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PROLOGO
La Antropología Cognitiva surge de premisas y principios latentes en ambas
tradiciones. A la vez es el resultado de la evolución de dos fenómenos simultáneos en la
Antropología Cultural: 1) si la diferenciación en la especialización produce énfasis
diversos tales como, el homo economicus, loquens, ludens, signans y otros, 2) por otro
lado, y como consecuencia de la primera, se recurre a la interdisciplinariedad. En última
instancia, cuando quiere explicar el fenómeno humano en su totalidad, se dirige a la
unidad sistemática biológica-ecológica-cultural. P.7
El que no se haya dado este paso se debe, según Sperber (L'Unité de l'Homme, 1974) a la
confusión existente entre lo innato y lo adquirido, o sea se debe a la idea de que lo innato puede
calificar a los órganos o a los comportamientos; o que la parte de lo innato y lo adquirido varía
necesariamente en proporción inversa; o que ambos son mutuamente exclusivos. Por el
contrario, los estudios bio-cognitivos ponen en evidencia que lo innato I no es un programador,
como puede serlo un instinto o un aprendizaje conductista, sino que es la aptitud para construir,
transformar y reprogramar. ¨P.10
Como dice Sahlins en Colours and Cultures (1977): «las estructuras de la mente... constituyen
un conjunto de medios organizativos y posibilidades a disposición de la empresa cultural
humana, que posee la libertad de ponerlas o no en funcionamiento, así como de investirlas con
un contenido significativo.» Por ello, es fundamental distinguir y trabajar con los dispositivos
mentales humanos y las culturas como sistemas de conocimiento y significación..P.10
La tradición freudiana representa una concepción semiológica del simbolismo como código
inconsciente. Si bien su influencia ha sido muy importante, no obstante, al pasar por el tamiz de
la crítica lévi-straussiana, esta considera al freudismo incapaz de trascender las premisas
historicistas e individualistas precisamente porque su concepción del inconsciente se basa más
en el contenido que en la forma, lo cual es impropio para la construcción de una teoría del
simbolismo.P.11
En relación con la exégesis freudiana, Sperber señala que, al aseverar que todos los símbolos
son interpretados según un código y que todos los humanos lo comparten, sin advertirlo, Freud
elimina todas las exégesis para ver solamente desarrollos metafóricos.P.11
La segunda tradición, representada por Lévi-Strauss, propone que las culturas son sistemas de
símbolos compartidos. Éstos son creaciones acumulativas de la mente. Por ello, lo interesante
es el conocimiento de los principios mentales que generan elaboraciones culturales: por
ejemplo, lenguas, mitos, símbolos.P.11
Según él, esto es posible porque el significado tiene su origen en la organización de las
instituciones y no en la mente humana. De aquí que, la significación del hecho
simbólico debe considerarse en términos de tres niveles: 1) la significación exegética
(interpretación endógena nativa), 2) la significación operacional (uso) y 3) la
significación posicional (relaciones estructurales entre los símbolos).P.12
Así asevera que el simbolismo crea una orientación cultural común a los miembros de
la sociedad que no excluye diferencias de interpretación individuales.)P.13
Pero, si bien las formas universales del simbolismo tienen una focalización universal,
en cambio los campos de evocación determinados por esta focalización, difieren de
sociedad a sociedad, y varían cuando esta sociedad varía.P.14
Dos criterios han servido, alternativamente, para delimitar el campo del simbolismo. Según el
primer criterio, lo simbólico es lo mental menos lo racional; conforme al segundo, es lo
semiótico menos la lengua. En ambos casos, un residuo.P.22
Las creencias, con las prácticas a las que sirven de fundamento, serían, pues, un conjunto de
errores por defecto de racionalidad.P.22
Según la primera de estas concepciones, el hombre primitivo en sus creencias trata de ser
racional, pero le falta el ser sistemático; para la segunda, es sistemático, pero no trata de ser
racional.P.23
Por el contrario, el discurso simbólico ignora esta economía; sólo conserva, de la experiencia,
un mínimo de fragmentos para establecer un máximo de hipótesis, sin cuidarse de someterlas a
prueba: si su fin es el conocimiento, entonces el esfuerzo intelectual efectuado no guarda
proporción ni se aplica debidamente.P.25
En efecto, dícese que no hay simbolismo irracional, sino sólo un simbolismo mal
interpretado. Esta interpretación defectuosa es la primera en acudir a la mente de quien,
siendo extraño a una sociedad, lo es por tanto a su simbolismo. Parece irracional, pero
no es más que superficial. En efecto, junto a su significado o a su destino manifiesto,
los fenómenos simbólicos tendrían una significación oculta P.26
Si los símbolos significan algo, este algo no son casi nunca más que banalidades. La
existencia de los fantasmas y la sobreabundancia de los símbolos son más fascinantes
que sus entecos mensajes acerca de la lluvia o del buen tiempo.P.27
El uso ordinario del lenguaje utiliza las categorías para enunciar proposiciones acerca del
mundo. El pensamiento simbólico, por el contrario, utilizaría proposiciones acerca del mundo
para establecer relaciones entre categorías.P.28