, y una de ella es que Él
puede hacer que el mejor vino esté al final y no al principio.

La vida matrimonial es similar al desarrollo individual, tiene sus

– 42 –
E l ú lt i m o v i n o e s m e j o r q u e e l p r i m e r o

propias etapas o épocas; necesitamos comprender que no podemos


esperar que Dios lo haga todo si nosotros no cooperamos con Él a lo
largo de nuestra unión matrimonial.

Donde hay matrimonio sin amor, habrá amor sin matrimonio.


Benjamin Franklin (1706-1790).

Ese proceso de aprendizaje por nuestra parte implica:

• Que los años del nido vacío pueden llegar a ser los mejores
años.
• Aprender acerca de los asuntos que el nido vacío plantea en
los últimos años del matrimonio.
• Entender los ocho desafíos que las parejas enfrentan durante
esta etapa de la vida.
• Definir y hacer las cosas que no se lograron hacer antes en la
vida.

El matrimonio, como los injertos, prende bien o prende mal.


V í c to r H u g o ( 1 8 0 2 - 1 8 8 5 ) .

Si anhelamos probar el mejor vino al final, nuestra decisión ma-


trimonial comienza con aceptar el llamado a una madurez e intimi-
dad espiritual en la segunda mitad del matrimonio. ¿Qué queremos

– 43 –
Fa m i l i a s d e g l o r i a o fa m i l i a s d e e s c o r i a

decir con esto? El matrimonio esta dividido en dos etapas muy


determinantes:
La primera mitad del matrimonio es gastada en levantar hijos y
reaccionar al entrenamiento como padres. Es una etapa desgastante
y tiende a afectar la relación de pareja debido a las presiones cons-
tantes. Los hijos son absorbentes y, si no se cuida la relación de
pareja, algo puede perderse en el camino.
La segunda mitad del matrimonio guía a un renacer o al divorcio.
Esta es la elección de cada uno. Un renacer si se cultivó la relación
en la primera mitad y si se entendió el proceso de crecimiento como
matrimonio. O, si lo único que mantuvo unida a la pareja fueron
los hijos, al quedar solos, entonces puede ser que se dé rienda suelta
al deseo oculto del corazón llamado divorcio.

En todo matrimonio que ha durado más de una semana,


existen motivos para el divorcio. La clave consiste en
encontrar siempre motivos para el matrimonio.
Ro b e rt A n d e r s o n .

La segunda mitad del matrimonio es conocida como la etapa del


nido vacío. Sin embargo, muchos matrimonios no logran disfrutarla
por varias razones.

• No prepararon el ambiente en la primera mitad y llegan a esta


etapa como un par de ancianos llenos de resentimientos, con
archivos del pasado y conflictos sin resolver.
• Los hijos adultos siguen viviendo con ellos o los hijos casados
les traspasaron los nietos para que se los críen.

– 44 –
E l ú lt i m o v i n o e s m e j o r q u e e l p r i m e r o

• Se ven obligados a tener en su casa a sus padres ancianos para


cuidarlos.
• Muchos en esta etapa enfrentan crisis de salud, finanzas,
asuntos de profesión y retiro de su carrera.

La vida es corta y la desperdiciamos sin disfrutar cada etapa de


la manera diseñada por Dios. Descuidamos nuestros papeles, desa-
provechamos minutos como gotas de agua en una llave sin reparar,
y luego esperamos milagros. Jesús, antes de hacer el milagro en las
bodas de Caná y convertir el agua en vino, pidió a los siervos que
buscaran vasijas y las llenaran hasta arriba. En otras palabras, el mi-
lagro no se podía efectuar si los siervos no preparaban los recipien-
tes. Muchas veces queremos que Dios haga el milagro en la familia,
pero no hemos preparado las vasijas.
¿Queremos probar el buen vino al final? Entonces veamos los
ocho pasos para disponer las vasijas que almacenarán el mejor vino.

Ocho pasos para preparar las vasijas del buen vino

1. Cancele los archivos del ayer y decida aceptar a su cónyuge.


A muchas parejas pareciera que les encanta vivir del pasado. Tienen
archivos completos, empolvados, saturados de telarañas y polillas;
ahí están, para acariciarlos cada vez que un nuevo conflicto se ge-
nera. La Biblia dice que Dios ha olvidado nuestros pecados y desea
que aprendamos de Él y vivamos como Él. No podremos probar
el último vino si aún bebemos el ajenjo de nuestros quebrantos y
debilidades. Somos débiles, humanos, pecadores e imperfectos; sin
embargo, a veces miramos al otro como el malo o pecador y a noso-
tros como los perfectos, santos e intachables.
Es nuestra decisión escoger el camino mejor o el peor. Cada vez
que decides perdonar un nuevo amanecer comienza.

– 45 –
Fa m i l i a s d e g l o r i a o fa m i l i a s d e e s c o r i a

El ayer es historia, el hoy es un presente y el mañana es un misterio.


A u to r a n ó n i m o.

2. Decida ser un compañero del alma y no simplemente un


cónyuge más. Es increíble la cantidad de matrimonios que viven
juntos, pero no han desarrollado la habilidad de ser amigos ínti-
mos y compañeros del alma. ¿Con quién mejor podemos compartir
nuestros secretos, anhelos, sueños e ilusiones si no es con la persona
con quien dormimos, comemos, batallamos y anhelamos? En medio
de la selva de falsas expectativas y deseos egoístas, necesitamos re-
descubrirnos y encontrarnos. La amistad es un regalo de Dios, pero
cuando se desarrolla con la persona con quien nos hemos casado el
regalo se convierte en un sublime y dulce tesoro.

Antes de poner en duda el buen juicio de tu


mujer, fíjate con quién se ha casado ella.
P ro v e r b i o e g i p c i o.

3. Cultivemos la comunicación del alma y del espíritu. Esa


amistad entre los cónyuges no puede experimentarse en el grado de
sublimidad a menos que se trabaje intensamente para desarrollar un
buen nivel de comunicación. La comunicación sigue siendo un de-
safío entre los seres humanos y, especialmente, en el matrimonio. En
un mundo donde las conexiones han avanzado a lo satelital, digital,
cibernético y futurista, seguimos adoleciendo de la pura y cristalina
comunicación del alma y del espíritu; aquella que va más allá de
lo que vemos y oímos; más allá de las heridas y cicatrices, de las

– 46 –
E l ú lt i m o v i n o e s m e j o r q u e e l p r i m e r o

barreras y prejuicios, pero más cerca del corazón. La comunicación


espiritual es discernir nuestros espíritus bajo la guía del Espíritu de
Dios.

La libre comunicación de los pensamientos y las opiniones


es uno de los derechos más preciados por el hombre.
F r a n ç o i s d e l a Ro c h e f o u c a u l d ( 1 6 1 3 - 1 6 8 0 ) .

4. Aprendamos a usar los conflictos y el enojo para construir


y crecer, y no para autodestruirnos. Los conflictos no son malos,
el enojo no es negativo, sino cómo los usamos. Los conflictos y el
enojo en el matrimonio son como los obstáculos en la pista del de-
portista que se siente desafiado a vencerlos para ganar la medalla de
oro. El deportista no patea los obstáculos, no los destruye, sino que
los ve como un desafío entre él y su meta. El buen vino comienza a
fermentarse cuando no decido construir mi relación. Pablo lo expre-
só de esta manera: “Airaos [la orden es explícita, tienen el permiso
de Dios para enojarse] pero no pequéis [no se autodestruyan], no se
ponga el sol sobre vuestro enojo [ponle plazo al conflicto y al enojo
decidiendo cuándo construir]”. Ya de este tema hemos hablado en el
capítulo anterior, por ello no voy a redundar en lo mismo.

5. Deléitate en tu pareja. Mira a tu cónyuge como alguien crea-


do a la imagen de Dios. Sí, tiene defectos, es imperfecto/a, pero la
imagen de Dios está allí en lo profundo del corazón. Dios ha puesto
un chip dentro de tu cónyuge con su imagen y semejanza. Pase lo
que pase esa información en el chip divino se encuentra allí. La Ima-
go Dei (imagen de Dios) se expresa a pesar del pecado.

– 47 –
Fa m i l i a s d e g l o r i a o fa m i l i a s d e e s c o r i a

Oscar Cullman en su libro Cristología del Nuevo Testamento7


menciona que si Jesucristo es la imagen de Dios, el nuevo Adán pero
sin pecado, a partir de esa realidad podemos referirnos al hombre,
que tiene como meta alcanzar la plena humanidad a la estatura de
Jesucristo (Efesios 4:13-14).
¿Quieres comenzar a ver la imagen de Dios en tu cónyuge? Haz
una lista de las cosas buenas que él o ella tiene y deléitate en eso.
Comparte sus intereses, entretenimientos y detalles. Vive para el
otro y te encontrarás tú mismo en el camino.

6. Siembra el romance, riega la intimidad y disfruta el sexo con


tu pareja. Tres cosas son determinantes en el proceso de encontrar-
se con el buen vino al final. Romance, intimidad y sexo. Recuerda
cuando eran novios, lo que hacías para ser romántico/a. Vuelve a
sembrar esas semillas: llevar esas flores, escribir esas notitas, comprar
ese helado, reconocer los esfuerzos, abrir la puerta del auto. La inti-
midad no es sexo, es la capacidad de expresar ternura sin terminar
en sexo.
Finalmente, disfruta de la vida sexual, con sorpresas, con dulce
y sana picardía; rompe la rutina para reavivar el fuego de la pasión
que se ha estado apagando. En otras palabras, vuelve a invertir en
el banco emocional de tu pareja lo cual te dará buenos dividendos.
La siembra no brota si no hay suficiente riego, y el deleite de los
frutos no se dará si la cosecha se descuida. La esperanza crece cuando
el esfuerzo se invierte en la mejor tierra, y créeme que tu cónyuge es
una buena tierra. Cuando hay romance e intimidad la vida sexual es
toda una recompensa para la pareja.

7. No te esclavices con tus hijos adultos, nietos o padres ancia-


nos. A veces, cuando debiéramos estar solos, tenemos que enfrentar

7  Cristología del Nuevo Testamento, La Aurora, Buenos Aires.

– 48 –
E l ú lt i m o v i n o e s m e j o r q u e e l p r i m e r o

el desafío de tener hijos adultos en casa, atender nietos o cuidar de


nuestros padres.
Si no hay otra opción hazlo de corazón, pero no te esclavices;
inventa, crea, produce los espacios para la privacidad y disfrute que
sean sólo para ustedes dos. Pon límites claros, distribuye responsabi-
lidades y no te sientas mal si alguna vez tienes que decir no. Si pue-
des viajar para disfrutar, hazlo sin sentirte culpable. Un paréntesis en
la vida abre la puerta para un refrigerio del alma. Aclárales que estás
dispuesto a poner una parte en el proceso de convivir con ellos, pero
que no tienes toda la responsabilidad. Recuerda que la vida es corta
para invertirla en los demás descuidando la mejor de las relaciones.
Date el espacio que los dos necesitan. No permitas que otros consu-
man la energía que han reservado para el final.

Una cosa es servir y otra, es esclavizarse. Cuando las relaciones me


esclavizan el espíritu de servicio se seca. Cuando el espíritu de servicio
se seca, el alma se marchita y la alegría de vivir va camino al sepulcro.
Serafín Contreras G.

8. Inventa, aprende y disfruta actividades compartidas. Nun-


ca dejen de crear, porque Dios es creador, ni de aprender, porque
la vida es extensa, y nunca dejen de disfrutar porque la vida es un
postre. Hay tantas cosas que pueden hacer juntos y que le dan sabor
al buen vino: lean juntos y hablen del tema; escalen una montaña;
si nunca lo han hecho, vayan a pescar; si no ha sido una experiencia
vivida caminen bajo la lluvia sin correr para no mojarse, recordando
cuando eran niños; inventen nuevos platos, y tengan esa cena pro-
hibida a la luz de los candiles; planten las flores que no han podido;
ríanse de ustedes mismos. Y vuelvan a comenzar.
En un mes de diciembre mi esposa y yo nos dimos cuenta de

– 49 –
Fa m i l i a s d e g l o r i a o fa m i l i a s d e e s c o r i a

que esa Navidad tendríamos que pasarla solos, no podíamos estar


con nuestros hijos, ya que uno estaba viviendo en Costa Rica, otra
en Arizona y la menor en Las Vegas. Conversamos sobre qué hacer
y con quién pasar la Navidad. Estábamos cansados de viajar y no
queríamos hacerlo de nuevo. De pronto le dije a mi esposa: “Nunca
hemos celebrado una Navidad para dos. ¿Por qué no hacemos una
celebración para dos?”. Ella con una sonrisa en sus labios lo aprobó.
Organizamos esa fiesta. Preparé un programa especial con mucha
creatividad, supuestamente para estar despiertos hasta las 5:00 aun-
que a las 3:00 ya nos estábamos durmiendo. Pero fue una noche
muy especial, con cena, juegos, música, danza y todo incluido. Aún
recordamos esa Navidad para dos.

No es verdad que el matrimonio sea indisoluble.


Se disuelve fácilmente en el aburrimiento.
Chumy Chúmez (1927-2003)..

Nunca es tarde para comenzar. El buen vino te espera. Ya has


probado el vino regular de tu matrimonio y estás aburrido del agua
insípida. Expande tu alma a lo infinito, Dios está a tu lado listo para
hacer el milagro. Recuerda, Él hará lo que tú no puedes, pero jamás
hará lo que sí puedes. Él convertirá el agua en vino (porque tú no lo
puedes hacer) pero no preparará las vasijas ni las llenará (porque esa
es tu responsabilidad).
Aún queda camino por recorrer y paisajes por admirar. Permite
que las puertas de la sorpresa en tu vida se abran; que quienes estén
cerca de tu fiesta digan como los invitados de Caná: “En las otras
fiestas sirven el buen vino al principio y el malo lo dejan para el fi-
nal, pero esta pareja guardó el mejor para el final”, y de seguro que
ellos lo festejarán contigo.

– 50 –
E l ú lt i m o v i n o e s m e j o r q u e e l p r i m e r o

Si abrimos el alma para el milagro, nuestro espíritu se expandirá


al infinito y tocará el cielo. Tocar el cielo es tocar la esfera de lo
divino, y entrar en esa esfera produce el milagro dentro de nosotros.
Serafín Contreras G.

Reflexión

1. Algunos declaran que la primera mitad del matrimonio está


dedicada a levantar hijos y a reaccionar a la educación que ellos
recibieron de sus padres. ¿Estás de acuerdo con esta posición o
no? ¿Por qué?

2. ¿Por qué piensas que muchas parejas se divorcian pronto des-


pués de que el último hijo deja el hogar? ¿Qué debería hacer la
pareja para que se disipe o invierta esta tendencia?

3. Entre las cosas mencionadas para futuras actividades a ¿cuál


apelarías y por qué? ¿Estás haciéndolo o necesitas comprometerte
más? ¿Qué tienes que hacer para comenzar pronto?

– 51 –
Ca p í t u l o 5

De la escoria de la queja a la
gloria del agradecimiento

Ella era una anciana muy querida, madre de más de diez hijos. Sin
embargo, cada vez que la visitaba, por ser una de las creyentes de la
iglesia que yo pastoreaba, tenía que prepararme para escuchar viejas
y nuevas quejas acerca de cada uno de sus hijos. Su familia estaba en
continua batalla. Aunque sus hijos sabían cuál era el sistema opera-
tivo de su madre caían una y otra vez en la misma trampa. Creían
todas las quejas que esta madre tenía para el resto de los hijos. Y
allí estaba yo en medio de ellos tratando de construir puentes. Esta
anciana madre había descubierto de mala manera el camino para ser
el centro de atención.
La queja parece ser algo constante. Donde quiera que nos mova-
mos escuchamos quejas por todos lados. Se quejan los comerciantes
y se quejan los clientes. Se quejan los padres y se quejan los hijos.

Si tu mal tiene remedio, ¿por qué te quejas?


Si no lo tiene, ¿por qué te quejas?
P ro v e r b i o o r i e n ta l .

– 53 –
Fa m i l i a s d e g l o r i a o fa m i l i a s d e e s c o r i a

Un esposo apesadumbrado por las continuas quejas de su esposa


me dijo:
–Pastor, ¿cuál podrá ser el remedio para la queja? Ya no aguanto.
Le dije:
–¿Te has dado cuenta de que las quejas de tu esposa te han conta-
giado? Los últimos minutos que has conversado conmigo te has que-
jado varias veces. De manera que te voy a dar el remedio para la que-
ja, pero no se la apliques a tu esposa hasta que primero no lo pruebes
en ti mismo. El remedio para la queja es… el agradecimiento.

El agradecimiento que sólo consiste en el deseo, es


cosa muerta, como es muerta la fe sin obras.
M i g u e l d e C e rva n t e s S a av e d r a ( 1 5 4 7 - 1 6 1 6 ) .

¿Cuáles son los deseos de tu corazón? ¿Qué es lo que tanto has


anhelado y aún no ha llegado? ¿La frustración, la desilusión y el
desencanto ya han tocado tu corazón? ¿Qué es lo primero que viene
a tu mente cuando estas cosas suceden? Sin duda, que lo prime-
ro es un deseo interno de quejarte, ver la vida como injusta conti-
go, a la gente como tu verdugo y a Dios como insensible, lejano y
desinteresado.
La vida no nos debe nada y si Dios nos pasara la cuenta de todas
sus misericordias tendríamos que retroceder y caer de rodillas, pedir
perdón y decirle que hemos sido injustos con Él y con la vida.
Estuve en el funeral de la esposa de uno de mis profesores en
el Seminario. La esposa del Dr. Juan Kesler, Margarita, una sierva
amorosa partió con el Señor a los 75 años de edad. Su muerte fue
asunto de semanas, cuando parecía que estaba bien de salud. En el
funeral, una de sus hijas habló a los asistentes y dijo estas palabras:

– 54 –
De la escoria de la queja a la gloria del agradecimiento

“Estuve en un conflicto conmigo misma al enterarme de la muerte


de mamá. Pude cuestionar a Dios y preguntarle por qué se la había
llevado así de pronto y lamentarme, pero luego de meditar profun-
damente decidí darle gracias por los 75 años de edad que nos per-
mitió tenerla”.
Agradecida…, otra vez el agradecimiento. Tenemos muchas ra-
zones para agradecer. Todo lo bueno que tenemos necesita ser visto
como un regalo de Dios. Si no lo vemos como un regalo, entonces,
es un derecho, y cuando lo miramos como un derecho terminamos
exigiendo, protestando y angustiándonos. Cuando todo lo vemos
como un regalo, terminamos dando gracias a Dios por ello.
El apóstol Pablo lo dijo de esta manera: “Dedíquense a la oración:
perseveren en ella con agradecimiento” (Colosenses 4:2). El judaís-
mo dice: “Dios nos hizo por placer y nos quiere tener por placer;
por lo tanto, no deberíamos angustiarnos por lo que queremos te-
ner”. Ni Dios, ni la vida ni alguien más nos debe nada. Necesita-
mos, entonces, disfrutar de lo que somos y tenemos con espíritu de
agradecimiento.

Después de consultar con el pueblo, Josafat designó a los que irían


al frente del ejército para cantar al Señor y alabar el esplendor de
su santidad con el cántico: “Den gracias al Señor; su gran amor
perdura para siempre”.
2 Crónicas 20:21

Cuando las demandas comienzan, el amor se va.


R a b i E l i ya h u D e s s l e r .

– 55 –
Fa m i l i a s d e g l o r i a o fa m i l i a s d e e s c o r i a

Viviendo con una actitud de agradecimiento

La actitud es lo que cuenta. Necesitamos vivir con esa actitud de


agradecimiento a Dios, la gratitud es un reconocimiento de que la
vida no me debe nada y todo lo he recibido como un regalo. Todo
lo que tengo es un verdadero regalo. Mi esposa es un regalo, mis
hijos son un regalo, mi cuerpo es un regalo, la comida es un regalo,
la casa es un regalo.
La gratitud es el punto donde comienzo a experimentar a Dios de
una manera poderosa, sin comparación alguna, y maravillosa.
El Talmud judío narra la conocida historia de Bruria. Bruria y su
esposo, Rabbi Meir, tenían dos hijos los cuales murieron un viernes
antes del sabbat. Bruria decidió no decirle a su esposo acerca de la
muerte de sus dos hijos sino después de celebrar el sabbat, ya que de
acuerdo a la ley judía no se permite tener un funeral ni expresar luto
en el sábado. De todas maneras no había nada que ellos pudieran
hacer sino hasta después de ese día. Guardó la información para ella
misma y dejó que su esposo gozara la celebración del sabbat.
(Imagínese la capacidad de esa mujer para hacer eso, tratando de
explicarle a su esposo dónde estaban sus hijos). Cuando la celebra-
ción del sábado terminó, ella le preguntó a su esposo:
–¿Cuál debe ser la apropiada actitud de una persona a quien le
han prestado dos joyas muy valiosas y el propietario de las joyas ha
pedido que se las retorne?
El esposo respondió:
–Esa persona necesita regresarlas al propietario.
Entonces Bruria tomó a su esposo de la mano y lo llevó al cuarto
donde yacían sus hijos muertos y le dijo:
–Dios nos ha solicitado que le retornemos las dos joyas que nos
prestó.
Bruria enseñó de esa manera la lección transformadora de la
vida. Todo lo que tenemos no sólo en un regalo, sino también un

– 56 –
De la escoria de la queja a la gloria del agradecimiento

préstamo. No somos señores de nada, somos siervos a quien el Señor


les ha prestado todo.

Todos daban gracias al Señor, y a una le cantaban esta alabanza:


“Dios es bueno; su gran amor por Israel perdura para siempre”. Y
todo el pueblo alabó con grandes aclamaciones al Señor, porque se
habían echado los cimientos del templo.
Esdras 3:11

Si juzgas que tienes pocos bienes para agradecer a Dios, agradécele


al menos… los muchos males que no tienes en la vida.
A u to r d e s c o n o c i d o.

Agradecidos por el préstamo

Somos espiritualmente liberados cuando todo lo que tenemos,


somos y deseamos, comenzamos a verlo no sólo como un regalo de
Dios y de la vida, sino también como un préstamo.
Un préstamo...

• Me devuelve el sentido de responsabilidad. Necesito ser res-


ponsable con lo que no es mío.
• Me permite disfrutar al máximo de lo que tengo antes de que
me lo pidan.
• Me hace ser agradecido con el propietario que me lo ha
prestado.

– 57 –
Fa m i l i a s d e g l o r i a o fa m i l i a s d e e s c o r i a

• Me hace ser sensible.


• Me libera de exigir.

Cuando entendemos que todo es un regalo y un préstamo de


Dios comenzamos a sentir gratitud hacia Él, la fuente de toda cosa
buena, y empezamos a crecer más y más cerca de Dios de una mane-
ra auténtica, llena de gozo y liberación interna.

Para que te cante y te glorifique, y no me quede callado. ¡Señor mi


Dios, siempre te daré gracias!
Salmo 30:12

Di que no haces las cosas para que te las agradezcan,


pero trata de hacerlas para gente agradecida.
C i p r i a n o.

Es triste encontrar en la vida gente que pierde la belleza del agra-


decimiento. Muchos ven la vida como la gran deudora. El más gran-
de regalo que hemos recibido de Dios ha sido que, en nuestra condi-
ción de pecadores, nos haya adoptado como sus hijos.

La mayor muestra de agradecimiento a Dios es amar


apasionadamente nuestra condición de hijos suyos.
J o s é M a r í a E s c r i v á d e B a l ag u e r .

– 58 –
De la escoria de la queja a la gloria del agradecimiento

Beneficios del corazón agradecido

El corazón agradecido...
• Se torna cada vez más sensible a las necesidades de los demás,
porque el agradecimiento enternece las fibras del alma.
• Siempre está de celebración, aun en medio del llanto.

Recuerdo esto y me deshago en llanto: yo solía ir con la multitud,


y la conducía a la casa de Dios. Entre voces de alegría y acciones de
gracias hacíamos gran celebración.
Salmo 42:4

• Tiene las puertas abiertas ante la presencia de Dios.


Entren por sus puertas con acción de gracias; vengan a sus atrios
con himnos de alabanza; denle gracias, alaben su nombre.
Salmo 100:4

• Recibe revelación de Dios.


A ti, Dios de mis padres, te alabo y te doy gracias. Me has dado sa-
biduría y poder, me has dado a conocer lo que te pedimos, ¡me has
dado a conocer el sueño del rey!
Daniel 2:23

• Abre puertas a la prosperidad.


Ustedes serán enriquecidos en todo sentido para que en toda oca-
sión puedan ser generosos, y para que por medio de nosotros la
generosidad de ustedes resulte en acciones de gracias a Dios.
2 Corintios 9:11

Rescatemos nuestro corazón del pozo cenagoso de la desilu-


sión, el desencanto y la queja. Pongámoslo en la roca firme del

– 59 –
Fa m i l i a s d e g l o r i a o fa m i l i a s d e e s c o r i a

agradecimiento, y descubriremos que cuando vivimos agradecidos


el horizonte se amplía y la noche se acorta. Comencemos en casa.
Digamos cada día a cada miembro de la familia “muchas gracias”,
por cada detalle, cada servicio y cada gesto.

El agradecimiento es la memoria del corazón.


J.B. Massieu.

Recuerda que nadie te debe nada. Todo lo tienes como un regalo


y un préstamo. Dios es Dios de gracia. Y Él te dice hoy: “Gracias,
hijo mío, por dejarte amar y dejarme ser tu Padre”.
Un día me quedé mirando a mi guapa esposa quien venía cami-
nando hacia mí y comencé a escribir esta reflexión.

Agradecido me siento
cuando te veo caminar.
Agradecido te miro
por el pasillo andar.
Agradecido te digo
que vale la pena contemplar
juntos, muy juntos
el sol cuando se va a ocultar.

Por qué no estar agradecido


si todo Él me lo vino a regalar.
Cuando nada poseía, cuando casi no veía
ni mi corazón sentía y menos podía palpitar,
Él extendió su mano
y me invitó a comenzar
una nueva trayectoria
que no podía imaginar.

– 60 –
De la escoria de la queja a la gloria del agradecimiento

Él y yo comenzamos
por el sendero nuevo a transitar,
y en el proceso tú y yo
nos vinimos a encontrar,
y ya no dos, sino tres
continuamos el andar.
Dime si no hay motivos
para agradecido estar.

Gracias Señor, tu amor es tan especial


que cada día lo puedo palpar,
en las pequeñas y en las grandes
demostraciones de tu impresionante dar.
Por qué olvidarme hoy de tu bondad y amor.
Déjame elevar ante ti esta nota con fervor.
Y así con un corazón abierto decirte:
“Muchas gracias, mi Señor”.

Gracias Señor, recibo con gozo


todas estas muestras de tu bondad.
Quiero no sólo disfrutarlas,
sino compartirlas con los demás.
No quiero hoy contaminar las vidas de otros
con lamentos y quejas,
quiero llevarles la nota de agradecimiento
que tanto han anhelado escuchar.

En el agradecimiento hay un poder que se libera y desprende el


grato aroma de la presencia de Dios en nuestro medio. Agradeci-
miento es gloria, y cuando la gloria resplandece todo se transforma
y la vida fluye como río cristalino de esperanza.

– 61 –
Fa m i l i a s d e g l o r i a o fa m i l i a s d e e s c o r i a

Reflexión

1. ¿Cuándo fue la última vez que expresaste agradecimiento a tu


familia?

2. Escribe ahora mismo una oración de agradecimiento a Dios.

3. Haz una lista de las cosas que te hacen estar agradecido por tu
familia.

4. Busca dos versículos en tu Biblia que hablen del agradecimien-


to y escríbelos aquí.

– 62 –
Ca p í t u l o 6

La tragedia de un amor silencioso

La tragedia de la vida no es tanto lo que los seres


humanos sufren… sino lo que ellos pierden.
C a r ly l e .

Conmovida hasta los tuétanos por la tragedia que terminó con la


vida de su hijo, la mujer vestida de blanco, me dijo: “No lo puedo
entender…, mi vida no puede ser igual después de esto. ¿Por qué
Dios lo ha permitido?”. Me quedé sin palabras para decirle. Hay
momentos en la vida en que el silencio es mejor que las palabras.
Las tragedias son parte de la vida. Hay desgracias que no se en-
tienden… y confunden; otras que confunden, pero se entienden.
Para dar orientación en casos de tragedias el Dr. James Dobson es-
cribió el libro Cuando lo que Dios hace no tienen sentido, y el Rabino
Harold Kushner, Cuando a la gente buena le pasan cosas malas. En
estos dos libros uno puede encontrar principios claves sobre cómo
manejar las tragedias de la vida.
Hay tragedias que son inevitables... pero hay otras que se pueden
evitar. Una de las más grandes tragedias en la familia es la de un
amor silencioso.

– 63 –
Fa m i l i a s d e g l o r i a o fa m i l i a s d e e s c o r i a

Hay dos tragedias en la vida. Una, es perder el


deseo de tu corazón… y otra… es ganarlo.
B e r n a r d S h aw.

La Biblia nos habla de una tremenda tragedia en una familia.


Es la familia del rey David. Alabamos a Dios porque las Escrituras
no ocultan las debilidades de sus siervos. Regularmente los dramas
relacionales en una familia tienen una siembra que se traduce luego
en tragedia. 2 Samuel 12 nos habla de la siembra de la tragedia de
un amor silencioso en la casa de David.
Él cometió un pecado de adulterio con la esposa de uno de sus
oficiales cercanos, de nombre Urías. Cuando uno lee la historia de
este pecado encuentra que no fue sólo un pecado de adulterio, sino
de profunda deslealtad. Fueron cinco pecados en uno.
David, primeramente, adulteró con Betsabé. En segundo lugar,
pecó contra uno de sus oficiales que estaba en la guerra, de nombre
Urías, dado que Betsabé era la esposa. Tercero, David, luego que
falló en otros intentos para engañarlo, planificó la muerte del esposo
de Betsabé, cuando supo que ella estaba embarazada. En cuarto lu-
gar, la Biblia dice que Betsabé era hija de un oficial cercano a David
de nombre Eliam. De manera que no sólo adulteró con la esposa de
uno de sus oficiales, sino que también era la hija de otro. En quinto
lugar, la Biblia dice que Eliam era hijo de Ahitofel, entonces, Bet-
sabé era la nieta de del consejero privado de David. Le fue desleal a
su propio consejero, abusando sexualmente de su nieta. Es por esa
razón que cuando Ahitofel se rebela contra David y apoya a Absa-
lón en su golpe de Estado, le dice: “Acuéstate con las mujeres de tu
padre en el terrado”. En otras palabras, “tu padre me debe una y
puedes cobrarme esa factura”.
Ahí comenzó todo. La semilla se sembró.

– 64 –
La t r a g e d i a d e u n a m o r s i l e n c i o s o

Los padres somos determinantes en lo que pasa en casa. Somos


la cobertura espiritual de nuestros hijos y nietos. No podemos ig-
norar el hecho de que nuestras siembras personales se traducirán
tarde o temprano en cosechas abundantes, ya sea de bendición o de
maldición.
La familia de David, como lo podemos encontrar en 2 Samuel
12-13, se caracterizaba por no expresar el amor y, parece ser, por rei-
nar el silencio. Pero, en realidad era la tragedia de un amor silencioso.

El silencio es la virtud de los locos.


S i r F r a n c i s B ac o n .

¿Cómo puede describirse la tragedia de un amor silencioso en la


familia? Tiene ciertos elementos que determinan sus raíces profun-
das. Quiera Dios que al estudiar este pasaje nuestros ojos puedan
abrirse para evitar que esa tragedia se apodere de nuestra familia.

El amor silencioso se desvía

David tenía un hijo de su esposa Ahinoam llamado Amnón, y


este hijo se enamoró de su media hermana, Tamar; su lucha interna
no pudo expresarla en el seno de la familia. Cuando un amor silen-
cioso no encuentra los oídos correctos para expresar sus sentimien-
tos, se desvía hacia personas incorrectas. La Biblia dice así:

Sin embargo, Amnón tenía un amigo muy astuto, que se llamaba


Jonadab, y que era hijo de Simá y sobrino de David. Jonadab  le
preguntó a Amnón:

– 65 –
Fa m i l i a s d e g l o r i a o fa m i l i a s d e e s c o r i a

–¿Cómo es que tú, todo un príncipe, te ves cada día peor? ¿Por qué
no me cuentas lo que te pasa?
–Es que estoy muy enamorado de mi hermana Tamar –respondió
Amnón.
Jonadab le sugirió:
–Acuéstate y finge que estás enfermo. Cuando tu padre vaya a verte,
dile: “Por favor, que venga mi hermana Tamar a darme de comer.
Quisiera verla preparar la comida aquí mismo, y que ella me la
sirva”.
2 Samuel 13:3-5

Jonadab, el consejero de Amnón, era astuto. El consejo que le


dio fue: “Hazte el enfermo y pídele a tu padre David que envíe a
tu hermana para que te cuide y, cuando ella esté acá, la seduces y te
acuestas con ella”.
Cuando en un hogar los miembros no pueden expresar sus senti-
mientos, sean buenos o malos, buscarán los consejeros equivocados.
El mejor lugar para proteger a los miembros de la familia, de conse-
jos errados de amigos y allegados, es el seno de la familia funcional-
mente sana. Es nuestro desafío hacer de nuestra familia un centro de
redención y asesoría espiritual.
Si en nuestro hogar no se pueden expresar todos los sentimientos,
entonces, hemos perdido la gloria y vamos camino a la escoria.

La verdad se corrompe tanto con la mentira como con el silencio.


Marco Tulio Cicerón.

El amor silencioso no oye

Amnón le dijo a Tamar:


–Trae la comida a mi habitación, y dame de comer tú misma.
Ella tomó las tortas que había preparado y se las llevó a su hermano

– 66 –
La t r a g e d i a d e u n a m o r s i l e n c i o s o

Amnón a la habitación, pero cuando se le acercó para darle de co-


mer, él la agarró por la fuerza y le dijo:
–¡Ven, hermanita; acuéstate conmigo!
Pero ella exclamó:
–¡No, hermano mío! No me humilles, que esto no se hace en Israel. ¡No
cometas esta infamia! ¿A dónde iría yo con mi vergüenza? ¿Y qué sería
de ti? ¡Serías visto en Israel como un depravado! Yo te ruego que hables
con el rey; con toda seguridad, no se opondrá a que yo sea tu esposa. 
Pero Amnón no le hizo caso sino que, aprovechándose de su fuerza,
se acostó con ella y la violó.
2 Samuel 13:12-14

Cuán triste es encontrar que ella le habló a su hermano y le dijo:


“¿Por qué no hablas con papá de esto?”. Pero la Biblia dice que él no
quiso oír. Cuando en casa se apodera el amor silencioso, ya no nos
oímos. Miles y miles de esposos, esposas, hijos o padres dicen: “En
casa no me escuchan”.
Cuando perdemos la sensibilidad para oír el corazón del otro es
porque hemos entrado en el valle de la soledad y la angustia, senti-
mientos que destruyen la calidad y el peso que Dios ha puesto en el
seno de la familia. No era sólo la voz de Tamar la que rogaba en ese
momento, era el clamor de su alma.

El amor silencioso oculta heridas

Desconsolada, destrozada física y emocionalmente, con el espí-


ritu quebrantado, Tamar salió de casa de Amnón para buscar ayuda
en su hermano Absalón. Anhelaba poder hablar y que alguien la
escuchara, pero encontró lo contrario, una exigencia de ocultar la
herida. Así lo narra la Biblia:
Entonces su hermano Absalón le dijo:
–¡Así que tu hermano Amnón ha estado contigo! Pues bien, herma-
na mía, cálmate y no digas nada. Al fin de cuentas, es tu hermano.

– 67 –
Fa m i l i a s d e g l o r i a o fa m i l i a s d e e s c o r i a

Desolada, Tamar se quedó a vivir en casa de su hermano Absalón.


2 Samuel 13:20

“Cálmate y no digas nada...”, por lo tanto, ella quedó descon-


solada. El amor silencioso en la familia oculta las heridas. No se
exponen, no se revelan. “Acá está prohibido hablar de eso”. Cuántos
abusos sexuales, verbales, emocionales y espirituales son mantenidos
en secreto, porque primero está el conservar la imagen, la reputación
o la fachada. Cuán fácilmente caemos en el engaño, ya que lo que se
oculta no muere sino que lleva a una fase que producirá más y más
dolor.
¿Es tu familia un lugar donde las heridas son expuestas para ser
sanadas o donde se ocultan hasta gangrenarse?

Nuestra generación no se habrá lamentado tanto de los crímenes de


los perversos, como del estremecedor silencio de los bondadosos.
M a rt í n L u t h e r K i n g .

En el amor silencioso las heridas se internalizan

Mas Absalón no habló con Amnón ni malo ni bueno; aunque Absa-


lón aborrecía a Amnón, porque había forzado a Tamar su hermana.
2 Samuel 13:22

Absalón le dio a su hermana el consejo de callar. Él también ca-


lló, no habló ni bueno ni malo, pero esa herida se profundizó hasta
producir aborrecimiento, odio y amargura.

– 68 –
La t r a g e d i a d e u n a m o r s i l e n c i o s o

A veces nos preguntamos por qué hay rebeldía y actitudes inco-


rrectas en los miembros de una familia. ¿Acaso no serán heridas que
no se expusieron, no se sanaron y terminaron profundizándose?
Cuando el corazón habla y otro lo escucha, el río de sanidad corre
en torrentes cristalinos hasta limpiar el alma. Fuimos hechos para
compartir no para guardar y ocultar. Fuimos hechos para sanar no
para profundizar raíces en el mismo infierno.

Cuesta más responder con gracia y mansedumbre,


que callar con desprecio. El silencio es a veces una
mala respuesta, una respuesta amarguísima.
Gar Mar.

El amor silencioso no comparte

Las raíces de amargura y odio ya se habían establecido plenamen-


te en el corazón de Absalón. Por eso este joven amargado y herido
planificó una fiesta y convocó a toda su familia incluyendo a su pa-
dre. Él tenía lista su estrategia: en medio de la fiesta daría muerte a
su hermano Amnón. De esa manera saldaría la cuenta por lo que su
hermano le había hecho a Tamar. Creo que también era una manera
de vengarse de su padre, quién hasta este momento no había hecho
nada. El silencio reinaba en toda esa familia. 2 Samuel 13:24-25
dice:

Además, se presentó ante el rey y le dijo:


–Su Majestad, este siervo suyo tiene esquiladores trabajando. Le
ruego venir con su corte.
–No, hijo mío –le respondió el rey–. No debemos ir todos, pues te
seríamos una carga.

– 69 –
Fa m i l i a s d e g l o r i a o fa m i l i a s d e e s c o r i a

Absalón insistió, pero el rey no quiso ir; sin embargo, le dio su


bendición.

El plan continuó. La fiesta se hizo, y allí el río de amargura y re-


sentimiento del corazón de Absalón la inundó. Amnón fue asesina-
do. Me pregunto: ¿qué hubiese pasado si David hubiera estado allí?
¿Se hubiese evitado ese crimen? Lamentablemente, el amor silencio-
so en la familia no comparte. Por eso hay padres que dicen a su hijo,
que quiere que lo vea jugar su partido de fútbol: “No, hijo, hoy no
puedo”; o a la hija que quiere que la vea tocando su primer concierto
de violín: “Hoy no puedo, hija”. Sin embargo, dicen que los aman.
Si el amor que se profesa tener para la familia no dispone de
tiempo para compartir, jugar, descansar juntos, es sin duda un amor
silencioso que camina hacia la tragedia.
Llanto, dolor y lágrimas están delante de las familias que, al igual
que la de David, no comparten.

El amor silencioso no sabe cómo operar

Apenas había terminado de hablar cuando entraron los hijos del


rey, todos ellos llorando a voz en cuello, y también el rey y sus ofi-
ciales se pusieron a llorar desconsoladamente. 
Absalón, en su huida, fue a refugiarse con Talmay hijo de Amiud,
rey de Guesur, y allí se quedó tres años. David, por su parte, lloraba
todos los días por su hijo Amnón, y cuando se consoló por su muer-
te, comenzó a sentir grandes deseos de ver a Absalón. 
2 Samuel 13:36-39

Tres largos años pasaron luego del duelo, y la Escritura menciona


que, ya consolado, David quiso ver a su hijo Absalón; pero nunca lo
mandó a llamar. El amor silencioso no sabe cómo operar ni cómo
responder a los sentimientos propios o a los de otros. Es un amor
encostrado, sellado, quiere cosas pero no sabe pedirlas.

– 70 –
La t r a g e d i a d e u n a m o r s i l e n c i o s o

El amor silencioso no ve lo que otros ven

El oficial de David, Joab, siempre veía el dolor y anhelo de David


por su hijo Absalón. Sin duda, muchas veces trató de convencerlo.
Por eso preparó todo un teatro. Contrató a una mujer para que le
pidiera consejo al rey sobre su caso, similar al asesinato de Amnón,
pero que ella narró como si fuera personal.
Me pregunto muchas veces: ¿por qué tuvieron que montarle un
teatro para convencerlo de su propio pecado? ¿No fue lo mismo que
hizo el profeta Natán para confrontarlo con su pecado con Betsabé? Es
que él reaccionaba rápidamente a esas actuaciones. La Escritura narra:

Al llegar a este punto, el rey le dijo a la mujer:


–Voy a hacerte una pregunta, y te pido que no me ocultes nada.
–Dígame usted. 
–¿Acaso no está Joab detrás de todo esto?
La mujer respondió:
–Juro por la vida de Su Majestad que su pregunta ha dado en el
blanco. En efecto, fue su siervo Joab quien me instruyó y puso en
mis labios todo lo que he dicho. Lo hizo para disimular el asun-
to, pero Su Majestad tiene la sabiduría de un ángel de Dios, y sabe
todo lo que sucede en el país. 
2 Samuel 14:18-20

Joab tenía más sensibilidad que el mismo David.


Un día un amigo me visitó en casa. Venía por un viaje de más de
quince días. Uno de esos días yo sabía que su esposa cumplía años.
En esa fecha ella lo llamó. Cuando le pasé el teléfono lo único que él
dijo fue: “Hola..., sí..., bien…, claro…, no…, hasta dentro de dos
días..., chau”.
Cuando colgó le dije:
–No es posible que estés sin ver a tu esposa por quince días, ella

– 71 –
Fa m i l i a s d e g l o r i a o fa m i l i a s d e e s c o r i a

cumple años y lo único que dijiste fueron palabras sueltas. Necesitas


ser más cariñoso con ella.
Él me respondió:
–No sirvo para esas tonterías.
Yo estaba viendo lo que mi amigo no veía. Porque el amor silen-
cioso no ve lo que otros ven.

La palabra más soez y la carta más grosera son


mejores y más educadas que el silencio.
Friedrich Wilhelm Nietzsche.

El amor silencioso no abre puertas

Entonces el rey llamó a Joab y le dijo:


–Estoy de acuerdo. Anda, haz que regrese el joven Absalón. 
Postrándose rostro en tierra, Joab le hizo una reverencia al rey y le
dio las gracias, añadiendo:
–Hoy sé que cuento con el favor de mi señor y rey, pues usted ha
accedido a mi petición. 
Dicho esto, Joab emprendió la marcha a Guesur, y regresó a Jerusa-
lén con Absalón. Pero el rey dio esta orden: “Que se retire a su casa,
y que nunca me visite”. Por tanto, Absalón tuvo que irse a su casa
sin presentarse ante el rey. 
2 Samuel 14:21-24

A pesar de que accedió al llamado de Joab, sin embargo, cuando


Absalón llegó no quiso verlo. El amor silencioso no abre puertas
para la reconciliación. Tres años estuvo huyendo Absalón y el ver-
sículo 29 dice que estuvo dos años en Jerusalén y no vio el rostro
del rey. Estamos hablando de cinco años.
Se repiten una y otra vez. He ministrado hogares donde miembros

– 72 –
La t r a g e d i a d e u n a m o r s i l e n c i o s o

de la familia no se dirigen la palabra hasta por dos años y viven en


el mismo techo. El camino al dolor profundo ya está marcado, a
menos que se detengan y den un giro hacia el rostro de Dios.

El amor silencioso deja dudas

Dudas rodeaban al joven Absalón, acerca de por qué su padre lo


envió a traer a la ciudad y ahora por años no había querido ver su
rostro. Por eso le pide a Joab que hable con él y le diga de su parte
lo siguiente:

Y Absalón le respondió:
–Te pedí que fueras a ver al rey y le preguntaras para qué he vuelto
de Guesur. ¡Más me habría valido quedarme allá! Voy a presentarme
ante el rey, y si soy culpable de algo, ¡que me mate! 
Joab fue a comunicárselo al rey; éste, por su parte, mandó llamar
a Absalón, el cual se presentó ante el rey y, postrándose rostro en
tierra, le hizo una reverencia. A su vez, el rey recibió a Absalón con
un beso.
2 Samuel 14:32-34

Sí, David al fin lo recibió y lo besó, pero... hay besos y abrazos


que llegan demasiado tarde; ya la rebeldía se había apoderado del
corazón de Absalón. Jamás un amor silencioso queda sin producir
la cosecha de una rebeldía segura, que es capaz de destruir cualquier
cosa y a cualquier persona.

El amor silencioso engendra rebeldía

2 Samuel 15 nos habla de cómo esa rebeldía creció y creció en el


corazón de Absalón, hasta planificar un golpe de Estado contra su
propio padre David. Absalón se colocaba a la puerta del palacio para

– 73 –
Fa m i l i a s d e g l o r i a o fa m i l i a s d e e s c o r i a

atender a la gente que venía buscando ayuda del rey, y le decía: “Mi
padre está muy ocupado, pero dígame en qué puedo ayudarle”, y así
se ganó desviadamente el corazón del pueblo. David fue derrocado
por su propio hijo, y tuvo que huir a la montaña porque lo quería
matar.
Qué profunda tristeza es cuando una familia llega a ese estado
emocional.

El amor silencioso siempre llega al abismo de la muerte

Joab planificó la recuperación del gobierno a través de un ataque


de guerrilla; cuando se lo plantea a David, él lo acepta pero le dice:
“Por favor, no maten a mi hijo”. El ataque se lanzó y Joab recuperó
el reinado para David. En su huida, el cabello de Absalón se enredó
en un árbol y quedó suspendido entre cielo y tierra; entonces Joab
se acercó para matarlo, desoyendo la súplica anterior de David.
Joab sabía que hay rebeldías que no tienen remedio, y así Absalón
murió en manos de Joab. La Biblia narra así el final de este triste
episodio, cuando la noticia llegó a David:

Al oír esto, el rey se estremeció; y mientras subía al cuarto que está


encima de la puerta, lloraba y decía: “¡Ay, Absalón, hijo mío! ¡Hijo
mío, Absalón, hijo mío! ¡Ojalá hubiera muerto yo en tu lugar! ¡Ay,
Absalón, hijo mío, hijo mío!” 
2 Samuel 18:33

¡Qué lloro! ¡Qué lamento! La pregunta que viene a mi mente


es: ¿Le dijo esas mismas palabras a su hijo cuando estaba vivo? Hay
palabras que nunca se dijeron en vida que se dicen cuando la muerte
llega. Las personas que en funerales lloran y se quieren tirar con el
muerto en la fosa, son las que nunca dijeron ni hicieron lo que pu-
dieron haber hecho o dicho en vida, y ya es demasiado tarde.

– 74 –
La t r a g e d i a d e u n a m o r s i l e n c i o s o

Dios nos dio una boca para hablar, manos para tocar y labios
para besar, porque Él nos hizo con la capacidad de expresar amor.
Hoy es el día para pedirle a Dios perdón por no dejar que sane nues-
tro corazón. Él quebrantará la atadura que nos impide expresar los
sentimientos.

Cuando cierro mi corazón y no dejo que Él me toque…


me encierro a mí mismo y excluyo a los demás. Lo que a
veces ignoro es que en realidad mi último escalón que acabo
de pisar me llevó a la cárcel profunda del alma donde
estaré confinado, quizás, por el resto de mi vida.
Serafín Contreras G.

Renuncia hoy a ese amor silencioso y deja que el amor de Dios


fluya poderosamente en tu hogar. Haz esa llamada, envía esa tarjeta,
haz esa invitación para cenar hoy. Hazlo hoy antes que sea demasia-
do tarde.
El silencio es como una moneda, tiene dos caras, hay un lado
bueno y otro no saludable. Alguien lo expresó de esta manera:

Callar sobre uno mismo… es humildad.


Callar sobre los defectos de otros… es caridad.
Callar cuando se está sufriendo… es heroísmo.
Callar cuando otro habla… es delicadeza.
Callar cuando no hay necesidad de hablar… es prudencia.
Callar cuando Dios nos habla al corazón… es silencio.
Callar ante el misterio que no entendemos… es sabiduría.

– 75 –
Fa m i l i a s d e g l o r i a o fa m i l i a s d e e s c o r i a

Callar ante el sufrimiento ajeno… es cobardía.


Callar ante la injusticia… es flaqueza.
Hablar de uno mismo… es vanidad.
Hablar debiendo callar… es necedad.
Pero...
Hablar oportunamente… es acierto.
Hablar ante una injusticia… es valentía.
Hablar para defender… es compasión.
Hablar con sinceridad… es rectitud.
Hablar para rectificar… es un deber.

Aprendamos antes a callar, para poder hablar con acierto y tino.


Porque si la palabra es plata, el silencio es oro; pero a veces la palabra
necesita ser de oro y el silencio de plata.

Reflexión

1. ¿Has notado una tragedia silenciosa en el seno de tu familia?

2. ¿Cuál miembro de tu familia notas muy distante?

3. ¿Cuándo fue la última vez que dijiste lo que sentías a los miem-
bros de tu familia?

4. ¿Con quiénes necesitas reconstruir puentes?

5. Escribe acá lo que te gustaría decirle a un miembro de tu


familia.

– 76 –
Ca p í t u l o 7

Rompiendo el silencio
(Por Alba de Contreras)

En algunas ocasiones, cuando alguien muere, se pide un minuto de


silencio en memoria del difunto. Sería bueno que tomes un mo-
mento de silencio para pensar en alguien que significa mucho para
ti; tal vez esa persona esté muerta o viva, pero reflexiona en aquellas
cosas buenas que a través de ella han impactado tu vida. Luego rom-
pe el silencio dando gracias a Dios por esa bendición.
Ahora te pido que tomes un minuto de silencio si crees que Jesu-
cristo está muerto, y si no, declara con tu boca que Dios está vivo,
Él no está muerto. Declara con tu boca lo que hay en tu corazón.
Quisiera ahora que reflexionemos sobre un quiebre de silencios.
Las familias de gloria son aquellas que han aprendido a romper
silencios.

Rompiendo el silencio con Dios

¿Cuánto tiempo hace que no buscas de Dios? ¿Podrías decir


como la canción?:

– 77 –
Fa m i l i a s d e g l o r i a o fa m i l i a s d e e s c o r i a

Quiero escuchar tu dulce voz rompiendo el silencio en mi ser. Sé


que me harías estremecer, me harías llorar o reír, caería rendido ante
ti. Y no podría estar ante ti escuchándote hablar sin llorar como
un niño. Y pasaría tiempo así sin querer nada más, nada más que
escucharte hablar”8.

No hay nada de mayor importancia que tener un tiempo diario


con Dios. La Biblia nos dice:

Más tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora


a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te
recompensará en público.
Mateo 6:6

La gran batalla en la oración privada es vencer el problema de


nuestros pensamientos ociosos y errantes: “Tengo que hacer esto
o aquello, tengo que acabar lo otro para hoy”. Debemos cerrar la
puerta de nuestros pensamientos y dejar a Dios hablar. Jesús dice:
“cierra la puerta”. Cerrar la puerta a todas nuestras emociones para
recordarlo únicamente a Él. Adquiere el hábito de tratar con Dios
acerca de todo. Rompe el silencio con Dios.
El Señor en Juan 7: 38 dijo: “El que cree en mí, como dice la Es-
critura, de su interior correrán ríos de agua viva”. Y el Salmo 25:14
declara: “La comunión íntima de Jehová es con los que le temen, y a
ellos hará conocer su pacto”.
Cuando no rompemos el silencio con Dios no tenemos suficien-
tes defensas para hacer frente a las crisis de la vida. Hebreos 4:13
asegura: “Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia”.
Rompe el silencio con Dios y vive la vida que Él te ofrece.

8  Quiero escuchar tu dulce voz, de Marcos Witt.

– 78 –
Rompiendo el silencio

Rompiendo el silencio contigo mismo

¿Cuál es tu monólogo interno? “¿No sirvo, no valgo, no puedo,


me siento…?” ¿Cómo te sientes? ¿Cuál es tu identidad? ¿Qué secre-
tos guardas en tu corazón?
Conocí el caso de una líder que tenía una lucha interna con un
hombre que no era su esposo. Lo conoció por Internet, y por ese
medio comenzó una amistad con él al punto de compartirle la si-
tuación difícil que atravesaba con su esposo. Un día habló conmigo,
porque no podía soportar más ese silencio que le destrozaba el cora-
zón. Rompió el silencio... Meses después la encontré y con mucha
satisfacción y gozo me expresó la libertad que sentía por haber roto
ese silencio que la estaba destrozando.

El que encubre sus pecados no prosperará; más el que los confiesa y


se aparta alcanzará misericordia.
Proverbios 28:13

Otra mujer, abusada desde los nueve años, guardaba ese secreto
en su alma que la hacía infeliz. Rompió el silencio compartiendo ese
secreto con alguien que pudo ayudarle, y Dios la sanó. Hoy es una
pastora que sirve a Dios.

Rompiendo el silencio con los que te abusan

Existen mujeres que sufren abusos emocionales, físicos o sexua-


les. Mary, por ejemplo, era víctima de abusos verbales. Su esposo,
en momentos de discusión, la catalogaba como un insecto y lanzaba
palabras de humillación. Esta mujer, al punto de divorciarse, recibió
una orientación sobre cómo romper ese silencio que mantenía de-
trás de las puertas cerradas de su casa. Se paró firme y le habló a su
esposo diciendo: “Para ti seré un insecto, pero para Dios soy la reina

– 79 –
Fa m i l i a s d e g l o r i a o fa m i l i a s d e e s c o r i a

de este hogar”. De esa manera rompió el silencio, y hoy es tratada


como una reina.
La esposa de un pastor, a quien su marido golpeó en la cara y
abusó emocionalmente, mantenía en secreto ese dolor. Un día tomó
ánimo y abrió su corazón a una amiga, pero después se sintió cul-
pable por haber roto el silencio; sin embargo, encontró paz y Dios
sanó su corazón.
Hay mujeres que sufren abusos sexuales. Una pastora me dijo:
“Ya no aguanto a mi esposo, quiere sexo todos los días y usa la Biblia
para que no me niegue”. Otra me decía: “Mi marido me tiene ame-
nazada que me va a dejar, si no le doy sexo oral y anal”. Cuando ella
rompió ese silencio, recibió la orientación y Dios le dio la victoria
por mantener los principios bíblicos.
Hay hijos que abusan de sus madres, y ellas callan. Una amiga me
compartía la situación que vivía con su hijo mayor al que le pedía
que sacara su ropa sucia para que ella la lavara. Este muchacho no
obedecía, y ella terminaba sacando la ropa de su cuarto y se la lava-
ba. Yo le hablé de no dejarse abusar, que le dijera claramente que la
próxima vez que ella le pidiera sacar su ropa y no lo hiciera, no se la
lavaría. Y así lo hizo. A la semana siguiente cuando el muchacho fue
a buscar su ropa limpia, no la encontró y le reclamó a su madre y
ella rompió ese abuso; es más, le pidió que él mismo se encargara de
su propia ropa, y con esa actitud de no dejarse abusar logró buenos
dividendos.
Dios nos dio fronteras personales que nadie puede interferir sin
nuestro permiso. Rompe el silencio, no te dejes abusar ni abuses de
los demás.
Cuando rompas el silencio con Dios te convertirás en una perso-
na segura, sabrás quién eres, hacia dónde vas y que lo que haces lo
haces por Dios, para Dios, por medio de Dios y en Dios. Entonces,
no permitirás el abuso ni abusarás de nadie.

– 80 –
Rompiendo el silencio

Rompiendo el silencio con los que te pueden ayudar

¿Estás batallando sola? ¿No sabes qué hacer? ¿Estás bajo presión?
¿No sabes a dónde ir, qué decir?

Dios siempre está cuando en pruebas estoy, Dios siempre está cuan-
do voy a la oración, nunca me deja sola, mi Jesús siempre está.

Dios envía a sus ángeles para que nos ministren, nos presenta
amigos para que nos apoyen, y nos da su Espíritu Santo, quien nos
guía, consuela y confronta. “En la multitud de consejeros está la victo-
ria” dice Proverbios 24:6.
En una ocasión estaba batallando internamente con algo y bus-
qué la ayuda de una amiga, quien con su amor pudo escucharme y
darme un consejo. Rompí el silencio con ella y obtuve la victoria.

Nuestros amigos están entre los más grandes tesoros de la vida.


B r e n da H u n t e r .

Las mujeres tienen más amistades que los hombres. A lo largo de


toda su vida ellas son más profundas. La amistad es una de las cosas
que hacemos mejor. Amamos hablar y compartir. Es un fluir natu-
ral. Comenzando desde niñas tenemos nuestras mejores amigas, y,
en el tiempo de la adolescencia, son nuestras protectoras contra el
estrés. Ellas nos escuchan en nuestros problemas e intereses de tal
manera que nos sentimos mejor.
Proverbios dice que “En todo tiempo ama el amigo, y es como un
hermano en tiempo de angustia” (17:17).

– 81 –
Fa m i l i a s d e g l o r i a o fa m i l i a s d e e s c o r i a

La amistad
Es... una puerta que se abre, una mano extendida, una sonrisa que te
alienta, una mirada que te comprende, una lágrima que se une a tu
dolor, una palabra que te anima y una crítica que te mejora.
Es... un abrazo de perdón, un aplauso que te estimula, un
encuentro que te regocija, un favor sin recompensa, un dar sin
exigir, una entrega sin calcular y un esperar... sin cansancio.
C e c i l i a P r e z i o s o.

En momentos de crisis, cuando no sabemos qué hacer, a dónde ir


ni qué decir, hay que romper el silencio buscando a alguien que nos
pueda ayudar. Necesitamos un consejo, una oración, una palabra de
consuelo, una advertencia, algo material, un abrazo... ¿Has pensado
en la importancia de los abrazos? Hay una conexión con nuestros
órganos reproductores, donde guardamos vida. Los abrazos sanan,
ayudan en las crisis.

Rompiendo el silencio con Satanás

He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre


toda fuerza del enemigo, y nada os dañará.
Lucas 10:19

Satanás anda como león rugiente buscando a quien devorar.


Cuando tenemos un área débil, allí nos ataca; muchas veces creemos
a sus mentiras y en silencio sufrimos. No debemos ignorar sus ma-
quinaciones. Parémonos firmes y en el nombre de Jesús y por medio
de su sangre rompamos el silencio y proclamemos la autoridad que
tenemos en Dios.

– 82 –
Rompiendo el silencio

En una ocasión me encontraba en Lima, Perú, dando un semina-


rio para mujeres. Una noche, antes de salir para dar mi conferencia,
me torcí un pie de tal manera que casi no podía caminar; de pronto
vino la voz de Satanás que me decía: “No vayas, no enseñes; no pue-
des caminar, no puedes vestirte”. Yo estaba aceptando sus mentiras
en silencio, pero como más poderoso es el que está en mí que el que
está en el mundo, me paré firme y con la autoridad dada por Dios
rompí el silencio y le dije: “Iré”. Fui cojeando, pero al entrar en la
iglesia el dolor desapareció.

Para romper el silencio con Satanás, necesitamos conocer:

• Que es padre de mentiras, ladrón, enemigo de nuestras almas.


• Que algunas de sus armas son la mentira, el odio, la duda,
la desilusión, la amargura, las persecuciones o acusaciones
falsas.

Que sus campos de batalla son:

• La mente, área estratégica, el blanco primordial. Por ello


el apóstol Pablo dijo: “... todo lo que es verdadero, todo lo
honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo
que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno
de alabanza, en esto pensad” (Filipenses 4:8).
• El corazón, es el área codiciada. Por ello el rey Salomón
dijo: “Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque
de él mana la vida” (Proverbios 4:23).
• La boca, es el área crucial. La Biblia lo expresa cuando
dice: “La muerte y la vida están en poder de la lengua”
(Proverbios 18:21).

– 83 –
Fa m i l i a s d e g l o r i a o fa m i l i a s d e e s c o r i a

• La familia, área medular de la sociedad. Él sabe que sin


familia sana no hay sociedad ni iglesia sana.
• La Iglesia, área potencial. Por eso trata de generar divisio-
nes, competencias y luchas internas dentro de ella.
• Las regiones de los países, áreas especiales. Allí opera para
desajustar con pecados regionales.
• La Nación, área substancial. Allí crea guerra, corrupción
y aprobación de leyes que van en contra de los principios
de Dios.

No estás solo/a, cuentas con la presencia y el amor de Dios, con


personas que pueden tenderte la mano y auxiliarte en momentos de
crisis y, lo más importante, Dios envió al Espíritu Santo que es tu
Consolador, tu guiador, que te capacita para enfrentar al enemigo.

Rompiendo el silencio con los que no conocen a Dios

¿Cuándo fue la última vez que le hablaste a alguien acerca de


Jesucristo?
Cuando yo dijere al impío: Impío, de cierto morirás; si tú no habla-
res para que se guarde el impío de su camino, el impío morirá por
su pecado, pero su sangre yo la demandaré de tu mano.
Ezequiel 33:8

Él, respondiendo, les dijo: Os digo que si éstos callaran, las piedras
clamarían.
Lucas 19:40

Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda


criatura.
Marcos 16:15

– 84 –
Rompiendo el silencio

Formulemos a este último versículo cinco preguntas, para en-


contrar allí las respuestas implícitas que nos desafían a romper el
silencio con los que no conocen a Dios:

¿Por qué? Porque Jesús lo dijo y lo ordenó: “Id”


¿Cómo? “ yendo”. Jesús mismo expresó la forma de hacerlo.
Cuando dijo: “Id”
¿Dónde? “a todo el mundo”. Indicó dónde hacerlo, la ubicación.
¿Qué? “predicad el evangelio”. Una especificación clara e in-
dubitable acerca de qué cosa hacer.
¿A quiénes? “a toda criatura”. Jesús declaró la identificación, con
quién hacerlo.

Sabiendo que una orden dada por Dios es para obedecerla, y el


evangelizar es una orden, necesitamos tener bien en claro la mejor
manera de proclamar el evangelio. Dios nos presenta la oportunidad
de hablar de su amor y de las buenas nuevas a la gente que va por
el camino de la vida sintiéndose sola, triste, desesperada, rechazada,
etc. A veces tenemos temor y callamos; rompamos el silencio y ha-
blémosle del amor de Dios.

Rompiendo el silencio con nuestros seres queridos

¿Con qué frecuencia les dices a tus seres queridos que los amas?

Porque este es el mensaje que habéis oído desde el principio: Que


nos amemos unos a otros (...) Hijitos míos, no amemos de palabra
ni de lengua, sino de hecho y en verdad.
1 Juan 3:11,18

– 85 –
Fa m i l i a s d e g l o r i a o fa m i l i a s d e e s c o r i a

Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo


aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios.
1 Juan 4:7

Uno de los momentos más difíciles lo viví en una confrontación


que tuve con mi hija. Cuando ella estaba pasando su etapa de la
adolescencia, y yo, por mi parte, entrando en la etapa de la preme-
nopausia, comenzó un ambiente de tirantez entre nosotras. Yo me
concentré en mirar sólo sus defectos y constantemente se los hacía
ver, pero casi nunca le mencionaba sus virtudes; entonces se levantó
una barrera entre las dos. En ese tiempo asistí a un seminario pas-
toral, y allí Dios me habló a través del siervo que estaba enseñando,
quien como si supiera mi situación, dijo: “¿Cuándo fue la última
vez que le dijiste a tu hija las cosas buenas que tiene?” (Así es Dios
que nos ama tanto y se interesa por nuestras vidas). Tuve que llorar y
pedir perdón a Dios por mi ceguera, y le prometí que al llegar a casa
hablaría con ella. Esperé el momento oportuno y le abrí mi corazón,
le pedí perdón por señalarla tanto, le expresé lo mucho que la amaba
y las cualidades hermosas que tenía. Nos abrazamos, lloramos, y el
ambiente cambió. En ese momento rompí el silencio con ella.

Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma,


y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal
mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo
como a ti mismo.
Marcos 2:30-31

La vida con amor

La justicia con amor te hace justo, sin amor te hace duro.


La amabilidad con amor te hace agradecido, sin amor te hace hipócrita.

– 86 –
Rompiendo el silencio

La inteligencia con amor te hace servicial, sin amor te hace cruel.


La agudeza con amor te hace agradable, sin amor te hace agresivo.
La autoridad con amor te hace amable, sin amor te hace déspota.
La amistad con amor te hace generoso, sin amor te hace interesado.
La alegría con amor te hace altruista, sin amor te hace egoísta.
La libertad con amor te hace libre, sin amor te hace despiadado.
Tus éxitos con amor te hacen crecer, sin amor te hacen orgulloso.
Tus enseñanzas con amor te hacen admirable,
sin amor te hacen arrogante.
A u to r d e s c o n o c i d o.

No esperes que tus seres queridos mueran sin que les hayas dicho
cuánto los amas. Muchos mueren aunque están vivos, porque su
tanque emocional está vacío.
Recuerda: Lo contrario de amor es la indiferencia, la cual trae
consigo tristeza, dolor, soledad.

Rompamos el silencio y vivamos una vida de libertad

Las familias de gloria saben hablar y expresar, las familias de es-


coria mantienen silencio sepulcral. Siempre la decisión es nuestra.

Reflexión

1. ¿Estás rompiendo el silencio con Dios?

2. ¿Qué te impide romper el silencio en tu familia?

3. ¿Cuál es el desafío más grande que enfrentas para romper el


silencio?

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Fa m i l i a s d e g l o r i a o fa m i l i a s d e e s c o r i a

4. Escribe acá una oración para romper ese silencio enfermizo.

– 88 –
Ca p í t u l o 8

El ministerio cuádruple en la
familia de gloria

La familia es un gran regalo de Dios. Él inició todo en materia de


familia. Fue quien dijo: “No es nada bueno que el hombre esté solo,
le haré ayuda idónea para él”.

Somos llamados a ministrarnos los unos a los otros en la familia.


Cuando se pierde este ministerio, algo errado se incorpora.
La familia no puede estar vacía; algo la va a llenar.
Serafín Contreras G.

Era un domingo en la mañana. Estaba por comenzar la escuela


dominical en la iglesia donde pastoreábamos. Yo daba los últimos
retoques al mensaje que predicaría esa mañana. Sentí que alguien
llamaba a la puerta de mi oficina; cuando abrí, allí estaba Rosita,
una joven de la iglesia, con sus ojos llorosos. Ella era una maestra en
la escuela dominical. Cuando entró a la oficina, me dijo:
–Pastor, vengo a renunciar a mi cargo de maestra. Ya no puedo

– 89 –
Fa m i l i a s d e g l o r i a o fa m i l i a s d e e s c o r i a

más. Mi hogar es un desorden. Acabamos de tener una pesada dis-


cusión en casa. La verdad, mi casa parece un infierno. Allí se pelea
todos los días desde que nos levantamos hasta que nos acostamos.
Sabe una cosa: el único momento en que no peleamos es cuando
venimos a la iglesia; y la razón por la que no lo hacemos es porque
nos sentamos en diferentes lugares, porque si nos sentáramos en la
misma banca, de seguro que le echaríamos a perder el culto.
Mientras la miraba y la oía desahogarse sabía que no era un caso
aislado. Muchos hogares han experimentado las mismas rupturas,
robándoles la belleza de la gloria. Recordemos que hemos dicho que
gloria significa: “peso, calidad, valor”. El hogar, la familia, tienen
una gloria que no se puede perder.

Una familia feliz no es sino un paraíso anticipado.


S i r J o h n B ow r i n g ( 1 7 9 2 - 1 8 7 2 ) .

Cuando Rosita siguió abriendo su corazón, me hizo una pregunta:


–¿Por qué si somos cristianos, venimos a la iglesia y servimos al
Señor, no podemos ser felices en casa?
Esa pregunta me hizo recordar una protesta que el pueblo de
Israel tuvo para Dios en Isaías 58:3-10, veamos:

¿Por qué, dicen, ayunamos, y no hiciste caso; humillamos nuestras


almas, y no te diste por entendido? He aquí que en el día de vuestro
ayuno buscáis vuestro propio gusto, y oprimís a todos vuestros tra-
bajadores. He aquí que para contiendas y debates ayunáis y para he-
rir con el puño inicuamente; no ayunéis como hoy, para que vuestra
voz sea oída en lo alto.
¿Es tal el ayuno que yo escogí, que de día aflija el hombre su alma,

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E l m i n i s t e r i o c u á d r u p l e e n l a fa m i l i a d e g l o r i a

que incline su cabeza como junco, y haga cama de cilicio y de ceni-


za? ¿Llamaréis esto ayuno, y día agradable a Jehová?
¿No es más bien el ayuno que yo escogí, desatar las ligaduras de
impiedad, soltar las cargas de opresión, y dejar ir libres a los que-
brantados, y que rompáis todo yugo? ¿No es que partas tu pan con
el hambriento, y a los pobres errantes albergues en casa; que cuando
veas al desnudo, lo cubras, y no te escondas de tu hermano?
Entonces nacerá tu luz como el alba, y tu salvación se dejará ver
pronto; e irá tu justicia delante de ti, y la gloria de Jehová será tu
retaguardia. Entonces invocarás, y te oirá Jehová; clamarás, y dirá
él: Heme aquí. Si quitares de en medio de ti el yugo, el dedo ame-
nazador, y el hablar vanidad; y si dieres tu pan al hambriento, y
saciares al alma afligida...

En este pasaje podemos ver cuatro ministerios que no pueden


faltar en la familia para reflejar la gloria de Dios en la tierra.

La libertad. Esta es clave en la vida del ser humano; por eso Jesús
lo expresó en la poderosa frase: “Conoceréis la verdad y la verdad os
hará libres” (Juan 8:32), y lo repitió al decir: “Así que, si el Hijo os
libertare, seréis verdaderamente libres” (Juan 8:32). El apóstol Pablo
describió la fuente de esa libertad: “el Señor es el Espíritu; y donde está
el Espíritu del Señor, allí hay libertad” (2 Corintios 3:17). La familia
existe para generar libertad en cada uno de sus miembros, trayendo
así la gloria de Dios; porque donde la gloria impera, allí se genera
libertad.

La misericordia. Es la base de nuestra proyección hacia el futu-


ro. El pasado nos ha marcado para afectar el presente, pero lo que
nos da el fundamento para el futuro es la misericordia. Por la mi-
sericordia de Dios es que podemos movernos hacia el mañana. La
familia no puede moverse hacia un futuro con gloria a menos que
la misericordia esté presente.

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Fa m i l i a s d e g l o r i a o fa m i l i a s d e e s c o r i a

Necesitamos clarificar la diferencia entre tres palabras claves: mi-


sericordia, gracia y justicia. Gracia es cuando recibimos lo que no
merecemos; obtenemos la salvación por gracia, no la merecemos
pero Dios nos la ha dado; justicia es cuando recibimos lo que me-
recemos; y misericordia, cuando no recibimos lo que merecemos.
Merecemos ser aniquilados, pero por misericordia no recibimos eso.
Al contrario Dios nos dice que cada día son nuevas sus misericor-
dias. Ministramos misericordia cuando perdonamos y liberamos a
los miembros de nuestra familia.

La humildad. Es el aire que alimenta nuestros pulmones espiri-


tuales. Un ambiente de humildad echa fuera la contaminación de la
vanidad y el orgullo. ¿Qué es humildad? Es cuando estoy consciente
de que no sé todo ni tengo todo, y por ello necesito a alguien que
tenga lo que no tengo y sepa lo que no sé. En la familia todos nece-
sitamos de los demás para poder sobrevivir.

El servicio. Es la herramienta en las manos que abre brecha en el


camino y siembra las semillas de la esperanza. La familia de gloria la
componen los miembros que están conscientes de que el hogar es el
mejor lugar para servirnos unos a otros.
Cuando en la familia no están fluyendo estos cuatro ministerios,
son reemplazados por un sustituto del infierno, por un anzuelo de
las tinieblas que trae la escoria y que desplaza la gloria.

En Isaías 58:9-10 dice:


  Entonces invocarás, y te oirá Jehová; clamarás, y dirá él: Heme
aquí. Si quitares de en medio de ti el yugo, el dedo amenazador, y el
hablar vanidad; y si dieres tu pan al hambriento, y saciares al alma
afligida, en las tinieblas nacerá tu luz, y tu oscuridad será como el
mediodía.

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E l m i n i s t e r i o c u á d r u p l e e n l a fa m i l i a d e g l o r i a

Dios promete a su pueblo que oirá pero bajo un “si” condicional.


El Señor dice: “Si quitas cuatro cosas y agregas una”. ¿Qué cosas
hay que quitar?: el yugo, el dedo amenazador, el hablar vanidad y la
indiferencia. Cuando existe un yugo no hay libertad, cuando existe
un dedo amenazador no existe misericordia, cuando se habla vani-
dad no hay humildad y donde existe la indiferencia no puede estar
el servicio.
Los yugos, los dedos amenazadores, el hablar vanidad y la in-
diferencia son aspectos recurrentes en la vida diaria. Necesitamos
observar y repasar para ver qué cosas necesitamos quitar de nuestro
camino y así abrir el camino hacia el resplandor de la gloria.

Tipos de yugos que impiden la libertad familiar

Sobreprotección. Hemos sido llamados para proteger a los


miembros de la familia, no para sobreprotegerlos. La sobreprotec-
ción impide que fluya el potencial que Dios ha puesto en cada uno, y
se convierte en una represa que mata la individualidad de la persona.

Decidir por otro. Cada persona en la familia tiene su propia


opinión de las circunstancias y eventos que la rodean, y merece ser
respetada. Cuando esto no sucede, o no es estimulado, el yugo es
impuesto y se menosprecia la libertad.

Nunca o siempre. Dos declaraciones que necesitan ser hechas


con mucho cuidado en momentos de conflicto o crisis son: “nunca
haces esto o aquello” o “siempre que haces o dices…”. No existe una
persona en la familia que alguna vez no haya intentado lo bueno
o agradable, por eso el “nunca” o el “siempre” se convierten en un
yugo doloroso.

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Fa m i l i a s d e g l o r i a o fa m i l i a s d e e s c o r i a

Falta de respeto. “El poder del respeto comienza en el hogar”,


dijo Deborah Northville. Dios tiene muy en alto el respeto. Él es
Dios de alto respeto. Ha dicho: “yo honraré a los que me honran, y los
que me desprecian serán tenidos en poco” (1 Samuel 2:30). Se pierde
el respeto en la familia cuando se hiere a las personas en vez de pun-
tualizar lo bueno que hacen. Toda persona en la familia necesita y
merece un alto grado de respeto porque ha sido hecha a la imagen y
semejanza de Dios.

La oveja negra. En muchos lugares de América Latina se cree


que en cada familia hay por lo menos una persona que complica
las cosas, a quien se la señala como la “oveja negra”. Esta tendencia
busca un chivo expiatorio a quien cargarle las consecuencias de las
fallas del propio sistema familiar. Personalmente creo que es una
mentira del infierno para destruir sin misericordia por lo menos a
un miembro de la familia. En el momento en que se señala a uno
como el responsable del desajuste grupal, se le coloca un yugo sobre
su alma afligida.

Impedir sentimientos. Los sentimientos son un regalo de Dios


al ser humano. No son ni buenos ni malos. Lo que hacemos con esos
sentimientos determina el curso de acción. En una familia de gloria
se estimula la expresión libre de los sentimientos para poder estable-
cer qué área necesita ser atendida en ese miembro de la familia. No
tengamos miedo de oír los sentimientos de los demás, porque son
las semillas del alma, ya sea para bien o para mal.

No permitir opiniones. Las opiniones son parecidas a los sen-


timientos. Sin embargo, los sentimientos son semillas que tienen
vida o muerte dentro, y las opiniones son simplemente perspectivas
de la vida, de eventos, circunstancias o personas. El hogar es el sitio
más apropiado para canalizar las opiniones de todos; cuando los
yugos no existen las personas que conviven allí tienen la libertad de

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E l m i n i s t e r i o c u á d r u p l e e n l a fa m i l i a d e g l o r i a

expresarse, encontrando en la misma expresión la claridad para sus


propias opiniones.

Cerrar oportunidades. Todos en algún momento de la vida he-


mos fracasado, no logramos las metas o desperdiciamos oportunida-
des. Por lo tanto, no debiéramos cerrar las puertas de nuevas opor-
tunidades para algún miembro de la familia basándonos en que, en
ocasiones anteriores, falló o no lo logró. Decir: “lo que comienzas
nunca lo terminas” o “sé que no lo lograrás porque…” es una forma
de imponer un yugo que roba la libertad de volver a comenzar.

Tipos de dedo amenazador que roban la misericordia


en la familia

Ya hemos mencionado que el segundo ministerio clave en la fa-


milia de gloria es el ministrar misericordia. El sustituto de este mi-
nisterio es el dedo amenazador. He aquí algunos típicos dedos ame-
nazadores que hacen a un lado la misericordia en la familia.

Señalar faltas y defectos. No existen personas perfectas; sin


embargo, aunque lo sabemos, es en la familia donde parece con-
centrarse el dedo amenazador que señala los defectos de los demás.
Muchas personas se encuentran sobrecargadas por los continuos
señalamientos.

Hacer sentir culpable al otro. “Eres el culpable de todo lo que


ha sucedido”. El juego de la culpa ha existido en la raza humana
desde el huerto del Edén. Es fácil señalar un culpable para no asu-
mir responsabilidades. Muchos miembros de familia se han sentido
enterrados por la culpabilidad neurótica que hemos volcado sobre
ellos. La misericordia nos libra de la culpabilidad enfermiza. Este
dedo amenazador necesita ser desmantelado.

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Fa m i l i a s d e g l o r i a o fa m i l i a s d e e s c o r i a

Comparar un miembro de la familia con otro. La comparación


es una violación a la valoración que Dios hace de la singularidad de
la raza humana. Las huellas digitales que Dios puso diferentes en
cada ser humano son una demostración de que somos únicos, por lo
cual la comparación de una persona con otra es un dedo amenaza-
dor que no tiene espacio en la familia.

No perdonar. “Errar es humano… perdonar es divino” es una


declaración que se ha convertido en una frase de dominio público,
pero en el momento de ejecutarla se nos hace difícil hacerla efectiva.
La Biblia es clara acerca del nivel de perdón que debe existir en los
seres humanos. El Padre Nuestro lo expresa de esta manera explíci-
ta: “Perdona nuestras deudas en la misma forma o medida en que
nosotros perdonamos a nuestros deudores”. Cuántos hogares man-
tienen archivos completos de las faltas de los miembros de la familia
teniendo así una justificación humana para no perdonar... Ese dedo
amenazador desintegra cualquier átomo de misericordia que podría
cambiar el rumbo de la familia.

Amenazar. “Te voy a dejar”, “si continuas haciendo eso ya verás


las consecuencias”, “te vas arrepentir” y otras expresiones son las
típicas amenazas que se pasean por los recintos de muchos hogares.
Dios no nos ha llamado a amenazar a nadie porque es una forma de
destruir la misericordia antes de que entre en casa.

Juzgar apresuradamente. “Al que oye mis palabras, y no las guar-


da, yo no le juzgo; porque no he venido a juzgar al mundo, sino a
salvar al mundo” (Juan 12:47). Grande declaración la del Señor. Sin
embargo, en los dormitorios de nuestra casa se encuentran almas he-
ridas que fueron juzgadas apresuradamente, sin conocer los hechos
que estaban detrás de una decisión o de un fracaso. Necesitamos
quitar el dedo amenazador de los juicios apresurados.

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E l m i n i s t e r i o c u á d r u p l e e n l a fa m i l i a d e g l o r i a

Señalar la vida espiritual. Usar la vida espiritual de un miembro


de la familia para argumentar en medio de un conflicto es un dedo
amenazador desastroso. Expresiones como: “y eso que eres un cris-
tiano”, “si la gente de la iglesia supiera cómo actúas acá en casa”, “de
qué sirve tu cristianismo”. La vida espiritual no puede ser tocada y
menos usada como una arma para sostener los argumentos en me-
dio de un conflicto.

Ser desleal. Hablar de un miembro de la familia con otro o con


personas fuera del círculo familiar es una de las formas más comunes
de deslealtad. Hiere el espíritu de la persona y quebranta la unidad
del hogar exponiéndolo a la vergüenza.

Maneras de hablar vanidad que silencian la humildad


en la familia

La vanidad es el amor propio al descubierto.


Bernard Le Bouvier de Fontenelle (1657-1757).

Lo único que puede contrarrestar la vanidad es la humildad.


Un ejemplo maravilloso lo expresa el apóstol Pablo en Filipenses 2
cuando describe la verdadera pintura de la humildad: el Señor Jesús,
quien teniendo de qué aferrarse se humilló tomando forma huma-
na, y por ello el Padre lo exaltó hasta lo sumo.
¿Qué formas prácticas de vanidad se exponen en el seno de la
familia y demuestran que se perdió la humildad?:
Exaltarse a sí mismo. “Alábete el extraño, y no tu propia boca; el
ajeno, y no los labios tuyos” (Proverbios 27:2). Recordemos que cada
vez que subimos pisando las espaldas de otro en realidad estamos

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Fa m i l i a s d e g l o r i a o fa m i l i a s d e e s c o r i a

descendiendo en nuestra propia fosa. Este aspecto está íntimamente


ligado con el próximo.

Minimizar a los demás. Hacer sentir a un miembro de la familia


que es pequeño en lo o mental, emocional o espiritual es uno de los
mecanismos que devastan la humildad.

Imponerse como autoridad. La autoridad no se impone sino


que se gana. Filipenses 2 nos muestra que Dios exaltó hasta lo sumo
a Jesús nuestro Salvador dándole un nombre que es sobre todo
nombre, y eso lo ganó porque se hizo siervo para Dios y para la
humanidad.

Cuando alguien en casa quiere imponer su autoridad


sólo revela que hace tiempo la perdió.
Serafín Contreras G.

Ignorar los éxitos de otro. El alto grado de humildad se expresa


cuando en la familia tengo la habilidad, la virtud y el valor de re-
conocer que otro miembro ha logrado lo que yo por mi cuenta no
logré.

Orgullo espiritual. Esta es la peor de las vanidades: creerse me-


jor cristiano o pensar que por nuestros logros somos mejores o más
espirituales que los demás. Jesús demostró lo peligroso de esto cuan-
do habló del fariseo y el publicano que oraban en el templo. En la
familia de gloria no hay lugar para esto.

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E l m i n i s t e r i o c u á d r u p l e e n l a fa m i l i a d e g l o r i a

Formas de ser vir a la familia para aniquilar la indiferencia

Nos escondemos en la fría indiferencia al sufrimiento


innecesario de otros, incluso cuando lo causamos.
J a m e s C a r ro l l ( 1 9 4 3 ) .

Existen tres canales por donde el servicio puede golpear el monu-


mento de la indiferencia en la familia y estos son:

Ministrar al espíritu. Se ministra al espíritu humano cuando


estamos listos para servir espiritualmente orando a diario por los
demás, intercediendo en sus crisis y extendiendo la mano amiga sin
tener algún disfraz religioso.

Ministrar al alma. Se ministra al alma cuando atendemos a las


necesidades emocionales y la alimentamos con atenciones. El au-
tor Stephen Covey habla de esto en su libro Las familias altamente
efectivas, en lo que llama depósitos emocionales y retiros emocio-
nales. Covey menciona que cada miembro de la familia es como
una cuenta en el banco, un banco emocional. Hacemos depósitos
cuando reconocemos las virtudes y alabamos los logros, y hacemos
retiros emocionales cuando efectuamos un reclamo o señalamos una
debilidad con un buen espíritu. Muchos miembros de familia pare-
cen cuentas bancarias en rojo porque sólo se les hacen retiros y muy
pocos depósitos emocionales.

Servicio es el golpe dado en los pies de la estatua de la indiferencia,


el cual derrumba todo monumento a la frialdad humana.
Serafín Contreras G.

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Fa m i l i a s d e g l o r i a o fa m i l i a s d e e s c o r i a

Ministrar al cuerpo. Finalmente, se ministra al cuerpo cuando


se provee comida, ropa y seguridad física.
Notemos, entonces, que en cada miembro de la familia hay tres
tanques que necesitan ser llenados: uno espiritual, otro emocional y
el otro físico.

Siete bendiciones de Dios al ministerio cuádruple


de la familia

La promesa de Dios en Isaías 58 está determinada por el si con-


dicional. “Si quitares de en medio de ti el yugo, el dedo amenazador,
y el hablar vanidad; y dieres tu pan al hambriento, y saciares al alma
afligida…”, entonces, Dios promete siete bendiciones que sólo se
palpan en las familias de gloria:

... en las tinieblas nacerá tu luz, y tu oscuridad será como el medio-


día. Jehová te pastoreará siempre, y en las sequías saciará tu alma,
y dará vigor a tus huesos; y serás como un huerto de riego, y como
manantial de aguas, cuyas aguas nunca faltan. Y los tuyos edificarán
las ruinas antiguas; los cimientos de generación y generación levan-
tarás, y serás llamado reparador de portillos, restaurador de calzadas
para habitar.
Isaías 58:10-12

Luz divina en la oscuridad. “En las tinieblas nacerá tu luz, y


tu oscuridad será como el mediodía”. En las familias donde la gloria
no resplandece, casi se pueden palpar las sombras que rodean el
ambiente del hogar; pareciera que la oscuridad del infierno se ha
desatado sobre él. Cuando ministramos libertad, misericordia, hu-
mildad y servicio, la primera cosa que vemos como respuesta venida
del cielo es un rayo de luz que se incrementa día a día hasta llegar al
total resplandor.

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E l m i n i s t e r i o c u á d r u p l e e n l a fa m i l i a d e g l o r i a

Pastoreo divino. “Jehová te pastoreará siempre”. Inmediatamente


después de que la luz resplandece, nuestra mente y espíritu comien-
zan a entender que la promesa del Señor es que Él mismo pastoreará
nuestra familia. A veces los padres nos desilusionamos porque no
logramos llevar a todos los miembros por el camino correcto, pero,
si extendemos los cuatro ministerios que han sido expuestos, la pro-
mesa de Dios es que Él mismo va a pastorear nuestra familia.

Sanidad emocional. La tercera promesa de Dios es que “en las


sequías saciará tu alma”. Muchos miembros de la familia tienen el
alma seca. No han sentido ánimo ni aliento en los últimos años.
Cuando la libertad, la misericordia, la humildad y el servicio fluyen,
Dios sacia el alma y sana las heridas emocionales.

Sanidad física. “... dará vigor a tus huesos”. Enfermedades físi-


cas se han establecido en muchos hogares como consecuencia de la
misma situación crítica de pérdida de relaciones profundas. Dios
promete sanidad para esas dolencias físicas.

Hogar fructífero. “... serás como huerto de riego, y como manantial


de aguas, cuyas aguas nunca faltan”. Los desiertos desaparecerán y las
tierras secas reverdecerán. Los hogares que hoy parecen secos pronto
serán convertidos en huertos de riego y de abundancia de vida fruc-
tífera. Y esto será como resultado de la implantación de los cuatro
ministerios en la familia.

Generación de proyección. “Y los tuyos edificarán las ruinas an-


tiguas; los cimientos de generación y generación levantarás”. Esta sexta
promesa se proyecta a tus hijos y a tus nietos como generación de
edificadores de ruinas antiguas. Los buenos cimientos afectarán po-
sitivamente las próximas generaciones. Esta es una hermosa prome-
sa para las generaciones futuras.

– 101 –
Fa m i l i a s d e g l o r i a o fa m i l i a s d e e s c o r i a

Ministerio restaurador. “... y serás llamado reparador de portillos,


restaurador de calzadas para habitar”. Finalmente, tendrás la oportu-
nidad de ver tu ministerio personal como un ministerio de restaura-
ción para otras familias. Los matrimonios jóvenes llegarán a tocar la
puerta de tu casa para buscar ayuda, consejo y orientación. El fluir
de la gloria de Dios tocará tu familia de una manera maravillosa a
través de la realización de estas siete promesas. Ahora, no será por
inercia, sino como resultado de la implementación de estos cuatro
ministerios antes expuestos.
¿Te parece que estás frente a la gran oportunidad de experimentar
en carne propia la transición de una familia de escoria a una familia
de gloria? Entonces, adelante, abraza el mejor momento de la vida
de tu familia. Piensa que podría ser ahora o nunca.

Reflexión

1. ¿Cuáles son las áreas en las que estás fallando?

2. Señala los dedos, los yugos, las vanidades y las indiferencias en


que tú mismo has caído.

3. Redacta metas que quieres alcanzar en los próximos días para


superar esto.

4. Escribe una oración en relación a cómo ves tu familia y lo que


le pedirías a Dios acerca de tu hogar:

– 102 –
Ca p í t u l o 9

Madres solteras que forman


líderes de gloria

Ella entró en mi oficina con sus ojos rojos de tanto llorar. Me dijo
entre sollozos: “Pastor, mi esposo se suicidó y he quedado sola con
tres niños, tengo miedo, el temor de no poder levantarlos para que
sean alguien en la vida me ha dejado sin aliento. ¿Podría ayudarme
en esta noche tan oscura que vivo?
El clamor de esta entristecida mujer retumbó en mis oídos, me
pareció escuchar en el eco de su voz a miles y miles de mujeres en
todo el mundo que expresaban el mismo dolor, duda y quebranto.
Al hablar de familias de gloria necesitamos tocar el tema de aque-
llas mujeres que han quedado solas con sus hijos, ya sea a conse-
cuencia de un divorcio, abandono o muerte. Sería injusto tocar el
tema de la familia sin considerar este aspecto, ya que aunque no
están los esposos ellas pueden levantar una familia de gloria.
Sin embargo, suelen plantearse estos interrogantes: ¿Puede una
mujer que, por diferentes circunstancias de la vida ha tenido que
criar hijos sola, formar en ellos personas de proyección, gloria y tras-
cendencia? ¿Acaso no se necesita la figura masculina para sembrar en
el corazón de los hijos e hijas los elementos vitales de una generación
que se proyecta en la vida con propósito? ¿Hay alguna esperanza
para la madre soltera que la anime a invertir su vida en la formación

– 103 –
Fa m i l i a s d e g l o r i a o fa m i l i a s d e e s c o r i a

de sus hijos para que lleguen un día a ser líderes que puedan impac-
tar y cambiar toda una nación?
Si bien es cierto que la voluntad de Dios es que la familia tenga
tanto el modelo del padre como de la madre, sin embargo, Él no
deja desamparada a quien ha tenido que hacerle frente a la vida sola
con sus hijos y puede contar con la compañía de Dios y el fortaleci-
miento del Espíritu Santo. En Él tenemos la gran fortaleza para los
vendavales de la vida.

Una mujer sola en realidad está rodeada de personas que no la


dejarán sentirse solitaria. Siempre contará con el apoyo de Dios y de
familiares y amigos que la acompañarán en el sendero de la vida.
Serafín Contreras G.

La Biblia describe a una mujer que puede hacer impacto.

Mujer virtuosa, ¿quién la hallará? Porque su estima sobrepasa lar-


gamente a la de las piedras preciosas (...) Se levanta aun de noche y
da comida a su familia y ración a sus criadas (...) No tiene temor de
la nieve por su familia, porque toda su familia está vestida de ropas
dobles (...) Fuerza y honor son su vestidura; y se ríe de lo por venir
(...) Se levantan sus hijos y la llaman bienaventurada; y su marido
también la alaba (...) Engañosa es la gracia, y vana la hermosura; la
mujer que teme a Jehová, esa será alabada.
Proverbios 31:10,15,21,25,28,30

Dios suple lo que hace falta. Si hace falta la presencia del marido,
Dios cubrirá ese vacío. Creo firmemente que Dios se acerca de ma-
nera gentil y pronta al hogar donde desapareció la figura masculina.

– 104 –
Ma d r e s s o lt e r a s q u e f o r m a n l í d e r e s d e g l o r i a

Lo presencié en mi propio hogar. Contemplé con mis ojos la provi-


sión de Dios. Vi en mi madre la confianza a flor de piel, la seguridad
en su mirada y la pureza en su alma. Jamás la contemplé temblando
de duda. Me infundió seguridad y se entregó con pasión por sus
hijos.

No temas, pues no serás confundida; y no te avergüences, porque


no serás afrentada, sino que te olvidarás de la vergüenza de tu juven-
tud, y de la afrenta de tu viudez no tendrás más memoria. Porque
tu marido es tu Hacedor; Jehová de los ejércitos es su nombre; y
tu Redentor, el Santo de Israel; Dios de toda la tierra será llamado.
Porque como a mujer abandonada y triste de espíritu te llamó Je-
hová, y como a la esposa de la juventud que es repudiada, dijo el
Dios tuyo...
Isaías 54:4-6

Howard Gardner, en su libro Dirigiendo mentes, declara que a


menudo muchos de los líderes que han hecho un impacto en la vida
perdieron a sus padres a edad temprana, quedando solos con sus
madres o madrastras. De acuerdo a un estudio más del 60% de los
líderes perdieron a uno de sus padres en su niñez, y la mayoría de
ellos perdieron a su padre y fueron levantados por sus madres. Abra-
ham Lincoln, a la edad de nueve años perdió a su madre natural; sin
embargo, tuvo una relación excepcional con su madrastra aunque se
sintió muy lejos de su padre, incluso rehusó asistir a su funeral. Sin
embargo, recibió de su madrastra el ánimo, el apoyo y la seguridad
que necesitaba. Teodoro Roosevelt perdió a su padre a los diecinueve
años de edad, y seis años más tarde su querida madre y su esposa
murieron en el mismo día. Thomas Jefferson perdió a su padre a
los catorce años. El padre del marqués de Lafayette fue asesinado
cuando Lafayette tenía dos años. George Washington perdió a su
padre a los once años. Mahatma Gandhi perdió a su padre en plena
adolescencia. Sigmund Freud, psiquiatra y líder del psicoanálisis,
recibió atención, cuidado y dirección de su madre, mientras que no

– 105 –
Fa m i l i a s d e g l o r i a o fa m i l i a s d e e s c o r i a

experimentó los mismos sentimientos con su padre. Él mismo, en su


libro Interpretación de los sueños, escribió lo siguiente: “Yo he encon-
trado que las personas que se sintieron preferidas o favorecidas por
sus madres dieron evidencias de una autorrealización y un optimis-
mo inconmovible que se expresa en atributos heroicos y profundo
éxito en sus vidas”.
Hombres de fibra que encontraron en sus madres la lección pro-
funda acerca de cómo enfrentar las crisis. Las dificultades en ellas
sólo revelaron el fundamento de sus almas y la pasión por el futuro
de sus hijos. Muchas veces creemos que las circunstancias adversas
de la vida nos detienen en el desarrollo. Cuántas mujeres se han de-
tenido en su camino creyendo que, al quedar solas con sus hijos, ya
no podrían levantar una generación de victoria. Sin embargo, son
más las que avanzaron que las que se detuvieron. Una chispa divina
encendió sus corazones y, en el silencio de la noche de sus vidas,
supieron sembrar las semillas de la esperanza en sus pequeños hijos.
Muchos se han preguntado: ¿Por qué en medio de las pérdidas
estas personas se levantaron como líderes? ¿Por qué no se quedaron
a la orilla del camino lamentando su desgracia? ¿Cuál fue el secreto
que los lanzó del trampolín de la vida a la alberca de la esperanza?
Hay muchas razones sin duda, pero creo que las siguientes fueron
determinantes, y las presento acá para decirle a la mujer y madre
soltera que la esperanza no se ha perdido.

1. Muchos de estos personajes, que perdieron sus padres a tem-


prana edad, entendieron por experiencia propia que la vida es corta,
que no había mucho tiempo que perder. Con la ayuda de sus ma-
dres se vieron a sí mismos como personas que podían hacer una
diferencia en la tierra. Cuando entendemos que la vida es breve nos
sentimos impulsados a cumplir el propósito de Dios para nosotros.

– 106 –
Ma d r e s s o lt e r a s q u e f o r m a n l í d e r e s d e g l o r i a

La brevedad de la vida sólo nos muestra la eternidad que nos espera.


Serafín Contreras G.

2. Muchos de estos líderes recobraron en medio de las crisis una


energía que sobrepasó a la persona promedio, y creo que esa energía la
aprendieron, la vieron y les fue traspasada por sus madres, quienes
no se amilanaron frente a las situaciones adversas de la vida.

Una mujer es como una bolsita de té. Usted no puede saber


qué tan fuerte es hasta que no la pone en agua caliente.
N a n c y Dav i s R e a g a n

Mi experiencia personal

Cuando era un niño de ocho años de edad experimenté el que-


branto de la relación de mis padres. Mi padre formó un nuevo ho-
gar. Quedamos los tres últimos de la familia con mi madre. Una
de las cosas que me impactó de ella fue que jamás la vi frustrada,
desajustada ni resentida. Nunca la escuché quejarse ni lamentarse.
La vi levantarse de las cenizas, sacudirse sus vestiduras y tomarnos
de la mano a los tres que quedamos con ella. Nos transmitió segu-
ridad en medio del valle del dolor; nos enseñó las mejores clases de
perdón; nunca habló mal de mi padre; y nos sembró las semillas del
liderazgo. Porque liderazgo es dolor y quebranto, es soledad y trai-
ción. Liderazgo es levantarnos del polvo de la tierra y mirar el futuro
con esperanza, porque “Aunque mi padre y mi madre me dejaran, con
todo, Jehová me recogerá” (Salmos 27:10).

– 107 –
Fa m i l i a s d e g l o r i a o fa m i l i a s d e e s c o r i a

Sólo la persona que tiene fe en sí misma es capaz de ser fiel a otros.


E r i c F ro mm .

3. Muchos de los líderes que han hecho impacto en la vida cre-


cieron en hogares que tuvieron una fuerte ética del trabajo, y donde
aprendieron de sus madres altos valores morales. Al quedar solos
con la madre muchos de esos líderes en potencia, porque eran niños,
tuvieron que asumir el papel de ayudantes y entendieron el valor del
trabajo.

Alcance el éxito basado en el servicio a otros y no a expensas de otro.


H . J a c k s o n B ro w n J r .

4. Muchos de estos líderes vieron en sus madres el respeto a Dios y


la confianza en el Todopoderoso. A menudo las encontraron de rodi-
llas hablando con Dios y diciéndole a Él sus dolores, sin contaminar
el corazón de sus hijos por sus desventuras. El altar fue para ellas
el lugar donde derramaron sus almas, como la madre de Samuel la
cual lloraba en el altar con angustia y pudo ver la respuesta divina
en su hijo. No hay nada que dé más seguridad a un hijo que ver a su
madre en la crisis llevando sus cargas al Señor.

Uno aprende de la gente a través de su corazón


y no a través de sus ojos o intelecto.
M a r k T wa i n .

5. La mayoría de esos líderes aprendieron de sus madres el valor

– 108 –
Ma d r e s s o lt e r a s q u e f o r m a n l í d e r e s d e g l o r i a

de la lectura de buenos libros. No tuvieron un padre que les en-


señara, pero tuvieron muchos padres a través de los libros que los
formaron.
La casa de Teodoro Roosevelt fue un lugar de continuo aprendi-
zaje a través de los libros. Abraham Lincoln rara vez fue encontrado
sin un libro en la mano. Harry Truman dijo que su casa nunca fue
aburrida, porque era una casa llena de libros. En mi caso personal
los libros no faltaron. Aprendí desde mi niñez muchas cosas por el
amor a los libros. Sin darme cuenta tuve grandes escritores ense-
ñándome lo que no pude aprender de mi padre. Hoy entiendo que
uno de los grandes tesoros de la vida son estos maestros silenciosos y
quietos que penetran lo profundo del alma con frases poderosas que
cambian la perspectiva de la vida.

Algunos libros nos dejan libres y otros nos hacen libres.


R a l p h Wa l d o Em e r s o n ( 1 8 0 3 - 1 8 8 2 ) .

Madres solteras con visión de futuro no distraen a sus hijos en-


tregándolos por horas a la televisión, sino que cultivan el valor de la
lectura. No los dejan sin sembrarles valores, porque ellas quieren co-
sechar buenos frutos. No les permiten correr solos por el vecindario
porque saben que el tiempo es corto, y se invierten en esos pequeños
para que ellos un día cambien comunidades, familias, iglesias, socie-
dades y naciones.

La diferencia entre quien eres hoy y quien serás


dentro de cinco años la producirá la gente con quien
gastas tu tiempo y la clase de libros que lees.
Charles Jones.

– 109 –
Fa m i l i a s d e g l o r i a o fa m i l i a s d e e s c o r i a

Levanta tu mirada madre soltera y entiende que no estás sola.


Dios está a tu lado y Él te sostendrá con la diestra de su justicia. Eres
constructora de nuevas generaciones; generaciones de gloria con el
Señor de la gloria. En tu silencio y angustia la mano divina te capa-
cita y te convierte en un canal de fe, esperanza y triunfo, capaz de
levantar hombres y mujeres que impactarán naciones.
Mira este día como una gran oportunidad para invertirte en tus
hijos con la pasión que entusiasma y la fe que te lanza al horizonte
desconocido pero seguro. Dios está de tu lado, tú y Él hacen la gran
mayoría.

Reflexión

1. ¿Qué te ha atemorizado acerca de tus hijos?

2. ¿Cómo los visualizas ahora al leer este libro?

3. ¿Cuál es el más grande desafío que tienes ahora?

4. Escribe acá una oración de esperanza y fe relacionada con tu


familia:

– 110 –
Ca p í t u l o 1 0

Reconociendo el valor de los hijos


(Por Alba de Contreras)

“A este hijo no lo esperábamos, no queríamos tener más, y la ver-


dad es que se nos ha convertido en una carga”. ¿Has escuchado algo
así o salieron de tus labios esas mismas palabras? No hay accidentes
en lo que al nacimiento de personas se refiere, ya que Dios tiene
propósitos determinados para cada uno.

Vuestros hijos no son vuestros hijos: son los hijos y las hijas
de las ansias de vida que siente la misma vida.
Khalil Gibran (1883-1931).

Veamos lo que dice la Biblia de manera clara y definida:

He aquí herencia de Jehová son los hijos; cosa de estima el fruto del
vientre.
Salmos 127:3

– 111 –
Fa m i l i a s d e g l o r i a o fa m i l i a s d e e s c o r i a

Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criad-


los en disciplina y amonestación del Señor.
Efesios 6:4

Padres, no exasperéis a vuestros hijos, para que no se desalienten.


Colosenses 3:21

Y todos tus hijos serán enseñados por Jehová; y se multiplicará la


paz de tus hijos.
Isaías 54:13

Y este será mi pacto con ellos, dijo Jehová: El Espíritu mío que está
sobre ti, y mis palabras que puse en tu boca, no faltarán de tu boca,
ni de la boca de tus hijos, ni de la boca de los hijos de tus hijos, dijo
Jehová desde ahora y para siempre.
Isaías 59:21

¿Te has dado cuenta del valor que tienen tus hijos? ¿Qué significa
para ti tenerlos? Dios mismo los envía como su herencia. Muchas
personas se dedican a construir sus casas, a ganar riquezas y acumu-
larlas, y no toman en cuenta lo valioso de los hijos. Sin embargo, no
hay nada de más valor. Es la mayor riqueza de la familia.

Una casa sin hijos es una colmena sin abejas.


V í c to r H u g o ( 1 8 0 2 - 1 8 8 5 ) .

No hay nada que se compare a las riquezas de tener hijos. Por


otro lado, ¿cuántas personas darían la mitad de sus bienes por escu-
char el llanto de un bebé nacido de sus entrañas? Sólo Dios puede

– 112 –
R e c o n o c i e n d o e l va l o r d e l o s h i j o s

darnos los hijos. Y no nos los da como una carga, como un castigo,
sino como un favor, una bendición. Por lo tanto, debemos recibirlos
para amarlos y educarlos, porque son un regalo de Dios y Él mismo
suplirá todo lo que necesiten.
Tal vez estés pasando por momentos tristes porque no pudiste
tener hijos. Recuerda: Dios es quien da los hijos, y Él es Sobera-
no y sabe cuándo y a quiénes dárselos. Quizás necesites hacerte un
examen médico para saber si hay problemas físicos, o puede haber
aspectos en tu alma que necesiten ser sanados, o existir otras causas.
De hecho se estima que, sin razón aparente, el 15% de las mujeres
no quedan embarazadas; pero Dios tendrá la última palabra.
Recuerdo a una amiga que durante siete años no pudo tener hi-
jos. Comencé a dialogar con ella acerca de su necesidad de tener
fe en aquel que da los hijos y quien nos capacita para criarlos. Ella
comenzó a buscar a Dios, y Él le dio tres lindos hijos. Mi hijo y su
esposa durante sus primeros cuatro años de casados no pudieron
tener hijos; clamamos a Dios y al año siguiente Dios los recompensó
con un precioso niño.
Pero también veamos la otra cara de la moneda: hay gente que
tiene hijos en forma ilícita, fuera del matrimonio. Dios ha dejado
leyes en la naturaleza que se cumplen; si un hombre y una mujer se
unen en relación sexual están propensos a tener hijos, pero la pre-
gunta surge aquí: ¿entonces qué pasa? La respuesta es obvia: vendrán
hijos a este mundo posiblemente a sufrir, cuando el plan de Dios es
otro.
Los hijos que Dios da son la herencia de Él para aquellos que es-
tán dispuestos a amarlos y educarlos en la disciplina y amonestación
del Señor. Muchas veces se buscan por medios ilícitos, perversos, de
placer indebido, y no se reciben como la herencia de Dios.

La disciplina en la crianza de los hijos

Dios nos exige que no exasperemos a nuestros hijos ni los

– 113 –
Fa m i l i a s d e g l o r i a o fa m i l i a s d e e s c o r i a

provoquemos a ira, que los criemos en disciplina y amonestación


del Señor. “Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino
criadlos en disciplina y amonestación del Señor” (Efesios 6:4).
Hay muchos factores relacionados con la disciplina, ya sea para
corregir acciones indebidas o para dormir, comer y hacer activida-
des. La Biblia dice: “La necedad está ligada en el corazón del mu-
chacho; mas la vara de la corrección la alejará de él”. Como padres
estamos obligados, por el amor que les tenemos a nuestros hijos, a
disciplinarlos. Los estudiosos de la niñez han dicho que la personali-
dad de un niño se forma en sus primeros cinco años de vida; después
de esa edad será más fácil o más difícil la tarea del entrenamiento.
Como hijos de Dios tenemos la mente de Cristo, por lo tanto
necesitamos ser sabios en la disciplina de nuestros hijos. En primer
lugar, debemos ponernos de acuerdo como padres, para que haya
unidad y apoyo mutuo. Cuando nuestros hijos son bebés y comien-
zan a crecer tenemos una gran oportunidad de imprimir una disci-
plina que nos liberará, a nosotras y a ellos, de dolores de cabeza más
tarde. También nos ayudará en nuestra relación matrimonial, pues
si somos firmes y cuidadosos en el horario de comidas, de descanso
y en los hábitos, los hijos no nos manipularán y podremos tener
tiempos quietos y especiales con nuestro cónyuge.
Daremos cuentas a Dios de nuestra tarea.

Para los que están comenzando

Se debe cuidar mucho la forma de alimentar a los bebés; no po-


demos darles la comida de la misma forma en que nosotros nos
alimentamos. Conozco madres que por negligencia no preparan ali-
mentos sanos para sus hijos. Usan bebidas con colorantes y comidas
enlatadas o embotelladas que los ponen inquietos, irritados, además
de ser un gasto mayor para el bolsillo. Luego, por las noches, los
niños no pueden dormir pues no han recibido la alimentación y
el trato adecuados, dado que cuando se ponen inquietos muchas

– 114 –
R e c o n o c i e n d o e l va l o r d e l o s h i j o s

madres y padres se exasperan, gritan y golpean a sus hijos. Otros, se


tornan tan complacientes que son manipulados por ellos.
Abran sus ojos, sus niños serán sanos si ustedes, con la ayuda
de Aquel que les dio esos hijos, los alimentan sabiamente, los dis-
ciplinan con sabiduría, firmeza y constancia, y los instruyen en los
caminos de Dios.

Amar a la madre de sus hijos es lo mejor que


un padre puede hacer por sus hijos.
Theodore Hesburgh.

Cuando van creciendo

Cuando los hijos entran a una nueva etapa de su vida necesita-


mos adaptar la disciplina a su edad.
Quiero abrirles mi corazón. Tengo tres hijos, y sé que cometí
errores al disciplinarlos. Un día, cuando mi hijo tenía ocho años de
edad y estaba mostrando una actitud de rebeldía (que creo que, en
algunos momentos, los padres les transmitimos esto por no tratarlos
con amor y comprensión), me dejé llevar por la ira y lo castigué
fuertemente dejando marcas en sus piernas. Pasados los años, un día
en conversación con la familia, él me dijo:
–Mami, nunca se me olvida el día en que me castigaste tan fuer-
temente con una correa que me marcaste las piernas, que me fui al
patio y con rabia dije: “te odio”.
Tuve que llorar y admitir que no fui sabia en aquel momento,
que no sabía cómo disciplinarlo; le pedí perdón y rogué a Dios que
sanara a mi hijo de ese triste y doloroso recuerdo.

– 115 –
Fa m i l i a s d e g l o r i a o fa m i l i a s d e e s c o r i a

Cada día necesitamos la ayuda de Dios para ejercer nuestro rol


y transmitir a nuestros hijos su amor. Y, si en algún momento falla-
mos, inmediatamente reconocerlo y pedir perdón.

El valor del ánimo y la aprobación

Otro aspecto importante es darles ánimo y aprobación, enfatizar


sus virtudes, prestar atención a sus peticiones o comentarios, mirar-
los a los ojos, hacer un alto en los quehaceres para atenderlos como
merecen y necesitan. Cuántas veces estamos tan estresados con ta-
reas y responsabilidades que nos impide verlos como la herencia
de Jehová, caemos en la trampa de señalarles constantemente sus
errores y debilidades o los avergonzamos en público. Un día estaba
en una reunión de mujeres y el hijo mayor de una de ellas entró y
habló al oído de su madre preguntando por un sanitario, esta ma-
dre en voz alta dijo: “Pregúntale a la dueña dónde queda el baño”;
este muchacho se sintió muy avergonzado. Yo me sentí mal, después
hablé con esta señora y ella entendió su error; espero que lo haya
rectificado con su hijo. En otra ocasión vi una escena que me llenó
de indignación, una niña como de cinco años estaba corriendo y se
cayó, fue hasta su madre llorando, me imagino que buscaba el alivio
y apoyo del ser más cercano. Esta señora inmediatamente le gritó, le
dio unos golpes y la regañó en público.
Necesitamos constantemente enfatizar los puntos positivos de
nuestros hijos, sin dejar por supuesto de ministrarles en los nega-
tivos, pero en el momento oportuno y en la forma apropiada. La
Biblia dice:

Si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual


da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.
Santiago 1:5

– 116 –
R e c o n o c i e n d o e l va l o r d e l o s h i j o s

No les evitéis a vuestros hijos las dificultades de la


vida, enseñadles más bien a superarlas.
L o u i s Pa s t e u r ( 1 8 2 2 - 1 8 9 5 ) .

La madre de Juan Wesley tuvo diecinueve hijos, y ella oraba


todas las semanas por cada uno de ellos. Hoy en nuestro siglo, aun-
que vivimos en una época de mucha agitación, todavía hay madres
que sacan tiempo para interceder por sus hijos. Quiero animarte a
que formes el hábito de la oración diaria por tus hijos. La oración
es el arma poderosa que Dios nos ha dejado y con la cual podemos
atacar al enemigo de nuestros hijos.
La Palabra de Dios tiene muchos versículos en los cuales pode-
mos apoyarnos para interceder. Por ejemplo, si ves que un hijo tuyo
está entrando en una etapa de rebeldía, háblale a Dios y dile: “tu Pa-
labra dice: ‘Someteos unos a otros en el temor de Dios’, pon en mi hijo
un espíritu de sumisión”. Si ves que anda en caminos pecaminosos,
di: “la Biblia dice: ‘Bienaventurados los de limpio corazón porque
ellos verán a Dios’, y te verán, Señor, no sólo allá en los cielos, sino
también aquí en la tierra”. Ora a Dios por ese espíritu de pureza.
Luego reposa en el Señor, Él sabe cuidar mejor a nuestros hijos que
nosotras mismas. Ponte de acuerdo con tu esposo y haz un frente
unido a través de la oración. Suelta a tus hijos y deja que Dios opere
en sus vidas. Nosotras no podremos cambiarlos, pero nuestra ora-
ción, fidelidad a Dios y buen ejemplo, impactará en la vida de ellos
y Dios se encargará de hacer su obra a su manera y en su tiempo.
El hermano Thomas Manton trazó estos puntos importantes:

Hay efectos al recibir a los hijos como la herencia que viene de


Dios:
Los padres confiarán en el Señor para su provisión y seguridad.

– 117 –
Fa m i l i a s d e g l o r i a o fa m i l i a s d e e s c o r i a

Los respetarán sabiendo que el Señor ha depositado una confianza


sagrada, de tal manera que quienes los cuidan rendirán cuentas a
Dios.
Los disciplinarán en el temor del Señor.
Con frecuencia consultarán a Dios en relación con ellos.
Los entregarán a Dios sin quejarse si Él decide llevárselos.

Efectos de un buen entrenamiento:


Ellos vendrán a ser el gozo de los padres.
Serán el testimonio permanente de la sabiduría de sus padres.
Serán el apoyo y el alivio de los trabajos o solaz en la ancianidad de
sus padres.
Serán los transmisores de las virtudes de sus padres a otra genera-
ción, porque niños bien entrenados vendrán a ser, en su tiempo,
padres sabios.

El salmista dijo: “Encomienda a Jehová tu camino, y confía en él; y


él hará” (Salmo 37:5). Y yo te digo: encomendemos a Dios nuestros
hijos y Él lo hará.

Reflexión

1. ¿Qué han sido para ti hasta este momento tus hijos?

2. Di tres cosas por las cuales valoras a tus hijos.

3. Escribe una oración de agradecimientos por ellos:

– 118 –
Ca p í t u l o 1 1

Deseando familias de gloria

Los lazos del matrimonio son como los demás lazos que
unen cualquier otra relación, maduran lentamente
Peter De Vries.

“Yo esperaba otra clase de matrimonio. Cuando fui al altar tenía


en mente algo distinto, pero no es lo que ahora tengo. ¿Qué pue-
do hacer? Ya es demasiado tarde para mí”. Así me dijo esta señora.
Había llegado al matrimonio con falsas expectativas y muy poca
realidad en su mente.

Los únicos goces puros y sin mezcla de tristeza que le han sido
dados sobre la tierra al hombre, son los goces de la familia.
Giuseppe Mazzini (1805-1872).

El matrimonio nació en el corazón de Dios y está tan cerca de Él

– 119 –
Fa m i l i a s d e g l o r i a o fa m i l i a s d e e s c o r i a

que la Biblia ilustra la relación de Cristo con su Iglesia con la rela-


ción matrimonial (Efesios 5:21-33).
Cuando Dios hizo a Adán y a Eva los diseñó para la intimidad.
Intimidad no es sexo. Las mujeres lo entienden muy bien. Ellas a
veces quieren intimidad pero no sexo. Nosotros los hombres aso-
ciamos intimidad con sexo. El hombre a veces abraza a su esposa, la
besa y, cuando quiere ir más allá, ella dice: “sólo hasta ahí; hoy no
quiero sexo”. El hombre se queda preguntando: “¿qué pasó?”
La razón es que la intimidad no necesariamente tiene que termi-
nar en sexo. Intimidad es acercamiento, expresión de amor y forta-
leza de lazos.

Matrimonio y familia diseñados para la intimidad

El experto en matrimonio John Gottman explica en sus con-


ferencias que las parejas exitosas y realizadas son aquellas que han
mantenido sus mundos emocionales en contacto permanente.
“No es bueno que el hombre esté solo” (Génesis 2:18), eso fue lo que
Dios dijo al crear a Adán. En el original hebreo el significado es más
enfático. Lo que Dios dijo fue: “No es nada bueno que el hombre
esté solo”. La razón de todo esto la encontramos en la Biblia, Dios
es un ser social, no es un ermitaño; y cuando hizo a Adán y a Eva
caminaba, compartía, hablaba con ellos. Esto es lo que esperaba que
el hombre y la mujer hicieran.
El romance es sagrado, y no tuvo su origen en el hombre sino en
Dios. Él es romántico. En la Biblia cuando Dios busca al ser huma-
no le habla con palabras de amor. Nos ama tanto que no permite
que nuestro pecado, torpeza, idolatría, nos robe su amor por noso-
tros. No importa lo que hagamos ni a dónde vayamos, Él nos sigue
amando y buscando. Eso es romance. Es ese mismo romance que
Dios quiere que guardemos en nuestro matrimonio.

– 120 –
D e s e a n d o fa m i l i a s d e g l o r i a

El matrimonio y la familia tienen diseño divino

No solamente el matrimonio y la familia han sido preparados


para el romance, sino que Dios quiere moverse y operar a través de
este diseño divino. El matrimonio deseado, entonces, es un matri-
monio donde se guarda el romance y donde caminamos bajo un
formato realmente sagrado.
En Génesis 2:24 dice: “Por eso el hombre deja a su padre y a su ma-
dre, y se une a su mujer, y los dos se funden en un solo ser”. Acá aparecen
tres verbos que son determinantes: dejar, unir y fundir.
Dejar implica una renuncia a los demás. Es decir en el alma: “He
dejado a mis padres y a todos para estar contigo”. Es una renuncia
al hogar de origen, no permitiendo que haya interferencia alguna
de los padres, familiares y los o las demás. Se entra, entonces, en un
nuevo diseño. Un diseño sagrado que no puede ser invadido.

Todo lo que vale la pena en la vida implica


algo que necesita dejarse atrás.
Serafín Contreras G.

Unir significa crear por decisión propia un lazo permanente que


no pueda desatarse fácilmente. Muchos dejan algo pero les falta el
paso de unir. El matrimonio necesita de un pegamento firme para
que no lo separe cualquier circunstancia adversa en la vida.

Se necesitan dos para hacer un matrimonio


de éxito y sólo uno para destruirlo.
H e r b e rt S a m u e l .

– 121 –
Fa m i l i a s d e g l o r i a o fa m i l i a s d e e s c o r i a

El último y más profundo verbo es fundir. Implica perder algo y


mezclarlo con lo que perdió el otro, hasta no saber qué es de uno y
qué es del otro. Es ser una sola carne.
La Biblia habla muy bien de todo esto En Mateo 19:4-6 y en
Efesios 5:21-23.

Matrimonio y familia formados por seres imperfectos

El gran secreto del matrimonio de éxito está en tratar todos los


desastres como incidentes y ningún incidente como desastre.
H a ro l d N i c o l s o n .

Aunque el matrimonio ha sido diseñado para el romance, y es un


diseño divino, no debemos olvidar que quienes lo forman son seres
humanos, pecadores, finitos e imperfectos, y eso nos introduce en
la dimensión de la realidad humana. Cerca del 50% de los matri-
monios de hoy caminan hacia el divorcio. Aunque no lo saben, hay
grandes grietas en muchas relaciones. Detrás de las puertas cerradas
de los hogares hay profundos dolores, desilusiones y quebrantos.
Muchos líderes cristianos tienen serios problemas que podrían res-
quebrajar su matrimonio en cualquier momento.
¿Quién es el responsable? ¿Quién es el culpable? Vaya usted a
saber; ya desde el Edén el hombre y la mujer han usado el juego de
la culpa de una manera muy sutil.

–¿Y quién te ha dicho que estás desnudo? –le preguntó Dios–.


¿Acaso has comido del fruto del árbol que yo te prohibí comer? Él
respondió:
–La mujer que me diste por compañera me dio de ese fruto, y yo
lo comí.

– 122 –
D e s e a n d o fa m i l i a s d e g l o r i a

Entonces Dios el Señor le preguntó a la mujer:


–¿Qué es lo que has hecho?
–La serpiente me engañó, y comí –contestó ella.
Génesis 3:11-13

El matrimonio lo componen dos seres imperfectos, egoístas y lle-


nos de vanidad, que necesitan de un Dios perfecto que les ayude a
encontrar soluciones a las presiones diarias de la vida. Cada día es-
tamos sometidos a presiones que intentan romper el amor y empu-
jarnos al divorcio. Hay por lo menos seis presiones que necesitamos
tratar y resolver para empezar a disfrutar del matrimonio deseado.

1. La presión del estrés persistente y sin resolver. Nuestras vi-


das están llenas de estrés. Mientras el mundo avanza, nos sentimos
más acorralados por las demandas de la vida. Necesitamos hacer un
alto a diario y semanalmente, darnos tiempo como pareja para leer,
compartir, descansar, refrescarnos. No permitamos que nada ni na-
die nos esclavice. Esta sociedad nos está exprimiendo increíblemen-
te, y esa presión externa drena la vida de nuestras familias.

2. Ataques Satánicos. Recordemos que en el huerto del Edén el


primero que llegó a romper las relaciones entre hombre y mujer fue
Satanás. El diablo no quiere la felicidad del matrimonio, él siempre
va a atacar a la familia. Necesitamos comprender cuando eso sucede
para hacerle frente con las armas espirituales de la oración, la auto-
ridad, la sangre de Cristo y la Palabra de Dios.

3. Expectativas irreales para el matrimonio. Cuando espera-


mos que suceda algo y eso no sucede, la frustración y la presión lle-
nan ese vacío. Si esperamos que el matrimonio sea una fiesta prolon-
gada, en el momento en que el cónyuge exprese una queja, el estrés

– 123 –
Fa m i l i a s d e g l o r i a o fa m i l i a s d e e s c o r i a

matrimonial se hará presente. Algunas de las expectativas irreales en


el matrimonio son:

• Encontraré en mi matrimonio y en mi nueva familia lo que hasta


ahora no he logrado. Esto sucede cuando quizás los padres y herma-
nos no dieron lo que se anhelaba, y se tiene la expectativa de que el
cónyuge sí lo va a hacer. Muy pronto nos daremos cuenta de que esa
expectativa es totalmente irreal.

• Mi cónyuge y mis hijos jamás me herirán. Cuando vemos al ma-


trimonio como un refugio seguro, ante la primera herida, la des-
ilusión y el temor nos rodearán. Buscamos en la nueva familia un
terreno libre de heridas, y eso no es posible.

• La vida será fácil como hasta ahora. Esperamos que no haya cam-
bios en la vida y, cuando eso sucede, la frustración es catastrófica. La
vida tiene sorpresas; no es justa, y quien dice que sí lo es muy pronto
experimentará algunas de las injusticias de la vida. Todo puede cam-
biar de un momento a otro.

• Todo lo que yo necesito es amor, porque eso es lo que mantiene un


matrimonio unido. Cuando ese amor no llega es una presión más
para las expectativas irreales, y regularmente se llega a un concepto
errado del amor… más una emoción que una decisión. Sin embar-
go, el amor es una decisión que a la larga generará una emoción.

• El propósito del matrimonio y la familia es nuestra felicidad per-


sonal. El propósito del matrimonio es ser una sola carne, no la feli-
cidad. Ser una sola carne envuelve sacrificio y dolor. El Dr. Ted Ro-
berts dice que un día un joven buscó su consejo, luego de quejarse

– 124 –
D e s e a n d o fa m i l i a s d e g l o r i a

de lo injusto que había sido tratado en su matrimonio, el Dr. Ted le


preguntó:
–¿Cuál es el propósito del matrimonio?
El joven contestó:
–Hacer feliz a la pareja.
El Dr. Ted le dijo:
–Mírame a las ojos –El joven lo miró fijamente y el Dr. Ted le
dijo–: No, el único propósito es crucificarte. Allí en el matrimonio es
crucificado tu egoísmo. Es una gran verdad.

• La meta es lograr que el otro se someta a mi manera de pensar. Mu-


chos esposos quieren que sus esposas se les sometan, pero olvidan
que la Biblia previamente habla de que todos debemos someternos
a los demás. No es un asunto de un solo lado sino de los dos. El
apóstol Pablo dice: “Someteos unos a otros” (Efesios 5:21).

• Sólo cambios menores son los que se necesita para ajustarse el uno
al otro en el matrimonio. Realmente, en muchos de los casos, son
reconstrucciones mayores las que se necesitan. Llegamos siendo or-
gullosos, egoístas y centrados en nosotros mismos, hay que destruir
el orgullo.

• Toma mucho trabajo hacer un buen matrimonio y una buena fa-


milia. En realidad lo que exige es compromiso y una buena actitud.
Toma TIEMPO… no tanto trabajo. Y a veces lo que más cuesta
entender es el tiempo.

• La meta del matrimonio y la familia es la realización individual.


La meta real es rendir nuestro individualismo y olvidarnos de quie-
nes somos. Es la realización de los dos, no la de uno solo.

– 125 –
Fa m i l i a s d e g l o r i a o fa m i l i a s d e e s c o r i a

• Yo puedo cambiar a mi cónyuge. En realidad, usted puede cam-


biar a una sola persona: a usted mismo, no al otro.
Lo mejor es establecer expectativas reales.

4. Heridas mutuas. Como seres humanos siempre nos estamos


hiriendo. Lo importante es pedir perdón y no acumular facturas del
pasado, porque eso destruye al matrimonio y a la familia que hemos
soñado. Nuestro deseo debería ser no buscar un compañero o una
compañera perfectos, sino honestos. Diferentes traumas ideados por
el mismo infierno han querido deformar el diseño divino. Sin em-
bargo, en la cruz del Calvario se pagó el precio para la sanidad de
esas heridas.

5. Libretos traídos desde el pasado y aprendidos en nuestro ho-


gar de origen. No debemos permitir que modelos que hemos visto
de personas significativas nos traigan falsas creencias de que eso se
repetirá en nosotros. Somos llamados “nuevas criaturas en Cristo”,
el único modelo a seguir es Jesús, no los del pasado de familiares o
amigos.

6. La generación del microondas. Vivimos en un mundo de


rapidez, conocido como la generación del microondas. Todo tiene
que hacerse rápido. Casamientos rápidos y divorcios rápidos. No,
amado, Dios todavía trabaja algunas cosas en forma lenta; como la
gestación de un bebe, que aún toma nueve meses, o la semilla del
campo antes de dar fruto.
El matrimonio deseado no es como el microondas, sino como
la olla de cocido lento. Démonos tiempo para crecer, perdonarnos,
interactuar, corregir y aprender a amarnos y, entonces, podremos
decir que nuestro matrimonio fue diseñado para la intimidad. Es un
terreno sagrado donde viven dos seres imperfectos, pero formados y

– 126 –
D e s e a n d o fa m i l i a s d e g l o r i a

configurados por el amor de Dios, en un proceso de crecimiento y


madurez que vale la pena experimentar.
Dios bendiga tu matrimonio.

• Fuimos creados para las relaciones. Dios mismo puso dentro


de nosotros, tanto de hombres como de mujeres, siete necesidades
básicas. Cuando la vida se torna agria o el amor parece disiparse, a
menudo, buscamos falsos sustitutos que creemos darán satisfacción
a estas necesidades, pero realmente no. Muchas veces esos sustitutos
son de naturaleza sexual, tan poderosa o destructiva como cualquie-
ra otra adicción. Necesitamos entender los siete deseos básicos en
cada ser humano, identificar los falsos substitutos usados para llenar
esas necesidades, y aprender cómo encontrar satisfacción a través de
una relación con Dios, de una comunión saludable con otros cris-
tianos y de ser una sola carne con el cónyuge.
Nuestra cultura está en una guerra espiritual cuya arma más pre-
dominante es la sexualidad, el dolor, el rechazo y la insatisfacción.
En la Biblia encontramos hombres y mujeres que fueron vulnerables
al ataque de la guerra sexual por no tener algunos de estos siete de-
seos satisfechos en su vida. Sansón fue tentado durante la soledad.
Siempre estuvo buscando realización en relaciones sexuales con va-
rias mujeres hasta que ello derribó el edificio de su espíritu. David
fue tentado después de haber sido burlado por su esposa. Cuando
su esposa lo vio danzando delante de Dios lo ridiculizó, y ese fue el
inicio de su caída moral. Salomón tuvo múltiples mujeres que lo se-
dujeron y apartaron de Dios. Esa búsqueda constante de compañía
femenina sólo revela su profunda insatisfacción en estos siete deseos.
Hombres y mujeres son más vulnerables al pecado sexual cuando
están solos. Necesitamos entender los deseos del corazón para estar
en guardia ante las tentaciones sexuales, y para cumplir esos deseos
de la manera que Dios lo diseñó.

– 127 –
Fa m i l i a s d e g l o r i a o fa m i l i a s d e e s c o r i a

Los siete deseos de nuestro corazón

El Salmo 37:4 dice: “Deléitate en el Señor, y él te concederá los


deseos de tu corazón”. La promesa de Dios en este Salmo muestra
que sólo Él satisface el ciento por ciento de nuestros deseos inter-
nos, ningún ser humano llegará a satisfacerlos de esa manera. Pero
Dios espera que cada uno agregue a las relaciones todo su potencial
para satisfacer las necesidades en su cónyuge, hijos, padres y demás
familiares.
Muchas cosas, eventos y personas llegarán a nuestra vida para
impedir que esos deseos sean totalmente satisfechos. Jesús dijo en
Juan 10:10: “El ladrón [Satanás] no viene sino para hurtar, matar y
destruir [nuestras relaciones]; yo [Jesús] he venido para que tengan
vida, y [no sólo vida, sino] la tengan en abundancia”. Jesús tiene vida
abundante para ofrecer.
Satanás trata de crear fuentes de insatisfacción en los deseos salu-
dables. Lo hace a través de:
La invasión de nuestra personalidad con el abuso sexual o
emocional.
El abandono emocional: la soledad en las relaciones.
La falla en no ser una sola carne en el matrimonio: necesidades
sin satisfacer.
No tener una relación con Cristo. Él es quien sacia nuestros
deseos.

Los siete deseos se encuentran en cuatro áreas de nuestra vida: la


emocional, la física, la sexual y la espiritual. Jesús habló de los deseos
internos y prometió el cumplimiento de los mismos. En Juan 4 le
habló a la mujer samaritana acerca de esto, y lo resumió de una ma-
nera perfecta cuando dijo: “mas el que bebiere del agua que yo le daré
[relación con Cristo] no tendrá sed jamás”.

– 128 –
D e s e a n d o fa m i l i a s d e g l o r i a

Los siete deseos sembrados por Dios son en realidad raíces de una
relación saludable.

Área emocional

1. Deseo de ser oído y conocido. Toda persona tiene en lo pro-


fundo de su corazón el deseo de ser oído y, por lo tanto, ser cono-
cido. Usted no puede conocer a una persona en lo profundo de su
ser si no está dispuesto a oírla. La Biblia declara: “los secretos de su
corazón quedarán al descubierto” (1 Corintios 14:25). Jesús lo ratificó
cuando dijo: “lo que sale de la boca viene del corazón” (Mateo 15:18).
Este deseo ha sido colocado por Dios; para ello estableció sabia-
mente en nuestro cuerpo el sentido del oído con dos pabellones en
nuestra cabeza, las orejas, y sólo una boca, queriendo demostrar que
necesitamos oír dos veces y hablar sólo una. En consejería se escucha
que una de las razones por las que la gente se queja de una relación
es que: “él o ella no me escuchan”. Si en mis relaciones no aprendo
a escuchar, estoy dejando insatisfecho ese deseo en el otro, y pueden
suceder dos cosas: la primera es que otra persona estará lista para
escuchar y eso nos puede complicar la vida; y lo segundo es la bús-
queda de un falso sustituto.
Los falsos sustitutos de este deseo insatisfecho son:

• Hablar incesantemente. ¿No sabes cómo detener tu río


de palabras cuando estás en casa o platicando con otros?
¿Te preguntas por qué los miembros de tu familia ha-
blan y hablan? Podría ser que no están siendo escuchados.

• Rabietas o conductas temperamentales. Puertas que se gol-


pean, perros que son pateados, platos que vuelan y vidrios
que se rompen. Ultraje de palabras o hechos podría ser el
falso sustituto del deseo de ser escuchado.

– 129 –
Fa m i l i a s d e g l o r i a o fa m i l i a s d e e s c o r i a

¿Cuál podría ser la solución?


Si sientes que este deseo está insatisfecho, solicita a tu cónyuge o
familiar que te escuche, y si no acepta o no cede busca a algún pro-
fesional para que puedas liberar tu alma. Recuerda que Dios siempre
te escucha y no hay nada que te impida llegar a Él. La oración es el
mejor mecanismo que Dios nos ha dejado para experimentar cómo
Él satisface este deseo.
Levantando la voz un niño peguntó a su abuelo:
–Abuelo, ¿por qué las personas gritan cuando están enojadas?
El abuelo le respondió:
–¡Hijo, porque sus corazones están lejos!
Es verdad.

2. Deseo de afirmación (por quien eres). Dios siempre nos afir-


ma a través de su Palabra. Efesios 1 dice que él nos bendijo, nos
redimió, nos adoptó, que somos su herencia, que estamos en Cristo.
Todas esas son afirmaciones.
Jorge, un joven de quince años pero con cuerpo de veintitrés,
entró a mi oficina arrastrando sus pies, y llorando me dijo:
–Pastor, vengo a decirle que me voy a suicidar.
Le pregunté la razón, y me respondió:
–Yo soy malo, me gusta robar el dinero y joyas de mi madre y
hermanas. Ayer se perdió un dinero; en esta ocasión no fui yo, pero
no me creen. En medio de la discusión mi madre me gritó:
–Jorge, ¿sabes qué es lo peor que ha podido sucederme en esta
vida? Que tú hayas nacido.
–Pastor, mi madre tiene razón, por eso pienso suicidarme; eso
será lo mejor que podría pasar en la vida.
Lo senté a mi lado y le dije:

– 130 –
D e s e a n d o fa m i l i a s d e g l o r i a

–Acá está Jesús; le voy a preguntar a Él que piensa de ti. Y tú me


vas a responder por Jesús.
Cada vez que preguntaba, Jorge me respondía lo que sabía que
decía la Biblia. Decía, por ejemplo: “Dios dice que me ama; que soy
su hijo; que él me compró con su sangre”. En medio del proceso
dejó de llorar, se levantó del asiento y dijo:
–Es cierto, no soy un problema. Lo peor que ha sucedió no es
que yo haya nacido.
Salió de la oficina caminando con firmeza y amor. No se suicidó.
Jorge estaba siendo golpeado por lo malo que hacía, pero no es-
taba siendo afirmado por lo que era.
Afirmamos a los miembros de nuestra familia por lo que hacen. A
veces nos enfocamos sólo en lo negativo y nos olvidamos de afirmar
lo bueno. ¿Cuándo fue la última vez que los afirmamos por lo que
son?
El falso sustituto de este deseo insatisfecho se refleja en enfocarse
en las cosas y olvidarse de las personas. Al no sentirme afirmado mi
enfoque se va hacia las cosas, de ahí el deseo desmedido de tener co-
sas materiales, cosas de lujo, ropa de marca, vestidos extravagantes,
modas, compras compulsivas. La persona comienza a creer que será
exaltada por lo que usa o compra, y anhela ser reconocida y afirma-
da, pero eso deja un profundo vacío.
La solución: considera lo que has hecho de valor. Si nadie te lo
dice, tú sí sabes lo que has hecho de valor; dale gracias Dios por
poner dentro de ti esas habilidades y capacidades que otros no ven
pero que Dios sí ve. Alaba a Dios por todos los dones, ministerios
y capacidades que Él te ha dado. Hay algo hermoso que Dios ha
plantado dentro de ti. Eres herencia del Señor y la niña de sus ojos.
Trabajemos como miembros de la familia para satisfacer este de-
seo en cada uno. Afirmemos cada vez que alguien haga algo bueno,
positivo y agradable.

– 131 –
Fa m i l i a s d e g l o r i a o fa m i l i a s d e e s c o r i a

3. Deseo de ser alabado (por lo que haces). Este tercer deseo es


clave. Se parece al segundo pero está enfocado en exaltar a la persona
por lo que hace. Cada uno es un diseño de Dios. Efesios 2:10 dice:
“Porque somos hechura [artesanía] de Dios, creados en Cristo Jesús para
buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las pon-
gamos en práctica”. Dios vio que era bueno todo lo que Él creo. Cada
persona tiene dentro de sí la imagen de Dios. El pecado deformó
esa imagen pero no la destruyó. Jesús vino para reconstruir, redimir
y reparar esa imagen. Necesitamos aprender a alabar a las personas
con quienes vivimos. Hay un milagro cuando se exaltan las virtudes
del otro; cuando no podemos hacerlo empobrecemos la propia vida.

Falsos sustitutos de este deseo no satisfecho:

• Auto alabanza. Cuando una persona habla de sí misma


hasta cansar a la otra, es un indicativo del hambre y la sed
de sentir este deseo satisfecho. Por eso habla de sus logros,
sus éxitos, sus proyectos; no escucha lo que los otros dicen,
sino que preparan su nuevo discurso para la próxima oca-
sión. Por supuesto, esto desgasta toda plática enriquecedora.

• Narcisismo. Narciso fue un personaje de la mitología grie-


ga que, por una maldición que le echan al no correspon-
der el amor de otra persona, queda atraído por su propia
imagen en un estanque, no pudiendo desprenderse de ella
y muriendo ahogado. El narcisismo es el enamoramien-
to de uno mismo. Cuántos están enamorados de sí mis-
mos, como producto de la sequía intensa del desierto
de su vida, porque no han sido alabados por quienes son.

La familia es el mejor sitio para satisfacer este deseo. Dios quiere


usar nuestra vida en el hogar, en el trabajo, en el círculo de relaciones,

– 132 –
D e s e a n d o fa m i l i a s d e g l o r i a

para ser canal de bendición y satisfacción de esos anhelos colocados


por Dios.
Que Dios te ayude a ser ese canal de amor y bendición.

Área física

4. Deseo de seguridad. Dios conoce la importancia para el ser


humano de sentirse seguro. Seguridad espiritual, física, emocional y
en cuanto al futuro. No podemos ignorar estos aspectos.
La seguridad física, especialmente en las mujeres, tiene mucho
que ver con el deseo de una casa propia. Para el hombre la seguridad
está centrada en el futuro, en sus éxitos y logros. Es por eso que a
muchos les importan más sus planes de éxito que proveer una casa
para su esposa e hijos. Eso a ellas las hace sentirse inseguras; es la
queja de muchas esposas. No podemos seguir ignorando este deseo
que es determinante.
Cuando no es proporcionado, el falso sustituto son los desórde-
nes de ansiedad o extrema preocupación por las responsabilidades
asignadas. La ansiedad es el producto de una pérdida de seguridad.
Por eso la Biblia dice en la epístola del apóstol Pedro: “Echando toda
vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros”. La máxi-
ma seguridad siempre viene de Dios. Jesús habló de esto al decir:
“Mirad las aves del cielo… ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?”.
Es nuestra responsabilidad proveer seguridad a cada miembro de
la familia en lo físico, tanto para el presente como para el futuro.

La solución: entender que la seguridad sólo se encuentra en Dios.


Cuando cualquier otra se pierda, podemos echar mano de la que
sólo viene de Él.

5. Deseo de ser tocado. Todos los seres humanos nacemos con

– 133 –
Fa m i l i a s d e g l o r i a o fa m i l i a s d e e s c o r i a

la necesidad de ser tocados. Hay algo milagroso en el toque de la


mano. Jesús lo sabía y por eso muchas veces tocó a los enfermos; por
ejemplo, cuando tocó al leproso.
En un hospital de Estados Unidos se hizo una prueba con niños
enfermos. Se les pidió a las enfermeras que a un grupo de niños
internados los tocaran con ciertos intervalos. En otra sección se les
ordenó que sólo les administraran las medicinas. El resultado fue
que los niños que fueron tocados con frecuencia sanaron más rápido
que los que no recibieron esa atención.
Los padres de familia debemos entender que nuestros hijos ne-
cesitan ser tocados con muestras de amor y cariño. Los esposos y
esposas necesitan comprender la necesidad de tocarse sin llegar
a una relación sexual, sino el toque como muestra de intimidad.
Cuando este deseo no es satisfecho, la persona busca cómo sustituirlo.
Los sustitutos más comunes son:

1. Pecados sexuales. En la búsqueda de ser tocado, se hace presa


fácil de quien sí desea tocar pero con otras intenciones. Busca el
sexo como una anestesia para su dolor, pero lo que no sabe es que
esa anestesia es como la droga, algo temporal; el dolor se acrecentará
y podrá ser arrastrado en un torbellino de más y más sexo dejando
una profunda frustración dentro de sí.

2. Aventuras de una noche. Otros comienzan en la búsqueda


de aventuras de una noche; las cuales terminan siendo de muchas
noches amaneciendo con un profundo vacío, ya que ese toque no
llenó absolutamente nada del deseo del corazón.

3. Espectáculos de nudismo o salas de masajes. ¿Quiénes son


los clientes en las exhibiciones de nudismo y de salas de masajes de
carácter dudoso o eróticos? Indudablemente aquellos que tienen un

– 134 –
D e s e a n d o fa m i l i a s d e g l o r i a

profundo deseo de ser tocados. Pero estos toques sólo abren más y
más la brecha de la soledad.

La solución: las parejas necesitan aprender a tocarse de diferentes


maneras, sin necesariamente terminar en una relación sexual. Y las
familias necesitan aprender a tocarse como muestra de amor pro-
fundo. Recordemos que el toque físico es parte fundamental en las
necesidades puestas por Dios en el ser humano. Se ha determinado
que las familias que se tocan físicamente presentan un alto grado de
aceptación y salud emocional.

Área sexual

6. Deseo de sentirse apasionadamente deseado/a. Dios creó el


sexo, fue una gran idea de Él. La sociedad, el ser humano, el prínci-
pe de este siglo lo ha distorsionado. Aún hay muchos cristianos que
creen que el sexo es malo. Jamás. Dios lo creó, fue Dios quién puso
los nervios donde están e hizo los órganos sexuales de la manera que
están diseñados. Es por eso que cada hombre y mujer tienen el deseo
de sentirse profundamente deseados. Cuando en el matrimonio este
deseo no es satisfecho y la vida sexual se torna rutinaria, insípida,
sin sentido, sin color, sin vida, abrimos puertas a una insatisfacción
dolorosa.
La mujer necesita entender que Dios creó al hombre con el senti-
do de la vista muy desarrollado, y el hombre debe comprender que
Dios hizo a la mujer con el sentido del oído muy sensible. Hay que
expresar la pasión atendiendo a esa sensibilidad humana.
No sentirse apasionadamente deseado en el matrimonio lleva a
los siguientes sustitutos:

1. Aventuras sexuales. Es acá donde muchos matrimonios caen


en infidelidad, porque otro u otra sí llenaron ese deseo. Sin embar-
go, como es un sustituto, jamás llena, sino que profundiza el vacío.

– 135 –
Fa m i l i a s d e g l o r i a o fa m i l i a s d e e s c o r i a

2. Adicción a novelas románticas, telenovelas y otros entre-


tenimientos. Se vuelven en búsqueda de entretenimientos que les
hacen perder un tiempo valioso, como la esclavitud a las novelas
románticas, telenovelas, Internet, juegos, etc., en la necesidad de
sentirse profunda y apasionadamente deseado/a. La pornografía, a
través de revistas, televisión, DVD o Internet, encuentra su nido
para el desarrollo del vacío en esta área.

La solución: Las parejas necesitan enfocar su atención en el otro.


No podemos ser insensibles, ignorando este deseo y no proyectán-
donos hacia el otro cuando está en juego la estabilidad de la relación.

Área espiritual

7. Deseo de pertenecer o sentirme incluido. Toda persona an-


hela sentirse parte de algo o de alguien, Dios nos hizo seres gregarios.
Esa es la razón por la cual el ser humano se ha agrupado en clanes,
tribus, vecindarios, clubes, iglesias, comunidades. Los miembros de
la familia necesitan sentir que están incluidos. Ninguno de ellos de-
bería pensar que sobra o que no encaja.
El ser humano está en la búsqueda de:
Compañerismo con Dios. Dios ha puesto eternidad en el cora-
zón y sólo Él puede llenar ese lugar.
Compañerismo con otros creyentes. Por eso la Iglesia se llama la
familia de Dios y el cuerpo de Cristo. La Iglesia tiene su razón de ser
y está íntimamente ligada con este deseo.
Compañerismo al ser una sola carne. La Biblia dice que en el
matrimonio venimos a ser una sola carne. Esto implica un sentido
de pertenencia. Cuando no se da se pierde la satisfacción del deseo
puesto por Dios.
Cuando el miembro de una familia, de una iglesia o de una

– 136 –
D e s e a n d o fa m i l i a s d e g l o r i a

comunidad, no siente que se está llenando este deseo acude a los


siguientes sustitutos:

1. La crítica hacia otras personas. Una persona que continua-


mente está en actitud crítica demuestra que no se siente incluida.

2. Intolerancia religiosa, legalismo y auto justificación. Cuán-


tos han sido heridos por la intolerancia religiosa y el legalismo. Mu-
chas reglas pero poca misericordia, dolor y quebranto en lugar de
vendas y aceite. Quien tiene este espíritu en el fondo dice que él o
ella no se sienten incluidos.

3. Egoísmo sexual. El egoísmo sexual se experimenta cuando en


una relación de matrimonio cada uno busca su propia satisfacción
sin pensar en el otro. Eso demuestra que se ha perdido la compasión
en la intimidad. Se necesita inclusión sexual por igual.

4. Codependencia. Dependencia absoluta del otro, al punto de


sentir que, aunque no lo hace feliz, sin esa persona no puede vivir.
Se pierde el honor, el respeto en sí mismo; se cree que hay sólo un
escenario donde puede desenvolverse; esto lo lleva a una dependen-
cia enfermiza y absurda.

La solución: El compañerismo con Dios y con otros cristianos.


Recordemos que el único que nos puede satisfacer totalmente es
Dios. Ningún ser humano, ni padre, ni madre, hijo, hija, esposo,
esposa, pastor o sacerdote, nos pueden llenar totalmente. Por eso, el
mejor camino para tomar es la comunión y compañerismo con el
Padre Celestial. Jesús dijo estas palabras:

– 137 –
Fa m i l i a s d e g l o r i a o fa m i l i a s d e e s c o r i a

De cierto, de cierto os digo: No puede el Hijo hacer nada por sí


mismo, sino lo que ve hacer al Padre.
Todo lo que el Padre hace, también lo hace el Hijo igualmente, por-
que el Padre ama al Hijo y le muestra todas las cosas que él hace; y
mayores obras que estas le mostrará, de modo que vosotros osadmi-
réis. Como el Padre levanta a los muertos y les da vida, así también
el Hijo a los que quiere da vida, porque el Padre a nadie juzga, sino
que todo el juicio dio al Hijo.
Juan 5:19-22

Quiera Dios que puedas desarrollar esa comunión con Él de una


manera sencilla y práctica. Dios ha preparado todo de tal manera
para que vivas profundamente satisfecho/a. Ha diseñado a la familia
para que en ese círculo sea donde los deseos se sacien. Una familia de
gloria es aquella donde estas necesidades son observadas y cubiertas
en plenitud.

Reflexión

1. ¿Por qué encontramos en la Biblia que los hombres se compro-


metieron con pecados sexuales cuando estuvieron solos?

2. ¿Cuáles son algunas de las razones primarias por las que la gen-
te cae fácilmente en pecados sexuales? ¿Quién es el responsable
por esta guerra sexual?

3. ¿Cuáles son los siete deseos del ser humano? Encierra en un


círculo los deseos que no están siendo satisfechos en tu vida.

4. ¿Cuáles son los falsos substitutos que se utilizan para respon-


der a los deseos insatisfechos? Encierra en un círculo los que
estás usando, y en un cuadrado los que crees que tu pareja está
usando.

– 138 –
D e s e a n d o fa m i l i a s d e g l o r i a

5. ¿Qué se puede hacer cuando algunos de estos deseos no están


siendo satisfechos? ¿Cómo crees que se puede tener una relación
con Dios a través de Cristo Jesús que podría afectar estos deseos?

– 139 –
Ca p í t u l o 1 2

Salmos 127 y 128 en forma


de oración

Queremos finalizar este libro escribiendo los Salmos 127 y 128 en


forma de oración. Estos dos salmos describen en forma hermosa lo
que se podría llamar “Las cuatro etapas de la familia”. Los dividi-
remos en dos partes cada uno y veremos allí descritas cada etapa.
Encontraremos que la familia se siente plena cuando le da a Dios
el lugar que se merece. Al Señor siempre le pertenece la gloria; no
habrá lugar para la escoria en este tipo de familias.

La primera etapa de la familia

Cuando la pareja se casa y aún no hay niños


Salmo 127:1-2

“Gracias Señor porque tú eres quien edificas la familia. Cuando


tú no edificas el hogar en vano trabajan los que se esfuerzan en él.
Si no cuidas las ciudad de nada sirve la gran cantidad de guardianes
que la resguardan. Señor, de qué sirve levantarse temprano a la ma-
ñana, irse a la cama tarde a la noche y comer un pan de fatigas, si a

– 141 –
Fa m i l i a s d e g l o r i a o fa m i l i a s d e e s c o r i a

ti, oh Dios, no te damos la oportunidad de dar el sueño a quienes


amas”.

Si estás viviendo en esta etapa de recién casado y aún no han


llegado los hijos reflexiona en estas preguntas y produce un diálogo
con tu pareja:

1. ¿Están disfrutando de la presencia de Dios en su matrimonio?


2. ¿Qué es lo que les hace estar cansados o agotados?
3. ¿Qué les ha impedido tener más tiempo para que el Señor les
provea ese descanso?
4. Escribe una oración al Señor pidiéndole lo que más anhelan
en esta etapa:

– 142 –
Sa l m o s 1 2 7 y 1 2 8 e n f o r m a d e o r a c i ó n

La segunda etapa de la familia

Cuando los hijos llegan, cuando están en la etapa de niñez y


en la adolescencia
Salmo 127:3

“Señor, gracias por los niños que nos has dado porque entende-
mos que son una herencia tuya. Son el fruto del vientre y se con-
vierten en una recompensa. Cada uno de estos hijos ha llegado en
nuestra juventud y son como flechas en manos del guerrero. Esta-
mos muy dichosos de tenerlos en nuestra aljaba. Sé que no seremos
avergonzados por nuestros enemigos aun cuando quieran llevarnos
a los tribunales para quitárnoslos”.

Si estás viviendo en esta etapa con niños pequeños contesta estas


preguntas y conversa con tu pareja sobre ellas:

1. ¿Cuál de tus hijos te preocupa y por qué?


2. ¿Alguno de ellos nació sin haberlo planificado? ¿Cuál fue tu
reacción?
3. ¿Qué conducta extraña has notado en tus hijos que te ha
preocupado, y qué has hecho acerca de eso?
4. Escribe una oración al Señor pidiéndole lo que ustedes más
anhelan en esta etapa:

– 143 –
Fa m i l i a s d e g l o r i a o fa m i l i a s d e e s c o r i a

La tercera etapa de la familia

Cuando los hijos son jóvenes, están en la universidad o tra-


bajando y aún viven en casa
Salmo 128:1-3

“Señor, qué felices somos todos aquellos que andamos en tus ca-
minos y te tenemos reverencia. Disfrutamos la ganancia de nuestro
trabajo. Gozamos en casa de dicha y prosperidad. En el seno del
hogar la esposa es como una vid llena de uvas que rodea la mesa y
nuestros hijos ya crecidos son como vástagos de olivos”.

Si estas viviendo en esta tercera etapa de la familia. Haz estas


preguntas y provoca un buen diálogo con tu pareja:

1. ¿Tus hijos mayores que viven contigo están produciendo o


aportando para los gastos de tu familia?
2. ¿Cuál de los hijos parece no asumir responsabilidad al respecto?
3. ¿Qué piensan hacer para poder ver la bendición de Dios en su
hogar?
4. Escribe una oración al Señor pidiéndole lo que más anhelan
en esta etapa:

– 144 –
Sa l m o s 1 2 7 y 1 2 8 e n f o r m a d e o r a c i ó n

La cuarta etapa de la familia

El nido vacío. Los hijos se han casado y ahora disfrutamos


de los nietos cuando llegan a visitarnos
Salmo 128:4-6

“Señor, siguen las bendiciones en nuestra casa. Sabemos que esas


bendiciones vienen por el respeto y la reverencia que hemos tenido
para ti Señor. Que la bendición del Señor continúe desde Sión y
veré la prosperidad de: ...................................................................
[Escribe el nombre de tu ciudad] todos los días de mi vida. Me has
dado vida y fortaleza para ver a mis nietos: ......................................
.......................................................................................................
........................................ [Escribe los nombres de tus nietos] y sé
que el haber levantado esta generación bajo tus pies, oh Dios, eso
traerá paz sobre: ................................. [Escribe el nombre del país].

– 145 –
Palabras finales

Abrace a sus niños

Madre, acaricie a sus hijos.  Padre, abrácelos firmemente.  Permita


que ellos sepan que los aman por la mañana, al mediodía, y por la
noche.
Ponga sus brazos alrededor de ellos, sosténgalos cerca suyo, sienta el
latir de sus corazones, la vida nueva que usted hizo.
Ruede por el suelo con ellos, bromee, ría y juegue, escuche lo que
tienen que decirle, ellos tienen mucho para contarle.
Tome tiempo para conocerlos, vea el color en sus ojos. Aprecie a esa
persona tan profunda dentro de sus pequeñas mentiras.
Permita que corran sus dedos por sus cabellos, doble su cabeza, llene
sus corazones con palabras de alabanza, haga de su hogar su lugar
favorito.
Abrácelos estrechamente en el sofá y mire un programa de televi-
sión, cante con ellos o comparta la lectura de un libro y ayúdelos a
crecer en su mundo.
Tome un tiempo para caminar en el parque, sosténgase de la mano,
huela las flores, alimente los patos, construya castillos en la arena.
Madre, acaricie a sus niños. Padre, abrácelos firmemente. Muéstre-
les que ellos son un regalo, ámelos para que se sientan bien.
El amor es para el niño lo que el sol para las flores. No le basta pan:
necesita caricias para ser bueno y para ser fuerte.

Concepción Arenal

– 147 –
Fa m i l i a s d e g l o r i a o fa m i l i a s d e e s c o r i a

Quiera Dios que una semilla de esperanza haya sido sembrada a


través de las páginas de este libro. Que esas semillas levanten el an-
helo y la pasión de tener familias de gloria que desechen la escoria.
Que Dios les prospere con fuerza y unción, es el deseo de sus
hermanos y amigos

Alba y Serafín Contreras


Ministerio Renuevo de Plenitud

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Esperamos que este libro haya sido de tu agrado.
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Ministerio Renuevo de Plenitud


Dr. Serafín Contreras Galeano
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