Tentativa de Homicidio

También podría gustarte

Está en la página 1de 1

Tentativa de homicidio

Soy uno de los relojes derretidos de Dalí,


el tiempo ya no estalla en mí,
las horas ya no se detienen a esperarme,
añ os convertidos en minutos se deshacen
en un cuerpo diluido en el líquido
corrosivo de la ira y la impaciencia;
aú n suenan las palabras de una antigua conciencia:
solo no te mueras cerca de navidad.

Inmó vil, las piernas reducidas


a los escombros de una casa derrumbada,
la voluntad esparcida sobre las piedras y
la arena grisá cea de mi memoria disecada;
aú n conservo una lengua bailarina
que repite los movimientos
de un alfabeto compasivo:
solo no te mueras en el cumpleañ os
de ningú n amigo o hermano.

Soy la libertad guiando al pueblo


de mi infancia inconclusa,
guiando la barbarie
de un medio día cualquiera,
guiando la sordidez
de un nuevo día en el que
mis manos todavía vacías,
todavía inexploradas,
repiten adormecidas:
solo no te mueras un día de la madre
o una noche de velitas.

La televisió n encendida, el calendario deshojado


pegado mes a mes en la pared,
la sombra de mi deseo sobre él,
proyectada firme como el insomnio
de una noche traicionada;
he entreabierto la puerta de mi fealdad,
de la fealdad de unos cuantos errores de Dios,
he dejado que señ alen
las puntas de mis dedos al azar,
febrero o marzo tal vez,
solo no te dejes llenar de temblor,
solo no hagas pactos de ninguna esperanza,
solo no te mueras el día que la muerte te lo pida.

También podría gustarte