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DERECHOS MORALES Y PATRIMONIALES

Los derechos morales son aquellos que aseguran que el autor sea reconocido siempre como el
creador de su obra, sin que nadie más se atribuya dicha titularidad, además que se respete su
voluntad de difundir o no su obra y que ésta no sea modificada. Los derechos morales no
caducan ni se pierden por el transcurso del tiempo, es decir el autor no puede renunciar a ellos
y nadie se los puede quitar.

 Paternidad: Es la facultad del autor para determinar si su nombre aparece en la obra, o


no (en cuyo caso será una obra anónima); y, si decide que su nombre aparezca, la
forma y modo de hacerlo (por ejemplo, su nombre completo o, por el contrario, bajo
un seudónimo o un sobrenombre).
 Divulgación: Es la facultad del autor de decidir cómo, cuándo y dónde difundirá su
obra, haciéndola accesible al público por primera vez. Por ejemplo, un periodista
independiente tendrá la facultad de decidir si publica un artículo de investigación de su
autoría en su blog personal,  o, en un diario de circulación nacional.
 Integridad: Es la facultad del autor para oponerse a cualquier deformación, mutilación
o modificación de su obra. Por ejemplo, el autor de una novela de la cual se desea
realizar una película, podría oponerse a que, en la adaptación de la misma al guion
correspondiente, se eliminen personajes o historias de la obra original.
 Modificación o variación: Es la facultad del autor para realizar las modificaciones que
estime necesarias sobre su obra, antes o después de su divulgación, sin perjuicio de la
indemnización que corresponda, por los daños y perjuicios que genere a los derechos
adquiridos por terceros. 
 Retiro de la obra del comercio: Es la facultad que tiene el autor para suspender
cualquier utilización de su obra, siempre que previamente indemnice a los terceros
que puedan verse afectados con el ejercicio de este derecho.

Mientras que los derechos patrimoniales otorgan al autor la exclusividad de usar su obra y
explotarla comercialmente, obteniendo un beneficio económico por ello. Además, el autor
puede autorizar o prohibir la reproducción o distribución parcial o total de su obra y puede
decidir sobre la traducción, adaptación, arreglo o transformación de la misma. Los derechos
patrimoniales protegen las obras durante toda la vida del autor y hasta 70 años después de su
muerte. Después de ese tiempo las obras pasan a ser de dominio público, es decir podrán ser
utilizadas o reproducidas por cualquier persona sin requerir la autorización del autor, pero
siempre respetando sus derechos morales, es decir reconociendo que la obra ha sido creada
por tal persona.

 Reproducción: El autor o titular del mismo es el único que puede autorizar o prohibir la
reproducción mediante la fijación u obtención de copias, permanentes o temporales,
de la obra en cuestión por medio, por ejemplo, de la imprenta, la fotocopia o sistemas
digitales, así como el determinar el número de copias a obtenerse en cada caso.
 Comunicación pública: El autor o titular del mismo es el único que puede autorizar o
prohibir la comunicación pública (es decir permitir el acceso a la obra sin previa
distribución de ejemplares), de todo o parte, de la obra en cuestión; y, de ser así, las
formas, medios y canales para hacerlo. 
 Distribución: El autor o titular del mismo es el único que puede autorizar o prohibir,
que la obra, ya reproducida, sea puesta a disposición del público, mediante su venta,
canje, permuta u otra forma de transmisión de la propiedad, alquiler, préstamo
público o cualquier otra modalidad de uso o explotación.         
 Traducción, adaptación, arreglo o transformación. Por estos derechos, el autor o
titular de los mismos es el único que puede autorizar, o prohibir, la traducción,
adaptación, arreglo u otra transformación de la obra.
 Cualquier otra forma de utilización o explotación comercial de su obra, conocida o por
conocerse.

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