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Protección de Motores Eléctricos
Protección de Motores Eléctricos
Sumario
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1 Generalidades
2 Requisitos para la protección de motores eléctricos
3 Selección y ajuste de los dispositivos de protección
4 Véase también
5 Fuentes
Generalidades
Durante el funcionamiento de los motores eléctricos pueden ocurrir diversas
alteraciones del régimen normal. Las causas más frecuentes del regímenes
anormales del motor son sobrecargas, cortocicuitos, disminución o desaparición de la
tensión. Se llama sobrecarga al aumento de la intensidad de corriente del motor por
encima de la magnitud nominal. Las sobrecargas pueden ser pequeñas y de corta
duración. Estas no son peligrosas para el motor y no deben ser objeto de atención en
cuanto a la protección se refiere. Pero, si son excesivas y prolongadas, son peligrosas
para los devanados del motor, porque la gran cantidad de calor que desprende la
corriente puede carbonizar el aislamiento y quemar los devanados. Son peligrosos
también para el motor los cortocircuitos que tienen lugar en sus devanados. La
protección de motores contra sobrecargas y cortocircuitos se denomina protección de
máxima corriente. La protección máxima se realiza por medio de fusibles, relés de
intensidad y relés térmicos. La selección del tipo de dispositivo de protección depende
de la potencia, del tipo y del empleo del motor, de las condiciones de arranque y del
carácter de la sobrecarga.
Inclusive se han desarrollado dispositivos que son capaces de cubrir todas juntas las
exigencias de la norma. Son los llamados protectores integrales o “salva motores”
Modernamente, se fabrican relés o dispositivos electrónicos multifunción para la
protección de motores. Los más modernos incorporan puertos de comunicación serial
para transmitir en forma digital todos los datos del circuito motor donde están
instalados. Los datos se envían a un microprocesador o computador para producir las
señales de alarma y acciones correctivas necesarias. Con este tipo de relés pueden
detectarse las siguientes condiciones de falla:
CLASE DE AISLAMIENTO
Siendo el calor la principal causa para que un motor se queme, parece lógico que la
protección más eficaz, sea precisamente algún dispositivo que permita detectar un
incremento de la temperatura en el entorno del devanado. Los recalentamientos
eventuales y más aún los permanentes, disminuyen la vida de un motor. Los relés
térmicos bimetálicos constituyen el sistema más simple y conocido de la protección
térmica por control indirecto, es decir, por calentamiento del motor a través de su
consumo.
Para esta condición bien podría emplearse un dispositivo que permita sensar la
presencia de las tres fases e interrumpir la operación cuando falte alguna de ellas.
Rotación del eje. Si el motor está energizado pero el eje no gira, obviamente estará
tomando de la red la corriente de arranque (LRA) que como sabemos puede ser
varias veces la corriente nominal. La instalación de un dispositivo que pueda detectar
el movimiento del eje, será una protección conveniente.
Existen dispositivos contadores que pueden impedir el arranque del motor cuando se
haya igualado un número prefijado de arranques en un lapso temporal determinado.
Falla a Tierra. La falla a tierra es la más frecuente condición que se presenta por
pérdida del aislamiento en motores. La vibración, el efecto joule, el rozamiento, la
contaminación y el calor son la causa próxima en casi todos los casos de falla a tierra
del arrollado. Un relé de falla a tierra puede ser la solución más adecuada.
Por otra parte, un motor de inducción que gire a velocidad muy próxima a la de
sincronismo, queda fuera del punto de operación nominal siendo menos eficiente y
por lo tanto, libera energía en forma de calor.
Fusibles
Relés Bimetálicos
Interruptores Magnéticos
Interruptores Termo-magnéticos.
Comúnmente se utiliza el térmico bimetálico como elemento de protección del motor. Sin
embargo, el térmico tiene varias desventajas:
La protección más completa disponible en el mercado para las bombas son los relés integrales de
protección de motores. Estos tienen varias ventajas:
Integran la protección contra sobrecarga y fallas de voltaje en un solo
elemento y detectan el efecto del desbalance de tensión sobre el
motor.
Están construidos en base a microcontroladores y supervisan
constantemente los parámetros eléctricos
Poseen memoria térmica
Pueden detectar por desbalance de corriente si alguna parte de la
instalación hay una mala conexión
No se descalibran, independientemente del número de operaciones.
Ofrecen la posibilidad de ajustar todos los parámetros de
funcionamiento adecuado del motor y los tiempos de actuación de las
protecciones. Algunos tienen la funcionalidad de incorporar
programación horaria y puerto de comunicación.
Almacenan las últimas fallas en una memoria interna para futuras
consultas, lo cual puede ser útil a la hora de prestar servicio.
Limitan el número de arranques sucesivos por hora.
Más de la mitad de las bombas fallan debido a sobrecarga térmica, desbalance de tensión y
humedad, aún en presencia de protección con relés térmicos bimetálicos. Por eso, lo más
recomendable es instalar un relé de protección integral de motores, pues es el que tiene mayor
nivel de protección.